Introduccion A La Perspectiva de Genero
Introduccion A La Perspectiva de Genero
Introduccion A La Perspectiva de Genero
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Esta sigla hace referencia a identidades lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, transgéneros,
travestis, intersex, queer.
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Les proponemos mirar los siguientes videos elaborados por el proyecto “Dibujando el
género”2 que nos pueden ayudar a entender un poco más sobre el tema antes de seguir
avanzando:
Dibujando el género. Capítulo 1
Dibujando el género. Capítulo 2
ESTEREOTIPOS, ROLES Y RELACIONES DE GÉNERO
Podemos decir entonces que lo que conocemos como “feminidad” y “masculinidad” es una
construcción social, cultural e histórica realizada sobre la base de estereotipos de género,
que establecen aquello que se espera del varón y de la mujer. Están elaborados en base a
prejuicios, actitudes y creencias aplicadas a todos los varones y las mujeres en general, e
intervienen en la construcción de la identidad de las personas y en el modo de organización
social. Aparecen como “naturales”, incuestionables, como una verdad absoluta.
Así, los varones han sido identificados con lo racional, lo activo, la fuerza, el coraje, la
virilidad, lo público, el pensamiento, la razón, la cultura y el poder. Mientras que las mujeres
resultaron proyectadas hacia el otro lado e identificadas con lo irracional, lo pasivo, el
sentimiento, la emoción, la naturaleza, lo privado, lo doméstico, la sensibilidad.
Los estereotipos y mandatos de género influyen de manera decisiva en la determinación de
los roles a desempeñar en la sociedad. Es decir, en la forma en la que deberán comportarse
varones y mujeres según lo que se considera apropiado para cada uno/a, en todos los
aspectos de su vida, inclusive en los más íntimos, como podría ser la sexualidad. Así, los
varones, para construir la masculinidad socialmente esperada, deben ser fuertes,
invulnerables, proveedores, activos y demostrar autoridad. De parte de las mujeres se
espera que manejen de manera apropiada el espacio privado, siendo buenas madres,
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Dibujando el género" es un proyecto divulgativo basado en el libro Dibujando el género, que tiene como
objetivo acercar las aportaciones de los estudios de género a un público amplio. El proyecto está elaborado por
Gerard Coll-Planas y Maria Vidal.
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novias y esposas, moderadas, cariñosas y generosas, sumisas, entre otras características
que se le atribuyen a lo femenino.
La naturalización de los roles y estereotipos de género tuvo como consecuencia la división
sexual de las esferas de la vida, que relegó a las mujeres al ámbito privado e hizo que se
comprendieran como “naturales” al género las tareas domésticas y de cuidado, mientras
que convierte al espacio público (y todo lo que en él sucede: la política, el deporte, el
trabajo “productivo”, etc.) en un ámbito para los varones, con lógicas profundamente
masculinizadas y masculinizantes. Esta división sexual de los ámbitos de la vida, que se
justifica y se apoya en los estereotipos de género, funciona con una circularidad que
sostiene y amplía las diferencias entre éstos, generando desigualdades que se convierten
en estructurales. Por poner un ejemplo, como se considera “natural” que las mujeres
asuman las tareas de cuidado en el ámbito privado, éstas dedican menos tiempo al trabajo
“productivo”, por fuera de la casa, para poder realizar el trabajo “reproductivo”. Esta razón
dificulta el acceso al trabajo “productivo”, limitando la autonomía económica de las mujeres
y profundizando su dependencia.
Como vemos, los estereotipos se vinculan directamente con el tipo de relaciones que se
establecen entre las personas. Y lo más importante es que son relaciones que se
construyen culturalmente de forma asimétrica y jerárquica.
¿Por qué decimos que las relaciones de género son relaciones asimétricas y
jerárquicas?
Porque los aspectos relacionados a la masculinidad hegemónica3 se encuentran
sobrevalorados socialmente en relación con aquellos asociados a la feminidad y a otras
identidades. Para poner un ejemplo que dé cuenta de esto, podemos observar cómo
funciona socialmente la idea de que la racionalidad es un atributo masculino y la
emocionalidad un atributo femenino y las consecuencias que ello tuvo y tiene en el reparto
de poder en la sociedad. Esta creencia fue lo que obstaculizó durante muchos años la
participación política de las mujeres y fue central en los argumentos que les impidieron
votar (ya que se consideraba peligroso que un ser gobernado por sus emociones tuviera
injerencia en el futuro de la nación), convirtiendo a la política en un campo exclusivamente
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La masculinidad hegemónica es la forma de masculinidad, dominante y culturalmente autorizada
y autorizante, en un orden social determinado.
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masculino, corriendo a las mujeres de los espacios de discusión y toma de decisiones,
relegándolas al ámbito doméstico y a las tareas de cuidado. Así se fue construyendo esta
idea de que es “natural” que las mujeres tengan mayor responsabilidad en el cuidado de
hijos/as, adultos mayores, y en las tareas del hogar.
De la creencia de que los varones son seres más racionales que las mujeres también se
desprende el mayor peso epistemológico de su voz y su opinión, que hizo que durante años
las voces femeninas no fueran consideradas válidas para testificar en los juicios, porque al
ser irracionales podían fabular, mentir, verse demasiado atravesadas por sus emociones.
Estos sentidos comunes que parecen lejanos y caducos, tienen vigencia hoy en día cuando
se descree o se pone en duda el relato de mujeres que sufren acosos, violencia, abusos,
detrás de la sospecha del “algo habrán hecho”. Como podemos ver, los efectos de los
estereotipos son múltiples y afectan todos los planos de la vida.
ACTIVIDAD:
Foro Debate I: Las desigualdades de género
(Esta actividad debe ser resuelta en el Foro Debate I de la Clase en la Plataforma Virtual)
Para esta actividad les proponemos que vean el siguiente video y pongan en juego en el
análisis lo desarrollado hasta aquí:
Video de publicidad de Ayudín
Como habrán notado, en esta publicidad hay un tratamiento “humorístico” de la forma en
que las actividades realizadas por los varones resultan sobrevaloradas en la cultura, en
comparación con las realizadas por mujeres.
¿Qué creen que busca mostrar la publicidad? ¿Qué pasa cuando un varón aparece
realizando una tarea que a lo largo de la historia realizaron las mujeres? ¿Qué denotan la
música, el tono en que se relatan los hechos y las gestualidades?
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PATRIARCADO
El patriarcado es la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las
mujeres y niños/as de la familia y otras identidades de género no heteronormadas; y la
ampliación de ese dominio en la sociedad en general. La construcción del patriarcado se
basa en diferentes instituciones públicas y privadas que dictan normas, leyes, valores, ideas
y prácticas que reproducen la lógica patriarcal. Como resultado de ello, la sociedad se
encuentra centrada en la figura del varón, y tanto las mujeres como otras identidades
sexo-genéricas quedan subordinadas de manera práctica y simbólica en todos los ámbitos
de la vida: la familia, el trabajo, el deporte, las organizaciones, la política, es decir en la vida
social en general.
En este video Eleonor Faur y Diana Maffía4 explican la forma en que opera el patriarcado
en nuestras sociedades:
Construcción social del patriarcado y cómo comenzar a deconstruirlo desde el lugar que
ocupamos
Todos y todas, en mayor o menor grado, somos reproductores/as de estos estereotipos y
de estas relaciones. Se trata de valores sociales propios de la cultura en la que hemos sido
criados/as y educados/as, cuya base de aceptación social se encuentra en ciertas ideas
generalizadas de cómo deben (o deberían) ser varones y mujeres.
Resulta fundamental en primer lugar, visibilizar en nuestras vidas cotidianas cómo y en qué
situaciones alimentamos estos estereotipos, ya que sólo es posible transformarlos si somos
capaces de dar cuenta de ellos. En segundo lugar, es importante revisar el rol que las
distintas instituciones tienen en este circuito para comenzar a transformarlas.
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Este video fue elaborado para el Curso "Recursos para Incorporar los Derechos Humanos de las
Mujeres", organizado y dictado por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de
Argentina.
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proponemos mirar el Corto francés: machismo al revés y reflexionar sobre las siguientes
preguntas:
¿Qué sensaciones generó el recurso de ver el mundo funcionando de una forma en que
no es usual? ¿En qué dimensiones de la vida cotidiana aparecen las desigualdades entre
los géneros? ¿Cómo se van articulando? ¿Qué fue lo que más les llamó la atención?
DIVERSIDAD E IDENTIDADES DE GÉNERO
Cuando hablamos de diversidades sexo-genéricas hacemos referencia a aquellas
identidades no hegemónicas, invisibilizadas y estigmatizadas por la norma social. En
cada cultura y en cada momento histórico se construyen nociones en torno a qué es lo
“normal” que atraviesan también las identidades, las formas de expresarlas y las maneras
de vivir la sexualidad de las personas, señalando algunas como legítimas y a otras como
ilegítimas, anormales, raras. Es necesario comprender que las sexualidades, las identidades
de género y los cuerpos no son realidades meramente biológicas y estáticas. Como
sostiene la brasileña Guacira Lopes Louro:
La sexualidad, lejos de ser un destino biológico o algo fijo e inmutable, es una
dimensión humana que se aprende y se construye a lo largo de toda la vida. Se
expresa de diversos y variados modos y que no se reduce a la cuestión
orgánica o genital, sino que también implica rituales, lenguajes, fantasías,
representaciones, símbolos y convenciones, se trata pues de “procesos
profundamente culturales y plurales (...). Las posibilidades de la sexualidad, las
formas de expresar los deseos y placeres también son siempre socialmente
establecidas y codificadas” (Lopes Louro, 1999, p.5).
¿Por qué se señalan entonces a algunas formas de vivir la identidad y la sexualidad como
extrañas o anormales? Porque nuestra sociedad se organiza a partir de lógicas binarias y
dicotómicas que hace que interpretemos el mundo en pares de opuestos, complementarios
y excluyentes al mismo tiempo: blanco/negro, naturaleza/cultura, sujeto/objeto,
varón/mujer.
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Este modelo binario tiene un elemento más que funciona como una matriz que jerarquiza y
discriminación y violencia hacia todas las personas que no encajan en ese modelo
hegemónico. Por eso, decimos que la heterosexualidad funciona como norma, porque es
implícitamente “ enseñada ” como lo “ normal ” en todos los ámbitos de la vida (la familia, la
Desde la infancia, muchas personas se ven obligadas a lidiar con situaciones de violencia
por el simple hecho de que sus gestos, sus gustos, sus deseos, su forma de vestir, las
aspiraciones que tienen o el género con el que se identifican, no se corresponde con lo que
repiten en diferentes espacios, inclusive en aquellos que deberían ser lugares más amables
Dado que el género incluye una parte inconsciente de nuestras creencias no resulta nada
fácil intentar cambiarlas; no es un cuestión que se resuelva con buena voluntad. Hay que
recordar constantemente que las relaciones de género son las más íntimas de las
relaciones sociales en las que estamos inmersos. Para modificar la subjetividad de las
personas, sus valoraciones íntimas sobre lo que es “propio” de cada género y sus procesos
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de identificación, es necesario comprender esta transformación como un proceso de
transformación cultural y simbólica que implica a múltiples actores e instituciones.
Transversalizar la perspectiva de género no es un fin en sí mismo, sino que es una
estrategia, una herramienta, un cómo llevar adelante el proceso de imaginar y construir
sociedades más igualitarias. No se trata de repetir frases que suenen bien en un programa
de acción o en una jornada de capacitación, sea cual sea el campo en el que nos
desempeñemos. Tampoco implica pensar exclusivamente en “mujeres”, o en cuestiones
relacionadas “a las mujeres”, o “para las mujeres”, o sobre con y para las diversidades.
Esta utilización de la categoría de género como sinónimo de mujeres e identidades
LGBTIQ+ se relaciona con que son estos colectivos quienes visibilizan las relaciones de
poder basadas en el género, porque son precisamente quienes sufren discriminación, pero
incorporar esta perspectiva debe involucrar a todas las personas por igual, ya que desarmar
las bases que sostienen la desigualdad es tarea de todas, todos y todes.
Adoptar una perspectiva de género tampoco se trata de aplicar una receta, sino de un
proceso de aprendizaje que requiere tiempo y revisión constantes de nuestras ideas y
nuestras prácticas, principalmente atendiendo a las realidades particulares de los espacios
en los que habitamos cotidianamente En ese sentido, implica que, ante el análisis de
cualquier problemática social, observemos cómo se expresan allí esas relaciones de poder
fundamentadas en el género y nos preguntemos acerca de de qué forma esa problemática
afecta particularmente a las mujeres y a las personas LGTBIQ+, teniendo en cuenta los
condicionamientos históricos, sociales y culturales que recaen sobre esas identidades.
Asimismo, esto conlleva la desarticulación de prejuicios o estereotipos que resultan
discriminatorios.
Asumir un enfoque de género supone un posicionamiento ético político que trasciende el
ámbito público profesional y impregna la vida y experiencias de las personas. En ese
sentido, implica revisar prácticas personales, prejuicios propios, formas de vincularnos con
el resto de las personas.
¿QUÉ ROL TIENE LA CAPACITACIÓN EN EL PROCESO DE TRANSVERSALIZAR LA
PERSPECTIVA DE GÉNERO?
Asumir una perspectiva de género supone un posicionamiento ético político que entiende
que todas las personas tenemos el derecho a desarrollar nuestras vidas en igualdad de
trato y oportunidades. Por eso, no es una perspectiva que se pueda imponer, ya que
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implica un proceso de revisión individual y colectivo de aspectos culturales que nos
constituyen y atraviesan íntima y colectivamente.
La capacitación promueve la reflexión sobre lo que se presenta como “dado” y “natural” y
aporta conceptos que sirven como herramientas de análisis de la realidad en niveles
incisivos y profundos que de otro modo pueden pasar inadvertidos. Por esta razón, las
instancias de capacitación pueden tener un enorme potencial transformador en las
personas e instituciones a las que están destinadas si se piensan como espacios de
diálogo, debate y escucha en los que la palabra circule y la discusión se considere una
herramienta constructiva. Para que estos espacios sean significativos deben pensarse
teniendo en cuenta los contextos particulares en los que se desarrollan, las necesidades
concretas que allí aparecen, las problemáticas y desafíos que cada contexto presenta, los
pisos de debate adquiridos por quienes van a participar; deben ser propuestas situadas y
adecuadas a sus participantes y sus realidades.
Erradicar las desigualdades y las violencias de género de nuestra sociedad no es un
propósito que pueda lograrse de un día para otro, implica, por el contrario, un largo proceso
de profunda transformación social y cultural. Con la sanción de la Ley Micaela el Estado
Nacional y el Estado Provincial han asumido la responsabilidad política de involucrarse
activamente en ese desafío.
Materiales bibliográficos consultados para la elaboración de este insumo:
Cuadernillo del Curso Virtual Buenas prácticas en el ámbito laboral. Módulo 3. (2019)
Instituto Provincial de la Administración Pública. Ministerio de Jefatura de Gabinete de
Ministro. Provincia de Buenos Aires.
Lopes Louro, Guacira (1999). “Pedagogías de la sexualidad” en O corpo educado.
Pedagogia da sexualidade. Belo Horizonte. Autentica.
Maffía, Diana (2003). “Sexualidades migrantes. Género y transgénero”. Feminaria Editora.
Buenos Aires.
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