Excepcion de Prescrispcion
Excepcion de Prescrispcion
Excepcion de Prescrispcion
ESTUDIANTE:
CURSO:
DERECHO CIVIL
DOCENTE:
BENITO VALVERDE
CICLO: XI
PERU - 2021
EXCEPCION DE PRESCRIPCIÒN
La aceptación de una excepción de prescripción extintiva por parte del juez en
un proceso donde hay un demandante y un demandado implica el término del
mismo al haber finalizado el plazo para poder realizar la acción. Ello no es igual
en los casos donde existe una pluralidad de demandados, pues muchas veces
la excepción no aplica para todos y, por tanto, las consecuencias varían
dependiendo del sujeto.
La prescripción “es el fenómeno mediante el cual el ejercicio de un derecho se
adquiere o se extingue con el solo transcurso del tiempo de acuerdo a las
condiciones descritas en las normas que para cada situación se dicten bien sea
en materia adquisitiva o extintiva”.
Se interrumpe la prescripción por: 1. Citación con la demanda o por otro acto
con el que se notifica al deudor, aun cuando se haya acudido a un juez o
autoridad incompetente” (Art. 1996.3 C.C.)
PRESCRIPCIÓN EXTINTIVA
Por la prescripción extintiva el transcurso de un determinado plazo extingue la
acción que el sujeto tiene para exigir determinado derecho antes los tribunales.
Es decir, la prescripción extintiva extingue la acción, pero no el derecho
(artículo 19892 del Código Civil). La caducidad es una institución similar porque
también produce efectos extintivos a situaciones jurídicas por el transcurso del
tiempo. La diferencia principal entre ambas es que la caducidad extingue la
acción y también el derecho. Otra diferencia es que la prescripción sólo opera a
invocación de parte mediante excepción procesal, dado que el ordenamiento
jurídico ha vedado la posibilidad que sea de oficio (artículo 19924 del Código
Civil). Por ello, si el demandado no plantea esta excepción, el proceso no podrá
concluir por dicho motivo. Ello no ocurre con la caducidad, porque puede ser
declarada de oficio. En el ámbito procesal, existe otra diferencia importante: el
plazo de prescripción se interrumpe con la notificación de la demanda (inciso 4
del artículo 4386 del CPC); en cambio, para evitar la caducidad, basta con
presentar la demanda.
¿ES ÚTIL QUE EXISTAN AMBAS INSTITUCIONES EN VEZ DE UNA?
Extinguir la acción y no el derecho genera la siguiente consecuencia: si el
deudor paga una deuda prescrita, no tiene derecho a la restitución. En cambio,
si paga una deuda caduca, sí puede exigir la restitución. Sin embargo, son tan
raros e incluso inexistentes los casos de deudores que paguen deudas
prescritas, que parece inútil la existencia de ambas instituciones. Por otra parte,
creo que la interrupción de la prescripción debería darse también con la sola
presentación de la demanda: no tiene sentido que el demandante que presentó
su demanda a tiempo, pueda perder el caso por prescripción porque el Poder
Judicial se demoró en admitir y emplazar al demandado. No obstante, estas
cuestiones escapan a la finalidad de este trabajo que son las señaladas en la
introducción. Cabe advertir que las preguntas señaladas en la introducción no
son aplicables a la caducidad, porque esta puede ser declarada de oficio, por
ello este trabajo solo se ciñe a la prescripción extintiva.
En estos casos existe una sola pretensión e interés para obrar y la decisión a
recaer en el proceso afectará a los litisconsortes de manera uniforme, pero no
es indispensable emplazar a todos para que la cosa juzgada pueda vincularlos.
En otras palabras, se establece una relación procesal válida sin que en ella
participen todos los titulares de la relación material y los alcances de la cosa
juzgada afectarán a todos por igual, hayan o no intervenido en el proceso
Este tipo de litisconsorcio tiene las siguientes características:
• Es una excepción a la regla de los alcances subjetivos de la cosa juzgada.
• Tiene como sustento básico una autorización legal, puesto que es una norma
positiva la que determina la posibilidad de que se establezca una relación
procesal válida que no incluya a todos los titulares de la relación sustancial.
• Aquellos litisconsortes que no hayan sido emplazados podrán intervenir
voluntariamente en el proceso en cualquier momento previo a la sentencia
definitiva, convirtiéndose en partes.
La pretensión de impugnación de acuerdos societarios regulada en el artículo
143 de la Ley General de Sociedades peruana, es un supuesto de litisconsorcio
cuasinecesario.
Sin embargo, dicha acción está sujeta a plazos de caducidad y no de
prescripción. No obstante, en los casos de litisconsorcio cuasinecesario
provenientes de acciones que sí estuviesen sujetas a plazos de prescripción, al
igual que los casos de litisconsorcio necesario, la excepción de prescripción
planteada por un litisconsorte debería favorecer a los demás que no la
plantearon. Ello, en la medida que los litisconsortes cuasi necesarios
conforman una misma relación material y tienen un interés común en el
proceso (por ejemplo, los accionistas que pretenden la nulidad de un acuerdo
societario). No tendría sentido que la prescripción libere a un solo accionista o
asociado, dado que es necesario que la sentencia vincule a todos (si no hay
prescripción) o simplemente que no exista sentencia por efecto de la
prescripción. No puede haber una sentencia que anule un acuerdo societario y
que sólo sea oponible a los accionistas que no plantearon la excepción de
prescripción. La sentencia debe vincularlos a todos, por ello, la prescripción
también.
Para León Barandiaran “Son excepciones comunes, por ejemplo, la falta o
ilegitimidad del objeto, el vicio de consentimiento de parte de todos los
deudores, la lesión, la nulidad absoluta. Igualmente, asumen tal carácter, el
pago, la remisión, la novación, la prescripción. (…) Son excepciones
personales, por ejemplo, los vicios de la voluntad de un deudor determinado; su
incapacidad para obligarse en general; las nulidades relativas; y el plazo o la
condición estipulados en beneficio de un deudor.”
Queda claro entonces que, de acuerdo al artículo 1192 del Código Civil, la
excepción de prescripción es una defensa común de los deudores solidarios.
Es decir, la norma citada señala lo que un deudor solidario puede plantear para
defenderse frente a la demanda del acreedor. Como lo señala Ferrero “En la
solidaridad pasiva: demandado uno de los deudores solidarios sólo podrá
oponerle al acreedor demandante aquellos hechos impeditivos, modificativos o
extintivos comunes a todos los codeudores.
Así por ejemplo: (…) hechos extintivos tales como el pago (…) la prescripción,
etc.” Sin embargo, la norma en comentario sólo señala que ambos deudores
“pueden” plantear la excepción de prescripción por ser una defensa común, es
decir, una defensa que ambos están en facultad de deducirla. Pero dicha
norma no resuelve la interrogante referida a si el deudor que no formuló la
excepción de prescripción puede verse beneficiado por la excepción de
prescripción planteada por el otro deudor solidario demandado.
La respuesta a esta interrogante podría estar en el artículo 1198 del Código
Civil que señala lo siguiente: “Artículo 1198.- La renuncia a la prescripción por
uno de los codeudores solidarios no surte efecto respecto de los demás. El
deudor que hubiese renunciado a la prescripción, no puede repetir contra los
codeudores liberados por prescripción (…)” Es decir, puede darse el caso de
un deudor solidario que se libere por prescripción y otro que no, por haber
renunciado a la misma. De acuerdo al artículo 1991 del Código Civil dicha
renuncia puede ser expresa o tácita: “Artículo 1991.- Puede renunciarse
expresa o tácitamente a la prescripción ya ganada.
Se entiende que hay renuncia tácita cuando resulta de la ejecución de un acto
incompatible con la voluntad de favorecerse con la prescripción.” ¿La no
deducción, deducción tardía o por cualquier otra razón, la deducción ineficaz de
la excepción procesal de prescripción constituye una renuncia tácita a la
misma? Según reiterada jurisprudencia de la Corte Suprema, sí es una
renuncia tácita a la prescripción. Sin embargo, comentando la citada norma,
Ariano señala que “dado que nuestra actual regulación procesal ha hecho caer
a la excepción de prescripción (artículo 446 inc. 12 CPC) dentro de su feroz
régimen de preclusiones, su no alegación en el momento previsto por la ley
procesal no creo que responda siempre a una real voluntad abdicativa del
prescribiente y más bien puede constituir una impuesta (y del todo
contraproducente) forma de volver inoperante al fenómeno prescriptorio mismo
(…)”. No obstante, dicha autora reconoce que la no alegación de la
prescripción en juicio “es por lo común indicado como uno de los tradicionales
supuestos de renuncia tácita”. Asumiendo que la no deducción o la deducción
ineficaz de la excepción de prescripción es un supuesto de renuncia tácita a la
misma, entonces de acuerdo al artículo 1198 del Código Civil, la excepción de
prescripción deducida por uno de los deudores solidarios no beneficia al que no
la dedujo, porque dicha norma señala que el deudor solidario renunciante no se
ve favorecido por los deudores que se liberaron por prescripción (liberación que
sólo puede ocurrir en un proceso cuando se plantea dicha excepción). En
efecto, la norma en mención señala que el deudor renunciante “no puede
repetir” contra los deudores liberados, lo cual sólo puede significar una cosa:
que el deudor renunciante fue obligado a pagar, hecho que implica que no fue
favorecido por la excepción planteada por los otros deudores que sí fueron
liberados. Este criterio es definido por Messineo de la siguiente manera: “(…) la
renuncia a la prescripción hecha por uno de los codeudores solidarios no opera
en daño de los otros, y el codeudor que haya renunciado no tiene repetición
frente a los otros codeudores que hayan sido liberados por efecto de la
prescripción.” Queda claro entonces que, asumiendo –según reiterada
jurisprudencia de la Corte Suprema– que la no deducción de la excepción de
prescripción sea un supuesto de renuncia tácita a la misma, bajo lo dispuesto
en el artículo 1198º, la deducción oportuna de dicha excepción por parte de un
deudor solidario, no favorece aquel deudor solidario que no la dedujo.
INTERRUPCIÓN DE LA PRESCRIPCIÓN
De acuerdo con el artículo 1996 del CC:
Se interrumpe la prescripción por:
1. Reconocimiento de la obligación.
2. Intimación para constituir en mora al deudor.
3. Citación con la demanda o por otro acto con el que se
notifique al deudor, aun cuando se haya acudido a un juez
o autoridad incompetente.
4. Oponer judicialmente la compensación.
La interrupción se da cuando el derecho, luego de un periodo de inercia de
parte de su titular, viene nuevamente ejercitado. Inicia, así, a correr un nuevo
periodo de prescripción sin tener en cuenta a fines del cómputo, el tiempo
precedente. Como señalaba Hinestrosa:
“El decurso del término de la prescripción puede verse afectado por el
advenimiento de un hecho incompatible con la causa y la función de la
prescripción; delante de tal circunstancia y en mérito de ella, el tiempo corrido
se borra…”, lo que implica el cómputo de un nuevo término (“borrón y cuenta
nueva”). (Barchi Velaochaga, 2014, p. 91)
Así por ejemplo en materia de derechos reales se interrumpe el término de
la prescripción adquisitiva de dominio según el art. 953 del CC:
Si el poseedor pierde la posesión o es privado de ella, pero cesa ese efecto si
la recupera antes de un año o si por sentencia se le restituye.
Esto quiere decir, prima facie, que aquel poseedor de mala fe que quiera
adquirir un bien inmueble vía prescripción adquisitiva de dominio, en el cual
venga permaneciendo 8 años y solo le falten dos para adquirir la propiedad,
pierda la posesión o sea privado de ella, deberá esperar el cómputo de un
nuevo término de 10 años.
La interrupción, que deja sin efecto todo el plazo transcurrido hasta el
momento en que se produce el acto interruptivo, exige que comience a
contarse nuevamente el plazo si se desea obtener la prescripción liberatoria.
(Moisset de Espanés, 1985, p. 9)
En el caso del artículo 1996, el reconocimiento de la obligación (art. 1205 del
CC), la intimación en mora al deudor (art. 1333 del CC), la citación con la
demanda (arts. 430, 438 inc. 4 del Código Procesal Civil, en adelante CPC), la
oposición judicial de la compensación como contestación (442 CPC) o
reconvención (445 CPC) interrumpen la prescripción.
PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN
De acuerdo con el artículo 2001 del CC:
Prescriben, salvo disposición diversa de la ley:
1. A los diez años, la acción personal, la acción real, la que nace de una
ejecutoria y la de nulidad del acto jurídico.
2. A los siete años, la acción de daños y perjuicios derivados para las partes de
la violación de un acto simulado.
3. A los tres años, la acción para el pago de remuneraciones por servicios
prestados como consecuencia de vínculo no laboral.
4. A los dos años, la acción de anulabilidad, la acción revocatoria, la acción
indemnizatoria por responsabilidad extracontractual y la que corresponda
contra los representantes de incapaces derivadas del ejercicio del cargo.
5. A los quince años, la acción que proviene de pensión alimenticia.
En lo que respecta a la prescripción extintiva, el artículo 2001 del Código
Nacional establece, en sus cuatro incisos, los plazos generales de prescripción.
Sin embargo, el propio Código, más allá de los plazos generales contenidos en
el artículo 2001, también regula en otras dos normas, los artículos 432 y 1274,
dos casos adicionales de plazos prescriptorios. (Osterling Parodi y Castillo
Freyre, 2004, p. 269)
Así tenemos plazos generales relacionados a los derechos obligacionales,
derechos reales, los que nacen de una ejecutoria, del acto jurídico,
responsabilidad extracontractual, derecho de familia, etc.