ZamoraPedrazaGregoria-Abril2017 Cercas Vivas
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TESIS
PRESENTA:
Comité tutorial:
Dr. Juan Carlos López Acosta
Dr. Noé Velázquez Rosas
Dr. Sergio Avendaño Reyes
1
DECLARATORIA
El contenido del trabajo de tesis titulado "Caracterización de la flora y manejo de cercos vivos
asociados a cinco ecosistemas del estado de Veracruz" fue realizado por la Biol. Gregoria
Zamora Pedraza, como parte de sus estudios de maestría en el Posgrado en Ecología Tropical,
del Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana (CITRO-UV), bajo la
dirección del Dr. Juan Carlos López Acosta. Para tal efecto contó con el apoyo de una beca
otorgada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), mediante su Programa
Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), con el número de becario: 385303 y CVU: 610678.
Los resultados presentados en esta tesis son originales, por lo que no se han utilizado con
anterioridad para obtener grado académico alguno, ni deberán ser utilizados en el futuro con
este fin.
Derechos de autor
Abril 2017
2
ACTA DE APROBACIÓN DE TESIS
Tutor-Director
SINODALES
Presidente
Secretario
Vocal
3
AGRADECIMIENTOS
Al Conacyt por el apoyo recibido durante la realización de mis estudios de posgrado, a través
de la beca Nacional 385303.
A los miembros del comité tutorial: Dr. Noé Velázquez Rosas y Dr. Sergio Avendaño Reyes
por enriquecer esta tesis con sus comentarios, sugerencias y asesorías.
A los miembros del jurado: Dr. Armando Aguirre Jaimes, Dra. Maite Lascurain Rangel y Odilón
Sánchez Sánchez por su aportación al mejoramiento de esta investigación.
4
ÍNDICE GENERAL
RESUMEN 9
1. INTRODUCCIÓN 10
2. ANTECEDENTES 12
2.1 Heterogeneidad de ecosistemas del Estado de Veracruz 12
2.2 Elementos de paisajes antropogénicos y su capacidad para
retener biodiversidad 14
2.3 Los cercos vivos y su importancia biológica 17
2.4 Estudios de los cercos vivos 19
3. JUSTIFICACIÓN 22
4. OBJETIVOS 22
4.1 General 22
4.2 Particulares 22
5. MÉTODO 23
5.1 Selección y ubicación de los sitios de muestreo 23
5.1.1 Los Tuxtlas 23
5.1.2 Actopan-Naolinco 23
5.1.3 Tlalnelhuayocan-Banderilla 24
5.1.4 Las Vigas de Ramírez 24
5.1.5 Perote 24
5.2 Análisis de vegetación asociada a los cercos vivos 24
5.3 Colecta de material botánico 25
5.4 Entrevistas estructuradas 25
5.5 Análisis de datos 25
5.5.1 Caracterización de la vegetación 25
5.5.2 Esfuerzo de muestreo 25
5.5.3 Diversidad alfa (α) 26
5.5.4 Índice de valor de importancia (IVI) 26
5.5.5 Diversidad beta (β) 28
5.5.6 Contraste de composición de especies 28
5.5.7 Síndromes de dispersión, hábitos de crecimiento,
usos y origen de las plantas 28
5.5.8 Manejo y uso de los cercos vivos 29
5.5.9 Clasificación de los cercos vivos 29
6. RESULTADOS 30
6.1 Caracterización florística de los cercos vivos 30
6.2 Validación de muestreo 31
6.3 Diversidad alfa (α) 32
6.4 Índice de Valor de Importancia (IVI) 35
6.4.1 Cercos asociados al bosque tropical perennifolio 35
6.4.2 Cercos asociados al bosque tropical caducifolio 37
5
6.4.3 Cercos asociados al bosque mesófilo de montaña 39
6.4.4 Cercos asociados al bosque de pino-encino 41
6.4.5 Cercos asociados al bosque de pino 43
6.5 Diversidad beta (β) 45
6.6 Comparación de la composición de especies entre
los estratos 46
6.7 Síndromes de dispersión de las semillas 47
6.8 Hábitos de crecimiento de la vegetación 47
6.9 Origen de las plantas (nativas e introducidas) 48
6.10 Usos de las plantas 50
6.11 Manejo y uso de los cercos vivos 51
6.12 Clasificación de los cercos vivos 55
7. DISCUSIÓN 56
7.1 Análisis de diversidad y composición de las especies en cercos 56
7.2 Análisis de los síndromes de dispersión y hábitos de
crecimientos de la vegetación 61
7.3 Manejo, estructura y uso de flora 63
8. CONCLUSIONES 73
9. RECOMENDACIONES 74
10. BIBLIOGRAFÍA 75
11. ANEXOS 88
6
ÍNDICE DE FIGURAS
7
ÍNDICE DE CUADROS
8
RESUMEN
9
1. INTRODUCCIÓN
Algunos estudios documentan que los cercos vivos poseen un gran valor desde una
perspectiva ecológica: mantienen la biodiversidad, influyen en los patrones de movimiento
de animales, funcionan como corredores biológicos y aumentan la persistencia de especies
(Harvey et al., 2005; Chacón y Harvey, 2006). También ayudan a incrementar la productividad
y diversificación de productos en fincas ganaderas, sirven como fuente de forraje, leña,
madera y frutos (Harvey, 2003; Tobar-López e Ibrahim, 2010). Sin embargo, los cercos son
10
sometidos a diferentes condiciones ambientales y de manejo local, por ello variarán en
estructura y composición de especies arbóreas entre los paisajes y parcelas (Harvey et al.,
2005; González, 2012).
Veracruz es uno de los Estados más ricos desde el punto de vista florístico, esto se
debe principalmente a la heterogeneidad orográfica y altitudinal que ocasiona una gran
diversidad de ecosistemas. Los cercos varían en el territorio veracruzano. A pesar de ser
comunes, existe poca información en aspectos como: la diversidad vegetal que albergan, el
tipo de manejo y el uso potencial de la flora. (Avendaño y Acosta, 2000; Ruiz-Guerra et al.,
2014). Ante este panorama, es necesario investigar el aprovechamiento y manejo actual de
las especies vegetales establecidas en los cercos, así como su retención de diversidad
florística de ecosistemas adyacentes. Esta información servirá de base en estrategias de
interconectividad, contribuir a la conservación y al manejo adecuado de los recursos
naturales de este importante elemento del paisaje.
11
2. ANTECEDENTES
1.- Bosque tropical perennifolio (BTP). Este tipo de vegetación se caracteriza por su
riqueza de especies, se reportan 2 230 especies de plantas (Castillo-Campos et al., 2011). Se
presenta en zonas con clima cálido y húmedo, en sitios desde el nivel del mar a los 900 m
(Gómez-Pompa, 1980). Se compone por un estrato arbóreo medio abierto de 15 a 25 m, un
estrato arbustivo de 2 a 8 m y un estrato herbáceo escaso (Castillo-Campos et al., 2011). Su
característica es la pérdida del follaje de aproximadamente una cuarta parte de los
elementos arbóreos en la época más seca del año (Pennington y Sarukhán, 1998). Se
destacan especies como; Brosimum alicastrum, Cynometra restusa, Dialium guianense,
Pterocarpus rohrii, Poulsenia armata, Nectandra ambigens, Manilkara zapota, Cupania
12
glabra, Guarea glabra, Quararibea funebris, Astrocaryum mexicanum y Chamaedorea
tepejilote (Castillo-Campos et al., 2011).
13
a fríos, semihúmedos o semiáridos. El estrato arbóreo puede alcanzar los 30 m de altura,
este es acompañado por un sotobosque compuesto por herbáceas y matorrales. Son
comunes los musgos, líquenes y hongos (Ellis y Martínez Bello, 2010). Sus principales
componentes florísticos son: Pinus leiophylla, Pinus maximinoi, Pinus pseudostrobus,
Quercus candicans, Quercus castanea, Quercus glabrescens y Quercus laurina (Castillo-
Campos et al., 2011).
14
composición de especies a causa de un disturbio como el desmonte o un incendio se remite
a 18.51% (Ellis y Martínez Bello, 2010).
Es claro que los paisajes y los ecosistemas delimitan el campo de posibilidades para
aprovechar los recursos naturales, los componentes principales son las plantas
seleccionadas, propagadas, cuidadas y cosechadas por los seres humanos (Altieri y Nicholls,
2004) de tal manera que el éxito del buen manejo de la tierra depende tradicionalmente de
las prácticas incluidas por los dueños de las parcelas (Mollison y Slay, 1991; Rodríguez, 2010).
Una manera de hacerlo es mediante el establecimiento de árboles, ya sea alrededor, a orillas
o entre cultivos, ésto se puede apreciar en el paisaje como diferentes formas de asociaciones
vegetales. Así el tipo de manejo en fincas conduce a tener un mayor interés en su
conocimiento, porque se involucran actividades útiles que salvaguardan la disponibilidad de
valiosos recursos naturales potenciales, como alternativos al deterioro de los hábitats y
degradación del suelo (Wiersum, 1997).
15
Con frecuencia, las comunidades florísticas en los diversos ecosistemas son
relativamente pequeñas en cuanto a su extensión, lo cual, las hace muy vulnerables ante la
intervención humana (Chapela, 2012), por ello es necesario enfocarnos y valorar elementos
del paisaje donde se mantienen relictos de vegetación como: árboles dispersos, cercos vivos,
cultivos bajo sombra, cultivos abandonados y acahuales (Zamora, 2012). Estudios
desarrollados en el sur de Veracruz, consideran que la riqueza de plantas no disminuye con
la conversión de la selva en terrenos de uso pecuario (Lira-Noriega et al., 2007). Asimismo,
se ha comprobado que en el paisaje antropizado hay una alta diversidad florística retenida,
la cual constituye un potencial de conservación de la biodiversidad (Gliessman, 1998; Dirzo
et al., 2009). También se ha planteado que los árboles aislados en potreros son remanentes
de selva, los cuales favorecen la proliferación de plantas nativas, debido a que varios
animales regurgitan, defecan semillas y aumentan la dispersión desde los bosques hacia los
campos agrícolas (Guevara y Laborde, 1993), además estos árboles representan diferentes
funciones como sombra, alimento, leña o madera (Guevara et al., 1994). Por otra parte, hay
evidencias de que las plantaciones de naranjo en abandono (Citrus sinensis) son claves en el
reclutamiento de especies en beneficio de la regeneración natural. A mayor tiempo en
abandono se incrementa la riqueza vegetal, lo cual propicia una alta dispersión zoócora
(Zamora, 2012). En el centro de Veracruz, se han realizado investigaciones enfocadas a la
biodiversidad albergada en cafetales (Manson et al., 2008), donde se demuestra que el
manejo en la parcela incide en la composición florística: formas de crecimiento, distribución
de tamaños y edades de otras plantas acompañantes. En este sentido, se confirma que a
menor intensidad de manejo el número de especies es mayor (Contreras-Hernández, 2010).
16
La diversidad del paisaje antrópico junto con el uso local de los recursos de la cultura
rural, son la base para una gestión de sistemas sostenibles y diseño de prácticas que
mantengan o aumenten la fertilidad y la calidad de las producciones (Sans, 2007).
17
Budowsky (1987) reportó en cercos vivos de América Central el establecemiento de
árboles multipropósito: con valor maderable, frutos, sombra, forraje (Hernández y Simón,
1993; Mendieta, 2000; Barrance et al., 2003) y para favorecer principalmente al ganado
(Ivory, 1990; Otárola, 2000). Para zonas húmedas destaca Erythrina spp. y Gliricidia sepium,
mientras en zonas secas usualmente Bursera simaruba, Spondias purpurea y Leucaena
leucocephala. Cada especie arbórea tiene características de crecimiento particulares,
requerimientos de cultivo y prácticas de manejo, de las cuales se derivan productos y
beneficios (Budowski y Russo, 1993).
Desde el punto de vista ecológico, los cercos vivos contribuyen a la conectividad física
del paisaje y sirven como corredores a parches de bosques aislados (de Lima y Gascon, 1999;
Harvey y Haber, 1999; Estrada et al., 1993, 1998; Daily y Erlich, 1996; Harvey et al., 2003;
Harvey et al., 2004). Funcionan como zonas de refugio, nichos ecológicos y sitios de paso
para ciertos organismos (Johnson y Beck, 1988; Bennett, 1990; Guevara et al., 1994, 1998;
Millán de la Peña et al., 2003) como plantas, insectos, aves y mamíferos pequeños (Burel,
1992 y 1996). Su composición puede presentar diferentes estadios sucesionales, los cuales
proveen oferta alimenticia (Molano et al., 2003). Además, incrementan el flujo genético
necesario para el mantenimiento de variabilidad genética (Haskell et al., 2001; Hilty y
Merenlender, 2004; Harvey et al., 2008).
Otra función importante de los cercos es que mediante las raíces de los árboles se
retiene el suelo para evitar su degradación y se arrastre por el agua o el viento (Tamayo-Chin
y Orellana, 2007). Además, los cercos vivos mejoran la fertilidad del suelo y aumentan la
materia orgánica del mismo a través de la caída de hojarasca, particularmente de los árboles
y arbustos leguminosos; hay una contribución del nitrógeno proveniente de la poda
(Daccarett y Blyndestein, 1968; Russo, 1983; Budowski y Russo, 1993; Vázquez-Yanes y Batis,
1996), aunque este efecto dependerá del ancho de su copa y la densidad del cerco. Por lo
tanto, los cercos vivos cumplen una serie de funciones fundamentales para el desarrollo de
modelos de conservación (Figura 1).
18
Funciones productivas División de fincas y Funciones ecológicas
potreros
Leña
Conservación de
suelos
Forraje y frutos
Postes para Conectividad del
nuevos cercos paisaje
Otros estudios determinan que los cercos funcionan como hábitats, para la
alimentación humana y en algunos casos, con fines de reproducción de organismos, pero
19
solo se limitan a una sola franja de vegetación y se omiten diferencias de su manejo
relacionados con distintos ambientes (Harvey et al., 2003, 2005). Por ejemplo, se realizaron
investigaciones sobre la retención de diversidad de mariposas, donde se confirma que los
cercos compuestos por diferentes especies arbóreas presentan una mayor abundancia y
riqueza de mariposas (Tobar e Ibrahim, 2010). En el mismo sentido, se reportó que los cercos
cercanos a fragmentos de bosque mantienen alta diversidad de plantas nativas y de aves
(Pulido-Santacruz y Renjifo, 2011); también se documentó que ofrecen mayor protección
ante los disturbios humanos (Ikuta y Blumstein, 2002).
Sin embargo, los beneficios del cerco están influenciados por el tipo de manejo que
hacen los productores y su posición en el paisaje (Harvey et al., 2003, 2005; Tobar e Ibrahim,
2010). La experiencia empírica de los agricultores está bien documentada, por ejemplo, en
algunos lugares se consideran las fases lunares relacionadas a procesos de germinación y
crecimiento de plantas leñosas, pero se analizó que los cambios de fases no parecen afectar
a la flora (Alonso, 2002-a). Se reportó que las características de crecimiento, el desarrollo de
las plantas y la explotación productiva en la parcela, permiten establecer aquellas plantas
que son redituables en el cerco (Alonso, 2002-b), por ello, es significativo conocer la flora útil
y nativa en estos sistemas (Moreno-Casasola y Paradowska, 2009). Algunos hallazgos
confirman que los cercos mantienen un alto porcentaje de especies introducidas y
reproducidas asexualmente (esquejes y propágulos), pero que contribuyen muy poco en la
provisión de servicios y productos (Siles et al., 2013).
En México los estudios sobre los cercos determinan las ventajas tanto económicas
como ecológicas, representan una opción como estrategia de protección y aprovechamiento
de los recursos vegetales (Maldonado et al., 1997; Torres et al., 2008). Otros estudios
registran que las especies arbóreas aparte de ser usadas como cercos, tienen usos múltiples
(ornamentales, combustibles, forrajeras, comestibles, medicinales, melíferas, maderables)
(Pezo e Ibrahim, 2006), entre las familias botánicas más representativas son Fabaceae y
Euphorbiaceae (Salvador et al., 2010).
20
En el Estado de Veracruz se constatan varios estudios sobre cercos, donde se
reconoce la retención de diversidad vegetal y animal cuando se mantiene suficiente
cobertura arbórea (Estrada y Estrada-Coates, 2001). También, se documenta 218 especies
vegetales (árboles y arbustos) en diferentes ecosistemas con distintos usos tradicionales: 62
especies comestibles, 55 medicinales, 45 ornamentales, 36 como combustible, 27 en
construcciones rurales, 22 maderables, 13 forrajeras, 6 melíferas y 42 de otros usos se
destaca que el uso de especies nativas contribuye al aprovechamiento adecuado de la flora
y la conservación del germoplasma local (Avendaño y Acosta, 2000). Otro hallazgo es el
estudio de los cercos y pastizales en dos regiones con diferentes historias de manejo; Los
Tuxtlas y la región de Uxpanapa estos sistemas son relevantes, ya que albergan especies
útiles y nativas típicas de las selvas tropicales (Ruiz-Guerra et al., 2014).
21
3. JUSTIFICACIÓN
A pesar de la gran diversidad biológica del Estado de Veracruz, el panorama reciente indica
que está en riesgo de perderse, porque es dominado por tierras agrícolas y ganaderas. Por
ello, es necesario entender el estado actual y futuro de la diversidad tropical, en paisajes
manejados y modificados por los seres humanos (Chazdon et al. 2009), porque son los únicos
sistemas que conservan una alta diversidad biológica y hacen uso sostenible de los recursos
naturales (Hart, 1980). Merece atención la función desempeñada de los árboles dentro de
los sistemas productivos tradicionales (Palma, 2005; del Amo, 1990) como lo es el cerco vivo.
Veracruz cuenta con escasos estudios del cerco vivo, por ejemplo, algunos señalan
que para su establecimiento se utilizan especies multipropósito, resguardan flora nativa
(Avendaño y Acosta, 2000; Ruiz-Guerra et al., 2014) y mantienen la conectividad del paisaje
fragmentado (Estrada y Estrada-Coates, 2001). Sin embargo, poco se conoce sobre la
dinámica de la regeneración florística y su manejo en distintos ecosistemas. Ante tal
escenario, la presente investigación se abocó a caracterizar la estructura y la composición de
la vegetación de cercos vivos con la finalidad de identificar el potencial de retención de la
diversidad florística y comprender algunas estrategias locales sobre su uso y manejo.
4. OBJETIVOS
4.1 General
Caracterizar la diversidad vegetal y el manejo de cercos vivos asociados a cinco tipos de
vegetación del estado de Veracruz.
4.2 Particulares
1) Analizar la riqueza, estructura y composición de las especies presentes.
2) Determinar el potencial de reclutamiento de las especies.
3) Identificar el patrón de dispersión, hábitos de crecimiento y usos locales de las especies.
4) Describir y determinar el manejo local de las especies asociadas a los cercos.
22
5. MÉTODO
23
5.1.3 Tlalnelhuayocan-Banderilla
Los muestreos se llevaron a cabo en los municipios de Tlalnelhuayocan y Banderilla. El
primero entre las coordenadas 19° 33.74' latitud norte y 96° 58.71' longitud oeste, el
segundo entre los 19° 35.23' latitud norte y 96° 56.15' de longitud oeste. El tipo de
vegetación presente en ambas comunidades es el bosque mesófilo de montaña (Rzedowski,
1978). El paisaje de esta zona está caracterizado por la ganadería y la agricultura (maíz y
café).
5.1.5 Perote
El sitio de muestreo fue en la comunidad El Conejo en las coordenadas 19°33' 56.70'' de
latitud norte y los 97° 14' 35.26'' de longitud oeste. En la zona predominan plantaciones
forestales, la agricultura (papa, haba), el ganado caprino y ovino. El tipo de vegetación es el
bosque de pino (Rzedowski, 1978).
24
5.3 Colecta de material botánico
Herborización. Los ejemplares colectados fueron debidamente procesados y posteriormente
depositados en el Herbario XAL del Instituto de Ecología (INECOL). La determinación de
ejemplares se hizo mediante diversas claves taxonómicas entre ellas la Flora de Veracruz,
Flora del Bajío, de regiones adyacentes y Flora de Guatemala, también se comparó con
ejemplares ya depositados en el herbario XAL, además de la revisión de bases de datos
consultados en la red de internet (www.tropicos.org y www.theplantlist.org).
25
5.5.3 Diversidad alfa (α)
Se utilizaron dos métricas complementarias para describir la diversidad alfa: el índice de
Fisher evaluó la diversidad en función del número de individuos y del número de especies
(un valor bajo muestra que el número de especies es escaso y un valor alto indica más
diversidad), y el índice de Shannon-Wiener que analiza la estructura por medio de la
abundancia proporcional. Este índice asume que los individuos son seleccionados al azar y
todas las especies están representadas en la muestra, también expresa la uniformidad de los
valores de importancia a través de todas las especies. El valor de dicho índice se incrementa
en dos sentidos, conforme un mayor número de especies y a una mayor uniformidad, donde
resulta que la proporción de individuos de las mismas es más homogénea, y que dependerá
del número de especies presentes y de la frecuencia con que estén representadas
(Magurran, 1988). Lo anterior se analizó con el programa Past versión 3.12 (Hammer et al.,
2006). Estos índices son comúnmente utilizados en la bibliografía además de basarse en
parámetros diferenciales para estimar la diversidad, la intención de presentarlos es hacer
comparables estos resultados con otros estudios.
26
relativos de cada parámetro fué igual a 100 y el valor de importancia de todas las especies
de 200. El resultado final de este análisis permitió conocer la relevancia ecológica de cada
especie en las comunidades vegetales (Mostacedo y Fredericksen, 2000). En el caso de los
agaves cuyo hábito de crecimiento no permitía estimar correctamente su contribución en el
área basal (por el ancho de sus hojas), se midió a un grupo de agaves (en campo) tanto el
diámetro de la roseta (DAP) como el diámetro de la base del agave y se obtuvo la función de
ajuste: DA (Diámetro del Agave total) = 0.178 B (base) + 10.429 (R2=0.74; P>0.001; n=30).
La dominancia = área basal total de cada especie (se calculó a partir del DAP. Para esto se
utilizó la fórmula: AB (Área basal) = II / 4X (DAP)2
dominancia de la especie
Domr = × 100 (Valor en %)
área basal total de todas las especies
27
Número de transectos en los que aparece la especie
Fr = × 100 (Valor en %)
Número total de transectos
28
en 1. Árbol 2. Arbusto, 3. Liana, 4. Herbácea. En el caso de las cactáceas para su agrupación
se tomó como referencia la clasificación de Vázquez-Sánchez et al. (2012). Por cada
ecosistema se realizó un análisis de asociación considerando los diferentes atributos
(síndromes de dispersión, hábitos de crecimiento, origen y usos de las especies) de las
plantas encontradas en los cercos vivos, para esto, se generaron tablas de contingencia y se
comprobó la asociación dentro de los ecosistemas en términos de frecuencia de
observaciones por estrato.
29
6. RESULTADOS
Cuadro 2. Riqueza taxonómica (familias, géneros y especies) en cercos vivos por ecosistema.
BTP (bosque tropical perennifolio), BTC (bosque tropical caducifolio), BMM (bosque mesófilo
de montaña), BPE (bosque de pino-encino), BP (bosque de pino).
Ecosistema Familias Géneros Especies
BTC 38 92 109
BTP 30 62 80
BMM 46 60 69
BP 10 19 22
BPE 14 19 21
En la categoría de las plantas adultas (>1 cm DAP), los cercos asociados al BTC
tuvieron más especies. Sin embargo, hay una cantidad elevada de individuos adultos en
cercos adyacentes al BTP (1187 individuos) y BPE (1004 individuos). Los cercos cercanos al
BPE tienen el valor más bajo en cuanto a especies con 19 en total. (Cuadro 3).
Para la vegetación en reclutamiento (<1cm DAP > 30 cm altura), los cercos adyacentes
al BTC mostraron la mayor cantidad de especies, pero en términos de individuos destacó un
número elevado en los cercos cercanos al BTP (1484). El menor reclutamiento de vegetación
fue en los cercos asociados a los ecosistemas del bosque de PE (16 especies) y P (20 especies)
(Cuadro 3).
30
Cuadro 3. Número de especies, individuos, familias y géneros de plantas adultas (>1cm DAP)
y en reclutamiento (<1cm DAP, >30 cm altura) en los cercos por ecosistema.
>1cm DAP <1cm DAP, 30 cm altura
Ecosistemas Especies Individuos Familias Géneros Especies Individuos Familias Géneros
BTC 91 798 34 73 63 896 29 55
BTP 57 1187 24 44 58 1484 26 46
BMM 61 820 43 55 54 1352 35 46
BP 21 624 9 18 20 1388 9 17
BPE 19 1004 13 17 16 1457 12 16
Para la categoría de plantas adultas (>1cm DAP), se muestra un sesgo mayor de las
especies que se debieron encontrar en cercos adyacentes a los ecosistemas del BTP y BPE,
no se acercaron a los valores del estimador no paramétrico Chao-1 y, por lo tanto, sobre pasa
el 20% del déficit de muestreo (Cuadro 4).
31
Cuadro 4. Esfuerzo de muestreo de la vegetación en cercos vivos por ecosistema.
>1cm DAP y <1 cm > 30
Vegetación >1 cm DAP < 1 cm DAP > 30 cm altura
cm altura
Chao- Déficit de Chao- Déficit de Chao- Déficit de
Ecosistema Especies Especies Especies
1 muestreo 1 muestreo 1 muestreo
BTP 80 96 17% 57 78 27% 58 66 12%
BTC 109 117 7% 91 109 17% 63 63 0%
BMM 69 72 4% 61 65 6% 54 54 0%
BPE 21 24 12% 19 29 34% 16 16 0%
BP 22 26 12% 21 26 19% 20 20 0%
El índice de Shannon en el BMM alcanzó el valor más alto (H’=3.5), es decir, los cercos
son más diversos al registrar un total de 69 especies y 2171 individuos. Este ecosistema
(BMM) también tiene la mayor equidad (0.8), por lo tanto, los individuos de los cercos
asociados presentan una distribución más homogénea en el establecimiento de las especies.
Los cercos cercanos al BTC (H’=3.3) y BTP (H’=3.0) registran valores intermedios y además
reflejan una alta equidad (0.7) en ambos sitios. Los cercos que presentan valores más bajos
en diversidad son los aledaños al BPE (2) y BP (2.2). Sin embargo, en cercos adyacentes al
BPE presentó una distribución menos uniforme en el establecimiento de sus especies (0.6)
(Cuadro 5). Al contrastar los índices de diversidad (Shannon) registrados en los cercos vivos
por ecosistema, todas las zonas fueron significativamente diferentes (P< 0.05).
32
Cuadro 5. Diversidad de vegetación adulta y en reclutamiento de cercos por ecosistema.
Alfa de Índice de Índice de
Ecosistema Especies Individuos
Fisher Shannon Equidad
BTP 80 2671 15.5 3 0.7
BTC 109 1694 26 3.3 0.7
BMM 69 2171 13.5 3.5 0.8
BPE 21 2461 3 2 0.6
BP 22 1898 3.5 2.2 0.7
El índice de Shannon, muestra los dos sitios más diversos en plantas adultas (H’=3),
estos son los cercos asociados al BTC y el BMM. Los cercos asociados al BPE son los menos
diversos (H’=2) en plantas >1cm DAP. Sin embargo, se registra una tendencia, a mayor altitud
hay un aumento en equidad. Los cercos adyacentes a comunidades tropicales (BTP, BTC)
tienen menos semejanza en la distribución de individuos por especies (>1cm DAP), mientras
que en los cercos cercanos a comunidades templadas (BP) tuvieron la mayor homogeneidad
(Cuadro 6). Al contrastar estadísticamente los índices de diversidad (Shannon), se determinó
que tres comparaciones no fueron significativamente diferentes: BTP y BP (P< 0.05; Delta=
0.5079), BTC y BMM (P< 0.05; Delta= 0.8529) y finalmente con el BPE y BTP (P< 0.05; Delta=
0.0756) (Cuadro 6).
33
Cuadro 6. Diversidad de plantas adultas (>1 cm DAP) en cercos vivos por cada ecosistema.
Alfa de Índice de Índice de
Ecosistema Especies Individuos
Fisher Shannon Equidad
BTP** 57 1187 12.5 2.2 0.55
BTC* 91 798 26 3 0.67
BMM* 61 820 15.2 3 0.74
BPE 19 1004 3.3 2 0.72
BP** 21 624 4 2.3 0.75
*no existe diferencia significativa.
34
Cuadro 7. Diversidad de vegetación en reclutamiento de los cercos vivos
por cada ecosistema.
Alfa de Índice de Índice de
Ecosistema Especies Individuos
Fisher Shannon Equidad
BTP* 58 1484 12 3 0.7
BTC* 63 896 15.5 2.8 0.7
BMM 54 1352 11 3.2 0.8
BPE 16 1457 2.5 1.8 0.6
BP 20 1388 3.3 2 0.6
*no existe diferencia significativa
35
83 82
32 29
19
12 11 9 8 8 7
78
28
22
16
12 10 8 7 7 6 6
36
6.4.2 Cercos asociados al bosque tropical caducifolio
Se documentaron en los cercos vivos 91 especies de plantas adultas (>1 cm de DAP). La
especie con mayor IVI fue Bursera simaruba (80%) por su alta dominancia, frecuencia y
abundancia relativa. Mientras Spondias purpurea obtuvo un IVI de 40% debido a su
abundancia relativa (19.5%) y Spondias mombin un 18% por ser dominante (9.5%). Las
especies anteriores suman el 138% del IVI total. Otras especies como; Nopalea dejecta (12),
Cedrela odorata (8), Ximenia americana (6), Acanthocereus tetragonus (6), Ficus pertusa (6),
Trichilia hirta (6) y Trichilia havanensis (5) oscilan entre el 12% y 5% de IVI (Figura 4).
Por otro lado, se encontraron 63 especies de plantas en reclutamiento (< 1cm DAP,
>30 cms altura), de las cuales Nopalea dejecta destaca con el mayor IVI (46%) debido a su
alta abundancia relativa (46.2%), enseguida se ubican Acanthocereus tetragonus con 16% y
Bursera simaruba con 14%, las cuales, sobresalen en abundancia y frecuencia. Estas tres
primeras especies sumaron un 76% del IVI total. Por último, siete especies más obtuvieron
valores entre 9% y 4% de IVI (Vachellia cornigera (9), Cestrum tomentosum (9), Acacia
farnesiana (7), Cestrum dumetorum (5%, Cissus verticillata (5), Croton micans (4) y Serjania
caracasana (4) (Figura 5).
37
113
80
40
18
12 8 6 6 6 6 5
81
46
16 14
9 9 7 5 5 4 4
38
6.4.3 Cercos asociados al bosque mesófilo de montaña
Se registraron 61 especies adultas (>1 cm de DAP). En primer lugar, destaca Yucca gigantea
con 56% de IVI total debido a su alta abundancia (25%), frecuencia (9%) y dominancia relativa
(22%). Después, Erythrina americana ocupa un 37% debido a su dominancia (21%) y Bursera
simaruba representa 27% de IVI por su abundancia (13.6%). Estas tres especies principales
abarcan un IVI total del 120%. Otras especies como: Acacia pennatula (15), Annona
cherimola (14), Platanus mexicana (13), Cestrum tomentosum (11), Liquidambar styraciflua
(9), Trichilia havanensis (8) y Quercus xalapensis (7) tienen valores entre el 15% y 7% del IVI
(Figura 6).
39
103
56
37
27
15 14 13 11 9 8 7
93
31
13 10 10 8 8 8 7 6 6
40
6.4.4 Cercos asociados al bosque de pino-encino
Se encontraron 19 especies >1cm DAP. La especie Agave salmiana resultó ser la que presenta
el IVI más alto con 81%, este valor se debe mayormente a su abundancia relativa (29%) y
dominancia (41%). Enseguida se encuentra Prunus serotina con un IVI 39%, por su
abundancia y frecuencia similares (15%). Estas dos especies en conjunto suman el 120% de
IVI total. Otras especies presentaron valores intermedios: Baccharis conferta (30), Alnus
jorullensis (29), Cupressus lusitanica (26), Barkleyanthus salicifolius (24). Las especies que
tienen menos valores de IVI son: Pinus ayacahuite (15), Lonicera japonica (15), Crataegus
mexicana (14) y Monnina xalapensis (11) cuyos valores fluctúan entre 15% y 11% de IVI
(Figura 8).
41
81
39
30 29
26 24
15 16
15 14 11
47
39
34 33
17
10
6 5 4 3 2
42
6.4.5 Cercos asociados al bosque de pino
43
50
44
39
31
28 26 25
16 15 14 12
Figura 10. Valor de importancia relativa de plantas adultas (>1 cm de DAP) en cercos
asociados a un bosque de pino.
67
30
22
17
15 14
10 8 7 5 5
44
6.5 Diversidad beta (β)
De acuerdo al análisis de recambio florístico registrado en los cercos por estratos de
vegetación (adulta y reclutamiento), se observan valores según el índice de Whittaker
cercanos a uno, esto indicó que la composición de especies en los cercos vivos difiere entre
sí y hay alto recambio de estas. Por ejemplo, se observa un aumento de diversidad beta al
comparar los estratos de bosques tropicales con los templados, es decir, hay un alto
recambio de especies y mayor heterogeneidad tanto de plantas adultas (A) como en
reclutamiento (R) (Cuadro 8).
Cuadro 8. Índices de Whittaker para plantas adultas (A) y en reclutamiento (R) en cercos por
ecosistemas (arriba del diagonal número de especies).
BTP A BTP R BTC A BTC R BMM A BMM R BPE A BPE R BP A BP R
BTP A 0 115 148 121 118 111 76 73 78 77
BTP R 0.39 0 149 122 119 112 77 74 79 78
BTC A 0.85 0.86 0 155 152 145 110 107 112 111
BTC R 0.91 0.88 0.42 0 125 118 83 80 85 84
BMM A 0.91 0.93 0.84 0.83 0 115 80 77 82 81
BMM R 0.96 0.91 0.86 0.84 0.2 0 73 70 75 74
BPE A 0.97 1 0.96 0.97 0.9 0.94 0 35 40 39
BPE R 1 1 0.98 1 0.92 0.97 0.2 0 37 36
BP A 1 1 0.98 1 0.97 1 0.6 0.62 0 41
BP R 1 1 0.98 1 0.97 1 0.58 0.61 0.12 0
Los cercos vivos establecidos a menor altura, típicos de los ambientes tropicales
tienen un alto número de especies compartidas, en contraste con los de bosques de pino
que comparten pocas especies. El índice de Morisita muestra un patrón con tendencia al
incremento de valores conforme aumenta la altitud. Lo anterior significa que las plantas
adultas y en reclutamiento de los cercos vivos asociados al BTP, BTC y BMM tienen un alto
recambio de especies y difieren en su composición florística. Mientras los cercos vivos
establecidos en lugares montañosos (BP, BPE) corresponden a sitios con especies similares
compartidas y presentan menos recambio de estas (Cuadro 9).
45
Cuadro 9. Análisis de especies compartidas para plantas adultas y reclutamiento en cercos
por ecosistema.
Especies
Ecosistema Adultas Reclutamiento Especies Morisita
compartidas
BTP 57 58 80 35 0.19
BTC 91 64 109 43 0.29
BMM 61 54 69 45 0.25
BPE 19 16 21 14 0.86
BP 21 20 22 18 0.71
46
6.7 Síndromes de dispersión de las semillas
La dispersión zoocoria encontrado en los cercos fue el más dominante para las plantas
adultas (>1cm DAP) mayormente en cuatro ecosistemas: (BTP=57%, BTC=78% y BPE=54%)
con frecuencias superiores al 50%. Mientras que la dispersión anemocoria tiene fuerte
asociación en los cercos establecidos en el BP (74%) (X2 =362.34, P<0.05, GL=16).
47
En cuanto a las plantas en reclutamiento, el hábito de crecimiento arbustivo destaca
en BTC=46%, BMM=54%, BPE=52% y BP=63%, sin embargo, en el BTP se presentan más
árboles (63%). Las lianas se asociaron más a los cercos del BTC (15%), (X2= 88.56, P<0.05,
GL=12), (Cuadro 11).
Cuadro 11. Porcentajes y valores absolutos de los hábitos de crecimiento de plantas adultas
y reclutamiento en los cercos por ecosistemas (se indica porcentaje/número de individuos).
Hábitos de crecimientos
Ecosistema Vegetación
Árbol Arbusto Liana Herbácea
>1cm DAP 66/783 34/402 0/2 0
BTP
<1cm DAP, >30cm 63/148 36/85 1/1 0
>1cm DAP 80/643 18/142 2/13 0
BTC
<1cm DAP, >30cm 39/64 46/75 15/24 0
>1cm DAP 80/655 20/165 0 0
BMM
<1cm DAP, >30cm 41/92 54/120 5/11 0
>1cm DAP 41/412 30/304 0 29/288
BPE
<1cm DAP, >30cm 33/37 52/59 0 15/17
>1cm DAP 51/316 46/290 0 3/18
BP
<1cm DAP, >30cm 26/31 63/75 0 11/13
48
Cuadro 12. Porcentajes y valores absolutos de las plantas nativas e introducidas (adultas y
reclutamiento) en los cercos por ecosistemas (se indica el porcentaje/número de individuos).
Ecosistema Vegetación Nativa Introducida
>1cm DAP 93/1098 2/25
BTP
<1cm DAP, >30 cm 77/179 7/15
>1cm DAP 87/696 1/6
BTC
<1cm DAP, >30 cm 76/124 0
>1cm DAP 80/651 3/29
BMM
<1cm DAP, >30 cm 51/113 2/4
>1cm DAP 99/995 1/9
BPE
<1cm DAP, >30 cm 96/108 3/4
>1cm DAP 90/564 0
BP
<1cm DAP, >30 cm 76/90 0
En general, algunas de las especies introducidas destacadas son cítricos como naranja
(Citrus sinensis) y limón (Citrus limon), frutales como mango (Mangifera indica), árbol de
panapén (Artocarpus heterophyllus), níspero (Eriobotrya japonica), manzana (Malus
domestica), ciruelo (Prunus domestica) y café (Coffea arabica), (Cuadro 13).
49
6.10 Usos de las plantas
De acuerdo a la literatura consultada, las plantas establecidas en los cercos vivos presentaron
varias categorías de uso, tales como: medicinal, comestible, ornamental, combustible,
maderable, industrial, artesanal, forraje y construcción, aunque en algunas no se reportó su
utilidad. Los cercos vivos adyacentes a los cinco ecosistemas se asociaron con flora medicinal,
esto fue evidente para la vegetación >1cm DAP (X2=386, P<0.05, GL=36), donde alcanzan
valores por arriba del 40% (BTP=43%, BTC=68%, BMM=47%, BPE=45% y BP=50%). Por otra
parte, los cercos del BMM se asociaron con plantas comestibles, estos obtuvieron un valor
del 30%. Mientras en los cercos aledaños al BTP sobresale vegetación (>1cm DAP) utilizada
como combustible con 39% (Anexo III).
En general, el 92% de las plantas en los cercos vivos asociados a los ecosistemas (BTP,
BTC, BMM, BPE, BP) son útiles, esto se confirmó para la categoría de plantas adultas (>1cm
DAP) las cuales tiene algún uso, mientras el 8% no tiene algún uso reportado. Para el
contingente en reclutamiento el 75% de plantas de los cercos son útiles y el 25% no (X2=71,
P<0.05, GL=4), (Figura 13).
50
N=191
N= 155
N=57
N=58
Figura 13. Porcentaje de plantas útiles y sin uso reportado (adultas y reclutamiento) de
cercos vivos
51
Cuadro 14. Prácticas productivas y aprovechamiento de parcelas por ecosistema
Aprovechamiento Ecosistemas
productivo BTP BTC BMM BPE BP
Agricultura * * * *
Actividad
Ganadería * * * * *
Maíz * * *
Café * *
Caña *
Chayote *
Cultivos
Mango *
Papa *
Agave *
Forestal *
Vacuno * * * *
Ganado Caprino * *
Ovino *
52
Figura 14. Prácticas de manejo en cercos asociados a diferentes ecosistemas en el centro
de Veracruz.
Las plantas registradas tienen diferentes categorías de uso, como son: comestible,
medicinal, maderable, construcción, combustible, sombra, ornamental y forraje. En general,
el método de siembra para establecer el cerco fue por estaca al comienzo de la época de
lluvia. Los productores seleccionan ramas de árboles de 2 m de largo y 15 cm de grueso,
conforme cortan la estaca la siembran a una profundidad de aproximadamente de 30 cm. En
el caso de la siembra de plántulas (e.j. Pinus spp. y Cupresus sp.) se obtienen de los programas
de CONAFOR y otras especies mediante la siembra de semillas (Cuadro 15).
53
Cuadro 15. Usos y propagación de plantas en los cercos por ecosistema.
Ecosistema Nombre local Especie Usos Propagación
Construcción, maderable
Cocuite Gliricidia Sepium comestible, forraje, Estacas
BTP combustible
Mulato Bursera simaruba Maderable Estacas
Piñón Jatropha curcas Maderable Estacas
Spondias purpurea Forraje, comestible,
Ciruelas Estacas
Spondias mombin maderable
BTC Huizache Acacia farnesiana Combustible, maderable Estacas
Nopal Nopalea dejecta Comestible Brote
Cruceta Acanthocereus tetragonus Comestible Brote
Izote Yucca gigantea Comestible, maderable Estacas
Espino Acacia pennatula Combustible, maderable Estacas
Comestible, ornamental,
Gasparito Erythrina americana Plántulas
BMM combustible
Maderable, combustible, Estacas, Brote
Liquidámbar Liquidambar styraciflua
construcción o retoño
Sauco Sambucus mexicana Medicinal, ornamental Estaca
Forraje, medicinal,
Maguey Agave salmiana Brote de raíz
comestible
Maderable, combustible,
Estacas,
Capulín Prunus serotina construcción, comestible,
plántulas
medicinal
Medicinal, comestible, Estacas,
Tejocote Crataegus mexicana
combustible, plántulas
Injerto,
Aguacate Persea americana Comestible
BPE plántula
Estacas,
Manzana Malus domestica Comestible, combustible,
plántulas
Ciruela Prunus domestica Comestible Estacas
Maderable, combustible, Injerto, semillas
Ocote Pinus patula
construcción (plántulas)
Maderable, combustible, Injerto, semillas
Ciprés Cupressus lusitanica
construcción (plántulas)
Azumiate Barkleyanthus salicifolius Medicinal Brote
Semillas
Maderable, construcción,
Oyamel Abies religiosa (Plantulas),
comercial
BP estacas
Escobillo Bacharis conferta Combustible Brote
Jarilla Senecio cinerarioides Medicinal Brote
54
6.12 Clasificación de los cercos vivos
Los cercos vivos consolidados están mejor representados en: BTP, BTC y BPE, mientras que
en el BMM predominan los cercos exiguos. Por otra parte, se observó que los cercos en
desarrollo prevalecen conforme aumenta la altitud, como sucede con los del BP (Figura 15).
55
7. DISCUSIÓN
56
En general, también se observó una alta presencia de especies pertenecientes a la
familia Asteraceae, esto obedece a que las parcelas consideradas están dedicadas a
actividades agrícolas, las cuales pese a estar bajo manejo y cercanas a lugares de vegetación
nativa, facilitan la invasión de arvenses (Magdaleno et al., 2005).
Es difícil hacer la comparación de estos los resultados reportados de este estudio (253
especies) con lo reportado por Avendaño y Acosta (2000), quienes identificaron 218 especies
en cercos de doce hábitats del estado de Veracruz, ya que en esta investigación se
registraron sólo una categoría de plantas (>1cm DAP) establecidas en el cerco, mientras el
presente estudio también considera el reclutamiento, lo cual aumenta el número de
especies. Además, aporta información sobre especies toleradas (Wiersum, 1997) y describe
el tipo de manejo de los cercos.
Este trabajo se contrasta con lo documentado por Ruiz-Guerra et al. (2014) en BTP,
ellos reportan en la región de Los Tuxtlas 62 especies en 0.3 ha, midieron plantas >1cm DAP
y < 1cm DAP, >30cm altura. En la misma zona, con igual metodología y área, los datos del
presente estudio son diferentes, ya que se registró un total de 80 especies (18 especies
más=22.5%). Asimismo, en otro sitio con la misma afinidad de vegetación como es la zona
del Uxpanapa (Ruiz-Guerra et al., 2014), reportan 48 especies. Los autores aluden a que las
diferencias en diversidad obedecen a las prácticas de manejo, las cuales en Uxpanapa están
más dirigidas a la “limpieza de cercos vivos” y limitan el reclutamiento, mientras en “Los
Tuxtlas” existe la tradición de mantener especies asociadas a los cercos vivos. El presente
estudio junto con el reportado por Ruiz-Guerra et al. (2014) suma 107 especies resgistradas
en cercos. Esto evidencia la alta diversidad de especies de plantas adyacentes a este sistema
de manejo y provee información importante para su consulta.
Por otro lado, los cercos con el mayor número de especies estuvieron adyacentes al
BTC (109 especies, 92 géneros y 38 familias), esto es similar con lo reportado por Avendaño
y Acosta (2000) para el mismo tipo de hábitat (115 especies), sumando todas las especies
57
encontradas en las dos investigaciones, estas son 180. Otros estudios florísticos en cercos
realizados en BTC es el de Torres et al. (2008), en la zona de La Antigua, Veracruz, con 87
especies (árboles y arbustos), este dato está por debajo de lo documentado en este trabajo,
es de esperarse cifras distintas debido a la metodología utilizada y por diversas especies
establecidas en el cerco. Sin embargo, estos datos son relevantes para resaltar que los cercos
localizados en BTC son sitios con alta capacidad de retener especies.
Los cercos vivos adyacentes al BPE y BP, fueron similares en riqueza con 21 y 22
especies respectivamente, al comparar estos resultados con otros trabajos realizados en los
mismos ecosistemas como Avendaño y Acosta (2000) que registraron 27 especies en
encinar-pinar y 18 en pinar, resultan ser análogos en cantidad de especies, pero cabe aclarar
que las metodologías aplicadas son distintas, ya que registraron solo plantas establecidas y
no el reclutamiento de los cercos.
Este trabajo evidencia que, la riqueza vegetal de los cercos vivos presentó un patrón:
las especies disminuyen mientras se incrementa la altitud. Los valores más altos en riqueza
correspondieron a ecosistemas tropicales (BTP y BTC) debido a que la riqueza local tropical
se incrementa por la dispersión de especies desde sus zonas núcleo hacia otros hábitats
(Stevens, 1992), esto dependiendo del grupo de cada planta. En relación a lo anterior, uno
de los factores mas importantes son la humedad ambiental pues determina la distribución,
58
composición de especies y el crecimiento de bosques (Wadsworth, 2000). También otros
factores que origina la riqueza de especies son: ubicación geográfica, variaciones de
temperatura, precipitación y disponibilidad de luz (Gentry, 1988).
Los valores estimados del esfuerzo de muestreo (Chao-1) coincidieron con las
cantidades de riqueza de la vegetación en reclutamiento en casi todos los ecosistemas, no
obstante, la vegetación adulta obtuvo una sobreestimación de la riqueza sólo en los cercos
asociados al BPE. En general el muestreo fue suficiente, debido a que el déficit estuvo por
debajo del 20%, lo que indica que las muestras tomadas son las adecuadas para explicar la
riqueza. En otros sistemas modificados como los cafetales también se ha utilizado el
estimador Chao-1 pero los resultados destacan que no fue preciso para la estimación de
riqueza de plantas, sin embargo, los estimadores no paramétricos son más adecuados para
la estimación de riqueza de sistemas no naturales ya que tienen mayor aproximación (López-
Gómez y Williams-Linera, 2006).
59
disponibilidad de especies, demanda del recurso, el tamaño de la parcela (Ibrahim et al.,
2007) y el manejo, este conjunto de elementos promoverá la disminución o el incremento
de su diversidad (Conell, 1978).
Las diferencias en composición florística de los cercos vivos entre los ecosistemas y
áreas productivas fueron evidentes, esto depende de las condiciones ecológicas, físicas, así
como de la manera en la cual los productores establecen y manejan los cercos vivos (Harvey
et al., 2003, 2005). A mayor distancia la similitud de composición de especies disminuye y el
recambio de las especies de los cercos aumenta (Whittaker, 1960). Debido a lo anterior, se
encontró una mayor semejanza entre la vegetación de los cercos asociados a sitios más
templados (Ibrahim et al., 2007) que forman un primer grupo distinguible (BPE y BP). Entre
estos lugares es clara la afinidad de la flora (en términos de cercanía entre 2000 y 3500
msnm) con respecto a los cercos de zonas cálido-húmedas (BTP, BTC y BMM). Estos cambios
son originados por las variaciones ambientales que se presentan conforme hay un aumento
de distancia. La configuración del ambiente (espacio-tiempo) influye al movimiento de
especies, pues, si hay mayor número de barreras la similitud disminuye abruptamente, a
comparación de un sitio topográficamente abierto y homogéneo, por otro lado, depende la
capacidad de dispersión de las especies (Nekola y White, 1999).
60
su reclutamiento (Morisita= 0.25), en este sentido, los cercos son capaces de retener
especies que están alrededor en otros elementos del paisaje, por ejemplo, Piper hispidum,
un arbusto típico de zonas más conservadas y Smilax moranensis una liana comúnmente
utilizada para la elaboración de zarzaparrilla. Se encontró una similitud en composición de
especies mayor en los cercos adyacentes al BPE (Morisita=0.86) y BP (Morisita=0.71); en el
primero destaca Sambucus mexicana en regeneración mientras en BP se encuentra Ribes
microphyllum, ambas de uso medicinal. Los datos confirmaron que los cercos vivos no solo
son líneas de árboles monoespecíficos, capturan flora típica proveniente de la selva.
Otro elemento destacado en los cercos asociados al BTP fue Gliricidia sepium, su tipo
de dispersión barocoria restringe su función solo a perchas, pero favorece el reclutamiento
de especies (Ruiz-Guerra et al., 2014). Se encontraron árboles del género Ficus spp. con alta
disponibilidad de siconos maduros (unidad de dispersión) y calidad alimenticia, esto los
determina como “claves” (Keystone) en la comunidad de frugívoros tropicales (Terborgh,
1986). El mantenimiento y promoción de Ficus spp., así como de Citrus sinensis, pueden ser
importantes, ya que su sistema de dispersión es altamente atractivo para los vertebrados y
benefician el reclutamiento por debajo de los cercos vivos (Zamora, 2012).
61
En los cercos adyacentes al BPE destaca la dispersión zoocoria, pero debido a
diferencias en diversidad hay un menor reclutamiento en términos de especies e individuos.
Fue muy común el capulín (Prunus serotina) registrado en ambos estratos (adultas y
reclutamiento), presenta una semilla fácil de manipular, por lo cual se infiere pueda
removerse fácilmente por las aves a otros sitios, al igual con la semilla del tejocote (Crataegus
mexicana), pero al parecer no es tan removida por dispersores, ya que se encontró una
mayor abundancia de plántulas debajo de sus árboles madres. También fueron halladas otras
especies frutales como ciruelos y manzanas depredadas, pero no muestran evidencias de ser
removidas por animales
El vector principal de dispersión son los animales que acarrean propágulos de los
remantes del bosque y el cerco funciona como un sitio de germinación, donde se almacenan
importantes semillas en el suelo, detonante para el establecimiento de especies tolerantes
en su composición (Ruiz et al., 2014). Merece atención los árboles semilleros citados en este
estudio para profundizar cómo influye la fauna dispersora en los cercos, qué sucede con los
frutos o semillas de especies retenidas y sus interacciones en el proceso de regeneración
(Guariguata, 1998).
62
repoblar bosques (Flores y Linding-Cisneros, 2005), aumentar la diversidad y su uso para
diferentes propósitos productivos (Febles y Ruiz, 2008).
El BTP tiene un paisaje dominado por pastizales y ganado vacuno (Rodríguez, 2010),
esto se remonta a la época de la colonia, junto con el tabaco y la caña de azúcar han sido los
factores de cambios históricos en este sitio. Derivado de la ganadería, la región adoptó el uso
de los cercos, los cuales entrelazan coberturas arbóreas. En algunas ocasiones los
propietarios de los predios optan por combinar cercos muertos (alambre de púas, cerco
eléctrico y poste de madera) con cercos vivos, sin embargo, cuando el cerco vivo va
afianzando, este queda como único ya que requiere menos mantenimiento. La estructura de
los cercos se destaca por el uso de Bursera simaruba, como especie dominante da un
colorido particular y su amplia copa resulta atractiva para las aves, por lo que es un elemento
muy representativo de la zona. En algunos estudios esta especie ya ha sido citada por su
adaptación en diversos ambientes, tolera el estrés hídrico, es fácil su propagación por medio
de estacas (Geilfus, 1994; Avendaño y Acosta, 2000; Zahawi, 2005; Villanueva et al., 2005) y
se obtiene forraje, estas características son determinantes para su uso por parte de los
productores (Siles et al., 2013), además se ha promovido por CONAFOR para su manejo en
plantaciones y vivero. Frecuentemente hay cercos de gran fuste de B. simaruba hasta más
de 4 individuos mayores de 30 cm de DAP en líneas de 50 metros, su amplia sombra facilita
63
la instalación de bebederos y comedores para el ganado (Ivory, 1990). Los cercos son
renovados aproximadamente cada cinco años, pero siempre dependerá del estado del poste.
La copa de los árboles se poda máximo dos veces al año para obtener nuevos postes, mismos
que son colocados como cercos.
En los cercos también dominó Gliricidia sepium, la cual tiene otras ventajas, sirve para
la construcción, su flor es comestible (CONABIO, 2016), provee forraje de alto valor nutritivo
y es mayormente utilizada durante la estación seca, cuando los pastos escasean (Beer, 1987).
Ocasionalmente fue observada Jatropha curcas con un alto número de individuos (310 en
líneas de 150 metros hasta 134 en 50 metros). El aprovechamiento de J. curcas es destacado
como tutores de cultivos, control de erosión, medicinal, árbol de sombra, ornamental y
producción de aceite para su transformación en biodiésel (Schmook y Serralta, 1997;
Córdova et al., 2015). Aunque existe un gran potencial utilitario de esta especie, no es
aprovechada de manera adecuada porque confluyen tanto variedades no tóxicas y tóxicas
en las zonas húmedas de México (Córdova et al., 2015). Otra especie importante fue Ficus
aurea, descrita por tener una función como hábitat, alimento y refugio para aves, mamíferos,
reptiles e invertebrados (Harvey y Haber, 1999; Terborgh, 1986): es utilizada en la medicina
tradicional (Eldridge, 1975) y tiene la capacidad de reproducirse por estaca de manera
exitosa. Algunos de los cercos son mantenidos constantemente, sobre todo ante un
incremento de su copa, se elimina el pasto y especies arvenses que crecen por debajo de los
árboles, las cuales influyen en la reducción del potencial de productividad de las parcelas
(Harvey et al., 2003).
64
grandes fustes) con poca intervención respecto a la poda y deshierbe. Esto es de esperarse
por la historia del tipo de actividades productivas de la localidad.
Otras especies toleradas dentro del cerco son las cactáceas, como el nopal (Nopalea
dejecta) y la cruceta (Acanthocereus tetragonus). Estas tienen alta capacidad para
regenerarse en los claros de selvas bajas (Miranda, 1975; Meza, 2011), se evita eliminarlas,
ya que se consumen los tallos como verdura, por lo que se han desarrollado manejos para
su cultivo (Ríos y Quintana, 2004) y también favorecen el cerco debido a sus espinas que
impiden el paso de agentes externos. La alta abundancia de otras plantas como: Vachellia
cornigera, Cestrum tomentosum, Acacia farnesiana y Cestrum dumetorum se reflejó en todos
los cercos muestreados, esto es de esperarse pues se desarrollan rápidamente en sitios
perturbados. Especialmente el huizache (Acacia farnesiana) ha sido documentado para ser
aprovechable como forraje en época de lluvias (Villa-Méndez et al., 2008), lo cual coincidió
con lo reportado en este estudio. Es el sitio con más cercos consolidados, es decir, que se
mantiene y maneja un alto número de especies en estado adulto, debido principalmente a
la gran diversidad florística que se aloja en el BTC y por las distintas actividades productivas
de las parcelas, esto permite a los dueños aprovechar el cerco de forma más eficiente.
65
El BMM está rodeado por cultivos de maíz y de espacios dedicados a la ganadería.
Uno de los elementos más importantes utilizados como cerco es el izote (Yucca gigantea),
especie endémica de México, pues presenta los IVI más altos por su dominancia y
abundancia. El izote se siembra como estaca y su rebrote es rápido; presenta un tallo
engrosado en la base, el cual brinda una mayor resistencia y protección. Se poda
ocasionalmente y los productores tienen cierto cuidado con las hojas porque su ápice es
espinoso. Tradicionalmente es apreciada por producir una inflorescencia comestible
conocida como “palmito o flor de izote”, vendida junto con esquejes en mercados locales.
En algunos cercos, se establece como única especie el colorín (Erythrina americana) esto se
corrobora al tener un IVI alto en dominancia. El colorín es nativo y de distribución restringida
(Rzedowski, 1991), tiene varios usos: sus flores son comestibles, es ornamental, medicinal y
provee de sombra al ganado. Otros árboles empleados como cercos y con uso medicinal
fueron el sauco (Sambucus mexicana), la rama tinaja (Trichilia havanensis) y el hibisco
(Malvaviscus arboreus) (Acosta de la Luz et al., 2013). Para obtener leña y postes se utiliza el
huizache (Acacia pennatula). Se observaron especies de dosel superior: Liquidambar
styraciflua y Pinus patula, pero ambas tuvieron menor competitividad dentro de los cercos.
En algunos casos se registraron plantas introducidas, de alto valor local por su fruto, tal es el
caso de Citrus limon. Se destacaron otras especies introducidas como Coffea arabica la cual
es tolerada (Wiersum, 1997) por su fruto, aunque su producción es de baja calidad al estar
por debajo del umbral de los 1500 m.
Los pobladores indicaron que los rebrotes de algunas especies son seleccionados y
no se cortan, por ejemplo, la marangola (Clethra mexicana) argumentan que hay muy pocos
individuos, por lo tanto, no es intervenida y de esta manera se conserva. El mismo caso
anterior sucede para el liquidámbar (Liquidambar styraciflua). También, en el contingente
de reclutamiento se encontró una alta cantidad de individuos de Piper auritum (acuyo), pues
se considera oportunista en zonas clareadas de pastizales y debido a la dispersión por
66
animales, rebrota rápidamente, además la población lo usa como condimento (Gómez,
2011).
Una familia característica en los cercos vivos asociados a esta comunidad (BMM) es
la Solanaceae, donde destacan especies del género Solanum, de distribución cosmopolita y
rápido crecimiento en áreas abiertas. Por ejemplo, S. ferrugineum y S. diphyllum que crecen
alrededor del cerco en densas capas; también es posible encontrar algunas malezas como S.
torvum y otras especies que se cultivan por constituir una fuente de alimento entre ellas S.
lanceolatum. En general, en este sitio los dueños de las parcelas explicaron que existe un
equilibrio en la manutención del cerco, es decir, son selectivos en el manejo al no dejar que
las copas de los árboles se desarrollen demasiado y tampoco eliminan por completo lo que
permite la regeneración. Lo anterior indica que, si hay un menor mantenimiento al cerco, se
permitirá el incremento de la regeneración de plantas (Contreras-Hernández, 2010).
En la zona del BMM los cercos se destacaron por presentar uno o tres árboles como
dominantes: Yucca gigantea, Erythrina americana y Bursera simaruba, por tal motivo, son
considerados de tipo exiguo, se conforman de una o dos especies; su establecimiento es
reciente y hay presencia del alambre de púas. En la mayoría de casos, ya no es común
encontrar cercos vivos y dominan más los cercos muertos (alambre de púas, poste de
concreto o de madera). Esto se debe a que los dueños de las parcelas no dedican todo su
tiempo al trabajo de campo, lo hacen por temporadas, ya que participan en otras labores
como la albañilería o el comercio para obtener mayores ingresos económicos. Por ello, no
disponen de tiempo para mantener cercos vivos y optan por establecer cercos muertos,
donde adquieren el material para su construcción en comercios cercanos a la zona
conurbada de Xalapa.
El paisaje del BPE es dominado por el cultivo de papa, maíz, ganado vacuno y caprino.
Para establecer los límites de las parcelas se trazan zanjas, cercos vivos o muertos. En su
mayoría los cercos se distinguen por una alta cantidad de individuos maguey (Agave
67
salmiana), que se desarrolla exitosamente en esta región (Las Vigas), y se adapta a las
condiciones adversas como el frío o la sequía, cerros pedregosos, laderas o montañas de
gran altitud (García-Herrera et al., 2010). Los dueños señalaron que el maguey se propaga
por “hijuelos” en la base de las plantas adultas y tiene la ventaja de cerrar completamente el
piso formando los “metepantles” (metl=maguey; pantli=pared; en nautl), estos sistemas
evitan la erosión (Altieri y Trujillo, 1987) y benefician el cercado, ya que la hoja termina en
una espina puntiaguda, que brinda mayor protección.
68
de los cuales se obtienen las estacas para ser renovadas. En general, los árboles mencionados
forman barreras rompevientos que ofrecen protección a los cultivos, particulamente al maíz
y la papa, ambos de amplia distribución en la región. Las cortinas rompevientos son
significativas para la conservación de la fauna silvestre principalmente para aves (Vílchez et
al., 2004, 2008), mamíferos (Burel, 1992; Hernández et al., 2003, Tobar et al., 2007) y
mariposas (Tobar-López e Ibrahim, 2010). En el cerco vivo se efectúan procesos ecológicos
relevantes para la preservación de organismos (Chacón y Harvey, 2006).
69
rebrote de nuevas especies y son utilizadas para otros fines. El escobo (Baccharis conferta)
es usado como combustible y para elaborar escobas, esta misma función la tiene
Symphoricarpos microphyllus Kunth, las cuales forman parte de los recursos forestales no
maderables (Monroy et al., 2007). El azumiate (Barkleyanthus salicifolius) se ha valorado
como insecticida (Rodríguez et al., 2001) y es medicinal al igual la jarilla (Senecio
cinerarioides) (Navarro y Avendaño, 2002). El oyamel (Abies religiosa) se comercializa como
árbol de navidad y su follaje es utilizado para hacer adornos en ceremonias religiosas. De
acuerdo con lo anterior, la mayoría de los cercos se ubicaron en la categoría de exiguos,
donde sobresalen dos especies como dominantes (el escobo y el azumiate), se observaron
estacas recién colocadas y el uso de alambre de púas.
70
construcción, maderable, comestible, forraje, combustible, ornamental, comercial y
medicinal, las más representativas son la maderable y la comestible. Lo anterior nos indica
que el objetivo del sistema (cerco vivo) es dividir predios con especies arbóreas que tengan
un beneficio extra, principalmente que sea maderable y comestible debido a su importancia
economica.
Como ya fue mencionado se confirman distintas categorías de uso en los cercos vivos
(medicinales, comestibles, postes, construcción, leña, sombra, ornamental y forraje). Lo cual
es favorable, ya que puede reducir la presión en el bosque circundante al evitar la extracción
o tala de árboles nativos (Murgueitio e Ibrahim, 2000). También los dueños de los predios
afirmaron que los productos obtenidos son vendidos en mercados locales, así se corrobora
que este sistema se vuelve ecológico y económicamente más viable (Montagnini, 1992). El
cerco garantiza un ahorro a futuro y otorga un valor agregado a pesar de ser considerados
como una simple línea divisoria.
71
el aumento de la conectividad del paisaje (Estrada y Estrada-Coates, 2001; Harvey y Haber,
1999; Harvey et al., 2003; Guevara et al., 2004).
72
8. CONCLUSIONES
73
9. RECOMENDACIONES
Se sugiere capacitar a productores para que en cercos exiguos (con una o dos especies)
cambien o incluyan cercos diversificados (más de dos especies), lo cual contribuirá a
potencializar los bienes y servicios, en términos de productividad y conservación de la
biodiversidad.
Se debe dar a conocer las ventajas que el cerco vivo representa al ser manejado
correctamente, para evitar que un cerco de alambre de púas y postes de concreto lo
sustituya. Por tal motivo, es necesario previamente saber sobre las prácticas de manejo y así
ampliar el conocimiento que los campesinos tienen sobre el uso potencial de las especies
vegetales.
Aunque son escasas las técnicas de manejo en los cercos vivos, su aplicación debe
realizarse de manera adecuada, para asegurar un buen enriquecimiento de especies y
contribuir a la coservación de la biodiversidad de acuerdo a cada zona. Se necesitará un
estudio de los productos obtenidos de los cercos y de las ganancias que genera su venta en
el mercado, con el fin de determinar la viabilidad comercial proveniente de cada uno de ellos.
74
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87
11. ANEXOS
Anexo I. Lista de especies presentes en los cercos vivos de los cinco ecosistemas de estudio.
Se indica la comunidad vegetal en la que fue registrada (BTP= bosque tropical perennifolio,
BTC=bosque tropical caducifolio, BMM=bosque mesófilo de montaña, BPE=bosque de pino
encino, BP=bosque de pino).
88
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Asteraceae
Montanoa tomentosa Cerv. X
Roldana barba- johannis (DC.) H. Rob. & Brettell X
Senecio angulifolius DC. X
Senecio cinerarioides Kunth X
Stevia monardifolia Kunth X
Symphoricarpos microphyllus Kunth X
Trixis inula Crantz X
Verbesina sp. X
Vernonanthura deppeana (Less.) H.Rob. X
Vernonia sp. a X
Vernonia sp. b X
Betulaceae
Alnus jorullensis Kunth. X
Carpinus caroliniana Walter. X
Bignoniaceae
Amphitecna tuxtlensis A.H. Gentry X
Crescentia cujete L. X
Handroanthus chrysanthus (Jacq.) S.O. Grose X
Tecoma stans (L.) Juss. Ex Kunth X
Boraginaceae
Tournefortia glabra L. X
Cordia alliodora (Ruiz & Pav.) Oken X X
Cordia spinescens L. X
Burseraceae
Bursera simaruba (L.) Sarg. X X X
Cactaceae
Acanthocereus tetragonus (L.) Hummelinck X
Neobuxbaumia euphorbioides Buxb. X
Neobuxbaumia scoparia (Polselg.) Backeb. X
Nopalea dejecta (Salm-Dyck) Salm-Dyck X X
Pilosocereus leucocephalus (Poselger) Byles
X
& G.D. Rowley
Cannabaceae
Celtis caudata Planch. X
Trema micrantha (L.) Blume X
Capparaceae
Quadrella incana (Kunth) Iltis & Cornejo X
Caprifoliaceae
Lonicera japonica Thunb. X
Celastraceae
Salacia cordata (Miers) Mennega X
Pristimera celastroides (Kunth) A.C.Sm. X
89
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Chloranthaceae
Hedyosmum mexicanum C. Cordem. X
Chrysobalanaceae
Hirtella racemosa Lam. X
Clethraceae
Clethra mexicana DC. X
Clusiaceae
Garcinia intermedia (Pittier) Hammel X
Cupressaceae
Cupressus lusitanica Mill. X X X X
Ebenaceae
Diospyros acapulcensis Kunth X
Ericaceae
Arbutus xalapensis Kunth X
Erythroxylaceae
Erythroxylum havanense Jacq. X
Euphorbiaceae
Adelia barbinervis Cham. & Schltdl. X
Alchornea latifolia Sw. X
Cnidoscolus aconitifolius (Mill.) I.M. Johnst. X
Croton ciliatoglandulifer Ortega X
Croton micans Sw. X
Croton schiedeanus Schltdl. X
Euphorbiaceae
Croton glabellus L. X
Euphorbia pteroneura A. Berger X
Jatropha curcas L. X
Omphalea oleifera Hemsl. X
Sapium lateriflorum Hemsl. X
Fabaceae
Acacia angustissima (Mill.) Kuntze X
Acacia farnesiana (L.) Willd. X
Acacia macracantha Willd. X
Acacia pennatula (Schltdl. & Cham.) Benth. X X
Acosmium panamense (Benth.) Yakovlev X
Calliandra houstoniana (Mill.) Standl. X
Desmodium sp. X
Dialium guianense (Aubl.) Sandwith X
Diphysa americana (Mill.) M. Sousa X
Erythrina americana Mill. X X
Erythrina folkersii Krukoff & Moldenke X
Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg. X
Gliricidia sepium (Jacq.) Walp. X X
90
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Fabaceae
Indigofera suffruticosa Millar X
Inga jinicuil Schltdl. X
Leucaena diversifolia (Schltdl.) Benth. X
Leucaena leucocephala (Lam.) de Wit. X
Lonchocarpus guatemalensis Benth. X
Lonchocarpus sericeus (Poir.) DC. X
Lonchocarpus sp. X
Lysiloma microphylla Benth X
Senna atomaria (L.) H. S. Irwin & Barneby X
Senna multijuga (Rich.) H.S. Irwin & Barneby X
Senna pallida (Vahl) H. S. Irwin & Barneby X
Vachellia cornigera (L.) Seigler & Ebinger X X
Fagaceae
Quercus affinis M. Martens & Galeotti X
Quercus laurina Raf. X
Quercus leiophylla A. DC. X
Quercus xalapensis Bonpl. X
Ruprechtia fusca Fernald X
Gesneriaceae
Moussonia deppeana (Schltdl. & Cham.) Hanst. X
Grossulariaceae
Grossularia microphylla (Kunth) Coville & Britton X
Ribes affine Kunth X
Ribes ciliatum Humb. & Bonpl. ex Roem. & Schult. X
Ribes microphyllum Kunth. X
Hamamelidaceae
Liquidambar styraciflua L. X
Hernandiaceae
Gyrocarpus jatrophifolius Domin X
Juglandaceae
Juglans olanchana Standl. & L. O. Williams X
Lamiaceae
Clerodendrum bungei Steud. X
Lauraceae
Nectandra ambigens (S.F. Blake) C.K. Allen X
Nectandra salicifolia (Kunth) Nees X
Ocotea dendrodaphne Mez X
Persea americana Mill. X X X
Persea schiedeana Nees X
Malpighiaceae
Bunchosia sp. X
Gaudichaudia albida Schltdl. & Cham. X
Heteropterys brachiata (L.) Kunth X
91
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Malvaceae
Abutilon trisulcatum (Jacq.) Urb. X
Ceiba aesculifolia (Kunth) Britten & Baker f. X
Guazuma ulmifolia Pers. X
Hampea nutricia Fryxell X
Heliocarpus appendiculatus Turcz. X
Heliocarpus pallidus Rose X
Malvaviscus arboreus Cav. X X X
Mortoniodendron guatemalense Standl. & Steyerm. X
Pachira aquatica Aubl. X
Phymosia rosea (DC.) Kearney X
Pseudobombax ellipticum (Kunth) Dugand X X
Melastomataceae
Conostegia arborea Steud. X
Conostegia xalapensis (Bonpl.) D. Don ex DC. X
Miconia argentea (Sw.) DC. X
Miconia glaberrima (Schtdl.) Naudin X
Meliaceae
Cedrela odorata L. X X
Guarea glabra Vahl X
Swietenia humilis Zucc. X
Trichilia havanensis Jacq. X X X
Trichilia hirta L. X
Trichilia martiana C. DC. X
Moraceae
Artocarpus heterophyllus Lam. X
Brosimum alicastrum Sw. X X
Ficu americana Aubl. X
Ficus aurea Nutt. X X
Ficus cotinifolia Kunth X X
Ficus obtusifolia Kunth X
Ficus pertusa L.f. X
Poulsenia armata (Miq.) Standl. X
Myricaceae
Morella cerifera (L.) Small X
Myrsinaceae
Myrsine coriacea (Sw.) R.Br. ex Roem. & Schult. X
Myrtaceae
Eugenia acapulcensis Steud. X
Eugenia capuli (Schltdl. & Cham.) Hook. & Arn. X
Eugenia macrocarpa Schltdl. & Cham. X
Eugenia nigrita Lundell X
Psidium guajava L. X X X
92
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Nyctaginaceae
Bougainvillea glabra Choisy X
Pisonia aculeata L. X
Oleaceae
Fraxinus dubia (Willd. Ex Schult. & Schult. F.)
X
P.S. Green & M. Nee
Ligustrum lucidum W. T. Aiton X
Ximenia americana L. X
Papaveraceae
Bocconia frutescens L. X X
Passifloraceae
Passiflora foetida L. X
Passiflora suberosa L. X
Picramniaceae
Picramnia antidesma Sw. X
Pinaceae
Abies religiosa (Kunth) Schtdl. & Cham. X
Pinus ayacahuite Ehrenb. ex Schltdl. X X
Pinus patula Schltdl. & Cham. X X
Pinus pseudostrobus Lindl. X
Piperaceae
Piper amalago L. X
Piper arboreum Aubl. X
Piper auritum Kunth X
Piper hispidum Sw. X X
Piper sp. X
Piper umbellatum L. X
Plantaginaceae
Penstemon gentianoides (Kunth) Poir. X
Platanaceae
Platanus mexicana Moric. X
Poaceae
Chusquea sp. X
Olyra latifolia L. X
Polygalaceae
Monnina xalapensis Kunth X
Antigonon leptopus Hook. & Arn. X
Coccoloba barbadensis Jacq. X
Coccoloba montana Standl. X
Primulaceae
Ardisia compressa Kunth X X
Ranunculaceae
Clematis dioica L. X
93
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Rhamnaceae X
Colubrina triflora Brongn. ex Sweet
Frangula discolor (Donn. Sm.) Grubov X
Rhamnus humboldtiana Will. ex Schult. X
Rhamnus pompana M.C. Johnst. & L.A. Johnst. X
Ziziphus amole (Sessé & Moc.) M.C. Johnst. X
Rosaceae
Cotoneaster pannosus Franch. X
Crataegus mexicana Mo‡. & Sess, ex DC. X
Crataegus sp. X
Eriobotrya japonica (Thunb.)Lindl. X
Malus domestica Borkh. X
Prunus domestica L. X
Prunus serotina Ehrh. X X
Rubus adenotrichus Schltdl. X
Rubiaceae
Coffea arabica L. X X
Hoffmannia excelsa (Kunth) K. Schum. X
Palicourea tetragona (Donn. Sm.) C.M. Taylor X
Psychotria erythrocarpa Schltdl. X
Psychotria limonensis K. Krause X
Randia aculeata L. X
Randia armata (Sw.) DC. X
Rutaceae
Citrus limon (L.) Osbeck X
Citrus sinensis (L.) Osbeck X
Zanthoxylum caribaeum Lam. X
Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. X
Zanthoxylum melanostictum Schltdl. & Cham. X
Zanthoxylum riedelianum Engl. X
Zanthoxylum sp. X
Salicaceae
Casearia corymbosa Kunth X X
Casearia sp. X
Pleuranthodendron lindenii (Turcz.) Sleumer X
Populus mexicana Wesm. Ex DC. X
Prockia crucis P. Browne ex L. X
Xylosma flexuosa (Kunth) Hemsl. X
Sapindaceae
Cardiospermum grandiflorum Sw. X
Cupania dentata Moc. & Sessé ex DC. X
Cupania glabra Sw. X
Paullinia clavigera Schltdl. X
Paullinia tomentosa Jacq. X
94
Familia/Especie BTP BTC BMM BPE BP
Sapindaceae
Serjania caracasana (Jacq.) Willd. X
Serjania triquetra Radlk. X
Sapotaceae
Sideroxylon sp. X
Schoepfiaceae
Schoepfia schreberi J.F. Gmel. X
Scrophulariaceae
Buddleja parviflora Kunth X X
Smilacaceae
Smilax moranensis M. Martens & Galeotti X
Solanaceae
Brugmansia arborea (L.) Steud. X
Brugmansia candida Pers. X
Capsicum annuum L. X
Cestrum dumetorum Schltdl. X
Cestrum nocturnum L. X X
Cestrum sp. X
Cestrum tomentosum L.f. X X
Lycianthes lenta (Cav.) Bitter X
Solanum diphyllum L. X
Solanum ferrugineum Jacq. X
Solanum lanceolatum Cav. X
Solanum torvum Sw. X
Urticaceae
Myriocarpa longipes Liebm. X
Verbenaceae
Citharexylum mocinoi D. Don X
Lippia myriocephala Schltdl. & Cham. X
Violaceae
Orthion veracruzense Lundell X
Vitaceae
Cissus verticillata (L.) Nicolson & C. E. Jarvis X
Vitis tiliifolia Humb. & Bonpl. Ex Schult. X
Vochysiaceae
Vochysia guatemalensis Donn. Sm. X
95
Anexo II.
1.2 ¿De dónde es (son) originario (os) usted (es), o de dónde viene (n)?
a. Migrantes recientes (menos de 5 años) del Estado de Veracruz
(localidad):
b. Migrantes del Estado de Veracruz con antigüedad de cinco años o
más.
c. Migrantes de otros sitios del país
2. PRÁCTICAS PRODUCTIVAS
2.1 ¿Cuál es su principal actividad productiva?
a. Agricultura ¿Qué Cultiva? ___________________________________________
b. Ganadería- ¿de qué tipo? _________________________________________
c. Silvícola-Forestal ________________________________________________
d. Otra __________________________________________________________
2.2 Uso de la parcela
Cultivo, Ganado, Tipo
Otros
Observaciones: ____________________________________________________
Observaciones: _____________________________________________________
3.3 Siembra (plantas para establecer el cerco vivo: estaca/plántula)
Fecha Especie Método
Observaciones: _____________________________________________________
96
3.4 Fertilización
Tipo de Veces al Fecha Cantidad
fertilización año
Observaciones: _____________________________________________________
3.5 ¿Qué plantas utiliza para el cercado del cultivo o ganado? o ¿utiliza `plantas sólo para delimitar
la propiedad?
3.6 ¿Por qué usa esas plantas?
3.7 ¿cómo se seleccionan las especies que se utilizan como cercos vivos?
3.9 ¿Qué parte de la planta utilizada como cerco vivo tiene valor utilitario?
3.8 ¿Qué beneficios considera que otorga el manejo de los cercos vivos? (interpretar la respuesta)
a. Económicos
b. Ambientales
c. Sociales
d. Otros;
97
Anexo III.
Porcentajes y valores absolutos de los usos de las plantas adultas (>1cm DAP) y en reclutamiento
(<1cm DAP, >30 cm de altura) de los cercos vivos asociados a cinco ecosistemas del estado de
Veracruz. Abreviaturas; M=medicinal, C=Comestible, O=Ornamental, COM=Combustible,
MA=Maderable, I=Industrial, A=Artesanal, F=Forraje, CO=construcción, S/U= Sin uso reportado (se
indica el porcentaje / número de individuos).
98
Anexo IV.
Cercos vivos asociados al bosque tropical perennifolio en la región de Los Tuxtlas, Veracruz.
99
Cerco vivo consolidado
100
Cerco vivo consolidado
101
Cerco vivo consolidado
102