Lección 02 Segundo Trimestre 2022
Lección 02 Segundo Trimestre 2022
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LA CAÍDA
Sábado 2 de abril
PARA MEMORIZAR:
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Gén. 3:15).
E n medio de todo lo que Dios les había dado a nuestros primeros padres en el
Edén, también había una advertencia: “De todo árbol del huerto podrás comer;
mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que
de él comieres, ciertamente morirás” (Gén. 2:16, 17). Esta advertencia en contra de
comer del árbol del conocimiento del bien y del mal (Gén. 2:16, 17) nos muestra
que, aunque debían conocer el bien, no debían conocer el mal.
Sin duda entendemos por qué, ¿verdad?
Y, además, se cumpliría la advertencia de muerte adjunta a la admonición
sobre la desobediencia (Gén. 2:17): ellos morirían (Gén. 3:19). No solo se les pro-
hibió comer del árbol, sino además fueron expulsados d el Jardín del Edén (Gén.
3:24) y, por lo tanto, como pecadores, no tuvieron acceso a lo que podría haberles
dado eterna vida (Gén. 3:22).
Sin embargo, en medio de esta tragedia surge la esperanza, que se encuentra
en Génesis 3:15, llamada el protoevangelio, o “la primera promesa evangélica”.
Sí, este versículo presenta la primera promesa evangélica que se encuentra en
la Biblia; la primera vez que se le dice a la humanidad que, a pesar de la Caída,
Dios ha abierto una vía de escape para todos nosotros.
LA SERPIENTE
Lee Génesis 3:1; 2 Corintios 11:3; y Apocalipsis 12:7 al 9. ¿Quién es la
serpiente y cómo engaña a Eva?
Si Satanás pudo engañar a una Eva sin pecado en el Edén, ¿cuánto más vulnera-
bles somos nosotros? ¿Cuál es nuestra mejor defensa contra sus engaños?
EL FRUTO PROHIBIDO
Lee Génesis 2:16 y 17; y 3:1 al 6 (ver además Juan 8:44). Compara las
palabras del mandamiento de Dios a Adán con las palabras de la serpiente
a la mujer. ¿Cuáles son las diferencias entre los discursos y cuál es el sig-
nificado de estas diferencias?
Observa los paralelismos entre la conversación de Dios con Adán (Gén. 2:16,
17) y la conversación de Eva con la serpiente. Es como si la serpiente hubiera
reemplazado a Dios y supiera incluso más que él. Al principio, simplemente
hizo una pregunta, dando a entender que la mujer quizás había entendido mal
a Dios. Pero, después Satanás cuestionó abiertamente las intenciones de Dios,
e incluso lo contradijo.
El ataque de Satanás atañe a dos cuestiones: la muerte y el conocimiento
del bien y del mal. A pesar de que Dios indicó en forma clara y enfática que la
muerte sería segura si desobedecían (Gén. 2:17), Satanás, al contrario, dijo que
no morirían, lo que implicaba que los seres humanos eran inmortales (Gén.
3:4). En tanto que Dios prohibió a Adán comer del fruto (Gén. 2:17), Satanás los
animó a comer de él porque al comerlo serían como Dios (Gén. 3:5).
Los dos argumentos de Satanás, la inmortalidad y el ser como Dios, con-
vencieron a Eva de que comiera el fruto. Resulta preocupante que en cuanto la
mujer decidió desobedecer a Dios y comer del fruto prohibido se comportara
como si Dios ya no estuviera presente y ella misma lo hubiese reemplazado.
El texto bíblico alude a este cambio de personalidad. Eva utiliza el lenguaje de
Dios; la evaluación de Eva del fruto prohibido: “vio [...] que era bueno” (Gén. 3:6),
lo que recuerda la evaluación de Dios de su Creación: “vio [...] que era bueno”
(Gén 1:4, 10, etc.).
Estas dos tentaciones, la de ser inmortal y la de ser como Dios, son el origen
de la idea de la inmortalidad en las religiones griegas y egipcias antiguas. El
deseo de inmortalidad, que creían que era un atributo divino, obligaba a estas
personas a buscar también el estatus divino para adquirirla (eso esperaban). De
manera subrepticia, esta forma de pensar se infiltró en las culturas judeocris-
tianas y ha dado origen a la creencia de la inmortalidad del alma, que existe
aún hoy en muchas iglesias.
Piensa en todas las creencias que existen en la actualidad que enseñan que hay
algo inherentemente inmortal en todos nosotros. ¿Cuán poderosa es la protec-
ción que nos brinda nuestra interpretación de la naturaleza humana y del estado
de los muertos contra este engaño peligroso?
¿Intentar culpar a otros por lo que han hecho? ¿Por qué es tan fácil para nosotros
caer en la misma trampa?
EL DESTINO DE LA SERPIENTE
“Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella;
su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón” (Gén. 3:15,
NVI). ¿Qué es esto que le dijo el Señor a la serpiente, y qué esperanza está
implícita en estos versículos?
Dios comienza su juicio con la serpiente porque ella es quien inició todo
el drama. La serpiente también es el único ser maldecido en esta narración.
Llegamos aquí a una especie de “reversión” de la Creación. Mientras que la
Creación dio paso a la vida, el aprecio por lo bueno y las bendiciones, el Juicio
conduce a la muerte, el mal y las maldiciones, pero también a la esperanza y la
promesa de salvación. Junto a la lúgubre imagen de la serpiente aplastada que
se come el polvo (Gén. 3:14), brilla la esperanza de la salvación de la humanidad,
que surge en forma de profecía. Aun antes de las condenaciones de Adán y de
Eva, que vendrán después, el Señor les presenta la esperanza de la redención
(Gén. 3:15). Sí, han pecado; sí, sufrirán a causa de su pecado; y sí, ellos también
morirán a causa de los pecados. No obstante, a pesar de todo eso, existe la es-
peranza suprema, la esperanza de la salvación.
¿Por qué es tan reconfortante ver que en el mismo Edén, donde comenzó el pe-
cado y la maldad en la Tierra, el Señor comenzó a revelar el plan de salvación?
EL DESTINO DE LA HUMANIDAD
Lee Génesis 3:15 al 24. Como resultado de la Caída, ¿qué pasó con Adán
y Eva?