Medicina Indigena o Alternativa
Medicina Indigena o Alternativa
Medicina Indigena o Alternativa
procedimientos basados en las teorías, las creencias y las experiencias indígenas de diferentes
culturas, sean o no explicables, utilizados para el mantenimiento de la salud, así como para la
prevención, el diagnóstico, la mejora o el tratamiento de enfermedades físicas y mentales. En
algunos países se utilizan indistintamente los términos medicina
complementaria/alternativa/no convencional y medicina tradicional.
La Constitución Política del Estado establece que tanto el patrimonio cultural como el
conocimiento de los Pueblos Indígenas deben ser respetados y protegidos (Artículo 98,99 y
100 de la Sección III de Culturas de la CPE). Esto implica una aproximación particular desde el
punto de vista de la salud. En Bolivia existen 36 grupos indígenas oficiales, cada uno con una
cultura y una cosmovisión específica lo cual significa que también existen 36 conceptos de lo
que es salud y enfermedad. Si bien el concepto del Vivir Bien ya nos exige un replanteamiento
del concepto occidental de desarrollo, no está exento de tener que replantearse también el
concepto de medicina. Es por esto por lo que la Medicina Tradicional cobra tan grande
importancia dentro del contexto boliviano del Vivir Bien y de la salud.
La tarea del “medico tradicional” consiste en restablecer el equilibrio, tanto en el orden social
como en el religioso, y los rituales de curación están estrechamente ligados al mundo religioso
andino o guaraníes, que a menudo se fusiona con el cristianismo.
En muchos lugares del mundo el gasto en MT/ MCA no es sólo importante, sino que está
creciendo rápidamente. En Malasia, se estima se gastan anualmente 500 millones de dólares
estadounidenses en este tipo de cuidado de la salud, comparado con unos 300 millones de
dólares estadounidenses en medicina alopática. En EE. UU., el gasto total en 1997 en MCA se
estima fue de 2700 millones de dólares estadounidenses. En Australia, Canadá y el Reino
Unido el gasto anual en MCA se estima en 80 millones, 2400 millones y 2300 millones de
dólares estadounidenses respectivamente. ¿Por qué un uso tan amplio? Accesible y asequible
en los países en vías de desarrollo En los países en vías de desarrollo, el amplio uso de la
Medicina Tradicional se atribuye a su accesibilidad y asequibilidad. En Uganda, por ejemplo, la
proporción de personas que practican la Medicina Tradicional frente a la población es de 1:200
y 1:499. Esto contrasta drásticamente con la disponibilidad de personas que practican la
medicina alopática, para la cual la proporción es de 1:20.000 o menos. Incluso la distribución
de dicho personal es desigual, la mayor parte se encuentran en ciudades u otras zonas urbanas
y por lo tanto es difícil que las poblaciones rurales tengan acceso. La Medicina Tradicional es a
veces la única fuente asequible de atención sanitaria, especialmente para los pacientes más
pobres del mundo. En Ghana, Kenia y Malí, la investigación ha demostrado que una serie de
medicamentos antimaláricos de pirimetamina/ sulfadoxina puede costar mucho dinero. El
gasto sanitario per cápita en Ghana y Kenia contabiliza tan sólo 6 dólares estadounidenses al
año. Por el contrario, la medicina con hierbas para el tratamiento de la malaria es
considerablemente más barato y muchas veces incluso se paga en especias y/o de acuerdo con
la “riqueza” del cliente. La Medicina Tradicional es también muy popular en muchos países en
vías de desarrollo puesto que está firmemente arraigada en los sistemas de creencias.
Es factor común dentro de las Medicinas Tradicionales comprender las enfermedades del
cuerpo en conexión con enfermedades de la mente y problemas del entorno.
'Existe riqueza de conocimientos de los médicos locales tanto en los Andes como en la
Amazonía y el reto es reconocer y valorar formas distintas de conocimientos y saberes en el
campo de la salud, e incorporarlos de manera gradual a los sistemas de salud 'oficiales'.
Porque existe una concepción distinta de la salud entre la población indígena, y la
comprensión de la enfermedad no se basa únicamente en patologías o aspectos biológicos que
denoten algún desequilibrio, sino que considera otros factores de orden social, ambiental y
espiritual que también inciden en el padecimiento.
Desde el punto de vista occidental se comprendería esta dialéctica entre cuerpo y mente de la
siguiente manera. El cuerpo humano es un sistema perfecto y, salvo la vejez como factor
natural de la muerte, las enfermedades provienen de agentes externos. Estos agentes externos
en la Medicina Natural se comprenden como desbalances de la dinámica natural del cuerpo.
Hasta este punto la cuestión no varía significativamente de la Medicina Occidental, pero es
cuando se toma en cuenta la importancia de la mente dentro de la enfermedad que la
Medicina Tradicional toma otro giro.
La Medicina Occidental trata los síntomas de las enfermedades con medicamentos eficaces
haciendo énfasis en la enfermedad física ya que es inminente y la amenaza de muerte,
inmediata. La Medicina Tradicional, aunque tiene repertorios de medicamentos de origen
herbal y animal, se centra también en los hábitos del enfermo. Los hábitos del paciente son
algo que desde la Medicina Occidental se busca corregir desde la Promoción de Salud,
mostrando los correctos hábitos de vida para prevenir la enfermedad. Promocionar la salud
puede sugerir la corrección de los hábitos, o crear buenos hábitos en las generaciones
emergentes, pero en individuos donde los malos hábitos se han cristalizado debido a que los
han tenido por mucho tiempo, se vuelve difícil combatir estas costumbres con mensajes.
Los malos hábitos de toda índole tales como los alimenticios o las adicciones, están
profundamente arraigados en la estructura psicológica del individuo. Cualquier acción que se
lleve a cabo prolongadamente deja de requerir voluntad consciente y se convierte en un
proceso automático el cual puede ser un buen hábito o un mal hábito. Estos automatismos son
creaciones naturales de la mente (y no solo la humana) para promover la adaptación a una
situación recurrente5. Lastimosamente esta adaptación no tiene siempre una connotación
positiva y cuando el acto repetitivo es dañino, en muchos casos puede asimilarse hacia los
procesos involuntarios de la mente, generando de esta manera un automatismo de un mal
hábito.
Cualquier persona que haya sufrido enfermedades a causa de un mal hábito sabe lo difícil que
es acabar con estos hábitos automáticos de la mente, los cuales con el tiempo se vuelven
adicciones dentro del balance químico del cuerpo. En la Medicina Occidental hay un amplio
repertorio de medicamentos para atacar los productos de estos automatismos dañinos (los
síntomas) pero difícilmente se trata el origen del problema que es la mala costumbre arraigada
en el inconsciente del individuo. El médico le sugiere, y en casos es imperante con el paciente
en cuanto a los malos hábitos que debe dejar, pero se requiere más que una amonestación
para acabar con los automatismos del cerebro humano.
Es aquí donde entra en juego el factor característico y único de la Medicina Tradicional que es
el proceso ritual. Los procesos rituales de muchas Medicinas Tradicionales y Alternativas, si son
llevados a cabo correctamente- son los únicos que pueden, mediante la sugestión, afectar
directamente los procesos inconscientes del cerebro en donde se encuentran arraigados los
automatismos. Toda acción que se hace por segunda naturaleza deja de ser hecha por la
consciencia y se transforma en un proceso inconsciente de manera que el inconsciente es el
blanco de los procesos rituales, los cuales con música y otros procesos de sugestión afectan
directamente estas zonas. Claro está que es supremamente complicado saber qué tipo de
sugestión ritual estimula cuál parte del cerebro en donde se encuentra tal o cual automatismo
responsable de un mal hábito que a su vez causa una enfermedad, pero precisamente ha sido
este conocimiento el que los Pueblos Indígenas han perfeccionado a través de los siglos.
Este conocimiento debe ser protegido y estimulado para que los rituales que desde siglos atrás
han sido capaces de corregir los automatismos de malos hábitos (los cuales en occidente son
responsables de muchas enfermedades) no pasen a ser solamente rituales de índole cultural y
de identidad. Es necesario salvar la esencia de este aspecto de la Medicina Tradicional, así
como las plantas y animales que usan para apoyar estos procesos.
Las definiciones pueden diferir de las que figuran en las reglamentaciones de los países donde
se utiliza la medicina tradicional, por lo que deben servir exclusivamente como referencia.
Hierbas
Las hierbas comprenden materiales vegetales brutos, tales como hojas, flores, frutos, semillas,
tallos, madera, corteza, raíces, rizomas y otras partes de plantas, enteras, fragmentadas o
pulverizadas.
Materiales herbarios
Los materiales herbarios comprenden, además de hierbas, jugos frescos, gomas, esencias
estabilizadas, aceites esenciales, resinas y polvos secos de hierbas. En algunos países, se
pueden elaborar dichos materiales mediante diversos procedimientos locales, como el
tratamiento con vapor, el tostado o el rehogado con miel, bebidas alcohólicas u otros
materiales.
Preparaciones herbarias
Las preparaciones herbarias son la base de los productos herbarios acabados y pueden
componerse de materiales herbarios triturados o pulverizados, o extractos, tinturas y aceites
grasos de materiales herbarios. Se producen por extracción, fraccionamiento, purificación,
concentración y otros procesos biológicos o físicos. También comprenden preparaciones
obtenidas macerando o calentando materiales herbarios en bebidas alcohólicas o miel o en
otros materiales.
Principios activos
Los principios activos son los ingredientes de los medicamentos herbarios que tie-nen
actividad terapéutica. En el caso de los medicamentos herbarios cuyos princi-pios activos
hayan sido identificados, se debe normalizar su preparación, si se dis-pone de métodos
analíticos adecuados, para que contengan una cantidad determi-nada de ellos. En los casos en
que no se puedan identificar los principios activos, se puede considerar que todo el
medicamento herbario es un solo principio activo.