José Galvez

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NIVEL: SECUNDARIA CCSS SEGUNDO AÑO

José Gabriel Gálvez Egúsquiza

José Gabriel Gálvez Egúsquiza (Cajamarca, 17 de marzo de 1819 - Callao, 2 de mayo de 1866) fue


un abogado, catedrático y político liberal peruano. Gran orador, desde la tribuna parlamentaria abogó por
reformas de cuño liberal, como la abolición de la esclavitud
y del tributo indígena. Presidió en dos ocasiones
la Convención Nacional de 1855-1857, congreso
constituyente que dio la Constitución Liberal de 1856.
Durante el gobierno presidencial de Mariano Ignacio
Prado fue secretario (ministro) de Guerra y Marina (1865).
Fue uno de los héroes del combate del Dos de
Mayo del Callao, donde falleció combatiendo a la escuadra
española, convirtiéndose así en símbolo de la
independencia de América.

Biografía
Nació Cajamarca, 17 de marzo de 1819, Sus padres
fueron el coronel limeño José Manuel Gálvez Paz y María
Micaela Egúsquiza y Aristizábal. Fue el mayor de los
célebres hermanos Gálvez, junto con el político Manuel
María Gálvez Egúsquiza y el líder liberal y
magistrado Pedro Gálvez Egúsquiza. Sus primeros
estudios los hizo en el Colegio Central de Ciencias y Artes
de Cajamarca, regentado por el Presbítero Juan Pío Burga. Culminado sus estudios, ayudó por algún
tiempo a sus padres en las labores de su Hacienda “Catudén”.

En 1842, cuando ya tenía 20 años, se trasladó a Lima, matriculándose en el convictorio de San Carlos,
cuyo rector era el famoso clérigo Bartolomé Herrera. Se graduó de bachiller en Sagrados Cánones
en 1843 y se recibió de abogado en 1845. Durante cinco años ejerció su profesión en la zona de Cerro de
Pasco y Tarma (sierra central).

En 1850 volvió a Lima, y se incorporó al Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe como profesor


de Filosofía Moral, Psicología, Lógica y Teodicea. En 1852 fue nombrado director del mismo en reemplazo
de su hermano Pedro Gálvez e imprimió una acentuada tendencia liberal en los estudios, contrastando
con la orientación conservadora seguida en el convictorio carolino.

Dejó la docencia para incorporarse a la revolución iniciada por el general Ramón Castilla, en Arequipa, y
contribuyó a decidir la abolición del tributo de los indígenas y la emancipación de los esclavos (1854), por
las cuales había abogado teóricamente en sus clases. Triunfante la revolución en la batalla de La
Palma (5 de enero de 1855), fue nombrado rector del convictorio de San Carlos, y durante su gestión se
esforzó por contrarrestar la influencia de Herrera.

Luego fue elegido diputado por la provincia de Pasco1, pasando a integrar la Convención Nacional de


1855, convocada para dar una nueva Constitución, en reemplazo de la de 1839. Al instalarse dicha
Convención el 13 de julio de 1855, Gálvez fue elegido como Secretario, siendo reelegido en las sucesivas
elecciones de 1° de setiembre, 1° de octubre y 1° de noviembre, desempeñando el cargo hasta el 30 de
este mes. El 1° de febrero de 1856 fue elegido Presidente, cargo que desempeñó hasta el 28 del mes
referido, siendo reelegido hasta en dos oportunidades más. Luego de arduos debates, los convencionales
dieron la Constitución Liberal de 1856.

Gálvez formó también parte de la Comisión Codificadora del Código Penal en 1857.

Lic. Edwin Astocaza Yarasca


En 1857 Castilla disolvió la Convención Nacional, actitud que convirtió a Gálvez en un acérrimo opositor,
colaborando en el periódico El Constitucional (3 de abril a 1 de agosto de 1858). Castilla convocó un
Congreso ordinario e hizo que en él se debatiera una nueva Constitución, que fue la moderada de 1860.
Para impedir que prevaleciera esta nueva carta política, Gálvez formó parte junto con Ricardo Palma y
otros liberales y oficiales, de una conspiración para, según la versión oficial, victimar a Castilla, tomando
por asalto su casa de la calle de las Divorciadas (23 de noviembre de 1860). Fracasado el intento, tuvo
que asilarse en la legación de Chile en Lima y salir al destierro, rumbo a Europa.

El 14 de diciembre de 1860 partió del Callao, con uno de sus menores hijos, con destino a Panamá,
viajando a París y luego a Ginebra. Retornó al Perú el 2 de noviembre de 1862 y se consagró a la
abogacía. Al año siguiente se doctoró en Jurisprudencia en la Universidad Mayor de San Marcos, con una
tesis sobre el carácter autónomo de las instituciones científicas con respecto al Estado.

En 1865 fue elegido decano del Colegio de Abogados de Lima y desde esa investidura criticó la actitud
pasiva del presidente Juan Antonio Pezet ante la agresión de la Escuadra Española del Pacífico, siendo
por ello desterrado nuevamente a Chile. Retornó al Perú y se unió en Chincha a la revolución encabezada
por el coronel Mariano Ignacio Prado, a quien solicitó que se le permitiera combatir. Fue aceptada su
solicitud y se le otorgó el grado de coronel. Tras el triunfo de la revolución y la instauración de la dictadura
de Prado, fue designado como secretario (ministro) de Guerra y Marina, integrando el famoso Gabinete
de los Talentos, del que fue líder (1865).

Cuando en abril de 1866 se enteró del


manifiesto efectuado desde la fragata
capitana Numancia por el almirante Casto
Méndez Núñez, comandante de la Escuadra
Española, amenazando con bombardear el
Callao en un plazo de cuatro días, Gálvez
asumió la dirección de la defensa del puerto y
construyó una serie de baterías, emplazadas
al norte y sur, situando los endebles y
escasos barcos de guerra al centro. En la
defensa norte se ubicaba la torre de Junín, el
fuerte de Ayacucho y el famoso cañón del
pueblo; en las baterías del sur el fuerte de
Santa Rosa, la torre de la Merced, que era
giratoria y blindada y la batería Zepita que estaba frente a la Mar Brava.

El 2 de mayo de 1866, en las primeras horas del combate, uno de los cañones Blakely del fuerte de
Santa Rosa se inutilizó. Lo lamentable fue que una bomba de la fragata española Almansa, penetró por
una de las puertas y cayó en unos depósitos de pólvora, lo que se provocó una inmensa explosión que
destruyó la torre de la Merced, donde se hallaba Gálvez, junto con algunos oficiales y soldados, muriendo
todos heroicamente.

Al día siguiente el Gobierno dio un Decreto ordenando que en el Batallón de Artillería de Plaza se
considere a Gálvez como «Primer Jefe». Y cuando se leyó su nombre en el acto de revista, el
comandante contestó: «Muerto heroicamente en la Defensa de la Patria y en Honor de América».

Gálvez fue enterrado en un mausoleo en el Cementerio


Presbítero Maestro.

Lic. Edwin Astocaza Yarasca


Actividad
1. Elabora una línea de tiempo sobre la vida de José Gálvez Egúsquiza.

2. Explica con tus propias palabras por qué razón José Gálvez es considerado
héroe nacional.

Lic. Edwin Astocaza Yarasca

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