Los Principios en El Proceso Laboral
Los Principios en El Proceso Laboral
Los Principios en El Proceso Laboral
(1)
Leopoldo Gamarra Vílchez(*)
I. INTRODUCCIÓN
La presente ponencia tiene por objeto analizar los principios en la nueva ley
procesal. Como sabemos, el 15 de enero del presente año se publicó la nueva Ley
Procesal del Trabajo N° 29497, en vigencia desde el mes de julio según la Nove-
na Disposición Complementaria de la mencionada ley. Por ello, es relevante el IV
Congreso Nacional de la Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Segu-
ridad Social que debatirá los “Retos del Derecho del Trabajo Peruano: Nuevo pro-
ceso laboral, regímenes especiales y seguridad y salud en el trabajo”; en tanto in-
cide en temas que estamos seguros servirán para contribuir en la reflexión y crítica
de nuestra legislación laboral.
En ese sentido, desarrollaremos los principios en la nueva ley a través de tres
temas: como cuestión previa trataremos la importancia de los principios en el Dere-
cho del Trabajo, el proceso laboral y la necesidad de los principios propios; como
segundo tema, la instrumentalización de los principios procesales generales con la
ubicación de los principios operacionales y los principios en la Constitución actual;
finalmente, abordaremos los principios específicos de la nueva ley destacando los
elementos positivos. Cabe señalar, que los principios del proceso de trabajo son
aquellos que actúan como líneas directrices, como soporte para el ejercicio justo
y correcto de las leyes, de tal manera que sirven para inspirar las soluciones en las
controversias y orientar la interpretación de las normas ya existentes; además por
(*) Profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Facultad de Derecho y Ciencia Política
de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Especialista laboral y previsional del Congreso de la
República.
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(1) Emilio Morgado Valenzuela, Desafíos y perspectivas del Derecho del Trabajo, Primer Congreso Nacional
de la Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Trujillo, 27–29 octubre 2004,
SPDTSS, p. 36.
(2) ALONSO GARCÍA, Manuel. Derecho del Trabajo. Tomo I, Barcelona, 1960, p. 247
(3) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Los Principios del Derecho del Trabajo. 3ra edición, Ediciones Depalma,
Buenos Aires, 1998.
(4) Ver conferencia dictada por Américo Plá Rodríguez, Los Principios del Derecho Laboral, en el VII En-
cuentro Iberoamericano de Derecho del Trabajo, Mexicali BC, noviembre 1994, p.34.
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(5) Al respecto, en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español, en la sentencia 2/83 del 25 de
enero, citada por Federico Durán López, se resalta este criterio: “El Derecho del Trabajo, superando las
reglas de la libertad e igualdad de las partes en que se basa el derecho de los contratos, se constituye
en un ordenamiento compensatorio e igualador en orden a la corrección, al menos parcialmente, de las
desigualdades fundamentales”(DURÁN LÓPEZ, Federico. Jurisprudencia Constitucional y Derecho del
Trabajo. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1992, p. 107).
(6) Se trata de la regulación normativa de las interacciones, que es lo que convierte al Derecho en una cate-
goría de la mediación social en la perspectiva de Jürgen Habermas, puesto que a los justiciables y a toda
la sociedad les interesa que se solucionen los conflictos.
(7) TULIO LIEBMAN, Enrico. Manual de Derecho Procesal Civil. Ed. Jurídicas Europa América, p. 25.
(8) El proceso como “el medio acordado por todos para mantener o restaurar el equilibrio social, resulta
indispensable que jueces, abogados, litigantes, auxiliares de justicia, estudiantes de Derecho, se percaten
de que detrás de todo expediente existe un proceso y detrás de todo proceso, hay un drama humano (...)”
(PARODI REMÓN, Carlos. El Debido Proceso, Ponencia del I Congreso Nacional de Derecho Procesal,
Pontificia Universidad Católica del Perú, 7-9 agosto 1996, p. 40).
(9) DIÉGUEZ, Gonzalo. Lecciones de Derecho del Trabajo. 4ta edición, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1995,
p. 635.
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(10) Suponemos que esta idea se basa en el pensamiento del filósofo Aristóteles, quien sostenía que “el princi-
pio de igualdad exige tratar a las cosas iguales de igual manera, pero también, a las diferentes de manera
diferente”.
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(11) Aequitas es un concepto filosófico de la escuela histórica griega, trasladado por la jurisprudencia romana
al terreno jurídico. Es decir, existe influencia griega en el concepto de la aequitas romana.
(12) Aristóteles, Etica a Nicómano, Capítulo V del Libro V.
(13) Podría decirse que aquellos que ven solo desde la ley lo justo o injusto, no podrán distinguir jamás con
tanta precisión como los que ven con los ojos de la equidad.
(14) KANT, Manuel. Fundamentación de la Metafísica de las costumbres y crítica de la razón práctica. Ed.
Porrúa, 5ta edición, México, 1983.
(15) Así tenemos en la literatura: Los Miserables de Víctor Hugo, El Gran Inquisidor de Fedor Dostoiewski,
entre otros.
(16) Existen otros proyectos que planteaban solo modificaciones parciales a la Ley N° 26636: Los Proyectos
de Ley N° 982/2006-CR, N°1575/2007-CR, N°3483/2009-CR, N° 3489/2009-CR.
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(17) Intentando una definición del proceso laboral, puede decirse que es el conjunto de actos procesales que
se desarrollan en forma progresiva, sistemática y teleológicamente, que son realizados por el Juez y las
partes en cumplimiento de las normas procesales, con el objeto de resolver un conflicto laboral mediante
una sentencia emitida por el órgano jurisdiccional. ¿Pero cuándo una norma es procesal y qué son los
conflictos laborales en la doctrina procesal? Todos sabemos que las normas jurídicas no vienen a ser otra
cosa que una estructura proposicional enunciativa de una forma de organización o de conducta que debe
ser acatada de manera objetiva y obligatoria. La naturaleza procesal de una norma jurídica no depende
del cuerpo de disposiciones en que se halla inserto, sino de su contenido propio (J. COUTURE, Eduardo.
Estudios de Derecho Procesal Civil, Ed. Depalma, Buenos Aires, T. III, 1979).
(18) Oficio N° 112-2009-D-CAL, del Decano del Colegio de Abogados de Lima al Presidente de la Comisión
de Trabajo del Congreso de la República, Lima 16 de noviembre del 2009.
(19) CIUDAD, Adolfo. Análisis del Proyecto de Reforma Laboral Peruana, Documento de Trabajo, Antigua
de Guatemala, 28 de octubre del 2008.
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(20) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Conferencia Los Principios del Derecho del Trabajo, Doc. Cit.
(21) PASCO COSMÓPOLIS, Mario. Fundamentos del Derecho Procesal del Trabajo, Revista Análisis Laboral,
junio 1997, p. LIX.
(22) COUTURE, Eduardo J. Ob. cit., T. I., p. 288.
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Derecho del Trabajo también como “líneas directrices que informan algunas nor-
mas e inspiran directa o indirectamente una serie de soluciones por lo que pueden
servir para promover y encauzar la aprobación de nuevas normas, orientar la inter-
pretación de las existentes y resolver los casos no previstos”(23).
Existe una relación directa entre los principios principales o fundantes y los
principios operacionales o reglas. Lo que no es fácil es determinar su aplicación,
en cuanto a cantidad de principios(26). No obstante, la idea es que la instrumentali-
zación de los principios principales o fundantes se realicen a través de los princi-
pios operacionales o reglas como “directivas o líneas, dentro de las cuales han de
desarrollarse las instituciones del proceso”(27).
(23) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Los Principios del Derecho del Trabajo. Ediciones Depalma, Buenos Aires,
1978, p. 9
(24) MIRÓ QUESADA, Francisco. Ensayos de Filosofía del Derecho, Universidad de Lima, 1998, p. 15
(25) VALADÉS, Diego. “La no aplicación de las normas y el Estado de Derecho”. En: Derecho Constitucional
y Derecho Humanos, Ed. BLG-CEDDAL-UNMSM., Lima, julio 2005, p. 80.
(26) Por ello, es que tenemos tantas clasificaciones como autores existen.
(27) PODETTI, Ramiro. Tratado del Proceso Laboral, Ed. Ediar, Buenos Aires, Tomo I, 1950, p. 192.
(28) Ver María Luisa Balaguer C., La interpretación de la Constitución por la jurisdicción ordinaria, Edic.
Civitas, Madrid, 1990.
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(29) NARANJO DE LA CRUZ, Rafael. Los límites de los derechos fundamentales en las relaciones entre
particulares: la buena fe. Ed. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2000, p. 258.
(30) Sagardo, Juan A. y Bengoechea. Prontuario del Derecho del Trabajo. Ed. Civitas, Madrid, 6ta edic., 2003,
p. 823.
(31) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Conferencia Los Principios del Derecho del Trabajo, en Lima, marzo, 1997.
(32) Idem.
(33) En la jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español se enfatiza ese carácter. “(...) superando tendencias
que creían que el Derecho Procesal era un conjunto de normas neutras y aisladas del Derecho sustantivo..”.
(Sentencia del 25 de enero de 1983).
(34) Ver Ernesto Rey Cantor, Principio de Legalidad y Derechos Humanos: análisis desde la perspectiva del
Derecho Constitucional Procesal, en Derecho Constitucional y Derechos Humanos, Ob.cit., ps. 201–260.
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1. Inmediación y oralidad
La inmediación y la oralidad constituyen el marco más adecuado para me-
diatizar, absolver y redefinir el proceso laboral. Entendiendo por proceso laboral al
conjunto de actos procesales dirigidos a reconstruir el hecho conflictivo hasta don-
de los elementos probatorios lo permitan, se puede concluir también que la orali-
dad se presenta como el mejor instrumento para lograrlo. Nuevamente, los atributos
propios de la oralidad, desde su sencillez hasta la exigencia de la concentración y
continuación, hacen que el sistema sea más eficiente para aproximarnos en un ma-
yor grado a la verdad real, que en procedimiento escrito se prolonga en el tiempo y
se complica con formalismos estériles. Por ello, existe una estrecha relación interna
entre la oralidad y la inmediación, pues para que la decisión en el proceso sea real
se necesita que los jueces examinen directamente la prueba, contando con la par-
ticipación de las partes involucradas. En un sentido específico, la inmediación se
(35) BOZA PRÓ, Guillermo. “La madre trabajadora como sujeto laboral especialmente protegido en el orde-
namiento peruano”. En: Los Principios del Derecho del Trabajo en el Derecho Peruano, Libro Homenaje
al Profesor Américo Plá Rodríguez, Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social,
Lima, 2004, p.77.
(36) “En la relación laboral se respetan los siguientes principios: (...) interpretación favorable al trabajador en
caso de duda insalvable sobre el sentido de la norma”.
(37) Por otro lado, su aplicación en el ámbito normativo del Derecho Colectivo del Trabajo ofrece resistencia
debido a su doble naturaleza heterónoma y contractual.
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refiere directamente a la relación entre el juez y los medios de prueba, de tal forma
que el juez pueda percibir y conocer directamente la prueba(38).
La oralidad se convierte en el modelo de procedimiento laboral para la ad-
quisición de la verdad y además de un modelo con el que se pretende la redefini-
ción del conflicto(39). Es decir, en las dos funciones que cumple el juicio oral(40), el
juez asume un rol importante: en el primero, determinará la verdad procesal al dic-
tar sentencia; en el segundo, la tarea es mucho más compleja, la redefinición del
conflicto, que contribuya a la paz social.
La inmediación constituye la condición básica para lograr, en la medida de lo
posible, la determinación de la verdad de los hechos. La información, el examen de
la prueba, debe realizarse con la presencia, comunicación e interacción de los jue-
ces y de las partes intervinientes. “El principio de inmediación implica que el juez
que ha presenciado la actuación de los medios probatorios, que ha oído a las partes,
y ha apreciado su conducta en el proceso, sea el mismo que dicte la sentencia”(41).
Es importante destacar que el proceso oral disminuye significativamente la posi-
bilidad de que se manipule fraudulentamente la prueba, pues la comunicación di-
recta entre las personas que intervienen en la audiencia permite detectar más fácil-
mente tales desviaciones. En realidad, en el sistema escrito predomina como obje-
tivo fundamental la determinación de una verdad formal, debilitándose, inevitable-
mente, las garantías del trabajador. En una sociedad en la que los ciudadanos ma-
yormente no tienen una cultura escrita y no conocen realmente el contenido de las
disposiciones legales, solo la oralidad garantizaría el cumplimiento de la justicia
laboral(42). El proceso oral supone la participación y dirección del juez que decida
la causa, mediante la aplicación de tres funciones: “la investigación de la verdad;
búsqueda de la norma y la interpretación de su sentido; y la aplicación del Derecho
a los hechos. La primera es de índole gnoseológica y lógica; la segunda pertenece
al campo de la técnica jurídica; y la tercera implica una auténtica valoración”(43).
Entonces, la aplicación del Derecho por el juez implica un contenido ético. Sobre
esto, podríamos aplicar la argumentación de Max Weber cuando distingue entre
(38) En realidad, en ese caso, se establece una relación lenguaje-objeto/metalenguaje. Al respecto, ver “Ciencia
del Derecho y análisis del lenguaje” de Norberto Bobbio.
(39) Ver Mario Oderigo. El lenguaje del proceso. Ed. Depalma, Buenos Aires, 1961.
(40) Hay que precisar que “oralidad y escrituración (o proceso oral versus proceso escrito) no son términos ne-
cesariamente antitéticos o que mutuamente se rechazan, ya que ninguno de ellos es absoluto” (Mario Pasco
Cosmópolis, Ob. cit., p. 91). Además, “la oralidad no significa ausencia absoluta de escritura, pues como
se ha dicho, un procedimiento totalmente oral es imposible, y además hay que aceptar que ni la oralidad
ni la escritura sirven por sí solas para garantizar una decisión justa, siendo necesaria una combinación de
ambas” (Juan Sagardoy Bengoechea, Ob. cit., p. 830).
(41) BUSTAMANTE ALARCÓN, Reynaldo. “El derecho fundamental a probar y su contenido esencial”. En:
Apuntes de Derecho Procesal, Ed. Ara, Lima, 1997, p. 90.
(42) Literalmente hablando en un proceso escrito las partes no se hacen oír sino tan solo hacen leer; además, el
derecho de hacerse oír implica la garantía de lograr la mejor manera de comunicación entre quienes oyen
y quienes se hacen oír y esta mejor manera es la oralidad.
(43) ALZAMORA VALDEZ, Mario. Derecho Procesal Civil: Teoría General del proceso, Ed. Eddili, Lima,
8ta edición, p. 150.
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(44) WEBER, Max. Economía y Sociedad. Ed. Fondo de Cultura Económica, México, Traducción de José
Medina Echevarría y otros, 1983, p. 452 y ss.
(45) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Conferencia Los Principios del Derecho del Trabajo, doct. Cit.
(46) CALAMANDREI, Piero. Proceso y Democracia. Ed. Ezea, Buenos Aires, 1960, p. 83.
(47) Los jueces están en la obligación de señalar en las sentencias las razones en que sustentan cada una de
sus conclusiones. Para tales efectos deben realizar un conjunto de razonamientos de hecho y de derecho,
explicando debidamente en la motivación de su resolución, a fin de que pueda ser conocido por las partes
y de esa manera estas se encuentren en condiciones de ejercer su derecho de defensa.
(48) A pesar del cúmulo de expedientes por la elevada demanda de justicia laboral que ocasiona congestión de
los procesos. “Es verdad que el número de procesos atribuidos a cada juez en América Latina es excesivo”
(Reginald D. Felker, La reforma del poder judicial en América Latina según propuesta del Banco Mundial,
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(50) Por otro lado, la publicidad en el procedimiento laboral es posible por el tipo de reclamación: se tratan de
derechos “comunes” a todos los trabajadores, de contratos que pueden ser considerados de adhesión, que
llevan a que los conflictos se reproduzcan y que el interés personal e individual se transforme en colectivo.
Además, es “una consecuencia que se desprende de la oralidad en el procedimiento, a la que debemos
hacer mención, es la publicidad de los actos procesales, pues, como se ha escrito con acierto, solo cabe
publicidad en un proceso oral en el que las actuaciones de palabra pueden ser presenciadas por terceros,
incluso sin interés alguno en el asunto” (SAGARDOY BENGOECHEA, Juan. Ob. cit., pp. 830-831).
(51) Nos referimos a la Ley N° 26336, Ley Procesal del Trabajo, del 14 de junio de 1996 (Al respecto, ver el
artículo “Algunas reflexiones con respecto a la Ley Procesal del Trabajo” de Fernando Elías Mantero,
Revista Análisis Laboral, junio 1997, p. LXI).
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(52) PLÁ RODRÍGUEZ, Américo. Conferencia Los Principios del Derecho del Trabajo, doct. Cit.
(53) Al respecto, ver la publicación Estudios sobre la Jurisprudencia Constitucional en materia Laboral y
Previsional, de la Sociedad Peruana de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y la Academia de la
Magistratura, octubre 2004.
(54) Sobre la aplicación del principio de primacía de la realidad tenemos el pronunciamiento en el expediente
N° 2132-2003-AATC-Piura.
(55) Al respecto, ver Paul Kahn, El análisis cultural del Derecho: una reconstrucción de los estudios jurídicos,
Ed. Gedisa, Barcelona, mayo 2001.
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V. A MANERA DE CONCLUSIÓN
Por lo que hemos tratado hasta el momento, los principios en la nueva Ley
Procesal del Trabajo constituyen los elementos compensatorios e igualadores de las
desigualdades del trabajador con el empleador en la dinámica del proceso laboral.
Consideramos que el proceso laboral debe ser garantía para la existencia de una
paz social general y permanente en tanto que el crecimiento económico es funda-
mental pero no suficiente para asegurar la equidad y el progreso social. No obstan-
te, si bien es cierto que se tiene que garantizar la protección de los derechos labo-
rales, también es cierto que se tiene que buscar la seguridad jurídica. Ahora, se ini-
cia una nueva etapa, con la Ley N° 29497.
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