HEMIPLEJIA
HEMIPLEJIA
HEMIPLEJIA
AMY HEMIPLEJÍA FLÁCIDA.- En este estadío se observa una parálisis facial inferior; la
afectación del facial superior siempre es de menor entidad; aunque el enfermo pueda cerrar
los ojos a la vez siempre lo hace con menor fuerza en el lado paralizado de la cara y nunca se
puede cerrar el ojo afecto de forma aislada (signo de Rvilliod). La parálisis lingual es muy
discreta si es que existe. Los reflejos de automatismo medular van disminuyendo de
intensidad a medida que el enfermo avanza en la flacidez. Por lo demás los signos de la
hemiplejía flácida son bastante parecidos a la fase de ictus. El enfermo va recuperando la
conciencia progresivamente. Lentamente el enfermo progresa hacia el estadío de hemiplejía
espástica.
HEMIPLEJÍA ESPÁSTICA.- Este estadío se caracteriza por al aparición de contracturas en
el lado paralizado debido al aumento exagerado del tono muscular. La espasticidad es de gran
ayuda para la bipedestación y la marcha del individuo, aunque por otro lado tenderá a
actitudes viciosas de los miembros que hay que evitar. La espasticidad determina la actitud en
flexión del miembro superior quedando el brazo en flexión ligera y aducción, el antebrazo
flexionado sobre el brazo y en pronación, los dedos de la mano tienden a la flexión y la
muñeca también tiende a flexionarse y lateralizarse cubitalmente.
Normalmente los músculos más afectados son aquellos que tienen unas funciones más
diferenciadas. En el miembro inferior las contracturas afectan a los músculos extensores y a
los flexores por lo cual el miembro permanece más o menos recto con cierto grado de
aducción lo cual podrá permitir la bipedestación y marcha. La parálisis afecta casi siempre
más al miembro superior que al inferior. Referente a la marcha, esta se ejecuta como marcha
de segador haciendo un movimiento de circunducción alrededor de la pierna sana. Los
reflejos de automatismo medular comienzan a disminuir de intensidad y aparecen las
sincinesias que son movimientos involuntarios que acompañan a otros voluntariamente
ejecutados.
SINCINESIAS.- En los enfermos hemipléjicos y debido a que la función inhibidora de la vía
piramidal sobre los centros motores subcorticales y medulares está anulada, se producen las
sincinesias que se definen como movimientos involuntarios que se producen cuando se
realizan otros movimientos voluntarios y que acompañan a estos siendo siempre la sincinesia
igual ante el mismo movimiento voluntario.
Es obvio, por tanto, la semejanza de las sincinesias con los reflejos no habiendo una barrera
clara que diferencie los unos de los otros. Las sincinesias únicamente se observan en
alteraciones de la vía piramidal y solamente en el lado enfermo constituyendo por tanto uno
de los signos de piramidalismo. Las sincinesias pueden ser de imitación, globales y
coordinación. En las de imitación, el miembro enfermo imita al miembro sano predominando
en la parte distal de la extremidad, esto ocurre en miembros flácidos o paréticos. En las
sincinesias globales, como su propio nombre indicia, hay contracciones globales de los
músculos del lado hemipléjico al efectuar un esfuerzo con el lado sano siendo el movimiento
sincinético de flexión en el miembro superior y de extensión en el miembro inferior.
La sincinesia global sólo es posible en hemipléjicos espásticos. Las sincinesias de
coordinación consisten en que al efectuar una contracción voluntaria de ciertos grupos
musculares se efectúa la contracción sincinética de grupos musculares sinérgicos de los
anteriores. Estas sincinesias de coordinación son muy variadas.
-Balance funcional: Se hará siempre una evaluación de las capacidades funcionales del
individuo de cara a la realización de las actividades de la vida diaria. Un ejemplo de balance
funcional muy simple puede ser: a/ Extremidad inferior No puede estar de pie.
Bipedestación con las dos extremidades apoyadas. Levantarse después de sentado (con o
sin apoyo de brazos). Se desplaza aunque sea patológicamente. Marcha normal o casi
normal.
b/Extremidad superior Pone el brazo sobre una mesa (dejándolo caer). Hace prensión
leve (aguanta algo que se le pone en la mano). Hace prensión activa pero grosera. Hace
prensión algo imperfecta. Hace funciones finas de la mano (pinza).
PRIMEROS CUIDADOS DEL HEMIPLEJICO ENCAMADO
-Posturas y cambios posturales: En estos primeros momentos de la enfermedad el enfermo
tiende a adoptar una postura con aducción y rotación interna del hombro; el codo y la muñeca
tienden a la flexión; los dedos, así mismo tienden a la flexión quedando el pulgar aprisionado.
En cuanto al miembro inferior afectado, tiende a la rotación externa de cadera, flexión de
rodilla y flexión plantar y varo del pie. Para la posterior recuperación funcional del paciente
es de vital importancia los cuidados del hemipléjico en la cama que irán encaminados a evitar
rigideces articulares y retracciones musculares así como la aparición de úlceras de decúbito.
Es conveniente que el enfermo descanse en cama dura y esta esté en posición horizontal el
mayor tiempo posible, ya que si el enfermo descansara en una posición no horizontal se
podrían producir flexiones de cadera nada recomendables; no obstante el paciente podrá tener
el tronco erecto mientras participe en alguna actividad (comer, aseo diario, etc.).
La posición de decúbito ventral no está contraindicada en los hemipléjicos; a pesar de que es
mal tolerada debe ser empleada entre quince minutos y una hora diaria. Al enfermo se le
colocará boca abajo con una almohada debajo de la pelvis y dos almohadas no muy gruesas
debajo de los hombros o al menos una debajo del hombro afectado para facilitar el
desplazamiento de la caja torácica; el hombro afectado se colocará en abducción con ligera
flexión (permitida por la almohada), el codo estará en flexión de aproximadamente 45º y en
cuanto a la muñeca y dedos se mantendrán en la posición funcional antes descrita.
Es importante en el enfermo hemipléjico, mantener un ambiente agradable y tranquilo en la
habitación, evitando ruidos y favoreciendo el sueño. Tan importante como los cambios
posturales, para la evitación de escaras es conveniente mantener al enfermo limpio y seco; de
aparecer enrojecimientos en la piel se dará masaje de amasamiento con frecuencia; no es
conveniente dar fricciones con alcoholes, en todo caso se usará algún tipo de aceite (de
almendras, mineral, etc.) para el amasamiento manual.
Sedestación: Tan pronto como sea posible, se colocará al enfermo en posición sedente
intentando evitar así mayor pérdida del sentido del equilibrio. La sedestación es importante
por los estímulos propioceptivos que produce en el individuo de tal manera que se puede
decir que cuanto antes se empiece a trabajar con el equilibrio (sedestación y bipedestación)
menos durará el período de recuperación propiamente dicho, consiguiéndose unos mejores
resultados. La sedestación se efectuará en un principio al borde de la cama apoyando los pies
en el suelo o en un taburete, y las manos en los respaldos de dos sillas colocadas frente y a
cada lado del enfermo; la mano afecta se fijará al respaldo de la silla. En muchas ocasiones el
equilibrio en sedestación está muy alterado de tal manera que el enfermo cae hacia el lado
afectado y hacia atrás, por lo que deberá de vigilarse la posición por el riesgo de caída.
BIPEDESTACIÓN.- Al igual que la sedestación, la bipedestación se intentará los más
pronto posible pero sobrepasa la recuperación funcional en la habitación del paciente por lo
que será ejecutada en el gimnasio con diversos medios al alcance del fisioterapeuta e
incluyendo y combinando la bipedestación con diversos ejercicios en paralelas. Tan pronto
como el sujeto tenga un buen equilibrio en sedestación, se pasará a ejecutar la bipedestación
siendo conveniente el uso de zapatos que ayuden a la estabilidad del tobillo. La bipedestación
temprana aparte de ser el primer paso hacia la marcha, tiene una enorme importancia por los
siguientes aspectos: Conserva el tono muscular satisfactorio por acción refleja. Da al
paciente un dominio mejor del equilibrio. Impide la pérdida del sentido de la posición.
Evita la posible osteoporosis del miembro inferior.
KEYRI
LA MARCHA EN EL ENFERMO HEMIPLEJICO.- Una vez que los ejercicios de
bipedestación se ejecutan de forma aceptable se puede comenzar con el trabajo de marcha
que primero se hará entre las barras paralelas apoyando las manos y con ayuda por nuestra
parte colocándonos del lado afectado; el enfermo tratará de igualar los pasos y elevará la
rodilla afectada en cada paso, cuidando de su posterior bloqueo una vez que el pie toca el
suelo. Desde el primer momento se instará al paciente a que prescinda de su marcha de
segador y de posturas viciadas para lo que usará el espejo. El apoyo de las manos en las
paralelas se irá disminuyendo progresivamente. Al mismo tiempo que trabajamos sobre la
marcha no debemos olvidar la reeducación propia del pie que irá encaminada a impedir la
deformación (vicios) y a restablecer el equilibrio muscular. Principalmente, esta reeducación,
se hará mediante posturas, movimientos pasivos, trabajo activo y activo-ayudado, evitando
principalmente el pie equino y el arrastre de la puntera del zapato en la marcha.
ACV ANGELICA
La relevancia del ACV o ictus radica en que se trata de una causa importante de muerte,
invalidez, dependencia y estancia hospitalaria en nuestro medio. La mortalidad del ACV
asciende, según las fuentes, hasta el 21-25% en la fase aguda, siendo más frecuente si la
causa es hemorrágica (50%) que cuando es isquémica (20-25%), e incluso existe un
porcentaje de 74% de mortalidad en los ACV de naturaleza no identificada (que suponen el
10-20% de los ACV)
El enfoque terapéutico que nuestro medio otorga al ACV se establece en 4 pilares: 1.
prevención primaria, 2. diagnóstico y tratamiento urgente, 3. prevención secundaria de las
recurrencias, y 4. rehabilitación. Según el el ACV sea isquémico (80%) o hemorrágico
(20%), el manejo médico en la fase aguda y en la instauración de la prevención secundaria
será algo diferente. El tratamiento rehabilitador, en cambio, dependerá de la clínica sin
distinción entre uno y otro, pues el pronóstico evolutivo de los supervivientes una vez
instaurado el daño, contrariamente a la mortalidad, no será muy distinto.
La especialidad de Medicina Física y Rehabilitación, por definición, es la responsable del
diagnóstico, evaluación, prevención y el tratamiento de la discapacidad encaminados a
facilitar, mantener o devolver el mayor grado de capacidad funcional e independencia posible
al paciente. Su papel en el ACV se puede orientar entonces hacia tres fines: 1.- valorar las
lesiones y el déficit funcional en un momento dado y su evolución, 2.- hacer una estimación
del pronóstico más probable y 3.- teniendo en cuenta lo anterior, establecer un plan
terapéutico individualizado para cada paciente.
Exploración física y valoración funcional del ACV
La valoración del ACV ha de ser amplia, dada la gran variedad de déficit y discapacidad que
provocan. A menudo la terminología empleada para hablar de estos temas es imprecisa y se
utilizan sinónimos que enturbian más que aclaran de qué estamos hablando. En
Rehabilitación seguimos la terminología que la OMS ha definido según la Clasificación
Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) en 2001. Cuando
hablamos de discapacidad entendemos como tal la deficiencia, limitación de actividad y/o
restricción de participación de un individuo en su entorno social. La CIF valora, pues, tanto
las deficiencias (anormalidad o pérdida de una función o estructura corporal) como los
factores contextuales (ambientales o personales, facilitadores o barreras) y los clasifica en un
sistema de codificación, siguiendo un modelo biopsicosocial que, empleando un lenguaje
común, es aplicable transculturalmente.
La American Heart Association-Stroke Outcome Classification (AHA-SOC) sistematiza los
déficit neurológicos en seis dominios o áreas: motora, sensitiva, comunicación, visual,
cognitiva y emocional. Cuando realizamos una valoración del ACV no hemos de limitarnos a
describir las alteraciones de cada dominio por sí mismas, sino a establecer su repercusión
funcional en el individuo y en sus actividades o en su entorno.