Apuntes MP en Chile 2013
Apuntes MP en Chile 2013
Apuntes MP en Chile 2013
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En los salones criollos del siglo XIX se enfrentó la cultura tradicional (practicada
por los sectores populares y medios) y el afán europeizante (de la clase alta), como
sinónimo de lo moderno. Chilenidad y modernidad fue la síntesis buscada por la clase
dirigente criolla en Chile.
En los salones de la alta sociedad se imponían los bailes según las modas
europeas: vals, minué, contradanza y polca. El criterio europeizante también afectó la
composición en el país, privilegiando la réplica de los modelos europeos estandarizados.
La befana.
- Polca de autor italiano, en versión instrumental siguiendo el modelo de las
estudiantinas (flauta, violín, chelo, guitarra y mandolina).
El tortillero.
- Vals tradicional, según una versión editada en 1889.
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MÚSICA POPULAR EN CHILE. Antecedentes (2ª parte). 02
Entre las década de 1890 y 1920 se vivió un período de transición entre un sistema
de producción pre-industrial y otro más industrializado, en donde se articularon dos
circuitos: el de elite (aristocrático, europeizante y selectivo), donde se privilegiaba la
ópera italiana y los bailes de moda; y de la cultura de masas (de las capas medias y
populares), orientado hacia un público más amplio, donde la zarzuela se impuso junto a
otros espectáculos del teatro musical. La música tradicional (folclor y música étnica)
siguió cultivándose en el circuito no masivo ni mediatizado, asociado a su funcionalidad
social y ritual.
Hacia 1915 surgió un interés por el folclor nacional por parte de músicos doctos
(como Pedro Humberto Allende y Enrique Soro) y populares. Entre los músicos
populares se destacó Osmán Pérez Freire (1880-1930), quien fue un creador de fama y
prestigio internacional; entre sus casi 300 composiciones se destacan canciones, tangos,
tonadas y one-step. Pérez Freire representó el inicio del compositor chileno de música
popular de amplio espectro, es decir, capaz de componer en un variado tipo de estilos
musicales.
Entre 1920 y 1955 se desarrolló otra etapa, donde el arte de salón comenzó a ser
desplazado, y el proceso hacia una cultura nacional fue asumido por el Estado chileno, a
partir del circuito universitario. Pero la MP no fue considerada por este circuito, de
modo que ésta debió desarrollar canales de producción y difusión alternativos. Los
canales que se implementaron fueron:
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La abundante vida nocturna de aquellos años, sumada a los canales de difusión
ya citados, constituyó la principal fuente de trabajo para los músicos profesionales, así
como también en un importante factor de profesionalización.
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Compositores de la primera mitad del siglo XX. (1ª parte) 03
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Compositores de la primera mitad del siglo XX. (2ª parte) 04
A diferencia de Molinare, Luis Aguirre Pinto (1907-1998) tuvo una sólida formación
académica. A los 10 años ingresó al Conservatorio Nacional de Música, siendo alumno
de armonía de Pedro Humberto Allende. Aguirre Pinto fue compositor, director,
violinista y saxofonista, iniciándose profesionalmente en la música popular en 1923.
Durante los años 30 hizo giras nacionales e internacionales, ya sea como gaucho
argentino, como saxofonista en una orquesta de música cubana, o como violinista del
teatro de la ópera de Manaos.
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Aparte de géneros populares latinoamericanos y anglosajones, Aguirre Pinto
compuso revistas musicales, operetas, música incidental y sinfónica, y sus canciones han
sido grabadas tanto en Latinoamérica como en Europa. Una de sus composiciones más
conocidas es la tonada Camino de luna (1958), compuesta por encargo de un diario
valdiviano.
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Repertorios basados en la música tradicional. 05
Este folclor masificado llegó a tener una importante presencia en radios y locales
nocturnos hasta la irrupción de la cultura juvenil representada por el rocanrol. Sin
embargo, la fuerte presencia de elementos hispánicos en el folclor de la zona central no
lo hizo comparable con el folclor de otros países latinoamericanos (como samba, joropo
o son), abundantes en influencias africanas, indígenas o mestizas.
La japonesa, 1906.
En una primera etapa se destacaron las figuras femeninas, como Blanca Tejeda
de Ruiz, pionera en la grabación de tonadas y cuecas. En sus registros de 1927 era
acompañada por dúo de guitarra o piano. En la década de 1940 Tejeda publicó una serie
de partituras con su repertorio grabado para el sello Victor, repertorio recogido
directamente de informantes locales.
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A fines de la década de 1920 tomaron forma los primeros intentos por ubicar la
música folclórica en el ámbito del espectáculo. Formados en 1922, Los Huasos de
Chincolco fue el primer cuarteto de huasos asociados a la producción discográfica, al
realizar en 1927 sus primeras grabaciones para RCA Victor en Argntina.
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La música típica (2ª parte) 06
El conjunto Los Cuatro Huasos (1927-1956) fue el modelo definitivo de los grupos
de huasos en el contexto del espectáculo urbano. Nacieron como músicos aficionados,
interesados en cultivar (en la ciudad) la música de tradición campesina que los
identificaba en su condición de elite asociada a la tenencia de la tierra. Posteriormente el
conjunto se profesionalizó, apoyados por sus actuaciones en vivo y una abundante
producción discográfica.
El grupo fue fundado por Raúl Velasco (1907-1967), Jorge Bernales (1906-1975),
Fernando Donoso (1906-1963) y Eugenio Vidal. Aprendieron su repertorio en las
haciendas de familiares y amigos. Las canciones eran estilizadas modificando o
agregando versos, refinando la interpretación vocal e instrumental, y agregando un
punteo inicial en reemplazo del simple rasgueo previo que existía en los modelos
originales.
A partir del aporte pionero de los Los Cuatro Huasos, otros grupos ligados a la
música típica ampliaron su repertorio, incursionando además en géneros propios de la
cultura popular urbana (como vals, balada, foxtrot, tango, bolero), y repertorio criollo
latinoamericano como vals peruano, ranchera, corrido, guaranía, gato, zamba y
habanera.
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El grupo que mejor representó la continuación de esta línea fue Los Huasos
Quincheros, conjunto fundado en 1937 por Carlos Morgan (1919), Ernesto Amenábar
(1916-1948), Pedro Amenábar (1919-1965) y Mario Besoaín (1913-1994); todos ellos
estudiantes de la Universidad Católica. Reemplazaron a Los Cuatro Huasos en 1939 en
radio Agricultura, para luego viajar a Buenos Aires y así proyectarse
internacionalmente. Su sonoridad característica estuvo basada en la armonización de la
voz principal agregando una voz superior a ésta, y una o dos voces por debajo.
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La música típica (3ª parte) 07
La última intérprete destacada de música típica fue Silvia Infantas (1923), quien
se hacía acompañar por un trío masculino, formando en 1954 el conjunto Silvia Infantas
y Los Baqueanos. En 1960 el grupo pasó llamarse Silvia Infantas y Los Cóndores.
La mayor parte del repertorio grabado por Silvia Infantas corresponde a tonada y
cueca, matizado con la incorporación de vals y corrido. Cabe hacer notar que entre
tonada y cueca existen diferencias tanto funcionales como estructurales. Mientras la
cueca posee una función eminentemente festiva, la tonada está más cerca de la función
recreativa. La tonada por su parte se halla más cercana a la balada, al poseer un tiempo
menos vivo y una estructura del tipo estrofa-estribillo.
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La música típica fue asumida como la imagen sonora de Chile durante la primera
mitad del siglo XX, siendo la principal corriente dentro del variado panorama de la
música popular chilena. Posteriormente lo sectores progresistas de la sociedad chilena
cuestionaron la asociación entre esta música con la cultura criolla patronal,
considerando que excluía el ancestro indígena y que no favorecía el cambio social.
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Vicente Bianchi: integración entre MT y MP. 08
Abejorros, 1940.
- Este one step es un ejemplo de la música radial de aquella época, con sonido y arreglos
en el estilo de lo que se conocía como “jazz melódico”.
El aire, 1949.
- Junto con su arreglo de El pequén constituye una incursión en las danzas del período
de la independencia de Chile.
Danzas de La Tirana.
Hueda kona.
- Arreglo de una canción tradicional mapuche.
La tranquera, 1958.
- Composición original de Osmán Pérez Freire.
Tonada rítmica.
- Composición original de Bianchi.
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Luego de vivir algunos años en Perú, Bianchi se radicó nuevamente en Chile
abocándose a la tarea de musicalizar poemas de Pablo Neruda, los cuales tuvieron una
buena recepción en el público nacional.
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Vicente Bianchi (2ª parte) 09
Luego de vivir algunos años en Perú a mediados de los años 50, Vicente Bianchi
se radicó nuevamente en Chile abocándose a la tarea de musicalizar poemas de Pablo
Neruda, los cuales tuvieron una buena recepción en el público nacional.
Kyrie.
- En 3/4, elabora un estilo inspirado en sonoridades mapuches.
Gloria.
Agnus Dei.
Luego de esta experiencia, Bianchi siguó en esta línea de música religiosa con su
Misa de la Cruz del Sur (1969), ampliando su espectro a la música sudamericana.
Kyrie.
- Emplea ritmo de triste, tradicional peruano.
Gloria.
- Con ritmo de samba brasileño y en portugués.
Ofertorio.
- Zamba argentina.
Padre nuestro.
- Joropo venezolano.
Agnus Dei.
- Bambuco colombiano.
Salida.
- Cueca chilena.
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Días de radio. 10
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La música clásica también tuvo cabida en la programación de la radio. A
mediados de los años 40 radio Chilena, Corporación, Minería y Agricultura transmitían
temporadas completas de música sinfónica y de cámara (ya sea del Teatro Municipal o
de la Universidad de Chile), las cuales incluían repertorio docto europeo y chileno. La
conexión con la música clásica también se dio a nivel de interpretación, pues el estilo de
canto impostado (de origen operático) se hallaba presente en las primeras grabaciones
realizadas por artistas chilenos.
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Días de radio (2ª parte) 11
Para los shows en vivo las radios dispusieron de auditorios, salas de hasta 250
personas, donde el público asistente no pagaba entrada, pero debía comportarse de
acuerdo a las indicaciones provenientes del escenario en cuanto a los momentos de
guardar silencio, aplaudir o reír. A partir de 1931 fueron creados los principales
auditorios radiales, destacándose los de radio Universo (1931), Del Pacífico (1932), El
Mercurio (1933), Agricultura (1937), Cooperativa (1938), Carrera (1941), Minería (1943),
Corporación (1945), y Nuevo Mundo (1946).
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El nombre y el prestigio de una orquesta se construían mediante la actividad
radial, combinada con presentaciones en locales nocturnos y la grabación de discos. Uno
de los directores del período con más actividad en grabaciones fue Federico Ojeda
(1911-1993), considerado en la década de 1940 como el mejor director de jazz melódico.
Otro director con gran actividad radial y de grabaciones fue Pedro Mesías (1926-
2007), quien tuvo formación académica en el Conservatorio Nacional de Música para
luego ser pianista acompañante de diversos cantantes latinoamericanos, como Leo
Marini, Pedro Vargas, Antonio Prieto, Lucho Gatica y el dúo Sonia y Myriam.
Pedro Mesías fue artista exclusivo de radio Corporación, que en 1950 fue la
primera en cubrir con su señal todo el territorio nacional. En radio Corporación, Pedro
Mesías disponía de una orquesta conformada por 4 violines, 3 saxos, 2 trompetas,
trombón, guitarra, piano, contrabajo, batería y percusión.
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Días de radio (3ª parte) 12
Doce cascabeles, 1954. Los Ruiseñores de España con Don Roy y su Orquesta.
Otro director e instrumentista múltiple activo desde los años 40 fue el baterista,
acordeonista y pianista Fernando Morello (1918-1985), quien integró como baterista un
conjunto de jazz de Vicente Bianchi hacia 1940. Morello trabajó en radios y grabó
abundante repertorio popular, siendo el pianista fundador de la Orquesta Huambaly.
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Uno de los últimos directores de orquesta vinculados al ambiente radial fue el
pianista y arreglador Valentín Trujillo (1933), quien se desempeñó en radios
Cooperativa, Corporación y Portales hasta mediados de la década de 1960. Luego de
integrar las orquestas de Isidro Benítez y Don Roy, realizó en 1955 sus primeras
grabaciones para el sello Odeon y su primer LP individual en 1958. Como director
orquestal acompañó grabaciones de boleristas, Los Huasos Quincheros y numerosos
exponentes de la Nueva Ola, como Cecilia, Rafael Peralta, Carr Twins o Pat Henry.
Vida mía, 1959. The Carr Twins con Valentín Trujillo y su Orquesta.
- Dúo integrado por los hermanos Juan y Carlos Carrasco. Este último es el compositor
de la canción.
Sin tu amor, 1961. Los Cuatro Duendes con Valentín Trujillo y su Orquesta.
- Tema ganador del Festival de Viña del Mar 1961.
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Música popular y cine 13
El cine sonoro llegó a Chile en 1930. Si bien esto implicó la cesantía para muchos
músicos, subsistió la práctica de ejecutar música en vivo durante los entreactos de las
funciones de cine. Ante la amenaza de la cesantía de los músicos clásicos (principales
ejecutantes de la música en los entreactos) se aplicaron mayores impuestos a las
producciones de cine sonoro, con lo cual se financió la creación de la Orquesta Sinfónica
de Chile en 1941.
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Debido a la Segunda Guerra Mundial se produjo una disminución de la presencia
de filmes europeos, lo que favoreció a las producciones norteamericanas; algunas
compañías norteamericanas eran dueñas de algunas salas de cine en Santiago. El
impacto del cine norteamericano quedó en evidencia con la adopción de vestimenta de
indios sioux, apache y cherokee en los bailes de chinos en el norte de Chile. Walt Disney
visitó Chile en 1941, en busca de material para dos producciones de dibujos animados
(Saludos amigos, 1942 y Los tres caballeros, 1944), presentando así estereotipos de
personajes latinoamericanos.
En este contexto surgió la figura del “cantante estrella de cine”, impulsado desde
Hollywood a partir de Al Jolson (The jazz singer, 1927) y continuado luego por el crooner
Bing Crosby y el cowboy cantante Gene Autry. En América Latina surgieron “el charro
cantor” Jorge Negrete, “el compadrito cantor” Carlos Gardel, y “la cantante rumbera”
Carmen Miranda.
- Hombres del sur (Juan Pérez Berrocal, 1939), con canciones de Luis Aguirre Pinto.
- Dos corazones y una tonada (Carlos García Huidobro, 1939) con música de Donato
Román H. y la participación de Ester Soré, Nicanor Molinare y Los Cuatro Huasos.
- Amanecer de esperanzas (Miguel Frank, 1941), con música de Vicente Bianchi.
- Un hombre de la calle (Eugenio de Liguorio, 1942), música de Fernando Lecaros.
- Nada más que amor (Patricio Kaulen, 1942), música de Vicente Bianchi.
- Hoy comienza la vida (Eugenio de Liguorio, 1944), música de Fernando Lecaros.
- Yo vendo unos ojos negros (Joselito Rodríguez, 1947), música de Donato Román H.
- Tonto pillo (José Bohr, 1948), con música de Fernando Lecaros.
- Uno que ha sido marino (José Bohr, 1950), con música de José Bohr.
- La hechizada (Alejo Álvarez, 1950), con música de Luís Bahamonde y la participación de
Las Hermanas Loyola y Víctor Acosta.
Estas películas son difíciles de obtener, al igual que sus bandas sonoras.
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La estrella de la canción 14
Las cupletistas dominaron la escena del canto popular hasta la década de 1920,
cuando comenzaron a proyectarse los cantantes del género internacional y las estrellas
locales asociadas a la música típica. En este contexto, el o la cantante popular ayudó a
consolidar la canción popular como objeto artístico para la cultura de masas, al centrar
en sí el aspecto performativo de la canción.
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Con el apodo “El ruiseñor de Chile” fue conocida en Europa Rosita Serrano
(María Esther Aldunate del Campo, 1914-1997), quien fue la primera cantante chilena de
proyección internacional. Hija de la soprano Sofía del Campo, Rosita Serrano se radicó
en Berlín en 1937, consiguiendo gran fama en Alemania durante el período nazi. Grabó
en Alemania e Inglaterra antes de regresar a Chile en 1948.
El repertorio cultivado por Serrano cubría un amplio espectro, que incluía tango,
vals francés, foxtrot, canciones europeas y latinoamericanas, ya sea de México, Cuba,
Brasil o Chile.
La casita, 1938.
- Clasificada como “canción española con acompañamiento de guitarra”.
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La estrella de la canción (2ª parte) 15
El iniciador del estilo crooner en Chile fue el cineasta y compositor José Bohr
(1901-1994), cuyo estilo de canto íntimo y casual que instaló el canto en un destacado
primer plano.
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Una vez que el cantante fue transformado en estrella de la canción por la
industria musical se produjo su profesionalización en la década de 1930. Al principio se
daban diversas categorías de cantantes, con diferencias bastante sutiles entre una y otra:
se hablaba de cancionista, cancionista criollo, cancionista vedette, cantante radial,
tanguista, estilista, soprano, tenor y crooner.
La inestabilidad laboral iba a la par con desprotección del músico popular. Las
leyes y los organismos encargados de la recaudación y repartición de los derechos
autorales y de interpretación eran ineficaces al momentos de retribuir monetariamente
la labor de los músicos nacionales. En la primera mitad del siglo XX surgieron algunas
asociaciones gremiales que buscaban proteger a los profesionales de la música, como el
Sindicato de Músicos Profesionales (1931), el Sindicato Profesional Orquestal (SIPO), el
Sindicato Profesional de Compositores de Música de Chile (1942), la Sociedad Chilena
de Autores y Compositores (SOCHAYCO, 1948), y el Sindicato de Folcloristas y
Guitarristas (1955). Sin embargo estas asociaciones, junto a los mecanismos generados
desde el Estado, no fueron capaces de asegurar la plena protección de la música y los
músicos nacionales. Sólo a fines del siglo XX se avanzó en el mejoramiento de la gestión
de los derechos autorales y de interpretación de la música popular chilena.
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Repertorios basados en el género internacional. 16
Repertorio latinoamericano.
Luego, los espectáculos en vivo en teatros, cines, boites, quintas de recreo y radios
a menudo incluían conjuntos musicales que difundían repertorio de países vecinos. Los
Cuatro Huasos agregaban en sus presentaciones canciones cubanas, mexicanas,
colombianas y peruanas; Los Huasos Quincheros popularizaron en la década de 1940
boleros y guarachas armonizadas a varias voces. La pionera en esta actividad de
recopilación y muestra de repertorio folclórico fue Camila Bari, quien junto a la música
tradicional chilena interpretaba polca paraguaya, yaraví ecuatoriano, vidala argentina,
modiña y machicha brasileña.
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En los grupos de aficionados y en la enseñanza formal de la guitarra, el repertorio
de la música criolla cultivada en la ciudad se ampliaba desde tonada y cueca a
repertorios latinoamericanos como habanera, milonga, tango, joropo, ranchera, bolero,
zamba, chacarera, huapango y pasodoble. Una activa profesora de guitarra para
aficionados fue Carmen Cuevas Mackenna (1908-2003), quien en 1950 presentó en el
Teatro Municipal una muestra de estos repertorios, a cargo de decenas de sus alumnos.
Entre éstos se contaba Alicia Puccio, quien continuó con la enseñanza de la guitarra
popular a partir de los años 60.
El cine mexicano estableció la figura del charro cantor, con representantes como
José Mojica y Tito Guizar. Pero fue Jorge Negrete (1911-1953) quien mejor encarnó este
modelo, visitando Chile en 1946.
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El repertorio latinoamericano (2ª parte) 17
A principios de los años 40 el dúo de las hermana Hilda y Violeta Parra también
contribuyó a la difusión de la música mexicana, gracias a sus presentaciones en quintas
de recreo, bares, boites y radios de Santiago.
El vals cantado
Chile se halla en una posición que conecta las culturas musicales de Argentina y
Perú, lo cual quedó en evidencia al adoptar tanto el vals criollo del Pacífico como el vals
tanguero del Río de la Plata. En Chile se mezclaron modalidades de ejecución
provenientes de ambas culturas musicales, como se aprecia en la versión del vals
Reminiscencias, grabado en 1942 por Pepe Aguirre.
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El vals cantado fue una modalidad de la cancionística habitual en toda América
Latina, siendo el vals peruano el que mejor se perfiló, difundiéndose luego por la región
sur del continente. Su perfil destacó el aspecto bailable, en combinación con la síncopa
afroperuana y el melodismo pentatónico andino; luego echó raíces en los puertos de la
zona, como Guayaquil, Iquique, Antofagasta y Valparaíso.
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Repertorio bailable 18
El baile de salón del siglo XIX no se adaptó al cambiante gusto de la sociedad urbana de
principios del siglo XX. El proceso de modernización social de este período estuvo
marcado por una mayor diversidad de influencias culturales, menor discriminación
racial y mayor autonomía para la mujer. Los bailes de moda fueron un reflejo de este
ambiente, generándose novedosos espacios para la diversión social.
A diferencia del siglo XIX, durante el siglo XX los bailes modernos no provenían
de Madrid, París o Londres, sino desde Ciudad de México, Buenos Aires, Río de Janeiro,
La Habana y Nueva York. Estos repertorios bailables fueron ejecutados por orquestas de
músicos profesionales, potenciándose además a la estrella de la canción. Al mismo
tiempo, la industria musical se encargó de la difusión masiva de estos repertorios, ya sea
en el espacio público mediante el espectáculo en vivo y el cine, como también en el
espacio privado por medio del disco, la radio y la partitura.
El tango
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La riqueza armónica y melódica de la zamba argentina influenció al circuito de los aficionados. Luego, algunos de
ellos fueron parte de la Nueva Canción Chilena.
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Cabecita rubia, 1926. Orquesta Típica Fresedo.
- Tango de Osmán Pérez Feire, grabado en Argentina.
El arraigo del tango en el gusto popular chileno se explica por la energía con que
el tango se incorporó al baile moderno internacional, por el impulso que le daba la
industria musical, por la proximidad de Chile con el origen del fenómeno, por el deseo
del chileno en identificarse con expresiones modernistas, y por la similitud entre el
origen arrabalero del tango con géneros chilenos como la tonada y la cueca urbana.
Viejo San Diego, 1944. Jorge Abril y Orquesta Típica de Porfirio Díaz.
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La música afroamericana en Chile 19
Durante la Colonia Chile era una ruta de esclavos que transitaban desde Buenos
Aires hacia los puertos del Pacífico, de modo que el país no tuvo una población
afroamericana radicada en forma definitiva. Según el censo de 1620, habitaban en Chile
unos 22.000 mulatos y negros, junto a 55.000 españoles, criollos y mestizos blancos; a
ellos se agregaban 480.000 indios. La esclavitud fue abolida a principios del siglo XIX, y
muchos esclavos liberados emigraron hacia otras zonas de América del Sur. El público
chileno de principios del siglo XX no tuvo un contacto regular con el mundo
afroamericano; la escasa población negra impidió que en Chile se desarrollaran
manifestaciones musicales afroamericanas locales, debiendo entonces importarlas a
través de los bailes de moda.
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La machicha tuvo su mayor auge en Chile en la década de 1920, ya sea en los
salones y academias de baile, en revistas musicales y como parte del repertorio de las
primeras orquestas de jazz. A partir de 1934, la visita de músicos brasileños ya incluía el
nuevo baile importado desde Brasil, el samba.
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Música popular cubana en Chile. 20
La música cubana ya se hallaba presente en el salón criollo chileno del siglo XIX.
Las piezas para piano de compositores doctos (como Manuel Saumell e Ignacio
Cervantes) eran composiciones de carácter romántico, que además contenían la síncopa
afrocubana y figuras rítmicas derivadas del ritmo de habanera. Entre estas piezas se
encuentran muchas contradanzas, género musical que dio origen al danzón cubano.
La Ley Seca vigente en Estados Unidos entre 1920 y 1933 generó un intenso
circuito turístico con La Habana. Con la crisis económica de 1929, el público
estadounidense no pudo desplazarse a Cuba como lo hacía antes, pero mantuvo el
interés por la música cubana a partir del auge de la rumba en la década de 1930.
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Amada mía. Arturo Roa con la Orquesta de Izidor Handler.
Otro baile afrocubano con un importante impacto en Chile fue la conga, género
originado a partir de las comparsas del carnaval cubano. La conga poseía una
coreografía sencilla, que fue fácilmente asimilada en Estados Unidos y luego exportada.
Su rítmica en 4/4 se destacaba por el acento al final del saltillo ubicado en el tercer
tiempo, lo que se expresaba coreográficamente a través de un paso al lado de toda la
columna de bailarines que recreaban la comparsa. La simpleza de su coreografía, unida
a su condición de baile colectivo transformó a la conga en uno de los repertorios
afroamericanos favoritos del público chileno entre las década de 1940 y 1950.
En 1941 el director Buddy Day introdujo la conga como “nuevo baile de moda”
en la temporada del Casino de Viña del Mar, grabando en 1943 la conga Me voy a Viña
del Mar. El nuevo baile pudo afianzarse en Chile gracias a que 10 años antes se venía
practicando la rumba, de modo que los músicos identificados como rumberos ahora
fácilmente se vinculaban a la conga.
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Música popular cubana en Chile. (2ª parte) 21
Otro baile afrocubano con una importante presencia en Chile ha sido la guaracha.
Originada en el teatro cómico cubano, luego pasó al salón de baile. Sus textos
conservaron un carácter picaresco, al tiempo que se folclorizó en Chile gracias a su
acompañamiento con guitarra y su semejanza con los repertorios folclóricos en 6/8.
Desde 1919 se editaron en Chile partituras de guarachas, destacándose su rítmica en 2/4
y acompañamiento con ritmo de habanera.
Las principales orquestas chilenas de música caribeña bailable del período fueron
Ritmo y Juventud, Los Peniques y la Orquesta Huambaly. La más exitosa orquesta
bailable del período fue la Orquesta Huambaly, formada en 1953 al alero del restorán
Nuria de Santiago. Sus miembros fundadores fueron Lucho Kohan (director, violinista y
saxofonista), y Carmelo Bustos (1925), su director musical y encargado de los arreglos.
Otros integrantes de esta orquesta fueron el baterista Lucho Córdova (también
vinculado al desarrollo del jazz local), el pianista Fernando Morello, y el cantante crooner
Jack Brown, luego reemplazado por Humberto Lozán en 1955.
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Tras un viaje a Lima la orquesta reclutó allí al percusionista Oscar “Mulato”
Salazar, completándose la formación con Kiko Aldana en saxo tenor y barítono, Roberto
“Mono” Acuña, Pedro Suarez y Rafael Marambio en trompetas, Raúl Ángel en
contrabajo, y el reemplazo de Morello por el pianista Nello Ciangherotti.
Luego de una larga gira por Europa (Bélgica, España) durante 1959 la orquesta se
disolvió, al quedarse la mitad de ésta en Europa. El baterista José Luís Córdova se
dedicó a la actividad radial y al jazz, mientras que el resto intentó rearmar la orquesta
actualizando el repertorio con cumbia. Pero esto no resultó, pues la música popular
chilena estaba entrando en una nueva y muy distinta fase.
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Mambo y cha cha chá en los años 50 (2ª parte) 22
En 1958 la mayoría de los músicos de Los Peniques se retiró del grupo, de modo
que di Santo formó otra agrupación, Ritmo y Juventud. Esta nueva orquesta integró al
percusionista Arturo Giolito (1932-2008), quien se desempeñaba en la orquesta de radio
Cooperativa, dirigida por Vicente Bianchi. El vocalista de Ritmo y Juventud fue el
cantante Juan “Chocolate”Rodríguez (1943-2012).
El bolero en Chile
Durante la década de 1930 en Chile las especies musicales más difundidas fueron
(en orden de preferencia) la canción, el foxtrot, el tango y la tonada. Esta estadística
cambió en los años 40 debido a la presencia del bolero en la industria musical
latinoamericana, género que terminó desplazando al tango en la producción
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cinematográfica de la región. Muchas películas mexicanas llevaban el título de algún
bolero, e incluían en su banda sonora boleros junto con la aparición de un intérprete
famoso, todo lo cual favorecía el éxito comercial de la película.
Siguiendo esta tendencia iniciada por Los Cuatro Huasos y Los Quincheros,
también grabaron boleros grupos chilenos de música ranchera mexicana. Sin embargo,
la presencia del bolero en Chile estuvo fuertemente marcada por cantantes solistas, del
tipo estrella de la canción, algunos de los cuales llegaron a especializarse en este género.
Exponentes chilenos del bolero fueron Raúl Videla, Mario Arancibia, los hermanos
Arturo y Lucho Gatica, y las hermanas Sonia y Myriam von Schrebler.
Entre 1948 y 1953 Videla estuvo fuera del país, realizando actuaciones en locales
nocturnos de Buenos Aires, Montevideo y Río de Janeiro. A su regreso a Chile en 1953,
la revista Ecran lo nominó como el mejor cantante popular del medio chileno.
Por su parte el tenor Arturo Gatica (1921-1996), hermano mayor de Lucho Gatica,
ya era un profesional de la canción popular a los 17 años, al tiempo que estudiaba canto
con el barítono Fuentes Pumarino. Cultivó repertorios de música típica y cancionero
latinoamericano, desempeñándose en el ambiente radial y el cine chileno. A partir de los
años 50 realizó giras por toda América Latina, Estados Unidos Europa, África y Medio
Oriente, grabando en Madrid, Nueva York y Amsterdam.
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El bolero en Chile (2ª parte) 23
El más famoso e internacional cantante chileno de boleros ha sido Lucho Gatica (1928),
quien grabó su primero disco de tonadas a los 15 años. Nacido en Rancagua, a los 17
años se trasladó a Santiago, donde su hermano mayor lo introdujo en el ambiente radial.
En 1951 grabó sus primeros boleros con la orquesta de Don Roy. Paralelamente se
interesó en el bolero con guitarra y requinto, grabando con el grupo Los Peregrinos.
42
Otro cantante chileno con proyección internacional fue Antonio Prieto (Juan
Antonio Espinoza Prieto, 1926). Se inició como bolerista, pero a partir de la década de
1960 se amplió hacia el cultivo de la cancionística más general. En esto fue apoyado por
su hermano Joaquín, autor de muchas composiciones que Antonio Prieto estrenó en el
disco. Paralelamente Antonio tuvo una importante actividad cinematográfica,
participando en 32 películas.
43
Del bolero a la cancionística 24
Desafinado, 1962.
-Esta bossa nova fue una de sus últimas grabaciones en México.
Luego de la disolución del dúo, Sonia continuó como solista, pasando a llamarse
Sonia la Única y radicándose en México hasta 1989. Mientras estuvo en México, Sonia la
Única grabó la primera canción para una teleserie de televisión, tuvo un programa
televisivo y fue acompañada por las mejores orquestas, directores y arreglistas del
medio azteca. Fue amiga personal de Armando Manzanero (quien se desempeñó como
su pianista acompañante) y se relacionó con lo más selecto de la música popular
mexicana, además de viajar regularmente en giras a Estados Unidos.
44
Mientras Sonia residía en México, Myriam se radicó en España trabajando en
diversos sellos discográficos. En 1979 ambas fundaron en Chile el sello SYM, el cual se
propuso dar cabida a la música chilena según los estándares internacionales de
producción. Para ello reclutaron a intérpretes, compositores, arregladores y músicos
sesionistas. Entre los artistas fichados por el sello se hallaban Hugo Moraga, Eduardo
Gatti, Miguel Piñera, Oscar Andrade y Gloria Simonetti. Lamentablemente el sello tuvo
una corta existencia, y su repertorio se encuentra hoy descatalogado.
El primer disco editado por SYM fue Sonia la Única canta a Violeta Parra, el cual
marcó la línea editorial del sello. Esta producción contó con la participación de músicos
miembros del conjunto Latinomúsicaviva y arreglos de Guillermo Rifo.
45
Del bolero a la canción cebolla 25
El bolero también fue cultivado y grabado en Chile por cantantes extranjeros. Entre
estos se hallaban el argentino Leo Marini, el boliviano Raúl Shaw Moreno y el peruano
Lucho Barrios, quienes cultivaron tanto el bolero orquestal como el acústico. El cantante
mendocino Leo Marini (Alberto Batet Vitali, 1920-2000) debutó en Chile a los 20 años,
grabando en 1942 su primer disco para RCA Victor chilena.
Por su parte, el cantante boliviano Raúl Shaw Moreno (1924-2003) fue integrante
del Trío Los Panchos. Luego formó su propio conjunto, Los Peregrinos, que acompañó
en grabaciones a Lucho Gatica. Shaw Moreno se destacó también como compositor.
Los discos de Lucho Barrios ya circulaban por el norte de Chile y por Valparaíso
cuando, en 1960, Barrios realizó su primera gira por Chile. En Santiago su música era
menos conocida, ciudad que visitó por primera vez en 1961. Barrios ayudó a popularizar
en Chile lo que en Perú era conocido como estilo cantinero, basado en un canto en
registro agudo, con voz potente y lleno de inflexiones y vibrato expresivos. Los textos
hablan de amor traicionado, en vínculo con la marginalidad y la pobreza.
Esta asociación entre las temáticas dolorosas y el modo particular de cantar (como
si se tratase de un llanto contenido) hizo surgir en Chile la denominación canción cebolla
para identificar este estilo. Por extensión, también se habla de música cebolla o estilo
cebollento. Estas denominaciones surgieron desde las clases medias y altas, que
rechazaban este gusto musical de los sectores populares; se trata entonces de un
concepto despectivo, que critica esta práctica musical por considerarla vulgar.
Durante los años 60 en Chile, los sectores izquierdistas que dieron forma a la
Nueva Canción Chilena también rechazaron la canción cebolla, y no la consideraron
como un recurso válido dentro de su propuesta de música comprometida socialmente.
Sin embargo, durante los años 80 la izquierda chilena en el exilio se conectó con el
repertorio cebollero de Lucho Barrios, contribuyendo en la gira europea de Barrios que
lo llevó, entre otros escenarios, a presentarse en el teatro Olimpia de París en 1987.
46
La canción cebolla siguió desarrollándose en Chile en dos modalidades: la
versión acústica y la electrónica. En la primera modalidad se hallan exponentes como
Ramón Aguilera y Palmenia Pizarro, quienes tomaron sus modelos del bolero y el vals
criollo. Ramón Aguilera (1939-2003) se inició profesionalmente en radio Portales
durante 1963. Su grabación más exitosa fue Que me quemen tus ojos, la cual vendió
150.000 copias.
Por su parte, Palmenia Pizarro (1941) ganó un concurso radial que le permitió
grabar en 1962 su primer disco, consistente en dos valses peruanos. Con este repertorio,
más canciones mexicanas y boleros, Pizarro se desenvolvió activamente en el medio
radial de los años 60, marcando la diferencia con el resto de los cantantes populares
vinculados a la Nueva Ola y el repertorio en inglés.
A fines de la década de 1970 surgió en Chile el cantante Zalo Reyes, heredero que
la canción cebolla de los años 60. Reyes cautivó al público nacional con su naturalidad,
bien explotada por el medio televisivo, y con un buen número de canciones en la línea
del vocalista de Los Ángeles Negros.
47
El jazz en Chile. 26
Los inicios del jazz en Chile estuvieron vinculados al cultivo de dos bailes
estadounidenses de moda: el shimmy en los años 20 y el foxtrot en los años 30; también
fue importante el jazz francés, representado por Django Reinhardt. A partir de entonces,
la historia del jazz en Chile se ha basado en la imitación estricta de estilos modelos
foráneos, generando una "práctica del jazz en Chile" más que un "jazz chileno".
Otra grabación pionera de autor chileno fue La estrella de Juan Santiago Garrido
(1902-1994), realizada en Argentina por el autor.
El foxtrot en Chile.
El foxtrot fue el último de los bailes estadounidenses que aportó a la práctica del
jazz. Fue un baile surgido en la década de 1910 a partir de la comedia musical, siendo el
único baile afronorteamericano generado por artistas blancos. Tuvo la ventaja de ser un
baile de coreografía simple, que reinó en las pistas de baile chilenas hasta la década de
1950, cuando fue desplazado por el rocanrol. En lo musical el foxtrot demostró ser muy
adaptable: su instrumentación podía variar, al igual que su velocidad y carácter. Debido
a esto, el foxtrot fue cultivado en Chile según tres modalidades:
48
1. Asociado a la forma canción, como los creados por Armando González Malbrán,
José Goles, Gamaliel Guerra y Fernando Lecaros. Hubo una decena de subespecies
de fox, siendo los más recurrentes el fox-canción y el slow-fox.
El fox-canción también fue cultivado por orquestas bailables de jazz, como las de
Isidro Benítez y Buddy Day, según la moda del estilo swing. Estas orquestas cultivaban
el “jazz melódico”, basando su repertorio en melodías populares interpretadas
jazzísticamente, aunque no admitía improvisaciones.
49
El foxtrot en Chile (2ª parte) 27
Luego Oliva se radicó en Buenos Aires, grabando con el guitarrista argentino Oscar
Alemán y el contrabajista Louis Vola, miembro original del quinteto de Reinhardt.
Más tarde, el foxtrot con guitarras fue denominado jazz huachaca por Roberto Parra,
al combinarlo con recursos del vals peruano. En la década de 1980 el guitarrista Panchito
Cabrera continuó cultivando la línea del jazz francés, con su conjunto Santiago Hot Club.
3. La tercera modalidad de foxtrot cultivada en Chile fue el hot jazz, que a partir de los
años 40 representó una alternativa al jazz melódico que cultivaban las orquestas de
directores como Buddy Day, Isidro Benítez o Bernardo Lacasia. El hot jazz tomó como
modelos a exponentes como Louis Armstrong, Duke Ellington y Fats Waller,
considerando la improvisación y el swing como la base de la expresión jazzística.
El principal pionero del jazz en Chile fue Pablo Garrido (1905-1982). Músico
docto, escritor e investigador, fue el principal impulsor de la actividad jazzística en
nuestro medio por 20 años. En 1924 Garrido presentó en Valparaíso la que se considera
como la primera orquesta de jazz en la historia del género en Chile; The Royal Orchestra
estaba compuesta por 3 violines, 3 saxofones, 2 trompetas, clarinete, trombón, tuba,
banjo, batería y piano. Posteriormente Garrido eliminó los violines y reemplazó el banjo
por la guitarra y la tuba por el contrabajo; él consideraba que su orquesta cultivaba un
estilo intermedio entre el jazz melódico y el hot jazz, pero con una tendencia al hot.
50
Fueron estos aficionados los que establecieron un circuito de difusión del jazz que
tuvo como eje principal al Club de Jazz de Santiago (CJS). La historia de esta institución
se remonta a los ensayos del grupo The Chicagoans, un conjunto de músicos
aficionados: Lucho Córdova (1924) en batería, René Eyheralde en clarinete, Tito
Rodríguez en corneta y Carlos Morgan en guitarra. Al reunir un número considerable
de seguidores, el grupo optó por arrendar un local para sus ensayos y formar un club de
amigos, con inscripción de socios y pago de cuotas. Ese fue el origen del CJS,
formalizado en 1943.
51
Jazz tradicional v/s jazz moderno 28
Otras agrupaciones de esta tendencia, surgidas al interior del CJS, fueron Chicago
Blue Star, Santiago Stompers y Santiago Hot Club, conjunto de Panchito Cabrera en el
estilo de Django Reinhardt.
El jazz tradicional se complementó con el cultivo del estilo swing por parte de
músicos profesionales. Ajenos a las disputas internas que acontecían en el CJS, algunos
músicos profesionales vinculados a la radio y los sellos discográficos, fomentaron el
estilo swing en una modalidad heredera del antiguo jazz melódico, ahora interpretado
por conjuntos pequeños y sin funcionalidad bailable. El pianista y director Valentín
Trujillo publicó en 1958 su primer LP, con una selección de melodías en estilo swing y
acompañado por Arturo Ravello (cb), Panchito Cabrera (gt), y José Arturo Giolito (bt).
Luego de sentadas las bases del jazz tradicional en Chile, una segunda generación
de músicos renovó la escena santiaguina vinculándose con el CJS. Eran profesionales
que provenían del norte del país, como los saxofonistas Mickey Mardones (1928-2009),
Kiko Aldana (1924-?) y el trompetista Roberto “Mono” Acuña.
52
De este período de cambios ha quedado el registro de El Jazz en Chile, el primer
LP editado con jazzistas chilenos grabados en vivo. El concierto se realizó en octubre de
1962 en el auditorio de radio Corporación y contó con la presencia de músicos
profesionales como Luís Aránguiz (tp), Roberto “Mono” Acuña (tp), Kiko Aldana (sb),
Mickey Mardones (sa y cl), Iván Cazabón (cb), Arturo Ravello (cb) y Hernán Prado (p).
Además participaron jazzistas aficionados, vinculados al CJS, como Lucho Córdova (bt),
Julio Andrade (cb), Patricio Valenzuela (tr) y Eugenio “Yuyo” Rengifo (tp).
Blues, 1962.
- Interpretado por Acuña, Ravello, Prado y Córdova.
En la práctica, los músicos que participaron en esta grabación realizaron una gran
jam session, puesto que la gran mayoría de ellos no eran integrantes de ninguna
agrupación estable que tocara jazz. La excepción fue el debut del cuarteto del pianista
Omar Nahuel, quienes fueron los únicos que participaron como grupo establecido y con
repertorio ya ensayado.
El cuarteto de Nahuel fue además el único representante del jazz moderno en este
registro de 1962.
53
El jazz moderno en Chile. 29
Los orígenes del jazz moderno en Chile datan de principios de la década de 1950,
cuando el pianista aficionado Pepe Hosiasson presentó discos de Charlie Parker y Dizzy
Gillespie en un programa radial en Viña del Mar.
La llegada del bebop a Chile estuvo marcada por la polémica. Mientras algunos lo
consideraban como una expresión modernista del jazz, otros (como los aficionados
tradicionalistas del CJS) opinaban que lisa y llanamente no era jazz. Entre los estilos
contemporáneos que el jazz moderno cultivó se hallaban bebop, cool jazz, hard bop, free
jazz, e incluso la bossa nova. Este jazz moderno adoptó el fraseo bopero, la
improvisación tonal y modal, y fue interpretado por pequeños conjuntos que alternaban
secciones de arreglos grupales con improvisación solística.
Al interior del CJS se formó a fines de 1955 el primer conjunto de jazz moderno,
The Six and Seven. Dirigido por el pianista Pancho Eyzaguirre, este grupo estuvo
integrado además por Patricio Ramírez en trompeta y Sandro Salvati en saxo tenor;
posteriormente ambos se mudaron al saxo alto, convirtiéndose en los más destacados
saxofonistas del jazz moderno durante este período inicial.
Uno de los principales difusores del jazz moderno en Chile fue Omar Nahuel
(1936-1969), quien formó en 1960 su primer trío, junto a Segio Meli en batería, Alfonso
Barrios en contrabajo y la cantante Sophie Brown. En las temporadas 1961 y 1962 el trío
se presentó en radio Cooperativa interpretando standards norteamericanos, ya sea
instrumentales o en la voz de Sophie Brown.
54
Tranquilo, 1963.
- Composición de la dupla Lara/Ramírez.
Serenata, 1963.
A principios de 1961 se produjo una ruptura al interior del CJS debido a las
discrepancias respecto del cultivo del jazz moderno al interior del club. La discusión
derivó en un remate del mobiliario que con los años se había adquirido. Todas las
pertenencias del club fueron rematadas por un socio tradicionalista, de modo que los
modernistas se quedaron sin local, instalándose en el segundo piso de la sede.
Ante esta crisis, Omar Nahuel optó por crear su propio club de jazz en 1965, el
Nahuel Club, ubicado en calle Agustinas. Este local se transformó en un espacio para las
actuaciones del grupo de Nahuel y para todas las expresiones de jazz moderno que no
podían realizarse en el CJS.
En su segundo disco, Villavicencio 361 (de 1965), Nahuel fue acompañado por
Alfonso Barrios, Jaime Farfán en batería y Mario Escobar (hijo) en saxo alto.
55
El jazz moderno (2ª parte) 30
A fines de los años 60, lo obrado por Omar Nahuel inspiró a otros músicos que se
identificaron con las propuestas contemporáneas del jazz norteamericano. Debido a la
complejidad técnica y conceptual propia del jazz moderno, algunos músicos aficionados
optaron por profesionalizarse, siendo los primeros en realizar esta transición el
saxofonista Patricio Ramírez y el pianista Mariano Casanova.
Entre los músicos de jazz moderno que eran profesionales se hallaba Roberto
Lecaros (1944). Estudió violín, viola, piano y contrabajo en el Conservatorio Nacional de
Música, e integró la Orquesta Sinfónica de Chile durante tres años. Lecaros se inició
tocando corneta en grupos dixieland, y luego el contrabajo en agrupaciones de jazz
moderno, como Chilean Jazz Messengers y el cuarteto de Omar Nahuel.
En 1965 Roberto Lecaros creó Village Trío, un proyecto de jazz moderno con
fines comerciales. El trío lo completaba su hermano Mario Lecaros (1950) en contrabajo y
Rita Góngora (1945) en voz. Publicaron un LP, contando con la participación de Sergio
Meli y Sandro Salvati como músicos invitados.
El cuarteto Los Greco’s también estuvo vinculado al jazz moderno con fines
comerciales. Habitualmente se presentaban en el drive in Lo Curro, y estaban
constituidos por León Scheinwald en piano, Óscar Acevedo en saxo alto, Nelson
Gamboa en contrabajo y Waldo Cáceres (1939) en batería. Grabaron un LP en 1967.
56
Otra experiencia relacionada con el jazz moderno durante la década de 1960 fue
el Cuarteto Moderno de Saxos, agrupación integrada por Óscar Acevedo y Óscar Moya
en saxo alto, Gonzalo Gómez en saxo tenor, y Luís Retamal en saxo barítono. El grupo
realizó un concierto en 1968, el cual fue editado en disco y donde eran acompañados por
Arturo Giolito en batería y Nelson Gamboa en contrabajo. En sus interpretaciones
incluían recursos y repertorio de jazz, bossa nova y música clásica.
57
El jazz moderno (3ª parte) 31
La propuesta más radical dentro del jazz moderno en Chile durante los años 60
fue realizada por el pianista Manuel Villarroel (1944), único exponente local del estilo
avant-garde que contemporáneamente se desarrollaba en EE.UU. Desde 1965 Villarroel
dio forma a su propuesta junto a músicos simpatizantes del jazz moderno, como Nelson
Gamboa (cb), Sandro Salvati (sa) y Waldo Cáceres (bt). Manuel Villarroel dio a conocer
en Chile la música de Cecil Taylor, Miles Davis y Herbie Hancock, componiendo
además piezas en un estilo free jazz, con incursiones en la atonalidad.
Otro músico activo en los años 60 y 70 fue el pianista Matías Pizarro (1949). Sus
modelos locales fueron Jaime Eyzaguirre, Omar Nahuel y Mariano Casanova, quien lo
impulsó a estudiar en Berklee. Allí estuvo en 1969 estudiando arreglos y composición,
para luego regresar a Chile y hacer arreglos para artistas del sello IRT, como Amerindios
y Víctor Jara. En 1973 Pizarro emigró a Argentina junto con otros músicos, grabando en
Buenos Aires un disco con música original.
58
En 1977 Matías Pizarro se radicó en París, donde se desempeñó en docencia e
integró el trío Skuas junto a los hermanos Villarroel. En Skuas aportó con varias
composiciones y ejecutó tanto el piano acústico como el eléctrico.
59
El jazz moderno en los años 70. 32
El octeto de Tiempo de Swing rescató el sonido clásico de las big bands, empleando
bajo eléctrico. También incluyeron ritmos e instrumentos latinoamericanos.
60
El viaje, 1974.
61
El panorama de los años 60. 33
El Neofolclor nació hacia 1963, como una búsqueda de identidad por parte de la
clase dirigente del país. A semejanza de la antigua clasificación de música típica, hubo un
predominio del repertorio tradicional de la zona central de Chile, representado
principalmente por la tonada campesina y la cueca. El Neofolclor fue un movimiento
musical conservador, que reforzaba la imagen idílica del campo chileno y sus
costumbres patronales. Al mismo tiempo se buscaba una modernización de la
propuesta, expresada a nivel de los arreglos.
Un compositor del pasado que se integró al naciente circuito del Neofolclor fue
Francisco Flores del Campo, cuya tonada Que bonita va ganó la competencia folclórica
del Festival de Viña del Mar en 1964, interpretada por Los Huasos Quincheros. La
versión de Los Cuatro Cuartos representó un giro en el estilo, pues sus cuidadosos
arreglos vocales impusieron otra sonoridad de conjunto.
Los Cuatro Cuartos estuvo integrado por Pedro Messone, Luís “Chino” Urquidi,
Willy Bascuñán, Carlos Videla y Nano Torti. El grupo fue el exponente con mayor
elaboración musical dentro del Neofolclor, ya que sus arreglos vocales (realizados por
Urquidi y Bascuñán) se hallaban entre lo más sofisticado del movimiento.
62
Los viejos estandartes, 1966. Los Cuatro Cuartos.
- Composición de Bascuñán, con arreglos de Urquidi.
63
Orígenes de la Nueva Canción Chilena (1ª parte) 34
El movimiento de la Nueva Canción Chilena tuvo sus raíces en el legado del Conjunto
Cuncumén y en Margot Loyola y Violeta Parra, las más importantes investigadoras y
divulgadoras del folclor chileno durante los años 50.
64
Arriba en la cordillera, 1965. Patricio Manns.
65
Orígenes de la Nueva Canción Chilena (2ª parte)
66
Por su parte, el legado de Violeta Parra (1917-1967) fue el referente para el
tratamiento del folclor y la creación al interior de la Nueva Canción Chilena. La
magnitud de su obra hace que su música sea al mismo tiempo tradicional y
vanguardista.
Como solista Violeta se presentó en la boite Casanova, contratada por Buddy Day
para cantar cuplés. Al mismo tiempo comenzó a vincularse con el mundo de los
folcloristas y a participar en programas radiales. En 1953 grabó su primer disco single,
mantuvo un programa en radio Chilena y fue premiada como el folclorista del año en
1954, realizando sus primeras giras internacionales. En 1956 grabó sus primeros discos
LP, donde se acompañaba sólo por su guitarra y su voz sonando como aquellas de las
cantoras campesinas, sin ninguna estilización.
1. Recopilación. Desde los años 40 Violeta Parra se interesó en la expresión más pura
del folclor, recorriendo todo el país con su guitarra y grabadora. Mucho del
material así recopilado lo dio a conocer a través de grabaciones y transmisiones
radiales y grabaciones, asociándose al mecanismo de la proyección folclórica.
Viva el chapecao.
- Recopilado en Chiloé.
67
Violeta Parra (2ª parte)
La trayectoria musical de Violeta Parra transitó por 3 etapas, siendo la primera la etapa
de recopilación y muestra del material folclórico investigado en terreno.
La jardinera, 1956.
3. Recreación. Se dio desde fines de los años 50, consistiendo en una alteración de la
norma practicada anteriormente. Aquí encontramos una exploración armónica y
tímbrica ajena al folclor original, y en algunos casos se dan situaciones experimentales
de alto vuelo creativo, pero sin abandonar el sustrato tradicional.
Las innovaciones armónicas practicadas por Violeta Parra fueron un referente para
Víctor Jara, quien se amplió al uso de acordes maj7 y con 9ª agregada.
Galambo temucano.
Dentro de las obras más experimentales de Violeta Parra se hallan las Anticuecas y El
gavilán. Las Anticuecas fueron compuestas y reelaboradas a través de los años, siendo
grabadas por Violeta cuando las mostró a un grupo de músicos doctos, la familia
Letelier.
68
Anticueca N°1, 1957.
El gavilán, 1957.
69
La Nueva Canción Chilena, 1ª parte
El vínculo con Víctor Jara llevó a Quilapayún a grabar cinco discos LP con el sello
EMI, pero su giro hacia la canción política los obligó a buscar otra casa discográfica. Así
fue como el grupo inauguró la producción del sello Jota Jota, dependiente de las
Juventudes Comunistas de Chile, y luego para Dicap (Discoteca del Cantar Popular),
perteneciente al Partido Comunista de Chile.
2
Según declaración del Director Artístico del sello Dicap, en la contratapa del disco Nueva Canción Chilena (DCP
39, 1972).
70
Después del año 1970 Quilapayún ya era un sexteto, marcando un importante
hito en historia del movimiento, al asociarse al compositor docto Luís Advis y grabar la
Cantata Santa María de Iquique. En esta obra se reunieron por primera vez la música
académica y la música popular de raíz folclórica, bajo un prisma histórico y político.
Luego de esta experiencia con Advis, Quilapayún realizó un giro hacia la canción
política contingente. Su producción se acercó al panfleto político, asociándose a Sergio
Ortega, otro compositor docto que los asesoró en los arreglos. Un aspecto destacable de
esta etapa fue que Quilapayún incursionó en otros ritmos y formatos instrumentales.
71
La Nueva Canción Chilena, 2ª parte
El conjunto Inti Illimani fue fundado como sexteto en 1967, integrandando a Horacio
Salinas, Horacio Durán, Max Berrú, José Seves y los hermanos Jorge y Marcelo Coulon.
Al igual que Quilapayún, el grupo se inició cultivando repertorio de música
latinoamericana y canciones de contenido político.
Al igual que Quilapayún, para el golpe de estado de 1973 Inti Illimani se hallaba
en una gira por Europa, lo cual se tradujo en su exilio en Italia. Allí el conjunto
desarrolló una intensa actividad de solidaridad internacional con la situación chilena,
mientras que su producción fue influenciada por la música académica europea. Esto
último se tradujo en un importante desarrollo de su repertorio original, en particular de
su música instrumental, como se verá luego.
Los hijos mayores de Violeta Parra (Isabel y Ángel Cereceda Parra), tuvieron una
destacada participación en los orígenes de la Nueva Canción Chilena. Isabel Parra
(1939) ha alternado su carrera solista con producciones en dúo junto a su hermano
Ángel, siendo además fundadora de la Peña de los Parra en 1964, escenario de
encuentro para todo el movimiento de la NCCh. Eventualmente ha cultivado el
repertorio de su madre, y ha grabado sus propias composiciones originales desde 1968.
Isabel fue una de las escasas exponentes femeninas de la NCCh, siendo valorada
por sus colegas por la sensibilidad de sus composiciones e interpretaciones, destacando
su dicción y su puesta en escena, donde generalmente se acompañaba con un cuatro
venezolano.
72
Elegía para una muchacha roja, 1970. Isabel Parra.
- Composición de Patricio Manns.
Por su parte Ángel Parra (1943) ha sido el más prolífico intérprete y compositor
de la NCCh, llegando a editar más de 70 álbumes, el primero de cuales grabó a los 15
años. Su repertorio grabado es muy variado, alternando sus composiciones originales
con piezas compuestas por autores como su madre Violeta, su tío Roberto Parra, Víctor
Jara, Atahualpa Yupanqui o Pablo Milanés. Además los géneros abordados van desde la
canción protesta a la música infantil.
Ángel Parra fue el primer exponente de la NCCh que integró elementos del rock
en sus composiciones. En su LP Canciones funcionales recurrió a ritmos, armonías e
instrumentación del rock, combinándolo con textos de fuerte ironía. En este disco Parra
fue acompañado en guitarra por Julio Villalobos, integrante de los Blops.
73
La Nueva Canción Chilena entre 1970 y 1973, 1ª parte
Luego del triunfo de Salvador Allende en 1970, la Nueva Canción Chilena entró en en
otra fase, al ser parte del gobierno y no un proyecto político-cultural de oposición como
la había sido antes. Ante esta nueva circunstancia, algunos de sus exponentes buscaron
ampliar el horizonte musical, ya sea desarrollando otras temáticas en los textos o
buscando vínculos con el rock y la música docta. Se destacaron en esta postura Osvaldo
“Gitano” Rodríguez, Payo Grondona, el dúo Amerindios y Víctor Jara.
74
Después de septiembre de 1973 Rodríguez vivió su exilio en Checoslovaquia y
Alemania. Su actividad en Europa fue intensa: en Alemania (1974) compuso la música
para una obra de teatro basada en un poema de Neruda; en Francia (1976-78) retomó sus
estudios de literatura y trabajó para un centro cultural latinoamericano; en
Checoslovaquia (1981-86) finalizó sus estudios de literatura, donde obtuvo un doctorado
en la especialidad. En 1986 recibió el Premio de Musicología de Casa de las Américas
por su ensayo La Nueva Canción Chilena, continuidad y reflejo. Paralelamente siguió
cantando y grabando esporádicamente.
75
Nueva Canción Chilena: Período 1970-73, 2ª parte
Otros exponentes de la Nueva Canción Chilena que ampliaron los horizontes del
movimiento fueron el grupo Amerindios y Víctor Jara. El grupo Amerindios fue
formado en 1970 por Julio Numhauser (ex fundador de Quilapayún) y Mario Salazar.
Grabaron dos LP (en 1970 y 1973) antes de partir al exilio. Su repertorio contenía textos
comprometidos con el proceso de la Unidad Popular y algo de ironía, aunque menos
que Payo Grondona. Algunas de sus composiciones incorporaron elementos del rock.
Así como hoy matan negros, 1967. Víctor Jara con Sergio Ortega.
- Composición de Ortega, con texto de Pablo Neruda.
Arauco, 1973.
- Otra de sus últimas composiciones, con arreglos de Mariano Casanova e interpretada
por miembros de Inti Illimani y de la Orquesta Sinfónica de Chile.
76
Nueva Canción Chilena en el exilio
Luego del golpe de estado de 1973, el movimiento de la Nueva Canción Chilena fue
desarticulado, sus exponentes perseguidos, Víctor Jara fue asesinado, y muchos
debieron partir al exilio. El repertorio de la NCCh fue eliminado de la difusión masiva
en radio y televisión, siendo destruidas las cintas master de sus representantes, luego de
los allanamientos a los sellos Dicap e IRT. Estos operativos implicaron la destrucción de
grabaciones de algunos grupos de rock del período.
En 2001 el director Horacio Salinas renunció a Inti Illimani, siendo seguido por
otros dos miembros fundadores, José Seves y Horacio Durán. A partir de ese núcleo se
formó Inti Illimani Histórico, mientras que los hermanos Jorge y Marcelo Coulon han
pretendido quedarse con la denominación original del grupo. Un fallo de la justicia
determinó que ambos grupos pueden utilizar el nombre de Inti Illimani, pero con el
agregado de un apellido.
77
Discurso del pintor Roberto Matta, 1989. Quilapayún.
Quilapayún regresó a Chile en 1988, al mismo tiempo que Inti Illimani, pero
optaron por retornar a Francia, aunque sin Carrasco. Durante los años 90 muchos de sus
integrantes fueron reemplazados por otros músicos, hasta que en 2003 se rearticuló en
Chile otro conjunto integrado por los ex miembros que estaban en Chile, bajo la
dirección de Eduardo Carrasco. Se dio entonces la coexistencia de dos agrupaciones con
el mismo nombre, que trabajaban en Chile y en Francia.
78
La Nueva Ola
79
Los Bric a Brac fueron creados por Luís “Chino” Urquidi luego del éxito de Los
Cuatro Cuartos en el contexto del Neofolclor. El conjunto estuvo integrado por las voces
principales de Paz Undurraga (esposa de Urquidi) y Antonio Zabaleta, con Urquidi en
tercera voz y arreglos. Completaban la formación original el organista Carlos Alfonso
Lastarria, el baterista Horacio Pérez (luego reemplazado por Orlando Avendaño) y
Miguel Zabaleta (reemplazado en 1969 por Leslie Murray).
80
La Nueva Ola (2ª parte)
Como movimiento musical juvenil la Nueva Ola potenció a los solistas vocales, tanto
masculinos como femeninos. El modelo de ídolo juvenil de la canción fue replicado en
Chile tras exportarlo desde Estados Unidos, a partir del rocanrol y la balada pop de
fines de los años 50. Los exponentes locales tendían a versionar éxitos norteamericanos,
imponiéndose con nombres artísticos en inglés, como Peter Rock, Pat Henry, Danny
Chilean, Sussy Veccky, Buddy Richard, Larry Wilson o The Carr Twins.
Luego de ganar el Festival de Viña, Cecilia realizó una gira por España, grabando
algunos registros en los estudios Odeon de Barcelona. En 1968 se desvinculó de Odeon y
firmó contrato con el sello CBS/Philips, donde amplió aún más su repertorio grabando
81
composiciones emblemáticas de la Nueva Canción Chilena, como son Gracias a la vida y
Plegaria a un labrador. De este período final es el tema Un compromiso, que en 1995 fue
reactualizado gracias a la versión de Javiera Parra.
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La Nueva Ola (3ª parte)
Uno de los conjuntos más representativos del movimiento fueron Los Ramblers.
Formado en 1959 como “orquesta espectáculo”, fueron dirigidos por Jorge Rojas en
piano y con la voz característica de Germán Casas. En 1961 debutaron en radio Minería.
Al año siguiente en el Festival de la Canción de Viña del Mar estrenaron el Rock del
mundial, escrito por Jorge Rojas; sólo entonces el conjunto entró a un estudio de
grabación. Este tema fue grabado por Demon, el sello del productor Camilo Fernández,
quien calcula que se han vendido 600.000 copias.
En 1963 el grupo firmó contrato con el sello Odeon, vendiendo 100.000 copias de su
primer LP. Hasta 1968 el conjunto se benefició con el aporte de Toly Ramírez, quien
adaptó los arreglos a las limitadas capacidades técnicas del conjunto.
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Otra modalidad del cover fue la traducción al castellano de los éxitos del
mercado norteamericano. Hacia 1963 la moda del twist activó el circuito nuevaolero,
favoreciendo la aparición de exponentes locales como Luís Dimas (apodado “el rey del
twist”) y Lalo Valenzuela. A estas alturas los nombres de las estrellas criollas ya
empezaban a sonar en español.
El cantante Peter Rock (Peter Mociulski, Austria, 1945) fue presentado por el sello
RCA como el “Elvis chileno”, grabando con Camilo Fernández su primer disco single en
1959. Esa grabación fue la primera en estilo rocanrol grabada en Chile.
En una propuesta cercana a Peter Rock se hallaba Luís Dimas (Luís Misle, 1943),
quien basó su éxito en el cultivo del twist. Dimas fue acompañado por su grupo Los
Twisters, integrado por Jorge Pedreros en teclados, Franz Benko en guitarra y Toscano
Vidal en bajo eléctrico. En 1966 Luís Dimas inició su carrera solista y como animador de
televisión, conduciendo en 1967 su programa El Show de Luís Dimas.
Por su parte el cantante Buddy Richard (Ricardo Toro, 1943) también fue pionero
en la composición de temas en castellano, aunque también practicó el cover. Gracias a su
capacidad compositiva, Buddy Richard fue uno de los escasos exponentes de la Nueva
Ola que se proyectaron activamente en el tiempo, sin recurrir a la repetición de su
repertorio de los años 60.
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La Nueva Ola (4ª parte)
Si bien la Nueva Ola fomentó las carreras de solistas vocales, asociados al cover y los
arreglos estandarizados, hubo conjuntos instrumentales que buscaron un sonido
característico dentro del formato eléctrico que se impuso en aquella época.
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Playa solitaria. Los Rockets.
Luego de su paso por Los Rockets, Nano Vicencio continuó como solista. Grabó
la balada instrumental Morir un poco, incluida en una película y luego emigró a Buenos
Aires, donde desarrolló actividades como músico sesionista.
3
Esta última particularidad llamó la atención de Ángel Parra, quien reactualizó el legado de Óscar
Arriagada con el disco Playa solitaria (2005), grabado junto a Arriagada.
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El rock chileno: Orígenes (1ª parte)
Uno de los primeros grupos con una intención más consciente de cambio y
diferenciación fueron Los Jockers, quienes se iniciaron en 1965. Aunque no se
destacaron en el aspecto musical, aportaron al naciente movimiento en lo relativo a
actitud y aspecto físico. A diferencia de Los Larks, sus melenas eran auténticas y se
vestían con ropa multicolor (de influencia mod), situaciones que les transformaron en
objeto de crítica y burlas. No eran buenos intérpretes instrumentales, sin embargo
tuvieron el mérito de popularizar en Chile el repertorio de los Rolling Stones y The
Kinks. En 1966 su single Satisfaction vendió 80.000 copias, tema que presentaron en el
Festival de Viña al año siguiente.
Los miembros fundadores de Los Jockers fueron Sergio del Río (guitarra), Gustavo
Serrano (bajo), Mario Pregnan (voz y guitarra), Peter Buksdorf (batería) y Alan Ferreira
(voz). Grabaron tres LP para RCA Victor entre 1967 y 1968, y posteriormente integraron
al guitarrista Carlos Corales y el baterista Willy Cavada, futuros integrantes del grupo
Aguaturbia.
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Tarde soleada, 1967.
- De su segundo disco LP, tema de The Kinks.
Otro grupo de vida breve fueron Los Sicodélicos, cuyo único LP (Sicodelirium,
1968) está dominado por un estilo beat asociado a la moda de la música a go-gó. En este
registro se destaca la participación de su bajista y vocalista “Frankie” Sazo, y un intento
por combinar el rock con instrumentos autóctonos como charango, quena y cascahuillas.
Francisco Sazo posteriormente se integró al grupo Congreso, el cual continuó
desarrollando esa línea de fusión, pero alejándose de la música a go-gó.
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El rock chileno: Orígenes (2ª parte; de la música a go-gó a la sicodelia)
Los Beat 4 estuvieron activos entre 1966 y 1971, siendo integrados por Reinaldo
“Rhino” González (voz), Johnny Paniagua (guitarra), Willy Benítez (bajo) y Mario
Benítez (batería). Para su debut el sello les impuso la obligación de hacer un cover de
autores italianos, siendo el primer conjunto de música a go-gó en cantar
sistemáticamente en castellano, ya sean covers o composiciones originales.
En 1967 editaron su primer LP, con canciones originales, covers italianos y de Los
Beatles, todo en castellano. Se asociaron a una publicitaria de Savory, promocionando
un helado con sabor a plátano.
Su trabajo más importante fue Kaleidoscope men (1967) creado bajo la influencia
del Sgt. Pepper’s de Los Beatles y la sicodelia. El sentido conceptual del álbum se basó en
las temáticas contingentes (como el sexo y las drogas), que quedaban ocultas debido a
que las letras fueron concebidas en inglés. El tema Nothing sweet girl se basa en un
soneto de William Shakespeare; la canción se llamaba originalmente Nothing sweet boy,
respetando el texto de Shakespeare.
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Degrees/Dear friend Bob, 1967. Los Mac’s.
El sello decidió editar como single del álbum el tema La muerte de mi hermano,
única canción en castellano del disco, perteneciente a Payo Grondona.
El iniciador del hard rock en Chile fue el grupo Aguaturbia, cuarteto formado en 1968
por la cantante Denise (Climene Solís Puleghini), Carlos Corales en guitarra (quien venía
de tocar con grupos de la Nueva Ola y con Los Jockers), Willy Cavada en batería y
Ricardo Briones en bajo. Autodefinido como un grupo sicodélico, Aguaturbia interpretó
eficazmente el repertorio más pesado que podía escucharse en nuestro medio.
Ya que el estilo hard rock cultivado por Aguaturbia era difícil de vender
masivamente, Corales convenció al productor Camilo Fernandez para que el sello Arena
publicase su disco debut con la banda posando desnuda en la portada. El truco
publicitario funcionó, y el disco tuvo una amplia difusión.
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El rock chileno (orígenes, 3ª parte).
Por su parte Los Amigos de María venían grabando desde 1969 bajo el nombre
Los Diferentes. Su nombre definitivo lo adoptaron en 1970, cuando editaron un single y
acompañaron al cantante norteamericano Dean Reed.
Somos los revolucionarios, 1970. Dean Reed con Los Amigos de María.
En esta primera etapa en la historia del rock chileno, que hemos denominado
como período de los orígenes (1965-1970), este estilo no logró consolidarse en la escena
musical del momento debido a tres factores:
1. Diversidad en la propuesta. Coexistieron modalidades de hacer rock bastante
disímiles entre sí, y en algunos casos opuestas: cantar en inglés/cantar en español; hacer
covers/componer temas propios; practicar música a go-gó, sicodelia, hard rock, etc.
2. Carencia de tecnología adecuada. Los instrumentos de marca, los amplificadores y
efectos eran muy caros e inaccesibles para la gran mayoría de los rockeros del período.
Muchos rockeros tuvieron que fabricarse sus propios instrumentos, y por esto muchos
grupos no pudieron aspirar a sonar como los modelos que imitaban.
3. La vanguardia musical no la representaba el rock, sino el movimiento de la Nueva
Canción Chilena. La izquierda chilena y su proyecto socialista miraban con desconfianza
al rock, considerandolo como una manifestación burguesa e imperialista. La derecha
conservadora también desconfiaba del rock, por su actitud y apariencia transgresora.
La segunda etapa en el desarrollo del rock chileno fue un período de maduración de las
propuestas, y se desarrolló entre 1970 y 1973, a la par de los cambios sociales vividos en
el país durante el gobierno socialista de Salvador Allende. La política de nacionalización
de industrias estratégicas llevada a cabo por Allende incluyó la estatización del sello
norteamericano RCA Victor y su transformación en IRT. Esto abrió nuevas posibilidades
para los músicos chilenos, incluso para los rockeros, ya que IRT creó una filial llamada
Machitún, vinculada a la grabación de música popular urbana.
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La valoración que se hizo de la cultura latinoamericana llevó a que la Nueva
Canción Chilena llenara los espacios oficiales de la cultura musical chilena, relegando la
expresión rockera a un segundo plano. La ideología latinoamericanista favoreció el rock
que tuviera alguna vinculación con la Nueva Canción Chilena. Así fue como algunos
rockeros nacionales generaron propuestas integradoras desde el rock, combinándolo
con elementos locales.
Luego del golpe de estado de 1973 Antonio Smith vivió en Europa y Estados
Unidos, donde siguió grabando bajo el nombre de Awankana, en un estilo new age.
Actualmente se autodenomina Senchi y reside en Buenos Aires, dedicado a la música
tecno y a técnicas integrales de sanación.
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Rock chileno, período 1970-1973 (2ª parte).
El grupo Blops se formó en 1964, haciendo covers de grupos ingleses. El conjunto fue
fundado por el baterista Pedro Greene y el guitarrista Julio Villalobos; posteriormente se
integraron el bajista Juan Pablo Orrego y el guitarrista Eduardo Gatti (1949). Los Blops
grabaron tres LP y algunos singles entre 1970 y 1973. El primero de sus LP (Blops, de
1970, más conocido como el LP Los Momentos) contiene canciones y temas
instrumentales en formato acústico. Este disco fue editado por el sello Dicap.
Su segunda producción (Blops, de 1971, más conocida como el LP Del Volar de las
Palomas), fue editada con el sello Peña de los Parra y producida por Ángel Parra.
Este disco se caracteriza por los modos de producción tomados de la música pop,
empleando instrumentos doctos junto a sintetizadores y cinta al revés.
Su tercer y último disco (Blops, de 1973, más conocido como Locomotora) fue grabado
en Buenos Aires. Es un álbum de rock progresivo, sin canciones ni baladas, sólo temas
instrumentales multiseccionales y con largos solos.
Tras la disolución de los Blops, sólo Eduardo Gatti continuó activo en música. En
1978 rearticuló los Blops junto a Orrego. El proyecto no funcionó, dando pasao al
comienzo de la carrera de Gatti como cantautor.
El último grupo del período asociado a la modalidad del folk rock fue En Busca
del Tiempo Perdido. Alcanzaron a grabar un LP para IRT, el cual no alcanzó a
publicarse luego del golpe militar. Lo único que ha sobrevivido son un par de singles
con temas compuestos por su guitarrista, Alejandro Valenzuela.
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Contemporáneamente a los grupos asociados al folk rock se desarrollaron las
primeras propuestas en el estilo del rock progresivo. Las agrupaciones más destacadas
en este estilo fueron Kissing Spell/Embrujo, Frutos del País y Miel.
El grupo Kissing Spell se inició en 1968 como trío, integrado por Juan Carlos
Gómez en bajo eléctrico, Ernesto Aracena en órgano, y Carlos Fernandez en batería.
Luego se ampliaron a quinteto incorporando a Guillermo Olivares en piano y Ernesto
Murillo en guitarra. En 1970 Kissing Spell grabó para el sello Arena el LP Los Pájaros, el
cual contenía sólo temas originales del grupo, con varios en inglés.
Embrujo fue integrado por músicos de clase alta y con sólida formación
intelectual. Su propuesta fue seguida por público universitario, realizando
presentaciones en el Teatro Caupolicán y el Teatro Marconi (actual Teatro Nescafé de las
Artes), junto a sus contemporáneos como Escombros, Aguaturbia y Los Jaivas.
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Rock chileno, período 1970-1973 (3ª parte)
El cuarteto Frutos del País cultivó un rock similar a Procol Harum, en un estilo más
melódico y baladístico, si lo comparamos con Embrujo. Su primer álbum fue grabado en
1972, con Rhino González en voz (proveniente de los Beat 4) y Hugo Raymond en
órgano y piano, entre otros. Estuvieron activos entre 1971 y 1975, constituyendo un
puente entre la Nueva Ola de los años 60 y el futuro Pop Chileno de los años 80.
La última propuesta asociada al rock pogresivo en este período fue el grupo Miel,
integrado entre otros por el vocalista Juan Carlos Duque y Lito Benito, guitarrista
proveniente de Escombros. Eran buenos instrumentistas, poseían instrumental de
calidad e introdujeron repertorio extranjero progresivo. Realizaron gran cantidad de
presentaciones en vivo y editaron algunos singles entre 1974 y 1976.
El grupo Miel intentó continuar con su propuesta progresiva luego del golpe de
estado de 1973. Luego de hacer covers de estilos más comerciales, acabaron siendo la
banda de apoyo para la carrera de Duque como baladista.
Durante el período 1970-1973 se gestaron dos propuestas que iban más allá del
folk rock y el rock progresivo: Los Jaivas y Congreso fusionaron rock y música
tradicional chilena, en propuestas que (a diferencia de sus contemporáneos) se
prolongaron en el tiempo.
Los Jaivas se formaron en Viña del Mar el año 1963. Su nombre original era High-
Bass, y se iniciaron como orquesta bailable. Sus miembros fundadores fueron los
hermanos Claudio, Eduardo y Gabriel Parra (1947-1988), junto a Eduardo “Gato”
Alquinta (1945-2003) y Mario Mutis. Hasta 1968 se presentaban en bailes y fiestas
interpretando repertorio de música tropical, sin mucho apego a las versiones originales.
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La primera producción oficial de Los Jaivas fue el LP El Volantín, disco que contiene
composiciones de la etapa de improvisación colectiva junto a los primeros intentos de
composición formal y estructurada. En esta propuesta de Los Jaivas la sicodelia
californiana y el rock anglosajón no fueron sus referentes; el conjunto creó su sonido y
aspecto físico de un modo intuitivo, más vinculado a la cultura latinoamericana que a la
anglosajona.
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Rock chileno, período 1970-1973 (4ª parte)
El grupo Congreso fue fundado en 1969, con integrantes de los grupos rockeros Los
Sicodélicos y Los Masters. Este último grupo estaba integrado por el bajista Fernando
Hurtado y los hermanos Fernando, Patricio y Sergio “Tilo” González Morales, y estuvo
activo entre 1967 y 1969 cultivando repertorio de rock instrumental. Por parte de Los
Sicodélicos se integró su vocalista, Francisco Sazo.
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Arcoiris de hollín, 1977. Congreso.
- Composición de González/Sazo.
La última experiencia musical del período 1970-1973 que combinó rock con música
local fue el grupo Panal. Integrado entre otros por Carlos Corales (guitarra eléctrica),
Denise (voz), Patricio Salazar (batería), Pepe Ureta (bajo) y Pancho Aranda (teclados),
Panal grabó en 1973 un LP con versiones del cancionero tradicional latinoamericano. El
resultado fue una fusión similar a Santana, con arreglos que incluían sonoridades del
rock, jazz y música afrolatina.
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El panorama post-1973.
Algunas de las consecuencias inmediatas del golpe de estado de 1973 fueron la censura,
la represión y el fin de la vida nocturna, luego de años de toque de queda. En lo relativo
a la música popular, lo anterior se tradujo en el quiebre y desarticulación del
movimiento de renovación musical que se venía desarrollando desde fines de los años
60. En el plano político se impuso la Doctrina de Seguridad Nacional, y en lo económico
el libre mercado; para la música local, los nuevos ejes de producción fueron la
publicidad y la TV.
1. Hacia fines de los años 70, el rock nacional se transformó en una expresión de
marginalidad. Hubo un circuito rockero no masivo, relegado a los gimnasios comunales,
ya que el rock estuvo ausente de la TV y de las radios FM, con esporádicos recitales
masivos y un repertorio que involucionó hacia el cover.
El principal exponente del rock clásico fue Tumulto. Fundado en 1973 por Sergio del
Río (ex Jocker) y Alfonso “Poncho” Vergara en bajo, Tumulto se transformó en el grupo
de rock con la trayectoria más dilatada de nuestro medio.
El gran cambio que sufrió la escena rockera nacional aconteció a principios de los
años 80. Hacia 1983 se inició el enfrentamiento más frontal contra la dictadura militar.
La izquierda chilena se reorganizó y comenzaron las jornadas de protestas civiles, la
imagen internacional del gobierno empeoró y se impuso la salida política (negociada)
por sobre la salida militar. En medio de ese panorama surgieron Los Prisioneros,
quienes abandonaron el modelo del rock clásico por el postpunk y la new wave
británicas.
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Desde un primer momento Los Prisioneros se destacan por su voluntaria
ignorancia musical y sus textos directos y antimilitantes. Su tema No necesitamos banderas
constituyó, además de una declaración de principios, una línea de diferenciación y
ruptura con las propuestas musicales de la izquierda chilena, como el Canto Nuevo.
Los Prisioneros fueron acompañados en esta escena pop por grupos como
Aparato Raro (más tecno), UPA (más glam) y otros decididamente comerciales como
Cinema, Engrupo, Pie Plano Q.E.P. y Nadie. Los MCM, especialmente la prensa escrita,
reforzaron la tesis que el rock chileno había nacido con este movimiento (denominado
Nuevo Pop), condenándolo a una muerte inevitable al desconocer el pasado y pretender
construir el futuro negando los verdaderos orígenes.
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El panorama post-1973 (2ª parte): La balada pop de los años 70 y 80.
El primer cantautor surgido en la década de 1970 fue Julio Zegers (1944), quien
ganó en dos oportunidades el Festival de Viña, la primera vez con arreglos de Toly
Ramírez.
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El Canto Nuevo.
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El hombre es una flecha, 1983. Eduardo Peralta.
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La fusión.
Saurás, 1976.
- Composición de Orlando Avendaño, en arreglo de Nino García.
Piazzollada, 1976.
- Composición y arreglo de Nino García.
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Luego Rifo formó un nuevo grupo, Latinomúsicaviva, en donde reforzó la presencia
del rock. Integró al guitarrista Carlos Corales y al baterista Patricio Salazar, junto a
Harms y Donatucci, más Ramón Bignon en contrabajo. Otro músico académico que se
agregó fue Enrique Baeza, en piano eléctrico, completándose la agrupación con el bajista
eléctrico “Toscano” Vidal.
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La fusión desde el jazz
El impacto del jazz fusión de Miles Davis y Weather Report inspiró a los grupos
Quilín, Cometa y Alsur, conjuntos pioneros en la fusión chilena desde el lenguaje
jazzístico. A fines de los años 70 el guitarrista Alejandro Escobar (1955) lideró el grupo
Quilín, junto al baterista Jaime Labarca y el saxofonista Raúl López, entre otros.
Cultivaron el jazz rock, con escasa incorporación de ritmos criollos. Quilín tuvo que
enfrentar un medio musical difícil: no tuvo ningún apoyo institucional, no realizó
ninguna grabación oficial, y se vinculó al circuito rockero, presentándose generalmente
al inicio de los conciertos de rock.
Por otra parte, el grupo Cometa se inició en 1982 con Pedro Greene (1949) en batería,
Pablo Lecaros (1957) en bajo eléctrico, Andrés Miquel en piano y teclados, Marcos
Aldana en saxos y Edgardo Riquelme en guitarra eléctrica. Para su única producción
contaron con la participación de Ángel Parra (1966).
Cometa se limitó al cultivo de lo que por aquellos años se conocía como jazz fusión, lo
cual comenzó a cambiar con los trabajos realizados por dos agrupaciones que se
formaron a partir de Cometa: Alsur y La Marraqueta. El grupo Alsur estuvo integrado
por dos ex miembros de Cometa (Riquelme y Miquel), acompañados por el bajista
Marcelo Aedo (ex Grupo Abril), el tecladista Rolando Arancibia y el baterista Alejandro
Espinosa. Alsur combinó la sólida técnica instrumental y el lenguaje jazzístico con
elementos provenientes del folclor.
Luego continuaron integrando el lenguaje del jazz fusión con ritmos de cueca,
altiplánicos y mapuches. Impusieron la denominación de “fusión criolla” junto con
ampliarse a cuarteto, incluyendo a Mauricio Rodríguez en guitarra eléctrica.
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Entonada, 1999.
- Composición de Lecaros.
Sayhueque, 1999.
Otros jazzistas que fusionaron este lenguaje musical con la música tradicional
chilena fueron los integrantes del grupo Vernáculo, fundado en Coquimbo por los
hermanos Cuturrufo. Entre éstos, Cristián Cuturrufo (1972) ya se había consolidado en
los años 90 como un destacado trompetista de jazz en estilo bopero y de latin jazz.
Algunos miembros de la familia Cuturrufo son devotos de la Virgen de Andacollo, lo
cual les ha llevado a gestar una fusión con elementos de esa tradición religiosa.
Otro caso de fusión desde la experiencia del jazz ha sido realizada por pianistas
que han aplicado la estrategia de trabajar repertorio de raíz folclórica como si fuesen
standards. Moncho Romero (1951) y Mario Lecaros (1950), han grabado temas del
repertorio popular y de raíz folclórica en clave de jazz, de un modo análogo a lo obrado
por los jazzistas norteamericanos.
A principios del siglo XXI la big band 3 X Luka Jazz Band sintetizó el formato de
orquesta de swing con elementos del funk y música tradicional chilena, particularmente
tonada y mapuche.
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La fusión desde el rock y el pop
La fusión de música chilena con el rock fue iniciada por Congreso, Los Jaivas y
Panal a principios de los años 70. La marginalidad de la escena rockera en el período de
la dictadura militar dificultó la posibilidad de fusionar ambos repertorios, hasta que en
1982 el grupo Sol y Medianoche exploró esta fusión a partir del cover de temas de
Violeta Parra y Rolando Alarcón.
Esta propuesta musical no fue continuada por el rock de los años 90.
Excepcionalmente se ha destacado el grupo Los Tres, quienes versionaron
composiciones de Roberto Parra. La táctica del cover en los grupos de rock ha sido
escasa desde entonces, practicándose la composición original que eventualmente recurre
a ritmos de música tradicional, estrategia similar a la de los exponentes del jazz fusión.
A principios del siglo XXI el conjunto Ensamble Serenata reune en una misma
propuesta musical la formación académica y la experiencia de la música popular junto a
diversos ritmos e instrumentos chilenos y latinoamericanos.
Contradanza, 2009.
- Esta composición de Claudio Acevedo lleva el subtítulo “rin bien temperado”.
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