Tema 17 EBAU El Estado Franquista

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TEMA 17 EBAU: EL ESTADO FRANQUISTA

INTRODUCCIÓN
Con el nombramiento del general Franco como generalísimo y Jefe del Estado, se produjo la
mayor concentración de poder personal desde los tiempos de Felipe II. Es el más largo periodo de
poder personal registrado en la modernidad. Pero no se puede entender este periodo si no se
tienen presentes sus orígenes, la guerra civil.
DESARROLLO
Etapas del régimen de Franco.
Podemos establecer un cuadro cronológico en el que aparece un eje de cambio importantísimo.
Este se situaría a finales de los cincuenta en función de dos hechos: el primero de carácter
político, el abandono de los proyectos de Leyes Fundamentales; el segundo de carácter
económico, el Plan de Estabilización y la progresiva liberalización de la economía española.
Habitualmente el régimen de Franco se ha periodizado en función de su evolución política y/o de
las relaciones internacionales. Hoy se impone la división en dos grandes períodos: primer y
segundo franquismo.
Fundamentos ideológicos y características
Los fundamentos ideológicos del régimen franquista y de su estado los podemos buscar en la
personalidad de Franco, en el conjunto de ideas que asume y en su método de gobierno. El
general Franco procedía de una familia de tradición militar. En África realizó una meteórica carrera
militar entre 1912 y 1926 en unidades de élite (Regulares y Legión), alcanzando el grado de
general a los 33 años. Católico y monárquico chocó con la República y con Azaña. Se le
consideraba entonces un conservador liberal, probablemente votante de la CEDA. Su actuación
durante la Revolución de Octubre le llevó a la Jefatura del Estado Mayor Central. Franco fue de
los últimos generales en dar su sí definitivo al golpe de Estado planificado por el general Mola,
aunque formaba parte de la conspiración que arrancó en marzo de 1936.
No era un ideólogo, por lo que asumirá como propias una serie de ideas de la derecha anti liberal
española (Acción Española) y de la Falange. Tras los primeros meses de guerra se mostró
partidario de la unificación del antiliberalismo en un solo partido.
Políticamente, el franquismo fue resultado de la coalición político-social (falangistas, carlistas,
católicos, militares, monárquicos...), surgida por efecto de la guerra y consolidada con la victoria
militar. Franco ejerció un arbitraje que se manifestaba claramente en la composición de unos
gobiernos en los que había representantes de las diversas tendencias, evitando el enfrentamiento
abierto entre los sectores políticos y sociales vencedores que le apoyaban, lo que le permitió
mantenerse en el poder hasta su muerte durante cuatro décadas. Como en otros modelos
dictatoriales, autoritarios o totalitarios su persona fue exaltada hasta el paroxismo. Se le
presentaba como el hombre enviado por la providencia para salvar a un pueblo, imagen reforzada
por las continuas declaraciones de los prelados de la Iglesia en un sentido similar.
Pese a la evolución que experimentará a lo largo del tiempo se pueden establecer una serie de
rasgos permanentes:
1) Se basó en una serie de fuentes ideológicas procedentes de la derecha española, pero sin
llegar a crear un cuerpo doctrinal propio. El franquismo no se configuró como una ideología
aunque sí como una mentalidad.
2) Fue una dictadura personal con intención de convertirse en un régimen político propio (Nuevo
Estado). Nunca fue la de un partido, aunque existiera un particular partido único, o del
estamento militar. En los años sesenta era calificada como dictadura constituyente y de
desarrollo. El régimen se auto calificaba de democracia orgánica.
3) No permitió la libertad de opinión y expresión. Se mantuvo la censura. No se permitieron los
partidos políticos ni los sindicatos libres (solo existía una organización sindical con una fuerte
presencia de los falangistas) y se persiguió a la oposición (fundamentalmente a comunistas y
masones, constituyendo los primeros la oposición más activa -incluyendo la lucha armada en
la posguerra- y permanente). En el primer franquismo se promulgaron la Ley de
Responsabilidades Políticas y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, vigente
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hasta 1963. En los sesenta se creó el Tribunal de Orden Público para reprimir a la oposición.
Franco mantuvo la Ley de Vagos y Maleantes de la II República, reformada en 1970 (Ley de
Peligrosidad Social); en esos mismos años se promulgó la Ley Antiterrorista para reprimir a las
organizaciones terroristas ETA, FRAP y GRAPO.
4) Mantuvo siempre una visión autoritaria del poder (Franco fue Jefe del Estado hasta su muerte
y Presidente del Gobierno hasta 1973; tenía poder legislativo. No existía división de poderes,
solo de funciones) y una organización centralista del Estado.
5) Sus dos apoyos institucionales fundamentales fueron durante décadas el Ejército y la Iglesia.
6) Aunque mantuvo un Partido Único (FET de las JONS o Movimiento Nacional), este no
monopolizó el poder ni ejerció un papel hegemónico sobre la sociedad. Todos los trabajadores
estaban obligados a pertenecer a los sindicatos verticales.
7) La influencia inicial del fascismo marcó todo el régimen.
8) Impulsó un proceso de recatolización del país. Mantuvo la moral católica y la visión de la
familia tradicional apoyando políticas pronatalistas (el aborto y el divorcio estaban prohibidos).
Frente al liberalismo democrático, los elementos ideológicos fueron el nacionalismo español y el
catolicismo, ambos profundamente entrelazados. Es lo que se conoce como nacional-catolicismo,
que puede definirse más que como una idea como una mentalidad común a los vencedores.
Completaba este panorama una continua referencia al pasado glorioso de España, buscando la
identificación con la España del siglo de Oro y en especial con el periodo de los Reyes Católicos,
recuperando algunos términos políticos de la época y con una exaltación de la época imperial.
Apoyos políticos y sociales del régimen de Franco
El ejército mantuvo una lealtad absoluta a Franco compartiendo los principios del régimen; la
única disidencia fue el apoyo de algunos generales a la opción monárquica en algunos momentos.
La Iglesia fue durante décadas uno de los grandes apoyos del régimen, bendijo y legitimó la
sublevación y contribuyó a la fundamentación del llamado nacional catolicismo; solo empezaron a
manifestarse algunas actitudes disidentes a finales de los años sesenta. A cambio de su apoyo la
Iglesia tuvo una posición privilegiada, controló la moral social, contribuyó al mantenimiento de la
censura cultural y tuvo una determinante influencia en el sistema educativo, lo que permitió una
nueva recatolización de la sociedad en los años cuarenta y cincuenta.
FET de las JONS primero y el Movimiento después, o simplemente la Falange, constituyeron el
Partido Único; fue un instrumento de movilización y difusión ideológica que fue perdiendo peso a
lo largo del régimen y acabó siendo una organización burocrática. Contó con dos grandes
instrumentos de formación político-ideológica con gran influencia en los años cuarenta y
cincuenta: la Sección Femenina y el Frente de Juventudes. En la misma línea actuó el SEU hasta
finales de los años cincuenta.
El régimen contó con el apoyo de la mayor parte de los monárquicos, la burguesía, los
terratenientes, los hombres de negocios, gran parte de las clases medias, y la mayoría de los
católicos. Fue usual que el régimen recurriera a las manifestaciones-plebiscitarias para demostrar
el apoyo popular a Franco.
Transformaciones institucionales
Una de las características esenciales de la evolución política del régimen de Franco es su lenta
institucionalización. Entre octubre de 1936 y abril de 1937, Franco se había manifestado a favor
de la creación de un Nuevo Estado basado en la ideología antiliberal de la derecha monárquica, la
Falange y el Tradicionalismo.
El organizador del estado franquista fue el antiguo diputado de la CEDA y cuñado de Franco,
Ramón Serrano Suñer, quien unificará todos los partidos que apoyaron la sublevación en FET de
las JONS (Decreto de Unificación de abril de 1937). En 1938 se creaba el Consejo de Ministros. El
franquismo no hará un texto constitucional sino una serie de Leyes Fundamentales (1938-1966).
En 1938, con clara influencia del fascismo y del catolicismo social, se publicaba el Fuero del
Trabajo. La promulgación de estas leyes estuvo siempre relacionada con la situación internacional
y el peso que tuvieran cada uno de los sectores que apoyaban a Franco. En julio de 1942, se
publica el decreto de creación de las Cortes Españolas. Se configuraban como órgano de
participación del pueblo español, pero muy sometidas al ejecutivo. Las Cortes de carácter
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corporativo fueron el lugar de refrendo de las grandes decisiones de Franco y de discusión y
debate de la propia clase política del régimen. Las Cortes se reunieron por vez primera en 1943,
siendo todos los procuradores designados; posteriormente parte de ellos serían elegidos por
votación corporativa.
En 1945 se proclamó el Fuero de los Españoles, una declaración de derechos y deberes,
regulados en su ejercicio y por tanto limitados. También se promulgó la Ley de Referéndum y se
reformaron las Cortes. Con estas medidas se ponía en marcha la definición del régimen como
«democracia orgánica» para aproximarse a los vencedores de la II Guerra Mundial. Este marco
institucional se completaría con la promulgación, tras la consulta en referéndum, de la Ley de
Sucesión (1947). España se definía como un «Estado católico, social y representativo» que se
constituía en reino. La Jefatura del Estado correspondía de forma vitalicia a Franco,
correspondiéndole también la designación del sucesor de acuerdo con una serie de condiciones
(varón, mayor de treinta años, de estirpe regia). La Ley fue rechazada por don Juan de Borbón.
Poco después se constituía un Consejo de Regencia y un Consejo del Reino. Estos cambios
fueron obra de los sectores católicos y monárquicos del régimen.
La institucionalización definitiva se cerraría con la Ley de Régimen Jurídico de la Administración
del Estado, la Ley de Principios del Movimiento Nacional (bases ideológicas del sistema) y la Ley
Orgánica del Estado (regulación del funcionamiento del estado), aprobada por referéndum, que
cerraba la configuración del Estado franquista. Todas las leyes fueron refundidas en un único
texto. Completó el panorama la Ley del Movimiento Nacional de 1969 y la Ley Sindical de 1971.
Evolución política, económica y social
El primer franquismo: cubre la década de los años cuarenta y parte de los cincuenta. El estallido
de la II Guerra Mundial y la posterior condena en la ONU condicionaron el proceso de
reconstrucción y alargaron la posguerra. Los años cuarenta fueron el tiempo de las cartillas de
racionamiento y las restricciones. Los primeros años estuvieron marcados por los procesos contra
los vencidos y el mantenimiento hasta 1943-1945 de un elevado número de presos. La economía
no recuperó sus datos de preguerra hasta los primeros años cincuenta impulsándose el
crecimiento industrial público (INI) y las obras públicas. El aislamiento internacional se romperá
definitivamente con la firma del pacto con los EEUU y el Concordato con la Santa Sede (1953) y la
entrada en la ONU y otros organismos. Ello supuso un fracaso para la oposición monárquica de
don Juan y para el gobierno republicano en el exilio. El Partido Comunista, que había mantenido la
lucha armada (maquis y partidas), cambiará de estrategia proponiendo la «reconciliación
nacional».
El segundo franquismo: El Plan de Estabilización (1959) y el crecimiento económico, con el
predominio de la tecnocracia marcarán la etapa. La década de los sesenta supuso un crecimiento
constante de los niveles de vida, la aparición de una sociedad de consumo y de crecientes clases
medias que expande su sector servicios con el desarrollo del turismo.
CONCLUSIÓN
El franquismo se mantuvo en el poder durante casi cuarenta años hasta la muerte de Franco
merced a la perdurabilidad de los apoyos señalados y a su modo de gobernar, manteniendo hasta
el final sus características permanentes. Duró tanto como la vida del propio Franco, aunque con
una crisis política final marcada por el asesinato de Luis Carrero Blanco (presidente del gobierno,
1973) y el envejecimiento acelerado de Franco.
El crecimiento económico y los cambios sociales desarrollaron una nueva oposición social donde
destacó la conflictividad universitaria y la obrera, en la que adquirieron gran importancia las
CCOO. En los sectores universitarios y laborales aparecería la simiente del nuevo PSOE de la
Transición. En los setenta emergió el fenómeno del terrorismo.
Institucionalmente, a la altura de 1969, al régimen solo le quedaba confirmar la sucesión de
Franco en la persona de Juan Carlos de Borbón. Al mismo tiempo, en la propia clase política
franquista, se extenderá la idea de hacer evolucionar el Estado franquista, a la muerte de su
creador, hacía un sistema democrático. Lo que será el programa político del futuro rey tras su
designación en 1969.

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