Vida en Otros Planetas PDF

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iExiste una vida extraterrestre?

por Peter Graham

^Existe vida sobre otros planetas? Las leyendas y los mitos más
antiguos, así como el gran éxito que tiene hoy la ciencia-ficción, demues-
tran la fascinación que ejerce esta hipótesis sobre el espíritu humano.
No obstante ello, hasta estos últimos tiempos la mayoría de los sabios
y astrónomos la consideraban como muy poco verosímil, cuando no la
rechazaban totalmente.

Las cosas han cambiado. La Conferencia que se desarrolló en noviem-


bre pasado sobre este tema, auspiciada por la UNESCO y por la Agencia
Espacial Europea, según la opinión de su propio Presidente -el Profesor
A. W. Schwartz, de la Universidad de Nimega-, hubiera sido inconce-
bible quince años atrás. EI hecho de que haya tenido lugar, muestra por
sí mismo "que las organizaciones internacionales son cada vez más cons-
cientes de que el origen de la vida y la posibilidad de una vida extrate-
rrestre son problemas científicos de importancia suficiente para merecer
su atención".

Moléculas en el espacio

^Qué es entonces lo que pudo modificar de esa manera, en el curso


del último decenio, la actitud de los científicos? Otro participante en la
Conferencia, Hubert Reeves, del Instituto de astrofísica de París, respon-
de: "Uno de los resultados más notables que hemos obtenido en astro-
nomía desde hace unos cuantos años, es un descubrimiento reciente,
efectuado gracias a los radiotelescopios: las "nubes" de materia diluida
que se encuentran en el espacio entre los cuerpos celestes, están consti-
tuídas no sólo por átomos sino también por moléculas. Estas, que no
contienen cada una más que diez u once átomos, no podrían compararse
con las del organismo humano, que los cuentan por centenas de millares.
Pese a lo cual, su formación en un medio ambiente tan hostil como lo
es el del espacio interplanetario, nos Ileva a pensar que la vida extrate-
rrestre no es tan improbable como se creía.'"

Otro descubrimiento vino a corroborar esta opinión. Los meteo-


ritos encierran moléculas infinitamente más complejas, los amínoácidos,
que son una de las principales unidades de construcción en la evolución
de los organismos vivos. Esto tendería a probar que dentro de ciertos
cuerpos del sistema solar, aunque las condiciones sean desfavorables
Ilos meteoritos son muy fríos y probablemente no poseen atrnósfera),
existe una organización de la materia mucho más definida que en el
propio espacio.

Para saber si hay vida en el Universo, es evidentemente esencial


conocer su origen sobre la Tierra. Desgraciadamente, los físicos no están
en completo acuerdo sobre ese punto. "Podemos elegir entre diversos
modelos pero ninguno de ellos logra consenso unánime -explica el Profe-
sor Schwartz-. La cuestión es muy compleja. La opinión generalmente
admitida, simplificando las cosas, es que ciertos mecanismos han engen-
drado enormes cantidades de moléculas orgánicas, que se han desarro-
Ilado para formar los primeros organismos vivos. En general se conside-
raba muy lento este proceso, pero las recientes investigaciones efectuadas
sobre los microorganismos fósiles indican que la vida existía ya sobre la
Tierra hace aproximadamente tres mil ochocientos millones de años, y
como la Tierra data de unos cuatro mil seiscientos millones de años, esta
evolución q'uímica, si se la mide con la escala del tiempo cósmico, ha sido
en realidad muy rápida.

"Otra etapa importante de la evolución de la vida sobre la tierra fue


franqueada cuando organismos más complejos, capaces de producir oxí-
geno por fotosíntesis, sucedieron a los primitivos organismos constituidos
de materia orgánica ya presentes en la formación de nuestro planeta. Este
proceso permitió la formación, a través de millones de años, de una
atmósfera de oxígeno, lo que trajo la gran etapa siguiente, o sea, la capa-
cidad de utilizar el oxígeno para el consumo de la alimentación y, en
consecuencia, permitió la creación de una nueva energía.

"Los organismos multicelulares -prosigue el Profesor Schwartz-


tienen necesidad de oxígeno para vivir. Es pues inconcebible que animales
superiores y que la inteligencia hayan podido desarrollarse sin este ele-
mento. Se puede explicar esta evolución por otras combinaciones de gases,
pero según mi opinión, ninguna de ellas es válida. Como el oxígeno se
forma a partir del agua, la vida no puede nacer en un planeta privado de
ella."
Si la vida se ha desarrollado con facilidad sobre la Tierra, ^qué
posibilidades hay de que se desarrolle sobre otros planetas en apariencia
menos hospitalarios? Para el Profesor Schwartz: "Es necesario recordar
que la vida puede adaptarse a las más variadas condiciones de medio
ambiente, de hecho a todas aquellas a las que obedece el agua: los orga-
nismos pueden vivir tanto dentro de fuentes cálidas, de una tempera-
tura de 90°, como en la Antártida. Cuando consideramos en escala astro-
nómica el medio susceptible de prestarse a la vida, debemos mostrarnos
menos restrictivos. Y si estudiamos problemas tales como la posibilidad
de la vida sobre otros pEanetas y dentro de otros sistemas estelares, calcu-
lando que sólo una pequeña fracción de planetas por sistema podrtan
presentar condiciones favorables, por fuerza debemos concluir que deben
haber muchas, dado el número de sistemas."

Si se admite que la vida existe en otras partes del Universo, de inme-


diato surge la tentación de preguntarse qué forma pudo ella tomar. Los
hombrecitos verdes, las masas gelatinosas o los monstruos reptiloides
con los que nos han familiarizado los filmes de ciencia-ficción, Ztienen
alguna relación con las teorfas cientificas? La pregunta es todavía muy
discutida y estamos lejos de poder responderla con certeza. Sin embargo,
de manera general se piensa que la vida reviste probablemente una forma
bioquímica análoga a la que conocemos sobre la Tierra.

Los dinosaurios eran demasíado tontos


^Pero se trata de una vida intelrqente, por oposición a un limo
primitivo? Si, piensa el Profesor Frank Drake, del Centro Nacional de
Astronomia e lonosfera de la Universidad Cornell: "La historia de la
evolución de la Tierra y de sus habitantes muestra que el desarrollo de
una inteligencia superior ha sido sobre nuestro planeta un fenómeno
normal y contínuo, no la consecuencia del azar o de circunstancias parti-
culares. Por esto, se puede esperar un desarrollo de la inteligencia en mu-
chos lugares, incluso quizás en la mayorfa de los lugares donde nace la
vida.

"EI proceso que allí habría comenzado es sin duda similar al que
se ha dado en nuestro planeta, donde la medida del cerebro de los seres
inteligentes ha aumentado regularmente. En efecto, la inteligencia demos-
tró ser el único medio eficaz entre todos aquellos por los cuales los ani-
males buscaron sobrevivir o imponerse. Los dinosaurios eran más grandes
que los animales que hoy conocemos, otros podían correr más rápida-
mente, pero todos han desaparecido, a veces incluso después de haber
procurado subsistir en repetidas ocasiones. Solamente la inteligencia no
dejb de crecer. Según lo que comprobamos sobre la Tierra, ella constituye
la mejor arma en la lucha por la vida. Cabe pensar que esto ocurre también
en otros planetas que, como el nuestro, tengan recursos limitados. Pode-
mos pues pensar que la inteligencia se desarrolla en todas partes donde
haya nacido la vida."
Incluso en el plano anatómico, hay posibilidades -estima Drake-
de que las criaturas inteligentes que existen en otros lugares del universo
se parezcan al hombre: "Una mano debe permitirles manejar los utensi-
lios y las armas necesarias para asegurar su supervivencia en presencia de
animales que son físicamente más fuertes. Se puede suponer que el cuerpo
esté coronado por una cabeza, porque de esa manera la visión es mejor;
que esa cabeza posea dos ojos, porque la visión binocular es muy útil, y
una boca cerca de ellos para poder alimentarse con eficacia. Sólo podrfa
faltar la nariz."
Suponiendo que efectivamente existen civilizaciones inteligentes
fuera de la Tierra, Drake y su equipo enviaron hace cinco años un mensaje
al espacio, en forma de una imagen televisada que relata los hechos más
significativos de la civilización terrestre. Con la ayuda de una señal radial
extremamente poderosa, la imagen fue difundida en dirección a un con-
junto de 300.000 estrellas, adonde Ilegará dentro de 25.000 años. "Pode-
mos pues descansar -afirma Drake- antes de recibir una respuesta".
Como según se calcula las civilizaciones más prbximas se encuentran
a un millar de años-luz de la nuestra, toda comunicación en forma de
preguntas y respuestas requerirá al menos dos mil años. Por tal razón, en
todo nuestro planeta, hay un esfuerzo en la actualidad por captar las
señales de televisión que podrían provenir de otros planetas, y por ela-
borar las imágenes que, a partir de ellas, nos informarían inmediatamente
sobre las civilizaciones que las habrfan enviado. Pero, siempre según
Drake, "más vale buscar diamantes en un inmenso pajar cósmico". Hasta
el presente, las investigaciones se saldan por el ensayo de cincuenta millo-
nes de combinaciones de estrellas y de frecuencias radiofónicas, lo que,
desde el punto de vista cósmico, no representa más que un primer paso.

LOtra civilización antes del año 2000?

Pero Drake espera alcanzar un resultado. "En 1960 -explica- yo


buscaba dos estrellas que permitiesen utilizar señales sobre un solo canal.
Esta búsqueda consumió dos meses. Con los equipos de que hoy dispo-
nemos, se puede efectuarla en un centésimo de segundo, y con mucha
mayor precisión. Dentro de algunos años, podremos hacer en mil o diez
mil veces menos de tiempo lo que hacemos hoy. Con receptores como
los que comenzamos a construir y a utilizar, hay posibilidades de descubrir
otra civilización antes del fin de nuestro siglo.
Quizás encontremos entonces, como Drake lo espera, "ún tesoro
de conocimientos, de filosofías y de formas artfsticas que superen todo lo
que hemos podido imaginar hasta el presente". En cuanto al Profesor
Schwartz, piensa que, incluso si "el romántico proyecto de comunicación
con las civilizaciones extraterrestres" no alcanza su objetivo, los esfuerzos
realizados en ese sentido por los cientfficos tendrán un resultado muy
concreto, porque estaremos informados sobre la química orgánica del
universo y sobre el futuro de nuestro propio sistema solar.

(Perspectivas de la UNESCO)

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