MA013

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MA013 - Economía y Medio Ambiente

Presentación a la asignatura

De todos es sabido que el motor económico, conjuntamente con el social y el tecnológico,


son los tres pilares en lo que se fundamenta el mundo que conocemos hoy día.

El fenómeno de la globalización y que engloba al libre comercio internacional, al movimiento


de capitales a corto plazo, a la inversión extranjera directa, a los fenómenos migratorios y al
desarrollo de las tecnologías de la comunicación y a su efecto cultural, está generando una
reacción crítica por su perjuicio a la equidad social.

Desde hace más de cien años existe un debate entre dos visiones de la economía: por un
lado, la economía neoclásica analizadora de los precios. Las empresas venden bienes y
servicios, y con esto renumeran los factores de producción (tierra, trabajo y capital); por otro
lado, la economía ecológica ve el planeta Tierra como un sistema abierto a la entrada de
energía. En este sentido, el funcionamiento de la economía exige un suministro adecuado de
energía y materiales, así como poder disponer de los residuos de manera no contaminante.

Los servicios que la naturaleza presta a la economía humana no están bien valorados en el
sistema de contabilidad crematística propio de la economía neoclásica, por ello hay que
recurrir a la economía de los recursos naturales, que otorga una valoración monetaria
convincente a las externalidades, es decir, a toda aportación de un recurso o servicio
ambiental no incluido en el mercado.

En este contexto, el temario se ha dividido en cinco capítulos en los que se hace un repaso
básico a la importancia que tiene revertir los ingresos obtenidos de los recursos naturales
para así compensar su pérdida.

Los objetivos del módulo son los que se consideran en la tabla siguiente:

  APORTACIÓN Y
RESUMEN DEL
OBJETIVO PARTICULAR RESULTADO
CAPÍTULO
CAPÍTULO CONSEGUIDO

Capítulo 1 Proporcionar una visión Conocimiento de los


general de la economía y de principales términos y
¿Qué es la
los sistemas de mercado puntos de vista que se
economía?
existentes en la actualidad manejan en el ámbito
económico

Sistemas Análisis de las


económicos características y
funcionamiento de los
diferentes sistemas de
mercado existentes en la
actualidad

Estudio de las funciones


Economía vs.
económicas del medio
Medio Ambiente
Dar a conocer la ambiente
importancia y repercusiones
Capítulo 2 de incluir la variable Particularidades de las
ambiental en los procesos principales corrientes de
Escuelas de
económicos pensamiento económicas
pensamiento
en relación con el medio
ambiente

Concepto de externalidad
Definición de
y relación entre el óptimo
externalidad
Explicar qué son las social y el óptimo privado
externalidades o efectos no
Capítulo 3 contemplados en los precios Análisis de las corrientes
de mercado y formas de de pensamiento
Internalización de
corregirlas existentes empleadas
las externalidades
para internalizar las
externalidades

Dar a conocer los


Conocimiento de los
instrumentos económicos, Instrumentos
mecanismos empleados
reglamentaciones y otros, utilizados para
Capítulo 4 para la consideración de
empleados en la internalizar las
la variable ambiental en
internalización de las externalidades
el coste
externalidades

Dar a conocer los métodos Métodos de Estudio de los métodos


empleados para la valoración directos e indirectos de
Capítulo 5
valoración monetaria del económica del valoración monetaria del
medio ambiente medio ambiente medio ambiente

Capítulo 1 .- Introducción a la economía

OBJETIVO

- Proporcionar una visión general de la economía y de los sistemas de mercado


existentes en la actualidad.

1.1. ¿Qué es la economía?

La satisfacción de las necesidades materiales (alimentos, vestido o vivienda) y no materiales


(educación, ocio, etc.) de una sociedad obliga a sus miembros a llevar a cabo determinadas
actividades productivas. Mediante estas actividades se obtienen los bienes y los servicios
que se necesitan, entendiendo por bien todo medio capaz de satisfacer una necesidad tanto
de los individuos como de la sociedad.

La economía se preocupa, precisamente, de la manera en que se administran unos recursos


escasos, con objeto de producir diversos bienes y distribuirlos para su consumo entre los
miembros de la sociedad, dando respuesta a un gran número de preguntas concretas:

- ¿Cómo se producen e intercambian los bienes? ¿Cómo se eligen los bienes que se deben
producir?

- ¿Qué empleos están disponibles? ¿Cómo se retribuyen?

- ¿Vale la pena estudiar? ¿Por qué es tan difícil encontrar trabajo en algunas ocasiones y tan
fácil en otras?

- ¿Por qué son tan altos los impuestos?

En este punto, conviene referirse a los conceptos de teoría positiva y teoría normativa.

 La economía positiva, también llamada economía descriptiva o teoría económica,


describe los hechos de la vida económica sin entrar en juicios de valor sobre los
mismos. Por ejemplo, cualquier economista puede predecir que si el Gobierno grava el
consumo de determinados bienes (bebidas alcohólicas o cigarrillos) subirá su precio.
 La economía normativa incluye juicios de valor acerca de cómo debe operar la
economía, basados en ciertos principios morales o preferencias.

Analicemos una afirmación como la siguiente: "[...] los gastos médicos de los ancianos son
muy altos en comparación con los del resto de la población, por lo tanto, el Estado debería
pagar los gastos médicos de las personas ancianas".

La primera parte de la afirmación, sobre la cantidad de los gastos médicos de los ancianos,
pertenece a la economía positiva, es decir, es cierta a todas luces. La segunda parte, sobre
lo que debería hacer el Estado, es un juicio de valor basado en las opiniones que tienen las
personas que lo realizan, acerca de las obligaciones de la sociedad. Es, por tanto, un juicio
de economía normativa.
Todo esto se podría concretar en la siguiente definición: "La economía es un estudio de la
humanidad en los asuntos cotidianos de la vida" (Marshall, 1890).

1.2. Objeto de la economía

¿Cuál es el objeto de la economía? Durante siglos se ha intentado dar respuesta a este


interrogante. Dentro de las tendencias actuales se destacan la concepción clásica y la
concepción marxista.

1.2.1. Concepción clásica de la economía

"El objeto de la economía es estudiar cómo los individuos y las sociedades, experimentando
necesidades ilimitadas, administran unos recursos escasos para satisfacer dichas
necesidades".

¿Cómo se interpreta esta definición?

Los seres humanos desean ilimitadamente una serie de elementos denominados bienes
(cosas tangibles, como una casa, un coche o unos zapatos) y servicios (formas de trabajo
realizadas por otros, que no dan como resultado la producción de bienes tangibles; por
ejemplo, la atención médica, el corte de pelo o la enseñanza).

Hay que tener en cuenta que algunas de estas "necesidades" o "deseos" son imprescindibles
para el mantenimiento de la vida, como la comida o el alojamiento; no obstante, muchos de
ellos son el producto de vivir en una sociedad civilizada (la televisión o el coche).

Algunos de estos bienes o servicios existen en tales cantidades que todos los deseos o
necesidades en relación con los mismos pueden ser satisfechos (por ejemplo, el aire). Sin
embargo, existen otros (petróleo, papel) que no se dan en cantidad suficiente para satisfacer
todas las necesidades. En este caso decimos que los recursos son escasos. Cuando los
recursos son escasos, algunos deseos no pueden ser satisfechos y entonces los hombres
deben tomar decisiones para determinar su reparto entre las diversas personas y entre los
diversos empleos en que son susceptibles de utilizarse, es decir, los recursos son
administrados.

1.2.2. Concepción marxista de la economía

"El objeto de la economía es el análisis de las leyes sociales que rigen la producción y
distribución, y su influencia sobre el devenir de las civilizaciones".
Según Marx, la economía no se preocupa en modo alguno de la producción, sino de las
relaciones sociales de los hombres en la producción, del régimen social de la producción, la
economía y la sociología están íntimamente interrelacionadas.

La óptica marxista trata de estudiar los diferentes tipos de relaciones de producción,


conocidos por la historia en un intento de interpretación económica de la misma. Trata de
describir las condiciones económicas que explican el auge y la caída de las civilizaciones
humanas.

1.3. La economía como ciencia

Aunque la economía es básicamente una ciencia, no toda ella es susceptible de análisis en


términos científicos.

Ciencia es el conjunto sistemático de conocimientos, métodos y conceptos con


los que el hombre describe y explica los fenómenos que observa.

La economía no es una ciencia exacta, en ella existen fenómenos muy importantes que no
están sujetos a leyes científicas. Por ejemplo, no se han explicado al 100% los motivos que
producen un auge o una recesión económica.

No obstante, podemos afirmar que existe una ciencia económica, que es posible desarrollar
leyes económicas. Las leyes económicas son relaciones explicativas de los fenómenos
económicos que se producen y se reproducen bajo ciertas condiciones.

Para la formulación de las leyes económicas, la economía se vale de dos útiles herramientas:
las matemáticas y los modelos económicos.

 Las matemáticas. Por un lado, la estadística proporciona rigurosidad y exactitud al


análisis de los fenómenos económicos. Por ello, aunque los datos recogidos por
medio de observaciones directas no suelen ser directamente utilizables, el tratamiento
estadístico de los mismos hace posible identificar y cuantificar relaciones entre
fenómenos aparentemente inconexos. Por ejemplo, decir que la tasa de desempleo
del país X fue del 6% en 1991, nos aporta escasa información sobre la situación de
dicho país. Un estudio comparativo con la tasa de años anteriores y con las de los
países de su entorno económico o un estudio de la composición de ese 6% (raza,
edad, sexo, nivel de escolarización) nos permitirán conocer bastante sobre la
coyuntura del citado país.

Por otro lado, las matemáticas constituyen un instrumento muy útil para el economista,
ya que existen en economía muchos problemas que necesitan maximizar alguna
variable sometida a ciertas restricciones.

En el ámbito del análisis teórico, la econometría ha contribuido a generalizar la


utilización de las matemáticas en la economía. Se trata del análisis matemático y
estadístico de las relaciones económicas. Los primeros estudios econométricos
intentaban relacionar el precio de un bien con la cantidad vendida. A partir de los años
treinta, se generalizó el método para la construcción de modelos macroeconómicos,
utilizados por los Gobiernos para medir las predicciones económicas.

 Modelos económicos. Un modelo económico es una representación simplificada de


la realidad. En ella se consideran exclusivamente aquellos factores que creemos
relevantes en el fenómeno que tratamos de explicar, asumiendo que todo lo demás no
varía.

Los modelos se pueden expresar de manera gráfica, verbal o matemática, lo cual


ayuda a la comprensión de los fenómenos que tratan de explicar.

En la construcción de modelos se deben tratar de evitar dos tipos de errores:

1. Error de composición. Generalización de los casos particulares, asumiendo que lo que


es cierto para una parte, también lo es para el todo.

2. Error "post hoc" (después de, a causa de). Inadecuada interrelación de causa y efecto.
Se suponen como ciertas algunas relaciones causa-efecto, que en realidad no tienen
ninguna relación entre sí, tan sólo que una cosa precede a la otra.

1.4. Grandes áreas del análisis económico

A partir de la década de 1930, la ciencia económica se dividió en tres grandes apartados:


microeconomía, macroeconomía y economía del crecimiento.

1. Microeconomía. La microeconomía estudia el comportamiento de las unidades


individuales de producción (empresa) y consumo (familia) en los mercados individuales, tanto
de bienes y servicios, como de factores productivos. En cada uno de estos mercados el
precio se determina por la interrelación de la oferta y la demanda. La función de la
microeconomía es precisamente analizar las fuerzas que determinan la oferta y la demanda.
La teoría de precios y la más eficiente asignación de los recursos son los temas clave de la
microeconomía.

2. Macroeconomía. La macroeconomía estudia la economía como un todo. Analiza los flujos


de gastos y rentas a través de todo el sistema económico y los desequilibrios que producen
los mismos, y que pueden conducir a la expansión o a la depresión.

Algunos conceptos como renta nacional, empleo total o inversión total, se convirtieron a partir
de la década de los años treinta en elementos determinantes de la política económica para
combatir las graves consecuencias de la Gran Depresión.

3. Economía del crecimiento. A partir de la 2ª Guerra Mundial, debido a la necesidad de


reconstrucción de las economías devastadas por la misma, nace la llamada economía del
crecimiento, que estudia las formas de crecimiento equilibrado de una economía. Analiza la
forma en que las principales variables macroeconómicas pueden contribuir a incrementar la
renta y la riqueza de un país de manera estable.
Desde los años setenta, se utiliza cada vez más la economía del crecimiento en un intento de
acortar distancias entre los países pobres y los países ricos.

1.5. Evolución histórica de la economía

A lo largo de la historia de la economía se diferencian, básicamente, los siguientes modos de


producción:

- Clásico. Iniciado por Adam Smith a finales del siglo XVIII y dominado por autores ingleses.
Al término de esta etapa, los autores pensaban que la economía era una ciencia
perfectamente acabada, en la que ya no quedaba nada por descubrir.

- Marxista. Marx realizó su aportación sintetizando la teoría clásica con las de Hegel y
Feuerbach. Según su filosofía, las contradicciones entre las fuerzas de producción y las
clases sociales llevarían al hundimiento del sistema capitalista.

- Neoclásico. Resurgimiento de la teoría clásica, hasta la gran depresión.

- Período keynesiano. Keynes publica su teoría en 1936, como una crítica al sistema
clásico. Su teoría permanecería indiscutida hasta finales de la década de los setenta. El
enfoque keynesiano se basa sobre todo en la relación existente entre paro, inflación y las
medidas de política fiscal aplicables para reducir ambas.

Es interesante destacar que estos modos de producción no están totalmente separados y


diferenciados en el tiempo; por el contrario, entre uno y otro existen períodos de transición en
los que coexisten dos o más modos de producción.

A partir de la década de los setenta, las teorías keynesianas se ven cuestionadas, ya que, las
medidas de política fiscal adoptadas no son capaces de frenar la ascendente inflación y el
desempleo. Paralelamente, se producen dos acontecimientos importantes: la crisis del
petróleo (los precios del crudo se multiplicaron por cuatro) y la flotación de los tipos de
cambio consecuencia de la dispersión de las tasas de inflación de los distintos países (y
debido al incremento de la cantidad de liquidez existente en los países de la OPEP, por la
subida de los precios).

La inflación y el desempleo crecientes suscitan un gran debate que enfrenta a monetaristas


con keynesianos. Para los primeros, las dificultades posteriores al año 1973 eran
consecuencia de las políticas aplicadas hasta entonces: "Sólo cuando el daño producido por
los mismos sea reparado, se podrá volver al crecimiento sostenido". Para los keynesianos, la
época anterior a 1973 es una "época dorada" y sólo se podrá regresar a la misma cuando los
Gobiernos vuelvan a aplicar políticas keynesianas.

Actualmente, existen tres actitudes diferentes a la hora de implementar las políticas


económicas:

1. Corriente conservadora. Defiende la libertad de mercado y la propiedad privada.


Considera que esta es la mejor forma de garantizar el equilibrio económico y las libertades
individuales. Esta teoría proviene del liberalismo clásico del siglo XIX y está seguida
actualmente por los monetaristas. Al operar los mercados eficientemente, no es necesario
que los Gobiernos intervengan activamente en la economía. La intervención activa del
Gobierno causa la mayor parte de los problemas económicos.

2. Corriente liberal. Aunque esta teoría acepta totalmente el funcionamiento y estructuras


del sistema capitalista, considera necesaria la intervención de los Gobiernos para la
corrección de sus aspectos más negativos. Esta teoría viene mantenida por los keynesianos,
que consideran que el Gobierno debe intervenir allí donde la economía de mercado presenta
sus aspectos más negativos.

3. Corriente radical. No acepta el sistema capitalista y aboga por la introducción de cambios


fundamentales en la estructura de la sociedad. Esta teoría, sostenida por los marxistas,
considera que la libre operación de mercados crea diferentes clases de personas en la
economía capitalista: aquellas que poseen los medios de producción, por un lado, y por otro,
los que sólo poseen el trabajo. Ello da lugar a un conflicto básico que produce desigualdad,
explotación y alienación.

1.6. Los sistemas económicos

Un sistema económico se constituye como un conjunto de elementos y factores que busca:

- La interacción de los diversos procesos de producción de bienes y servicios para buscar la


eficiencia de los mismos.

- Las formas de combinar y distribuir esos recursos para el mejor aprovechamiento de los
recursos escasos.

- La satisfacción de las diversas necesidades que la sociedad demanda.

En la figura 1.1 se ilustran los componentes que integran un sistema económico.

Figura 1.1: Componentes que integran un sistema económico.


1.6.1. Necesidades ilimitadas y recursos escasos

Las necesidades pueden tener diferentes objetivos. En primer lugar, para cubrir los
requerimientos biológicos y primarios tales como: la alimentación, el albergue o el vestido y,
posteriormente, cuando éstas ya están cubiertas, aparecen aquellas que nos procuran una
existencia más placentera. No puede establecerse una separación total entre ambos tipos de
necesidades; por ejemplo, cuando vamos a comer a un buen restaurante, a la vez que
satisfacemos la necesidad primaria de comer, estamos disfrutando del buen ambiente y de la
buena cocina.

La necesidad se define como la sensación de carencia de un bien o servicio,


unida al deseo de hacerla desaparecer.

Cuando tenemos un coche pequeño aspiramos a otro mejor, nos gustaría vivir en un
apartamento más grande, etc. Nuestros deseos nunca dan señales de estar completamente
satisfechos. Sin embargo, no todas las necesidades pueden satisfacerse debido a que
nuestra capacidad productiva no es ilimitada.

1.6.1.1. Curva de posibilidades de producción

Al ser las necesidades ilimitadas y los recursos escasos, nos enfrentamos al problema de la
escasez. Por ello, aparece la necesidad de elegir cuáles serán las necesidades que
queremos satisfacer.

El problema de la escasez y la necesidad de elegir pueden explicarse a través de la curva


de posibilidades de la producción, CPP. Esta curva nos dice lo que podemos producir y
nos da la opción de determinar qué tipo de bienes y servicios producir.

Producción es toda actividad humana que, empleando los medios adecuados,


tiene como finalidad la obtención de bienes.

Veamos un ejemplo: supongamos que una economía básica sólo puede producir dos tipos
de bienes/servicios:

- Alimentos.

- Entretenimiento o diversión.

Existen cuatro trabajadores que pueden trabajar tanto en la industria de la alimentación como
en la de la diversión. Según la distribución de estos trabajadores en las industrias, será
mayor la producción de una o de otra. Las posibles opciones aparecen en la tabla 1.1.
REPRESENTACIÓN TABULAR DE LA CURVA DE POSIBILIDADES DE PRODUCCIÓN

Producción
Nº trabajadores Nº trabajadores Producción ocio
alimentación
industria alimentación industria ocio (unidades)
(unidades)

4 25 0 0

3 22 1 9

2 17 2 17

1 10 3 24

0 0 4 30

Tabla 1.1. Representación tabular de la curva de posibilidades de producción.

La representación gráfica de la tabla 1.1 viene representada por la figura 1.2.

Figura 1.2: Curva de posibilidades de producción CPP.

La curva de posibilidades de producción está diseñada para representar lo que


es posible, lo que no quiere decir que todos sus puntos sean deseables.

En este contexto, coste de oportunidad de un producto X puede definirse como la mejor


alternativa de producción de otro bien que debe abandonarse para poder producir dicho bien
X; en nuestro ejemplo, el coste de oportunidad del ocio es la cantidad de alimentos que
deben dejar de producirse para conseguir nuevas unidades de diversión.
En el punto A sólo se produce comida. Con el fin de empezar a producir diversión, se tendrá
que dejar de producir una pequeña cantidad de alimentos. Para producir las 9 primeras
unidades de entretenimiento, dejamos de producir 3 de alimentos. Para obtener las
siguientes 8 unidades de diversión (de 9 a 17), la producción de alimentos disminuye en 5
unidades (de 22 a 17). El coste de oportunidad de las segundas 8 unidades de ocio es mayor
que el de las 9 primeras. Si queremos seguir produciendo diversión el costo de oportunidad
será mayor todavía (tabla 1.2).

REPRESENTACIÓN TABULAR DE LA CURVA DE POSIBILIDADES DE PRODUCCIÓN


Y COSTE DE OPORTUNIDAD

Nº trabajadores Producción Producción Coste


Nº trabajadores
industria alimentación ocio oportunidad
industria ocio
alimentación (unidades) (unidades) alimentos

4 25 0 0 0

3 22 1 9 3

2 17 2 17 5

1 10 3 24 7

0 0 4 30 10

Tabla Representación tabular de la curva de posibilidades de producción y el coste de


1.2. oportunidad.

El coste de oportunidad viene representado por la pendiente de la curva de posibilidades de


producción. Tal y como se ilustra en la figura 1.2, la CPP es una curva descendente y con
pendiente negativa; como además el coste de oportunidad va siendo cada vez mayor,
normalmente la CCP es cóncava hacia el origen. En el caso de que la CPP fuese una línea
recta, los costos de oportunidad de los bienes en cuestión serían constantes. Sería un caso
de bienes perfectamente sustitutivos (por ejemplo, peras y manzanas).

La CPP muestra para cada nivel de producción de un bien, la cantidad máxima que se puede
producir del otro bien, esto es, la producción máxima conjunta de los dos bienes.

En la práctica, la producción real puede ser inferior a la capacidad potencial marcada por la
CPP. Si nos situamos en un punto por debajo de la curva, no se estaría produciendo al
máximo de la capacidad; se podrían producir más alimentos, más entretenimiento o más de
ambos bienes. En este caso, la sociedad estaría despilfarrando recursos, o lo que es lo
mismo, produciendo de forma ineficiente.
Los puntos por encima de la curva están fuera del alcance de nuestros recursos, lo que nos
recuerda el problema de la escasez.

1.6.2. Bienes

El concepto teórico se refiere a cualquier cosa, tangible o intangible, que sea útil para el
hombre y le satisfaga alguna necesidad individual o colectiva o que contribuya al bienestar
de los individuos. No obstante, por razones prácticas, se restringe el uso del concepto a los
objetos corporales y tangibles. De esta forma, se puede hablar de bienes como algo distinto
de los servicios, a pesar de que estos últimos también satisfacen necesidades y contribuyen
al bienestar.

Los bienes son medios materiales que satisfacen las necesidades humanas.

Tal y como se ilustra en la figura 1.3, los bienes se pueden clasificar según diversos
criterios.

Figura 1.3: Clasificación de los bienes.


- Bienes libres: aquellos que son directamente suministrados por la Naturaleza (el aire, por
ejemplo) y que pueden ser usados sin coste alguno.

- Bienes económicos: aquellos que se obtienen de la Naturaleza mediante la actividad


humana, ya sea extrayendo, transformando o modificando sus características fisicoquímicas
o biológicas.

- Bienes de consumo: destinados a satisfacer las necesidades del consumidor final y que
están en condición de usarse o consumirse sin ninguna elaboración adicional. Pueden ser
bienes duraderos o no duraderos.

a) Bien duradero: no se consume inmediatamente y dura un largo tiempo, prestando,


sucesivamente y muchas veces, el servicio para el que fue creado.

b) Bien no duradero: aquél que se consume inmediatamente o en un corto plazo. Se


emplea una o varias veces y su duración depende del uso y del material de que esté
fabricado. Puede ser semiduradero (si se utiliza en cortos períodos de tiempo, tres años
máximo: ropa, calzado,...) o perecedero (se destruye de inmediato al usarlo: pan, tabaco,
vino...).

- Bienes de capital: son aquellos bienes que se utilizan para la producción de otros, y no
satisfacen las necesidades del consumidor final. Entre estos bienes se encuentran los
edificios, la maquinaria y el equipo.

- Bienes finales: son aquellos bienes que tienen el grado de terminación necesario para
entregarlos a los consumidores, no requiriendo ningún proceso posterior de transformación
para ser vendido a los consumidores. Pueden ser complementarios o sustitutivos.

a) Bienes complementarios: son aquellos que se demandan y consumen a la vez, es decir,


satisfacen conjuntamente una misma necesidad; cuando el precio de uno de éstos baja, la
demanda de los demás aumenta, y viceversa. Por ejemplo, las raquetas y las pelotas de
tenis.

b) Bienes sustitutivos: son bienes o servicios que se pueden utilizar en lugar de otros, al
proporcionar algunos mismos usos o disfrutes que otro bien. Cuando el precio de uno baja, la
demanda de los otros disminuye, inversamente ocurre cuando el precio se incrementa. Por
ejemplo, la margarina y la mantequilla o el chorizo y el salchichón.

- Bienes intermedios: son bienes que requieren de procesos posteriores antes de ser
vendidos a los consumidores. Se denominan así por el hecho de servir a los consumidores
de forma indirecta en la satisfacción de sus necesidades, ya que representan etapas
intermedias en los procesos productivos. También son conocidos como materias primas o
insumos.

- Bienes privados: son bienes cuyo uso está sujeto al principio de exclusión y que las
empresas privadas suministran a quienes están dispuestos a pagar por él.
- Bienes públicos: son bienes o servicios que tienen la característica de no poder excluir a
nadie de su uso y no existir rivalidad en el consumo, por estas características es
generalmente proporcionado por el Gobierno.

- Bienes de demanda normal: son la mayoría de los existentes y/o que se intercambian
diariamente. Su demanda está estrechamente relacionada con el ingreso; si éste aumenta, la
demanda puede aumentar, o disminuir cuando disminuye aquél.

- Bienes inferiores: son bienes para los que la demanda disminuye (aumenta) cuando el
ingreso aumenta (disminuye). Por ejemplo, la ropa que no sea de marca.

- Bienes no transables: son bienes cuyo consumo sólo se puede hacer dentro de la
economía en que se producen, no pudiendo importarse ni exportarse. Este hecho se debe a
que estos productos tienen costos de transporte muy altos o existe en la economía un alto
grado de proteccionismo.

- Bienes transables: son aquellos bienes que se pueden consumir dentro de la economía
que los produce, y se pueden exportar e importar. Generalmente, tienen bajos costos de
transporte y pocos aranceles y cuotas de importación que puedan bloquear el libre flujo de
bienes a través de las fronteras nacionales.

- Bienes independientes: son aquellos que son independientes en el consumo; la variación


de precio de uno no afecta a la demanda del otro. Por ejemplo, las entradas de cine y los
zapatos.

1.6.3. Servicios 

El trabajo no productivo o de servicios tiene como finalidad la creación de bienes no


materiales destinados directa o indirectamente a la satisfacción de las necesidades
humanas. Puede estar relacionado con la distribución de los productos, como el efectuado
por un vendedor, camarero, mensajero...; con actividades culturales, tales como la labor de
un profesor, escritor...; o con otro tipo de actos, siempre que no creen objetos materiales.

1.6.4. Los factores de la producción

Tradicionalmente, la producción se ha organizado por unidades productivas agrupadas en


tres grandes sectores económicos:

1. Sector primario

- Unidades agrícolas y forestales.


- Unidades extractivas.
- Selvicultura.
- Caza y pesca.

2. Sector secundario
- Unidades transformadoras de bienes y servicios.

3. Sector terciario

- Unidades económicas para la producción de servicios.

En la actualidad se está dando el fenómeno de la terciarización de las


manufacturas y la industrialización de los servicios, gracias al avance de la
informática, de la robótica, de la biotecnología y de la electrónica.

La producción es la etapa fundamental del proceso económico a través de la cual se generan


y transforman los bienes y servicios para acercarlos al consumo. Por consiguiente, a las
empresas les corresponde decidir qué bienes han de producir, de qué forma y en qué
número.

Los recursos son los elementos básicos utilizados en la producción de bienes y servicios, por
lo que también se les denomina factores de producción.

Producir desde el punto de vista económico es crear utilidad.

La utilidad puede lograrse mediante las transformaciones de forma y uso de tiempo, de lugar
o de posesión. Por ejemplo, la industria hace transformaciones de forma, una empresa de
almacenamiento logra la utilidad a través del manejo del tiempo de bienes almacenados, los
transportes logran utilidad a través del desplazamiento de lugar y el comercio de posesión,
entre otras.

En un proceso productivo, la combinación de los elementos tierra, trabajo, capital, tecnología;


conforman el sistema productivo y se denominan factores de la producción, siendo el hombre
el que explica la existencia del sistema por ser su trabajo el que permite la organización y
ejecución de la misma.

Tradicionalmente, los factores de producción se han clasificado en tres grandes categorías:


la tierra, el trabajo y el capital, de los cuales se obtiene unos ingresos denominados rentas,
salarios y beneficios. A estas tres categorías se han ido sumando, nuevas categorías que
con el tiempo se fueron constituyendo en factor fundamental para la agregación de valor al
producto, como son la tecnología, el conocimiento y la capacidad empresarial.

1.6.4.1. La tierra

Está constituida por todos los dones de la misma, utilizables en el proceso de producción, y
que dan lugar a ingresos. Se considera entonces como recurso en si misma, como fuente de
recursos para la producción y como proveedora de recursos. Comprende:

- El suelo, la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la caza, la pesca, el agua.


- El subsuelo, los metales, los minerales no metálicos, el petróleo, el carbón, el gas.

- La atmósfera, el clima, el aire, la lluvia, la humedad.

1.6.4.2. El trabajo

Es el término general para referirse a todas las actividades humanas, sean físicas o
mentales, que se pueden aprovechar para transformar y adaptar los elementos de la
naturaleza para producir bienes y servicios con el fin de satisfacer las necesidades humanas.

Se representa por el esfuerzo intelectual y muscular aportado al proceso de producción por la


población económicamente activa de un país, el cual puede ser trabajo cualificado cuando se
recibe entrenamiento y no cualificado cuando se carece de él.

En todas las épocas es válido el hecho fundamental de que el producto social es fruto del
trabajo humano.

El trabajo es más o menos productivo, de acuerdo con los medios de producción y los
instrumentos de producción que se disponga.

1.6.4.3. El capital

Lo conforman todos los bienes producidos por el hombre que ayudan a la producción de
otros bienes y servicios hasta llevarlos al consumidor final. Se considera como sinónimo de
medios de producción.

Las fincas, los hatos ganaderos, las fábricas, las plantas generadoras de energía, los medios
de transporte, las carreteras, los puertos, los ferrocarriles, los inventarios, las herramientas y
equipos, entre otros, se consideran entonces bienes de capital o de producción.

Los bienes de consumo satisfacen directamente las necesidades, mientras que


los bienes de capital facilitan la producción de bienes de consumo.

La acumulación de capital como resultado de intensificar la actividad productiva, genera una


mayor disponibilidad de los recursos y aumenta la capacidad total del sistema productivo.

1.6.4.4. La tecnología y el conocimiento

Son recursos producidos por la inteligencia del hombre, que se concretan en nuevos bienes
de producción y de consumo que sustituyen los bienes naturales, en nuevos procesos de
producción, de administración y de control, así como en nuevos conocimientos para
incorporar al proceso productivo.
El concepto de factores de producción y de activos tangibles de la empresa ha evolucionado
para dar la prioridad al conocimiento, con lo cual se vuelven obsoletas la definición capitalista
y socialista de la propiedad.

1.6.4.5. La empresa y la capacidad empresarial

El sistema económico se organiza a través de unidades productivas o empresas que


permiten que se combinen los otros factores del proceso productivo, con miras a una
operación mas eficiente. Dicha operación es ordenada intelectualmente por el hombre, quien
toma las decisiones relacionadas con nuevos productos y procesos, nuevos mercados,
asume riesgos, toma la iniciativa para la combinación de recursos, cuantifica la cantidad de
bienes a producir, entre otros.

1.7. Características del sistema económico 

Las principales características sobre las cuales descansan los sistemas económicos actuales
en una sociedad económica moderna, aparte del empleo de la tecnología avanzada y de los
bienes de capital, mencionados con anterioridad, son:

 La división social y especialización del trabajo.


 El uso del dinero.
 El sistema de precios y mercados.
 El carácter regulador de la competencia.

Todas las economías modernas logran una mayor eficiencia en la producción mediante el
uso de bienes de capital con tecnología avanzada. La mayor eficiencia productiva se puede
lograr con el uso de mejores bienes de capital, lo cual a su vez genera grandes beneficios,
de ahí que en el capitalismo existan estímulos muy fuertes para el avance tecnológico, lo
cual no pasa en las economías dirigidas.

Por otra parte, las sociedades dependen de un alto grado de división y especialización del
trabajo para poder usar las diferentes capacidades de los individuos, regiones y países, las
fortalezas de localización una región frente a otra y la experiencia individual o colectiva,
convirtiéndose en condiciones indispensables para el ahorro de tiempo y una mayor
eficiencia productiva y de uso de los recursos disponibles.

La generalización en el uso del dinero en sus diferentes formas como corriente vital del
sistema que facilita el comercio, la ampliación de los mercados internacionales, el mercado
de capitales y la especialización, unido al sistema de mercado como mecanismo para
transmitir las decisiones de productores, consumidores y proveedores de recursos,
impulsados por la competencia, se constituyen en las características mas importantes del
sistema económico actual.
1.7.1. La división y especialización del trabajo

Se considera como una de las más antiguas conquistas del conocimiento económico de los
pueblos. En todas las épocas de la historia humana las sociedades recurrieron a los
principios de división del trabajo para lograr una mayor eficiencia en sus tareas, con sistemas
rudimentarios que cedieron después de la revolución industrial del siglo XVIII con la
especialización y diferenciación de funciones individuales, originadas en la necesidad de una
mayor productividad.

La ampliación del comercio estimuló la producción y generó transformaciones en el proceso


de elaboración. La simplificación y especialización del trabajo, el desarrollo de la tecnología,
la diversificación de las necesidades humanas con el consecuente aumento de la demanda y
el desarrollo de los medios de transporte, condujeron a la moderna producción industrial con
ampliación en el concepto de mercados que, en la actualidad, está integrado por complejas
redes de actividad económica.

La división del trabajo presupone un sistema de intercambios ágiles y bien estructurados, el


cual se basa en buena parte en la amplia utilización de los instrumentos monetarios y en el
sistema de precios como mecanismo regulador y estimulador de la competencia, permitiendo
el funcionamiento de los mercados.

1.7.2. Evolución de los instrumentos monetarios

Sin los instrumentos monetarios sería imposible el cambio y nuestra actual división del
trabajo, así como el comercio y la internacionalización de los mercados.

En todas las culturas, exceptuando las más primitivas, el hombre utilizó el dinero como medio
para adquirir las mercancías que requería y se constituyó en la forma de simplificar la vida
económica. Asimismo, la existencia de un medio adecuado para el intercambio de bienes se
convirtió en el prerrequisito para la especialización.

El dinero se define de muy diversas maneras, pero todos los autores coinciden en atribuirle
dos características fundamentales:

- Expresarse en alguna unidad de cuenta. El dinero es un bien genérico que permite


comprar cualquier cosa.

- Ser un medio de pago. El dinero es una forma de crédito contra los bienes de la sociedad,
es decir, un medio de pago de esos bienes.

Las funciones del dinero son las siguientes:

- Es un medio general de cambio.

- Es una medida de valor.


- Es un medio de pago.

- Es un depósito o reserva de valor.

Históricamente, se emplearon diferentes instrumentos monetarios, hasta llegar a los sistemas


modernos de dinero.

1.7.2.1. El trueque

Se constituyó en el primer sistema de intercambio, como producto de la división del trabajo al


convertirse el hombre en sedentario y establecerse las comunidades primitivas. Su finalidad
consistía en que cada individuo entregara lo que le sobraba de los bienes que producía, a
cambio de los bienes que los demás tenían en exceso y él necesitaba.

En el trueque se intercambiaban productos por productos, productos por


servicios y servicios por servicios.

Presentó múltiples inconvenientes, pues en su operatividad se requería que hubiera


necesidades inversas entre los agentes de intercambio; si disponía de trigo y necesitaba lana
se requería que alguien que tuviera lana deseara trigo, además, era necesario que ambos
llegaran a un acuerdo sobre la relación exacta entre los valores de intercambio y determinar
cuántas unidades de un producto deberían darse a cambio del otro. Este problema se
complicó aún más cuando el número de productos disponibles para el trueque era
considerable. Con el fin de superar tales dificultades se acudió a los instrumentos
monetarios.

1.7.2.2. La mercancía moneda

La evolución fue lenta y, durante siglos, se utilizaron algunas mercancías como instrumentos
monetarios, lo cual representaba un procedimiento bastante imperfecto.

Los intercambios variaban mucho de una región a otra y de una época a otra. Las
mercancías debían ser raras para que tuvieran valor de cambio y satisfacer importantes
necesidades comunes para que fueran aceptadas sin restricciones (pieles, tabaco, algodón,
lino, lana, azúcar, sal, entre otras), de tal manera que quien las recibiera podía estar seguro
de intercambiarlas inmediatamente por cualquier otro bien o servicio deseado.

Los principales problemas, además de su operatividad, fueron: la variabilidad de su valor, la


imposibilidad de dividirlas y el carácter perecedero de algunos productos, por lo que no
podían constituir reserva de valores.
1.7.2.3. Las monedas metálicas

La metalización se institucionaliza ocho siglos antes de Cristo al ser los metales raros,
durables, fraccionables y homogéneos. Además, presentaban un gran valor en relación con
su poco peso.

Se utilizó el hierro, el cobre y el bronce, entre otros, pero se impusieron la plata y el oro.

1.7.2.4. La moneda-papel

Paralelamente al metalismo, aparece en forma embrionaria el sistema bancario.

Con el desarrollo de los mercados y el aumento en el volumen de operaciones, tanto


nacionales como internacionales, el volumen de la moneda en circulación aumenta
considerablemente durante el siglo XVIII.

Principalmente después de la revolución industrial, la moneda se vuelve poco práctica para


ser transportada cuando se trataba de grandes transacciones. De esta manera, aparece la
moneda-papel como las letras de cambio y los certificados de depósito de moneda metálica
emitidos por las casas de custodia de valores, que se remontan a la antigüedad y fueron las
precursoras del sistema bancario.

1.7.2.5. El papel moneda

La evolución de los instrumentos monetarios conlleva a establecer que el respaldo metálico


para garantizar las reconversiones requeridas, no debía ser necesariamente igual al total de
los valores de los certificados de depósito en circulación. Con un encaje metálico menor,
podría darse el respaldo dado que mientras unos cambiaban otros depositaban.

De esta manera, aparecen las notas bancarias como una simple operación de crédito y no
como resultado de depósito de una especie metálica, a lo cual se le denomina papel moneda
o moneda fiduciaria, y con ésta surge la era del dinero bancario o cuentas corrientes.

Como el valor de las notas pasa a ser mayor que la garantía, se pierden las garantías plenas
del sistema. Los riesgos implícitos obligan a crear los Bancos Centrales controlados por el
Estado, reglamentados en su funcionamiento y respaldadas por ley en su valor,
desvinculándose así de cualquier garantía metálica.

1.7.2.6. La moneda escritural

Sustituye el manejo del papel moneda por operaciones bancarias escriturales más simples y
seguras a través de una operación de crédito y débito efectuada por los bancos. Se utilizaba
como medio de pago y aún cuando no se tuviera cuenta, se podría hacer mediante un
cheque y, posteriormente, las tarjetas de crédito y el dinero plástico.

1.7.3. El sistema de precios

Tal y como se verá más adelante, los sistemas de precios y de mercados se constituyen en
la fuerza organizadora fundamental para el funcionamiento de la economía capitalista. A
través del sistema de precios y de mercados, la sociedad decide cómo asigna sus recursos,
qué y cuánto se debe producir y cómo distribuye la producción resultante.

1.7.3.1. Características

La búsqueda de soluciones a los problemas económicos llevó a la economía a consolidar el


sistema de precios, por ser éste el que permite hacer la valoración necesaria para tomar
decisiones entre las diferentes alternativas de producción y efectuar la comparación de lo
que puede representar un recurso, un bien o un servicio frente a otro.

La libre expresión de las preferencias de los individuos se manifiesta por el libre juego de la
oferta y la demanda, y es la que define en parte las equivalencias para el intercambio, que se
conocen como precios del mercado, en el cual intervienen además los precios relativos, las
relaciones entre la oferta y la demanda y la elasticidad de los precios.

El sistema de precios permite, además:

- Determinar la escasez o abundancia de los mismos en relación a lo requerido por la


sociedad.

- Efectuar la comparación de lo que puede representar un recurso y el trabajo involucrado en


un bien o un servicio frente a otro.

- Orientar las actividades de producción, determinando parcialmente la cantidad de bienes


que es posible producir, así como cuáles son efectivamente deseados por la sociedad.

- Informar sobre las preferencias de los individuos que se manifiestan por el libre juego de la
oferta y la demanda.

- Definir en parte las equivalencias para el intercambio, que se conocen como precios del
mercado, en el cual intervienen además los precios relativos, las relaciones entre la oferta y
la demanda y la elasticidad de los precios.

- Proporcionar incentivos tanto a los productores como a los consumidores.

- El precio se constituye en el vehículo a través del cual se distribuye el ingreso social.


1.7.3.2. Concepto de utilidad

Para la economía, la utilidad se define como la capacidad que tiene un bien o un servicio
para satisfacer una necesidad. A medida que una persona obtiene unidades adicionales de
un bien o servicio, la satisfacción o utilidad total que se obtiene de ella aumenta, pero no
proporcionalmente, sino que puede llegar a un punto en el que ésta puede ir decreciendo en
la medida en que la persona posee unidades adicionales de esa mercancía o servicio.

Se denomina utilidad marginal a la utilidad que se obtiene por cada unidad adicional que se
tenga o se adquiera, y se mide por el crecimiento o disminución de la necesidad por cada
unidad que se agrega.

1.7.3.3. Concepto de valor

La mercancía es, en primer lugar, un bien que puede satisfacer alguna necesidad humana;
en segundo lugar, es algo que puede cambiarse por otro bien que satisfaga otra necesidad.
Desde este punto de vista, el valor es un concepto subjetivo, es decir, depende de cada
persona, de la necesidad que le satisfaga, del lugar en donde se encuentre, del tiempo y de
la utilidad que le proporcione, entre otros.

1.7.3.4. El valor de uso

Es el valor que posee una mercancía por ser susceptible de satisfacer una necesidad, y que
puede ser completamente diferente para cada individuo, por lo que el valor de uso no
constituye una cualidad intrínseca del bien o servicio, sino su capacidad de satisfacer una
necesidad humana.

Dos valores de uso no son comparables por la valoración subjetiva que tienen
para cada individuo.

1.7.3.4.1. El valor de cambio

El valor de cambio es el poder que posee un bien de proporcionar utilidad para que pueda
desearse y, de esta manera, intercambiarse o comprarse.

1.7.3.5. Concepto de precio

En la sociedad mercantil simple, caracterizada por poseer los productores los medios de
producción, el desarrollo de las fuerzas productivas crea un excedente del producto social
que sobrepasa las necesidades del hombre y, por lo tanto, es susceptible de ser cambiado
por el productor. Al valor de una mercancía se asocia el concepto de precio, que es entonces
la expresión monetaria del valor.

Sin embargo, la pregunta a través del tiempo fue cómo determinar la naturaleza de tal valor
para que existieran equivalencias en el momento que pudieran ser cambiados unos bienes
por otros. ¿Cuál es la actividad que crea el valor de cambio y qué diferencia el valor de una
mercancía sobre otra?

Precio es el valor de un bien o servicio, expresado en dinero.

Las diferentes escuelas económicas consideraron el trabajo como el elemento fundamental


en la creación de valor de las mercancías y el que permitía que éstas pudieran cambiarse
entre sí; no obstante, para determinar el valor en términos cuantitativos, es decir, medir el
valor de cambio incorporado a un producto o servicio, consideraron otros elementos que se
pueden resumir en:

- Los primitivos establecían como referencia el trabajo necesario para obtener el bien.

- Para los clásicos (Ricardo), se consideró la función del trabajo necesario para obtener un
bien en términos de unidades de tiempo de igual calidad.

- Los marginalistas lo determinaron en función de la escasez relativa de los bienes y su


utilidad, junto con las preferencias individuales.

- Para los subjetivistas, el valor de cambio se determinaba en función de la demanda.

- Para Stuart y Mill (Prekeinesianos), tanto el valor como los precios del mercado, se
determinan por la utilidad combinada con la necesidad y la dificultad económica para lograrlo,
lo que se traduce en oferta (basada en costos de producción) y demanda (basada en la
utilidad).

- Para Marx, "La magnitud del valor de toda mercancía es la cantidad de trabajo socialmente
necesaria para su producción", pero estableció la distinción entre trabajo simple y trabajo
complejo.

Finalmente, factores tales como el capitalismo, la revolución industrial, la producción en


masa y el aumento de la productividad del trabajo debido a la incorporación de tecnologías
mas avanzadas, ha llevado a introducir nuevas variables y ha significado, cada vez más, una
mayor separación entre la producción y el consumo, variando en forma significativa algunos
de los conceptos.

El fin de la producción se dirige al mercado y no al consumo. El capitalista industrial se


convierte en protagonista del desarrollo económico, el capital en su condición necesaria, y la
ganancia en su motor. El mercado domina en esta sociedad completamente al productor.
En el mercantilismo simple, el ciclo del mercado se iniciaba con un producto que se convertía
en dinero para adquirir, con éste, otro producto para satisfacer una necesidad específica,
mientras que en el mercado capitalista no se realiza la identificación entre el inicio y el fin del
proceso de circulación, pues éste se inicia y termina con capital monetario sólo incrementado
en su magnitud, el cual se constituye en el incentivo del capitalista y no en la satisfacción de
las necesidades.

Estas nuevas relaciones que se establecen hacen variar también los conceptos de valor de
cambio y precio de los productos.

1.7.3.5.1. Evolución del concepto de precio

La teoría del valor y la teoría de la distribución, forman conjuntamente la teoría de los


precios. La primera, trata de la determinación de los precios de los bienes de consumo;
mientras que la teoría de la distribución, hace referencia a la determinación de los precios de
los factores de producción.

La teoría del valor se refiere a los precios relativos o a los valores de cambio de una
mercancía, y debido a que la demanda de bienes proviene de su capacidad para satisfacer
las necesidades humanas, éstos poseen una utilidad diferente para cada persona, de la cual
se desprenden diferentes conceptos sobre el valor: valor de cambio y valor de uso. El
agua, por ejemplo, posee un gran valor no a causa de su precio, sino por poseer gran utilidad
y capacidad de satisfacer necesidades humanas.

La mercancía se cambia cuando ha perdido total o parcialmente la utilidad o el valor de uso


para el que lo posee.

1.7.3.6. El precio de venta

El precio de venta se determinará entonces con base a los costos de producción más la
ganancia esperada, que es mediatizada por la concurrencia de otros productores en el
mercado, los precios ya existentes y la demanda y las condiciones de producción que
establece explícita o implícitamente la sociedad.

Representa pues una tendencia del mercado, un precio de equilibrio y no el precio unitario de
una mercancía de una empresa específica, sino el costo de un sector productivo de acuerdo
a determinadas condiciones y momentos, lo que se traduce en la interacción de las fuerzas
de la oferta y la demanda.

El precio de equilibrio de un producto queda determinado cuando la cantidad


demandada por los consumidores coincide con la cantidad ofertada por los
productores.

De ahí que este concepto, como también el de valor, se diferencie significativamente con el
concepto técnico de costos de producción desde el punto de vista de la empresa. En el
capitalismo, se refieren a los gastos de producción, como la suma que se desembolsa para
pagar todos los factores de la producción que requiere el proceso productivo: materias
primas, energía, mano de obra, gastos generales, gastos de amortización y mantenimiento
de las instalaciones.

1.7.3.7. Precios del mercado 

Es el precio al cual se vende el bien o el servicio en el mercado. En la determinación de los


precios actualmente influyen, entre otros factores:

- La demanda y la oferta y la relación entre éstas.

- La elasticidad de la oferta y la demanda.

- Los precios relativos.

- Los gustos, actitudes, preferencias.

- Los costos de producción.

- La estructura industrial donde operan los mercados.

Una hipótesis básica de la teoría de los precios es que los individuos responden más a los
precios relativos que a los precios absolutos, siendo los primeros los portadores de
información en el mercado. Por ejemplo, cuando aumenta el precio relativo de un bien, de
alguna manera, la información que se traduce es que el bien es más escaso y, por lo tanto,
los productores verán en esto una oportunidad para aumentar sus ganancias.

1.7.3.8. Los vicios del sistema de precios

El mecanismo de los precios también conduce a innumerables distorsiones en el mercado y


en la toma de decisiones, denominadas "vicios del sistema de precios".

Gran parte de estos vicios se dan por la existencia de estructuras de mercado bastante
alejadas de la competencia perfecta y, por lo tanto, generan condiciones que pueden
distorsionar los resultados de las fuerzas libres de la oferta y la demanda.

Las modernas economías están constituidas por industrias oligopólicas o de competencia


monopolística y difícilmente se observa en la práctica la competencia perfecta con perjuicios
para los consumidores, por lo que se requiere permanentemente la acción correctiva del
Estado.

En las economías occidentales, por lo tanto, la defensa del liberalismo puro pierde su razón
de ser acudiendo a la construcción de los sistemas mixtos caracterizados por la acción
conjugada de la empresa privada y el Estado.
El Estado puede poner contrapesos y equilibrios que no son aportados por la competencia
perfecta, ya sea regulando el monopolio o regulando los precios u otros mecanismos como el
aumento artificial de la oferta.

1.7.4. El sistema de mercados

Las actividades económicas tienen lugar a través de los mercados. Se definen, en su sentido
más amplio, como "instituciones o mecanismos donde concurren oferentes o productores y
compradores o consumidores, para realizar las diferentes transacciones comerciales". En
definitiva, es el punto de encuentro entre los agentes económicos que actúan como oferentes
y demandantes de bienes y servicios.

El mercado no necesariamente debe tener una localización geográfica determinada; para


que exista, es suficiente que oferentes y demandantes puedan ponerse en contacto, aunque
estén en lugares físicos diferentes y distantes. Por lo tanto, el mercado se define en relación
con las fuerzas de la oferta y de la demanda, constituyéndose en el mecanismo básico de
asignación de recursos de las economías descentralizadas.

Mercado es el conjunto de actividades referidas a las compras y a las ventas de


un determinado bien.

Existen mercados de muy diversas formas. Todas las situaciones que vinculan a los
compradores o demandantes potenciales con los productores u oferentes potenciales
constituyen mercados, algunos son locales, otros son nacionales o internacionales. Por
ejemplo, las estaciones de gasolina, las tiendas de música y video, las bolsas de valores, los
mercados de trabajo, entre otras.

Los mercados geográficos, por su parte, son lugares físicos donde igualmente operan las
diferentes transacciones en la realidad e involucran un contacto directo entre el comprador y
el vendedor.

Las decisiones económicas que toman los compradores o vendedores de productos se


hacen efectivas a través del sistema de mercados, por lo cual, tal y como se dijo
anteriormente, el sistema de mercados es el mecanismo de coordinación esencial en una
economía capitalista.

El sistema de mercado competitivo es un mecanismo que transmite las decisiones de los


consumidores, productores y proveedores de recursos, y los sincroniza para lograr los
objetivos de unos y otros, siendo la competencia el mecanismo de control.

Entonces, la capacidad del sistema de mercados para comunicar los cambios en datos
básicos, tales como gustos y preferencias del consumidor, sensibilidad hacia los precios, e
inducir respuestas adecuadas de las empresas y de los proveedores de recurso, se
denomina función directriz o función indicativa de los precios.
1.7.4.1. Condiciones para la existencia de un mercado

Para poder hablar en economía de la existencia de mercados, es necesario que existan dos
grandes grupos: compradores y vendedores. Los compradores son los consumidores que
compran bienes y/o servicios para satisfacer una serie de necesidades; y los vendedores son
las empresas, que compran trabajo, capital y materias primas, que utilizan para producir
bienes y servicios.

Es evidente que la mayoría de los individuos y de las empresas actúan como compradores y
como vendedores al mismo tiempo, pero para el análisis del mercado resulta más útil
estudiarlos por separado, es decir, simplemente como compradores cuando compren algo o
como vendedores cuando vendan algo. Sin embargo, para que pueda darse una interrelación
entre compradores y vendedores, debe existir una serie de bienes y servicios con precios
asignados, de tal manera que el intercambio pueda ser efectivo; en otras palabras, para que
el intercambio entre consumidores y vendedores sea real, es necesario que exista una
mercancía del interés de ambos agentes y con un precio conocido, donde un agente esté
dispuesto a entregar la mercancía a otro si recibe a cambio el precio que pide por ella y aquel
agente que quiere disfrutar de la mercancía debe pagar su precio para poder obtenerla.

Así, los mercados constituyen el centro de la actividad económica y muchas de las


cuestiones y temas interesantes de la economía se refieren a su funcionamiento; por lo tanto,
en desarrollos temáticos posteriores se hará una breve presentación de las estructuras de
mercado que son objeto de análisis económico.

1.7.5. El carácter regulador de la competencia

En el capitalismo, el sistema de mercado permite a través de la oferta y de la demanda


comunicar las necesidades de los consumidores a las empresas y, a través de ellas, a los
productores o proveedores de recursos. Sin embargo, es realmente la competencia
combinada con la intervención del Estado para algunos casos, la que obliga al sistema a dar
respuestas adecuadas a unos y otros, a adoptar técnicas de producción más eficientes y a
mantener los costos y precios en sus niveles mas bajos.

La fuerza de la competencia controla o guía el interés propio, de tal manera que éste
consigue de forma automática, y no intencional, lo que más le conviene a la sociedad: es lo
que en 1776, Adam Smith, en su libro "La Riqueza de las Naciones" denominó "La mano
Invisible", la cual generaba el resultado económico óptimo al buscar los individuos su propio
beneficio.

1.8. Funcionamiento del sistema económico 

La base del sistema económico está en la forma como el individuo y la sociedad decide
utilizar sus limitados recursos con el fin de lograr sus necesidades y requerimientos. Difiere
de un país a otro, fundamentalmente por la propiedad sobre los factores de la producción y el
método que se utilice para orientar la actividad económica.

En toda comunidad organizada se mezclan, en mayor o menor medida, los mercados y la


actividad de los Gobiernos. Es más, el grado de competencia de los mercados varía, desde
aquellos en los que sólo opera una empresa, ejerciendo un monopolio, hasta la competencia
perfecta de un mercado en el que operan cientos de minoristas. Lo mismo ocurre en cuanto a
la intervención pública, que abarca desde la intervención mínima al regular impuestos,
crédito, contratos y subsidios, hasta el control de los salarios y los precios de los sistemas de
economía planificada que imperaban en los países comunistas.

1.8.1. Modelos de funcionamiento de la economía

Los tres modelos mas conocidos para orientar la actividad económica son: sistema de libre
empresa (capitalismo puro), planificación central (comunismo) y economías mixtas.

1.8.1.1. Sistema de libre empresa. Capitalismo puro

Es un sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en


la gestión empresarial libre y autónoma del control estatal, donde la asignación de los
recursos productivos se realizan en forma descentralizada obedeciendo a las decisiones de
miles de agentes económicos que actúan guiados por su propio interés.

Los principales procesos y operaciones económicas los lleva a cabo la empresa privada, libre
del control directo de la actividad gubernamental. Cada participante en el proceso busca
maximizar su satisfacción o beneficio a través de sus propias decisiones de consumo o
producción, decisiones que a su vez están limitadas por el mercado y regidas
fundamentalmente por la competencia y el sistema de precios.

La coordinación se da a través de los mercados y el Gobierno se limita a proteger la


propiedad privada, no interfiriendo significativamente en los mercados, tan sólo establece un
entorno apropiado para el funcionamiento de los mismos. No obstante, el Estado fija ciertas
leyes y normas que regulan los límites de acción de los agentes económicos privados y a las
cuales todos deben someterse, sin exceptuarse ningún tipo de propiedad.

El capitalismo está basado en la libre empresa y en la propiedad privada de los


medios de producción y distribución.

El capitalismo libremente competitivo se aplicó en grado diverso a muchos países


industrializados de mitad del siglo XX. En los últimos tiempos ha surgido un incremento
general en las funciones económicas del Estado y la mayoría de los países occidentales
poseen sistemas económicos mixtos de libre empresa que abarcan a instituciones públicas y
privadas, reguladas por un conjunto de leyes marco e instituciones gubernamentales que
operan para mantener la libertad de productores, inversionistas, trabajadores, consumidores,
controlar la propiedad, los contratos, organización de sociedades y monopolios, pero sin una
detallada supervisión o dirección gubernamental.

La propiedad privada, la libertad de empresas, el interés propio como fuerza motivadora, la


competencia y la confianza en el sistema de mercado, son las premisas en que descansa el
capitalismo.
1.8.1.2. Planificación central. Comunismo

La visión totalmente opuesta a la anterior es la que prevalece en Cuba y en los cada vez
menos numerosos países comunistas, donde predomina la tendencia hacia la planificación
centralizada de la economía como contraposición extrema del capitalismo puro,
caracterizada por la propiedad del Gobierno sobre la mayoría de los medios de producción y
la toma de decisiones económicas en forma centralizada. Las empresas son propiedad del
Gobierno y es éste el que mediante una junta central de planificación determina el qué, el
cómo y cuánto producir.

Las principales diferencias entre la organización económica planificada y la capitalista


radican en quién es el propietario de los medios de producción, así como en sus diferentes
puntos de vista sobre la distribución de la renta o la forma de establecer los precios.

El comunismo se opone a la propiedad privada de los medios de producción y


defiende la explotación comunitaria de la riqueza, en beneficio de la sociedad y
no de lucro personal.

En teoría no existe ninguna razón que impida a una sociedad democrática optar por una
planificación centralizada de la producción, los precios y la distribución de la renta, sin
embargo, la experiencia demuestra que la planificación central de las economías también ha
tenido grandes problemas, no obstante han existido importantes diferencias en el grado de
control entre los distintos países comunistas, e incluso, en un mismo país a lo largo del
tiempo.

1.8.1.3. Economías mixtas

Se trata de una situación intermedia entre la economía planificada y la economía de libre


mercado. La actividad económica recae en su mayor parte sobre el sector privado, pero el
sector público regula esta actividad, interviniendo para proteger a los trabajadores y
redistribuir la renta entre los de mayores y los de menores ingresos.

El Gobierno desempeña un papel más decidido para buscar el mantenimiento estable del
nivel de precios e, igualmente, establece políticas que regulan la economía en general; los
controles de precios se limitan a las mercancías más esenciales. Los precios aumentan en
los sectores no controlados, atrayendo hacia éstos a los mayores inversionistas para no
frenar la expansión de la producción a causa del control.

De la misma manera, las organizaciones no gubernamentales desempeñan un papel


importante en este tipo de economía, en la que se dan muchas interacciones entre agentes
que están regidos por fuerzas diferentes a las del mercado, con incentivos diferentes a la
ganancia o al lucro privado.

Los sistemas de economía mixta imperan en la mayoría de los países en vías de


desarrollo. Los Gobiernos participan activamente en la economía, promueven la estabilidad
y el crecimiento económico, suministran bienes y servicios cuya producción sería escasa por
parte de los propietarios privados, modifican a través de diversos medios la distribución del
ingreso y dependen de la cooperación de los países más desarrollados para poder generar el
capital, la tecnología y la organización necesaria para desarrollarse.

Asimismo, requiere hacer negociaciones y tratados para acceder con facilidad a los
mercados de los países industrializados, con el fin de vender sus productos manufacturados
y las materias primas que poseen. Sin embargo, la capacidad política de los países ricos
para atender estas necesidades depende de que puedan solucionar sus propios problemas,
como la inflación, el desempleo y el estancamiento del crecimiento.

Esquema de funcionamiento de un sistema de economía mixta

La clase de organización social que se utiliza para la coordinación de actividades entre


individuos es esencialmente un sistema de mercado de precios regulado por la intervención
del Gobierno. En dicho sistema, los recursos tienden a fluir hacia donde obtienen la más alta
tasa de retorno o el mayor beneficio posible, haciendo un circuito entre Gobierno, empresas y
familia, que actúan como unidades de consumo y de producción.

La figura 1.4 presenta un sistema de economía mixta en forma simplificada, pues omite
transacciones con el resto del mundo. El gráfico permite entender su funcionamiento como
una compleja red de interrelaciones, de toma de decisiones y de actividades económicas,
entre las familias, el Gobierno y las empresas, entre los cuales se establece un sistema de
mercado de recursos y productos, que propicia la redistribución del ingreso a través del pago
por el uso y consumo de los recursos, bienes o servicios y paga impuestos que el Gobierno
emplea para utilidad común.

Figura 1.4: Funcionamiento de un sistema de economía mixta.

Capítulo 2 .- Economía y medio ambiente

OBJETIVO
- Dar a conocer la importancia y repercusiones de incluir la variable ambiental en los procesos
económicos.

2.1. Relaciones entre la economía y el medio ambiente

Cuando se analiza un problema económico, normalmente éste se limita al estudio de las


relaciones puramente económicas entre los agentes involucrados -productores,
consumidores, compradores y vendedores-, tanto de bienes y servicios como de factores de
producción.

Es decir, no existe referencia explícita al sistema ecológico, cuando éste desempeña


importantes funciones relacionadas:

- sirve como proveedor de insumos (combustibles, materia, energía) al sistema económico,


los cuales son utilizados en la producción de bienes y servicios;

- funciona como sumidero de desechos, los cuales son expulsados por el sistema económico
como resultado de procesos de producción y consumo; y,

- proporciona bienes y servicios naturales, los cuales son demandados por la sociedad. Lo
anterior se refleja en el hecho de que los miembros de la sociedad están dispuestos a pagar
algún monto determinado por el uso de esos bienes y servicios (recreación, consumo directo,
consumo indirecto, existencia, etc).

Figura 2.1: Triángulo de la sostenibilidad.

De la relación entre ambos sistemas se obtienen una gran cantidad de beneficios, no


obstante, si el empleo que hace el sistema económico del sistema ecológico es tal que:
- la tasa de utilización de los recursos o servicios ambientales es superior al nivel de
regeneración natural; o bien,

- el nivel de producción de desechos es mayor que el nivel de asimilación por parte del
ecosistema,

- entonces el sistema ecológico puede degradarse.

Lamentablemente esta ha sido la tónica tradicional que ha marcado la pauta en la mayoría


de los países hasta no hace demasiado tiempo. Afortunadamente, cada vez más las
decisiones de producción, consumo y explotación, se toman desde una perspectiva que
integra variables económicas, ambientales y sociales (desarrollo sostenible).

2.2. Funciones del medio ambiente: valores de uso y no uso 

Tal y como se ha visto, el medio natural desarrolla diversas funciones que pueden
considerarse económicas, ya que inciden directa o indirectamente en las actividades
económicas de los hombres. Estas funciones son básicamente de tres tipos:

- Proporcionar recursos.

- Asimilar residuos.

- Prestar servicios medioambientales.

Los productos y servicios generados por estas funciones dan como resultado una
disminución de los recursos naturales. Desde el punto de vista económico, cómo se puede
analizar esta pérdida? A través de los beneficios (derivados de las ganancias obtenidas por
el uso que se le da a la tierra) y costes ("beneficios de uso" que se pierden al destinar la
tierra a otros usos) de cada acto destructivo.

El medio ambiente tiene un valor económico que en muchas ocasiones resulta


imposible de evidenciar, incalculable por definición, pero que siempre existe.

El valor económico total de los activos ambientales estaría compuesto por el valor de uso
más el valor de no utilización (figura 2.2).

Los valores de uso directo son relativamente sencillos de cuantificar, pues se refieren a
productos que se pueden consumir directamente: alimentos, biomasa, salud, etc. Los de uso
indirecto alcanzan los beneficios denominados funcionales, tales como la regulación del
clima o microclima, la protección contra crecidas y riadas, etc.

Los valores de opción se refieren a valores de uso directo o indirecto en el futuro, por lo que
existe la dificultad de predecir los niveles tecnológicos de los años venideros, los cuales
influirán en la productividad inducida del medio ambiente.
El valor de existencia deriva del propio conocimiento de la existencia de un determinado
activo ambiental. Es el caso, por ejemplo, de la Antártida o de la biodiversidad, cuya
existencia, aunque sea por mera convicción moral, nos parece valiosa. Obviamente, a la hora
de hacer juicios morales las dificultades de cuantificación se multiplican, aunque puede
resultar más sencillo lograr una ordenación de prioridades.

Figura 2.2: Valores económicos del medio ambiente.

Finalmente, el valor de herencia o legado es el que tiene determinado bien ambiental o


recurso natural (valores de uso y no uso) para las siguientes generaciones, debiendo
suponer por tanto no sólo los niveles tecnológicos futuros, sino también escalas de valores y
principios morales.

2.3. Problemática ambiental global y efectos económicos

De todos es sabido que hablar de globalización es sinónimo de un rápido progreso


tecnológico, elevada movilidad de bienes y personas y proliferación de redes de
comunicación, entre otros.

Sus defensores aseguran que algunos problemas ambientales, como la calidad del agua y
ciertos tipos de contaminación, mejoran al crecer el nivel económico, o que el libre comercio
favorece el uso eficiente de recursos y la difusión de tecnologías limpias y que contribuye a
acabar con subvenciones y políticas que favorecen productos y actividades ambientalmente
nocivos.

Sin embargo, quienes rechazan el desarrollo de la globalización aseguran que es un hecho


histórico que el aumento de la producción estimulado por el libre comercio y la mejora de la
eficiencia supongan un mayor consumo de recursos, y que problemas como la generación de
residuos y las emisiones de CO2 parecen crecer con el nivel de riqueza.
En este contexto, la globalización intenta otorgar un papel preponderante a la economía, en
detrimento de la política, los aspectos sociales, la cultura y el medio ambiente. Por
consiguiente, el mantenimiento del entorno está supeditado a los desarrollos económicos.
Las consecuencias de ser más competitivos son la deforestación, el calentamiento global y
las desigualdades sociales, entre otros.

Respecto a las "ventajas" del libre comercio, sus críticos reprochan que el mercado no
selecciona por sí mismo productos y actividades más limpios que los actuales a no ser que le
produzca una rentabilidad económica directa, cosa que no siempre se da. La idea del
"mercado verde", siguiendo fórmulas neoliberales para resolver los problemas ambientales,
también ha cobrado especial auge en los últimos años.

El medio ambiente es un bien libre, es decir, no existe un mercado que determine un precio.
Por tanto, ni tiene un precio para reflejar su escasez ni generalmente el precio de un
producto contempla los costes ambientales que han sido necesarios para producirlo.

El protocolo de Kyoto y el comercio de créditos de emisión son un primer paso


para la creación de un "mercado del medio ambiente".

Por otro lado, los problemas ambientales han pasado a tener en la actualidad un carácter
transfronterizo, es decir, afectan a nivel mundial (cambio climático, destrucción de la capa de
ozono, contaminación atmosférica por tóxicos persistentes) o bien se trata de problemas
locales, pero abundantemente repartidos por todo el planeta (cambios de uso de la tierra,
pérdida de biodiversidad, invasiones biológicas). Esto hace que los países que deciden
proteger su entorno natural produzcan externalidades positivas que sirven a otros países; sin
embargo, muchas veces es el propio país el que tiene que sufragar todos los gastos para
beneficio del resto, lo cual no siempre es gratificante para el primero.

2.4. Escuelas de pensamiento

2.4.1. La economía ambiental

La economía ambiental o también llamado ecocapitalismo, es el nombre que ha adoptado la


economía neoclásica, donde aplica cuestiones ecológicas a sus métodos.

Se trata de una rama especializada de la economía, dedicada al estudio de los problemas


ambientales desde el punto de vista económico. A través de ésta se buscan soluciones de
tipo económico al problema de incompatibilidad entre los usos privados y los usos sociales
que se les da a los recursos naturales.

En economía ambiental, las distorsiones o fallas del mercado son indicadoras de problemas
ambientales, por lo que se propone la revisión de estas fallas, entendidas como males
públicos y externalidades.
Se puede decir que con el estudio del valor económico de las externalidades
ambientales, nace la economía ambiental.

Esta escuela aporta a la economía importantes ideas sobre las valoraciones no monetarias.
Asimismo, adopta instrumentos desarrollados en la economía para utilizarlos en cuestiones
relacionadas con el medio ambiente.

Una vez estimado el valor monetario de una determinada economía externa, busca
establecer los mecanismos más 'eficientes' para internalizar dichas externalidades. La
economía ambiental se centra, de este modo, en dos ámbitos básicos: el campo de la
valoración (estudios de impacto y de coste ambiental, para lo que utiliza una serie de
instrumentos y metodologías como los estudios de coste/beneficio, la valoración contingente,
la 'disponibilidad a pagar', etc.) y el campo de la política y gestión ambiental, donde propone
diversos instrumentos de política fiscal ambiental, constitución de mercados secundarios,
políticas y gestión ambiental.

Los principios de la economía ambiental se fundamentan en la utilización del


marco conceptual de la economía neoclásica. Algunos autores repesentativos
son Hotelling, Gordon, Scott y Pigou.

El objetivo último de este ejercicio es el de lograr 'corregir el mercado' restableciéndolo, así,


como una institución eficiente en la asignación de los recursos, en la medida en que los
distintos precios de los bienes y servicios reflejen su verdadero 'coste de oportunidad' para la
sociedad como un todo. Una vez logrado eso, se podrían dejar otra vez en manos de los
agentes económicos individuales las decisiones económicas, recuperándose el ideario
liberal, de que el conjunto de decisiones y competencia entre los agentes individuales
resultaría el bienestar colectivo.

En resumen, las funciones de la economía ambiental son:

- Modificar las variables económicas reales con la idea de que el individuo se comporte de la
mejor manera posible, disminuyendo los niveles de contaminación producidos y, por
consiguiente, reduciendo los problemas de degradación de los ambientes naturales.

- Proponer una serie de metodologías específicas para la estimación del valor económico de
los daños ambientales producidos por la contaminación, con el objetivo de encontrar los
valores de la compensación necesaria para eliminar los efectos de las externalidades
ambientales.

- Estudiar la relación de los equilibrios o desequilibrios (lo que en inglés se conoce como
trade off) existentes entre la conservación de los recursos naturales y ambientales de un país
y las actividades económicas necesarias para el impulso de su crecimiento económico, con
miras a la maximización del bienestar económico de la sociedad de las generaciones
actuales y futuras.
La economía ambiental apuesta por complementar la economía convencional
estableciendo instrumentos de valoración de los costes/beneficios ambientales
externos por medio de diversas metodologías.

2.4.2. La economía ecológica

Según Azqueta (1994) la economía ecológica es "una disciplina, que apoyándose en las
leyes de la termodinámica, busca la consecución de la sostenibilidad. En este sentido se
puede decir que lo que persigue es encontrar un equilibrio entre la explotación que el sistema
económico hace del sistema ecológico y la posibilidad de regeneración de éste último".

La economía ecológica sostiene que la economía tradicional no ha prestado suficiente


atención al marco biofísico en el que se enmarca la actividad humana.

Según Aguilera (1992) la economía ecológica se articula sobre tres principios fundamentales:

- La primera ley de la Termodinámica: "la energía no se crea ni se destruye, tan sólo se


transforma". Según esta ley, la generación de residuos es algo íntimamente ligado a los
procesos de producción y consumo, es decir, no es una externalidad.

- La ley de la Entropía: "la materia y la energía se degradan continua e irrevocablemente


desde una forma disponible hasta otra no disponible, independientemente de que las usemos
o no". La interpretación de esta ley es que la disponibilidad para ser utilizadas es lo que
proporciona valor económico a la materia y a la energía.

- Finalmente, el tercer principio indica que es imposible generar más residuos de los que
puede tolerar la capacidad de asimilación de los ecosistemas y que no se puede extraer de
los ecosistemas más de lo que pueda considerarse su rendimiento sostenible o renovable, ya
que de lo contrario los destruiríamos.

Estos economistas promueven el desarrollo sin crecimiento a través del


desarrollo sustentabilidad, añadiendo la variable medioambiental en sus
estudios económicos y partiendo de la base que la economía forma parte de los
flujos de energía en las leyes de la termodinámica.

En clara ruptura paradigmática con la economía convencional y también con la economía


ambiental, que procuran reducir el proceso económico a su dimensión monetaria (o
crematística), la economía ecológica se caracteriza por su aspecto transdisciplinar y por la
aceptación de la existencia de una serie de dimensiones del proceso económico que no
pueden ser reducidas a un denominador común (los precios) y que, en muchos casos, son
inconmensurables entre sí (es decir, no pueden ser reducidas o sustituidas unas por otras).

La economía ecológica, a la que quizá se debería denominar ecología humana, ofrece una
crítica a la economía convencional y aporta instrumentos propios para explicar y juzgar el
impacto humano sobre el ambiente. Una tarea tan extensa requiere nuevas herramientas de
estudio y revisar los conceptos clásicos con una metodología más flexible y pluralista.
Capítulo 3 .- Fallas de mercado y externalidades

OBJETIVO

- Explicar qué son las externalidades o efectos no contemplados en los precios de mercado y formas
de corregirlas.

3.1. Definición de externalidad y conceptos previos 

La dinámica de deterioro del ecosistema provocada por decisiones de producción y


consumo, se da principalmente porque el mercado no siempre cumple de manera eficiente
con su función de asignador de recursos desde el punto de vista social. Algunas decisiones
tomadas con criterio privado no siempre se corresponden con el óptimo social, lo cual se da
por el hecho de que existen externalidades en los procesos de producción y consumo.

Se entiende que se produce un efecto externo cuando las acciones de un agente


económico (A) afectan, mediante mecanismos diferentes a los precios de mercado, a las
decisiones o bienestar de otro agente (B); esto se cumple siempre y cuando (A) no actúe
deliberadamente para influir sobre ese bienestar de (B). El hecho de que una acción de (A)
afecte a las decisiones o bienestar de (B), implica que se alteran las funciones de utilidad o
producción. En función de cómo sea este efecto se pueden distinguir dos tipos de
externalidades:

- Externalidad positiva (efecto externo positivo, beneficio externo o economía externa): si B


resulta beneficiado.

- Externalidad negativa (efecto externo negativo, coste externo o deseconomía externa): si


B resulta perjudicado. Es el caso de la contaminación.

Figura 3.1: La contaminación atmosférica puede considerarse como una externalidad


negativa.1

Por otra parte, no siempre la contaminación física implica una externalidad negativa o coste
externo, ya que además debe darse otra circunstancias más: que la pérdida de bienestar no
sea compensada. Por ejemplo, si el agente (A) produce polución negativa para el agente (B),
pero le compensa adecuadamente, entonces esta polución no se considera una externalidad;
lo que se está produciendo entonces es una internalización de las externalidades.

En definitiva, una externalidad (negativa) existe cuando se dan las dos condiciones
siguientes:

1. Una actividad de un agente provoca una pérdida de bienestar de otro agente.

2. Esa pérdida de bienestar no está compensada.

Por lo tanto, si los que toman las decisiones son aquellos agentes que están provocando la
externalidad (lo cual significa que la decisión responde al óptimo privado), esa decisión no
sería la óptima desde el punto de vista social, ya que no considera el costo externo que esta
decisión está provocando sobre otros agentes de la sociedad. La existencia de este
fenómeno lleva a que se produzcan mayores cantidades de los bienes y servicios que
provocan la externalidad; se venderán a precios menores y se producirá un mayor nivel de
contaminación que el deseado socialmente. A este fenómeno se le conoce como una "falla
de mercado".

Se pueden distinguir 4 tipos de externalidades negativas:

- Efectos de la producción sobre la producción: la actuación de un agente productor (A)


influye negativamente sobre otro agente productor (B). Ejemplo: (A) es una fábrica de
cemento que emite contaminantes a la atmósfera y (B) es una empresa agrícola que cultiva
espinacas. A consecuencia de las emisiones de humos de (A), las espinacas (output de B)
pierden calidad y peso, manteniéndose constantes el resto de variables o inputs (abono,
riego, laboreo del suelo, etc).

- Efectos de la producción sobre el consumo: la actuación de un agente productor (A)


influye negativamente sobre un agente consumidor (B). Ejemplo: (A) es una fábrica de
cemento que emite contaminantes a la atmósfera y (B) es una persona que come las
espinacas cultivadas en el campo contiguo a la cementera. A consecuencia de las emisiones
de humos de (A), las espinacas que consume (B) tienen una menor calidad (provocando una
pérdida de bienestar a B).

- Efectos del consumo sobre el consumo: la actuación de un agente consumidor (A)


influye negativamente sobre otro agente consumidor (B). Ejemplo: (A) es un excursionista
que no recoje las basuras que produce y las deja abandonadas en la montaña y (B) es otro
excursionista. A consecuencia del incivismo de (A) se produce un deterioro en el disfrute de
(B).

- Efectos del consumo sobre la producción: la actuación de un agente consumidor (A)


influye negativamente sobre un agente productor (B). Ejemplo: (A) es un excursionista que
no recoge las basuras que produce en la montaña y (B) es una cementera que obtiene la
arena de esa montaña. A consecuencia del incivismo de (A), (B) tiene que cribar los residuos
de la arena para poderla utilizar como materia prima, ocasionando un inconveniente.
La externalidad es un efecto no medido por los precios del mercado.

1
Hay que aclarar que en el caso de la fotografía, la contaminación viene dada por la
chimenea larga y estrecha que aparece a la izquierda de la imagen y no por el vapor de agua
emitido por las torres de refrigeración que, en todo caso, contribuiría al efecto invernadero.

3.2. Internalización de las externalidades

Ahora cabe hacerse la siguiente pregunta: ¿puede ser corregida esta falla del mercado?
¿Puede el óptimo privado coincidir con el óptimo social?

Para que el óptimo privado coincida con el óptimo social, es decir, para que las decisiones
individuales (privadas) correspondan con aquéllas óptimas desde el punto de vista social, se
requiere un proceso de "internalización" de las externalidades. El mismo podría darse por
negociación directa entre las partes involucradas o por intervención gubernamental. En el
primer caso, podría suponerse que si los beneficios del agente que está provocando la
externalidad son mayores que los costos del afectado, el primero podría compensar al
segundo por los daños causados y aún así obtendría un beneficio neto positivo. En el caso
contrario, los beneficios del causante de la externalidad son menores que los costos del
afectado, entonces, la compensación no tendría sentido, lo cual llevaría a que no se
produzca la externalidad. Este tipo de negociaciones, sin embargo, ha sido poco común en la
práctica.

3.2.1. Planteamientos prepigouvianos

Este tipo de planteamientos empezaron a plantear economías externas en la producción.


Entre los autores que han formulado teorías con este planteamiento están A. Marshall (1890,
"Principios de economía") y Karl Marx (1867, "El Capital"). El primero introdujo los conceptos
de externalidad e internalidad, mientras que el segundo se refería a ellos de forma ímplicita.

3.2.2. Planteamientos pigouvianos

Pigou (1920), en su obra "La economía del bienestar" fue el primero en aportar términos
como "deseconomías" externas para designar los impactos negativos derivados de la
actividad económica.

Aboga por la intervención del Estado para que corrija los fallos de mercado a través de tasas
y que este actúe como un asignador de recursos para frenar aquellas actividades cuyos
"costos sociales" excedan ostensiblemente a los "costos privados", dando lugar a fuertes
externalidades negativas (o para incentivar aquellas actividades en las que ocurriera lo
contrario), realizando esto, a través de impuestos a los que contaminen (impuesto
pigouviano) o de subsidios para los que no lo hagan o contaminen menos de lo que se
denomina "nivel de contaminación óptimo", que consiste en otorgar un nivel máximo de
contaminación a cada agente afectado en la controversia.
El impuesto pigouviano se trata de un impuesto por unidad producida cuyo importe coincide
con el valor de la externalidad evaluada en el punto óptimo; es decir, consiste en aplicar al
contaminador un gravamen de acuerdo con el coste externo que impone a otros. Lo que se
pretende es que la empresa, al tener que abonar un impuesto por unidad de producto igual al
valor del efecto externo que genera, se vea obligada a elegir el nivel de producción
socialmente deseable y producir allí donde vea maximizados sus beneficios.

En principio se trata de un instrumento que internaliza las externalidades y disminuye la


degradación ambiental, y cuyo objetivo es incentivar al contaminador a reducir sus emisiones
(para así poder reducir los importes de los impuestos).

En la práctica el impuesto pigouviano tiene algunos fallos, llegando a veces a producir


efectos contrarios a los que se prentendían en un principio. Esto es debido a que existen
ciertas situaciones en las que su aplicación se aleja de su comportamiento teórico:

- en realidad es difícil atribuir unos costes al daño medioambiental;

- en caso de competencia imperfecta (el caso más exagerado sería el de los monopolios) los
impuestos pueden generar una pérdida en el bienestar social; y,

- no se adecua suficientemente rápido a los cambios ambientales, etc.

El caso del control de la contaminación, aun a través de la aplicación de impuestos


pigouvianos, requiere la intervención del Estado, es decir, la acción gubernamental. Esta
acción, además de los impuestos, puede orientarse a señalar el tipo y cantidad de
contaminación permitida, pero no siempre se verá coronada por el éxito, resultando que
algunas formas de intervención serán mejores que otras.

A pesar de los problemas que representa la aplicación de los impuestos pigouvianos como
único modo de internalizar las externalidades negativas, se han desarrollado con éxito
diferentes clases de tributos ecológicos combinables entre sí y con otros instrumentos.

En el caso de la intervención gubernamental se pueden mencionar los siguientes


mecanismos, que se verán en detalle más adelante:

- El establecimiento de impuestos a la contaminación (o a la actividad causante de la


degradación ambiental). Por ejemplo, en el caso de la gasolina con el objetivo de prevenir la
contaminación.

- El establecimiento de estándares de contaminación, combinados con castigos por no


cumplimiento.

- Permisos negociables de contaminación. Mediante este mecanismo, la autoridad ambiental


competente establece un nivel de contaminación máximo y asigna a los agentes
contaminantes derechos de contaminación. A cada agente se le otorgan derechos para un
monto determinado; la suma de esos permisos no debe ser mayor que el nivel máximo
permisible.
Los agentes pueden negociar esos derechos. De esta manera, un agente puede contaminar
más siempre y cuando le compre derechos a otro agente, que por consiguiente estaría
dejando de contaminar y a la vez sería compensado por ello.

Cualquiera de estos instrumentos llevará como resultado algún nivel de contaminación física,
aún en el caso en que se logre el "óptimo social".

3.2.3. Planteamientos coasianos

En 1960, el economista británico Ronald Coase publicó su obra "El problema del costo
social" donde estaba implícito el teorema que lleva su nombre.

Coase argumenta que el problema radica más en términos jurídicos que económicos y que
principalmente, bajo determinadas condiciones ideales, la libre competencia conduciría
directamente a 'internalizar' las externalidades, resolviendo el problema económico que
suscitaban los impactos medio ambientales sin necesidad de impuestos ni de otras
intervenciones administrativas, criticando así el enfoque de Pigou.

El "Teorema de Coase" consiste en la facultad de poder "internalizar las externalidades" en


el mercado, bajo unos supuestos y definiendo bien los derechos de propiedad bajo un marco
institucional. Por lo cual, lo primero a establecer es la legalidad de las externalidades, para
que las pueda regular el Estado y pueda existir un mercado donde se puedan comercializar y
negociar los afectados por las externalidades, para que el mercado siguiera siendo el
mecanismo de asignación de recursos.

El derecho a la propiedad bien definido es un requisito fundamental para


incentivar la competitividad en el mercado.

Internalizar las externalidades consiste, bajo supuestos de libre mercado, añadir al precio de
mercado la contaminación realizada por la producción del bien o del servicio, a través de un
diseño de los derechos de propiedad sobre el medio, siempre y cuando, puedan ser
intercambiados libremente; los costes de transacción sean nulos; y puedan ser
intercambiados en un mercado perfectamente competitivo.

A su vez asume que, siempre y cuando un recurso o uso medioambiental cualquiera sea
apropiable y, en consecuencia, valorable e intercambiable, su gestión cae ya dentro de lo
establecido de lo económico; deja de ser pues una externalidad para convertirse en algo que
encuentra solución dentro del mercado y tratamiento dentro del aparato conceptual al uso de
esta disciplina que confiere a aquella solución el carácter de óptimo económico. Esto asigna
un papel mínimo al Estado, en el que éste debería actuar solamente en temas de regulación,
imposición de sanciones económicas, subvenciones a las medidas correctivas y la creación
de un mercado de permisos comercializables de las externalidades.

"Se piensa en general que (A) produce un daño a (B) y que lo que debe decidirse es el saber
cómo impedir a (A) el producir dicho daño; sin embargo, esto es falso. Se trata de un
problema de naturaleza recíproca. El evitar daño a (B) producirá un daño a (A). La cuestión
real que debe decidirse es: ¿debería permitirse que (A) ocasione un daño a (B) o es (B)
quien debería tener permiso para dañar a (A)?" (Coase 1960, "El problema del coste social").

Por otra parte, considera que una atribución clara de los derechos de propiedad sobre los
bienes ambientales permitiría que el mercado funcionase correctamente. Esto ocasionaría
que se pudiera negociar entre el causante de la externalidad y el perjudicado por la misma,
de modo que se llegase a un punto en el que el volumen de actividad estuviese a un nivel de
producción socialmente óptimo. En este caso no sería necesaria la intervención pública.

Las teorías de Coase fueron bien acogidas por los economistas neoclásicos
porque asignaban un papel mínimo al Estado y el problema medioambiental se
resolvía en el mercado.

Sin embargo, la solución negociada que propone Coase tienen unos límites, ya que no
siempre se puede aplicar. Como mayores limitaciones al teorema de Coase se encuentran
las siguientes:

- Se requiere que los participantes estén bien definidos: para poder aplicar el teorema de
Coase se deben conocer quiénes causan las externalidades y quienes son los perjudicados.
Esto no siempre es evidente; por ejemplo, en el caso de la contaminación atmosférica en un
polígono industrial no es fácil distinguir quienes son los causantes de la externalidad, ya que
los compuestos emitidos pueden reaccionar entre sí y producir efectos sinérgicos; otro
ejemplo sería el caso de la contaminación de suelos, en el que pueden pasar décadas desde
el momento de la contaminación hasta el momento en el que se detectan los efectos.

- Los participantes en la negociación deben ser pocos: se supone que hay pocos
agentes que causan la externalidad y pocos agentes que la sufren, lo que no siempre es
cierto; como en la mayoría de casos, a medida que aumenta el número de participantes, se
complican las negociaciones, por lo que no siempre se puede llegar a una solución
negociada.

- La negociación se produce en condiciones de igualdad: esta situación no siempre se


cumple; un caso muy común es que el agente contaminador tenga una influencia política,
social o económica muy superior a la que tienen los afectados, por lo que se acaben
imponiendo los criterios del primero por encima de los intereses de los afectados.

- Los costes de transacción son despreciables o no existen: en la práctica, siempre que


hay una negociación se generan unos costes mínimos de transacción (contratos,
inspecciones, costes de representación, abogados, consultores,...). Estos costes no sólo
pueden ser considerables sino que pueden llegar a superar la ganancia en bienestar que
representaría la negociación, por lo que el acuerdo pierde sentido.

A estos inconvenientes se añaden, entre otros:

- Los resultados obtenidos son independientes de quien tenga los derechos de titularidad de
los bienes ambientales inicialmente: en realidad esto no siempre se cumple.
- El teorema no permite alcanzar el nivel óptimo de producción y externalidad en los casos en
que la empresa es un monopolio (caso de empresa con competencia imperfecta).

La consecuencia clara de estas limitaciones es la siguiente: el teorema de Coase sólo se


puede aplicar en pocos casos reales de contaminación; esto implica que no es tan sencillo
llegar a una solución negociada, por lo que en la mayoría de ocasiones la intervención
pública estará justificada (siempre y cuando los costes que suponga esta intervención sean
menores a los beneficios obtenidos).

Capítulo 4 .- Instrumentos económicos de política ambiental

OBJETIVO

- Dar a conocer los instrumentos económicos, reglamentaciones y otros, empleados en la


internalización de las externalidades.

4.1. Instrumentos utilizados para internalizar las externalidades

La política medioambiental utiliza una serie de mecanismos o instrumentos para solucionar o


internalizar las externalidades y poder así influir sobre el comportamiento ambiental de los
individuos y los agentes. Éstos pueden ser de tres tipos:

- Instrumentos económicos correctores de las externalidades relacionadas con el


medio ambiente: son aquéllos que influyen sobre los costes y beneficios de las diversas
opciones entre las que pueden elegir los agentes económicos, incentivando a dirigir o
modificar sus acciones en un sentido favorable para el medio ambiente. Dicho de otro modo,
constituyen los estímulos financieros y de mercado tendentes a producir cambios en las
pautas de comportamiento de las personas físicas y jurídicas en relación al medio ambiente.

Los más significativos son: tributos, ayudas financieras, depósitos


reembolsables y opciones negociables.

Podría pensarse que la finalidad de este tipo de medidas es exclusivamente la obtención de


ingresos para las arcas públicas. No obstante, la política ambiental va más allá,
anteponiendo a esta función tradicional un nuevo objetivo: la modificación de conductas, es
decir, la incentivación de cambios de comportamiento.

- Controles directos o reglamentaciones: son aquéllos que establecen las obligaciones y


limitaciones que deben cumplir de modo obligatorio los agentes destinatarios por parte de las
autoridades públicas competentes.

Entre éstos se citan: estándares de contaminación, clasificación de actividades e


instalaciones, imposición de niveles tecnológicos y ordenación de las zonas.
Es el mecanismo usado con más frecuencia como modulador de las conductas. Se basa en
imponer limites de actuación a las actividades de las empresas y consumidores mediante la
coacción, principalmente sustentados en la responsabildad civil, y solamente en caso de
perjuicios muy graves se considerarían sujetos a la vía penal.

- Formación y persuasión moral: incluiría las campañas de concienciación, la educación


ambiental y la información. En este apartado se contemplarían también las partidas
presupuestarias dedicadas a las actuaciones de mejora ambiental y la inclusión de variables
medioambientales a la hora de definir los proyectos beneficiarios de las inversiones públicas
y las empresas adjudicatarias de los mismos.

- Programas híbridos o mixtos: incluiría una combinación de los anteriores.

En la figura 4.1 se ilustran los diferentes mecanismos para internalizar las externalidades.

Figura 4.1: Mecanismos existentes para internalizar las externalidades.

4.1.1. Instrumentos económicos

Tal y como se ha mencionado con anterioridad, pueden distinguirse los siguientes tipos de
mecanismos:

- Los tributos ecológicos (tasas e impuestos).

- Ayudas financieras o subsidios.

- Los depósitos reembolsables.

- Los derechos de contaminación transferibles o permisos negociables.

Los tributos ecológicos

Los tributos ecológicos se definen como aquellas prestaciones pecuniarias que el Estado u
otro ente público, exigen al sujeto pasivo en uso del poder que le atribuye el ordenamiento
jurídico, y cuyo objetivo es la protección y mejora del medio ambiente.
Básicamente, constituyen un método que permite asignarle un precio a la utilización de los
bienes ambientales. Los tributos ecológicos son un modo de que el usuario esté
internalizando los costes que genera el hecho de utilizar estos bienes.

Algunas organizaciones internacionales como la Organización para la Cooperación y el


Desarrollo Económico (OCDE) y la Unión Europea (UE) 1, han considerado los tributos
ecológicos como garantes del principio de "quien contamina paga" (Prats et al., 2003).

Dentro de los tributos ecológicos se tienen las tasas y los impuestos. La tasa es:

"[...] Todo aquel ingreso público obtenido por la prestación de un servicio público de consumo
divisible, siendo el hecho imponible de la misma, la utilización del dominio público o la
prestación de una actividad".
(Ley General Tributaria, art. 26).

Las tasas no reportan beneficio alguno a la administración, ya que su pago se


produce como contraprestación de un servicio ofrecido.

Se distinguen los siguientes tipos de tasas:

- Tasas2 por unidad de vertido o por emisión: es un tributo que fija la administración para
que el contaminador pague una suma proporcional a la cantidad y calidad del
contaminante/es vertidos o emitidos. Es importante que el importe de estas tasas sea
superior al coste que representa la adopción de medidas para evitar la contaminación, ya que
de lo contrario no se conseguirán mejoras ambientales. Esta medida suele aplicarse en la
protección de aguas, residuos y contaminación acústica, principalmente.

- Tasas por servicios prestados: son pagos que se realizan en función del coste del
tratamiento público de los vertidos, emisiones o ruidos. Dichas tasas persiguen compensar el
gasto público que representa la degradación ambiental, imponiendo a los agentes
contaminadores un pago por los servicios de tratamiento y reparación de los perjuicios
causados al medio ambiente.

- Tasas sobre el producto: son los tributos aplicados al precio de los productos que pueden
resultar contaminantes, bien sea en la fase de fabricación, en la de utilización, o que hayan
dado lugar a la organización de un servicio de eliminación. Su objetivo es incitar a la
demanda a consumir productos menos contaminantes, y por tanto más baratos. Este sería el
caso de la gasolina con plomo, los envases no retornables, las pilas de mercurio y de
cadmio, etc.

- Tasas administrativas o tasas por permisos y licencias: incluyen los pagos por
derechos de permisos (autorizaciones) o por derechos relacionados con el control de la
contaminación que se deben abonar a las autoridades competentes.

- Diferenciaciones impositivas: consisten en tasas, bonificaciones o exenciones sobre las


actividades o productos, diseñados para disuadir o fomentar la producción y/o el consumo de
bienes y servicios con repercusión en el entorno.
Estos tributos no son excluyentes entre sí: hay países que utilizan sólo algunos de ellos y
otros que los aplican todos o combinaciones entre ellos.El impuesto es:

[...] un tributo exigido sin contraprestación, cuyo hecho imponible está constituido por
negocios, actos o hechos de naturaleza jurídica o económica, que ponen de manifiesto la
capacidad contributiva del sujeto pasivo y que, por lo tanto, además de constituir una
herramienta de política ambiental, sí que puede reportar ingresos netos a la administración".
(Ley General Tributaria, art. 26)

Los impuestos constituyen uno de los posibles instrumentos de política ambiental, que
influyen sobre los impactos ecológicos, reduciendo o eliminando determinados problemas.

Dentro del sector del turismo, la mayoría de las iniciativas se destinan al


financiamiento de los costes adicionales derivados de la actividad más que a
causas específicamente ambientales.

CASO PRÁCTICO: LA ECOTASA BALEAR1

Antecedentes

La mal llamada "Ecotasa" balear2 tiene su origen en un ambiente enrarecido socialmente,


a consecuencia de la toma de conciencia de las externalidades sufridas por las islas,
debido a la construcción masificada y al desplazamiento de la población residente por la
capacidad económica de los extranjeros. Este descontento general, ampliado al modelo
territorial vigente, provocó multitudinarias manifestaciones durante la década de 1990 en
las islas.

Sin embargo, no es hasta 1999, a raíz del "Pacto de Progreso", ratificado por todas las
fuerzas políticas con representación parlamentaria a excepción del partido popular,
cuando surge por primera vez una pequeña mención en el apartado de financiamiento
autónomico sobre la posibilidad de estudiar la instauración de un impuesto o tasa.

El nuevo Govern Balear decide entonces hacer suya esta premisa hasta el punto de
calificarla como "tema estrella del Govern", fundamentalmente para cambiar la impresión
de continuidad política que tenía la opinión pública y hacer frente a la presión de la
oposición.

En la primavera del año 2000, tras algunos meses de debates y posturas encontradas, el
impuesto va tomando forma, presentándose como una medida en pro de la mejora de la
calidad turística. En este sentido, cada vez toma más fuerza el cobro del impuesto en los
establecimientos hoteleros, en detrimento de otras modalidades planteadas.

Finalmente, un año después, en el Parlamento Balear se aprueba la Ley 7/2001, de 23 de


abril, del impuesto sobre las Estancias en Empresas Turísticas de alojamiento, destinado
a la dotación del Fondo para la Mejora de la Actividad Turística y la Preservación del
Medio Ambiente.
Justificación

La justificación de la Ley 7/2001 se basa en la necesidad de incrementar los recursos


económicos de la administración balear para financiar el cambio de modelo turístico,
garantizando el mantenimiento de la cobertura de las prestaciones sociales.

Se comprende pues la ecotasa como una medida con un objetivo recaudatorio, que
proporcione los recursos financieros necesarios para nutrir el Fondo de Rehabilitación de
Espacios Turísticos, con la finalidad de la mejora y conservación a medio plazo del
turismo en las Baleares.
Conflicto y Fin de la ecotasa

Tras la aprobación de la Ley 7/2001, el Gobierno Central reacciona recurriendo la medida


frente al Tribunal Constitucional (TC) el 30 de julio de 2001, con lo que queda suspendida
de forma cautelar su aplicación. La situación se mantiene hasta el 18 de enero de 2002,
en que el TC levanta la suspensión cautelar, dando vía libre al Govern Balear para cobrar
la ecotasa hasta que el TC se pronuncie definitivamente sobre su constitucionalidad.

Las reacciones no se hacen esperar: hoteleros, touroperadores y Gobierno Central


expresan públicamente su deseo de que el impuesto sea retirado. Sin embargo, también
se producen posturas a favor por parte de otros responsables autonómicos socialistas
que, incluso, pretenden extender la medida a sus comunidades. Se toman iniciativas en
este sentido en el principado de Asturias y en Catalunya, donde la Generalitat rechaza
rápidamente la medida.

La crisis entre el Govern Balear y los hoteleros llegó a su momento culminante a


principios de febrero de 2003, cuando se rompen las negociaciones. Tras constatar que
los touroperadores no incluían en sus folletos la medida adoptada -ni ningún tipo de
información sobre la ecotasa-, y las más que previsibles quejas que ello podría reportar
por parte de los turistas al desconocer el impuesto, se vuelven a retomar las
negociaciones, pero sin llegar a ningún tipo de consenso.

Por fin, el 27 de marzo de 2002 se decide aplicar la ecotasa por imposición. Más de 600
hoteles se niegan a la medida, incluso afirmando que pondrán el dinero de su propio
bolsillo3. Paralelamente, la industria turística alemana protesta ante la UE y se amenaza
con llevar el tema a los tribunales. Mientras tanto, la mayoría de la población de las islas
ve con buenos ojos la aplicación del impuesto a los turistas, pero no tan sólo a los
"turistas de hotel".

El caso es que la ecotasa continuó en vigor y, con el paso del tiempo, la conflictividad fue
enfriándose hasta que en las elecciones autonómicas del 25 de mayo de 2003, volvió a
resurgir el tema con la misma fuerza e intensidad que anteriormente.
Esta vez, el 11 de julio de 2003 la mayoría parlamentaria del partido popular aprueba el
proyecto de Ley de supresión de la ecotasa, argumentando el daño que ha hecho el
impuesto a la imagen turística balear y el hecho de que gravar sólo a personas que se
alojen en establecimientos turísticos no constituye la forma más adecuada de delimitar un
tributo.

1
Adaptado de Esther Blanco Cartagena, La fiscalidad ecológica en el sector turístico. Un
estudio de caso: la ecotasa balear. Revista Interdisciplinar de Gestión Ambiental, nº 72,
diciembre 2004. Ecoiuris.
2
Si nos atenemos estrictamente a la definición, la ecotasa balear no es ni una tasa, pues se
trata de un gravamen que se cobra sin la contraprestación de servicio alguno por parte de la
administración, en todo caso sería un impuesto; ni tampoco sería un impuesto ecológico, ya
que su objetivo no busca la modificación de comportamientos sino que es meramente
recaudatorio.
3
Los hoteleros regalan al cliente consumiciones en contraprestación al euro pagado. De ahí
la denominación de "impuesto del refresco" que tuvo en su día la ecotasa.

Tabla 2.1. Caso práctico: la ecotasa balear.

Las ayudas financieras o subsidios

Con esta denominación se engloban varias formas de ayuda que tienen como objetivo el
incentivar a lo agentes económicos a modificar sus comportamientos, con el fin de reducir la
degradación medioambiental3 o el financiar las medidas necesarias para ello.

Figura 4.2: Las ayudas financieras no siempre benefician al medio ambiente. En este sentido
podemos tomar como ejemplo las ayudas dirigidas a la explotación de los recursos
forestales.

Las ayudas financieras son un instrumento que no siempre es justificable, ya que son, en
cierto modo, contrarias al principio de "quien contamina paga"; hay que tener en cuenta que
en este caso son los contribuyentes los que asumen los pagos, mientras que la empresa
contaminadora es quien recibe el beneficio económico. Por esta razón sólo se pueden aplicar
en ciertos casos y siempre y cuando se cumplan los siguientes requisitos:

- Que sean otorgadas dentro de un programa bien definido y por un período de tiempo
determinado.

- Que no impliquen distorsiones en intercambios o inversiones internacionales.


- Que a la colectividad le represente un coste menor ayudar al contaminador que perder la
actividad que éste realiza; además deben darse razones de estricta justicia.

- Que sean otorgadas a sectores o grupos definidos, susceptibles de tener dificultades


económicas en ausencia de estas subvenciones.

Podemos distinguir tres tipos de ayudas financieras:

- Las subvenciones: implica la entrega de dinero (o bienes a título gratuito) por una serie de
conceptos como pueden ser la aplicación de equipos anticontaminantes, por unidad reducida
de vertido, por cambios de ubicación, por investigación en nuevos productos, por la
aplicación de tecnologías limpias, etc.

- Las ventajas fiscales: se trata de una serie de medidas que favorecen a los agentes
económicos mediante la autorización de amortizaciones aceleradas o concediendo
desgravaciones y exenciones fiscales si adoptan medidas anticontaminantes. Como ejemplo
reducir un cierto porcentaje del IVA en la maquinaria anticontaminación, considerar las
inversiones destinadas a mejoras medioambientales como medidas a desgravar en el
impuesto de sociedades, etc.

- Los créditos blandos: son aquellos préstamos que gozan de un interés reducido, o que
tienen un período de amortización más largo.

Esta postura en pro de los incentivos económicos fue ratificada en el Protocolo de Kyoto,
donde se sugirió precisamente la introducción de incentivos fiscales, exenciones y subsidios,
para combatir las emisiones atmosféricas contaminantes.

Los depósitos reembolsables

Los depósitos reembolsables también se denominan depósitos con derecho a devolución o


sistemas de consignación.

Consisten en que el agente potencialmente contaminante (productor o consumidor) entrega


una cantidad de dinero determinada en concepto de depósito, de modo que si no cumple las
actuaciones esperadas o no lo hace con el resultado esperado, pierde este depósito,
mientras que si tiene determinados comportamientos lo recupera.

Durante muchos años se ha venido aplicando este instrumento en las bebidas retornables,
de modo que el consumidor pagaba en envase incluido en el importe de la bebida y
recuperaba la parte correspondiente al devolver en el envase vacío. Actualmente este
sistema se encuentra en retroceso por proliferar los envases no retornables como alternativa.
Figura 4.3: El sistema de depósitos reembolsables se ha utilizado mucho en el retorno de
envases, aunque en este campo tiende a sustituirse por la aplicación de envases no
retornables.

En algunos países del norte de Europa este instrumento se ha venido aplicando para evitar el
abandono de los coches en las calles, de modo que los compradores de coches nuevos, al
adquirir un nuevo vehículo, pagan una cantidad que les es abonada a las personas que
depositan la carrocería de su vehículo viejo en puntos especiales de recogida o desguace.

Figura 4.4: El sistema de depósitos reembolsables incentiva el no abandono de las


carrocerías de vehículos deshechados.

Los permisos negociables

Los permisos negociable también se conocen como derechos de contaminación transferibles,


certificados de uso del medio ambiente, licencias de emisión de compra y venta, permisos de
descarga transferibles, derechos de contaminación, subasta de permisos, etc.

Se trata de cuotas medioambientales o autorizaciones asignadas sobre los niveles de


contaminación o de uso del entorno que, una vez fijadas y atribuidas por la autoridad
competente, pueden ser negociadas e intercambiadas por sus titulares respetando un marco
predeterminado.

Se trata de un instrumento relativamente reciente que se ha aplicado básicamente en EEUU


y en el campo de la contaminación atmosférica, aunque en teoría también podría aplicarse
en otros ámbitos (como la explotación de recursos renovables, por ejemplo).

Se distinguen los siguiente tipos de permisos negociables:

- Las "burbujas": consiste en situar un burbuja figurada sobre una empresa o un área, de
modo que la podamos considerar como una única fuente de emisiones (aunque contenga
varios focos emisores). La Administración establece un límite a las emisiones de la planta o
área que abarca la burbuja, permitiendo a los agentes contaminadores que asignen
libremente la reducción de la polución entre las diversas fuentes existentes, de modo que se
respete el límite global establecido.

- El sistema de emisiones netas o redes de control: consiste en permitir que los focos
contaminadores ya existentes que quieren ser modificados no satisfagan las normas más
estrictas (que deberían cumplir si fuesen calificados como nuevas fuentes), siempre y cuando
las emisiones netas totales de la planta en la que estén ubicados no superen el nivel anterior
a la modificación. De hecho es un sistema similar al de las burbujas pero pensado para
permitir la modificación de empresas ya existentes.

- El sistema de compensaciones: estos sistemas nacieron en EEUU para solventar el


problema de crecimiento industrial que implicaban las limitaciones de contaminación: en
principio, cuando en una zona no se cumplían los límites de polución ambiental, no se
admitía la construcción de nuevas fuentes de emisión, limitándose el crecimiento de las
empresas o la instalación de nuevas plantas. Con este instrumento se autorizan nuevas
fuentes de emisión (de plantas ya existentes o de nuevas plantas) en estas zonas siempre
que la polución que ocasionen sea compensada con creces mediante reducciones en las
emisiones de los focos contaminadores que ya venían emitiendo. Esto implica que si una
empresa decide realizar una ampliación deberá revisar sus emisiones para reducir el nivel
global de contaminación, mientras que si se trata de una nueva empresa, deberá negociar
con las restantes para poder establecerse.

- Los depósitos de emisión o los bancos de polución: permiten a un contaminador, si


reduce las emisiones por debajo de los niveles que fija la Administración, depositar estas
reducciones, o una parte de ellas, en una cámara de compensación. Estos depósitos
actuarían como créditos, de modo que el titular puede transferirlos a otros agentes o
utilizarlos en un futuro.

Figura 4.5: El sistema de "las burbujas" consisten en considerar la zona comprendida en una
burbuja imaginaria dentro de la cual sólo se admite un límite de sustancias contaminantes. 4
1
La mayoría de los impuestos ambientales a nivel de la UE se refieren a energía y
transporte, aunque se han hecho esfuerzos para expandirlos a otros ámbitos.
2
Se suelen usar indistintamente los términos "tasa", "gravamen" y "canon".
3
No todas las ayudas financieras reducen la contaminación ambiental, ya que pueden estar
dirigidas a sectores que contribuyan a acentuarla o que degraden el medio ambiente
(subvenciones al sector de explotación forestal, créditos para la compra de productos
fitosanitarios, etc). En principio sería deseable minimizar este tipo de subvenciones.
4
Fuente: archivo FUNIBER.

4.1.2. Los controles directos o reglamentaciones

Podemos distinguir dos tipos de controles directos:

- Mediante regulaciones que especifican el uso obligatorio de determinados procesos o


procedimientos productivos.

- Mediante estándares de calidad ambiental: establecen los límites aceptables para las
actividades contaminantes.

Regulaciones que especifican el uso obligatorio de determinados procesos o


procedimientos productivos

Estas regulaciones englobarían los casos en los que la Administración obliga a las empresas
a utilizar ciertas técnicas o equipos anticontaminantes (filtros en chimeneas para retener las
partículas del humo emitido, prohibir a partir de cierta fecha la fabricación de automóviles que
admitan la gasolina con plomo,...).

Pueden ser de dos tipos según su carácter:

- De carácter preventivo: encontramos aquí varios tipos de regulaciones:

- Reglamentaciones que establezcan una clasificación de las actividades o industrias según


su riesgo o seguridad, estableciendo una serie de autorizaciones para su apertura. Esta
clasificación tiene como finalidad evitar que las instalaciones, establecimientos, actividades,
industrias, almacenes,..., sean oficiales o particulares, públicos o privados, produzcan
incomodidades, alteren las condiciones normales de salubridad e higiene del medio ambiente
pudiendo ocasionar daños o impliquen riesgos graves para las personas o bienes.

- Reglamentaciones sobre la utilización de distintos inputs. Ejemplos de esta regulación


serían las limitaciones legales sobre la presencia de ciertos contaminantes en los
combustibles o en las pilas.

- Reglamentaciones que obligan a que se utilice una cierta tecnología.

- La ordenación de zonas: de modo que se establezcan unos criterios para la ubicación de


actividades contaminantes, pudiendo implicar tanto la recolocación de las actividades
existentes como restricciones en la elección del emplazamiento de las nuevas o de las
establecidas que desearan trasladarse.

- De carácter represivo: serían las sanciones de tipo penal o administrativo.


Estándares de calidad ambiental

Los estándares de calidad ambiental establecen los límites aceptables para las actividades
contaminantes. Pueden clasificarse en:

- Estándares de inmisión: se basan en indicadores que delimitan los niveles de


contaminación tolerables. Fijan los límites máximos tolerables de presencia en un medio de
cada contaminante (bien en forma aislada o asociado con otros contaminantes).

- Estándares de emisión: se basan en cantidades de contaminación permitidas; dando lugar


a regulaciones por tipo de industria, zonas, épocas del año y contaminantes. Fijan los límites
o niveles máximos de cada contaminante que puede emitir o verter un foco contaminador.

Figura 4.6: La ordenación de zonas intenta solventar los perjuicios que ocasiona la
contaminación al bienestar. Estos perjuicios son función de las características del lugar
(capacidad de absorción del medio o proximidad entre los contaminadores y los
perjudicados).

4.1.3. La formación y persuasión moral

La formación y persuasión moral incluyen la información, la educación y las campañas de


concienciación pública.
Figura 4.7: La educación medioambiental desde la infancia se ha demostrado más efectiva
que las campañas informativas.

La disuasión moral implica un cumplimiento voluntario de una serie de normas por parte del
contaminador. Esta técnica no siempre funciona, ya que lo que se ofrece es una satisfacción
moral por haber actuado correctamente, lo cual tiene una difícil traducción económica para el
empresario.

En principio, es más efectiva una educación ambiental desde la infancia que las campañas
informativas sobre temas puntuales, sin embargo, estas últimas se muestran interesantes en
tres supuestos:

- En casos en los que surge una emergencia imprevista, ya que suele ser la única opción
viable. Un ejemplo sería la colaboración ciudadana ante catástrofes como inundaciones o
incendios.

- En casos en los que el control o vigilancia resulta prácticamente imposible o


desproporcionada, como puede ser el recoger de la vía pública las heces de los animales
domésticos, o no tirar las colillas encendidas en el bosque, etc.

- Cuando por falta de recursos se quieren conseguir voluntarios para protección ambiental,
como son los casos de limpieza del bosque por parte de escolares, particulares o
asociaciones.

Figura 4.8: La acción de persuasión moral que implican las campañas informativas resulta
muy útil en caso de catástrofes naturales.
Fuente: http://www.mendoza.edu.ar/m_docentes/actos/incendios/biblioteca/index.htm
[Leído: 06 de agosto de 2007, 10.10 h GMT -5].

4.1.4. Los programas híbridos o mixtos

 
Aunque se hayan presentado por separado los instrumentos económicos, los controles
directos y la formación y persuasión moral, lo habitual es que los tres mecanismos convivan y
se complementen. Esta solución es la que se conoce como sistema híbrido o mixto.

4.2. Criterios de selección y valoración de instrumentos

Para evaluar y seleccionar los diferentes instrumentos podemos aplicar diferentes criterios:

- Según su eficacia: la eficacia sería la capacidad de una herramienta para lograr el objetivo
u objetivos medioambientales previamente supuestos.

- Según su eficiencia económica: un instrumento es eficiente económicamente si permite


conseguir los objetivos medioambientales fijados a un coste mínimo para el conjunto de la
sociedad.

- Según su aceptabilidad: es importante que el instrumento sea aceptado por los grupos
afectados por su aplicación. Para aumentar el grado de aceptabilidad se pueden utilizar
campañas informativas y establecer canales de consulta o de comunicación con los
colectivos afectados o interesados por esas medidas.

- Según su conformidad con el principio "quien contamina, paga": En este sentido, los
responsables de los deterioros medioambientales tendrán "la obligación de reparar el daño
causado".

- Según su capacidad para incentivar el desarrollo tecnológico y su aplicación: esta


capacidad se traduce en la aplicación de la mejor tecnología disponible para evitar o reducir
la contaminación.

- Según los costes administrativos y de cumplimiento: interesa que los costes que
implican los mecanismos utilizados sean bajos, de modo que los instrumentos no generen
pérdidas, sino ingresos para la Administración.

Capítulo 5 .- Valoración monetaria del medio ambiente

OBJETIVO

- Dar a conocer los métodos empleados para la valoración monetaria del medio
ambiente.

5.1. Introducción

 
La valoración económica del medio ambiente pretende reflejar en dinero los beneficios y
costes medioambientales. En capítulos anteriores se han visto algunas de las formas de
"internalizar las externalidades"; sin embargo, para hacerlo, se necesita poder asignar un
precio a cada componente del medio ambiente. A la disciplina que intenta valorar los efectos
ambientales de la actividad económica (es decir, las externalidades) se la conoce como
Economía de los Recursos Naturales.

Aparte de la estimación del valor económico total de un ecosistema, la valoración también


nos permite comparar los costos y beneficios de múltiples decisiones. Así, por ejemplo, las
técnicas de valoración permiten comparar los beneficios provenientes de la generación de
empleo e ingresos de una planta procesadora de café y los costos generados por concepto
de contaminación de aguas; o por ejemplo, los beneficios obtenidos mediante la recreación
en una zona natural y los costos relacionados con el deterioro que esa zona puede sufrir por
su uso indiscriminado.

La economía ambiental y de los recursos naturales parte del supuesto de que


toda externalidad, toda aportación de un recurso o servicio ambiental no
incluido en el mercado, puede sin embargo recibir una valoración monetaria
convincente.

Figura 5.1: La valoración económica intenta interpretar monetariamente los beneficios y


costes ambientales.

Con la valoración de los recursos naturales y el medio ambiente, se pueden hacer


comparaciones entre costos y beneficios de los diferentes usos alternativos que se le den a
los recursos, o de las externalidades que se generan en los procesos de producción o
consumo. Este paso es fundamental para la aplicación de instrumentos que pretendan la
internalización de las externalidades. Aún en los casos en que se apliquen estas técnicas de
valoración, existen daños irreversibles que no se podrán reponer. En este sentido, es
importante la definición de estándares físicos que condicionen cualquier decisión,
independientemente de cualquier resultado de la valoración económica.

5.2. Óptimo privado vs. óptimo social 

Uno de los principales problemas por los que el óptimo privado no coincide con el óptimo
social, es el hecho de que con mucha frecuencia no se conoce el valor total de los daños
causados (externalidades), así como tampoco el valor total de los activos naturales, lo cual
debe incluir no sólo el valor de uso directo (los cuales son frecuentemente valorados a
precios de mercado), sino otro tipo de valores que pueden estar compuestos por valores de
uso indirecto o, incluso, valores de no uso.

Las externalidades provocan una desviación entre el volumen de producción de


equilibrio y el que correspondería a un óptimo social.

Para que una empresa maximice sus beneficios, deberá encontrar cuál es la combinación
óptima entre el precio (P) y la cantidad de producto (q) a generar. Este punto será el óptimo
privado, es decir la relación "precio-producción" óptima para la empresa (el volumen de
producción de equilibrio). El problema es que este punto no coincide con el óptimo social, es
decir, con el punto que haría que la sociedad tenga suficiente producto, a buen precio y con
un nivel bajo de contaminación (de externalidad).

Lo ideal para la sociedad sería que la empresa operase en el óptimo social, pero para llegar
a este punto debería primero internalizar las externalidades, considerándolas cuando calcule
el punto óptimo en el que operar. La consecuencia de internalizar las externalidades es que
se debe tener algún método para valorarlas económicamente, lo cual se tratará a
continuación.

INTERPRETACIÓN GRÁFICA DE LAS EXTERNALIDADES

Las externalidades originan una divergencia entre el producto neto marginal privado (PMP)
y el producto neto marginal social (PMS). En la figura 5.2 se representa un efecto externo
negativo (por ejemplo la polución ambiental). En el eje de abcisas (horizontal) se representa
el nivel de producción o de actividad (q) y en el de ordenadas (vertical) se representa el
precio (P). En este gráfico encontramos los siguientes elementos:

El daño externo o externalidad se representa como CME.

El ingreso marginal se representa como IMa.

Los costes marginales privados se representan como CMP.

Los costes marginales sociales se representan como CMS.

Como que suponemos que a mayor producción, mayor será la polución, la línea que
representa los costes externos (E) irá aumentando a medida que aumenta la producción
(q).

CMP aumenta a medida que aumenta el nivel de producción. Dado que las empresas no
soportan los costes externos sino que lo hace la sociedad, el CMP únicamente contempla
los costes que tiene la empresa (compra de materia prima, salarios, patentes, locales,
maquinaria, etc.). CMS son los costes reales que representa la actividad para la
colectividad, incluyendo los costes privados más los costes externos.

Si la empresa trata de maximizar su beneficio, producirá donde CMP sea igual a IMa, por lo
que el óptimo de producción privado será q*; sin embargo el óptimo social se encuentra en
el punto de coincidencia entre CMS e IMa, es decir, el óptimo de producción social será qs.
Si la empresa hubiese tenido en cuenta las externalidades hubiese producido qs, pero al no
tenerlas en cuenta producirá en el punto que le es más beneficioso económicamente. Para
evitar esta tendencia hay que internalizar las externalidades, de modo que la empresa
calcule los óptimos con CMS; para lograrlo se utilizan una serie de instrumentos
(impuestos, reglamentaciones y la disuasión moral).

Tabla 5.1. Interpretación gráfica de las externalidades.

Figura 5.2: Interpretación gráfica de las externalidades: óptimo de producción social y óptimo
de producción privado.

5.3. Métodos de valoración económica

5.3.1. Conceptos previos

Los métodos de valoración económica pretenden averiguar qué equivalencia monetaria


tienen los bienes ambientales. Todas las valoraciones se basan en dos conceptos
fundamentales: la "disposición a pagar" y la "disposición a recibir una compensación".

- La "disposición a pagar" de un individuo se define como la cantidad máxima de dinero que


éste estaría dispuesto a pagar por un bien ambiental o por tener la garantía de que un
proyecto de mejora ambiental se va a realizar. De hecho, consiste en preguntarse ¿Qué
cantidad de dinero se pagaría por un bosque, por aquel tramo de río o por 10 m3 de aire no
contaminado? La cantidad pagada se denomina de esta manera "variación compensatoria".
- La "disposición a recibir una compensación" sería la cantidad que demandaría el
individuo por aceptar de forma voluntaria no disfrutar de un bien ambiental o por no realizarse
un proyecto de mejora ambiental. La cantidad aceptada se denomina "variación equivalente".

5.3.2. Métodos directos


5.3.2.1. Métodos directos con datos observados 
¿Consiste en realizar encuestas para conocer la voluntad de los consumidores sobre la
valoración de un determinado bien público, suponiendo que éstos están informados sobre la
cantidad y el precio de este bien.

Consistiría en hacer un tratamiento estadístico de las respuestas a una batería de preguntas


(¿Cuánto pagaría usted por este servicio? ¿Qué cantidad de dinero pediría por dejar de
utilizar este bien?...).

5.3.2.2. Métodos directos con datos supuestos

Valoración contingente o método de encuestación

Este método es aplicable en cualquier caso, pero se utiliza especialmente cuando no puede
establecerse relación alguna entre los bienes ambientales y los bienes privados. Consiste en
generar un mercado hipotético donde en realidad no existe. Para generarlo se utilizan una
serie de encuestas en las cuales se averigua si la población estaría dispuesta a adquirir un
determinado bien a un determinado precio.

Se trata de un método directo ya que se pregunta de forma directa cuanto estaría dispuesto a
pagar el individuo por un bien ambiental.

Juegos de licitación

También se utiliza aquí un sistema de encuestas en las que el entrevistador actúa como
licitador, ofreciendo un abanico de precios por un bien (como si fuese una subasta). El
encuestado opina sobre las diversas propuestas de valoración que le ofrece el licitador.

Referéndum contingente

Consiste en plantear a la población preguntas del tipo ¿Aceptaría esto o no?, de modo que
se puedan contabilizar la cantidad de respuestas positivas y negativas. El número obtenido
nos daría una estimación de la probabilidad de que el individuo diga que sí o que no. Este
referéndum se puede complementar con preguntas que proporcionen información sobre
aquellas características de los encuestados que pueden haber influido en su respuesta (nivel
cultural, edad, nivel económico, etc.).

5.3.3. Métodos indirectos


5.3.3.1. Métodos indirectos con datos observados

Costes evitados o inducidos


Este método de valoración se basa en la hipótesis de sustibilidad entre la calidad ambiental y
un determinado bien o servicio. Supongamos que un vertido contaminado a un cauce de
agua potable implica una degradación en la salud del individuo, lo cual genera una serie de
gastos médicos por parte del afectado. A medida que aumentan los cuidados médicos
mejora la salud, y lo contrario ocurre al aumentar la cantidad de vertido. Por lo tanto, podría
llegar a estimarse económicamente este gasto médico y a partir de él deducir cuál es el valor
económico del bien ambiental "agua".

Método de los precios hedónicos

Este método se utiliza para analizar las cualidades ambientales de un bien que ya tiene un
precio de mercado. Por ejemplo, supongamos que tenemos dos edificios de características
idénticas (número de pisos, diseño de la fachada, calidad de los acabados,...), pero situados
en puntos diferentes. Lo que se trataría de valorar es la presencia de zonas verdes en el
entorno. La técnica consiste en averiguar qué función matemática se puede aplicar a estos
edificios para valorarlos, de modo que se tenga en cuenta la presencia o ausencia de dichas
zonas verdes.

Coste de viaje o coste de desplazamiento

Este método se aplica para averiguar el valor monetario de los espacios naturales, cuya
conservación implica unos costos monetarios a cargo de las autoridades y unos costos de
oportunidad1 al dejar esos espacios como reservas.

El método averigua la disposición a pagar de los visitantes del espacio natural y consiste en
calcular lo que un individuo suele pagar (gasolina, transporte, tiempo,...) por desplazarse
hacia un lugar para disfrutar de un determinado bien ambiental; sabiendo esta cantidad
podremos estimar el valor del bien. Este método sólo es válido si se dan en algunos casos y
si se cumplen una serie de condiciones.

Un ejemplo sería estimar la media del gasto en el que incurren los visitantes para visitar un
parque determinado.
1
Lo que se deja de ganar por desarrollar una actividad y no otra. Por ejemplo, el espacio se
podría dedicar a explotación ganadera, petrolífera o de atracción turística de masas.

5.3.3.2. Métodos indirectos con datos supuestos

Ordenación contingente

Este método intenta calcular los ratios de sustitución entre diferentes atributos mediante una
serie de encuestas o preguntas. Los entrevistados deben ordenar según sus preferencias
una serie de situaciones alternativas, de modo que se obtiene un conjunto de datos tratables
estadísticamente.
Actividad contingente

Consiste en estimar la valoración que otorgan las personas a los cambios en el bienestar que
les produce la modificación en la oferta de un bien o servicio ambiental usando mercados
hipotéticos.

En este caso lo que se pregunta a los encuestados es cuál sería su comportamiento ante
cambios de un determinado atributo ambiental, de modo que se pueda averiguar cómo varía
el comportamiento de la población ante diferentes cambios.

Bibliografía

[1] AGUILERA KLINK, F. y ALCÁNTARA, V. (1994) De la economía ambiental a la economía


ecológica, Economía Crítica, nº 10, FUHEM-ICARIA, Madrid-Barcelona.

[2] CARRASCO MUÑOZ, C. (1992). Sistema: Medio Ambiente. Ed. La Ley-Actualidad.


Madrid.

[3] COASE, R.H. (1960) The problem of social cost, Journal of Law and Economics, vol. III,
October, pp 1-44.

[4] FRANCO SALA, L. (1995). Política Económica del Medio Ambiente. Análisis de la
Degradación de los Recursos Naturales. Cedecs Editorial S.L. Barcelona. 236 pp.

[5] LORENTE, C.J. (1996). Empresa, derecho y medio ambiente. Ed. J.M. Bosch Editor, S.A.
Barcelona. 1ª edición. 293 pp.

[6] MAGADÁN DÍAZ, M.; RIVAS GARCÍA, J. (1998). Economía ambiental. Teoría y políticas
Ed. Dykinson. Madrid. 136 pp.

[7] O.C.D.E. (1989). L'utilisation des instruments économiques pour la protection de


l'environnement, serie Homographies sur l'environnement, Paris.

[8] O.C.D.E. (1991). L'etat de l'environnement. Paris.

[9] PIGOU, A.C. (1928). La economía del bienestar. Aguilar. Madrid 1946

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