Adoración Eucarística Con Jóvenes

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Adoración Eucarística con

jóvenes
Exposición del Santísimo. (de rodillas)

Canción para exponer.

L/-¡Viva Jesús Sacramentado!


R/-¡Viva y de todos sea amado!

Un minuto de silencio - Canción.

CANCIÓN: NO ADORÉIS A NADIE

No adoréis a nadie,
a nadie más que a Él.
No adoréis a nadie,
a nadie más que a Él.
No adoréis a nadie, a nadie más.
No adoréis a nadie, a nadie más.
No adoréis a nadie, a nadie más que a Él.

UN LECTOR (sale a leer): (Los demás de rodillas)


Estamos ante Ti, para alabarte, bendecirte y adorarte, Tú nos has
llamado, Señor, y hemos respondido a esta llamada. Ayúdanos a
apartarnos de todo lo que nos separa de Ti. Que el tiempo que estemos
aquí sea totalmente tuyo. Entra en nuestro corazón, habita en él. Danos
tu luz para que podamos alejarnos de las tinieblas y sepamos dónde está
el bien. ¡Ven Señor! ¡Ven a nuestro corazón! ¡Que no nos separemos
nunca de Ti!

Canción.

(De pie)

LECTURA A DOS COROS.

L.- Te adoramos como a nuestro Dios.


R. Te obedecemos como a nuestro Señor.
L.- Te amamos como nuestro Padre.
R.- Te pedimos como a nuestro Dador.
L.- Te damos gracias como a nuestro Bienhechor.
R.- Te amamos porque eres bueno.
L.- Jesús,
R.- míranos.
L.- Jesús,
R.- háblanos.
L.- Jesús,
R.- escúchanos.
L.- Jesús,
R.- guíanos.
L.- Jesús,
R.- perdónanos.
L.- Jesús,
R.- ámanos.
L.- Jesús,
R.- conviértenos.
L.- Aquí tienes mi cabeza
R.- para conocerte
L.- Aquí tienes mi lengua
R.- para alabarte
L.- Aquí tienes mis manos
R.- para servirte
L.- Aquí tienes mis rodillas
R.- para adorarte
L.- Aquí tienes mis pies
R.- para seguirte
L.- Aquí tienes mi corazón
R.- para amarte.

(sentados)
Puntos breves de meditación.

(De rodillas)
Silencio. Canción.

(Todos juntos)
Yo creo, adoro, espero y te amo. Y te pido perdón por los que no creen,
no esperan, no adoran y no te aman.

A veces, aunque queremos ser buenos, ofendemos a Dios. Ahora vamos


a pensar cada uno en qué le hemos podido ofender y le pedimos perdón
en el silencio de nuestro corazón. Dios nos ama y nos perdona cuando
estamos arrepentidos y pedimos su Misericordia.

Creo, Dios mío, que estoy en tu presencia,


que me amas y escuchas mi oración.
Tú eres grande y santo, yo te adoro.
Tú me lo has dado todo, yo te doy gracias.
Te he ofendido con mis malas acciones,
yo te pido perdón de todo corazón.
Tú eres muy bueno, yo te pido que me ayudes
para ser cada día mejor. Amén.

CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS

(el sacerdote)
(Todos de rodillas)
“Señor Jesucristo, hermano, amigo y Redentor del hombre, mira con
amor a los jóvenes aquí reunidos, y abre para ellos la fuente eterna de tu
misericordia que mana de tu Corazón abierto en la Cruz. Dóciles a tu
llamada, han venido para estar contigo y adorarte. Con ardiente plegaria,
los consagro a tu Corazón para que, arraigados y edificados en Ti, sean
siempre tuyos, en la vida y en la muerte. ¡Que jamás se aparten de ti!
Otórgales un corazón semejante al tuyo, manso y humilde, para que
escuchen siempre tu voz y tus mandatos, cumplan tu voluntad y sean en
medio del mundo alabanza de tu gloria, de modo que los hombres,
contemplando sus obras, den gloria al Padre, con quien vives feliz para
siempre en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
Amén”. (Benedicto XVI. JMJ.2011)

Reserva del Santísimo. Canción.

(De pie)
Canción a la Virgen.

Tres reglas
1. Silencio. No recites mecánicamente las oraciones o revises en
silencio el estrés de tu vida. Mantén un silencio y una calma en tu
exterior e interior.
2. Atención. No es una mera hora de lectura; leer debería ser un
punto de entrada a la oración.
3. Buena disposición. Siéntate, ponte de pie o arrodíllate, pero con
respeto. Consejo rápido: si sientes somnolencia, ¡ponte de pie!
Minuto a minuto
No hay una única forma de hacer una hora santa. La siguiente
estructura podría ayudarte si te pierdes durante la hora, pero tienes
libertad para reconfigurarla como mejor se adapte a tus necesidades.
:00-:05 – Inicio 
Primeros 5 minutos: Pide al Espíritu Santo que te ayude, luego haz
actos de fe, esperanza y caridad. Di a Dios cómo crees, confías y sientes
amor por Él. Pide más fe, esperanza y amor.
Consejo rápido: Hay estupendas oraciones al Espíritu Santo y Actos
de Fe, Esperanza y Amor en el Compendio.
:05-:15 – Adoración
Próximos 10 minutos: Adora a Dios. Él sostiene el universo como
una semilla en la palma de su mano. Él es todopoderoso, todo bondad,
más hermoso de lo que podemos imaginar y más real que las pequeñas
cosas que percibimos tan fácilmente. Imagina a Cristo sentado a tu
lado.
Y dile: “Oh Dios mío, adoro tu divina grandeza desde la profundidad de
mi pequeñez; eres tan grande y yo tan pequeño”; o reza el Gloria Patri.
Repite cuantas veces creas necesario.
Consejo rápido: Prueba el Te Deum que está en el Compendio. Otras
ayudas de la Escritura para la adoración: Éxodo 33,18-23; Cantar de
los cantares 2,8-17; Mateo 2,1-11; Juan 1,1-18; Colosenses 1,15-20;
Filipenses 2,6-11.
:15-:25 – Contrición
Próximos 10 minutos: Ofrece reparación. Lo que salva no es tu
amor por Dios, sino Su amor por ti. Examina tu conciencia. Ofrece
reparación por los pecados del mundo. Reza: “Oh Jesús mío, lo siento
mucho. Perdóname”. (Imagina a Jesús en la cruz; besa cada llaga).
Consejo rápido: Escrituras para contrición: 1 Corintios 13,4-7;
Colosenses 3,5-10; 1 Timoteo 1,12-17; Santiago 3,2-12; 1 Juan 1,5 y
2,6; Salmos penitenciales: 6, 32, 38, 51, 102, 130, 142.
:25-:40 – Meditación
Próximos 15 minutos: Contempla la acción de Dios. Quizás quieras
rezar meditativamente las Estaciones de la Cruz o un Rosario. O
también:
Meditación de la Escritura. Lee un pasaje breve del Evangelio.
Imagina la escena. Fíjate en las reacciones de Cristo. Piensa en tres
formas en que ese pasaje se pueda aplicar a tu propia vida. Medita
sobre cada línea.
Meditación doctrinal. Lee pasajes de la Escritura o del Catequismo que
se apliquen a una doctrina de la Iglesia. Valora el plan de Dios y
encuentra formas en que se aplique a ti. (Quizás: domingo,
Resurrección; lunes, Encarnación; martes, Misericordia/Confesión;
miércoles, Espíritu Santo; jueves, Eucaristía; viernes, Pasión; sábado,
María).
Meditación vital. Observa tu propia vida profundizando en tu examen
de conciencia. ¿En qué tipo de orgullo sueles caer más? Egoísmo
(valorarte a ti por encima de todo), Vanidad (valorar por encima de
todo las opiniones de los demás), Sensualidad (valorar primero la
comodidad). Reza por las virtudes opuestas: Caridad (servir primero a
los demás), Fidelidad (poner primero la opinión de Cristo), Disciplina
(aceptar tus cruces).
:40-:50 – Acción de gracias
Próximos 10 minutos: Expresa gratitud por todos los dones de
Dios. No te creó solamente a ti, sino que sostiene tu existencia por
amor en cada momento.
Agradécele literalmente todo y sé específico: comida, techo, ropa,
salud, familia, amigos, maestros, colegas de trabajo y, sobre todo, los
dones espirituales: fe, esperanza, amor, este momento de oración, la fe
católica, los discípulos que te llegaron.
Da gracias a Dios por las respuestas a la oración. Agradécele las cruces.
Agradécele haberte creado y preocuparse tanto por ti que murió por ti.
Consejo rápido: Escrituras para agradecimiento: Génesis 1; Génesis
8,15-22; Job 1,13-22; Daniel 3,46 ss.; Mateo 6,25-34; Lucas 17,11-19;
Salmos: 8, 65, 66, 100, 111.
:50-:55 – Petición a Dios
Próximos 5 minutos: Pide a Dios por tus necesidades y las de otros.
Él es el rey del universo. Él lo controla todo, incluso cuando no resulta
tan obvio. Reza por la Iglesia, por las intenciones del Papa, por aquellos
que sufren, por los sacerdotes y obispos, por los religiosos y religiosas,
por las vocaciones, por tu país, por tu familia, por lo que más necesites
en tu vida espiritual. Reza por la paz y la protección de la institución de
la familia. Reza por quienes te han pedido oraciones.
:55-1:00
Finales 5 minutos: Haz una resolución de actuar a la luz del Espíritu
Santo que has recibido: algo realizable y comprobable.
Pide a la Santa Madre que te ayude, quizás con oraciones marianas del
Compendio.
La dinámica puede concluir con la canción "Coplas de Yaraví". Señor, que nuestra vida sea
como una quena simple y recta para que tú puedas tocarla, tocarla con tu música. Señor, que
nuestra vida sea semilla suelta por el aire para que tú puedas sembrarla, sembrarla donde
quieras. Señor que nuestra vida sea arcilla blanda entre tus manos para que tú puedas
formarla, formarla a tu manera. Señor, que nuestra vida sea leñita humilde y siempre seca
para que tú puedas quemarla, quemarla para el pobre.

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