Skinner Ciencia y Conducta Humana
Skinner Ciencia y Conducta Humana
Skinner Ciencia y Conducta Humana
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U'3 XV. «Autocontrol»
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J LA "AUTODETERMINACIúN" DE LA CONDUCTA
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Sin embargo, debemos considerar primero la posibilidad de que tras que en el capítulo XVI estudiaremos la conducta tradicionalmente
el sujeto pueda controlar su propia condilcta. Una objeciÓn común definida como pemamiento creador. Los dos tipos de técnicas son di
a la idea del organismo que adú¡i tal como lo hemos presentado fcrentes porque, en el autocontrol, el sujeto puede identificar la con
hasta ahora, se formula más o menos de la forma que veremos a ducta que ha de ser controlada, mientras que en el pensamiento crea
continuación. Al pOller de relíeve el poder de control de las varia tivo no puede hacerlo. Las variables que el iudividuo utiliza para ma
bles externas hemos dejado al orgmlÍsmo en una situación especial lIipular su conducta de este modo no siempre Son accesibles a los
mente apurada. Parece que su conducta consiste simplemente en un demás, y esto ha sido' fuente de gran confusión. Por ejcmplo, con fre
"repertorio", una serie de aeciollt'S cada una de las cuales se con cuencia se ha llegado a la conclusión de que la autodisciplilla y el pell
vierte en más o mcnos probable scgún cambie el medio ambiente. samiento tienen lugar cn un mundo interior no físico y (!ue ningulIJ
Es verdad quc las variables pueden disponerse en modelos (,'Qmple de estas actividades puede, en modo alguno, ser dcscrita de torma
jos, pcro este hecho no modifica de forma apreciable la idea general adecuada como conducta. Podemos simplificar el análisis cOIlsidcnu·do
ya que el ónfasis continÍla puesto todavía en la conducta y no en el I
unos ejemplos de autocontrol y pCllsa~iento cn lo;; que el individuo
slIjeto que actúa. Sin embargo, parece que el individuo hasta cierto
pUllto modela su propio destillo. Con frecuencia puede hacer algo con
respecto a las variables que le afectan. Generalmente se reconoce
cierto grado de "autodeterminación" en la conducta creativa del ar
tista y del científico, en la conducta autoexploratoria del escritor y en
l maneja ciertas variablcs extenws, pero necesitaremos completar el cuadro
indicando qué posición ocupan los hechos ¡!ltemos ClI una ciencia
de la conducta (capítulo XVlI). Un hecho exclusivamente interno
no tendría ningún lugar en el estudio de la conduela, ni
en ninguna aba ciencia; p~ro hechos que, al menos por el momcnto,
la auto disciplina del asceta. Las versiones más modestas de la auto son accesibles tan sólo al mismo individuo aparcccn, a menudo, como
determinación son más corrientes. El individuo "elige" entre diver eslabones en cadenas de hechos que, por otra parte, son públicos y
sas accioncs alternativas, "rcflexiona" sobre un problema mientras que, por tanto, deben tenerse en cuenta. Es probablc que éste sea el
permanece aislado del ambiellte relevante y mantiene su propia salud caso del autocontrol y el pensamiento creativo, puesto que, en eJJas,
o su posición en la sociedad ejerciendo el "autocontrol". el individuo se encuentra ampliamente comprometido en el manejo de
Una deserip~ión amplia de la conducta hu'mana debe, por supues Su propia conducta.
to, incluir los hechos a los que se hace referencia en este tipo de pro Cuando decimos que alguien se autocontrola, debemos especificar
posiciones, pero podemos perfectamcnte cubrir este objetivo sin aban quién controla a quién. Si decimos que se conoce a sí mismo hemos
donar nuestro programa. Cuando un hombre se auto controla, decide de distinguir también entre el sujeto y el objeto del verbo. Es evidente
rculizar una acción determinada, picIIsa cn la s.olución de un problema
o se esfuerza por aumentar el conocimiento de sí mismo, está emitiendo
conduc/la. Se controla a sí mismo exactamente igual que controlaría
la conducta de cualquier _otra persona mediante la manipulación de
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que las autoimágenes son múltiples y que, por tanto, no pueden iden
tificarse con el organismo biológico. Pero, si esto es así, ¿ qué son?
¿Cuáles son sus dimensiones en una ciencia de la conducta? ¿Hasta
qué punto una autoimagen es una personalidad integrada o un orga
variables de las cuales la conduela es función. De e~~a forma, su propia J
1 TÚsmo? ¿Cómo puede actuar sobre ella? Los sistemas intereonet::tados
conduet~ se convicrte en un adecuado objcto de anúlisis y finalmente de respuestas que dcscriben el autocontrol y el pensamiento hacen
debe describirse utilizando variables que se hallan en el exterior del posible contestar satisfactoriamente prcgunlas de cste tipo, como ve
individuo. remos en el C'lpítulo XVIII. Sin embargo, cuando dispongamos de los
Es propósito de csta sección III analizar cómo actúa el principales datos podremos hacerlo de manera más convenieute. Mien
para alterar las variablcs de las cuales otras partes de la conducta SOl! tras tanto, vamos a utilizar el término "autoimagen" ("se//,,) de una
funciones, distinguir cntre los distintos casos que se presentan en tér forma menos rigurosa.
miriaS ue los procesos implicados y. describir la conducta que logra el
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control de la misma forma quc describimos la conducta de cualquier
otro tipo. El prcsente capítulo trata de los procesos implicados en el
autocontrol, tomando este término casi cn su sentido tradicional, micn
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"AUTOCONTROL" los demás. Una investigación un poco a fondo en este punto ilustrará
el proceso de autocontrol y, al mismo tiempo, servirá para resumir el
Frccucntemente, el individuo controla parte de su propia conducta tipo de control que vamos a tratar en los capítulos siguientes.
cuando una respuesta tiene com'ecuenCÍas conflictivas, cuando Con
duce, al mismo tiempo, a un reforzamiento negativo y a otro positivo.
Por cjemplo, el llCcho de tomar bebidas alcoh6licas va seguido, a
menudo, de una situaci6n de scguridad excepcional en la cual queda Tl!:CNICAS DE CONTROL
facilitado el éxito social y en la que se tienden a olvidar responsabilida
dcs, ansiedades y otros problemas. Puesto que todo esto refuerza de Limitaci6n física y ayuda física
forma positiva, aumenta la probabilidad d~ que se vuelva a beber en
ocasiones futuras. Pero tiene también otras consecuencias -la "resaca" Comúnmente cOi1trolamos la condu¡:;ta a través de. una limitaci6n
y los posibles efectos desastro::;os de una conducta demasiado confiada física. Mediante puer~as cerradas, vallas y cárceles limitamos el espacio
o irresponsable- que refuerzan' de forma negativa y que cuando son
') en el que la gente se mueve. Con camisas de fuerza, mordazas y es·
contingentes con la conducta representan una forma de castigo. Si el posas limitamos el movimi ~nto de algunas partes del cuerpo. El indi
castigo fuera simplemente lo opuesto al reforzamiento, podrían com J viduo controla del mismo modo su propia conducta. Se lleva la mano
binarse ambos para producir una tendencia intermedia a beber; pero a la boca para sofocar la risa, o la tos, o para acallar una respuesta
hemos visto que éste no es el caso. Cuando se presenta una ocasi6n verbal que en el último momento considera una equivocación. Un psi
similar, prcvalecerá la misma tendencia a beber o incluso una tenden
cia incrementada, pero tanto la ocasión misma como las primeras eta I cólogo infantil ha sugerido que una madre que desee dcjar de regañar
a su hijo debe sellarse la boca con cinta adhesiva. Podemos mcternos
pas que conducen a beber generarán estímulos aversivos condicionados las manos en los bolsillos para no morderlas con impaciencia o para
y respuestas emocionales que podemos dcsignar como vergüenza y evitar mordemos las uñas, o apretarnos la nariz para no respirar cuan
culpabilidad. Las respuestas emocionales pueden tener algún efecto do estamos bajo el agua~ Un sujeto puede presentarse a la policía para
disuasivo que debilite la conducta, por ejemplo, "'poner de mal humor". controlar mejor su propia conducta criminal o psicótica. Puede cortar
Sin embargo, el efccto mús importante radica en que cualquier con se la mano derecha antes de que sea motivo de escándalo.
duda que debilite la conducta de beber queda automáticamente refor En cada uno de estos ejemplos podemos identificar una respuesta
zada debido a la reducción de la estimulación aversiva. Ya hemos que controla y que impone un cierto grado de limitación física a la
tratado de la conduda de, simplemente, "hacer cualquier cosa", que respuesta que va a controlar. Para explicar la existencia y la intensidad
se ve reforzada porque desplaza la conducta punible, pero existen otras ~e la conducta que controla, recurrimos a las circunstancias rcforzantcs
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posibilidades. El organismo puede hacer que la respuesta castigada· que surgen cuando la respuesta ha sido controlada. El hecho de lle
sea menos probable alterando las variables de las cuales dicha respues varse la mano a la boca se encuentra reforzado y ocurrirá de nuevo
ta es funci6n. Cualquier C!Onducta que consiga esto quedará automáti , ) bajo circunstancias similares porque reduce la estímulaci6n aversiva
camente reforzada. A esta conducta la llamamos autocontrol. ' producida por la tos o el error que va a producirse. En la línea del
capítulo XII, la respuesta que controla evita las consecuencias negati
Las consecuencias positivas y negativas generan dos respuestas Vamente reforzalltes de la respucsta <.,'Ontrolada. El medio ambiente
que están relncionadas entre sí de modo especial: una de ellas, la res social proporciona las consecuencias aversivas de un error; las de !es
1Jrlesta que controla, afecta lns variables de tal modo que cambia la pirar debajo del agua no requieren la mediación de otras perSonas.
probabilidad de la otra, la resptl(~sta controlada. La respuesta que Con" Otro tipo de control a través de la limitación física cor.sist~ 5 i m?le
trola puede manipular cualquiera de las variables de las cuales la res ¡ mente en alejarse de la situación en la que puede tener lugar la con
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puesta controlada es función; existen, por tanto, muchas formas distirit,IS ducta que se desea controlar. Los padres evitan problemas sepumndo
de autocontrol eficaz. En general, es posible trazar paralelos en los Un ni.ño de conducta agresiva de otros niiíos y el adulto se cor.trola a
que se emplean las mismas técnicas para controlar la conducta de sí mismo de forma similar. Incapaz de controlar su ira, se va. Puede
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que esto no logre controlar todas sus reacciones emocionales, pero pone I Cambio de estímulo ""
suiciua debido a que, en ocasiones anteriores, haya escapado de una ran mediante ayuda o limitación físicas, no se basan en un proceso
dcbcn haber sido intensificados por sC1)arado. A no ser que esto suce eliminar la ocasión para eIJo. Para conseguirlo, manipulamos o bien
da bajo circunstancias en las que la frecuencia sea un dato obtenible, un estímulo capaz de provocar una respuesta refleja o bien un estímulo
no podremos asegurar, con propiedad, de un hombre concreto que "es díscriminativo. Cuando un laboratodo famlat-éutico reduce la proba
que desde luego no todos, siguen el precepto de cortarse la mano car"-, lo que hace es, simplcmente, eliminar un estímulo que provoca
gastos inflacionistas mediante fuertes impuestos, quitand.., así a la gente estímulo que induce una accióri aversiva. Podemos apartar enérgica
el dinero o crédito necesarios para comprar. Una persona consigue mente la vista del dibujo de una pared empapelada que suscite impe
controlar la conducta de su heredero derrochador por medio de un riosamente la conducta de trazar dibujos geométricos. Podemos cerrar
usufructo. Los colegios contrarios a la educación mixta consiguen con las puertas o correr las cortinas pa::a eliminar estímulos que nos dis
trolar ciertos tipos de conducta sexual haciendo inaccesible el sexo traen, o conseguir lo mismo tapándonos los ojos o poniéndonos los
opuesto. El individuo puede utilizar las mismas técnicas para controlar dedos en los oídos. Para evitar comer demasiados dulces podernos eulocar
se a sí mismo. Puede dejar gran parte del dinero en casa para no gas la caja lejos de nosotros afín de 110 verla. A este tipo de autocontrol
tarlo o pucde echar monedas en ulla hucha de donde sea difícil ex se le llama "evitar la tentaci6n", especialmente cuancIo la sociedad lla
traerlas. Puede que coloque su dinero en un lugar inaccesible incluso dispuesto las consecuencias aversivas. En él cobra sentido la frase "ap:ír
para sí mismo. Mr. Polly, de H. G. Wells, utilizaba un procedimiento I tate de mí, Satanás".
de una forma de conducta deseada suministrando ayuda física. Facili pia conducta cuando nos atamos un hilo en el dedo o anotamos algo en
tamos la conducta humana haciéndola posible o extendemos y ampli a la agenda para recordar lo que hemos de hacer, en el momento apro
., n;¡os sus consecuencias mediante diversos tipos de equipos, instrumen piado. A veces, presentamos estímulos porque la conducta resultante
tos y máquinas. Cuando el problema del autocontrol consiste en generar desplaza a la conpucta que va a ser controlada; nos '"distraemos" de
una respuesta dada, alteramos nuestra propia conducta en el mismo -la misma forma que distraemos ¡¡ Jos dem{ls, de tina situaci611 que ge
sentido consiguiendo material apropiado, facilitando fondos, etc. nera conducta no deseable. Amplificamos los estímulos elaborados por_
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"uo<,~~'":O"o o po" dom",..,. un dificil p"'O do baHe, "",ndo 0<.
tudiamos películas sobre nuestra propIa conducta para meJorar nuestra
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. Exi"e una varian'e de e~a qu~
próctioa OO"'.'e en "el" una fo,.
ma d~ conducta ~Ievando a cabo otra en cIerta forma simihu'. CO~l fre-
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habilidad cn un deporte o escuchamos. grabaciones de nuestra propia 'cuenCIa se ~ecomlenda hacer mucho ejercicio para controlar la conducta
voz para mejorar la pronunciación o la díccióll. sexual partiendo de la base de que el ejercicio se parece lo suficiente
Condicionamicnto y extinci6n constituyen otros eaminos para cam . a la conducta sexual COmo para producir una especie de saciedad trans
biar la eficacia de los estímulos. Nos preparamos para el efecto futuro ¡ fe~ida. (Se supone que el efecto se debe a superposición topogrlÍfica
de un estímulo sobre nosotros asociúlIt!olo con o.tras estímulos y exUn I mas que ~ puro a~ot¡¡~iellto.) Un superposición similar pucde explicar
guimos :eflcjos expolliél\do~IOS a e~l.ímul~s COIl(~iClOnados cuando no va~1 l' una eSpeCie .de pr~vacI6~ transf~rida, Se h~ recomendado la costumbre
acompanados de rcforZUIlllclltO. Si nos sonrojamos, sudamos o mam de levantarse de la mesa todavla con apetito como un modo de gene
festamos cualquier otra rcspuesta emocional en detcrminadas circuns , rar bue~los hábitos de .trabajo. Quizá sea por esta misma razón que el
tallcias, a causa de un incidcntc desa[()rtu~~do, podemos exponernos I vcgetarla~o suele ~l1ostI:arsc particularmente activo y muy eficaz, ya
a estas mismas circunstancias en unas condiCIOnes más favorables para ~, que {;n, CIerto sentido, SIempre se encuentra hambricllto. Se ha afirma
(lue la extinci6n pueda tener lugar. ! do qU,e la autoprivaci6n en el campo del sexo tiene jmportantes conse
) ~uencIas en otros campos poco relacionados con él, por ejemplo, faci
htando logros literarios o artísticos. Posiblemente, las pruebas disponibles
Privación y sllcied{ld hasta el momento son escasas; si al final resulta que el efecto en realidad
"
H. Lawrence describe de este modo un tipo de autocontrol: emocionales a causa de hechos quc han sucedido en relaci6n COIl ellas.
'"I A veces, evitamos la aparición dc una conducta emocioual provocalldo
Un eminente médico... me dijo que para librarse de un mal hábito uno debe I respuestas incompatibles mediante estímulos apropiados; por ejem
forzarse a sí mismo a ejecutarlo cuando no le apetece; si nos obligalnos a nosotros plo, cuando, en un momento muy solemne, nos mordemos la lengua
mismos, el hábito desaparece ... Por ejemplo, si alguien tiene la costumbre de mor J para no reÍrno<;.
derse las uñas, debe obligarse a moderlas en el momento en que no lc apetezca
1
hacerlo en absoluto. Finalmcnte, nos damos cuenta de que el hábito ha desaparecido. ! Controlamos también las predisposiciones, las cuales debemos dis
Este método entra dentro del tipo que estamos tratando si conside I televisión predispone al público del cstudio a reírse antes de empezar
ramos la conducta de morderse ..deliberadamente" las uñas o morder 1
la transmisi6n contándole Imos chístes que no se pueden contar durantc
un trozo de celuloide u otro material similar, como automáticamente
el programa, Se puede utilizar el mismo procedimiento ell el Ulltoeoll
saciadora. Esta práctica puede hacerse extensiva, desde luego, a otroS frol. Intentamos ponernos de "bucn humor" antes de ulla cita pesad:!
problemas distintos, al margen de los llamados "malos hábitos". por J y molesta, para aumentar la probabilidad de comportarnos de forma
ejemplo, si no podemos trabajar en nuestro despacho a causa de una
Socialmente aceptable. Autes de pedir un aumento de sueldo ]mcemos
tendencia a ir .a pasear, un n'ipido paseo puede resolver el problema acopio de valor eonvcnciéndon.os de que nuestra situacióu es
por medio de la saciedud.
Releemos una carta ofensiva justameute antes de contestarla para ge
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Ilcrar la conducta emocional que hará que la escribamos con más fa~ las órdenes dadas por uno mismo y las que proceden de los demás,
que puede interferirse con el resultado.
cilidad y de forma más eficaz. Somos támbién capaces de engendrar
Cuando tomamos una decisión, preparamos estímulos aversivos que
intensos estados emocionales en los que la conducta no deseable sea
controlarán nuestra conducta futura. Se trata,. esencialmente, de una
improbable o imposible. Un ejemplo adecuado lo constituye lo que
vulgarmente se dice "dar a alguien un susto de muerte". Esto se refie previsión que afecta nuestra pmpia conducta. Cuándo esta decisión se
re, de forma casi literal, a un método p'.lra controlar la conducta que toma en presencia de personas que proporcionarán una estimulaci6n
ha sido en el pasado severamente castigada y consiste en reinstaurar aversiva si la predicción no se cumple, preparamos unas consecuen
los estígmlos que han acompañado antes al castigo. Utilizamos la misma cias que, probablemente, fortalecerán la conducta que hemos decidido
técnica cuando suprimimos nuestra propia copducta recordando cas realizar. Sólo comportándonos como l!emos previsto, podemos evadir
tigos pasados o repitiendo proverbios que nos advierten de las conse nos de las consecuencias aversivas que sobrevendrían si no cumpliérá
mos nuestra resolución. Como veremos más adelante, nuestra propia
cuencias del pecado.
Reducimos la amplitud de una reacción emocional demorándola, por conducta puede, con el tiempo, proporcionarnos, de manera automática, .
la estimulación aversiva que nos induzca a mantener una decisión. Esta
ejemplo, "contando hasta diez" antes de actuar cuando estamos enfa
dados. Obtenemos el mismo efecto mediante un proceso de adaptación, '] puede entonces ttaducirse en hechos aun en ausencia de otras personas.
ya descrito en el capítulo X, cuando, de forma gradual, nos ponemos
en contacto con estímulos que causan desasosiego. Podemos aprender
a domar serpientes sin miedo empezando con serpientes muertas o Drogas
drogadas y de la clase menos peligrosa, pasando paulatinamente a airas
clases con más vitalidad y que causan mayor temor. Utilizamos drogas que simulan el efecto de otras variables para
conseguir un mejor autocontrol. Mediante el l1S0 de anestésicos, anal
gésicos y soporíferos, reducimos los estímulos dolorosos o perturbado
... res que, de otra forma, no podrían ser alterados fácilmente. Aperitivos
Utilizaci6n de estímulos aversivos
y afrodisíacos son utilizados, a veces, porque se cree que reproducen
Cuando preparamos un despertador, esfumas disponiendo un es los efectos de la privación en el campo del hambre y del sexo, respec
tímulo altamente aversivo del que sólo podremos escapar despertándo tivamente. Se utilizan otras drogas para conseguir los efectos cOntra
nos. Colocando el reloj en el otro extremo de la habitación, noS ase rios. Los estímulos aversivos condicionados de la "culpabilidad" son
guramos .de que la conducta de evasión nos obligará a despertarnos contrarrestados, de manera más o menos efectiva, con alcohol. La mor
completamente. Condicionamos reacciones aversivas en nosotros mis ,#.
fina y otras drogas similares, y, en menor escala, la cafeína y la nico
mos, asociando estímulos de forma apropiada, por ejemplo, utilizando I tina, generan pautas típicas (le conducta eufórica.
las "curas" que hemos descrito contra el tabaco y el alcohol. Asimismo, j
nos controlamos creando estimulos verbales que nos afecten, a causa
de las consecuencias aversivas pasadas que otras personas han asociado Condicionamiento operante
con tales estímulos. Una simple orden constituye un estímulo aversivo '1
-una amenaza- que especifica la acción que conduce a la evasión. No está nada daro el papel del reforza miento operante en el auto
Al despertarnos en una fría mañana de invierno, la simple repetici6n control. En cierto sentido, todos los reforzamicntos son autoadministra
de la orden "levántate" puede, de forma sorprendente, llevarnos a la dos, puesto c¡ue puede considerarse que una respuesta "produce" su
acci6n. La respuesta verbal cuesta menos que el hecho de levantarse reforzamiento, pero "reforzar la propia conducta" es algo más que
y es emitida con mayor facilidad, pero las contingencias reforzantes esto. Es también más que generar, simplemente, circunstalldas en 1<.s
establecidas por la comunidad verbal pueden prevalecer. En cierto que un determinado ttpo de conducta se ve siempre reforzado, por
sentido, el individuo "se obedece a sí mismo". El uso continuado de ejemplo, reunirse con amigos que refuerzan solamente la "buena" CJn
esta técnica puede conducir a una discriminación más precisa entre ~ ducta. Esto es simplemente una cadena de respuestas, uno de cuyos
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primeros' eslabones (reunirse con un amigo concreto) es fuerte .ponÍue.. ligo no es meramente una estimulaci6n aversiva; es una estimulaci6n
conduce al refuerzo de un eslab6n posterior (la "buena" conducta). aversiva contingente respecto de una respuesta dada. ¿Puede el indi
. El 'a'utorrcforzamíento de la conducta operante presupone que el viduo preparar esta contingencia? El hecho de llevar a cabo una con
individuo puede obtener reforzamiento, pero que no intenta conseguir_ ducta que vaya a ser castigada no es autocastigo, ni ~ tampoco lo es
lo hasta que se haya emitido una respuesta determinada. l!:ste podría buscar ocasiones en las que una determinada conducta sea castigada.
ser el caso si alguien caneelara cualquier contacto social hasta que El individuo parece castigarse a sí mismo cuando, después de haber
hubiera terminado un trabajo concreto. Indiscutiblemente, sucede llevado a. cabo alguna condUf~ta determinada, se inflige a sí mismo al
de este tipo, pero, ¿es reforzamicnto opcrante? Ciertamente se parece gún daño. Se ha dicho que la conducta de este tipo parece indicar una
poco al procedimiento utilizado para condicionar la conducta de otra per "'necesidad de castigo". Pero podemos explicarla de otra forma, si, al
Sona. Pero debemos recordar que el individuo puede, en cualquier mo estimularse a sí mismo de manera aversiva, el individuo se evade de
mento, dejar el trabajo que está hacie'ldo y obtener el rcforzamiento. un sentimiento de culpabilidad todavía más aversivo (capítulo XII).
lIemos de explicar por qué no lo hace. Es posible que esta conducta '1
Existen otras variantes en el uso dei.a autoestimulaci6n aversiva.
indulgente haya sido castigada en el pasado -por ejemplo, desapro Una persona que quiera disminuir su peso puede apretarse el cintur6n
..)
búndoJa-, excepto cuando una parte del trabajo fuera completada. hasta un punto determinado y hacer que se mantenga allí a pesar del
Por eso la conducta indulgente producirá, si no cumple esta condi fuerte efecto aversivo. Esto puede incrementar directamente los estímu
ci6n, una fuerte estimlllaci6n aversiva. El individuo termina el trabajo los aversivos condicionados e incondicionados que se generan en el
para sentirse libre de culpa (capítulo XII). La pregunta fundamental acto de comer demas;ado y puede encargarse de refor¿ar automática
es si la consecuencia tiene algún efecto fortalecedor sobre la conducta mente el hecho de comer de forma limitada. Pero no debemos pasar
que la precede. ¿Es más probable que el individuo realice un trabajo por alto el hecho de que una respuesta muy simple -aflojar e~ cintu
semejante en el futuro? No sería sorprendente que no lo fuera, aunque r6n- conduciría a evadirse ce la misma estimulaci6n avcrsiva. Si esta
hay que reconocer que el interesado ha preparado una serie de hechos conducta no se produce es porque ba sido seguida por consecuencias
en los que una determinada conducta se ha visto seguida por un he todavía más aversivas que la misma sociedad o el médico se han en
cho reforzante. cargado de establecer, por ejemplo, sentido de culpabilidad y temor de
Se formula un problema parecido al plantearse si uno mismo puede caer enfermo o morir. La pregunta fundamental acerca de la autoes
extinguir su propia L'Onducta. No puede considerarse como autocontrol timulaci6n aversiva es si tal práctica muestra el efecto que esta misma
emitir simplemente una respuesta que no sl;)a reforzada, ni lo es tam estimulaci6n generaría si fuera establecida por los demás.
poco la conducta que se limita a situar al individuo en circunstancias
bajo las cuales un tipo determinado de conducta quedará sin reforzar.
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La autoextinción parece consistir en que una respuesta que controla "Hacer otra rosa"
debe preparar la ausencia de consecuencia; el individuo debe interve
nir para romper la conexi6n entre la respuesta y el reforzamiento. Pa Una técnica de autocontrol que no tiene ningún paralelo en el con
rece que ocurre esto, por ejemplo, cuando se desconecta un televisor, trol de los demás se basa en la dominancia. El individuo puede evitar
de manera que se extinga la respuesta de encenderlo. Pero aquí la r llevar a cabo una conducta que le conduciría al castigo dedicálldose,
extinci6n es trivial; el efecto primario con~iste en retirar una fuente
COn todas sus fuerzas, a hacer otra cosa. Un ejemplo simple consiste
de estímulaci6n.
en' evitar retroceder mediante una intens'a respuesta de marüenerse
quieto. Mantenerse quieto no es, simplemente, "no retroceder", Es una
respuesta que, si se lleva a cabo con la fuerza suficiente, predomina
Castigo
. sobre la respuesta de retroceder. Esto se parece al control ejercido por
los demás cuando llevan a cabo una conducta incompatible. Pero, así
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El autocastigo plantea la misma cuestión. Un individuo puede es
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de alguna manera, 'ejecutándola. Un ejemplo muy conocido es hablar trata también de conducta, y podemos explicarla en términos de otras
sobre algún problema marginal para evitar abordar un tema éOllcreto. variables ambientales y del historial del individuo. Estas variables SOn
Parece que el hecho de evadirse de la estimulaci6n aversiva generada las que proporcionan el control esencial.
por el tema en cuestíón es la causa de la intensidad de la conducta " Por supuesto, este punto de vista está en conflicto con las ideas
verbal que lo desplaza (capítulo XXIV). tradicionales sobre el tema, que gustan mucho de citar el autocontrol
En el campo de la emoción, tina fórma más concreta de "hacer como' un ejemplo importante del proceso de responsabilidad personal.
cualquier otra cosa" lmcue ser especialmente eficaz. Las emociones Pero un análisis qu~ recurre a las variables externas hace innecesario
tienden a ir asociadas -miedo e ira, amor y odio-- de acuerdo con la suponer la existencia de un agente interno causante y determinante.
orientación de la conducta que se encue¡,ltra intensificada. Podemos Son muchas las ventajas científicas de un amí.lísis como éste, pero quizá
modificar la conducta de alguien que tiene miedo haciéndole enfadar. I las de tipo práctico sean aún más importantes. La idea tradicional acer
En est{l caso, su conducta no es simplemente la de hacer otra cosa; en ¡ ca de lo que sucede cuando un individuo se autocontrola nunca ha te
cierto sentido está haciendo lo contrario. El resultado no es una do nido éxito como recurso educativo. SirYe de muy poco decirle a alguien
¡~"
minancia, sino Ulla suma algebraica. En el autocontrol, el efecto. se
ejcmplifica cuando alteramos una predisposición emocional poniendo ¡
que utilice su "voluntad" o su "autocontrol". Una recomendación de
este tipo puede hacer que el autocontrol sea ligeramente más probable
en práctica la emoción opuesta: disminuyendo las manifestaciones de 1 al establecer unas consec.uencias aversivas adicionales ante el fracaso
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la conducta propia del miedo mediante la práctica de la ira o la indife
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en el control, pero no sirVe de mucha ayuda para entenuer los procesos
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rencia o evitando los estragos del odio "amando a nuestros enemigos". reales. Otro análisis de la conducta de controlar debería hacer posible
¡t.. enseñar ciertas técnicas iinportantes con la misma facilidad con que
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f ~ ,1 se enseña cualquier afIO repertorio técnico. Debería, asimismo, mejorar
EL ORIGEN úLTIMO DEL CONTROL los procedimientos a través de los cuales la sociedad mantiene fuerte
la conducta de autpcoritrol.. Ya que una ciencia de la conducta revela
El mero examen de las técnicas de autocontrol no explica por qué de una forma más clara las variables de las cuales la condt.dú e:; fun
el individuo las pone en práctica. Esta deficiencia es del todo evidt3nte ción, deberían aumentar en gran manera estas posibilidades.
cuando intentamos conseguir que alguien se autocontrole. Resulta fácil No debemos olvidar que las fórmulas expresadas en términos de
decirle a un alcohólico que puede dejar de beber tirando a la basura responsabilidad persona'l sirven de base a muchas de nuestra~ actuales
todas las botellas que tiene en casa; el principal problema es conseguir técnicas de control y que no podemos, bruscamente, desecharlas. Rea
que lo haga. Logramos que esta conducta se~ más probable disponiendo lizar un cambio no violento es de por sí un serio problema. Pero puede
I
contingencias especiales de reforzamiento. Castigando el hecho de be 4 solucionarse si se exige una vasta revisión del concepto de responsa
ber -quizá sólo "desaprobándolo"- preparamos el refuerzo auto '~ , bilidad, no solamente en un análisis teórico de la conducta, sino de
mático ue la conducta que controla la bebida porque, en este caso, tal I sus consecuencias prácticas. Volvcremos sobre este punto en las sec
conducta reduce la estimulación aversiva condicionada. Algunas de ciones V y VI.
~
estas consecuencias adicionales proceden de la naturaleza, pero, en ge
neral, es la comundad quien las prepara. Evidentemente, éste es el
punto fundamental de la educación ética (capítulo XXI). Parece, por
tanto, q~e la sociedad es la responsable de gran parte de la conducta
de autocontrol. Si esto es así,al individuo le queda muy poca cosa por
controlar. Un hombre puede pasar mucho tiempo planeando su propia
vida: puede escoger COn sumo cuidado las circunstancias en las que
va a vivir y puede manipular Con bastante libertad el medio ambiente
en el que le toca vivir a diario. Esta actividad parece demostrar unU
importante dosis de autodeterminación, pero{), en último términO, se
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