Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4
Lo que deberías saber
acerca de tu hijo
(Maria Montessori/ Capítulo 9)
LO QUE DEBERÍAS SABER ACERCA DE TU HIJO Capítulo 9
El niño y el adulto
La infancia es un periodo de sensibilidad extraordinaria. La absorción de impresiones, vistas,
sonidos y todos los otros aspectos del ambiente es detallada e indeleble. La facilidad y la espontaneidad son las características de las adquisiciones de la infancia. La diferencia entre las adquisiciones de la infancia y las de la vida adulta pueden ser entendidas cuando se considera el placer con el que el niño domina su lengua materna y el trabajo con el que el adulto aprende una lengua extranjera. El niño alcanza resultados perfectos sin fatigarse. El adulto los alcanza de manera imperfecta y con laboriosos esfuerzos. Esta diferencia entre el niño y el adulto no está confinada solamente al dominio del lenguaje. Se extiende a muchas otras cosas de gran importancia. Tomemos la cuestión de los movimientos del cuerpo. Un niño de alrededor de dos años y medio puede pararse en sus pies. Puede caminar, correr y trepar. Estas habilidades fueron adquiridas en etapas específicas del desarrollo cuando fue espontáneo y sin querer esforzarse. Cuando estas habilidades están establecidas, el adulto puede empezar a perfeccionar muchos de los movimientos que posee. Puede aprender a bailar, nadar y ejecutar movimientos acrobáticos. Pero éstas son cosas para las que necesita un ejemplo, un maestro que le diga cómo hacerlas paso a paso. Alcanza grados de habilidad en estas materias a través de entrenamiento prolongado y esfuerzos deliberados. Debemos recordar que, para alcanzar el dominio en los anteriores movimientos físicos, el adulto está construyendo sobre las bases formadas permanentemente por el niño, sin esfuerzo doloroso y con la pura auto actividad espontánea. El esfuerzo deliberado está asociado a la vida adulta. La adquisición espontánea es la característica de la infancia. Mira a un adulto que quiere ser un atleta. Debe continuar ejercitándose a sí mismo. El pianista debe continuar tocando el piano. El bailarín debe continuar bailando. El boxeador debe continuar boxeando. Todas estas actividades deben ser realizadas con persistencia y fuerza de voluntad. ¿Cómo puede ser explicada esta diferencia entre el adulto y el niño? Debemos apoyarnos en las leyes de vida. Hay ciertos poderes, ciertas aptitudes en los organismos en las primeras etapas de desarrollo, las cuales los adultos no poseen. Los seres que están en el proceso de desarrollo pasan a través de ciertas fases, las cuales son de carácter temporal y pueden ser llamadas fases creadoras. Durante estos períodos, los organismos en desarrollo son dotados con sensibilidades especiales y están sujetos a ciertas transformaciones, similares a aquellas que son visibles en el desarrollo físico. Es considerando esta sensibilidad que el niño es capaz de ir absorbiendo del ambiente e incorporando en sí mismo lo que ha tomado. Tomemos como un ejemplo a la oruga, la cual tiene sensibilidades especiales durante períodos especiales de su vida. Cuando la joven oruga apenas sale del huevo, es muy sensible a la luz y
por lo tanto se va al final de las ramas donde hay más luz y ahí encuentra las hojas tiernas que son la comida adecuada a su edad. Después que ha crecido, puede comer muchas otras cosas y por lo tanto no necesita más la sensibilidad a la luz, y de hecho pierde esa sensibilidad. No debemos pensar que cuando la oruga pierde su sensibilidad a la luz se vuelve ciega. Meramente pierde la atracción especial a la luz que la hacía ir dondequiera que viera luz fuerte. Aunque pierde la antigua sensibilidad a la luz, probablemente ve las cosas mejor que cuando era pequeña. Podemos decir que la oruga se ha vuelto indiferente a la luz después de que esta etapa especial de desarrollo termina. Es lo mismo con los seres humanos. Cuando los niños están en sus períodos sensitivos, tienen gran entusiasmo, una notable explosión de actividad. Cuando termina el periodo sensitivo, el niño se vuelve indiferente. Eso que anteriormente era tremendamente atractivo para él, es ahora una de tantas cosas que están a su alrededor. Cuando un niño está en el período sensitivo es como una llama viviente consumiendo y devorando en su actividad todo lo que concierne a la sensibilidad especial de su desarrollo. Cuando el período sensitivo termina es como si la flama se apagara.
Entonces empieza el período en donde es necesaria una fuerte determinación y esfuerzos
extenuantes. Pero hay una unidad en la vida de cada individuo. Ilustraremos esta unidad refiriéndonos otra vez al desarrollo del lenguaje. Durante un período específico los labios y la lengua del niño se movían sólo para succionar leche. Más adelante ciertas fibras en los labios y la lengua empezaron a vibrar de cierta manera. Las cuerdas vocales, que en el período anterior eran capaces de emitir sólo llanto y gritos, en el siguiente período superan a las cuerdas de un instrumento musical. Gradualmente todas las partes del mecanismo de lenguaje del niño funcionan al unísono y en armonía para que el niño sea capaz de pronunciar todas las delicadas entonaciones y complicados sonidos que forman el lenguaje humano. El lenguaje no es un asunto sencillo. Hay muchos músculos que tienen que actuar juntos al mismo tiempo. Al hablar un lenguaje están involucrados movimientos de varias partes de la lengua; también movimientos de los músculos de la mejilla. Algunos músculos tienen que vibrar hacia los lados, algunos deben vibrar hacia arriba y hacia abajo; todo tiene que moverse de una manera precisa; todos los movimientos y todas las partes deben estar en armonía. Si tú no has dominado estas coordinaciones y combinaciones en la infancia, no serás capaz de hacer lo mismo con perfección o con tal facilidad más tarde en la vida. Por lo tanto el niño establece las bases. Los primeros dos años y medio de vida forman un período formativo fundamental. Desde esa edad hasta los cuatro años y medio ya es un periodo de elaboración y construcción posterior. Continúan estructuras y elaboraciones posteriores. Conforme disminuyen los períodos de actividad creativa en los períodos sensitivos, el desarrollo y la perfección posteriores del individuo son logrados por esfuerzos determinados y actividades deseadas. Pero es el niño, incorporando en sí mismo todos los elementos esenciales del ambiente incluyendo la lengua materna, el que encarna en sí mismo y preserva las características especiales y genuinas de la raza. ¡Sólo imagina lo maravillosos que sería que los adultos conservaran la capacidad del niño, que por medio de la actividad espontánea y sin esfuerzo consciente, aprende a hablar el lenguaje
con todas sus complejidades! ¡Sólo imagina que pudiéramos volvernos ingenieros, matemáticos o filósofos de la manera en la que el niño aprende la lengua materna! ¡Qué maravilloso sería si todas las ciencias entraran en nuestros cerebros sólo con el trabajo de estar respirando, viviendo y absorbiendo el ambiente! Al principio no notaríamos que algo notable ha pasado. Entonces, de repente nuestras adquisiciones brillarían como estrellas en nuestras cabezas y nos daríamos cuenta que las poseíamos. Despertaríamos para descubrir que todas estas posesiones eran nuestras sin esfuerzo, sin ninguna fatiga. ¿No suena como un cuento de hadas? Si te hubieran dicho que había un planeta donde no había maestros, ni escuelas, ni necesidad de estudiar, donde los habitantes, sólo viviendo y haciendo, sabían cada materia y todas las ciencias del mundo, pensarías que ese planeta era un paraíso. Eso que parece ser imaginario y fantástico es una realidad. Este es el método de adquisición del conocimiento del niño durante los períodos de creatividad sensitiva. El dominio del lenguaje hablado del niño y de los movimientos físicos son ejemplos de este método de aprendizaje. El adulto durante su vida construye la supra estructura del conocimiento, la experiencia y la habilidad de las bases se establecen en la infancia. Tiene que ser enfatizado que los poderes de la mente absorbente del niño no están confinados al aprendizaje del lenguaje. La absorción se extiende a todas las características mentales y morales que se consideran propias de la humanidad, raza o comunidad, e incluyen patriotismo, religión, hábitos sociales, disposiciones técnicas, prejuicios y, de hecho, todas las cosas que conforman la suma total de la personalidad humana. La posibilidad de la duración continua de la mente absorbente en especial, los casos de adultos, debidos al interés, concentración o de otra manera, serían un tema para una investigación fascinante.