Entre Hilos y Palabras

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Entre hilos y palabras

Entre hilos y palabras

Juntas y diversas

La Nelly Editora
2019
En la Biblioteca Popular Nelly Llorens promovemos y producimos
cultura, generamos espacios de encuentro para que todas las personas se
apropien del derecho fundamental de expresarse a través de producciones
artísticas, educativas y culturales.

Nuestra editorial, La Nelly editora, surge ante la necesidad de compartir,


disfrutar y materializar en libros objetos, aquellos acontecimientos vividos
por quienes habitan la biblioteca.

Los textos que editamos son elaborados en talleres de escritura creativa


donde las experiencias, sensaciones, pensamientos se convierten
en palabras escritas, palabras compartidas, palabras que resuenan y
transforman. Cada texto es una invitación a profundizar miradas y a tejer
lazos entre historias singulares y transformaciones colectivas.

En la segunda experiencia de trabajo editorial afianzamos el trabajo en


redes, única posibilidad de construcción de un libro objeto, una obra
de arte que fue tallada con manos de muchas personas comprometidas,
sensibles, artistas que se conmueven con y en la tarea colectiva:

Espacio de mujeres Juntas y Diversas: son las protagonistas de los textos


y además bordaron pañuelos para acompañar la lectura, pañuelos con
textos que invitan al placer.

Primera edición: diciembre de 2019 Laura Vendaval: realizó la edición de los textos, clara, distinguida,
visibilizando la sensibilidad de cada escrito, un trabajo exquisito de
2019, La Nelly editora sutileza y profundidad.
Impreso y encuadernado en
Biblioteca Popular Nelly Llorens Emi Farías: en un trabajo artesanal construyó las tapas de los
Bv. Los Alemanes 3.990 libros con telas, cada uno especial, colorido, diferente al resto, con una
Barrio Los Boulevares clara identidad en el hilo colectivo.
Córdoba, Argentina,
2019
Taller de confección de Sinpecaf a cargo de Miriam Reinoso:
las participantes del taller elaboraron hermosas bolsas de telas para
envolver y cuidar el libro.

Nicolás Talone: nos acompañó en la gráfica, las fotografías desde


el lente de un profesional sensible que logra reflejar las miradas, sonrisas,
los rostros de las mujeres protagonistas.
Micaela Verdun: nos acarició con su arte del maquillaje, Juntas y diversas
acompañando a las mujeres para destacar sus expresiones más bellas.

Valentina Castro: realizó el registro artesanal de las manos que En nuestra biblioteca funciona, desde sus inicios, un espacio semanal
inauguran cada capítulo integrando las palabras en el lenguaje de la destinado al encuentro entre mujeres, mujeres que se juntan para
imagen. pensarse y transformar sus vivencias, las problemáticas sociales y de la
vida cotidiana, en reflexiones, en producciones artísticas y culturales. Así
Municipalidad de Córdoba a través del programa Cultura se originó el Taller Juntas y Diversas, coordinado por Mariana Gottero y
de Barrio: nos benefició con el reconocimiento al proyecto editorial, María Laura Dall´Amore.
posibilitando un aporte económico con el cual sustentar el proceso.
El espacio se configuró como una apuesta a darnos un lugar donde las
La Nelly Editora es una invitación a construir colectivamente a través del vecinas pudiesen encontrarse, conocerse e instalar un momento, una pausa
arte de decir, de poner en palabras escritas múltiples miradas, encuentros para sí en el ir y venir semanal. Se pensó como un espacio de reflexión,
y desencuentros, amores, desamores, luchas, transformaciones, vivencias, creativo y recreativo donde la palabra, los vínculos, la sororidad, fuese
placeres, sufrimientos, esperanzas y todo aquello que pueda y deba ser emergiendo y consolidándose. Cuando las mujeres se juntan, algo en la
dicho por todas las personas que así lo deseen. propia vida y en la de todas se transforma. Podemos reconocer que lo
que le pasa a una, nos pasó o nos pasa a todas, es la marca del patriarcado
sobre nuestros cuerpos y vidas. Poder visibilizarlas, desnaturalizarlas y
transformarlas es el objetivo principal del espacio.

El taller fue y es un caldero de posibilidades, se utilizan y exploran


diferentes herramientas que se convierten en puentes para ser con otras:
la lectura, la escritura creativa, el bordado, las reflexiones, los juegos, la
música, las salidas culturales (porque también las mujeres tenemos el
derecho al disfrute de nuestra ciudad, aunque muchas veces esta sea hostil
con nosotras), el teatro, la ronda de mates (dulces y amargos), los budines
de Tety, las tortas de Sarita, los criollitos calentitos, los aromas… todo
está pensado para el disfrute de dos horas semanales.

Muchas experiencias fueron asomando cada lunes. Para algunas de las


que comenzaron a venir a lo largo de los años, el grupo fue el impulso y
la contención necesaria para poder trazarse otros objetivos, sobre todo
retomar o concretar estudios pendientes. Para otras el espacio es SU
ESPACIO semanal, el tiempo propio que supieron ganarse, y construirse
para sí, “el cuarto propio” del que nos hablaba Virginia Woolf.

Los espacios de mujeres son siempre necesarios, donde puedan existir.


Las bibliotecas populares son espacios desde los cuales se apuesta a
otros mundos posibles. Nuestra biblioteca está comprometida con la
promoción de derechos humanos, por lo tanto, la decisión de incorporar
a nuestros estatutos el trabajar transversalmente desde una perspectiva de
géneros, es también una apuesta a trabajar por los derechos humanos de
las humanas, por el derecho a vivir una vida sin violencias.

Entrelazar proyectos nos permite el hacer colectivo, uno donde las mujeres
puedan expresarse, ser escuchadas en primera persona, así entre hilos y
bordados nos enredamos en el Bordamos para no olvidar sumándonos a las
iniciativas de Bordamos por la paz México y las del colectivo Bordamos por la
paz Córdoba.

El bordado como esa labor presente en la vida de las mujeres desde


la infancia. El bordado resignificado como arte político. El bordado
como herramienta de visibilización y sensibilización de las violencias. El
bordado como forma de poner nombre a las estadísticas que contabilizan
en horas y números los femicidios. El bordado como grito de auxilio
a una sociedad para que no olvide. El bordado como una invitación a
pensar las violencias cotidianas, las marcas en nuestros cuerpos, antes de
que se conviertan en un pañuelo. El bordado, como acción, una acción
contra el olvido.

Nos enredamos y fortalecimos a través de la palabra, y así la literatura fue


la herramienta que nos encontró con nuevos desafíos y sueños que las
palabras escritas, referenciadas en historias propias pero comunes, vuelen
lejos como un deseo, un deseo que como brisa abrace cada decisión que
las mujeres tomen para ser protagonistas de sus vidas.

Los lunes ya no son lo mismo en nuestro barrio. Las puertas están abiertas
para las que decidan sumarse.

Como facilitadoras de este espacio, les agradecemos profundamente ser


parte de esta red de amorosas confianzas, de aprendizajes, nosotras no

nosotras somos
somos las mismas, y esperamos seguir transformándonos juntas.

Gracias, Juntas y Diversas.


y
y
o soy, sobre todo, orgullosamente mujer. ¿Por qué orgullosamente? Porque
a lo largo de mi vida vencí mandatos familiares caducos, inhibiciones y
prejuicios que no me permitían crear y manifestar mi personalidad.Actúo
en consonancia con mis propios pensamientos, confiando, respetando
y amándome, sabiendo que, si acierto, son “mis aciertos” y si fallo, son
“mis fallos”. Solo me interesa estar de acuerdo conmigo y disfrutar de la
vida ampliamente con total libertad interior, sin importar la opinión ajena.
a
a
mo leer. Escuchar música. Toda la música. Siempre hay un momento para
cada género musical.

Flores. Me encantan las flores. El color azul en toda su gama me llena de


vida.

A la escritura la descubrí siendo mayor y creo que no hay retorno.


Pertenecer a la biblio me abrió caminos maravillosos en mi mente.
Admiro la naturaleza, el cielo y las formas caprichosas de las nubes; los
añosos árboles que abundan con sus multicolores tonos de verde; los Soy abuela de siete nietos y madre de dos hijos que llenan mi vida, en ese
jacarandaes que ya están florecidos. Prefiero las sierras y los bosques al orden.
mar, el cual también tiene el encanto de su aparente infinitud. Mi flor
preferida por su olor es el jazmín, pero la que considero más bella por su Cocino. Mucho. Todo.
forma, es la rosa. Me deleita el aroma del puchero y del café porque los
identifico con el hogar, la familia y el afecto compartido. Mi gran pasión Me gusta dormir en sábanas muy bien planchadas y perfumadas.
es bailar, en esos momentos es, como si desapareciera el mundo, solo
estoy yo, feliz en mi burbuja. También escribir y leer, éste es un gusto Soy un poco atolondrada, perseverante, muy trabajadora, alegre y, sobre
que heredé de mi madre. Ella compartía sus lecturas y escritos conmigo. todo, muy conversadora.
Persona muy significativa en mi vida.
Quería, en mi adolescencia, ser periodista y, tal vez, en mi inconsciente, es
Mi meta principal es ser cada día mejor persona y fundamentalmente dejar una cuenta pendiente. Pero no lo añoro.
en mis nietos y nietas una imagen alegre, luchadora y un poco loca, que
me recuerden con una sonrisa. También en mis charlas serias con ellos
y ellas, voy sembrando semillas de confianza, de esfuerzo, de respeto, de Elena Frey
autenticidad para que cuando lo necesiten, esa semilla germine en frutos
que les sean útiles.Esto es solo un bosquejo de quién soy, porque ¿quién
se puede conocer total y profundamente?

Ah, me olvidaba, mi nombre es Ana F. Mazzei, les dejo mis saludos.

Ana Mazzei 
n
n
o nací en una isla con forma de mariposa, cuando cumplí 10 años ningún
libro de almohada cumplió mil años. A cambio mi infancia transcurrió
entre ríos, mares y peces. Dibujo como respirar, amaso y hago mi jardín,
camino para olvidar tristezas y canto bajo la ducha.

Soy mujer y madre por elección, cada vez lo elijo y me gusta. Alguna vez
armé listas de las cosas que me gustan y que de alguna manera me definen:
el olor a durazno, comer moras en octubre, azul de cobalto, decirle que
m
m
e llamo Sara Yolanda Monier, tengo 73 años, nací en Córdoba capital,
pero me crié en el campo, Traslasierra.

Soy una mujer común, madre, abuela, enamorada de mi familia. Me gusta


cocinar, leer, bordar caminar por senderos de tierra y a veces se me da por
escribir pequeñas ideas, relatos.

¿Lo que no me gusta?


sí a mis hijos, viajar, viajar lejos, papel barrilete, los lunes en la biblioteca, los días nublados,
los martes en Casiopea, todos los días en mi taller, los besos y los abrazos. la desigualdad,
la violencia sobre las mujeres y los niños,
Esta soy yo y desde acá brota lo que escribo. el maltrato a los ancianos.

Me contenta saber que hay mujeres y jóvenes empoderadas que lograran


Claudia Abichain revertir esto.

Sí. También soy soñadora.

Sara Monier
m
m
i cualidad es ser buena, cariñosa, comprensiva y paciente.
Mis colores preferidos son el rosa, amarillo, morado, verde oscuro, rojo,
azul y anaranjado.
Me gusta estar contenta, alegre.
Me gusta el aroma de los mates con yuyitos y las canciones que son
graciosas.
Me conmueve la música que me toca el alma.
m
m
i nombre es Gladys Martínez, nací en el año 1959 en la Ciudad de Córdoba.
Soy docente de Nivel Medio jubilada. Formé parte de una familia de
cuatro hermanos con carencias económicas, pero con el ejemplo siempre
presente de nuestros padres de la importancia del esfuerzo, en la búsqueda
por alcanzar cada sueño. Y así, uno de mis sueños se cumplió: ser docente.

Formé una familia, tengo una hija que con entusiasmo y esfuerzo busca
también lograr los suyos. Luego de jubilarme, sentí el vacío de no poder
Me siento escuchada en el Taller Juntas y Diversas, cada vez que voy es estar más con aquellos jóvenes que me contaban sus vivencias y les daba
una sensación tan linda, como cuando nació mi primera nieta. consejos que, por cierto, para muchos eran de mi época, pero aún hoy
recuerdo con una sonrisa y nostalgia, aquellos “Uy, porque lo sabe, es cierto
Las personas significativas de mi vida son mis hijos/as, nietos/as, profesora”.
profesores/as, maestras, mis amigas del taller.
Luego de jubilarme, comencé a asistir a las actividades realizadas en la
Mi sueño es hacer un curso de artes visuales y deseo que nunca más haya Biblioteca Popular Nelly Llorens que cubren ampliamente mis expectativas
femicidios, nunca más violencia de género. dado que me permiten conocer otras personas en el Club de Lectura y la
Nelly Filosofa, y las realidades de otras mujeres en el taller Juntas y Diversas,
algunas similares otras diferentes a la mía.
María Rodríguez
  Bordamos y exponemos el pañuelo con el nombre de quien murió por
violencia de género con el deseo que la sociedad en su conjunto conozca
esa realidad, que para muchos son apenas casos aislados, y, por sobre todo,
con el gran sueño de hoy: la igualdad en los derechos de todos: mujeres,
gais, travestis, lesbianas. Basta ya con la violencia física, psicológica y la
discriminación.

Cada mañana saludo a mis mascotas, salgo a recorrer el patio u observo


por la ventana el vuelo de algunos pájaros y escucho el sonido de su canto
y mi naranjo con sus flores y sus frutos.

Gladys Martínez
m
m
i nombre es Tety, integro los días lunes la Biblioteca Nelly Llorens: soy
del grupo que bordamos los pañuelos de femicidios. Luego hacemos
lecturas de libros de autoras y autores muy buenos, mientras estamos
bordando una de las compañeras lee el texto en voz alta para todas. Luego
lo analizamos, sacamos conclusiones, escribimos. Son muy lindas estas
tardes entre mates y tortas, se pasan muy rápido esas dos, tres horas.

Soy una mujer mayor, nunca imaginé que iba a participar de un taller entre
tanta cultura y amistad. Son muy importantes para mí.

Muchas gracias por todo.

Laris (Tety) Pirra 

bordando
e
e l bordado es para mí un acto liberador. De mis sentimientos, de mis
pensamientos, pero ante tanta violencia machista que genera todos los
días nuevos femicidios, suelo tentarme y abandonar.

Y es ahí, precisamente, donde surgen los sentimientos con fuerza, y


me impulsan a seguir, sólo para que tantas vidas truncadas porque sí,
simplemente por ser mujeres, no queden como números en una estadística.
b
b ordar me hace bien porque me concentro en eso y no pienso en nada ni
en nadie.

Bordar me pone en el lugar de esa niña, o adolescente, o mujer mayor


para que nunca más haya un femicidio, o, mejor dicho, ¡ni una menos!

María Rodríguez

t
Que ese pañuelo sirva, en el transcurso del tiempo, para seguir recordando,
teniendo presente a esa mujer que, como cualquiera de nosotras, tuvo
sueños, proyectos, que quedaron sin realizarse, sólo porque un violento
decidió matarla. Ojalá se sumen muchas bordadoras más, para no olvidar.
t

c
elas, agujas, hilos de colores, hermosas puntadas tras puntadas van
surgiendo nombres: Nilda, María Rosa, Guadalupe. La aguja sigue
Elena Frey entrando, saliendo y el nombre cobra forma, nos cuenta su historia,
sus sueños truncados, pero no llora, no, nos agradece que al bordar su
nombre y el de su matador evitamos que se las olvide. Al entretejerlo
en un pañuelo, ya no está en un papel que alguien lo usaba para prender

c
fuego, ya no es una voz en el noticiero que se diluye en el aire.
uando bordo un pañuelo
de tantos femicidios El bordado permanece, es viajero, exponemos en una plaza, en una
se estremece mi alma y renace mi amor. escuela, deja de ser un número, son reconocidos, son mujeres que aún
asesinadas seguirán haciéndose oír, fuertes en su debilidad hasta que el “ni
Tantos sueños frustrados una menos” sea una realidad, por eso, amiga bordadora sigamos siempre
tantos hijos sin madre bordando por la paz.
tanta justicia helada que mancha la razón.

Con una tierna tristeza, voy hilando sus nombres Sara Monier
sus historias tan cruentas
van quedando allí.

Es mi humilde homenaje de hermana en la lucha


más tú fuiste extinguida
por un machismo vil.

Ana Mazzei
m
m
aría, Elena, Karina, Carmen, y así, cientos de nombres de mujeres que
hoy están presentes en cada pañuelo para “no olvidarlas”, “para seguir
luchando para que nuestros derechos como mujeres, se respeten”.

¿Qué se siente al bordar cada nombre? ¡Cuánto dolor!, cuánta angustia y


desesperación habrá sentido al ver aquella fiera humana, sí fiera humana,
que hoy, aprovechando su fuerza, su falta de hombría, con un rostro
cegado por el odio y la venganza, está destruyendo, terminando con su
m
m
e preguntaron que sentía al bordar estos pañuelos de femicidios: soy una
de las integrantes de la biblioteca Nelly Ruiz de Llorens que todos los
lunes participamos en el grupo de mujeres a “bordar”.

Cuento lo que siento: angustia, dolor, amargura en cada palabra que bordo
sobre esas historias, porque nosotras, mujeres, que damos la vida por
nuestros seres queridos, tengamos que pasar por esto. Quedan familias
desunidas, niños que quedan a cargo de tíos y abuelos.
vida, sus sueños y con la madre de sus hijos quizás.
Porque en estos tiempos que vivimos sigue la provocación, el seguimiento
Aquella mujer que un día creyó en él y brindó sus momentos, con la hasta que se llega al final de una vida.
esperanza de un futuro lleno de paz y alegría. ¿cuánta impotencia al no
poder defenderse? Al que nadie escuchara sus gritos de auxilio o tal vez Siempre decimos “nunca más”, “vivas nos queremos” pero no sé qué
no creyeran en ella cuando recurrió a pedir ayuda, ¿o será que nunca pasa por esas cabezas que se creen dueños y señores, si se los puede
lo hizo por miedo al pensar que la “ayuda” llega a veces tarde o no es llamar así.
suficiente y sería peor? ¿su padre habrá sido un violento y su madre una
mujer sumisa y creyó que así debía ser?, ¿que un grito, que una cachetada Siempre esperando que la justicia actúe.
o una paliza, es eso nomás y ahí termina todo? ¿o cuando quiso hacer
valer sus derechos se encontró con una fiera humana que no lo aceptó?
Laris (Tety) Pirra
Mis sentimientos y preguntas me llevan a diferentes hipótesis, pero con la  
única conclusión: “otra mujer murió tras el odio de un cobarde”.

Gladys Martínez

b
b
ordo para no olvidar,
Bordo para dar una batalla,
Bordo porque soy cabrona,
Bordo porque no tengo la boca cosida ni las manos amarradas,
Bordo para no extrañar,
Bordo para no llorar,
Bordo para tapar agujeros en los cuerpos mutilados,
Bordo en las plazas,
Bordo en las calles,
Bordo parada, sentada, acostada,
Bordo en colores,
Bordo en blanco y negro.
Yo Bordo.

Claudia Abichain

fotografias
e
e s un atardecer soleado del mes de noviembre. Una veintena de muchachas
muy jóvenes posan sonrientes después de haber compartido un día
de campo para despedir a Ruby de su soltería. Por supuesto, como
corresponde a la época (mediados del siglo XX) dos señoras mayores
acompañan al grupo.

Todas muy bellas y alegres. Pero tres llaman mi atención. Una con pose
desenfadada y desafiante, como diciendo “aquí estoy, esta soy yo”. Su
l
l
La hija del viento
e gusta mirarse en esa foto,
le recuerda la joven que fue,
llena de energía y ganas de vivir,
inundada de proyectos y amor a la libertad,
aún recuerda la sensación de libertad y el placer que le dio plantarse así.

vestido es de flores grandes y parece muy colorido. La sonrisa nace desde Soy Ana y me lleva el viento,
muy adentro, espontánea. Melena al viento, exuberante. esa fue y esa en algún lugar aún sigue siendo.
Con pérdidas y fracasos a cuestas,
En el centro de la fotografía, lo opuesto. Peinado muy prolijo, ceño pero con el deseo intacto por devorarse el mundo.
adusto, ojos tristes y un vestido negro que semeja una túnica. No parece
estar cómoda en ese sitio. Su brazo cuelga, laxo, al costado del cuerpo. “Ana, te lleva el viento”, le dice su abuela,
una valenciana dura y fuerte, a fuerza de trabajo campesino.
Y, por último, la que parece ser la más joven con cara de “¡ufa!, ¡qué “Sí, abuela, qué mejor que me lleve el viento,
aburridas!” pero a donde yo quiera”,
no soy una hoja que el viento mueve a su antojo,
A simple vista parecen todas felices, pero siempre hay que brindar una soy Ana, la hija del viento.
mirada más profunda porque seguro encontramos algo más.

Claudia Abichain
Elena Frey   
m
m
Febrero 1961
iro y miro esta viejísima foto en blanco y negro, mi imaginación se remonta
en el tiempo, me pierdo me veo una niña flaca de piernas largas en el
campo, en la casa de mis abuelos emocionada esperando que aparezca
por la lomada el colectivo que venía de la ciudad porque en ese transporte
legaría la esposa de mi hermano mayor con su pequeño hijito al cual
f
f
ue una tarde de amasado de pan casero, en el cortadero de ladrillos donde
trabajé durante muchos años y donde crié a mis hijas/os. En el patio,
un horno de barro. Son hermosos recuerdos. Es emocionante recordar
donde fui tan feliz, viviendo a orillas del canal, apilando ladrillos.

María Rodríguez
ninguno de la casa conocíamos. Cuando paró el colectivo y los vi bajar.  
Qué emoción siento al ver a ese pequeñín hermoso y regordete. En la
casa se habían reunido tías y unos primos y nos peleábamos por tenerlo
alzado, pobrecito se asustó y lloró hasta que volvió a los brazos de su
madre, mi abuela se enojó y nos mandó a todos a calmarnos y a mi cuñada
a descansar. Veo la mesa puesta y miro el repulgue de las empanadas que
solo mi madre sabe hacer, siento el olor del cabrito que mi abuelo ha
puesto a las brasas.

Han pasado 56 años, pero mirando ese pedazo de cartón, mi alma siente
las mismas emociones de ese día soleado y feliz.

Sara Monier
e
e
Recuerdos de un cumpleaños
l 11 de abril de 1963, cumplí mis 18 años. La foto en la que estoy bailando
con mi hermana menor, refleja el momento que más disfruté. De niña, le
había pedido a mi madre una hermanita y cuando tenía ocho años nació
Miriam, desde entonces fui su “mamá chiquita” como sabían decir.

Brotó un amor recíproco entre ambas, que hasta ahora se mantiene.


e
e
Detrás de una foto, una historia de amor
ra un sábado por la tarde. Era mayo de 1960. Ese día mi casa estaba de
fiesta. Mi hermana cumplía 15 años. Preparábamos las mesas, la comida y
ya llegaba la música, esperaba a mi primo que trajera el Wincofon.

En eso, siento que mis amigas me llaman, me preguntan si estoy lista, me


dicen: “vení a casa que te queremos hablar”. Yo todos los días iba a esa
casa. Cuando llego, me encuentro con un joven que estaba de espaldas,
No recuerdo ningún detalle en especial, pero al ver la foto en la que vestía pantalón oscuro, camisa blanca, saco claro con pintitas verde agua
estamos bailando una tarantela, observándola a ella tan pequeña, me y una corbata verdecita con un pañuelo del mismo color en el bolsillo del
emociona. saco.

Feliz con mi vestido nuevo, que lo confeccionó mi madre, y los hermosos Lo vi. Me dije “ese es Oscar”. Estuvimos todos hablando. Yo tenía que
zapatos con tacos altos que eran mi mayor tesoro. regresar a casa para recibir a los que llegaban a la fiesta de 15. Me dijo:
“te acompaño”. Volvimos hablando. Ahí me dijo: “Quiero que seas mi
Quizás, los demás acontecimientos de ese día, mi mente sabiamente los amor”, “¿Te parece?” le respondí, “Sí” fue su respuesta.
dejó de lado. Tal vez hubo algo que me molestó, me apenó, no lo sé.
En la semana vino a mi casa a hablar con mis padres, así se acostumbraba.
La memoria también es selectiva y eligió la emoción y el cariñoso baile Esa noche fue una fiesta hermosa en mi casa y ese amor duró 42 años.
de las dos.

Laris (Tety) Pirra


Ana Mazzei
placeres
o
o
¿Qué cosas me dan placer?
bservar por la ventana el primer rayo de sol que se cuela por la persiana y
me da de lleno en la cara.

Prepararme un café y que su aroma invada mi casa.

La sonrisa de Guille, que me mira con una dulzura tal, que borra todas
mis tribulaciones del momento.
¿
El placer
Qué es el placer? El diccionario dice que puede ser definido como una
sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico que en su forma
natural se manifiesta cuando un individuo consciente satisface plenamente
alguna necesidad: bebida en el caso de sed, comida en el caso de hambre,
descanso para la fatiga, sexo para la libido, etc.

Para mí, placer significa un rico desayuno, preparar una comida especial
un domingo en que vendrán los hijos y los nietos a almorzar todos juntos,
Preparar una comida sencilla, pero suculenta, en los días de frío. comprarle a alguno de ellos un regalo sorpresa y que me pregunten: ¿por
qué, nona?
Tomar una copa de vino blanco bien frío charlando con amigas.
Siento placer los lunes en la tarde cuando vengo a la biblio y me encuentro
Leer un libro, bueno o malo, ya veremos, pero el acto de leerlo me regocija. con mujeres hermosas de las cuales siempre aprendo algo. Es tan lindo
que las horas se me pasan demasiado rápido, también me da un placer
Tejer, bordar, me hacen sentir una artista en su momento creativo. inmenso cruzar las altas cumbres, con mis hijos lo hacemos dos o tres
veces al año, pero me fascina cada vez.
Y, como broche de oro, el placer supremo, es deslizarme en la cama con el
cuerpo agotado, por las sábanas limpias, recién planchadas y perfumadas. Me da placer salir al patio a tomar mate, mis plantas, leer un buen libro,
conversar con mis nietas mayores, salir a comer con mi nieto mayor.

Elena Frey
Sara Monier
q
q
uerido Oscar,

Hoy me puse a escribirte estas líneas después de 15 años de que no estás


más a mi lado. Sabés que vos estas en el más allá y yo aquí en la tierra, pero
no olvido los momentos tan lindos que hemos compartido en los 42 años
que estuvimos juntos.

Extraño tus palabras de amor, me las decías siempre con tu sonrisa a flor
r
r
Amor de viejos
ecién me separo de ti, amor mío, tomando un café,
las manos unidas con una sonrisa
tus ojos brillaban cuando las miradas se entrelazaron
en una maraña de suave ternura.

En total silencio nos dijimos tanto,


de tus labios gruesos y carnosos. Extraño tus abrazos y tus besos, siempre la piel de tus manos pegada a las mías,
alegre. removieron años de extraña poesía.

Que buen compañero que has sido. Cuando nació tu primera hija, me Un amor de viejos, quizás cause risa,
acuerdo que en la sala de cirugía me ayudaste con el parto, recuerdo esos pero estamos vivos y somos felices.
momentos como si fuera ayer. Fuiste un buen padre para nuestras hijas,
un buen hombre, lleno de amor y alegría tanto con tu familia, como con ¡Así!, simplemente con nuestras miradas,
tus amigos. con nuestras sonrisas, el brillo en los ojos,
las manos unidas, sintiendo en la piel,
A pesar de que fue corta tu vida cosechaste muchos amigos, y junto a la vida que vibra.
ellos, conocimos muchos lugares de Argentina. También pasaste por
tantos problemas, como quedarte solo a los 19 años, de pensión en
pensión. Luego nos conocimos, nos pusimos de novios, formalizamos y Ana Mazzei
formamos esa hermosa familia que nos ha dado mucha felicidad.  

Tu allá, yo aquí, no sé dónde estás, pero sé que no me abandonaste nunca.


A pesar de los años en las noches te sigo soñando, sé que en un rinconcito
me seguís acompañando.

Oscar, hasta algún día. Nos encontraremos allá en el cielo o aquí en la


tierra.

Hasta siempre, amor.

Laris (Tety) Pirra


recetas
i
i



Receta para entusiasmarse un día de lluvia
ngredientes:

• Llevar a cabo un proceso de auto-convencimiento: ¡Será un día


maravilloso!
Aceptar que es un día como cualquier otro y repetir varias veces en
voz alta: “qué lindo, debo ir a trabajar, qué lindo, debo ir a trabajar”.
Pensar: “¡ojalá me salpique un auto y por las calles corra mucha agua!”
Botas de agua, paraguas, campera y pantalón de colores claros,
i
i
ngredientes:
Receta para sobrellevar el desamor

1 millón de lágrimas no derramadas.


Un puñado de buenos momentos compartidos (sin son más de 5 o 6,
mejor).
Muchas miradas furtivas, tratando de encontrar en ese desconocido que
tenemos enfrente, al muchacho del que nos enamoramos.
Montones de tardes en la cocina, tomando mate, haciendo que los
recordar: al mal tiempo, ropa adecuada, toalla de mano y bolsa compartimos.
plástica. Silencios eternos.
Sutiles palabras que deberían ser cariñosas, cargadas de ironías.
Preparación: Un chorrito de sonrisas fingidas.
Una pizca de ternura que aún queda por allí, herrumbrada.
• Al abrir los ojos y sentir la lluvia, repetirse “gracias, gracias por este
diluvio” para tomar con mucho entusiasmo el salir a trabajar. ¡Cuando Preparación:
es tan lindo seguir en la cama!
• Colocarse las botas de agua y ropa que haga juego con el día: bien Poner todos los ingredientes en un rincón del corazón y mezclar despacio,
clara. despacito, con mucha paciencia hasta sentir un vacío interior enorme y
• Mientras desayuna, mire por la ventana cómo caen las gotas y disfrute sabor agridulce en la boca que te acompañe casi permanentemente. Allí
cada una de ellas, y diga “aunque es un día lluvioso será un día sabrás que la preparación fue un éxito.
maravilloso”.
• Colocar en la bolsa las cosas para llevar, abrir el paraguas y salir con
la esperanza de tener que saltar charcos de agua y que al paraguas se Elena Frey
lo lleve el viento.  
• Recordar cada barquito de papel que hacia correr por las calles
cuando era niñe. Disfrutar si alguna o algunas gotas mojan su cara y
su ropa, y si es con barro, mejor.
• La toalla utilícela para limpiarse antes de presentarse a su jefe.

Gladys Martínez
i
i
Receta para cocinar una torta de amor propio
ngredientes:

Masa:
• 500gr de errores,
• 800gr de aciertos,
• 1 chorrito de esencia de aceptación de ambos,
• 1 espejo, preferentemente de quien realiza la receta.
i
i
ngredientes:




Receta para una buena siesta

250gr de buena disposición,


100cc de pereza embebida en gin,
8 a 10 gotas de esencias de lirios.

Esta receta te saldrá muy bien si la preparas luego de un regio almuerzo


que hayas compartido con gente bonita.
Relleno:
• Todas las virtudes que poseemos, Preparación:
• Todas las metas logradas,
• Las partes bellas de nuestro cuerpo, Batir la buena disposición con la pereza hasta punto somnoliento, esparcir
• La capacidad de superarnos, por encima la esencia y vuelve a mezclar, ahora cierra las cortinas de tu
• Una cucharada de amor a la vida. habitación y pon la mezcla a macerar en un lugar tibio, recuéstate en la
cama, cierra los ojos y duerme la mejor siesta de tu vida.
Preparación:

Mezclamos los 500 gr de errores con los 800 gr de aciertos, luego Sara Monier
añadimos el chorrito de aceptación formando una masa blanda, suave,  
si es posible con la forma de nuestro cuerpo. Para esto incorporaremos
el espejo que refleja nuestra imagen, debiendo mirarnos siempre con una
actitud de agrado.

El relleno es muy importante en esta torta, pero simple: vamos uniendo


nuestras virtudes, incorporando de a una, todas las metas logradas,
luego añadimos las partes bellas de nuestro cuerpo y la capacidad para
superarnos mezclando los ingredientes con una cucharada de amor a la
vida. Esta unión tiene que ser realizada con ternura, respeto y admiración
a nuestra propia persona.

El horno para cocinarla es nuestro interior, el tiempo que sea necesario,


para obtener un resultado óptimo, debiendo lograr que este relleno cada
vez tenga mayor tamaño.

Así surge la torta rellena de amor propio.

Ana Mazzei
i
i
ngredientes:





Receta para no dejar de soñar

150gr de mente abierta,


225gr de pensamientos positivos,
400gr de amor propio (cernido),
50cc de esencia de rosas.

Preparación:

Siéntate en tu lugar preferido, pon a cernir bien el amor propio, que


no queden grumos de culpas, ni errores. Procura que quede limpio de
porquería. Agrega los pensamientos positivos y sigue batiendo, incorpora
de a poco la mente abierta a las intimas sensaciones, ahora por la esencia
que hayas elegid, haz que el aroma se esparza, se eleve, pon todo junto
en el molde de tu corazón y mientras se cocina piensa, sueña. Eres mujer
valiosa que puedes lograr lo que te propongas.

Pasados 10 minutos cuando sientas que tu corazón bulle, huele, respira


hondo, baila, en fin, ¡sueña!

Sara Monier

nombres
a
a
na
Andando la vida yo quiero vivir
Ana

Nadando entre flores quisiera soñar


Aunque algunas veces me pongo a llorar.

Filomena
Conflictiva relación de mi abuela paterna con la familia de prejuicio para
mí, obviamente ya superado pero el nombre quedó enredado.
e
e
Elena
lena me suena fuerte, atronador, cual un rayo que cae en una noche de
tormenta y las tormentas me atemorizan, me dan la sensación de soledad
y desamparo. Este contraste de sentimientos me produce una gran batalla
interior que me lleva a la lucha permanente, a querer recuperarme. Bendita
aquella “Helena” troyana que desató una guerra por amor y me legó su
nombre.

m
Elena Frey
Mira
Mi apodo, no sé porque me lo pusieron, en la familia me siguen llamando
así, lo llevo desde que tengo uso de razón, también me siento identificada
con él, pero hoy estoy más cerca de Ana porque tengo más seguridad en
mí misma y algunas respuestas que antes no tenía. Mira representa más la Sara
infancia y a la adolescencia, es como preguntarme.
m i nombre: Sara Yolanda. Es de origen hebreo. Hebreos, luchadores,
caminantes, me identifico con eso, con la perseverancia y la paciencia en
Ana Mazzei la tempestad, en el sentido de tribu, de mantener la unión a pesar de las
  diferencias me gusta mi nombre, soy yo, no me podría haber llamado de
otra manera.

Sara Monier


l
l
Laris
aris proviene del alemán. Mi papá tenía un compañero de trabajo que le
iba a poner este nombre a su hija cuando naciera, pero fue varón, así que
se lo dio y me lo pusieron a mí.

Catalina, mi segundo nombre, es porque se usaba ponerles a las nietas el


nombre de las abuelas.

Nadie me conoce por mis nombres, todos me llaman por mi apodo


“Tety”. A Tety me lo puso la partera, porque era la marca de un talco con
la cara de una beba.

Laris (Tety) Pirra

violencias
e
e
¿Destino marcado?
n un barrio con casas iguales y pintadas de colores llamativos convivían
todas las realidades: el vecino laburante que debía caminar varias cuadras
para tomarse el colectivo y llegar a su trabajo, los jóvenes que todos los
días podían ir a estudiar o aquellos que el robo conocían como su única
forma de vida, los que la droga y la indiferencia arrastró a su mundo sin
dejarlos escapar y aquel que la vendía a la vista de todos y en el silencio
de muchos más.
Ahora, en su nueva vida, es Ivonne, con clientes de saco y corbata. Ivonne
con un departamento amplio y lujoso, con ventanales al mar donde
observa como cada ola al golpear la costa, que representa su vida. Sólo
ella sabe que es Ivonne. En el edificio es la señorita del quinto piso, hija
de un empresario, la que sale a pasear su perro mostrando en su rostro
siempre una dulce sonrisa, aunque en su corazón anide la tristeza.

Pero, en la universidad al fin puede ser Karen Gómez Arrieta: la futura


arquitecta con la esperanza de cumplir su otro sueño: formar una familia.

Como parte de estos escenarios se encuentra Karen, de tez morena, con


rostro y voz angelical, con bellos ojos que a veces pierden su brillo natural, Gladys Martínez
con un padre del que poco sabe y con sueños que día a día desea cumplir:
Estudiar y formar una familia. Pero ella es la segunda de cinco hermanos
a los que debe cuidar y por los que tiene que faltar a la escuela cuando su
madre va a trabajar.

Entre tantos días perdidos, su primaria a duras penas pudo terminar y en


el secundario logró llegar hasta tercer año, hasta que, luego de repetir dos
veces, con lágrimas en sus ojos debió escuchar que la tenían que cambiar
de turno por su edad y por los comentarios de haber sido abusada.

A su desesperanzadora realidad, se le suma el pesar de sus hermanos


que, por no conocer la contención de una familia, tomaron un camino
equivocado. Sin embargo, como un salvavidas, llegó Pablo a su vida. En él
depositó la confianza para cumplir sus sueños sin saber que de la noche a
la mañana el cambiaría y la llevaría a preguntarse ¿será que no me quiere
más?, ¿será que le aconsejaron alejarse de mí?, ¿la realidad de mi entorno
le habrá pesado más?

Entre sus lágrimas resonaban palabras de consuelo: “estudia, sos capaz,


ya conocerás a otro que te quiera”. Lo que quizás muchos no sabían era
que en sus llantos estaba el dolor, al parecer, de un destino marcado.

Pasó el tiempo y un día conoció a una persona con la cual se sentía


contenida, pero quien le propuso comenzar su carrera: sexo por dinero.
Trabajadora sexual, prostituta, puta o como quieran llamarla, para Karen
era tapar la angustia con ropa y pinturas, saborear aquellos platos que sólo
en la televisión veía con una señora elegante, y que parecían tan lejanos
para ella.
s
s amantha está feliz, se maquilla frente al espejo, es su primera salida después
de muchos, muchos años. Hoy tiene la libertad de encontrarse con otras
chicas, amigas de su infancia, de las cuales estuvo tanto tiempo alejada.

Se siente tan feliz que dejará que sus amigos se den el placer de elegir a
dónde ir. Ella solo quiere salir, caminar por la calle, mirar al cielo, tomar
un café. Sentirse libre. Abre el perfume que hoy le regaló su hermana, se
pone en los puños, moja la punta de los dedos, los lleva tras sus orejas y
o que no sirve en la cama. Sabe que será difícil, pero está dispuesta a decir:
¡yo puedo!


Sara Monier

al expandirse la fragancia inhala, cierra los ojos. Cuando los abre ve otra
imagen en el espejo.

La Samantha que fue hasta solo una semana atrás, cuando dejó por fin
su pareja, el hombre que ella había creído que sería la luz de su vida, el
mismo que, a menos de un año de vivir juntos empezó a cambiar, primero
de forma sutil: “esa pollerita no te queda bien” o “has engordado, ese
pantalón te ajusta”, o “las mujeres que salen a la calle pintadas están
buscando que los hombres les digan cosas”.

Cuando nació su hijo, ella estaba tan feliz. Samantha pensó: “ahora las
cosas cambiarán”. Y así fue por un tiempo, en cuanto el niño empezó
a gatear y a demandar tiempo volvió el mal humor y un día que el niño
estuvo molesto por los dientitos y no logró hacer el almuerzo a tiempo,
vino el primer golpe y las marcas.

La humillación que sentía la hizo alejarse de toda la gente que la amaba


siempre pensando que su obligación era mantener a la familia unida.

Es que después de los golpes y los gritos él se volvía tan romántico,


cariñoso, le traía flores, era galante. Y ella volvía a poner todas sus fichas a
que seguiría siempre así, quería comprenderlo por ella y por su hijo, el cual,
cuando lo llevaban al parque se sentía feliz, libre de correr y (Samantha no
lo sabía) por lo menos allí no escuchaba gritar a su papá. Después, todo
seguía igual, siempre pendiente de evitar cualquier cosa que lo molestara.

Una vecina, un día junto con un pastel, le trajo un número de teléfono


para pedir ayuda, una tarde después de un maltrato se decidió, pidió ayuda
y el engranaje de personas buenas la sacó de ese horror.

Ahora está en casa de sus padres, otra vez vuelve a la realidad, se ve joven,
bonita, no volverá a permitir que le diga nadie que es inútil, que está gorda
n
n
o quiero que me grites cuando estés molesto
ni la sonrisa burlona que hiere mi intelecto
no quiero que me mandes, pues yo amo no tengo
y que aceptes un “no” cuando así lo expreso.

No quiero que pretendas doblegar mis deseos


ni hacerme parecer tan solo una muñeca
que llora o que habla cuando tú la manejas.

No quiero, porque no quiero,


y hasta aquí llegó el cuento
de darte explicaciones cansada ya me siento.

Soy libre, soy paloma, soy aire, soy el viento


soy persona y soy mujer, y ya no te deseo
no soy Caperucita, ni tú el lobo fiero.

Soy la que tiene el mando de todo lo que quiero


y de ti, solo queda una mancha en el tiempo.

Ana Mazzei

menstruacion
c
c
Menstruación
uando me vino mi menstruación, allá por los años 50, tenía 15 años. Voy
al baño, me encuentro con las bombachas con sangre, le pregunto a mi
mamá y ella me dice que esperara un rato.

Salió con unas toallas de tela con ojal y me dijo: “primero lávate en el
baño bien la cola y luego te colocas estas toallas”.

Tenían un ojal en cada punta que sostenían una cinta atada a la cintura y
h
h
Primera vez
ay una primera vez para todo: aprender a caminar, a ir al baño, andar en
bicicleta, etcétera, etcétera. También para la menstruación, cosa incomoda
si las hay. Mi primera menstruación fue a los 14 años, hace casi 60 años
atrás, en un pueblo, Traslasierras, regido por la acción católica, donde
estos temas no se hablaban.

Fui al baño y me encontré una mancha en la bombacha, ¡qué horror!


Cuando se lo dije a mi madre, fue con mucha vergüenza, ella muy seria
ahí me dijo: “ya sos señorita, cuídate de tus hermanos porque esto te va a me entregó unas toallas blancas y dos alfileres y me dijo “eso te va a pasar
venir todos los meses”. todos los meses, es normal, ¡no llores!”

Yo era grande, pero seguí sin entender. Qué distinto es lo de ahora, la Además de la incomodidad de esas toallas para llevarlas “allí”, lo otro
preparación de los niños, el diálogo de madre e hijos. era lavarlas y mantenerlas blancas. Sinceramente ser mujer es bello, pero
también difícil.
En mi casa se decía: “de eso no se habla”.

Sara Monier
Laris (Tety) Pirra  

a
a
dolescencia.
Experiencias del crecimiento

Hace poco cumplió los trece años.


Fue una época de preguntas sin respuestas,
de sueños sin concretar,
de dudas y dolor ante un mundo que no comprendía,
y unos padres que no la escuchaban;
ella insegura y temerosa
no se atrevía a preguntar.
¡Cuánta confusión!, a la molestia física se le agregó el desorden mental!

Todo lo relacionado con la menstruación, la sexualidad, era tema tabú,


prohibido hablarlo, casi diría pecaminoso y sucio.

Pasando los años comprendió que la menstruación no es una enfermedad,


sino parte del desarrollo de la mujer. Que una mujer puede o no tener
hijos puede o no tener y atender a un marido.

Que ser mujer es ser una persona libre y capaz para elegir la forma de vida
que más le satisfaga, ejerciendo su sexualidad como lo desee, sin atarse a
Desde tiempo atrás notaba que su cuerpo iba cambiando, tabúes, que solo existen en mentes retrógradas.
los pechos seguían creciendo,
le molestaba ponerse ropa ajustada
porque se notaban de una manera que a ella le parecía hasta obscena, Ana Mazzei.
los dos puntos de sus pezones.

El vello,
cual hierba mala brotaba bajo sus brazos,
brotaba en sus genitales.

Un día cualquiera se despertó mojada,


¿Qué pasa?¿oriné la cama?
se fija con cierta vergüenza y ve la sábana,
como si un mar rojo la hubiera inundado.

¿Qué es esto?
Corre desconcertada hacia su madre,
para hallar una respuesta.
“todos los meses te enfermarás unos días”, le contestó.
“te has convertido en una mujer”
“en esos días no podrás bañarte, ni lavarte la cabeza”
“debes usar unas toallitas que las cambiaras las veces que sea necesario”
Se acabó la charla.

¿Enfermedad? se pregunta la niña, pero, ¿cuál es el remedio?,


¿que me convertí en mujer?, ¿qué significa?,
¿no nací siendo mujer?, ¿qué es ser mujer?, ¿es tener hijos?
¿es atender la casa?, ¿a un marido?
t
t
enía 9 años. Aquella pequeña gota roja desató una tormenta interior. A
partir de ese momento nada fue igual.

La nona, con quien vivía en ese momento, decretó que yo ya era mujer.
¡Adiós infancia!

Elena Frey

vida cotidiana
e
e
Entre mate y mate: la vida sí pasa
n el extremo de esta mesa, casi todas las tardes, dos hombres tomaban
mate, picando hojas de tabaco que ellos habían cosechado, recordando y
relatando el trascurrir de sus vidas.

Y, entre mi ir y venir por este espacio, apenas solía prestar atención:

- ¿Te acuerdas, Juan, cuando estábamos en el campo?, ¿y cuando fuimos


a pescar?, ¿y cuando mis padres…?
d
d
Registro semanal
omingo: dijo sí, simplemente, y esa sílaba cambio mis días.

Lunes: el sol parece más brillante y la profunda herida que tiene casi tres
años comenzó lentamente a cicatrizar. No me quiero ilusionar demasiado.

Martes: el día era chato y gris, llegó la Me y dijo: estoy haciendo lo que
quiero hacer, en el lugar que quiero y con la persona que quiero: ¡gracias
hermosa!

Y en mi memoria solo quedan los ¿“te acuerdas”? Miércoles: es indignante ver como gente con algún nivel de poder, se
dedica a arruinarnos la vida, sin razón, porque sí, ¿cómo se combaten?
- ¿Te acuerdas, Simón, cuando perdimos la cosecha y tuvimos que… ?,
¿cuándo nació mi hija y…? Viernes: Aunque no se pueda creer todavía chicos muy jóvenes que
apuestan al casamiento civil, como base de la familia para mejorar la
Y así, tantas preguntas sin escuchar su final y así tantas carcajadas sin sociedad.
saber el porqué.
Bravo por Mayra y Martín
Pero, entre mate y mate: “la vida sí pasa”. Ellos ya no están, dejando la
huella en mí memoria de tantos “¿te acuerdas?” ni el motivo de tantas Sábado: Se fue Nelly, una mujer única.
carcajadas.

Solo quedan de aquellos tiempos pasados la añoranza y la nostalgia Elena Frey 


por creer equivocadamente que la vida me daría o nos daría el tiempo
suficiente de poder un día prestar atención y solo regalar una parte del
mío a anécdotas, cuentos, caminos andados, sueños cumplidos, fracasos
compartidos y risas, de dos hombres que se reunían casi todas las tardes
a matear.

Simón: era mi padre. Juan: aquel tío inolvidable.

Gladys Martínez

n
n
Elena y las simetrías
o puedo evitar que estén presentes las simetrías en mi vida cotidiana,
las sábanas perfectamente dobladas y planchadas,
la ropa de invierno en la izquierda del ropero,
la de verano, a la derecha,
los pulóveres ordenados por color y textura,
igual a los pantalones.

Las toallas pequeñas con las pequeñas,


¡
Muu!, ¡muuu!, un hato de vacunos va cruzando las altas cumbres. Está
anocheciendo, menos mal que es verano, pero aun así hace mucho frío.
Pero qué va a hacer, así es el trabajo del arriero, debe llevar esos animales
y entregarlos a tiempo para ser transportados a Buenos Aires en tren en
la estación de Villa Dolores.

Ya oscureció, deben juntar el ganado para pasar la noche bajo las estrellas
y allí nomás hacen la ranchada. Hacen un fueguito y ponen la pava para
cebar unos mates, desensillan las mulas, sacan un poco de pan y carne fría.

los toallones con los toallones, Después calentarán el cuerpo y el alma con unos sabrosos mates, y
las cucharas y cuchillos a la derecha, mientras conversan sobre lo que fue el día, sobre la familia que han dejado
los tenedores a la izquierda. hace ya tres días, el mate se desliza amargo y tibio tejiendo entre estos
sacrificados hombres una hermandad que llevarán en sus retinas y en sus
Veinticuatro copas iguales, corazones por siempre.
no se puede poner diferente, rompe la armonía,
y así tantas cosas que me condicionan en un sinsentido constante. Y cuando vuelvan a sus pueblos y a través de los años, cada vez que se
junten alrededor de una mesa o un fueguito, habrá una ronda de mates y
Una pérdida de tiempo día tras día. de anécdotas y hasta tal vez también un rasguido de guitarras.
¿Para qué?, ¿por qué?
no sé la respuesta.
Tengo 60 años y sigo igual estructurada y temerosa de meterme en zonas Sara Monier
que me saquen de mi aparente seguridad.  

Elena Frey

u
u
na de estas mañanas, al levantarme temprano como todos los días, me
encuentro en el espejo del baño. Me miro. Miro atentamente la cara, veo
los ojos color gris oscuro de mi mamá y la nariz de mi padre.

Pienso cómo ha pasado el tiempo, mi cara lo dice: muchas arrugas. Pienso


y me digo: “ya no sos la niña a la que la mamá despierta bien temprano
para ir a la escuela, la que pasa por la cocina, toma el café con leche
calentito y el pan con manteca Sancor. La que se pone el guardapolvo
u
u
El Trompo y el pasa ñoquis
n lunes, en nuestro encuentro en la biblioteca, trajeron una caja. Una caja
de pandora, la abrí y saqué dos objetos que me llevaron a viejos recuerdos.

Un trompo

Recordé que, con mis hermanos pequeños, nos sentábamos en el piso


blanco con un moño azul en el cuello, las zapatillas blancas y las medias y pasábamos horas jugando con el trompo. En el pueblo no había tanta
tres cuartos a pesar del frío o el calor”. diversión, solamente los domingos matiné de cine y a veces alguna calesita.

Me seguí mirando en el espejo. El pasa ñoquis

Recordé el espejo en la puerta del ropero antiguo de mi dormitorio de Cuando era pequeña en mi casa los días domingos se comía la pasta
infancia. El espejo donde me miraba cuando mi mamá me hacía un amasada por la “nona”. Ella me decía: “vení, yo corto las bolitas y vos
vestido para salir a dar una vuelta por el pueblo en las tardes de los fines las pasas por el tenedor para que queden ralladas”. Ella era de Italia, nos
de semana. hablaba en italiano, pero igual entendíamos lo que quería decir.

Cuántos recuerdos. No los quiero olvidar. Fue mi infancia y mi juventud. Fueron épocas muy lindas de mi infancia, ahora recuerdos.

Me seguí mirando en el espejo. No los olvido.

Laris (Tety) Pirra Laris (Tety) Pirra



lo que recuerda mi piel
r
r
esistente y flexible a la vez:

Resistente a cada invierno de la vida, con cicatrices que marcan las


lágrimas y el dolor.

Flexible a cada primavera de la vida, con líneas en mi rostro que marcan


la dicha y alegrías.
r
r
Hoy voy a recordar mi piel
ecuerdo que mi piel en mis años jóvenes, era muy blanca y delicada como
“colita de bebé”. Por ser hija descendiente de inmigrantes italianos, mi
piel era muy fina y delicada. En esos años, más blanca eras, mejor te
miraban, entonces había que cuidarla.

Al salir los días de verano al patio de tu casa, tenías que usar sombrero,
Resistente a no olvidar mis travesuras de niña, con marcas que siempre remera o camisa manga larga y pollera larga con medias, porque en esos
me las recuerdan. años las mujeres no usaban pantalones porque se decía que los pantalones
eran para hombres, no para mujeres.
Resistente a olvidar las caricias de mi madre. Resistente a olvidar las
manos de mi padre, en aquella despedida. Después pasaron los años, siendo el principio de los 60, ya tenía que tener
piel oscura y empezamos a tomar el sol, pero no había protector solar,
Resistente y flexible, mi vientre, seda preciosa al albergar una vida, seda solo agua. Te ponías roja como un tomate y ampollada, no soportábamos
preciosa al acariciar su piel al nacer, seda preciosa su piel al rozarse con la ropa puesta y a la noche dormíamos sentadas. Ya empezaba a aparecer
la mía. el famoso “Sapola Ferrini” o la crema de ordeñe y también la Coca Cola,
pero igual te quedabas roja.
Resistente y flexible ante cada beso, cada caricia, cada abrazo y cada
despedida. Ahora han cambiado los años, soy una persona mayor, pero igual tengo
que cuidar mi piel porque, a través de mis años de juventud, me quedaron
secuelas. Tengo que usar muchas cremas, después del baño, al salir por las
Gladys Martínez mañanas protector solar y a la noche otras cremas.

Al final, mi piel blanca es delicada como pétalo de rosas.

Laris (Tety) Pirra



m
m
Mi piel recuerda
i piel recuerda la textura del ladrillo
cuando los apilaba en el cortadero
el calor, el frío, cuando iba a llover.

Mi piel recuerda el abrazo de mis hijas


cuando me dicen “mamá te amo”, “te quiero”,
“te extraño un montón cuando no estás”.

Mi piel recuerda cuando por primera vez


tuve en brazos a mi nieta Micaela.

Mi piel recuerda, cuando mis nietas y nietos


me dicen “abuelita te amo”.

l
María Rodríguez

¿Qué recuerda mi piel?


l
a caricia del sol en verano. Aún hoy, me sigue gustando estar tendida al sol
mucho tiempo, sin pensar en nada, solo en su tibieza.

Elena Frey

caligramas
Elena Frey  Laris (Tety) Pirra 
Ana Mazzei Laris (Tety) Pirra 
libertad
c
c
enicienta no te preocupes por tu hermanastra. Contestá y dejá de refregar.
Viví la vida, tu vida, con alegría y amor. Lucha, que la vas a pasar bien.
Espero que este consejo te sirva para encontrarte y ser feliz, y para
encontrar al amor de tu vida que te mime y te quiera, entres o no entres
en el zapatito de cristal.

Laris (Tety) Pirra


q
q
uerida Cenicienta: si tenés edad de casarte, ¿por qué te seguís quedando
con tu madrastra? Armate el bolsito y hacé el mismo trabajo en otra casa
donde te paguen y por lo menos te den el domingo libre.

¡Liberate! ¡Decidite!

Cenicienta conoció al príncipe, pero la decepcionó. Muy apuesto, pero


cerebro cero. Decidió partir a la capital del país vecino y se inscribió en la
  universidad. También se unió a un grupo que lucha contra la monarquía
en el mundo.

Elena Frey

n
n
Desafío
o podrán aquellos que quieren dañarme
borrar la sonrisa que marca mi rostro,
quitar la alegría que inunda mi alma,
dejar que me lleven por sendas perdidas,
anular mi mente, tornarla vacía.

No podrán tampoco, que olvide de amarme,


de andar el camino, lograr mi destino.

Yo los desafío, a todos reunidos,


que logren quebrarme, venciendo mis bríos,
porque estoy segura, lo doy por escrito,
que saldré triunfante, sobre tanto hastío.

Ana Mazzei

voces en primera persona


e
e s un espacio vivido, donde cada mujer cuenta su experiencia de vida, lo
que te permite no solo ver tu realidad (que tal vez creías que no había
otra) sino la de otras mujeres. Lo que me resulta más significativo, sin
menoscabar lo anterior, es recopilar datos sobre femicidios, travesticidios,
plasmar sus nombres bordados en un pañuelo y exponerlos, para que esa
cruel realidad deje de ser una noticia, por ahí de paso por los medios.
u
u
n día de luz llegué a este grupo, Juntas y Diversas, que se realiza todos
los lunes por la tarde en la biblioteca Nelly Llorens y fue algo hermoso.
Me encontré con un montón de mujeres de distintas edades, distintos
grados de cultura y clase social y distinta educación familiar, pero con algo
en común: somos MUJERES con los mismos miedos, con las mismas
frustraciones, pero también con las mismas ganas de hacerle frente a la
adversidad y estar juntas y charlar. Compartir experiencias nos hace crecer
y estar felices.
Gladys Martínez
Bordamos pañuelos sobre femicidios, travesticidios, crímenes de odio,
para hacer visible esto que hoy se está tornando natural. Tenemos un club
de lectoras, donde nos reunimos una vez por mes y que es tan lindo y del
cual salimos enriquecidas.

Deberían existir más lugares como este, para hacerles saber a nuestras
hermanas que no están solas, que juntarse y hablar las hace VISIBLES e
INVENCIBLES.

Sara Monier
t
t
ener un espacio pensado para y por mujeres te da la posibilidad de tratar
temas como violencia familiar, soledad, discriminación frente a los adultos
mayores y ser escuchada y contenida por tus pares, pero también genera
una corriente de creatividad y apertura de pensamiento, que resulta muy
productiva. El hecho de haber contribuido a editar un libro y tener en
marcha otro, moviliza y nos llena de expectativas porque aun siendo tan
diversas nos reúne para alcanzar un objetivo impensable hasta no hace
mucho.
e
e
s muy muy bueno el espacio creado dentro de la biblio porque no es
solo un espacio de mujeres, que bordamos pañuelos para “no olvidar”: lo
hacemos acompañadas de mates y lecturas de muy lindos libros, elegidos
siempre de excelentes escritoras, los analizamos entre todas y aportamos
nuestra mirada y comprensión. También es un buen espacio en lo personal
ya que cada una de las integrantes escribimos sobre un tema de trabajo
semanal. Este espacio nos fortalece, nos enseña y nos mimamos mucho
Los lunes a la biblioteca es con ganas que vamos todas a encontrarnos.
Así lo veo yo.

Elena Frey
Tety Pirra
l
l
a importancia del grupo de mujeres se centra en la horizontalidad de los
vínculos. Si bien Marian y Laura coordinan y proponen las actividades, les
integrantes del grupo llevamos también temas y propuestas.

Los lunes en la biblioteca se respira calma, complicidad, amor verdadero.


No hay clasificaciones, solo somos mujeres, el grupo Juntas y diversas.
e
e s importante un espacio pensado para mujeres, porque muchas veces las
mujeres somos cerradas en hablar sobre algún tema. Puedo contar mi
experiencia, de la que no hablaba con nadie porque tenía miedo al “qué
dirán” de lo que yo pensaba, hasta que fui invitada al espacio Juntas y
Diversas de la Biblioteca Nelly Llorens y me animé a abrirme y decir lo
que pienso, lo que siento. Somos varias mujeres de distintas edades, de
pensamientos diferentes QUE NOS ESCUCHAMOS MUTUAMENTE.
Leemos, bordamos nos contamos algunas cosas, intercambiamos saberes
y emociones.
María Rodríguez
Nos escribimos cartas, cartas de papel, cartas de amigas, cartas privadas
donde nos acompañamos. Sabemos de nuestras vidas, nos contamos
detalles, penas, dificultades, alegrías y proyectos. Nos alentamos y nos
abrigamos. Las cartas son eso, un detalle mediante el cual cuidamos de
nosotras, con las mejores intenciones.

Claudia Abichain

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