Bloque 2
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Bloque 2
Ciencias
de La
Comunicación
Bloque 2:
Modelos
Comunicativo
Alumno:
Luis Angel Rodríguez López
Grupo: 502
Bloque: B
Antecedes y características de los modelos comunicativos
Verdaderamente no ha existido nunca una teoría de la comunicación. Lo que tenemos es un
sinnúmero de resultados de investigaciones aglutinados bajo el indefinido nombre de: Teoría de la
Comunicación.
La gran mayoría de los estudiosos de la comunicación han formulado sus propios y personales
esquemas y modelos. En un principio éstos se basaban en una simple relación de estímulo-
respuesta para llegar hoy a plantear profundas interpretaciones.
Los profesionales de la comunicación, por otra parte, siempre han realizado su trabajo sobre la
base de la experiencia y el sentido común, y entre ellos y los investigadores sobre temas
comunicacionales ha habido muy poca o ninguna colaboración en la mayoría de los países, ni qué
decir en el nuestro.
Los modelos de comunicación representan una de las evidencias más claras de la esquemática
(Costa. 1998) en la ciencia de la comunicación. Uriel Sánchez (2006: 21-22,44), destacado
investigador de la Universidad de Medellín, Colombia, en el libro Modelos y Esquemas de
“Un modelo es, en principio, una obra de ficción. Es una visión de lo real para comprender la
realidad. Un modelo de comunicación puede ser una explicación de la interacción comunicativa en
un fragmento del mundo real, o entre sujetos que pertenecen a él. A través de un modelo se
puede estudiar un fragmento de mundo, asirlo, entenderlo. El modelo permite moldear,
manipular, simular (…)
Los modelos son flexibles, dinámicos. Un modelo facilita la comprensión del todo desde la parte en
estudio; pero entendida integralmente. Los modelos de comunicación permiten, pues, el estudio
de la comunicación y su desarrollo entre los seres humanos y su construcción cultural (…) Los
modelos de comunicación pretenden explicar la realidad de las interacciones comunicacionales,
por supuesto, de un mundo ideal. Se propone el estudio y desarrollo de la comunicación humana
en contextos delimitados y concretos. Un modelo de comunicación es una preocupación por la
interacción. El sentido de la comunicación, sus medios, la relación entre emisor y receptor, el
ambiente en el cual se desarrolla y los ruidos que la afectan; la trascendencia de dichas
interacciones comunicativas para los seres humanos, las sociedades y sus organizaciones, son la
razón para modelar la comunicación”.
Aristóteles es autor del primer modelo de comunicación conocido, del cual Castro y Zareth
(2006:28-29) señalan:
“La retórica (obra de la que se obtiene el modelo comunicativo de Aristóteles)es un fenómeno
enteramente occidental que se ocupó de analizar las maneras en que los seres humanos se
comunican entre sí. Retomando los datos anteriores, se puede aseverar que Aristóteles, mediante
su obra La retórica, es el primero en teorizar por escrito las aportaciones de los sofistas y las de
Platón, las bases de la comunicación humana mediante tratados analíticos expositivos las ideas
que aportó sirvieron como base para explicar el proceso de la comunicación en general”.
“el proceso aristotélico es lineal, es decir, todo gira en torno a los intereses del emisor, como se
plantea a través del ethos, el pathos y el logos, la disposición de los elementos y del resultado
parecen depender del orador”.
Aristóteles definió la comunicación como la búsqueda de "todos los medios de persuasión que
tenemos a nuestro alcance". Por supuesto, que los primeros en ser este medio somos nosotros
mismos, que todo el tiempo estamos comunicando, aunque no estemos dando un discurso, que
generalmente, lo asociamos con un orador.
Aristóteles analizó la comunicación de los oradores y el objetivo o propósito que querían lograr a
través del mensaje que ellos emiten para llevarlos a la acción o al punto (idea, creencia, concepto)
que ellos querían. Y, ¿Cómo es que lo lograban? A través de la PERSUASIÓN. Es decir, que el
orador pueda convencer o exhortar al público (audiencia / receptor) acerca de un tema, creencia,
idea o acción. En pocas palabras para Aristóteles la persuasión se produce por el discurso.
Hoy en día existen oradores, pero con la evolución y tecnología, ahora se cuenta con otros medios
por los cuales se puede comunicar el propósito, nos referimos a la televisión, radio, redes sociales,
entre otros más y formas auditivas, imágenes, fotografías, videos o textos para poder transmitir
mensajes a los distintos tipos de receptores.
Sobre el Modelo de Harold Laswell, Ixchel Castro y Luz Zareth (2006: 42), afirman: “Al pensar en el
objetivo del estudio que Lasswell desarrollaba cuando propuso esta fórmula es obvio que el efecto
representa la parte medular”.
Lasswell, experto en política que ha pasado por las teorías de la comunicación como el primer gran
ensayista en comunicación, con el libro “Técnicas de propaganda en la Guerra Mundial” (1927)
inicia la investigación con el análisis de las interrelaciones entre audiencias y efectos desde una
marcada posición funcionalista. El funcionalismo intenta producir un sistema de conocimiento
objetivo que sea capaz de formular condiciones de equilibrio y autorregulación social
(homeostasis).
Así, las premisas desde las que partirá el funcionalismo son el auto equilibrio en la vida social- la
realidad social puede generar las pautas de su propia estabilidad-, la naturalización del sistema
institucional- se cree que el funcionamiento propio de una sociedad democrática y su equilibrio se
sostiene confiando en las instituciones- y la reificación de lo existente como ya dado
objetivamente. En las tres premisas siempre hay una parte de la realidad social que queda fuera
de campo, ya que el funcionalismo tiende a instrumentalizar a la sociedad. De este modo, el
carácter social del sistema institucional queda diluido con su naturalización y los elementos
intersubjetivos que tienen que ver con los conflictos sociales también quedan desplazados con la
reificación de lo existente como dado objetivamente.
David Berlo estableció su teoría de comunicaciones en 1960. Ella es también conocida como el
modelo SMCR por sus componentes: fuente, mensaje, canal y recibidor.
Fuente
Toda comunicación tiene una Fuente. Esta puede ser un individuo, un grupo o compañía. Es la
responsabilidad de la fuente en codificar el mensaje que necesita ser comunicado. La forma en
que esto se hace será afectada por algunos atributos tales como sus habilidades en comunicación,
su actitud hacia su audiencia, su conocimiento del contenido del mensaje, su experiencia social y
su cultura.
Mensaje
La Fuente debe codificar el mensaje para asegurar su contenido. En este caso, contenido significa
todo lo que es comunicado, intencional o no. Los elementos de la comunicación podrían por
ejemplo incluir el discurso, lenguaje de cuerpo y diapositivas usadas durante la presentación del
mensaje. El tratamiento de la comunicación puede ser serio o alegre, formal o informal y debe ser
consistente con la forma que la Fuente quiere que el receptor del mensaje lo interprete.
Todos menos los más simples mensajes necesitan ser estructurados así que capas múltiples del
mensaje son enviadas en de una forma lógica y cumulativa. Ellos también necesitan ser
codificados apropiadamente, por ejemplo, usando el lenguaje que el recipiente entiende.
Canal
Los canales de Berlo claramente se relacionan a los cinco sentidos y resaltan que la habilidad de
enviar un mensaje no es solo acerca de las palabras que oímos o leemos. Comunicación en el
ámbito de P3 raramente tiene la oportunidad de incluir tacto, olor y gusto e inevitablemente se
enfocara en oír (considerado como sinónimo de leer) y ver incluyendo e-mails, video conferencias,
blogs, etc.
Este torcido moderno no cambia el hecho de que la habilidad del recipiente del mensaje de
descodificarlo correctamente dependerá de la escoger el canal adecuado para enviarlo.
Recipiente
Este modelo desarrolla ideas acerca de la comunicación, atendida por Aristóteles hace más de
2,300 años. Fue el quien observo que es el recipiente el que tiene la clave de si la comunicación es
efectiva o no. El modelo de Berlo no incluye retroalimentación, pero es siempre útil para la Fuente
y el recipiente el cambiar lugares, volviendo a mandar el mensaje en la dirección opuesta y
confirmar su entendimiento.
Berlo da una gran importancia a la recepción, y señala que “los significados no están en el
mensaje, sino en sus usuarios”; esto es, la decodificación es el valor final y diferenciado que fija,
por contraste con el propósito inicial del emisor, la eficacia de la comunicación.
Este autor propone que los alcances de la comunicación se dan por dos tipos aquellos que se
satisfacen en el hecho mismo de la comunicación y los que, más allá que transmiten un mensaje,
dar a la comunicación un carácter instrumental y perseguir una respuesta correcta. Berlo, a través
de su modelo denominado „S·M·C·R‟ (source-message-channel-receiver) distingue, pues, la acción
del emisor y su estrategia e intención de la del receptor.
Berlo establece que la intención del hombre es comunicar para influir intencionalmente a los
demás. Es esta intención la que busca producir respuestas específicas. Para ello es necesario
utilizar un mensaje apropiado que exprese su propósito. Si éste conoce su propósito, será capaz de
lograr una comunicación eficiente y efectiva.
Wilbur Lang Schramm a través de sus investigaciones cumplió una importante labor divulgadora
de la línea de investigación desarrollada por la Mass Communication Research. Se trata de un
pensador de la comunicación que escribió únicamente sobre esta disciplina, los medios y el
periodismo.
El más importante de estos modelos elaborados por Schramm es el conocido como “Tuba de
Schramm” (Ver Gráfico) el cuál se centra en los procesos de comunicación colectiva.
Este modelo aborda el proceso en el cual de esa multiplicidad de mensajes el receptor selecciona
los que menor esfuerzo le ocasionan para percibir su significado y los que mejor representan el
conjunto de normas del grupo social del que el receptor es parte.
En el estudio del proceso de comunicación que hace Schramm está implícita, como dijimos, la
preocupación por el estudio de los efectos y parte del supuesto de que cuando se emite una
comunicación se produce al unísono un intento por predecir sus efectos: el emisor hace una
proyección de los posibles efectos de sus mensajes.
De todas formas, Schramm reconoce que los efectos de la comunicación son el resultado de varias
fuerzas de las cuales el comunicador sólo puede controlar una: dar forma a su mensaje y decidir
cuándo y dónde transmitirlo. Los restantes elementos no controlados son: la situación en que se
recibe la comunicación y en la que va a tener lugar la respuesta; la personalidad del receptor y; las
normas y relaciones grupales del receptor.
Para finalizar, si bien los modelos de Schramm siguen al de Lasswell y al de Shannon realiza nuevos
aportes. Por ejemplo, el feedback y la noción del campo de experiencia como aquella memoria
común que hace posible una comunicación efectiva (la ausencia de esta memoria era una de las
principales críticas al modelo de Shannon).
Aún así, si bien Schramm reconoce que el emisor no sólo tiene la capacidad de transmitir mensajes
tampoco va más allá con lo cual el proceso de producción de la información sigue siendo una caja
negra.
Fundó el Taller de Escritura de Iowa en 1935 y fue su primer director hasta 1941. Schramm influyó
en establecer la Comunicación como campo de estudio en los Estados Unidos estableciendo
departamentos de estudios de comunicación en sus universidades. Por eso se le considera el
fundador de esta disciplina en los EE. UU. Fue el primero en identificarse como alumno de
Comunicación y creó el primer grado académico incluyendo en los programas esta materia,
además de educar a la primera promoción de alumnos de Comunicación
McLuhan sostiene que el discurso contiene pensamiento, y aquí termina la cadena de medios. El
pensamiento es no verbal y proceso puro. McLuhan adoptó esta idea y la expresó en sus escritos:
“Todos los medios son metáforas activas por su poder de traducir la experiencia en formas nuevas.
McLuhan sostiene que el discurso contiene pensamiento, y aquí termina la cadena de medios. El
pensamiento es no verbal y proceso puro. McLuhan adoptó esta idea y la expresó en sus escritos:
“Todos los medios son metáforas activas por su poder de traducir la experiencia en formas nuevas
MODELOS DE COMUNICACIÓN “Marshall McLuhan dijo bromeando una vez que «si el medio es el
mensaje, entonces el usuario es, en realidad, el contenido». En otras palabras, el mensaje de
cualquier medio puede considerarse como la forma en que éste moldea al usuario simplemente
cuando le impele a concertarse con el medio. La televisión, la radio, los libros, los medios
interactivos, cada uno a su manera, condiciona las respuestas específicas respecto a los medios
por parte de sus usuarios, sean estos consumidores, productores o prosumidores interactivos. Los
medios, vistos desde esta forma, son entornos completos que contienen a sus usuarios como
contenidos. Esta observación puede haber parecido confusa, por no decir poco seria, en los
buenos tiempos de McLuhan Hoy en día, sin embargo, con la proliferación de las páginas web en
la Red, su aforismo toma un significado más directo y Pertinente. El hecho de que el usuario tenga
que buscar activamente el contenido hace que ambos, emisores y receptores de cualquier
comunicación en red digital, sean los suministradores principales y, por lo tanto, el contenido real
de la comunicación”.
Sin embargo, su famosa frase no fue siempre bien entendida. El teórico canadiense quería decir
que la forma en que adquirimos la información nos afecta más que la información en sí misma. Por
ejemplo, decía McLuhan, “que el impacto de la televisión en los niños no se debe tanto a su
contenido como a la forma en que lo transmite a los puntos de luz proyectada hacia el televidente,
carencia de detalle, a su movimiento y sonido, que crean una atmósfera envolvente y una
experiencia táctil además de visual”.
McLuhan pasó a ser universalmente conocido a partir de la publicación de sus obra ‘La galaxia
Gutenberg’ (1962) y ‘Comprensión de los medios’ (1964). En la veintena de obras que escribió
McLuhan, el comunicólogo lanzaba la hipótesis desconcertante del retomo del hombre a una
sociedad de tipo tribal a escala planetaria y a la existencia audio-táctil. Estas teorías se sintetizan
en algunas de sus más famosas expresiones, como la ya repetida “el medio es el mensaje”, “la
aldea global” o la “galaxia Gutenberg”.
Según Moles, la comunicación masiva se realiza en la sociedad a través de un doble ciclo: uno
corto y otro largo.
El ciclo corto comunica los contecimientos a través de los medios masivos a la sociedad. Se parte
desde un cuadro sociocultural, donde hay observadores que seleccionan aconteceres, los relatan a
través de los medios a la sociedad y de los líderes de opinión.
El ciclo largo parte de un marco sociocultural desde donde un creador hace su realización o
expresión, pasa al micromedio, de allí a los medios masivos y de estos a la sociedad. En este ciclo,
muchas veces, los productos comunicativos se guardan.
Según Moles, la comunicación masiva se realiza en la sociedad a través de un doble ciclo: uno
corto y otro largo.
El ciclo corto comunica los contecimientos a través de los medios masivos a la sociedad. Se parte
desde un cuadro sociocultural, donde hay observadores que seleccionan aconteceres, los relatan a
través de los medios a la sociedad y de los líderes de opinión.
El ciclo largo parte de un marco sociocultural desde donde un creador hace su realización o
expresión, pasa al micromedio, de allí a los medios masivos y de estos a la sociedad. En este ciclo,
muchas veces, los productos comunicativos se guardan.
Umberto Eco fue uno de los pensadores más representativos de la corriente estructuralista.
Planteaba que “La semiótica estudia todos los procesos culturales como procesos de
comunicación; tiende a demostrar que bajo los procesos culturales hay unos sistemas; la dialéctica
entre sistema y proceso nos lleva a afirmar la dialéctica entre código y mensaje”.
Durante esta doctrina Umberto eco desarrolla uno de sus ensayos más relevantes, el famoso: "
Apocalípticos e Integrados" ante la cultura de masas que sirve para comprender las dos formas
antagónicas de pensar en la comunicación.
Posteriormente aparece el estructuralismo que analizaba cómo llega ese poder de los medios a la
audiencia, es decir, utilizaban mucho el mensaje, y es ahí donde aparece la semiótica. En esta
corriente estructuralista ubicamos a Umberto eco.
En esta línea, Umberto Eco propone, desde la semiótica, una serie de ideas y conceptos que
esclarecen las interrogantes sobre por qué y cómo discriminamos e interpretamos los contenidos
ofrecidos por los medios (a veces tomados de la propia cultura popular, como dije). A grandes
rasgos explica que todo contenido cultural, desde cómo nos vestimos, la forma de una
construcción, una pintura, una foto, una película, etc., constituye un lenguaje, formado por
códigos, que a su vez están compuestos por ciertos signos y ciertas reglas de combinación de esos
signos. A partir de aquí podemos hablar de lenguaje audiovisual, lenguaje de la moda, entre otros.
Este lenguaje se expresa en forma de un discurso estructurado portador de significantes mediante
una propuesta estética. Los significantes son las unidades expresivas, son las letras de la palabra,
los planos de la toma, etc., que, mediante un proceso de selección y combinación, quieren decir
algo. Este algo que quieren decir es el significado que le da el autor del mensaje, el autor del
discurso. Sin embargo, el significado contenido en el significante emitido por el autor, pasa a
través del canal y llega al receptor. Y he aquí el meollo del asunto. El poder del receptor es su
propia incapacidad para leer en esos discursos, en esos mensajes, el significado exacto que le
impuso quien los creó.
En los estudios de comunicación la semiótica –ciencia del signo- fue imprescindible. En ese marco,
Peirce, Saussure y Eco eran mis preferidos, porque dieron sentido o significado a la revolución de
la Lingüística que se estaba gestando. En este ensayo una aproximación a Umberto Eco, recién
fallecido, cuyo eco resistirá el paso del tiempo.
Confieso: no he leído todas las obras de Umberto Eco, pero sí las principales para mi ejercicio
académico: ‘Tratado de semiótica’ y ‘La estructura ausente’, y tres novelas emblemáticas: ‘El
nombre de la rosa’, ‘El péndulo de Foucault’ –con diccionario incluido- y ‘Número Cero’.
Para muchos lectores –yo me incluyo- leer a Eco es un ejercicio intelectual exigente, dada la
erudición del autor, la complejidad de su escritura y la sabiduría a raudales que distingue a este
escritor italiano dueño de un estilo singular, que plasmó sus visiones en más de 50 ensayos –que
cubrieron desde la comunicación, la estética, la lingüística y la política-, y siete novelas que
incluyen a más de las mencionadas: ‘Baudolino’, ‘La isla del día de antes’, ‘El cementerio de Praga’
y ‘La misteriosa llama de la reina Loana’.
En La Fabricación del Consenso, Noam Chomsky y Edward S. Herman esbozan lo que denominan
un “Modelo de la Propaganda”, describiendo las fuerzas “invisibles” capaces de asegurar que los
medios cumplan el papel de propagandistas, transmitan información tendenciosa en lugar de las
noticias y obedezcan las órdenes de sus amos incluso sin que nadie se lo pida. Simplemente, los
medios “movilizan el apoyo en favor de los intereses especiales que dominan al Estado y la
actividad privada (...) y sus elecciones, énfasis y omisiones a menudo pueden entenderse mejor si
se los analiza en tales términos”.
El Modelo de la Propaganda :
traza las rutas por las cuales el dinero y el poder son capaces de filtrar las noticias adecuadas a la
impresión, marginar a la disidencia y permitir al gobierno y los intereses privados dominantes
llevar sus mensajes al público (Chomsky y Herman,
El Dinero: La enorme riqueza de los dueños de los medios de comunicación, el hecho de que su
propiedad esté concentrada en las manos de unas pocas empresas gigantescas y de que éstas,
como todas las empresas, sólo están para hacer ganancias. Los grandes requisitos financieros
constituyen un enorme obstáculo para cualquiera que desee abrirse camino en este mercado. Sólo
los muy ricos pueden postularse. La propiedad se fue concentrando cada vez más. En 1982, Ben
Bagdikian halló que había 50 empresas que controlaban casi todas las ventas de los medios en
Estados Unidos; en la cuarta edición de su libro, en 1993, la cifra se había reducido a 20 y seguía
disminuyendo. Los “medios influyentes” son los que ocupan el nivel superior en materia de
prestigio, recursos y cobertura. Comprenden unas 10 a 24 empresas que, junto con los servicios
cablegráficos oficiales, definen el curso de acción a seguir en materia informativa y brindan las
noticias mismas a la mayoría de las compañías de menor nivel.
La Dependencia de la Información: Brindada por el gobierno, las empresas y los “expertos”. Las
burocracias de los medios tienen afinidad con la del Estado y la de las empresas, y se basa en éstas
para satisfacer su necesidad de un flujo continuo de noticias a bajo costo. Por otra parte, si uno
duda de la “versión oficial”, siempre puede consultar a los expertos. Desde luego, éstos pueden
ser ganados para su causa por las grandes empresas o por los intereses oficiales financiándolos,
auspiciándolos o incluyéndolos en su personal.
La Censura: Forma de disciplinar a los medios. La censura se expresa en reacciones negativas ante
las declaraciones de los medios, bajo la forma de cartas, llamados telefónicos, petitorios, procesos
judiciales, discursos, proyectos de ley y otras formas de acción punitiva. En ciertas circunstancias,
la censura puede volverle muy difícil a un órgano de prensa seguir funcionando. Una de las
grandes ironías es que a pesar de que estos “filtros” pro-empresariales, pro-gubernamentales y
pro-statu quo le confieren a los medios un peligroso sesgo derechista, constantemente se los
acusa de izquierdistas.