Cultura
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Excelencia en el gusto por las bellas artes y las humanidades, también conocida
como alta cultura.
Los conjuntos de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social,
incluidos los medios materiales que usan sus miembros para comunicarse entre sí y
resolver necesidades de todo tipo.
Índice
1 Naturaleza y cultura
2 Formación del concepto de cultura
2.1 Etimología
2.2 Concepción clásica de la cultura
2.3 Cultura y civilización
3 Definiciones de cultura en las disciplinas sociales
3.1 Definiciones descriptivas de cultura
3.1.1 Definición de Tylor
3.1.2 Definición de los culturalistas
3.1.3 Definición funcionalista-estructural
3.2 Definiciones simbólicas
3.3 Definición estructuralista
3.4 Definición de la antropología simbólica
3.5 Definiciones marxistas
3.6 Definición neoevolucionista o ecofuncionalista
3.6.1 White y Steward
3.6.2 Marvin Harris y el materialismo cultural
3.6.3 Evolución cultural
3.7 Definición de cultura en la Iglesia católica
4 El concepto científico de cultura
5 Industria cultural
6 Socialización de la cultura
6.1 Clasificación
6.2 Elementos de la cultura
6.3 Cambios culturales
7 Historia del arte cultural
8 Relación entre cultura y lingüística
9 Véase también
9.1 Teorías sobre la cultura
9.2 Otras cuestiones culturales
10 Notas
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Naturaleza y cultura
Una primera distinción en el conocimiento científico es la que se establece entre
naturaleza y cultura. Esa distinción significa que el mundo de la naturaleza es el
que no ha sido creado por el hombre, al menos en sus orígenes; mientras que la
cultura es el mundo creado por los seres humanos, tal como se explica extensamente
en el magnífico libro The Man-Made World (4).
Cuando el término cultura surgió en Europa, entre los siglos XVIII y XIX, se
refería a un proceso de tecnología o mejora, como en la agricultura u horticultura.
En el siglo XIX, pasó primero a referirse al mejoramiento o refinamiento de lo
individual, especialmente a través de la educación, y luego al logro de las
aspiraciones o ideales nacionales. A mediados del siglo XIX, algunos científicos
utilizaron el término «cultura» para referirse a la capacidad humana universal.
Para el antipositivista y sociólogo alemán Georg Simmel, la cultura se refería a
«la cultivación de los individuos a través de la injerencia de formas externas que
han sido objetificadas en el transcurso de la historia».5
El Siglo de las Luces (siglo XVIII) es la época en que el sentido figurado del
término como “cultivo del espíritu” se impone en amplios campos académicos. Por
ejemplo, el Dictionnaire de l'Académie Française de 1718. Y aunque la Enciclopedia
lo incluye solo en su sentido restringido de cultivo de tierras, no desconoce el
sentido figurado, que aparece en los artículos dedicados a la literatura, la
pintura, la filosofía y las ciencias. Con el paso del tiempo, como cultura se
entenderá la formación de la mente. Es decir, se convierte nuevamente en una
palabra que designa un estado, aunque en esta ocasión es el estado de la mente
humana, y no el estado de las parcelas.
Voltaire, uno de los pocos pensadores franceses del siglo XVIII que se mostraban
partidarios de una concepción relativista de la historia humana.
La clásica oposición entre cultura y naturaleza también tiene sus raíces en esta
época. En 1798, el Dictionnaire incluye una acepción de cultura en que se
estigmatiza el “espíritu natural”. Para muchos de los pensadores de la época, como
Jean Jacques Rousseau, la cultura es un fenómeno distintivo de los seres humanos,
que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales. La cultura es
el conjunto de los conocimientos y saberes acumulados por la humanidad a lo largo
de sus milenios de historia. En tanto una característica universal (el vocablo), se
emplea en número singular, puesto que se encuentra en todas las sociedades sin
distinción de etnias, ubicación geográfica o momento histórico.
Cultura y civilización
También es en el contexto de la Ilustración cuando surge otra de las clásicas
oposiciones en que se involucra a la cultura, esta vez, como sinónimo de la
civilización. Esta palabra aparece por primera vez en la lengua francesa del siglo
XVIII, y con ella se significaba la refinación de las costumbres. Civilización es
un término relacionado con la idea de progreso. Según esto, la civilización es un
estado de la Humanidad en el cual la ignorancia ha sido abatida y las costumbres y
relaciones sociales se hallan en su más elevada expresión. La civilización no es un
proceso terminado, es constante, e implica el perfeccionamiento progresivo de las
leyes, las formas de gobierno, el conocimiento. Como la cultura, también es un
proceso universal que incluye a todos los pueblos, incluso a los más atrasados en
la línea de la evolución social. Desde luego, los parámetros con los que se medía
si una sociedad era más civilizada o más salvaje eran los de su propia sociedad. En
los albores del siglo XIX, ambos términos, cultura y civilización eran empleados
casi de modo indistinto, sobre todo en francés e inglés (Thompson, 2002: 186).
Johann Gottfried Herder. Según él, la cultura podía entenderse como la realización
del genio nacional (Volksgeist).
Es necesario señalar que no todos los intelectuales franceses emplearon el término.
Rousseau y Voltaire se mostraron reticentes a esta concepción progresista de la
historia. Intentaron proponer una versión más relativista de la historia, aunque
sin éxito, pues la corriente dominante era la de los progresistas. No fue en
Francia, sino en Alemania donde las posturas relativistas ganaron mayor prestigio.
El término Kultur en sentido figurado aparece en Alemania hacia el siglo XVII -
aproximadamente con la misma connotación que en francés. Para el siglo XVIII goza
de gran prestigio entre los pensadores burgueses alemanes. Esto se debió a que fue
empleado para denostar a los aristócratas, a los que acusaban de tratar de imitar
las maneras “civilizadas” de la corte francesa. Por ejemplo, Immanuel Kant apuntaba
que “nos cultivamos por medio del arte y de la ciencia, nos civilizamos [al
adquirir] buenos modales y refinamientos sociales” (Thompson, 2002: 187). Por lo
tanto, en Alemania el término civilización fue equiparado con los valores
cortesanos, calificados de superficiales y pretenciosos. En sentido contrario, la
cultura se identificó con los valores profundos y originales de la burguesía
(Cuche, 1999:13).
Uno de los más importantes etnógrafos de la época fue Gustav Klemm. En los diez
tomos de su obra Allgemeine Kulturgeschichte der Menschheit (1843-1852)16 intentó
mostrar el desarrollo gradual de la humanidad por medio del análisis de la
tecnología, costumbres, arte, herramientas, prácticas religiosas. Una obra
monumental, pues incluía ejemplos etnográficos de pueblos de todo el mundo. El
trabajo de Klemm habría de tener eco en sus contemporáneos, empeñados en definir el
campo de una disciplina científica que estaba naciendo. Unos veinte años más tarde,
en 1871, Edward B. Tylor publicó en Primitive Culture una de las definiciones más
ampliamente aceptadas de cultura. Según Tylor, la cultura es:
Una mujer hopi arregla el peinado de una joven soltera de su tribu. Los
antropólogos estadounidenses de la primera mitad del siglo XX estaban muy
interesados en la documentación etnográfica de los pueblos indios, algunos de los
cuales estaban en proceso de extinción.
La propuesta teórica de Tylor fue retomada y reelaborada posteriormente, tanto en
Gran Bretaña como en Estados Unidos. En este último país, la antropología
evolucionaba hacia una posición relativista, representada en primera instancia por
Franz Boas. Esta posición representaba un rompimiento con las ideas anteriores
sobre la evolución cultural, en especial las propuestas por los autores británicos
y el estadounidense Lewis Henry Morgan. Para este último, contra quien Boas dirigió
sus críticas en uno de sus pocos textos teóricos, el proceso de la evolución social
humana (tecnología, relaciones sociales y cultura) podía ser equiparado con el
proceso de crecimiento de un individuo de la especie. Por lo tanto, Morgan
comparaba el salvajismo con la “infancia de la especie humana”, y la civilización,
con la madurez.18 Boas fue sumamente duro con las propuestas de Morgan y el resto
de los antropólogos evolucionistas contemporáneos. A lo que sus autores llamaban
“teorías” sobre la evolución de la sociedad, Boas las calificó de “puras
conjeturas” sobre el ordenamiento histórico de “fenómenos observados conforme a
principios admitidos [de antemano]” (1964:184).
Los antropólogos formados por Robin Reid hubieron de heredar muchas de las premisas
de su maestro. Entre otros casos notables, están el de Ruth Benedict. En su obra
Patterns of culture (1939), Benedict señala que cada cultura es un todo
comprensible solo en sus propios términos20 y constituye una suerte de matriz que
da sentido a la actuación de los individuos en una sociedad. Alfred Kroeber,
retomando la oposición entre cultura y naturaleza, también señalaba que las
culturas son fenómenos sui generis pero, en sentido estricto, eran de una categoría
exterior a la naturaleza. Por lo tanto, según Kroeber, el estudio de las culturas
debía salirse del dominio de las ciencias naturales y encarar a las primeras como
lo que eran: fenómenos superorgánicos.21 Melville Herskovits y Clyde Kluckhohn
retomaron de Tylor su definición cientificista del estudio de la cultura. Para el
primero, también la recolección de rasgos definitorios de las culturas permitiría
su clasificación. Aunque, en este caso, la clasificación no se realizaba en sentido
diacrónico, sino espacial-geográfico que habría de permitir el conocimiento de las
relaciones entre los diferentes pueblos asentados en un área cultural. Kluckhonn,
por su parte, resume en su texto Antropología la mayor parte de los postulados
vistos en esta sección, y reclama el dominio de lo cultural como el campo
específico de la actividad antropológica.
Por su parte Javier Rosendo describe la cultura como el conjunto de rasgos que
caracterizan a una región o grupo de personas, con respecto al resto, que puede ir
cambiando de acuerdo a la época en la cual se vive. Estos rasgos pueden abarcar la
danza, tradiciones, arte, vestuario y religión.
Definición funcionalista-estructural
La característica más peculiar del concepto funcionalista de cultura se refiere
precisamente a la función social de la misma. El supuesto básico es que todos los
elementos de una sociedad (entre los que la cultura es uno más) existen porque son
necesarios. Esta perspectiva ha sido desarrollada tanto en antropología como en
sociología aunque, sin duda, sus primeras características fueron delineadas
involuntariamente por Émile Durkheim. Este sociólogo francés muy pocas veces empleó
el término como unidad analítica principal de su disciplina. En su libro Las reglas
del método sociológico (1895), plantea que la sociedad está compuesta por entidades
que tienen una función específica, integradas en un sistema análogo al de los seres
vivos, donde cada órgano está especializado en el cumplimiento de una función
vital. Del mismo modo en que los órganos de un cuerpo son susceptibles a la
enfermedad, las instituciones y costumbres, las creencias y las relaciones sociales
también pueden caer en un estado de anomia. Durkheim y sus seguidores, sin embargo,
no se ocupan exclusiva ni principalmente de la cultura como objeto de estudio, sino
de hechos sociales. A pesar de ellos, sus propuestas analíticas fueron retomadas
por autores conspicuos de la antropología social británica y la sociología de la
cultura de Estados Unidos.
Definiciones simbólicas
Los orígenes de las concepciones simbólicas de cultura se remontan a Leslie White,
antropólogo estadounidense formado en la tradición culturalista de Boas. A pesar de
que en su libro La ciencia de la cultura afirma, en un principio, que esta es «el
nombre de un tipo preciso o clase de fenómenos, es decir, las cosas y los sucesos
que dependen del ejercicio de una habilidad mental, exclusiva de la especie humana,
que hemos llamado 'simbolizante'», en el transcurso de su texto, White irá
abandonando la idea de la cultura como símbolos para orientarse hacia una
perspectiva ecológica.22
Definición estructuralista
Según la teoría estructuralista, la mente humana clasifica todos los fenómenos del
mundo, estableciendo conjuntos clasificatorios a los que se adhieren cargas
semánticas (se convierten en símbolos). Por ejemplo, Héritier proponía que un par
de grupos clasificatorios universal es el que distingue varones de mujeres, basado
en las diferencias fisiológicas. Lo que cambia son las atribuciones de cada grupo:
en algunas culturas, como la occidental, la mujer se encarga de criar a los niños;
en otras, esta tarea corresponde a los varones.
El estructuralismo es una corriente más o menos extendida en las ciencias sociales.
Sus orígenes se remontan a Ferdinand de Saussure, lingüista, quien propuso grosso
modo que la lengua es un sistema de signos. Tras su conversión a la antropología
(tal como la llama en Tristes trópicos), Claude Lévi-Strauss –influido por Roman
Jakobson– habría de retomar este concepto para el estudio de los hechos de interés
antropológico, entre los que la cultura era solo uno más. De acuerdo con Lévi-
Strauss, la cultura es básicamente un sistema de signos23 producidos por la
actividad simbólica de la mente humana (tesis que comparte con White).
Al creer tal como Max Weber que el hombre es un animal suspendido en tramas de
significación tejidas por él mismo, consideró que la cultura se compone de tales
tramas, y que el análisis de ésta no es, por tanto, una ciencia experimental en
busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significado.
(Geertz, 1988:)
Bajo la premisa anterior, Geertz y la mayor parte de los antropólogos simbólicos
ponen en duda la autoridad de la etnografía. Señalan que a lo que pueden limitarse
los antropólogos es a hacer “interpretaciones plausibles” del significado de la
trama simbólica que es la cultura, a partir de la descripción densa de la mayor
cantidad de puntos de vista que sea posible conocer respecto a un mismo suceso. En
otro sentido, los simbólicos no creen que todos los elementos de la trama cultural
posean el mismo sentido para todos los miembros de una sociedad. Más bien creen que
pueden ser interpretados de modos diferentes, dependiendo, ya de la posición que
ocupen en la estructura social, ya de condicionamientos sociales y psíquicos
anteriores, o bien, del mismo contexto.25
Definiciones marxistas
Tal como se señaló anteriormente, Karl Marx a pesar de la opinión generalizada,
puso atención en el análisis de las cuestiones culturales, específicamente en su
relación con el resto de la estructura social. Según la propuesta teórica de Marx,
el dominio de lo cultural (constituido sobre todo por la ideología) es un reflejo
de las relaciones sociales de producción, es decir, de la organización que adoptan
los seres humanos frente a la actividad económica. La gran aportación del marxismo
en el análisis de la cultura es que esta es entendida como el producto de las
relaciones de producción, como un fenómeno que no está desligado del modo de
producción de una sociedad. Asimismo, la considera como uno de los medios por los
cuales se reproducen las relaciones sociales de producción, que permiten la
permanencia en el tiempo de las condiciones de desigualdad entre las clases.
Así mismo, Michel Foucault –en el conocido debate de noviembre de 1971 en Holanda
con Noam Chomsky– respondiendo la pregunta de que si la sociedad capitalista era
democrática, además de contestar negativamente –argumentando que una sociedad
democrática se basa en el efectivo ejercicio del poder por una población que no
esté dividida u ordenada jerárquicamente en clases– sostiene que, de manera
general, todos los sistemas de enseñanza –los cuales aparecen simplemente como
transmisores de conocimientos aparentemente neutrales–, están hechos para mantener
a cierta clase social en el poder, y excluir de los instrumentos de poder a otras
clases sociales.
Plataforma petrolera en el mar del Norte. White proponía que la energía de que
dispusiera una sociedad es la que determina en buena medida la cultura. Occidente,
por ejemplo, ha modificado sus tecnologías para poder aprovechar diversas fuentes
energéticas a lo largo de su historia. La mayor cantidad de energía disponible ha
permitido a su vez el desarrollo de nuevas tecnologías, creencias y formas de
relaciones sociales. Sin embargo, como señalan Rappaport y Morán, es posible que la
expansión en el consumo energético produzca una desadaptación ecológica y conduzca
a la civilización Occidental a su desaparición.
Si bien el estudio de la cultura nació como una inquietud por el cambio de las
sociedades a lo largo del tiempo, el desprestigio en el que cayeron los primeros
autores de la antropología fue un terreno fértil para que arraigaran en la
reflexión sobre la cultura las concepciones ahistóricas. Salvo los marxistas,
interesados en el proceso revolucionario hacia el socialismo, el resto de las
disciplinas sociales no prestaron mayor atención al problema de la evolución
cultural.
White y Steward
Según el neoevolucionismo, la cultura es el producto de las relaciones históricas
entre un grupo humano y su medio ambiente. De esta manera se pueden resumir las
definiciones de cultura propuestas por Leslie White (1992) y Julian Steward (1992),
quienes encabezaron la corriente neoevolucionista en su nacimiento.26 El énfasis de
la nueva corriente antropológica se movió del funcionamiento de la cultura a su
carácter dinámico. Este cambio de paradigma representa una clara oposición al
funcionalismo estructuralista, interesado en el funcionamiento actual de la
sociedad; y el culturalismo, que aplazaba el análisis histórico para un momento en
que los datos etnográficos lo permitieran.
Tanto Steward como White concuerdan en que la cultura es solo uno de los ámbitos de
la vida social. Para White, la cultura no es un fenómeno que deba entenderse en sus
propios términos, como proponían los culturalistas. El aprovechamiento energético
es el motor de las transformaciones culturales: estimula la transformación de la
tecnología disponible, tendiendo siempre a mejorar. Así, la cultura está
determinada por la forma en la que el grupo humano aprovecha su entorno. Este
aprovechamiento se traduce a su vez en energía. El desarrollo de la cultura de un
grupo es proporcional la cantidad de energía que la tecnología disponible le
permite aprovechar. La tecnología determina las relaciones sociales y esencialmente
la división del trabajo como una prístina forma de organización. A su vez, la
estructura social y la división del trabajo se reflejan en el sistema de creencias
del grupo, que formula conceptos que le permiten comprender el entorno que le
rodea. Una modificación en la tecnología y la cantidad de energía aprovechada se
traduce, por tanto, en modificaciones en todo el conjunto.
Evolución cultural
Había por lo menos una gran distancia conceptual entre la propuesta de White y de
Steward. El primero se inclinaba por el estudio de la cultura como fenómeno total,
en tanto que el segundo se mantenía más proclive al relativismo. Por ello, entre
las limitaciones que tuvieron que superar sus sucesores estuvo la de concatenar
ambas posturas, para unificar la teoría de los estudios de la ecología cultural. De
esta suerte, Marshall Sahlins propuso que la evolución cultural sigue dos
direcciones. Por un lado, crea diversidad “a través de una modificación de
adaptación: las nuevas formas se diferencian de las viejas. Por otra parte, la
evolución genera progreso: las formas superiores surgen de las inferiores y las
sobrepasan”.27
Esta hipótesis fue presentada en un congreso llamado Man, the Hunter, realizado en
la Universidad de Chicago en 1966. Fuera porque la investigación se apoyaba en
premisas sobre la evolución cultural que fueron desechadas desde los tiempos de
Boas, o porque era una tesis que negaba la importancia de la mujer en la
construcción de la cultura, la tesis de Washburn, Lee y De Vore no fue bien
recibida.29
Esta definición, atiende a la característica principal de la cultura, que es una
obra estrictamente de creación humana, a diferencia de los procesos que realiza la
naturaleza, por ejemplo, el movimiento de la tierra, las estaciones del año, los
ritos de apareamiento de las especies, las mareas e incluso la conducta de las
abejas que hacen sus panales, elaboran miel, se orientan para encontrar el camino
de regreso pero, que a pesar de eso, no constituyen una cultura, pues todas las
abejas del mundo hacen exactamente lo mismo, de manera mecánica, y no pueden
cambiar nada. Exactamente lo contrario ocurren en el caso de las obras, ideas y
actos humanos, ya que estos transforman o se agregan a la naturaleza, por ejemplo,
el diseño de una casa, la receta de un dulce de miel o de chocolate, la elaboración
de un plano, la simple idea de las relaciones matemáticas, son cultura y sin la
creación humana no existirían por obra de la naturaleza.
En 1998, Jesús Mosterín publicó su libro ¡Vivan los animales!, donde explica qué es
la cultura:30
Con la palabra cultura se indica, en sentido general, todo aquello con lo que el
hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales;
procura someter el mismo orbe terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más
humana la vida social, tanto en la familia como en toda la sociedad civil, mediante
el progreso de las costumbres e instituciones; finalmente, a través del tiempo
expresa, comunica y conserva en sus obras grandes experiencias espirituales y
aspiraciones para que sirvan de provecho a muchos, e incluso a todo el género
humano.
(Constitución dogmática Gaudium et spes, 1965, n. 53)
En la definición destacan dos aspectos: el poner al individuo al centro, siendo la
cultura un producto del hombre y al servicio del hombre; y el conjugar la formación
de cada persona a través de la cultura, con la contribución específica de una
comunidad al progreso de la humanidad. Este concepto de cultura es la base para
explicar el proceso de la inculturación o inserción de la Iglesia católica en una
cultura y expresión del cristianismo en una nueva modalidad y culturalidad.
Según Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega, se trata de «un siglo
de grandes progresos [y, en algunos lugares,] crecimiento económico sin
precedentes», si bien las zonas urbanas míseras afrontaron un lúgubre panorama de
«hacinamiento y enfermedades generalizadas vinculadas a la pobreza y al ambiente
insalubre».[cita requerida]
A inicio del siglo xx, América enfrentaba importantes cambios. Los países se habían
insertado definitivamente en el sistema mundial y estaban dedicados a la producción
y exportación de materias primas como alimentos y metales y también a importar
manufacturas de los países industrializados.7
El Imperio británico (que dominaba una cuarta parte del planeta y de sus
habitantes), varios imperios europeos, el Imperio chino de la Dinastía Qing y el
Imperio otomano controlaban gran parte del mundo en los albores del siglo xx. Mucho
antes de finalizar el siglo, tales imperios habían quedado relegados a los libros
de historia. Al final del siglo, tras la disolución de la Unión Soviética, el
primer y mayor Estado socialista, Estados Unidos de América quedó como la única
superpotencia mundial.8
Índice
1 Acontecimientos
1.1 Años 1900
1.2 Años 1910
1.3 Años 1920
1.4 Años 1930
1.5 Años 1940
1.6 Años 1950
1.7 Años 1960
1.8 Años 1970
1.9 Años 1980
1.10 Años 1990
1.11 Año 2000
2 Avances tecnológicos
3 Guerras y revoluciones
3.1 Años 1900
3.2 Años 1910
3.3 Años 1920
3.4 Años 1930
3.5 Años 1940
3.6 Años 1950
3.7 Años 1960
3.8 Años 1970
3.9 Años 1980
3.10 Años 1990
4 Desastres
5 Cultura
6 Problemas ambientales
7 Personas del siglo XX
8 Empresas fundadas en el siglo XX
9 Inventos, descubrimientos, hallazgos,
10 Referencias
11 Bibliografía adicional
12 Enlaces externos
Acontecimientos
Años 1900
El siglo xx se inicia en medio de grandes adelantos dulces, entre los cuales el
automóvil ocupa un lugar destacado. En América Henry Ford adelantó una verdadera
revolución en el sistema de producción en cadena industrial que puso a prueba con
la fabricación de su Modelo T. El 17 de diciembre de 1903 los hermanos Wright se
convirtieron en los primeros en realizar un vuelo en un avión controlado, no
obstante algunos afirman que ese honor le corresponde a Alberto Santos Dumont, que
realizó su vuelo el 13 de septiembre de 1906. El avión se convertiría en uno de los
más importantes inventos no solo de este siglo sino de la historia en general. En
1905, la guerra ruso-japonesa enfrentó al Imperio del Japón con el imperio de los
zares de Rusia. El fin de la guerra dio como vencedor a Japón para la sorpresa del
mundo occidental. La nación asiática se convirtió de facto en una nueva potencia
mundial. En Rusia surge la revolución rusa de 1905, que se convertiría en la
precursora de la que sucedió en 1917 y acabó provocando la caída del imperio ruso.
El Imperio alemán o Segundo Reich comenzó a forjarse en torno a Prusia de una
manera clara desde el reinado de Federico II el Grande y se consolidó de manera
definitiva en las últimas décadas del siglo xix, gracias al impulso dado por Otto
von Bismarck. En los primeros años del siglo xx, la situación de Alemania dentro de
Europa había alcanzado una posición demasiado crucial para los intereses de las
demás potencias. Especialmente, Gran Bretaña y Francia veían amenazados muchos de
sus intereses, lo que las llevó a suscribir la llamada Entente cordiale, ya que el
desarrollo industrial y militar de Alemania se presentaba difícil de igualar por el
conjunto de las naciones europeas. Además, este ímpetu de Prusia condujo a la Casa
de Austria (Imperio austrohúngaro) a perder progresivamente su condición de
potencia continental. La Conferencia de Algeciras consigue evitar que estalle una
gran guerra entre las potencias europeas. En 1902 finaliza la segunda Guerra de los
Bóer con la victoria inglesa y con la utilización masiva de campos de concentración
por parte de estos. También ese año finaliza la Guerra filipino-estadounidense con
la victoria estadounidense, provocando la muerte del 10 % de la población filipina
de la época (se habla de genocidio filipino) y convirtiéndose en la primera guerra
de liberación nacional del siglo xx. Algunos países obtienen la independencia como
Australia (del Imperio británico, 1901), Cuba (de EE. UU., 1902), Panamá (de
Colombia, 1903), Noruega (de Suecia, 1905) y Bulgaria (del Imperio Otomano, 1908).
En 1905 el científico alemán Albert Einstein formula la Teoría de la relatividad,
una de las más famosas de la historia.
El Asesinato de John F. Kennedy, uno de los eventos que más marcó en Estados
Unidos.
.En los años 1960 se asiste a los momentos de mayor conflicto político entre los
bloques formados por Estados Unidos y la Unión Soviética, en la llamada Guerra
Fría, que surgió al término de la Segunda Guerra Mundial. Momentos de enorme
tensión se produjeron a partir del derribo del avión espía norteamericano “U2”
sobre territorio soviético, y durante la conocida como "Crisis de los misiles de
1962", que los analistas consideran puso al mundo al borde del inicio de una
tercera guerra mundial. Dicho conflicto demostró que los intentos de Estados Unidos
por detener el avance del comunismo no estaban siendo fructíferos, y además
conllevó posteriormente al "tratado de convivencia pacífica" entre las dos
potencias mundiales.Este comienzo de la década es representativo de un período que
estaría caracterizado por las confrontaciones internacionales y las protestas de
una ciudadanía cada vez más crítica con las acciones de sus gobernantes y la
situación que se dibujaba en el mundo tras la recuperación económica de la
posguerra: movimientos de protesta contra la guerra de Vietnam; contra la invasión
de las tropas soviéticas en Checoslovaquía, en la Primavera de Praga; en Mayo del
68 contra el orden establecido, durante las revueltas estudiantiles y sindicales
que se inician en Francia y se extienden rápidamente por otros países. Los efectos
socioculturales de estos movimientos de protesta aún se sienten actualmente.
También es una década en la que se producen gran cantidad de asesinatos políticos,
siendo ejemplo de ello las muertes de John F. Kennedy, Malcolm X, Martin Luther
King y Robert F. Kennedy. La "carrera espacial", mantuvo temporalmente en cabeza a
la Unión Soviética, con notables éxitos como el de haber conseguido poner al primer
ser humano en órbita: el cosmonauta Yuri Gagarin. Los Estados Unidos consiguen la
mayor victoria de esa carrera al lograr colocar al primer ser humano sobre la
superficie lunar en 1969. Esto se logró en gran medida gracias al impulso dado por
el presidente John F. Kennedy, quien había sido asesinado en 1963 en oscuras
circunstancias que sumieron al pueblo estadounidense en la más profunda crisis de
identidad que ha conocido hasta ahora. En Europa se consolidan las reconciliación
franco-alemana, sobre las que en gran medida se basaría la construcción de la Unión
Europea (UE) que se había iniciado en la década anterior. Alemania se afianza como
tercera potencia económica mundial detrás de Estados Unidos y Japón. Gran Bretaña,
al igual que Francia, pierde prácticamente la totalidad de sus colonias, en un
proceso que se inició una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y que se vio
precipitado en gran medida tras la independencia de Libia. Puede considerarse la
década de las ideologías. En Europa la juventud se alza en lo que posteriormente se
conoció como el "Mayo Francés", en 1968. Los movimientos sociales adquieren cada
vez mayor importancia en América Latina, particularmente en Chile, donde en 1970 un
gobierno socialista llegaría al poder por la vía democrática. En Oriente Medio se
había vivido una trascendental transformación, debido a la instauración del estado
de Israel en 1948, el cual quedó enclavado en el centro neurálgico de esta región.
Además, las ingentes reservas de petróleo descubiertas principalmente en los
llamados países del Golfo, le dieron a esta región un peso sin precedentes en la
economía del planeta. La China de Mao vivió en esta década la llamada "Revolución
cultural", que supuso una transformación de la milenaria sociedad de este país.
Mientras tanto, Japón continuó desarrollando su reputación de potencia tecnológica
y los productos provenientes de este país empezaron a alcanzar prestigio en todo el
mundo, impulsando la economía del país, mientras la sociedad era reestructurada
radicalmente pero conservando sus raíces culturales.
Huella del astronauta Buzz Aldrin en la Luna. Durante el siglo xx dio comienzo la
exploración espacial. En 1969 un humano pisó el primer cuerpo celeste aparte de la
Tierra, la Luna.
La ciencia aplicada continuó el avance tecnológico que había iniciado el siglo
anterior, acelerándolo y abriendo nuevos campos.
Industria cultural
La industria cultural la define la UNESCO como aquella que produce y distribuye
bienes o servicios culturales que, «considerados desde el punto de vista de su
calidad, utilización o finalidad específicas, encarnan o transmiten expresiones
culturales, independientemente del valor comercial que puedan tener. Las
actividades culturales pueden constituir una finalidad de por sí, o contribuir a la
producción de bienes y servicios culturales».32
Socialización de la cultura
La importante aportación de la psicología humanista de, por ejemplo, Erik Erikson
con una teoría psicosocial para explicar los componentes socioculturales del
desarrollo personal.
Cada miembro de la especie podría acceder a ella desde una fuente común, sin
limitarse, ejemplo de ello: el conocimiento transmitido por los padres.
Debe poder ser incrementada en las ulteriores generaciones.
Ha de resultar universalmente compartible por todos aquellos que poseen un lenguaje
racional y significativo.
Así, el ser humano tiene la facultad de enseñar al animal, desde el momento en que
es capaz de entender su rudimentario aparato de gestos y sonidos, llevando a cabo
nuevos actos de comunicación; pero los animales no pueden hacer algo parecido con
nosotros. De ellos podemos aprender por la observación, como objetos, pero no
mediante el intercambio cultural, es decir, como sujetos.
Clasificación
La cultura se clasifica, respecto a sus definiciones, de la siguiente manera:
Tópica: La cultura consiste en una lista de tópicos o categorías, tales como
organización social, religión o economía.
Histórica: La cultura es la herencia social, es la manera que los seres humanos
solucionan problemas de adaptación al ambiente o a la vida en común.
Mental: La cultura es un complejo de ideas, o los hábitos aprendidos, que inhiben
impulsos y distinguen a las personas de los demás.
Estructural: La cultura consiste en ideas, símbolos o comportamientos, modelados o
pautados e inter-relacionados.
Simbólica: La cultura se basa en los significados arbitrariamente asignados que son
compartidos por una sociedad.
La cultura puede también ser clasificada del siguiente modo: