Amparo Gasolinazo
Amparo Gasolinazo
Amparo Gasolinazo
Que por medio del presente ocurso y con fundamento en los numerales 103
fracción I y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así
como en los artículos 1° fracción I, 2°, 3°, 4°, 5°, 6°, 33 fracción IV, 35, 107
Fracción I, 108, 112 y demás relativos aplicables de la Ley de la Materia, vengo a
solicitar EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL en
contra de los actos y de las autoridades que enseguida correctamente expresare y
para efectos de dar cumplimiento a lo mandado en el numeral 108 de la Ley de
Amparo, es que me permito manifestar lo siguiente:
Primero. Bajo protesta de decir verdad y además es un hecho notorio que con
fecha 15 (quince) de noviembre de 2016 (dos mil dieciséis) se publicó en el Diario
Oficial de la Federación el decreto promulgado por el Presidente de la
República, aprobado tanto por la Cámara de Senadores como de Diputados; por el
que se expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2017
(dos mil diecisiete), en dicha Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio
fiscal señalado se incluye el articulo Décimo Segundo Transitorio que otorga
facultades a la Comisión Reguladora de Energía para determinar los precios al
público de las gasolinas y el diésel, para mayor claridad se trascribe el dispositivo
señalado:
“Décimo Segundo. Durante 2017 y 2018 los precios al público de las gasolinas y el diésel se
determinarán de conformidad con lo siguiente:
II. En las regiones del país, durante el tiempo en donde los precios al público de las gasolinas y el
diésel no se determinen bajo condiciones de mercado conforme al calendario a que se refiere la
fracción anterior, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público establecerá los precios máximos al
público de las gasolinas y el diésel con base en lo siguiente:
III. Para los efectos de lo dispuesto en la fracción I de este artículo, cuando la Comisión
Reguladora de Energía, previa opinión de la Comisión Federal de Competencia Económica,
comunique a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que, en las regiones en las que se haya
determinado que los precios de las gasolinas y el diésel se apliquen bajo condiciones de mercado
se han presentado aumentos desproporcionados en los precios al público de dichos combustibles,
dicha Secretaría podrá establecer por regiones o subregiones, precios máximos al público de
conformidad con lo dispuesto en la fracción II de este artículo.”
Segundo. Con fecha 26 (veintiséis) de diciembre del año 2016 (dos mil dieciséis)
se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo emitido por la Comisión
Reguladora de Energía que establece el cronograma de flexibilización de precios
de gasolinas y diésel previsto en el artículo Transitorio Décimo Segundo de la Ley
de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2017 (dos mil diecisiete)
transcrito anteriormente, en el que se establecen las regiones en que se habrán de
aplicar los nuevos precios de las gasolinas en nuestro país, mismo que de
conformidad con el considerando quinto, el 1º (primero) de Enero del año en curso
entra en vigor el decreto por el cual de manera inconstitucional y de manera
desproporcional las Autoridades señaladas como responsables en el presente
Juicio de Garantías, por medio de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público,
pone en vigor el decreto por el cual se libera el precio de las gasolinas por región
lo cual es injusto y desigual, afectando con esto la economía de los mexicanos en
especial de la gente marginada y de escasos recursos ya que con este aumento
desproporcionado se disparan los precios de la canasta básica y de artículos de
primera necesidad, así como el del transporte público y de servicios.
VI. Los preceptos que contengan los derechos humanos y las garantías
cuya violación se reclamen.
Los artículos 1°, 17, 25, 26, 28 y 31 Fracción IV de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.
“Artículo 28. En los Estados Unidos Mexicanos quedan prohibidos los monopolios, prácticas
monopólicas, los estancos y las exenciones de impuestos en los términos y condiciones que fijan
las leyes. El mismo tratamiento se dará a las prohibiciones a título de protección a la industria.
En consecuencia, la ley castigará severamente, y las autoridades perseguirán con eficacia, toda
concentración o acaparamiento en una o pocas manos de artículos de consumo necesario y que
tenga por objeto obtener el alza de los precios; todo acuerdo, procedimiento o combinación de los
productores, industriales, comerciantes o empresarios de servicios, que de cualquier manera
hagan, para evitar la libre concurrencia o la competencia entre sí o para obligar a los consumidores
a pagar precios exagerados y, en general, todo lo que constituya una ventaja exclusiva indebida a
favor de una o varias personas determinadas y con perjuicio del público en general o de alguna
clase social.
Las leyes fijarán bases para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o
productos que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular,
así como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos artículos,
materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones innecesarias o excesivas
provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza de precios. La ley protegerá a los
consumidores y propiciará su organización para el mejor cuidado de sus intereses.”
I.- Formular y conducir las políticas generales de industria, comercio exterior, interior, abasto y
precios del país; con excepción de los precios de bienes y servicios de la Administración Pública
Federal;
VII.- Establecer la política de precios, y con el auxilio y participación de las autoridades locales,
vigilar su estricto cumplimiento, particularmente en lo que se refiere a artículos de consumo y uso
popular, y establecer las tarifas para la prestación de aquellos servicios de interés público que
considere necesarios, con la exclusión de los precios y tarifas de los bienes y servicios de la
Administración Pública Federal; y definir el uso preferente que deba darse a determinadas
mercancías;
XVI.- Impulsar, en coordinación con las dependencias centrales o entidades del sector paraestatal
que tengan relación con las actividades específicas de que se trate, la producción de aquellos
bienes y servicios que se consideren fundamentales para la regulación de los precios.
Esto es que la Secretaria de Economía ha sido omisa en cumplir la facultad constitucional que le
fue conferida, dañando con ello el derecho al consumo y a la defensa de consumidor, con su
conducta omisiva conculca derechos fundamentales al dejar de aplicar el precepto constitucional
invocado e incluso incurre en responsabilidad que puede ser sujeta de sanciones penales y
administrativas, por su conducta omisiva dolosa y temeraria, pues no participó para fijar los precios
de los combustibles diésel y gasolina. Así las cosas al no fijar precios en el combustible dejan en
estado de indefensión al quejoso, como consumidor y no dan un trato de igualdad por lo que los
precios son desproporcionales e inequitativos.”
Segundo.
Aunado a ello, de conformidad con lo previsto por el tercer párrafo del artículo 1°
de nuestra Carta Magna todas las Autoridades, en el ámbito de sus respectivas
competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los
Derechos Humanos de conformidad con los principios de universalidad,
interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
Los artículos 1o. y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establecen el
deber de toda autoridad de proteger y garantizar los derechos humanos reconocidos en la Norma
Suprema y en los tratados internacionales de los que el país es parte y, en cuanto a los Jueces, el
deber de arreglarse a la Constitución a pesar de leyes o disposiciones en contrario, a partir de lo
cual, se reconoce que a cargo de las autoridades jurisdiccionales obra la obligación de ejercer de
oficio o a petición de parte, un control de convencionalidad en materia de derechos humanos, el
cual deberá adecuarse al modelo de control de constitucionalidad existente en el ordenamiento
interno, conforme a los parámetros delineados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
las tesis P. LXVII/2011 (9a.), P. LXVIII/2011 (9a.) y P. LXIX/2011 (9a.). Por su parte, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido, en relación con el deber de los Estados
firmantes de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de respetar bienes jurídicos y
libertades reconocidos en ella; que la acción u omisión de cualquier autoridad pública,
independientemente de su jerarquía, que implique un incumplimiento de ese deber, constituye un
hecho imputable al Estado en su conjunto, que compromete su responsabilidad en los términos
previstos por la propia convención (caso Tribunal Constitucional vs. Perú. Fondo, reparaciones y
costas. Sentencia de 31 de enero de 2001. Serie C, No. 71, y caso Bámaca Velásquez vs.
Guatemala. Fondo. Sentencia de 25 de noviembre de 2000. Serie C, No. 70). Asimismo, que la
responsabilidad estatal puede surgir cuando un órgano o funcionario del Estado o de una
institución de carácter público afecte indebidamente, por acción u omisión, algunos de los bienes
jurídicos protegidos por dicho instrumento internacional (caso Albán Cornejo y otros vs. Ecuador.
Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2007. Serie C, No. 171), y que
cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como el mencionado, sus Jueces, como
parte del aparato del Estado, también están sometidos a él, lo que les obliga a velar por que los
efectos de sus disposiciones no se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su
objeto y fin, las cuales, desde un inicio, carecen de efectos jurídicos [caso Almonacid Arellano y
otros vs. Chile. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 26 de
septiembre de 2006. Serie C, No. 154, y caso Trabajadores Cesados del Congreso (Aguado Alfaro
y otros) vs. Perú. Excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 24 de
noviembre de 2006. Serie C, No. 158]. Partiendo de lo anterior, como el Estado Mexicano firmó la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, aprobada por el Senado de la República el 18
de diciembre de 1980, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de mayo de 1981, y por
virtud de su artículo 1, numeral 1, en términos de los mencionados artículos 1o. y 133
constitucionales, obra a cargo de toda autoridad jurisdiccional nacional, con independencia de su
fuero o jerarquía, la obligación de respetar los derechos y libertades reconocidos en el referido
pacto, así como el deber de garantizar su libre y pleno ejercicio a favor de toda persona sin
distinción por motivo de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social,
mientras que conforme a su artículo 33, los actos de esas autoridades, como partes del Estado
Mexicano, están sometidos a la competencia tanto de la Comisión como de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, en lo relativo al cumplimiento de dicha obligación. De ahí que el deber de
ejercer, aun de oficio, el control de constitucionalidad y convencionalidad de los actos de que una
autoridad tenga conocimiento en el ámbito de sus competencias y facultades, debe asumirse con
puntualidad, responsabilidad y eficacia, y no evadirse, menos aún en casos en que expresamente
un gobernado solicita su ejercicio, pues soslayarlo refleja gravemente el incumplimiento de la
primera obligación impuesta por el orden constitucional interno a todas las autoridades, que a su
vez supone el respeto de todos los derechos reconocidos a las personas en la Constitución y en la
Convención y dicho incumplimiento compromete la responsabilidad internacional del Estado
Mexicano en su conjunto, acorde con el principio básico relativo, recogido en el derecho
internacional de los derechos humanos, en el sentido de que todo Estado es internacionalmente
responsable por actos u omisiones de cualquiera de sus poderes u órganos en violación de los
derechos internacionalmente consagrados.
Amparo directo 436/2012. Gabriela Salazar González. 16 de mayo de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario: Eucario Adame Pérez.
Amparo directo 166/2013. Comercializadora Cantú, S.A. de C.V. 27 de junio de 2013. Unanimidad
de votos. Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario: Miguel Ángel Luna Gracia.
Amparo directo 160/2013. Arcos Sercal Inmobiliaria, S. de R.L. de C.V. 15 de agosto de 2013.
Unanimidad de votos. Ponente: Hugo Alejandro Bermúdez Manrique. Secretario: Jesús Alejandro
Jiménez Álvarez.
Amparo directo 199/2013. Graciela Haro Prieto. 15 de agosto de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: José Carlos Rodríguez Navarro. Secretario: Miguel Ángel Luna Gracia.
Amparo directo 225/2013. 15 de agosto de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: José Carlos
Rodríguez Navarro. Secretaria: Griselda Tejada Vielma.
El segundo párrafo del artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
exige que las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con la
propia Constitución y con los tratados internacionales de los que México es parte, de forma que
favorezca ampliamente a las personas, lo que se traduce en la obligación de analizar el contenido y
alcance de tales derechos a partir del principio pro personae que es un criterio hermenéutico que
informa todo el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, en virtud del cual debe acudirse
a la norma más amplia, o a la interpretación más extensiva cuando se trata de reconocer derechos
protegidos, e inversamente, a la norma o a la interpretación más restringida cuando se trata de
establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o de su suspensión
extraordinaria, es decir, dicho principio permite, por un lado, definir la plataforma de interpretación
de los derechos humanos y, por otro, otorga un sentido protector a favor de la persona humana,
pues ante la existencia de varias posibilidades de solución a un mismo problema, obliga a optar por
la que protege en términos más amplios. Esto implica acudir a la norma jurídica que consagre el
derecho más extenso y, por el contrario, al precepto legal más restrictivo si se trata de conocer las
limitaciones legítimas que pueden establecerse a su ejercicio. Por tanto, la aplicación del principio
pro personae en el análisis de los derechos humanos es un componente esencial que debe
utilizarse imperiosamente en el establecimiento e interpretación de normas relacionadas con la
protección de la persona, a efecto de lograr su adecuada protección y el desarrollo de la
jurisprudencia emitida en la materia, de manera que represente el estándar mínimo a partir del cual
deben entenderse las obligaciones estatales en este rubro.
Amparo directo en revisión 2424/2011. Ma. Guadalupe Ruiz Dena. 18 de enero de 2012. Cinco
votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.
De lo anterior, se obtiene que dicho principio implica que debe estarse siempre a
favor del hombre y acudirse a la norma más amplia o a la interpretación extensiva
cuando se trata de derechos protegidos, y, por el contrario, a la norma o a la
interpretación más restringida, cuando se trata de establecer límites a su ejercicio.
De este modo, todas las autoridades del país dentro del ámbito de sus
competencias, se encuentran obligados a velar no solo por los Derechos Humanos
contenidos en los instrumentos internacionales firmados por el Estado Mexicano,
sino también por los Derechos Humanos contenidos en la Constitución Federal,
adoptando la interpretación más favorable al Derecho Humano de que se trate.
d) De justicia gratuita, que estriba en que los órganos del Estado encargados
de su impartición, así como los servidores públicos a quienes se les
encomienda dicha función, no cobraran a las partes en conflicto
emolumento alguno por la prestación de ese servicio público.
Por lo anterior, los actos reclamados dentro del presente Juicio de Amparo
vulneran el principio de igualdad constitucional y de una interpretación sistemática
y teleológica que se hace no es caprichosa y arbitraria, antes bien, es acorde con
las formalidades esenciales del procedimiento, en cuanto que establece que las
Autoridades solo pueden hacer lo que la Ley les permite. Esto es así, por que la
satisfacción del principio de legalidad exige dos requisitos: uno de forma el cual
queda satisfecho cuando en el acto que se reclama se citan las disposiciones
legales que se consideren aplicables al caso y se expresen los motivos que
precedieron a su emisión, a eso se le denomina fundamentación; el segundo
requisito es el de fondo, el cual requiere que los motivos invocados sean ciertos o
reales y que conforme a los preceptos invocado, sean bastantes para provocar el
acto de autoridad, a esto se le denomina motivación.
VIII. Suspensión del Acto Reclamado.
Que conforme a los artículos 125, 126, 136, 138, 159, 162, 163, 164, 166 y
demás relativos a la ley de Amparo, solicito a su señoría me conceda la
Suspensión Provisional y en su caso la Definitiva de los actos reclamados, para
que no se me prive de mi libertad personal, así mismo le pido que extienda copia
certificada de la suspensión provisional a mi favor.
Cuarto. Requerir a las responsables para que rinda su informe previo y justificado
dentro de los plazos legales, con los apercibimientos de Ley, y en su oportunidad,
ordenar se expidan copias certificadas de los mismos.
Quinto. Expedir a costa de la quejosa copia certificada del auto por el que se
admite la presente demanda de garantías, así como el auto donde se
conceda en su caso la suspensión provisional del acto reclamado.
Protesto lo Necesario.
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Edith Catalina Sánchez Esparza
Quejosa