Clínica de La Urgencia - Inés Sotelo
Clínica de La Urgencia - Inés Sotelo
Clínica de La Urgencia - Inés Sotelo
Inés Sotelo
Con prólogo de
Leonardo Gorostiza
© 2007
JCE Ediciones
Juan Carlos Esquive! - Editor
Av. Olivera 1059, “B” {14!6} Ciudad
de Buenos Aires
je_esquivel{í7;y a hoo.com
Presentación............................................................................ 1.1
Inés Sotelo
Prólog'o.................................................................................... 15
Leonardo Gorostiza
Capítulo 1: El Sujeto en la Urgencia Institucional .......... 21
Salud .Mental y las Instituciones (21); La urgencia gene
ralizada (23); La Urgencia en la Universidad (24); Urgen
cia de los profesionales (25); Localización de la urgencia
(26); Normalidad y anormalidad (27); Encuentro con un
analista (29); El tiempo, entre la prisa y la pausa (30); Ur
gencia y gravedad del caso (31); Tiempos lógicos (31); Eva
luación y avaluación (35); Culpa y responsabilidad (37); Una
experiencia en Francia (38); Violencia en las familias, vio
lencia en las instituciones (39); Etica y Moral (40); ¿Qué
bien? (41); Rivalidad especular (43); Instituciones y poder
(44); Verdad... a medias (46); Debates en el Foro (47);
M omento de concluir (54); Bibliografía (56).
u /
Inés Sotelo**
Febrero 2007
L e o n a r d o G o ro stiz a*
Febrero de 2007
La urgencia generalizada
La Urgencia en la Universidad
Localización de la urgencia
Culpa y responsabilidad
Ética y m oral
¿Qué bien?
Rivalidad especular
Instituciones y poder
Verdad... a medias
Debates en el Foro
In te r v e n c ió n * d e In é s Sotelo
Clara Holguín desde Colombia aporta interesantes seña
lamientos y un ejemplo de urgencia institucional impactante,
que nos lleva a puntualizar algunas cuestiones:
La caída del padre, del ideal, del Otro, se manifiesta
crudamente en la escuela. No hay Otro que ocupe el lugar
de saber supuesto, de quien valga la pena intentar un «su
puesto aprender». Devaluación del lugar del padre, del
maestro y del saber.
La institución suele culpabilizar a los «malos padres»,
que no se ocupan, que no están en casa, que dejan a los ni
ños frente al televisor, que no dialogan, juicio sobre los pa
dres que no suele estar acompañado de intervenciones trans
formadoras. En realidad los maestros tampoco saben como
hacerlo, también para ellos el lugar de «maestro» que deben
ocupar está devaluado. Los padres y los niños se tornan ex
traños, amenazadores, y de ellos retorna el juicio y la vio
lencia hacia la escuela o los maestros.
En mi experiencia en sala de internación, ocurre lo mis
mo con los familiares de los pacientes graves o psicóticos,
cuando la institución no los incluye y los juzga llegando a
situaciones do violencia y amenaza............................
Cuando la eficacia y eficiencia, a la que también aspira
mos los psicoanalistas, se convierte en sinónimo de «supuesto
bienestar» en las instituciones-,-más allá de los sujetos en cues
tión, el síntoma aparece, insiste, habla o grita.
En el caso presentado por Marta Muhlrad se observa
que no basta conque haya psicólogos, sino que es funda
mental localizar la urgencia, desde que lugar se la lee y,
finalmente ponerla a decir, ponerla en palabras. No hasta
con encerrar al joven, la violencia y la amenaza quedaron
en la institución. Me interesa puntualizar que muchas ve
ces frente a la urgencia médica ante la muerte, o la urgen
cia del juez que quiere la Verdad, somos convocados para
dar respuestas mágicas. El médico espera a veces la res
puesta mágica d e la medicación.
El lugar del analista es apenas, el de abrir cierta brecha
para que la urgencia del sujeto, de ese niño, se despliegue.
Aunque no lleguemos al punto óptimo de cálculo para la u r
gencia, como se interroga Rodolfo Ceba líos.
Podemos pensarlo con una referencia que nos ofrece Os
car Zaek, quien afirma que los cambios en el campo de lo so
cial, lo político, lo cultural, lo científico ha ido determinando
que el analista se transforme en un objeto mas dúctil capaz
de responder no sólo las nuevas angustias y los nuevos sínto
mas sino también a las tragedias que irrumpen en la subjeti
vidad moderna .37
Considero que la intervención desdo cierta posición nos
avala para un momento de concluir, cuya eficacia solo ve
rificaremos después.
M omento de concluir
Entrevista familiar
Resolución de la urgencia
La angustia en la urgencia
La angustia
Turbación ANGUSTIA
s(A )— > A
A
I
m oi«—-i (a)
Y
La significación permite otra significación. El. circuito que
va de la significación del Otro hacia el A, luego baja al i(a), va
al moi y desde allí va hacia la significación del Otro, comple
tando el circuito imaginario.
En el recorrido analítico María pondrá en cuestión su
imagen ante los otros, estar con un chico seria dejar de ser la
chica «seria», la que pone distancia, la que le da un poco ele
temor a los chicos para acercarse. Mujeres que se dividen en
«serias» y en «locas».
Lacan explica la relación entre la falta y la causa afir
mando que la histeria es por lo. que no es por lo que pretende
ser amada y deseada, cuando en realidad, debajo del. habito
que llamamos cuerpo no encontraremos más que ese resto
que llama objeto a.19
Los cortes del accidente, los cortes de la operación, los
cortes en la relación amorosa, los cortes del analista, van des
lizando nuevas significaciones.
La imagen fuerte, seria, entera, con la que creía seducir
al otro, convertirse en objeto del amor del otro, desfallece. Un
nuevo accidente se ha producido en su vida.
La operación analítica
A S
(Stjeío barrado) $ ^ ( a r o barrado)
a
Este cuadro le permite a Lacan mostrar que el Sujeto en
tanto barrado Si y el objeto a están en el campo del Otro ya que
el fantasma, apoyo del deseo, está en la totalidad del campo del
Otro. Este Otro barrado en la medida que el sujeto no lo alcanza
es lo que lo constituye como inconsciente. «Con el yo te deseo
aunque no lo sepa, le digo al Otro que deseándolo sin saberlo, lo
tomo como objeto para mi mismo desconocido, de mí deseo».2if
La angustia, afirma Lacan surge cuando en el lugar que
llamará (menos fi) aparece lo unheimlich, lo siniestro. La
angustia entonces surgirá cuando falta la falta.
Angustia y fantasma
DIFICULTAD
Im pulsos y caídas
S :~Sq.
S (SI, S,
S2
S. = x.
La producción de un sujeto que padece falta de saber; a
partir de allí se autoriza el analista para la interpretación a
la que es convocado.
En el acting out, nos enseña Lacan, la cuestión central
estará en el manejo do la transferencia, «...es saber cómo la
transferencia salvaje se puede domesticar, cómo se hace en
trar el elefante salvaje en el cercado, cómo poner al caballo a
dar vueltas en el picadero».17
Entonces Lacan descarta la interpretación, ¿Por qué?
Porque si bien es un llamado al Otro no es al Otro del saber.
Responder entonces con un saber interpretativo conduce a
que los acting ouí se incrementen.
Por otro lado, el camino de la prohibición «hace sonreír a
la propia autora». El analista, advierte Lacan, hace muchas
cosas por el bien, para evitar qué el paciente se dañe, pero
nos advierte que el análisis suele ser un seguro de accidente o
de enfermedad y cuando en el transcurso del análisis ocurren
los acting, hay que localizar el lugar que ha ocupado el ana*
lista como Otro ai que se le dirige.
Así, en contraposición al fortalecimiento del yo, ubicamos
el lugar del Sujeto barrado en tanto atravesado por el deseo y
el goce que en el análisis se articula con el concepto central de
«deseo del analista».
La posición clcl sujeto en la viñeta que estamos traba
jando, podríamos pensarla siguiendo a Lacan en «Función y
campo de la palabra» que dirá para el obsesivo: «El esclavo
se ha escabullido ante el riesgo de la muerte (...) se sabe
mortal y sabe también que el amo puede morir, (...) acepta
trabajar para el amo y renuncia al gozo mientras tanto; y,
en la incertidumbre del momento en que producirá la muer
te del amo, espera ».18
Duda y proeastínación son sus efectos. Todo su trabajo
se volverá así enajenante. Pero probablemente a la inhibi
ción y postergación le siga la precipitación por actuar,
basculación típica de la neurosas obsesiva que conduce del
letargo a la urgencia ,19
En el caso presentado, el analista frente al acting no
interpreta, no prohíbe, no refuerza al yo a través de reco
mendaciones, abre otra vía a través del equívoco «prima»,
camino que conduce al sujeto hacia el padre, la deuda; sexua
lidad y muerte.
La intervención opera por efecto del trabajo de la trans
ferencia que concierne al paciente y al analista en tanto pone
en juego el amor. Absteniéndose de interpretar y de colocar
se en el lugar de quien prohíbe por el supuesto bien del suje
to, abandona la idealización para servir de soporte al obje
to a, separador, agregando Lacan que «el analista debe
encarnar al hipnotizado y no al hipnotizador que sugestio
na, ordena, prohíbe...20
Para concluir
Otras intervenciones:
¿Qué consumo?
«Soy toxicómano»
Consumos en la urgencia
La operación toxicómana
Debates en el Foro
*Este cano fue presentado por Inés Sotelo en. Redacción, publicación de la
Red Asistencia! de la EOL.
i ■62 ClinÍea de la urgencía
Bibliografía
Niños en guardia
*Estu clase i'ue dictada por Inés Sotelo en el-marco del Sem inario diurno en
la EOF «El Síntoma en la Dirección de la Cura» a cargo de Inés Sotelo,
M arita Salgado y M arisa Morao. Dado que no formó p arte del curso vir
tual, no tendrá intervenciones del Foro,
i.yo r iínira de la urgencia
Otras urgencias
Problemas de aprendizaje
Tengo un problema
Tiempo de comprender
Identificaciones y apariencias
Aprender lalengua
S2
s= x
Así la pregunta ¿Qué soy? Aparece como índice de un efec
to, el efecto Sujeto-Supuesto-Sabor.
Pens a-miento
El despertar de la primavera