Esquema Resumen 7
Esquema Resumen 7
Esquema Resumen 7
La motivación de los actos que pongan fin a los procedimientos selectivos y de concurrencia competitiva se
realizará de conformidad con lo que dispongan las normas que regulen sus convocatorias, debiendo, en
todo caso, quedar acreditados en el procedimiento los fundamentos de la resolución que se adopte.
Sobre la forma de los actos administrativos, la Ley contempla que se producirán por escrito a través de
medios electrónicos, a menos que su naturaleza exija otra forma más adecuada de expresión y constancia.
Cuando deba dictarse una serie de actos administrativos de la misma naturaleza, tales como
nombramientos, concesiones o licencias, podrán refundirse en un único acto, acordado por el órgano
competente, que especificará las personas u otras circunstancias que individualicen los efectos del acto para
cada interesado.
Por otro lado, un acto eficaz puede dejar de producir efectos por resultar anulado o suspendido y un acto
válido puede no ser eficaz, esto ocurrirá en los casos en que su eficacia se supedite a un término o
condición o, como hemos indicado, a su aprobación, notificación o publicación.
Notificación.
Una vez resuelto el acto, se procede a su notificación, esta deberá cursarse en el plazo de 10 días a partir de
la fecha en que el acto haya sido dictado y contendrá el texto íntegro de la resolución, indicando si pone fin
o no a la vía administrativa, la expresión de los recursos que procedan, en su caso, en vía administrativa y
judicial, el órgano ante el que tuvieran que presentarse y el plazo para interponerlos, sin perjuicio de que
los interesados puedan ejercitar, en su caso, cualquier otro que estimen procedente.
Se entenderá cumplida la obligación de notificar dentro del plazo máximo de duración de los
procedimientos con la notificación que contenga, el texto íntegro de la resolución, así como el intento de
notificación debidamente acreditado.
Publicación.
Los actos administrativos, tal y como señala el art. 45 serán objeto de publicación y, por lo tanto, de
notificación en los siguientes casos:
o Cuando el destinatario del acto sea una pluralidad indeterminada de personas, o la Administración
considere que la notificación a un solo interesado es insuficiente para garantizar la notificación a
todos; en este último caso, la publicación será adicional a la notificación que se realice de manera
individual.
o Cuando se trate de actos integrantes de un procedimiento selectivo o de concurrencia competitiva.
En este caso, la convocatoria del procedimiento deberá indicar el medio en el que se efectuarán las
sucesivas publicaciones.
En cuanto a la publicación de los actos y comunicaciones que, por disposición legal o reglamentaria, deba
practicarse en el tablón de anuncios o edictos, se entenderá cumplida con su aparición en el diario oficial
correspondiente.
Las Administraciones Públicas disponen de una serie de facultades que les permiten movilizar a sus
autoridades para forzar el cumplimiento del acto, esta facultad se conoce como autotutela ejecutiva.
Por tanto, cuando exista un acto administrativo válido y eficaz que establezca una obligación, siempre que
no concurran las circunstancias anteriores y el obligado se niegue a cumplirla, la Administración contará con
los siguientes medios de ejecución forzosa:
o Apremio sobre el patrimonio.
o Ejecución subsidiaria.
o Multa coercitiva.
o Compulsión sobre las personas.
En todo caso se deberá respetar el principio de proporcionalidad, sin que se pueda acceder a lugares
inviolables, como el domicilio, sin permiso del titular o autorización judicial.
SUSPENSIÓN DE LA EJECUCIÓN.
El artículo 108 de la LPACAP señala que para suspender la ejecución del acto, este debe ser susceptible de
causar perjuicios de imposible o difícil reparación y la norma general es que la interposición de un recurso
no suspende la ejecución del acto impugnado, aunque se establecen dos excepciones:
o Que la ley disponga lo contrario.
o Que el órgano que deba resolver el recurso suspenda la ejecución del acto de oficio o a solicitud del
recurrente. Para ello es necesario:
Que el órgano realice una ponderación razonada entre el perjuicio que la suspensión
causará a terceros y al orden público y el ocasionado al recurrente.
De nuevo, que los perjuicios derivados de la ejecución sean de imposible o difícil
reparación.
que la impugnación se fundamente en causas de nulidad.
En el caso de que se acuerde la suspensión, esta podrá acompañarse de medidas cautelares. De hecho,
cuando de ella se puedan derivar perjuicios se exige que el interesado preste caución o garantía.
Por último, cabe señalar que la suspensión puede extenderse hasta la presentación del recurso contencioso-
administrativo siempre que lo solicite el interesado.
NULIDAD Y ANULABILIDAD.
Los artículos del 47 al 52 de la LPACAP, establece las diferencias entre la nulidad y la anulabilidad de los
actos de las Administraciones Públicas.
La nulidad se caracteriza por representar la falta de algún elemento esencial, sin embargo la anulabilidad
señala aquella situación en que el defecto del acto administrativo no esencial. Por un lado, cuando un acto
es nulo de pleno derecho es porque, desde el principio, no tiene validez y, por lo tanto, tampoco tiene
ningún efecto jurídico por la falta de alguno de los requisitos esenciales, como puede ser el consentimiento.
Por otro lado, un acto es anulable cuando tiene un vicio que lo invalida; por lo tanto, aunque se cumplan
todos los requisitos esenciales para realizarlo, existe una irregularidad, como puede ser un error en la forma
o una serie de amenazas contra la firma de ese acto, que lo anula. Se trata de errores que se pueden
reparar, por lo que, a diferencia de los actos nulos, los actos anulables, una vez subsanado el vicio, sí
podrían producir efectos.
No obstante, el defecto de forma solo determinará la anulabilidad cuando el acto no cuente con los
requisitos formales que son indispensables para alcanzar su fin o dé lugar a la indefensión de los
interesados.
Por otro lado, el hecho de realizar actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas solo
implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la naturaleza del término o plazo.
Por último, los efectos de la nulidad deben entenderse referidos al momento que se dicto el acto y rigen
para todos; mientras que los efectos de la anulabilidad deben entenderse referidos al momento en que se
impugna el acto, y rigen sobre las personas que lo hayan impugnado.
Revisión de oficio de las disposiciones administrativas nulas. Su revisión es igual que la de los actos
administrativos, excepto en:
El procedimiento de inicio de la revisión no puede ser impulsado a instancia del interesado.
El fundamento de la nulidad se amplía a todo el artículo 47 de la Ley.
En este tipo de procedimientos, el silencio administrativo producirá la caducidad, cuando se inicie de oficio,
o la desestimación cuando se inicie a solicitud del interesado.
Agotada la vía administrativa, nada impide al interesado acudir a la vía judicial para lograr la impugnación
del acto. El interesado deberá promover el correspondiente recurso contencioso-administrativo.