Otomies Zonas Sagradas

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DEFENDER A UN AMIGO.

LOS INDÍGENAS OTOMÍES DE LA COMUNIDAD


SAN FRANCISCO XOCHICUAUTLA ANTE LA PÉRDIDA DE TERRITORIO
SAGRADO POR EL PROYECTO CARRETERO MÉXICO LERMA.
Mata Alvarado José Leonardo.
¿Qué es un pueblo indígena en México? De acuerdo al artículo segundo de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano, los pueblos indígenas “son
aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del
país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales,
económicas, culturales, o parte de ellas”.  
Nuestro pueblo indígena a estudiar es el Otomí. De acuerdo a la Comisión
Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), los otomíes se
encuentran en: Estado de México, Querétaro, Hidalgo, Puebla y Veracruz; en
Tlaxcala y Guanajuato existen pueblos otomíes donde la lengua casi ha
desaparecido; en el Distrito Federal hay presencia otomí debido a la migración.   
Dentro del Estado de México menciona que los municipios donde se registran
mayor número de hablantes de lengua otomí son:
Toluca, Temoaya, Acambay, Otzolotepec, Lerma, Chapa de Mota,
Aculco, Amanalco, Temascalcingo, Huixquilucan, Xonacatlán y Atizapán de
Zaragoza. Para nuestro estudio, únicamente nos centraremos en los otomíes que
viven dentro de Lerma en la comunidad de San Francisco Xochicuautla.  
Los otomíes como pueblo indígena, tiene derechos constitucionales, en el Artículo
2 de la Constitución se  nos menciona que los pueblos indígenas tienen el derecho
a la libre determinación, la cual, se ejercerá en un marco de constitucional de
autonomía que asegure la unidad nacional. Los pueblos indígenas deberán ser
reconocidos y tomados en cuenta en las constituciones de cada una de las
entidades federativas. 
En consecuencia de los anterior, nos menciona que las comunidades indígenas
tienen derecho a la libre determinación y autonomía para: i) decidir sobre sus
formas internas de convivencia y organización política y cultural; ii) aplicar sus
propios sistemas normativos en la regulación y solución de sus conflictos internos,
sujetándose a los principios generales constitucionales, respetando las garantías
individuales, los derechos humanos y, de manera relevante, la dignidad e
integridad de las mujeres; iii)  conservar y mejorar el hábitat y preservar la
integridad de sus tierras en términos constitucionales; iv) acceder, con respeto a
las formas y modalidades de propiedad y tenencia de la tierra establecidos en la
Constitución y las leyes de la materia, así como los derechos adquiridos por
terceros o por integrantes de la comunidad, al uso y disfrute preferente de los
recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan comunidades; v) acceder
plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar ese derecho, en todos los
juicios y procedimientos en que sean parte, individual y colectivamente, se
deberán tomar en cuenta sus costumbres y especificidades culturales respetando
los preceptos constitucionales. Los indígenas tienen en todo momento el derecho
a ser asistidos por intérpretes que tengan conocimiento de su lengua y su cultura.  
En el mismo artículo se menciona que para promover la igualdad de
oportunidades y para abatir carencias y rezagos que afectan los pueblos; la
federación, los estados y los municipios, tienen la obligación de: i) impulsar el
desarrollo  regional de las zonas indígenas con el propósito de mejorar las
condiciones de vida de sus pueblos, siempre con la participación de los pueblos;
también están obligados a incrementar y garantizar los niveles de escolaridad,
favoreciendo la educación bilingüe e intercultural; iii) garantizar el acceso a los
servicios de salud; iv) también se establece que se debe consultar a los pueblos
indígenas en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, también a nivel
estatal y municipal. 
Sin embargo, a pesar de las garantías constitucionales las comunidades indígenas
se han visto amenazadas. Francisco López Bárcenas en su artículo de opinión “La
nueva guerra contra los pueblos indígenas” de “La jornada”, año, cita… completa
nos indica que la lucha de los pueblos indígenas de México contra el despojo que
sufren tiene una respuesta gubernamental tan agresiva que se llega a especular
que se trata de una nueva guerra de exterminio. Porque cuando los pueblos se
organizan para resistir al despojo se les violenta usando todo el poder jurídico y
policiaco del Estado, dónde el Estado mismo pasa por encima de cualquier
derecho en que los indígenas quisieran ampararse, entonces se les obliga a
moverse fuera de la legalidad, y ahí es donde el Estado puede justificar cualquier
agresión hacia ellos. Creo que seria importante poner cita.. es fuerte la
afirmación. Y deberías de tomar otras fuentes al respecto hay muchísimo
O al menos completar.. tienes montemayor, miles!!
En ese mismo artículo López Bárcenas nos da un preámbulo sobre la
problemática que existe en el pueblo que nosotros trabajaremos, San Francisco
Xochicuautla. Él comenta que tanto los otomíes de Xochicuautla como habitantes
de poblados aledaños, se oponen a que la empresa Autopista de Vanguardia
(AUTOVAN), filial de Grupo Higa, construya la autopista México-Lerma, esto es
debido a que el proyecto carretero destruirá el bosque que tan celosamente han
cuidado por años, y junto con el bosque se destruirá una ruta ancestral que año
con año les permite subir al cerro de la campana donde, de acuerdo a su
cosmovisión, se originó la vida. En su defensa, los otomíes han recurrido a la
denuncia de la agresión, la manifestación para frenar las obras y a los tribunales
para hacer valer sus derechos. Los tribunales han legitimado la lucha de los
indígenas. Sin embargo, el Presidente de la Republica en vez de respetar los
fallos judiciales, ha optado por la expropiación para despojar al pueblo de su
territorio.
Ésta historia tiene sus albores desde el año 2007, Adazahira Chávez (2014) nos
cuenta que la comunidad indígena otomí de San Francisco Xochicuautla se ha
visto acosada por el mismo Estado mexicano con la finalidad de poder construir la
carretera México-Lerma. Desde el año 2011 la problemática se intensifico. Y ya
para el año 2013 había represión por parte de la Secretaría de Seguridad
Ciudadana del Estado de México. En Noviembre de ese año, se registró el tercer
enfrentamiento, Chávez nos narra que, al menos unos 600 elementos de
seguridad entraron al bosque Otomí protegiendo a los trabajadores de la
empresa Autovan SA de CV. La comunidad otomí acudieron al lugar para solicitar
la documentación que avalara la presencia de los trabajadores de la constructora,
sin embargo, fueron retirados por los policías y algunos fueron detenidos. 
En el mismo artículo de Chávez, los otomíes denuncian que no sólo es el proyecto
de la carretera, sino que también está el de un campo de golf y conjuntos. Cabe
mencionar que los otomíes habitantes de Xochicuautla, cuidan los bosques desde
antes de la llegada de los españoles, y, de acuerdo a sus narraciones, tienen
santuarios en los cuatro puntos cardinales, entre ellos: los cerros de La Veronica,
La Campana, La Palmita y Santa Cruz Ayotzuco.  
Alguna cia… algo…

Para poder comprender mejor la relación de los otomíes con los cerros y su


territorio, necesitamos ahondar un poco en su cultura, cosmovisión y rituales. La
información más completa la obtuvimos de una investigación realizada por
Guadalupe Barrientos (2004), investigadora de la CDI.  

De acuerdo con la autora, Los otomíes se nombran a sí mismos ñähñu, que


significa “los que hablan otomí”. La palabra otomí es de origen náhuatl
(singular: otomitl, plural: otomí); pasó al español bajo las formas otomí (plural
otomíes), othomí, otomite, othomite. 
En el Estado de México, según Barrientos, el hábitat por excelencia de
los ñähñu se encuentra en las tierras altas; sus espacios ecológicos son variados,
pues los valles se alternan con zonas boscosas y de montaña. En el Estado de
México identificamos principalmente dos regiones: el Valle de Toluca y el de
Ixtlahuaca, continuación del primero, y la Sierra de las Cruces; consideradas
tierras frías, ambas regiones poseen un clima subhúmedo y frío, con una estación
de lluvias de mayo a octubre. 
Es importante resaltar que, "Los ñähñu conservan espacios ecológicos vitales
donde establecen una relación recíproca con la naturaleza, desarrollando ya sea
la agricultura, el turismo ecológico o la fabricación de carbón. No obstante, el
asentamiento de zonas industriales y urbanas, muy amplias en estos espacios,
hace que los indígenas estén en contacto constante con el medio urbano.”
(Barrientos; 2004: 8)  
Además de lo anterior, Barrientos indica que hay que reconocer que la actividad
agrícola, gira en torno al cultivo del maíz, está íntimamente ligada a los ciclos
ceremoniales. Las familias otomíes organizan sus actividades alrededor de los
ciclos de cultivo y cosecha.
Aunque existen zonas de riego, la mayoría de las tierras son de temporal; así la
alternancia entre la temporada de secas y la de lluvias determina la organización
de la actividad agrícola. En estas tierras altas y frías, las lluvias empiezan en mayo
o, si vienen tarde, en junio; de ahí que las labores de preparación del terreno
inicien en marzo y abril. Las primeras ceremonias del año tienen que ver con la
petición de lluvias; una de ellas —posterior a la bendición de las semillas para la
siembra, que tiene lugar el 2 de febrero, día de la Virgen de la Candelaria— es la
peregrinación al santuario del Señor del Cerrito (Ixtlahuaca), llamado también el
“Señor de las Aguas”, en la que participan numerosos pueblos otomíes. En mayo,
cuando las planicies y cerros reflejan la sequedad del ambiente, tiene lugar, el día
3, la fiesta que anuncia la proximidad de las lluvias. Los santuarios de la región se
animan con los festejos de la Santa Cruz; la siembra de temporal empezará
después de las primeras lluvias. Los meses de mayor precipitación pluvial son
junio, julio y agosto, y los de menor, noviembre y febrero. En el periodo de lluvias,
las pequeñas lagunas empiezan a proliferar en las planicies.

En algunos pueblos se cosechan los primeros elotes en el mes de agosto, ocasión


en la que las familias realizan la bendición de las milpas y organizan una comida
alrededor de los sembradíos. El 15 de agosto, día de la Virgen de la Asunción, es
la fiesta de los primeros frutos. A mediados de octubre caen las últimas lluvias,
marcando el fin de la temporada y el comienzo de la época de secas. Las heladas,
durante los meses de noviembre a marzo, son una amenaza constante para los
cultivos de los otomíes. Los preparativos de la cosecha están enmarcados por los
festejos de San Miguel y del Día de Muertos. Ya en el mes de diciembre, las
familias empiezan a levantar los “cincolotes” —estructuras rectangulares de
madera en las que depositan las mazorcas ya cosechadas. Para tal efecto, se
escogerá a un padrino, se bendecirá el cincolote y se le colocará una cruz en lo
más alto. En enero se despliega una gran actividad en todos los pueblos otomíes,
pues se recoge el rastrojo ya seco y se almacena como forraje para los animales.
La fiesta del 6 de enero en el santuario de la Capilla (Jiquipilco) y la de la Virgen
de la Candelaria, el 2 de febrero, anuncia los preparativos para el nuevo ciclo. El
ritmo de la naturaleza y su relación con los hombres marca el flujo y reflujo de la
actividad en esta región indígena. 
La autora nos dice que los otomíes tienen una estrategia para asegurar su
continuidad,  la cual incide en todos los demás ámbitos de la existencia social, es
la compleja vida ceremonial. Ésta se expresa a través de un rico calendario de
fiestas y de una complicada red de santuarios conformada por numerosos puntos
sagrados que se conectan por el peregrinar de hombres y mujeres. La vida
ceremonial se manifiesta en el culto a los santos patronos, en los santuarios
regionales y, además, en los oratorios familiares, culto que aún pervive en la
región. 
En la actualidad, una de las expresiones más vigorosas es el culto a los cerros,
Barrientos narra que los miembros de estos grupos visitan durante el año varios
santuarios, algunos de ellos localizados en la cima de los cerros, configurando una
especie de circuito ritual cuyos puntos específicos varían de una comunidad a
otra. De esta manera, se establecen redes sociales en toda la región, que delinean
un intenso flujo de hombres y mujeres con prácticas culturales entretejidas por sus
respectivos calendarios rituales. 
Históricamente, los indígenas de esta región han otorgado a los cerros un lugar
central en muchos aspectos de su vida. Los vínculos sociales se trasladan y se
reproducen en el paisaje; es decir, hay una idea muy generalizada de que los
cerros están emparentados entre sí, lo mismo que las entidades veneradas en
ellos. Por ejemplo, la gente dice que el Señor del Cerrito y el Señor de Chalma son
hermanos, al igual que el Cerrito Santa Cruz Tepexpan, el Cerro la Campana y el
Cerro de Santa Cruz de Ayotusco, nos indica Barrientos.  

Para concluir el entendimiento de la cosmovisión Otomí, Barrientos menciona que


los peregrinos establecen una relación de reciprocidad con las divinidades a las
que alimentan a través de ofrendas de fruta, flores, pan, danza, música y
“esfuerzo”, es decir, energía, fuerza. La peregrinación es la ofrenda en
reciprocidad al vigor y al sustento que de ellos reciben, pues para los otomíes la
tierra y su paisaje son entidades vivas. Esta noción de reciprocidad se expresa en
las relaciones rituales con las divinidades y también en las relaciones sociales. Los
vínculos de ayuda que se establecen tanto en las fiestas de los santos
patronos como en las peregrinaciones traen grandes beneficios colectivos;
implican una obligación de ayuda recíproca no sólo en la vida ritual sino en otros
aspectos de la vida, como por ejemplo la siembra y la cosecha, y el bautizo de los
hijos. Las obligaciones de la vida ritual se podrán extender inclusive después de la
muerte. 
Si bien, en un inicio el objetivo de nuestra investigación era centrarnos únicamente
en cómo eéste grupo indígena ejercía sus métodos de lucha y resistencia en
defensa de un territorio, después de lo anterior, nos hemos dado cuenta que
existen huecos, que no sólo se trata de un territorio cualquiera, sino de un territorio
simbolizado ancestralmente y que se ha estudiado de manera general, sin
ahondar en singularidades regionales. También se narran las fechas de rituales o
los sitios sagrados, pero poco se narra de cómo son esos rituales. Por lo tanto
para poder comprender la lucha de los Otomíes de la región de Xochicualutla en el
Estado de México, consideramos importante el conocer de manera específica sus
rituales, prácticas y costumbres relacionados al territorio que será afectado por la
construcción de la carretera México-Lerma.

Objetivo general:
Conocer de qué manera afecta el proyecto carretero México-Lerma en las
prácticas, costumbresterritorios,  cultura y cosmovisión del pueblo indígena otomí
que habita en San Francisco Xochicuautla

Objetivos específicos.
*Conocer acerca de las prácticas, costumbres, cultura y cosmovisión que se llevan
a cabo en la zona que afectará el proyecto carretero México-Lerma en el pueblo
otomí que habita en San Francisco Xochicuautla.
*Vislumbrar las afectaciones que podría causar en las prácticas, costumbres,
cultura y cosmovisión de los otomíes que habitan en San Francisco Xochicuautla.
METODOLOGÍA
Nuestra investigación tendrá un enfoque cualitativo, el cual se basará en el
método fenomenológico, dicho método propuesto por Husserl en su texto “La idea
de la fenomenología” (2012), rompe con el paradigma positivista y nos permite
nuevamente acercarnos al objeto del conocimiento. Nos hace reflexionar acerca
de la forma en la que nos acercamos a la cosa, al fenómeno. Tomando en cuenta
que fenómeno para Husserl es todo aquello que es no-yo. Él postula que no existe
una sola forma de acercarse al fenómeno. Este método nos dice que el
conocimiento es una vivencia psíquica, esto implica que el sujeto que conoce va a
nombrar los fenómenos desde la referencia de su propia experiencia. La
fenomenología considera tanto las particularidades del sujeto que conoce y
también considera al fenómeno como único y por tanto es necesario tomar en
cuenta todas sus particularidades. Hay múltiples modos de fenómeno y por lo
tanto hay múltiples formas de aprehenderlo.
Una cuestión que debemos poner en claro es acerca de cómo es que Husserl
concibe al conocimiento en la fenomenología. En ésta el conocimiento es puesto
en cuestión en todo momento. Todo conocimiento es un enigma incluyendo el
conocimiento desde el que se parte. Cabe aclarar que no se está asegurando que
el conocimiento no existe, esto llevaría a un absurdo.
Antes de continuar debemos puntualizar que nuestro fenómeno a estudiar es un
fenómeno social en el cual se implican sujetos.
¿Cómo encontramos la relación entre la fenomenología de Husserl y la
investigación cualitativa? En el texto “Estrategias de investigación” de Irene
Vasilachis (2008) se enumeran cuatro características propias de la investigación
cualitativa que concuerdan con la fenomenología. i) La adecuación de los métodos
y las teorías: al igual que Husserl, Vasilachis considera que es importante
acercarse al fenómeno para poder seleccionar el método que se utilizará. Sin
embargo, Vasilachis argumenta que para que una investigación cualitativa sea
válida debe evaluar el origen de los resultados, el material empírico y la apropiada
elección y aplicación del método; ii) la perspectiva de los participantes y su
diversidad: al igual que Husserl, Vasilachis considera la multiplicidad de los
fenómenos y sus particularidades Además ella integra que los actores sociales
tienen distintas prácticas y puntos de vista, debido a las diferentes perspectivas
subjetivas; iii) la flexibilidad del investigador y de la investigación: como ya se
había mencionado con Husserl el conocimiento es una vivencia psíquica, esto
además es para Vasilachis el tomar en cuenta la relación entre los sujetos y el
investigador forman parte de la investigación. Las reflexiones del investigador
sobre sus acciones, observaciones, sentimientos. Impresiones en el campo se
vuelven datos, forman parte de la interpretación y son documentados en diarios o
protocolos de contexto; iv) la variedad de enfoques y métodos en la investigación
cualitativa: nuevamente se coincide con Husserl al asegurar que no hay un solo
método para poder acercarnos al fenómeno. Varias perspectivas teóricas y sus
respectivos métodos caracterizan las discusiones y la práctica de la investigación
cualitativa.
Nuestra investigación que se centra en conocer sobre la cosmovisión, prácticas
religiosas y costumbres, del pueblo Otomí que habita en San Francisco
Xochicuautla, y cómo es que se relacionan con un territorio que ha sido
expropiado para la construcción de la carretera México-Lerma. Para lo anterior
trataremos de cumplir con las cinco finalidades propuestas por Maxwell y
retomadas por Vasilachis:
“1) Comprender los significados que los actores dan a sus acciones,
vidas y experiencias y a los sucesos y situaciones en los que
participan; 2) comprender un contexto particular en el que los
participantes actúan y la influencia que ese contexto realiza sobre sus
acciones; 3) identificar fenómenos e influencias no previstos y generar
nuevas teorías fundamentadas en ellos; 4) comprender los procesos
por los cuales los sucesos y acciones tienen lugar; 5) y desarrollar
explicaciones causales válidas analizando cómo determinados
sucesos influyen sobre otros, comprendiendo los procesos causales
de forma local, contextual situada.” (Vasilachis, 2008: 31)
me parece no muy buena tu aproximacion metodológica, por ejemplo esto de
causalidad, esta es una postura muy positivista cuando en ciencias sociales ya
sabemos que no existe tal relación entre una variable y otra de forma directa… si
no que el asunto es mucho más complejo.. un sistema complejo de relaciones
entre múltiples variables que corresponden a distitas dimensiones y que por lo
tanto no s epuede hablar de una como “consecuencia” de la tora como si se
tratara de un experimento químico.

Para poder cumplir nuestro objetivo: i) Se planea el realizar visitas periódicas a la


comunidad de San Francisco Xochicuautla y se tomará registro de las
experiencias en un diario de campo; ii) y se realizarán entrevistas.
Tu trabajo está bien planteado en términos de coherencia pero mem parece muy
pero muy pobre… la pregunta es muy general y poco problematizada
prácticamente te has quedado ahora sí en el fenómeno mismo sin poder
profundizar más… faltó mucho trabajo teórico y lecturas, tus referencias son muy
pobres como lad e la jornada, no es que esté mal, sino que es la única a la que te
refieres para un tema central!!! Del cual haces una afirmación contundente..
No integras marco teórico, hjay mucho sobre la cosmovisión de este pueblo que
no necesitas investigar porque ya está investigado… este es el problema
central… y que habiendo estudiado podrías haber profundizado más.. por otro
lado… hay grupos dentro de este movimiento por llamarlo así… y esta parte
social de cómo se organizan y cómo lo discuten, cómo estos conflictos terminan
rompiendo el tejido sociald e las comunidades, está ausente y me parece es
central.. en cualquier trabajo sobre esto enontrarás estos pleitos y rompimientos
internos de lso pueblos con lo que se debilitan mucho.. no todos aguantan las
presiones de estas luchas.. tampoco haces un recorrido histórico de los
acontecimientos que conforman este problema, cosa que se ve tiene tiempo y ya
deberías de haber recabado como parte de tus antecedentes..
El trabajo es bonito, está planteado concreto pero le faltó mucho en la
argumentación, en la pesrpectiva o enfoque y en el planteamiento del problema
por quedarte a nivel del problema social pero no profundizar. No has logrado
todavía genearr iun punto de vista.. una mirada particular que te permita
construuir y recortar el problema de estudio.
Igual es un trabajo my lindo, espero que el siguiernte trimestre logres meterte más
en el asunto.
Otra cosa la metodología es fatal.. estás haciendo un estudio de corte
etnográfico.. empieza por favor a leer sobre esto, lee mucho, te falta mucha
lectura, porque no es fácil adentrarte en una pobalción que está en conflicto con la
“Otredad”. Te puede afectar, ten cuidado.

Bibliografía
Barrientos, G. (2004). Otomíes. Pueblos indígenas del México Contemporáneo. EDOMEX: CDI.

Chávez, A. (Noviembre de 2014). Represión en Xochicuautla. México: La Jornada. Obtenido de


http://www.jornada.unam.mx/2014/11/08/oja-gobierno.html

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. (s.f.).

Husserl, E. (2012). La idea de fenomenología. México: Herder.

López Bárcenas, F. (24 de 07 de 2015). La nueva guerra contra los indígenas. Recuperado el
Noviembre de 2015, de http://www.jornada.unam.mx/2015/07/24/opinion/017a2pol

Vasilachis, I. (2008). Estrategias de investigacion cualitativa. México: Gedisa.

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