Ensayo-Modelos Pedagógicos

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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN

CIENCIA Y TECNOLOGÍA “UMECIT”


MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CIUDAD DE PANAMÁ - PANAMÁ

Materia:
MODELOS PEDAGÓGICOS
(ENSAYO SOBRE MODELOS PEDAGÓGICOS)

Estudiantes:
Miguel Ángel Argumedo Román. C.C. 1.067.945.143
Elkin Enrique Domínguez Santos. C. C. 78.749.028
José Gregorio Ruiz Hernández. C. C. 11.002.163
Miladys de Jesús Vertel Córdoba. C. C. 50.938.456

Tutor:
MG. RICHAR NORMAN GÓMEZ

Cuatrimestre: III

MONTERÍA-CÓRDOBA
2022
REFLEXIONES SOBRE MODELOS PEDAGÓGICOS: EL PAPEL DE LA
INVESTIGACIÓN

Resumen

En el paso del tiempo se han tenido en cuenta múltiples variables a la hora de


hablar sobre políticas de calidad educativa, que revelen la aplicación de
metodologías adecuadas y productivas en los centros de enseñanza, las cuales
toman como partícipes a los modelos pedagógicos, ya que estos presentan el
diseño a partir de los cuales se llevarán a cabo procesos de enseñanza-
aprendizaje de manera que atiendan a las necesidades que presente la población
educativa y de formas de enseñanza y práctica docente dinámicas y participativas.
Es decir, se plantea una caracterización sobre los modelos pedagógicos y el papel
de la investigación como proveedora de las reflexiones que ayudan al
mejoramiento de las prácticas educativas, debido a que la investigación propone la
participación y compromiso con la enseñanza de nuevos y mejores ciudadanos.

Es así como se refieren diferentes títulos de modelos pedagógicos con la


identificación del papel de la investigación y de la evaluación en cada uno,
pudiendo nombrar características de estos y a su vez el impacto o modo de
aceptación o relevancia de acuerdo con las características individuales de cada
modelo.

Palabras clave: modelo pedagógico, investigación, evaluación, práctica docente

Introducción

Un modelo pedagógico es dialogante, tiene funciones de diseñar, interpretar y


ajustarse a la realidad del sistema educativo en el cual se enfoca, procurando
establecer una relación consciente entre los contenidos, la práctica docente y las
funciones desarrolladoras del individuo. El modelo pedagógico funciona entonces
como la base donde se normatizan las acciones de todo proceso educativo,
permitiendo enfocar objetivos y trazar metas acerca de contenidos, herramientas,
enfoques, recursos didácticos, etc.
Se espera entonces que los modelos pedagógicos guíen la construcción de la
escuela con posibilidades hacia una formación académica con calidad, formadora
de personas competentes, individuos con capacidad de reflexión que puedan
ayudar a cambiar la sociedad a través de la identificación y solución de problemas
que se den en esta. Puesto que en estos se constituyen los lineamientos y normas
que rigen el proceso educativo, precisando objetivos y funciones sobre qué se
debería impartir en el aula de clases, cuáles contenidos y cómo abordarlos para
que sean mejor aceptados; a quiénes y en qué momento y el grado de eficiencia y
actividad que debe usar el docente.

Entonces, es cuando viene a aflorar la necesidad investigativa, la cual parte de


la visión docente en aras de construir conocimientos nuevos sobre la realidad que
les rodea para cambiarla o mejorarla, formándose desde el repensar del contexto
y de la generación de alternativas que impacten positivamente la realidad de sus
estudiantes y del contexto social.

Así pues, el docente debe estar atento a identificar situaciones que merezcan
ser estudiadas y a partir de estas adoptar una posición crítica para comprender,
modificar o transformar una situación problemática. De estas investigaciones
individuales es que se reconoce el papel del docente como un actor comprometido
y activo en el proceso de enseñanza y esto mismo ayuda a cambiar la educación a
nivel regional, nacional. Como lo afirma, De Zubiría, et al, (2008) “han surgido
investigaciones interesadas en identificar las características de los docentes que
les permite generar un alto impacto positivo en sus estudiantes” o bien, reconocer
la eficiencia de las prácticas educativas llevadas a cabo por estos.

Como compete hablar sobre la incidencia de los diversos modelos


pedagógicos, los cuales se establecen como estrategias para garantizar la calidad
de la educación en los centros educativos a partir de la búsqueda sobre las
mejores formas de enseñar y de aprender teniendo en cuenta todos los
fenómenos que se desarrollan durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, es
importante conocer las características de cada uno, logrando hacer
conceptualizaciones sobre cada uno desde el punto de vista de la práctica
docente.

El primer modelo por mencionar es el reconocido modelo pedagógico


tradicional, que tiene como principales características: el protagonismo del
profesor como transmisor del conocimiento, y el papel del estudiante como un ser
pasivo-receptor de la información que se le suministra en el aula de clases. La
formación se reconoce de un modo moral-disciplinar del carácter a partir de la
repetición de ejercicios y por ende de saberes. Los espacios de formación están
controlados por el profesor, como autoridad.

La evaluación en este modelo es sumativa y se realiza al final de cada período,


por medio de esta, el estudiante debe demostrar lo que aprendió, ya sea a través
de un examen oral o escrito, que le ayudará al profesor a asignar una calificación
aprobatoria o desaprobatoria. La evaluación sumativa busca verificar resultados
de los métodos utilizados en las clases, refiriendo el alcance de objetivos
estipulados y de los resultados. Se supone que este tipo de evaluación debe
apoyar los cambios para el período de enseñanza siguiente e informar sobre el
nivel en el que se encuentran los estudiantes hasta ese momento, pero debe
entenderse que no todas las evaluaciones la realizan los estudiantes con su
máximo potencial de aprendizaje, pues algunas veces se falla en el diseño de los
exámenes, lo cual dificulta la aceptación del estudiante.

Con características similares está el modelo conductista, el cual se


caracteriza por una metodología expositiva-demostrativa, otorgándole al maestro
ser el centro del proceso de enseñanza. Se llama conductista porque busca el
cambio de conducta del individuo, mediante el entrenamiento de destrezas que
otorguen un cambio de conducta y de resultados observables.

Se lleva a cabo una evaluación formativa, que colabore en la obtención de


información sobre cómo se está desarrollando el aprendizaje a través de pruebas
objetivas por etapas, en esta no se pretende evaluar al estudiante sino a los
procesos y busca mejorar los procesos educativos identificando falencias,
deficiencias o errores.
Por su parte, el modelo romántico o humanista presenta los contenidos de
enseñanza con libertad, de acuerdo con los intereses o necesidades de los
estudiantes. En la relación docente-estudiante, es este último quien toma un papel
activo, aprendiendo a través de la práctica y la espontaneidad del proceso
formativo

No existe la evaluación, pero de necesitarse esta debe ser negociada y


cualitativa, enfocada en evidenciar el desarrollo individual de los estudiantes y de
su proceso de aprendizaje, así pues, puede usarse la autoevaluación.

En otro sentido, el modelo pedagógico cognitivo, busca desarrollar


intelectualmente a los estudiantes, lejos de acumular conocimientos centra el
aprendizaje en el desarrollo de habilidades individuales y tiene en cuenta los
conocimientos previos de los estudiantes.

La evaluación que se usa en este modelo es sumativa y formativa y, se lleva a


cabo al inicio, desarrollo y final del proceso de enseñanza, teniendo en cuenta el
proceso y los resultados. También hace uso de la evaluación diagnóstica, la
autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación, como factores que ayudan
a reconocer la manera en la que se alcanzaron los resultados, teniendo en cuenta
las opiniones de todos los participantes del proceso de enseñanza.

Llegando al final se menciona uno de los modelos con mayor acogida y


desarrollo en la actualidad, el modelo pedagógico social, mediante el que se
identifican las necesidades de los individuos en formación y se busca potenciar
sus procesos mentales, a través del desarrollo del pensamientos crítico, creativo y
reflexivo, pues el estudiante tiene un papel protagonista y cuenta con autonomía
para resolver tareas o retos, los cuales son inspirados en su contexto social

Los aprendizajes se observan a partir de una evaluación formativa y tiene en


cuenta los saberes previos para alcanzar un aprendizaje significativo. Lo cual lo
hace un modelo tan llamativo y propicio para la mejora del proceso de enseñanza-
aprendizaje.
Es pues relevante, entablar un diálogo que fundamente la participación activa
de los docentes en su proceso de enseñanza y de desarrollo del currículo
institucional, mediante el cual se pueda dar cabida al reconocimiento del papel de
la investigación como recurso para encontrar las principales falencias a los
procesos de enseñanza-aprendizaje desde todas las áreas o cursos, los cuales
expresan sus resultados mediante el proceso de evaluación, que, como se
expresó anteriormente, se puede realizar de diversas formas y atendiendo a
diferentes realidades, pues es fundamental tener en cuenta que la formación
académica es más que ir al aula de clases a cumplir con los compromisos morales
o laborales de mostrar información y contenidos o llevar a cabo proyectos con el
ideal de dar cumplimiento al PEI, es ayudar a la formación de individuos que
puedan llevar sus conocimientos al alcance de objetivos reales, en concordancia
con las necesidades que se vinculan a su contexto socioeconómico y cultural,
atendiendo a las formalidades de la vida en sociedad y de dar espacios de
inclusión social y equidad.

Además, es relevante mencionar que a la hora de evaluar el aprendizaje es


trascendental la observación directa, la cual solo se puede efectuar dentro del aula
de clases que es donde se reflejan todos los agentes que participan de la acción
educativa y del proceso de enseñanza-aprendizaje en su forma propia, en el que
se puede evidenciar la efectividad de métodos y herramientas, en donde se
manifiestan los cambios de actitudes y se abren espacios de reflexión, efectos que
son importantes en el proceso de comunicación y armonía educativa.
Conclusiones

1. Se debe luchar porque en los centros educativos se realicen actividades


encaminadas a alcanzar los logros de los objetivos establecidos en los
planes de estudio que validen el quehacer de los maestros y la dignidad de
los estudiantes sobre lo que deben aprender, respecto a ciertos contenidos
impartidos en los centros escolares y sobre los cuales se tendrán en cuenta
diferentes propósitos como: formación de la identidad cultural nacional e
individual, el desarrollo de habilidades comunicativas y matemáticas,
capacidad reflexiva y critica de la realidad, entre otras, a la vez que se le
abran espacios para el saber y el quehacer pedagógico (cómo y para qué
educar: enseñar habilidades y destrezas a los estudiantes que le sirvan en
todo su proceso educativo) esto es formación de maestros, en virtud de
prepararlos para las eventualidades de la sociedad del conocimiento,
prepararlos para la innovación, para el uso de nuevas tecnologías y de
nuevas herramientas de aprendizaje. Etc.
Miguel Ángel Argumedo Román.
2. De los postulados anteriormente señalados se puede resaltar la importancia
que tiene la investigación educativa, para avanzar en suplir las necesidades
evidentes del sistema educativo, reconocidas a través de la práctica
docente y de las relaciones de estas con los diferentes modelos
pedagógicos, ya que con el planteamiento de estos se busca perseguir la
apropiación de los conocimientos hacia el desarrollo de las habilidades de
cada individuo, que les sirvan para desenvolverse en sociedad y cumplir
con estándares académicos y sociales.
Elkin Enrique Domínguez Santos.
3. Como docentes debemos buscar que el mismo estudiante se convierta en
un investigador activo, consciente de su proceso formativo y capaz de
construir un aprendizaje significativo, que le ayude a conseguir el
conocimiento a partir de nuestra orientación y acompañamiento. Pues es
innegable el papel que tenemos en el proceso de enseñanza, desde donde
brindamos día a día nuestro aporte a una mejor sociedad.
Otra manera de aportar lo mejor a la sociedad es a través del cumplimiento
de las metodologías y enfoques de enseñanza orientados a mejorar la
calidad educativa de nuestra sociedad, que enfrenta tantas dificultades y
tantos altibajos en cuanto a educación se trata. Pues como sabemos es
difícil para algunos estudiantes tener acceso a todas las herramientas para
acceder a una buena educación y dar cumplimiento a su proceso
académico y de formación para la vida.
José Gregorio Ruiz Hernández.
4. Puedo concluir que, reconocer la trascendencia de cada modelo
pedagógico para el alcance de objetivos académicos es fundamental, ya
que se propician los conocimientos teniendo en cuenta la forma de
aprender que favorezca en mayor medida los objetivos trazados por cada
establecimiento educativo. Esto, siendo concordantes con el paradigma de
enseñanza de nuestro país, el cual se encuentra en cambios constantes y
siempre va en búsqueda de satisfacer las necesidades de la escuela y la
sociedad.
Por otro lado, debo resaltar la necesidad de actualizaciones y
enriquecimiento al área formativa, pues a veces, fallamos en nuestra
consigna de ser provocadores de una cultura de aprendizaje autónomo y
pertinente por parte de nuestros estudiantes, ya que se carece en
ocasiones de materiales o herramientas que colaboren con la practicidad de
temáticas y contenidos escolares, por lo cual nos toca ser recursivos para
conseguir buenos resultados con nuestros grupos de estudio. Por eso se
hace importante invertir en infraestructura, tecnologías, en capacitaciones
docentes, en acompañamiento psicosocial, etc. Recursos que ayuden a
impactar positivamente en la mejora del proceso académico.
Miladys de Jesús Vertel Córdoba.
Bibliografía

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pedagógica en el proceso de evaluación, Educación Médica Superior. 2016;
30(3)

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Passos Simancas E., Hadechini Meza L. (2019) La investigación educativa


aplicada a losenfoques educativos y a los núcleos del saber pedagógico
Sophia, vol. 15, núm. 1, pp. 5-15, 2019 Universidad La Gran Colombia

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