Jesús Sana A Un Leproso
Jesús Sana A Un Leproso
Jesús Sana A Un Leproso
d. Señor, si quieres: El leproso no tenía duda alguna de la capacidad de Jesús para sanar. Su única
pregunta era si Jesús quería sanar.
i. Él creyó en el poder de Jesús. Cuando un comandante sirio llamado Naamán fue afligido por
lepra, él vino a Joram, el rey de Israel porque él escuchó que había un profeta en Israel que Dios
usó para hacer cosas milagrosas. Cuando Naamán vino a Joram, Joram sabía que él no tenía poder
para ayudarlo, y él dijo: “¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que éste envíe a mí a que sane un
hombre de su lepra?” (2Re_5:7) La lepra no tenía remedio en el mundo antiguo que el sanar a un
leproso era comparado con resucitar a los muertos; sin embargo, este leproso sabía que todo lo
que Jesús necesitaba era estar dispuesto.
ii. Sin embargo, este leproso estaba seguro de que Jesús quería usar Su poder para el beneficio del
leproso. “Los hombres creen más fácilmente en poder milagroso que en amor milagroso”. (Bruce)
e. Señor, si quieres, puedes limpiarme: Este leproso buscó más que sanación. Él quería limpieza;
no solo de su lepra, sino también de los terribles efectos en su vida y su alma.
i. Además, este es el primer lugar en el evangelio donde Jesús es llamado Señor. Este título fue
particularmente significativo a la luz del hecho de que la palabra Señor era usada para traducir la
palabra hebrea Yahveh, y Mateo escribió su evangelio a aquellos que estarían familiarizados con el
contexto judío de esa palabra.
a. Jesús extendió la mano y le tocó: Este fue un toque valiente y compasivo de Jesús. La idea es
que el leproso mantuviera distancia de Jesús, pero Él extendió la mano y le tocó. Estaba en contra
de la ley ceremonial tocar a un leproso, lo que hizo que el toque fuera aún más significativo para el
hombre afligido. Por supuesto, tan pronto como Jesús lo tocó, ¡él ya no era un leproso!
i. Le tocó: Jesús no tenía que tocar al leproso para sanarlo. Él pudo haberlo sanado con una
palabra o incluso un pensamiento. No obstante, Él sanó al leproso con un toque porque eso es lo
que el leproso necesitaba.
ii. Jesús seguido varió la forma de sanar, y usualmente Él escogió una forma particular que sería
significativa para la persona afligida.
iii. Mar_1:41 dice que cuando Jesús lo vio tuvo misericordia de él. Había pasado mucho tiempo
desde que este leproso había visto un rostro con compasión.
b. Quiero: La afirmación de Jesús “quiero” simplemente respondió la pregunta del hombre, y nos
da un punto de partida para las veces que nos preguntamos si Jesús está dispuesto a sanar.
Debemos suponer que Jesús está dispuesto a sanar a menos que nos muestre algo diferente.
i. ¿Cómo podemos saber si Jesús está dispuesto a sanarnos? Asumiendo que Él lo está, pero
escuchándolo si Él nos dice que no lo hará. Es así como pasó con el apóstol Pablo en 2Co_12:7-10;
parece que Pablo suponía que Jesús lo sanaría de su aguijón en la carne hasta que le llegó la
noticia de que no lo haría.
c. Y al instante su lepra desapareció: La vida del ex leproso fue cambiada para siempre. Jesús había
dicho recientemente, pedid, y se os dará (Mat_7:7). Esto fue ciertamente verdad para el ex
leproso ahora limpio.
i. Esta es la primera sanación individual descrita por Mateo. Anteriormente, se nos habló del
ministerio de sanación de Jesús en un sentido general (Mat_4:23-24), pero aquí en un caso
específico.
3. (4) Jesús ordena al hombre sano dar testimonio de su sanación solamente a los sacerdotes.
Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino vé, muéstrate al sacerdote, y presenta la
ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos.
a. Mira, no lo digas a nadie: Jesús en ocasiones mandó a la gente que no anunciara sus sanaciones
o alguna obra milagrosa que Él había hecho por ellos. Él hizo esto porque quería mantener baja la
emoción de las multitudes hasta el tiempo adecuado de Su revelación formal a Israel, la cual fue
una fecha exacta como fue profetizado en Daniel 9.
i. Además, los milagros de Jesús no fueron calculados principalmente para hacerlo famoso o una
celebridad (aunque ciertamente dieron testimonio de Su ministerio). Más aún, Jesús sanó para
satisfacer las necesidades de individuos específicos y para demostrar el evidente poder del Mesías
en el amor y cuidado de las necesidades personales de las personas humildes.
ii. Por lo tanto, Jesús fue cauteloso acerca de cómo las multitudes lo miraban y por qué lo seguían.
“Este motivo de discreción… es mejor entendido como un reflejo de un peligro real que Jesús
podía alcanzar una popularidad no deseada simplemente como un hacedor de milagros, o peor
aún, como un libertador nacionalista, y así fomentar un grave malentendido sobre la verdadera
naturaleza de su misión”. (France)
iii. Marcos nos dice que el leproso no obedeció a Jesús y en vez él comenzó a publicarlo mucho
(Mar_1:44-45).
b. Muéstrate al sacerdote: Jesús ordenó al hombre dar testimonio a los sacerdotes, y ¡qué
testimonio fue! La Ley mosaica prescribía sacrificios específicos para llevar a cabo por la sanación
de un leproso, y cuando el hombre se los reportó a los sacerdotes, sin duda tuvieron que realizar
ceremonias que rara vez (si alguna vez) se realizaban (Levítico 14).
i. Ir al sacerdote también traería al ex leproso a la sociedad. Jesús quería que la sanación de la
enfermedad del hombre tuviera el mayor beneficio posible.
ii. “La ofrenda era dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo, Levítico 14:4, las
cuales debían ser traídas para su limpieza; y, después de ser limpio, dos corderos, una cordera,
tres décimas de efa de flor de harina, y un log de aceite, Levítico 14:10; pero si la persona era
pobre, entonces él debía traer un cordero, una décima de efa de flor de harina, y un log de aceite y
dos tórtolas o dos palominos, Levítico 14:21, 22”. (Clarke)