Las Metáforas - Carlos Alvarado

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Las Metáforas

Carlos Alvarado

La metáfora deriva de las raíces griegas phrein, "llevar", y meta, "más allá". En términos terapéuticos,
la función de una metáfora, sería entonces la de llevar el conocimiento más allá me lo aparente,
hacía un contexto nuevo.

La metáfora es una figura literaria que incluye el símil ("algo como") y la analogía (dos cosas que
comparten rasgos similares). Hacer semejanza o alusiones implican construir metáforas. Las
encontramos cotidianamente en muchas expresiones coloquiales. Están tan normalizadas que nos
cuesta trabajo identificarlas como tales. En realidad la metáfora nos ayuda a usar experiencias
vividas y dar sentido a nuevas experiencias.

La tarea terapéutica consiste entonces descubrir las aptitudes en los pacientes en ciertos contextos
para poder aplicarlas mediante la metáfora a contextos problemáticos.

Milton Erickson era un maestro en el arte de la comunicación de las metáforas, hablando de un tema
para referirse a otro. Prefería un enfoque indirecto para que las personas dirán forma a sus propios
significados. Pensaba que se podrían beneficiar mejor que con un enfoque directo. En el fondo
quería evitar el perfeccionamiento cognitivo deliberado en los pacientes hacia el problema, ya que
había un riesgo de originar el fenómeno más de lo mismo. La comunicación paralela finalmente era
una forma de proporcionar terapia de forma indirecta. Como ejemplos de esta modalidad tenemos
los chistes, los acertijos, los juegos de palabras, los relatos.

Por otro lado, Maurizio Andolfi destaca el lenguaje metafórico como un modo de comunicar respecto
de algo qué se parece a otra cosa distinta. A nivel relacional, lo considera como un medio para emitir
y recibir comunicaciones por parte de un individuo, un pareja o toda la familia. Se trata, por tanto, de
una variable a tener en cuenta a la hora de evaluar e intervenir.

Para poder comprender relaciones, alianzas, emociones y tendencias al cambio es necesario


comprender el significado metafórico del lenguaje no verbal. Asimismo el síntoma tiene un
significado comunicacional. La variación de este mismo síntoma podría marcar un viraje terapéutico
en algunas ocasiones.

El enfoque metafórico permite comprender y emitir mensajes de tipo metafórico según el


comportamiento o tipo de relación observados. Hablar de un problema implica escribir hechos y
opiniones pero también ideas implícitas. Es decir, en algunas ocasiones hablar de los problemas de
los hijos implican ciertas alusiones a tipos de relación entre la pareja o determinados rasgos
caracteriales del otro cónyuge.

El uso activo de la metáfora se puede hacer hablando directamente de ellas o activando la familia a
través de una prescripción.

En primer lugar, hablar con metáforas permite recoger información en caso de grupos familiares
rígidos o a la defensiva. Se puede lograr también un acceso al cambio debido a toma de conciencia.
Se puede elegir también un argumento qué explique el problema sin hacer explícita esta conexión.

En segundo lugar, dar prescripciones metafóricas implica mejorar la disposición a realizar tareas si no
se refieren directamente a la situación problemática. De esta manera se eluden las posibles
resistencias y se consigue la inducción espontánea de un cambio superando la dificultad interventiva
inicial. Una tarea metafórica puede asignarse de forma individual, a una pareja o a una familia.
Por ejemplo, mediante las tareas metafóricas se pretende potenciar las competencias parentales y
buscar excepciones dentro de la aceptación de normas. La idea es multiplicar el cambio sin hacer
alusión a la parte problemática, concepto de solución.

Otra aplicación útil de las prescripciones metafóricas, se refiere a casos donde se pretende alterar el
ciclo de complementariedad rígida, indicando con igual rigidez una tarea similar a la del contenido
problemático para que finalmente los pacientes desafíen al terapeuta cambiando.

Tipos de metáforas

Según Philip Barker, existen siete tipos de metáforas diferentes

1. Historias largas y elaboradas.


Están diseñadas para recoger detalles de situaciones complejas. Son metáforas muy
detalladas con amplio conocimiento de la dinámica familiar y qué implica elaborar una
historia isomórfica. Asigna un personaje a cada miembro de la familia con rasgos
parecidos y con situaciones relacionales también parecidas. Finalmente se incluye un
planteamiento del problema con soluciones alternativas.

2. Anécdotas e historias cortas.


Están diseñadas para conseguir objetivos concretos. Se emplean usando relatos cortos,
una vez iniciados los cambios, con el fin de reforzar los mismos y a su vez promover
condiciones para la generación de nuevos cambios.

3. Analogías, símiles o frases metafóricas breves.


Están diseñadas para ilustrar pocas palabras aspectos concretos que si quieren reseñar.
No son relatos al uso sino imágenes o expresiones cercanas a los pacientes. La idea es
que los terapeutas lo utilicen como un "comodín".

4. Metáforas relacionales.
Están diseñadas para ser utilizadas a modo de pregunta aparentemente literal pero que
en el fondo entrañan situaciones de tipo relacional. Es decir de cómo se vincula cada
individuo con la familia y viceversa cómo se vincula la familia con cada individuo, aunque
esté incluída la figura del terapeuta.

5. Tareas metafóricas.
Implica la presencia de acción. Pueden hacerse dentro de la misma sesión (coreografías,
esculturas, distribuciones espaciales). También pueden indicarse para ser desarrolladas
en casa (cuidar una planta). Nos acercamos al terreno de los rituales (tareas repetitivas
estructuradas con valor metafórico).

6. Objetos metafóricos.
Utilizados dentro de la sesión para representar situaciones. Cualquier objeto puede
adoptar significado y orientar la entrevista e incluso la propia terapia.

7. Metáforas artísticas.
Pueden ser dibujos, esculturas o cualquier producción artística. Es un modo de
comunicación especialmente indicado para el trabajo con niños.

Indicaciones para el uso de las metáforas


La comunicación de las metáforas puede utilizarse en cualquier tipo de interacción terapéutica. La
información que se transmite puede ser específica o puede ser global; pueden sugerir cambios
comportamentales o percepciones diferentes de sí mismos o el entorno (reencuadre). Solo hay que
determinar el uso de la metáfora o el abordaje directo.

Existen tres tipos diferentes de indicaciones:

1. La cooperación del paciente.


Según De Shazer, la metáfora será el abordaje elegido, si las familias no aceptan el
lenguaje directo y prefieren la comunicación indirecta. También está indicado para
personas que tienden a intelectualizar y para personas con alta desmotivación.
Habitualmente está recomendada para vencer resistencias.

2. Potenciación de aspectos de la comunicación.


Las metáforas consiguen aumentar la eficacia comunicativa debido a sus componentes
mnemónicos, heurísticos y generativos. Es cómo dar luz y color a una pintura. Se suele
lograr dotando de intensidad al mensaje tal como lo hacía Minuchin; comunicando algo
con mayor rapidez y claridad (imágenes que valen más que palabras); aumentando la
duración del efecto del mensaje mediante el valor mnemónico; o haciendo tangibles
situaciones expresadas de forma abstracta.

3. La responsabilidad de la familia.
La ambigüedad de las metáforas permiten libertad maniobra a los pacientes. Esto
permite acentuar la responsabilidad de la familia en el proceso de cambio y estimular la
utilización de sus propios recursos.

Las metáforas pueden pasar de ser técnicas auxiliares hacer temas organizadores de la terapia

Características de una buena metáfora

Las bondades de las metáforas son muy relativas, dependen de muchos factores. No obstante existen
algunos patrones que hacen que algunas metáforas sean más útiles y funcionales:

1. La originalidad. Se refiere a la capacidad de poder crear una diferencia, información


nueva en el sistema de significados. De este modo resulta más atractiva. Si son novedosas
se le llaman metáforas vivas (representativas de su día a día). Si no lo son se les llaman
metáforas muertas (los refranes entendidos como analogías culturalmente digitalizadas.

2. Ajuste a la visión del mundo de los pacientes. Incluye la idiosincrasia y el tipo de


lenguaje. Será de especial importancia que estas metáforas establezcan puentes con la
forma de ver las cosas de los pacientes. El equilibrio entre original y ajustado, entre
congruente e incongruente.

3. Las posibles vía de salida. Es muy importante dotarles de un sentido constructivo cuando
se trata de situaciones emocionalmente tristes, con el fin de no generar desánimo y
resignación.

4. La dimensión temporal, el aspecto relacional y las competencias. No tiene por que incluir
esos aspectos de manera simultánea pero sí la posibilidad de incluirlos.
El diseño de las metáforas

Podemos distinguir entre las siguientes fases:

1. Identificar el objetivo terapéutico a conseguir.


Se trata de utilizar medios idóneos para fines concretos sin importar el lenguaje
elaborado o la imagen estética. Algunos de estos micro objetivos en terapia son: la
empatía, la prescripción, la metacomunicación, la motivación hola redefinición.

2. Optar por un abordaje literal o metafórico.


Dependiendo del tipo de relación que se establezca entre terapeuta y cliente, se utilizará
en primer lugar el lenguaje literal (comentario directo, redefinición o sugerencia) y en
función de éste se aplicará la metáfora.

3. Utilizar la postura del paciente y los símbolos universales.


Se trata de encontrar el vehículo de la metáfora (el contenido, la forma o ambos). Se r
recurren a dos tipos de fuentes. Por un lado los aspectos idiosincráticos (creencias,
actitudes, visión del mundo, lenguaje y contexto). Por otro lado están los contenidos
culturalmente arraigados que están en el registro experimental de las personas. Es
importante valorar la experiencia, la imaginación y la creatividad del terapeuta, siempre
en sintonía con el mundo del paciente.

4. Creación y pulido de la imagen.


Una vez modelada la metáfora es el momento de aumentar la vivacidad de la imagen,
añadir aspectos de temporalidad, valor relacional y potenciación de recursos. Del mismo
modo es importante revisar las connotaciones no deseadas a fin de evitar lecturas
negativas y problemáticas. "Dejar rodar la metáfora" implica la colaboración de la familia
que se consigue mediante preguntas circulares y preguntas de difusión extraordinaria. De
este modo la metáfora crece con el tiempo a partir de una imagen inicial.

5. La transmisión de la metáfora.
La metáfora es un proceso interaccional de co creación con la familia. Incluso la creación
pueden ser originada por ellos y ser ampliada posteriormente por el terapeuta. Para una
buena transmisión de la metáfora es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

a. Tiene que existir una buena relación terapéutica con la familia. Este contexto de
colaboración facilita la creación de nuevas metáforas a partir de historias creadas
con ellos, que a su vez den continuidad a las primeras. Se aconseja iniciar con relatos
breves para luego pasar a relatos más extensos.
b. Es importante "sembrar" frases previas a modo de introducción de las metáforas
narrativas. No hace falta una preparación especial. La utilización de historias de otros
pacientes genera expectativa positiva y por tanto buena acogida. En ocasiones, si es
mejor una historia cercana y real que otra más general, se elegirá la primera.
c. Es recomendable tener en cuenta que los relatos cortos se pueden emplear en
cualquier momento de la entrevista y los relatos largos, al final. Requieren
preparación en la elaboración y en la transmisión, con tono descuidado o reflexivo,
manejo de los tiempos, y realce de palabras para lograr el efecto deseado.
d. Se debe tener especial atención a la reactividad no verbal y al feedback de las
familias ante la emisión de las metáforas. Se trata de un proceso de ensayo y error
encaminado hacia la conexión interpersonal. Además las metáforas tienen un ciclo
de vida y en ocasiones requieren renovarse. Pasan de ser figura a fondo de otras
metáforas.

6. La continuación de la metáfora.
Aunque la metáfora tenga "vida propia", se puede influir en ella. La continuidad de una
metáfora depende de la asignación de tareas para casa con contenido relacional. El
registro metafórico de la tarea permite más continuidad. También es importante que una
metáfora se pueda "cerrar" como símbolo de concreción de metas, o bien, seguir
"abierta" como símbolo de prolongar el cambio, según sea el caso.

Reglas para contar historias en terapia

● Tenga bien preparada la historia antes de empezar.


● Tómese el tiempo necesario para contarlo, no se precipite.
● Varíe el ritmo y el estilo de contarla.
● Decida de antemano qué partes de la historia (frases, apartados, palabras) deben ser
enfatizadas y hágalo variando la velocidad, el tono, el ritmo de las palabras.
● Haga que la historia suene interesante, esto será más fácil si usted mismo la encuentra
interesante, es recomendable que evite las historias que resulten aburridas.
● Preste atención a las respuestas, especialmente no verbales, de quienes le escuchan y
modifique su técnica en base a ello.

Bibliografía:

● Andolfi, Maurizio; “Terapia Familiar. Un enfoque interaccional”; Editorial Paidós Terapia


Familiar; Barcelona; 1991.
● Hudson O’Hanlon, William; “Raíces profundas. Principios básicos de la terapia y de la
hipnosis de Milton Erickson”; Editorial Paidós Terapia Familiar; Barcelona; 1995.
● Navarro Góngora, José; Beyebach, Mark (compiladores); “Avances en Terapia Familiar
Sistémica”; Editorial Paidós Terapia Familiar; Barcelona; 1995.

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