Introduccin Al Pensamiento Complejo-Edgar Morin
Introduccin Al Pensamiento Complejo-Edgar Morin
Introduccin Al Pensamiento Complejo-Edgar Morin
EDGAR MORÍN
El diálogo estimulador del pensamiento que Morin propone a todos los que, ya
sea desde la cátedra o los ámbitos más diversos de la práctica social, desde las
ciencias duras o blandas, desde el campo de la literatura o la religión, se
interesen en desarrollar un método complejo de pensar la experiencia humana,
recuperando el asombro ante el milagro doble del conocimiento y del misterio,
que asoma detrás de toda filosofía, de toda ciencia, de toda religión, y que
aúna a la empresa humana en su aventura abierta hacia el descubrimiento de
nosotros mismos, nuestros límites y nuestras posibilidades.
Vivimos un momento en el que cada vez más y, hasta cierto punto, gracias a
estudiosos como Edgar Morin, entendemos que el estudio de cualquier aspecto
de la experiencia humana ha de ser, por necesidad, multifacético. En que
vemos cada vez más que la mente humana, si bien no existe sin cerebro,
tampoco existe sin tradiciones familiares, sociales, genéricas, étnicas, raciales,
que sólo hay mentes encarnadas en cuerpos y culturas, y que el mundo físico
es siempre el mundo entendido por seres biológicos y culturales. Al mismo
tiempo, cuanto más entendemos todo ello, más se nos propone reducir nuestra
experiencia a sectores limitados del saber y más sucumbimos a la tentación del
pensamiento reduccionista, cuando no a una seudocomplejidad de los
discursos entendida como neutralidad ética.
Introducción
Legítimamente, le pedimos al pensamiento que disipe las brumas y las
oscuridades, que ponga orden y claridad en lo real, que revele las leyes que lo
gobiernan. El término complejidad no puede más que expresar nuestra
turbación, nuestra confusión, nuestra incapacidad para definir de manera
simple, para nombrar de manera clara, para poner orden en nuestras ideas.
Por el contrario, sufre una pesada tara semántica, porque lleva en su seno
confusión, incertidumbre, desorden. Su definición primera no puede aportar
ninguna claridad: es complejo aquello que no puede resumirse en una palabra
maestra, aquello que no puede retrotraerse a una ley, aquello que no puede
reducirse a una idea simple. Dicho de otro modo, lo complejo no puede
resumirse en el término complejidad, retrotraerse a una ley de complejidad,
reducirse a la idea de complejidad. La complejidad no sería algo definible de
manera simple para tomar el lugar de la simplicidad. La complejidad es una
palabra problema y no una palabra solución.
Habrá que disipar dos ilusiones que alejan a los espíritus del problema del
pensamiento complejo.
La primera es crear que la complejidad conduce a la eliminación de la
simplicidad. Por cierto que la complejidad aparece allí donde el pensamiento
simplificador falla, pero integra en sí misma todo aquello que pone orden,
claridad, distinción, precisión en el conocimiento. Mientras que el pensamiento
simplificador desintregra la complejidad de lo real, el pensamiento complejo
integra lo más posible los modos simplificadores de pensar, pero rechaza las
consecuencias mutilantes, reduccionistas, unidimensionales y finalmente
cegadoras de una simplificación que se toma por reflejo de aquello que hubiere
de real en la realidad.
Este libro, constituido por una colección de textos diversos, es una introducción
a la problemática de la complejidad. Si la complejidad no es la clave del
mundo, sino un desafío a afrontar, el pensamiento complejo no es aquél que
evita o suprime el desafío, sino aquél que ayuda a revelarlo e incluso, tal vez,
a superarlo.
Pero la complejidad ha vuelto a las ciencias por la misma vía por la que se
había ido. El desarrollo mismo de la ciencia física, que se ocupaba de revelar el
Orden impecable del mundo, su determinismo absoluto y perfecto, su
obediencia a una Ley única y su constitución de una materia simple primigenia
(el átomo), se ha abierto finalmente a la complejidad de lo real. Se ha
descubierto en el universo físico un principio hemorrágico de degradación y de
desorden (segundo principio de la Termodinámica); luego, en el supuesto lugar
de la simplicidad física y lógica, se ha descubierto la extrema complejidad
microfísica; la partícula no es un ladrillo primario, sino una frontera sobre la
complejidad tal vez inconcebible; el cosmos no es una máquina perfecta, sino
un proceso en vías de desintegración y, al mismo tiempo, de organización.
La antigua patología del pensamiento daba una vida independiente a los mitos
y a los dioses que creaba. La patología moderna del espíritu está en la hiper-
simplificación que ciega a la complejidad de lo real. La patología de la idea está
en el idealismo, en donde la idea oculta a la realidad que tiene por misión
traducir, y se toma como única realidad. La enfermedad de la teoría está en el
doctrinarismo y en el dogmatismo, que cierran a la teoría sobre ella misma y la
petrifican. La patología de la la razón es racionalización, que encierra a lo real
en un sistema de ideas coherente, pero parcial y unilateral, y que no sabe que
una parte de lo real es irracionalizable, ni que la racionalidad tiene por misión
dialogar con lo irracionalizable.
(1) Sin embargo, Bachelard, el filósofo de las ciencias, había descubierto que lo
simple no existe: sólo existe lo simplificado. La ciencia construye su objeto
extrayendolo de su ambiente complejo para ponerlo en situaciones
experimentales no complejas. La ciencia no es el estudio del universo simple,
es una simplificación heurística necesaria para extraer ciertas propiedades, ver
ciertas leyes.
El paradigma de complejidad
Hoy, todavía, los científicos y los físicos tratan de encontrar la conexión entre
esas diferentes leyes, que representaría una verdadera ley única.
Luego nos hemos dado cuenta, con Boltzman, que eso que llamamos calor, es
en realidad, la agitación en desorden de moléculas y de átomos. Cualquiera
puede verificar, al comenzar a calentar un recipiente con agua, que aparecen
vibraciones y que se produce un arremolinacmiento de moléculas. Algunas
vuelan hacia la atmósfera hasta que todas se dispersan. Efectivamente,
llegamos al desorden total. El desorden está, entonces, en el universo físico,
ligado a todo trabajo, a toda transformación.
La complejidad y la acción
itinerario o no, si hay que violar el código: hace falta hacer uso de Aquí
interviene la noción de ecología de la acción. En el momento en que un
individuo emprende una acción, cualesquiera que fuere, ésta comienza a
escapar a sus intenciones. Esa acción entra en un universo de interacciones y
es finalmente el ambiente el que toma posesión, en un sentido que puede
volverse contrario a la intención inicial. A menudo, la acción se volverá como
un boomerang sobre nuestras cabezas. Esto nos obliga a seguir la acción, a
tratar de corregirla -si todavía hay tiempo- y tal vez a torpedearla, como hacen
los responsables de la NASA que, si un misil se desvía de su trayectoria, le
envían otro misil para hacerlo explotar.
La máquina no trivial
En efecto, la vida social exige que nos comportemos como máquinas triviales.
Es cierto que nosotros no actuamos como puros autómatas, buscamos medios
no triviales desde el momento que constatamos que no podemos llegar a
nuestras metas. Lo importante, es lo que sucede en momentos de crisis, en
momentos de decisión, en los que la máquina se vuelve no trivial: actua de
una manera que no podemos predecir. Todo lo que concierne al surgimiento de
lo nuevo es no trivial y no puede ser predicho por anticipado. Así es que,
cuando los estudiantes chinos están en la calle por millares, la China se vuelve
una máquina no trivial... ¡En 1987-89, en la Unión Sovietica, Gorbachov se
condujo como una máquina no trivial! Todo lo que sucedió en la historia, en
especial en situaciones de crisis, son acontecimientos no triviales que no
pueden ser predichos por anticipado. Juana de Arco, que oye voces y decide ir
buscar al rey de Francia, tiene un comportamiento no trivial. Todo lo que va a
suceder de importante en la política francesa o mundial surgirá de lo
inesperado.
Lo que el pensamiento complejo puede hacer, es darle a cada uno una señal,
una ayuda memoria, que le recuerde: «No olvides que la realidad es
cambiante, no olvides que lo nuevo puede surgir y, de todos modos, va a
surgir.»