Nehemías 15
Nehemías 15
Nehemías 15
Les invito a abrir sus Biblias en el Libro de Nehemías capitulo 6, versículos 1-9.
Este pasaje trata acerca de una invitación que realizan Sanbalat, Tobías y Gesem a
Nehemías. Recordemos que Sanbalat, Tobías y Gesem no eran los grandes amigos de
Nehemías precisamente. Mas bien eran sus más enconados enemigos. De ellos no se
podía esperar un gesto amable, pero sin embargo, aquí los tenemos haciendo una
cordialísima invitación a su archienemigo Nehemías.
Veamos en primer lugar las circunstancias de la invitación. Nehemías 6:1 dice: "Cuando
oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los demás de nuestros enemigos, que yo
había edificado el muro, y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo no
había puesto las hojas en las puertas)"
Y esto nos lleva a examinar el contenido de la invitación. Nehemías 6:2 dice: "Sanbalat y
Gesem enviaron a decirme: Ven reunámonos en alguna de las aldeas en el campo de
Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal"
La invitación parece de lo más inocente. Vamos, Nehemías, estás cansado, te hace falta
un buen descanso, nosotros queremos lo mejor para ti, mira, las aldeas en el campo de
Ono tienen el clima ideal y el ambiente apropiado para que te des un respiro, ven,
nosotros te esperaremos allí.
Quizá en verdad Nehemías estaba cansado, con tanto trabajo en la obra, sobre eso el
liderazgo y añadido a todo aquello, la oposición era natural que necesitara un descanso.
La tentación debe haber sido fuerte. Pero de alguna manera que la Biblia no lo revela,
Nehemías sabia que había algo muy extraño en la invitación.
Quizá su sexto sentido le advirtió que detrás de las suaves palabras se escondía un
protervo fin. Por esto el texto dice que Nehemías sabia que sus enemigos habían
pensado hacerle mal. Al analizar el contenido de la invitación, vemos claramente que los
enemigos de la obra estaban buscando que Nehemías se distraiga de lo que el Señor le
encomendó. Así obra el enemigo en nuestras vidas también. Cuando más deseamos
agradar al Señor con nuestras vidas, aparecen invitaciones a involucrarnos en esto o
aquello.
No nos dejemos engañar del enemigo, reconozcamos como Nehemías que toda invitación
que nos distraiga de la verdadera meta que Dios nos ha dado esconde un gran deseo de
causarnos un grave mal.
Me encanta la respuesta de Nehemías. Tenía tanto celo por la obra de Dios que ni
siquiera habló directamente con los enemigos de la obra. A través de sus mensajeros
comunica a los enemigos de la obra que El está haciendo una gran obra y que no puede
dejarla para aceptar la invitación.
¡Qué alto concepto tenía de la obra de Dios! Su mente estaba totalmente concentrada en
ello. No iba a permitir que nada ni nadie interfiera con su propósito. Este es el tipo de
personas que causarán un impacto en la obra de Dios. Personas que entre ceja y ceja
tienen bien grabado que Dios quiere que hagan su obra y que no puede haber nada que
les haga desviar de esa meta.
Los enemigos de la obra son muy persuasivos. Por cuatro veces intentaron que
Nehemías cambiara de idea, pero que firmeza de Nehemías, en cada ocasión su
respuesta fue siempre la misma: Lo siento, tengo una gran obra para hacer, no puedo
abandonarla para ir con ustedes.
Creo que si hoy en día hubieran creyentes como Nehemías que no están dispuestos a
comprometerse o enredarse en los negocios de la vida, otra seria la realidad de la obra
de Dios en nuestros tiempos.
Como fracasó el intento de que Nehemías acepte la invitación, los enemigos de la obra
van a intentar otro ardid para que Nehemías acepte la Invitación.
La calumnia tenia que ver con que Nehemías estaba pretendiendo rebelarse contra el
rey de Persia. Junto con la calumnia viene el chantaje. Mira, si no vienes a reunirte con
nosotros, haremos conocer esta situación al rey. Que audacia de los enemigos de la obra
en verdad que no tienen ningún escrúpulo para conseguir sus fines.
Nehemías pudo haberse sentido inquieto con esta pública acusación sin fundamento,
pero no se metió a un debate público para reivindicar su imagen. El sabia que Dios
estaba con él y eso le fue suficiente, en base a esta confianza, envía una comunicación
sencilla pero efectiva. Nehemías 6:8 dice: "Entonces envié yo a decirle: No hay tal cosa
como dices, sino que de tu corazón tú lo inventas"
Sin atacar, sin insultar, Nehemías sencillamente afirma que la acusación es incorrecta y
que es producto de la mente de Sanbalat. Al final del pasaje, Nehemías hace un
comentario final sobre la invitación. Nehemías 6:9 dice: "Porque todos ellos nos
amedrentaban, diciendo: Se debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será
terminada. Ahora, pues, oh Dios fortalece tú mis manos."
Este es el meollo de la invitación. Todo lo que los enemigos buscaban era que las manos
del pueblo se debiliten y se detenga la obra. Con un hombre tan determinado a hacer la
voluntad de Dios como Nehemías era difícil que lo logren porque Nehemías se fortalecía
en Dios y esta fuerza le sobraba para burlar a sus enemigos.
Hemos visto como Nehemías se paró firme ante la insinuación a desviarse del propósito
que Dios había trazado para él. En nuestra obra como hijos de Dios también surgirán
ocasiones en las cuales el enemigo nos incita a desviar nuestra mirada de la meta, ojalá
que recordemos el caso de Nehemías e imitemos su ejemplo.