El Caballero Cristiano - Devocionario
El Caballero Cristiano - Devocionario
El Caballero Cristiano - Devocionario
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i
devocionario completo
P. REMIGIO VILARIÑO, s. j.
PARTE PRIMERA
EL CABALLERO CRISTIANO
PARTE SEGUNDA
NOVENAS Y DEVOCIONES
uifir.shqm!
5." edición de 8.000 ejemplares
1923
El Mensajero del Corazón de Jesús
Apartado 73.-Bilbao.
Nihil obstat.
Josephus N. GSenechea, S. J.
! j
Imprimatur.
Victoriae 1 Februarii 1923.
ES PROPIEDAD
EL CABALLERO CRISTIANO
INTRODUCCIÓN
Necesitáis más.
Llevadlo.
Usadlo.
Cada día.
Cada semana.
Cada año.
En todo tiempo.
ORACIONES AL LEVANTARSE
ORACIONES AL ACOSTARSE
Examen de conciencia.
ca
siempre en nosotros. Por Jesucristo nuestro Se¬
ñor. Amén.
Toma agua bendita y santigúate: En el nombre
del Padre, y del Elijo, y del Espíritu Santo. Amén.
BENDICIÓN DE LA MESA
El padre, o alguna otra persona, o, en algunas casas, el niño más
pequeño que sepa hablar, dice, y responden los demás:
ACCIÓN DE GRACIAS
REZO DE LA MISA
De rodillas.
GLORIA
EPÍSTOLA
De rodillas o sentado.
OFERTORIO
ORACIONES SECRETAS
Al SantísimoSacramento.—Suplicárnoste, Señor,
que concedas propicio a tu Iglesia los bienes de la
unidad y de la paz, que bajo los dones que ofrece¬
mos están místicamente representados. Por nues¬
A la Santísima
Virgen María.—Por tu benigni¬
dad, Señor, y por la intercesión de la bienaventu¬
rada siempre Virgen María, séanos de
provecho esta
oblación para la prosperidad y la paz, así
perpetua
como
presente.
Por la intercesión de los Santos.—Escúchanos, oh
Dios Salvador: para que con la virtud de este Sa¬
cramento nos defiendas de todos los
enemigos del
alma y del cuerpo, dándonos tu
gracia en la pre¬
sente vida y tu gloria en la venidera. Por nuestro
Señor Jesucristo, que como Dios vive
y reina con¬
tigo en unión del Espíritu Santo.
De pie o de rodillas.
PREFACIO
De rodillas.
CANON DE LA MISA
Unidos en la misma
comunión, y venerando la
memoria, primer lugar, de la gloriosa siempre
en
Virgen María, Madre de Jesucristo nuestro Dios y
Señor. Amén.
El
sacerdote, teniendo las manos extendidas sobre
la oblata, dice: Rogárnoste, pues, Señor, recibas pro¬
picio esta ofrenda de nosotros, tus servidores, y
también de toda tu familia; y nos
hagas pasar
en tu paz los días de nuestra
vida, y mandes que
seamos
preservados de la eterna condenación, y
contados en la grey de tus escogidos.
(Junta las
manos.) Por Cristo nuestro Señor. Amén.
La cual oblación te
suplicamos, oh Dios, te dig¬
nes hacerla en todo ben
f dita, apro J bada, con-
fir f mada, razonable y agradable, a fin de
que se
convierta para nosotros en el cuer t
p° y san j gre
de tu amadísimo
Hijo nuestro
Señor Jesucristo.
El cual, la víspera de su pasión, tomó el pan en
sus santas y venerables manos, y levantando sus
ojos al cielo ti Dios Padre suyo todopoderoso,
a
dándote gracias lo ben t dijo, partió y dió a sus
discípulos, diciendo: Tomad y comed todos de él;
porque éste es mi cuerpo.
De un modo semejante, acabada la cena, toman¬
do este preclaro cáliz en sus santas y venerables
manos, dándote igualmente gracias, lo ben f dijo
y dió a sus discípulos, diciendo: Tomad y bebed
todos de él; porque éste es el cáliz de mi san¬
gre, del nuevo y eterno testamento (misterio
de
fe), que será derramada por vosotros y
por muchos para el perdón de los pecados.
Cuantas veces hiciereis estas cosas, las haréis en
memoria de mí.
Por tanto, Señor, nosotros siervos
tuyos, V tam-
Sentado o de rodillas.
COMUNIÓN
De pie o de rodillas.
El Señor con vosotros. I Dominus vobiscum,
Y con tu spiritu. \ Et cum spiritu tuo.
POSCOMUNIÓN
CONFESIÓN
1. La confesión es un sacramento necesario a los hom¬
bres, muy conveniente, muy divino y muy humano.
2. Su principal
provecho es quitar los pecados mor¬
tales y veniales cometidos
después del bautismo.
3. El pecado mortal es una ofensa de Dios, quebran¬
tando gravemente
alguno de sus mandamientos.
4. El pecado mortal es el mayor mal que hay ni
pue¬
de haber, porque es
ofensa de Dios, nos hace ene¬
migos de Dios, nos priva de la gracia santificante,
nos hace perder
la gloria, nos condena al infierno,
nos causa remordimientos y, a veces, sobre todo
repetido, nos trae muchos males en esta vida.
5. El pecado venial, aunque es mucho menor mal
que
el mortal, es también en esta vida
muy malo; pero
ni nos hace
enemigos de Dios, ni nos priva de la
gloria, ni nos condena al infierno; mas enfría el
amor que Dios nos
tiene, dispone al pecado mor¬
tal, y nos condena al purgatorio o a otras
penas.
6. El pecado mortal es muerte del alma.
7. El pecado venial es enfermedad del alma.
8. El pecado mortal se
quita con la confesión.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Nota.—Ponemos dos exámenes de conciencia. El
uno, el primero, es
páralos que se confiesan a menudo, que conviene lo hagan los
cada ocho días, o antes si caen en
seglares
alguna falta grave. El segundo es para
los que hace mucho
que no se han confesado, o quieren hacer alguna con¬
fesión general, o sencillamente examinar un
poco mejor su conciencia.
EXAMEN SEGUNDO
cuarto mandamiento.—Ayunar.
¿Has ayunado pudiendo y no estando excusado?
¿Has guardado la vigilia pudiendo guardarla?
¿Has usado de los privilegios de la bula sin tener¬
la, pudiendo tenerla, y no siendo pobre?
MODO DE CONFESARSE
comulgar.
7. Los pecados veniales se quitan en la comunión.
8. De parte del cuerpo se necesita no haber comido ni
bebido nada desde las doce de media noche.
9. Además conviene que antes de comulgar nos en¬
fervoricemos con actos de fe, esperanza y amor, y
con oraciones y consideraciones piadosas, como las
cuentre en nosotros
bien preparada su morada
nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo
en unidad del
Espíritu Santo, Dios por todos los
siglos de los siglos. Amén.
Oración por intercesión de la Inmaculada Vir¬
gen.—Dios mío, que por la inmaculada Concep¬
ción de la Virgen preparaste a
tu Hijo digna mo¬
rada, te rogamos que, así como por previsión de
la muerte de tu mismo Hijo
preservaste a nues¬
tra Madre de toda mancha, así
por su intercesión
nos concedas llegar limpios a recibir a tu Hijo, que
vive y reina contigo en unidad del Espíritu
Santo,
Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.
Oración de Santo Tomás de Aquino.—Aquí me
llego, todopoderoso y eterno Dios, al sacramento
de tu unigénito
Hijo mi Señor Jesucristo, como
enfermo al médico de la vida, como sucio a la
fuente de misericordia, como ciego a la luz de la
claridad eterna, como pobre al señor de los cie¬
los y la tierra
y como desvalido al rey de la gloria.
Ruego, pues, a tu infinita bondad y misericor¬
dia tengas por bien sanar mi enfermedad,
limpiar
mi suciedad, alumbrar mi ceguedad,
enriquecer
mi pobreza y vestir mi desnudez, para
que así
pueda yo recibir al Pan de los Angeles, al Rey de
los reyes, al Señor de los señores con tanta reve¬
rencia y temor, con tanto dolor y verdadero
amor,
con tal fe y
tal pureza y con tal propósito e inten¬
ción cual conviene para la salud de mi alma.
Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el Sacra¬
mento de tu sacratísimo cuerpo, sino también la
virtud gracia del Santísimo Sacramento. ¡Oh
y
piadosísimo y amantísimo Padre! concédeme este
unigénito Hijo tuyo, al cual deseo ahora recibir
encubierto y debajo del velo en esta vida, de ma¬
nera que le merezca yo ver para siempre des¬
cubierto y sin velo en la patria. El cual con¬
tigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.
AL IR A COMULGAR
(Te Deum.)
A ti, oh Dios, alabamos; a ti, Señor, confesamos.
A ti, Eterno Padre, venera toda la tierra.
A ti los ángeles todos, a ti los cielos y todas las
Potestades;
A ti los Querubines y Serafines, en incesante canto
proclaman:
ORACIONES VARIAS
a jesús crucificado
oración de clemente xi
3
Biblioteca Nacional de España
j6 oraciones varias
1
Señor, abre mis labios. Y mi boca pronunciará tus alabanzas.—
Dios mió, acude en mi auxilio. Señor, corre a ayudarnos.
Padrenuestro...
Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena
eres de gracia, etc.
Dios te salve, María, Aladre de Dios Hijo, llena
eres de gracia, etc.
Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu
Santo, llena eres de gracia, etc.
Dios te salve, Alaría, Templo y Sagrario de la
Santísima Trinidad. Gloria al Padre, etc.
Kyrie, eleison.
Christe, eleison.
Kyrie, eleison.
Christe, audi nos.
Christe, exaudi nos.
Pater de coelis, Deus,—Miserere nobis.
Fili Redemptor mundi, Deus,
Spiritus Sánete, Deus,
Sancta Trinitas, unus Deus,
Sancta Maria,— Ora pro nobis.
Sancta Dei Genitrix,
Sancta Virgo Virginum,
Mater Christi,
Mater divinae
gratiae,
Mater purissima,
Mater castissima,
Mater inviolata,
Mater intemerata,
Mater immaculata,
Mater amabilis,
Mater admirabilis,
Mater Boni Consilii,
Mater Creatoris,
Mater Salvatoris,
Virgo prudentissima,
Virgo veneranda,
Virgo praedicanda,
Virgo potens,
Virgo clemens,
Virgo fidelis,
Speculum iustitiae,
Sedes sapientiae,
Causa nostrae laetitiae,
Vas spirituale,
Vas honorabile,
Vas insigne devotionis,
Rosa mystica,
Turris Davidica,
(En castellano:)
Ruega por nos, santa Madre de Dios.—Para que sea¬
mos
dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
Oración.—Te rogamos, Señor, que infundas en nues¬
tros corazones tu gracia, para que, así como por el anun¬
cio del Angel conocimos la encarnación de
Jesucristo
tu Hijo, así por
su pasión y cruz seamos conducidos a
la gloria de la resurrección. Por el mismo
Jesucristo,
nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN A LA VIRGEN
TREINTA Y UN CONSEJOS
PARA UNA BUENA VIDA Y SANTA MUERTE
LUCES
MATUTINAS Y VESPERTINAS
Con este título te pongo aquí, amigo mío, unas breves considera¬
ciones que desearía las leyeses y pensases un poco cada día.
Luces las llamo, porque lo son del cielo.
Luces matutinas llamo a las primeras, porque deseo que tomes una
cada día para alumbrarte con ella desde la mañana, a fin de no errar
en tu jornada.
Luces vespertinas llamo a las segundas, porque deseo que tomes una
cada tarde o cada noche antes de acostarte, para reconocer la jornada
LUCES MATUTINAS
1.—Yo.
me
quieto. Me empujan más allá, a la muerte, al
fin. Marcho a paso incesante por la senda de la
vida a la muerte.
4.—Las cosas.
El que
ama al mundo y no ve en Dios más
que a un amo, obedece de mala gana, sirve como
esclavo.
14.—Jesucristo.
26.—¡ Cree!
Cree lo que nuestra santa Madre la Iglesia nos
enseña, y créelo sin vacilación, porque es verdad.
Lo que Jesucristo enseñó y probó con muchos
milagros estupendos, y especialmente con su pro¬
pia resurrección.
Lo que se propagó por todo el mundo rapidísi-
mamente, sin armas, sin auxilios, contra todo el
poder del Imperio Romano, contra todas las filo¬
sofías, contra todas las concupiscencias, contra mil
persecuciones.
Lo que han sellado con su sangre millones de már¬
tires, adornado con su castidad millones de vírge¬
nes, iluminado con su virtud millones de santos,
explicado con sus libros millones de sabios.
Lo que, según la profecía de Cristo, dura y du¬
rará hasta el fin del mundo en medio de todas las
persecuciones.
Lo que no ha mudado ni variado en los veinte
siglos. Lo que se confirma con mil profecías del
Antiguo y Nuevo Testamento. Lo que se confirma
en todos los siglos con milagros estupendos. Lo que
28.—¡Teme!
¿Por qué tienen a los cristianos por tímidos?
Él cristiano no teme más que una cosa: pecar,
ofender a Dios.
A los hombres, no; a Dios, sí.
«No temáis a los quepueden matar el cuerpo, y
no
pueden ir más allá, no pueden matar el alma.
Sino a quien habéis de temer, es al que puede man¬
dar vuestro cuerpo y alma al fuego eterno.»
Este amor, sí, hemos de tenerlo bien metido en
nuestro corazón.
Aunque amamos a Dios, hay ocasiones en la vida
en este amor se entibia y las tentaciones arre¬
que
cian; entonces teme a Dios, teme su justicia, teme
sus castigos.
a
pesarde toda su bondad, el pecado, ni admitir
al pecador en su gloria. Y no temas a los hombres,
que son pecadores y gozan en el pecado.
Teme a Dios, que es justo y castiga lo que me¬
rece castigo. Y no temas a los hombres, que son
injustos y maltratan la virtud y premian el vicio.
Teme a Dios, que es sabio y te ve todo lo que
haces. Y no temas a los hombres, que son tontos
y no entienden lo que juzgan.
Teme a Dios, que es tu padre, y no temas a los
hombres, que son unos pobretes, como tú, y menos
que tú.
Teme a Dios, no servilmente, sino filialmente,
por amor.
29.—¡Oral
Si tú supieses, amigo mío, lo que vale la oración,
de seguro
que orarías y rezarías más. Tenéis una
desgracia muy grande los caballeros, y es pensar
que la oración vale poco. Pero te aseguro que cuan¬
to más se estudia la teología y la doctrina cristia¬
na, más claro se ve una cosa, a saber: que la ora¬
ción es, en fin de todo, lo que más vale en el mundo.
La oración es necesaria. Dios, aunque sabe y aun¬
que quiere darnos lo necesario, no quiere dárnoslo,
muchas veces, sino después de pedírselo nosotros.
Sobre todo en el orden de la gracia.
Fíjate bien en este axioma formulado por Genna-
dio y admitido por toda la teología: «Creemos que
nadie viene a su salvación sino llamado por Dios;
que nadie después de llamado realiza su salvación
sino con el auxilio de Dios, y que nadie logra este
auxilio si no ora.»
Fíjate
en este otro texto de San Agustín, que
hizo suyo el Concilio de Trento: «Dios no manda
1.—Mi religión.
¿Profeso alguna religión? ¿Profeso la religión ver¬
dadera? Este problema es el más importante de mis
problemas.
Religión es el conjunto de los deberes que tengo
yo para con Dios.
El hombre debe tener alguna religión. El princi¬
pal oficio del hombre, del que no se puede librar
porque está en su propia esencia, es tener alguna
religión. El hombre está obligado a reconocer que
Dios es su Dios, su padre, su criador, su conserva¬
dor, su señor, su juez, su último fin y suprema fe¬
licidad. Y por tanto a reverenciarle como a tal, a
darle culto, y, en fin, a obedecerle.
Yo soy
católico. Pero ¿qué ideas tengo? ¿Son ca¬
tólicas todas las ideas que tengo? y
¿tengo todas
las ideas católicas
que debo saber y conocer?
1. Una de las principales obligaciones de la re¬
ligión católica es la fe, creer cuanto la religión ca¬
tólica, es decir, la Iglesia católica, nos enseña que
Dios ha revelado. Tenemos
obligación de creer to¬
dos y cada uno de los dogmas y de las enseñanzas
de la Iglesia católica.
¿Tengo yo esta fe? ¿Creo el
credo, los artículos, las definiciones de fe católica?
Y además,
¿admito todas las enseñanzas del Papa,
de la Iglesia, que se deducen de esta doctrina?
¿Y
atiendo a los doctores de la Iglesia que me
la enseñan?
O al revés, ¿admito o profeso alguno de los erro¬
res modernos, especialmente de los errores verda-
3.—Mis prácticas.
El hombre debe ser consecuente, y no hay ma¬
yor bajeza que la inconsecuencia. ¿Soy católico
consecuente con mis ideas? ¿Soy católico práctico?
¿Tengo prácticas católicas? Es decir: i.° ¿son cató¬
licas todas mis prácticas? i° ¿tengo todas las prác¬
ticas católicas que debo tener según mis ideas? .
i. Mi conducta, mis prácticas, mis costumbres,
mi vida en la sociedad, ¿es digna de un católico, o
hago cosas indignas de un cristiano? ¿Cometo pe¬
cados mortales? muchos? habitualmente? cuál so¬
bre todo? No hay cosa peor que un pecado mortal.
¿Cometo pecados veniales? Y sin reparo ninguno?
y cuáles sobre todo? ¿Me hago mejor o peor cada
día? ¿Me jacto de mis maldades y pecados? ¡qué
2. Ideales buenos.
Aunque no sean los verdaderos ideales del cris¬
tiano, son ideales humanamente y naturalmente
buenos éstos: El saber: la sabiduría es un hermoso
ideal; su camino es el estudio, la reflexión, el tra¬
bajo. El ser honrado y no manchar la vida con nin¬
gún deshonor. El ser laborioso y cumplidor de su
oficio. El vivir alegre y hacer alegres a otros, sin
pecado. El ser provechoso al prójimo, a la sociedad,
a la
patria, a la humanidad. El ser buen amigo,
buen esposo, buen hijo, y sobre todo, buen padre
de familia.
3. Los verdaderos ideales del cristiano.
El mejor: servir a Dios en todo y salvar el alma.
No pecar jamás—diverte a malo—y practicar
siempre la virtud—et fac bonum. El de San Esta¬
nislao: Yo no he nacido para las cosas de este mun¬
do, sino para las futuras. El de San Ignacio:
A. M. D. G. El de Santa Teresa: Tener a Dios.
Sólo Dios basta; quien a Dios tiene, nada le falta.
El de Jesucristo: Gloria a Dios en las alturas y paz
en la tierra a los hombres de buena voluntad. El
del Padre nuestro, que es precioso: Dios nuestro
padre, los cielos nuestra patria; glorificar a Dios,
servirle como a rey; hacer su voluntad; ganar el
pan de cada día; amar a nuestros hermanos; no pe¬
car; y librarnos de todo mal cuanto podamos.
5.—Mis oraciones.
6.—Mi carácter.
7.—Mis mortificaciones.
8.—Mis virtudes.
9.—Mis vicios.
10.—Mis peligros.
Todos tenemos peligros de pecar, de los que no
podemos salir. Pero además hay otros peligros, de
los que podemos salir. Para los primeros, cautela;
para los segundos, fuga.
¿Tengo yo algunos peligros especiales de pecar?
¿Son necesarios y de los que no puedo salir? ¿Son
voluntarios, de los que puedo librarme?
i.° Peligros habituales:
11.—Mi profesión.
La perfección la ha de
adquirir el hombre en el
ejercicio de las obras de cada día, sobre todo en el
ejercicio de su profesión.
i.° Elegir.—Lo
primero que debo pensar (si aún
estoy a tiempo y no he elegido profesión, o puedo
elegir otra), es qué profesión debo elegir. Y lo mis¬
mo digo del
oficio, o sitio en que practicarlo, ofi¬
cina, taller, y aun ciudad, pueblo o casa.
13.—Mis horas.
15.—Mis dineros.
17.—Mis caridades.
5
Biblioteca Nacional de España
LUCES VESPERTINAS
13°
en igualdad de circunstancias?
18.—Mis conversaciones.
Una de las cosas que más influyen en la educa¬
ción es la conversación; la mala para lo malo y la
buena para lo bueno.
Conversaciones perversas son las
i.° irreligiosas,
las deshonestas, las injuriosas.
¿Tengo yo conversaciones irreligiosas, o partici¬
po de ellas? ¿Por malicia?
por respetos humanos?
por debilidad de convicción y de carácter? ¿Defien¬
do a la religión cuando es prudente? Deberíamos
saber defender la religión; si no lo sabemos, al me¬
nos sepamosdemostrar disgusto, para lo cual basta
callar. También, aun cuando se sepa defender la
religión, es preciso guardar prudencia: con los que
ofenden a la religión descortésmente, y en general
19.—Mis compañías.
Mucho importa tener buenas relaciones.
i.° Hay relaciones y compañerismos pasajeros,
por razones de negocios, de oficio, de estudio, de
sociedad. Si las personas son malas o medianas,
conviene no estrechar estas relaciones más de lo
puramente necesario. ¿Tengo algunas relaciones
así? en clase? en la universidad? en la oficina? en
el negocio? en la familia círculo social en que vivo?
o
¿Y procuro no estrechar estas relaciones, sino man¬
tenerme libre de compromisos? ¿Estoy en alguna
sociedad de recreo o de negocios en que tenga que
tener estas relaciones con personas inconvenientes?
20.—Mis amores.
tierra y cielo.
El amor es la más hermosa flor de
las cosas. ¿Le
Debes amar a tu Dios sobre todas
amo más que a nadie y que a nada? ¿con todo mi
rándolos mi
conducta, favoreciéndolos, acari¬
con
21.—Mis odios.
23.—Mis periódicos.
Periódicos. Revistas.—Casi más
que los libros in¬
fluyen los periódicos en las ideas y conducta de ios
hombres. Poco a poco el
periódico se infiltra en el
lector y lo asimila a sí mismo.
Dime qué periódico lees
y te diré lo que eres.
Si tu periódico es de malas
ideas, tendrás malas
ideas. Si tu periódico es de buenas
ideas, serás de
buenas ideas. Si tu
periódico es de ideas medianas,
tibias, cobardes, tú serás de las mismas ideas.
25.—Mis talentos.
27.—Mis abusos.
28.—Mi celo.
dolores.
¿Procuro fortalecerme contra este vicio?
El modo de fortalecerse contra él es éste: Apar¬
tarse de las ocasiones. Tener piedad y pedir a Dios
este don de la pureza. Tener devoción a la Virgen
Santísima. Comulgar frecuente o diariamente. Con¬
fesar sinceramente a un mismo confesor todo.
30.—Mi muerte.
sacerdotes
y levitas a Juan a preguntarle: Tú
¿quién eres? (Por judíos suele entender San Juan el
Sanliedrín y los príncipes y sacerdotes de
Y contesó
Jerusalén.)
y no negó, confesó y dijo: Yo no soy el
Cristo. (Vosotros acaso pensáis
que yo pretendo ser
el Mesías, el Cristo; no lo
soy.) Y le preguntaron:
Pues ¿qué? ¿eres Elias? Y
dijo: No soy. ¿Eres el
Profeta? Y respondió: No.
(Querían decir: el gran
Profeta esperado y anunciado.) Dijéronle, pues:
¿Quién eres? para que llevemos la respuesta a los
que nos han enviado: ¿Qué dices de ti mismo? Dijo:
Yo soy voz que clama en el desierto:
preparad el
camino del Señor, como
dijo Isaías. (Yo soy un
hombre que en el desierto avisa
que va a venir el Me¬
sías,y que preparéis el camino, el alma.) Y le pre¬
guntaron y dijeron: ¿Cómo, pues, bautizas, si tú no
eres ni el Cristo, ni Elias, ni el Profeta? Respon¬
dióles Juan diciendo: Yo bautizo en agua; pero en
medio de vosotros ha estado uno a
quien vosotros
no conocéis.
(Habla de Jesús, que estuvo poco antes
allí, a ser bautizado.) Ese es el que había de venir
en pos de mí, el que fué engendrado antes que yo,
a
quien yo no soy digno de soltar la correa de su
sandalia.
Segunda misa.
Tercera misa.
sostiene con su
poderosa palabra, después de hacer
purificación de los pecados, está sentado a la dies¬
tra de la Majestad en las
alturas, hecho tanto más
excelente que los
ángeles, cuanto es más aventaja¬
do sobre ellos el nombre
que heredó. Porque ¿a
quién de los ángeles, en tiempo alguno, dijo (Dios):
Hijo mío eres tú, yo hoy te he engendrado? y asi¬
mismo: Yo le seré a él
padre, y él me será a mí
hijo? Y de nuevo, cuando introduce en el orbe de
la tierra al primogénito,
dice: Y adórenle todos los
ángeles de Dios. Y, por cierto, respecto de los án¬
geles, dice: El hace sus ángeles a los espíritus, y sus
servidores a la llama de
fuego. Pero respecto del
hijo (dice): Tu trono, oh Dios, por los siglos de los
siglos: vara de rectitud es la vara de tu reino.
Amaste la justicia y
odiaste la iniquidad: por eso
te ungió Dios, tu Dios, con óleo de
regocijo sobre
tus
compartícipes. Y (dice también) tú al principio
Señor, cimentaste la tierra, y obra de tus manos
sonlos cielos: ellos perecerán,
pero tú duras: y to¬
doscomo vestido se
envejecerán, y cual manto los
mudarás, y quedarán mudados; pero tú serás el
mismo, y tus años no fenecerán.
Gradual.—(Ps. gy.) Todos los términos de la tie¬
rra han visto al Salvador,
que nuestro Dios ha en¬
viado: cantad a Dios con
júbilo todos los habitan¬
tes de la tierra.—y.
El Señor ha dado a conocer al
Salvador; ha manifestado su justicia a la vista de
las naciones. Aleluya.
Aleluya.—y. El día santo ha
amanecido para nosotros;
venid, naciones, y ado¬
rad al Señor; porque
hoy ha descendido una luz
grande sobre la tierra.
Principio del santo Evangelio según San Juan
(1, 1-14).—En el principio existía el Verbo, y el
Verbo estaba en Dios,
y el Verbo era Dios. El esta¬
ba en el principio en Dios. Por él fueron hechas to¬
das las cosas, y sin él no se ha hecho cosa
alguna
de cuantas han sido hechas. En él estaba la
vida,
y la vida era la luz de los hombres; y esta luz res¬
plandece en medio de las tinieblas, y las tinieblas
Dios.
mis graneros.
Ofertorio.—(Ps. 117.) La diestra del Señor ha
hecho milagros; la diestra del Señor me ha exal¬
tado: no moriré mas viviré, y publicaré las obras
del Señor.
Secreta 1.a—Te ofrecemos, Señor, hostias de pro¬
piciación, para que, misericordioso, absuelvas núes-
DOMINICA DE SEPTUAGÉSIMA
DOMINICA DE SEXAGÉSIMA
DOMINICA DE QUINCUAGÉSIMA
nombre me
guiarás y sustentarás.—(Ps. 30.) En ti,
Señor, espero; no quede para siempre confundido:
sálvame, pues eres justo, y líbrame.—f. Gloria al
Padre...
Oración 1.a—Señor, te rogamos que escuches cle¬
mente nuestras
súplicas y, librándonos de los lazos
del pecado, nos
guardes de toda adversidad. Por
nuestro Señor Jesucristo,
que vive y reina contigo
en unidad del
Espíritu Santo, Dios por todos los
siglos de los siglos. Amén.
La
2.a y 3.a Oración como en
Septuag. página 182.
Epístola de San Pablo Apóstol a los Corintios
(I, 13, 1-13).—Hermanos: Si yo hablo las lenguas
de los hombres y de los ángeles
y no tengo caridad,
vengo a ser metal que suena, o címbalo que tañe.
Y si tengo el don de
profecía, y sé todos los miste¬
rios, y poseo la ciencia, y si tengo toda la fe, hasta
trasladar los montes, y no tengo caridad,
soy nada.
Y si distribuyese todo lo
que tengo para sustento
de los pobres, y
entregase mi cuerpo a las llamas,
y no tengo caridad, nada gano. La caridad es su¬
frida, es bienhechora; la caridad no envidia, no se
jacta, no se infla, no es ambiciosa, no busca su in¬
terés, no se irrita, no piensa mal, no se huelga
de la
injusticia, complácese en la verdad: todo lo disi¬
mula, todo lo todo lo espera; todo lo sopor¬
cree;
ta. La caridad nunca fenece; si es don de
profecías,
terminará: si lenguas, cesarán: si ciencia,
acabará.
Ahora nuestro conocimiento parcial, la profecía
es
es parcial. Mas llegado lo perfecto, desapa¬
que sea
recerá lo imperfecto. Así, cuando
yo era niño, ha¬
blaba como niño, juzgaba como niño, discurría
como niño. Pero cuando me hice hombre, aban¬
doné las cosas de niño. Vemos ahora en
espejo y
en enigma, pero entonces cara a cara. Ahora co¬
nozco imperfectamente, mas entonces conoceré
a
la manera que soy conocido
(por Dios). Ahora per¬
manecen estas tres: fe,
esperanza y caridad; pero
la caridad es la
mayor de todas.
DOMINICA I DE CUARESMA
7
Biblioteca Nacional de España
MISAS
194
DOMINICA IV DE CUARESMA
DOMINICA DE PASIÓN
DOMINICA DE RAMOS
DOMINICA DE PASCUA
8
Biblioteca Nacional de España
226 MISAS
DOMINICA DE PENTECOSTÉS
Secuencia. Alaba,
—
Sequentia. — Lauda
Sión, al Salvador; alaba Sion Salvatorem, lauda
al guía al pastor con
y ducem et pastorem, in
himnos y cánticos. hymnis et canticis.
Cuanto puedas, esfuér¬ Quantum potes, tan-
zate: porque es superior tum aude: quia maior
a toda alabanza, y no omni laude, nec laudare
bastas para alabarle. sufficis.
Como tema de loa es¬ Laudis thema specia-
pecial, se
propone hoy lis, pañis vivus et vitalis
al pan vivo y vital. hodie proponitur.
Aquel que en la mesa Quem in sacrse mensa
de la sagrada cena no se coenas, turbas fratrum
duda que fué dado a la duodenae datum non am-
uno su
propia obra, y entonces se gloriará, no con¬
tra otros, sino contra sí mismo solamente. (No des¬
no
prevalezca en nosotros la sensualidad, sino siem¬
pre la fuerza del sacramento. Por nuestro Señor Je¬
sucristo...
La 2.a y 3.a Poscom. como en la dom. III, pág. 248.
10
Biblioteca Nacional de España
MISAS
290
Secreta
1.a—Señor, sé propicio a nuestras súpli¬
cas y, aceptando las ofrendas y preces de tu pue¬
blo, convierte a ti los corazones de todos
nosotros,
para que, libres de las concupiscencias terrenas, vo¬
lemos a los deseos celestiales. Por nuestro Señor
Jesucristo...
La 2.a Secreta
y 3.a como en la dominica III, pág. 247.
Prefacio de la Santísima Trinidad,
pág. 146.
Comunión.—(Marc. 11.) Os aseguro que todas
cuantas pidiereis en la oración, tened viva fe
cosas
de conseguirlas,
y se os concederán.
Poscomunión 1.a—-Señor, te rogamos nos conce¬
das que, por virtud de este
sacramento que hemos
recibido, cuanto de vicioso haya en nuestras almas
quede curado por la fuerza de tan buen remedio.
Por nuestro Señor
Jesucristo...
La 2.a y 3.a Poscom. como en la dom.
III, pág. 248.
CONMEMORACIÓN
Primera misa.
Segunda misa.
Ofertorio,
como en la primera misa, pág. 312.
Tercera misa.
MISAS DE DIFUNTOS
pañando.
Gradual.—Dales, Señor, el descanso eterno, y
alúmbreles la luz eterna.—(Ps. 111.) La memoria
del justo será eterna; no temerá él malas nuevas.
Tracto.—Absuelve, Señor, las almas de todos los
fieles difuntos de todo lazo de pecado.—y. Y me-
Jesucristo...
(Por los hermanos, parientes y bienhechores difun¬
tos.) Omnipotente y misericordioso Dios, te roga¬
mos hagas que las almas de nuestros hermanos,
POR UN DIFUNTO
mas de mi
padre y de mi madre (de nuestros pa¬
dres), perdona sus pecados; y haz que yo (nos¬
y
otros) los vea en el gozo de la eterna claridad.
Por Nuestro Señor...
Secreta.—Recibe, Señor, el sacrificio que pol¬
las almas de mi
padre y de mi madre (de nues¬
tros padres) te ofrezco; y concédeles el gozo sem¬
piterno en la región de los vivos; y a mí (a nos¬
otros), reúneme con ellos en la felicidad de los
Santos. Por Nuestro Señor...
Poscomunión.—Te rogamos, Señor, que la par¬
ticipación del sacramento celestial obtenga para
las almas de mi padre y de mi madre (de nuestros
padres), el descanso y la luz eterna; y a mí (a nos¬
otros), nos corone con ellos tu gracia eterna. Por
Nuestro Señor...
Nota.—Si sólo se ha de rezar por el padre o sólo
por la madre, se dice por ellos en singular.
NOVENAS Y DEVOCIONES
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'
¿mOlDQVm Y 2ÁM3VOM
*1
II
HIMNO
III
VIA CRUCIS
IV
COMUNION ESPIRITUAL
Jesús mío,
creo que vos estáis en el Santísimo
Sacramento. Os amo sobre todas las cosas y os de¬
seo en el alma. Ya que ahora
puedo recibiros no
sacramentalmente, venid al espiritualmentemenos
a mi corazón. Como si ya hubieseis venido, os abra¬
zo y me uno todo a vos; no permitáis que yo me
separe de vos.
Jesús, Bien mío, mi dulce Amor: herid, inflamad
mi corazón, de modo que siempre arda todo en vos.
(6o días de indulgencia una vez cada día.)
VI
TRIDUO DE CARNAVAL
VII
MES DE JUNIO
Grande
es la excelencia
de este, mes y notable el
empeño que tiene el Sumo Pontífice de que se celebre
con mucha solemnidad en todo el mundo.
Para ello ha indicado a todos los fieles una manera
Indulgencias y gracias:
1. Cada día del ejercicio del mes, 7 años y 7 cuarentenas.
2. En la Novena, 200 días de indulgencia cada día de la Novena:
y un día, a elección o al fin de ella, indulgencia plenaria.
3. En la fiesta del Sagrado Corazón, indulgencia plenaria.
4. En el primer viernes, indulgencia plenaria.
5. En un día del mes, a elección, indulgencia plenaria, diciendo
cada día del mes: «¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío!»
6. En los cuatro domingos que preceden a la fiesta del Sagrado
Corazón, 7 años y 7 cuarentenas.
7. En el último domingo de junio, indulgencia plenaria, toties quoties,
es decir, cada
vez que los fieles visiten una iglesia u oratorio cualquiera
en el
que se haya celebrado solemnemente el mes del Sagrado Corazón
con predicación todos los días, o al menos ocho días, y en este caso en
VIII
IX
Si se quiere en castellano:
Aña. Mi corazón sufre improperios y miserias; he es¬
tado esperando alguno que se contriste conmigo, y no
hay ninguno; uno que me consuele, y no viene nadie.
y. Aprended de mí, que soy manso y humilde dé
corazón. 1^7. Y hallaréis vuestras almas.
paz para
Oración.—Señor nuestro Jesucristo, que, por un be¬
neficio singular de tu amor, te has dignado revelar a
la Iglesia, txx esposa, las inefables riquezas de tu Co¬
razón: concédenos propicio que nuestros corazones me¬
rezcan enriquecerse con las gracias celestiales que
ma¬
nan de esa dulcísima fuente. Señor
que vives y reinas,
Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
CORAZÓN DE JESÚS
Primera visita.—Adoremos a Jesucristo sacra¬
mentado, en acción de gracias por la institución
de este adorable Misterio.
¡Oh amabilísimo Corazón de Jesús sacramentado!
osadoro profundamente en este augusto Sacra¬
mento, y doy rendidas gracias por haber instituido
ese compendio de maravillas, resumen de vuestras
finezas y evidente testimonio de la ternura de vues¬
tro amor. Y para dároslas más incesantes, convido
a todos los justos de la tierra y bienaventurados
del cielo, uniendo con ellos los afectos de mi cora¬
zón y deseando ardientemente alabaros y ensalza¬
ros
por toda la eternidad.
Os adoro también con ánimo y deseo de resarcir
de algún modo las injurias que en ese Sacramento
recibís de los infieles y malos cristianos, especial¬
mente por la ingratitud y olvido con que los hom¬
bres os dejan sólo en tantos sagrarios, en todos los
cuales os adoro humildemente desde aquí, uniendo
mis débiles obsequios con el fervor y devoción de
los santos más fieles y amantes de vuestro Corazón
santísimo. Admitid, Jesús amoroso, mis ardientes
súplicas, para que, adorándoos en esta vida sacra¬
mentado por nuestro amor, os bendiga y ensalce
después eternamente. Amén.
Padrenuestro, Avemaria y Gloria.
En latín:
Kyrie, eleison.
Christe, eleison.
Kyrie, eleison.
Christe, audi nos.
Christe, exaudi nos.
Pater de ccelis Deus,
Fili, Redemptor mundi Deus,
Spiritus Sánete Deus,
Sancta Trinitas unus Deus,
1. Cor Iesu, Filii Patris aeterni,
2. Cor Iesu, in sinu Virginis Matris a
Spiritu
Sancto formatum,
3. Cor Iesu, Verbo Dei substantialiter unitum,
4. Cor Iesu, Maiestatis infinitae,
5. Cor Iesu, templum Dei sanctum,
6. Cor Iesu, tabernaculum Altissimi, «
En castellano:
XI
AL CORAZÓN DE JESÚS
,
¡Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino pro¬
piciatorio, por el cual prometió el Eterno Padre
que oiría siempre nuestras oraciones! yo me uno
con vos para ofrecer a vuestro Eterno Padre este
XII
LA CEREMONIA
RENOVACIÓN
amor divino.
VIRTUDES
XIII
figuran algunos.
Por la señal, etc.
En castellano:
Y. Ruega
por nos, Santa Madre de Dios.
1^7.
Para que seamos dignos de alcanzar las prome¬
sas de
Jesucristo.
Oración.—Concédenos, por favor, Señor Dios, que
nosotros, tus siervos, gocemos de continua salud de
alma y
cuerpo, la gloriosa intercesión de la
y por
bienaventurada siempre Virgen María seamos libres
de las tristezas de la vida presente y disfrutemos de
las alegrías de la vida eterna. Por Jesucristo nues¬
tro Señor. Amén.
XIV
NOVENA
A LA INMACULADA CONCEPCION
strum. Amen.
Si se quiere en castellano:
y. Tu InmaculadaConcepción, Virgen Madre de Dios:
R7. Anunció la alegría al universo mundo.
Oración.—Oh Dios, que por la Inmaculada Concep¬
ción de la Virgen preparaste digna habitación a tu
Hijo, te rogamos que, así como por la previsión de la
muerte de tu Hijo libraste a ella de toda mancha,
así a nosotros nos concedas por su intercesión llegar
a ti limpios de pecado. Por el mismo Señor nuestro
Jesucristo. Amén.
Oración particular para el día segundo.
Oh santísimo
Hijo de María inmaculada y be¬
nignísimo Redentor nuestro: así como has conce¬
dido a María la gracia de ir al cielo y de ser en él
colocada en el primer lugar después de ti, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de Ma¬
ría inmaculada, nos concedas una buena muerte,
que recibamos bien los últimos sacramentos, que
expiremos sin mancha ninguna de pecado en la
conciencia y vayamos al cielo, para siempre gozar,
en compañía y la de nuestra Madre, con todos
tu
los que se han salvado por ella.
Oración final: Bendita sea tu pureza, etc., pág. 381.
XV
DEVOCION
A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES'
NOVENA
13
Biblioteca Nacional de España
386 devoción a nuestra señora de los dolores
RITMO EN HONOR
XVI
Avemaria.
Avemaria.
Oh
Virgen amantísima: así como el Espíritu San¬
to te llenó por completo de las dulzuras de su amor
y te hizo tan amable y tan amante, que, después
de Dios, eres la más dulce y la más misericordiosa,
así también me asistas en la hora de la muerte,
llenando mi alma de tal suavidad de amor divino,
que toda pena y amargura de muerte se cambie
para mí en delicias.
Avemaria.
XVII
SANTO ROSARIO
XVIII
MES DE MARIA
Bernardino.)
Examen.—Examina hoy tus obras de misericordia
¿Tienes amor del prójimo? ¿Haces algún beneficio
a algún necesitado? ¿Das alguna limosna? ¿Desper¬
>
El incienso.—En medio de nuestras miserias
14.
se eleva al cielo el
aroma
purísimo de las virtudes
de María, como el incienso en los altares,
homenaje
gratísimo a la Divinidad.
Confía en la Virgen.—Gran privilegio es el de
María, pues es la más poderosa ante Dios. (San
Buenaventura.)—Al imperio de la Virgen todo se
somete, aun el mismo Dios. (San Bernardino.)
Examen.—Examina hoy tus pecados graves
lá no tengas ninguno!) o
(¡oja¬
los peligros en que te ha¬
llas de cometerlos, y las ocasiones o
compromisos
en que estás o en que te vas metiendo. ¿Eres peor
cáda día?...
Práctica.—Si tienes algún pecado grave, confié¬
sate hoy, si puedes. Si no lo tienes, alégrate. Y si
vives en peligro de cometerlo
(compañías, socieda¬
des, lecturas, casas, espectáculos), sal de ellos hoy.
15. La mirra.—Junto con el incienso, se eleva la
mirra, símbolo del sacrificio, que hace más perfecta
la oración. María fué corredentora de los
hombres
por el sacrificio de sus dolores al pie de la cruz.
Confía en la Virgen.—¡Oh Señora! tanto te ha
exaltado Dios, que te ha concedido el poder todas
las cosas con él.
(San Anselmo.)—¡Oh María! tu
Hijo llena tus peticiones, como quien paga una
deuda. (San Jorge de Nicom.)
Examen.—Examina hoy tus pecados veniales.
¿Tienes cuidado de evitarlos? ¿o los cometes sin
poner ninguna diligencia en evitarlos? ¿A cuáles
eres más
propenso? Y aunque veniales, ¿se acercan
a mortales? ¿te pueden conducir a ellos?
¿crecen?
Práctica.—Procura hoy evitar los pecados venia¬
les, y examinando cuáles son los mayores, procura
hoy desarraigarlos.
16. La violeta.— ¡Qué pequeña es! y qué humil¬
de! y qué graciosa! y cómo perfuma todo
el am¬
biente! ¡Mira a María! ¡Qué
pequeña fué a los ojos
del mundo! pero
¡qué llena de gracia! ¡y cómo llena
de perfume a toda la Iglesia!
venturado siervo en su
antigua y primera gloria.
(San Efrén.)
Examen.-—-Examina, hoy tus gastos. ¿Gastas mu¬
cho? ¿o eres muy avaro y ni gastas lo necesario?
¿Das a tu mujer, hijos, criados, dependientes, lo
justo, lo conveniente, lo demasiado? ¿Pagas bien
los jornales? ¿Tienes deudas? ¿Juegas, derrochas,
gastas lujo y ostentación? ¿Dejas perder cosas que
aprovecharían otros?
Práctica.—Procura moderar tus gastos conforme
es razón.
26. El sol.—-La Virgen no es el sol, pero aparece
revestida del sol, y para nosotros nos sirve de sol,
porque con ella viene toda la luz y el calor de la
gracia, que es Jesucristo, en sus brazos.
Confía en la Virgen.—¡Oh Virgen, que vences
toda alabanza! todo lo que tú quieres lo puedes
ante Dios, de quien eres madre. (San Efrén.)
Examen.—Examina hoy tus vestidos. ¿Son lujo¬
sos? ¿honestos y castos? ¿provocativos? ¿excesivos?
O también ¿son miserables, rotos, sucios, indignos
de tu estado, ridículos, feos?
Práctica.—Si tienes demasiados vestidos, mode¬
ra tu exceso. Da algo a los pobres desnudos. Viste
con decoro, con elegancia propia de tu posición,
pero con menos gasto que elque puedas, y sobre
todo, con modestia cristiana.
27. La estrella matutina.—Antes que el sol, y
antes que el día, aparece la estrella matutina, que
todo lo llena de alegría y de esperanza. La devo¬
ción la Virgen es el primer rayo que aparece en
a
el día de la conversión.
Confía en la Virgen.—Oh Señora, interceded por
nosotros ante vuestro Hijo. Porque, oh Virgen Ma¬
ría, vuestra intercesión no es jamás rechazada por
el Señor. El no rehusa nada de cuanto le pedís,
porque ¡tan cerca estáis de la simplicísima y ado¬
rabilísima Trinidad! (San Juan Damasceno.)
Examen.—Examina hoy tus pasiones. ¿Tienes al¬
guna pasión que te domine y te lleve al mal? ¿al-
XIX
FLOR DE MARIA
XX
NOVENA
AL GLORIOSO PATRIARCA SAN JOSE
Por la señal, etc.
Señor mío Jesucristo, etc.
Oración para empezar todos los días.
Oh
benignísimo Jesús, que en la hora de su muer¬
te consolastea tu glorioso padre, asistiendo
junta¬
mente con tu Madre su Esposa a su última
agonía:
te suplicamos humildemente, por intercesión de
San José, que nos concedas una muerte semejante
a la
suya asistido de tu bondad, de tu Santísima
Madre y del mismo glorioso Patriarca
protector de
los moribundos, pronunciando al morir vuestros
santísimos nombres, Jesús, María y José.
Oración final, pág. 409.
XXI
En castellano:
Antífona.—Tenía Jesús, al
empezar su vida pública,
cerca de treinta años,
hijo, según se pensaba, de José.
y. San José, ruega por nosotros.
R7. Para que seamos dignos de alcanzar las prome¬
sas de Jesucristo.
XXII
14
Biblioteca Nacional de España
4X8 NOVENA A SAN IGNACIO DE LO YOLA
Santísimo Padre y
Patriarca San Ignacio, a quien
Jesús escogió capitán de su sagrada Compañía,
para
y adornó con todas las virtudes que pedía este su¬
premo cargo; ángel en la pureza de cuerpo y mente;
arcángel encargado de tantos negocios de la mayor
gloria de Dios y bien de las almas: principado ex¬
celentísimo en la dirección de tantos millares de
espíritus felices; potestad poderosísima para echar
a los demonios de los
cuerpos y de las almas; vir¬
tud prodigiosa en tantos y tan
estupendos mila¬
gros; dominación suprema de la Compañía que for¬
mó tan dignos ministros
evangélicos y ahora con¬
tinúa en formarlos desde el cielo; trono elevadísi-
mo, en quien descansó la mayor gloria de Dios co¬
rriendo en vuestra fogosa alma por todas las partes
del mundo; sapientísimo querubín, cuya mente ilus¬
trada por el Espíritu Santo, dictó sabiduría celes¬
tial a su pluma; serafín fogosísimo que aspiró en su
vida y aspira continuamente desde el cielo a encen¬
der todo el mundo en llamas del divino amor; abre¬
viado paraíso de todas las virtudes y gracias, que a
competencia formaron la heroicidad nunca bastan¬
temente alabada de vuestra grande alma: yo, Padre
mío amantísimo, me gozo de veros tan
superior a
cuantos elogios puede daros mi balbuciente
lengua,
y concebir mi tardo entendimiento, aunque inspi¬
rado de una voluntad ansiosa de amaros,
y de que
os amen todos los hombres. Confiado en vuestras
piedades imploro vuestra benignísima caridad para
que me alcancéis que viva yo una vida verdadera¬
mente cristiana conforme a las
obligaciones de mi
estado, observando perfectamente la ley santa de
Dios y los consejos evangélicos que me pertenecen,
y que no buscando en todas mis acciones otra cosa
que la mayor gloria de Dios, consiga una muerte
dichosa en los brazos de Jesús, en el amparo
de
María Santísima y en vuestra presencia.
Espero,
Padre mío, dulcísimo y suavísimo, me alcancéis es-
En castellano:
XXIII
AGUA BENDITA
DE SAN IGNACIO DE BOYOLA
nuevo auxilio:
concédenos que, peleando con tu
ayuda, y a imitación suya en la tierra, consigamos
ser coronados con él en el cielo. Por
Jesucristo nues¬
tro Señor. Amén.
XXIV
NOVENA
EN HONOR DE SAN FRANCISCO
JAVIER
LLAMADA DE LA GRACIA
do en esto, he aquí
que el Padre Mastrilli se levanta
sano y bueno. La herida había
desaparecido, la cicatriz
no se notaba, el Padre se sentía
restablecido de repente.
Bien temprano celebró su misa
y dió la comunión a
muchas personas que concurrieron a ver este
prodigio.
Subió en seguida al pulpito, y por su
propia voz ex¬
plicó al pueblo de Nápoles el secreto. Viéndose herido y
sin esperanzas de vida, había hecho voto en honor de
San Francisco Javier de ir a las Misiones de Indias si
le concedía la salud. La noche última se le había
apa¬
recido el Santo animándole a
cumplir su voto y recibir
el martirio en el Japón; y
después de un rato de dulce
conversación desapareció dejándole repentinamente cu¬
rado. Aseguró el Padre Mastrilli que San Francisco le
había dicho que todos los que en la novena desde el
4 al 12 de Marzo implorasen su intercesión para con
Dios, confesando y comulgando en alguno de estos días,
experimentarían sin duda los efectos de su poderosa
protección y conseguirían la gracia que pidiesen, si
convenía para su salvación y la mayor gloria divina.
XXV
DOMINGO PRIMERO
Oración final.
DOMINGO SEGUNDO
DOMINGO TERCERO
DOMINGO CUARTO
DOMINGO QUINTO
DOMINGO SEXTO
XXVI
XXVII
No te
acuerdes, Señor, de mis pecados,—Cuando
vengas a purificar al mundo en
fuego.
Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia mis
—Cuando vengas a pasos,
purificar al mundo en fuego.
Dales, Señor, el descanso eterno,
ellos la luz eterna,—Cuando y luzca para
mundo en
vengas a purificar al
fuego.
Kyrie eleison,—Christe
Padrenuestro.
eleison,—Kyrie eleison.
De la puerta del
almas. infierno:—Saca, Señor, sus
Descansen en
paz.—Amén.
Señor, oye mi oración.—Y llegue a ti mi clamor.
Oremos.—Oh Dios mío, de
quien propio com¬ es
padecerse y perdonar: te
rogamos suplicantes por
las almas de tus
siervos que has mandado
de este emigrar
mundo, para que no las dejes el purga¬
torio, sino que mandes que tus santosen
tomen y las lleven a la ángeles las
patria del paraíso, para que,
pues esperaron y creyeron en
ti, no padezcan las
penas del
purgatorio, sino que posean los gozos
eternos. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno.—Y luzca
ellos la luz para
perpetua.
Descansen en paz.—Amén.
Oración para el segundo día.
Señor mío
Jesucristo, que eres cabeza de todos
tusfieles cristianos que en ti nos unimos como
miembros de un mismo
cuerpo, que es la
Iglesia;
tesuplicamos nos unas más y más
nuestras oraciones contigo, y que
y sufragios de buenas obras
aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del
purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus
hermanos del cielo.
Oración final
y responso, pág. 434.
RESPONSO EN LATÍN
XXVIII
FÓRMULA
CON QUE PUEDE HACERSE EL OFRECIMIENTO
EN FAVOR DE LAS BENDITAS ALMAS
DEL PURGATORIO
XXIX
XXX
XXXI
Postea dicit:
En castellano:
XXXII
Kyrie eleison.
Christe eleison.
Kyrie eleison.
Santa María,—Ruega por él (o por ella).
Todos los santos Ángeles y Arcángeles,—Rogad.
San Abel,—Ruega.
Todos los coros de los justos,—Rogad.
San Abrahán,—Ruega.
San Juan Bautista,—Ruega.
San José,—Ruega.
Todos los santos Patriarcas y Profetas,—Rogad.
San Pedro,—Ruega.
San Pablo,—Ruega.
San Andrés,—Ruega.
San Juan,—Ruega.
Todos los santos Apóstoles y Evangelistas, — Rogad.
Todos los santos Discípulos del Señor,—Rogad.
Todos los santos Inocentes,—Rogad.
San Esteban,-—Ruega.
San Lorenzo,—Ruega.
Todos los santos
Mártires,—Rogad.
San Silvestre,—Ruega.
San Gregorio,—Ruega.
San Agustín,—Ruega.
Todos los santos Pontífices y
Confesores,—Rogad.
San Benito,—Ruega.
San Francisco,—Ruega.
San Camilo,—Ruega.
San Juan,—Ruega.
Todos los santos Monjes y
Ermitaños,—Rogad.
Santa María Magdalena,—Ruega.
Santa Lucía,—Ruega.
Todas las santas Vírgenes y Viudas,—Rogad.
Todos los Santos y Santas de Dios,—Interceded
por él.
Séasle propicio,—Perdónale Señor.
Séasle propicio,—Líbrale (o líbrala), Señor.
Séasle propicio,—Líbrale (o líbrala), Señor.
De tu ira,—Líbrale, Señor.
De los peligros de la muerte.
De una mala muerte,
De las penas del infierno,
De todo mal,
Del poder del demonio,
Por tu natividad,
Por tu cruz y
pasión,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu gloriosa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la gracia del Espíritu Santo consolador,
En el día del juicio,
Nosotros pecadores,—Te rogamos
que nos oigas.
Que le perdones,—Te rogamos que nos oigas.
Kyrie eleison.—Christe eleison.—Kyrie eleison.
1^7. Amén.
Librad, Señor, el alma de vuestro siervo, como
librasteisa los tres jóvenes del horno del fuego ar¬
diente y de las manos de un rey inicuo.—1^7. Amén.
Librad, Señor, el alma de vuestro siervo, como
librasteis a Susana de un falso testimonio. —
1^7. Amén.
Librad, Señor, el alma de vuestro siervo, como
librasteisa David de las manos del rey Saúl, y de
Al expirar.
XXXIII
ORACION
PARA OBTENER UNA BUENA MUERTE
de mí.
Cuando mis manos, trémulas y entorpecidas, no
puedan ya estrechar el crucifijo, y a pesar mío, le
deje caer sobre el lecho de mi dolor, Jesús miseri¬
cordioso, tened compasión de mí.
Cuando mis ojos, vidriados y desencajados por
el horror de la inminente muerte, fijen en vos sus
miradas lánguidas y moribundas, Jesús misericor¬
dioso, tened compasión de mí.
Cuando mis labios, fríos y convulsos, pronuncien
por última vez vuestro adorable nombre, Jesús mi¬
sericordioso, tened compasión de mí.
Cuando mi cara, pálida y amoratada, cause lás¬
tima y terror a los circunstantes, y mis cabellos,
bañados con el sudor de la muerte, erizándose en
mi cabeza, anuncien que está cercano mi fin, Jesús
misericordioso, tened compasión de mí.
Cuando mis oídos, próximos a cerrarse para siem¬
bre a las conversaciones de los hombres, se abran
XXXIV
OFFICIUM DEFUNCTORUM
PSALMUS V
rigabo.
Turbatus est a furore oculus meus: * inveteravi
inter omnes inimicos meos.
Discedite a me omnes, qui operamini iniquitatem:
*
quoniam exaudivit Dominus vocem fletus mei.
Exaudivit Dominus deprecationem meam, * Do¬
minus orationem meam suscepit.
Erubescant, et conturbentur vehementer omnes
nimici mei: * convertantur, et erubescant valde ve-
lociter.
Réquiem aeternam * dona eis, Domine.
Et lux perpetua * luceat eis.
Antiphona.—Convertere, Domine, et eripe ani-
mam meam:
quoniam non est in morte, qui memor
sit tui.
Antiphona.—Nequando rapiat ut leo animam
meam, dum non est qui redimat, ñeque qui salvum
faciat.
PSALMUS VII
LECTIO I.—Job 7
LECXIO 11.—Job 10
Taedet animam meam vitae meae: dimittam ad
versum me
eloquium meum: loquar in amaritudine
animae meae. Dicam Deo: Noli me condemnare: in¬
dica mihi cur me ita iudices.
Numquid bonum tibi
videtur, si calumnieris me, et opprimas me opus
manuum tuarum, et consilium impiorum adiuves?
Numquid oculi carnei tibi sunt: aut sicut videt
homo, et tu videbis? Numquid sicut dies hominis
dies tui, et anni tui sicut humana sunt
témpora,
ut quaeras iniquitatem meam,
et peccatum meum
scruteris? Et scias quia
nihil impium fecerim, cum
sit nemo qui de manu tua
possit eruere.
1^7. Qui Lazarum resuscitasti a monumento fceti-
dum: * Tu eis, Domine, dona
réquiem, et locum
indulgentiae.—f. Qui venturas iudicare vivos et es
mortuos, et saeculum per ignem.—Tu eis, Domine,
dona réquiem, et locum indulgentiae.
lectio ni.—Job 10
Manus tuae fecerunt me, et plasmaverunt me to-
tum in circuitu, et sic
repente praecipitas me? Me¬
mento, quaeso, quod, sicut lutum feceris me, et in
pulverem reduces me. Nonne sicut lac mulsisti me,
et sicut caseum me
coagulasti? Pelle et carnibus
vestisti ossibus et nervis compegisti me: vitam
me:
et misericordiam tribuisti mihi, et visitatio tua cu
stodivit spiritum meum.
POST MISSAM
RESPONSO
XXXIV
OFICIO DE DIFUNTOS
(Véase en latín, pág. 464).
entrarán en mi reposo.
Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.
Dales, Señor, el descanso eterno, y la luz perpe¬
tua luzca para ellos.
Venid, adorémosle.
Al Rey por quien todo vive, venid, adoremos.
nocturno
salmo v
De mañana me vuelvo a ti
y considero que no
eres tú un Dios que ame la iniquidad.
Ni morará junto a ti el
malvado, ni los injustos
permanecerán ante tus ojos.
Aborreces a cuantos obran la
iniquidad: arruinas
a todos los que hablan mentiras.
Al hombre sanguinario
y fraudulento, el Señor
le abominará; pero
yo, por tu gran misericordia.
Entraré en tu casa, y me arrodillaré ante tu san¬
to templo con reverencia.
Guíame, Señor, en tu justicia: endereza ante tus
ojos mi camino, por causa de mis enemigos.
Pues no hay
sinceridad en sus labios: su corazón
es vano.
Su
garganta es un sepulcro abierto: con sus len¬
guas adulan siempre. Júzgalos, Dios mío.
Fracasen de sus designios; échalos como lo me¬
recen sus muchas
impiedades; porque, oh Señor, te
han irritado.
Y alégrense todos los que esperan en ti; se rego¬
cijarán eternamente, y tú morarás en ellos.
Y se gloriarán en ti todos los
que aman tu nom¬
bre, porque tú bendecirás al justo.
Señor, con tu benevolencia, como con un escudo,
nos rodeas.
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y la luz perpetua luzca para ellos.
Antífona.—Dirige, Señor Dios mío, en tu presen¬
cia mis pasos.
Antífona.—Vuélvete, Señor, y libra mi alma,
porque entre los muertos no hay quien se acuerde
de ti.
salmo vi
portu misericordia.
Porque entre los muertos no hay quien se acuer¬
de de ti; y en el sepulcro ¿quién te alabará?
Me he cansado de llorar: todas las noches baño
mi lecho con mi llanto y riego con mis lágrimas mi
estrado.
Se han oscurecido mis ojos de disgusto: he en¬
vejecido en medio de todos mis enemigos.
Apartaos de mí todos los que obráis mal, porque
ha oído el Señor la voz de mi llanto.
Ha atendido el Señor mi súplica: ha aceptado mi
oración.
Avergüéncense y túrbense profundamente todos
mis enemigos: retírense y avergüéncense cuanto
antes.
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y la luz perpetua luzca para ellos.
Antífona.—Vuélvete, Señor, y libra mi alma, por¬
que entre los muertos no hay quien se acuerde de ti.
Antífona.—Que nunca nadie, como león, arrebate
mi alma, si no hay quien me libre y ponga en salvo.
SALMO VII
sálvame de todos
Señor, Dios mío, en ti confío:
mis perseguidores, y líbrame.
Que nadie, como león, arrebate mi alma, si no
hay nadie que me libre y ponga en salvo.
Señor, Dios mío, si yo hice aquello, si hay ini¬
quidad en mis acciones:
Si he devuelto mal a los que me le han hecho,
caiga yo justamente en mis enemigos, sin remedio.
Persiga el enemigo mi alma, y se la lleve, y pi¬
sotee mi vida contra el suelo, y arrastre por el pol¬
vo mi gloria.
1.a
LECCIÓN.—Job 7
2.a lección.—Job 10
3.a lección.—Job 10
Tus formaron, y me modelaron todo,
manos me
mente.
Antífona.—Yo soy la resurrección y la vida:
quien cree en mí, aunque haya muerto vivirá: y
todo el que vive y cree en mí, no morirá para
siempre.
CÁNTICO DE ZACARÍAS (Luc. i)
Bendito sea el Señor, el Dios de Israel; * por¬
que ha visitado y redimido a su pueblo;
Suscitando una fortaleza de salvación * en la
casa de David su siervo,
Como lo había anunciado por los labios de sus
santos profetas * que existen desde los tiempos
antiguos,
Para salvarnos de nuestros enemigos * y de to¬
dos los que nos odian,
Para ejercer la misericordia con nuestros pa¬
dres, * acordándose de su santa alianza,
16
Biblioteca Nacional de España
482 LETANÍAS DE LOS SANTOS
responso
XXXV
(rogativas)
Kyrie eleison.
Christe eleison.
Kyrie eleison.
Christe audi nos.
Christe exaudi nos.
Pater de ccelis Dcus,—Miserere nobis.
Fili
Redemptor mundi Deus,—Miserere nobis.
Spiritus Sánete Deus,—Miserere nobis.
Sancta Trinitas unus Deus,—Miserere nobis.
Sancta María,— Ora pro nobis.
Sancta Dei Genitrix,—Ora.
Sancta Virgo virginum,—Ora.
Sánete Michaél,— Ora.
Sánete Gabriel,— Ora.
Sánete Raphaél,—Ora.
Omnes sancti Angelí et Archangeli,— Orate pro
nobis.
Omnes sancti beatorum Spirituum ordines,— Orate.
Sánete Ioannes Baptista,— Ora
pro nobis.
Sánete Ioseph,—Ora.
Omnes sancti Patriarchae et
Prophetae,—Orate.
Sánete Petre,—Ora.
Sánete Paule,— Ora.
Sánete Andrea,—Ora.
Sánete Iacobe,— Ora.
Sánete Ioannes,— Ora.
Sánete Thoma,—Ora.
Sánete Iacobe,— Ora.
Sánete Philippe,— Ora.
Sánete Bartholomaee,—Ora.
Sánete Matthaee,— Ora.
Sánete Simón,— Ora.
Sánete Thaddsee,— Ora.
Sánete Matthia,— Ora.
Sánete Barnaba,— Ora.
Sánete Lúea,— Ora.
Sánete Maree,—Ora.
Omnes sancti Apostoli et Evangelistae,— Orate.
Omnes sancti Discipuli Domini,— Orate.
Omnes sancti Innocentes,—Orate.
Sánete Stephane,— Ora.
Sánete Laurenti,—Ora.
Sánete Vincenti,— Ora.
Sancti Fabiane et Sebastiane,—Orate.
Sancti Ioannes et Paule,— Orate.
Sancti Cosma et Damiane,— Orate.
Kyrie eleison.
Christe eleison.
Kyrie eleison.
Pater noster (secreto).
y. Et ne nos inducas in tentationem.
R7. Sed libera nos a malo.
psalmus 69
SALMO 69
Oh Dios, acude en mi auxilio: oh Señor, apre-
sútate a socorrerme.
XXXVI
ITINERARIO
XXXVII
XXXVIII
VOTOS
En general, es mejor
contentarse con hacer propósito
y cumplirlo, y dejar los votos para cosas más graves.
VOTO DE CASTIDAD
Amén.
Tres Avemarias a la Santísima Virgen.
XXXIX
JACULATORIAS
ENRIQUECIDAS CON INDULGENCIAS
Ahora todas las indulgencias son aplicables a las áni¬
mas menos las expresamente exceptuadas.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Es¬
píritu Santo. Amén.
50 días cada vez, y si se hace con agua bendita, 100 días.
Saludo cristiano: Alabado sea Jesucristo—Por los
siglos de los siglos, o Amén.
100 días por el saludo y 100 por la respuesta.
¡Mi Dios, mi único Bien! Vos sois todo para mí;
sea yo todo para vos.
300 días una vez al día. Plenaria al mes.
¡Dios mío y mi todo! (San Francisco de Asís.)
50 días cada vez.
¡Jesús!
25 días cada vez. Plenaria a la muerte si se le ha invocado frecuen¬
temente en vida.
¡Jesús, María!
300 días cada vez.
XL
Salmo «Miserere».
En castellano:
CÁNTICOS Y ANTÍFONAS
Cántico de la Virgen.
ciones.
Pues ha hecho en mí maravillas el Omnipotente, cuyo
nombre es santo.
Y cuya misericordia pasa de generación en generación
a todos los que le temen.
Ha desplegado la fuerza de su brazo; y ha disipado a
los que se orgullecían con los proyectos de su corazón.
A los poderosos ha derribado de sus tronos; y a los
pequeños los ha ensalzado.
Y a los hambrientos ha colmado de bienes; y a los
ricos los ha despedido sin nada.
Ha dado la mano a su siervo Israel, acordándose de
la misericordia,
Que prometió a nuestros padres tener con Abrahán y
su descendencia para siempre.
Tedeum.
O sacrum convivium.
En castellano:
En castellano:
Sacris solemniis.
En castellano:
A las
sagradas solemnidades únanse las alegrías.—Y
del corazón resuenen los himnos.—Retírese lo
antiguo;
nuevo sea todo,—Los corazones,
las voces y las obras.
De aquella noche se recuerda la última cena,—En la
que es de fe que Cristo el cordero y ázimos-—-Dió a
los hermanos, conforme las
a leyes—Impuestas a los
antiguos Padres.
Después del cordero típico, terminado el banquete,—
Que el cuerpo del Señor se dió a los discípulos—De tal
manera todo a todos,
que también todo a cada uno—
Por sus manos, lo confesamos.
Dió a los frágiles de el manjar:—Dió tam¬
su cuerpo
bién a los tristes de su la copa,—Diciendo: To¬
sangre
mad el vaso que os entrego:—Todos bebed de él.
Así instituyó este sacrificio,—Cuyo cargo quiso se
encomendase—A solos los presbíteros, a quienes
por
tanto compete—El tomarlo
y darlo a los demás.
El Pan angélico se hace pan
de hombres.—Da el Pan
célico a las figuras término.—¡Oh cosa admirable! come
a su Señor—El
pobre y humilde siervo.
A ti, trina Deidad y una, pedimos—Que así tú nos
visites, como te adoramos.—Por tus caminos llévanos
a donde vamos—A la luz en que habitas. Amén.
Adoro te devote.
En castellano:
En dastellano:
Cor arca.
XLI
AYUNOS Y ABSTINENCIAS
Cómo se ayuna.
La abstinencia
obliga después de cumplidos siete
años, teniendo de razón. El ayuno obliga des¬
uso
pués de cumplir los veintiún años; deja de obligar
a los que entren en los sesenta años, es decir, des¬
Las clases
e individuos delEjército y la Armada,
AYUNOS Y ABSTINENCIAS
Qué es la Bula.
A. M. D. G.
wí
Biblioteca Nacional de España
1124..——JPYeuosrgcatoi
ÍNDICE
Introducción. Páginas
¡Caballeros, sed cristianos!
5
Vida deun buen cristiano
7
Oraciones al levantarse
9
Oraciones al acostarse
11
Bendición de la mesa .
13
Misa
13
Confesión
35
Comunión
54
Oraciones varias
62
Modo de rezar el santo Rosario
¿, 71
Letanía a Nuestra Señora.
73
Oración para antes de estudiar
75
Meditación matutina
76
Devoción al Corazón de Jesús
77
Devoción a la Virgen 78
Consejos para cada día 79
Luces Matutinas
80
2.—Yo soy un criado
81
3.—Yo ¿para qué nací? 82
4.—Las cosas
83
5.—La voluntad de Dios
84
6.—F.1 único bien
85
7.—Esta vida no es la vida
86
8.—El único mal
87
9.—Lo que no tiene remedio
88
10-—¡Morir tenemos!—Ya lo sabemos 89
11.—Dies irae dies illa!
90
91
13.—¡Cuando miro al cielo! 93
94
15.—Jesucristo en la cuna. Ámale 95
16.—Jesucristo en el taller. Imítale 96
17.—Jesucristo en la cruz. Abrázale 97
18.—Jesucristo en el sagrario. Cómele 98
19.—Jesucristo en el cielo. Invócale 99
20.—¡Oh María, Madre mía 100
21.—¡Con toda tu alma! 101
22.—Y al prójimo como a ti mismo 102
23.—¡Tuve hambre y me diste de comer! 103
24.—Vae autem illi!—¡Ay de aquél!
105
Páginas
27.—Misabuo
110
30.—Haz bien lo de cada dia 111
Luces Vespertinas:
Páginas
Páginas
Misas de Difuntos.
En el día del fallecimiento 317
En el aniversario de un difunto 319
Misa cotidiana de difuntos 320
NOVENAS Y DEVOCIONES
Introducción 327
I.—Trisagio a la Santísima Trinidad 331
II.—Devoción al Espíritu Santo 333
III.—Via Crucis 336
IV.—Visita al Santísimo Sacramento 342
V.—Comunión espiritual 344
VI.—Triduo de Carnaval 344
VII.—Mes de Junio »....
.*<%§ 347
VIII.— Me^ de! Sagrado Corazón.. ..' " 348
. ' IX.—Novena al Sagrado Corazón de Jesús 349
X.—Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús 354
Cinco Visitas. Consagración.
—
— Cinco Visitas y
•
Consagraciones.—Letanías al Corazón de Jesús.
XI.—Último Domingo de Junio 367
Consagración al Corazón de Jesús (de Santa Mar- t
garita).—Desagravios. ' ' « ■ •
XII.—Consagración'de las familias al Corazón de Jesús. 370
XIII.-—Novena a la Santísima Virgen 373
XIV.—Novena a la inmaculada Concepción 380
XV.—Devoción a Nuestra Señora de los Dolores 385
XVI.—Las tres Avemarias 3^0
XVII.—Santo Rosario 392
XVIII.—Mes de Maria 392
XIX.—Flor de María 407
XX.—Novena al glorioso Patriarca San José. 409
XXI.—Los Siete Domingos de San José 413
XXII.—Novena a San Ignacio de Loyola 417
XXIII.—Agua bendita de San Ignacio de Loyola 424
XXIV.—Novena en honor de San Francisco Javier 426
XXV.—Seisena de San Luis Gonzaga 428
XXVI.—Los Trece Martes en honor de San Antonio 432
Páginas
462
XXXIV. —Officium Defunctcrum 464
XXXIV. —Oficio de Difuntos 473
Salmo De profundis 482
XXXV. —Letanías de los Santos 482
XXXVI. —Itinerario. (Preces al emprender un viaie) 493
XXXVII. —Los nueve Primeros Viernes de mes 496
XXXVIII. —Votos 498
XXXIX. —Jaculatorias enriquecidas con indulgencias 500
XL.- —Salmos, Himnos, Cánticos 505
Miserere. Magníficat.— Tedeum.— Pater, Ave
—