Los Diez Principios de La Oportunidad y El Delito

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Los diez principios de la oportunidad y el delito

Marcus Felson
Ronald V. Clarke

CFEC | Centro de Formación Estudio Criminal


Los diez principios de la oportunidad y el delito

1. Las oportunidades desempeñan un papel en la causación de todo delito


2. Las oportunidades delictivas son sumamente específicas
3. Las oportunidades delictivas están concentradas en el tiempo y el espacio
4. Las oportunidades delictivas dependen de los movimientos cotidianos
5. Un delito crea oportunidades para otro
6. Algunos productos ofrecen oportunidades delictivas más tentadoras
7. Los cambios sociales y tecnológicos producen nuevas oportunidades delictivas
8. El delito puede ser prevenido reduciendo las oportunidades
9. La reducción de oportunidades no suele desplazar el delito
10. Una reducción de oportunidades focalizada puede producir un descenso de
delitos más amplio

2
1. Las oportunidades desempeñan un papel en la
causación de todo delito
La oportunidad juega un papel importante en todo tipo de delitos, incluidos los
violentos. El mito de que la oportunidad es sólo causa del robo y otros delitos comunes
contra la propiedad, se disipa rápidamente a medida que los criminólogos ambientales,
llevan a cabo estudios sobre categorías del delito cada vez más amplias. Ciertamente,
como es sabido por todos los policías, la oportunidad juega un papel hasta en el delito de
asesinato más cuidadosamente planificado y profundamente motivado. No existe
ninguna clase de delito donde la oportunidad no cumpla su papel.

Por ejemplo: Las oportunidades que dan lugar al robo en viviendas, pueden poner a sus
ocupantes en riesgo de agresión sexual, a menudo no planificada. Los niños serán objeto
de agresiones sexuales, con mayor probabilidad, por parte de adultos que tengan acceso
a ellos a través de sus funciones diarias y estos adultos necesitan momentos y
escenarios, en los que los vigilantes no interfieran en sus delitos. La violencia doméstica
también depende de la privacidad, en particular, de la ausencia de otros miembros de la
familia o vecinos, que podrían evitar la agresión.

3
2. Las oportunidades delictivas son sumamente
específicas

No existe un único factor de oportunidad delictiva aplicable a todos los delitos. Las
oportunidades delictivas son sumamente específicas de cada grupo de delitos y de
delincuentes. La oportunidad para delinquir, debe ser evaluada por categorías muy
concretas de delito.

Ante delitos distintos, las disminuciones de oportunidad son también muy


determinadas. Eliminar una oportunidad de un delito, puede no tener efecto sobre
otro.

Por ejemplo: Instalar cerraduras para evitar robos en las casas, no tiene incidencia en
el hurto de objetos que se encuentren en el patio trasero.

4
3. Las oportunidades delictivas están
concentradas en el tiempo y el espacio

La distribución espacial y temporal de las personas y cosas es muy desigual y dispone


el escenario para que se cometa un delito, en momentos y lugares determinados.

Un lugar determinado puede ser perfecto para el delito en un momento dado, pero
desfavorable en otro, y quienes podrían disuadir de la realización del delito, como por
ejemplo propietarios, conserjes, recepcionistas o guardias de seguridad, no pueden
estar en todas partes.

Por eso se estudian los “puntos calientes” delictivos, que son lugares que dan lugar a
más llamadas a la policía que otros. Los puntos calientes pueden hacer subir el índice
delictivo de una zona. Por ejemplo: Eliminar una casa donde se trafica con drogas,
puede cambiar bastante el aspecto general de un barrio.

5
4. Las oportunidades delictivas dependen de los
movimientos cotidianos
Los movimientos cotidianos inciden en las oportunidades delictivas. Por ejemplo: Los carteristas que viajan en
tren o metro para delinquir, van a sitios que conocen utilizando las líneas que conocen y localizando objetivos
durante el trayecto, o en destinos que les resultan familiares. Cambios en la red de transportes, pueden tener
un efecto importante en las oportunidades delictivas. Así, nuevas líneas de ferrocarril o metro introducen
peligros delictivos, en las nuevas zonas a las que prestan servicio, mientras que eliminan definitivamente
oportunidades, en las áreas donde dejan de funcionar.
Investigaciones realizadas en este sentido, examinan a los delincuentes yendo de casa al trabajo o a sitios de
ocio. Alrededor de cada uno de estos nodos y a lo largo de estas rutas, los delincuentes merodean en la
búsqueda de oportunidades delictivas. Pueden encontrarlas algo apartadas de su ruta, pero normalmente no
se alejan mucho del área que conocen.
Este patrón básico de movimientos ha sido elaborado por criminólogos ambientalistas, incluyendo nodos
adicionales, tales como escuelas o áreas comerciales, entre otros..., y analizando las rutas entre ellos. Sin
embargo, al igual que otros ciudadanos, la mayoría de los delincuentes no conocen cada rincón de su ciudad y
no se desplazan buscando objetivos por todas partes.
Estos principios han sido utilizados, para cartografiar la localización de delitos en serie y calcular entonces
dónde vive y trabaja probablemente su autor. Este “perfil geográfico” ha sido de utilidad, para estrechar el
cerco a posibles sospechosos y conducir a su detención. Ello demuestra que crímenes sumamente inusuales
pueden seguir patrones muy rutinarios.

6
5. Un delito crea oportunidades para otro

Una vez embarcado en un delito, el sujeto puede verse involucrado sin planearlo, en otros delitos a causa simplemente de las
oportunidades que aparecen, en el transcurso de la comisión del hecho. Por ejemplo: El robo en una vivienda puede dar lugar a una
agresión sexual, y el proxenetismo puede dar lugar al tráfico de drogas. En resumen, los delincuentes tienen al menos ocho maneras
de sumirse aún más en el delito:

1. Malgastar las ganancias ilegales en drogas o prostitución


2. Repetir el delito contra la misma víctima u objetivo
3. Pasar el tiempo con otros delincuentes, que les incitarán a cometer más delitos
4. Pasar el tiempo con sujetos peligrosos, que les convertirán a su vez en víctimas
5. Pasar el tiempo en entornos peligrosos a horas peligrosas
6. Provocar a otros para que les ataquen
7. Desarrollar drogodependencias caras que les conducirán a cometer actos delictivos
8. Perturbar su discernimiento mediante substancias abusivas y correr después nuevos riesgos

Por otra parte, la “teoría de las ventanas rotas” sostiene que la proliferación de infracciones menores puede destruir un barrio. Al
percibir que los controles sociales se han degradado, delincuentes provenientes del exterior acuden para tomar el control. Por
ejemplo: Pintar un grafiti probablemente no conducirá directamente a una violación, un asesinato o un secuestro. En cambio, cientos
de grafitis en un área muy pequeña, pueden destruir el control social y contribuir posteriormente, a la comisión de delitos más graves.

7
6. Algunos productos ofrecen oportunidades
delictivas más tentadoras
Teléfonos móviles, ciertas marcas de coche e incluso complementos de moda y maquillaje, que se venden
normalmente en grandes centros comerciales, son ejemplos de “productos calientes” que podrían ayudar a
explicar, patrones de muchas clases de hurtos y robos, así como ciertas olas o incrementos de delitos. Estos
productos también podrían ayudar a explicar victimizaciones repetidas, como sucede en los casos en los que
alguien con un modelo determinado de coche, sufre repetidamente robos, o cuando se hurta reiteradamente en
tiendas que disponen de bienes atractivos para los ladrones.

Hoy en día los consumidores comienzan a conocer los distintos riesgos de robo, atribuidos a artículos
determinados, y empiezan a exigir que los productos calientes dispongan de mayor seguridad incorporada.
Por ejemplo: Los principales fabricantes de teléfonos móviles, destinan grandes esfuerzos para aumentar su
seguridad, entre otras cosas, mediante la encriptación del contenido y la implementación de sistemas de
seguimiento para su localización cuando son robados.

Y es cada vez más común, ver que empresas y comerciantes, realizan estudios detallados de sus pérdidas y
focalizan las mejoras de seguridad en los productos de alto riesgo, en lugar de desplegarlas por todas las líneas de
productos sin grandes resultados. Por ejemplo: Es normal ver que las bebidas alcohólicas más valiosas y hurtadas,
tienen sistemas de seguridad específicos en los supermercados. La investigación en productos calientes, colabora
con los esfuerzos de la policía para disminuir los delitos de receptación.

8
7. Los cambios sociales y tecnológicos producen
nuevas oportunidades delictivas
En general, los bienes de consumo producidos en masa, pasan por un ciclo vital de cuatro etapas:
1. Etapa de innovación
2. Etapa de crecimiento
3. Etapa de mercado de masas
4. Etapa de saturación
En la etapa de innovación, el producto es vendido a un grupo especial de consumidores. Puede ser caro, difícil
de usar, relativamente pesado y poco manejable, por lo que no es especialmente apropiado para el robo. Por
ejemplo: Los primeros ordenadores de sobremesa.
En la etapa de crecimiento, los productos se vuelven más fáciles de usar, más baratos, más ligeros y su
transporte es menos engorroso. Mucha gente sabe cómo usarlos y quiere uno y, por consiguiente, los robos se
incrementan. Por ejemplo: Los ordenadores portátiles.
En la etapa de mercado de masas, el producto se convierte en más atractivo todavía. Se venden muchas
unidades y el robo deviene endémico.
En la etapa de saturación, la mayoría de la gente que realmente quiere el producto ya lo tiene y los robos
bajan. Muchos productos que en su día habían sido objeto de una ola delictiva, se encuentran ahora en la
etapa de saturación y ofrecen pocos incentivos al robo.

9
8. El delito puede ser prevenido reduciendo las
oportunidades
Algunos estudios de prevención situacional, han documentado la efectividad de las medidas
de reducción de la oportunidad, en una gran variedad de contextos. Por ejemplo: Las llamadas
obscenas y amenazadoras, prácticamente han desaparecido con la implementación de
mecanismos de identificación de llamada.
Se han identificado dieciséis técnicas de reducción de la oportunidad, que pueden agruparse
en cuatro objetivos derivados de la teoría de la elección racional:
- Aumentar el esfuerzo delictivo percibido (Por ejemplo: El uso de candados de seguridad en
las ruedas de las motocicletas)
- Aumentar los riesgos percibidos (Por ejemplo: Instalación sistemas de cámaras de seguridad
y monitoreo en muchas zonas de las grandes ciudades)
- Reducir las recompensas esperadas (Por ejemplo: La obligación de registrar los automóviles
que identifica al propietario)
- Eliminar las excusas para delinquir (Por ejemplo: Indicadores en las carreteras de la
velocidad máxima de los vehículos)

10
9. La reducción de oportunidades no suele
desplazar el delito
Todas las formas de reducir las oportunidades de delinquir, se han enfrentado históricamente a la objeción de que no hacen más que
cambiar el delito de lugar, pero no lo evitan. Esa teoría del “desplazamiento” considera que el delito es trasladado básicamente de cinco
modos:
– El delito puede ser trasladado de un lugar a otro (desplazamiento geográfico)
– El delito puede ser trasladado de un momento a otro (desplazamiento temporal)
– El delito puede ser desviado de un objetivo hacia otro (desplazamiento del objetivo)
– Un método de comisión del delito puede ser substituido por otro (desplazamiento táctico)
– Un tipo de delito puede ser substituido por otros (desplazamiento del tipo de delito)
En cada caso, se parte de la base de que los delincuentes van a cometer un delito, independientemente de los impedimentos que deban
afrontar. Pero cualquiera que sea la base de esta presunción, no tiene en cuenta el importante papel causal de la tentación y la oportunidad.
La realidad es que el desplazamiento ocurre con menos frecuencia o en menor medida, de lo que normalmente se suele pensar en un
principio. El desplazamiento siempre constituye una amenaza para la prevención, pero existen sólidas razones teóricas para creer que está
lejos de ser inevitable. Además, los estudios sobre el desplazamiento indican que, incluso cuando éste ocurre, no es completo, y que se
pueden conseguir importantes disminuciones netas de delito, mediante medidas de reducción de la oportunidad.
Por ejemplo: Los investigadores del Ministerio del Interior británico, observaron una clara disminución en los robos de motocicletas, poco
después de la introducción en Inglaterra y Gales en 1973 de leyes de seguridad vial, que obligaban a los motociclistas a llevar casco. Los
delincuentes que querían robar una motocicleta, a partir de entonces tenían que ir provistos de casco para no ser detectados rápidamente. A
pesar de lo esperable, en los años posteriores no se registró un aumento del robo de coches y bicicletas, por lo que no hubo un
desplazamiento o al menos no por completo. Adicionalmente al uso del casco, hay que observar que las motocicletas se pueden robar más
fácilmente que los coches, puesto que éstos hay que forzarlos antes de ponerlos en marcha, y al igual que las bicicletas, los coches ofrecen
menos diversión que las motocicletas y requieren más conocimientos para poderlos conducir.

11
10. Una reducción de oportunidades focalizada
puede producir un descenso de delitos más amplio
Además de revelar que el desplazamiento no representa la amenaza que se había pensado en un primer
momento, los estudios sobre el desplazamiento han proporcionado un resultado adicional, ya que han
descubierto que, en ocasiones, puede darse el efecto contrario al desplazamiento. Es decir que, en lugar de
que el delito sea exportado a otros momentos y lugares por las medidas preventivas, puede ocurrir que los
beneficios de tales medidas adecuadamente focalizadas, se extiendan más allá de los objetivos de la
intervención.

Por ejemplo: Cuando se instalaron cámaras de circuito cerrado de televisión (CCTV) para vigilar tres
aparcamientos en la Universidad de Surrey, el delito descendió no sólo en esos aparcamientos, sino también
en otro que no disponía de esa clase de vigilancia.

Este es un claro ejemplo, de lo que los investigadores denominan, “difusión de beneficios” de las medidas de
prevención del delito. Considerados en su conjunto, este tipo de ejemplos, sugiere que los delincuentes
potenciales pueden ser conscientes de que se han introducido nuevas medidas preventivas pero, a menudo,
no están seguros de su alcance preciso. Por tanto, pueden creer, que las medidas se están aplicando de manera
más amplia de lo que en realidad sucede y que el esfuerzo necesario para cometer un delito, o los riesgos que
se corren, han aumentado en un número de lugares, momentos u objetivos superior al real.

12

También podría gustarte