Hemiplejias y TCE
Hemiplejias y TCE
Hemiplejias y TCE
¿Qué es?
Etimológicamente la palabra hemiplejía significa “mitad de parálisis”, es decir, parálisis de
medio cuerpo.
Es consecuencia de una lesión que afecta a un hemisferio cerebral (lesión piramidal) y que
cursa con parálisis del brazo y pierna en el lado opuesto al hemisferio dañado quedando en
ocasiones afectada la mitad de la cara. Por regla general no se afectan los músculos del
tronco y el diafragma ya que están inervados bilateralmente, es decir, que reciben impulsos
nerviosos de ambos lados del cerebro de tal forma que, si se lesiona un lado, el centro del
otro lado suple la deficiencia.
Causas
La etiología de esta patología puede ser cualquier proceso que nos produzca una lesión
irreversible del tejido nervioso o que plantee problemas en el Sistema Nervioso Central
(SNC) por encima del bulbo. Se trata de una de las patologías neurológicas más frecuentes.
Las causas que podemos encontrar son las siguientes:
Enfermedades vasculares cerebrales (trombosis, embolias, hemorragias craneales).
Traumatismos craneales.
Tumores cerebrales: suelen ser las hemiplejias jóvenes.
Infecciones: abscesos intracraneales, tuberculosis cerebral, meningitis, etc.
Enfermedades parasitarias.
Flebitis y tromboflebitis de las venas craneales.
Arteritis cerebral.
Esclerosis en placas.
Causa quirúrgica.
Evolución de la hemiplejia
Las hemiplejías pueden instalarse bruscamente o en forma paulatina. Cuando lo hacen
bruscamente se denominan ictus (que significa ataque) y si además la brusquedad de
comienzo se instala un coma, se llaman ictus apoplético (apoplejía significa pérdida de la
conciencia). Esto sucede por ejemplo en un accidente vascular encefálico hemorrágico o
isquémico por embolia.
En otras oportunidades, la parálisis comienza en forma parcial como plejía de un miembro
o facial y luego progresa hasta tomar lo que resta de la mitad del cuerpo. A veces la
progresión establece en media a unas pocas horas como en el accidente vasculoencefálico
trombótico, o en unos días o semanas como se ve en las lesiones ocupantes de espacio de
crecimiento relativamente lento(tumores).
Reconocimiento de la hemiplejia durante el coma
Dentro de la fase de ictus o coma apolítico y durante las primeras horas se produce una
abolición total de la motilidad, aunque la lesión sea unilateral. Pasados los primeros
momentos comienzan a aparecer ciertos signos como son:
Parálisis del buccinador que produce una asimetría de la cara (signo del fumador de
pipa), miosis en el lado paralizado, la cabeza y los ojos se desvían hacia el lado de
la lesión.
En el enfermo hemipléjico, en este estadío, si se levantan ambos brazos por encima
de la horizontal y se dejan caer se observará que uno de ellos cae más pesadamente
siendo este el lado que quedará paralizado ocurriendo lo mismo con el miembro
inferior.
A la compresión del nervio facial sólo se contraerá la hemicara sana (maniobra de
Foix).
En estos primeros momentos del proceso, el signo de Babinski suele ser positivo y
bilateral.
Los reflejos automáticos medulares son positivos y exagerados.
Suele haber incontinencia urinaria más que retención.
Síndrome de Benedikt
Es un síndrome de Weber, pero con compromiso del tegmento, es decir, del núcleo rojo,
fibras del pedúnculo cerebeloso superior, la cinta de Reil o lemnisco medio y tracto
espinotalámico. Causa una hemiplejia, Hemisíndrome cerebeloso (asinergia, ataxia,
temblor), hemicorea, hemihipotonía, hemianestesia parcial del lado opuesto a la lesión.
Además de parálisis de motor ocular común y facial central del lado de la lesión.
Las causas más frecuentes son isquemia o hemorragia mesencefálica, tumores.
Ipsilateral Contralateral
Oftalmoplejía por parálisis del III par Hemiplejia Facio-braquio-crural
craneal
Ptosis palpebral Hemitemblor de tipo intencional o
parkinsoniano
Hemiataxia
Hemiasinergia
Hemianestesia del lado hemipléjico
Dato importante: los pares III Y VI se conjugan para poder enfocar la mirada a un mismo
lado, por ello estos se encuentran intercomunicados. Cuando existe la parálisis de la
mirada conjugada, se debe a una lesión de uno de los pares craneales que intervienen en
ello, dependiendo de cuál sea, ocurre un signo especifico: en el caso de una lesión del III
par (por encima de la protuberancia), domina el VI par, por lo tanto, va a mirar a la lesión y
se huye de la parálisis, Por el contrario, en lesión del VI par (por debajo de la
protuberancia), se activa el III nervio, aquí se mira la parálisis y huye a la lesión.
Síndrome de Parinaud o mesencefálico dorsal
Esta afectado el tectum del mesencéfalo afectando a la sustancia gris, que rodea el
acueducto del cerebro y la región de la comisura cerebral posterior.
Sus causas más frecuentes son: tumores pineales, ictus y traumatismos. Otros: hidrocefalia,
estenosis congénita del acueducto, esclerosis múltiple, herniación transtentorial, encefalitis,
malformaciones vasculares del mesencéfalo.
Perdida de la mirada vertical (hacia arriba)
Anormalidades pupilas con pérdida del reflejo fotomotor
Conservación del reflejo de acomodación o disociación luz y acomodación (signo de
Argill-Robertson)
Retracción del parpado superior (signo de Collier)
Perdida del reflejo de convergencia con nistagmo de convergencia-retracción
Hemiplejías protuberenciales: lesión se ubica en la protuberancia.
Síndrome de Millard Gubler
Generalmente ocurre por infarto de la parte anterior-inferior de la protuberancia. Produce
una Hemiplejía braquiocrural contralateral a la lesión (no toma el facial inferior porque el
haz geniculado ya envió las fibras al núcleo del facial del lado pléjico). Parálisis facial
periférica o total (superior e inferior) contralateral a la hemiplejía, parálisis del VI par
homolateral a la parálisis facial.
Ipsilateral Contralateral
Parálisis facial periférica Hemiplejia Braquio-crural
Parálisis del Abducens (endotropia +diplopía)
Síndrome de Foville inferior
Es idéntico al síndrome de Millard-Gubler, pero aquí además hay compromiso del fascículo
longitudinal medial, la formación reticular paramediana pontina y el núcleo del abducens.
Se agrega una parálisis de la mirada hacia el lado sano y el paciente solo puede mirar hacia
la hemiplejía.
Ipsilateral Contralateral
Parálisis facial periférica Hemiplejia Braquio-crural
Parálisis del Abducens (endotropia +diplopía)
Parálisis de la mirada conjugada hacia el lado de la lesión
Hemiplejías bulbares: lesión ubicada a nivel del bulbo y afecta sus estructuras
adyacentes.
Nota: El músculo geniogloso se encarga de la movilización de la lengua hacia la derecha e
izquierda, esta inervado por el XII par craneal.
El geniogloso lleva la lengua hacia el lado contrario de su posición. el geniogloso izquierdo
lleva la lengua hacia la derecha y el derecho hacia la izquierda, cuando ocurre una lesión de
uno de los músculos, la lengua se desvía hacia el lado de la lesión.
Síndrome bulbar medial o anterior de Déjerine
La lesión compromete la vía piramidal antes de su decusación y a las raíces del hipogloso,
también lesión de las pirámides bulbares.
Hay una hemiplejia del lado opuesto a la lesión que respeta la cara y una parálisis directa
del mismo lado de lesión de la mitad de la lengua con hemiatrofia (desviación de la punta
de la lengua hacia el lado de la hemiatrofia). Parálisis del hipogloso del mismo lado de la
lesión.
El síndrome de Avellis: solo se da si la lesión se extiende hasta el núcleo ambiguo, se
agrega parálisis velopalatofaríngea y de cuerdas vocales (IX y X pares) contrarias a la
hemiplejía por extensión de la lesión hacia el núcleo del IX y X par.
El síndrome de Schmidt: igual que el de Avellis, pero se agrega parálisis del espinal
opuesta a la hemiplejía.
El conjunto de Síndrome de Avellis + Síndrome de Schmidt, además de la parálisis del XII
par craneal se llama Síndrome de Jackson.
Ipsilateral Contralateral
Parálisis de la mitad de la lengua con hemiatrofia Hemiplejia braquio-
Parálisis hemivelopalatina y de cuerda vocal (sx de Avellis) crural
Parálisis del trapecio y esternocleidomastoideo (sx de Perdida de la cinestesia
Schmidt) y tacto discriminativo
Desviación de la lengua hacia el lado de la lesión
Síndrome Bulbar Lateral o de Wallemberg o de la Arteria Cerebelosa Postero-
Inferior.
Hemianestesia de tipo termoanalgésica a nivel de los miembros del lado opuesto a la lesión,
mientras que en la cara existe parestesia, hemianestesia o anestesia del lado de la lesión.
Parálisis faringolaríngea y velopalatina del mismo lado de la lesión.
Parálisis con atrofia de la mitad de la lengua correspondiente al lado de la lesión.
La afectación de las fibras simpáticas ascendentes del hipotálamo causa el síndrome de
Horner.
La afectación de los núcleos vestibulares medial e inferior causan vértigo.
Latero pulsión ocular por la afección de las fibras olivo-cerebelosas relacionada con los
movimientos oculares.
Ipsilateral Contralateral
Disminución de la sensibilidad termoanalgesia facial hipoalgesia e
Síndrome de Horner hipoestesia de
Vértigo tronco y
Parálisis de nervios craneales bajos por afectación del núcleo extremidades
ambiguo (IX, X, XI) con pérdida del reflejo nauseoso, dificultad
para deglutir ronquera y dificultad de la articulación de las palabras
Síndrome de Babinski Nageotte
La lesión es más extensa tanto en profundidad como en superficie por extensión a la parte
lateral del bulbo: involucra, además del haz piramidal, la oliva bulbar, la cinta de Reil y las
fibras simpáticas. En un lado hay hemiplejía y hemianestesia (opuesto a la lesión). En la
otra mitad corporal se comprueba hemisíndrome cerebeloso y Bernard Horner (miosis,
enoftalmia y disminución de la abertura palpebral).
Nota: la enoftalmia es la posición anormal del globo ocular, que se halla situado en la órbita
más profundamente que en estado normal
Nota: La ageusia es el término aplicado cuando existe la ausencia del sentido del gusto.
ANEXO: video sobre la hemiplejia alterna: https://www.youtube.com/watch?
v=dZgAc3BFBB0
Hemiplejía espinal: La lesión se encuentra por encima o al nivel del engrosamiento
cervical de la médula, lo que determinara el síndrome de Brown Sequard o hemisección
medular, aunque este no suele tomar por completo la mitad del diámetro de la medula. Es
un cuadro muy raro apareciendo parálisis o paresia del mismo lado de la lesión, respetando
la cara, que es del tipo de la neurona motora superior si la lesión está antes del
engrosamiento cervical, pero si está nivel del mismo, el componente braquial es del tipo
neurona motora inferior (fláccido) y el crural sigue siendo de tipo espástico. Además, hay
hemianestesia profunda del mismo lado por sección de los haces de posteriores que son
directos en la médula. En el hemicuerpo no paralizado hay hemianestesia táctil, dolorosa y
térmica porque los haces espinotalámicos se entrecruzan en la médula.
Existe piramidalismo (hiperreflexia, clonus, contracción rápida e involuntaria, espasticidad,
Babinski +) y alteraciones variadas de la sensibilidad sobre todo alterándose la sensibilidad
profunda en el lado de la lesión.
Evaluación fisioterapéutica.
El tratamiento de fisioterapia en la hemiplejia es necesario, ya que está dirigido
fundamentalmente a mejorar el movimiento y recuperar funcionalidad, también es muy
importante la prevención de complicaciones como ulcera por presión, problemas
vasculares, neumonías, caídas, etc.
El tratamiento varía en función de la gravedad del paciente, pero, a grandes rasgos, los
objetivos de fisioterapia serian:
disminuir el dolor
mejorar la movilidad general
reducir la espasticidad
reeducar la marcha
mejorar el equilibro
recuperar funcionalidad en el miembro superior
evitar complicaciones respiratorias y vasculares.
Además, en fisioterapia les enseñan a los cuidadores las pautas adecuadas para ayudar a los
pacientes a cambiar de posición de forma correcta sin hacerse daño.
En base a ello, Ante un enfermo hemipléjico se debe hacer una serie de balances y
mediciones en lado hemipléjico que nos van a ir diciendo cual es la evolución del paciente
y sus posibilidades de recuperación.
Toda evaluación en la hemiplejía deber ser continúa puesto que se producirán cambios casi
a diario. No hay que olvidar hacer una pequeña historia de su estado general aparente, así
como de los procesos patológicos anteriores. La evaluación debe comenzar ya en la fase de
ictus y se continuará hasta conseguir la máxima recuperación funcional del paciente.
Los balances que se deben hacer son los siguientes:
Balance ortopédico: Se hará un balance articular de todas las articulaciones afectadas por
la parálisis buscando las limitaciones de amplitud que pueden ser debidas a retracciones
musculares o a retracciones ligamentosas. Es importante anotar la aparición de dolor
articular a que grados y en qué arcos se produce.
Balance motor: Se anotarán los movimientos que el enfermo puede hacer por sí solo, es
decir, se hará un balance muscular global por si existiese algún tipo de movimiento
voluntario en el lado afecto.
Balance de la espasticidad: La espasticidad afecta preferentemente a ciertos grupos
musculares como son: los aductores y cuádriceps en miembro inferior y los pectorales,
bíceps, flexores de la mano y dedos y pronadores en el miembro superior.
Hay que tener en cuenta que la espasticidad varía con el tiempo, emociones, fatiga,
posición del paciente, etc. Por lo que se precisará cual ha sido la posición de la exploración.
Para hacer el balance de la espasticidad se mide la resistencia muscular al estiramiento
pasivo; dicha resistencia muscular varía según los parámetros del estiramiento en fuerza,
amplitud y velocidad del estímulo.
En la espasticidad hay que tener en cuenta los siguientes grados:
Grado Al estiramiento no aparece contracción
0
Grado Al estiramiento aparece contracción solo visible o palpable
1
Grado Al estimulo de estiramiento se nota un pequeño resalte
2
Grado Se desencadena una contracción clara o clonus que dura cuatro o cinco
3 segundos
Grado Hay espasticidad clara que tarda en desaparecer
4
En cuanto al parámetro de la amplitud del estiramiento necesaria para obtener la
espasticidad, hay que decir que cuanto menor sea la amplitud que desencadena la
espasticidad, esta es más importante.
En cuanto a la velocidad del estímulo, se emplean tres velocidades: pequeña, mediana y
velocidad elevada. La espasticidad se desencadena antes cuanto mayor es la velocidad del
estiramiento.
Balance funcional: Se hará siempre una evaluación de las capacidades funcionales del
individuo de cara a la realización de las actividades de la vida diaria. Naturalmente, los
balances funcionales del hemipléjico pueden y deben ser mucho más complicados y
enfocados siempre a aquellas actividades que permitan una mayor independencia al
paciente.
El balance funcional es el más importante de todos en el hemipléjico, ya que será en el que
más claramente se reflejará la evolución de la recuperación del paciente que es lo que a fin
de cuentas se pretenderá. Por otra parte, el balance funcional es el compendio de todos los
demás balances, ya que si estos son satisfactorios la evaluación funcional deberá serlo
también y viceversa.
Cuidados del hemipléjico encamado
Posturas y cambios posturales:
En estos primeros momentos de la enfermedad el paciente tiende a adoptar la postura
hemipléjica*, por lo que para una posterior recuperación funcional es de vital importancia
los cuidados del hemipléjico en la cama, que irán encaminados a evitar rigideces articulares
y retracciones musculares, así como la aparición de úlceras de decúbito.
Es conveniente que el enfermo descanse en cama dura y que esté en posición horizontal el
mayor tiempo posible, ya que si el enfermo descansara en una posición no horizontal se
podrían producir flexiones de cadera nada recomendables; no obstante, el paciente podrá
tener el tronco erecto mientras participe en alguna actividad (comer, aseo diario, etc.).
Cuando el paciente se encuentre en decúbito dorsal
Se empleará un cajón para apoyo de los pies a fin de impedir el pie equino por acortamiento
del tendón de Aquiles. En ocasiones puede ser conveniente la ferulización del miembro
inferior por las noches a fin de mantener la posición funcional más adecuada. La rodilla se
mantendrá en extensión.
Para impedir la rotación externa de la articulación coxo-femoral, se empleará un rollo
trocantéreo que irá desde la cresta ilíaca hasta la mitad del muslo; así mismo se pueden
emplear bolsas de arena para impedir dicha rotación externa.
En cuanto al miembro superior, se colocará una almohada en la axila para alejar el brazo
del cuerpo y eliminar así la aducción del hombro, por lo que estará en protracción, rotación
externa y abducción de hombro, extensión de codo y muñeca y dedos en posición neutral.
Se colocan dos almohadas que se cruzan siendo la del lado afecto superior a la otra,
produciendo estas almohadas una inclinación lateral de la cabeza hacia el lado contrario de
la hemiplejía, colocaremos, entonces la cabeza rotada hacia la lesión para conseguir un
estiramiento de las fibras superiores del trapecio lesionado.
Sedestación:
Tan pronto como sea posible, se colocará al enfermo en posición sedente intentando evitar
así mayor pérdida del sentido del equilibrio. La sedestación se efectuará en un principio al
borde de la cama apoyando los pies en el suelo o en un taburete, y las manos en los
respaldos de dos sillas colocadas frente y a cada lado del enfermo; la mano afecta se fijará
al respaldo de la silla.
En muchas ocasiones el equilibrio en sedestación está muy alterado de tal manera que el
enfermo cae hacia el lado afectado y hacia atrás, por lo que deberá de vigilarse la posición
por el riesgo de caída.
En otras ocasiones, cuando el equilibrio en la posición falla de manera estrepitosa, será
conveniente colocar al enfermo en posición sedente con los brazos apoyados en la cama
hacia atrás y hacia los lados vigilando el miembro superior paralizado a fin de evitar la
flexión de codo que traería como consecuencia la caída del enfermo.
PUNTO RESALTANTE: de las formas correctas para comenzar la educación de la
posición sedente, se resalta que debe tener apoyo en la espalda, para que esté derecho, y
apoyo en los miembros superiores. EN CUALQUIER CASO, SE DEBE EVITAR LAS
CAIDAS.
Nota: en otros sitios, como las paginas que ya les mencioné no sale esta forma, sale es la
posición sedente en cama, para posterior en silla (normal y/o ruedas). Imagino que esto es
la gente pobre como uno o en el caso de que la cama no pueda reclinarse.
Bipedestación.
Al igual que la sedestación, la bipedestación se intentará los más pronto posible, tan pronto
como el sujeto tenga un buen equilibrio en sedestación, se pasará a ejecutar la
bipedestación siendo conveniente el uso de zapatos que ayuden a la estabilidad del tobillo.
La bipedestación temprana aparte de ser el primer paso hacia la marcha, tiene una enorme
importancia por los siguientes aspectos:
Conserva el tono muscular satisfactorio por acción refleja.
Da al paciente un dominio mejor del equilibrio.
Impide la pérdida del sentido de la posición.
Evita la posible osteoporosis del miembro inferior.
Se favorece la marcha, aunque la pierna esté flácida en decúbito debido a los
reflejos automáticos estimuladas por la posición del pie en el suelo.
Se reduce la tendencia a la espasticidad.
Cuando el fallo del cuádriceps no permite estabilizar la rodilla es conveniente colocar una
férula en el miembro, aunque esto es difícil que ocurra, pues tras algunos intentos de
bipedestación el enfermo suele ser capaz de estabilizar su rodilla, con ayuda y durante
algunos instantes, por lo que la ferulización sólo es aconsejable en enfermos flácidos y
parálisis extremas; en estos enfermos de gran flacidez será necesario el uso de una plancha
de inclinación variable para su puesta en carga, hasta, al cabo de algunas sesiones,
conseguir la verticalidad.
Lo habitual es que el enfermo llegue en silla de ruedas hasta las paralelas en cuyo caso se
situarán los pies ligeramente hacia atrás, se avanzará el cuerpo adelantando el centro de
gravedad y apoyando la mano sana en la paralela mientras sujetamos su miembro superior
afectado, se solicitará que extienda su rodilla enderezando luego el cuerpo; para sentarse se
emplea el mismo sistema, pero al revés.
Una vez conseguida la bipedestación con apoyos en paralelas (sujetando la mano enferma
en su caso) se esperará a que el enfermo se acostumbre a la nueva posición pasando
después a la ejecución de determinados ejercicios como son:
Mantener la posición agarrado a las paralelas tras ligeros empujones en todas
direcciones.
Sentarse y levantarse sin soltar las manos de las paralelas y tomando conciencia de
que la rodilla afecta no debe caer hacia fuera al estar sentado.
En posición sedente se golpeará el suelo con los pies alternativamente y/o se
apretará la planta de los pies contra el suelo, también de forma alterna.
También en posición sedente se apretarán ambas rodillas una contra otra sin
ladearlas y cuidando de que no caiga una hoja de papel puesta entre ellas.
En bipedestación se irán suprimiendo progresivamente los apoyos de ambas manos
en las paralelas.
Movimientos de pelvis en bipedestación (juego con el centro de gravedad)
Estirar las piernas en su totalidad haciendo contracciones de ambos cuádriceps bien
de forma alterna o con los dos a la vez.
Movimientos de brazos conservando el equilibrio.
Posición de pie, avanzar un pie y volver a la posición con el mínimo apoyo posible
en paralelas, después se ejecutará el ejercicio con el otro miembro.
Posición de pie, retrasar los pies alternativamente y volver a la posición.
Ejecutar pasos laterales con ambas piernas volviendo a la posición.
Con ayuda de un cajón se pueden hacer diversos ejercicios como son:
Elevar la pierna afectada y volver a la posición cuidando de que no caiga la rodilla
hacia fuera al colocarla en el cajón; elevar la pierna sana y volver a la posición
cuidando de que la pierna enferma que recibe todo el apoyo, no falle;
subirse al cajón elevando primero la pierna afectada y estirando ambas rodillas al
llegar arriba y posterior vuelta a la posición bajando primero la pierna sana;
Es muy importante el uso del espejo desde el primer momento para ayudar a que el enfermo
corrija vicios y tome conciencia de la postura.
NOTA: esos ejercicios son sugerencias sobre como trabajar la bipedestación, existen otros
y el uso dependerá de las necesidades y objetivos a cumplir.
La marcha en el enfermo hemipléjico.
Una vez que los ejercicios de bipedestación se ejecutan de forma aceptable se puede
comenzar con el trabajo de marcha que primero se hará entre las barras paralelas apoyando
las manos y con ayuda por nuestra parte colocándonos del lado afectado; el enfermo tratará
de igualar los pasos y elevará la rodilla afectada en cada paso, cuidando de su posterior
bloqueo una vez que el pie toca el suelo.
Desde el primer momento se instará al paciente a que deseche de su marcha de segador y de
posturas viciadas para lo que usará el espejo.
El apoyo de las manos en las paralelas se irá disminuyendo progresivamente.
Al mismo tiempo que trabajamos sobre la marcha no debemos olvidar la reeducación
propia del pie que irá encaminada a impedir la deformación (vicios) y a restablecer el
equilibrio muscular. Principalmente, esta reeducación, se hará mediante posturas,
movimientos pasivos, trabajo activo y activo-ayudado, evitando principalmente el pie
equino y el arrastre de la puntera del zapato en la marcha.
El trabajo de apoyo y carga del pie se efectuará con ejercicios específicos siendo necesario
en ocasiones el uso de plantillas y ortesis de pie sobre todo a fin de evitar la caída del
antepié.
Los ejercicios de marcha específicos de pie más usados son:
Marcha Talamante.
Marcha sobre los bordes internos de los pies.
Marcha sobre una línea.
Marcha sobre líneas paralelas.
Marcha cruzando los pies alternativamente sobre una línea.
Estos ejercicios se pueden ejecutar hacia delante y hacia atrás.
Existen también ejercicios generales de marcha como son:
Marcha empujando silla.
Marcha con el lado afectado junto a una pared (para evitar la marcha de segador).
Marcha evitando obstáculos.
Marcha sobre un plano inclinado ascendiendo y descendiendo; en un principio se
avanzará el pie enfermo para que el sano se ponga a su nivel, pero después se pasará
a hacer marchar normal alternante.
Subida y bajada de escaleras: El proceso comenzará subiendo primero el pie enfermo
para después llevar el pie sano al mismo escalón y lo mismo para bajar, después se subirá y
bajará alternando los apoyos de pies, uno en cada escalón. Hay enfermos que aceptan mejor
que sea el pie sano el que comience el proceso de subida y bajada de escaleras.
El fin del trabajo de marcha es conseguir una autonomía de desplazamiento para el
enfermo, pero en ocasiones el hemipléjico queda dependiendo de un bastón para toda la
vida; unas veces la dependencia es real y otras tan sólo psicológica (miedos cervales a
caminar sin apoyo auxiliar).
El bastón o cualquier otro tipo de ayuda a la marcha tiene su misión cuando al enfermo se
le saca por primera vez de las paralelas, pero conforme progresa en su trabajo se irá
prescindiendo de él hasta conseguir una marcha lo más normal posible.
Los aparatos de ayuda a la marcha libre, fuera de las paralelas pueden ser:
Andadera: El paciente mantiene el equilibrio gracias al cuadro, pero Debe levantarlo
para avanzar.
Bastón inglés. - Tienen apoyo en antebrazo y mano. Algunos permiten soltarlos y
quedan sujetos por una abrazadera basculante al antebrazo.
Trípodes. - Bastón inglés terminado en tres tacos inferiores que dan un mayor
apoyo.
Bastón en T.- Es un bastón bajo, con apoyo de mano, poca estabilidad, y que sólo se
usa cuando el enfermo ya está muy avanzado en su trabajo de marcha.
La marcha con el bastón se hará adelantándolo antes o al mismo tiempo que la pierna
afectada, ya que es a ella a la que está ayudando en su función de tal manera que la
secuencia de marcha será: BASTÓN-MIEMBRO INFERIOR ENFERMO-MIEMBRO
INFERIOR SANO
El apoyo de la mano en el bastón debe estar a la altura de los trocánteres del enfermo para
que la función de ayuda sea la adecuada. Lógicamente el hemipléjico sólo podrá usar los
bastones con seguridad en el lado sano.
Electroterapia en la hemiplejía.
Galvanización:
La galvanización tiene su uso sobre todo en hemiplejías postraumáticas o postoperatorias;
aplicándose descendentemente al sistema nervioso central tiene una acción tranquilizante
sobre el tono muscular.
El ánodo se coloca sobre la frente y el cátodo en la región lumbar; la intensidad de
aplicación será entre 5 y 10, A- y la duración de cada sesión será aproximadamente de 30
minutos.
La superficie del ánodo será aproximadamente de 50 cm2 y la del cátodo del doble.
Es conveniente aplicar impulsoterapia después de la galvanización, con los mismos
electrodos, con una intensidad entre 15 y 20 mA. y durante aproximadamente 10 minutos.
Es posible combinar la galvanización con la hidroterapia mediante la bañera galvánica; la
intensidad, en este caso, variará conforme al tamaño del electrodo. La galvanización en
bañera se puede combinar con baños de burbujas de oxígeno mediante esterilla. La
temperatura del baño galvánico será entre 34 y 38 ºC, temperatura que permite una
relajación muscular y una disminución de la sensibilidad en baños de larga duración.
Es necesario que el inicio de la galvanización sea lento ya que de lo contrario pueden
aparecer fenómenos excitomotores en forma de sacudidas y contracturas musculares
dolorosas. Lo mismo puede suceder en el momento del cese de la aplicación si no se
disminuye la intensidad lentamente.
El mayor peligro del galvanismo en el hemipléjico es la posibilidad de quemaduras sobre
todo si existen alteraciones de la sensibilidad asociadas.
Faradización:
Las corrientes farádicas son empleadas en el enfermo hemipléjico con el propósito de
reforzar los músculos distendidos debido al aumento de tono de sus antagonistas y que por
regla general se trata de músculos denervados; también mediante la faradización se trabaja
sobre la propioceptividad.
La faradización se emplea generalmente para estimular la flexión dorsal del pie y la
extensión de la muñeca.
flexión dorsal de pie extensión de muñeca
el cátodo se coloca entre el tendón del El cátodo se colocará en el epicóndilo
músculo tibial anterior y el músculo externo del húmero
peroneo lateral largo por delante del
maléolo externo
El ánodo se coloca delante de la cabeza el ánodo a nivel dorsal de la muñeca antes
perineal cogiendo las inserciones de que el tendón del extensor común de los
proximales de ambos músculos dedos se ramifique.
La intensidad es variable y será aquella que consiga una ligera contracción
cada sesión será de 15 minutos cada sesión será de 10 minutos
Lesiones asociadas
La hemiplejia causa la parálisis de un hemicuerpo, lo que generalmente resulta en una
espasticidad, sin embargo, también cursa con otras patologías como lo son:
El hombro doloroso hemipléjico: es frecuente después de un ictus. Su aparición
conlleva además del dolor, una limitación para las actividades de la vida diaria, así
como para la participación en programas específicos de neurorrehabilitación. Todo
este conjunto determina un peor resultado funcional.
Pie caído
Dedos enroscados: Los dedos en garra, mazo o martillo son unas deformidades que
se producen en los dedos de los pies (excepto en el hallux o dedo gordo)
Hemianopsia y otros problemas visuales.
Disfagia
Afasia, la más común es la Afasia mixta o afasia motriz de Broca: donde se afecta la
expresión y de comprensión, por tanto, hay imposibilidad más o menos completa
para hablar y existe alteración para la comprensión verbal, de la lectura y de la
escritura. El enfermo no habla, no comprende, no puede escribir ni por si solo ni al
dictado, pero si puede copiar un texto.
Apraxia: Las apraxias aparecen siempre en el lado paralizado del paciente
hemipléjico y en bastantes ocasiones también se pueden observar para algunos actos
motores en el lado sano. Los trastornos apráxicos en el hemipléjico pueden afectar
también a los músculos de la cara existiendo entonces amimia.
Agnosia: Son alteraciones del reconocimiento de los objetos. La lesión se encuentra
en las áreas sensitivo-sensoriales secundarias o de asociación.
Neumonía: los pacientes de accidente cerebrovascular con disfagia accidentalmente
inhalan alimentos en los pulmones. Esto se denomina aspiraciones o, cuando el
paciente con accidente cerebrovascular no es consciente de ello, aspiraciones
silenciosas, las cuales pueden causar neumonía, que es la principal causa de
mortalidad atribuible a complicaciones médicas después del accidente
cerebrovascular.
Depresión, ansiedad, cambios de personalidad y problemas de identidad.
Hemianestesia: El enfermo queda incapacitado para sentir estimulaciones en el lado
paralizado y para la percepción del apoyo, lo que dificulta enormemente la
recuperación.
Trastornos de la imagen corporal: En ocasiones el enfermo hemipléjico “olvida” su
mitad del cuerpo paralizada; suele darse en lesiones del hemisferio derecho.
Dolor talámico: En algunas ocasiones, el enfermo hemipléjico, cursa con un cuadro
de dolor talámico que son dolores de tipo central que afectan al hemicuerpo
paralizado con una enorme sensibilidad a las menores irritaciones de la piel de ese
lado.
NOTA: Los centros de la palabra se encuentran en el hemisferio izquierdo cuando la
persona es diestra y en el hemisferio derecho cuando la persona es zurda siendo esta la
regla general.
Conformadas: construidas a partir de moldes obtenidos del paciente. Suelen ser de material
termoplástico. Son más cómodos, con menos peso y bien tolerados.
Ortesis tipo “rancho de los amigos”: si hay inestabilidad mediolateral se puede
añadir un refuerzo
Ortesis de pie: FO
La adaptación ortésica más simple es la incorporación de un alza de 10-15 mm en el
miembro sano, ya que evita la abducción del MI parético en caso de rigidez de rodilla con
escasa flexión activa.
Otros dispositivos útiles son:
correas en T: para varo-valgo, cuyo objetivo es contrarrestar el varo-valgo del
tobillo/pie.
cuñas internas o externas: bien aisladas o incorporadas a las ortesis. Contrarrestan
varo/valgo en pie.
Accesibilidad
Como la hemiplejia en un inicio de atraviesa una etapa de ictus, donde generalmente el
paciente este encamado se debe procurar prevenir ulceras por presión, por lo que es
necesario de movilizaciones, cambios de posición y en su defecto colchones, cojines anti-
escaras, acompañado de correctos cuidados para la piel.
En los casos de hemiplejia o hemiparesia, reforzar el lado dañado, y tratar de incluirlo en
todas las actividades de la vida diaria. Es frecuente tender a colocarse en el lado sano de la
persona afectada, cuando su necesidad de refuerzo y apoyo está, por el contrario, en su lado
afectado. Por eso, será conveniente:
Situar los estímulos en ese lado, y guiar su atención hacia ese lado para que vaya
poniendo en marcha estrategias compensatorias.
Integrar el lado afecto en el mayor número de actividades posibles, favoreciendo la
propiocepción del mismo. Con el fin de conseguir un correcto control postural, en
sedestación, colocar el brazo afecto encima de la mesa, garantizando si es posible el
apoyo palmar de la mano, antebrazo y codo.
Para favorecer la simetría corporal, es necesario también que los pies estén bien
apoyados y alineados en el suelo.
Para el vestido, es recomendable empezar por el lado afecto, mientras que para el
desvestido lo mejor es terminar por ese lado.
Tener presente que el lado afectado empeorará si no se le presta la atención adecuada.
Por otra parte, en materia de ayudas técnicas para restablecer la autonomía y permitir que el
paciente pueda realizar sus actividades de la vida diaria (esto ocurre generalmente en el
periodo espástico de la enfermedad) por lo que serán necesario adaptaciones en el hogar,
como, por ejemplo:
El establecimiento de asideras en algunas zonas de la casa, más específicamente en
el baño y cuarto.
En el baño, utilización de sillas o asientos para la bañera o ducha, la grifería en
forma de teléfono, esponjas con mango largo.
La grifería en general, lavamanos y lavaplatos debe ser de las alargadas y si existe
tomas de agua con calefacción deben estar identificadas para evitar quemaduras,
especialmente en aquellos que posean alteraciones de sensibilidad.
En ayudas para el vestido, el uso de pinzas para vestirse y desvestirse, así como
calzadores de medias y zapatos y descalzadores.
En casos de gran dependencia se recomiendan elevadores de inodoro
El mobiliario debe colocarse de forma ergonómica, a buenas alturas y debe prevenir
posturas inadecuadas (camas articuladas, sillas ergonómicas, mesas con altura
variable)
Podría necesitar de engrosadores para los utensilios de cocina, baño, limpieza y
cubiertos.
Importante los salva escaleras o elevadores, dado a su movilidad reducida.
Con respecto a su movilidad, el uso de bastones o sillas de ruedas, así como
asistencia en las transferencias con discos, cinturones e incluso grúas de
transferencia.
TRAUMATISMO CRÁNEO ENCEFÁLICO (TCE)
¿Qué es?
Los traumatismos de cráneo o craneoencefálicos son las lesiones físicas producidas sobre el
tejido cerebral que alteran de forma temporal o permanente la función cerebral, dicho con
otras palabras, se define como un proceso patológico en el que existe un síndrome clínico
caracterizado por pérdida de funciones cerebrales que pueden ser transitorias o
permanentes, además de múltiples y variables.
Esta definición incluye a todas aquellas causas externas que pueden provocar conmoción,
contusión, hemorragia o laceración del cerebro, cerebelo y tallo encefálico hasta el nivel de
la primera vértebra cervical.
Causas
El traumatismo craneoencefálico es causado por la aplicación de una fuerza mecánica
externa sobre el cráneo y su contenido, común es los siguientes casos:
Caídas (especialmente en adultos mayores y niños pequeños)
Accidentes automovilísticos y otras causas relacionadas con los medios de
transporte (p. ej., accidentes de bicicleta, colisiones con peatones)
Asaltos
Actividades deportivas (p. ej., conmociones cerebrales relacionadas con los
deportes)
Para conocimiento general:
La fuerza que se emplea en un traumatismo craneoencefálico puede ser dinámica o
inerciales, donde la causa de lesiones es por los mecanismos de aceleración-desaceleración,
produciendo lesiones focales (contusiones por el golpe y a distancia por el contragolpe) o
difusas (daño axonal difuso).
De igual forma, esta fuerza puede ser estática o por contacto directo (agresiones, caídas,
golpes, accidentes deportivos, etc.), donde las lesiones producidas son generalmente
focales.
Por otra parte, la afectación cerebral provocada por las fuerzas implicadas en un
traumatismo craneoencefálico se distingue según el mecanismo de producción y tiempo de
aparición, encontrándose el daño cerebral primario, secundario y terciario.
El daño primario: Consiste en las lesiones producidas por el propio traumatismo
y/o por las fuerzas de aceleración y desaceleración. Dichas lesiones son
escasamente modificables por la intervención terapéutica, siendo la prevención un
aspecto fundamental. Las lesiones vendrán determinadas por el lugar del impacto, la
dirección de la fuerza, la intensidad y la resistencia tisular
El daño cerebral secundario y terciario: Consiste en las lesiones producidas por
distintos factores: isquemia (hipotensión, hipoxia, alteración del flujo cerebral…),
alteraciones de la función celular (afectación de la permeabilidad de la membrana
celular) y alteraciones de las cascadas del metabolismo. Este daño cerebral
secundario se desarrolla en las horas siguientes al traumatismo y, a diferencia del
daño cerebral primario, puede ser reversible con un buen manejo terapéutico.
Manifestaciones clínicas
Las manifestaciones clínicas del TCE pueden ir desde la ausencia de síntomas o signos
exploratorios, que es lo más frecuente, hasta la aparición de síntomas guía que orientan
hacia la posible existencia de lesión intracraneal. Entre las manifestaciones que pueden
aparecer, destacan las siguientes:
Alteración del nivel de conciencia
La presencia o ausencia de este síntoma y su duración son factores pronósticos de la
gravedad del TCE. Una pérdida de conciencia supone per se, un traumatismo de intensidad
moderada/alta. La duración de la pérdida de conciencia es directamente proporcional a la
gravedad de la lesión intracraneal.
Amnesia postraumática
Es un síntoma relativamente frecuente que la mayor parte de las veces no determina la
existencia de lesión intracraneal, sin embargo, hay lesiones cerebrales que afectan a la
región temporal y pueden manifestarse con este síntoma. Por tanto, un TCE que presente
amnesia postraumática no debe considerarse como leve.
Vómitos
Es un síntoma bastante frecuente, ocurre hasta en un 11% de los TCE, sobre todo formando
parte de la reacción vagal que puede acontecer después de un TCE, sin que esto suponga la
presencia de lesión intracraneal. Sin embargo, los vómitos pueden ser un síntoma guía de
hipertensión intracraneal cuando son repetitivos, no se preceden de náuseas, (vómitos en
escopetazo) y/o si se acompañan de síntomas neurológicos.
Cefalea
La presencia de este síntoma de manera aislada no es indicativa de lesión intracraneal, pero
sí puede serlo si hay un empeoramiento progresivo y se acompaña de otras alteraciones
neurológicas.
Clasificación
Clasificación de la Traumatic Coma Data Bank (TCDB) para traumatismo
craneoencefálico, se basa en la TAC (tomografía axial computarizada) de cráneo, por lo
que se clasifica en:
Lesiones focales (hematomas, contusiones cerebrales y laceraciones): La
disfunción cerebral que provocan está determinada por su extensión y localización,
no obstante, estas generalmente suceden en torno a los lóbulos frontales (región
prefrontal) y polos temporales, dado a la cercanía del tejido cerebral y las
estructuras óseas craneales, por lo que los problemas más frecuentes serán de tipo
conductuales y de almacenamiento de nueva información. Además, de la presencia
de afasia, apraxia, agnosia, acalculia, etc.
Lesiones difusas: afectan fundamentalmente a la conectividad entre áreas
cerebrales y son responsables de síntomas como los problemas de atención y
concentración, o la disminución en velocidad de procesamiento de la información,
entre otros. Se subdividen en 4 sub-grupos: tipo I, tipo II, tipo III (swelling cerebral
o inflamación) y tipo IV (desplazamiento)
NOTA: esta clasificación la había conseguido como “según la afectación del SNC” ya que
describe como las consecuencias de esa lesión, no obstante, la verdadera clasificación es
según TCDB que se basa en el TAC, aunque esto es mas especifico para neurocirujanos o
neurólogos.
Por otra parte, en función de que la fuerza ejercida en el momento del traumatismo sea
capaz de romper el hueso craneal y exponer el tejido cerebral al exterior los
traumatismos se clasifican en:
Cerrados: en este tipo de traumatismos el hueso y la capa de protección que
protege el tejido cerebral permanecen intactos y NO existe exposición del cerebro.
El ejemplo clásico de estos TCE son las lesiones por aceleración-desaceleración que
se producen en los accidentes de tráfico.
Abiertos o penetrantes: en este tipo de Traumatismo Craneoencefálico se rompe la
capa de protección que envuelve al cerebro (Cráneo, cuero cabelludo, meninges) y
por tanto existe una exposición directa del tejido cerebral al exterior. El ejemplo
clásico de este tipo de TCE son las agresiones por arma de fuego.
De igual forma, se puede clasificar tomando en cuenta el nivel de consciencia en la escala
Glasgow (GCS), En función de esta escala diferenciamos:
TCE LEVES (GCS 14-15): En este tipo de traumatismos también conocidos como
“conmoción cerebral”, su mecanismo de producción es de baja energía, no presenta
amnesia postraumática, focalidad neurológica ni signos externos de sospecha de fractura
craneal. En el caso de aparecer síntomas, como pérdida de conciencia menor de 1 minuto/5
minutos, cefalea y/o vómitos, se tratará de un TCE leve, siempre que dichos síntomas
hayan sido inmediatos al traumatismo, leves y transitorios.
Aunque la mayoría de las personas que sufre un traumatismo craneoencefálico leve se
recuperan de forma completa en los días o semanas posteriores al traumatismo, un
porcentaje relativamente elevado de estos pacientes pueden presentar problemas
persistentes y limitantes que constituyen lo que conocemos como “síndrome post-
conmocional”.
TCE MODERADOS (GCS 13-9): Requieren realizar TAC y observación hospitalaria a
pesar de TAC normal. El periodo de pérdida de conocimiento es mayor a 30 minutos, pero
no sobrepasa un día y el periodo en el que el paciente que lo sufre tiene dificultades para
aprender información nueva es inferior a una semana, vómitos persistentes, cefalea
progresiva o letargia, amnesia o convulsión postraumática, traumatismo múltiple, impactos
por alta energía, accidentes de tráfico y/o caídas de alturas superiores a 2 metros.
TCE GRAVES (GCS < 9): se considera como TCE grave, aquel que presenta una
puntuación menor o igual a 8 en la escala de coma de Glasgow, presencia de herida
penetrante, lesiones sospechosas de fractura de la base del cráneo o déficit neurológico
establecido. En este tipo de traumatismos, el periodo de pérdida de conocimiento es mayor
a un día y/o el periodo en el que el paciente que lo sufre tiene dificultades para aprender
información nueva es mayor de una semana.
Atendiendo a esta clasificación, los TCE moderados y graves deberían ser trasladados en un
primer momento a centros hospitalarios en los que se disponga de servicio de neurocirugía,
mientras que los leves sólo serían remitidos a estos centros en caso de que presentaran TAC
seriados patológicos, fracturas de cráneo, heridas abiertas, o aquellos en los que la gravedad
de las lesiones extracraneales dificulte seriamente el seguimiento neurológico del paciente.
NOTA: creo que esta es la clasificación que pidió la loca, me costó sacar los síntomas, ya
que se basa en el nivel de conciencia.
Consecuencias clínicas
El objetivo de la atención urgente al TCE, independientemente de su gravedad, es evitar
lesiones cerebrales secundarias e identificar anomalías intracraneales que precisen cirugía
urgente. Las consecuencias del TCE dependen de su gravedad inicial y localización, así
como de las complicaciones que puedan surgir. En términos generales, las secuelas de un
TCE pueden afectar en mayor o menor grado a una o varias de las áreas siguientes:
Físicas, incluyendo discapacidad motora y/o sensitiva
Cognitivas, con inclusión de las alteraciones de memoria, atención y juicio
Conductuales, incluyendo las alteraciones emocionales y la conducta inadecuada
Comunicativas, con las alteraciones de expresión y comprensión del lenguaje
Afectación de esfínteres
Otras anomalías neurológicas como los signos neurológicos focales, la convulsión
y/o lesión intracraneal.
Escala de coma de Glasgow
La GSC evalúa tres tipos de respuesta de forma independiente: ocular, verbal y motora. Se
considera que un paciente está en coma cuando la puntuación resultante de la suma de las
distintas respuestas es inferior a 9. Dificultades a la hora de evaluar al paciente con este
método serían el edema de párpados, afasia, intubación, sedación, etc. En los niños el
American College of Emergency Physicians y la American Academy of Pediatrics, en 1998
llegaron al consenso de considerar una respuesta verbal completa el llanto tras ser
estimulado.
Escala de Glasgow
Apertura ocular Respuesta verbal Respuesta motora
Espontanea 4 pts. Orientada 5 pts. Obedece ordenes 6 pts.
A orden verbal 3 pts. Confusa 4 pts. Localiza dolor 5 pts.
Al dolor 2 pts. Palabras 3 pts. Retirada (al dolor) 4 pts.
inapropiadas
Ninguna 1 pts. Palabras 2 pts. Flexión (al dolor) 3 pts.
incompresibles
Ninguna 1 pts. Extensión (al dolor) 2 pts.
Ninguna 1 pts.
Realizar escala de Glasgow cada hora para ver pronóstico:
15 puntos: Excelente pronóstico.
13 – 15 puntos: Buen pronóstico.
9 – 12 puntos: TCE moderado que requiere permanencia en hospital. El paciente no
va a tener secuelas o a estas vas a ser mínimas.
8 puntos: Requiere permanencia en terapia intensiva, estar sedado y con ventilación
mecánica.
5 puntos: Solo el 1% se van a salvar.
3 puntos: Muerte cerebral.
Términos resaltantes:
Muerte cerebral: se caracteriza por: flacidez, Ausencia de respiración automática,
Arreflexia, Pupilas midriáticas y arreflécticas, Ojos fijos al movimiento de la cabeza. TC:
Cerebro totalmente edematizado. El diagnóstico se sospecha por la clínica y se confirma
con estudios radiológicos (sobre todo, TC).
Conmoción cerebral: Estado clínico neurológico secundario a TCE en el que hay pérdida
del conocimiento por tiempo corto (menor a 5 min.), no presenta signos de afección
neurológica a la exploración y no deja secuelas. Síndrome del boxeador: Desmielinización
posterior a TCE repetitivos y múltiples. Esto causa disartria, ataxia.
Contusión cerebral: Estado clínico neurológico secundario a TCE en el que hay pérdida
del conocimiento generalmente por tiempo largo (mayor a 5 min.) pero en el que al
momento de la exploración casi siempre presenta signos de afección neurológica y deja
secuelas mayores o menores dependiendo del grado de la lesión. El tejido cerebral se
lesiona. Existen hemorragias parenquimatosas y contusión hemorrágica.
Laceración cerebral: Estado clínico neurológico secundario a TCE en el que hay pérdida
del conocimiento por tiempo prolongado y una solución de continuidad en el cerebro que
generalmente es mortal. Deja secuelas incapacitantes severas.
Ageusia: es el término aplicado cuando existe la ausencia del sentido del gusto.
Astereognosia: es la imposibilidad de distinguir las formas de los objetos por el tacto, que
se da en ciertas afecciones neurológicas.
Bradilalia: es la lentitud anormal en la articulación de las palabras debido a una lesión
cerebral.
Amimia: es Incapacidad patológica de expresarse por gestos.
Bradiquinesia: es el trastorno del movimiento provocado por un aumento de la rigidez
muscular, causando lentitud motriz e incapacidad de realizar movimientos delicados
Enoftalmia: es la posición anormal del globo ocular, que se halla situado en la órbita más
profundamente que en estado normal.
Disartria: es un trastorno de la ejecución motora del habla. Los músculos de la boca, la
cara y el sistema respiratorio se pueden debilitar, moverse con lentitud o no moverse en
absoluto después de un derrame cerebral u otra lesión cerebral.
Disfagia: es la dificultad para tragar, significa que el proceso de mover los alimentos o los
líquidos de la boca al estómago requiere más tiempo y esfuerzo. La disfagia también puede
estar asociada a dolor.
Ptosis: la situación en la que el párpado superior desciende con respecto a la posición
normal o con respecto a la del otro ojo.
Miosis: es un término usado para la contracción de la pupila
Estupor: Estado de inconsciencia parcial en el que se requieren estímulos vigorosos para
inducir una respuesta (despertar al paciente)
Coma: es una situación de falta de respuesta de la que la persona afectada no puede
despertarse y en la que sus ojos permanecen cerrados incluso cuando es estimulada.
Incoercible: que no es posible detener o contener; se aplica especialmente a vómitos.
Síndrome post-conmocional: es un conjunto de síntomas que aparecen al tiempo de haber
sufrido un traumatismo craneoencefálico, se caracteriza por sensibilidad a ruidos y a la luz,
dolor de cabeza, reducción de velocidad de procesamiento, irritabilidad, fatiga, problemas
de concentración y memoria, cansancio, depresión y ansiedad.
Estos síntomas pueden explicarse por la presencia de alteraciones de neurotransmisores o
microlesiones difusas, estos desaparecen en poco tiempo, pero puede suceder que persistan
en forma de déficits neuroconductuales con ansiedad, síntomas depresivos y frustración
gasta un año después del traumatismo. Ante esta situación se debe realizar una evaluación
sobre los cambios, seguimiento y orientación para desarrollar estrategias adaptativas.