Sociograma María José Díaz-Aguado
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INDICE
1.-Introducción..........................................
3.-Normas de interpretación.............................. 14
4.-Consistencia interna.................................. 16
7.-Anexo................................................. 22
7.1.-Tablas de resultados........................... 22
7.2.-Cuestionario sociométrico: versión para
niños............................................... 26
7.3.-Cuestionario sociométrico: versión para
adolescentes........................................ 27
7.4.-Prueba de ranking para niños................... 29
7.5.-Prueba de ranking para adolescentes............ 30
8.-Bibliografía.......................................... 31
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1.-Introducción
Existe actualmente un gran consenso entre los especialistas en el tema, en reconocer que la
adaptación durante la infancia en las sociedades escolarizadas depende, en buena parte, de las
relaciones que los niños mantienen con sus compañeros en el sistema escolar (Ladd, 1990;
Díaz-Aguado, 1986, 1988; Parker y Asher, 1987; Kupersmidt y Coie, 1990). Cuando dichas
relaciones se establecen adecuadamente proporcionan, según la opinión de los propios
alumnos, "lo mejor de la escuela y la principal fuente de apoyo emocional que encuentran en
ella" (Bernd y Perry, 1986). Cuando, por el contrario, los niños son rechazados o ignorados
por sus compañeros, éstos se convierten en fuente de estrés e inadaptación escolar (Díaz-
Aguado, 1986, 1988; Asher y Wheeler, 1985). Probablemente por eso, el rechazo de los
compañeros en la escuela predice su abandono prematuro (Kupersmitdt, 1983) incluso
cuando se elimina el posible efecto que sobre ambas variables puede tener la falta de
rendimiento escolar (Parker y Asher, 1987).
Para explicar los resultados resumidos en el párrafo anterior, conviene tener en cuenta
(Díaz-Aguado, 1986, 1988) que:
aumento obstaculizando las condiciones mínimas para un desarrollo normal hasta provocar
los graves problemas que el rechazo permite predecir.
El método de las nominaciones consiste en pedir al sujeto que nombre a los tres niños
o niñas de su grupo con los que más le gusta jugar (cuestión uno) y con los que menos le
gusta jugar (cuestión tres); preguntándole a continuación el por qué de sus elecciones y
rechazos. En el caso de los adolescentes se contemplan dos situaciones diferentes: trabajo y
tiempo libre, de forma que puedan obtenerse datos más diferenciados.
El número de veces que un niño es nombrado en las preguntas número dos y cuatro
en la versión de niños y en las preguntas cinco y seis en el caso de los adolescentes, nos
proporciona un índice de la impresión que produce en sus compañeros. Cuando un alumno
menciona a otro en la pregunta número dos, ¿quién quiere jugar contigo?, puede ser
interpretado como que el segundo manifiesta aceptación. Lo cual nos permite obtener
información indirecta de la conducta del niño tal como es percibida por sus compañeros
(como señal de aceptación o rechazo). A partir de este procedimiento se obtienen los
siguientes indicadores de la impresión producida.
Con objeto de obtener información sobre la conducta tal como ésta es percibida por
los compañeros Hartshorne y May propusieron el método del "adivina quién es". A partir de
este procedimiento general, en las investigaciones anteriormente realizadas (Díaz-Aguado,
1986, 1988) se seleccionaron los adjetivos más utilizados por los niños de los primeros cursos
de escolaridad en la descripción de sus compañeros (para justificar sus elecciones y rechazos
en las preguntas de tipo abierto). El procedimiento de asociación de atributos que se incluye
en nuestro cuestionario sociométrico permite obtener información de la conducta percibida
por los compañeros así como de las características en las que más destacan.
Pueden obtenerse dos índices globales de conducta percibida agrupando todas las
nominaciones que cada niño recibe en los atributos de tipo positivo, por una parte, y negativo,
por otra.
ser antipático con los compañeros, estar frecuentemente llamando la atención, agresividad,
tener problemas para comunicarse y tener envidia.
La mejor evaluación del estatus social (nivel medio de popularidad) se obtiene a partir
del método de las puntuaciones, también denominado ranking. Consiste en pedir a todos los
alumnos que puntúen a cada uno de sus compañeros utilizando una escala de cinco grados
(muy bien, bien, regular, mal, muy mal), contestando a la pregunta genérica ¿cómo te cae?,
seguida por los nombres de todos los niños de la clase. El estatus sociométrico de cada
alumno se calcula sumando todas las puntuaciones que recibe y dividiendo el resultado de
dicha suma entre el número de compañeros que le han puntuado. Este procedimiento permite
conocer la aceptación media obtenida por cada uno de los alumnos de la clase (acerca de
cómo cae a los demás). Es el índice sociométrico que mejor permite captar los efectos
producidos como consecuencia de los programas de intervención (Díaz-Aguado, 1988, 1990;
Díaz-Aguado, Martínez Arias y Baraja, 1992).
1. Cada uno va a pensar quién es el niño o la niña de la clase que mejor le cae. ¿Ya lo
habéis pensado?. Buscad su nombre en la lista. Y rodead el número uno, el de la cara
más simpática. A todos los niños o niñas que os caigan tan bien como el que acabáis
de elegir les pondréis también el número uno.
2. Ahora vais a pensar quién es el niño o la niña de la clase que peor os cae. Buscad su
nombre y rodeáis el número cinco, el de la cara más seria. (Se procede igual que en el
caso anterior).
3. Se procede igual que en los dos casos anteriores para enseñar a utilizar las
puntuaciones restantes: 3=regular; 2= un poco bien; 4=un poco mal.
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4. Cuando los niños han aprendido a utilizar la escala de cinco grados, se van leyendo
los nombres de todos los niños de la clase, dejando un tiempo para que respondan.
Conviene comprobar previamente si se ha comprendido la utilización de la escala,
preguntándoles qué número deben rodear si un niño o niña les cae muy bien, algo
bien, regular, algo mal, muy mal.
Puesto que se otorga un uno a los compañeros que mejor caen y un cinco a los que
peor, cuánto mayor sea la puntuación en el ranking, peor es el estatus sociométrico reflejado.
Los procedimientos sociométricos pueden servir, además, para detectar a niños que se
encuentran en una situación problemática. Pudiéndose destacar dos criterios generales (ser
rechazado por un número importante de compañeros y no tener ningún amigo entre ellos) así
como la necesidad de intervenir con los niños que en ella se encuentran para lograr una mejor
integración entre los compañeros. Resumimos brevemente a continuación algunos
indicadores que pueden permitir detectar dichas situaciones.
2.-El aislamiento o total ausencia elecciones, que refleja falta de oportunidades para
establecer relaciones de amistad en el grupo evaluado.
El niño aislado se caracteriza por ser ignorado por sus compañeros y pasar desapercibido,
aunque suele ser ligeramente impopular. Su principal riesgo reside en la privación socio-
emocional y la falta de oportunidades para establecer relaciones de amistad. Además, la
mayoría de los niños aislados suelen ser conscientes de su situación (se perciben sin amigos),
de lo cual se derivan altos niveles de estrés y una acentuada tendencia a infravalorar su
competencia social.
4.-Consistencia interna
Tanto en la versión de niños (tabla 1) como en la versión de adolescentes (tabla 2), los
diversos índices sociométricos presentan altas correlaciones entre sí, que siempre van en la
dirección prevista por el constructo, lo cual apoya la consistencia interna de las medidas
sociométricas, tanto en su aplicación en el colegio como en la residencia de acogimiento.
Pueden diferenciarse dos estructuras, en torno a : 1) el rechazo explícito para la interacción
recibido por parte de los compañeros, que correlaciona con la presencia de atributos
negativos; 2) la elección como amigo, que correlaciona con la presencia de atributos
positivos. Lo cual refleja que la aceptación social no es exactamente lo contrario del rechazo.
Por otra parte, la estructura de las correlaciones en la muestra de adolescentes refleja que el
mejor indicador de los problemas de relación con los compañeros en dicha edad en el colegio
son los rechazos para trabajar (que correlacionan con los atributos perceptivos que reflejan
competencia socioemocional). En otras investigaciones hemos obtenido un resultado similar
(Díaz-Aguado, Royo García y Martínez Arias, 1994). El mejor indicador de problemas de
relación en la residencia de acogimiento parece ser el número de rechazos para interactuar en
situaciones de ocio. Resultados que concuerdan con las diferentes funciones que ambos
contextos (colegio y residencia) pretenden desempeñar.
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1.-Relaciones en el colegio
2.-Relaciones en la residencia
1.-Relaciones en el colegio
2.-Relaciones en la residencia
2) La percepción de problemas por parte del profesor del colegio (tabla 3 del anexo):
dificultades de aprendizaje (r=.49, p<.000), comportamiento disruptivo y antisocial (r=.48,
p<.000) problemas de relación con los compañeros (r=.59, p<.000), problemas emocionales
(r=.44, p<.000), problemas sexuales y conductas autodestructivas (r=.29, p=.002).
3) Bajo autoconcepto (véase la tabla 4 del anexo): global (r=.35, p<.000); social o
popularidad (r=.40, p<.000); felicidad-satisfacción (r.=.30, p<.000).
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1) Como puede observarse en la tabla 2, los rechazos que el alumno recibe tanto para el
ocio como para el trabajo correlacionan de forma altamente significativa con los atributos
negativos que sus compañeros perciben en él; y especialmente en los siguientes: 1) ser
antipático; 2) tener problemas para comunicarse; 3) ser envidioso; 4) estar continuamente
llamando la atención.
2) Las elecciones tanto para el trabajo como para el ocio (y sobre todo las primeras)
correlacionan de forma significativa con los siguientes atributos positivos: 1) ser capaz de
compartir los éxitos de los demás; 2) saber comunicarse; 3) ser simpático; 4) y saber resolver
conflictos.
4) Como puede observarse en la tabla 5 del anexo, el estatus sociométrico del adolescente
maltratado correlaciona de forma muy significativa con la percepción que de su integración
en el grupo de compañeros tiene el profesor. Destacando las correlaciones entre : 1) los
rechazos sociométricos para trabajar (r=.52; p=.005) y para el ocio (r=.46; p=.019); 2) y su
nivel de impopularidad a través del ranking (r=.40; p.=.025).
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5) El estatus sociométrico del adolescente correlaciona tal como cabía esperar con su
autoconcepto en la dimensión popularidad (con elecciones para el trabajo, por ejemplo,
r=.27; p=.27).
Como se analiza en el capítulo 3 de la unidad uno, los niños maltratados obtienen resultados
sociométricos significativamente peores que los niños no maltratados en todos los indicadores
considerados con la excepción de los atributos positivos (indicador en el que las diferencias
van en la dirección prevista pero no llegan a ser estadísticamente significativas).
También los adolescentes maltratados tienen más dificultades de relación que sus
compañeros no maltratados. Sin embargo, las diferencias existentes en este sentido solo
llegan a ser estadísticamente significativas en dos indicadores sociométricos: el número de
atributos negativos en el que son mencionados (que puede ser interpretado como un indicador
de conducta negativa percibida) y el número de rechazos para trabajar (situación en la que los
adolescentes parecen ser mucho más exigentes en la selección de compañeros).
Para explicar por qué las diferencias sociométricas asociadas al maltrato son superiores en
la infancia que en la adolescencia cabe plantear tres posibles explicaciones: 1.-la superior
vulnerabilidad del niño a los efectos del maltrato; 2.-la posibilidad de que dichos efectos se
hayan superado como consecuencia de las intervenciones realizadas con los adolescentes; 3) o
que las dificultades sigan existiendo entre éstos últimos, pero se manifiesten de otra forma.
7.-Anexo
NOMBRE.................. APELLIDOS.........................
1. ¿Quiénes son los tres niños o niñas de tu clase con los que más te gusta jugar?
2. ¿Quiénes crees tú que son los tres niños o niñas de tu clase a los que más les gusta jugar
contigo?
3. ¿Quiénes son los tres niños o niñas de tu clase con los que menos te gusta jugar?
4. ¿Quiénes crees tú que son los tres niños o niñas de tu clase a los que menos les gusta jugar
contigo?
NOMBRE.................. APELLIDOS.........................
1. ¿Quiénes son los tres chicos(as) de tu clase con los que más te gusta trabajar?
2. ¿Quiénes son los tres chicos(as) de tu clase con los que menos te gusta trabajar?
3. ¿Quiénes son los tres chicos(as) de tu clase con los que más te gusta estar durante el tiempo
libre (salir, en los recreos...)?
4. ¿Quiénes son los tres chicos(as) de tu clase con los que menos te gusta estar durante el tiempo
libre (salir, en los recreos...)?
5. ¿Quiénes son los tres chicos(as) de tu clase a los que más les gusta (en general) estar contigo?
6. ¿Quiénes son los tres chicos(as) de tu clase a los que menos les gusta (en general) estar
contigo?
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8.-Bibliografía
BOUSHA,D.& TWENTYMAN,C. (1984) Mother child interactional style in abuse and neglect
and control groups. Journal of Abnormal Psychology, 93,106-114.
COWEN, E.; PEDERSON, A.; BABIGIAN, H.; IZZO, L.; TROST, M. (1973). Long Term
follow-up of early detected vulnerable children. Journal of Consulting and Clinical
Psychology, 41, 438-446.
GEORGE,C. & MAIN,M. (1979) Social interactions of young abused children. Child
Development, 50, 306-318.
KUPERSMITH,J. (1983) Predicting delincuency and academic problems from childhood peer
status. En: D. Coie (Ed.) Strategies for identifying children at socail risk: Longitudinal
correlates and consecuences. Bienniel Meeting of the Society for Research in Child
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Development, Detroit.
KUPERSMITH,J.; COIE,J. (1990) Preadolescent peer status, aggression and school adjustment
as predictors of externalizing problems in adolescence. Child Development, 61, 1350-
62.
LADD,G.W. (1990). Having friends , keeping friends, making friends, and being liked by peers
in the classroom: predictors of children`s early school adjustment. Child Development,
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Development, 56, 1009-1017.
PARKER,J.; ASHER,S. (1987) Peer relations and later personal adjustment: Are low accepted
children at risk? Psychological Bulletin, 102, 357-389.