Apuntes Tema 11
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Al concluir la Guerra Civil se estableció una dictadura que perduró hasta 1975 y que nació
con graves consecuencias. Las principales fueron:
El franquismo nació como una ideología dictatorial o totalitaria de corte fascista. Sus ideas
básicas eran tradicionalistas defensoras del pasado glorioso del Imperio español, criticaban
al liberalismo (que había provocado la disolución de los valores tradicionales de España), al
marxismo comunista (que ponía en peligro la propiedad privada y el orden) y a los
nacionalismos catalán o vasco (que suponían un peligro para la unidad del país, ya que el
franquismo tuvo una concepción del Estado unitaria o centralista).
La idea más destacada era el poder personal de Francisco Franco que concentraba todos
los poderes, no existía Constitución ni libertades democráticas. Franco era el jefe del Estado
y del Gobierno, del Partido único (la Falange), ostentaba el título de Caudillo de España y
era el jefe de las Fuerzas Armadas, razón por la cual se le llamó el Generalísimo. Es decir,
tenía poderes absolutos, por lo que el modelo de la Italia de Mussolini y de la Alemania de
Hitler se siguió de una forma clara.
El franquismo tuvo un claro apoyo de varios grupos ideológicos o sociales. Son las llamadas
“familias” del régimen:
a. La Iglesia. Desde el inicio del franquismo, se dio una unión clara entre la Iglesia y el
Estado, por lo que el sistema político español fue llamado “Nacional-Catolicismo”
debido al peso del nacionalismo español y del catolicismo conservador. La Iglesia
sustentó ideológicamente al régimen y por eso gozó de privilegios y se impuso la
unidad católica del país con exclusión de cualquier otra religión. La Iglesia controló la
escuela del momento difundiendo su ideario y su moral, acabando con la escuela
democrática y laica. Algunos grupos católicos especialmente conservadores como el
Opus Dei tuvieron un gran poder.
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b. La Falange. Era el pilar político del ideario fascista. Fue perdiendo peso a lo largo de
la dictadura. Su lealtad hacia Franco fue completa y sólo mantuvo su peso en los
Sindicatos Verticales del régimen.
d. Otros grupos que apoyaron al franquismo fueron los Tradicionalistas (herederos del
carlismo), las clases poderosas desde el punto de vista financiero y terrateniente
(que habían temido a los comunistas y anarquistas), y grupos monárquicos (que
fueron enemigos de la República y esperaban la restauración monárquica).
La España franquista estaba dirigida por Francisco Franco, que como anteriormente hemos
expuesto, era el Caudillo de España con poderes ilimitados. Bajo él se encontraba toda la
estructura política e ideológica que sustentaban el sistema y que fue llamado el Movimiento
Nacional.
Existían unas Cortes compuestas por unos Procuradores designados por el poder,
miembros de la Falange, alcaldes de las grandes ciudades, rectores de las Universidades y
miembros de la jerarquía de la Iglesia. La separación de poderes no existía, e incluso los
jueces estaban sometidos al poder del gobierno.
Por último, el último poder eran los Sindicatos Verticales. Estaban formados por comités
paritarios de empresarios y trabajadores de cada una de las ramas de producción. La
Falange era la organización que inspiró este sistema, estaban controlados por el Estado y
era obligatorio afiliarse a ellos. Con ese mecanismo se evitaban los conflictos y las huelgas
propias del funcionamiento de los sindicatos de clase del movimiento obrero que, por
supuesto, estaban prohibidos.
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4. LA LARGA POSGUERRA: LOS AÑOS 40 Y 50.
En estos primeros años de la dictadura hubo represión política a los contrarios del
régimen con leyes muy duras contra ellos, llevando a muchos al exilio para evitar la
cárcel o la muerte. Abandonaron el país muchos republicanos e intelectuales camino
de América Latina o Francia. Por ejemplo, en México se organizó un gobierno de la
República española en el exilio. Dentro de España, sólo resistieron los maquis o
guerrilleros durante un tiempo en zonas montañosas y rurales, eran fundamentalmente
comunistas y desaparecieron en los años 50.
Posteriormente, se crearon las Cortes franquistas en 1942 para tener buena imagen
internacional cuando Franco observó que en la Segunda Guerra Mundial vencerían las
democracias enfrentadas a Hitler y Mussolini. Es la llamada “democracia orgánica”.
Las Cortes sólo eran consultivas y sus componentes eran fieles al régimen de Franco.
En 1945 se hizo el Fuero de los Españoles, que era una especie de declaración de
derechos encubierta en el que se definía España como un “Estado católico, social y de
derecho”. Se basó en la Constitución de la Restauración de Alfonso XII y esos
derechos estaban limitados ya que el gobierno los podía suspender cuando lo
considerara. En ese mismo año se realizó la Ley de Referéndum Nacional, que
daba una imagen de aperturismo democrático al plantear que se podía preguntar a los
españoles a través del sufragio universal.
En estas fechas el gobierno empezó a caer en manos de miembros del Opus Dei,
llamados los tecnócratas, por su especialización técnica.
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4.2. LA POLÍTICA EXTERIOR DEL NUEVO ESTADO.
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Hasta 1950 la situación de pobreza fue generalizada, creándose graves diferencias sociales
y regionales. A partir de este año se tomaron medidas liberalizadoras, empezando a mejorar
la economía, es decir, el Estado dejó de controlar de forma tan fuerte los sectores
económicos, favoreciendo la iniciativa privada. De esta forma comenzó de forma tímida la
industrialización y el éxodo rural.
El contexto europeo durante los años 50 y 60, experimentó un rápido desarrollo económico,
social y de las mentalidades. Este avance también llegó a España a pesar del
mantenimiento de la dictadura y la censura.
Por último, en 1970 se firmó un Acuerdo Preferencial comercial con la CEE, por lo que las
relaciones con los países vecinos se intensificaron.
El desarrollo afectó sobre todo a la industria y a algunas regiones (Cataluña y País Vasco),
contribuyendo a este desarrollo el “boom” turístico de zonas como las Baleares, Canarias o
la costa mediterránea peninsular, la emigración española a Europa que supuso el envío de
divisas a España, así como la inversión extranjera en nuestro país.
La mejora económica de los años 60 provocó cambios sociales que afectaron a muchos
aspectos de la vida cotidiana. Desde el punto de vista demográfico, subió la población
debido a la baja mortalidad y la alta natalidad (baby boom), provocada por el optimismo
económico.
Un aspecto muy importante de esta década es el intenso flujo migratorio hacia las zonas
más desarrolladas del país. Así se produjo un intenso éxodo rural hacia las ciudades o
zonas urbanas más desarrolladas desde el punto de vista industrial o turístico, buscando
mejoras en el trabajo y las condiciones de vida. Las zonas más ricas del país recibieron más
inmigrantes: Cataluña, Madrid, País Vasco, Valencia y eje del Ebro, mientras que las dos
Castillas, Galicia, Andalucía y Extremadura expulsaron población, fundamentalmente rural.
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Este movimiento migratorio también se produjo hacia los países de Europa occidental,
emigrando muchos españoles de las regiones más atrasadas a Francia, Suiza o Alemania,
ya que la economía española no fue capaz de general el suficiente empleo.
Esta nueva estructura social más urbana y acomodada, condujo hacia cambios en la
mentalidad:
El régimen empezó a modernizarse mediante una apertura, pero sin ningún tipo de cambios
democráticos. Los falangistas perdieron casi todo su poder político y a partir de 1959 los
tecnócratas del Opus Dei de Carrero Blanco y López Rodó, tendrán el peso del gobierno de
España. Ellos eran partidarios de estimular la economía del país sin discutir los aspectos
dictatoriales del sistema. Además apostaban porque cuando Franco dejara el poder, se
evolucionara hacia una monarquía autoritaria sin influencia falangista dirigida por Juan
Carlos de Borbón, hijo del rey en el exilio.
Para dar una imagen menos autoritaria se realizó una reforma en 1967 de las Leyes
Fundamentales del Reino: se aprobó por referéndum la Ley Orgánica del Estado. En ella
hubo leves cambios en las que se mantenía el poder de Franco, aunque se separaba
claramente entre el Jefe del Estado (Franco) y sus Jefes de Gobierno.
Además se suavizó la censura de mano de Manuel Fraga Iribarne, el trato hacia el mundo
obrero mejoró, se creó una Ley de Libertad religiosa que ofreció cierta tolerancia y en el año
1969 se nombró como sucesor de Franco a Juan Carlos de Borbón con el título de Príncipe
de España, por lo que se preveía la continuidad del régimen a través de una monarquía.
El exilio español fue enorme, variado y el lugar al que llegaron diverso. Entre ellos
destacaron muchos intelectuales, escritores y artistas. Este exilio supuso una pérdida
irreparable de grandes intelectuales para el país, si bien ellos siempre se mantuvieron
relacionados con España, a la vez que aquí surgía una nueva generación.
Los republicanos crearon en México un gobierno paralelo presidido por Martínez Barrio.
Sin embargo, el bando monárquico fue más numeroso organizándose en torno a don Juan
de Borbón (hijo de Alfonso XIII), que aunque nunca reinó fue el rey en el exilio durante este
periodo.
El PSOE tuvo menor importancia y fue a partir de 1973 cuando se renovó en el Congreso de
Suresnes y la dirección quedó en manos de los jóvenes militantes que se encontraban en el
interior de España, entre los que destacaron Felipe González y Alfonso Guerra.
En el periodo final del franquismo se produjo un resurgir del nacionalismo catalán y vasco
con los partidos históricos como Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y el Partido
Nacionalista Vasco (PNV). En Cataluña se mantuvo en el exilio el gobierno de la Generalitat
de la antigua República y se creó dentro del país Convergencia Democrática de Cataluña
(CDC), un partido ilegal que heredaba la tradición del catalanismo de centro-derecha ligado
a la burguesía y liderado por Jordi Pujol. En el País Vasco se mantuvo la hegemonía del
PNV, que mantenía su dirección en el exilio, y nació la banda terrorista ETA (Euskadi Ta
Askatasuna: “País Vasco y Libertad) en 1959. Esta organización radical mezclaba en su
ideología el nacionalismo radical con ideas socializantes y empezó a luchar de forma
armada.
Otro movimiento opositor bien organizado fue el de los demócratas cristianos, que reunía
a diversos partidos de centro, minoritarios socialmente, pero con líderes de prestigio como
José María Gil Robles y Joaquín Ruiz-Giménez. Dentro de estas ideologías de centro-
derecha destacó el llamado “Contubernio de Munich” (1962), que pedía la desaparición
de la dictadura y el paso hacia la democracia. Los asistentes a aquella reunión cuando
volvieron a España fueron encarcelados o desterrados.
Parte de la Iglesia (sobre todo sacerdotes jóvenes y clero catalán) se fue separando de la
dictadura y fue uniéndose a las ideas democráticas, apoyando los movimientos estudiantiles
y obreros.
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En Marruecos, España poseía el protectorado del Rif y Sidi Ifni. Durante la dictadura
el gobierno español fue muy tolerante en Marruecos, debido a que había sido un lugar
muy fiel a los militares y a que el régimen quiso tener apoyos entre el mundo árabe en
las relaciones internacionales. Cuando Francia concedió la independencia al sur de
Marruecos, Franco hizo lo mismo con el Rif en 1956. En 1969 cedió Sidi Ifni tras la
presión de una guerrilla local.
Guinea Ecuatorial también presionó para obtener su independencia, realizándose un
referéndum por el cual se separaron en 1968. La situación política y económica del
país empeoró al convertirse en una dictadura que aún continua.
En los inicios de los años 70, sólo se mantenía como colonia el Sahara Español o
Sahara occidental. En 1973 surgió un movimiento independentista saharaui (el Frente
Polisario) que empezó su lucha contra la colonización española que se mantendría
hasta los momentos finales del régimen franquista, momento en el que España pierde
el control sobre ese territorio (se explicará seguidamente).
En 1973 Luis Carrero Blanco fue nombrado jefe del gobierno, quedando Franco como Jefe
del Estado. Sin embargo, un atentado de ETA acabó con su vida el 20 de diciembre de ese
año, lo que fue un golpe fuerte al régimen, ya que Carrero era el personaje clave para
mantener la continuidad del régimen y la unión entre las diferentes “familias” del franquismo.
A su muerte se crearon dos grupos dentro del franquismo: los inmovilistas y los aperturistas
o reformistas.
En enero de 1974 Carlos Arias Navarro presidió el nuevo gobierno, surgiendo una tímida
apertura, era el llamado “espíritu del 12 de febrero”, que no cuajó. En definitiva, el
franquismo era incapaz de modernizarse desde dentro y el gobierno de Arias cedió ante la
presión de los sectores más ultraderechistas. Los ministros aperturistas salieron del
gobierno.
En este contexto y en relación con el problema del Sahara, España iba a plantear un
referéndum de autodeterminación para ese territorio que pedía su independencia. Pero
aprovechando la situación de enfermedad de Franco y la crisis del régimen, el rey de
Marruecos Hassam II reivindicó sus derechos sobre este territorio, al igual que Mauritania.
Con el apoyo secreto de EEUU (que temía al Frente Polisario por sus tendencias
comunistas), Marruecos organizó una invasión pacífica multitudinaria sobre el Sahara: la
Marcha Verde. El nuevo gobierno transitorio español no quiso problemas en esos momentos
y cedió su control el 14 de noviembre de 1975 a Marruecos y Mauritania sin tener en cuenta
las ideas de los saharauis. Desde entonces el problema sobre el control de este territorio
continúa.