La Construccion Social de La Sexualidad
La Construccion Social de La Sexualidad
La Construccion Social de La Sexualidad
AJUSCO
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INTRODUCCIÓN
Para el autor Z. Bauman (1999) menciona en su libro titulado “Modernidad Líquida” que los
vínculos socio-afectivos son una especie de fragmentación líquida, es decir, que la sociedad actual
con el flujo del capitalismo y las nuevas tecnologías de la información han hecho que lxs sujetxs
se moldeen y creen nuevas formas de uso y costumbre.
La afectividad y la sexualidad son una de las experiencias que conforman al ser humano y que
moldean la expectativa de lo íntimo. A lo largo de la historia los vínculos afectivos y amorosos
han ido evolucionando al paso de los siglos, han tenido algunos “estilos de amar” entre los jóvenes
de México. Por otra parte, durante el siglo XIX se dierón las modificaciones en las comunicaciones
sociales, cómo, por ejemplo: la televisión, la radio, el cine, los libros e incluso la literatura, en este
sentido, los medios de comunicación estaban abordando el tema del amor con lo pasional, es así
que enmarcaban la experiencia amorosa.
En este sentido, a partir del siglo XVIII Y XIX las relaciones entre lxs jóvenes eran manejadas y
moldeadas por los valores de la Iglesia, la iglesia como institución que manejaba y regulaba la
moral sirvió durante varios años el buen funcionamiento del cuerpo. En este sentido el cuerpo ha
sido moldeado y regulado por dicha institución religiosa.
Las relaciones de las juventudes del siglo XIX fue la herencia cultural que dirigió al siglo XX, pues
se deja ver la distinción de lo que es ser Mujer y Hombre. Las construcciones de la función de cada
género, esta distinción conlleva a ciertas actividades que se les asigno de acuerdo a su sexo bilógico
en las esferas sociales (económico, político, cultural, social y educativo). En este contexto, la
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apertura en la reasignación de los roles de género empezó a tener una distinción y desigualdad
social que conlleva a ligar la vida amorosa junto con la sexualidad.
A mitad del siglo XX, los valores del catolicismo tuvieron un fuerte impacto en la distinción del
género tanto en hombres como en mujeres, este discurso moral reforzaba los roles y estereotipos
de género que impactaban en el terreno de la sexualidad, con esto se establecierón modelos morales
y sociales que regulaban y normalizaron socialmente el modelo de la pareja en el matrimonio
heterosexual monogámico, cuya función sólo se centraba en la reproducción biológica quedaba
sentido dentro de la familia y siguiendo este esquema como lo funcional que debe ser (Collignon,
2006.p.280).
La sexualidad de las y los jóvenes tuvo un auge en la medicina, pero, ¿Cómo la medicina influyo
en el terreno de la sexualidad? o ¿Cómo las/los médicos/as empezaron a replantearse el modelo
complejo de la sexualidad? Es necesario analizar que el campo de la medicina tuvo el criterio
científico de confirmar que la sexualidad en las y los jóvenes tiene mucha importancia en la toma
de decisiones hacia su propio cuerpo, en cómo conocerlo y explorarlo. Sí bien el discurso médico
tomaba distancia hacia el discurso religioso moralista en la sexualidad y el cuerpo. La medicina
hablaba de la necesidad de la autoexploración., pues las mujeres desconocían lo sexual, y esto por
el esquema de valores pugnados por la familia que habían construido un discurso del control del
cuerpo por la moral.
Bajo este constructo sociocultural de la sexualidad que estuvo fuertemente controlada en los
ámbitos de la religión, la ciencia, la medicina y la familia, ahora en el contexto del siglo XXI, con
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el paso de la información en el ámbito educativo, se abre una brecha intercultural de la sexualidad,
pues las y los jóvenes comienzan con una etapa de la sexualidad y lo afectivo en dos brechas como
la individualista y la otra brecha por el tradicionalismo y conservadurismo. Por una parte, empezó
el goce de vivir y expresar la sexualidad, aumento la concepción y el matrimonio, pero ya no por
la visión de los juicios de valor, más bien, por la visión del romanticismo, el afecto y el amor que
se siente por el enamoramiento.
Mientras algunos jóvenes intentaban disfrutar su sexualidad sin alguna restricción, la familia, la
educación y el Estado mantenían con cierta vigilancia los refuerzos de la moral sexual, es decir,
mantenían el discurso hacia los jóvenes en mantenerse al margen con pudor, decencia y moralidad,
lo cual se mantenía relacionado con la moral católica.
Otro elemento importante fue la aparición del VIH – SIDA en México por primera vez en el año
de 1983, para la política mexicana el VIH- SIDA sirvió como una construcción social que atentaba
con la humanidad fuertemente ligado al discurso político mexicano al decir que “según” gracias a
la promiscuidad de los jóvenes homosexuales. Con ello, la homosexualidad como el
reconocimiento social de las/os jóvenes que asumen una orientación sexual distinta a la
heterosexual, se les estigmatizó por mucho tiempo por la apertura y visibilidad del VIH que es un
virus que ataca las células del cuerpo humano que si no se atiende prematuramente puede provocar
la muerte.
La homosexualidad esta ligada a la sexualidad, pero al ser una orientación que no se reconoce en
la sociedad por el binarismo de género (Mujer y Hombre) se le empezó a estigmatizar y condenar
desde la religión y sus valores católicos como algo perverso, inmoral y pecaminoso. Esto llevo a
México en un retroceso en el ámbito de la sexualidad, pues el gozar de tu cuerpo, el uso de los
anticonceptivos, y el uso de la píldora tuvo una repercusión médica al uso del cuerpo mismo.
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razón de la tragedia del SIDA las y los jóvenes fueron educados en una moral homófoba y sexófoba
(Monsiváis, 1995.p.187, en Reguillo, 2010.p.297).
Actualmente las y los jóvenes, con la llegada de la tecnología, la cultura del afecto y la sexualidad
dieron un “giro afectivo” retomando a Bauman (1999) y Verdu (2003) los autores mencionan que
la nueva modernidad es líquida, cambia en todos los sentidos y esferas que contienen a los sujetos
em la realidad social. La llegada de los medios tecnológicos de comunicación se empezó a dar
legalidad a las nuevas subjetividades de las/los adolescentes.
En este sentido la mayoría de los adolescentes empezaron a consolidar una nueva identidad
cultural, con nuevos valores, relaciones en cuanto a vínculos afectivos, nuevos espacios de
integridad sexual y relaciones amorosas etcétera.
Bajo esta dimensión con la llegada de las nuevas tecnologías en México, las políticas neoliberales
no solo impusieron reglas, dejando en las manos empresariales grandes rasgos de la vida social,
esto conlleva a la implantación de una ideología que premia el éxito; el empobrecimiento de la
condición juvenil que genera un futuro incierto (Rosales, 2010.p.311).
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Verdú (2003) menciona que el capitalismo de ficción1 somete la sexualidad de los cuerpos en
cuestión del mundo mercantil, pues es allí donde este genera una identidad con acorde a la
sexualidad, pues la mercadotecnia quiere conservar la juventud de los sujetos, vendiendo esta
falacia falsa que oculta el objetivo del cuerpo. Ahora en nuestros tiempos líquidos el cuerpo es
conservado por estándares de belleza y juventud que tienen un objetivo primordial; hacer ejercicio
y cuidar lo que comes y conseguir una figura estilizada y extremadamente delgada han llegado a
ser sinónimos de sensualidad, belleza y salud.
Para muchos/as jóvenes con poca experiencia, el consumismo moldea la sexualidad para hacerla
parecer “negativa”, de alguna manera la sexualidad ya no se vive con autonomía, más bien, los
cañones del consumismo han moldeado un esquema de la sexualidad, erótico, afectivo de lo que
es manifestar la sexualidad como plástica, manifestar la sexualidad plástica actualmente
corresponde a lo cibernético, sexualidades que como tal secuestran la experiencia y transforman la
intimidad (Giddens, 2000 en Rosales, 2010.p. 307).
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El capitalismo de ficción, surge a comienzos de los años 90 del siglo XX. El capitalismo de ficción, que se despliega
para fascinarnos, mimarnos, engatusarnos y ofrecernos el mundo como un espectáculo, se encarga de las sensaciones
y del bienestar en él. El énfasis está puesto en la importancia teatral de los ciudadanos, que son llevados a la categoría
pasiva de espectadores y a quienes se les vende las entradas del espectáculo a un planeta homogeneizado.
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CONCLUSIONES
Desde una perspectiva de derechos humanos, en México se debe trabajar bastante con nuestros
jóvenes en cualquier espacio educativo, al decir educativo no hago énfasis con lo áulico,
recordemos que la educación esta presente en todos lados. Con esto quiero llegar a deconstruir el
sistema patriarcal, pues ahora en la etapa del consumismo de ficción (Verdu,2003) el consumismo
retoma otra vez el sistema de creencias que refuerza el binarismo de género junto con los valores
heteronormativos.
Desde una perspectiva sociológica educativa, el analizar los diferentes esquemas sociales de la
sexualidad en las tecnologías de la información permite comprender, reflexionar el panorama de
las juventudes actuales. Conforme a la construcción sociohistórica de la sexualidad en México se
encuentra transversada por la categoría de Género, esto con un fin importante para analizar las
relaciones de poder que se establecen en las practicas sociales que contribuyen a la formación de
una desigualdad en circunstancias genéricas que culminan dentro de las aulas y espacios educativos
tanto formales como informales.
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Referencias
Collignon M y Rodríguez Z. (2010) Afectividad y sexualidad entre los jóvenes. Tres escenarios
para la experiencia íntima en el siglo XX (pp 262- 315). En Los jóvenes en México. México: FCE.
Díaz Müller, L. (1992). Manual de Derechos Humanos (2ª ed.). México: Comisión Nacional de
Derechos Humanos.
Foucault, M. (1993). Historia de la sexualidad. Tomo 1. La voluntad de saber (21ª ed.). México:
Siglo XXI.
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León-Portilla, M. (1979). La filosofía náhuatl. Estudiada en sus fuentes. México: / Instituto
de Investigaciones Históricas.
López Austin, A. (1984). Los centros anímicos y Las entidades anímicas. En A. López Austin,
Cuerpo humano e ideología (pp. 197-263). México.
Verdu V. (2003) El sexo (pp 159- 192). En El estilo del Mundo. La vida en el capitalismo de
ficción. Barcelona: Anagrama.