Mi Amado Dios Cambia Mi Vida
Mi Amado Dios Cambia Mi Vida
Mi Amado Dios Cambia Mi Vida
Juan 15:4-5,8
4
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco
vosotros, si no permanecéis en mí.
5
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y
yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada
podéis hacer.
6
El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y
se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
7
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros,
pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
8
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y
seáis así mis discípulos.
Capaz Pedro no dijera o hiciera siempre las cosas debidamente, pero él buscaba siempre la
forma de estar con Jesús. Por eso, tantas veces, vemos a Pedro al lado de su Señor.
Creciendo más y más como discípulo fiel.
El fruto del Espíritu es tener el carácter de Cristo. Es poder cultivar el FRUTO del amor, el gozo,
la paz, la paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza.
El Espíritu mira a Jesús para poder ver el prototipo de tu carácter. El Espíritu inmediatamente
comienza a ayudarte a experimentar y a practicar EL MISMO AMOR, que Jesús tuvo, cuando
entregó Su vida por Sus amigos.
La rapidez, con que esto puede suceder , depende de cuan completamente te hayas entregado
al Espíritu Santo. ¡Dios quiere que vivamos vidas fructíferas y productivas!
Durante la vida de Jesús en esta tierra, la palabra que Él más usaba, cuando hablaba de Su
relación con Sus discípulos era “SÍGUEME” Y cuando Jesús estaba a punto de irse al cielo,
Él les da una nueva palabra, que expresaba, de forma más íntima y espiritual, la unión entre
Jesús y ellos. Esta palabra era PERMANECE. ¡PERMANECE EN MI!
Creyente: PÁMPANO
Jesús: es la VID
Algo que tenemos que hacer EN GRATITUD por lo que Cristo ha hecho por nosotros. Nos
esforzamos por producir fruto, sólo para caer.
Nos levantamos de nuevo, prometemos hacer mejor, probar de nuevo, y
luego, continuamos con el mismo penoso ciclo de fracasos.
Sin embargo, Jesús les dijo a Sus discípulos, que enfocaran toda su
atención, en PERMANECER, en vez de PRODUCIR.
Jesús nos dio un retrato bien claro DE COMO NUESTRA RELACIÓN CON Él, DEBERÍA
SER. Él es la Vid, que es la fuente de nuestra vida. Nosotros somos los pámpanos,
que es el lugar donde se produce el fruto.
A lo que recibimos la vida de Cristo, el resultado natural, es que el fruto se produzca en
nuestras vidas. Pero en nuestro celo por producir “resultados” para nuestro
Señor, muchas veces, decidimos dar fruto a como dé lugar, y descuidamos nuestra
permanencia en Cristo.
Sentimos que permanecer en Jesús no es muy productivo, o que nos quita mucho tiempo
de nuestra producción del fruto. Sin embargo, Jesús dice, que no es nuestra actividad la
que produce el fruto, ES NUESTRA RELACIÓN CON Él, la que produce el fruto.
La parábola de la Vid nos enseña la plenitud de nuestra unión con Cristo. Tan íntima
es la unión entre la Vid y el pámpano, que cada uno ES NADA sin el otro. Cada uno vive
completamente y solamente PARA EL OTRO.
Sin la Vid, el pámpano no puede hacer nada. Le debe a la Vid, el derecho a estar en el
viñedo. Le debe su propia vida, y su productividad. Así que, nuestro Señor
dice, “Separados de Mí ustedes nada pueden hacer.” El creyente solo puede agradar a
Dios, CADA DÍA, en lo que hace a través del poder de Cristo, que vive en el.
Sin el pámpano, la Vid tampoco puede hacer nada. Una Vid, sin pámpanos, no puede
dar fruto. Así como, la Vid ES INDISPENSABLE para el pámpano, ¡ASÍ DE
INDISPENSABLE ES EL PÁMPANO PARA LA VID!
¡Así de maravillosa es la bondad de la gracia de Jesús! Así como Su gente depende
de Él, Él se ha hecho ASÍ MISMO dependiente de ellos.
Tan íntima es la unión entre la Vid y el pámpano, que cada uno NO ES NADA, SIN EL
OTRO. Todo lo que la Vid posee le pertenece al pámpano.
Así como la Vid es el creador de los pámpanos, así también la Vid se subordina a los
pámpanos.
En Juan 17:22, Jesús le ora al Padre: “Yo les he dado la gloria que me diste.” Y en Juan
14:12, dice, “El que cree en Mí, hará también las obras que Yo hago. Y aún mayores obras
hará, porque Yo voy al Padre.”
¡La Vid es para el pámpano, y el pámpano es para la Vid!
Jesús dice, “En esto es glorificado mi Padre: en que lleven MUCHO FRUTO, y sean así mis
discípulos.” La prueba de que eres discípulo de Jesús, ¡ES QUE PRODUCES FRUTO! Y en el
versículo 16, Jesús continúa “Ustedes no me eligieron a Mí. Más bien, Yo los elegí a ustedes,
y los he puesto para que vayan y lleven fruto.”
Dios quiere que produzcamos fruto – mucho fruto. Él quiere que seamos productivas.
A. CULTIVA RAÍCES
Si queremos ser fructíferos, debemos cultivar algunas raíces. Dios dice, que sin raíces, no
habrá fruto.
”Pero bendito el hombre que confía en Mí, que soy el Señor, y que en Mi pone su confianza.
8 Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; echa sus raíces junto a las
corrientes, y no se da cuenta de cuando llega el calor, sus hojas siempre están verdes, y en
los años de sequía, no se marchita ni deja de dar fruto.”
Para sobrellevar los tiempos difíciles – tiempos de calor y sequía. Las raíces son el sustento de la
planta, o del árbol. CUANDO EL ESTRÉS Y LA PRESIÓN DE LA VIDA ESTÁ FUERTE - en
momentos como esos -¡NECESITAMOS TENER RAÍCES!
“2 Que, por el contrario, se deleita en la ley del Señor, y día y noche medita en ella. Ese
hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos: llegado el momento de su fruto, y
sus hojas no se marchitan. ¡ En todo lo que hace, prospera!”
El salmista habla aquí de una vida estable, ¡de una vida que tiene raíces! Él dice que raíces se
desarrollan leyendo y meditando en la Palabra de Dios. ¡Así es como desarrollas raíces
espirituales fuertes! Las raíces se extiendan profundamente en la tierra de la Palabra de Dios.
Estas raíces te ayudarán a resistir las presiones, y las privaciones de la vida.
Para ser productiva tienes que eliminar la hierba mala en tu vida. Jesús ilustra esto en la parábola
del sembrador.
En Lucas 8:11, 14, leemos que la semilla es “La Palabra de Dios. 14 Las que cayeron entre los
espinos (o sea en la mala hierba) son los que oyen, pero se alejan y son ahogados por las
preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, Y NO DAN FRUTO.”
Si tú quieres dar fruto, tienes que cultivar buenas raíces, y luego, eliminar la hierba mala. ¿Qué
clase de hierba mala tienes en tu vida? Muchos tipos de hierba mala pueden amontonarse en
tu vida, y ahogar tu vitalidad espiritual.
La hierba mala son las preocupaciones o los intereses que te roban de tu tiempo, energía, y
dinero, y que no te dejan dar fruto espiritual
Te salvó, y puso a Su Espíritu en ti. ¿No crees que Él puede encargarse de todo lo que
necesitas?
Considera esto: ¿Cuánto esfuerzo tienes hacer para que la hierba mala crezca? ¡NADA!
¿Qué necesitas hacer para cultivarla? ¡NADA! ¡Crece por si sola! ¡Por eso es hierba mala!
Tus plantas de tomate requieren cuidado, ¿No es cierto? En cambio, ¡la hierba mala crece por
dondequiera.
La mala hierba es un signo de descuido. Cuando tú descuidas leer tu Biblia, orar, y tener
compañerismo con otros cristianos, la mala hierba crecerá y ahogará tu vida
espiritual, IMPIDIÉNDOTE DAR FRUTO. Así que, si vas a dar fruto, tienes que profundizar y
cultivar tus raíces. ¡Tienes que eliminar la mala hierba de tu vida!
Si vas a ser una cristiano productivo, tienes que cooperar con la poda que Dios hará en tu vida.
En Juan 15:1-2, Jesús dice, “Yo soy la Vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo
pámpano que en Mi no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para
que lleve más fruto.”
Podar incluye cortar las ramas muertas, ¡y cortar las ramas vivas! Ambos son necesarios para
darle forma al árbol, O LA VID, y estimular su crecimiento.
Yo pensaba que podar era cortar suavemente solo las ramitas muertas. ¡PARA NADA! Las
partes vivas también tienen que salir – las ramas, las hojas, las flores. ¡TODO!
ESTE ES MI PUNTO:
Muchas de nosotros pensamos, que cuando Dios nos poda, El debería cortar SOLO las cosas
que no sirven… las cosas pecadoras y superficiales de nuestras vida. ¡SI! El hace todo eso, pero
El también corta todo aquello que es vivo y bueno.
Recuerda que Dios se glorifica cuando damos “mucho fruto,” y eso requiere una buena poda.
Debemos de recordar que las tijeras de podar están en las manos de un Dios amoroso.
Puede que estés siendo podado en este mismo momento, y puede que la poda NO SEA
SOLAMENTE de las cosas que no son buenas. Dios corta las ramas, que nosotras sentimos
que son productivas, para que produzcamos más fruto todavía.
Uno de los grandes errores, que los cristianos cometemos, es de confundir una poda con un
castigo.
¡Dios no está molesto contigo! Simplemente, Él te ve como alguien que puede dar más fruto.
¡Alguien que Él quiere que sea más fructífero! ¡Así que! Él poda hasta las cosas con que te ha
estado bendiciendo.
¿Has perdido tu trabajo? No te preocupes. Dios tiene una mejor idea. ¡EL VÉ LO QUE TÚ NO
PUEDES VER!
¿Cómo nos poda Dios? El usa los problemas, las presiones, y hasta las personas...
Hebreos 12:11 dice, “Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de
recibirla, sino más bien tristes.”
Pero el autor de Hebreos, también dice, “Pero después de ser ejercitados en ella, nos
produce un fruto apacible de justicia.” Dios hace esto para nuestro bien, y además, para Su
gloria.
¡SI NO COOPERAMOS CON ÉL! Si nos resistimos, nos rebelamos, nos quejamos, o nos
resentimos, nuestro carácter no desarrollará de la forma como Dios quiere.
Dios quiere producir en tu vida las cualidades del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, mansedumbre y templanza, ES DECIR EL FRUTO DEL ESPÍRITU permitiendo que te
enfrentes a las situaciones y la gente que tienen exactamente las cualidades opuestas.
Él te enseña gozo en medio del dolor. Él te enseña paz permitiendo las irritaciones alrededor tuyo.
Él te enseña paciencia, permitiendo las cosas que te frustran. Dios usa todas estas cosas para
hacerte más productiva, ¡PERO TU TIENES QUE COOPERAR CON EL!
D. ESPERA LA COSECHA
Si quiero que mi vida sea productiva, necesito cultivar buenas raíces, eliminar la mala hierba,
y cooperar con la poda de Dios, agradeciéndole y alabándolo -- a lo que espero por la
cosecha.
¡Crecer toma tiempo! El crecimiento no es instantáneo. A Dios le toma dos días para hacer un
hongo, pero Él se toma sesenta años para hacer un roble.
¡Así que! ¡No te des por vencido! ¡Sigue adelante! Espera la cosecha que Dios te promete, y
mientras tanto, goza de Su Presencia en tu vida.
¿Estás viendo fruto espiritual en tu vida ? A lo mejor necesitas memorizarte el fruto del Espíritu
en Gálatas 5:22-23. “Amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y
templanza.”
REFLEXIONA EN LAS CUALIDADES QUE HAS VISTO EN LA VIDA DE JESÚS. Y cuenta con
ÉL, para que las produzca en ti, por medio de la obra de Su Espíritu Santo. Si no estás viendo
mucho fruto en tu vida, EN ESTOS MOMENTOS, no te desesperes. ¡Recuerda que el crecimiento
toma tiempo!