Signos de Puntuación
Signos de Puntuación
Signos de Puntuación
A través de los signos de puntuación es como podemos construir oraciones y textos que sean
entendibles y correctos. Cada uno contribuye de algún modo a darles forma y sentido a nuestros
escritos. Por esa razón, es importante conocerlos todos.
Signos de puntuacion
Los signos de puntuación son un conjunto de signos ortográficos que cumplen diferentes
funciones dentro de un texto.
A causa de ello, no es posible establecer una misma finalidad para todos. Sin embargo, cada uno
permite modificar o añadir algo al sentido o la estructura del mensaje en el que es utilizado.
En consecuencia, los signos de puntuación son una herramienta del idioma, en vez de un simple
adorno textual.
A los signos de puntuación se les puede clasificar de varias formas según el criterio que tomemos
como base. Pero el más acertado es considerar el número de marcas gráficas que los componen.
En otras palabras, se trata de si hay un signo o más de uno. De acuerdo con esto, tenemos los tipos
siguientes:
Signos de puntación simples: son los que están compuestos por un único signo, aun cuando ese
signo tenga dos marcas, como es el caso del punto y coma.
Signos de puntuación dobles: son aquellos en los que hay más de un signo. Normalmente uno es
de apertura y el otro es de cierre, ambos con una gran similitud entre sí.
Es importante tomar en cuenta esa división, puesto que si estamos ante un signo doble la regla es
que coloquemos los dos signos en todo momento. Sin embargo, conviene resaltar que existen
algunas excepciones.
¿Cuáles son los signos de puntuación y para qué sirve cada uno?
Los signos de puntuación son muchos: la coma, el punto, entre otros. Y cada uno sirve para
modificar la forma o el sentido de un enunciado o párrafo.
Por supuesto, dos líneas no nos alcanzan para abarcar un listado tan amplio. Nuestro idioma
cuenta con una gran riqueza, la cual se nota particularmente cuando se trata de estudiar los signos
de puntuación.
Los corchetes
Los corchetes son un signo de puntuación de tipo doble cuya función consiste en añadir
información a un enunciado para complementarlo.
Esa funcionalidad hace que este signo guarde un cierto parecido con el paréntesis. Por otro lado,
ya que se trata de un signo doble, tenemos dos corchetes:
Corchete de apertura: [.
Corchete de cierre: ].
Los corchetes sirven para agregar datos o informaciones dentro de una oración cuando ya se ha
utilizado un paréntesis.
Esa situación no es muy común, aunque puede presentársenos en alguna ocasión. Si ya tenemos
una información complementaria añadida con el paréntesis, no podemos añadir otro, sino que
introducimos los corchetes:
“Cleotilda (la mamá de Juan [el chico que me gusta]) apareció de pronto en el aula”: en esta
oración los corchetes nos permiten añadir una idea extra a “la mamá de Juan” sin romper la
función de los paréntesis.
Esa es la utilidad principal de estos signos dentro de la escritura, pero no es el único uso que
podemos hacer de ellos. Veamos para qué más funcionan:
Cuando hacemos una cita de un texto puede suceder que queramos omitir un fragmento por
algún motivo. Siendo así, colocamos los corchetes con tres puntos suspensivos en el lugar donde
hacemos la omisión:
“Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua […] guardaba los recuerdos de nuestros
bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia” (“La casa tomada”, Julio
Cortázar).
Si la omisión es al inicio o al final, podemos colocar los puntos suspensivos sin los corchetes. Todo
dependerá de nuestro estilo.
Existen ciertos casos en los que al transcribir algo queda sobreentendida una información dentro
del texto. Tomemos el ejemplo siguiente:
“En la casa de él las extravagancias de todo tipo eran muy comunes durante las fiestas”.
Viendo esa oración, podemos preguntarnos quién es ese “él” de quien se habla. Posiblemente en
la fuente original sí se decía, pero en la cita se pierde.
“En la casa de él [el dueño de la empresa] las extravagancias de todo tipo eran muy comunes
durante las fiestas”: aquí ya queda más que claro quién es el sujeto al que se refiere la oración, de
modo que no hay posibilidad de confundirse.
Este uso se aplica primordialmente en los poemas. Recordemos que la mayoría de ellos es
compuesta en verso, es decir, una línea tras otra. Por esa razón, cuando es demasiado largo se
hace necesario escribirlo en dos líneas.
El problema con hacerlo es que el lector puede creer que se trata de otro verso, en lugar de la
continuación del anterior. Por suerte, podemos solucionarlo con el corchete de apertura:
Tal como vemos, el corchete debe englobar la parte del verso que es la continuación. Y esta tiene
que ir alineada hacia la derecha.
El punto y coma
El punto y coma es un signo de puntuación que permite establecer pausas de mediana duración en
un enunciado o párrafo.
Decimos que la duración del punto y coma es mediana porque no es tan prolongada como la del
punto, pero tampoco tan breve como la que podría ofrecer una coma.
El punto y coma se debe usar unido a la palabra que lo precede y separado de la que viene
después.
Eso aplica solamente a nivel ortográfico, aunque no por ello deja de ser una norma que no
debemos omitir. Ahora bien, en lo que se refiere a las funciones también existe un uso correcto en
cada una.
Una enumeración es una sucesión de elementos en un texto: “Tengo comida, ropa y un hogar”. En
este ejemplo, la comida, la ropa y el hogar son los elementos en sí.
Lo normal es separar cada uno de los elementos con una coma, excepto el último cuando va
precedido de “y”. Pero la situación cambia cuando la enumeración es compleja.
Las enumeraciones complejas introducen datos extras o complementarios sobre los elementos.
Esa información se separa de ellos a través de la coma.
Por ende, ya la coma no puede servir para la separación de los elementos, debido a que podría
causar confusiones en la interpretación del texto. Así pues, se utiliza el punto y coma para que
cumpla esa función:
“Mi abuela pidió varios obsequios: un camión de juguete, que piensa darle a su nieto más
pequeño; una cámara, que piensa usar para practicar su habilidad como fotógrafa; y una sábana
roja, con la cual adornará su cama”.
Cabe destacar que delante de la “y” que introduce el último elemento podríamos colocar una
coma, y sería igual de válido:
“Mi abuela pidió varios obsequios: un camión de juguete, que piensa darle a su nieto más
pequeño; una cámara, que piensa usar para practicar su habilidad como fotógrafa, y una sábana
roja, con la cual adornará su cama”.
Con conectores adversativos o de consecuencia
En los textos solemos usar muchos conectores adversativos, como “pero” y “sin embargo”.
Asimismo utilizamos los de consecuencia: “Por lo tanto”, “En consecuencia”, entre otros.
Usualmente colocamos una coma antes de esos conectores. Esto es ideal cuando la oración
anterior es corta:
“Le pedí que viniera, pero me dijo que no podría estar jamás en la misma sala que un asesino
como yo”.
“Quise estar allí, aunque el clima tan tormentoso de ese día no me permitió salir de casa”.
No obstante, si la oración es larga debemos utilizar un punto y coma delante de los conectores:
“Le pedí que viniera a ayudarme con todo el asunto de la fiesta sorpresa; pero me dijo que no
podría estar jamás en la misma sala que un asesino como yo”.
“Quise estar allí para compartir con todos como en los viejos tiempos; aunque el clima tan
tormentoso de ese día no me permitió salir de casa”.
“La abuela de José Esteban se cayó mientras subía las escaleras de la casa de una de sus
hermanas; en consecuencia, estará hospitalizada hasta el próximo mes”.
Los puntos suspensivos son un signo ortográfico compuesto por tres puntos sucesivos.
Al decir “sucesivos” nos referimos a que cada punto va al lado del otro: “…”. En cuanto a las
normas de su escritura, es obligatorio que vayan unidos a la palabra que esté antes y separados de
la que venga después:
“La realidad del caso es que… posiblemente tu madre acabe falleciendo en el momento más
inesperado”.
Por otra parte, los puntos suspensivos tienen que ir unidos a cualquier signo que venga antes o
luego de ellos:
“Si por alguna razón del destino no lográsemos llegar a tiempo…, solamente nos quedaría rezar
por su bienestar”.
“Ayer las autoridades confirmaron que Arturito (el ayudante del señor Néstor)… fue quien cometió
el crimen”.
Los puntos suspensivos sirven para darle un tono de suspenso o drama a un enunciado.
Esa es la razón por la que tienen su nombre, aunque pueden añadir otras emociones, como por
ejemplo temor o duda. En todo caso, esta es su función principal, y para entenderla tomemos la
oración siguiente:
La oración no transmite ningún sentimiento. Simplemente tiene un mensaje directo. Sin embargo,
eso cambia si añadimos los puntos suspensivos:
“Hay una cosa que no te he dicho…, y es que no soy tu padre”: ahora el mensaje luce mucho más
dramático. Los puntos añaden el suspenso, de modo que la oración transmite un sentido y una
emoción a la vez.
Por supuesto, además de ese uso principal hay otras funciones que también resultan muy útiles al
escribir:
Hay ocasiones en las que debemos colocar una palabra o una expresión que pueda resultar
ofensiva. Para evitarlo podemos utilizar los puntos suspensivos:
Tal como vemos, el uso de este signo nos permite omitir una buena parte de la palabra sin que se
malinterprete cuál es.
La palabra “etcétera” puede ser sustituida por los puntos suspensivos. Esto aplica sin importar que
usemos la palabra completa o su forma abreviada, “etc.”:
“En esa carrera se ve materias relacionadas con varias ciencias: biología, física, química, etcétera”.
“En esa carrera se ve materias relacionadas con varias ciencias: biología, física, química, etc.”.
“En esa carrera se ve materias relacionadas con varias ciencias: biología, física, química…”.
La coma
La coma es un signo ortográfico que permite establecer pausas breves en las oraciones.
De ese modo, la coma es el signo de puntuación con el menor tiempo de pausa. Asimismo es de
tipo simple, por lo que debemos colocarla una sola vez.
Y con respecto a las normas para escribirla tenemos tres:
Va unida a la palabra o signo que está antes: “En esta ocasión quisiera verte a escondidas, tal
como solía hacerlo de niño”, “Vanessa (la madre de Felipe), Claudia y Angélica se encargarán de la
comida”.
Va separada por un espacio de la palabra o signo que sigue: “Deberíamos asistir con ropa elegante,
mas no tenemos ninguna prenda limpia”, “El significado de la palabra enano, ‘persona de baja
estatura’, resulta muy ofensiva en la actualidad”.
Va seguida por minúscula, a menos que se trate de un nombre propio: “En la casa de la esquina,
hay un pequeño saltamontes muy tierno”, “Si supiera lo que hay que hacer no te pidiera ayuda,
Pedro”.
Función de la coma
La función de la coma se resume en añadir pausas de corta duración y hacer separaciones entre
los distintos segmentos de un enunciado.
A partir de esos dos puntos se pueden desprender muchísimos usos diferentes. De hecho, la coma
es por mucho el signo de puntuación con mayor número de funciones dentro del español.
De todas ellas vamos a explicarte las más útiles y frecuentes dentro de la escritura, para que sepas
aplicarlas con facilidad:
Con incisos
Si dentro de una oración queremos hacer un inciso sobre algún punto, lo correcto es encerrarlo
entre comas para separarlo del resto:
“En España, el país que siempre nos ha presumido su avance cultural, descubrieron hace poco un
almacén donde vendían esclavos”.
Con aposiciones
Las aposiciones son un tipo especial de inciso que se caracteriza porque permite precisar al
elemento que viene antes, ya sea una persona o un objeto. Siempre van encerradas entre dos
comas:
“Luis Reinaldo, el primo de Valeria, aterrizó anoche en la ciudad de Buenos Aires sin avisarle a
nadie”.
“Sus bongos, los tambores pequeños que siempre lleva consigo, se estropearon durante el
espectáculo”.
En esa oración de ejemplo, la causa de que los padres no pudieran financiar los estudios es que se
empobrecieron. Este efecto es posible única y exclusivamente encerrando el adjetivo entre comas.
Si el adjetivo estuviese sin las comas, funcionaría tan solo como una cualidad, por lo que el sentido
cambiaría:
Al quitar las comas lo que dice el mensaje es que los padres sin dinero fueron los que no pudieron
pagar la carrera. Eso sugiere que el sujeto que no se menciona tiene varios padres y que por eso se
necesita especificar.
Con enumeraciones
Más arriba señalamos que la coma se usa para separar los elementos de las enumeraciones
cuando no son complejas. Por lo general, el último de ellos es introducido por una conjunción, y
ante esta nunca debe hallarse el signo:
Esos son apenas unos pocos ejemplos. Desde luego, hay otras conjunciones. Pero lo que debemos
resaltar ahora es que no siempre están antes del último elemento. Es posible hacer oraciones sin
ellas:
En esta otra forma de hacer la enumeración, sí va una coma antes del último elemento.
Con vocativos
Los vocativos son las palabras con las que nos referimos en una oración a la persona con quien
hablamos. Puede ser un sustantivo propio, como “Pedro”, o uno común, como “papá”.
Asimismo, pueden estar en cualquier parte del enunciado. Y sea cual sea, siempre deberemos
separarlos del resto con la coma:
“No puedo hacer esto sin ti, mamá”.
Podemos notar que en cada caso la coma cambia de lugar. Si el vocativo va al final, está antes del
vocativo. Si va al principio irá luego de él. Y si está en una posición intermedia, añadimos dos
comas.
Las palabras “excepto”, “salvo” y “menos” nos sirven para excluir un término dentro del texto en
relación con lo que vamos diciendo. Imaginemos que el mensaje principal es que todas las frutas
son malas:
“Todas las frutas que existen son malas, excepto las fresas”.
“Todas las frutas que existen son malas, salvo las fresas”.
“Todas las frutas que existen son malas, menos las fresas”.
Lo que viene después de cada una de las tres palabras es la excepción al mensaje. Todas deben ir
precedidas por una coma.
Conviene señalar también que las tres tienen el mismo sentido, así que podemos usar cualquiera.
El guion corto
El nombre real de este signo es solamente “guion”, pero se le añade el adjetivo “corto” para
distinguirlo del guion largo, al que académicamente se denomina “raya”.
En todo caso, lo importante es que no le coloquemos tilde a la palabra, ya que de acuerdo con la
RAE resulta innecesario:
El guion corto es uno de los signos de puntuación con mayor número de usos. Cada uno sirve para
un caso específico, pero la característica común entre ellos es que unen un término completo con
otro o partes de él entre sí.
Debemos tener muy presente eso para poder entender cada uno de los que trataremos a
continuación:
Un concepto unitario son dos palabras unidas, de las cuales la segunda modifica el significado de la
primera. Y la unión entre ambas se realiza mediante el guion corto:
Aunque es poco común, en algunos casos podemos toparnos con dos palabras que cuentan con un
mismo referente. La oración siguiente nos servirá de ejemplo:
En ese ejemplo vemos que Juan, que es el referente, ocupa dos cargos. Si quisiéramos hablar de él
en otra oración podríamos referirlo uniendo ambos con el guion corto:
Si ocurre que debemos añadirle dos adjetivos calificativos a un mismo sustantivo, tenemos la
opción de unirlos mediante este signo:
“Técnicas físico–químicas”.
“Prueba teórico–práctica”.
El único detalle aquí es que si queremos aprovechar este uso tenemos que respetar tres reglas:
Por norma general, el guion largo tiene que ir unido a cualquier palabra que venga antes o
después. Si lo que sigue es un signo de puntuación, también van juntos.
A su vez, una característica interesante de la raya es que puede funcionar como un signo simple y
doble:
“Fuimos a buscar a Alberto para rescatarlo —como si ya para entonces todavía pudiéramos hacer
algo” (raya simple).
“Una cosa que siempre digo a mis conocidos —pese a que ninguno de ellos logra entenderme— es
que no se puede avanzar sin educación” (raya doble).
Esa función hace que este signo se parezca a otros, como los paréntesis y la coma, que también
pueden añadir incisos o comentarios. La diferencia entre los tres es el grado de aislamiento:
Coma: aísla muy poco el comentario, por lo que se considera como una de las partes de la oración.
Raya: su grado de aislamiento es superior al de la coma, de modo que el inciso queda fuera de la
oración principal. Aun así, su estructura debe encajar con la del enunciado.
Paréntesis: ofrece el mayor grado de aislamiento. En consecuencia, el inciso que contiene ni forma
parte del enunciado ni tampoco se ajusta a su estructura.
Habiendo aclarado lo anterior, podemos pasar a ver los usos principales del guion largo:
La mayor función de la raya es colocar incisos que no queremos que formen parte de la oración en
sí pero que tampoco queden sobreentendidos:
“Tu madre —esa mujer tan especial— nunca se equivoca al juzgar a tus parejas”.
“Cualquier consideración —si es que acaso te mereces alguna— deberá ser aprobada por mí”.
En las novelas, cuentos, relatos y demás textos narrativos se utiliza el guion largo para introducir
los diálogos de los personajes. Para esto se usa una sola raya:
A veces sucede que necesitamos añadir un inciso dentro de un paréntesis. La lógica nos dice que
simplemente coloquemos otro, pero eso no es correcto. Lo adecuado es introducir dos guiones
largos:
“El día del encuentro (el domingo pasado —que coincide con el cumpleaños de mi abuelo—, si no
me falla la memoria) no asistió ni siquiera la mitad de los que habían acordado ir.
Otro ejemplo de textos literarios en los que se usa la raya son los guiones. En este caso, el signo
sirve para separar el nombre de los personajes de sus diálogos, a fin de saber lo que dice cada uno:
Si nos fijamos bien en esas dos líneas, notaremos que hay varias reglas presentes:
El guion largo va precedido de un punto. Además, debe ir unido a él, pese a que la norma indica
que va separado de cualquier signo anterior. Esta es la única excepción.
Los nombres van en mayúsculas. Esto aplica para el nombre completo, como se aprecia en cada
línea. Y es importante conservar sus tildes, si las poseen.
Los diálogos deben estar en letra cursiva. Ahora bien, si no nos es posible colocarlos de esa
manera, podemos encerrarlos entre comillas.
Utilizando el guion largo podemos hacer enumeraciones de forma vertical. Para esto colocamos
uno para cada elemento, separándolo de la palabra por un espacio.
Igualmente al final de los elementos debe ir un punto y coma, salvo en el último, que va con
punto. Veamos un ejemplo con las facultades de una universidad:
— Facultad de Ingeniería;
— Facultad de Ciencias Sociales;
— Facultad de Educación;
— Facultad de Artes.
Si los elementos de la enumeración llevan una sola palabra, podemos colocarlos sin signos de
puntuación y en minúsculas. Hagamos un listado con los tipos de sustantivos:
— propios
— comunes
Los signos de admiración o de exclamación son dos signos ortográficos verticales compuestos por
una barra y un punto.
Siendo dos, es evidente que se trata de un signo de puntuación doble: el de apertura, “¡”, y el de
cierre, “!”. Como podemos ver, la diferencia entre ambos es la ubicación del punto.
Estos signos deben ir siempre unidos a la palabra u oración que contienen. Igualmente pueden
cerrar un enunciado:
“¡Eres más tonto de lo que creí!”: aquí la oración es lo que está dentro de las comillas. El signo de
cierre la concluye, por lo que no necesitamos añadir un punto inmediatamente después. En caso
de que viniera otra palabra a continuación, esta iría en mayúsculas.
Los signos de admiración sirven para añadirle a una oración un tono de sorpresa, molestia y otros
sentimientos parecidos.
“No puedo más”: en esta oración el mensaje es emitido de una forma tranquila, sin alteración
alguna.
“¡No puedo más!”: en este caso hay un tono mucho más enfadado que, aunque no cambia el
mensaje, sí le da un efecto distinto.
Teniendo en consideración eso, podemos pasar a los otros usos de los signos de admiración.
“Todos estaban sorprendidos por su forma de pensar tan adelantada (!)”: la presencia del signo
nos dice que en realidad la forma de pensar era atrasada.
“Sí, nuestro amor era muy sincero (!)”: en esta oración el mensaje auténtico es que el amor al que
se hace referencia era falso.
Conviene mencionar que esta función la encontramos también en las comillas. Pero en su caso
ellas envuelven la palabra que refleja la ironía:
Este uso tiene que ver con la función principal de los signos de exclamación, que es añadir
emociones a los enunciados. Sucede que podemos multiplicar su impacto si añadimos dos o tres
signos en lugar de uno:
Al haber más signos, la intensidad de la emoción es mucho mayor que con uno solo. Pero
debemos recordar siempre que no podemos añadir más de tres, o estaríamos cometiendo un
error.
Los dos puntos son un signo de puntuación compuesto por dos puntos en forma vertical.
Debemos señalar que los dos puntos representan una pausa breve en la lectura, aunque no tanto
como la que ofrece la coma. Por otro lado, su escritura cuenta con algunas normas que no
podemos olvidar jamás:
Los dos puntos sirven para dirigir la atención del lector a una palabra u oración dentro de un texto.
Esa es la base de todas las funciones que cumplen estos signos de puntuación. Procedamos a
conocer las más útiles al momento de escribir:
Más arriba hablamos de las enumeraciones, aunque nos enfocamos en cómo separar los
elementos. Ahora queremos señalar que los dos puntos son los que se encargan de introducirlos
en el texto:
“Arabia Saudita, Estados Unidos y Japón: los países que quiero visitar”.
“Hablar bien, tener buen tono de voz y saber respirar: esas son las cualidades de todo locutor de
radio”.
En este caso lo que hacen los dos puntos es señalar el grupo que comprende a los elementos, en
vez de los elementos como tal.
Otro uso que nos puede resultar muy útil son las citas. Cuando en algún texto debemos introducir
un fragmento de alguna obra o queremos mencionar lo que dijo alguien, colocamos los dos
puntos:
Justo al subir al bus, el chofer exclamó: “¡Suban, hay espacio para todos!”.
En el libro se señala: “La humanidad avanza cada vez más hacia su desintegración”.
Vemos que en cada ejemplo la cita empieza con mayúsculas. Esto es una norma que se aplica
diferente para cada caso:
Si deseamos citar un libro, artículo, etc., iniciará en mayúsculas siempre que la cita no comience
con un fragmento omitido.
En el idioma español tenemos muchas locuciones de introducción: “Pues bien”, “En otras
palabras”, “En resumen” y muchas más.
Todas sirven como punto de partida para algo que se dirá justo a continuación. Lo usual al
escribirlas es colocar una coma después, tal como en la oración siguiente:
Sin embargo, podemos utilizar los dos puntos en su lugar, y con ello aumentamos
considerablemente el énfasis hacia lo que diremos.
Un uso que ya no tiene que ver con el idioma en sí pero que sigue siendo ideal para ciertas
ocasiones es indicar qué hora es. Simplemente colocamos los dos puntos entre las horas y los
minutos, con una “h” al final.
13:40 h.
14:54 h.
Ese formato es el más utilizado en la mayoría de los aparatos, aunque es posible que nos topemos
con algunos casos en los que se opta por el punto:
13.40 h.
14.54 h.
Para poner los dos puntos basta con presionar la tecla asignada a ellos en el teclado mientras
pulsas “Shift”.
Esa es la manera más sencilla de colocar estos signos. Ahora bien, si por algún motivo no
encuentras la tecla correspondiente, todavía puedes probar con la combinación de comandos:
“Alt” + 58: mantén pulsado el primer botón mientras introduces los números. Verás que de
inmediato aparecen los dos puntos.
Los signos de interrogación son dos signos ortográficos verticales que permiten indicar que una
oración representa una pregunta.
Esa es la razón por la cual se les llama de ese modo. Al utilizarlos en un enunciado, debemos
pronunciarlo con un tono distinto, para que al hablar se note que estamos preguntando algo.
Tanto el signo de apertura (¿) como el de cierre (?) van unidos a la oración que encierran:
De ese mismo modo, el signo de cierre puede concluir las oraciones. Por consiguiente, no hace
falta colocar ningún punto al final:
Los signos de interrogación, como ya dijimos, sirven principalmente para convertir un enunciado
en una pregunta.
Eso aplica tanto si el enunciado está aislado como también si forma parte de un párrafo. Lo mismo
con la longitud: puede ser una oración tan corta o larga como queramos. Démosles un vistazo a
estos ejemplos:
“¿Sabías que durante todo ese tiempo estuvo mintiéndote sobre su embarazo?”.
“¿Sería posible que pudiésemos concretar ya mismo los objetivos, establecer nuevas metas y
trazar el próximo enfoque de nuestras estrategias de marketing?”.
Pero más allá de indicar preguntas, los signos de interrogación pueden cumplir unas cuantas
funciones adicionales:
Este uso es equivalente al que ya vimos con los signos de admiración. Al igual que con ellos,
utilizamos el signo de cierre entre dos paréntesis:
“El maquillaje que se hizo esa noche fue espectacular (?)”.
Lógicamente, el efecto sería el mismo si utilizáramos las comillas en vez del signo de interrogación
de cierre.
Este uso es más frecuente en los documentos históricos y las enciclopedias. A veces se menciona
una fecha de la cual no se está completamente seguro. Esa duda podemos indicarla con los signos
de interrogación:
“José Herrera Campins (¿1860?–1915) fue uno de los arquitectos de esta obra”: aquí se nos indica
que hay dudas con la fecha de nacimiento, aunque no con la de muerte.
“El año del atentado (¿2010?) había una fuerte crisis económica”: en este otro ejemplo la duda es
sobre el año en el que ocurrió el atentado.
Si queremos podemos colocar únicamente el signo de cierre. No afecta la ortografía del texto, así
que todo está en cuál opción nos guste más.
Nos topamos de nuevo con un uso parecido al de los signos de admiración. Si queremos hacer un
énfasis en la pregunta, basta con que coloquemos varias veces tanto el signo de apertura como el
de cierre:
El efecto que se consigue con la repetición es que la pregunta suene más fuerte; y en algunos
casos, hasta más molesta.
Como podemos suponer, aquí se aplica otra vez el límite de tres signos seguidos como máximo.
El paréntesis
Dado que es un signo doble, podemos referirnos a él como “el paréntesis” —en singular— y
también como “los paréntesis” —en plural—. En todo caso, cada signo apunta hacia un lado:
Paréntesis de apertura: (.
Paréntesis de cierre: ).
Con estos signos hay varias reglas que tenemos que resaltar antes de seguir avanzando:
Por lo general, van separados de cualquier palabra o letra que esté fuera de ellos, pero hay
excepciones.
El paréntesis sirve para añadir comentarios o información dentro de un enunciado sin alterar su
estructura.
En ese sentido, todo lo que incorporemos al texto queda sobreentendido. Esto diferencia al
paréntesis de la coma o el guion largo, que también funcionan para agregar datos pero sin aislarlos
tanto.
Sumado a ello, este es uno de los signos con mayor número de usos en nuestra lengua. Desde
luego, vamos a concentrarnos en los que más puedes aprovechar:
Añadir incisos
Como ya dijimos, esta es la función primordial del paréntesis. Al no ir enlazados con la estructura
de la oración, tenemos libertad para hacer un inciso con la forma que queramos:
“La situación con Irlanda (de seguro que esta no es la última) es que hubo una caída terrible en el
valor de sus compañías nacionales”.
“Estábamos conversando sobre los textos de Pablo Neruda (tú sabes bien que amo a ese poeta),
cuando de pronto se apagaron todas las luces”.
“Estudiar medicina es complicado (en realidad, todas las carreras tienen su propia dificultad). Aun
así, él está decidido a intentarlo”.
Si usáramos la coma o la raya, tendríamos que armar los incisos de tal manera que encajasen con
la estructura de cada oración.
Puede suceder que no queramos añadir incisos o comentarios con los paréntesis, sino un dato
puntual que ayude a precisar lo que se dice. Puede ser de varios tipos:
Lugar: “En la ciudad donde vive mi hijo (Madrid) realizaron recientemente un desfile en honor a la
libertad del ser humano”.
Autor: «“Érase un hombre a una nariz pegado” (Góngora)». Aquí añadimos dos tipos de comillas
para indicar la cita interna.
Fecha: “El año de la destitución del rey (1995) se caracterizó por un gran número de protestas en
contra del régimen monárquico”.
Obras: «“A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros” (Rayuela)».
Siglas: “La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) ha decidido aplicar una
reforma en sus políticas de intercambio de recursos”.
Presentar opciones
Existen ciertos textos y oraciones en los que se busca dar más de una opción posible. Imaginemos
que alguien está buscando un mesonero para su restaurante y que no importa que sea hombre o
mujer. Esa persona crearía un anuncio en el cual diría algo como lo siguiente:
Escrito así, el anuncio no tiene ningún error. Sin embargo, existe la posibilidad de acortar las
palabras utilizando el paréntesis de esta forma:
El paréntesis permite indicar que no importa el género del mesonero de una manera más simple.
Gracias a eso, el resultado es más elegante y menos repetitivo.
Podemos notar que aquí no se cumple la regla de que el paréntesis vaya separado de la palabra
que esté antes. En cualquier caso similar a este deberá ser igual.
Ahora bien, no siempre la opción está compuesta por una letra. En ciertos textos puede que se
trate de una palabra completa, en cuyo caso sí deberemos separarla de las otras:
En ese segundo ejemplo la opción es “los”. Como se trata de una palabra completa, lo separamos
del resto. En cambio, la “s” sí va unida a “síntoma”, por ser una sola letra.
Algunas veces quizá no queramos citar un fragmento completo, sino solo el inicio y el final. ¿Y qué
sucede con la parte de en medio? Podemos omitirla uniendo los paréntesis con los puntos
suspensivos:
“Mientras esperaba a que hirviera la infusión (…) el coronel experimentó la sensación de que
nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas” (“El coronel no tiene quien le escriba”, Gabriel
García Márquez).
Si necesitamos hacer más de una omisión, basta con que coloquemos varios paréntesis:
“Por las calles (…) pasaban los primeros artesanos para su trabajo, seguidos horas más tarde por
los oficinistas, dependientes, artesanos y colegiales, y a eso de las once (…) por los señorones que
salían a pasear el desayuno para hacerse el hambre del almuerzo o a visitar a un amigo influyente
para comprar en compañía, a los maestros hambrientos, los recibos de sus sueldos atrasados por
la mitad de su valor” (“El señor presidente”, Miguel Ángel Asturias).
“Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre (…). Siempre vivió ella
suspirando por Comala (…). Ahora yo vengo en su lugar” (“Pedro Páramo”, Juan Rulfo).
“Por fin aparecían los esquifes (…). Eran muchas las velas inclinadas bajo el barinés que de pronto
doblaban la vuelta solitaria. Ciudad Bolívar gritaba de júbilo (…) y corría a la playa” (“Canaima”,
Rómulo Gallegos).
Los fragmentos que omitamos pueden ser tan largos como haga falta. Sin embargo, debemos
procurar que se entienda la cita sin ellos.
Este es un uso parecido al que ya vimos con el guion largo. Básicamente, se trata de utilizar el
paréntesis para realizar enumeraciones en orden vertical.
La manera correcta es ir colocando una letra minúscula entre paréntesis para cada elemento de la
enumeración. Ambos deberán ir separados por un espacio. Hagamos el ejemplo con los artículos
escolares:
(a) Lápices.
(b) Cuadernos.
(1) Lápices.
(2) Cuadernos.
a) Lápices.
b) Cuadernos.
c) Goma de borrar.
Dentro de los guiones de teatro, además de los diálogos, nos encontraremos indicaciones sobre
una acción que deben realizar los personajes. Pues bien, cada una de ellas va incluida dentro de
paréntesis y en cursiva:
ARMANDO. (Sosteniendo las hojas en sus manos) ¡¿A esto llaman ustedes un informe eficaz?!
¡Debería despedirlos!
JUAN. (Mirando al suelo) No estábamos seguros de cómo lo quería, jefecito. Creímos que bastaría
con los datos puntuales.
El uso de la letra cursiva es algo de estilo, pero te recomendamos siempre aplicarlo. Y si el texto ya
está en cursiva, simplemente escribe la acotación utilizando la letra redonda o normal:
ARMANDO. (Sosteniendo las hojas en sus manos) ¡¿A esto llaman ustedes un informe eficaz?!
¡Debería despedirlos!
JUAN. (Mirando al suelo) No estábamos seguros de cómo lo quería, jefecito. Creímos que bastaría
con los datos puntuales.
El punto
De ese modo, está relacionado directamente con la coma y con el punto y coma, que también
detienen los enunciados. Pero el punto ofrece una pausa más prolongada.
Cualquiera de los tres que usemos deberá ir unido a la palabra o signo que esté antes y separado
de los que vengan luego. Al mismo tiempo, la oración siguiente tiene que comenzar con
mayúscula.
La idea de hacer esas separaciones no es establecer pausas al azar. Todo lo contrario, tiene mucho
que ver con el sentido total del texto y con la cercanía en el significado de los enunciados entre sí.
Dicho de otra manera, si hay dos oraciones seguidas que no tienen una relación tan cercana, lo
ideal es separarlas por un punto:
“La historia humana ha demostrado que se puede cometer el mismo error dos veces. No importa
de cuál se trate” (punto y seguido).
“La leyenda de Gambriano dice que este hombre podía flotar sobre el agua.
Es evidente que estas ideas tan irreales están presentes en todas las culturas…” (punto y aparte).
Optar por un punto o por el otro dependerá de la lejanía entre las oraciones: en el primer caso,
“No importa de cuál se trate” está directamente relacionado con la oración anterior; en el
segundo hay una mayor distancia.
Como es de suponer, no podemos hacer un ejemplo del punto final. Sin embargo, en nuestro
artículo ese punto es el que pondremos más abajo, en el cierre del post.
No queremos quedarnos tan solo con el uso principal, así que veamos para qué más podemos
utilizar el punto:
Las abreviaturas son la forma reducida de una palabra. Por ejemplo, “Dr.” es la abreviatura de
“doctor” y “Sr.”, la de “señor”.
Tal como podemos apreciar, ambas abreviaturas llevan al final un punto, que las concluye. Esta
norma sigue vigente si después vienen puntos suspensivos:
Otro punto que tenemos que resaltar obligatoriamente es que el punto de la abreviatura puede
concluir oraciones y párrafos:
“Estuve viendo los informes sobre estado de salud de la Sra. Todo parece indicar que no tiene
salvación” (oración).
Por otro lado, sus hijos no están tan seguros de que la operación salga bien” (párrafo).
El punto funciona para indicar siglas en un texto. Sin embargo, este es un uso válido única y
exclusivamente cuando nos encontremos con una oración que esté por completo en mayúsculas:
Ya dejando de lado el idioma, el punto puede funcionarnos para separar el día del mes y del año
en una fecha:
En el campo de las matemáticas, es posible utilizar el punto para separar los decimales en una
cifra. Esta costumbre es más común en los países angloparlantes:
“12.45”.
“604.56”.
“178.71”.
“12,45”.
“604,56”.
“178,71”.
Las comillas
Las comillas son un signo de puntuación doble que permite destacar palabras y segmentos en un
texto.
Este es uno de los signos de puntuación más variados en nuestro idioma. Prueba de ello es que se
puede clasificar en tres tipos:
Comillas simples: ‘ ’.
Comillas dobles: “ ”.
Las comillas sirven para hacer que una o varias palabras dentro de un enunciado, párrafo o texto
destaquen del resto.
De ese modo, la utilidad de estos signos es resaltar oraciones y párrafos completos. ¿Pero por qué
hacerlo? Para entender esto tenemos que conocer sus usos por separado.
Citar fragmentos
Las comillas sirven cuando queremos incorporar un fragmento de texto de alguien más en lo que
estamos escribiendo:
En la introducción al último libro de Carmena Ortega se señala: “No hay peor error humano que
mantener un mismo ciclo de equivocaciones”.
Mamá siempre nos dice: “Solamente siguiendo mis consejos podrán llegar a ser buenos adultos”.
Tal como lo demuestran los ejemplos, este uso sirve con textos y con cualquier conversación
formal o informal.
Indicar ironía
De esta función ya hablamos un poco en otros apartados del post, pero ahora vamos a
desarrollarla un poco mejor.
Las comillas pueden servir para indicar que una palabra tiene una intención irónica. Lo que
tenemos que hacer es sencillamente encerrarla entre ellas.
En este caso usaremos dos tipos de comillas para resaltar bien las oraciones:
«La música que sonó durante la reunión fue “maravillosa” para mis oídos»: aquí se nos dice que la
música fue tormentosa, desagradable, etc.
«Es tan “encantadora” su manera de hablar que todos nos motivamos»: en realidad la manera fue
molesta y poco amigable.
Cuando incorporamos palabras de otros idiomas en nuestros textos es obligatorio señalar que no
pertenecen al español. Para esto las encerramos entre comillas:
Cuando estábamos en la fiesta de la graduación, Susy nos pidió juntarnos para hacernos una
“selfie” en grupo.
En la actualidad hay muchos “influencers” que promueven prácticas y actividades poco seguras
entre sus seguidores.
Pero es conveniente mencionar que desde hace ya tiempo la RAE recomienda que en vez de las
comillas optemos por la letra cursiva:
Cuando estábamos en la fiesta de la graduación, Susy nos pidió juntarnos para hacernos una selfie
en grupo.
En la actualidad hay muchos influencers que promueven prácticas y actividades poco seguras
entre sus seguidores.
¿Y qué debemos hacer si el texto ya está en cursiva? Muy simple, utilizamos la letra redonda (es
decir, la normal):
Cuando estábamos en la fiesta de la graduación, Susy nos pidió juntarnos para hacernos una selfie
en grupo.
En la actualidad hay muchos influencers que promueven prácticas y actividades poco seguras
entre sus seguidores.
Otra posibilidad es que vayamos a comentar o a decir algo sobre una o varias palabras dentro del
texto. De ser así, debemos destacarlas con las comillas:
Al igual que en el caso anterior, podemos utilizar la letra cursiva o redonda según sea el caso:
El apóstrofo
El apóstrofo es un signo ortográfico que indica que se ha removido vocales o consonantes dentro
de una palabra.
Así, el término acaba con menos sílabas al final. Esta reducción suele deberse a una costumbre
propia del dialecto que estamos reproduciendo, aunque en ciertos casos se usa solamente como
efecto estético.
Un detalle que debemos aclarar es que el apóstrofo no es lo mismo que un apóstrofe. Este último
tiene dos significados:
Sinónimo de “insulto”.
Ninguno de ellos se refiere a un signo, por lo que no debemos confundirlos con el apóstrofo.
¿Cómo se utiliza?
El apóstrofo se debe utilizar colocándolo en el lugar de las letras que deseamos remover.
Si la palabra que sigue comienza por una vocal debemos suprimirla, de modo que quedarían
unidos ambos términos:
La situación cambia si lo que sigue es una consonante. En ese caso no tendríamos que utilizar el
apóstrofo:
Ya con esas reglas explicadas, veamos qué usos tiene este signo:
Señalar sonidos suprimidos
En ciertos dialectos del idioma español se suele suprimir muchos sonidos al momento de hablar.
Cuando se necesita reproducirlos debemos aplicar el apóstrofo:
Está claro que difícilmente llegará el día en el que debamos aprovechar este uso. Es algo más
común en los textos literarios que buscan imitar esos dialectos. Pero al menos sabemos para qué
sirve.
Si en algún momento debemos leer o revisar algún texto antiguo, puede que nos topemos con
palabras sin su vocal final, como estas:
Este fenómeno es muy similar al de los dialectos. En los siglos pasados se omitía la vocal final de
un término cuando el siguiente también comenzaba con vocal.
El apóstrofo permite señalar esa ausencia. Sin embargo, al día de hoy muchos de esos textos están
disponibles en versiones modernas, con el lenguaje actualizado.
El asterisco
El asterisco es un signo de puntuación auxiliar con forma de estrella que va en la parte alta del
renglón.
La razón por la que es auxiliar es que sus funciones dentro de los textos no cumplen un papel
principal. En realidad, su utilidad es secundaria; aunque no por ello deja de servir para ciertos
casos.
Dicho de otro modo, este signo indica un comentario o algo que se debe considerar sobre el
término al cual se acompaña. Por ende, no tiene ningún efecto sobre el sentido de las oraciones.
A diferencia de la mayoría de los signos de puntuación anteriores, el asterisco no posee tantos
usos, así que es muy sencillo dominarlos todos:
Una nota a pie de página es una aclaración sobre un punto o elemento de un texto. Su función es
comentar algún dato o detalle que se deba tener en cuenta, y para señalarla se coloca uno o varios
asteriscos:
El próximo encuentro de la GTNA* será realizado en Valencia durante la siguiente venida del
cometa Halley**.
Si nos fijamos bien, veremos que cada asterisco debe ir unido a los elementos pero separado de la
nota en sí por un espacio.
En los textos especializados que tratan el idioma español, se utiliza el asterisco para indicar que
una expresión es incorrecta por su gramática:
En ese ejemplo el error está en el verbo, que no concuerda con el sujeto de la oración. La forma
adecuada sería “Mi mamá es buena persona”.
Las llaves
Las llaves son un signo de puntuación doble cuya forma es la de un arco con una punta en la zona
del centro.
El signo de apertura y el de cierre tienen la misma forma, solo que apuntan hacia lados distintos
(tal como ocurre con los paréntesis):
Llave de apertura: {.
Llave de cierre: }.
Conviene señalar además que casi nunca se utiliza los dos al mismo tiempo. Lo más común es
optar por uno u otro según cada caso.
Esa función no es posible con ningún otro signo de puntuación. En ese sentido, aunque las llaves
no sean tan multifuncionales, lo cierto es que son irreemplazables.
Por su lado, la idea de agrupar elementos puede sernos útil en dos casos:
En los esquemas y los cuadros sinópticos se utiliza la llave para introducir un grupo de elementos a
partir de una misma palabra:
Ejemplo 1 de llaves
El término que une al conjunto es “Adjetivos”; por eso es el que abre la llave. No obstante,
podríamos invertirlo y utilizar el signo de cierre:
Ejemplo 2 de llaves
Las llaves pueden servir también como indicación de que hay varias opciones para construir un
enunciado. Simplemente debemos encerrar con el signo de apertura y el de cierre todas las
alternativas.
Ejemplo 3 de llaves
En esa oración, tanto “conseguir” como “encontrar” son verbos válidos para completar la oración,
puesto que su significado es el mismo.
Si lo deseamos, podemos escribirlo también de forma lineal:
Ya que vimos todos los signos de puntuación, vamos a enfocarnos en los ejemplos. Hemos juntado
unos cuantos, señalando en cada uno cuál o cuáles signos están presentes.
OraciónSignos de puntuación
En la vida adulta hay muchas cosas malas: las deudas, las responsabilidades y el estrés laboral
Coma, dos puntos.
Cuando nos atacaron los alemanes (1943 [o al menos eso cree la mayoría]) la ciudad ya estaba
desprotegida Paréntesis, corchetes.
“La situación fue incomparable durante la guerra […] y lo peor todavía estaba por venir”
Corchetes, puntos suspensivos.
Quisiera ir a ayudar a tu hermana con sus cosas; pero tengo demasiadas ocupaciones hoy
Punto y coma.
Decidimos que pasaríamos toda la Navidad en familia; por lo tanto, no puedo asistir a la fiesta que
habíamos planeado Punto y coma, coma.
Armando, el encargado de recepción, aseguró no haber visto nada durante la noche del robo
Coma.
Necesito un sofá-cama para cuando mi padre venga a quedarse en mi casa Guion corto.
La virtud de Juan Alfonso —y que, por desgracia, él mismo no nota— es que ayuda
desinteresadamente Guion largo, coma.
No hay duda de que tu método de estudio es el mejor (!) para aprobar los exámenes Paréntesis,
signo de admiración de cierre.
Madrid, París y Nueva York: las ciudades a las que más me ha encantado ir Coma, dos puntos.
Al abrir la puerta nos miró, y con una sonrisa nos dijo: “Prepárense para lo que viene” Coma, dos
puntos, comillas.
Amo la estupenda (?) forma en la que cantas mientras estás en el baño Paréntesis, signo de
interrogación de cierre.
Gracia Fernández (¿1898?-1961) fue de las primeras mujeres que logró estudiar una carrera en su
país Paréntesis, signos de interrogación, guion corto.
Llegamos a su casa (una mansión hermosa, en mi opinión), pero en ella no encontramos a nadie
Paréntesis, coma.
Cuando mataron a la princesa Diana (1997) muchos acusaron a un periodista de ser un infiltrado
Paréntesis.
El Dr. no pudo presentarse a la cita, ya que uno de sus hijos había sufrido en ataque epiléptico
Punto, coma.
Tu cuñada es tan “agradable” que acabó haciendo que todos los invitados se marcharan
Comillas.
01.12.1986 Punto.
Ejercicios de puntuación
Llegamos a los ejercicios. Aquí hemos juntado unas cuantas oraciones a las que les faltan signos de
puntuación. Lee cada una y añade los que creas que deben ir.
Ejercicios
Dibujó todo tan rápidamente que nos dio tiempo de abrir varias cervezas
01 05 2016
JUNTA DE LA OPEP
Cuando hicimos la fiesta 2010 no había tanta tecnología móvil como ahora
Desearía voy a usar este verbo y no otro porque se acerca mejor a lo que pienso que no hubiera
más animales sin hogar en el mundo
El libro afirma en su final Estamos apenas en los primeros días del fin
Nunca estuve seguro de lo que Clara sentía por mí por lo tanto jamás me atreví a decirle algo
RESPUESTAS
Ejercicios
Dibujó todo tan "rápidamente" que nos dio tiempo de abrir varias cervezas
01.05.2016
Es cierto que no se puede hacer nada para impedir el cáncer; pero sí podemos desarrollar mejores
tratamientos
JUNTA DE LA O.P.E.P.
Cuando hicimos la fiesta (2010) no había tanta tecnología móvil como ahora
Desearía (voy a usar este verbo y no otro porque se acerca mejor a lo que pienso) que no hubiera
más animales sin hogar en el mundo
El libro afirma en su final: "Estamos apenas en los primeros días del fin"
Nunca estuve seguro de lo que Clara sentía por mí; por lo tanto, jamás me atreví a decirle algo
Con eso terminamos este post. Esperamos que hayas entendido cada punto que tratamos. Y como
siempre, ¡te invitamos a practicar todo lo aprendido hoy!