Artritis Temprana - PCG

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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO BOLÍVAR
ESCUELA DE CIENCIAS DE LA SALUD
«Dr. Francisco Battistini Casalta»
DEPARTAMENTO DE MEDICINA

DESPISTAJE DE ARTRITIS TEMPRANA MEDIANTE LA PRUEBA DE


COMPRESIÓN DE GAENSLEN EN LA POBLACIÓN DEL SECTOR EL CRISTO,
ESTADO BOLÍVAR. JUNIO, AÑO 2018

Profesor(es) asesor(es): Anteproyecto presentado por


Dra. Yurilís Fuentes Br. Guido Francisco Rodríguez Granado
CI: 19 730 420
Br. Fátima Oliana da Silva Tavares
CI: 27 729 053

Ciudad Bolívar; mayo, 2020


INTRODUCCIÓN

Como muchas enfermedades crónicas, la historia de la artritis reumatoide


(AR) comenzó alrededor del año 1500 antes de Cristo cuando los Papirurales de
Ebers describen una condición similar a la AR. Varios informes sugieren que las
momias de diferentes épocas tienen deformidades que son patognomónicas de la
artritis; sin embargo, no fue hasta más tarde, en 1800, cuando Garrod nombró a
esta condición crónica como AR, reemplazando los términos artritis deformante y
gota reumática1.

Asimismo, Thomas Sydenham había reconocido una forma paralizante de


artritis crónica. Londre’ – Beauvais, en 1880, muy probablemente también lo
describió. Brodie señaló su curso crónico progresivo, y observó que las vainas de
los tendones y las bolsas pueden verse afectadas. Además, reconoció que la
enfermedad comienza con sinovitis, con consecuente daño al cartílago. Las
características radiológicas de la AR fueron descritas por primera vez por
Bannatyne en 18962.

El término artritis procede de la raíz griega artr- (articulación) y el sufijo –itis


(inflamación) que designa la inflamación de una articulación. Por su parte, el
término reumatoide se deriva de la palabra griega ῥεύμα-rheuma, Ῥεύματος-
reumatos (flujo, corriente). El sufijo -oid (parecido) da la traducción de una
inflamación articular que se parece a la fiebre reumática. La AR es un trastorno
autoinmune de larga duración que afecta principalmente a las articulaciones.
Generalmente, resulta en articulaciones calientes, inflamadas y dolorosas; el dolor
y la rigidez suelen empeorar después del reposo. Comúnmente, la muñeca y las
manos están comprometidas en forma simétrica3,4.

La enfermedad también puede afectar otras partes del cuerpo. Esto puede
provocar un recuento bajo de glóbulos rojos, compromiso cardiovascular y
pulmonar; también puede haber fiebre y fatiga. A menudo, los síntomas aparecen
gradualmente durante semanas o meses. A su vez, es una enfermedad reumática
inflamatoria con un curso progresivo que afecta las estructuras articulares y extra-
articulares, lo que resulta en dolor, discapacidad y mortalidad. Causa muerte
prematura, discapacidad y disminuye la calidad de vida en el mundo
industrializado y en desarrollo. La inflamación persistente conduce a un daño
erosivo de las articulaciones y a un deterioro funcional en la gran mayoría de los
pacientes4.

El inicio de la enfermedad no es similar en todos los pacientes, pero varía


con respecto al tipo, el número y patrón de compromiso articular. El curso de la
enfermedad también puede ser diferente según la presencia o ausencia de varias
variables, incluidos los antecedentes genéticos, la frecuencia de las articulaciones
inflamadas, los anticuerpos séricos y la gravedad del proceso inflamatorio. Las
causas de la AR son desconocidas, pero se cree que es el resultado de una
respuesta inmune defectuosa; puede comenzar a cualquier edad, causa fatiga y
rigidez prolongada después del descanso. No hay cura para la AR, pero cada vez
hay más medicamentos eficaces para tratarla y prevenir discapacidad. Además de
los medicamentos y la cirugía, el autocontrol comprobado científicamente, como el
ejercicio, pueden reducir el dolor y la discapacidad 5.

La AR afecta aproximadamente del 0,5 al 1% de la población mundial, con


mujeres 2 a 3 veces más propensas que los hombres a desarrollar la enfermedad.
Su incidencia anual en Finlandia se estima en 44,5 por 100 000 habitantes (58,6
para mujeres; 29,5 para hombres). Los estudios en países industrializados
muestran incidencias anuales entre 5 y 50 por 100 000 habitantes, con resultados
que varían según los métodos de identificación de casos y las diferencias
geográficas. La AR es especialmente común en el norte de Europa y América del
Norte. La edad de inicio suele ser entre los 30 y los 70 años. La evidencia sugiere
que la incidencia de AR puede estar disminuyendo, con un inicio de la enfermedad
que se desplaza hacia grupos de mayor edad 6. La AR se caracteriza no sólo por la
inflamación local que daña las articulaciones pequeñas y medianas, sino también
por la inflamación sistémica. Diferentes procesos autoinmunes e inflamatorios son
activos de forma variable en la AR, lo que hace la enfermedad sea clínicamente
heterogénea7.

La detección y el tratamiento tempranos para controlar la inflamación son


de importancia crítica en la AR, dado el potencial de destrucción rápida de las
articulaciones y otros tejidos, y el deterioro del funcionamiento. Aunque la AR
avanza en pacientes individuales y el patrón de compromiso articular varía
ampliamente de un paciente a otro, en la mayoría de los pacientes (70%) se
puede detectar cierto grado de erosión articular en las manos y los pies mediante
una radiografía en los primeros dos años de la enfermedad. Sin un tratamiento
adecuado, a los 20 años después del diagnóstico, más del 60% de los pacientes
pueden desarrollar un deterioro funcional significativo (clase funcional III), incluida
la necesidad de ayuda para su movilidad, pérdida de la capacidad para cuidarse a
sí mismos, requiriendo reemplazo articular; o experimentan pérdida de
independencia, y requieren cuidado diario (clase funcional IV) 8.

La etapa temprana de la AR (etapa I) se caracteriza por una sinovitis o una


inflamación de la membrana sinovial. Durante esta etapa, hay un alto recuento de
células en el líquido sinovial a medida que las células inmunes migran al sitio de la
inflamación. Sin embargo, generalmente no hay evidencia de destrucción
radiológica, con la excepción de la inflamación en tejidos blandos y posiblemente
evidencia de alguna erosión ósea. En la AR moderada (etapa II) hay una
propagación de la inflamación en el tejido sinovial que provoca disminución del
cartílago articular. Esto resultará en una destrucción del cartílago, acompañada
por un estrechamiento del espacio articular.

La AR severa (etapa III) está marcada por la formación de pannus en la


membrana sinovial; la pérdida del cartílago articular expone al hueso subcondral.
Estos cambios se harán evidentes en los rayos X, junto con las erosiones
alrededor de los márgenes de la articulación; las deformidades articulares también
pueden hacerse evidentes. En la etapa terminal, o etapa final de la AR (etapa IV),
el proceso inflamatorio ha disminuido y la formación de tejido fibroso y/o anquilosis
dan como resultado la pérdida de la movilidad articular. Esta etapa puede estar
asociada con la formación de nódulos subcutáneos 9.

Los nuevos criterios propuestos por el American College of Rheumatology


(ACR) y la European League Against Rheumatism (EULAR) en 2010, permiten
clasificar la AR en etapas más tempranas, lo que permite prevenir la destrucción
ósea y la progresión radiológica gracias al uso de medicamentos modificadores de
la enfermedad. Las presentaciones clínicas típicas de la AR son: poliartritis
simétrica, aditiva y crónica, especialmente con compromiso en manos y pies; la
poliartritis de pequeñas y grandes articulaciones, acompañada de rigidez matinal,
son un síntoma común. Al mismo tiempo, los criterios de clasificación modernos
que buscan hacer un diagnóstico precoz, favorecen el aumento de casos en fases
incipientes con mono y oligoartritis seronegativas como manifestación clínica
temprana, y aumentan el riesgo de diagnósticos falsos positivos entre los
pacientes con artritis no diferenciada autolimitada, por lo cual es importante
resaltar que dichos criterios son de clasificación, no para diagnóstico 10.

La AR se diagnostica utilizando información de la anamnesis y el examen


físico (síntomas y signos). Lo ideal es realizar un diagnóstico precoz dentro de los
primeros 6 meses de la aparición de los síntomas, para que pueda comenzar el
tratamiento que evite la progresión clínica y radiológica. No existen pruebas de
laboratorio patognomónicas para AR; el diagnóstico se realiza mediante una
combinación de características clínicas, de laboratorio y de imagen. Dado que
existe la necesidad de iniciar el tratamiento antirreumático precoz se requiere una
identificación temprana de la AR11.

La artritis temprana puede permanecer en forma indiferenciada, resolverse


en forma espontánea o puede evolucionar a una AR o a otra artropatía definida
como la artritis psoriásica. Estudios previos demuestran una mejoría del 80% en
los pacientes que inician el tratamiento, indistintamente del grado de actividad de
la enfermedad. Se ha propuesto la determinación del término «artritis inflamatoria
temprana» como primer paso para evitar daño articular y el mal pronóstico de las
diferentes posibles entidades diagnósticas que la estén produciendo, como lo son
la espondiloartritis axial o periférica, lupus eritematoso sistémico, osteoartritis y
como ya hemos mencionado la artritis psoriásica y la AR 12, 13,14.

Por lo tanto, la interpretación precisa de la palpación de las articulaciones


(el estándar de oro clínico para identificar la artritis) requiere experiencia,
especialmente cuando la sinovitis en las articulaciones pequeñas es sutil, como es
el caso de la AR temprana. Actualmente no existe una prueba generalmente
aceptada para la identificación temprana de artritis (que no sea la palpación
articular). Sin embargo, existen pruebas clínicas sencillas de realizar, que requiere
poco tiempo y son precisas, como la prueba de compresión, o prueba de
compresión de Gaenslen (PCG), para identificar la artritis en las articulaciones
metacarpofalángicas (MCF) y metatarsofalángicas (MTF); dicha prueba está
promovida por expertos y sociedades científicas, como la Arthritis Research UK y
la National Rheumatoid Arthritis Society 15.

La PCG es una maniobra clínica en la que se aplica presión lateralmente a


las articulaciones MCF o MTF para provocar dolor en un paciente con sinovitis
activa; existen diferentes enfoques para realizar esta técnica. La maniobra ha
evolucionado desde una herramienta de detección de la disfunción de la mano o
pie hasta un factor predictivo para el desarrollo de AR. Además, se había utilizado
para una evaluación rápida de la sinovitis en un entorno clínico reumatológico muy
concurrido. Esta maniobra sólo se ha descrito como un «apretón de manos firme»
o «una respuesta de dolor cuando se aplica presión lateral a las articulaciones
MCF o MTF», sin darle el valor clínico apropiado. Esta falta de especificidad ha
hecho que sea un reto reproducir la manera exacta, el tiempo y la presión de la
maniobra, lo que lleva a diferentes interpretaciones de los resultados de la
misma16.
Un estudio acerca de la PCG, su positividad y sensibilidad en las
articulaciones, y actividad de la enfermedad en pacientes con AR, que tuvo como
objetivo evaluar los factores relacionados con una PCG positiva y explorar las
diferencias en la actividad de la enfermedad entre los pacientes con la maniobra
positiva y negativa, reportó que todas las variables clínicas, incluidas las
puntuaciones de actividad de la enfermedad, el recuento de articulaciones y las
evaluaciones de discapacidad, fueron significativamente más altas en el grupo
PCG-positiva que en el grupo PCG-negativa; además, hubo significativamente
menos pacientes en remisión o con baja actividad de la enfermedad en el grupo
PCG-positiva. Las articulaciones interfalángicas proximales, MCF y MTF, parecían
ser las principales responsables de una PCG positiva, pero más de una
articulación MCF/MTF tuvo que ser sensible para explicar una PCG positiva 17.

Por otro lado, Vega-Morales et al. 18 en un estudio donde el objetivo fue


aclarar la incertidumbre con respecto a la forma, la presión y el tiempo requerido
para aplicar la maniobra por parte del reumatólogo, encontraron que el tiempo
medio expresado en milisegundos fue de 956,6 ms. Este es el primer estudio que
evalúa una maniobra clínica de manera cualitativa y cuantitativa. Los resultados de
este estudio, más específicamente el bajo número de grabaciones utilizables y el
amplio rango de fuerza ejercido en la prueba de compresión, pueden explicar las
diferencias en sensibilidad y especificidad en los estudios clínicos.

Van den Bosch et al.19 en un estudio donde el objetivo fue determinar la


precisión diagnóstica de la PCG en la detección de artritis en las articulaciones
MCF y MTF en la práctica diaria, encontraron que, tanto en las articulaciones MCF
como en las MTF, la PCG positiva estuvo asociada con las articulaciones
inflamadas. La sensibilidad de la prueba en las articulaciones MCF fue del 53%, la
especificidad del 82%, la relación de probabilidad positiva (LR+) 3,0, la relación de
probabilidad negativa (LR−) de 0,6 y el área bajo la curva característica del
operador del receptor de 0,68. En las articulaciones MTF, la sensibilidad fue del
54%, la especificidad del 74%, LR+ 2,1, LR- 0,6 y curva característica del
operador del receptor 0,64. Con la inflamación detectada por resonancia
magnética como resultado, la sensibilidad y la especificidad fueron de 39% y 86%,
y 31% y 69% para la prueba en las articulaciones MCP y MTP, respectivamente.

Finalmente, Esquivel-Valerio et al.20 en un estudio donde el objetivo fue


determinar si la fuerza ejercida en la PCG discrimina a los pacientes con AR activa
de los inactivos, y si la fuerza diferencia a un paciente sano de un paciente con
AR, encontraron que la mediana de la fuerza que causó dolor en la mano derecha
del paciente con AR fue de 3,07 kg y la mano izquierda de 2,78 kg. El corte de la
fuerza para detectar una articulación de la mano derecha sensible fue de 1020
gramos con una sensibilidad del 100% y una especificidad del 10%; para una
articulación derecha con sinovitis fue de 1400 gramos con una sensibilidad del
100% y una especificidad del 28,6%. Para una mano izquierda, la articulación era
de 1620 gramos con una sensibilidad del 70% y una especificidad del 6,7%; y para
una articulación izquierda con sinovitis fue de 1990 gramos con una sensibilidad
del 100% y una especificidad del 27,3%.

Existen pocos datos sobre la precisión diagnóstica de esta prueba, y


aunque un estudio observó, en pacientes con AR clasificada, una correlación
moderada entre una prueba de compresión positiva y sensibilidad en la palpación
local de las articulaciones, nunca se ha estudiado la precisión de la prueba de
compresión para identificar artritis en las articulaciones MCF o MTF. Según lo
anteriormente descrito, podemos argumentar que el despistaje de artritis temprana
mediante la PCG es un tema importante en sí mismo, y hasta la fecha se sabe
muy poco al respecto. Raramente se ha abordado y los estudios disponibles
muestran resultados mixtos y, a veces, contradictorios 11.

Para apoyar este razonamiento, se diseñó un estudio para determinar el


despistaje de artritis temprana mediante la prueba de compresión de Gaenslen
(PCG) en la población del Sector El Cristo, Ciudad La Paragua, estado Bolívar,
durante el mes de junio del año 2018.
JUSTIFICACIÓN

La AR constituye un problema de salud pública. 1 de cada 10 personas


padece de AR y cada año se diagnostican 40 nuevos casos por cada 100 000
habitantes. Hasta ahora se sabe que durante los dos primeros años del
padecimiento de AR se produce 50% del daño articular, por ello, el diagnóstico y
tratamiento precoz de esta afección son fundamentales para garantizarle a futuro
una mejor calidad de vida al paciente reumático 21,22. La detección temprana de la
artritis indiferenciada permite una intervención terapéutica eficaz y oportuna ante
cualquier tipo de entidades que desarrollen artritis inflamatoria, como la AR, artritis
psoriásica, espondiloartritis, entre otras.

Determinar el despistaje de artritis temprana mediante la prueba de


compresión de Gaenslen representa un paso importante para el conocimiento y
manejo del paciente reumático, a fin de mejorar sus condiciones de vida, evitar
daño radiológico y discapacidad. Su relevancia científica está dada por la
actualidad del tema, en función de la carencia referente a investigaciones
realizadas hasta el momento en Venezuela y en América Latina se trata, y la falta
de estudios que determinen el despistaje de artritis temprana mediante la prueba
de compresión de Gaenslen.

Esta investigación constituye un beneficio para los pacientes, estudiantes y


profesionales que laboran en el área de la salud, ya que proporciona herramientas
para entender mejor esta patología, y cuyo objetivo primero es mejorar la calidad
de vida de los que la padecen.
OBJETIVOS

Objetivo General

Realizar despistaje de artritis temprana mediante la prueba de compresión


de Gaenslen (PCG) en la población del Sector El Cristo, Ciudad La Paragua,
estado Bolívar, durante el mes de junio del año 2018.

Objetivos Específicos

1. Caracterizar sociodemográficamente a los participantes.


2. Describir la positividad de la PCG.
3. Describir el compromiso articular manifestado por los participantes.
4. Describir el diagnóstico clínico en los pacientes con PCG positivo basado
en una consulta reumatológica in situ.
5. Describir el diagnóstico clínico en los pacientes de acuerdo al tipo de
positividad de la PCG.
6. Determinar la utilidad de la PCG para la presencia de alguna patología
reumática.
PACIENTES Y MÉTODOS

Tipo de estudio

Estudio descriptivo, de corte transversal, de campo, observacional.

Universo

Estuvo representado por los 400 habitantes que residen en el poblado El


Cristo, Ciudad La Paragua, estado Bolívar, durante el mes de junio del año 2018.

Muestra

Estuvo constituida por 83 personas que residen en el pablado El Cristo,


Ciudad La Paragua, estado Bolívar, durante el mes de junio del año 2018.

Criterios de inclusión

● Aceptación voluntaria a participar en el estudio.

Criterios de exclusión

● Padecer cualquier otra enfermedad articular diagnosticada previamente.

Procedimiento

● Inicialmente, se empleó una encuesta diseñada por los autores para la


recolección de datos sociodemográficos de la muestra a estudiar: nombre
completo, cédula de identidad, edad, sexo, historial de artralgia, rigidez
matinal y duración, compromiso articular de manos, pies u otras
articulaciones, positividad o negatividad de la PCG en articulaciones MCF y
MTF; luego, se refiere dicho paciente a una revisión por el reumatólogo
encargado según la positividad o negatividad del test para su diagnóstico
clínico.
● Se realizó la PCG a las personas que participarán en el operativo médico
de salud, y también se realizó visita casa a casa.
● Los pacientes con resultado positivo fueron evaluados por un reumatólogo
durante el operativo médico.
● Los pacientes que presentaron la PCG positiva se citaron para una segunda
consulta reumatológica gratuita, a la cual no asistieron.

Técnica de análisis de datos

Tablas de distribución de frecuencia numérica y porcentual. Para el análisis


estadístico se utilizó test de Fisher y se consideró estadísticamente significativo a
un valor de p < 0,05.
RESULTADOS

Tabla 1. Caracterización sociodemográfica de los participantes. El Cristo, estado


Bolívar, junio de 2018
Características sociodemográficas n = 83 (%)
Edad, años (±DE) 44,75 ± 17,26
Femenino 50 (60,2)
Masculino 33 (39,8)

De los 400 habitantes estimados, 83 participaron en el despistaje; se


evidenció que el 60,2% eran del sexo femenino y el 39,6% del sexo masculino,
perteneciendo en promedio al grupo etario de 44,75 años (± 17,26) con un rango
entre 14 y 87 años de edad.

Tabla 2. Positividad de la prueba de compresión de Gaenslen. El Cristo, estado


Bolívar, junio de 2018
PCG positiva n = 83 (%)
Al menos una PCG positiva 28 (33,7)
PCG MCF positiva 22 (26,5)
PCG MTF positiva 17 (20,5)
Ambas (PCG MCF y MTF positiva) 12 (14,5)

De la muestra estudiada, 26,5% (n = 22) tuvo positividad a la PCG en las


articulaciones MCF y 20,5% (n = 17) para MTF; 14,5% tuvo positividad tanto en
las MCF como en las MTF.
Tabla 3. Compromiso articular de los participantes. El Cristo, estado Bolívar, junio
de 2018
Compromiso articular Total (%) PCG + (%) PCG – (%) p
Artralgia 36 (43,4) 24 (28,9) 12 (14,5) <0,00001*
Artritis 19 (22,9) 14 (16,9) 5 (6) < 0,0001*
Rigidez matinal (RM) 24 (28,9) 16 (19,3) 8 (9,7) < 0,0001*
Duración de la RM* (n = 24) < 0,064*
<30 min 8 (9,6) 3 (3,6) 5 (6)
≥30 min 16 (19,3) 13 (15,7) 3 (3,6)
Compromiso de la articulación MCF 20 (24,1) 14 (16,9) 6 (7,2) < 0,0002*
Compromiso de la articulación MTF 15 (18,1) 10 (12) 5 (6) < 0,0054*
Compromiso de otras articulaciones 25 (30,1) 15 (18,1) 10 (12) < 0,0019*
Prueba exacta de Fisher, *p<0,05 (2 colas), n = 83.

Se encontró una asociación estadísticamente significativa entre la


positividad de la PCG y todos los parámetros clínicos evaluados, como artralgia,
artritis, seguido de rigidez matinal y duración de esta igual o mayor a 30 minutos, y
con compromiso de otras articulaciones (p < 0,05).
Tabla 4. Participantes de acuerdo a diagnóstico reumatológico inicial. El Cristo,
estado Bolívar, junio de 2018
PCG + PCG –
Diagnostico reumatológico Inicial
n = 28 (%) n = 55 (%)
Osteoartritis 13 (15,7) 0
Poliartritis 2 (2,4) 0
Síndrome de hiperlaxitud 1 (1,2) 0
Síndrome febril 1 (1,2) 0
Hombro doloroso 1 (1,2) 0
Sano 10 (12) 55 (66,3)
n = 83.

Tras realizar el examen físico in situ a todos los participantes,


independientemente de la articulación que se estaba evaluando, se diagnosticó
osteoartritis (15,7%) y poliartritis (2,4%); un hallazgo relevante fue la presencia de
la positividad de la PCG en un paciente con síndrome de hiperlaxitud, en contraste
con 10 participantes que estaban sanos. Todos los pacientes que tuvieron la PCG
negativa estaban sin criterios de enfermedad reumática.
Tabla 5. Diagnóstico reumatológico inicial de acuerdo a positividad de PCG. El
Cristo, estado Bolívar, junio de 2018
Al menos 1 PCG PCG PCG
Diagnóstico reumatológico PCG (+) MCF (+) MTF (+) ambos (+)
n = 28 (%) n = 22 (%) n = 17 (%) n = 12 (%)
Osteoartritis 13 (15,7) 11 (13,3) 9 (10,8) 7 (8,4)
Poliartritis 2 (2,4) 2 (2,4) 1 (1,2) 1 (1,2)
Síndrome de hiperlaxitud 1 (1,2) 1 (1,2) 1 (1,2) 1 (1,2)
Síndrome febril 1 (1,2) 1 (1,2) 1 (1,2) 1 (1,2)
Hombro doloroso 1 (1,2) 0 1 (1,2) 0
Sano 10 (12) 7 (8,4) 4 (4,8) 2 (2,4)
n = 83.

Respecto al diagnóstico reumatológico en relación con la positividad, se


determinó que 13 pacientes dieron positivos para osteoartritis con al menos 1
prueba positiva, 11 para PCG MCF, 9 para PCG MTF y 7 para ambos, seguido de
poliartritis en donde 2 pacientes presentaron positividad con al menos 1 prueba
positiva, 2 positivos PCG MCF, 1 PCG MTF y 1 para ambos.
Tabla 6. Presencia de algún diagnóstico reumatológico en relación con la
positividad de la PCG
PCG (+) PCG (-)
p
n = 28 (%) n = 55 (%)
Algún diagnóstico reumatológico 18 (21,7) 0 < 0,0001*
Sano 10 (12) 55 (66,7) < 0,00001*
Prueba exacta de Fisher, *p<0,05 (2 colas), n = 83.

Cuando la PCG fue positiva (n = 28), indistintamente de la articulación


evaluada, se obtuvo que 18 participantes presentaron algún diagnóstico
reumatológico, representando 21,7% de la muestra positiva, y sólo 10 de ellos
estaban sanos (12%).
DISCUSIÓN

De la población estimada (400 habitantes), 83 individuos cumplieron los


criterios de inclusión. Se evidenció que el 60,2% eran del sexo femenino, con edad
promedio de 44,75 años (± 17,26). Este grupo etario corresponde a la población
susceptible para AR, como lo demuestra la Asociación Americana de
Reumatología, por sus siglas en inglés ACR (American College of Rheumatology),
que determinó como factores pronósticos el sexo femenino y la edad comprendida
entre 52 y 74 años. En el presente estudio, el sexo femenino se determinó como el
más prevalente, dato que concuerda con un estudio multinacional realizado en 70
ciudades y 25 países llamado Quantitative Standard Monitoring of Patientswith RA,
el cual determinó que el sexo femenino presentaba una peor medida de actividad
de enfermedad que los hombres (p < 0,001) además de encontrar en menos
ocasiones una remisión mediante el DAS-28 (Disease Activity Score con 28
articulaciones) de que los hombres23,24.

Los participantes que refirieron dolor al efectuarse la PCG en las


articulaciones MCF ocuparon un 18,26% (n = 22) mientras que un 14,11% (n = 17)
reflejaron positividad de la PCG en las articulaciones MTF. Estos datos se
contrastan con el trabajo de van den Bosch W. et al. 11, elaborado en el Centro
Médico Universitario de Leiden donde se evaluaron 152 participantes de los cuales
el 25% tuvieron una PCG positiva en las articulaciones MCF y 31% una PCG
positiva en las articulaciones MTF.

Al ser positiva la PCG en cualquiera que sea la articulación evaluada, se


encontró una asociación significativa entre la positividad de la PCG con la
presencia de artralgia (n = 24), seguido de rigidez matinal (n = 16), además de
artritis (n = 14), compromiso de la articulación MCF (n = 14) y MTF (n = 10), y de
otras articulaciones (n = 15). Estos datos van de la mano con la investigación
realizada por EULAR25 (Liga Europea contra el Reumatismo) en el 2016 en la cual
determinaron las siguientes características para definir artralgia sospechosa de
AR: síntomas localizados en articulaciones MCP; duración de la rigidez matutina
≥60 min; los síntomas más graves presentes en la madrugada; síntomas
articulares de inicio reciente (duración <1 año); presencia de un familiar de primer
grado con AR; al examen físico: dificultad para hacer un puño y PCG positiva de
las articulaciones MCP. La presencia de 1 de estos criterios tuvo un 100% de
sensibilidad para la presencia de artralgia con riesgo de AR y la presencia de 7
criterios tuvo el 100% especificidad de la misma.

En contexto del examen reumatológico in situ, determinó que al referir


positiva la PCG (n = 28), independientemente de la articulación que se estaba
evaluando, se destacó la presencia de osteoartritis (n = 13) y poliartritis (n = 2),
además de síndrome de hiperlaxitud, síndrome febril y hombro doloroso, en
contraste con 10 participantes que estaban sanos. En el trabajo de van den Bosch
W. et al.11, elaborado en el Centro Médico Universitario de Leiden donde se
evaluaron 152 participantes, se determinó que pese a referir positiva la PCG, la
cual se asocia con una inflamación de las articulaciones (p < 0,005), la
sensibilidad para que ésta presente AR es baja, tanto en las MCP (sensibilidad de
53%) y las MTF (54%) la cual nos indica que a pesar de no ser sensible a AR, es
sensible a la presencia de una patología inflamatoria de las articulaciones MCP y
MTF.

De los participantes que refirieron negativa la PCG (n = 55), estaban


aparentemente sanos en su totalidad, resultado que concuerda con el estudio
realizado por Gisela Eugénio et al.26 en el Centro Hospitalario y Universitario de
Coimbra, Portugal, donde se evaluaron 100 pacientes referidos para la Clínica de
Artritis Temprana, de los que determinaron la PCG negativa, un 83,6% de ellos no
presentaron alteración a nivel ultrasonográfico (US). La proporción fue menor
cuando la PCG fue positiva, con un 44,4% con US normal. Esta diferencia de
proporciones fue estadísticamente significativa (p < 0,001; Kappa = 0,401),
revelando una sensibilidad y especificidad del 73,5% y 69,7%, respectivamente,
concluyendo con un valor predictivo negativo de 83,6% para la PCG.
Con respecto al diagnóstico reumatológico relacionado con la positividad,
se determinó que 13 pacientes dieron positivos para osteoartritis con al menos 1
prueba positiva, 11 para PCG MCF, 9 para PCG MTF y 7 para ambos, seguido de
poliartritis, con 2 participantes que presentaron positividad con al menos 1 prueba
positiva, 2 positivos PCG MCF, 1 PCG MTF y 1 para ambos. Estos resultados se
contrastan con el estudio realizado en la Universidad de Manchester, Inglaterra
donde se evaluaron 90 pacientes con AR y en 122 pacientes con otros trastornos
reumatológicos (no AR). Se evaluaron las proporciones de pacientes con varios
números de articulaciones positivas (de 0 a 4) según el diagnóstico donde la
mayoría de los pacientes con AR tenían al menos una PCG positiva, en
comparación con no-AR donde la mayoría de los pacientes no tuvieron PCG
positivos. 27

Cuando la PCG era positiva (n = 28), indistintamente de la articulación


evaluada, se obtuvo que 18 participantes presentaban algún diagnóstico
reumatológico, representando el 21,7% de la muestra positiva y sólo 10 de ellos
estaban sanos (12%), opuesto a los participantes que acotaron ser negativa la
prueba (n = 55) todos ellos aparentando estar sanos. Estos datos concuerdan con
la investigación dada por Weisinger T et al. 17 en la Universidad Médica de Viena,
Austria, donde se evaluaron 229 pacientes con la PCG positiva y la cual determinó
que la positividad de PCG se correlaciona principalmente con la sensibilidad de las
uniones MCP y MTP, y significa una actividad de la enfermedad de moderada a
alta entre los pacientes con AR.
CONCLUSIONES

 El sexo femenino fue el más prevalente con una edad promedio de 44,75
años.
 La PCG fue positiva en un tercio de la población estudiada.
 Al ser positiva la PCG, la articulación más sensible en nuestro estudio fue
las metacarpofalángicas,
 Hubo asociación esadísticamente significativa con la presencia de artralgia,
artritis, compromiso de las articulaciones MCF, MTF o ambas, además de
rigidez matinal igual o mayor a 30 minutos con la positividad de PCG.
 Cuando la PCG era positiva, indistintamente de la articulación evaluada, se
obtuvo que la mayoría de los participantes presentaban algún diagnostico
reumatológico y, en menor proporción, que estaban sanos, opuesto a los
participantes que acotaron ser negativa la prueba, todos ellos aparentaban
estar sanos.
 Los diagnósticos reumatológicos asociados con una PCG positiva,
independientemente del grupo articular afectada, se destacó la presencia
de osteoartritis y poliartritis en mayor proporción, además de evidenciarse la
presencia de síndrome de hiperlaxitud, síndrome febril y hombro doloroso.
 El uso de la PCG, como médicos de atención primaria, puede ser un buen
criterio determinante para discernir que pacientes debemos o no referir a un
médico especialista reumatológico, de los cuales tendrán más posibilidad
de padecer una enfermedad reumatológica.
RECOMENDACIONES

 Estudiar a fondo la adecuada implementación de la maniobra de


compresión de Gaenslen y lograr un mejoramiento en el diagnóstico de la
artritis, que conlleve a disminuir y evitar consecuencias tardías.
 Mejorar la formación académica impartida a los estudiantes de medicina
con respecto a la maniobra de compresión de Gaenslen, con el fin de
preparar adecuadamente al futuro médico y que este pueda identificar y
atender correctamente a este grupo de pacientes.
 Continuar profundizando la investigación en esta área de la medicina, para
que esta prueba sea implementada por el médico en su día a día, incluso
sin sospechar el padecimiento de alguna patología asociada, logrando así
un incremento en el diagnóstico temprano y por ende una resolución rápida
para los distintos tipos de artritis.
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APÉNDICE

Apéndice A

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