Estudios Biblicos
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Autor: El autor del Libro del Génesis no está identificado. Tradicionalmente, siempre se asumió que
Moisés fue su autor. No hay una razón concluyente para negar la autoría mosaica de Génesis.
Fecha de su Escritura: El Libro de Génesis no declara cuándo fue escrito. La fecha de su autoría es
aproximadamente entre el 1440 y 1400 a.C., entre el tiempo en que Moisés condujo a los israelitas
fuera de Egipto y su muerte.
Muchas de las grandes preguntas de la vida están respondidas en Génesis. [1] ¿De dónde vengo?
(Dios nos creó – Génesis 1:1) [2] ¿Por qué estoy aquí? (Estamos aquí para tener una relación con
Dios – Génesis 15:6) [3] ¿Adónde voy? (Tenemos un destino después de la muerte – Génesis 25:8).
Génesis es de gran interés para el científico, el historiador, el teólogo, el ama de casa, el granjero, el
viajero, y el hombre y la mujer de Dios. Es el punto de partida apropiado para la historia de Dios de
Su plan para la raza humana, la Biblia.
Versículos Clave: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1).
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la
cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15).
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy,
para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20).
Breve Resumen: El Libro de Génesis puede ser dividido en dos secciones: La Historia Primitiva y la
Historia Patriarcal. La Historia Primitiva registra: [1] la Creación (Génesis capítulos 1-2); [2] la Caída
del hombre (Génesis 3-5); [3] el Diluvio (Génesis capítulos 6-9); y [4] la Dispersión (Génesis
capítulos 10-11). La Historia Patriarcal registra las vidas de cuatro grandes hombres: [1] Abraham
(Génesis capítulos 12-25:8); [2] Isaac (Génesis 21:1 al 35:29); [3] Jacob (Génesis 25:21 al 50:14); y
[4] José (Génesis 30:22 al 50:26).
Dios creó un universo que era bueno y libre de pecado. Dios creó a la humanidad para tener una
relación personal con Él. Adán y Eva pecaron y por ello trajeron la maldad y la muerte al mundo. La
maldad se incrementó constantemente en el mundo hasta que solamente quedó una familia en la
que Dios encontró algo bueno. Dios envió el Diluvio para acabar con el mal, pero salvó a Noé y su
familia junto con los animales en el Arca. Después del Diluvio, la humanidad comenzó nuevamente a
multiplicarse y se extendió por todo el mundo.
Dios eligió a Abraham, a través de quien Él formaría un pueblo elegido y eventualmente al Mesías
prometido. El linaje elegido pasó a Isaac el hijo de Abraham, y luego a Jacob, el hijo de Isaac. Dios
cambió el nombre de Jacob al de Israel, y sus doce hijos se convirtieron en los ancestros de las doce
tribus de Israel. En Su soberanía, Dios hizo que José el hijo de Jacob fuera enviado a Egipto debido
a las despreciables acciones de sus hermanos. Este hecho, destinado para el mal por sus hermanos,
estaba destinado por Dios para bien, y eventualmente dio como resultado que José, quien había
adquirido gran poder en Egipto, salvara a Jacob y su familia de una hambruna devastadora.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento tienen sus raíces en Génesis.
Jesucristo es la Simiente de la mujer que destruiría el poder de Satanás (Génesis 3:15). En cuanto a
José, el plan de Dios para el bien de la humanidad a través del sacrificio de Su Hijo, fue destinado
para bien, aunque aquellos que crucificaron a Jesús lo hicieron por maldad. Noé y su familia son los
primeros de muchos remanentes descritos en la Biblia. A pesar de las adversidades y las difíciles
circunstancias, Dios siempre preserva para Sí Mismo a un remanente fiel. El remanente de los
israelitas regresó a Jerusalén después de la cautividad en Babilonia. Dios preservó a un remanente a
través de todas las persecuciones descritas en Isaías y Jeremías. Un remanente de 7000 sacerdotes
fue escondido de la ira de Jezabel. Dios promete que un día, un remanente de judíos abrazará a su
verdadero Mesías (Romanos 11). La fe manifestada por Abraham sería el don de Dios y la base de
la salvación tanto de judíos como de gentiles (Efesios 2:8-9; Hebreos 11).
Dios creó el universo, la tierra, y todo ser viviente. Podemos confiar en Él, para manejar las
preocupaciones de nuestras vidas. Dios puede tomar una situación sin esperanza de solución (p. ej.
la falta de hijos de Abraham y Sara), y hacer cosas asombrosas, si simplemente confiamos y
obedecemos. Cosas terribles e injustas suceden en nuestras vidas, como con José, pero Dios
siempre traerá un mayor bien, si tenemos fe en Él y en Su plan soberano. “Y sabemos que a los que
aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son
llamados” (Romanos 8:28).
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Éxodo (Éxodo 17:14; 24:4-7; 34:27).
Fecha de su Escritura: El Libro de Éxodo fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: La palabra “éxodo” significa salida. En el tiempo de Dios, el éxodo de los
israelitas de Egipto, marcó el final de un período de opresión para los descendientes de Abraham
(Génesis 15:13), y el principio del cumplimiento del pacto de la promesa hecha a Abraham, de que
sus descendientes no sólo habitarían en la Tierra Prometida, sino también se multiplicarían y
llegarían a ser una gran nación (Génesis 12:1-3, 7). El propósito del libro puede ser expresado como
un seguimiento desde el rápido crecimiento de los descendientes de Jacob en Egipto, hasta el
establecimiento de la nación teocrática en su Tierra Prometida.
Versículos Clave: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José” (Éxodo
1:8).
“Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a
los hijos de Israel, y los reconoció Dios” (Éxodo 2:24-25).
“Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en
Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró”
(Éxodo 12:27).
“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás
dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:2-3).
Breve Resumen: Éxodo comienza donde el Génesis termina cuando Dios trata con Su pueblo
elegido, los judíos. Éxodo sigue los eventos desde el tiempo en que Israel entra en Egipto como
invitado de José, quien era un personaje poderoso en Egipto, hasta que ellos fueron eventualmente
liberados de la cruel esclavitud a la cual habían sido llevados por “…un nuevo rey que no conocía a
José” (Éxodo 1:8).
Los capítulos 1-14 describen las condiciones de opresión de los judíos bajo el gobierno del faraón, el
surgimiento de Moisés como su libertador, las plagas traídas por Dios sobre Egipto a causa de la
negativa de su líder de someterse a Él, y la salida de Egipto. La soberana y poderosa mano de Dios
se ve en los milagros de las plagas – terminando con la plaga de la muerte de los primogénitos y la
institución de la primera Pascua – la liberación de los israelitas, su paso por el Mar Rojo, y la
destrucción del ejército egipcio.
La última tercera parte del libro, describe la construcción del Arca del Pacto y el plan para el
Tabernáculo con sus variados sacrificios, altares, mobiliario, ceremonias y formas de adoración.
Referencias Proféticas: Los numerosos sacrificios requeridos a los israelitas eran una ilustración
del sacrificio supremo, la Pascua del Cordero de Dios, Jesucristo. En la noche de la última plaga en
Egipto, se sacrificó un cordero sin defecto y su sangre se aplicó en los dos postes y el dintel de las
puertas en las casas del pueblo de Dios, protegiéndolos del ángel de la muerte. Esto prefiguraba a
Jesús, el Cordero de Dios sin mancha y sin contaminación (1 Pedro 1:19), cuya sangre aplicada en
nosotros, nos asegura la vida eterna. Entre las presentaciones simbólicas de Cristo en el libro de
Éxodo, está el relato del agua que sale de la roca en Éxodo 17:6. Así como Moisés golpeó la roca
para proporcionar el agua de vida para que bebiera la gente, así Dios golpeó la Roca para nuestra
salvación, crucificando a Cristo por nuestro pecado, y de la Roca salió el don del agua viva (Juan
4:10). La provisión del maná en el desierto es un cuadro perfecto de Cristo, el Pan de Vida (Juan
6:48), provisto por Dios para darnos vida.
Aplicación Práctica: La Ley Mosaica fue dada en parte para mostrar al ser humano que era incapaz
de guardarla. Somos incapaces de agradar a Dios por medio del cumplimiento de la ley; por tanto,
Pablo nos exhorta a “poner nuestra fe en Jesucristo, para que podamos ser justificados por la fe en
Cristo y no por la observancia de la ley, porque por las obras de la ley, ninguno será justificado”
(Gálatas 2:16).
La provisión de Dios para los israelitas, desde su liberación de la cautividad hasta el maná y las
codornices en el desierto, son claras indicaciones de Su provisión por gracia para Su pueblo. Dios ha
prometido cubrir todas nuestras necesidades. “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la
comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Corintios 1:9).
Debemos confiar en el Señor, porque Él puede librarnos de todo. Pero Dios no permite que el
pecado quede impune para siempre. Como resultado, podemos confiar en Su retribución y justicia.
Cuando Dios nos libra de una mala situación, debemos procurar no regresar. Cuando Dios nos
demanda algo, Él espera que lo cumplamos, pero al mismo tiempo Él nos da la gracia y misericordia
porque Él sabe que por nosotros mismos, jamás podremos ser capaces de obedecer plenamente.
Libro de Levítico
Fecha de su Escritura: El Libro de Levítico fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: Debido a que los israelitas habían estado en cautiverio en Egipto por 400
años, el concepto de Dios había sido distorsionado por el politeísmo y paganismo de los egipcios. El
propósito de Levítico es proveer la instrucción y las leyes para guiar a un pueblo pecador, pero
redimido en su relación con un Dios santo. Hay un énfasis en Levítico sobre la necesidad de una
santidad personal en respuesta a la santidad de Dios. El pecado debe ser expiado a través de la
ofrenda de sacrificios adecuados (capítulos 8-10). Otros temas cubiertos en el libro son las dietas
(alimentos puros e impuros), los partos y enfermedades, que son cuidadosamente reguladas
(capítulos 11-15). El capítulo 16 describe el Día de la Expiación cuando se ofrecía un sacrificio anual
por el pecado acumulado del pueblo. Además, el pueblo de Dios debía ser sobrio en su vida
personal, moral y social, en contraste con las entonces acostumbradas prácticas de los paganos a su
alrededor (capítulos 17-22).
Versículos Clave: “Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para
expiación suya” (Levítico 1:4).
“Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar
por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona” (Levítico 17:11).
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti
mismo. Yo Jehová” (Levítico 19:18).
Breve Resumen: Los capítulos 1-7 explican las ofrendas requeridas tanto del laico, como del
sacerdote. Los capítulos 8-10 describen la consagración de Aarón y sus hijos para el sacerdocio. Los
capítulos 11-16 son prescripciones para varios tipos de inmundicia. Los 10 capítulos finales tratan de
la guía de Dios a Su pueblo para una santidad práctica. Varias fiestas fueron instituidas en la
adoración del pueblo a Jehová Dios, convocadas y practicadas de acuerdo a las leyes de Dios. Las
bendiciones y maldiciones acompañarían a quienes guardaran o transgredieran los mandamientos
de Dios (capítulo 26). Los votos al Señor se mencionan en el capítulo 27.
El tema principal de Levítico es la santidad. La demanda de Dios por la santidad de Su pueblo está
basada en la santidad de Su propia naturaleza santa. Un tema correspondiente es el de la expiación.
La santidad se debe mantener ante Dios, y la santidad solo se puede obtener a través de una
adecuada expiación.
Referencias Proféticas: Muchas de las prácticas en los rituales de adoración, ilustran de muchas
formas la persona y la obra de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Hebreos 10 nos dice que la
Ley Mosaica era “sólo una sombra de los bienes venideros”, por lo que significa que los diarios
sacrificios ofrecidos por los sacerdotes por los pecados del pueblo, eran una representación del
Sacrificio absoluto – Jesucristo, cuyo sacrificio fue hecho una vez y para siempre por aquellos que
creyeran en Él. La santidad impartida temporalmente por la Ley, un día sería reemplazada por la
obtención de la santidad absoluta cuando los cristianos cambian su pecado por la justicia de Cristo
(2 Corintios 5:21).
Aplicación Práctica: Dios toma muy en serio Su santidad, y también debemos hacerlo nosotros. La
tendencia en la iglesia postmodernista es crear un Dios a nuestra imagen, dándole los tributos que
nos gustaría que tuviera, en lugar de los que describe Su Palabra. La santidad absoluta de Dios, Su
trascendente esplendor y Su “luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16), son conceptos extraños para muchos
cristianos. Somos llamados a caminar en la Luz y apartar las tinieblas en nuestras vidas, para que
podamos ser agradables a Sus ojos. Un Dios santo no puede tolerar el cínico y flagrante pecado en
Su pueblo y Su santidad exige que sea castigado. No nos atrevamos a adoptar una actitud frívola
respecto al pecado o al odio de Dios hacia él, tampoco debemos, de ninguna manera verlo con
ligereza.
Gloria a Dios, porque por la muerte de Jesús por nosotros, ya no tenemos que ofrecer sacrificios de
animales. Todo el tema de Levítico es sobre la sustitución. La muerte de los animales era un castigo
sustitutivo por aquellos que habían pecado. De la misma manera, pero de forma infinitamente mejor,
el sacrificio de Jesús en la cruz fue el pago sustitutivo por nuestros pecados. Ahora podemos
comparecer sin temor ante un Dios de santidad absoluta, porque Él ve en nosotros la justicia de
Cristo.
Libro de Números
Fecha de su Escritura: El Libro de Números fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: El mensaje del Libro de Números es universal y eterno. Les recuerda a
los creyentes la guerra espiritual en la cual están involucrados, porque Números es el libro del
servicio y caminar del pueblo de Dios. El Libro de Números es esencialmente un puente entre los
israelitas recibiendo la Ley (Éxodo y Levítico), y su preparación para entrar a la Tierra Prometida
(Deuteronomio y Josué).
Versículos Clave: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y
tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz” (Números 6:24-26).
“Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no
por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi
siervo Moisés?” (Números 12:6-8).
“Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en
ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales
dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros
despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos
andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que
vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta
días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día;
y conoceréis mi castigo” (Números 14:30-34).
Breve Resumen: La mayoría de los eventos del Libro de Números tienen lugar en el desierto,
principalmente entre el segundo y cuarentavo año de la peregrinación de los israelitas. Los primeros
25 capítulos del libro registran las experiencias de la primera generación de Israel en el desierto,
mientras que el resto del libro describe las experiencias de la segunda generación. El tema de la
obediencia y la rebelión seguido por el arrepentimiento y las bendiciones, corre a través de todo el
libro, así como en todo el Antiguo Testamento.
El tema de la santidad de Dios continúa desde el libro de Levítico al libro de Números, lo cual revela
la preparación e instrucción de Dios a Su pueblo para entrar a la Tierra Prometida de Canaán. La
importancia del Libro de Números se indica por sus continuas referencias que de él se hacen en el
Nuevo Testamento. El Espíritu Santo llama especialmente la atención a Números en 1 Corintios
10:1-12. Las palabras, “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, están escritas para
amonestarnos a nosotros…” se refieren al pecado de los israelitas y al disgusto de Dios con ellos.
En Romanos 11:22, Pablo habla acerca de “la bondad y la severidad de Dios”, que, en pocas
palabras, es el mensaje de Números. La severidad de Dios se ve en la muerte de la generación
rebelde en el desierto, aquellos que nunca entraron en la Tierra Prometida. La bondad de Dios es
cumplida en la nueva generación. Dios protegió, preservó y proveyó para esta gente hasta que
poseyeron la tierra. Esto nos recuerda la justicia y el amor de Dios que están siempre en soberana
armonía.
Referencias Proféticas: La demanda de Dios por santidad a Su pueblo está total y finalmente
satisfecha en Jesucristo, quien vino a cumplir la ley por nosotros (Mateo 5:17). El concepto del
Mesías prometido se extiende por todo el libro. La ordenanza en el capítulo 19 sobre el sacrificio de
la vaca alazana “perfecta, en la cual no había falta”, prefigura a Cristo, el Cordero de Dios sin
mancha o culpa, quien fue sacrificado por nuestros pecados. La imagen de la serpiente de bronce
levantada sobre una asta para otorgar la sanidad física (capítulo 21), también prefigura a Cristo
siendo levantado, ya sea en la cruz o en el ministerio de la Palabra, para que cualquiera que lo mire
por la fe, pueda obtener la sanidad espiritual.
En el capítulo 24, el cuarto oráculo de Balaam, habla de la estrella y del cetro que se levantará de
Jacob. Aquí está una profecía de Cristo quien es llamado “la estrella de la mañana” en Apocalipsis
22:16 por Su gloria, brillantez, y resplandor, y por la luz que de Él procede. Él también puede ser
llamado un cetro, esto es, el portador del cetro, por su realeza. Él no sólo tiene el nombre de rey,
sino que tiene un reino, y gobierna con un cetro de gracia, misericordia, y justicia.
Aplicación Práctica: Del Libro de Números se desprende un gran tema teológico desarrollado en el
Nuevo Testamento, y es que el pecado y la incredulidad, especialmente la rebelión, acarrean el juicio
de Dios. I Corintios capítulo 10 específicamente lo dice – y Hebreos 3:7 a 4:13 lo implica
fuertemente. Estos eventos fueron escritos como ejemplo para que los creyentes observaran y los
evitaran. No debemos “poner nuestro corazón en cosas malas” (v.6), o ser sexualmente inmorales
(v.8), o poner a Dios a prueba (v.9) o quejarnos y murmurar (v.10).
Así como los israelitas vagaron en el desierto por 40 años a causa de su rebelión, así también
algunas veces Dios permite que vaguemos lejos de Él y suframos la soledad y falta de bendiciones
cuando nos rebelamos contra Él. Pero Dios es fiel y justo, y así como Él restauró a los israelitas a su
legítimo lugar en Su corazón, Él siempre restaurará a los cristianos al lugar de bendición e íntima
comunión con Él si nos arrepentimos y regresamos a Él (1 Juan 1:9).
Libro de Deuteronomio
Autor: Moisés escribió el Libro de Deuteronomio, que es de hecho una colección de sus sermones a
Israel, justo antes de que cruzaran el Jordán. “Estas son las palabras que habló Moisés” (1:1).
Alguien más (probablemente Josué) pudo haber escrito el último capítulo.
Fecha de su Escritura: Estos sermones se produjeron durante el período de los 40 días previos a la
entrada de Israel a la Tierra Prometida. El primer sermón fue pronunciado en el primer día del
onceavo mes (1:3), y los israelitas cruzaron el Jordán 70 días después, en el día décimo del primer
mes (Josué 4:19). Restando los 30 días de duelo después de la muerte de Moisés, (Deuteronomio
34:8), tenemos los restantes 40 días. El año era el 1410 a.C.
Propósito de la Escritura: Una nueva generación de israelitas estaba por entrar a la Tierra
Prometida. Esta multitud no había experimentado el milagro del Mar Rojo o escuchado la ley dada en
el Sinaí, y ellos estaban a punto de entrar a una nueva tierra que ofrecía muchos peligros y
tentaciones. El libro de Deuteronomio les fue dado para recordarles la ley y el poder de Dios.
Versículos Clave: “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que
guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene” (Deuteronomio 4:2).
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y
de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino,
y al acostarte, y cuando te levantes” (Deuteronomio 6:4-7).
“Y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las
mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os
es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra
adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella” (Deuteronomio 32:46-47).
Breve Resumen: A los israelitas les es ordenado recordar cuatro cosas: La fidelidad de Dios, la
santidad de Dios, las bendiciones de Dios, y las advertencias de Dios. Los primeros tres capítulos
resumen el viaje de Egipto a su ubicación actual, Moab. El capítulo 4 es un llamado a la obediencia,
para ser fieles al Dios que fue Fiel con ellos.
Los capítulos del 5 al 26 son una repetición de la ley. Los Diez Mandamientos, las leyes
concernientes a los sacrificios y días especiales, y el resto de la ley, son dados a la nueva
generación. Se prometen bendiciones para aquellos que obedezcan (5:29; 6:17-19; 11:13-15), y el
hambre es prometida para aquellos que quebranten la ley (11:16-17).
El tema de las bendiciones y las maldiciones continúa en los capítulos 27-30. Esta porción del libro
termina con una clara elección presentada ante Israel: “os he puesto delante la vida y la muerte, la
bendición y la maldición...”. El deseo de Dios para Su pueblo se encuentra en lo que Él recomienda:
“…escoge, pues, la vida” (30:19).
En los capítulos finales, Moisés exhorta al pueblo, comisiona a su sucesor Josué, escribe un cántico,
y da la bendición final a cada una de las tribus de Israel. El capítulo 34 relata las circunstancias de la
muerte de Moisés. Él subió al monte Pisga, desde donde el Señor le mostró la Tierra Prometida a la
cual él no entraría. A los 120 años de edad, pero aún con una buena visión y con el vigor de su
juventud, Moisés murió en la presencia del Señor. El libro de Deuteronomio termina con un corto
obituario sobre este gran profeta.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento se encuentran presentes en el libro
de Deuteronomio. El primero entre ellos es la necesidad de guardar perfectamente la Ley Mosaica y
la imposibilidad de lograrlo. Los interminables sacrificios necesarios para la expiación de los pecados
del pueblo – quienes consistentemente transgredían la Ley – encontrarían su cumplimiento en el
último y “definitivo” sacrificio de Cristo (Hebreos 10:10). Debido a Su obra de expiación en la cruz, ya
no necesitaríamos más sacrificios por el pecado.
La elección de Dios por los israelitas como Su pueblo especial, prefigura Su elección de aquellos que
creerían en Cristo (1 Pedro 2:9). En Deuteronomio 18:15-19, Moisés profetiza la llegada de otro
profeta – el último Profeta que había de venir y quien es El Mesías. Al igual que Moisés, Él recibiría y
predicaría la revelación divina, y guiaría a Su pueblo (Juan 6:14; 7:40)
Ninguno de nosotros está “por sobre la ley”. Aún Moisés, el líder y profeta elegido por Dios,
necesitaba obedecer. La razón por la que no se le permitió entrar a la Tierra Prometida, fue porque
desobedeció el claro mandato del Señor (Números 20:12).
Durante el tiempo de Su tentación en el desierto, Jesús citó tres veces el libro de Deuteronomio
(Mateo 4). Al hacerlo, Jesús nos ilustró la necesidad de guardar la Palabra de Dios en nuestros
corazones, para que no pequemos contra Él (Salmo 119:11).
Al igual que Israel recordaba la fidelidad de Dios, también debemos hacerlo nosotros. El paso a
través del Mar Rojo, Su santa presencia en el Sinaí, y la bendición del maná en el desierto, deben
ser también de ánimo para nosotros. Una buena manera de seguir adelante es tomarnos un
momento y mirar hacia atrás para ver lo que Dios ha hecho.
También tenemos el hermoso cuadro en Deuteronomio de un Dios amoroso que desea una relación
con Sus hijos. El Señor nombra el amor como la razón por la que Él sacó a Israel de Egipto “con
mano poderosa” y los redimió (Deuteronomio 7:7-9). ¡Qué cosa tan maravillosa es estar libres de la
esclavitud del pecado y ser amados por un Dios todopoderoso!
Libro de Josué
Autor: El Libro de Josué no nombra explícitamente a su autor. Es muy probable que Josué hijo de
Nun, el sucesor de Moisés como líder sobre Israel, escribiera gran parte de este libro. La última parte
del libro fue escrito por al menos una persona después de la muerte de Josué. También es posible
que varias secciones fueran editadas / compiladas después de la muerte de Josué.
Fecha de su Escritura: El Libro de Josué fue escrito probablemente entre el 1400 y 1370 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Josué proporciona una descripción general de las campañas
militares para conquistar el área de la tierra que Dios había prometido. Después del éxodo de Egipto
y los subsecuentes cuarenta años de vagar por el desierto, la recién formada nación está ahora lista
para entrar en la Tierra Prometida, conquistar a los habitantes, y ocupar el territorio. La descripción
que tenemos aquí nos da abreviados y selectos detalles de muchas de las batallas, así como la
manera en la que la tierra fue conquistada, y la forma en que fue dividida en áreas tribales.
Versículos Clave: “Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra
de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar
de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a
siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu
boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te
saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas” (Josué 1:6-9).
“Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los
dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. Y si
mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron
vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra
habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josué 24:14-15).
Breve Resumen: El Libro de Josué continúa la historia de los israelitas después de su éxodo desde
Egipto. El libro narra los aproximadamente 20 años del liderazgo de la gente por Josué, después de
que Moisés lo ungiera al final de Deuteronomio. Las divisiones de los veinticuatro capítulos del Libro
de Josué pueden resumirse de la siguiente manera.
Dios estableció ciudades de refugio para que aquellos que hubieran matado accidentalmente a
alguien, pudieran vivir ahí sin temor a represalias. Cristo es nuestro refugio a quien “hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:18).
El Libro de Josué contiene un predominante tema teológico del reposo. Los israelitas, después de
vagar por el desierto 40 años, finalmente entraron al reposo que Dios había preparado para ellos en
la tierra de Canaán. El escritor de Hebreos utiliza este incidente como una advertencia para que
nosotros no permitamos que la incredulidad nos impida entrar en el reposo de Dios en Cristo
(Hebreos 3:7-12).
Aplicación Práctica: Uno de los versículos clave del Libro de Josué es el 1:8 “Nunca se apartará de
tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito”. El Antiguo Testamento está repleto de historias de cómo
la gente “se olvidó” de Dios y Su Palabra y sufrió terribles consecuencias. Para el cristiano, la
Palabra de Dios es lo que nos mantiene vivos. Si la descuidamos, nuestra vida sufrirá las
consecuencias. Pero si adoptamos de corazón el principio expresado en el capítulo 1 versículo 8,
estaremos completos y preparados para ser usados en el reino de Dios (2 Timoteo 3:16-17), y
encontraremos que las promesas de Dios en Josué 1:8-9 serán también nuestras.
Josué es un perfecto ejemplo de los beneficios de un valioso mentor. Por años él permaneció junto a
Moisés. Él observó a Moisés mientras seguía a Dios de una manera casi perfecta. Él aprendió de
Moisés a orar de una manera personal. Aprendió cómo obedecer a través del ejemplo de Moisés.
Aparentemente Josué también aprendió del ejemplo negativo que le costó a Moisés el gozo de haber
entrado en la Tierra Prometida. Si estás vivo, tú eres un mentor. Alguien, en alguna parte, te está
observando. Alguna persona más joven o alguien a quien estás influenciando, está viendo cómo
vives y cómo reaccionas. Alguien está aprendiendo de ti. Alguien seguirá tu ejemplo. El ejemplo es
mucho más que las palabras pronunciadas por un mentor. Su vida entera está en exhibición.
Libro de Jueces
Autor: El Libro de Jueces no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el profeta Samuel
fue el autor de Jueces. La evidencia interna indica que el autor de Jueces vivió poco después del
período de los Jueces. Samuel se ajusta a estas características.
Fecha de su Escritura: El Libro de Jueces probablemente fue escrito entre el 1045 y el 1000 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Jueces puede dividirse en dos secciones: 1) Capítulos 1-16,
donde se relatan las guerras de liberación comenzando con la derrota de los cananeos a manos de
los israelitas y terminando con la derrota de los filisteos y la muerte de Sansón; 2) Capítulos 17-21
conocidos como un apéndice y sin relación con los capítulos previos. Estos capítulos son indicados
como un tiempo “cuando no había rey en Israel (Jueces 17:6; 18:1; 19:1; 21:25)”. Originalmente, el
libro de Rut formaba parte del Libro de Jueces, pero en el 450 d.C. fue separado para convertirse en
un libro independiente.
Versos Clave: “Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban; pero
tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se
apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de
Jehová; ellos no hicieron así” (Jueces 2:16-17).
“Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los
enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos a
causa de los que los oprimían y afligían. Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se
corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de
ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino” (Jueces 2:18-19).
“Y los hijos de Israel respondieron a Jehová: Hemos pecado; haz tú con nosotros como bien te
parezca; sólo te rogamos que nos libres en este día” (Jueces 10:15).
“En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jueces 21:25).
Breve Resumen: El Libro de Jueces es una trágica narración de cómo Yahvé [Dios] fue
subestimado por Sus hijos año tras año, siglo tras siglo. Jueces es un triste contraste con el libro de
Josué, que narra las bendiciones que Dios otorgó a los israelitas por su obediencia a Dios al
conquistar la tierra. En Jueces, ellos fueron desobedientes e idólatras, lo que los condujo a sus
muchas derrotas. Sin embargo, Dios nunca dejó de abrir Sus brazos en amor a Su pueblo, cada vez
que se arrepentían de sus malvados caminos e invocaban Su nombre. (Jueces 2:18). A través de 15
jueces de Israel, Dios honró Su promesa a Abraham de proteger y bendecir a sus descendientes
(Génesis 12:2-3).
Después de la muerte de Josué y sus contemporáneos, los israelitas se volvieron a servir a Baal y
Astarot. Dios permitía que los israelitas sufrieran las consecuencias de su adoración a dioses falsos.
Era entonces cuando el pueblo de Dios imploraba a Yahvé por Su ayuda. Dios envió jueces a Sus
hijos, para que los guiaran en una vida recta. Pero vez tras vez, ellos le daban la espalda a Dios y se
volvían a sus vidas de maldad. Sin embargo, guardando Su parte del pacto con Abraham, Dios salvó
a Su pueblo de sus opresores a lo largo de los 480 años del Libro de Jueces.
Probablemente el más notable fue el 12º juez, Sansón, quien llegó a dirigir a los israelitas después
de 40 años de cautividad bajo el gobierno de los despiadados filisteos. Sansón condujo al pueblo de
Dios a la victoria sobre los filisteos, donde él perdió su propia vida después de 20 años de ser juez
sobre Israel.
Referencias Proféticas: El anuncio a la madre de Sansón de que ella daría a luz a un hijo que
guiaría a Israel, es una figura de la anunciación a María sobre el nacimiento del Mesías. Dios envió a
Su Ángel a ambas mujeres y les dijo que ellas “concebirían y darían a luz a un hijo” (Jueces 13:3;
Lucas 1:31) quien guiaría al pueblo de Dios.
Aplicación Práctica: La desobediencia siempre atrae el juicio. Los israelitas presentan un ejemplo
perfecto de lo que no debemos hacer. En lugar de aprender de la experiencia de que Dios siempre
castigará la rebelión contra Él, ellos continuaron desobedeciendo y sufriendo el desagrado y la
disciplina de Dios. Si continuamos en desobediencia, atraeremos la disciplina de Dios, no porque Él
disfrute nuestro sufrimiento, sino “… porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que
recibe por hijo” (Hebreos 12:6).
El libro de Jueces es un testamento de la fidelidad de Dios. Aún “Si fuéremos infieles, Él permanece
fiel” (2 Timoteo 2:13). Aunque fuéremos infieles a Él, como lo fueron los israelitas, aún Él es fiel para
salvarnos y preservarnos (1 Tesalonicenses 5:24), y perdonarnos cuando buscamos ser perdonados
(1 Juan 1:9). “…el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de
nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo
Jesucristo nuestro Señor” (1 Corintios 1:8-9).
Libro de Rut
Autor: El Libro de Rut no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el Libro de Rut fue
escrito por el profeta Samuel.
Fecha de su Escritura: La fecha exacta en que el Libro de Rut fue escrito es incierta. Sin embargo,
la postura prevalente es una fecha entre el 1011 y 931 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Rut fue escrito para los israelitas. Enseña que el amor
genuino a veces puede requerir de gran sacrificio. Independientemente de nuestro lugar en la vida,
podemos vivir de acuerdo a los preceptos de Dios. El amor y la bondad genuinos serán
recompensados. Dios bendice abundantemente a aquellos que buscan vivir vidas obedientes. La
vida de obediencia no permite “accidentes” en el plan de Dios. Dios extiende Su misericordia al
misericordioso.
Versículos Clave: “Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a
dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu
Dios mi Dios” (Rut 1:16).
“Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa
sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano” (Rut 3:9).
“Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es
el padre de Isaí, padre de David” (Rut 4:17).
Breve Resumen: La trama del Libro de Ruth se inicia en el país pagano de Moab, una región al
noroeste del Mar Muerto, pero después se transporta a Belén. Este relato verídico tiene lugar
durante los tristes días del fracaso y rebelión de los israelitas, llamado el período de los Jueces. Una
hambruna obliga a Elimelec y a su esposa Noemí, a emigrar de su hogar israelita al país de Moab.
Elimelec muere y Noemí se queda con sus dos hijos, quienes pronto se casan con dos mujeres
moabitas, Orfa y Rut. Más tarde ambos hijos mueren, y Noemí se queda sola con Orfa y Rut en una
tierra extraña. Orfa regresa con sus padres, pero Rut determina quedarse con Noemí mientras viajan
a Belén. Esta historia de amor y devoción cuenta el eventual matrimonio de Rut con un hombre rico
llamado Booz, con quien ella tiene un hijo, Obed, quien se convierte en el abuelo de David y ancestro
de Jesús. La obediencia lleva a Rut a formar parte del linaje privilegiado de Cristo.
Referencias Proféticas: El tema más importante en el Libro de Rut es del pariente-redentor. Booz,
un pariente de Rut por parte de su esposo, actuó según su deber como se indica en la Ley Mosaica
para redimir a un pariente pobre de sus circunstancias (Levítico 25:47-49). Este escenario es
repetido por Cristo, quien nos redime de la pobreza espiritual y de la esclavitud del pecado. Nuestro
Padre celestial envió a Su propio Hijo a la cruz, para que pudiéramos hacernos hijos de Dios y
hermanos y hermanas en Cristo. Al ser nuestro Redentor, nos convertimos en Sus parientes.
En Rut vemos un ejemplo de la mujer virtuosa de Proverbios 31. Además de ser devota a su familia
(Rut 1:15-18; Proverbios 31:10-12) y depender fielmente de Dios (Rut 2:12; Proverbios 31:30),
vemos en Rut a una mujer de sabias palabras. Sus palabras son amorosas, amables y respetuosas,
tanto para con Noemí como para con Booz. La mujer virtuosa de Proverbios 31 “Abre su boca con
sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua” (v. 26). Podríamos buscar por todas partes para
encontrar una mujer hoy tan digna de ser nuestro modelo a seguir como Rut.
Autor: El autor es anónimo. Sabemos que Samuel escribió un libro (1 Samuel 10:25), y es muy
probable que él también escribiera parte de este libro. Otros posibles colaboradores de 1 Samuel son
los profetas/historiadores Natán y Gad (1 Crónicas 29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente, los libros 1 y 2 Samuel eran un solo libro. Los traductores de
la Septuaginta los separaron, y nosotros hemos conservado desde entonces esta división. Los
eventos de 1 Samuel abarcan aproximadamente 100 años, desde el 1100 a.C., hasta el 1000 a.C.
Los eventos de 2 Samuel cubren otros 40 años. La fecha de su escritura entonces, seria en algún
período posterior al 960 a.C.
Versículos Clave: (1 Samuel 8:6-7): “Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un
rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo
lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine
sobre ellos”.
(1 Samuel 13:13-14): Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el
mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu
reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un
varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo,
por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó”.
(1 Samuel 15:22-23): “Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas,
como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinación
es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de
Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey”.
Breve Resumen: El libro de 1 Samuel puede ser claramente dividido en dos secciones: la vida de
Samuel (capítulos 1-12) y la vida de Saúl (capítulos 13-31).
Los israelitas van a la guerra con sus eternos enemigos, los filisteos. Los filisteos capturan el arca
del pacto y se adueñan de ella temporalmente, pero cuando el Señor envía Su juicio, los filisteos
regresan el arca. Samuel llama a Israel al arrepentimiento (7:3-6) y luego a la victoria sobre los
filisteos.
El pueblo de Israel, queriendo ser como las otras naciones, desea un rey. Samuel se disgusta por
sus demandas, pero el Señor le dice que no es el liderazgo de Samuel el que están rechazando, sino
el Suyo. Después de advertirle a la gente lo que significaría tener un rey, Samuel unge a un
benjamita llamado Saúl, quien es coronado en Mizpa (10:17-25).
Saúl disfruta del éxito inicial, derrotando a los amonitas en batalla (capítulo 11); pero entonces él
comete una serie de errores. Obstinadamente, él ofrece un sacrificio (capítulo 13), hace un
inconsciente voto a expensas de su hijo Jonatán (capítulo 14), y desobedece las órdenes directas del
Señor (capítulo 15). Como resultado de la rebelión de Saúl, Dios elige a otro para que tome su lugar.
Mientras tanto, Dios retira la bendición de Saúl y un espíritu maligno comienza a atormentarlo,
llevándolo hacia la locura (16:14).
Samuel viaja a Belén para ungir a un joven llamado David como el siguiente rey (capítulo 16). Más
tarde, David tiene su famosa confrontación con Goliat el filisteo, y se convierte en un héroe nacional
(capítulo 17). David sirve en la corte de Saúl, casándose con su hija y entablando amistad con su hijo
Jonatán. Saúl comienza a desarrollar un creciente sentimiento de celos por el éxito y la popularidad
de David, e intenta matarlo. David huye, y así se inicia un extraordinario período de aventuras,
intrigas y romance. Con ayuda sobrenatural, consistentemente David apenas logra evadir la
encarnizada persecución de Saúl (capítulos 19-26). A través de todo esto, David mantiene su
integridad y su amistad con Jonatán.
Cerca del final del libro, Samuel ha muerto, y Saúl es un hombre perdido. En la víspera de una
batalla con Filistea, Saulo busca respuestas. Habiendo rechazado a Dios, no encuentra ayuda del
cielo, y en cambio busca el consejo de un médium. Durante la sesión de espiritismo, el espíritu de
Samuel se levanta de entre los muertos para dar una última profecía: Saúl moriría en batalla al día
siguiente. La profecía se cumple; los tres hijos de Saúl, incluido Jonatán, caen en batalla, y Saúl se
suicida.
Referencias Proféticas: La oración de Ana en 1 Samuel 2:1-10 hace varias referencias proféticas
de Cristo. Ella ensalza a Dios como su Roca (v.2), y sabemos por lo que nos dice el evangelio, que
Jesús es la Roca sobre la que debemos construir nuestras casas espirituales. Pablo se refiere a
Jesús como la “piedra de tropiezo” para los judíos (Romanos 9:33). Cristo es llamado la “Roca
espiritual” que proveyó la bebida espiritual de los israelitas en el desierto, al igual que Él provee el
“agua viva” para nuestras almas (1 Corintios 10:4; Juan 4:10). La oración de Ana también hace
referencia al Señor que juzgará los confines de la tierra (2:10), mientras que Mateo 25:31-32 se
refiere a Jesús como el Hijo del Hombre quien vendrá en gloria a juzgar a todos.
Aplicación Práctica: La trágica historia de Saúl es un estudio sobre la oportunidad desperdiciada.
Aquí estaba un hombre que lo tenía todo – honor, autoridad, riquezas, buena apariencia, y más. Sin
embargo, murió en la desesperación, aterrado por sus enemigos y sabiendo que le había fallado a su
nación, a su familia, y a su Dios.
Saúl cometió el error de pensar que podía complacer a Dios a través de la desobediencia. Como
muchos en la actualidad, él creyó que un motivo razonable compensaría un mal comportamiento. Tal
vez el poder se le subió a la cabeza, y comenzó a creer que él estaba por sobre las reglas. De
alguna manera, él desarrolló una baja opinión de los mandatos de Dios y una alta opinión de él
mismo. Aún cuando fue confrontado con su mal comportamiento, él intentó vindicarse a sí mismo, y
fue entonces cuando Dios lo rechazó (15:16-28).
El problema de Saúl es uno que todos enfrentamos – un problema del corazón. La obediencia a la
voluntad de Dios es absolutamente necesaria para el éxito, y si movidos por el orgullo nos rebelamos
contra Él, nos exponemos a la pérdida.
Por otra parte, David parecía no ser mucho al principio. Aún Samuel estuvo tentado a ignorarlo (16:6-
7). Pero Dios ve el corazón y Él vio en David a un hombre conforme a Su corazón (13:14). La
humildad e integridad de David, junto con su celo por el Señor y su compromiso con la oración,
establecen un buen ejemplo para todos nosotros.
Libro de 2 de Samuel
Autor: El libro de 2 de Samuel no identifica a su autor. No pudo haber sido el profeta Samuel, puesto
que él murió en 1 de Samuel. Los posibles escritores incluyen a Natán y Gad (ver 1 de Crónicas
29:29).
Fecha de su Escritura: Originalmente los libros de 1 y 2 de Samuel eran un solo libro. Los
traductores de la Septuaginta los separaron, y nosotros hemos mantenido esa separación desde
entonces. Los eventos de 1 de Samuel abarcan aproximadamente 100 años, del 1100 a.C. a 1000
a.C. Los eventos de 2 de Samuel cubren otros 40 años. Entonces, la fecha de su escritura sería en
algún tiempo posterior al 960 a.C.
Propósito de la Escritura: 2 Samuel es el registro del reinado del rey David. Este libro coloca al
Pacto Davídico en su contexto histórico.
Versículos Clave: 2 Samuel 7:16 “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu
rostro, y tu trono será estable eternamente”.
2 Samuel 19:4 “Mas el rey, cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo
mío, hijo mío!”.
2 Samuel 22:2-4 “Dijo: Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él
confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me
libraste. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis enemigos”.
Breve Resumen: El libro de 2 Samuel puede ser dividido en dos secciones principales – Los triunfos
de David (capítulos 1-10), y los problemas de David (capítulos 11-20). Esta última parte del libro
(capítulos 21-24) es un apéndice no cronológico que contiene detalles posteriores del reinado de
David.
El libro comienza con David recibiendo las noticias de la muerte de Saúl y sus hijos. Él proclama un
tiempo de duelo. Poco después, David es coronado rey sobre Judá, mientras que Is-boset, uno de
los hijos sobrevivientes de Saúl, es coronado rey sobre Israel (capítulo 2). Una guerra civil sigue,
pero Is-boset es asesinado, y los israelitas le piden a David que reine sobre ellos también (capítulos
4-5).
David muda la capital del país de Hebrón a Jerusalén y más tarde transporta el Arca del Pacto
(capítulos 5-6). El plan de David de construir un templo en Jerusalén es vetado por Dios, quien
entonces le promete a David las siguientes cosas: 1) David tendría un hijo que gobernaría después
de él; 2) El hijo de David construiría el templo; 3) El trono ocupado por el linaje de David sería
establecido para siempre; y 4) Dios jamás apartaría Su misericordia de la casa de David (2 Samuel
7:4-16).
David conduce a Israel a la victoria sobre muchas naciones enemigas, las cuales se les rindieron. Él
también muestra su bondad con la familia de Jonatán al aceptar y retribuir a Mefi-boset, el hijo lisiado
de Jonatán (capítulos 8-10).
Entonces David cae. Él codicia a una hermosa mujer llamada Betsabé, comete adulterio con ella, y
luego manda matar a su esposo (capítulo 11). Cuando Natán el profeta confronta a David con su
pecado, David lo confiesa, y Dios en Su gracia lo perdona. Sin embargo, el Señor le dice a David que
los problemas surgirían desde dentro de su propia casa.
El problema viene cuando el hijo primogénito de David, Amnón, viola a su media hermana, Tamar.
En represalia, Absalón el hermano de Tamar, mata a Amnón. Absalón entonces huye de Jerusalén
en vez de enfrentar la ira de su padre. Más tarde, Absalón encabeza una revuelta contra David, y
algunos de los colaboradores más allegados a David, se unen a la rebelión (capítulos 15-16). David
es forzado a salir de Jerusalén, y Absalón se establece él mismo como rey por corto tiempo. Sin
embargo, el usurpador es derrocado, y –contra los deseos de David—es asesinado. David llora a su
hijo muerto.
Un clima generalizado de desasosiego impregna el resto del reinado de David. Los hombres de
Israel amenazan con separarse de Judá, y David debe detener otra insurrección (capítulo 20).
El apéndice del libro incluye información concerniente a tres años de hambre en la tierra (capítulo
21), una canción de David (capítulo 22), un registro de las hazañas de los guerreros más valientes
de David (capítulo 23), y el pecaminoso censo de David y la consiguiente plaga (capítulo 24).
Segundo, Jesús es visto en la canción de David al final de su vida (2 Samuel 22:2-51). Él canta de su
roca, fortaleza y libertador, su refugio y salvador. Jesús es nuestra Roca (1 Corintios 10:4; 1 Pedro
2:7-9), el Libertador de Israel (Romanos 11:25-27), el fortísimo consuelo de “los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros” (Hebreos 6:18), y nuestro único Salvador
(Lucas 2:11; 2 Timoteo 1:10).
Aplicación Práctica: Cualquiera puede caer. Aún un hombre como David, quien realmente deseaba
seguir a Dios y quien fue ricamente bendecido por Dios, fue susceptible a la tentación. El pecado de
David con Betsabé debe ser una advertencia a todos nosotros para guardar nuestro corazón,
nuestros ojos, y nuestra mente. El orgullo sobre la madurez espiritual y nuestra habilidad para resistir
la tentación en nuestra propia fuerza, es el primer paso hacia la caída (1 Corintios 10:12).
Dios es clemente para perdonar aún los pecados más atroces cuando verdaderamente nos
arrepentimos. Sin embargo, el sanar la herida causada por el pecado no siempre borra la cicatriz. El
pecado tiene consecuencias naturales, y aún después de que él fue perdonado, David segó lo que
había sembrado. Su hijo nacido de la unión ilícita con la esposa de otro hombre, le fue arrebatado (2
Samuel 12:14-24) y David sufrió la miseria de una ruptura en su amada relación con su Padre
celestial (Salmos 32 y 51). ¡Cuánto mejor es evitar pecar en primer lugar, en vez de tener que buscar
después el perdón!
Libro de 1 de Reyes
Autor: El libro de 1 de Reyes no especifica el nombre de su autor. La tradición es que fue escrito por
el profeta Jeremías.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 de Reyes fue escrito probablemente entre el 560 y 540 a.C.
Versículos Clave: 1 Reyes 1:30 “que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu
hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy”.
1 Reyes 9:3 “Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en mi presencia. Yo
he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para siempre; y en ella
estarán mis ojos y mi corazón todos los días”.
1 Reyes 12:16 “Cuando todo el pueblo vio que el rey no les había oído, le respondió estas palabras,
diciendo: ¿Qué parte tenemos nosotros con David? No tenemos heredad en el hijo de Isaí. ¡Israel, a
tus tiendas! ¡Provee ahora en tu casa, David! Entonces Israel se fue a sus tiendas”.
1 Reyes 12:28 “Y habiendo tenido consejo, hizo el rey dos becerros de oro, y dijo al pueblo: Bastante
habéis subido a Jerusalén; he aquí tus dioses, oh Israel, los cuales te hicieron subir de la tierra de
Egipto”.
1 Reyes 17:1 “Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová
Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi
palabra”.
Breve Resumen: El Libro de 1 de Reyes comienza con Salomón y termina con Elías. La diferencia
entre los dos les da una idea de lo que sucede en medio. Salomón nació después de un escándalo
en el palacio entre David y Betsabé. Como su padre, él tenía una debilidad por las mujeres que lo
llevaría al fracaso. Salomón lo hizo bien al principio, orando por sabiduría y construyendo un templo
a Dios que le tomó siete años. Pero luego pasó 13 años construyendo un palacio para él mismo. Su
acumulación de muchas esposas lo condujo a adorar a sus ídolos y alejarlo de Dios. Después de la
muerte de Salomón, Israel fue gobernado por una serie de reyes, muchos de los cuales fueron
impíos e idólatras. Esto, como consecuencia, alejó a la nación de Dios y ni aún la predicación de
Elías pudo traerlos de regreso a Él. Entre los reyes más malvados estaban Acab y su reina Jezabel,
quienes llevaron la adoración a Baal a una nueva dimensión en Israel. Elías trató de llevar a los
israelitas de regreso a la adoración de Jehová, aún desafiando a los sacerdotes idólatras de Baal a
confrontarse con Dios en el Monte Carmelo. Desde luego Dios ganó. Esto hizo que la reina Jezabel
se enojara tanto (por decir poco), que ordenó la muerte de Elías, quien huyó y se escondió en el
desierto. Deprimido y exhausto, le dijo a Dios: “Déjame morir”. Pero Dios le envió comida y ánimo al
profeta y le habló en un “suave murmullo”, y en el proceso salvó su vida para la obra aún por hacer.
El profeta Elías fue el precursor de Cristo y los Apóstoles del Nuevo Testamento. Dios le permitió a
Elías hacer cosas milagrosas a fin de probar que él realmente era un hombre de Dios. Él resucitó de
la muerte al hijo de la viuda de Sarepta, haciendo que ella exclamara – “Ahora conozco que tú eres
varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca”. De la misma manera, son
evidentes en el Nuevo Testamento los hombres de Dios que hablaron Sus palabras a través de Su
poder. Jesús no solo levantó a Lázaro de entre los muertos, sino que también resucitó al hijo de la
viuda de Naín (Lucas 7:14-15) y a la hija de Jairo (Lucas 8:52-56). El apóstol Pedro resucitó a
Dorcas (Hechos 9:40) y Pablo resucitó a Eutico (Hechos 20:9-12).
Aplicación Práctica: El Libro de 1 Reyes tiene muchas lecciones para los creyentes. Vemos una
advertencia acerca de las compañías que debemos mantener y especialmente en lo relativo a las
estrechas relaciones y el matrimonio. Los reyes de Israel quienes, como Salomón, se casaron con
mujeres extranjeras, se expusieron a sí mismos y a la gente que gobernaban a la maldad. Como
creyentes en Cristo, debemos ser muy cuidadosos acerca de a quién elegimos como amigos, socios
de negocios, y cónyuges. “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”
(1 Corintios 15:33).
La experiencia de Elías en el desierto también nos enseña una valiosa lección. Después de su
increíble victoria sobre los 450 profetas de Baal en el Monte Carmelo, el gozo se tornó en sufrimiento
cuando fue perseguido por Jezabel y tuvo que huir para salvar su vida. Tales experiencias - “en lo
alto de la montaña” - son con frecuencia seguidas por la decepción, la depresión y el desaliento que
puede venir después. Debemos mantenernos en guardia para este tipo de experiencias en la vida
cristiana. Pero nuestro Dios es fiel y jamás nos dejará ni nos desamparará. El quieto y suave
murmullo que animó a Elías nos animará a nosotros también.
Libro de 2 de Reyes
Autor: El libro de 2 de Reyes no nombra a su autor. La tradición es que el profeta Jeremías fue el
autor de 1 y 2 de Reyes.
Versículos Clave: 2 Reyes 17:7-8 “Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que
los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos, y
anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de
Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel”.
2 Reyes 22:1ª-2 “Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y
un años. E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin
apartarse a derecha ni a izquierda”.
2 Reyes 24:2 “Pero Jehová envió contra Joacim tropas de caldeos, tropas de sirios, tropas de
moabitas y tropas de amonitas, los cuales envió contra Judá para que la destruyesen, conforme a la
palabra de Jehová que había hablado por sus siervos los profetas”.
2 Reyes 8:19 “Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque
había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente”.
Breve Resumen: Segunda de Reyes describe la caída del reino dividido. Los profetas continuaban
advirtiendo al pueblo que el juicio de Dios está por llegar, pero ellos no se arrepentían. El reino de
Israel es repetidamente gobernado por reyes impíos, y aunque unos pocos de los reyes de Judá son
buenos, la mayoría de ellos alejan al pueblo de la adoración a Jehová. Estos pocos buenos
gobernantes, junto con Elías y otros profetas, no pueden frenar la decadencia de la nación. El reino
del norte de Israel es eventualmente destruido por los Asirios, y aproximadamente 136 años
después, el Reino del Sur de Judá es destruido por los Babilonios.
Hay tres temas prominentes presentes en el Libro de 2 de Reyes. Primero, el Señor juzgará a Su
pueblo cuando ellos desobedezcan y le den la espalda. La infidelidad de los israelitas se reflejaba en
la maldad de la idolatría de los reyes, y como resultado, Dios ejercita Su justa ira contra su rebelión.
Segundo, la palabra de los verdaderos profetas de Dios siempre se cumple. Puesto que el Señor
siempre guarda Su palabra, también las palabras de Sus profetas son siempre verdaderas. Tercero,
el Señor es fiel. Él recordó Su promesa hecha a David (2 Samuel 7:10-13) y, a pesar de la
desobediencia del pueblo y de los reyes malvados que los gobernaban, el Señor no exterminó a la
familia de David.
Muchos de los milagros de Elías prefiguraron los de Jesús mismo. Elías resucitó al hijo de la mujer
sunamita (2 Reyes 4:34-35), sanó la lepra de Naamán (2 Reyes 5:1-19), y multiplicó los panes para
alimentar a cien hombres y aún sobró (2 Reyes 4:42-44).
Las historias de la viuda y del leproso son ejemplos para nosotros con respecto al Cuerpo de Cristo.
Así como Elías tuvo misericordia de aquellos procedentes de los niveles más bajos de la sociedad,
nosotros debemos darles la bienvenida a todos los que pertenecen a Cristo en nuestras iglesias.
Dios no hace “acepción de personas” (Hechos 10:34) ni tampoco debemos hacerlo nosotros.
Libro de 1 de Crónicas
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 de Crónicas fue escrito probablemente entre el 450 y 425 a.C.
Propósito de la Escritura: Los Libros de 1 y 2 de Crónicas en su mayor parte cubren casi la misma
información que 1 y 2 de Samuel y 1 y 2 de Reyes. 1 y 2 de Crónicas se enfocan principalmente en
el aspecto del sacerdocio de ese período de tiempo. El Libro de 1 de Crónicas fue escrito después
del exilio para ayudar a aquellos que regresaron a Israel, a entender la manera de adorar a Dios. La
historia se centra en el reino del sur, las tribus de Judá, Benjamín y Leví. Estas tribus tendían a ser
más fieles a Dios.
Versículos Clave: 1 Crónicas 11:1-2 “Entonces todo Israel se juntó a David en Hebrón, diciendo: He
aquí nosotros somos tu hueso y tu carne. También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras
quien sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer. También Jehová tu Dios te ha dicho: Tú
apacentarás a mi pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel mi pueblo”.
1 Crónicas 21:13 “Entonces David dijo a Gad: Estoy en grande angustia. Ruego que yo caiga en la
mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que no caiga en manos de
hombres”.
1 Crónicas 29:11 “Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria, y el honor;
porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino,
y tú eres excelso sobre todos”.
Breve Resumen: Los primeros 9 capítulos de 1 Crónicas están dedicados a listas y genealogías.
Esporádicamente a través del resto del libro encontramos más listas y genealogías. A la mitad del
libro se registra la ascensión de David al trono y sus hechos posteriores. El libro concluye con
Salomón, el hijo de David convertido en el rey de Israel. En resumen, el Libro de 1 de Crónicas se
divide en: Capítulos 1:1 a 9:23 – Genealogías Selectivas; Capítulos 9:24 a 12:40 – El ascenso de
David; Capítulos 13:1 a 20:30 – El reinado de David.
Aplicación Práctica: Las genealogías, como las que se encuentran en 1 de Crónicas, pueden
parecernos áridas, pero ellas nos recuerdan que Dios conoce a cada uno de Sus hijos
personalmente, aún hasta el número de los cabellos de nuestra cabeza (Mateo 10:30). Puede
confortarnos el hecho de que lo que somos y lo que hacemos, está escrito para siempre en la mente
de Dios. Si pertenecemos a Cristo, nuestros nombres están escritos para siempre en el libro de la
vida del Cordero (Apocalipsis 13:8).
Dios es fiel a Su pueblo y guarda Sus promesas. En el Libro de 1 Crónicas, vemos el cumplimiento
de la promesa de Dios a David cuando él es hecho rey sobre todo Israel (1 Crónicas 11:1-3).
Podemos estar seguros de que Sus promesas para nosotros también serán cumplidas. Él ha
prometido bendecir a aquellos que lo sigan, a quienes vengan a Jesucristo arrepentidos y a quienes
obedezcan Su Palabra.
La obediencia trae bendición; la desobediencia trae juicio. El Libro de 1 Crónicas, así como 1 y 2 de
Samuel y 1 y 2 de Reyes, es una crónica del patrón del pecado, arrepentimiento, perdón, y
restauración de la nación de Israel. Del mismo modo, Dios es paciente con nosotros y perdona
nuestro pecado cuando venimos a Él en verdadero arrepentimiento (1 Juan 1:9). Podemos
descansar en el hecho de que Él escucha nuestra oración de dolor, perdona nuestro pecado,
restaura nuestra comunión con Él, y nos pone en el camino al gozo.
Libro de 2 de Crónicas
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 de Crónicas fue escrito probablemente entre el 450 y 425 a.C.
Propósito de la Escritura: Los Libros de 1 y 2 de Crónicas cubren casi la misma información que 1
y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes. Los Libros 1 y 2 Crónicas se enfocan más en el aspecto del sacerdocio de
ese período. El Libro de 2 de Crónicas es esencialmente una evaluación de la historia religiosa de la
nación.
Versículos Clave: 2 Crónicas 2:1 “Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de Jehová, y
casa para su reino”.
2 Crónicas 29:1-3 “Comenzó a reinar Ezequías siendo de veinticinco años, y reinó veintinueve años
en Jerusalén. El nombre de su madre fue Abías, hija de Zacarías. E hizo lo recto ante los ojos de
Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. En el primer año de su
reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó”.
2 Crónicas 36:14 “También todos los principales sacerdotes, y el pueblo, aumentaron la iniquidad,
siguiendo todas las abominaciones de las naciones, y contaminando la casa de Jehová, la cual él
había santificado en Jerusalén”.
2 Crónicas 36:23 “Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos
los reinos de la tierra; y él me ha encargado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá.
Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba”.
Breve Resumen: El Libro de 2 Crónicas registra la historia del reino del sur de Judá, desde el
reinado de Salomón hasta la conclusión del exilio babilónico. La decadencia de Judá es
decepcionante, pero el énfasis enfoca en los reformistas espirituales, quienes celosamente buscaron
volver al pueblo hacia Dios. Se dice poco de los malos reyes o de los fracasos de los buenos reyes;
solo se enfatiza la bondad. Puesto que 2 Crónicas tiene una perspectiva sacerdotal, el reino del norte
de Israel casi no es mencionado, debido su falsa adoración y su negativa a reconocer el Templo de
Jerusalén. 2 de Crónicas concluye con la destrucción final de Jerusalén y del Templo.
Referencias Proféticas: Al igual que todas las referencias a los reyes y templos en el Antiguo
Testamento, vemos en ellos un reflejo del verdadero Rey de Reyes –Jesucristo – y del templo del
Espíritu Santo – Su pueblo. Aún el mejor de los reyes de Israel tuvo los fracasos de todos los
hombres pecadores y condujo erróneamente al pueblo. Pero cuando el Rey de Reyes venga a vivir y
a reinar en la tierra en el milenio, Él mismo se establecerá en el trono sobre toda la tierra, como el
legítimo heredero de David. Solo entonces, tendremos un Rey perfecto que reinará en justicia y
santidad, algo con lo que el mejor rey de Israel solo podía soñar.
Del mismo modo, el gran templo construido por Salomón no fue diseñado para durar por siempre.
Sólo 150 años después, necesitaba ser reparado de la decadencia y deterioro por futuras
generaciones quienes se habían vuelto a la idolatría (2 Reyes 12). Pero el templo del Espíritu Santo
– los que pertenecen a Cristo – vivirá por siempre. Nosotros que pertenecemos a Jesús somos ese
templo, no hecho de manos, sino por la voluntad de Dios (Juan 1:12-13). El Espíritu que vive en
nosotros, jamás se apartará de nosotros y un día nos entregará a salvo en las manos de Dios
(Efesios 1:13; 4:30). Ningún templo terrenal tiene esa promesa.
Aplicación Práctica: El lector de Crónicas es invitado a evaluar cada generación del pasado y
discernir por qué cada una fue bendecida por su obediencia o castigada por su maldad. Pero
también debemos comparar la situación de estas generaciones con la nuestra, tanto colectiva como
individualmente. Si nosotros o nuestro país o nuestra iglesia está experimentando dificultades, es
para nuestro beneficio comparar nuestras creencias y cómo actuamos basados en esas creencias,
con las experiencias de los israelitas bajo el gobierno de varios reyes. Dios odia el pecado y no lo
tolerará. Pero si las Crónicas nos enseñan algo, es que Dios desea perdonar y sanar a aquellos que
humildemente oren y se arrepientan (1 Juan 1:9).
Si pudieras obtener de Dios cualquier cosa que desearas, ¿qué le pedirías? ¿Una fabulosa fortuna?
¿Una salud perfecta para ti y tus seres queridos? ¿El poder de la vida sobre la muerte? Increíble
pensar en ello ¿no es así? Pero más increíble es que Dios le hizo esa oferta a Salomón, y él no
eligió ninguna de esas cosas. Lo que él le pidió a Dios fue sabiduría y conocimiento para completar
la obra que Dios le había asignado, y que la realizara correctamente. La lección para nosotros es
que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros una comisión para cumplir, y la bendición más grande
que podemos buscar de Dios, es la habilidad para llevar a cabo Su voluntad en nuestras vidas. Para
ello, necesitamos “sabiduría de lo alto” (Santiago 3:17) para discernir Su voluntad, así como la
comprensión y el conocimiento íntimo de Él, a fin de motivarnos para ser como Cristo, tanto en
hechos como en actitudes (Santiago 3:13).
Libro de Esdras
Autor: El libro de Esdras no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el profeta Esdras
escribió este libro. Es interesante notar que una vez que Esdras aparece en escena en el capítulo 7,
el autor cambia de escribir en tercera persona a primera persona. Esto también le daría credibilidad a
que Esdras fuera su autor.
Fecha de su Escritura: El Libro de Esdras probablemente fue escrito entre el 460 y 440 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Esdras está dedicado a los eventos ocurridos en la tierra de
Israel durante el tiempo del regreso de la cautividad babilónica y los años posteriores, cubriendo un
período de aproximadamente un siglo, comenzando en el 538 a.C. El énfasis en Esdras está en la
reconstrucción del Templo. El libro contiene extensos registros genealógicos, principalmente con el
propósito de establecer las afirmaciones al sacerdocio por parte de los descendientes de Aarón.
Versículos Clave: Esdras 3:11 “Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque
él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con
gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová”.
Esdras 7:6 “este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová
Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios
estaba sobre Esdras”.
Breve Resumen: El Libro puede dividirse de la siguiente manera: Capítulos 1-6: El Primer Regreso
bajo Zorobabel, y la Construcción del Segundo Templo. Capítulos 7-10: El Ministerio de Esdras.
Dado que había transcurrido más de medio siglo entre los capítulos 6 y 7, los personajes de la
primera parte del libro ya habían muerto para el tiempo en que Esdras comenzó su ministerio en
Jerusalén. Esdras es la persona más prominente en los Libros de Esdras y Nehemías. Ambos libros
terminan con oraciones de confesión (Esdras 9; Nehemías 9) y una posterior separación de la gente
de las prácticas pecaminosas en las que habían caído. Algún concepto de la naturaleza de los
mensajes de ánimo de Hageo y Zacarías, quienes son presentados en esta narrativa (Esdras 5:1),
se pueden ver en los libros proféticos que llevan sus nombres.
El Libro de Esdras cubre el regreso de la cautividad para reconstruir el Templo hasta el decreto de
Artajerjes, el evento cubierto al principio del Libro de Nehemías. Hageo fue el principal profeta en los
días de Esdras, y Zacarías fue el profeta en los días de Nehemías.
Referencias Proféticas: Vemos en el Libro de Esdras una continuación del tema bíblico del
remanente. Siempre que llega el juicio o el desastre, Dios salva a un pequeño remanente para Él
Mismo – Noé y su familia de la destrucción del diluvio; la familia de Lot de Sodoma y Gomorra; los
7000 profetas preservados en Israel, a pesar de la persecución de Acab y Jezabel. Cuando los
israelitas fueron llevados en cautiverio a Egipto, Dios libró a Su remanente y los llevó a la Tierra
Prometida. Un promedio de cincuenta mil personas regresó a la tierra de Judea en Esdras 2:64-67, y
sin embargo, mientras se comparan ellos mismos con los números en Israel durante sus días de
prosperidad bajo el rey David, su comentario es, “Somos dejados este día como un remanente”. El
tema del remanente es llevado al Nuevo Testamento donde Pablo nos dice que “Así también aun en
este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia” (Romanos 11:5). Aunque la mayoría de
la gente en los días de Jesús lo rechazó, permaneció un grupo de gente que Dios había reservado y
preservado en Su Hijo, y en el pacto de Su gracia. Desde Jesucristo, a través de todas las
generaciones, existe un remanente de fieles, cuyos pies están en el camino angosto que conduce a
la vida eterna (Mateo 7:13-14). Este remanente será preservado a través del poder del Espíritu
Santo, quien los ha sellado, y los entregará a salvo en el último día (2 Corintios 1:22; Efesios 4:30).
Aplicación Práctica: El Libro de Esdras es una crónica de esperanza y restauración. Para los
cristianos cuya vida está cicatrizada por el pecado y la rebelión contra Dios, hay una gran esperanza
en que nuestro Dios es un Dios de perdón, un Dios que no nos dará la espalda cuando lo
busquemos quebrantados y arrepentidos (1 Juan 1:9). El regreso de los israelitas a Jerusalén y la
reconstrucción del Templo, se repiten en la vida de cada cristiano que regresa de la cautividad del
pecado y la rebelión contra Dios, y lo encuentra, dándole una amorosa bienvenida a casa. Sin
importar cuánto hayamos estado ausentes, Él está listo para perdonarnos y recibirnos de nuevo
dentro de Su familia. Él está dispuesto a mostrarnos cómo reconstruir nuestras vidas y resucitar
nuestros corazones, donde está el templo del Espíritu Santo. Al igual que en la reconstrucción del
Templo en Jerusalén, Dios supervisa el trabajo de renovación y una nueva dedicación de nuestras
vidas a Su servicio.
La oposición de los adversarios de Dios para la reconstrucción del templo, despliega un patrón que
es típico de aquel que es el enemigo de nuestras almas. Satanás usa a aquellos que parecen estar
en sintonía con los propósitos de Dios para engañarnos e intentar frustrar los planes de Dios. Esdras
4:2 describe el discurso engañoso de aquellos que dicen adorar a Cristo, pero cuya intención real es
destruir, no construir. Debemos estar en guardia contra tales engañadores, responderles como lo
hicieron los israelitas, y rehusar ser engañados por sus suaves palabras y falsas profesiones de fe.
Libro de Nehemías
Autor: El Libro de Nehemías no especifica el nombre de su autor, pero tanto las tradiciones judías
como cristianas reconocen a Esdras como el autor. Esto se basa en el hecho de que los libros de
Esdras y Nehemías fueron originalmente uno solo.
Fecha de su Escritura: El Libro de Nehemías fue escrito probablemente entre el 445 y el 420 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Nehemías, uno de los libros históricos de la Biblia, continúa la
historia del regreso de Israel de la cautividad en Babilonia y la reconstrucción del Templo de
Jerusalén.
Versículos Clave: Nehemías 1:3 “Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí
en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas
quemadas a fuego”.
Nehemías 1:11 “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la
oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo,
y dale gracia delante de aquel varón”.
Nehemías 6:15-16 “Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos
días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban
alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha
esta obra”.
Breve Resumen: Nehemías era un hebreo en Persia cuando escuchó la noticia de que el Templo en
Jerusalén estaba siendo reconstruido. Su preocupación creció sabiendo que no había muro que
protegiera a la ciudad. Nehemías pidió a Dios ser utilizado para salvar la ciudad. Dios respondió a su
oración ablandando el corazón del rey persa Artajerjes, quien no solo le dio su bendición, sino
también los suministros para ser usados en el proyecto. Nehemías obtuvo el permiso del rey de
regresar a Jerusalén, donde fue hecho gobernador.
A pesar de la oposición y acusaciones, el muro fue construido y los enemigos silenciados. La gente,
inspirada por Nehemías, ofrendó diezmos y mucho dinero, materiales, y la mano de obra para
completar el muro en 52 días, a pesar de mucha oposición. Sin embargo, este esfuerzo unido duró
poco, porque Jerusalén cayó nuevamente en la apostasía cuando Nehemías se ausentó por un
tiempo. A su regreso después de 12 años, encontró los muros fuertes, pero la gente debilitada. Él se
dio a la tarea de enseñar moralidad a la gente, y no se anduvo con rodeos. “Y reñí con ellos, y los
maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis
vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos”
(13:25). Él Restableció la verdadera adoración a través de la oración y animó a la gente para un
avivamiento mediante la lectura y sujeción a la Palabra de Dios.
Referencias Proféticas: Nehemías era un hombre de oración y él oró fervientemente por su pueblo
(Nehemías 1). Su celosa intercesión por el pueblo de Dios, prefigura a nuestro gran Intercesor,
Jesucristo, quien oró fervientemente por Su pueblo en Su oración como Sumo-sacerdote en Juan 17.
Tanto Nehemías como Jesús tenían un profundo amor por el pueblo de Dios, el cual derramaban en
oración a Dios, intercediendo por ellos ante el trono.
Aplicación Práctica: Nehemías condujo a los israelitas al amor y respeto por el texto de la Escritura.
Por su amor a Dios y su deseo de verlo honrado y glorificado, Nehemías guió a los israelitas hacia la
fe y la obediencia que Dios había deseado de ellos por mucho tiempo. De la misma manera, los
cristianos debemos amar y respetar profundamente las verdades de la Escritura, aprenderlas de
memoria, meditar en ellas de día y de noche, y volvernos a ellas para la satisfacción de cada
necesidad espiritual. 2 Timoteo 3:16-17 nos dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Si esperamos experimentar el avivamiento
espiritual de los israelitas (Nehemías 8:1-8), debemos comenzar con la Palabra de Dios.
Cada uno de nosotros debe tener una compasión genuina por otros que sufren heridas físicas o
espirituales. Sin embargo, sentir compasión y no hacer nada para ayudar, no es bíblico. A veces
tendremos que renunciar a nuestra comodidad a fin de ministrar apropiadamente a otros. Debemos
creer totalmente en una causa antes de darle nuestro tiempo y dinero con un corazón dispuesto.
Cuando permitimos que Dios ministre a través de nosotros, aún los incrédulos sabrán que es obra de
Dios.
Libro de Ester
Autor: El libro de Ester no especifica el nombre de su autor. Las tradiciones más populares señalan
a Mardoqueo (un personaje importante en el Libro de Ester), Esdras, y Nehemías (quienes habrían
estado familiarizados con las costumbres persas.)
Fecha de su Escritura: El Libro de Ester fue escrito probablemente entre el 460 y el 350 a.C.
Ester 4:14 “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra
parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has
llegado al reino?”.
Ester 6:12 “Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su
casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza”.
Ester 7:3 “Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey
place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda”.
Breve Resumen: El Libro de Esther se puede dividir en tres secciones principales. Capítulos 1:1 a
2:18 – Ester reemplaza a Vasti; 2:19 a 7:10 – Mardoqueo vence a Amán; 8:1 a 10:3 – Israel
sobrevive al intento de Amán de destruirlos. La noble Ester arriesga su propia vida al darse cuenta
de lo que estaba en juego. Ella voluntariamente hizo lo que pudo haber sido una maniobra mortal, y
denunció ante el rey a Amán, quien era el segundo al mando del reino de su esposo. Ella demostró
ser una oponente inteligente y más digna, a la vez que humilde y respetuosa de la posición de su
esposo el rey.
Es muy parecida a la historia de José en Génesis 41:34-37; ambas historias incluyen a monarcas
extranjeros quienes controlan el destino de los judíos. Ambas narraciones muestran el heroísmo de
individuos israelitas, quienes proveen los medios para la salvación de su pueblo y nación. La mano
de Dios es evidente, en lo que parece ser una situación desesperada, que en realidad está bajo el
control total del Dios Todopoderoso, quien en última instancia tiene en mente el bien de la gente. En
el centro de esta historia está la continua división entre los judíos y los amalecitas, cuyo inicio fue
registrado en el Libro de Éxodo. El objetivo de Amán es el esfuerzo final registrado en el período del
Antiguo Testamento, para la completa extinción de los judíos. Eventualmente, sus planes terminaron
con su propia muerte, y la elevación de su enemigo Mardoqueo a su propia posición, así como la
salvación de los judíos.
El ayuno es un tema importante en este libro. Hay diez banquetes registrados, y muchos de los
eventos fueron planeados, conspirados, o expuestos en estos banquetes. Aunque el nombre de Dios
nunca se menciona en este libro, es evidente que los judíos de Susa buscaron Su intervención
cuando ayunaron y oraron por tres días (Ester 4:16). A pesar de que la ley que autorizaba su
destrucción fue escrita de acuerdo a las leyes de los Medos y Persas que la hacían inalterable, el
camino fue despejado para que sus oraciones fueran contestadas. Ester arriesgó su vida al
presentarse ante el rey sin haber sido invitada, no una, sino dos veces, (Ester 5:1-2; 8:3). Ella no
estaba satisfecha con la destrucción de Amán; ella estaba decidida a salvar a su pueblo. La
institución de la Fiesta del Purim está escrita y preservada para que todos la vean y aún es
observada en la actualidad. Al pueblo elegido de Dios, sin ninguna mención directa de Su nombre, le
fue concedida la suspensión de su ejecución a través de la sabiduría y humildad de Ester.
Referencias Proféticas: En Ester, se nos muestra tras bastidores, la continua lucha de Satanás
contra los propósitos de Dios, y más especialmente contra Su Mesías prometido. La llegada de
Cristo a la raza humana fue afirmada sobre la existencia de la raza judía. Así como Amán conspiró
contra los judíos con el fin de destruirlos, así también Satanás se ha declarado en contra de Cristo y
el pueblo de Dios. Así como Amán fue vencido sobre la horca que construyó para Mardoqueo, así
Cristo usa la misma arma que su enemigo ideó para destruirlo a Él y a Su simiente espiritual. Porque
la cruz, por la cual Satanás planeó destruir al Mesías, fue el medio a través del cual Cristo “anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y
clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz” (Colosenses 2:14-15). Así como Amán fue colgado en la horca que
él construyó para Mardoqueo, así el diablo fue aplastado por la cruz que erigió para destruir a Cristo.
Aplicación Práctica: El Libro de Ester muestra la elección que hacemos entre ver la mano de Dios
en las circunstancias de nuestra vida, y ver las cosas como mera coincidencia. Dios es el soberano
Gobernante del universo y podemos estar seguros de que Sus planes no serán cambiados por las
acciones de simples hombres malvados. Aunque Su nombre no es mencionado en el libro, Su
cuidado providencial por su pueblo, tanto a individuos como a la nación, es evidente en todas partes.
Por ejemplo, no podemos dejar de ver que el Todopoderoso ejerció Su influencia sobre el oportuno
insomnio del rey Asuero. A través del ejemplo de Mardoqueo y Ester, en este Libro se muestra el
silencioso lenguaje de amor que nuestro Padre usa con frecuencia para comunicarse directamente
con nuestro espíritu.
Ester probó tener un espíritu enseñable y bondadoso, que también demostró gran fortaleza y
obediencia voluntaria. La humildad de Ester fue notablemente diferente a la de aquellos que la
rodeaban, y esto le ocasionó ser elevada a la posición de reina. Ella nos enseña que permanecer
respetuosos y humildes, aún en circunstancias no solamente difíciles, sino humanamente imposibles,
a menudo nos prepara para ser el vaso receptor de increíbles bendiciones, tanto para nosotros
mismos como para otros. Haríamos bien en imitar sus bondadosas actitudes en todas las áreas de la
vida, pero especialmente durante las pruebas. Ni una sola vez se menciona en la Escritura que
hubiera habido quejas o una mala actitud de parte de ella. Muchas veces leemos que ella ganó el
“favor” de aquellos que la rodeaban. Tal favor fue lo que en última instancia salvó a su pueblo. Se
nos puede conceder tal favor al aceptar aún una injusta persecución, y seguir el ejemplo de Ester, de
mantener una actitud positiva, junto con la humildad y la determinación de depender de Dios. ¿Quién
sabe si Dios nos puso en tal posición, justamente para una época como ésta?
Libro de Job
Autor: El libro de Job no especifica el nombre de su autor. Los candidatos más probables son Job,
Eliú, Moisés, y Salomón.
Fecha de su Escritura: La fecha de la autoría del Libro de Job sería determinada por el autor del
Libro de Job. Si Moisés fue el autor, la fecha sería alrededor del 1440 a.C. Si su autor fue Salomón,
la fecha sería alrededor de 950 a.C. Como no conocemos al autor, tampoco podemos saber la fecha
de su escritura.
Propósito de la Escritura: El Libro de Job nos ayuda a entender lo siguiente: Satanás no puede
traer sobre nosotros la destrucción financiera y física, a menos que sea bajo el permiso de Dios. Dios
tiene el poder sobre lo que Satanás puede y no puede hacer. Está más allá de nuestra humana
habilidad para entender el “¿por qué?” detrás de todo el sufrimiento en el mundo. Los impíos
recibirán su justo pago. No siempre podemos culpar a nuestro sufrimiento y pecado a nuestro estilo
de vida. El sufrimiento puede ser permitido a veces en nuestras vidas con el fin de purificarlas,
probarlas, enseñar o fortalecer el alma. Dios sigue siendo suficiente, y pide y merece nuestro amor y
alabanza en todas las circunstancias de la vida.
Versículos Clave: Job 1:1 “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y
recto, temeroso de Dios y apartado del mal”.
Job 1:21 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová
quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.
Job 38:1-2 “Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ése que
oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?”.
Job 42:5-6 “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me
arrepiento en polvo y ceniza”.
Breve Resumen: El libro inicia con una escena en el cielo, donde Satanás llega a acusar a Job ante
Dios. Él insiste en que Job sólo le sirve a Dios porque Dios lo protege, y busca el permiso de Dios
para probar la fe y la lealtad de Job. Dios le concede Su permiso, solo dentro de ciertos límites. ¿Por
qué sufren los justos? Esta es la pregunta que surge después de que Job pierde a su familia, su
fortuna, y su salud. Los tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, llegan a “consolarlo” y a discutir su
aplastante serie de tragedias. Ellos insisten en que su sufrimiento es un castigo por el pecado en su
vida. Sin embargo, Job permanece fiel a Dios a través de todo esto, y afirma que su vida no ha sido
una de pecado. Un cuarto hombre, Eliú, le dice a Job que necesita humillarse a sí mismo y
someterse a las pruebas usadas por Dios para purificar su vida. Finalmente, Job cuestiona a Dios
mismo y aprende valiosas lecciones acerca de la soberanía de Dios y su necesidad de confiar
totalmente en el Señor. Job es entonces restaurado en su salud, felicidad y prosperidad, mucho más
allá de su situación inicial.
Referencias Proféticas: Mientras Job reflexionaba sobre la causa de su miseria, tres preguntas
vinieron a su mente, todas las cuales son respondidas solo en nuestro Señor Jesucristo. Estas
preguntas ocurren en el capítulo 14. Primero, en el versículo 4 Job pregunta, “¿Quién hará limpio a lo
inmundo? ¿Nadie?”. La pregunta de Job viene de un corazón que reconoce que no es posible
complacer a Dios o ser justificado ante Sus ojos. Dios es santo; nosotros no. Por tanto, existe un
gran abismo causado por el pecado, entre Dios y el hombre. Pero la respuesta a la angustiosa
pregunta de Job se encuentra en Jesucristo. Él ha pagado el castigo por nuestro pecado y lo ha
intercambiado por Su justicia, haciéndonos aceptables a los ojos de Dios (Hebreos 10:14;
Colosenses 1:21-23; 2 Corintios 5:17).
La segunda pregunta de Job, “Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde
estará él?” (v. 10), es otra pregunta acerca de la eternidad, la vida, y la muerte que es respondida
solo en Cristo. Con Cristo, la respuesta a ‘¿dónde estará él?’ es en la vida eterna, en el cielo. Sin
Cristo, la respuesta es una eternidad “en las tinieblas de afuera” donde será “el lloro y el crujir de
dientes” (Mateo 25:30).
La tercera pregunta de Job, se encuentra en el versículo 14, y dice, “Si el hombre muriere, ¿volverá
a vivir?”. Una vez más, la respuesta se encuentra en Cristo. Nosotros realmente viviremos de nuevo
si estamos en Él. “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya
vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en
victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:54-
55).
Aplicación Práctica: El Libro de Job nos recuerda que hay un “conflicto cósmico” sucediendo tras
bastidores, del que usualmente desconocemos todo acerca de él. Con frecuencia nos preguntamos
por qué Dios permite algo, y cuestionamos o dudamos de la bondad de Dios, sin haber visto el
panorama completo. El Libro de Job nos enseña a confiar en Dios bajo todas las circunstancias.
Debemos confiar en Dios, no sólo CUANDO no entendemos, sino PORQUE no entendemos. El
salmista nos dice, “En cuanto a Dios, perfecto es su camino” (Salmo 18:30). Si los caminos de Dios
son “perfectos”, entonces podemos confiar en que cualquier cosa que Él hace – y cualquier cosa que
Él permite – también es perfecta. Esto pudiera no parecer posible para nosotros, pero nuestra mente
no es la mente de Dios. Es verdad que no podemos esperar entender Su mente perfectamente,
como Él nos lo recuerda. “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros
caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55:8-
9). Sin embargo, nuestra responsabilidad hacia Dios es obedecerlo, confiar en Él y someternos a Su
voluntad, ya sea que la entendamos o no.
Libro de Salmos
Autor: La breve descripción que introduce los salmos, mencionan a David como el autor en 73
ocasiones. La personalidad e identidad de David están claramente plasmadas en muchos de estos
salmos. Mientras que es claro que David escribió muchos de los salmos individuales, definitivamente
él no es el autor de toda la colección. Dos de los salmos (72 y 127) son atribuidos a Salomón, el hijo
y sucesor de David. El salmo 90 es una oración atribuida a Moisés. Otro grupo de 12 salmos (50 y
73-83) es adjudicado a la familia de Asaf. Los hijos de Coré escribieron 11 salmos (42, 44-49, 84-85,
87-88). El salmo 88 es atribuido a Hermán, mientras que el 89 es atribuido a Etán el ezraita. Con la
excepción de Salomón y Moisés, todos estos autores adicionales fueron sacerdotes o levitas quienes
eran responsables de proveer música para la adoración del santuario durante el reinado de David.
Cincuenta de los salmos no especifican a ninguna persona como su autor.
Fecha de su Escritura: Un cuidadoso examen sobre el asunto de la autoría, así como del tema
tratado por los salmos mismos, revela que abarcan un período de muchos siglos. El salmo más
antiguo en la colección es probablemente la oración de Moisés (90), una reflexión sobre la fragilidad
del hombre comparado con la eternidad de Dios. El último salmo es probablemente el 137, una
canción de lamento claramente escrito durante los días cuando los hebreos habían sido llevados
cautivos por los babilonios, desde el 586 al 538 a.C.
Está claro que los 150 salmos individuales fueron escritos por muchas diferentes personas a través
de un período de mil años en la historia de Israel. Éstos han de haber sido coleccionados y reunidos
en su presente forma por un editor desconocido, poco después de haber terminado la cautividad
cerca del 537 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Salmos es el libro más largo de la Biblia, con 150 salmos
individuales. También es uno de los más diversos, puesto que los salmos tratan con temas tales
como Dios y Su creación, la guerra, adoración, sabiduría, pecado y maldad, juicio, justicia y la venida
del Mesías.
Versículos Clave: Salmos 19:1 “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la
obra de sus manos”.
Salmos 22:16-18 “Porque perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron
mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos. Entre tanto, ellos me miran y me observan.
Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”.
Salmos 29:1-2 ““Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, dad a Jehová la gloria y el poder. Dad
a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad”.
Salmos 51:10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”.
Salmos 119:1-2 “Bienaventurados los perfectos de camino, los que andan en la ley de Jehová.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios, y con todo el corazón le buscan”.
Breve Resumen: El Libro de Salmos es una colección de oraciones, poemas, e himnos, que centran
los pensamientos del adorador en Dios, en alabanza y adoración. Partes de este libro fueron usadas
como un himnario en los servicios de adoración del antiguo Israel. La herencia musical de los salmos
está demostrada por su título. Éste procede de una palabra griega que significa “una canción
cantada al acompañamiento de un instrumento musical”.
Aplicación Práctica: Uno de los resultados de ser lleno con el Espíritu o con la Palabra de Cristo, es
cantar. Los salmos son el “cancionero” de la iglesia primitiva, que reflejaban la nueva verdad en
Cristo.
Dios es el mismo Señor en todos los salmos, pero respondemos a Él en diferentes maneras, de
acuerdo con las circunstancias específicas de nuestra vida. ¡Que maravilloso Dios es al que
adoramos! declara el salmista, Uno que es alto y elevado por encima de nuestras experiencias
humanas, pero también Uno que está lo suficientemente cerca para tocarlo y quien camina a nuestro
lado a lo largo de todo nuestro camino por la vida.
Podemos traer todos nuestros sentimientos a Dios sin importar cuán negativos o quejumbrosos
puedan ser, y podemos descansar, seguros de que Él nos escuchará y entenderá. El salmista nos
enseña que la oración más profunda de todas es el grito de ayuda mientras nos encontramos
abrumados por los problemas de la vida.
Libro de Proverbios
Autor: El rey Salomón es el principal escritor de Proverbios. Su nombre aparece en 1:1, 10:1, y 25:1.
También podemos suponer que Salomón coleccionó y editó proverbios que no eran suyos, porque
Eclesiastés 12:9 dice, “Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo;
e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios”.
Fecha de su Escritura: Los proverbios de Salomón fueron escritos alrededor del 900 a.C. Durante
su reinado como rey de Israel, la nación alcanzó su clímax espiritual, político, cultural, y económico.
Mientras aumentaba la reputación de Israel, también lo hacía la del rey Salomón. Dignatarios
extranjeros de los lugares más lejanos del mundo conocido, viajaban grandes distancias para
escuchar hablar al sabio monarca (1 Reyes 4:34).
Versículos Clave: Proverbios 1:5 “Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá
consejo”.
Proverbios 1:7 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. Los insensatos desprecian la
sabiduría y la enseñanza”.
Proverbios 4:5 “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones
de mi boca”.
Proverbios 8:13-14 “El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal
camino, y la boca perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la
inteligencia; mío es el poder”.
Breve Resumen: Resumir el Libro de Proverbios es un poco difícil, porque a diferencia de muchos
otros libros de la Escritura, en este no hay una trama o un argumento que se encuentre en sus
páginas; tampoco existen en el libro los personajes principales. Es la sabiduría lo que está en el
escenario central – una grande y divina sabiduría, que trasciende el total de la historia, los pueblos y
las culturas. Aún una lectura superficial de este magnífico tesoro revela las sustanciales palabras del
sabio rey Salomón que son tan relevantes ahora como lo fueron hace unos tres mil años.
Aplicación Práctica: Dentro de sus treinta y un capítulos de este libro, se encuentra en su contenido
un innegable sentido práctico para las respuestas racionales y sensibles a toda clase de dificultades
complejas. Ciertamente, Proverbios es el gran libro de “cómo hacerlo” que jamás se ha escrito.
Aquellos que tienen el buen sentido de adoptar para sí las lecciones de Salomón, descubrirán
rápidamente, que la piedad, la prosperidad, y la alegría son suyas con pedirlo.
La promesa recurrente en el Libro de Proverbios es que aquellos que eligen la sabiduría y siguen a
Dios, serán bendecidos de muchas maneras: con larga vida (9:11); prosperidad (2:20-22); gozo
(3:13-18); y la bondad de Dios (12:21). Por otra parte, aquellos que lo rechazan, sufrirán vergüenza y
muerte (3:35; 10:21). Rechazar a Dios es elegir la necedad sobre la sabiduría, y es separarnos
nosotros mismos de Dios, de Su Palabra, de Su sabiduría, y de Sus bendiciones.
Libro de Eclesiastés
Autor: El libro de Eclesiastés no identifica directamente a su autor. Hay algunos versículos que
implican que Salomón escribió este libro. Hay algunas pistas en el contexto que pueden sugerir que
una persona diferente escribió el libro después de la muerte de Salomón, posiblemente cientos de
años después. Aún así, la creencia tradicional es que el autor es ciertamente Salomón.
Fecha de su Escritura: El reinado de Salomón como rey de Israel duró aproximadamente del 970 al
930 a.C. El Libro de Eclesiastés fue escrito probablemente hacia el final de su reinado,
aproximadamente en el 935 a.C.
Al final, el Predicador llega a aceptar que la fe en Dios es la única manera de encontrar el significado
personal. Él decide aceptar el hecho de que la vida es breve y en última instancia, inútil sin Dios. El
Predicador aconseja al lector enfocarse en un Dios eterno, en vez de en el placer temporal.
Versículos Clave: Eclesiastés 1:2 “Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades,
todo es vanidad”.
Eclesiastés 1:18 “Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade
dolor”.
Eclesiastés 2:11 “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé
para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”.
Eclesiastés 12:1 “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días
malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento”.
Eclesiastés 12:13 “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos;
porque esto es el todo del hombre”.
Breve Resumen: Dos frases son repetidas a menudo en Eclesiastés. La palabra traducida como
“vanidad” en la RV, y como “absurdo” en la NVI, aparece con frecuencia, y es usada para enfatizar la
naturaleza temporal de las cosas del mundo. Al final, aún los logros humanos más impresionantes,
serán dejados atrás. La frase “bajo el sol” ocurre 28 veces, y se refiere al mundo mortal. Cuando el
Predicador se refiere a “todas las cosas debajo del sol”, está hablando de las cosas humanas,
terrenales, y temporales.
Los primeros siete capítulos del Libro de Eclesiastés, describen todas las cosas mundanas “bajo el
sol” en las que el Predicador trata de hallar contentamiento. Él prueba el descubrimiento científico
(1:10-11), la sabiduría y la filosofía (1:13-18), la alegría (2:1), el alcohol (2:3), la arquitectura (2:4), las
posesiones (2:7-8), y los lujos (2:8). El Predicador dirigió su mente hacia diferentes filosofías, tales
como el materialismo, para encontrar el significado (2:19-20), y aún los códigos morales (incluyendo
capítulos 8-9). Él encontró que todo era vanidad, una diversión temporal, que, sin Dios, no tenía
propósito o permanencia.
Los capítulos 8-12 de Eclesiastés describen las sugerencias y comentarios del Predicador sobre
cómo debe vivirse la vida. Él llega a la conclusión de que, sin Dios, no hay verdad ni significado para
la vida. Él ha visto muchos males y se ha dado cuenta de que aún los mejores logros del hombre, no
valen nada a la larga. Así que él aconseja al lector que reconozca a Dios desde la juventud (12:1) y
que siga Su voluntad (12:13-14).
Referencias Proféticas: Para todas las vanidades descritas en el Libro de Eclesiastés, la respuesta
es Cristo. De acuerdo a Eclesiastés 3:17, Dios juzga al justo y al impío, y los justos son solo aquellos
que están en CRISTO (2 Corintios 5:21). Dios ha colocado el deseo por la eternidad en nuestros
corazones (Eclesiastés 3:11), y ha provisto el Camino a la vida eterna a través de Cristo (Juan 3:16).
Se nos recuerda que luchar por alcanzar las riquezas del mundo, no solo es vanidad porque no
satisface (Eclesiastés 5:10), sino que aún si pudiéramos alcanzarlas, sin Cristo, perderíamos
nuestras almas y ¿qué provecho habría en ello? (Marcos 8:36). En última instancia, cada desilusión
y vanidad descrita en Eclesiastés tiene su remedio en Cristo, quien es la sabiduría de Dios y el único
significado verdadero que encontramos en la vida.
Aplicación Práctica: Eclesiastés ofrece al cristiano una oportunidad de entender el vacío y la
desesperación con la que luchan aquellos que no conocen a Dios. Aquellos que no tienen una fe
salvadora en Cristo, se enfrentan con una vida que en última instancia terminará y se volverá
irrelevante. Si no hay salvación, y no hay Dios, entonces no sólo la vida no tiene sentido, sino que
tampoco hay un propósito o dirección para ella. El mundo “bajo el sol”, aparte de Dios, es frustrante,
cruel, injusto, breve, y “carente de sentido”. Pero con Cristo, la vida no es sino una sombra de las
glorias por venir en un cielo que solo es accesible a través de Él.
Autor: Salomón escribió el libro de Cantar de los Cantares, de acuerdo al primer versículo. Este
cantar es uno de los 1,005 que escribió Salomón (1 Reyes 4:32). El título “Cantar de los Cantares” es
superlativo, expresando que es el mejor.
Fecha de su Escritura: Salomón escribió estos cantares probablemente durante la primera etapa de
su reinado. Esto colocaría la fecha de composición alrededor del 965 a.C.
Propósito de la Escritura: El Cantar de los Cantares es un poema lírico escrito para ensalzar las
virtudes del amor entre un esposo y su esposa. El poema claramente presenta el matrimonio como
Dios lo concibió. Un hombre y una mujer deben vivir juntos dentro del contexto del matrimonio,
amándose uno al otro espiritual, emocional, y físicamente.
Este libro combate dos extremos: el ascetismo (la negación de todo placer) y el hedonismo (la
búsqueda del placer único). El matrimonio perfilado en Cantar de los Cantares es un modelo de
cuidado, compromiso y deleite.
Versículos Clave: Cantar de los Cantares 2:7; 3:5; 8:4, - “Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
hasta que quiera”.
Cantar de los Cantares 8:6-7, - “Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu
brazo; Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas
de fuego, fuerte llama. Las muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los ríos. Si
diese el hombre todos los bienes de su casa por este amor, De cierto lo menospreciarían”.
Breve Resumen: La poesía toma la forma de un diálogo entre un esposo (el rey) y su esposa, (la
sulamita). Podemos dividir el libro en tres secciones: el cortejo (1:1 – 3:5); la boda (3:6 – 5:1); y el
matrimonio en su madurez (5:2 – 8:14).
El cantar comienza antes de la boda, mientras la futura novia anhela estar con su prometido, y sueña
con sus caricias íntimas. Sin embargo, ella aconseja dejar que el amor se desarrolle naturalmente, a
su debido tiempo. El rey alaba la belleza de la sulamita, superando sus sentimientos de inseguridad
acerca de su aspecto. La sulamita tiene un sueño en el cual ella pierde a Salomón y lo busca por
toda la ciudad. Con la ayuda de los guardias de la ciudad, ella encuentra a su amado y se aferra a él,
llevándolo a un lugar seguro. Al despertar, ella repite su consejo de no forzar el amor.
A medida que el matrimonio madura, el esposo y la esposa pasan a través de un tiempo difícil,
simbolizado en otro sueño. En este segundo sueño, la sulamita rechaza a su esposo, y él se va.
Abrumada por la culpa, ella lo busca por la ciudad, pero esta vez, en lugar de ayudarla, los guardias
la golpean – simbolismo de su conciencia dolida. Las cosas terminan felizmente mientras los
amantes se reúnen y se reconcilian.
Al terminar el cantar, ambos, el esposo y la esposa están confiados y seguros de su amor. Ellos
cantan sobre la naturaleza duradera del verdadero amor, y ansían estar uno en la presencia del otro.
Referencias Proféticas: Algunos intérpretes de la Biblia ven en el Cantar de los Cantares una
exacta representación simbólica de Cristo y Su iglesia. Cristo es visto como el rey, mientras que la
iglesia es representada por la sulamita. Mientras que creemos que el libro debe ser entendido
literalmente como una representación del matrimonio, hay algunos elementos que prefiguran a la
Iglesia y su relación con su Rey, el Señor Jesús. El Cantar de los Cantares 2:4 describe la
experiencia de cada creyente que es buscado y comprado por el Señor Jesús. Estamos en un lugar
de gran riqueza espiritual y estamos cubiertos por Su amor. El versículo 16 del capítulo 2 dice: “Mi
amado es mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios”. Aquí hay un cuadro no solo de la seguridad del
creyente en Cristo (Juan 10:28-29), sino del Buen Pastor quien conoce a Sus ovejas –creyentes - y
da Su vida por nosotros (Juan 10:11). Por Él, ya no estamos manchados por el pecado, habiendo
quitado nuestras “manchas” con Su sangre (Cantar de Cantares 4:7; Efesios 5:27).
Aplicación Práctica: Nuestro mundo está confundido acerca del matrimonio. La prevalencia del
divorcio y los intentos modernos de definir el matrimonio están en evidente contraste con Cantar de
los Cantares. El matrimonio, dice el poeta bíblico, es para celebrarse, gozarse, y reverenciarse. Este
libro provee algunas guías prácticas para el fortalecimiento de nuestros matrimonios:
1) Dar a tu esposa(o) la atención que ella (o él) necesita. Tomar el tiempo necesario para conocer
realmente a tu esposa(o).
3) Disfrutarse el uno al otro. Planificar algunas escapadas. Ser creativos, aún juguetones uno con el
otro. Deleitarse en el regalo de Dios del amor matrimonial.
4) Hacer lo que sea necesario para reafirmar el compromiso con tu esposa(o). Renovar sus votos.
Trabajar a través de los problemas y no considerar el divorcio como una solución. Dios quiere que
ambos vivan en un amor profundamente pacífico y seguro.
Libro de Isaías
Autor: Isaías 1:1 identifica al autor del libro de Isaías como el Profeta Isaías.
Fecha de su Escritura: El libro de Isaías fue escrito entre los años 701 y 681 a.C.
Propósito de la Escritura: El Profeta Isaías fue primeramente llamado a profetizar al reino de Judá.
Judá había estado atravesando por tiempos de avivamiento y tiempos de rebelión. Judá había
estado amenazado con destrucción por Asiria y Egipto, pero fue preservado por la misericordia de
Dios. Isaías proclamó un mensaje de arrepentimiento del pecado y la esperanza de la liberación de
Dios en el futuro.
Versículos Clave: Isaías 6:8, “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá
por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí”.
Isaías 7:14, “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz
un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.
Isaías 9:6, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”.
Isaías 14:12-13, “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú
que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las
estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte”.
Isaías 53:5-6, “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos
nosotros”.
Isaías 65:25, “El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y
el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo
Jehová”.
Breve Resumen: El Libro de Isaías revela el juicio y la salvación de Dios. Dios es “santo, santo,
santo” (Isaías 6:3), y, por tanto, Él no puede permitir que el pecado quede impune (Isaías 1:2; 2:11-
20; 5:30; 34:1-2; 42:25). Isaías describe el juicio venidero de Dios como un “fuego consumidor”
(Isaías 1:31; 30:33).
Al mismo tiempo, Isaías comprende que Dios es un Dios de misericordia, gracia, y compasión (Isaías
5:25; 11:16; 14:1-2; 32:2; 40:3; 41:14-16). La nación de Israel (tanto Judá como Israel) es ciega y
sorda a los mandamientos de Dios (Isaías 6:9-10; 42:7). Judá es comparado con una viña que debe
ser, y será pisoteada (Isaías 5:1-7). Solo por Su misericordia y Sus promesas a Israel, Dios no
permitirá que Israel o Judá sean completamente destruidas. Él traerá restauración, perdón, y sanidad
(43:2; 43:16-19; 52:10-12).
Más que ningún otro libro en el Antiguo Testamento, Isaías se enfoca en la salvación que vendrá a
través del Mesías. Un día, el Mesías regirá con justicia y juicio (Isaías 9:7; 32:1). El reinado del
Mesías traerá paz y seguridad a Israel (Isaías 11:6-9). A través del Mesías, Israel será una luz para
todas las naciones (Isaías 42:6; 55:4-5). El reino del Mesías en la tierra (Isaías capítulos 65-66) es la
meta hacia la cual señala todo el Libro de Isaías. Es durante el reinado del Mesías que la justicia de
Dios será totalmente revelada al mundo.
En una aparente paradoja, el Libro de Isaías también presenta al Mesías como uno que sufrirá.
Isaías capítulo 53 describe vívidamente el sufrimiento del Mesías por el pecado. Es a través de Sus
heridas que se alcanza la sanidad. Es a través de Su sufrimiento que nuestras iniquidades son
borradas. Esta aparente contradicción se resuelve en la Persona de Jesucristo. En Su primera
venida, Jesús fue el siervo sufriente de Isaías capítulo 53. En Su segunda venida, Jesús será el Rey
conquistador y soberano, el Príncipe de Paz (Isaías 9:6).
Referencias Proféticas: Como antes mencionamos, el capítulo 53 de Isaías describe la venida del
Mesías y el sufrimiento que Él soportaría con el fin de pagar por nuestros pecados. En Su soberanía,
Dios orquestó cada detalle de la crucifixión para cumplir cada profecía de este capítulo, así como
otras profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. La imagen del capítulo 53 es conmovedora y
profética, y contiene un cuadro completo del Evangelio. Jesús fue despreciado y rechazado (v.3;
Lucas 13:34; Juan 1:10-11), azotado por Dios (v.4; Mateo 27:46), y herido por nuestras rebeliones
(v.5; Juan 19:34; 1 Pedro 2:24). Por medio de Su sufrimiento, Él pagó el castigo que nosotros
merecíamos y se convirtió por nosotros en el último y perfecto sacrificio (v.5; Hebreos 10:10).
Aunque Él fue sin pecado, Dios puso en Él nuestro pecado, y nosotros fuimos hechos justicia de
Dios en Él (2 Corintios 5:21).
Aplicación Práctica: El Libro de Isaías nos presenta a nuestro Salvador con innegable detalle. Él es
el único camino al cielo, el único medio para obtener la gracia de Dios, el único Camino, la única
Verdad, y la única Vida (Juan 14:6; Hechos 4:12). Sabiendo el precio que Cristo pagó por nosotros,
¿cómo podríamos descuidar o rechazar “una salvación tan grande”? (Hebreos 2:3). Tenemos solo
unos pocos cortos años en la tierra para venir a Cristo y abrazar la salvación que solo Él ofrece. No
hay una segunda oportunidad después de la muerte, y la eternidad en el infierno es un tiempo muy,
muy largo.
¿Conoces a gente que declara ser creyente en Cristo y que son dos caras, que son hipócritas? Ese
es tal vez el mejor resumen de cómo Isaías vio a la nación de Israel. Israel tenía una apariencia de
rectitud, pero sólo era una fachada. En el Libro de Isaías, el Profeta Isaías desafía a Israel a
obedecer a Dios con todo su corazón, no solo en el exterior. El deseo de Isaías era que aquellos que
oyeran y leyeran sus palabras fueran convencidos de volverse de su maldad e ir a Dios para el
perdón y la sanidad.
Libro de Jeremías
Autor: Jeremías capítulo 1, verso 1 identifica al Profeta Jeremías como el autor del Libro de
Jeremías.
Fecha de su Escritura: El Libro de Jeremías fue escrito entre el 630 y el 580 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Jeremías registra las profecías finales a Judá, advirtiéndoles
de la destrucción por venir, si la nación no se arrepiente. Jeremías hace un llamado a la nación para
volverse a Dios. Al mismo tiempo, Jeremías reconoce la inevitable destrucción de Judá, debido a su
no arrepentida idolatría e inmoralidad.
Versículos Clave: Jeremías 1:5, “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses
te santifiqué, te di por profeta a las naciones”.
Jeremías 17:9, “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”.
Jeremías 29:10-11, “Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo
os visitaré, y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar. Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de
mal, para daros el fin que esperáis”.
Jeremías 52:12-13, “Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que era el año diecinueve del
reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia,
que solía estar delante del rey de Babilonia. Y quemó la casa de Jehová, y la casa del rey, y todas
las casas de Jerusalén; y destruyó con fuego todo edificio grande”.
Breve Resumen: El Libro de Jeremías es primeramente un mensaje de juicio sobre Judá por la
creciente idolatría (Jeremías 7:30-34; 16:10-13; 22:9; 32:29; 44:2-3). Después de la muerte del Rey
Josías, el último rey justo, la nación de Judá había abandonado casi completamente a Dios y Sus
mandamientos. Jeremías compara a Judá con una prostituta (Jeremías 2:20; 3:1-3). Dios había
prometido que Él juzgaría la idolatría de la forma más severa (Levíticos 26:31-33, Deuteronomio
28:49-68), y Jeremías estaba advirtiendo a Judá que el juicio de Dios estaba a la puerta. Dios había
librado a Judá de la destrucción en incontables ocasiones, pero Su misericordia había llegado a su
fin. Jeremías describe al rey Nabucodonosor conquistando y sojuzgando a Judá bajo su dominio
(Jeremías 24:1). Después de una rebelión posterior, Dios trajo a Nabucodonosor, y el ejército
babilonio regresó para destruir y desolar a Judá y Jerusalén (Jeremías 52). Aún en medio de este
severísimo juicio, Dios promete restauración a Judá cuando regrese a la tierra que Dios le había
dado (Jeremías 29:10).
Referencias Proféticas: Jeremías 23:5-6 presenta una profecía de la venida del Mesías, Jesucristo.
El profeta Lo describe como un Renuevo de la casa de David (v.5; Mateo 1), el Rey que reinaría en
sabiduría y justicia (v.5, Apocalipsis 11:15). Es Cristo, quien finalmente será reconocido por Israel
como su Mesías verdadero, como el que proporcionará la salvación para Sus escogidos. (v.6;
Romanos 11:26)
Aplicación Práctica: El Profeta Jeremías tuvo un mensaje muy difícil de entregar. Jeremías amaba
a Judá, pero él amaba mucho más a Dios. Tan doloroso como fue para entregar un mensaje
consistente en el juicio a su propio pueblo, Jeremías fue obediente a lo que Dios le dijo que hiciera y
dijera. Jeremías esperaba y oraba por misericordia de Dios para con Judá, pero también confiaba en
que Dios era bueno, justo, y recto. Nosotros también debemos obedecer a Dios, aún cuando sea
difícil, reconocer la voluntad de Dios es más importante que nuestros propios deseos, y confiar en
que Dios, en Su infinita sabiduría y perfecto plan, procurará lo mejor para Sus hijos (Romanos 8:28).
Libro de Lamentaciones
Fecha de su Escritura: El Libro de Lamentaciones fue escrito probablemente entre el 586 y el 575
a.C., durante o poco después de la caída de Jerusalén.
Versículos Clave: Lamentaciones 2:17, “Jehová ha hecho lo que tenía determinado; Ha cumplido su
palabra, la cual él había mandado desde tiempo antiguo. Destruyó, y no perdonó; Y ha hecho que el
enemigo se alegre sobre ti, Y enalteció el poder de tus adversarios”.
Lamentaciones 3:22-23, “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca
decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”.
Lamentaciones 5:19-22, “Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; Tu trono de generación en
generación. ¿Por qué te olvidas completamente de nosotros, Y nos abandonas tan largo tiempo?
Vuélvenos, oh Jehová, a ti, y nos volveremos; Renueva nuestros días como al principio. Porque nos
has desechado; Te has airado contra nosotros en gran manera”.
Breve Resumen: El Libro de Lamentaciones está dividido en cinco capítulos. Cada capítulo
representa un poema separado. En el hebreo original, los versículos son acrósticos, cada uno de los
cuales comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo. En el Libro de Lamentaciones, el
Profeta Jeremías comprende que los babilonios fueron la herramienta de Dios para traer juicio sobre
Jerusalén (Lamentaciones 1:12-15; 2:1-8; 4:11). Lamentaciones deja en claro que el pecado y la
rebelión fueron las causas de que la ira de Dios fuera derramada (1:8-9: 4:13; 5:16). Lamentar es lo
apropiado en tiempos de angustia, pero pronto deberá dar paso a la contrición y al arrepentimiento
(Lamentaciones 3:40-42; 5:21-22).
Referencias Proféticas: Jeremías fue conocido como “el profeta llorón” por su profunda y
permanente pasión por su pueblo y su ciudad (Lamentaciones 3:48-49). Este mismo dolor por los
pecados del pueblo y su rechazo de Dios, fue expresado por Jesús mientras se aproximaba a
Jerusalén y veía a futuro su destrucción a manos de los romanos (Lucas 19:41-44). A causa del
rechazo de los judíos a su Mesías, Dios usó el asedio romano para castigar a Su pueblo. Pero Dios
no disfruta el tener que castigar a Sus hijos y Su oferta de Jesucristo como una expiación por el
pecado, muestra Su gran compasión por su pueblo. Un día, por Cristo, Dios secará todas las
lágrimas (Apocalipsis 7:17).
Aplicación Práctica: Aún en un terrible juicio, Dios es un Dios de esperanza (Lamentaciones 3:24-
25). No importa cuánto nos hayamos alejado de Él, tenemos la esperanza de que podemos regresar
a Él y encontrar Su compasión y perdón (1 Juan 1:9). Nuestro Dios es un Dios amoroso
(Lamentaciones 3:22), y por Su gran amor y compasión, Él envió a Su Hijo, para que no perezcamos
en nuestros pecados, sino que podamos vivir eternamente con Él (Juan 3:16). La fidelidad
(Lamentaciones 3:23) y salvación de Dios (Lamentaciones 3:26), son atributos que nos dan gran
esperanza y consuelo. Él no es un dios indiferente y caprichoso, sino un Dios que salvará a aquellos
que acudan a Él, admitan que no pueden hacer nada para ganar Su favor, y apelen a la misericordia
del Señor, para que no seamos consumidos (Lamentaciones 3:22).
Libro de Ezequiel
Autor: El Profeta Ezequiel es el autor del Libro (Ezequiel 1:3) Él fue un contemporáneo tanto de
Jeremías como de Daniel.
Fecha de su Escritura: El Libro de Ezequiel fue escrito probablemente entre el 593 y el 565 a.C.
durante el cautiverio babilónico de los judíos.
Versículos Clave: Ezequiel 2:3-6, “Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a
gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este
mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha
dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde,
siempre conocerán que hubo profeta entre ellos”.
Ezequiel 18:4, “He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo
es mía; el alma que pecare, esa morirá”.
Ezequiel 28:12-14, “Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En
Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio,
jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y
flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te
puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas”.
Ezequiel 33:11, “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se
vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué
moriréis, oh casa de Israel?”.
Ezequiel 48:35, “Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Jehová-sama.” [EL SEÑOR ESTÁ
AHÍ].
Capítulos 25-32: profecías sobre el juicio de Dios sobre las naciones vecinas.
Referencias Proféticas: Ezequiel 34 es el capítulo donde Dios denuncia a los líderes de Israel como
falsos pastores, por su poco cuidado a Su pueblo. En lugar de apacentar a las ovejas de Israel, ellos
se preocupaban por ellos mismos. Ellos comían bien, estaban bien vestidos y bien atendidos por el
mismo pueblo sobre el que ellos habían sido puestos para cuidar (Ezequiel 34:1-3). En contraste,
Jesús es el Buen Pastor quien da Su vida por las ovejas, y quien las protege de los lobos que
destruirían al rebaño (Juan 10:11-12). El versículo 4 del capítulo 34 describe al pueblo, cuyos
pastores fracasaron en ministrar a las ovejas débiles, enfermas, heridas, y perdidas. Jesús es el
Gran Médico quien sana nuestras heridas espirituales (Isaías 53:5) por Su muerte en la cruz. Él es
quien busca y salva a lo que se había perdido (Lucas 19:10).
Aplicación Práctica: El Libro de Ezequiel nos llama a unirnos en un encuentro fresco y vivo con el
Dios de Abraham, Moisés, y los profetas. Debemos ser vencedores o seremos vencidos. Ezequiel
nos reta a experimentar una visión del poder, conocimiento, eterna presencia, y santidad de Dios que
cambie nuestra vida; a dejar que Dios nos dirija; a comprender la profundidad y el compromiso con el
mal que se aloja en cada corazón humano; a reconocer que Dios hace responsables a Sus siervos
de advertir a los hombres malvados sobre el peligro en que se encuentran; y, a experimentar una
relación viva con Jesucristo, quien dijo que el nuevo pacto se encuentra en Su sangre.
Libro de Daniel
Autor: El Libro de Daniel identifica al profeta Daniel como su autor (Daniel 9:2; 10:2). Jesús también
menciona a Daniel como su autor (Mateo 24:15).
Fecha de su Escritura: El Libro de Daniel fue escrito probablemente entre el 540 y el 530 a.C.
Versículos Clave: Daniel 1:19-20, “Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos
otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En todo asunto
de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos
y astrólogos que había en todo su reino”.
Daniel 2:31, “Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya
gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible”.
Daniel 3:17-18, “He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo;
y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco
adoraremos la estatua que has levantado”.
Daniel 4:34-35, “Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue
devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es
sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados
como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no
hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?”.
Daniel 9:25-27, “Sabe, pues, y entiende, que, desde la salida de la orden para restaurar y edificar a
Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a
edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se
quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la
ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las
devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará
cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el
desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el
desolador”.
Breve Resumen: El Libro de Daniel se puede dividir en tres secciones. El capítulo 1 describe la
conquista de Jerusalén por los babilonios. Junto con muchos otros, Daniel y sus tres amigos fueron
deportados a Babilonia y por su valentía y obvias bendiciones de Dios sobre ellos, fueron
“promovidos” al servicio del rey (Daniel 1:17-20).
Los capítulos 2-7 registran a Nabucodonosor teniendo un sueño que solo Daniel podría interpretar
correctamente. El sueño de Nabucodonosor sobre una gran estatua, representaba los reinos que se
levantarían en el futuro. Nabucodonosor hizo una gran estatua de sí mismo y forzó a todos a
adorarla. Sadrac, Mesac y Abed-nego se rehusaron y fueron librados milagrosamente por Dios, a
pesar de haber sido echados dentro de un horno de fuego. Nabucodonosor fue juzgado por Dios por
su soberbia, pero después restaurado, una vez que reconoció y admitió la soberanía de Dios.
Daniel capítulo 5, registra el mal uso que hizo Belsasar, hijo de Nabucodonosor, de los objetos
tomados del templo de Jerusalén; y como respuesta, recibió un mensaje de Dios, escrito en la pared.
Solo Daniel pudo interpretar la escritura, un mensaje del juicio venidero de Dios. Daniel es echado al
foso de los leones por rehusarse a orar al emperador, pero fue librado milagrosamente. Dios le dio a
Daniel una visión de cuatro bestias. Las cuatro bestias representaban los imperios de Babilonia,
Medo-Persa, Grecia, y Roma.
Los capítulos 8-12 contienen una visión de un carnero, un macho cabrío, y varios cuernos – también
referente a futuros reinos y sus gobernantes. Daniel capítulo 9, registra la profecía de las “setenta
semanas” de Daniel. Dios le dio a Daniel el tiempo preciso cuando el Mesías vendría y sería muerto.
La profecía también menciona a un futuro gobernante quien hará un pacto con Israel, el cual
romperá al cabo de tres años y medio, seguido poco después por el gran juicio y la consumación de
todas las cosas. Daniel es visitado y fortalecido por un ángel después de esta gran visión, y el ángel
le explica la visión a Daniel con gran detalle.
Referencias Proféticas: Vemos en las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los
leones, una referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran que
Dios es un Dios que salva, y quien puede librarlos del horno de fuego (Daniel 3:17). De la misma
forma, al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, Dios ha provisto un escape del fuego del
infierno (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios envió un ángel para cerrar las bocas de los leones
y salvó a Daniel de la muerte. Jesucristo es nuestra provisión de los peligros del pecado que
amenazan con consumirnos.
La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien muchos serán
limpios y purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1 Pedro 5:21) por quien nuestros
pecados, a través de Su sangre, serán lavados y seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).
Aplicación Práctica: Al igual que Sadrac, Mesac, y Abed-nego, siempre debemos permanecer
firmes ante lo que sabemos que es lo correcto. Dios es más grande que cualquier castigo que
pudiera venir sobre nosotros. Ya sea que Dios decida librarnos o no, Él siempre es digno de nuestra
confianza. Dios sabe lo que es mejor, y Él honra a aquellos que le obedecen.
Dios tiene un plan, y Su plan está elaborado hasta el más mínimo detalle. Dios conoce y tiene el
control del futuro. Todo lo que Dios ha predicho, se ha cumplido con la exactitud con que fue
anunciado. Por tanto, debemos creer y confiar en que las cosas que Él ha predicho para el futuro,
algún día ocurrirán exactamente como Dios lo ha declarado.
Libro de Oseas
Autor: Oseas 1:1 identifica al autor del libro como el Profeta Oseas. Es la narración personal de
Oseas de sus mensajes proféticos a los hijos de Dios y al mundo. Oseas es el único profeta de Israel
que dejó algunas profecías escritas, las cuales fueron registradas durante los últimos años de su
vida.
Fecha de su Escritura: Oseas, el hijo de Beeri, profetizó durante un largo período, del 785 al 725
a.C. El Libro de Oseas fue escrito probablemente entre el 755 y el 725 a.C.
Propósito de la Escritura: Oseas escribió este libro para recordar a los israelitas –y a nosotros- que
el nuestro es un Dios de amor, cuya lealtad al pacto con Su pueblo es inalterable. A pesar del
continuo extravío de Israel al ir tras falsos dioses, la fidelidad del amor de Dios es representado en el
sufrimiento del esposo de la esposa infiel. El mensaje de Oseas es también uno de advertencia para
aquellos que le dan la espalda al amor de Dios. A través de la presentación simbólica del matrimonio
de Oseas con Gomer, el amor de Dios por la nación idólatra de Israel se muestra en una rica
metáfora en los temas del pecado, el juicio, y el amor que perdona.
Versículos Clave: Oseas 1:2, “El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová
a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose
de Jehová”.
Oseas 2:23, “Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-
ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío”.
Oseas 6:6, “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que
holocaustos”.
Oseas 14:2-4, “Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová, y decidle: Quita toda
iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. No nos librará el asirio; no
montaremos en caballos, ni nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros;
porque en ti el huérfano alcanzará misericordia. Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia;
porque mi ira se apartó de ellos”.
Breve Resumen: El Libro de Oseas puede dividirse en dos partes: (1) Oseas 1:1-3:5 es una
descripción de una esposa adúltera y un esposo fiel, símbolo de la infidelidad de Israel hacia Dios a
través de la idolatría, y (2) Oseas 3:6-14:9 contiene la condenación de Israel, especialmente
Samaria, por la adoración de ídolos y su eventual restauración.
La primera sección del libro contiene tres diferentes poemas ilustrando cómo los hijos de Dios
regresan una y otra vez a la idolatría. Dios le ordena a Oseas casarse con Gomer, quien después de
haberle dado tres hijos, abandona a Oseas para ir tras sus amantes. El énfasis simbólico se puede
ver claramente en el primer capítulo, mientras Oseas compara las acciones de Israel con el
abandono del matrimonio para vivir como una prostituta. La segunda sección contiene la denuncia de
Oseas de los israelitas, pero seguido por las promesas y las misericordias de Dios.
El Libro de Oseas es un registro profético del infinito amor de Dios por Sus hijos. Desde el principio
de los tiempos, la ingrata e inmerecida creación de Dios, ha estado recibiendo el amor, la gracia, y la
misericordia de Dios, pero aún no ha sido capaz de abstenerse de su maldad.
La última parte de Oseas muestra como una vez más el amor de Dios restaura a Sus hijos,
perdonando sus transgresiones, cuando ellos se vuelven a Él con un corazón arrepentido. El
mensaje profético de Oseas predice la venida del Mesías de Israel, 700 años en el futuro. Oseas se
cita a menudo en el Nuevo Testamento.
Referencias Proféticas: Oseas 2:23 es el hermoso mensaje profético de Dios de incluir a los
gentiles [los no judíos] como Sus hijos, como también está escrito en Romanos 9:25 y 1 Pedro 2:10.
Los gentiles no son originalmente “el pueblo de Dios”, pero a través de Su gracia y misericordia, Él
nos ha dado a Jesucristo, y por la fe en Él somos injertados en el árbol de Su pueblo (Romanos
11:11-18). Esta es una asombrosa verdad acerca de la Iglesia, una que es llamada un “misterio”,
porque antes de Cristo, el pueblo de Dios era considerado únicamente el pueblo judío. Cuando
Cristo vino, los judíos fueron cegados temporalmente “hasta que haya entrado la plenitud de los
gentiles” (Romanos 11:25).
Aplicación Práctica: El Libro de Oseas nos asegura el amor incondicional de Dios por Su pueblo.
Pero también es un cuadro de cómo Dios es deshonrado y provocado a ira por las acciones de Sus
hijos. ¿Cómo puede un hijo, a quien se le ha dado abundancia de amor, misericordia, y gracia, tratar
a un Padre con tanta falta de respeto? Sin embargo, nosotros hemos hecho exactamente lo mismo
por siglos. Mientras consideramos cómo los israelitas le dieron la espalda a Dios, necesitamos
observar no más allá del espejo frente a nosotros, para ver el reflejo de esos mismos israelitas.
Solo recordando cuánto ha hecho Dios por cada uno de nosotros, podremos ser capaces de evitar
rechazar a Aquel que puede darnos vida eterna en la Gloria, en lugar del Infierno que merecemos.
Es esencial que aprendamos a respetar a nuestro Creador. Oseas nos ha mostrado que cuando
cometemos pecado, si tenemos un corazón quebrantado y una promesa de arrepentimiento,
entonces Dios nos mostrará nuevamente Su amor eterno (1 Juan 1:9).
Libro de Joel
Autor: El Libro de Joel establece que su autor fue el Profeta Joel (1:1).
Fecha de su Escritura: El Libro de Joel fue escrito probablemente entre el 835 y el 800 a.C.
Propósito de la Escritura: Judá, la escena para el libro, es devastada por una gran horda de
langostas. Esta invasión de langostas destruye todo – los campos de grano, los viñedos, los jardines,
y los árboles. Joel describe simbólicamente a las langostas como la marcha de un ejército humano, y
ve todo esto como el juicio divino que viene contra la nación por sus pecados. El libro se destaca por
dos grandes eventos. Uno, es la invasión de langostas, y el otro, el derramamiento del Espíritu. El
cumplimiento inicial de esto es citado por Pedro en Hechos 2, habiendo tenido lugar en Pentecostés.
Versículos Clave: Joel 1:4, “Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del saltón
comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había quedado”.
Joel 2:25, “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran
ejército que envié contra vosotros”.
Joel 2:28, “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y
vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”.
Breve Resumen: Una terrible plaga de langostas es seguida por una severa hambruna a través de
la tierra. Joel usa estos acontecimientos como catalizador para enviar palabras de advertencia a
Judá. A menos que la gente se arrepienta rápida y completamente, los ejércitos enemigos devorarán
la tierra como lo hicieron los elementos naturales. Joel exhorta a todo el pueblo y a los sacerdotes de
la tierra a ayunar y humillarse mientras buscan el perdón de Dios. Si ellos respondieren, habrá
renovadas bendiciones materiales y espirituales para la nación. Pero el Día del Señor se acerca. En
este tiempo, las temidas langostas, parecerán como mosquitos en comparación, mientras todas las
naciones reciben Su juicio.
El tema principal del libro de Joel es el Día del Señor, el Día de la ira y del juicio de Dios. Este es el
Día en el cual Dios revela Sus atributos de ira, poder, y santidad, y es un día terrible para Sus
enemigos. En el primer capítulo, el Día del Señor es experimentado históricamente por la plaga de
langostas sobre la tierra. Capítulo 2:1-17 es un capítulo transicional en el cual Joel usa la metáfora
de la plaga de langostas y la sequía para renovar un llamado al arrepentimiento. Los capítulos 2:18-
3:21 describen el Día del Señor en términos escatológicos y responde al llamado al arrepentimiento,
con profecías de restauración física (2:21-27), restauración espiritual (2:28-32), y restauración
nacional (3:1-21).
Referencias Proféticas: Siempre que en el Antiguo Testamento se habla del juicio por el pecado, ya
sea un pecado individual o nacional, se profetiza el advenimiento de Jesucristo. Los profetas del
Antiguo Testamento advierten continuamente a Israel que se arrepienta, pero aún cuando ellos lo
hicieron, su arrepentimiento estaba limitado a la observancia de la ley y a las obras. Los sacrificios
de su templo eran solo una sombra del último sacrificio, ofrecido una vez y para siempre, el cual
vendría a la cruz (Hebreos 10:10). Joel describe el último juicio de Dios, el cual sucederá en el Día
del Señor, diciendo “…grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?” (Joel
2:11). La respuesta es que nosotros, por nosotros mismos, nunca podremos soportar tal suceso.
Pero si hemos puesto nuestra fe en Cristo para la expiación de nuestros pecados, no tenemos nada
que temer del Día del Juicio.
Aplicación Práctica: Sin arrepentimiento, el juicio será duro, total, y seguro. Nuestra confianza no
debe estar en nuestras posesiones, sino en el Señor nuestro Dios. A veces, Dios puede usar la
naturaleza, el dolor, u otros sucesos comunes para acercarnos a Él. Pero en Su misericordia y
gracia, Él ha provisto el plan definitivo para nuestra salvación –Jesucristo, siendo crucificado por
nuestros pecados y cambiando nuestro pecado por Su perfecta justicia (2 Corintios 5:21). No hay
tiempo que perder. El juicio de Dios vendrá de repente, como un ladrón en la noche (1
Tesalonicenses 5:2), y debemos estar preparados. Hoy es el día de salvación (2 Corintios 6:2).
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su
camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Isaías 55:6-7). Solo apropiándonos de la
salvación de Dios, podremos escapar de Su ira en el Día del Señor.
Libro de Amós
Autor: Amós 1:1 identifica al autor del Libro de Amós como el Profeta Amós.
Fecha de su Escritura: El Libro de Amós fue escrito probablemente entre el 760 y el 753 a.C.
Versículos Clave: Amós 2:4 “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuarto, no
revocaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas, y les
hicieron errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres”.
Amós 3:7, “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los
profetas”.
Amós 9:14, “Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las
habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos”.
Breve Resumen: Amós puede ver que, bajo la externa prosperidad y el poder de Israel,
internamente la nación está corrompida hasta la médula. Los pecados por los que Amós reprende al
pueblo son extensos: abandono de la Palabra de Dios, idolatría, adoración pagana, avaricia,
liderazgo corrupto, y opresión del pobre. Amós comienza a pronunciar un juicio sobre todas las
naciones que los rodean, luego sobre su propia nación de Judá, y finalmente el juicio más severo es
dado a Israel. Sus visiones de Dios revelan el mismo mensaje enfático: el juicio está cerca. El libro
termina con la promesa de Dios a Amós de la futura restauración del remanente.
Referencias Proféticas: El libro de Amós termina con una gloriosa promesa para el futuro. “Pues los
plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová
Dios tuyo” (9:15). El cumplimiento definitivo de la promesa de la tierra de Dios a Abraham (Génesis
12:7; 15:7; 17:8), ocurrirá durante el reinado milenial de Cristo sobre la tierra (ver Joel 2:26,27).
Apocalipsis 20 describe los mil años de reinado de Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo
bajo el perfecto gobierno del Salvador Mismo. En ese tiempo, el creyente Israel y los gentiles
cristianos serán reunidos con la Iglesia y vivirán y reinarán con Cristo.
Aplicación Práctica: Algunas veces pensamos que somos un “solo un”. Somos solo un vendedor,
un granjero o un ama de casa. Amós sería considerado un “solo un”. Él no era ni profeta, ni
sacerdote, ni el hijo de alguien. Él solo era un pastor, un pequeño comerciante en Judá. ¿Quién lo
iba a escuchar? Pero en lugar de poner excusas, Amós obedeció y se convirtió en la poderosa voz
de Dios para el cambio.
Dios ha usado a los “solo un”, tales como pastores, carpinteros, y pescadores a través de la Biblia.
Cualquier cosa que seas en esta vida, Dios puede utilizarte. Amós no era mucho. Él era un “solo un”.
“Solo un” siervo de Dios. Es bueno ser un “solo un” de Dios.
Libro de Abdías
Autor: Abdías verso 1 identifica al autor del Libro de Abdías como el Profeta Abdías.
Fecha de su Escritura: El Libro de Abdías fue escrito probablemente entre el 848 y el 840 a.C.
Propósito de la Escritura: Abdías, el libro más corto en el Antiguo Testamento, solo tiene 21
versículos. Abdías es un profeta de Dios que usa esta oportunidad para condenar a Edom por los
pecados contra Dios e Israel. Los edomitas son descendientes de Esaú y los israelitas son
descendientes de su hermano gemelo, Jacob. Una pelea entre los hermanos ha afectado a sus
descendientes por más de 1,000 años. La división causó que los edomitas prohibieran a Israel cruzar
por sus tierras durante el éxodo israelita de Egipto. Los pecados de soberbia de Edom ameritan
ahora una fuerte sentencia de juicio por parte del Señor.
Versículos Clave: Abdías versículo 4, “Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas
pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová”.
Abdías versículo 12, “Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu hermano, en el día de
su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni
debiste haberte jactado en el día de la angustia”.
Abdías versículo 15, “Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú
hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza”.
Breve Resumen: El mensaje de Abdías es definitivo y seguro: el reino de Edom será destruido
completamente. Edom ha sido arrogante, alegrándose de los infortunios de Israel; y cuando los
ejércitos enemigos atacan a Israel y los israelitas piden ayuda, los edomitas se niegan y eligen
pelear contra ellos, no por ellos. Estos pecados de orgullo ya no pueden ser ignorados. El libro
termina con la promesa de la plenitud y la liberación de Sión en los “últimos días,” cuando la tierra
será restaurada al pueblo de Dios mientras Él gobierna sobre ellos.
Referencias Proféticas: El versículo 21 del Libro de Abdías contiene una referencia profética de
Cristo y Su Iglesia. “Y subirán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino
será de Jehová”. Estos “salvadores” (también llamados “libertadores” en muchas versiones) son los
apóstoles de Cristo, ministros de la Palabra, y especialmente los predicadores del Evangelio en
estos últimos días. Ellos son llamados “salvadores”, no porque ellos obtengan nuestra salvación, sino
porque ellos predican la salvación a través del Evangelio de Cristo y nos muestran el camino para
obtener esa salvación. Ellos, y la Palabra predicada por ellos, son los medios por los que “las buenas
nuevas” de salvación son llevadas a todos los hombres, mientras que Cristo es el Único Salvador,
quien vino para comprar esa salvación y siendo Él el autor de ella. La presencia de los salvadores y
liberadores del Evangelio será más y más evidente mientras más se acerca el final de los tiempos.
Aplicación Práctica: Dios será el vencedor a favor nuestro, si permanecemos fieles a Él.
Contrariamente a Edom, debemos estar dispuestos a ayudar a los demás en tiempos de necesidad.
El orgullo es pecado. No tenemos nada de qué sentirnos orgullosos, excepto de Jesucristo, y de lo
que Él ha hecho por nosotros.
Libro de Jonás
Autor: Jonás 1:1 identifica específicamente al Profeta Jonás como el autor del Libro de Jonás.
Fecha de su Escritura: El Libro de Jonás fue escrito probablemente entre el 793 y el 758 a.C.
Propósito de la Escritura: Desobediencia y avivamiento son los temas clave en este libro. La
experiencia de Jonás en el vientre de la ballena, le da la oportunidad única de buscar una liberación
única, mientras él se arrepiente durante este retiro igualmente único. Su desobediencia inicial
conduce no solo a su avivamiento personal, sino también al de los ninivitas. Muchos clasifican el
avivamiento que Jonás trajo a Nínive como uno de los mayores esfuerzos evangelísticos de todos
los tiempos.
Versículos Clave: Jonás 1:3, “Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis,…”.
Jonás 1:17, “Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el
vientre del pez tres días y tres noches”.
Jonás 2:2, “Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz
oíste”.
Jonás 3:10, “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal
que había dicho que les haría, y no lo hizo”.
Breve Resumen: El temor y el orgullo de Jonás, causan que huya de Dios. Él no desea ir a Nínive a
predicar el arrepentimiento a la gente como Dios le había ordenado, porque siente que ellos son sus
enemigos. Él está convencido de que Dios no llevará a cabo su amenaza de destruir la ciudad. En
vez de ello, aborda un barco para Tarsis, que está en la dirección opuesta. Pronto una embravecida
tormenta causa que la tripulación eche suertes y determine que Jonás es el problema. Ellos lo tiran
por la borda, y es tragado por un gran pez. En su vientre por 3 días y 3 noches, Jonás se arrepiente
de su pecado hacia Dios, y el pez lo vomita en tierra seca (nos preguntamos qué le hizo tardar tanto
en arrepentirse). Jonás entonces hace el viaje de 800 kilómetros a Nínive y conduce a la ciudad a un
gran avivamiento. Pero el profeta está disgustado (de hecho, hace berrinches) en vez de estar
agradecido cuando Nínive se arrepiente. Sin embargo, Jonás aprende su lección, cuando Dios usa
un viento, una calabacera, y un gusano para enseñarle que Él es misericordioso.
Referencias Proféticas: Es claro que Jonás es un tipo de Cristo, de acuerdo a las propias palabras
de Jesús. En Mateo 12:40-41, Jesús declara que Él estará en la tumba el mismo lapso de tiempo
que Jonás estuvo en el vientre del gran pez. Él prosigue diciendo que mientras los ninivitas se
arrepintieron ante la predicación de Jonás, los fariseos y maestros de la ley, quienes rechazaron a
Jesús, estaban rechazando a Uno que es mucho más grande que Jonás. Así como Jonás trajo la
verdad de Dios respecto al arrepentimiento y la salvación a los ninivitas, Jesús trae el mismo
mensaje (Jonás 2:9; Juan 14:6) de salvación de y a través de Dios solamente (Romanos 11:36).
Aplicación Práctica: No podemos escondernos de Dios. Lo que Él desea es llevar a cabo a través
de nosotros lo que debe suceder, a pesar de todas nuestras objeciones y dilaciones. Efesios 2:10
nos recuerda que Él tiene planes para nosotros, y se encargará de que nos ajustemos a ellos. ¡Sería
mucho más fácil si nosotros, a diferencia de Jonás, nos sometiéramos a Él sin tardanza!
Libro de Miqueas
Autor: El autor del Libro de Miqueas fue el Profeta Miqueas (Miqueas 1:1).
Fecha de su Escritura: El Libro de Miqueas fue escrito probablemente entre el 735 y el 700 a.C.
Propósito de la Escritura: El mensaje del Libro de Miqueas es una compleja mezcla de juicio y
esperanza. Por una parte, las profecías anuncian un juicio sobre Israel por la maldad social, el
liderazgo corrupto, y la idolatría. Este juicio debía culminar con la destrucción de Samaria y
Jerusalén. Por otra parte, el libro proclama no solo la restauración de la nación, sino la
transformación y exaltación de Israel y Jerusalén. Sin embargo, los mensajes de esperanza y
condenación no son necesariamente contradictorios, puesto que la restauración y transformación
tienen lugar solo después del juicio.
Versículos Clave: Miqueas 1:2, “Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti; y Jehová
el Señor, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra vosotros”.
Miqueas 5:2, “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el
que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”.
Miqueas 6:8, “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente
hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.
Miqueas 7:18-19, “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de
su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener
misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos
nuestros pecados”.
Breve Resumen: El profeta condena a los gobernantes, los sacerdotes, y profetas de Israel, quienes
explotan y extravían al pueblo. Es debido a sus hechos que Jerusalén será destruida. El profeta
Miqueas proclama la liberación de la gente que irá de Jerusalén a Babilonia y concluye con una
exhortación para que Jerusalén destruya a las naciones que se han unido contra ella. El gobernante
ideal vendría de Belén para defender a la nación y el profeta proclama el triunfo del remanente de
Jacob y vislumbra el día cuando Yahvé purgará a la nación de su idolatría y confianza en el poder
militar. El profeta expone un poderoso y conciso resumen de los requerimientos de justicia y lealtad
de Yahvé, y anuncia el juicio sobre aquellos que han seguido los caminos de Omri y Acab. El libro
concluye con una liturgia profética que contiene los elementos de un lamento. Israel confiesa su
pecado y su liberación es asegurada a través de los poderosos actos de Yahvé.
Referencias Proféticas: Miqueas 5:2 es una profecía Mesiánica citada por los magos que estaban
buscando al rey nacido en Belén (Mateo 2:6). Por estar familiarizados estos reyes del oriente con las
Escrituras hebreas, ellos sabían que de la pequeña aldea de Belén saldría el Príncipe de Paz, la Luz
del mundo. El mensaje de Miqueas del pecado, arrepentimiento, y restauración, encuentra su último
cumplimiento en Jesucristo, quien es la propiciación por nuestros pecados (Romanos 3:24-25) y el
único camino a Dios (Juan 14:6).
Aplicación Práctica: Dios da advertencias para que no tengamos que sufrir Su ira. El juicio es
seguro si las advertencias de Dios no son escuchadas y Su provisión por el pecado en el sacrificio
de Su Hijo es rechazada. Para el creyente en Cristo, Dios nos disciplinará –no por odio- sino por el
amor que nos tiene. Él sabe que el pecado destruye y quiere que seamos íntegros. Esta plenitud que
es la promesa de restauración, espera a aquellos que permanezcan obedientes a Él.
Libro de Nahúm
Autor: El autor del Libro de Nahúm se identifica a sí mismo como Nahúm (en hebreo “Consolador”)
el elcosita (1:1). Hay muchas teorías sobre dónde se encontraba esa ciudad, aunque no hay una
evidencia concluyente. Una de tales teorías es que se refiere a la ciudad que más tarde fue llamada
Capernaum (lo que literalmente significa “la villa de Nahúm”) en el Mar de Galilea.
Fecha de su Escritura: Dada la limitada cantidad de información que conocemos acerca de Nahúm,
lo mejor que podemos hacer es reducir el plazo en el que Libro de Nahúm fue escrito, entre el 663 y
el 612 a.C. Se mencionan dos eventos que nos ayudan a determinar estas fechas. Primero, Nahúm
menciona a Tebas (No Amón) en Egipto cayendo ante los Asirios (663 a.C.), en tiempo pasado, así
que esto ya había sucedido. Segundo, la advertencia de las profecías de Nahúm se hicieron realidad
en 612 a.C.
Propósito de la Escritura: Nahúm no escribió este libro como una advertencia o “llamado al
arrepentimiento” para la gente de Nínive. Dios ya les había enviado al profeta Jonás 150 años antes,
con Su promesa de lo que sucedería si ellos continuaban en sus malos caminos. La gente de ese
tiempo se había arrepentido, pero ahora vivían de la misma forma o aún más impía de lo que lo
hicieron anteriormente. Los asirios se habían hecho terriblemente brutales en sus conquistas
(colgando los cuerpos de las víctimas en astas y poniendo su piel en las paredes de sus tiendas
entre otras atrocidades). Ahora Nahúm estaba diciéndole a la gente de Judá que no se desesperara
porque Dios había pronunciado juicio y los asirios recibirían justo lo que merecían.
Versículos Clave: Nahúm 1:7, “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los
que en él confían.”
Nahúm 1:14a, “Mas acerca de ti mandará Jehová, que no quede ni memoria de tu nombre”.
Nahúm 1:15a, “He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la
paz..” Ver también Isaías 52:7 y Romanos 10:15.
Nahúm 2:13a, “Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos”.
Nahúm 3:19, “No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu
fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó continuamente tu maldad?”.
Breve Resumen: Una vez, Nínive había respondido a la predicación de Jonás y se volvió de sus
malos caminos para servir al Señor Dios Jehová. Pero 150 años después, Nínive regresó a la
idolatría, violencia, y arrogancia (Nahúm 3:1-4). Una vez más Dios envía a uno de Sus profetas a
Nínive, predicando el juicio con la destrucción de la ciudad, y exhortándolos al arrepentimiento.
Tristemente, los ninivitas no escucharon las advertencias de Nahúm y la ciudad fue puesta bajo el
dominio de Babilonia.
Referencias Proféticas: Pablo repite Nahúm 1:5 en Romanos 10:15, con respecto al Mesías y Su
ministerio, así como los apóstoles de Cristo en Su tiempo. También se puede entender de cualquier
ministro del Evangelio cuya ocupación sea “predicar el Evangelio de la paz”. Dios ha hecho la paz
con los pecadores por medio de la sangre de Cristo, y le ha dado a Su pueblo la paz que “sobrepasa
todo entendimiento” (Filipenses 4:7). El trabajo del predicador también es “...anunciar la paz, de los
que anuncian buenas nuevas”, cosas tales como la reconciliación, la justificación, el perdón, la vida,
y la salvación eterna por un Cristo crucificado. La predicación de tal Evangelio, y el traer tales
nuevas, hacen sus pies hermosos. La imagen aquí es de uno que corre hacia otros, deseoso y
gozoso de proclamar las Buenas Noticias.
Aplicación Práctica: Dios es paciente y lento para la ira. Él da a cada país tiempo para proclamarlo
como su Señor, pero Él no puede ser burlado. Siempre que un país se aleja de Él y sirve a sus
propios intereses, Él da paso al juicio. Hace casi 220 años, los Estados Unidos de América fue
formado como una nación guiada por los principios fundamentales de la Biblia. En los últimos 50
años, eso ha cambiado, y ahora se dirigen diariamente a la dirección opuesta. Como cristianos,
tenemos el deber de defender los principios bíblicos y la verdad de la Escritura, porque la Verdad es
la única esperanza para nuestro y cualquier otro país.
Libro de Habacuc
Autor: Habacuc 1:1 identifica el Libro de Habacuc como un oráculo del Profeta Habacuc.
Fecha de su Escritura: El Libro de Habacuc fue escrito probablemente entre el 610 y el 605 a.C.
Propósito de la Escritura: Habacuc se preguntaba por qué Dios estaba permitiendo que Su pueblo
elegido estuviera pasando por el presente sufrimiento a manos de sus enemigos. Dios le responde y
la fe de Habacuc es restaurada.
Versículos Clave: Habacuc 1:2, “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a
causa de la violencia, y no salvarás?”.
Habacuc 1:5, “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días,
que aun cuando se os contare, no la creeréis”.
Habacuc 1:12, “¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos”.
Habacuc 2:4, “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe
vivirá”.
Habacuc 2:20, “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra”.
Habacuc 3:2, “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los
tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira, acuérdate de la misericordia”.
Habacuc 3:19, “Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis
alturas me hace andar”.
Breve Resumen: El Libro de Habacuc comienza con Habacuc clamando a Dios por una respuesta
sobre el por qué se le permite sufrir en cautividad al pueblo elegido por Dios (Habacuc 1:1-4). El
Señor le da Su respuesta a Habacuc, declarando esencialmente que “aun cuando se os contare, no
la creeréis” (Habacuc 1:5-11). Habacuc continúa entonces diciendo, “Esta bien, Tú eres Dios, pero
aún así, dime más acerca del por qué está pasando esto” (Habacuc 1:17-2:1). Entonces Dios le
responde nuevamente y le da más información, luego dice que la tierra permanezca en silencio ante
Él (Habacuc 2:2-20). Posteriormente, Habacuc escribe una oración expresando su firme fe en Dios,
aún en medio de estas pruebas (Habacuc 3:1-19).
Referencias Proféticas: El Apóstol Pablo cita Habacuc 2:4 en dos diferentes ocasiones (Romanos
1:7; Gálatas 3:11) para reiterar la doctrina de la justificación por la fe. La fe que es el don de Dios, y
disponible a través de Jesucristo, es al mismo tiempo una fe que salva (Efesios 2:8-9) y una fe que
sostiene durante toda la vida. Obtenemos la vida eterna por medio de la fe y vivimos la vida cristiana
por la misma fe. A diferencia del “orgullo” en el principio del versículo, su alma no es recta dentro de
él, y sus deseos no son correctos. Pero nosotros, que somos hechos justicia por la fe en Cristo,
somos totalmente justificados, porque Él ha intercambiado Su perfecta justicia por nuestro pecado (2
Corintios 5:21), y nos ha permitido vivir por fe.
Libro de Sofonías
Autor: Sofonías 1:1 identifica al autor del Libro de Sofonías como el Profeta Sofonías. El nombre
Sofonías significa “defendido por Dios”.
Fecha de su Escritura: El Libro de Sofonías fue escrito probablemente entre el 735 y el 725 a.C.
Propósito de la Escritura: El mensaje de Sofonías de juicio y ánimo contiene tres doctrinas
importantes: 1). Dios es soberano sobre todas las naciones. 2). Los malos serán castigados y los
justos serán reivindicados en el día del juicio. 3). Dios bendice a aquellos que se arrepienten y
confían en Él.
Versículos Clave: Sofonías 1:18, “Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Jehová,
pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción
apresurada hará de todos los habitantes de la tierra”.
Sofonías 2:3, “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio;
buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del enojo de Jehová”.
Sofonías 3:17, “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría,
callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.
Breve Resumen: Sofonías pronuncia el juicio del Señor sobre toda la tierra, sobre Judá, sobre las
naciones circundantes, sobre Jerusalén, y sobre todas las naciones. Esto es seguido por
proclamaciones de la bendición del Señor sobre todas las naciones, y especialmente sobre el
remanente fiel de Su pueblo en Judá.
Sofonías tuvo el valor de hablar con determinación, porque sabía que estaba proclamando la Palabra
del Señor. Su libro comienza con “La palabra de Jehová” y termina con “dice Jehová”. Él sabía que ni
los muchos dioses que la gente adoraba ni aún el poder de la armada asiria podrían salvarles. Dios
es misericordioso y compasivo, pero cuando todas Sus advertencias son ignoradas, ha de esperarse
el juicio. El día del juicio de Dios es mencionado frecuentemente en las Escrituras. Los profetas lo
llaman el “Día del Señor”. Ellos se refieren a varios eventos, tales como la caída de Jerusalén como
a las manifestaciones del Día del Señor, cada una de las cuales apunta hacia el último Día del
Señor.
Referencias Proféticas: Gran parte de las bendiciones finales sobre Sión pronunciadas en los
versos 14-20, aún están por cumplirse, lo que nos lleva a concluir que estas son profecías
mesiánicas que aguardan la Segunda Venida de Cristo para que se lleven a cabo. El Señor ha
quitado nuestro castigo solo a través de Cristo, quien vino a morir por los pecados de Su pueblo
(Sofonías 3:15; Juan 3:16). Pero Israel aún no ha reconocido a su verdadero Salvador. Esto aún está
por suceder (Romanos 11:25-27).
La promesa de paz y seguridad para Israel, un tiempo cuando su Rey esté en medio de ellos, será
cumplida cuando Cristo regrese a juzgar y redimir al mundo para Él mismo. Así como Él ascendió a
los cielos después de Su resurrección, así también Él regresará y establecerá una nueva Jerusalén
sobre la tierra (Apocalipsis 21). En ese tiempo, todas las promesas de Dios para Israel serán
cumplidas.
Aplicación Práctica: Con unos pocos ajustes en cuanto a nombres y situaciones, este profeta del
siglo VII a.C., podría pararse en nuestros púlpitos de hoy y predicarnos el mismo mensaje de juicio
sobre la maldad, y esperanza para quien es fiel. Sofonías nos recuerda que Dios está ofendido por
los pecados morales y religiosos de Su pueblo. El pueblo de Dios no escapará del castigo cuando
peque deliberadamente. El juicio puede ser doloroso, pero su propósito puede ser redentor más que
punitivo. El inevitable castigo de la maldad nos ofrece un consuelo, en un tiempo cuando parece que
el mal está imparable y victorioso. Tenemos la libertad de desobedecer a Dios, pero no la libertad
para escapar de las consecuencias de esa desobediencia. Aquellos que son fieles a Dios pueden ser
relativamente pocos, pero Él no los olvida.
Libro de Hageo
Autor: Hageo 1:1 identifica al autor del Libro de Hageo como el Profeta Hageo.
Propósito de la Escritura: Hageo buscaba desafiar al pueblo de Dios con respecto a sus
prioridades. Él los llamó a reverenciar y glorificar a Dios, construyendo el Templo, a pesar de la
oposición local y oficial. Hageo los exhortó a no desanimarse porque este Templo no estaría tan bien
decorado como el de Salomón. Los exhortó a volverse de la impureza de sus caminos y a confiar en
el soberano poder de Dios. El Libro de Hageo es un recordatorio de los problemas que enfrentó el
pueblo de Dios en esos tiempos, de cómo la gente confió valientemente en Dios, y cómo Dios
proveyó para sus necesidades.
Versículos Clave: Hageo 1:4, “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras
casas artesonadas, y esta casa está desierta?”.
Hageo 1:5-6, “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.
Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os
vestís, y no os calentáis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”.
Hageo 2:9, “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los
ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos”.
Breve Resumen: ¿Reconsiderará el pueblo de Dios sus prioridades, tendrá el valor, y actuará en
base a las promesas de Dios? Dios buscó advertir a la gente que buscara Sus palabras. No solo
Dios les advirtió, sino que también les ofreció promesas a través de Su siervo Hageo, para
motivarlos a seguirlo. Por haber revertido el pueblo de Dios sus prioridades, habiendo fracasado en
poner a Dios en el primer lugar de sus vidas, Judá fue enviado al exilio babilónico. En respuesta a la
oración de Daniel y en cumplimiento a las promesas de Dios, Dios dirigió a Ciro el rey persa, a
permitir que los judíos en exilio regresaran a Jerusalén. Un grupo de judíos regresó a su tierra con
gran gozo, puso a Dios en el primer lugar en sus vidas, lo adoraron, y comenzaron a reconstruir el
Templo de Jerusalén, sin el apoyo de la gente local que vivía en Palestina. Su valiente fe se encontró
con oposición de la población local, así como del gobierno persa, durante aproximadamente 15 años.
Referencias Proféticas: Como con la mayoría de los libros de los profetas menores, Hageo termina
con promesas de restauración y bendiciones. En el último versículo, Hageo 2:23, Dios utiliza un título
distintivamente mesiánico en referencia a Zorobabel, “Siervo mío” (Comparar 2 Samuel 3:18; 1
Reyes 11:34; Isaías 42: 1-9; Ezequiel 37:24,25). A través de Hageo, Dios promete hacerlo como un
anillo de sellar, lo cual era un símbolo de honor, autoridad, y poder, algo como un cetro de rey,
utilizado para sellar cartas y decretos. Zorobabel, como el anillo de sellar de Dios, representa la casa
de David y la reanudación de la línea mesiánica interrumpida por el Exilio. Zorobabel restableció el
linaje davídico de los reyes que culminará con el reinado milenial de Cristo. Zorobabel aparece en el
linaje de Cristo tanto por parte de José (Mateo 1:12), como por el lado de María (Lucas 3:27).
Aplicación Práctica: El Libro de Hageo llama la atención sobre problemas comunes que la mayoría
de la gente enfrenta aún en nuestros días. Hageo nos cuestiona acerca de: 1) examinar nuestras
prioridades, para ver si estamos más interesados en nuestros propios placeres que en hacer la obra
de Dios; 2) a rechazar una actitud derrotista cuando nos enfrentamos a la oposición o a
circunstancias desalentadoras; 3) a confesar nuestras faltas y buscar vivir vidas santas ante Dios; 4)
a actuar valientemente por Dios, porque tenemos la seguridad de que Él está con nosotros siempre,
y tiene pleno control de nuestras circunstancias; y, 5) a descansar seguros en las manos de Dios,
sabiendo que Él nos bendecirá abundantemente, mientras le sirvamos fielmente.
Libro de Zacarías
Autor: Zacarías 1:1 identifica al autor del Libro de Zacarías como el Profeta Zacarías.
Propósito de la Escritura: Zacarías enfatizó que Dios había usado a Sus profetas para enseñar,
advertir, y corregir a Su pueblo. Desafortunadamente, ellos se negaron a escuchar. Su pecado les
acarreó el castigo de Dios. El libro también muestra evidencia de que aún la profecía puede ser
corrompida. La historia muestra que, en este período, la profecía cayó en descrédito entre los judíos,
conduciendo al período entre los dos Testamentos, cuando ninguna voz profética perdurable habló al
pueblo de Dios.
Versículos Clave: Zacarías 1:3, “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí,
dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Zacarías 7:13, “Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo
no escuché, dice Jehová de los ejércitos”.
Zacarías 9:9, “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey
vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”.
Zacarías 13:9, “Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los
probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá:
Jehová es mi Dios”.
Breve Resumen: El Libro de Zacarías enseña que la salvación puede ser obtenida por todos. El
último capítulo describe a gente de todo el mundo viniendo a adorar a Dios, quien desea que toda la
gente lo siga. Esta no es la doctrina del universalismo, p. ej., que toda la gente será salva porque es
la naturaleza de Dios salvar. Más bien, el libro enseña que Dios desea que toda la gente lo adore, y
acepta a aquellos que lo hacen, independientemente de sus expresiones nacionales o políticas.
Finalmente, Zacarías predica que Dios es soberano sobre este mundo, a pesar de cualquier
apariencia. Sus visiones del futuro, indican que Dios ve todo lo que sucederá. Las descripciones de
la intervención de Dios en el mundo, enseñan que, en última instancia, Él traerá los acontecimientos
humanos al fin que Él decida. Él no elimina la libertad individual para seguir a Dios o rebelarse, pero
mantiene a las personas responsables por las decisiones que tomen. En el último capítulo, aún las
fuerzas de la naturaleza responden ante el control de Dios.
Aplicación Práctica: Dios espera hoy de nosotros una adoración sincera y una vida moral. El
ejemplo de Zacarías de llegar a romper con los prejuicios nacionalistas, nos recuerda que debemos
alcanzar a todas las áreas de nuestra sociedad. Debemos extender la invitación de la salvación de
Dios a gente de todas las nacionalidades, lenguas, razas, y culturas. La salvación solo es posible a
través del derramamiento de la sangre de Jesucristo en la cruz, quien murió en nuestro lugar para
expiar nuestros pecados. Pero si rechazamos ese sacrificio, ya no hay otro sacrificio a través del cual
podamos ser reconciliados con Dios. “Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres,
en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). No hay tiempo que perder; “he aquí ahora el día de
salvación” (2 Corintios 6:2).
Libro de Malaquías
Autor: Malaquías 1:1 identifica al autor del Libro de Malaquías, como el Profeta Malaquías.
Fecha de su Escritura: El Libro de Malaquías fue escrito entre el 440 y el 400 a.C.
Versículos Clave: Malaquías 1:6, “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo
padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a
vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre”.
Malaquías 3:6-7, “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido
consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las
guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Breve Resumen: Malaquías escribió las palabras del Señor al pueblo elegido de Dios quien se
había extraviado, especialmente los sacerdotes quienes se habían alejado del Señor. Los sacerdotes
no estaban tratando con respeto los sacrificios que debían hacer a Dios. Los animales defectuosos
eran sacrificados, aún cuando la ley demandaba que debían ser animales sin defecto (Deuteronomio
15:21). Los hombres de Judá eran desleales con las esposas de su juventud, y se preguntaban por
qué Dios no aceptaba sus sacrificios. Tampoco la gente estaba diezmando como debía hacerlo
(Levíticos 27:30, 32). Pero a pesar del pecado de la gente y su alejamiento de Dios, Malaquías
reitera el amor de Dios por Su pueblo (Malaquías 1:1-5) y Sus promesas de un Mensajero venidero
(Malaquías 2:17-3:5).
Referencias Proféticas: Malaquías 3:1-6 es una profecía concerniente a Juan el Bautista. Él era el
mensajero del Señor, enviado para preparar el camino para el Mesías, Jesucristo (Mateo 11:10).
Juan predicó el arrepentimiento y bautizó en el nombre del Señor, preparando así el camino para la
primera venida de Jesucristo. Pero el Mensajero que “vendrá súbitamente a su templo” es Cristo
Mismo en Su segunda venida, cuando venga en gran gloria y poder (Mateo 24). En aquel tiempo Él
“limpiará a los hijos de Leví” (v.3), significando que aquellos que ejemplificaban la Ley Mosaica,
necesitaban ellos mismos ser purificados del pecado a través de la sangre del Salvador. Sólo
entonces estarían en condición de ofrecer “una ofrenda de justicia” porque sería la justicia de Cristo
imputada a ellos a través de la fe (2 Corintios 5:21).
Autor: Este Evangelio es conocido como el Evangelio de Mateo porque fue escrito por el apóstol del
mismo nombre. El estilo del libro es exactamente lo que se habría esperado de un hombre que una
vez fue recaudador de impuestos. Mateo tiene un gran interés en la contabilidad (18:23-24; 25:14-
15). El libro es muy ordenado y conciso. En vez de escribir en orden cronológico, Mateo ordena este
Evangelio a través de seis argumentos.
Como cobrador de impuestos, Mateo posee una habilidad que hace sus escritos aún más
interesantes para los cristianos. Se esperaba que los recaudadores de impuestos fueran capaces de
escribir en una clase de taquigrafía, lo que esencialmente significa que Mateo pudo haber registrado
las palabras de una persona mientras hablaba, palabra por palabra. Esta habilidad significa que las
palabras de Mateo no solo están inspiradas por el Espíritu Santo, sino que deben representar una
transcripción actual de algunos de los sermones de Cristo. Por ejemplo, el Sermón del Monte, como
se registra en los capítulos 5-7, es casi con certeza una perfecta grabación de ese gran mensaje.
Fecha de su Escritura: Como apóstol, Mateo escribió este libro en el período temprano de la
iglesia, probablemente alrededor del 50 d.C. Esta fue una época en que la mayor parte de los
cristianos eran judíos convertidos, por lo que es comprensible que Mateo se enfocara en la
perspectiva judía en este evangelio.
Propósito de la Escritura: Mateo intenta probar a los judíos que Jesucristo es el Mesías prometido.
Más que en ningún otro evangelio, Mateo cita el Antiguo Testamento para mostrar cómo Jesús da
cumplimiento a las palabras de los profetas judíos. Mateo describe en detalle el linaje de Jesús
desde David, y utiliza muchas formas de lenguaje con que las que los judíos debían haberse sentido
cómodos. El amor y preocupación de Mateo por su pueblo es evidente a través de su meticulosa
manera de contar la historia del Evangelio.
Versículos Clave: Mateo 5:17, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he
venido para abrogar, sino para cumplir”.
Mateo 5:43-44, “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os
digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os
aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.
Mateo 6:9-13, “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan
nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros
perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo
es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos”.
Mateo 16:26, “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”.
Mateo 22:37-40, “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y
con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a
tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.
Mateo 27:31, “Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le
llevaron para crucificarle”.
Mateo 28:5-6, “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que
buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el
lugar donde fue puesto el Señor”.
Mateo 28:19-20, “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
Breve Resumen: En los dos primeros capítulos, Mateo expone el linaje, nacimiento, y los primeros
años de la vida de Cristo. De ahí, el libro habla del ministerio de Jesús. La descripción de las
enseñanzas de Cristo está dispuesta alrededor de “discursos,” tales como el Sermón del Monte en
los capítulos del 5 al 7. El capítulo 10 incluye la misión y propósito de los discípulos; el capítulo 13 es
una colección de parábolas; el 18 trata de la iglesia; el capítulo 23 comienza con un discurso sobre la
hipocresía y el futuro. Los capítulos 21 al 27 hablan del arresto, tortura, y ejecución de Jesús. El
capítulo final, describe la Resurrección y la Gran Comisión.
Conexiones: Puesto que el propósito de Mateo es presentar a Jesucristo como el Rey Mesías de
Israel, él cita el Antiguo Testamento más que cualquiera de los otros tres evangelios escritos. Mateo
cita más de 60 veces pasajes proféticos del Antiguo Testamento, demostrando cómo Jesús les dio
cumplimiento. Él comienza su Evangelio con la genealogía de Jesús, trazando Su ascendencia hasta
Abraham, el progenitor de los judíos. Desde ahí, Mateo cita extensamente a los profetas, usando
frecuentemente la frase “como fue dicho por el (los) profeta(s)” (Mateo 1:22-23, 2:5-6, 2:15, 4:13-16,
8:16-17, 13:35, 21:4-5). Estos versículos se refieren a profecías del Antiguo Testamento referentes a
Su nacimiento virginal (Isaías 7:14) en Belén (Miqueas 5:2), Su regreso de Egipto después de la
muerte de Herodes (Oseas 11:1), Su ministerio a los gentiles (Isaías 9:1-2, 60:1-3), Sus sanidades
milagrosas tanto del cuerpo como del alma (Isaías 53:4), Su hablar en parábolas (Salmos 78:2), y Su
entrada triunfal en Jerusalén (Zacarías 9:9).
La audiencia a quien se dirigía Mateo eran sus compatriotas judíos, muchos de los cuales –
especialmente los fariseos y saduceos – tercamente se rehusaron a aceptar a Jesús como su
Mesías. A pesar de siglos de haber leído y estudiado el Antiguo Testamento, sus ojos estaban
ciegos a la verdad de quién era Jesús. Jesús mismo les reprocha la dureza de sus corazones y su
negativa a reconocer a Aquel que supuestamente ellos habían estado esperando (Juan 5:38-40).
Ellos querían a un Mesías bajo sus propios términos, uno que cumpliera sus propios deseos e hiciera
lo que ellos querían que Él hiciera. ¿Con cuánta frecuencia nosotros buscamos a Dios bajo nuestros
propios términos? ¿No lo rechazamos al atribuirle sólo aquellos atributos que encontramos
aceptables, aquellos que nos hacen sentir bien –Su amor, misericordia, y gracia- mientras que
rechazamos aquellos que encontramos objetables –Su enojo, justicia, e ira santa? No nos atrevamos
a cometer el mismo error de los fariseos, creando un dios a nuestra imagen y luego esperar que él
viva de acuerdo a nuestros estándares. Tal dios no es más que un ídolo. La Biblia nos da
información más que suficiente acerca de la verdad, naturaleza, e identidad de Dios y Jesucristo,
como para justificar nuestra adoración y nuestra obediencia.
Evangelio de Marcos
Es generalmente aceptado que Marcos es el Juan Marcos del Nuevo Testamento (Hechos 12:12).
Su madre fue una cristiana rica y prominente en la iglesia de Jerusalén, y probablemente la iglesia se
reunía en su casa. Marcos se unió a Pablo y Bernabé en su primer viaje misionero, pero no en el
segundo, debido a un fuerte desacuerdo entre los dos hombres (Hechos 15:37-38). Sin embargo,
cerca del final de la vida de Pablo, él llamó a Marcos para que estuviera con él. (2 Timoteo 4:11).
Fecha de su Escritura: El Evangelio de Marcos fue posiblemente uno de los primeros libros escritos
del Nuevo Testamento, probablemente en el 57-59 d.C.
Propósito de la Escritura: Mientras que Mateo fue escrito principalmente para sus compatriotas
judíos, el Evangelio de Marcos parece estar dirigido a los creyentes romanos, particularmente a los
gentiles. Marcos escribió como un pastor a los cristianos que previamente habían escuchado y
creído el Evangelio (Romanos 1:8). Él deseaba que ellos contaran con una historia biográfica de
Jesucristo como el Siervo de Dios y Salvador del mundo, a fin de fortalecer su fe cuando se
enfrentaban a una severa persecución, y para enseñarles lo que significaba ser Sus discípulos.
Versículos Clave: Marcos 1:11, “Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en
ti tengo complacencia”.
Marcos 1:17, “Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres”.
Marcos 10:14-15, “Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo
impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de
Dios como un niño, no entrará en él”.
Marcos 10:45, “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos”.
Marcos 12:32-33, “Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el
amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y
amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios”.
Marcos 16:6, “No os asustéis; buscáis a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no
está aquí; mirad el lugar en donde le pusieron”.
Marcos 16:15, “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”.
Breve Resumen: Este Evangelio es único, porque enfatiza las acciones de Jesús más que Su
enseñanza. Está escrito con sencillez, moviéndose rápidamente de uno a otro episodio en la vida de
Cristo. No comienza con una genealogía como en Mateo, porque los gentiles no estarían interesados
en Su linaje humano. Después de la introducción de Jesús en Su bautismo, Jesús comienza su
ministerio público en Galilea y llama a los primeros cuatro de Sus doce discípulos. Lo que sigue es el
registro de la vida de Jesús, Su muerte y resurrección.
El relato de Marcos no es solo un conjunto de historias, sino una narrativa escrita para revelar que
Jesús es el Mesías, no solo para los judíos, sino también para los gentiles. En una profesión
dinámica, los discípulos, dirigidos por Pedro, reconocen su fe en Él (Marcos 8:29-30), aunque
fracasan en comprender plenamente a Su Mesías hasta Su resurrección.
Mientras seguimos Su viaje a través de Galilea, las áreas circundantes, y luego hasta Judea, nos
damos cuenta de Su ritmo de trabajo. Él tocó las vidas de mucha gente, pero dejó una marca
indeleble en Sus discípulos. En la transfiguración (Marcos 9:1-9), Él les mostró a tres de ellos, un
avance de Su futuro regreso en poder y gloria, y nuevamente se reveló ante ellos como lo que Él era.
Sin embargo, en los días previos a Su viaje final a Jerusalén, los vemos a los discípulos
desconcertados, temerosos y dudando. Cuando Jesús fue arrestado, Él se quedó solo después que
todos huyeron. En las horas siguientes a los falsos juicios, Jesús proclamó valientemente que Él era
el Cristo, el Hijo del Bendito, y que Él regresaría triunfante (Marcos 14:61-62). Los eventos
culminantes que rodearon la crucifixión, muerte, sepultura, y resurrección, no fueron presenciados
por la mayoría de Sus discípulos. Pero varias mujeres fieles atestiguaron Su pasión. Después del día
de Reposo, temprano por la mañana del primer día de la semana, ellas fueron a la tumba con
especias aromáticas para la sepultura. Cuando vieron que la piedra había sido removida, ellas
entraron a la tumba. Lo que vieron no fue el cuerpo de Jesús, sino un ángel con una túnica blanca. El
gozoso mensaje que recibieron fue, “¡Ha resucitado!” Las mujeres fueron las primeras evangelistas,
al difundir las buenas nuevas de Su resurrección. Este mismo mensaje ha sido difundido por todo el
mundo en los siglos siguientes y a nosotros hasta nuestros días.
Conexiones: Debido a que la audiencia a quien Marcos se dirigía eran los gentiles, él no cita tan
frecuentemente el Antiguo Testamento como lo hace Mateo, quien escribió principalmente para los
judíos. Él no comienza con una genealogía que vincule a Jesús con los patriarcas judíos, sino que en
vez de ello comienza con Su bautismo, el principio de Su ministerio terrenal. Pero aún allí, Marcos
cita una profecía del Antiguo Testamento referente al mensajero –Juan el Bautista- quien exhortaría
a la gente a “preparar el camino del Señor” (Marcos 1:3; Isaías 40:3) mientras esperaban la llegada
de su Mesías.
Jesús se refiere al Antiguo Testamento en varios pasajes de este Evangelio. En Marcos 7:6, Jesús
reprende a los fariseos por su adoración superficial a Dios con sus labios, mientras sus corazones
estaban lejos de Él, y se refiere a su propio profeta, Isaías, para condenarlos por la dureza de su
corazón (Isaías 29:13). Jesús se refiere a otra profecía del Antiguo Testamento, la cual iba a ser
cumplida esa misma noche, mientras los discípulos serían dispersados como ovejas sin pastor,
cuando Jesús fue arrestado y condenado a muerte (Marcos 14:27; Zacarías 13:7). Él se refiere
nuevamente a Isaías, cuando limpia el Templo de los cambistas de monedas (Marcos 11:15-17;
Isaías 56:7; Jeremías 7:11) y a los Salmos cuando Él explicó que Él era la Piedra Angular de nuestra
fe y de la Iglesia (Marcos 12:10-11; Salmos 118:22-23).
Aplicación Práctica: Marcos presenta a Jesús como el Siervo de Dios sufriente (Marcos 10:45) y
como Aquel que vino a servir y sacrificarse por nosotros, en parte para inspirarnos a hacer lo mismo.
Debemos ministrar como Él lo hizo, con la misma grandeza de humildad y devoción para servir a los
demás. Jesús nos exhortó a recordar que, para ser grande en el reino de Dios, debemos ser los
siervos de todos (Marcos 10:44). El autosacrificio debe trascender a nuestra necesidad de
reconocimiento o recompensa, así como Jesús estuvo dispuesto a ser humillado al poner Su vida por
las ovejas.
Evangelio de Lucas
Autor: El Evangelio de Lucas no identifica a su autor, aunque de Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3,
claramente se deduce que el mismo autor escribió tanto Lucas como Hechos, dirigidos ambos al
“excelentísimo Teófilo”, posiblemente un dignatario romano. La tradición de los primeros días de la
iglesia es que Lucas, un médico y compañero cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y
Hechos (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11). Esto haría de Lucas el único gentil que participó con
libros de las Escrituras.
Propósito de la Escritura: Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y Marcos- el
propósito de este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo “acerca de todas las cosas que Jesús
comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba” (Hechos 1:1-2). El Evangelio
de Lucas es único en cuanto a la meticulosidad de su historia –una “narración ordenada” (Lucas 1:3)
consecuente con la mentalidad médica de Lucas –quien con frecuencia da detalles que otros
narradores omiten. La historia de Lucas sobre la vida del Gran Médico, enfatiza Su ministerio y
compasión por gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de impuestos, pecadores, y otros
considerados como marginados en Israel.
Versículos Clave: Lucas 2:4-7, “Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la
ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser
empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que
estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo
envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”.
Lucas 3:16, “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno
más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego”.
Lucas 4:18-19, 21, “‘El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a
los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del
Señor.’ Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Lucas 18:31-32, “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán
todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los
gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido”.
Lucas 23:33-34, “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.
Lucas 24:1-3, “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las
especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida
la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús”.
Breve Resumen: Llamado el más bello libro jamás escrito, Lucas comienza por decirnos acerca de
los padres de Jesús; el nacimiento de Su primo, Juan el Bautista; el viaje de María y José a Belén,
donde Jesús nace en un pesebre; y la genealogía de Cristo a través de María. El ministerio público
de Jesús, revela Su perfecta compasión y perdón a través de las historias del hijo pródigo, el hombre
rico y Lázaro, y el buen samaritano. Mientras que muchos creen en este amor sin prejuicios que
sobrepasa todos los límites humanos, muchos otros –especialmente los líderes religiosos- desafían y
se oponen a las pretensiones de Jesús. Los seguidores de Cristo son animados a evaluar el costo
del discipulado, mientras Sus enemigos buscan Su muerte en la cruz. Finalmente, Jesús es
traicionado, juzgado, sentenciado, y crucificado. ¡Pero la tumba no puede detenerlo! Su Resurrección
asegura la continuación de Su ministerio de buscar y salvar a los perdidos.
Conexiones: Como gentil, las referencias de Lucas al Antiguo Testamento son relativamente pocas,
comparadas con el Evangelio de Mateo, y la mayoría de las referencias del Antiguo Testamento
están en las palabras dichas por Jesús, más que en la narración de Lucas. Jesús utiliza el Antiguo
Testamento para defenderse contra los ataques de Satanás, respondiéndole con “Escrito está”
(Lucas 4:1-3); para identificarse a Sí mismo como el Mesías prometido (Lucas 4:17-21); para
recordar a los fariseos su imposibilidad de guardar la Ley y su necesidad de un Salvador (Lucas
10:25-28, 18:18-27); y para confundir su conocimiento cuando trataban de engañarlo y probarlo
(Lucas 20).
Aplicación Práctica: Lucas nos muestra un hermoso retrato de nuestro compasivo Salvador. Jesús
no se sentía “incomodado” por los pobres y los necesitados; de hecho, ellos eran un importante
objetivo en Su ministerio. En los tiempos de Jesús, Israel era una sociedad muy consciente de sus
clases sociales. Los débiles y los oprimidos eran literalmente incapaces de mejorar su suerte en la
vida, y estaban especialmente abiertos al mensaje de que “el reino de Dios se ha acercado” (Lucas
10:9). Este es un mensaje que debemos llevar a todos aquellos a nuestro alrededor que necesitan
desesperadamente escucharlo. Aún en países comparativamente prósperos –tal vez especialmente
por ello- la necesidad espiritual es tremenda. Los cristianos deben seguir el ejemplo de Jesús y llevar
las buenas nuevas de salvación a los espiritualmente pobres y necesitados. El reino de Dios se ha
acercado y el tiempo se acorta cada día.
Evangelio de Lucas
Autor: El Evangelio de Lucas no identifica a su autor, aunque de Lucas 1:1-4 y Hechos 1:1-3,
claramente se deduce que el mismo autor escribió tanto Lucas como Hechos, dirigidos ambos al
“excelentísimo Teófilo”, posiblemente un dignatario romano. La tradición de los primeros días de la
iglesia es que Lucas, un médico y compañero cercano del Apóstol Pablo, fue quien escribió Lucas y
Hechos (Colosenses 4:14; 2 Timoteo 4:11). Esto haría de Lucas el único gentil que participó con
libros de las Escrituras.
Propósito de la Escritura: Al igual que los otros dos evangelios sinópticos –Mateo y Marcos- el
propósito de este libro es revelar al Señor Jesucristo y todo “acerca de todas las cosas que Jesús
comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba” (Hechos 1:1-2). El Evangelio
de Lucas es único en cuanto a la meticulosidad de su historia –una “narración ordenada” (Lucas 1:3)
consecuente con la mentalidad médica de Lucas –quien con frecuencia da detalles que otros
narradores omiten. La historia de Lucas sobre la vida del Gran Médico, enfatiza Su ministerio y
compasión por gentiles, samaritanos, mujeres, niños, cobradores de impuestos, pecadores, y otros
considerados como marginados en Israel.
Versículos Clave: Lucas 2:4-7, “Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la
ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser
empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que
estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo
envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”.
Lucas 3:16, “Respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno
más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego”.
Lucas 4:18-19, 21, “‘El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas
nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a
los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del
Señor.’ Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Lucas 18:31-32, “Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán
todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. Pues será entregado a los
gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido”.
Lucas 23:33-34, “Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los
malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no
saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes”.
Lucas 24:1-3, “El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las
especias aromáticas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. Y hallaron removida
la piedra del sepulcro; y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús”.
Breve Resumen: Llamado el más bello libro jamás escrito, Lucas comienza por decirnos acerca de
los padres de Jesús; el nacimiento de Su primo, Juan el Bautista; el viaje de María y José a Belén,
donde Jesús nace en un pesebre; y la genealogía de Cristo a través de María. El ministerio público
de Jesús, revela Su perfecta compasión y perdón a través de las historias del hijo pródigo, el hombre
rico y Lázaro, y el buen samaritano. Mientras que muchos creen en este amor sin prejuicios que
sobrepasa todos los límites humanos, muchos otros –especialmente los líderes religiosos- desafían y
se oponen a las pretensiones de Jesús. Los seguidores de Cristo son animados a evaluar el costo
del discipulado, mientras Sus enemigos buscan Su muerte en la cruz. Finalmente, Jesús es
traicionado, juzgado, sentenciado, y crucificado. ¡Pero la tumba no puede detenerlo! Su Resurrección
asegura la continuación de Su ministerio de buscar y salvar a los perdidos.
Conexiones: Como gentil, las referencias de Lucas al Antiguo Testamento son relativamente pocas,
comparadas con el Evangelio de Mateo, y la mayoría de las referencias del Antiguo Testamento
están en las palabras dichas por Jesús, más que en la narración de Lucas. Jesús utiliza el Antiguo
Testamento para defenderse contra los ataques de Satanás, respondiéndole con “Escrito está”
(Lucas 4:1-3); para identificarse a Sí mismo como el Mesías prometido (Lucas 4:17-21); para
recordar a los fariseos su imposibilidad de guardar la Ley y su necesidad de un Salvador (Lucas
10:25-28, 18:18-27); y para confundir su conocimiento cuando trataban de engañarlo y probarlo
(Lucas 20).
Aplicación Práctica: Lucas nos muestra un hermoso retrato de nuestro compasivo Salvador. Jesús
no se sentía “incomodado” por los pobres y los necesitados; de hecho, ellos eran un importante
objetivo en Su ministerio. En los tiempos de Jesús, Israel era una sociedad muy consciente de sus
clases sociales. Los débiles y los oprimidos eran literalmente incapaces de mejorar su suerte en la
vida, y estaban especialmente abiertos al mensaje de que “el reino de Dios se ha acercado” (Lucas
10:9). Este es un mensaje que debemos llevar a todos aquellos a nuestro alrededor que necesitan
desesperadamente escucharlo. Aún en países comparativamente prósperos –tal vez especialmente
por ello- la necesidad espiritual es tremenda. Los cristianos deben seguir el ejemplo de Jesús y llevar
las buenas nuevas de salvación a los espiritualmente pobres y necesitados. El reino de Dios se ha
acercado y el tiempo se acorta cada día.
Evangelio de Juan
Autor: Juan 21:20-24 describe al autor como “el discípulo a quien amaba Jesús,” y por razones tanto
históricas como internas, se entiende que es Juan el Apóstol, uno de los hijos de Zebedeo (Lucas
5:10).
Fecha de su Escritura: Del descubrimiento de ciertos fragmentos de papiros fechados alrededor del
135 d.C., se deduce que el libro tuvo que haber sido escrito, copiado y haber circulado antes de esa
fecha. Y mientras que algunos piensan que fue escrito antes de la destrucción de Jerusalén (70 d.C),
es más aceptada la fecha de su escritura entre el 85-90 d.C.
Propósito de la Escritura: Juan 20:31 cita el propósito de la siguiente manera: “Pero éstas se han
escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en
su nombre”. A diferencia de los tres Evangelios sinópticos, el propósito de Juan no era presentar una
narrativa cronológica de la vida de Cristo, sino manifestar Su deidad. Juan no solo estaba buscando
fortalecer la fe de la segunda generación de creyentes, sino que también buscaba corregir una falsa
enseñanza que se estaba difundiendo. Juan enfatizaba que Jesucristo era “el Hijo de Dios”,
totalmente Dios y totalmente hombre, contrario a la falsa doctrina que veía al “Espíritu-Cristo”
viniendo sobre el Jesús humano en Su bautismo, y abandonándolo en la crucifixión.
Versículos Clave: Juan 1:1,14, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios... Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del
unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.
Juan 1:29, “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que
quita el pecado del mundo”.
Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Juan 6:29, “Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado”.
Juan 10:10, “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia”.
Juan 10:28, “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.
Juan 11:25-26, “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”.
Juan 13:35, “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los
otros”.
Juan 14:6, “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
Juan 14:9, “Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?
El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”.
Juan 19:30, “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la
cabeza, entregó el espíritu”.
Juan 20:29, “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron,
y creyeron”.
Breve Resumen: El Evangelio de Juan selecciona solo siete milagros como señales para demostrar
la deidad de Cristo e ilustrar Su ministerio. Algunas de estas señales y narraciones solo se
encuentran en Juan. El suyo es el más teológico de los cuatro Evangelios y con frecuencia da la
razón tras los eventos mencionados en los otros Evangelios. Él comparte mucho acerca de la
proximidad del ministerio del Espíritu Santo después de la ascensión de Cristo. Hay ciertas palabras
o frases que Juan usa frecuentemente que muestran los repetitivos temas de su Evangelio: creer,
atestiguar, Consolador, vida – muerte, luz – tinieblas, Yo soy... (como el “Yo Soy” que es Jesús), y
amor.
El Evangelio de Juan presenta a Cristo, no desde Su nacimiento, sino desde “el principio” como “el
Verbo” (Logos) quien, como Deidad, está involucrado en cada aspecto de la creación (1:1-3) y quien
más tarde se hizo carne (1:14) a fin de poder quitar nuestros pecados, como el Cordero de Dios sin
mancha (Juan 1:29). Juan elige las conversaciones espirituales que muestran que Jesús es el
Mesías (4:26) y para explicar cómo es uno salvado por Su muerte vicaria en la cruz (3:14-16). Jesús
irrita repetidamente a los líderes judíos al corregirlos (2:13-16) - al sanar el Sábado, y al adjudicarse
características pertenecientes a Dios (5:18; 8:56-59; 9:6, 16; 10:33). Jesús prepara a Sus discípulos
ante la proximidad de Su muerte y para el ministerio que llevarán a cabo después de Su resurrección
y ascensión (Juan 14-17). Entonces Él muere voluntariamente en la cruz, tomando nuestro lugar
(10:15-18), pagando totalmente nuestra deuda por el pecado (19:30) para que todo el que confíe en
Él como su Salvador del pecado, sea salvo (Juan 3:14-16). Él entonces resucita de los muertos,
convenciendo hasta al más escéptico de Sus discípulos, de que Él es Dios y Señor (20:24-29).
Conexiones: La imagen que Juan expone de Jesús como el Dios del Antiguo Testamento, se
aprecia más enfáticamente en los siete “Yo Soy” de las declaraciones de Jesús. Él es el “Pan de
vida” (Juan 6:35), proporcionado por Dios para alimentar las almas de Su pueblo, así como Él
proveyó el maná del cielo para alimentar a los israelitas en el desierto (Éxodo 16:11-36). Jesús es la
“Luz del mundo” (Juan 8:12), la misma Luz que Dios prometió a Su pueblo en el Antiguo Testamento
(Isaías 30:26, 60:19-22), y la cual llegará a su culminación en la Nueva Jerusalén, cuando Cristo, el
Cordero, sea su Luz (Apocalipsis 21:23). Dos de las declaraciones del “Yo Soy,” se refieren a Jesús,
como el “Buen Pastor” y la “Puerta de las ovejas”. Aquí vemos claras referencias de Jesús como el
Dios del Antiguo Testamento, el Pastor de Israel (Salmos 23:1; 80:1; Jeremías 31:10; Ezequiel
34:23) y, como la única Puerta dentro del redil, el único camino para la salvación.
Los judíos creían en la resurrección y, de hecho, usaban la doctrina para tratar de engañar a Jesús
para hacer declaraciones que pudieran usar en Su contra. Pero Su declaración en la tumba de
Lázaro “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25) debe haberlos escandalizado. Él estaba
declarando ser la causa de la resurrección y el poseedor del poder sobre la vida y la muerte. Nadie
más que Dios Mismo podría pretender tal cosa. Del mismo modo, Su declaración de ser “el camino,
la verdad y la vida” (Juan 14:6) lo relacionaba indiscutiblemente con el Antiguo Testamento. Él es el
“Camino de Santidad” profetizado en Isaías 35:8; Él estableció la “Ciudad de la Verdad” de Zacarías
8:3 cuando Él, quien es la “verdad” misma, estaba en Jerusalén y las verdades del Evangelio fueron
predicadas ahí por Él y Sus apóstoles; y como “la Vida,” Él afirma Su deidad, el Creador de la vida,
Dios encarnado (Juan 1:1-3). Finalmente, como la “Vid verdadera” (Juan 15:1, 5) Jesús se identifica
a Sí Mismo con la nación de Israel, quien es llamada la viña del Señor en muchos pasajes del
Antiguo Testamento. Como la vid Verdadera del viñedo de Israel, Él se presenta a Sí Mismo como el
Señor del “Israel verdadero” –todos aquellos que vinieran a Él en fe, porque “... no todos los que
descienden de Israel son israelitas” (Romanos 9:6).
Libro de Hechos
Propósito de la Escritura: El libro de Hechos fue escrito para tener un registro de la historia de la
iglesia primitiva. El énfasis del libro es la importancia del día de Pentecostés, y el ser investidos de
poder para ser testigos eficaces de Jesucristo. Hechos registra a los apóstoles siendo testigos de
Cristo en Jerusalén, Judea, Samaria, y el resto del mundo circundante. El libro arroja luz sobre el don
del Espíritu Santo, quien da poder, guía, enseña y actúa como nuestro Consejero. Al leer el libro de
Hechos, somos iluminados y animados por los muchos milagros que fueron realizados durante este
tiempo por los discípulos Pedro, Juan y Pablo.
Versículos Clave: Hechos 1:8, “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
Hechos 2:4, “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les daba que hablasen”.
Hechos 4:12, “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los
hombres, en que podamos ser salvos”.
Hechos 4:19-20, “Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios
obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”.
Hechos 9:3-6, “Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente
le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,
¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues;
dura cosa te es dar coces contra el aguijón. El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que
yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer”.
Hechos 16:31, “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”.
Breve Resumen: El libro de Hechos proporciona la historia de la iglesia cristiana y la expansión del
Evangelio de Jesucristo, así como la creciente oposición al mismo. Aunque muchos siervos fieles
fueron usados para predicar y enseñar el Evangelio de Jesucristo, Saulo, cuyo nombre fue cambiado
a Pablo, fue el que tuvo más influencia. Antes de convertirse, Pablo se complacía en perseguir y
matar a los cristianos. La dramática conversión de Pablo en el camino a Damasco (Hechos 9:1-31)
es un punto culminante del libro de Hechos. Después de su conversión, él se fue al extremo opuesto
en su amor por Dios y en predicar Su Palabra con poder, fervor, y el Espíritu del Dios vivo y
verdadero. Los discípulos recibieron el poder del Espíritu Santo para ser Sus testigos en Jerusalén
(capítulos 1-8:3), Judea y Samaria (capítulos 8:4-12:25), y hasta lo último de la tierra (capítulos 13:1–
cap. 28). Incluidos en la última sección, están los tres viajes misioneros de Pablo (13:1-21:16), sus
juicios en Jerusalén y Cesarea (21:17-26:32) y su viaje final a Roma (27:1-28:31).
Conexiones: El libro de Hechos actúa como una transición entre el Antiguo Pacto de la observancia
de la ley y el Nuevo Pacto de gracia y fe. Esta transición es apreciada en muchos eventos claves del
libro de Hechos. Primero, hubo un cambio en el ministerio del Espíritu Santo, cuya función principal
en el Antiguo Testamento era la “unción” externa del pueblo de Dios, entre ellos Moisés (Números
11:17), Otoniel (Jueces 3:8-10), Gedeón (Jueces 6:34), y Saúl (1 Samuel 10:6-10). Después de la
resurrección de Jesús, el Espíritu vino a vivir en el corazón de los creyentes (Romanos 8:9-11; 1
Corintios 3:16), guiándolos y llenándolos de poder desde dentro. El Espíritu que mora en el hombre,
es un don de Dios para aquellos que vienen a Él en fe.
La conversión de Pablo fue un ejemplo dramático de la transición del Antiguo al Nuevo Pacto. Pablo
admitió que, antes de conocer al Salvador resucitado, él era el más celoso de los israelitas, siendo
irreprensible “en cuanto a la justicia de la ley” (Filipenses 3:6), llegando a ser tan extremista como
para perseguir a aquellos que enseñaban la salvación por gracia a través de la fe en Cristo. Pero
después de su conversión, él se dio cuenta de que todos sus esfuerzos legalistas eran inútiles,
diciendo que él los tenía “por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia
justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”
(Filipenses 3:8b-9). Ahora nosotros también vivimos por fe, no por las obras de la ley, para que nadie
se gloríe (Efesios 2:8-9).
La visión de Pedro del lienzo en Hechos 10:9-15, es otra señal de la transición del Antiguo Pacto –en
este caso, de las exclusivas leyes dietéticas de los judíos –a la unidad del Nuevo Pacto de judíos y
gentiles en una sola iglesia universal. Los animales “limpios” simbolizando a los judíos, y los
animales “inmundos” simbolizando a los gentiles, fueron declarados ambos “limpios” por Dios a
través de la muerte sacrificial de Cristo. Dejando de estar bajo el Antiguo Pacto de la ley, ahora
ambos están unidos en el Nuevo Pacto de la gracia, a través de la fe en la sangre derramada de
Cristo en la cruz.
Aplicación Práctica: Dios puede hacer cosas extraordinarias a través de personas ordinarias,
cuando Él los llena de poder a través de Su Espíritu. Esencialmente, Dios tomó a un grupo de
pescadores y los utilizó para poner al mundo de cabeza (Hechos 17:6). Dios tomó a un asesino
aborrecedor de cristianos y lo cambió en el evangelista cristiano más grande, el autor de casi la
mitad de los libros del Nuevo Testamento. Dios utilizó la persecución para producir la difusión más
acelerada de una “nueva fe” en la historia del mundo. Dios puede y hace lo mismo a través de
nosotros –cambiando nuestros corazones, llenándonos de poder por el Espíritu Santo, y dándonos
una pasión por difundir las buenas nuevas de salvación a través de Jesucristo. Si tratamos de hacer
estas cosas en nuestras propias fuerzas, fracasaremos. Al igual que los discípulos en Hechos 1:8,
debemos esperar ser llenos del poder del Espíritu, y entonces ir en Su poder, a cumplir con la Gran
Comisión (Mateo 28:19-20).
Libro de Romanos
Autor: Romanos 1:1 identifica al autor del libro de Romanos como el apóstol Pablo. Romanos 16:22
indica que Pablo utilizó la ayuda de un hombre llamado Tercio para transcribir sus palabras.
Fecha de su Escritura: El libro de Romanos fue escrito probablemente entre el 56-58 d.C.
Propósito de la Escritura: Como en todas las epístolas de Pablo a las iglesias, su propósito en
escribirlas, era para proclamar la gloria del Señor Jesucristo mediante la enseñanza de la doctrina, y
la edificación y el ánimo para los creyentes que recibieran su carta. Una preocupación en particular
para Pablo, era aquellos para quienes escribió esta carta–aquellos que estaban en Roma que eran
“amados de Dios y llamados a ser santos” (Romanos 1:7). Por ser él mismo un ciudadano romano, él
tenía una pasión única por aquellos en la asamblea de creyentes en Roma. Puesto que él, hasta
este momento, no había visitado la iglesia en Roma, esta carta también servía como su presentación
ante ellos.
Versos Clave: Romanos 1:16, “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”
Romanos 3:9-11, “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya
hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Como está escrito: ‘No hay justo,
ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.’”
Romanos 3:21, “Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la
ley y por los profetas.”
Romanos 3:23, “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”
Romanos 5:8, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros.”
Romanos 6:23, “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 8:9, “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de
Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”
Romanos 8:28, “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es,
a los que conforme a su propósito son llamados.”
Romanos 8:37-39, “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos
podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”
Romanos 10:9-10, “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvación.”
Romanos 12:1, “Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.”
Romanos 12:19, “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.”
Romanos 16:17, “Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en
contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos.”
Breve Resumen: Pablo estaba entusiasmado con la idea de poder ministrar al fin en esta iglesia, y
todos estaban bien enterados de este hecho (Romanos 1:8-15). La carta a los Romanos fue escrita
desde Corinto justo antes del viaje de Pablo a Jerusalén para llevar las ofrendas que le habían sido
entregadas para los pobres de allá. Él había intentado ir a Roma y posteriormente a España
(Romanos 15:24), pero sus planes fueron interrumpidos cuando fue arrestado en Jerusalén.
Eventualmente él iría a Roma pero como prisionero. Febe, quien era un miembro de la iglesia en
Cencrea cerca de Corinto (Romanos 16:1), es quien probablemente llevó la carta hasta Roma.
El libro de Romanos es principalmente una obra de doctrina y puede ser dividido en cuatro
secciones: la necesidad de justicia, 1:18—3:20; la justificación provista, 3:21—8:39; la justicia
vindicada, 9:1—11:36; la justicia practicada, 12:1—15:13. El tema principal de esta carta es
obviamente – la justificación. Guiado por el Espíritu Santo, Pablo primeramente condena a todos los
hombres por su pecaminosidad. Él expresa su deseo de predicar la verdad de la Palabra de Dios a
aquellos que estaban en Roma. Era su esperanza que ellos permanecieran en el camino correcto.
Señala enérgicamente que no se avergüenza del evangelio (Romanos 1:16), porque es el poder
mediante el cual todos son salvados.
El libro de Romanos nos habla acerca de Dios, quién es Él y lo que Él ha hecho. Nos habla de
Jesucristo, de lo que Él logró con Su muerte. Nos dice acerca de nosotros mismos, de lo que éramos
sin Cristo y lo que somos después de haber confiado en Cristo. Pablo señala que Dios no demandó
que los hombres hubieran ya enderezado sus vidas antes de venir a Cristo. Mientras que aún
éramos pecadores, Cristo murió en la cruz por nuestros pecados.
Conexiones: Pablo utiliza a varios personajes y eventos del Antiguo Testamento como ilustraciones
de las gloriosas verdades en el libro de Romanos. Abraham creyó y fue justificado por su fe, no por
sus obras (Romanos 4:1-5). En Romanos 4:6-8, Pablo se refiere a David quien reitera la misma
verdad: “Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son
cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” (Salmo 31:1-2) Pablo
usa a Adán para explicar a los romanos la doctrina de la herencia del pecado y usa la historia de
Sara e Isaac, el hijo de la promesa, para ilustrar el principio de que los cristianos son los hijos de la
promesa de la gracia divina de Dios a través de Cristo. En los capítulos 9—11, Pablo resume la
historia de la nación de Israel y declara que Dios no ha rechazado completa y definitivamente a Israel
(Romanos 11:11-12), pero sí ha permitido que ellos “tropiecen” solo hasta que haya entrado la
plenitud de los gentiles para salvación.
Aplicación Práctica: El libro de Romanos deja en claro que no hay nada que podamos hacer para
salvarnos a nosotros mismos. Cada “buena” obra que hayamos hecho alguna vez, es como un trapo
inmundo ante Dios. Así que tenemos sobre nosotros la sentencia de muerte por nuestras
transgresiones y pecados, de la que solo la gracia y misericordia de Dios puede salvarnos. Dios
expresó esa gracia y misericordia al enviar a Su Hijo, Jesucristo, a morir en la cruz en nuestro lugar.
Cuando entregamos nuestras vidas a Cristo, ya no somos controlados por nuestra naturaleza de
pecado, sino que somos controlados por el Espíritu. Si confesamos que Jesús es el Señor, y
creemos que Él fue levantado de los muertos, somos salvados, nacidos de nuevo. Necesitamos vivir
nuestras vidas como una ofrenda a Dios, como un sacrificio vivo para Él. La adoración del Dios que
nos salvó, debe ser nuestro más alto deseo. Tal vez la mejor aplicación de Romanos sería aplicar
Romanos 1:16 y no avergonzarnos del evangelio. En vez de ello, ¡seamos todos fieles en
proclamarlo!
Libro de 1 Corintios
Autor: 1 Corintios 1:1 identifica al autor del libro de 1 Corintios, como el apóstol Pablo.
Propósito de la Escritura: El apóstol Pablo fundó la iglesia en Corinto. Pocos años después de
dejar la iglesia, el apóstol Pablo oyó algunos reportes inquietantes acerca de la iglesia corintia.
Estaban llenos de orgullo y estaban tolerando la inmoralidad sexual. Los dones espirituales eran
usados incorrectamente, y había un creciente malentendido de las doctrinas cristianas básicas. El
apóstol Pablo escribió su primera carta a los Corintios en un intento por restaurar a la iglesia corintia
a su fundamento – Jesucristo.
Versos Clave: 1 Corintios 3:3: “Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”
1 Corintios 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
1 Corintios 10:31: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de
Dios.”
1 Corintios 12:7: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”
1 Corintios 13:4-7: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es
jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta.”
1 Corintios 15:3-4: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió
por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras.”
Breve Resumen: La iglesia corintia estaba llena de divisiones. Los creyentes en Corinto estaban
divididos en grupos leales a ciertos líderes espirituales (1 Corintios 1:12; 3:1-6). Pablo exhortó a los
creyentes corintios a tener unidad por devoción a Cristo (1 Corintios 3:21-23). Muchos en la iglesia
estaban esencialmente aprobando una relación inmoral (1 Corintios 5:1-2). Pablo les ordenó
expulsar a ese perverso de la iglesia (1 Corintios 5:13). Los creyentes corintios estaban llevándose
unos a otros ante la corte (1 Corintios 6:1-2). Pablo enseñó a los corintios que sería mejor aceptar
sufrir el agravio que dañar su testimonio cristiano (1 Corintios 6:3-8).
Pablo le dio instrucciones a la iglesia de Corinto sobre el matrimonio y el celibato (capítulo 7), la
comida sacrificada a los ídolos (capítulos 8 y 10), la libertad cristiana (capítulo 9), el velo sobre la
cabeza de las mujeres (1 Corintios 11:1-16), la Cena del Señor (1 Corintios 11: 17-34), los dones
espirituales (capítulos 12-14), y la resurrección (capítulo 15). Pablo organizó el libro de 1 Corintios
respondiendo a preguntas que los creyentes corintios le habían planteado, y respondiendo ante la
conducta impropia y las creencias erróneas que ellos habían aceptado.
Conexiones: En el capítulo 10 del libro de 1 Corintios, Pablo utiliza la historia de los israelitas en el
desierto, para ilustrar a los creyentes de Corinto la locura del abuso de la libertad y el peligro del
exceso de confianza. Pablo les había advertido a los corintios acerca de su falta de autodisciplina (1
Corintios 9:24-27). Él prosigue describiendo a los israelitas quienes, a pesar de ver los milagros y el
cuidado de Dios por ellos –la división del Mar Rojo, la milagrosa provisión del maná del cielo y el
agua de una roca – ellos malentendieron su libertad, se rebelaron contra Dios, y cayeron en la
inmoralidad y la idolatría. Pablo exhorta a la iglesia corintia a considerar el ejemplo de los israelitas y
evitar la lujuria, la inmoralidad sexual (vv.6-8), el poner a Cristo a prueba, y el quejarse (vv.9-10; ver
Números 11:4, 34, 25:1-9; Éxodo 16:2, 17:2, 7).
Aplicación Práctica: Muchos de los problemas y preguntas con las que estaba luchando la iglesia
en Corinto, aún están presentes en la iglesia de hoy. Las iglesias en la actualidad aún batallan con
divisiones, con inmoralidad, y con el uso de los dones espirituales. El libro de 1 Corintios pudo muy
bien haber sido escrito a la iglesia de hoy, y haríamos bien en atender a las advertencias de Pablo y
aplicarlas en nosotros mismos. A pesar de todas las reprensiones y correcciones, 1 Corintios trae
nuestra atención de regreso a donde debe estar – en Cristo. El amor genuinamente cristiano es la
respuesta a muchos problemas (capítulo 13). Un entendimiento apropiado de la resurrección de
Cristo, como se revela en el capítulo 15, y por lo tanto una comprensión apropiada de nuestra propia
resurrección, es la cura para lo que nos divida y amenace.
Libro de 2 Corintios
Autor: 2 Corintios 1:1 identifica al autor del libro de 2 Corintios como el apóstol Pablo, posiblemente
junto con Timoteo.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Corintios muy probablemente fue escrito entre el 55-57 d.C.
Propósito de la Escritura: La iglesia de Corinto se inició en el año 52 d.C., cuando Pablo los visitó
en su segundo viaje misionero. Fue entonces cuando él permaneció ahí por un año y medio, la
primera vez que se le permitió quedarse en un lugar tanto como él lo deseara. Un registro de esta
visita y el establecimiento de la iglesia, se encuentra en Hechos 18:1-18.
En su segunda carta a los corintios, Pablo expresa su alivio y gozo de que los corintios hubieran
recibido su “severa” carta (ahora perdida) de manera positiva. Esa carta se refería a asuntos que
estaban dividiendo a la iglesia; primeramente la llegada de los auto-nombrados (falsos) apóstoles (2
Corintios 11:13), quienes estaban insultando el carácter de Pablo, sembrando discordia entre los
creyentes, y enseñando falsa doctrina. Ellos parecían estar cuestionando su veracidad (2 Corintios
1:15-17), su habilidad para hablar (2 Corintios 10:10; 11:6), y su indisposición para aceptar la ayuda
económica de la iglesia en Corinto (2 Corintios 11:7-9; 12:13). También había algunas personas que
no se habían arrepentido de su comportamiento licencioso (2 Corintios 12:20-21).
Pablo estaba muy contento de saber por Tito, que la mayoría de los corintios se habían arrepentido
de su rebelión contra Pablo (2 Corintios 2:12-13; 7:5-9). El apóstol los anima por esto, expresándoles
su genuino amor por ellos (2 Corintios 7:3-16). Pablo también buscó reivindicar su apostolado,
porque algunos en la iglesia probablemente habían cuestionado su autoridad (2 Corintios 13:3).
Versos Clave: 2 Corintios 3:5, “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo
como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.”
2 Corintios 3:18, “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del
Señor.”
2 Corintios 5:17, “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas.”
2 Corintios 5:21, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.”
2 Corintios 10:5, “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de
Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.”
2 Corintios 13:4, “Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues
también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.”
Breve Resumen: Después de saludar a los creyentes en la iglesia de Corinto y explicarles por qué
no los había visitado como originalmente lo había planeado (1:3-2:2), Pablo explica la naturaleza de
su ministerio. El triunfo a través de Cristo y la sinceridad a los ojos de Dios, eran los distintivos de su
ministerio a las iglesias (2:14-17). Él compara el glorioso ministerio de la justificación de Cristo con el
“ministerio de condenación” el cual es la Ley. (3:9), y declara su fe en la validez de su ministerio a
pesar de la intensa persecución (4:8-18). El capítulo 5 bosqueja las bases de la fe cristiana – la
nueva naturaleza (v.17) y el intercambio de nuestro pecado por la justificación de Cristo (v.21).
Pablo termina su carta reiterando su autoridad entre ellos (capítulo 10) y su preocupación por su
fidelidad a él ante la feroz oposición de los falsos apóstoles. Él se llama “necio” a sí mismo por haber
tenido que gloriarse de mala gana de sus credenciales y su sufrimiento por Cristo (capítulo 11).
Termina su epístola describiendo la visión celestial que se le permitió experimentar, y el “aguijón en
la carne” que le fue dado por Dios para asegurar su humildad (capítulo 12). El último capítulo
contiene su exhortación a los corintios a examinarse ellos mismos para ver si su profesión es real, y
termina con una bendición de amor y paz.
Conexiones: A través de sus epístolas, Pablo se refiere con frecuencia a la Ley Mosaico,
comparándola con la supereminente grandeza del Evangelio de Jesucristo y la salvación por la
gracia. En 2 Corintios 3:4-11, Pablo contrasta la ley del Antiguo Testamento con el nuevo pacto de
gracia, refiriéndose a la ley como la que “mata” mientras que el Espíritu da vida. La ley es “el
ministerio de muerte grabado con letras en piedra” (v.7; Éxodo 24:12) porque conlleva solo el
conocimiento del pecado y su condenación. La gloria de la ley es que refleja la gloria de Dios, pero el
ministerio del Espíritu es mucho más glorioso que el ministerio de la ley, porque refleja Su
misericordia, gracia, y amor, al proporcionar a Cristo como el cumplimiento de la ley.
Aplicación Práctica: Esta carta es la más biográfica y menos doctrinal de las epístolas de Pablo.
Nos dice más acerca de Pablo como persona y como ministro, que cualquiera de las otras. Dicho
esto, hay unas pocas cosas que podemos tomar de esta carta y aplicarlas a nuestras vidas en la
actualidad. La primera cosa es la mayordomía, no solo de dinero, sino también del tiempo. Los
macedonios no solo dieron generosamente, “sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor,
y luego a nosotros por la voluntad de Dios.” (2 Corintios 8:5). De la misma manera, nosotros
debemos dedicar no solo todo lo que tenemos al Señor, sino todo lo que somos. En realidad, Él no
necesita nuestro dinero. ¡Él es omnipotente! Él quiere el corazón, uno que anhele servir y complacer
y amar. La mayordomía y el ofrendar a Dios es más que solo dinero. Sí, Dios quiere que ofrendemos
parte de nuestros ingresos, y Él promete bendecirnos cuando le damos a Él. Pero es más que eso.
Dios quiere el 100%. Él quiere que nos demos por completo a Él - todo lo que somos. Debemos
pasar nuestra vida viviendo para servir a nuestro Padre. Debemos no solo darle a Dios algo de
nuestro salario, sino que nuestras mismas vidas deben ser un reflejo de Él. Debemos darnos a
nosotros mismos primeramente al Señor, y luego a la iglesia y a la obra del ministerio de Jesucristo.
Libro de Gálatas
Autor: Gálatas 1:1 claramente identifica al apóstol Pablo como el escritor de esta epístola a los
Gálatas.
Fecha de su Escritura: Dependiendo desde dónde fue enviado el libro de Gálatas y durante cuál
viaje misionero de Pablo inició las iglesias en el área, el libro de Gálatas fue escrito en algún
momento entre el año 48 y el 55 d.C.
Propósito de la Escritura: Las iglesias en Galacia estaban formadas en parte por judíos
convertidos y en parte por gentiles convertidos, como era generalmente el caso. Pablo afirma su
carácter apostólico y las doctrinas que él enseña, para confirmar a las iglesias de Galacia en la fe de
Cristo, especialmente con respecto al importante punto de la justificación solo por fe. Aunque el tema
es esencialmente el mismo que el discutido en la epístola a los Romanos - esto es, la justificación
por fe únicamente - en esta epístola, sin embargo, la atención está particularmente dirigida al punto
de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley de Moisés.
Gálatas no fue escrita como un ensayo de historia contemporánea. Era una protesta contra la
corrupción del evangelio de Cristo. La verdad esencial de la justificación por fe en vez de por las
obras de la ley, había sido oscurecida por la insistencia de los judaizantes de que los creyentes en
Cristo debían guardar la ley si esperaban ser perfectos delante de Dios. Cuando Pablo supo que
esta enseñanza había comenzado a penetrar en las iglesias gálatas y que los había alejado de su
herencia de libertad, escribió la apasionada protesta contenida en esta epístola.
Versos Clave: Gálatas 2:16, “Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino
por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe
de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.”
Gálatas 2:20, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo
por mí.”
Gálatas 3:11, “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la
fe vivirá.”
Gálatas 4:5-6, “para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la
adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama: ¡Abba, Padre!”
Gálatas 5:22-23, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Gálatas 6:7, “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará.”
La carta a los Gálatas fue escrita en un espíritu de inspirada agitación. Para Pablo, el asunto no era
si la persona era circuncidada, sino si se había convertido en “una nueva creación” (Gálatas 6:15). Si
Pablo no hubiera tenido éxito en su argumento sobre la justificación por fe solamente, el cristianismo
hubiera permanecido como una secta dentro del judaísmo, en vez de convertirse en la forma
universal de salvación. Por lo tanto, Gálatas no es solo la epístola de Lutero, es la epístola de cada
creyente que confiesa con Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se
entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20).
Los libros de Santiago y Gálatas, ilustran dos aspectos del cristianismo, que desde el principio
mismo parecen haber estado en conflicto, aunque en realidad ambos son suplementarios. Santiago
insiste en la ética de Cristo, una demanda de que la fe prueba su existencia por sus frutos. Sin
embargo Santiago, no menos que Pablo, enfatiza la necesidad de la transformación del individuo por
la gracia de Dios (Santiago 1:18). Gálatas hace hincapié en la dinámica del Evangelio que produce la
ética (Gálatas 3:13-14). Pablo no estaba menos preocupado que Santiago acerca de la vida ética
(Gálatas 5:13). Como los dos lados de la moneda, estos dos aspectos de la verdad cristiana, deben
siempre ir acompañados uno del otro.
Conexiones: A través de la epístola de Pablo a los Gálatas, la gracia salvadora – el don de Dios—
está yuxtapuesto contra la ley de Moisés, la cual no salva. Los judaizantes, aquellos que regresarían
a la ley mosaico como su fuente de justificación, eran prominentes en la iglesia primitiva, y aún
temporalmente arrastraban a cristianos tan destacados como Pedro dentro de su red de engaño
(Gálatas 2:11-13). Los primeros cristianos estaban tan apegados a la ley, que Pablo tenía que
reiterarles continuamente que la verdad de la salvación por gracia no tenía nada que ver con la
observancia de la ley. Los temas del Antiguo Testamento conectados con Gálatas, se centran
alrededor de la ley vs. la gracia: la inhabilidad de la ley para justificar (2:16); la muerte del creyente a
la ley (2:19); la justificación de Abraham por la fe (3:6); la ley no trae la salvación, sino la ira de Dios
(3:10); el amor, y no las obras, es el cumplimiento de la ley (5:14).
Aplicación Práctica: Uno de los temas principales del libro de Gálatas, se encuentra en 3:11: “El
justo por la fe vivirá.” No solo somos salvados por la fe (Juan 3:16; Efesios 2:8-9), sino que la vida
del creyente en Cristo –día a día, momento a momento—es vivida por y a través de la fe. No que la
fe sea algo que conjuremos sobre nosotros –sino que es un don de Dios, no de las obras– pero es
nuestra responsabilidad y gozo (1) exhibir nuestra fe para que otros vean la obra de Cristo en
nosotros, y (2) incrementar nuestra fe, por medio de la aplicación de las disciplinas espirituales (el
estudio de la Biblia, la oración, y la obediencia).
Jesús dijo que seríamos conocidos por el fruto en nuestras vidas (Mateo 7:16), lo cual da evidencia
de la fe dentro de nosotros. Todos los cristianos debemos ser diligentes en luchar por construir sobre
la fe salvadora dentro de nosotros, para que nuestras vidas reflejen a Cristo y otros lo vean a Él en
nosotros y “glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16).
Libro de Efesios
Autor: Efesios 1:1 identifica al autor del libro de Efesios como el apóstol Pablo.
Fecha de su Escritura: El Libro de Efesios fue escrito muy probablemente entre el 60—63 d.C.
Propósito de la Escritura: Pablo deseaba que todos los que anhelaban una madurez a semejanza
de Cristo recibieran este escrito. El libro de Efesios describe la disciplina necesaria para convertirse
en verdaderos hijos de Dios. Por otra parte, un estudio de Efesios ayudará a fortalecer y establecer
al creyente, para poder cumplir con el propósito y llamado que Dios tenga para él. El objetivo de esta
epístola es confirmar y equipar a una iglesia madura. Aquí se presenta una perspectiva balanceada
del cuerpo de Cristo y su importancia en la economía de Dios.
Versos Clave: Efesios 1:3, “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
Efesios 2:8-10, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo
Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Efesios 4:4-6, “Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y
por todos, y en todos.”
Efesios 6:10-11, “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.”
Breve Resumen: La doctrina ocupa una gran parte del libro de Efesios. La mitad de la enseñanza
en esta epístola describe nuestra posición en Cristo, y el recordatorio de ello afecta nuestra
condición. Con mucha frecuencia aquellos que enseñan de este libro, pasan por alto toda la
instrucción fundamental y van directamente al capítulo final. Este es el capítulo que enfatiza la guerra
o la lucha de los santos. Sin embargo, para beneficiarse totalmente del contenido de esta epístola,
uno debe comenzar por la enseñanza inicial de Pablo en esta carta.
Primero, como seguidores de Cristo, debemos entender plenamente quienes declara Dios que
somos. También debemos estar cimentados en el conocimiento de lo que Dios ha realizado por toda
la humanidad. En seguida, debemos ejercitar y fortalecer nuestra existencia y caminar actual. Esto
debe continuar hasta que ya no seamos fluctuantes y nos dejemos llevar de aquí para allá por
cualquier viento de doctrina y por sutilezas de hombres.
La escritura de Pablo se divide en tres segmentos principales (1) En los capítulos del uno al tres,
introduce los principios con respecto a lo que Dios ha hecho. (2) En los capítulos cuatro y cinco,
expone cuatro principios respecto a nuestra presente existencia. (3) El capítulo seis presenta los
principios concernientes a nuestra lucha diaria.
Aplicación Práctica: Tal vez más que en ningún otro libro de la Biblia, el libro de Efesios enfatiza la
conexión entre la sana doctrina y la práctica correcta en la vida cristiana. Hay demasiada gente que
ignora la “teología” y en vez de conocerla, solo quiere discutir cosas que sean “prácticas.” En
Efesios, Pablo argumenta que la teología es práctica. A fin de vivir en la práctica la voluntad de Dios
para nuestras vidas, debemos entender primeramente quienes somos doctrinalmente en Cristo.
Libro de Filipenses
Autor: Filipenses 1:1 identifica al autor del libro de Filipenses como el apóstol Pablo, probablemente
con la ayuda de Timoteo.
Propósito de la Escritura: La epístola a los Filipenses, una de las epístolas de las prisiones de
Pablo, fue escrita en Roma. Fue en Filipos, donde el apóstol estuvo de visita en su segundo viaje
misionero (Hechos 16:12), que Lidia y el carcelero de Filipos con su familia, fueron convertidos a
Cristo. Ahora, algunos años después, la iglesia estaba bien establecida, como puede inferirse por
sus destinatarios, los cuales incluyen a “obispos (ancianos) y diáconos” (Filipenses 1:1).
El motivo de la epístola fue agradecer una ofrenda de dinero procedente de la iglesia en Filipos,
llevada al apóstol por Epafrodito, uno de sus miembros (Filipenses 4:10-18). Esta es una tierna carta
dirigida a un grupo de cristianos, quienes eran especialmente cercanos al corazón de Pablo (2
Corintios 8:1-6), y comparativamente, poco es lo que dice acerca del error doctrinal.
Versos Clave: Filipenses 1:21, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.”
Filipenses 3:7, “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor
de Cristo.”
Filipenses 4:6-7, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios
en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Breve Resumen: Filipenses puede ser llamado “Bienes a través del Sufrimiento.” El libro es acerca
de Cristo en nuestra vida, Cristo en nuestra mente, Cristo como nuestra meta, y Cristo como nuestra
fortaleza y gozo a través del sufrimiento. Fue escrito durante el encarcelamiento de Pablo en Roma,
cerca de treinta años después de la ascensión de Cristo y aproximadamente diez años después de
la primera predicación de Pablo en Filipos.
Pablo era prisionero de Nerón, sin embargo la Epístola abunda en exclamaciones de triunfo. Las
palabras “gozo” y “regocijo” aparecen con frecuencia (Filipenses 1:4, 18, 25, 26; 2:2, 28; Filipenses
3:1; 4:1, 4, 10). La correcta experiencia cristiana es el experimentar, independientemente de
nuestras circunstancias, la vida, naturaleza, y mente de Cristo viviendo en nosotros (Filipenses 1:6,
11; 2:5, 13). Filipenses alcanza su cúspide en 2:5-11 con la gloriosa y profunda declaración
concerniente a la humillación y exaltación de nuestro Señor Jesucristo.
Introducción, 1:1-7
Conclusión, 4:10-23
Conexiones: Al igual que en muchas de sus cartas, Pablo advierte a los nuevos creyentes en la
iglesia de Filipos, a estar alertas ante la tendencia hacia el legalismo, la cual continuamente se
cultivaba en las iglesias primitivas. Los judíos estaban tan atados a la ley del Antiguo Testamento,
que había un constante esfuerzo por parte de los judaizantes, para regresar a la enseñanza de la
salvación por obras. Pero Pablo reitera que la salvación es sólo por la fe en Cristo solamente, y
califica a los judaizantes como “perros” y “malos obreros.” En particular, los legalistas insistían en
que los nuevos creyentes en Cristo debían continuar siendo circuncidados de acuerdo a los
requerimientos del Antiguo Pacto (Génesis 17:10-12; Levítico 12:3). De esta manera, ellos
intentaban complacer a Dios por sus propios esfuerzos y elevarse ellos mismos sobre los gentiles
cristianos, quienes no participaban en el ritual. Pablo explicó que aquellos que ya habían sido
lavados por la sangre del Cordero, ya no tenían que someterse a rituales que simbolizaban la
necesidad de un corazón limpio.
Aplicación Práctica: Filipenses es una de las cartas más personales de Pablo, y como tal, tiene
muchas implicaciones personales para los creyentes. Escrita durante su encarcelamiento en Roma,
Pablo exhorta a los filipenses a seguir su ejemplo y a “tener ánimo para hablar la palabra de Dios sin
temor.” (Filipenses 1:14) durante los tiempos de persecución. Todos los cristianos han
experimentado en uno u otro momento la animosidad de los incrédulos en contra del evangelio de
Cristo. Esto es de esperarse. Jesús dijo que si el mundo lo odiaba a Él, también odiaría a sus
seguidores (Juan 5:18). Pablo nos exhorta a perseverar ante la persecución, a estar “firmes en un
mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio.” (Filipenses 1:27).
Otra aplicación de Filipenses, es el del gozo y el regocijo que se encuentra a través de su carta. Él
se regocija de que Cristo estuviera siendo proclamado (Filipenses 1:18); se regocija en su
persecución (2:17); exhorta a otros a regocijarse en el Señor (3:1); y se refiere a sus hermanos
filipenses como su “gozo y corona” (4:1). Él sintetiza esta exhortación a los creyentes diciéndoles:
“Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez lo diré: ¡Regocijaos!” (4:4-7). Como creyentes, podemos
regocijarnos y experimentar la paz de Dios, llevando todas nuestras preocupaciones ante Él, si es
que “mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones
delante de Dios.” (4:6). El gozo de Pablo, a pesar de las persecuciones y encarcelamientos, brilla a
través de toda esta epístola, y a nosotros se nos promete el mismo gozo que él experimentó cuando
centramos nuestros pensamientos en el Señor (Filipenses 4:8).
Libro de Colosenses
Autor: El apóstol Pablo fue el principal escritor del libro de Colosenses (Colosenses 1:13). También
se le da algún crédito a Timoteo (Colosenses 1:1).
Fecha de su Escritura: El Libro de Colosenses fue escrito probablemente entre el 58-62 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de Colosenses es un mini curso de ética, dirigido a cada una de
las áreas de la vida cristiana. Pablo va desde la vida individual a la vida en el hogar y la familia,
desde el trabajo, hasta la manera en que debemos tratar a otros. El tema de este libro es la
suficiencia de nuestro Señor, Jesucristo, para suplir nuestras necesidades en cada área.
Versos Clave: Colosenses 1:15-16, “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda
creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la
tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue
creado por medio de él y para él.”
Colosenses 2:8 “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”
Colosenses 3:12-13, “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a
otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os
perdonó, así también hacedlo vosotros.”
Colosenses 4:5-6, “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra
palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”
Breve Resumen: Colosenses fue escrito expresamente para anular la herejía que había surgido en
Colosas, la cual ponía en peligro la existencia de la iglesia. Mientras que no sabemos qué le fue
dicho a Pablo, esta carta es su respuesta.
Podemos resumir, basados en la respuesta de Pablo, que él estaba lidiando con una percepción
equivocada de Cristo (Su real y verdadera naturaleza humana y la falta de aceptación de Su
completa deidad.) Pablo parece también disputar respecto al énfasis “judío” sobre la circuncisión y
las tradiciones (Colosenses 2:8-11; 3:11). Aparentemente la herejía provenía del gnosticismo-judaico
o de una mezcla entre el ascetismo judío y la filosofía griega (¿Los Estoicos?). Él logra un increíble
trabajo en señalarnos la suficiencia de Cristo.
El libro de Colosenses contiene instrucción doctrinal acerca de la deidad de Cristo y las falsas
filosofías (1:15—2:23), así como exhortaciones prácticas respecto a la conducta cristiana, incluyendo
las amistades y el hablar (3:1—4:18).
Conexiones: Como con todas las iglesias primitivas, el problema del legalismo judío en Colosas fue
de gran preocupación para Pablo. Tan radical era el concepto de la salvación por gracia, aparte de
las obras, que para aquellos sumergidos en la ley del Antiguo Testamento, les resultaba muy difícil
de entenderla. Por consecuencia, había un continuo movimiento entre los legalistas, para añadir
ciertos requerimientos de la ley a esta nueva fe. Primeramente entre ellos estaba el requisito de la
circuncisión, el cual aún se practicaba entre algunos de los judíos convertidos. Pablo contradijo este
error en Colosenses 2:11-15, en donde declara que la circuncisión de la carne ya no era necesaria,
porque Cristo había venido. La suya era la circuncisión del corazón, no de la carne, haciendo ya
innecesarios los ritos ceremoniales del Antiguo Testamento (Deuteronomio 10:16, 30:6; Jeremías
4:4, 9:26; Hechos 7:51; Romanos 2:29).
Aplicación Práctica: Aunque Pablo abarca muchas áreas, la aplicación básica para nosotros en la
actualidad, es la total y completa suficiencia de Cristo en nuestras vidas, tanto para nuestra salvación
como para nuestra santificación. Debemos saber y entender el evangelio, a fin de no ser desviados
por sutiles formas de legalismo y herejía. Debemos estar en guardia para cualquier desviación que
minimice la grandeza de Cristo como Señor y Salvador. Cualquier “religión” que trate de equipararse
a sí misma con la verdad, usando libros que afirman estar en igual autoridad que la Biblia, o quienes
combinan el esfuerzo humano con el logro divino en la salvación, deben ser evitadas. Otras
religiones no pueden ser combinadas con o añadidas al cristianismo. Cristo nos da las normas
absolutas de la conducta moral. El cristianismo es una familia, una forma de vida, y una relación –no
una religión. Las obras de Dios, la astrología, el ocultismo y los horóscopos, no nos muestran los
caminos de Dios. Solo Cristo lo hace. Su voluntad está revelada en Su Palabra, es Su carta de amor
para nosotros. ¡Debemos llegar a conocerla!
Libro de 1 Tesalonicenses
Autor: 1 Tesalonicenses 1:1 indica que el libro de 1 Tesalonicenses fue escrita por el apóstol Pablo,
probablemente junto con Silas y Timoteo.
Versos Clave: 1 Tesalonicenses 3:5, “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para
informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase
en vano.”
1 Tesalonicenses 3:7, “Por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos
consolados de vosotros por medio de vuestra fe.”
1 Tesalonicenses 4:14-17, “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios
con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros
que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que
durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos,
los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
1 Tesalonicenses 5:16-18, “Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque
esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.”
Breve Resumen: Los primeros tres capítulos son acerca de Pablo anhelando visitar la iglesia en
Tesalónica, pero sin haberlo logrado porque Satanás se los impidió (1 Tesalonicenses 2:18), y la
manera en que Pablo cuidaba de ellos y se animaba al escuchar como habían estado. Luego Pablo
ora por ellos (1 Tesalonicenses 3:11-13). En el capítulo 4, Pablo instruye a los creyentes en
Tesalónica sobre cómo vivir una vida santa en Cristo Jesús (1 Tesalonicenses 4:1-12). Pablo
prosigue instruyéndolos sobre un malentendido que ellos tenían. Les dice que la gente que había
muerto en Cristo Jesús, también irá al cielo cuando Él regrese (1 Tesalonicenses 4:13-18, 5:1-11). El
libro termina con instrucciones finales de vivir la vida cristiana.
Conexiones: Pablo les recuerda a los tesalonicenses que la persecución que estaban sufriendo de
sus “propios conciudadanos” (2:14-15), los judíos que rechazaron a su Mesías, es la misma que
sufrieron los profetas del Antiguo Testamento (Jeremías 2:30; Mateo 23:31). Jesús advirtió que los
verdaderos profetas de Dios siempre tendrían la oposición de los impíos (Lucas 11:49). En
Colosenses, Pablo les recuerda esa verdad.
Aplicación Práctica: El libro puede ser aplicado a muchas situaciones de la vida. Nos brinda la
confianza de que como cristianos, estemos muertos o vivos, cuando Cristo regrese estaremos juntos
con Él (1 Tesalonicenses 4:13-18). Nos asegura que como cristianos no recibiremos la ira de Dios (1
Tesalonicenses 5:8-9). Nos instruye sobre cómo caminar diariamente en la vida cristiana.
(1Tesalonicenses 4—5).
Libro de 2 Tesalonicenses
Autor: 2 Tesalonicenses 1:1 indica que el libro de 2 Tesalonicenses fue escrito por el apóstol Pablo,
probablemente junto con Silas y Timoteo.
Propósito de la Escritura: La iglesia de Tesalónica aún tenía algunos malentendidos acerca del Día
del Señor. Ellos pensaban que ya había acontecido, así que dejaron de trabajar. Ellos estaban
siendo gravemente perseguidos. Pablo escribió para aclarar los malentendidos y para consolarlos.
Versos Clave: 2 Tesalonicenses 1:6-7, “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los
que os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste
el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder.”
2 Tesalonicenses 2:13, “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación,
mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.”
2 Tesalonicenses 3:3, “Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.”
2 Tesalonicenses 3:10, “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si
alguno no quiere trabajar, tampoco coma.”
Breve Resumen: Pablo saluda a la iglesia en Tesalónica y los anima y exhorta. Los alaba por lo que
ha oído que están haciendo en el Señor, y ora por ellos (2 Tesalonicenses 1:11-12). En el capítulo 2,
Pablo explica lo que sucederá en el Día del Señor (2 Tesalonicenses 2:1-12). Luego los anima a
permanecer firmes y apartarse de los hermanos que no vivan de acuerdo al evangelio (2
Tesalonicenses 3:6).
Conexiones: Pablo se refiere a varios pasajes del Antiguo Testamento en su discurso sobre el fin de
los tiempos, con lo cual confirma y concilia a los profetas del Antiguo Testamento. Mucha de su
enseñanza sobre el final de los tiempos en esta carta, está basada en el profeta Daniel y sus
visiones. En 2 Tesalonicenses 2:3-9, él se refiere a la profecía de Daniel con respecto al “hombre de
pecado” (Daniel 7-8).
Aplicación Práctica: El libro de 2 Tesalonicenses está lleno con información que explica el final de
los tiempos. También nos exhorta a no estar ociosos y a trabajar por lo que tenemos. Hay también
algunas grandes oraciones en este libro que pueden ser un ejemplo para nosotros sobre cómo orar
por otros creyentes en la actualidad.
Libro de 1 Timoteo
Autor: El Libro de 1 Timoteo fue escrito por el apóstol Pablo (1 Timoteo 1:1)
Versos Clave: 1 Timoteo 2:5, “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre.”
1 Timoteo 2:12, “Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino
estar en silencio.”
1 Timoteo 3:1-2, “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. Pero es necesario que
el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto
para enseñar.”
1 Timoteo 4:9-10, “Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos, que por esto mismo
trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos
los hombres, mayormente de los que creen.”
1 Timoteo 6:12, “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo
fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.”
Breve Resumen: Esta es la primera carta que Pablo escribió a Timoteo, un joven pastor quien había
sido de gran ayuda para Pablo en su obra. Timoteo era griego. Su madre era judía y su padre griego.
Pablo era más que solo un tutor y líder para Timoteo, él era como un padre para él y Timoteo era
como un hijo para Pablo (1 Timoteo 1:2). Pablo comienza la carta urgiendo a Timoteo a estar alerta
ante los falsos maestros y la falsa doctrina. Sin embargo, buena parte de la carta trata sobre la
conducta pastoral. Pablo instruye a Timoteo en la adoración (capítulo 2) y el desarrollo de líderes
maduros para la iglesia (capítulo 3). La mayor parte de la carta trata de la conducta pastoral,
advertencias sobre los falsos maestros, y la responsabilidad de la iglesia hacia los miembros que
pequen, las viudas, ancianos, y esclavos. A través de toda la carta, Pablo anima a Timoteo a
permanecer firme, a perseverar, y a permanecer fiel a su llamado.
Conexiones: Existe una relación interesante entre el libro de 1 Timoteo y el Antiguo Testamento, y
es la cita de Pablo sobre las bases para considerar a los ancianos de la iglesia como dignos de
“doble honor” y merecedores de respeto en el caso en que fueran acusados de mala conducta (1
Timoteo 5:17-19). Deuteronomio 24:15 y Levítico 19:13 hablan de la necesidad de pagar al
trabajador lo que se ha ganado y de hacerlo puntualmente. Parte de la Ley Mosaico demandaba que
dos o tres testigos eran necesarios para levantar una acusación contra un hombre (Deuteronomio
19:15). Los judíos cristianos en las iglesias que Timoteo pastoreaba, debían estar bien conscientes
de estas referencias al Antiguo Testamento.
Aplicación Práctica: Jesucristo es presentado por Pablo como el mediador entre Dios y el hombre
(1 Timoteo 2:5), el Salvador para todos los que creen en Él. Él es Señor de la iglesia y Timoteo le
sirve pastoreando Su iglesia. Así, encontramos que ésta es la aplicación principal de la primera carta
de Pablo a su “hijo en la fe.” Pablo instruye a Timoteo en asuntos sobre la doctrina de la iglesia, el
liderazgo de la iglesia, y la administración de la iglesia. Podemos usar estas mismas instrucciones
para gobernar nuestra asamblea local en la actualidad. De la misma manera, el trabajo y ministerio
de un pastor, los requerimientos para un anciano, y para un diácono son justamente tan importantes
y pertinentes en la actualidad como lo fueron en los días de Timoteo. La primera carta de Pablo a
Timoteo, se valora como un libro de enseñanza sobre el liderazgo, la administración, y el pastoreo de
la iglesia local. Las instrucciones en esta carta se aplican a cualquier líder o prospecto de líder de la
iglesia cristiana, y son igualmente relevantes en la actualidad, como lo fueron en los tiempos de
Pablo. Para aquellos que no fueron llamados para asumir el liderazgo en su iglesia, este libro es
igualmente práctico. Cada seguidor debe contender por la fe y evitar la falsa enseñanza. Cada
seguidor debe permanecer firme y perseverar.
Libro de 2 Timoteo
Autor: 2 Timoteo 1:1 identifica al autor del libro de 2 Timoteo como el apóstol Pablo.
Propósito de la Escritura: Encarcelado en Roma una vez más, el apóstol Pablo se sintió solo y
abandonado. Pablo reconoció que su vida terrenal probablemente pronto llegaría a su fin. El libro 2
de Timoteo es esencialmente “las últimas palabras” de Pablo. Pablo miró más allá de sus propias
circunstancias para manifestar su preocupación por las iglesias y especialmente por Timoteo. Pablo
quería utilizar sus últimas palabras para animar a Timoteo, y a todos los demás creyentes, a
perseverar en la fe (2 Timoteo 3:14) y a proclamar el evangelio de Jesucristo (2 Timoteo 4:2).
Versos Clave: 2 Timoteo 1:7, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio.”
2 Timoteo 3:16-17, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado
para toda buena obra.”
2 Timoteo 4:2, “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye,
reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”
2 Timoteo 4:7-8, “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y
no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.”
Breve Resumen: Pablo anima a Timoteo a permanecer apasionado por Cristo y a permanecer firme
en la sana doctrina (2 Timoteo 1:1-2, 13-14). Pablo le recuerda a Timoteo evitar prácticas y creencias
impías y huir de todo lo inmoral (2 Timoteo 2:14-26). Al final de los tiempos habrá una intensa
persecución así como apostasía de la fe cristiana (2 Timoteo 3:1-17). Pablo cierra con una intensa
súplica porque los creyentes permanezcan firmes en la fe y terminen la carrera fortalecidos (2
Timoteo 4:1-8).
Conexiones: Tan preocupado estaba Pablo de advertir a Timoteo y a aquellos que él pastoreaba
sobre los peligros de los falsos maestros, que evocó la historia de los magos egipcios, quienes se
oponían a Moisés (Éxodo 7:11, 22; 8:7, 18, 19, 9:11) Aunque sus nombres no se mencionan en el
Antiguo Testamento, la tradición dice que estos hombres promovieron la fabricación del becerro de
oro, y fueron muertos con el resto de los idólatras (Éxodo 32). Pablo predice el mismo destino para
aquellos que resisten la verdad de Cristo, finalmente su insensatez se hace “manifiesta a todos.” (2
Timoteo 3:9).
Aplicación Práctica: Es fácil desviarse de la vida cristiana. Debemos mantener nuestros ojos en el
premio – para ser recompensados en el cielo por Jesucristo (2 Timoteo 4:8). Debemos luchar por
evitar tanto la falsa doctrina como las prácticas impías. Esto solo puede ser logrado estando
arraigados en nuestro conocimiento de la Palabra de Dios y firmes en nuestra negativa de aceptar
cualquier cosa que no sea bíblica.
Libro de Tito
Autor: Tito 1:1 identifica al apóstol Pablo como el autor del libro de Tito.
Fecha de su Escritura: La epístola de Tito fue escrita aproximadamente en el 66 d.C. Los múltiples
viajes de Pablo están bien documentados, y muestran que él escribió Tito desde Nicópolis en Epiro.
En algunas Biblias, la anotación sobre la epístola puede mencionar que Pablo escribió desde
Nicópolis en Macedonia. Sin embargo, no hay conocimiento de tal lugar, y tales afirmaciones no
tienen autoridad por no ser auténticas.
Propósito de la Escritura: La epístola de Tito es conocida como una de las Epístolas Pastorales,
semejantes a las dos cartas a Timoteo. Esta epístola fue escrita por el apóstol Pablo para animar a
su hermano en la fe, Tito, a quien había dejado en Creta para dirigir la iglesia que Pablo había
establecido en uno de sus viajes misioneros (Tito 1:5). Esta carta aconseja a Tito respecto a las
cualidades que debían buscarse en los líderes para la iglesia. También le advierte a Tito sobre la
reputación de aquellos que vivían en la isla de Creta (Tito 1:12).
Además de instruir a Tito en lo que debía buscar en un líder de la iglesia, Pablo también lo anima a
regresar a Nicópolis para visitarlo. En otras palabras, Pablo continuaba discipulando a Tito y a otros,
mientras crecían en la gracia del Señor (Tito 3:13).
Versos Clave: Tito 1:5, “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y
establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.”
Tito 1:16, “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes,
reprobados en cuanto a toda buena obra.”
Tito 2:15, “Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.”
Tito 3:3-6, “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados,
esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y
aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su
amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino
por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el
cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador.”
Breve Resumen: Que maravilloso debe haber sido cuando Tito recibió una carta de su tutor, el
apóstol Pablo. Pablo era un hombre muy honrado por muchos, y con razón, después de haber
establecido varias iglesias en todo el mundo oriental. Esta famosa introducción del apóstol debió
haber sido leída por Tito, “A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios
Padre y del Señor Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 1:4).
La isla de Creta, donde Pablo dejó a Tito para dirigir la iglesia, estaba habitada por nativos de la isla
y judíos quienes no conocían la verdad de Jesucristo (Tito 1:12-14). Pablo sintió que era su
responsabilidad seguir discipulando a Tito para instruirlo y alentarlo en el desarrollo de líderes dentro
de la iglesia en Creta. Mientras que el apóstol dirigía a Tito en su búsqueda de líderes, Pablo
también sugirió la manera en que Tito debía instruir a los líderes, a fin de que pudieran crecer en su
fe en Cristo. Sus instrucciones incluían aquellas destinadas tanto para hombres como para mujeres
de todas las edades (Tito 2:1-8).
Para ayudar a que Tito permaneciera en su fe en Cristo, Pablo le sugirió venir a Nicópolis y traer con
él a otros dos miembros de la iglesia (Tito 3:12-13).
Conexiones: Una vez más, Pablo encuentra necesario instruir a los líderes de la iglesia para que
estuvieran alertas en contra de los judaizantes, aquellos que buscaban añadir las obras al regalo de
gracia que produce la salvación. Él le advierte en contra de aquellos que eran engañadores rebeldes,
especialmente aquellos que continuaban asegurando que aún era necesaria la circuncisión y la
adherencia a los rituales y ceremonias de la Ley Mosaico (Tito 1:10-11). Este es un tema recurrente
a través de las epístolas de Pablo y en el libro de Tito, él va más allá hasta decir que era preciso
taparles la boca.
Aplicación Práctica: El apóstol Pablo merece nuestra atención mientras buscamos en la Biblia la
enseñanza de cómo vivir una vida agradando a nuestro Señor. Podemos aprender lo que debemos
evitar así como a quién debemos luchar por imitar. Pablo sugiere que busquemos ser puros,
mientras evitamos las cosas que corromperán nuestra mente y conciencia. Y posteriormente Pablo
hace una declaración que nunca debe ser olvidada: “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos
lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” (Tito 1:16).
Como cristianos, debemos examinarnos a nosotros mismos para estar seguros de que nuestras
vidas estén de acuerdo con nuestra profesión de fe en Cristo (2 Corintios 13:5).
Junto con esta advertencia, Pablo también nos dice cómo evitar negar a Dios: “Nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente
por Jesucristo nuestro Salvador.” (Tito 3:5-6). Al buscar diariamente renovar nuestra mente por el
Espíritu Santo, podemos desarrollarnos como cristianos que honran a Dios por la forma en que
vivimos.
Libro de Filemón
Autor: El autor del libro de Filemón fue el apóstol Pablo (Filemón 1:1).
Propósito de la Escritura: La carta a Filemón es el más corto de todos los escritos de Pablo y trata
sobre la práctica de la esclavitud. La carta sugiere que Pablo estaba en prisión al momento de
escribirla. Filemón, quien hospedaba a una iglesia en su casa, era dueño de un esclavo. Durante el
tiempo del ministerio de Pablo en Efeso, Filemón probablemente había viajado a la ciudad, y
habiendo escuchado predicar a Pablo, se hizo cristiano. El esclavo Onésimo robó a su amo Filemón,
y huyó, dirigiéndose a Roma y a Pablo. Onésimo era aún propiedad de Filemón, y Pablo escribió
para suavizar el hecho de su regreso con su amo. Tras haberle testificado Pablo, Onésimo se hizo
cristiano (Filemón 10), y Pablo quería que Filemón aceptara a Onésimo como un hermano en Cristo,
y no meramente como un esclavo.
Filemón 16, “….no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado,
mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.”
Breve Resumen: Pablo había advertido a los dueños de esclavos que tenían una responsabilidad
hacia sus esclavos y mostró a los esclavos como seres morales responsables que debían temer a
Dios. En Filemón, Pablo no condenó la esclavitud, sino que presentó a Onésimo como un hermano
en Cristo, en vez de cómo un esclavo. Cuando un amo puede referirse a un esclavo como un
hermano, el esclavo ha alcanzado una posición en la cual el título legal de esclavo no significa nada.
La iglesia primitiva no atacó directamente la esclavitud, sino que puso el fundamente para una nueva
relación entre el amo y el esclavo. Pablo intentó unir a Filemón y a Onésimo con el amor cristiano,
para que la emancipación se hiciera necesaria. La institución de la esclavitud murió solo después de
haber sido expuesta a la luz del Evangelio.
Conexiones: Tal vez en ninguna parte del Nuevo Testamento se muestra tan bellamente retratada
la diferencia entre la ley y la gracia. Tanto la ley romana como la Ley Mosaico del Antiguo
Testamento le daban a Filemón el derecho de castigar al esclavo fugitivo, quien era considerado
como su propiedad. Pero el pacto de la gracia a través del Señor Jesús, permitió que el amo y el
esclavo tuvieran compañerismo en amor sobre bases de igualdad en el cuerpo de Cristo.
Propósito de la Escritura: El desaparecido Dr. Walter Martin, fundador del Instituto de Investigación
Cristiana y escritor del libro “El Reino de los Cultos”, dijo sarcásticamente en su acostumbrada
manera de hablar, que el libro de Hebreos fue escrito por un hebreo para otros hebreos, diciéndoles
a los hebreos que dejaran de actuar como hebreos. Realmente, muchos de los primeros judíos
creyentes, estaban volviendo a caer en los ritos y rituales del judaísmo, a fin de escapar de la
creciente persecución. Entonces, esta carta es una exhortación para que estos creyentes
perseguidos continuaran en la gracia de Jesucristo.
Versos Clave: Hebreos 1:1-2, “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro
tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”
Hebreos 2:3, “¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?....”
Hebreos 4:14-16, “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo
de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza,
pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Hebreos 11:1, “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Hebreos 12:1-2, “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de
testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la
carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual
por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del
trono de Dios.”
Breve Resumen: El libro de Hebreos está dirigido a tres diferentes grupos: los creyentes en Cristo;
los no creyentes que tenían conocimiento de y una aceptación intelectual de los hechos de Cristo; y
los no creyentes que fueron atraídos a Cristo, pero que a última instancia lo rechazaron. Es
importante entender a qué grupo se dirige cada pasaje. El fallar en hacerlo de esta forma, nos llevará
a conclusiones que son inconsistentes con el resto de la Escritura.
Conexiones: Tal vez en ninguna parte del Nuevo Testamento se centre más la atención en el
Antiguo Testamento que en el libro de Hebreos, el cual tiene como su fundamento el sacerdocio
levítico. El escritor de Hebreos compara constantemente lo inadecuado del sistema sacrificial del
Antiguo Testamento, con su perfección y consumación cumplida en Cristo. Donde el Antiguo Pacto
requería continuos sacrificios y una expiación anual por el pecado, que era ofrecida por un sacerdote
humano, el Nuevo Pacto provee un sacrificio único a través de Cristo (Hebreos 10:10) así como el
acceso directo al trono de Dios para todos los que están en Él.
Aplicación Práctica: Rica en fundamentos de doctrina cristiana, la epístola a los Hebreos también
nos proporciona ejemplos alentadores de los “héroes de la fe” de Dios, quienes perseveraron a pesar
de grandes dificultades y circunstancias adversas (Hebreos 11). Estos miembros del Salón de la Fe
de Dios, proporcionan pruebas abrumadoras en cuanto a la garantía incondicional y fiabilidad
absoluta de Dios. De igual manera, nosotros debemos mantener una perfecta confianza en las ricas
promesas de Dios, a pesar de nuestras circunstancias, meditando sobre la fidelidad de la roca sólida
de las obras de Dios en las vidas de Sus santos del Antiguo Testamento.
El escritor de Hebreos proporciona un gran ánimo a los creyentes, pero hay cinco advertencias
solemnes a las que debemos prestar atención. Existe el peligro de descuidarnos (Hebreos 2:1-4), el
peligro de la incredulidad (Hebreos 3:7—4:13), el peligro de la inmadurez espiritual (Hebreos 5:11—
6:20), el peligro de fallar en permanecer (Hebreos 10:26-39), y el inherente peligro de desechar a
Dios (Hebreos 12:25-29). Y así encontramos coronando esta gran obra de riqueza doctrinal, un
refrescante manantial de aliento, y una fuente de sanas y prácticas advertencias contra la pereza en
nuestro caminar cristiano. Pero hay aún más, porque en Hebreos encontramos un retrato
magníficamente reproducido de nuestro Señor Jesucristo – el Autor y Consumador de nuestra gran
salvación (Hebreos 12:2).
Libro de Santiago
Autor: El autor de esta epístola es Santiago, también llamado Jacobo o Santiago el Justo, de quien
se piensa fue el hermano de Jesucristo (Mateo 13:55; Marcos 6:3). Santiago no fue un creyente
(Juan 7:3-5) hasta después de la resurrección de Jesucristo (Hechos 1:14; 1 Corintios 15:7; Gálatas
1:19). Él se convirtió en la cabeza de la iglesia en Jerusalén y es el que se menciona primero como
uno de los pilares de la iglesia (Gálatas 2:9).
Propósito de la Escritura: Algunos piensan que esta epístola fue escrita en respuesta a una sobre-
apasionada interpretación de las enseñanzas de Pablo respecto a la fe. Este punto de vista extremo,
llamado antinomianismo, sostenía que a través de la fe en Cristo uno estaba completamente libre de
toda la ley de Antiguo Testamento, de todo el legalismo, de toda la ley secular, y de toda la
moralidad de una sociedad. El libro de Santiago está dirigido a los judíos cristianos esparcidos entre
todas las naciones (Santiago 1:1). Martín Lutero, quien detestó esta carta y la llamó “la epístola de
paja,” falló en reconocer que las enseñanzas de Santiago sobre las obras como autenticación de la
fe, no contradecían las enseñanzas de Pablo sobre la fe. Mientras que las enseñanzas paulinas se
concentran en nuestra justificación con Dios, las enseñanzas de Santiago se concentran en las obras
que ejemplifican esa justificación. Santiago estaba escribiéndoles a los judíos para alentarlos a
continuar creciendo en esta nueva fe cristiana. Santiago enfatiza que las buenas acciones fluirán
naturalmente de aquellos que están llenos del Espíritu y cuestiona si alguien puede o no puede tener
una fe salvadora, si el fruto del Espíritu no puede apreciarse en él, algo muy parecido a lo que Pablo
describe en Gálatas 5:22-23.
Versos Clave: Santiago 1:2-3, “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas
pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”
Santiago 1:19, “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar,
tardo para airarse.”
Santiago 2:17-18, “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú
tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”
Santiago 3:5, “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He
aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!”
Conexiones: El libro de Santiago es la descripción básica de la relación que existe entre la fe y las
obras. Tan arraigados en la ley mosaico y su sistema de obras estaban los judíos cristianos a
quienes Santiago escribió, que él dedicó mucho tiempo para explicarles la difícil verdad, de que
nadie es justificado por las obras de la ley (Gálatas 2:16). Él les declara que aún si ellos con su mejor
esfuerzo, trataran de guardar todas las varias leyes y rituales, lo cual es imposible de hacer, y
transgredieran la parte más pequeña de la ley, esto los hacía culpables de toda ella (Santiago 2:10)
porque la ley es una entidad y el quebrantar una parte de ella, es quebrantarla toda.
Aplicación Práctica: Vemos en el libro de Santiago un reto para los fieles seguidores de Jesucristo
de no sólo “hablar de ello,” sino “caminar en ello.” Mientras que nuestro caminar en la fe, para que
sea verdadero requiere de un crecimiento y conocimiento de la Palabra, Santiago nos exhorta a no
detenernos allí. Muchos cristianos encontrarán esta epístola desafiante mientras Santiago presenta
60 obligaciones en solo 108 versos. Él se enfoca en las verdades de las palabras de Jesús en el
Sermón del Monte, y nos motiva a actuar sobre lo que Él enseñó.
La epístola también descarta la idea de que uno puede convertirse en un cristiano y sin embargo
continuar viviendo en pecado, sin exhibir el fruto de justicia. Tal “fe,” declara Santiago, es compartida
por los demonios quienes “creen y tiemblan” (Santiago 2:19). Sin embargo tal “fe” no puede salvar,
porque no está respaldada por las obras que siempre acompañan a la verdadera fe salvadora
(Efesios 2:10). Las buenas obras no son la causa de la salvación, sino que son el resultado de ella.
Libro de 1 Pedro
Autor: 1 Pedro 1:1 identifica al autor del libro de 1 Pedro, como el apóstol Pedro.
Propósito de la Escritura: 1 Pedro es una carta de Pedro a los creyentes que habían sido
dispersados a través de todo el mundo antiguo y estaban bajo una intensa persecución. Si alguien
entendía lo que era persecución, era Pedro. Él fue golpeado, amenazado, castigado y encarcelado
por predicar la Palabra de Dios. Él sabía lo que costaba permanecer firme sin amargarse, sin perder
la esperanza, y afianzado en la fe vivir una vida obediente y victoriosa. Este conocimiento de una
esperanza viva en Jesús era el mensaje, así como seguir el ejemplo de Jesucristo.
Versos Clave: 1 Pedro 1:3, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su
grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de
los muertos.”
1 Pedro 2:9, “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por
Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
1 Pedro 2:24, “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.”
1 Pedro 5:8-9, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.”
Breve Resumen: Aunque este tiempo de persecución era desesperante, Pedro dice que realmente
era un tiempo de regocijo, diciéndoles que vieran el sufrir por amor a Cristo como un privilegio, así
como su Salvador sufrió por ellos. Esta carta hace referencia a las experiencias personales de Pedro
con Jesús, así como a sus sermones registrados en el libro de Hechos. Pedro confirma que Satanás
es el gran enemigo de cada cristiano, pero la seguridad en el futuro regreso de Cristo proporciona el
incentivo para la esperanza.
Conexiones: La familiaridad de Pedro con la ley del Antiguo Testamento y los profetas, le permitían
explicar varios pasajes del Antiguo Testamento a la luz de la vida y la obra del Mesías, Jesucristo.
En 1 Pedro 1:16, él cita Levítico 11:44 “Sed santos, porque yo soy santo.” Pero él lo parafrasea
explicando que la santidad no es alcanzada por guardar la ley, sino por la gracia otorgada a todos los
que creen en Cristo (v.13). Más adelante, Pedro explica la referencia a la “piedra angular” en Isaías
28:16 y el Salmo 118:22 como Cristo, quien fue rechazado por los judíos a causa de su
desobediencia e incredulidad. Las referencias adicionales al Antiguo Testamento, incluyen la
ausencia de pecado en Cristo (1 Pedro 2:22 / Isaías 53:9) y exhortaciones para vivir santamente a
través del poder de Dios que da bendición (1 Pedro 3:10-12; Salmos 34:12-16; 1 Pedro 5:5;
Proverbios 3:34).
Aplicación Práctica: La seguridad de la vida eterna es dada a todos los cristianos. Una forma de
identificarnos con Cristo, es compartiendo Sus sufrimientos. Para nosotros, eso significaría soportar
insultos y calumnias de parte de aquellos que nos llaman “aleluyas” o “santurrones.” Esto es tan
poco, comparado con lo que Cristo sufrió por nosotros en la cruz. Permanece firme en lo que sabes y
crees que es lo correcto, y regocíjate cuando seas el objetivo del mundo y Satanás para lastimarte.
Libro de 2 Pedro
Autor: 2 de Pedro 1:1 establece específicamente que el apóstol Pedro fue el autor de 2 Pedro. La
autoría de Pedro del libro de 2 Pedro, ha sido impugnada más que ningún otro libro del Nuevo
Testamento. Sin embargo, los padres de la iglesia primitiva no encontraron buenas razones para
rechazarlo. Nosotros tampoco encontramos una buena razón para rechazar la autoría de Pedro de 2
Pedro.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Pedro fue escrito hacia el final de la vida de Pedro. Puesto que
Pedro fue martirizado en Roma durante el reinado de Nerón, su muerte debe haber ocurrido antes
del 68 d.C. Probablemente él escribió 2 Pedro entre el 65 y el 68 d.C.
Propósito de la Escritura: Pedro estaba alarmado de que los falsos maestros hubieran comenzado
a infiltrarse en las iglesias. Él hizo un llamado a los cristianos a crecer y fortalecerse en su fe, para
que pudieran detectar y combatir la creciente apostasía. Enfatizó fuertemente la autenticidad de la
Palabra de Dios y el seguro regreso del Señor Jesús.
Versos Clave: 2 Pedro 1:3-4, “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han
sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por
ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en
el mundo a causa de la concupiscencia.”
2 Pedro 3:9, “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento.”
2 Pedro 3:18, “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.”
Breve Resumen: Sabiendo que le quedaba poco tiempo (2 Pedro 1:14-15), y que estas iglesias
enfrentaban un peligro inminente (2 Pedro 2:1-3), él hace un llamado a los lectores para despertar su
memoria (2 Pedro 1:13) y estimular su pensamiento (2 Pedro 3:1-2), para poder recordar sus
enseñanzas (2 Pedro 1:15). Él reta a los creyentes a ser más maduros en su fe, añadiendo a ella
específicas virtudes cristianas, a fin de convertirse en creyentes productivos y eficaces en su
conocimiento del Señor Jesucristo (2 Pedro 1:5-9) Los escritores del Antiguo y Nuevo Testamentos,
fueron expuestos como ejemplos de autoridad por su fe (2 Pedro 1:12-21, 3:2, 3:15-16). Pedro
deseaba que se hicieran más fuertes en la fe, para resistir a los falsos maestros que se habían
infiltrado y que estaban afectando negativamente a las iglesias. En su denuncia de ellos, él describe
su conducta, su condenación, y sus características (2 Pedro capítulo 2), y quienes también hacían
burla de la Segunda Venida del Señor (2 Pedro 3:3-7). Pedro enseñó que para los cristianos, la
Segunda Venida de Cristo es el incentivo para una vida santa (2 Pedro 3:14). Después de una
advertencia final, Pedro los anima nuevamente a crecer en la gracia y el conocimiento de su Señor y
Salvador Jesucristo. Posteriormente concluye con una palabra de alabanza a su Señor y Salvador (2
Pedro 3:18).
Conexiones: En su denuncia de los falsos profetas, Pedro repite un tema prevalente del Antiguo
Testamento que debe haber resultado muy familiar para sus lectores. Muchos de los primeros
cristianos fueron judíos convertidos quienes habían sido bien instruidos en la ley y los profetas.
Cuando Pedro se refirió a la “palabra profética” del Antiguo Testamento en 2 Pedro 1:19-21, él
denunció a su vez a los falsos profetas y afirmó que los verdaderos profetas eran movidos por el
Espíritu Santo quien hablaba a través de ellos (2 Samuel 23:2). Jeremías fue igualmente esforzado
en su crítica de los falsos profetas, preguntando “¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los
profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?” (Jeremías 23:26) Es
evidente que los mismos falsos maestros engañadores que plagaron el pueblo de Dios tanto en el
Antiguo como el Nuevo Testamento se encuentran aún entre nosotros, haciendo que la segunda
epístola de Pedro sea tan relevante en la actualidad como lo fue hace 2000 años.
Aplicación Práctica: Ciertamente, como cristianos del siglo 21, estamos más cerca del regreso de
nuestro Señor que los cristianos del primer siglo, para quienes fue escrita esta epístola. A través de
la televisión y otros medios masivos de comunicación, los cristianos maduros están conscientes de
que muchos charlatanes están desfilando como verdaderos líderes cristianos, y que cristianos
inmaduros están siendo “llevados” por su charlatanería y falsa interpretación de las Escrituras. Es de
suma importancia, que todos los cristianos nacidos de nuevo, estemos bien cimentados en la
Palabra para que seamos capaces de discernir entre la verdad y el error.
Pedro nos dio la misma receta para crecer en la fe (2 Pedro 1:5-11); cuando es aplicada en nuestras
vidas, nos asegurará también una gran recompensa, y que “será otorgada amplia y generosa
entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 1:10-11). El fundamento
de nuestra fe está y siempre estará en la misma Palabra de Dios que predicó Pedro.
Libro de 1 Juan
Autor: 1, 2, y 3 Juan han sido atribuidos desde los primeros tiempos de la iglesia al apóstol Juan,
quien también escribió el Evangelio de Juan. El contenido, estilo, y vocabulario parecen apoyar la
conclusión de que estas tres epístolas fueron dirigidas a los mismos lectores que el Evangelio de
Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 1 Juan fue escrito probablemente entre el 85-95 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de 1 Juan parece ser una sinopsis en la que se asume el
conocimiento del Evangelio por parte de sus lectores, según lo escrito por Juan, y donde se les
brinda seguridad por su fe en Cristo. La primera epístola indica que los lectores fueron confrontados
con el error del gnosticismo, lo cual se convirtió en un problema más serio en el segundo siglo. Como
una filosofía de la religión, sostenía que la materia es mala y el espíritu bueno. La solución a la
tensión entre estos dos, era el conocimiento, o gnosis, a través del cual, el hombre se elevaba de lo
mundano a lo espiritual. En el mensaje del Evangelio, esto condujo a dos falsas teorías
concernientes a la persona de Cristo. El docetismo – que describía al Jesús humano como un
fantasma – y el cerintianismo – que aseguraba que Jesús poseía una doble personalidad, a veces
humana y a veces divina. El propósito primordial de 1 Juan, es establecer los límites sobre el
contenido de la fe, y dar a los creyentes la seguridad de su salvación.
Versos Clave: 1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
1 Juan 3:6, “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha
conocido.”
1 Juan 4:4, “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en
vosotros, que el que está en el mundo.”
1 Juan 5:13, “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para
que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”
Breve Resumen: Los falsos maestros eran un gran problema en la iglesia primitiva. En razón de que
no había aún un Nuevo Testamento completo al que los creyentes pudieran consultar, muchas
iglesias cayeron presas de estos engañadores, quienes enseñaban sus propias ideas y se erigían a
sí mismos como líderes. Juan escribió esta carta para establecer la verdad sobre algunos puntos
importantes, particularmente lo concerniente a la identidad de Jesucristo.
Esta carta de Juan ayudó a sus lectores a reflejar honestidad en su fe, porque en ella trata los
fundamentos de la fe en Cristo. Esto les ayudó a responder a la pregunta, ¿Somos verdaderos
creyentes? Juan les dijo que ellos podrían decirlo, observando sus acciones. Si se amaban unos a
otros, esa era evidencia de la presencia de Dios en sus vidas. Pero si ellos discutían y peleaban todo
el tiempo, o eran egoístas y no veían unos por los otros, entonces estaban demostrando que, de
hecho, no conocían a Dios.
Eso no significaba que tenían que ser perfectos. De hecho, Juan también reconoció que el creer
involucra el admitir nuestros pecados y buscar el perdón de Dios. El depender de Dios para
limpiarnos de la culpa, así como admitir nuestras faltas contra otros y enmendarlas, era otro aspecto
importante para llegar a conocer a Dios.
Conexiones: Uno de los pasajes más citados respecto al pecado, se encuentra en 1 Juan 2:16. En
este pasaje, Juan describe los tres aspectos del pecado que recuerdan las primeras y más
mundialmente destructoras tentaciones en toda la Escritura. El primer pecado –la desobediencia de
Eva—fue el resultado de su rendición ante las mismas tres tentaciones como lo encontramos en
Génesis 3:6: los deseos de la carne (“bueno para comer”); los deseos de los ojos (“agradable a los
ojos”); y la vanagloria de la vida (“codiciable para alcanzar la sabiduría”).
Aplicación Práctica: El libro de 1 Juan es un libro de amor y gozo. Explica el compañerismo que
tenemos unos con otros y con Jesucristo. Hace la diferencia entre la felicidad, la cual es temporal y
efímera, y el gozo verdadero, respecto al cual 1 Juan nos dice cómo alcanzarlo. Si tomamos las
palabras escritas por Juan y las aplicamos a nuestras vidas diarias, el amor verdadero, el
compromiso, el compañerismo y el gozo que anhelamos, será nuestro.
El apóstol Juan conocía bien a Cristo. Él nos dice que todos podemos tener también esa estrecha
relación con Jesucristo. Tenemos el testimonio de hombres que tuvieron un contacto directo y
personal con Él. Los escritores de los Evangelios presentan su testimonio sólidamente estructurado
sobre una realidad histórica. Ahora, ¿cómo se aplica eso a nuestras vidas? Se nos explica que Jesús
vino aquí como el Hijo de Dios, para crear una unión con nosotros basada en Su gracia, misericordia,
amor y aceptación. Son tantas las veces que la gente piensa que Jesús está lejos, en algún lugar
lejano y que Él realmente no se preocupa por nuestras luchas diarias, problemas y preocupaciones.
Pero Juan nos está diciendo que Jesús está justo aquí con nosotros, tanto en los asuntos simples y
mundanos de nuestras vidas, como en los complejos sufrimientos del alma. Juan da testimonio como
testigo basado en sus experiencias personales, que Dios se hizo carne y habitó entre los hombres.
Eso significa que Cristo vino a vivir con nosotros y Él aún vive con nosotros. Así como caminó por el
mundo al lado de Juan, así también camina a través de cada día con nosotros. Necesitamos aplicar
esta verdad en nuestras vidas y vivir como si Jesús estuviera parado justo a nuestro lado cada
segundo del día. Si ponemos esta verdad en práctica, Cristo añadirá santidad a nuestras vidas,
haciéndonos más y más semejantes a Él.
Libro de 2 Juan
Autor: El libro de 2 Juan no nombra directamente a su autor. La tradición de los primeros días de la
iglesia, establece que el autor fue el apóstol Juan. Ha habido varias conjeturas a través de los años,
de que otro discípulo de Cristo llamado Juan pudo haber sido el responsable por esta carta. Sin
embargo, toda la evidencia señala hacia Juan, el discípulo amado, quien también escribió el
Evangelio de Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 2 Juan pudo haber sido escrito por la misma época de las otras
cartas de Juan, 1 y 3 Juan, probablemente entre el 85 y 95 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de 2 Juan es una súplica urgente para que los lectores de la
carta de Juan mostraran su amor por Dios y Su Hijo Jesús, obedeciendo el mandamiento de amarse
unos a otros, y viviendo sus vidas en obediencia a las Escrituras. El libro de 2 Juan es también una
fuerte advertencia para permanecer alertas ante los engañadores, quienes estaban diciendo que
Jesús realmente no resucitó en la carne.
Versos Clave: 2 Juan 6, “Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el
mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio.”
2 Juan 8-9, “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que
recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no
tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.”
Breve Resumen: El libro de 2 Juan está dirigido a ‘la señora elegida y a sus hijos.’ Esto bien pudo
tratarse de una dama importante de la iglesia, o de un código con el que se refería a la iglesia local y
su congregación. En aquellos días cuando los cristianos estaban siendo perseguidos, se usaban con
frecuencia esta clase de salutaciones en código.
El libro de 2 Juan contiene una gran preocupación con una urgente advertencia respecto a algunos
engañadores, quienes no estaban enseñando la verdadera doctrina de Cristo, y quienes mantenían
que Jesús realmente no resucitó en carne, sino solo espiritualmente. Juan estaba muy ansioso de
que los verdaderos creyentes estuvieran alertas ante estos falsos maestros y no tuvieran nada que
ver con ellos.
Conexiones: Juan describe el amor no como una emoción o sentimiento, sino como la obediencia a
los mandamientos de Dios. Jesús reiteró la importancia de los mandamientos, especialmente “el
primer gran mandamiento,” amar a Dios (Deuteronomio 6:5) y el segundo – amarse los unos a los
otros (Mateo 22:37-40; Levítico 19:18). Lejos de abolir la ley de Dios del Antiguo Testamento, Jesús
vino para observarla, proveyendo el medio para su cumplimiento en Él mismo.
Aplicación Práctica: Es extremadamente importante que cotejemos con las Escrituras todo lo que
veamos, escuchemos, y leamos que se diga ser “cristiano.” Esto no puede ser lo suficientemente
enfatizado, porque una de las armas más poderosas de Satanás es el engaño. Es muy fácil dejarnos
llevar por una nueva y excitante doctrina, que pareciera estar basada en la Escritura; pero que si se
examina de cerca, de hecho es una desviación de la Palabra de Dios. Si lo que parece estar
sucediendo no se alinea explícitamente con la Escritura, entones se trata de algo falso y no es del
Espíritu, por lo que debemos no tener nada que ver con ello.
Libro de 3 Juan
Autor: El libro de 3 Juan no menciona directamente a su autor. La tradición de los primeros días de
la iglesia, ha sido que el apóstol Juan es el autor. Ocasionalmente han surgido dudas por parte de
aquellos que piensan que es posible que éste haya sido escrito por otro discípulo del Señor llamado
Juan, pero la evidencia señala que el autor fue Juan.
Fecha de su Escritura: El Libro de 3 Juan fue escrito probablemente al mismo tiempo que las otras
cartas de Juan, 1 y 2 Juan, aproximadamente entre el 85 y 95 d.C.
Propósito de la Escritura: El propósito de Juan al escribir esta tercera epístola es triple. Primero, él
escribe para elogiar y animar a su amado colaborador Gayo, en su ministerio de hospitalidad hacia
los hermanos viajeros, quienes iba de un lugar a otro para predicar el Evangelio de Cristo. Segundo,
indirectamente él advierte y condena la conducta de Diótrefes, un líder dictatorial quien se había
enseñoreado de una de las iglesias en la provincia de Asia, y cuyo comportamiento era totalmente
opuesto a todo lo que el apóstol y su Evangelio enseñaban. Tercero, él elogia el ejemplo de
Demetrio cuyo buen testimonio fue avalado por todos.
Versos Clave: 3 Juan 4, “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.”
3 Juan 11, “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que
hace lo malo, no ha visto a Dios.”
Breve Resumen: Juan está escrito con su habitual subrayado énfasis en la verdad, a este muy
amado hermano en Cristo, Gayo, un laico de cierta riqueza y distinción que vivía en una ciudad
cercana a Efeso. Él elogia grandemente el cuidado y la hospitalidad de Gayo hacia sus mensajeros,
ya sea que fueran conocidos de él o no, y cuya misión era llevar el Evangelio de un lugar a otro.
Juan lo exhorta a continuar haciendo el bien y a no imitar lo malo, como en el ejemplo de Diótrefes.
Este hombre se había apoderado del liderazgo de una iglesia en Asia, y no sólo se rehusaba a
reconocer la autoridad de Juan como un apóstol, sino también a recibir sus cartas y seguir sus
instrucciones. También hacía circular maliciosas calumnias en contra de Juan y excomulgaba a los
miembros que proporcionaban ayuda y hospitalidad a los mensajeros de Juan. Antes de concluir su
carta, Pedro también elogia el ejemplo de Demetrio, de quien había oído excelentes reportes.
Aplicación Práctica: Juan, como de costumbre, enfatiza la importancia de caminar en la verdad del
Evangelio. La hospitalidad, ayuda, y ánimo para nuestros compañeros cristianos, es uno de los
principales preceptos de las enseñanzas de Jesús, y Gayo era obviamente un destacado ejemplo de
este ministerio. Nosotros debemos hacer lo mismo siempre que podamos, dar la bienvenida a
visitantes misioneros, predicadores y extranjeros (en tanto estemos seguros de que son creyentes)
no solo a nuestras iglesias, sino también a nuestras casas, y ofrecerles cualquier clase de ayuda y
ánimo que necesiten.
También necesitamos ser cuidadosos de seguir el ejemplo sólo de aquellos cuyas palabras y
acciones estén de acuerdo con el Evangelio, y estar lo suficientemente alertas, para detectar a
aquellos semejantes a Diótrefes, cuya conducta está muy lejos de parecerse a lo que Cristo enseñó.
Libro de Judas
Autor: Judas 1 identifica al autor de este libro como Judas, hermano de Jacobo (Santiago). Es
probable que se refiera a Judas, el medio hermano de Jesús, así como Jesús tuvo también un medio
hermano llamado Jacobo (Santiago) (Mateo 13:55). También es probable que Judas no se
identifique a sí mismo como hermano de Jesús, a causa de su humildad y reverencia por Cristo.
Fecha de su Escritura: El libro de Judas está estrechamente relacionado con el libro de 2 Pedro. La
fecha de la escritura de Judas depende de si Judas utilizó el contenido de 2 Pedro, o Pedro usó el
contenido de Judas cuando escribió 2 Pedro. Entonces, el libro de Judas fue escrito en algún tiempo
entre el 60 y el 80 d.C.
Propósito de la Escritura: El libro de Judas es un importante libro para nosotros, porque está
escrito para el final de los tiempos, para el final de la era de la iglesia. La edad de la iglesia comenzó
con el Día de Pentecostés. Judas es el único libro dedicado totalmente a la gran apostasía. Judas
escribe que las malas obras son la evidencia de la apostasía. Él nos exhorta a contender por la fe,
porque hay cizaña entre el trigo. Los falsos profetas están en la iglesia y los santos están en peligro.
Judas es un libro pequeño pero muy importante y digno de estudiarse, escrito para los cristianos de
hoy en día.
Versos Clave: Judas 3, “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra
común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la
fe que ha sido una vez dada a los santos.”
Judas 17-19, “Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por
los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores,
que andarán según sus malvados deseos. Éstos son los que causan divisiones; los sensuales, que
no tienen al Espíritu.”
Judas 24-25, “Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha
delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad,
imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.”
Breve Resumen: De acuerdo con el verso 3, Judas estaba ansioso de escribir acerca de nuestra
salvación; sin embargo, él cambia el tema para abordar el contender por la fe. Esta fe personifica
todo el cuerpo de la doctrina cristiana enseñada por Cristo, y dada posteriormente a los apóstoles.
Después de advertir Judas sobre los falsos maestros (versos 4-16), él nos aconseja cómo podemos
vencer en la guerra espiritual (versos 20-21). Aquí hay sabiduría que haríamos bien en aceptar y
adoptar, mientras avanzamos a través de estos días del final de los tiempos.
Conexiones: El libro de Judas está lleno de referencias al Antiguo Testamento, incluyendo el Éxodo
(v.5); la rebelión de Satanás (v.6); Sodoma y Gomorra (v.7); la muerte de Moisés (v.9); Caín (v.11);
Balaám (v.11); Coré (v.11); Enoc (vv.14-15); y Adán (v.14). El uso de Judas de las bien conocidas
ilustraciones históricas de Sodoma y Gomorra, Caín, Balaám, y Coré, les recuerda a los judíos
cristianos la necesidad de la fe verdadera y la obediencia.
Aplicación Práctica: Vivimos en un tiempo único en la historia, y este pequeño libro puede ayudar a
equiparnos para afrontar los indecibles retos de vivir en el final de los tiempos. Los cristianos de hoy,
debemos estar en guardia ante las falsas doctrinas, las cuales pueden engañarnos fácilmente si no
estamos bien instruidos en la Palabra de Dios. Necesitamos conocer el Evangelio –para protegerlo y
defenderlo- y aceptar el Señorío de Cristo, lo cual se hace evidente por un cambio de vida. La
auténtica fe siempre refleja una conducta semejante a la de Cristo. Nuestra vida en Cristo debe
reflejar el conocimiento de nuestro propio corazón que descansa en la autoridad del Creador y Padre
Todopoderoso, quien pone esa fe en práctica. Necesitamos esa relación personal con Él; solo
entonces conoceremos Su voz tan bien, que no seguiremos a ninguna otra.
Libro de Apocalipsis
Autor: Apocalipsis 1:1, 4, 9 y 22:8 específicamente identifica al autor del libro de Apocalipsis como el
apóstol Juan.
Propósito de la Escritura: “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus
siervos las cosas que deben suceder pronto.” Este libro está lleno de misterios acerca de las cosas
por venir. Es la advertencia final de que el mundo ciertamente acabará y el juicio será seguro. Nos
da un pequeño vislumbre del cielo y de todas las glorias que esperan a aquellos que mantengan sus
ropajes blancos. Apocalipsis nos lleva a través de la gran tribulación con todos sus males y el fuego
final que todos los incrédulos enfrentarán por una eternidad. El libro reitera la caída de Satanás y la
condenación a la que se dirigen él y sus ángeles. Se nos muestran los deberes de todas las criaturas
y ángeles del cielo y las promesas para los santos que vivirán para siempre con Jesús en la Nueva
Jerusalén. Al igual que Juan, es difícil encontrar palabras para describir lo que leemos en el libro de
Apocalipsis.
Versos Clave: Apocalipsis 1:19, “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de
ser después de estas.”
Apocalipsis 13:16-17, “Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se
les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender,
sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.”
Apocalipsis 19:11, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se
llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.”
Apocalipsis 20:11, “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.”
Apocalipsis 21:1, “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra
pasaron, y el mar ya no existía más.”
Breve Resumen: El Apocalipsis es pródigo en coloridas descripciones, que proclaman para nosotros
los últimos días antes del regreso de Cristo y la introducción de los nuevos cielos y la nueva tierra. El
Apocalipsis comienza con cartas dirigidas a las siete iglesias de Asia Menor, y continúa revelando las
series de devastaciones que serán derramadas sobre la tierra; la marca de la bestia, “666”; la
decisiva batalla de Armagedón; la atadura de Satanás; el reino del Señor; el Juicio del Gran Trono
Blanco; y la naturaleza de la eterna ciudad de Dios. Las profecías concernientes a Jesucristo son
cumplidas y un llamado a Su Señorío como conclusión, nos asegura que Él regresará pronto.
Conexiones: El libro de Apocalipsis es la culminación de las profecías acerca del final de los
tiempos, comenzando con el Antiguo Testamento. La descripción del anticristo mencionado en
Daniel 9:27, es ampliamente detallada en el capítulo 13 de Apocalipsis. Aparte de Apocalipsis, los
ejemplos de literatura apocalíptica en la Biblia se encuentran en Daniel capítulos 7-12, Isaías
capítulos 24-27, Ezequiel capítulos 37-41, y Zacarías capítulos 9-12. Todas estas profecías se
encuentran reunidas en el libro de Apocalipsis.
Aplicación Práctica: ¿Has aceptado a Jesucristo como tu Salvador? Si lo hiciste, no tienes nada
que temer del juicio de Dios que vendrá sobre el mundo entero, como se describe en el libro de
Apocalipsis. El Juez está de tu parte. Antes de que comience el juicio final, debemos testificar a
amigos, familiares, y vecinos acerca de la oferta de Dios de la vida eterna en Cristo. Los eventos en
este libro son reales. Debemos vivir nuestras vidas como verdaderos creyentes, para que otros noten
nuestro gozo acerca de nuestro futuro y quieran unírsenos en esa nueva y gloriosa ciudad.