Modelo Ensayo Contraargumentativo
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La crisis nuestra
cuando Napoleón fue desterrado allá en 1815. Según la biografía escrita por el renombrado
estudioso Georges Lefebvre, al ser consultado sobre el comportamiento del otrora dueño de
Europa durante los seis años de exilio que pasaría allí hasta su muerte, Balcombe (2011,
debacle había sido causada por sus propios desaciertos como comandante o, al contrario,
por el clima de aquella jornada y los súbitos cambios del terreno. Cuando su carcelero le
preguntó acerca de esa obsesión, el corso le habría respondido que de ello dependía su paz.
“Si fue el clima, algo fuera de mi control, podría seguir viviendo, pero si he sido yo el
causante de todo, sentiré una cuchillada cada vez que me vea al espejo; me hundiré”, dijo
(Lefebvre, 2011, p. 498). Se podría afirmar que la Crisis de 1999, con la quiebra de la mitad
(Mesías, 2002), fue tan terrorífica para el Ecuador como Waterloo para Napoleón. El país
ha enfrentado un dilema similar al momento de asignar las culpas. Muchos, para poder
seguir viéndose en el espejo, aseguran que la crisis financiera fue causada por factores
La Mancha Blanca y el Fenómeno del Niño suelen ser señalados como los
principales causantes de la crisis. Los defensores de este argumento alegan que el impacto
asumido por el Gobierno) (Banco Central de Ecuador, 2000, p.8) hicieron que la crisis
fuera inevitable. Sin embargo, este razonamiento parte de premisas falsas y deja a un lado
historia del país que no suscitaron crisis del calibre de la de 1999. El Niño de 1982, por
ejemplo, fue más fuerte y su grado de destrucción con relación al Producto Interno Bruto
(PIB) mucho mayor que la de 1999, como destaca el estudioso francés Pourrut (1998,
p.512) en su monumental estudio sobre dicho fenómeno. Igualmente, Roberts, una de las
exportador con mucho mayor ímpetu que la Mancha Blanca. Así, la culpa no fue de estas
tragedias naturales, en tanto la economía del país siempre pudo lidiar con ellas. El contagio,
algo que no se produjo en otros momentos de nuestra historia, “se dio por la forma
irresponsable como la banca había otorgado créditos vinculados al sector camaronero y por
devaluar la moneda para poder mantener sus márgenes de utilidad, pese a las catástrofes
naturales y al descenso en la producción” (Páez, 2004, p.32). Todo ello hizo que el impacto
de una crisis que debería haber golpeado a apenas un sector se transfiriera a todo el Estado
Hay quienes afirman que la economía ecuatoriana, pequeña y frágil, fue víctima
colateral de las colosales crisis que golpearon a la economía mundial durante la última
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década del siglo pasado (Beckerman y Solimano, 2002, p.34). Así, el Efecto Tequila (que
Crisis Rusa (1998), el Efecto Samba (Brasil en 1999) y el Efecto Tango (Argentina en
1999) habrían levantado olas financieras que barrieron con Ecuador. Esta apreciación es
Ecuador apenas recibía inversión extranjera en aquél entonces, sobre todo de los
con los países víctimas de aquellas crisis ni se produjo una sensible baja en las
ahorristas, en mercados argentinos y rusos de altísimo riesgo; sin embargo, eso no fue culpa
ecuatorianos que condujeron dichas maniobras (Mesías, 2002, p.22). Ante ello, la única
excusa que queda es la más común en la historia reciente de Ecuador: el bajo precio del
petróleo.
que propició la crisis de 1999 fue el bajo precio del crudo. Este habría causado
nivel de actividad económica; elementos que causarían el colapso del sistema bancario y de
la moneda nacional. No en balde solía repetirse en Ecuador que no había mal presidente
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con un precio alto de barril de petróleo ni buen presidente con un precio bajo. Sin embargo,
los hechos contradicen esta afirmación. Ecuador había experimentado ya varias largas
asimismo, en el punto más hondo de la crisis, el precio del petróleo ya se había recuperado
e iniciado el ascenso que se extendería durante más de una década. La creencia de que las
arcas públicas se encontraban vacías debido al bajo precio del crudo es errónea. Ya existía
el Servicio de Rentas Internas y, con él, una nueva fuente de ingresos para el gobierno. Así,
un primer momento, inyectar dólares para apreciar el sucre y, más adelante, respaldar la
dolarización; incluso, poco antes del estallido, fue capaz de financiar el salvataje de
Filanbanco (Páez, 2004, p. 27). El Estado observó resignado el colapso del sistema
bancario. La falta de acción, según Larrea, autor de uno de los más prestigiosos estudios de
la crisis, se dio “no porque careciera de la capacidad financiera de intervenir, sino porque
buscaron preservar los intereses de esta hasta el último momento, aunque ello implicase
externas inevitables. Los verdaderos culpables fueron los funcionarios públicos a cargo de
la toma de decisiones, la banca corrupta, los exportadores rentistas y, sobre todo, los
diseñadores de ese sistema que llevó a que los intereses estatales y de ciertos sectores
económicos terminasen entrelazados de una manera tan peligrosa. Por mucho que, como a
Napoleón, creer que un episodio tan doloroso no fue culpa nuestra nos permitiese vivir sin
tanto sentimiento de culpa, la verdad es que aquella fue una crisis de autoría ecuatoriana.
Negarlo implica seguir alimentando esa permanente y resignada visión de nosotros mismos
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vaivén de eventos que escapan a nuestro control. Parecería que, en el fondo, nos gusta
vernos así.
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Obras de referencia
Banco Central del Ecuador (2000) La economía ecuatoriana en 1999. Memorias. BCE
Gestión (julio, 2009) Camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Nº188, 48-54.
Pourrut, P. (1998) El Niño 1982-1983 a la luz de las enseñanzas de los eventos del pasado-
ESQUEMA
1. Introducción.
b) Tesis a ser rebatida: la crisis de 1999 fue producto de factores externos y ajenos
a nuestro control, como desastres naturales, crisis extranjeras y el bajo precio del
petróleo.
2. Párrafo de desarrollo 1:
Páez.
d) Transición.
3. Párrafo de desarrollo 2
extranjeras.
d) Transición.
4. Párrafo de desarrollo 3
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a) Argumento a ser rebatido: la crisis fue producto del bajo precio del petróleo.
durante la mayoría del tiempo, el precio fue bajo. Sustento: cita de Hurtado.
tenía una nueva fuente de ingresos en el SRI; si no actuó, no fue por falta de
recursos, sino por infiltración de las partes interesadas. Sustentos: cita de Páez y
de Larrea.
5. Conclusión
inevitables.
sobre todo, los diseñadores de ese sistema que llevó a que los intereses estatales
peligrosa”.