Modos de Adquirir La Propiedad

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Los distintos modos de adquirir la propiedad en el derecho civil guatemalteco

Definición. “Un concepto que tiene raíces en el derecho romano sostiene que los civilistas,
especialmente los latinos, denominan modos de adquirir la propiedad a aquellos actos
jurídicos, o en oportunidades simplemente hechos que tienen por objeto y dan como
resultado precisamente la adquisición del derecho de propiedad sobre un bien”.3 En
algunos casos, y para ciertos supuestos, la palabra modo se emplea como en contraposición
a la palabra título, a efecto de resaltar, en la teoría del titulo y del modo, uno de los dos
elementos requeridos para la adquisición del dominio. “Los modos de adquirir la propiedad
son aquellos hechos jurídicos a los cuales la ley reconoce la virtud de hacer surgir el
dominio de un determinado sujeto”.4 Los hechos a los que se refiere la doctrina, pueden
devenir de la naturaleza como en el caso de aluvión; de la legislación, como en el caso de la
expropiación forzosa, y de la voluntad humana plasmada en la realización contractual,
constituyendo los dos últimos, en rigor de la técnica, actos jurídicos por ser calificadas por
la participación del hombre. En el derecho romano la propiedad podía adquirirse de dos
maneras: per universitatem (a titulo universal) y a título singular. Se realizaba la
adquisición en la primera forma cuando el adquiriente sucedía al transmisor en una
universalidad patrimonial, todos sus elementos activos y pasivos, derechos reales, créditos
y 3 Brañas, Alfonso. Manual de derecho civil. pág. 309,310. 4 Vásquez Ortiz, Carlos.
Derecho civil sustantivo los bienes y demás derechos reales. pág. 39. 28 obligaciones. Se
operaba este medio principalmente en la sucesión por causa de muerte. Se adquiría a título
singular cuando la adquisición tenía por objeto una o más cosas singulares. “Los medios de
adquirir el dominio a titulo singular se dividían en dos clases: medios del derecho civil (ius
civile ) y medios del ius gentium. Los primeros fueron instituidos por el ius civile, con
destino exclusivo a los ciudadanos romanos. Los segundos fueron creación del ius gentium,
y se extendían a los no ciudadanos, como a los peregrinos. Los medios adquisitivos propios
del ius civile fueron: la mancipatio, la in iure cessio, la usucapio, la adjudicatio y la lex. Los
del ius gentium fueron: la ocupación, la tradición, la accesión, la especificación, la
percepción de frutos, la confusión y la commixtio”.5 Dicho autor hace referencia también
de cómo se regulaban los modos de adquirir la propiedad dentro del derecho civil en época
romana, de lo cual se hace un breve resumen a continuación:

Mancipatio. Era una transmisión del derecho de dominio de una persona a otra bajo el
símbolo de una venta y con el empleo de la forma ritual y solemne denominada per aes et
libram. Debían comparecer el enajenante y el adquiriente en presencia de cinco ciudadanos
romanos púberes y otro ciudadano que en ese acto solemne se denominaba libripens, el cual
tenía en sus manos una balanza. El adquiriente afirmaba su derecho de dominio en términos
solemnes golpeando la balanza con una moneda de cobre que entregaba al enajenante como
símbolo de precio. El enajenante asentía a todo aquello y de ese modo quedaba operada la
adquisición, quedando el adquiriente como propietario ex iure quiritium (propietario
quiritario). 5 Medellin, Carlos. Lecciones de derecho romano. pág. 83. 29 La mancipatio
daba el dominio al adquiriente, mas por si sola no le daba la posesión, si la cosa no era
materialmente entregada por el enajenante.
In iure cessio. Era un medio solemne y simbólico. Las dos partes enajenante y adquiriente,
comparecían ante el magistrado figurando un juicio de reivindicación de la cosa cuyo
dominio pretendía adquirirse. Si la cosa era mueble o el fragmento de ella. El adquiriente,
tocando la cosa mueble o el fragmento del inmueble afirmaba, en presencia del magistrado
y del enajenante, ser suya, según el derecho civil. El enajenante declaraba ser cierta tal
afirmación y en vista de ello el magistrado declaraba propietario al adquiriente.

Usucapión. La usucapión ( usucapere, tomar por el uso ) era un medio de adquirir el


dominio de una cosa mediante la posesión de esta por el tiempo y en las condiciones
prescritas por la ley. Usucapio est adiectio dominio per continuationem tenporis lege
definiti (“La usucapión es la adquisición del dominio por continuidad de tiempo definido en
la ley “ ). Fue el origen de la prescripción adquisitiva del derecho moderno. Esta
institución, como todas las instituciones jurídicas de Roma, evolucionó progresivamente a
través de los siglos. Nacida dentro de un estrecho molde en la época de la Ley de las Doce
Tablas, vino a ensancharse en la época clásica y a culminar, bajo el derecho de Justiniano,
en la institución básica de la moderna prescripción adquisitiva. En la época clásica la
usucapión podía producir dos efectos distintos: convertir al propietario bonitario quiritario
y hacer propietario al poseedor que no lo era. 30 Todas las cosas corporales, muebles e
inmuebles, mancipi nec mancipi, eran susceptibles de ser adquiridas por usucapión, salvo
aquellas que la ley exceptuaba, como los fundos provinciales, las cosas robadas ( res
furtivae ), los muebles e inmuebles ocupados por violencia (res vi poséase ) y los predia
restica vel suburbana de los pupilos y menores de veinticinco años, ocupados por terceros.
En general, tampoco podían ser usucapidas las cosas que no eran susceptibles de propiedad
particular.

Clasificación. “Existen diversas clasificaciones de los modos de adquirir la propiedad, pero


aún ninguna perece haber alcanzado el relieve de la tradicional, extendiéndose por el modo
de adquirir el acto o hecho jurídico, cuyo efecto según la ley es la transmisión de la
propiedad y de los derechos reales en general”.6 Tiene relevancia en la legislación civil la
clasificación que divide los modos de adquirir la propiedad, en la siguiente forma: 2.2.1.
Modos originarios. Cuando la adquisición de la propiedad se realiza sin existir relación
jurídica con el anterior propietario o cuando no existe anterior propietario. En el primer
caso, es ejemplo típico la usucapión, también denominada prescripción adquisitiva. En el
segundo, puede ponerse como ejemplo la ocupación de un bien que no ha pertenecido antes
a nadie. 6 Vásquez Ortiz, Carlos, Ob. Cit; pág.39. 31 Es cuando el adquiriente no recibe
derechos de ninguna otra persona, sea porque en el momento de la adquisición el bien
adquirido nunca fue o no era más el objeto de un derecho preexistente, o bien porque la ley
suprime o transforma, en beneficio del nuevo adquiriente, el derecho preexistente. Dentro
de los modos originarios aparecen en primer término aquellos que dan lugar a un derecho
primigenio sobre el bien adquirido y que son: a) La actividad creadora del hombre. b) La
ocupación, que consiste esencialmente, en el hecho de tomar una cosa no perteneciente a
nadie, con la intención de adquirir la propiedad (res nullíus). c) La accesión, es un modo de
adquirir la propiedad basada en la incorporación de elementos extraños a las cosas de
nuestra propiedad. Puede ser de mueble o inmueble natural o artificial. Existen también
modos originarios que suponen la extinción de un derecho persistente sobre el bien
adquirido como lo es la accesión artificial que se produce en virtud de la intervención del
hombre fusionando dos cosas de distinta pertenencia, dando lugar a que desaparezca uno de
los dos derechos de propiedad. El principio de que lo accesorio sigue a lo principal
esclarece esta situación.

Modos derivativos. Cuando preexistiendo la propiedad, esto es el derecho de propiedad


sobre un bien, éste es transmitido a otra persona en virtud de una relación jurídica. Por
ejemplo, cuando se realiza una compraventa, y por razón de ella un bien pasa a ser
propiedad de otra persona. 32 Implica la transmisión de un derecho preexistente por un
autor a un sucesor. En cuanto a los modos derivativos de adquirir el dominio, existen
cuando un derecho correspondiente a determinada persona es transmitido a otra en virtud
de un título legal. Esta operación puede operarse de diversas maneras: a) A título universal.
Se da cuando la titularidad de un patrimonio es subrogada totalmente por una persona.
Como esta substitución no puede tener efecto por negocios entre vivos, sólo puede
realizarse por causa de muerte, es decir este tipo de transmisión sólo opera a través de la
sucesión mortis causa. b) A título particular. Este modo de adquisición está referido a cosas
concretas y no a universalidades por lo que es el medio generalizado en las relaciones
jurídicas de tráfico, puede ser mortis causa como los legados o bien por negocio entre
vivos, como la compraventa o la permuta. c) A título oneroso. Las adquisiciones a título
oneroso se producen cuando la parte transmitente recibe a cambio una compensación de
índole económica que le permite el equilibrio de su patrimonio. d) A título gratuito. Surge
cuando a cambio del bien, sin recibir ninguna prestación a cambio, en el ánimo de la
persona que cede un bien hay ánimo de liberalidad, como consecuencia aumenta el
patrimonio del que recibe y disminuye el patrimonio del cedente. 33 e) A título intervivos.
Se realiza durante la vida de las personas, de los sujetos interesados, en este sentido
encontramos todos aquellos actos propios del tráfico mercantil, cualquier acto jurídico que
represente una transmisión del dominio de derechos sujetos durante su vida se producen
aquí. f) Por causa de muerte. El presupuesto esencial para que tenga lugar es que el titular
de los bienes muera, esto nos lleva a la teoría de la herencia de la sucesión. La anterior
clasificación es admitida por la mayoría de civilistas dada su concreción y simplicidad, ha
sido sin embargo, objeto de críticas tendiéndose a otra clasificación que no ha tenido tanta
aceptación como la anterior, se expone en los términos siguientes: En la doctrina más
reciente se observan, sin embargo, defectos lógicos en la clasificación bipartita de modos
originarios y derivativos, que obliga a reunir en uno de sus miembros, situaciones muy
diversas y con diferente causa; para evitarlo se propone subdistinguir más entre las causas
adquisitivas del siguiente modo: adquisiciones que no presuponen la existencia del derecho
y su transferencia ( como la tradición o el consentimiento donde impere el principio
consensual) y una categoría intermedia que presupone la existencia del derecho, bien en el
propio adquiriente o en otra persona y que se subdivide según que el derecho preexista en el
mismo adquirente ( como en la accesión, la especificación y el tesoro respecto al
propietario de la materia o el fundo ) o que preexista el derecho en un tercero, pero sin
existir transferencia ( como la especificación respecto al especificador, el tesoro respecto al
inventor, la adquisición de cosas perdidas y la usucapión ). 34 En esta división aún más
compleja y aparentemente menos didáctica. Se pretende encontrar un mayor valor
sistemático. El Código Civil guatemalteco no adopta ninguna clasificación de los modos de
adquirir la propiedad. Simplemente, se limita a enumerarlos, sin orden previamente
establecido. Por ello a continuación se hace una exposición:
Ocupación. Hay ocupación cuando alguien toma una cosa para sí, que no pertenecen a
nadie o pertenece a dueño ignorado o este la ha abandonado. A continuación se analizarán
los requisitos generalmente necesarios para que jurídicamente pueda hablarse de ocupación,
los que se estudian en relación al sujeto y en relación al objeto. En relación al sujeto, se
requiere capacidad para adquirir y propósito o intención de apropiarse la cosa. En relación
al objeto, se requiere que la cosa no pertenezca a nadie o que pertenezca a dueño ignorado o
a dueño que la haya abandonado. Originalmente, la ocupación se entendió en relación a las
cosas que no tenían dueño. En la actualidad, se ha reducido enormemente ese supuesto
porque es muy difícil encontrar cosas sin dueño y porque las legislaciones, en especial en
cuanto a bienes inmuebles tienden a conceder al Estado la propiedad de las cosas en tal
situación. El Código Civil guatemalteco admite los siguientes casos de ocupación:

Ocupación de bienes muebles. Dispone que pueden adquirirse por ocupación, las cosas
muebles o semovientes (ganado de cualquier especie) que no pertenecen a ninguno,
observándose lo dispuesto en leyes especiales (Artículo. 589). Especifica el Código que son
bienes muebles que pueden ser objeto de ocupación, las piedras, conchas y otras
substancias que se encuentren en las riberas del mar, de los ríos y arroyo de uso público y
que no presentan señales de dominio anterior; y que pueden también ser objeto de
ocupación las cosas cuya propiedad abandonan voluntariamente su dueño (Artículo. 591).
Respecto a los bienes inmuebles, dispone el Código que no pueden adquirirse por
ocupación; los que no están reducidos a propiedad particular, pertenecen a la nación
(Artículo. 590).

Ocupación de tesoro. El tesoro encontrado en terreno propio, pertenece al descubridor (o


sea al mismo dueño del terreno). Si el tesoro es encontrado en terreno ajeno, fortuitamente
o con permiso del dueño del terreno, el tesoro se dividirá por partes iguales entre el
propietario del terreno y la persona que haya hecho el descubrimiento. Existe cierta
discrepancia de criterios en cuanto al concepto de tesoro. Son depósitos ocultos o ignorados
de dinero, objetos de valor o alhajas (Artículo. 218). Algunos Códigos exigen que se trate
de cosas preciosas, otros no. Algunos creen que cierta antigüedad de los objetos es
necesaria. Pero se coincide en afirmar que deben tener valor en el comercio de los hombres.
Es necesario tener presente que el descubrimiento de un tesoro es considerado como una
forma específica de ocupación, en vista que el dueño no existe o es ignorado.

Ocupación de bienes mostrencos. Según el Código Civil, es bien mostrenco todo bien
mueble o semoviente (ganado de cualquier especie), al parecer extraviado y cuyo dueño se
ignore (Artículo 596). El Código regula esta clase de ocupación obligando a informar a la
autoridad municipal más cercana sobre el encuentro de uno de esos bienes, para que haga
pública esa circunstancia, fije un término a fin que se presente el dueño, y si no apareciere
proceda a la venta en pública subasta de lo encontrado. A la persona que hubiere
encontrado el bien corresponde el diez por ciento del valor de la venta más el pago de los
gastos. Leyes especiales de carácter administrativo regulan la ocupación de animales sin
dueño, tales por ejemplo, las relativas a la caza y pesca, enjambres de abejas, etc.

Prescripción adquisitiva. La prescripción adquisitiva, también llamada usucapión (del latín


usucapio), es un modo de adquirir el dominio (propiedad) y ciertos derechos reales, en
virtud de la posesión ejercida durante el tiempo que la ley señale. Nótese que el transcurso
del tiempo es el factor más importante en esta clase de prescripción, sin perjuicio de que
generalmente se requiere un título incompleto o defectuoso, aunque no necesariamente. El
Código Civil guatemalteco denomina usucapión a este modo de adquirir la propiedad; no
obstante, en el desarrollo de la materia la denomina también prescripción. El origen de la
prescripción adquisitiva es muy antiguo; se remota a las XII Tablas; tiene pleno desarrollo
en el derecho romano; y el derecho canónico, que 37 inicialmente no aceptó esta figura,
después la admitió plenamente; en el derecho moderno conserva su importancia,
especialmente respecto a los demás muebles. Dispone el Código Civil que puede adquirir la
propiedad por usucapión, todas las personas capaces para adquirir por cualquier otro título;
y que son susceptibles de prescripción todas las cosas que están en el comercio de los
hombres (Artículos. 642 y 643). Quién posee a nombre de otro no puede adquirir por
prescripción la cosa poseída, a no ser que legalmente se haya mudado la causa de la
posesión (Artículo 646). O sea la prescripción sólo favorece a quién posee e nombre propio.
Se dice mudada legalmente la causa de la posesión cuando el que poseía a nombre de otro,
comienza a poseer legalmente a nombre propio; pero en este caso, la prescripción no corre
sino desde el día en que se haya mudado la causa (Artículo 647). Si varias personas poseen
en común alguna cosa, no puede ninguna de ellas prescribir contra sus copropietarios o
coposeedores, pero si puede prescribir contra un extraño, y en este coso, la prescripción
aprovecha a todos los partícipes (Artículo. 648). Es principio general que quienes tienen
capacidad para enajenar, pueden renunciar la prescripción consumada, pero el derecho de
prescribir es irrenunciable; y que el que alega la prescripción debe probar la existencia del
título en que funda su derecho (Artículo. 644 y 649). El título, por supuesto, ha de ser
necesariamente defectuoso o incompleto, según antes se expuso, para que sirva como base
de la usucapión. En efecto fundamental de la prescripción que, una vez perfeccionada,
produce el dominio de la cosa adquirida, y con la acción que nace de él, puede reivindicarse
de cualquier poseedor y utilizarse como acción o excepción por el usucapiente (Artículo.
650). 38 El Código civil dispone que, salvo disposiciones especiales, el dominio sobre
bienes inmuebles y demás derechos reales sobre los mismos, se adquiere por prescripción
por el transcurso de diez años; y el de los bienes muebles y semovientes, por el de dos años
(Artículo. 651). El Artículo 652 ha previsto los casos en que no corre la prescripción, entre
las personas a que se refiere; que literalmente dice no corre la prescripción: 1) Contra los
menores y los incapacitados, durante el tiempo que estén sin representante legal
constituido. Los representantes serán responsables de los daños y perjuicios que por la
prescripción se causen a sus representados; 2) Entre padres e hijos, durante la patria
potestad; 3) Entre los menores e incapacitados y sus tutores, mientras dure la tutela; 4)
Entre los consortes; y 5) Entre copropietarios, mientras dure la indivisión. El Artículo 653,
los casos en que la prescripción se interrumpe, el que literalmente dice así: La prescripción
se interrumpe: 1°. Si el poseedor es privado de la posesión de la cosa, o del goce del
derecho, durante un año; 2°. Por notificación de la demanda o por cualquier providencia
precautoria ejecutada, salvo si el acreedor desistiere de la acción intentada, o el demandado
fuere absuelto de la demanda, o el acto judicial se declare nulo; y 39 3°. Si la persona a
cuyo favor corre la prescripción reconoce expresamente, de palabra o por escrito; o
tácitamente por hechos indudables, el derecho de la persona contra quién prescribe. El
efecto de la interrupción es inutilizar, para la prescripción, todo el tiempo corrido antes de
ella (esto es, la interrupción) Artículo. 654. 2.5. Accesión. 2.5.1 Definición. La accesión, en
su concepto global, es todo lo que produce un bien y pertenecen a este y todo lo que se une
e incorpora a un bien, por acción de la naturaleza o del hombre; “Desde el derecho romano,
la accesión fue considerada como un modo de adquirir la propiedad. Modernamente, ese
criterio ha sido objeto de críticas. Amplio sector de la doctrina, y varios Códigos civiles, se
inclinan a considerar la accesión como una extensión del derecho de propiedad, no como un
modo de adquirir ese derecho”.7 “Un modo de adquisición de la propiedad resultante de la
incorporación natural es una cosa a otra más importante.”8 “Otro modo de adquirir lo
accesorio por pertenecernos la cosa principal, o el derecho que la propiedad de una cosa
mueble o inmueble es que da al dueño de ellas sobre todo cuanto produce o sobre lo unido
accesoriamente por obra de la naturaleza o por mano del hombre, o por ambas causas a la
par y de ahí que pueda ser natural, industrial o mixta”.9 “La accesión es el derecho que
compete al dueño de una cosa sobre lo que está produzca y a ella se incorpore o una, más o
menos inmediatamente en 7 Brañas, Alfonso, Ob. Cit; pág. 315 8 Ossorio, Manuel,
Diccionario de ciencia jurídicas políticas y sociales, pág. 31 9 Ibid. 40 calidad de accesorio
y de un modo inseparable.”10 Se llama accesión, al derecho en virtud del cual el
propietario de una cosa adquiere la propiedad de todo lo que natural o artificialmente se une
o incorpora a su cosa. Así se dice que el propietario de un terreno es propietario también,
por medio de la accesión de los materiales empleados en una construcción sobre el mismo
terreno. La palabra accesión designa también la cosa accesoria unida a la principal, en cuyo
provecho se realiza la accesión puede ser mueble o inmueble, siendo la accesión unas veces
efecto de un fenómeno natural. La tendencia ecléctica tiende a distinguir los casos de
accesión discreta (propiedad de los frutos que otras cosas producen) y accesión continua (El
propietario hace suyas las incorporaciones a su propiedad de un bien, parte del mismo o
varios bienes), y concluyen los partidarios de la teoría, que la accesión discreta no es un
modo de adquirir la propiedad, sino un simple efecto del derecho de propiedad; y que en
cambio, la accesión continua sí constituye un modo de adquirir la propiedad. El Código
civil guatemalteco, admite la distinción entre accesión discreta y accesión continua, pero
sin distinguir si la accesión es un modo de adquirir la propiedad o un efecto de extensión de
la misma. Trata en primer lugar, el Código civil, de la accesión discreta, al disponer que los
frutos naturales y civiles pertenecen al propietario de la cosa que los produce (Artículo.
655), y especifica que son frutos naturales las producciones espontáneas de la tierra, las
crías de los animales y demás productos que se obtengan con o sin la industria del hombre
(Artículo. 656); entendiéndose que no se conceptúan frutos naturales sino los que están
manifiestos, producidos o nacidos (Artículo.657); y respecto a los animales, 10 Vásquez
Ortiz, Carlos, Ob. Cit; pág. 47. 41 bastan que estén en el vientre de la madre, perteneciendo
la cría exclusivamente al dueño de la hembra, salvo estipulación contraria (Artículo.656).
2.5.2 Naturaleza jurídica. Tampoco ha existido unanimidad en la doctrina acerca de la
naturaleza de este instituto jurídico y entre los mantenedores de la extensión de la
propiedad antigua, y la adquisición de la propiedad nueva, se mantiene como extremas las
posiciones siguientes: a) La que considera la accesión como un modo originario de adquirir
secumdum quid propio del derecho romano. b) La mantenida por los tratadistas modernos y
que siguen los Códigos francés, italiano, alemán, portugués, austriaco y otros, que la
reputan como una simple consecuencia o facultad del dominio. No faltan posiciones
eclécticas, que distinguen entre una y otra para calificar, la realización del fin natural de la
propiedad, la discreta y como un auténtico modo de adquirir, la continúa. 2.5.3
Clasificación de la accesión. 2.5.3.1 Accesión discreta. Es la que tiene lugar en virtud de las
fuerzas internas de la misma cosa y va de adentro hacia fuera, el Código civil guatemalteco
en el Artículo 655 establece que los frutos naturales y civiles pertenecen al propietario de la
cosa que los produce. 42 a) Frutos naturales: Son frutos naturales las producciones
espontáneas de la tierra, las crías de los animales y demás productos que se obtengan con o
sin la industria del hombre. b) Frutos civiles: Son aquellos que no son productos
espontáneos de las cosas sino que surge por las relaciones jurídicas entre personas y cosas
sobre un bien determinado. 2.5.3.2 Accesión continúa. Es la incorporación de un bien a otro
por fuerzas exteriores a la cosa misma, y va de afuera hacia adentro. Puede realizarse en
forma natural y artificial. Existen tres clases de accesiones continuas: a) Accesión de
inmueble a inmueble. Estas son originadas por las acciones de aguas o por los ríos, a su vez
se subclasifican en: - Avulsión. Es lo que la fuerza del río arranca de un campo en una
avenida repentina y lo lleva a otro inferior o a la ribera opuesta cuando sea de tanta
consideración que pueda conocerse y distinguirse; ya consiste en árboles, ya en alguna
porción de terreno. Ocurre la avulsión cuando la corriente de un arroyo, torrente o río
segrega de su ribera una porción conocida de terreno, y la transporta a las heredades
fronteras o a las inferiores. En estos casos, el dueño de la finca que orillaba la ribera
segregada conserva la propiedad de la porción del terreno incorporado pero si dentro del
término de seis meses no ejercitare su derecho, lo perderá a favor del dueño del terreno a
que se hubiere agregado la porción arrancada (Artículo. 676). 43 - Aluvión. Se denomina
así al aumento de terreno que reciben los terrenos que colindan con la ribera de los ríos,
este aumento en la estructura del suelo se caracteriza por ser lento, imperceptible y se
acumula arena y rocas. Ocurre el Aluvión, por acrecentamiento que reciban paulatinamente
por accesión o sedimentación de las aguas, los terrenos confinantes con los arroyos,
torrentes, ríos y lagos que provocan el acrecentamiento, el cual pertenece a los dueños de
tales terrenos (Artículo.679). - Mutación de cauce. Consiste en la desviación que en forma
natural realicen las aguas de un río. (Artículo.672). Dos casos distingue el Código civil
guatemalteco: 1º. Si se trata de ríos no navegables, los causes abandonados por variar
naturalmente el curso de las aguas, pertenecen a los dueños de los predios ribereños en toda
la longitud respectiva. Si el cauce abandonado separa heredades de distintos dueños, la
nueva línea divisoria correrá equidistante de unas y otra (Artículo. 673). 2º. Si se tratare de
ríos navegables o flotables, y variando naturalmente la dirección, se abre un nuevo cauce en
heredad privada, este cauce entrará en dominio público. En ambos casos el dueño de la
heredad lo recobrará siempre que las aguas vuelvan a dejarlo en seco, ya naturalmente o
bien por trabajos legalmente autorizados al efecto (Artículo.674). - Formación de Isla. Es
un fenómeno natural en virtud del cual se origina una isla por la acumulación de materiales.
Son propiedad de la Nación las islas ya formadas o que se formen en la zona marítimo-
terrestre y en los ríos y desembocaduras; pero si estas islas se formaren en terrenos de
propiedad 44 particular, continuarán perteneciendo a los dueños de la finca o fincas
desmembradas (Artículo.670). Las islas que, por sucesiva acumulación de arrastres
superiores se van formando en los ríos, pertenecen a los dueños de las márgenes u orillas
cercanas a cada una, o a las de ambas márgenes si la isla se hallase en medio río,
dividiéndose entonces longitudinalmente por la mitad. Si una sola isla formada, distare de
una margen más que de otra, será únicamente y por completo dueño suyo el de la margen
más cercana (Artículo. 678). b) Accesión de mueble a inmueble. Como principio general, lo
que se une o se incorpora a una cosa pertenece al propietario de ésta (Artículo.658). Así,
toda construcción, siembra, plantación u obra verificada sobre o debajo del suelo, se
presume hecha por el propietario a sus expensas y que le pertenece (Artículo. 659). c)
Accesión de mueble a mueble. Esta representada concretamente por la unión de dos cosas
de naturaleza mueble que pertenecen a distintos propietarios. El Artículo 686 del Código
civil guatemalteco establece que: Cuando dos cosas muebles pertenecientes a dueños
distintos, se unen d tal manera que vienen a formar una sola, sin que intervenga mala fe, el
propietario de la principal adquiere lo accesorio, pagando su valor. Se reputa principal entre
dos cosas incorporadas, la de mayor valor. Dentro de este tipo de accesión aparecen las
siguientes figuras: - La adjunción o conjunción. Se denomina también conjunción, consiste
en la unión de dos cosas muebles pertenecientes a distintos dueños, se unen de tal 45
manera que viene a formar una sola cosa, pero con la posibilidad de separarlos o de que
subsistan después con independencia. (Artículo.689). - La especificación. Existe este modo
cuando una persona transforma mediante la acción de su trabajo un bien de ajena
pertenencia. Los Autores Ripert y Boulanger, citados por el Autor Carlos Vásquez, refieren
que: “la especificación fue objeto de prolongada discusión entre proculeyanos y sabinianos,
concluyéndose en que si el valor de la obra rebasa el de la materia prima se opera una
pérdida del derecho del propietario de la cosa transformada. (Artículos.698 al 700)”.11 - La
conmixtión. Constituye uno de los modos de adquirir el dominio por accesión mediante la
mezcla de varias cosas sólidas o líquidas, de la misma o distinta especie, pertenecientes a
diversos dueños. A la mezcla de cosas sólidas se le denomina conmixtión, y a la de líquidos
confusión (Artículo. 690). La doctrina también menciona en provecho de inmuebles la
accesión natural, es decir, accesión de animales, que se realiza de dos modos diferentes: a
veces el propietario del fundo en el cual pertenece el animal, adquiere la propiedad de este
inmediatamente, y otras la adquisición sólo se produce después de determinado plazo.
Puede ser inmediata respecto a animales como las palomas, conejos, peces, que pasan de un
lugar a otro, es decir, se considera que estos animales forman parte de un fundo en que se
encuentran, pero por ser bienes inmuebles por su destino, cambian de dueño al cambiar de
morada, suponiendo que el desplazamiento de éste ha sido natural, siempre no han sido
atraídos por fraude o artificio. Sin embargo, no debemos de perder de vista la que prescribe
la ley en cuanto al plazo que se menciona, cuando se hace la declaración del bien
mostrenco presentado a la municipalidad local. 11 Vásquez Ortiz, Carlos, Ob. Cit; pág. 51
46 2.5.3.3 Accesión de mala fe. El propietario del suelo que ha hecho construcciones,
plantaciones u obras con materiales ajenos, debe pagar al dueño el valor de éstos, y quedará
también obligado, en caso de mala fe, al pago de los daños y perjuicios; pero el propietario
de los materiales no tiene derecho de llevárselos, a menos que pueda hacerlo sin destruir la
obra o sin que perezcan las plantaciones (Artículo.662). El que de mala fe edifica o siembra
en terreno ajeno, pierde lo edificado, plantado o sembrado, sin que tenga derecho a
reclamar indemnización alguna del dueño del suelo, ni de retener la cosa (Artículo.662). Si
existe mala fe de ambas partes (edificador y dueño del terreno), se entenderá compensada
esta circunstancia y se arreglarán los derechos de uno y otro, conforme lo resuelto para el
caso de haberse procedido de buena fe (Artículo. 664). Se entiende que hay mala fe de parte
del edificador, plantador o sembrador, cuando nace la plantación, edificación o siembra en
terreno que es ajeno, no pidiendo previamente al dueño su consentimiento por escrito
(Artículo.665). Y se entiende haber mala fe por parte del dueño, siempre que a su vista o
ciencia y paciencia se hicieren el edificio, la siembra o la plantación y no se opusiere a ellos
(Artículo.666). 2.5.3.4 Accesión de buena fe. Dispone el Código civil guatemalteco que el
dueño del terreno en que se edificare, sembrare o plantare de buena fe, tendrá derecho a
hacer suya la obra, siembra o plantación, previa la indemnización correspondiente o de
obligar al que edifico o plantó a pagarle el precio del terreno, y al que sembró solamente su
renta (Artículo. 661). 47 Si los materiales, plantas o semillas pertenecen a un tercero que no
ha precedido de mala fe, el dueño del terreno es responsable subsidiariamente del valor de
aquellos objetos, siempre que: quién de mala fe empleó los materiales, plantas o semillas no
tenga bienes con que responder su valor, y que lo edificado, plantado o sembrado
aproveche al dueño del terreno (Artículo. 667). 2.5.3.5 Accesión ocasionada por las aguas.
Dos casos distingue el Código civil guatemalteco en el Artículo 669: a) Que son de
dominio público (Artículo. 457). Los terrenos que se unen a la zona marítimo- terrestre por
las accesiones y aterramientos que ocasione el mar; y, b) que, cuando por consecuencia de
estas accesiones y por efecto de retirarse el mar, la línea interior que limita la expresada
zona avance hacía aquél, los terrenos sobrantes de lo que era antigua zona marítimo-
terrestre, pasarán a ser propiedad de la nación. 48 49 CAPÍTULO III 3. Derechos reales
pretorianos, los modos de adquirir la propiedad y el derecho de superficies en el derecho
romano 3.1. Clases: Los derechos reales pretorianos o instituidos por el pretor fueron,
según hemos dicho, La superficie, el ius in agro vectigalis, la enfiteusis y la hipoteca. 3.1.1.
La superficie. La superficie era el derecho que los arrendatarios o colonos de los predios
rústicos, a perpetuidad o a largo plazo, tenían sobre las edificaciones levantadas en ellos
con el consentimiento del arrendador. “Este derecho se extendía naturalmente a la
superficie del suelo cubierto por la edificación, y de ahí el nombre que recibió”.12 3.1.2.
Ius in agro vectigalis. El ius in agro vectigalis surgió del arrendamiento a perpetuidad, que
los municipios solían hacer de sus tierras, mediante un censo o vectigal. En atención a la
perpetuidad de aquella situación jurídica del colono, el pretor creó a favor de este un
verdadero derecho real. 3.1.3. La enfiteusis. La enfiteusis, palabra que procede del griego
plantar, sembrar, nació del 12 Medellín, Carlos, Ob. Cit; Pág. 95. 50 arrendamiento de
tierras incultas, a largo plazo o a perpetuidad, que los emperadores solían dar a los
particulares, con la obligación para el colono de cultivarlas y plantarlas. Esta práctica fue
igualmente seguida por los grandes propietarios y dio origen al derecho real del colono
sobre las tierras, creado por el pretor y denominado enfiteusis. En la época de
JUSTINIANO se refundieron el ius in agro vectigalis y la enfiteusis en la misma situación
y se sometieron a un mismo régimen legal. 3.1.4. La hipoteca. Según el derecho romano, la
hipoteca era un derecho real accesorio sobre una cosa mueble o inmueble, destinado a
garantizar el pago de una deuda. La institución de la hipoteca surgió lentamente a la vida
jurídica mediante una evolución progresiva. Con la finalidad de obtener una garantía para el
acreedor, distinta de las seguridades puramente personales, se acostumbró primeramente lo
que se llamó enajenación fiduciaria. Quién contraía una deuda, enajenaba a favor del
acreedor una cosa determinada, pero conviniendo por un pacto llamado de fiducia, que al
pagarse la deuda volviera la cosa al patrimonio del deudor. Luego vino la institución de la
prenda pignus. El deudor entregaba a su acreedor la posesión de una cosa en garantía de
pago. El acreedor conservaba dicha posesión mientras no se le pagara la deuda. Propie
pignus dicimus quod ad creditorem transit, hypothecam cum non transit…ad creditorem.
Decimos prenda propiamente lo que se entrega al acreedor; hipoteca cuando no se entrega
al acreedor. Posteriormente se vio el verdadero origen de la hipoteca en el arrendamiento de
fundos rurales. Para garantizar al arrendador el pago del arrendamiento, se estableció que
por un convenio entre arrendador y arrendatario, los ganados y 51 utensilios agrícolas
llevados al predio por el arrendatario quedaran afectos al pago, sin que salieran del poder de
este. Si el arrendatario no pagaba, se permitía al arrendador tomar la posesión de aquellas
cosas por medio de una acción llamada interdicto salviano. Vino en seguida un proceso en
la institución. Mediante convenio entre arrendador y arrendatario de un predio rústico, el
primero quedaba investido de un verdadero derecho real sobre los ganados y utensilios
agrícolas del arrendatario, el cual podía hacer efectivo no solo contra este, en caso de no
pagar, sino contra toda persona que hubiera adquirido las cosas afectadas al pago. Ese
gravamen sobre las cosas acompañaba, pues, a estas en cualquier poder en que se hallaran,
y daba lugar a que el acreedor obtuviera su posesión si no se le pagaba la deuda. Esta
acción del acreedor para hacerse a la posesión de las cosas agravadas, en coso de no ser
pagado, se denominó acción serviana. Finalmente, aquella institución se generalizó para
todas las cosas, cualesquiera que fuesen la naturaleza y el origen del crédito que trataba de
garantizarse. El que contraía una deuda podía, por un simple convenio con el acreedor,
gravar en garantía del pago una o más cosas de su propiedad, muebles o inmuebles, sin que
por el solo hecho del gravamen salieran de su poder. El acreedor adquiría por ese modo
sobre las cosas gravadas un derecho real que, en caso de no ser pagado, hacía efectivo por
medio de la acción llamada cuasi serviana o hipotecaria, extensiva a todas las personas que
adquirieran las cosas gravadas con posterioridad a la constitución del gravamen. La acción
quiasi serviana o hipotecaría se dirigía en un principio a obtener la posesión de las cosas
gravadas en caso de no pagarse la deuda. El acreedor adquiría entonces la posesión y seguía
teniéndola, a manera de prenda mientras no se le pagara. 52 Pero aquella situación podía
hacerse indefinida, por lo cual vino a establecerse primeramente que por convenio de las
partes, al constituirse el gravamen, el acreedor se hiciera dueño de las cosas gravadas en
caso de no ser pagado. En seguida se permitió convenir entre acreedor y deudor, que en
caso de no pago, el acreedor pudiera vender las cosas gravadas para pagarse con su precio.
Y culminó aquel proceso evolutivo, estableciéndose que sin necesidad de convenio expreso
entre las partes, el acreedor hipotecario tenía el derecho de vender las cosas gravadas para
pagarse con su precio en caso de que llegado el día del pago no se hiciera este. De este
modo vino a consagrarse en las instituciones jurídicas de Roma el derecho real de hipoteca
con los mismos caracteres generales que lo distinguen en el derecho civil moderno, salvo su
extensión en cuanto a las cosas susceptibles de él, que era mayor en el derecho romano,
pues tenía lugar sobre los bienes muebles e inmuebles, al paso que el derecho moderno solo
tiene lugar sobre los inmuebles. 3.2. Clasificación romana respecto a los modos de adquirir
la propiedad. Se llaman modos de adquirir la propiedad a los hechos jurídicos que la ley
declara idóneos para que aquella entre, como señoría general que es, en la esfera de
disposición de los sujetos particulares. La variedad con que tales hechos jurídicos se
presentan da lugar a clasificaciones diversas. De raíz romana y bizantina, respectivamente,
son las que a continuación exponemos. En algunas instituciones se distingue entre modos
de adquirir iuris civile e iuris gentium. Dentro de los primeros figuran la mancipatio, la in
iure cessio y la usucapión; dentro de los segundos, fundados en la naturalis ratio, la
ocupación, la accesión, la especificación, la tradición. La distinción tiene gran importancia
en la época clásica, ya sea referida a los sujetos ciudadanos romanos exclusivamente en los
modos civiles ya a las cosas las res nec mancipi son las únicas susceptibles 53 de
adquisición iuris gentium. Otorgada la ciudadanía romana a todos los habitantes del
Imperio constituito Antoniniana, borrada la diferencia entre res mancipi y nec mancipi, y
desaparecidas, en fin, las viejas formas civiles de la mancipatio y de la in iure cessio,
semejante distinción tiene un simple valor teórico en la Compilación justinianea. Por lo
demás, en las instituciones del emperador bizantino la distinción entre modos civiles y
modos naturales se alarga hasta abarcar la generalidad de los modos de adquisición.
Clasificación del sello bizantino y con gran favor acogida por los modernos es la que se
hace entre modos de adquirir originarios y derivativos. Dicese originaria la adquisición
cumplida sin que medie relación con un antecesor jurídico auctor, transmitente, como
ocurre, con la ocupación de una cosa que no tiene dueño res nullius. Derivativa es por el
contrario, la adquisición cuya eficacia arranca de un acto de disposición del precedente
titular, cual sucede. La adquisición de frutos tanto puede ser originaria como derivativa. La
usucapión ofrece unas características especiales, que mueven a los autores a no pocas
discusiones. Algunos se inclinan a colocar entre los modos originarios, pero debe
observarse que si falta aquí aquella directa coordinación entre el derecho del anterior titular
y el derecho del nuevo, aún es menester justificar la adquisición de la posesión, que es
fundamento de la usucapión. Hay al menos una sucesión cronológica, en cuanto que la cosa
fue de propiedad de otra en el instante preciso en que la usucapión se ha consumado. Por
otra parte, las prohibiciones de enajenar impiden la usucapión, y además, la usucapión no
extingue el usufructo, las servidumbres activas y pasivas y la prenda. Dados estos
caracteres y presupuestos también un consentimiento tácito del propietario, los romanos
cuentan la usucapión entre las enajenaciones. Los romanos no se cuidaron de distinguir en
la forma hoy tan preferida. Fura de la sucesión hereditaria, no coinciden que los derechos y
las obligaciones situaciones puramente personales puedan ser objeto de transmisión. En la
54 mancipatio y en la in iure cessio lo decisivo es la afirmación unilateral del derecho de
propiedad por parte del adquiriente, frente a un enajenante que renuncia, no oponiéndose, a
lo que era suyo. La traditio tiene en un principio eficacia exclusivamente posesoria, según
parece lo más probable; función traslativa del dominio tiene en la época clásica, pero es
muy oscura. Consecuencia de los tres actos mencionados, pero no esencia de los mismos,
es la transmisión del derecho. Todo esto significa, en definitiva, que los clásicos no
contemplan la traditio iuris, sino la translatio rei. “Ciertamente, se habla tan sólo de una
transmisión de la cosa tranferri, transire, y no del derecho que recae sobre la misma, y hay
fundamento en pensar que han sido los bizantinos quines han visto en la transmisión de la
cosa la transmisión del derecho”.13 3.3. Adquisición de la propiedad en el derecho romano.
3.3.1. Modos originarios: a) Ocupación: Ocupación es la adquisición de la propiedad
mediante la toma de posesión de una cosa que no tiene dueño: res nullius cedit occupanti.
En el derecho romano muéstrase imperante el principio de la libertad de ocupación.
Aplicase la ocupatio, durante largo tiempo, a un amplio círculo de res nullius, y su
importancia es tal que llega a verse en la misma la fuente de la que surge la propiedad. En
esta suerte de adquisición – y en otras como la usucapión, la accesión, la especificación y la
tradición – es fácil advertir la propensión de la jurisprudencia a elaborar un derecho de raíz
natural. 13 Iglesias, Juan, Ob. Cit; pág. 166 55 Casos de ocupación son los siguientes: - La
insula in Mari nata. - Las res inventae in litore maris perlas, piedras y conchas-, es decir, las
cosas descubiertas y aprehendidas, pues no basta la inventio en la ribera del mar. - La caza
aucupium de las ferae bestiae, esto es, de los animales que gozan de libertad natural. El
cazador hace suyo el animal cazado, importando poco que esto ocurra en finca ajena. El
propietario de una finca puede prohibir el acceso a ella de cualquier extraño, pero no
porque se reconozca a su favor la existencia de un derecho exclusivo de caza. Al cazador
que de cualquier modo entra en la finca ajena podrá hacérsele responsable de una violación,
pero la pieza es suya. Idéntico principio rige en nuestra materia de pesca piscatio. En la
época clásica se discute del momento en que el cazador adquiere la propiedad del animal
herido. Debió prevalecer, según creemos, la opinión que luego fue acogida en la legislación
justinianea, a tenor de la cual no basta que el cazador hiera y persiga al animal sino que es
necesaria también la aprehensión: quia multa accidere possunt ut eum (feraz bestiam) non
capiamus (porque puede suceder veces que no aprehendamos al animal). Además de los
animales salvajes ferae bestiae, pueden ser objeto de ocupación los animales amansados o
domesticados ciervos, palomas, abejas, etc. que han perdido el animu revertendi, esto es, el
hábito de volver a la casa del dueño. Se excluye de la ocupación en todo caso, los animales
domésticoscaballos, bueyes, gallinas. - Los res derelictae. Es decir, las cosas libremente
azadonadas por su dueño, y no las cosas perdidas o extraviadas. Discútese entre los clásicos
acerca del momento en que se pierde, por el abandono, la propiedad. Según los
proculeyanos, la perdida de la propiedad coincide con el acto de aprehensión por parte de
otro; los sabinianos, por el contrario, entienden que la propiedad se 56 pierde en el instante
mismo en que el titular se despoja de la cosa. Esta última opinión, que concibe la derelictio
como una transmisión a persona incierta traditio in incertam personam, fue acogida por la
jurisprudencia más tardía y por la legislación de Justiniano. Dos constituciones imperiales
de finales del siglo IV de C. aplican a los agri desrti el régimen de la derelictio. Las tierras
situadas en los confines del imperio, expuestas como estaban a las incursiones de los
bárbaros, solían ser dejadas incultas por sus dueños. Con el fin de remediar los males que
de aquí nacían, se permitió a cualquiera ocuparlas y cultivarlas, transformándose la
posesión en propiedad luego de pasados dos años sin que el propietario la reivindicase. De
otra parte, si el propietario que no puede pagar los tributos, abandona el fundo, y no retorna
a este dentro de seis meses, según el requerimiento oficial que se le hace, adquiere la
propiedad la persona que, entrando a ocuparlo, se comprometa a corre con las cargas
fiscales. Las res hostium. Es decir, las cosas tomadas a los hostes, sea en acción de guerra –
ocupatio bellica- sea fuera de ella, cuando no media un tratado de amistad con Roma. El
autor citado Gayo, nos dice que los antiguos consideraban como propiedad más legítima la
de las cosas acogidas al enemigo: maxime sue esse credebant, quae ex hostibus cepissent.
En época histórica, el botín propiamente dicho pertenece al Estado, en tanto que las cosas
concretas u objetos singulares entran en el dominio del que ocupa. b) Adquisición de
tesoro. El tesoro es una cierta cantidad depositada de la que no existe memoria de quien
pudo ser su propietario, de forma que ya no tiene dueño. Tratase de cualquier objeto
precioso- y no sólo de dinero- que permanece oculto- bajo tierra o de otro modo- durante el
tiempo necesario para que se pierda la memoria de quién 57 sea su dueño, haciéndose
imposible, en todo caso, identificar en alguna persona al sucesor. En el curso de la historia
del derecho romano la adquisición del tesoro fue regulada de modos diversos. Al principio,
considerase como incremento del fundo en que se encuentra. Semejante solución responde
a la peculiar naturaleza del fundus romano, cuya propiedad alcanza a todo cuanto está en él
y bajo él, es decir, en el subsuelo. Más tarde y a consecuencia, según parece de la lex Iulia
y Papia Poppaea se le aplica el régimen e los bienes vacantes bona vacantia atribuyéndose
la propiedad al aerarium al fiscus, después. Una constitución de Adriano, luego desviada,
pero acogida, a la postre, por Justiniano, confiere la propiedad del tesoro, por mitad, al
dueño del fundo ya sea lugar privado o locus Caesaris y al descubridor. Si el lugar es
sagrado o religioso, corresponde por entero al inventor. Es lo cierto que el dominus y el
inventor adquieren a la vez e inmediatamente. c) Accesión. Hay accesión cuándo una cosa
se adhiere a otra, por obra natural o artificial, para integrarse ambas en un solo cuerpo. El
dueño de la cosa principal la que define la esencia y la función del todo, según un criterio
económico-social se hace dueño de la cosa accesoria, es decir, de la que cede o accede cedir
o accedit. La unión que puede deshacerse, reavivando en la cosa accesoria su originaria
individualidad su pristina causa, determina una adquisición resoluble. Al dueño de la cosa
accesoria se le concede, en el caso de accesión separable, la actio ad exhibendum, para
reclamar luego por la rei vindicatio. La unión orgánica, sólida y duradera, lleva aparejada
una adquisición irrevocable es decir que esto no significa, sin que el perdidoso no deba ser
58 indemnizado. A tal respecto hay que ver si la conjunción ha sido hecha por el
propietario de la cosa accesoria o por el de la principal. En el primer supuesto, si el
propietario de la cosa accesoria ha obrado de buena fe, y tiene la posesión del todo, puede
oponer la excetio doli a la rei vindicatio entablada por el propietario de la cosa principal. En
el segundo supuesto, el propietario de la cosa accesoria tiene la exceptio doli, si es él quien
posee el todo, o una actio in factum, si tal posesión recae en el propietario de la cosa
principal. L a accesión presupone, según principio general, la adherencia verdadera de una
cosa ajena a una cosa propia. También cabe, sin embargo, respecto de una res nullius, sin
que ésta tenga carácter accesorio, y sin que medie una efectiva conjunción. Así ocurre en
los casos del alveus derelictus y de la insula in flumine nata. Los romanistas distinguen tres
clases de accesión: a) Accesión de mueble a mueble. Tiene lugar en los siguientes casos: -
Ferruminatio. Es la unión inmediata de dos objetos del mismo metal; ferruminatio per
eandem materiam facit confusionem. La adquisición de la cosa accesoria a favor del dueño
de la cosa principal tiene carácter irrevocable. Distinta de la ferruminatio es la adplumbatio,
esto es, la unión de objetos metálicos o no metálicos, de igual o diferente especie, mediante
un tercer elemento plomo o estaño. En cuanto tal unión puede deshacerse sin detrimento de
las cosas, no determina adquisición definitiva de propiedad. Luego de ejercitada la actio ad
exhibendum, petitoria de la separación, puede el dueño de la cosa accesoria entablar la rei
vindicatio. 59 - Textura. Según el derecho justinianeo, ceden a la tela ajena los hilos que se
le incorporan, por obra de bordados o entretejidos. En la época clásica la textura no otorga
una adquisición definitiva de los hilos. Ulpiano citado por el autor Juan iglesias atribuye al
dueño de éstos la actio ad exhibendum. Gayo no menciona tal modo como accesión. -
Tinctura. El colorante accede al paño. - Scriptura. Lo escrito sobre carta, pergamino u otro
objeto ajeno, accede a éste. - Pictura. La pintura cede a la tabla, la tabla cede a la pintura
magis enim dictar tabulam picturae cedere, sostiene Gayo. Esta postura la gayana, o
proculeyana, como también se le llama es acogida en el derecho justinianeo. Se puede
admitir que la tabla accede a la pintura, pero el jurista clásico confiesa que semejante
solución, contraria a la dada en el caso de la scriptura, no se explica de modo satisfactorio:
cuius diversitatis vix idonea ratio redditur. b. Accesión de mueble a inmueble. Pertenece al
suelo todo lo que se une a él: Superficies solo cedit. Tal principio importa la accesión en los
casos siguientes: - Satio. Accede a la tierra la semilla ajena que en ella es sembrada. -
Plantario. El propietario de la tierra adquiere lo en ella plantado, siempre que eche raíces: si
modo radicibus terram complexa fuerit. La adquisición es definitiva, aunque la planta sea
arrancada después. - Inaedificatio. Los edificios u otras construcciones un acueducto, por
ejemplo pertenecen, en su totalidad, al propietario del suelo: omne quod inaedificatur solo
cedit. La propiedad sobre la obra completa, sobre la species o el 60 todo corpus ex
cohaerentibus, como la nave o el armario, no significa, sin embargo adquisición de la
propiedad de los materiales. El dueño de éstos conserva su derecho, si bien no puede
hacerlo valer mientras dure la conjunción. Las XII Tablas prohíben la rei vindicatio del
madero o viga unida al edificio de otro, asi como los palos que sontienen una viña: tignum
iunctum aedibus vineave et concapit ne solvito. La norma decenviral, motivada en la
defensa de intereces edilicios – ne urbs ruinis deformetur – y agrícolas, fue luego extendida
por obra de la jurisprudencia, a toda clase de materiales de construcción omnis materia ex
qua aedificium constat. “La misma jurisprudencia clásica, primero, y Justiniano, después
restringieron el tenor de la antigua norma, concediendo el ius tollendi mientras el edificio
está en pie y siempre que la separación no venga en daño o menoscabo de éste”.14 El ius
civile no concede indemnización alguna al dueño de los materiales, no obstante cuando
estos son furtivos, a sabiendas o no del dueño del edificio, le otorga contra éste la actio de
tigno iuncto, para reclamar el doble del valor. Pagado el doble, aún es posible, en la época
clásica, reivindicar los materiales, cuando se deshace la edificación. En la época justinianea
la reivindicación sólo procede si no se ha reclamado el duplo. El derecho clásico concede al
que edifica en suelo ajeno, creyéndolo propio, la facultad de pedir resarcimiento, cuando el
dominus soli reivindica el edificio. c. Accesión de inmueble a inmueble. Casos de accesión
de inmueble a inmueble son los conocidos bajo el nombre común de incrementos fluviales:
avulsio, alluvio, insula in flumine nata y 14 Iglesias, Juan, Ob. Cit; pág. 170. 61 alveus
derelictus. Dentro de la época clásica, la accesión sólo es posible a favor de los agri
arcifinii, que tienen su límite natural en el río público. En el caso de los agri limitati, no
cabe modificar los confines, aplicándose a los incrementos fluviales, o a algunos de ellos,
las normas que rigen en materia de ocupación. Desaparecida en el derecho justinianeo la
distinción entre una y otra clase de agri, impera únicamente la accesión. - Avulsio. Tiene
lugar cuando la porción de terreno arrancada a un predio, por el ímpetu del río – vis
fluminis -,se incorpora a otro – incrementum patens. Para que haya accesión es menester
que la tierra y las plantas transportadas se unan orgánicamente al nuevo predio, de suerte
que formen con él un todo continuo. En cualquier caso, compete al dueño del fundo
mermado, mientras no se verifique la coalitio, el ejercicio de la rei vindicatio. Cabe también
que el desprendimiento no sea debido al golpe de riada, sino a la quiebra del terreno por
otra fuerza o agente. La porción desprendida – crusa lapsa – sólo puede reivindicarse si non
coaluerit nec unitatem cun terra mea fecerit (si no se hubiera unido inseparablemente con
mi tierra). En ambos supuestos no procede indemnización a favor del dueño cuya propiedad
se ve disminuida. Cuando menos así su propia negligencia. - Alluvio. Es incremento
paulatino e imperceptible, por obra de la corriente de las aguas fluviales, en los predios
ribereños. - Insula in flumine nata. Si nace una isla en medio de un río público in flumine
publico, se divide entre los propietarios de los predios de una y otra orilla; y si no nace en
medio, se divide entre los que tiene predios en la orilla más próxima. La porción que
corresponde a cada propietario se halla delimitada por línea media la que se traza,
inmaginariamente, a lo largo del centro del río y las líneas perpendiculares a ésta desde los
confines de los predios ribereños. El incrementum latens el propio de la alluvio favorece al
usufructuario del fundo. En cambio, la insula in flumine nata es un incremento separado
veluti proprium fundum, y accede al usufructuario. Si un río rompe por un lado, y con un
nuevo 62 cauce, que luego se une al antiguo, llega a circular parte de un fundo, no se aplica
el régimen de la accesión. El terreno que así queda aislado no pertenece al lecho del río, y
permanece invariable, por consiguiente, la condición de la propiedad: causa proprietatis
non mutatur. - Alveus derelictus. Si el río público se seca permanentemente, o abandonado
por completo su álveo natural, empieza a correr por otro lugar, el álveo antiguo se
distribuye entre los que tienen predios en sus orillas, según las reglas señaladas para el caso
de la insula in flumine nata. El derecho justinianeo establece que si el río vuelve a su cauce
primitivo, el nuevo, ahora abandonado, retorna a quien antes fuera su propietario. -
Especificación. Con este nombre se designa la transformación de una materia prima
materia, materia et substantia en una cosa nueva novam speciem facere. Tal ocurre, por
ejemplo, cuando se obtiene vino de la uva, o carbón de la leña, o un vestido de la lana.
Elaborado un producto con materia ajena, ha de decidirse acerca de su propiedad, Según los
sabinianos, la cosa nueva pertenece al dueño de la materia, puesto que de ella deriva; los
proculeyanos, por el contrario, atribuyen la nova species al artífice. Los mismos
proculeyanos distinguen todavía entre la species que puede reducirse a su estado anterior,
fundiendo la taza de plata o la estatua de bronce, y aquella en que tal no es posible. En el
primer caso, el propietario de la materia continúa teniendo el dominio; en el segundo, la
nova species corresponde al especificador. Esta media sententia es acogida por Justiniano,
si bien añadiendo la nueva regla de que el especificador adquiere la propiedad de la cosa
especificada cuando elabora con materia en parte propia y en parte ajena. Desde el punto de
vista formal, la especificación justifica siempre un enriquecimiento, ora se a favor del
dueño de la materia, ora a favor del artífice. 63 Esto no significa, sin embargo, que el que
pierde la materia o el trabajo no deba ser indemnizado. La indemnización puede obtenerse
oponiendo la exceptio doli a la rei vindicatio, siempre que la nova species, se encuentre en
poder del perdidoso. Si éste no posee, queda desamparado de todo recurso. Los derechos de
uso y usufructo constituido sobre una cosa perecen cuando ésta cambia de species. Los
demás derechos sobre cosa ajena se extinguen tan solo cuando la propiedad de la cosa
nueva es atribuida al especificador. - Confusión y Conmixtión. Tiene lugar,
respectivamente, cuando se mezclan líquidos o sólidos, de igual o de distinto género, sin
que haya incorporación de una cosa a otra – accesión -, ni se elabore una nova species –
especificación. En orden a una mezcla de tal naturaleza rigen los siguientes principios: 1º.
Si la separación es posible, cada propietario conserva la propiedad de su cosa,
otorgándosele la actio ad exhibendum, para reclamar luego por la rei vindicatio. 2º. Si la
separación no es posible, surge un estado de copropiedad communio proindiviso.
Concédese entonces a cada propietario la actio común dividendo, además de la
reivindicación pro parte indivisa; es decir por la cuota. 3º. Si la mezcla de líquidos o de
sólidos produce adquisición de propiedad en los casos de especificación y de accesión. La
confusión y la conmixtión, por el contrario, sólo acarrean una transformación de la
propiedad separada o autónoma en propiedad pro parte indivisa. Todavía es cierto que la
mezcla de monedas importa adquisición de dominio, en cuanto no hay posibilidad de
identificar las recibidas. Si alguien, por ejemplo, paga una deuda con monedas robadas, las
hace suyas quien recibe. Ante la imposible identificación de cada una de las especies, el
propietario no podrá ejercitar la rei vindicatio, sino únicamente la acción que nace del
delito actio furti. 64 - Adquisición de frutos. El fruto no tiene existencia propia mientras no
se desprende de la cosa matriz: fructus pendentes pars fundi videntur. Al desprenderse, es
considerado, en el mundo jurídico, como objeto independiente, y su propiedad puede
corresponder al dueño de la cosa fructífera, o bien al titular de un derecho real o de un
derecho Personal. Por la sola separación adquieren los frutos los dueños de la cosa
fructífera; El poseedor el ager vectigalis, en la época clásica; el enfiteuta, en el derecho
Justinianeo. El que posee de buena fe en el momento mismo de la separación. La
jurisprudencia clásica otorga al bonae fidei possessor igual tratamiento que al propietario:
in percipiendis fructibus id iuris habet, quod dominis praediorum tributum est. Todos los
frutos separados ante litem contestam son adquiridos, según el derecho clásico, en
propiedad definitiva e irrevocable. El derecho justinianeo modifica este régimen,
estableciendo que el poseedor de buena fe sólo se beneficia de los frutos consumidos
consumpti antes de promoverse la reivindicación, debiendo restituir los todavía existentes
estantes en este momento. Cuestión discutida en la época clásica es la de si basta la buena
fe inicial, o bien si es necesaria la buena fe perpetua: quaestio in eo est,atrum initium
spectamus ad singula momenta. El derecho Justinianeo acoge la última solución. Por
percepción adquiere los frutos el usufructuario. - Adiudicatio. Consiste en la adquisición de
la propiedad por pronunciamiento que hace el iudex en los juicios divisorios. Los juicios en
virtud de los cuales se dividen las cosas o herencias comunes actio común dividendo, actio
familiae erciscundae tienen valor constitutivo. Por la adiudicatio judicial, la que hasta ahora
era propiedad pro parte indivisa se convierte en propiedad 65 separada. Y ésta será civil o
pretoria, según que la división tenga lugar en un iudicium legitimun o en un iudicium
imperio continens. - Litis aestimatio. En el proceso clásico el juez no condena al
demandado a dar el objeto por el que se litiga, sino a pagar, previa estimación de lo que
importa, su valor en dinero. La condena condemnatio pecuniaria sólo es pronunciada
cuando el demandado no atiende la invitación hecha por el iudex para que restituya neque
ea res arbitratu tuo restituetur. El demandado puede elegir, por tanto entre restituir la cosa o
pagar la condena. Si se inclina por lo último, la cosa queda de su propiedad

http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/04/04_7792.pdf

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