LyE Norma Lozano
LyE Norma Lozano
LyE Norma Lozano
Lógica y Epistemología
Lic. Norma Angélica Lozano Aguilar
Área: Metodología y
Práctica del Trabajo Social
Semestre: 1°
Créditos: 8
Carácter: Obligatoria
Presentación 3
Introducción 4
Objetivo general 7
Temario general 8
Mapa conceptual 10
Unidades de estudio
Unidad 1 Conceptos y delimitación del campo de
la lógica y la epistemología 11
Unidad 2 Proceso de construcción del conocimiento y sus elementos
fundamentales (relación sujeto – objeto) 28
Unidad 3 La metodología de la ciencia 48
Glosario 105
Bibliografía 107
2
PRESENTACIÓN
Este material es perfectible, por ello, con el apoyo de las experiencias de los
estudiantes y otros profesores, serán revisados y actualizados de manera
permanente por el asesor, cuyos aportes sin duda, contribuirán para su mejora y
enriquecimiento.
3
INTRODUCCIÓN
Uno de los temas más recurrentes en la historia del pensamiento es, sin lugar a
dudas, aquél que versa sobre el pensamiento mismo, esto es, sobre el
conocimiento; de tal suerte que la epistemología o teoría del conocimiento,
disciplina filosófica que indaga sobre la naturaleza del conocimiento, constituye
una de las ramas más importantes en el árbol del saber universal. El asombro del
hombre por las cosas del mundo, su necesidad de sobrevivir como especie y de
satisfacer su tendencia natural cognoscitiva, le abren las puertas al conocimiento.
Pero el asombro humano no termina con el hecho del conocimiento, pues además
de construir teorías de diversa índole sobre la realidad, la atención se fija en el
conocimiento con el afán de comprenderlo: no es suficiente el conocimiento de las
cosas ni el intento de conocerse a sí mismo, sino que es necesario además
responder a cuestiones sobre ¿cómo sabemos que sabemos algo?, ¿cómo
construimos el conocimiento?, ¿por qué unos conocimientos son mejores que
otros?, ¿cómo fundamentamos nuestro conocimiento?, etc. De esa manera surge
la Teoría del conocimiento cuyo objetivo es desentrañar la naturaleza del
conocimiento y su justificación.
4
conocimiento válido es el que se adquiere por la experiencia sensorial o sólo por la
razón. La tercera es una indagación sobre el objeto del conocimiento, si
conocemos una realidad independiente del sujeto o si la realidad misma es una
construcción del sujeto, es decir, que está en la mente del sujeto. En un segundo
acercamiento, el conocimiento se concibe como creencia verdadera justificada.
Desde esta perspectiva, se analizarán las nociones de verdad, justificación y
objetividad del conocimiento, en los cuales concurren los aspectos sociológicos y
psicológicos del conocimiento.
El análisis lógico formal, por su parte, se incluye en el curso como una herramienta
poderosa para el tratamiento de las cuestiones señaladas. Su estudio es
introductorio, toda vez que no se dispone del tiempo necesario para desarrollarlo
con amplitud. Sin embargo, se incluyen los temas necesarios para aplicarlos al
análisis del conocimiento, el cual se expresa por medio de enunciados. Por tal
motivo, los temas de lógica que se incluirán en la tercera unidad son los de validez
formal desde la óptica de la lógica deductiva y, además, la posibilidad de una
lógica inductiva.
5
evaluación y seguimiento de proyectos sociales, cuyo objeto es mejorar las
condiciones de vida de los distintos sectores sociales. Para realizar estas tareas,
el trabajador social debe incluir en su práctica profesional los conocimientos que
ofrece la investigación científica desde diversas disciplinas, como la sociología,
psicología, derecho, historia, urbanismo, medicina, etc. La epistemología, de esta
manera, se contempla como una reflexión filosófica sobre el valor de la ciencia, su
validez, su objetividad y su aplicabilidad, en la comprensión y explicación de los
fenómenos sociales para poder actuar de manera más eficiente sobre ellos.
6
OBJETIVO GENERAL
7
TEMARIO GENERAL
8
a) Hipótesis, contrastación y valoración
3.4 Conceptos de ley, teoría y modelo
9
MAPA CONCEPTUAL
• Escepticismo • Tautología
Tabla de verdad
• Dogmatismo • Contingencia
• Idealismo
Conocimiento
(gnoseología) • Empirismo
Validez formal Premisas
• Racionalismo
• Pragmatismo
• Realismo Enunciados
Verdad • Trascendente
• Inmanente
• Argumentación
• Contrastación
Justificación • Verificación
• Refutación
• Falsación
• Hipótesis
• Ley
Ciencia
• Teoría
• Modelo
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UNIDAD I
Introducción
La epistemología es una disciplina que tiene por objeto de estudio el conocimiento,
el cual es abordado desde la perspectiva de la filosofía, utilizando el análisis lógico
como uno de sus métodos más importantes. En esta unidad se estudiarán las
nociones básicas de “filosofía”, “epistemología”, “teoría del conocimiento”, “filosofía
de la ciencia” y “lógica”, para identificar sus relaciones y sus diferencias y poder
delimitar el campo de cada una de ellas. Respecto de la filosofía, debido a que no
se trata de un concepto unívoco, sino que adquiere infinidad de significados, se
darán algunos elementos que les permitan a los alumnos familiarizarse con ella.
11
Finalmente se abordará el problema de la verdad, como una cuestión central de la
teoría del conocimiento. Se analizará específicamente la posibilidad de verdad del
conocimiento y los enfoques correspondentistas y coherentistas, y se presentará
la idea de una epistemología que prescinda de la verdad. Es importante señalar
que se identificarán las diferencias entre verdad y validez formal, pues estas dos
ideas generan algunas confusiones.
Objetivos
1. Que los alumnos conozcan, comprendan y distingan las nociones que se
tienen de la epistemología, la teoría del conocimiento, la filosofía de la ciencia y
la lógica.
2. Que los alumnos conozcan y comprendan los problemas centrales que se
plantea la epistemología como teoría del conocimiento y como filosofía de la
ciencia.
3. Que conozcan y comprendan los principales criterios de demarcación de la
ciencia.
4. Que sean capaces de distinguir entre la verdad de las proposiciones y la
validez del razonamiento.
Temario
1. Conceptos y delimitación del campo de la lógica y la epistemología
1.1 La filosofía, la epistemología y la lógica
1.2 La epistemología y sus problemas
1.3 Conocimiento y ciencia
1.4 La búsqueda de la verdad
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como un caos, pues cada una de las cosas que lo constituyen es única y distinta a
todas las demás, es decir, son singulares. Esta singularidad las hace complejas a
los ojos del hombre, pues cada una de ellas presenta sus propias características,
si no infinitas, sí muy complejas. Además, las cosas están en un movimiento
constante, son dinámicas, devienen, con lo que se dificulta su comprensión.
Para tratar de comprender y explicar las cosas, el hombre construye teorías, esto
es, conocimientos que tratan de captar lo que hay de general en las cosas y lo que
permanece en ellas a través del cambio. Por medio de las teorías cognoscitivas se
logra tener una imagen ordenada del mundo y en ellas, en las teorías, las cosas
encuentran su lugar. Ejemplos de teorías que comprenden y dan explicaciones de
los fenómenos que ocurren son el sentido común, los mitos, la magia, la ciencia, la
religión, etc. Cada uno de estos tipos de teorías trata por una parte de ofrecer una
imagen adecuada del mundo y de explicar los fenómenos de manera convincente.
Más allá de las teorías que se construyen para comprender, explicar y dominar el
mundo, el deseo humano por conocer toma también por objeto de estudio al
conocimiento mismo, es decir, además de conocer las cosas, tratamos también de
conocer nuestro propio conocimiento, su naturaleza, su alcance, sus limitaciones.
En esta tarea de comprender el conocimiento mismo, se construyen también
teorías, por ejemplo psicológicas, que pretenden explicar en qué consiste el
proceso conductual por medio del cual conocemos las cosas; también
sociológicas, que tratan de comprender y explicar el conocimiento en tanto
producto social; neurofisiológicas, cuyo propósito es saber cuáles son los
procesos físico-químicos del cerebro humano y del sistema nervioso que hacen
posible el conocimiento; filosóficas, que se cuestionan por los criterios según los
cuales podemos llamar a algo conocimiento. La filosofía del conocimiento, la cual
se denomina teoría del conocimiento, se caracteriza porque trata de establecer
criterios que distingan el conocimiento de otros tipos de pensamiento.
13
Ya desde la antigüedad, los filósofos griegos se preocuparon por determinar qué
es el conocimiento y distinguirlo de otras formas de pensamiento. Platón hizo una
distinción entre doxa y episteme, es decir, entre la mera opinión o creencia y
conocimiento o ciencia. La episteme es ciencia en tanto que es conocimiento
verdadero justificado, lo cual la diferencia de la doxa, que es una creencia
imprecisa, sujeta a dudas y a correcciones. El problema de la teoría del
conocimiento o epistemología, llamada así por referencia a la idea platónica de
episteme, consistirá entonces en determinar cuándo una creencia puede ser
considerada realmente como conocimiento, como episteme, como ciencia. El
mismo Platón trata de solucionar esta cuestión al señalar que la episteme es un
saber verdadero y, además, que tenemos razones suficientes para aceptarlo como
tal.
Fue Pitágoras quien dio sentido exacto a las palabras filosofía y filósofo al
mencionar que “todos los que ponían sus afanes en la contemplación de las cosas
eran considerados y llamados sabios; ...” 1 Posteriormente Platón, en el diálogo
1
Sanabria, José Rubén. , Introducción a la filosofía, Editorial Porrúa, México, 1996, p.20
14
titulado Fedro, distingue entre el saber humano y el saber divino cuando hace
decir a Sócrates, que “el nombre del sabio mi querido Fedro, sólo le conviene a
Dios”. 2 En la época de los sofistas y de Sócrates la palabra filosofía se ocupa para
“designar el ejercicio sistemático del conocimiento teórico” 3 . Y es a partir de este
momento cuando la palabra filosofía empieza a evolucionar y se va precisando.
Pero no es sólo la admiración ante las cosas lo que motiva al filósofo, sino también
la admiración por el ser humano y la propia persona. Sócrates, en la plaza de
Atenas, en el Ágora, pregonaba su famosa frase “¡conócete a ti mismo!”. En el
siglo XX, Karl Jaspers, filósofo alemán existencialista, dice que la filosofía es la
admiración, la duda y la conciencia de estar perdidos, lo cual nos llevará al
conocimiento del hombre. Autores como Martín Heidegger, consideran que la
filosofía es una “competencia que es capaz de buscar algo con la mirada y poner a
la vista y mantener en vista lo que la filosofía busca precisamente con la mirada” 6 ,
a esto se le llama una actitud contemplativa.
Por lo tanto, podemos afirmar que la filosofía es una tarea intelectual que pretende
dar explicaciones y significados acerca del universo, la inteligencia contemplativa y
la explicación de lo contemplado. Aplicada a la teoría del conocimiento, la filosofía
es también admiración por el conocimiento mismo, y, al mismo tiempo, es un
2
Ibídem, PP. 20,21
3
Ibídem
4
Ibídem, P. 23
5
Ibídem
6
Ibídem, P. 18
15
intento por saber qué es el conocimiento, cuál es su origen, su sentido, sus
alcances, sus limitaciones, entre otras cosas.
16
verdad de las premisas. No es válido si las premisas son verdaderas y la
conclusión falsa, o bien si la verdad de la conclusión no depende de la verdad de
las premisas. Para saber si un razonamiento es válido, la lógica ha desarrollado lo
que se conoce como métodos de decisión, esto es, procedimientos que nos
permitan decidir en qué circunstancias un razonamiento es válido o no. Estos
procedimientos requieren, en primer lugar, de un lenguaje formalizado que nos
permita analizar con mayor precisión la estructura de nuestros razonamientos. Se
trata de lenguajes artificiales que presentan esa estructura. Debido al uso de estos
lenguajes, la lógica actual recibe el nombre de “lógica simbólica”. Existen varios de
estos lenguajes, los cuales son muy útiles para poder decidir sobre la validez
formal del razonamiento. Algunos de ellos corresponden a la lógica de
enunciados, a la lógica de predicados, a la lógica de clases, a la lógica de
relaciones, entre otros, que son los sistemas elementales de la lógica.
17
algunos, para otros no lo es. Además, cuando parece que ya conocemos algo, ese
algo cambia y entonces necesitamos un nuevo ejercicio de conocimiento para
volverlo a conocer. Por otra parte, nos damos cuenta de que cada una de las
cosas es individual e irrepetible, por ejemplo Sócrates, Platón o Aristóteles, y sin
embargo los englobamos a los tres junto con otros muchos bajo el término general
de “filósofos griegos clásicos”. El problema consiste en cómo explicar que lo
general sea un conocimiento de lo individual.
Problemas de este tipo dan origen a la teoría del conocimiento, la cual se plantea,
en primera instancia, el problema de la naturaleza del conocimiento: ¿Qué es el
conocimiento? De la respuesta a esta pregunta dependerá en gran medida el
desarrollo de la epistemología. Nosotros consideramos dos posibles respuestas.
De acuerdo con la primera, el conocimiento se entiende como un tipo de relación
entre un sujeto que conoce y un objeto que es conocido. Desde esta perspectiva,
la epistemología tendrá que abordar cuestiones sobre el sujeto en tanto
cognoscente, sobre el objeto en tanto objeto de conocimiento y sobre la relación
que se da entre ambos. De acuerdo con la segunda, el conocimiento se entiende
como un tipo de creencia verdadera justificada, según se muestra en el análisis
tradicional del conocimiento. Según esta noción el conocimiento consiste en un
saber proposicional, es decir, “que se refiere a un hecho o situación expresados
por una proposición”. 7 A este tipo de conocimiento se le conoce en nuestra lengua
como “saber”. En el análisis tradicional del conocimiento, un sujeto S sabe que p,
en donde p es una proposición, si se cumple con las siguientes condiciones:
i) S cree que p,
ii) p es verdadera, y
iii) S está justificado en creer que p.
7
L. Villoro, Creer, saber, conocer, Editorial siglo XXI, México, 1982 P. 14.
18
creencia 8 , el problema de la verdad y el problema de la justificación de creencias.
Estos problemas, aunque pueden ser tratados de manera independiente,
mantienen relaciones muy estrechas entre sí lo cual se manifiesta en algunas de
sus posibles soluciones.
Sin duda, hay muchas otras respuestas a la pregunta sobre la naturaleza del
conocimiento, por ejemplo la que dice que conocer es un modo de interpretar la
realidad (hermenéutica), o el modo como se reconstruye la realidad
(constructivismo), etc., pero no se pueden estudiar todas en un curso como este.
Así pues, a partir de nuestras dos nociones de conocimiento –como relación entre
sujeto y objeto, y como creencia verdadera justificada–, en tanto respuestas a lo
que es el conocimiento, surgen otros problemas no menos importantes, los cuales
han sido sugeridos en el párrafo anterior y que ahora hacemos explícitos. Una
cuestión común a ambas concepciones es la pregunta sobre la posibilidad misma
del conocimiento: ¿puede realmente el sujeto conocer el objeto? ¿Existe alguna
manera de poder justificar nuestras creencias con un alto grado de certeza? A
estas cuestiones se puede responder de manera afirmativa resaltando la
posibilidad del conocimiento, o bien, de manera negativa, diciendo que conocer el
objeto con certeza o la justificación de creencias es una tarea imposible de
realizar. La respuesta negativa se conoce con el nombre de escepticismo, y
consiste en dudar que podamos alcanzar un conocimiento cierto de las cosas o de
justificar adecuadamente nuestras creencias. El escepticismo se presenta a lo
largo de la historia del pensamiento como un reto para la teoría del conocimiento,
al grado de que la epistemología ha sido considerada básicamente como un
intento de responder al escepticismo.
8
Se entiende por creencia, de acuerdo con Villoro, “tener algo por verdadero pero sin estar seguro de ello,...
equivale a suponer, presumir, conjeturar...” P. 15
19
conocimiento como relación sujeto-objeto, preguntamos sobre el sujeto del
conocimiento: ¿cómo hace el sujeto para conocer el objeto? Esta cuestión tiene al
menos dos respuestas, el empirismo y el racionalismo. De acuerdo con la primera,
el sujeto conoce el objeto por medio de la experiencia sensible. Para el
racionalismo, el sujeto conoce el objeto sólo por medio de la razón. Filósofos
empiristas famosos han sido Francis Bacon, John Locke, George Berkeley, David
Hume, Augusto Comte, John Stuart Mill, Rudolf Carnap, entre otros muchos. Entre
los racionalistas están Renato Descartes, Benito Spinoza, Godofredo Leibniz, etc.
20
Otra pregunta interesante es aquella que cuestiona sobre la verdad: ¿cuándo
podemos decir que una creencia es verdadera? La respuesta tradicional dice que
es verdadera cuando esa creencia corresponde con la realidad, es decir, cuando
hay concordancia entre nuestro pensamiento y la realidad. A esta noción de
verdad se le conoce como correspondentismo. Sin embargo, a pesar de que la
teoría de la verdad como correspondencia parece afirmar algo natural, ha sido
cuestionada seriamente, pues implica la aceptación de una realidad distinta del
pensamiento para que pueda haber correspondencia. Como ya hemos anotado,
hay al menos una corriente que afirma que no hay una realidad que sea
independiente del pensamiento, y que es el idealismo. Por tanto la noción de
verdad sale sobrando en esta corriente. Hay otras alternativas a la teoría de la
correspondencia, y son la idea de la verdad como coherencia y las teorías que
afirman que la idea de verdad es algo ocioso, como afirman las teorías
deflacionistas de la verdad.
21
limitaba únicamente al saber empíricamente contrastable, regido por el método
científico y aceptado por una comunidad científica, sino que se refería, de manera
general, al saber, al conocimiento, que se consideraba verdadero y que se estaba
justificado para aceptarlo como tal.
La teoría del conocimiento, de acuerdo con estas ideas, se dirigirá al estudio del
conocimiento considerado de manera general, tomando en cuenta todo lo que
pueda ser llamado conocimiento, mientras que el conocimiento científico en
particular, será estudiado por una disciplina relativamente nueva, la filosofía de la
ciencia, la cual surge a principios del Siglo XX. Esto es así porque la teoría del
conocimiento consiste en una búsqueda y delimitación de los criterios para que un
pensamiento o creencia pueda ser considerado como conocimiento. La filosofía de
la ciencia, por su parte, tratará de establecer criterios para distinguir, delimitar o
demarcar la ciencia de otros tipos de conocimiento, entre otras cosas.
22
punto de vista, la verdad se predica de proposiciones o de juicios, no de las cosas.
Las cosas, por ejemplo una mesa o una silla, no son verdaderas, pues no son
conocimiento. De ellas podemos decir que existen o no existen, pero no que son
verdaderas o falsas. Tampoco se dice del razonamiento, pues un razonamiento es
válido o no lo es, pero no es ni verdadero ni falso. Sin embargo, de manera más
amplia, podemos hablar de una verdad epistémica, de una verdad ontológica y de
una verdad lógica. La verdad epistémica se dice del conocimiento o de las
proposiciones; la verdad ontológica, en la tradición escolástica, se dice de todas
las cosas pues constituye uno de los trascendentales del ser, junto con la unidad y
la bondad; la verdad lógica se dice de la coherencia de nuestro sistema de
creencias. De cualquier modo, la verdad ontológica se dice de las cosas para
denotar su existencia, la verdad lógica se dice del razonamiento para denotar su
validez. Por tanto, la noción de verdad más correcta es, propiamente, la
epistémica.
23
exactamente que la nieve es blanca. Al poner la proposición “la nieve es blanca”
entre comillas, nos estamos refiriendo a la proposición misma; pero cuando
quitamos las comillas ya no nos referimos a la proposición, sino que la usamos
para designar un hecho, en este caso, el hecho de que la nieve es blanca. Por
tanto, esta noción de verdad lo que hace notar es que hay una correspondencia
entre una proposición en sí misma y el hecho que denota. Luis Villoro, filósofo
mexicano, se inclina por la aceptación de la verdad como correspondencia:
“Afirmar que un enunciado es verdadero es afirmar que lo enunciado forma parte
del mundo real, independiente de que otros sujetos coincidan en enunciarlo”. 9
Ahora bien, una cosa es dar una definición de verdad y otra es justificar la verdad,
pues, dada una noción de verdad, es necesario luego establecer los criterios para
justificar que un conocimiento o una proposición sea verdadero. En este sentido
podemos apelar a dos posturas diferentes: el internalismo y el externalismo. La
postura externalista “parte de la intuición de que aquello que hace verdadera o
falsa a una creencia debe ser algo distinto de las creencias mismas” 10 . Por su
parte, una postura internalista admitirá que “todas nuestras creencias dependen
fuertemente de las capacidades y recursos con los que contamos en tanto seres
racionales y sensibles” 11 . En esta última postura se establece una fuerte relación
entre verdad y justificación, en tanto que en el caso del externalismo no hay esta
relación entre justificación y verdad, pero ambas propuestas generan una gran
cantidad de controversias.
9
L., Villoro, 1990, Sobre justificación y verdad: respuesta a León Olivé”, Critica, No. 65, México, P.83.
Citado Por 9 Pérez Ransanz Ana Rosa, Verdad y justificación, diánoia, 1992. P.85
10
Ibídem
11
Ibídem
24
que está en el fondo de la teoría de la verdad como adecuación. Es no epistémico
porque la verdad no se conoce, sino que se descubre, pues si hay sólo una
realidad entonces sólo habrá una verdad, lo que Putnam llama el punto de vista
del Ojo de Dios. Putnam, al criticar al realismo metafísico, esta apelando a una
postura internalista, en donde la realidad no es algo que sea totalmente
independiente del sujeto, pues toda la realidad está impregnada de la huella
humana. Por tanto, el conocimiento y la verdad dependen de las capacidades y
disposiciones humanas para conocer. Él propone una teoría que llama “realismo
interno”, pues acepta la existencia de la realidad pero con la impronta del hombre.
La verdad tiene, por tanto, un carácter fundamentalmente epistémico que no
consiste en la correspondencia de nuestras teorías con los hechos objetivos, sino
en una idealización de la aceptabilidad racional de las teorías. La verdad,
entonces, es una noción pragmática, o sea, una teoría ideal, desde el punto de
vista pragmático (útil, simple, plausible, etc.), no puede ser falsa.
La discusión sobre la verdad es muy amplia, como podemos ver. Sin embargo
destacan estas teorías que hemos expuesto: la verdad como adecuación, la teoría
correspondentista y la teoría pragmática de la verdad. Hay sin embargo otras
teorías que consideran que la verdad es una noción que sale sobrando al
momento de expresar nuestras opiniones, pues si decimos “La nieve es blanca”,
es porque La nieve es blanca. Intentar decir que el enunciado “La nieve es blanca”
es verdadero es ocioso, pues si no creyésemos que es verdadero no lo diríamos.
Por nuestra parte, consideramos que es necesario seguir discutiendo estas
cuestiones, pues nos ayudan a clarificar más nuestra noción de conocimiento.
Resumen
La teoría del conocimiento es una disciplina filosófica que trata sobre la naturaleza
del conocimiento. Una de sus orientaciones es su consideración del conocimiento
como una relación entre un sujeto que conoce y un objeto que es conocido.
Respecto de esta relación se plantea primero el problema de la posibilidad del
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conocimiento, es decir, ¿podemos conocer algo con verdad y certeza? Si la
respuesta es afirmativa, se pregunta luego por el sujeto del conocimiento, esto es,
¿cómo hace el sujeto para conocer algo? Posteriormente se cuestiona sobre el
objeto del conocimiento, o sea, ¿qué es lo que conocemos? Las respuestas a
estas tres cuestiones darán origen a varias corrientes epistemológicas. El
escepticismo y el dogmatismo a la primera pregunta; el empirismo y el
racionalismo, a la segunda; el idealismo y el realismo, a la tercera. Estas
corrientes adquirirán a su vez diversas formas de las cuales se retomarán algunas,
como el relativismo, el pragmatismo, el subjetivismo, etc.
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fundamentalista, pues los enunciados se pueden verificar apelando a la
experiencia sensible, la cual se instituye como el fundamento del conocimiento.
Para Popper, al contrario, la demarcación no se determina con un criterio de
significado, sino con el criterio lógico empírico de la falsación, de tal manera que
una teoría es científica si y sólo si sus enunciados son falsables al menos en
principio. Para Kuhn y lo que ha dado en llamarse la “nueva filosofía de la ciencia”,
una teoría es científica si existe un paradigma que la sustente. Los paradigmas
son realizaciones teóricas aceptadas por una comunidad científica en un tiempo y
lugar determinados. Por eso, con la filosofía de la ciencia kuhniana, la ciencia se
determina más que por su apelación a la experiencia o a criterios lógicos, por el
concurso de las comunidades científicas. Esto último se ha extrapolado diciendo
que la ciencia es lo que los científicos dicen que es.
La lógica formal, junto con las matemáticas, conforman el eje central de lo que
suele denominarse como ciencias formales, las cuales, a diferencia de las ciencias
empíricas, no requieren contrastarse en la experiencia sino que surgen y se
validan en el pensamiento, en la razón. Alfredo Deaño dice que la lógica es la
ciencia que trata acerca de la validez formal del razonamiento. Para ello se vale de
diversos procedimientos de decisión tales como las tablas de valores de verdad, la
demostración axiomática, los sistemas de deducción natural, entre otros. El
procedimiento de las tablas de valores de verdad nos ayuda a determinar si el
enunciado que representa un argumento es tautológico, contingente o
contradictorio. El primero es un enunciado cuyos valores de verdad son siempre
verdaderos; el segundo puede asumir valores verdaderos o falsos; el tercero tiene
todos valores falsos. Por eso, las tautologías son el tema central de la lógica
desde esta concepción, y su estudio será central para analizar la validez de las
argumentaciones presentadas por la epistemología.
27
UNIDAD II
Introducción
El conocimiento entendido como relación entre sujeto y objeto se plantea al menos
tres preguntas, como se ha señalado en la unidad anterior. En esta unidad se
analiza cada una de esas preguntas así como las soluciones que se han ensayado
a las mismas. La primera cuestión aborda la relación cognoscitiva propiamente
dicha: ¿se puede dar el conocimiento? ¿Puede el sujeto realmente conocer el
objeto? Las soluciones clásicas a esta cuestión son el escepticismo y el
dogmatismo. La segunda cuestión aborda el problema del sujeto de conocimiento,
sobre las facultades que pone en práctica para poder conocer. Las soluciones que
se han dado se agrupan en dos corrientes, el empirismo y el racionalismo. La
tercera pregunta por el objeto del conocimiento: cuando conocemos algo ¿qué es
lo que conocemos? Algunos han dicho que hay una realidad independiente de la
conciencia y que conocemos esa realidad; otros han dicho que la realidad es
inmanente al sujeto, y es esa realidad lo que conocemos. La primera se conoce
como realismo; la segunda como idealismo. Hay otras cuestiones importantes
respecto del sujeto de conocimiento, por ejemplo si el sujeto es individual o
colectivo; si el conocimiento se da independientemente de la sociedad o depende
de ella. Estos son temas que se abordan en esta unidad.
Objetivos de la unidad
1. Que el alumno conozca y comprenda cada una de las corrientes
epistemológicas que intentan dar soluciones al problema del conocimiento
entendido como relación sujeto-objeto.
2. Que el alumno analice esas corrientes y ensaye una respuesta personal al
problema del conocimiento.
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3. Que el alumno conozca e integre los aspectos sociológicos en la noción de
conocimiento y establezca relaciones entre estos elementos y la práctica
profesional del trabajo social.
Temario
2.1 El objeto del conocimiento
a) Tipología ontológica
b) El concepto de “realidad”
c) El concepto de “objetividad”
2.2 El sujeto del conocimiento
a) El conocimiento subjetivo
b) Intencionalidad e interés
c) Pensamiento, lenguaje e ideas
2.3 La relación sujeto-objeto
a) La realidad social y su interrelación
b) Sociedad y cultura: el sujeto como producto social
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conocimiento. En lo que sigue abordaremos la cuestión desde esta última
perspectiva.
a) Tipología ontológica
La ontología es una disciplina filosófica que estudia el ser. Las raíces etimológicas
griegas de ontología son ontos que significa ser y logos que es tratado o estudio,
de ahí que ontología sea el tratado o estudio del ser. Aunque el mundo está
compuesto de cosas o seres individuales, concretos, la ontología trata en primera
instancia sobre el ser en general, es decir, sobre lo que hay de común en todas las
cosas, sobre el rasgo común que comparten todas las cosas. De esta manera, se
considera que lo que tienen de común todas las cosas es precisamente el “ser”, lo
cual se muestra cuando decimos algo de una cosa, es decir, cuando predicamos
algo de un sujeto, por ejemplo, cuando decimos “El Árbol de la Noche Triste es
alto”, o “Este papel es blanco”, antes de decir “alto” o “blanco” decimos “es”. De
todas las cosas, entonces, decimos el ser en primera instancia aunque luego
digamos qué son, cómo son, para qué son, entre otras cosas.
Desde este punto de vista, surgen varias cuestiones que trataremos de responder
de manera adecuada. La primera de ellas, que ya hemos planteado, es la
pregunta por la naturaleza del objeto en su relación con el sujeto que lo conoce:
¿existe el objeto independientemente del pensamiento o sólo existe en la medida
en que es pensado? Dos de las respuestas que se han dado a esta cuestión son
el idealismo y el realismo. Según la primera, el objeto, las cosas, existen
solamente en tanto que son pensadas; de acuerdo con la segunda, las cosas
30
existen independientemente del pensamiento. Nótese que no se niega la
existencia de las cosas, pues lo que se plantea es la dependencia o
independencia de las cosas respecto del pensamiento.
La segunda cuestión que podemos plantear es sobre los distintos tipos de objeto
de conocimiento, pues no todo lo que conocemos tiene el mismo status ontológico.
Así, podemos distinguir entre el conocimiento de los objetos que conforman la
naturaleza y al sujeto de conocimiento en tanto constituye él mismo objeto de su
propio conocimiento. Esta diferenciación nos llevará a distinguir entre dos tipos de
conocimiento científico específicamente: las ciencias de la naturaleza y las
ciencias sociales o humanas. Las ciencias de la naturaleza, desde este punto de
vista, tienen por objeto de estudio las cosas que son distintas del hombre; las
ciencias del hombre o sociales tienen por objeto de estudio al hombre mismo, pero
no en su constitución biológica, sino en tanto ser que conoce, que actúa con una
intención, que piensa y que es consciente de su pensamiento. El hombre, como
animal biológico, puede ser estudiado por la biología, que se considera una
ciencia de la naturaleza; sin embargo, considerado como un ser intencional,
consciente, es estudiado por las ciencias del hombre como la sociología, la
política, la psicología, la lingüística, etc.
Cabría una tercera cuestión sobre el objeto de conocimiento, pues hay objetos que
podemos captar por medio de la experiencia sensible y hay otros que podemos
captar sólo por medio de la razón. Los objetos que podemos captar por medio de
la experiencia son aquellos estudiados por las ciencias empíricas, dentro de las
cuales se encuentran tanto las ciencias de la naturaleza como las ciencias
humanas o del hombre; los objetos que podemos captar sólo por medio de la
razón son aquellos estudiados por las ciencias formales, como la lógica y las
matemáticas.
31
- Ciencias de la naturaleza
Empíricas
- Ciencias del hombre o sociales
Ciencias
b) El concepto de “realidad”
Una de las discusiones centrales en la teoría del conocimiento es la que trata
sobre el concepto de realidad. Desde el punto de vista de la teoría del
conocimiento, la realidad constituye el objeto del conocimiento, es decir, aquello
que el sujeto pretende conocer. La realidad, desde este punto de vista, se puede
concebir como algo distinto del sujeto que conoce, algo que existe de manera
separada al sujeto, y que éste se representa en el pensamiento, conformando así,
a partir de esta representación, el contenido del conocimiento mismo. Pero
también se puede concebir como algo inherente al mismo pensamiento, y que,
cuando el sujeto conoce, ésta aflora en el pensamiento mismo. La primera
posición recibe el nombre de “realismo”; la segunda, de “idealismo”.
32
El idealismo, en primer lugar, es una corriente de pensamiento que tiene su auge
con los filósofos idealistas alemanes de finales del Siglo XVIII y principios del XIX:
Kant, Fichte, Schelling, Hegel, aunque tiene antecedentes por ejemplo en el
idealismo empirista de Berkeley. Algunos consideran que Platón era un filósofo
idealista, pues según él, la realidad que captamos por medio de la sensación es
una realidad ficticia, mientras que la verdadera realidad reside en el mundo de las
ideas, en un mundo que está más allá del mundo sensible y que sólo se alcanza
por medio del recuerdo, pues antes de tener un cuerpo, nuestro cuerpo, nuestra
alma habitaba en ese mundo de las ideas, donde contemplaba la realidad tal como
es ella misma. Pero al ser encarnada, el alma olvida lo que ya conocía, y luego
sólo a través del recuerdo o reminiscencia, puede volver a conocer las ideas. Pero
Platón, a pesar de que afirma que el verdadero conocimiento está en las ideas, no
es un filósofo idealista, pues aunque el objeto del conocimiento sean las ideas,
éstas existen independientemente de que las pensemos, es decir, las ideas no
existen en el pensamiento, sino que existen por sí mismas más allá del mundo
sensible.
33
nosotros, sino que lo que conocemos es nuestra propia experiencia. Por ejemplo,
cuando conocemos un árbol, no es el árbol exterior a nosotros lo que conocemos,
sino la imagen del árbol reflejada en nuestros ojos. Cómo sea el árbol exterior no
lo sabemos, pues lo único que sabemos es cómo es la imagen contenida en
nuestra experiencia. Así, para él, el ser, las cosas, son lo que percibimos.
12
Yurén Camarena, Ma. Teresa. , Leyes, Teorías, y modelos, Editorial Trillas, México 1998
34
c) El concepto de “objetividad”
La idea de objetividad es una noción que se aplica al conocimiento y se entiende
como lo opuesto a subjetividad. Un conocimiento es subjetivo si depende
solamente de la apreciación de un sujeto. En cambio, es objetivo cuando no
depende de los caprichos de nadie, sino que puede ser justificable por cualquier
persona. Cuando se habla de objetividad no se está hablando de un conocimiento
aceptado por la mayoría de las personas, sino que hay un procedimiento para que
cada una de las personas constate, justifique, compruebe, ese conocimiento. De
esta manera, se abandona la subjetividad para dar paso a la intersubjetividad. La
intersubjetividad es una condición para la objetividad.
a) El conocimiento subjetivo
Al analizar el conocimiento, nos damos cuenta de la importancia del sujeto y, por
lo mismo, de los problemas que se generan cuando se considera al sujeto. La
cuestión que ya hemos planteado es la de cómo conoce el sujeto, cuáles son las
facultades que utiliza para lograr el conocimiento. La tradición filosófica, desde
Platón hasta nuestros días, nos presenta una imagen dualista del hombre, lo que
35
nos da dos elementos de la persona humana: lo sensible y lo intelectual, el cuerpo
y el alma, lo mental y lo corpóreo. Estos elementos son distintos, pues tienen
características que nos parecen incompatibles, pero que, sin embargo, se
manifiestan de manera unitaria en la persona humana. Lo sensible, lo corpóreo
capta únicamente lo singular de las cosas: cuando vemos o sentimos algo lo que
hacemos es ver y sentir únicamente esa cosa que es individual; cuando pensamos
intelectualmente algo, no pensamos una cosa concreta, sino la idea de la cosa, la
cual es general. El conocimiento sensible, por tanto, únicamente nos da imágenes
concretas de las cosas; el conocimiento intelectual nos permite tener ideas
generales de las cosas.
13
Ibídem, Hessen, pp. 53,54
36
conocimiento de lo general, de lo que no cambia, optó por rechazar el primero por
ser un conocimiento inseguro y aceptar el segundo. Ahora bien, según su famoso
mito de la caverna, el conocimiento sensible es conocimiento de las cosas que son
un reflejo de la verdadera realidad, del mundo de las ideas. De esta manera, para
salir del mundo de las puras apariencias hay que liberarse de la caverna y salir a
la luz para poder contemplar la verdadera realidad.
Aristóteles critica la actitud de Platón por poner la realidad más allá del mundo de
la sensación y por negar, por tanto, la validez del conocimiento sensible. Él
propone que las cosas las conocemos en primera instancia a través de los
sentidos, que la sensación nos pone en relación directa con las cosas, y que
luego, por medio de un proceso que llama abstracción, podemos llevar la
sensación al intelecto para conformar las ideas. Esto es posible porque Aristóteles
piensa que todas las cosas están compuestas de materia y forma, que son dos
principios constitutivos de la realidad. Así, cuando tenemos la sensación de una
cosa, por ejemplo una mesa, lo que captamos por medio de la experiencia es su
materia: de qué está hecha, cuanto mide, cuál es su color, etc. pero luego, por
medio de la abstracción, podemos conocer su forma, la cual es aquello que la
hace ser mesa. Con la forma, una vez que la capta el intelecto, nos representamos
mentalmente la idea de mesa. El problema que enfrenta Aristóteles es cómo pasar
de lo singular de la sensación a lo general de la idea. Para ello propone un punto
intermedio entre la sensación y el intelecto que él llama “intelecto agente”, una
especie de facultad de la razón por medio de la que se establece un puente entre
esos dos extremos.
37
expresamos en el lenguaje por medio de enunciados. En efecto, los juicios sobre
experiencias son singulares en el sentido de que nos dicen cómo son las cosas
individuales en un momento dado, y para poder generalizar lo que se dice en
estos enunciados, Aristóteles propone el método inductivo, que es un método que
nos permite ir de los juicios singulares a los generales. Éste método lo justifica
apelando nuevamente a su teoría de la materia y la forma, desglosada ahora
como esencia y existencia. Un juicio singular nos muestra una relación entre un
sujeto y un predicado. Si el predicado expresa la esencia del sujeto, entonces
podemos generalizar inductivamente nuestro juicio. Por ejemplo, cuando decimos
“Sócrates es animal racional”, “Platón es animal racional”, etc. podemos concluir
que ser animal racional les corresponde esencialmente a todos los hombres. Por
tanto, podemos concluir que “Todo hombre es animal racional” es resultado de
una generalización inductiva. En el ejemplo del gato amarillo no se puede hacer tal
generalización, pues el ser amarillo no les corresponde esencialmente a todos los
gatos. Por eso, sólo podemos establecer un enunciado particular que diga
“algunos gatos son amarillos”. De esta manera, por medio de la abstracción
podemos fundar nuestras ideas en la experiencia, y por medio de la inducción,
nuestros enunciados o juicios.
38
Comte, en el siglo XIX y el positivismo lógico del Círculo de Viena a principios del
siglo XX.
La tesis central del empirismo parte de lo que ellos consideran un hecho: todo
conocimiento comienza en la experiencia. Si esto es así, entonces el
conocimiento, las ideas, no serán más que la suma de sensaciones, y, por tanto,
no hay conocimiento abstracto o universal, ni principios universales, pues todo el
conocimiento se reduce a la asociación de ideas. La mente es, en una de las ideas
más difundidas del empirismo, una tabula rasa, una hoja en blanco en la cual la
experiencia va grabando sus caracteres. Propuesto de esta manera, el empirismo
se torna en una concepción del conocimiento incompleta, pues no hay la
posibilidad de un conocimiento general de las cosas, la ciencia sería imposible.
Por tanto, será necesario hacer intervenir en el conocimiento no sólo las
facultades sensibles del sujeto, sino también sus facultades intelectuales. De esta
manera llegamos al racionalismo.
39
en general, hay que dudar de todo conocimiento. Así, al estar dudando, Descartes
se da cuenta de que está pensando, y si está pensando es porque está existiendo,
lo cual queda expresado en su famoso cogito ergo sum, pienso, luego existo.
Queda sin embargo, abierta la cuestión del conocimiento de las cosas que son
diferentes al pensamiento. En este sentido, el racionalismo cartesiano no puede
fundamentar el conocimiento de nada que sea ajeno al pensamiento, con lo cual
queda una gran laguna en su teoría del conocimiento y que debe ser salvada. De
hecho, creemos que Descartes deja abierta una puerta hacia el conocimiento
sensible, cuando se pregunta y contesta, en sus Mediatciones metafísicas, en la
segunda de ellas, “Entonces, ¿qué soy yo? Una cosa que piensa, es decir, algo
que duda, entiende, afirma, niega, quiere, no quiere, que también imagina y
siente” 14 . De esta manera, aunque Descartes es un filósofo racionalista, acepta de
alguna manera como parte del sujeto, el conocimiento empírico, pues es algo que
también imagina y siente.
14
Descartes, René, Meditaciones Metafísicas. Editora nacional. México.1976
40
Estas dos corrientes, el empirismo y el racionalismo, nos presentan la manera
como el sujeto conoce, ya sea por la razón o la experiencia. En el apartado
siguiente veremos algunas consecuencias del empirismo y del racionalismo en el
conocimiento.
b) Intencionalidad e interés
De acuerdo a lo que hemos expuesto, el papel del sujeto en el conocimiento tiene
al menos dos roles: uno, como un sujeto pasivo que recibe todo el conocimiento
de su entorno, y otro activo, en el cual el sujeto es el mismo generador del
conocimiento. De acuerdo con el empirismo, el sujeto se convierte en un receptor
de imágenes dadas a través de la experiencia. La idea misma de tabula rasa en la
que la experiencia va grabando sus caracteres nos da la imagen de un sujeto
puramente receptivo o pasivo en el conocimiento. Desde este punto de vista,
Bacon pretendía purificar la experiencia para percibir el mundo tal y como es por
medio de la eliminación de los ídolos que entorpecen el conocimiento. De manera
general, el empirismo concibe al sujeto de esta manera, como algo totalmente
pasivo al momento del conocimiento.
Sin embargo, en la práctica nos damos cuenta de que el sujeto, cuando conoce,
tiene sus propias intenciones e intereses que le orientan por lo que el desea
conocer. Desde este punto de vista, el conocimiento no se inicia con la pura
observación, pues ésta no nos da nada. En cambio, si dirigimos nuestra
observación a un punto específico, a lo que queremos observar, vamos a
encontrar muchas cosas. Y lo que queremos observar es precisamente lo que
nuestros intereses cognoscitivos nos señalan. Desde este punto de vista, el
racionalismo tendería más a considerar al sujeto de manera activa en el
conocimiento, pues la razón, el conocimiento, nos va guiando hacia las nuevas
cosas que queremos conocer.
41
resultados observacionales que queremos. En la investigación científica esto tiene
sus repercusiones, pues la investigación no comienza con la observación, sino con
el planteamiento de problemas. Los problemas nos dicen, a partir de algo que
conocemos, qué es lo que desconocemos y queremos conocer. La observación,
en cambio, no nos dice qué es lo que queremos observar. Este es uno de los
argumentos por los cuales se rechaza el método inductivo, pues propone la
observación como el primer paso de la investigación. En su lugar, se ha propuesto
el método hipotético-deductivo, que es un método que parte del conocimiento que
ya tenemos para conocer otras cosas.
Así pues, podemos afirmar que el conocimiento está orientado por las intenciones
y los intereses de los sujetos. No podemos hacer de lado estos aspectos sin el
riesgo de tener una idea débil de lo que es realmente el conocimiento.
Para Aristóteles era muy claro que se daba esta correspondencia entre lenguaje y
pensamiento. El distinguía tres tipos de pensamiento: la idea, el juicio y el
raciocinio. La idea es la representación mental de las cosas (las adquirimos por
abstracción), el juicio que es la afirmación o negación de una cosa respecto de
42
otra, y el raciocinio que consiste en pasar de unos juicios tomados como premisas
a otros que son conclusiones, de manera válida
43
conforme a los siguientes tres elementos 1) la asignación de función, 2) la
intencionalidad colectiva y 3) las reglas constitutivas.
3) Reglas constitutivas, para empezar será importante hacer una división entre
hechos brutos que son los que se dan de forma natural y que requieren del
lenguaje, y los hechos institucionales que son los que se dan por la
existencia de la institución humana, estos último sólo se dan bajo la
existencia de reglas constitutivas.
Finalmente los tres elementos antes descritos nos llevan a una interrelación del
hombre con su entorno, el cual termina convirtiéndose en su realidad social, la
cual se permea por estos elementos en los cuales se da lo que ya se había
mencionado anteriormente, la construcción social del conocimiento en la cual
existe un sujeto cognoscente y un objeto por conocer.
44
b) Sociedad y cultura: el sujeto como producto social
Si partimos de la premisa de que la realidad social es el punto de inicio entre el
objeto por conocer y el sujeto cognoscente, entonces estamos aceptando que
la realidad social la construimos nosotros, y al hacer esta reconstrucción social
lo que estamos conformando son la sociedad y la cultura, y si además de esto
aceptamos que esta construcción social como ya se menciono anteriormente
tiene una intencionalidad y un fin los cuales son dados por el hombre mismo, a
través de los reglas constitutivas y de los hechos institucionales, entonces
cierto es que el sujeto es un producto social, toda vez que la forma en la que
se acerca a los hechos es predeterminada, es decir cuando nacemos, nos
insertamos en un mundo que ya esta conformado de determinada forma y bajo
ciertas reglas constitutivas, por lo tanto en este sentido el sujeto es producto de
la construcción social.
Resumen
El conocimiento, concebido como la relación entre un sujeto que conoce y un
objeto que es conocido integra tres elementos: el sujeto, el objeto y la relación
cognoscitiva. La teoría del conocimiento problematiza estos tres elementos,
45
cuestionando en primer lugar la posibilidad de la relación cognoscitiva: ¿es posible
que el sujeto pueda conocer el objeto? El escepticismo considera que no es
posible un conocimiento cierto de las cosas, argumentando, primero, que el
conocimiento es relativo a la cultura en que se da; segundo, la existencia del error;
tercero, el argumento del sueño de Descartes o de los cerebros en una cubeta de
H. Putnam; etc. El escepticismo muchos lo consideran el problema central de la
teoría del conocimiento. El dogmatismo es una respuesta positiva al problema de
la posibilidad del conocimiento. Sin embargo, el dogmatismo realmente interesante
es el dogmatismo crítico, el que aceptando que es posible el conocimiento
cuestiona la manera como se da esa posibilidad.
46
dimensión social del conocimiento respecto del tema de la objetividad, pues
generalmente la objetividad se ha entendido como correspondencia con el objeto;
sin embargo, se ha desviado la atención más hacia el consenso, pues varios
filósofos consideran que la objetividad está determinada socialmente. Esto abre la
puerta para que ingrese a la epistemología el aspecto sociológico del
conocimiento.
47
UNIDAD III
La Metodología de la Ciencia
Introducción
La metodología de la ciencia es una de las ramas de la filosofía de la ciencia.
Filósofos como Karl R. Popper han considerado que la filosofía de la ciencia se
reduce a una teoría del método científico. En esta unidad se analizarán algunos de
los principales temas y problemas de la teoría del método científico. En primer
lugar se hará una referencia a la argumentación y su importancia en la
metodología de la investigación científica. Para ello se desarrollarán algunos
elementos de la lógica de enunciados y de predicados. En segundo lugar se
considerará el papel de la experiencia en la investigación científica, lo cual
representa uno de los mayores retos de la teoría de la ciencia, pues se acepta de
manera general que la ciencia empírica se apoya firmemente en la experiencia,
pero no hay acuerdo en la manera como se relaciona la teoría con la experiencia.
Esta cuestión se estudiará con cierto detalle a partir de los métodos inductivo y
deductivo. Finalmente se desarrollará uno de los modelos metodológicos más
difundidos en la actualidad, el modelo hipotético deductivo cuyo punto de partida
es el planteamiento de problemas y su punto de llegada es la formulación de
nuevas teorías.
Objetivos de la unidad
48
Temario
3.1 Argumentación
a) Juicio y proposición
b) Razonamiento
3.2 Percepción y representación
a) Inducción y deducción
b) Análisis y síntesis
3.3 Emergencia y justificación de problemas
a) Hipótesis, contrastación y valoración
3.4 Conceptos de ley, teoría y modelo
3.1 Argumentación
a) Juicio y proposición
La lógica formal se presenta, en su versión elemental, como el estudio del
razonamiento compuesto por proposiciones que son verdaderas o falsas. Las
proposiciones son la expresión lingüística de los juicios, es decir, de los
pensamientos que consisten en negar o afirmar algo de otra cosa. Hay otros tipos
de oraciones, como las preguntas, las normas, entre otras, que no son ni
verdaderas ni falsas. Las proposiciones que expresan un juicio son importantes
porque ellas manifiestan el conocimiento. Hemos dicho que el conocimiento tiende
a la verdad, es búsqueda de la verdad, por tanto, las proposiciones que pueden
tener la característica de ser verdaderas son aquellas que manifiestan el
conocimiento.
49
En nuestro siguiente apartado desarrollaremos en primer lugar una introducción a
la lógica deductiva. Esta lógica se construye a partir de proposiciones, las cuales
son tomadas con el supuesto de su verdad o falsedad. La lógica, como se ha
señalado, tiene por objeto de estudio el razonamiento, el cual se expresa por
medio de argumentaciones. Un razonamiento es una sucesión de juicios en donde
algunos de ellos asumen el papel de premisas, es decir, de un conocimiento que
se supone verdadero y, a partir de ellos, se derivan otras proposiciones cuya
verdad depende de la verdad de las premisas. En segundo lugar, haremos una
exposición y crítica del razonamiento inductivo.
b) Razonamiento
La lógica formal es una disciplina que surge en la Grecia clásica, en el siglo IV a.
de C., y que, desde que fue creada, tanto por Aristóteles como por los filósofos de
las escuelas megárica y estoica, ha encontrado una sistematización, como
sistema deductivo, solamente equiparable con las matemáticas, especialmente la
geometría euclídea. Debido a la complejidad con la que se construye la lógica
formal, en estas páginas vamos a abordar de manera introductoria algunos
elementos que nos permitan comprender, aunque sea de manera somera, las
nociones de validez formal, de principios lógicos, y de algunos procedimientos
para establecer cuándo una proposición es un principio lógico y cuándo no lo es.
Por ello, deseamos que no se pretenda encontrar aquí un tratado de lógica, sino
líneas directrices que ayuden a comprender la naturaleza de todo este trabajo.
50
como son, por ejemplo, el concepto de número en matemáticas, de clase vacía en
teoría de conjuntos, de implicación en lógica, etc. 15
Aristóteles, creador de esta disciplina, escribe en los Tópicos, texto que forma
parte de sus tratados sobre lógica: “el propósito del presente estudio es encontrar
un método a partir del cual podamos razonar sobre todo problema que se nos
proponga, a partir de cosas plausibles, y gracias al cual, si nosotros mismos
sostenemos un enunciado, no digamos nada que le sea contrario” 16 . Deaño, por
su parte, define a la lógica como “la ciencia de los principios de la validez formal
de la inferencia.” 17 De esta manera, tanto en el estagirita como en Deaño, por no
mencionar un gran número de textos y autores de lógica, el objeto de estudio de la
lógica será el “razonamiento” o “inferencia”, es decir, “un discurso en el que
sentadas ciertas cosas, necesariamente se da a la vez, a través de lo establecido,
algo distinto de lo establecido” 18 , o sea, “un tipo de pensamiento cuyo rasgo
característico es que en él se produce siempre el paso de una o más afirmaciones
que tomamos como punto de partida a una afirmación que se sigue de aquéllas” 19 .
Ahora bien, la inferencia o razonamiento interesa para la lógica desde el punto de
vista de su “validez formal”, es decir, el razonamiento en el que si las premisas son
verdaderas, la conclusión, en virtud de esas premisas, debe ser verdadera. En
este sentido, es necesario distinguir entre validez formal y verdad, pues verdad es
un concepto que se dice de enunciados o aseveraciones, mientras que validez se
15
«Por ejemplo, Stuart Mill consideraba la lógica como una parte de la psicología y muchos
psicólogos alemanes defendían también que las leyes de la lógica son leyes del pensamiento, algo
con lo que los lógicos como Boole no estaban en desacuerdo. En estas posiciones, que devinieron
en llamarse psicologistas, confluían, de un lado, la corriente empirista de origen lockeano, que
pretendía la génesis por experiencia de todas las estructuras mentales, y del otro lado la corriente
naturalista alemana, que pretendía explicar en la evolución histórica las estructuras a priori
kantianas», F. Broncano, «La naturalización de la epistemología», en L. Olivé (ed.), Racionalidad
epistémica, EIAF, Vol. 9, Ed. Trotta, Madrid, 1995, p. 224.
16
Tópicos, A 1, 100a 18-21
17
A. Deaño, Introducción a la lógica formal, Alianza Editorial, Madrid, 1981, p. 36.
18
Tópicos, A 1, 100a 25-27
19
Ídem.
51
dice del razonamiento. 20 Un razonamiento o inferencia, por tanto, no es ni
verdadero ni falso, sino válido o no válido.
20
Cfr. A. Deaño, op. cit., pp. 36-42; I. Copi, Lógica simbólica, CECSA, México, 1981, pp. 18-20.
21
A. Deaño, op. cit., p. 43.
52
existencia de ‘modalidades’ de verdad y falsedad. Extensional, porque si
admitimos que toda expresión -un nombre, un predicado, un enunciado - tiene una
extensión y una intensión, la lógica clásica opera exclusivamente en términos de la
primera”. 22
Si bien son los griegos los creadores de la lógica, esta disciplina científica se ha
visto enriquecida posteriormente a lo largo de la historia, principalmente en dos
momentos clave: el primero, en la época medieval, en que se desarrollan “la teoría
de las consecuencias y la teoría de las propiedades de los términos;” 23 el
segundo, iniciado hacia el último cuarto del siglo XIX, que se conoce como el
período de la lógica matemática, pues se aplican los métodos matemáticos para
analizar la validez formal del razonamiento. Según Bochenski, “la Lógica
matemática parece levantarse sobre dos ideas metodológicamente diferentes. Por
una parte, es una lógica que se sirve del cálculo. Éste se ha desarrollado en
conexión con las matemáticas que en un principio constituyeron precisamente el
ideal de la lógica. Se caracteriza, por otra parte, la Lógica matemática, por la idea
de la demostración exacta.” 24 Esta tendencia se ve reforzada con la construcción
de lenguajes totalmente simbólicos, artificiales, para la lógica, mediante los cuales
se logra una formalización adecuada de los cálculos lógicos.
22
A. Deaño, op. cit., p. 300.
23
Una fuente de información confiable y disponible en nuestro medio sobre la lógica medieval la
constituye I. M. Bochenski, Historia de la lógica formal, Ed. Gredos, Madrid, 1976.
24
I. M. Bochenski, I. M., Op. cit., p. 287.
53
preponderante, toda vez que la lógica se concibe, al menos dentro de una de las
tradiciones que le han dado un lugar preponderante, como un lenguaje, y una de
sus primeras aportaciones es esta noción de cálculo, la cual se aplica
directamente a los diversos sistemas lógicos, para dar lugar a teorizaciones
diversas como “cálculo de proposiciones”, “cálculo de predicados de primer
orden”, “cálculo de orden superior”, etc. A continuación expondremos de manera
sintética algunos elementos, los que nos interesan en este trabajo, de dos de
estos cálculos: el cálculo proposicional y el cálculo de predicados de primer orden.
54
Los valores que asumirán dos enunciados, considerados al mismo tiempo, serán
cuatro, considerados de la siguiente manera:
p q
V V
V F
F V
F F
esto es, puede ocurrir que ambos enunciados sean verdaderos, que el primero
sea verdadero y el segundo falso, que el primero sea falso y el segundo verdadero
o que ambos sean falsos.
tiene dos valores de verdad, el total de valores que asumirán será igual a 2n, en
donde n es el número de enunciados de que consta el conjunto y el 2 hace
referencia a los dos valores de cada uno de los enunciados. Así, si tenemos cuatro
enunciados, los valores de verdad que asumirán será de 24, es decir, 16 valores;
55
Las conectivas, por su parte, se entienden como funciones de verdad cuyos
argumentos son enunciados verdaderos o falsos y sus valores son valores de
verdad. Las conectivas más usadas son cuatro diádicas, i. e., conectivas que unen
dos enunciados, y una monádica, que afecta a un sólo enunciado. Cabe la
posibilidad de que haya conectivas triádicas, tetrádicas, pentádicas, etc. si los
enunciados que conectasen fuesen al mismo tiempo tres, cuatro, cinco, etc. La
conectiva monádica usada es la negación, a la que le asignamos el símbolo ¬ y
que se lee como “no es el caso que...” . Así, tenemos la expresión
¬p
en la que si p significa “El sol es una estrella”, ¬p significará “No es el caso que el
sol es una estrella”. Los valores de verdad de la negación son los siguientes:
p ¬p
V F
F V
Las conectivas diádicas son, con sus respectivos símbolos, las siguientes:
Conjunción p∧q ... y ...
Disyunción p∨q ... o ...
Condicional p→q si ..., entonces ...
Bicondicional p↔q si, y sólo si ..., entonces ...
Los valores de verdad de estas conectivas son los siguientes:
56
Lo que expresan estas tablas es que la conjunción (p ∧ q) es verdadera si y sólo si
los dos enunciados que la componen son verdaderos; la disyunción (p ∨ q) es
verdadera si los dos o al menos uno de los dos enunciados es verdadero; el
condicional (p → q) será verdadero si no es el caso que el primer enunciado sea
verdadero y el segundo falso; el bicondicional (p ↔ q) es verdadero cuando sus
valores son equivalentes, es decir, ambos verdaderos o ambos falsos.
57
sobre cuál es la implicación correcta”. 25 En efecto, ya los estoicos discuten sobre
cuál es el sentido de la implicación: “Todos los Dialécticos mantienen en común
que una proposición implicativa es correcta cuando su consecuente se sigue de su
antecedente; disputan, en cambio, sobre la cuestión de cuándo y cómo se sigue,
adoptando a este respecto criterios contrapuestos”. 26 De las interpretaciones que
se han hecho del condicional, la que se asume en este cálculo es la implicación
material, la cual considera esta conectiva como una relación entre dos
argumentos, en la que el primero, conocido como antecedente, es condición
suficiente del segundo, llamado consecuente. Que el antecedente sea condición
suficiente del consecuente significa que basta que el primero sea verdadero para
que el segundo también lo sea, pero no es necesario que lo primero sea
verdadero para que lo segundo también lo sea. Por ello, si fijamos nuestra
atención en la tabla de valores de verdad del condicional, notaremos que éste es
verdadero cuando tanto p como q son verdaderos, cuando p es falso y q
verdadero, y cuando ambos son falsos. El condicional, de este modo, es falso
solamente cuando si el antecedente es verdadero, el consecuente es falso, pues
en este caso no se cumple la relación de condición suficiente.
Respecto de la conjunción, sólo podemos decir que es tal vez la conectiva que
presenta menos problemas para su comprensión, pues cuando la usamos
afirmamos una cosa y la otra, es decir, ambos enunciados a la vez. Por ello, es
verdadera sólo cuando los enunciados que la componen son verdaderos.
25
Cit. en I. M. Bochenski, op. cit., p. 127.
26
Idem.
58
Una característica importante de las conectivas es que la conjunción, la disyunción
y el bicondicional son conmutativos, es decir, el orden de los enunciados puede
modificarse sin que se afecte el valor de verdad de la conectiva; el condicional, por
su parte, no es conmutativo, pues al cambiar el orden de sus enunciados, cambian
sus valores de verdad.
Aunque hay un nivel en el que se podría traducir una fórmula del lenguaje
ordinario a una fórmula del lenguaje lógico, en general podemos afirmar que no
hay una correspondencia exacta entre ambos lenguajes, pues mientras que el
lenguaje natural es muy expresivo, puede decir lo mismo de diferentes maneras, lo
que lo hace ser en muchos casos ambiguo e inexacto, el lenguaje de la lógica
tiene una precisión y una exactitud que lo hacen ser poco expresivo, pero que le
permiten designar las cosas para las que fue diseñado. En este caso, un análisis
formal de las conectivas de la lógica proposicional muestra todas las posibilidades
de relación, desde el punto de vista veritativo funcional, entre enunciados, sin
embargo, el lenguaje natural rebasa incluso a cada una de las conectivas, pues
las puede expresar de diversos modos y con sentidos diferentes.
59
de enunciados es válido si el resultado final de calcular sus valores de verdad es
siempre verdadero. A tal esquema se le da el nombre de tautología. Una
tautología en la lógica proposicional constituye siempre una ley de esa lógica.
Ejemplos de enunciados tautológicos son los siguientes:
(1) [(p → q) ∧ p] → q
(2) [(p ∨ q) ∧ ¬p] → q
p q [(p → q) ∧ p] → q
V V V V V V V
V F F F V V F
F V V F F V V
F F V F F V F
p q [(p v q) ∧ ¬p] → q
V V V F F V V
V F V F F V F
F V V V V V V
F F F F V V F
Estos dos enunciados tienen forma de condicional cuyo antecedente es una
conjunción de la forma
(p → q) ∧ p
para el primero y
(p ∨ q) ∧ ¬p
60
para el segundo. El consecuente, en ambos casos es q. Sabemos que se trata de
una tautología porque los valores de verdad del condicional que une al
antecedente y al consecuente, mostrado, en ambos casos, en la columna
enmarcada, es verdadero en todos los casos.
(3) [(p → q) ∧ q] → p
(4) [(p v q) ∧ p] → ¬q
p q [(p → q) ∧ q] → P
V V V V V V V
V F F F F V V
F V V V V F F
F F V F F V F
P q [(p ∨ q) ∧ p] → ¬q
V V V V V F F
V F V V V V V
F V V F F V F
F F F F F V V
61
reciben el nombre de enunciados consistentes o contingentes, pues no son
siempre falsos pero tampoco son siempre verdaderos.
Hay otro tipo de enunciados, las contradicciones, cuyo valor de verdad final es
siempre falso. Un ejemplo es el siguiente:
(5) (p → q) ∧ (p ∧ ¬q)
p q (p → q) ∧ (p ∧ ¬q)
V V V F F F
V F F F V V
F V V F F F
F F V F F V
En este caso se trata de una conjunción, la cual es falsa en todos los casos, como
puede verse en la cuarta columna, que es la que recoge esos valores.
Una de las aplicaciones del método de las tablas de valores de verdad es para
decidir si un enunciado es una tautología, es decir, si es una forma válida de
argumentar. El conjunto de enunciados tautológicos expresables en la lógica de
enunciados, conforma el conjunto de leyes de la misma lógica, el cual es infinito
en número. Algunas de las leyes de este cálculo son las que hemos mostrado en
62
los enunciados (1) y (2), a las que la tradición lógica les ha asignado los nombres
de Modus ponens y Modus tollendo ponens respectivamente.
Por silogismo hipotético entendemos una inferencia cuya premisa mayor o primera
premisa, tiene forma hipotética o de condicional, es decir, de la forma (p → q), en
el caso de que se trate de una regla; si se trata de una ley de la lógica de
enunciados, diremos que se trata de un enunciado en cuyo antecedente se
encuentra una proposición condicional.
Las leyes y reglas del silogismo hipotético que nos interesa destacar son las
siguientes:
27
Deaño, A., op. cit., p. 134.
63
NOMBRE LEY REGLA
Modus ponens [(p → q) ∧ p] → q p→q
p
q
Modus ponens:
«Si los libros son caros, entonces la gente no lee. Es verdad que los
libros son caros. Por lo tanto, la gente no lee»
Modus tollens:
Las leyes y reglas del silogismo hipotético que nos interesa destacar son las
siguientes:
64
NOMBRE LEY REGLA
Modus tollendo ponens I [(p ∨ q) ∧ ¬p] → q p∨q
¬p
q
65
consecuente y la falacia de negación del antecedente, tal como se muestra en el
siguiente cuadro:
«Si los libros son caros, entonces la gente no lee. Es verdad que la
gente no lee. Por lo tanto ....»
Muchos de nosotros estaríamos tentados a decir que «Por lo tanto, los libros son
caros», lo cual sería incorrecto, pues la condición que estamos estableciendo para
que la gente no lea es que los libros sean caros, pero del hecho de que la gente
no lea, no se sigue que los libros sean caros, pues pueden no leer por otras
causas, por ejemplo, que sean analfabetas, que no les guste la lectura, que no
66
tengan tiempo de leer, etc., pero en el orden de la argumentación, de acuerdo a la
información que nos dan las premisas, no se sigue que los libros sean caros.
En este caso, la tentación iría en el sentido de afirmar que las cosechas no son
abundantes, pero no sería una conclusión adecuada, pues lo que afirmamos es
solamente que si son honestos, las cosechas son abundantes, pero si no lo son,
entonces podrían acontecer muchas cosas, entre ellas, tal vez, que las cosechas
sean abundantes.
¿En dónde está la falacia, en este caso? La falacia está cuando contestamos, a
partir de la información dada, y con toda la certeza del mundo, que no vamos a ir
al teatro. Sin embargo, una cosa no excluye a la otra, pues el hecho de que
vayamos al cine no excluye la posibilidad de ir al teatro, pues se pueden hacer
ambas cosas perfectamente bien.
67
Para finalizar con esta breve presentación de la lógica proposicional, sólo
queremos anotar que lo que hemos presentado no es sino una pequeña parte de
lo que es esta lógica.
«Todos los hombres son animales y todos los griegos son hombres,
por tanto todos los griegos son animales»
(p ∧ q) → r
68
embargo, tenemos la impresión de que se trata de un razonamiento válido. ¿Cómo
probar, entonces, su validez formal? En este caso, intervienen algunos elementos
no considerados por la lógica de enunciados: por ejemplo, son enunciados que
comparten elementos comunes y que difieren en otros y, además, hay partículas
que parecen importantes como la expresión «todos». Pues bien, estos elementos
son los que considera la lógica de predicados, que es lo que vamos a introducir en
este momento.
a es P
a es Q respecto de b
y, finalmente, eliminando las expresiones del lenguaje ordinario, como
Pa
Qab
que se pueden leer diciendo
P se dice de a
Q se dice de a respecto de b
Para ir precisando nuestro trabajo, diremos que sólo nos ocuparemos, en este
apartado, de predicados que denotan propiedades de nombres de individuo,
dejando de lado los que denotan relaciones entre individuos. A la lógica que trata
con predicados del primer tipo se le conoce como lógica de predicados
69
monádicos, y a la que trata con predicados de relación, como lógica de predicados
poliádicos. Esta última lógica se construye por extensión de la primera, así que
sentando las bases de la primera se podrá construir la siguiente.
70
A partir de estas nociones introductorias, podemos construir los modelos básicos
de proposición que considera esta lógica, a saber,
La tradición lógica ha representado cada uno de estos enunciados con las letras
vocales mayúsculas A, E, I, O, respectivamente, es decir, la proposición A es
universal afirmativa, E es universal negativa, I es particular afirmativa y O es
particular negativa.
71
a) «Todos son felices» P: «ser feliz»
b) «Ninguno es inteligente» P: «ser inteligente»
c) «Algunos son irónicos» P: «ser irónico»
d) «Algunos no son estudiantes» P: «ser estudiante»
a’) «Todos los niños son felices» P: «ser niño»Q: «ser feliz»
b’) «Ningún esquimal come helados» P: «ser esquimal» Q: «comer helados»
c’) «Algunos animales son feroces» P: «ser animal» Q: «ser feroz»
d’) «Algunos profesores no son ateos» P: «ser profesor» Q:«ser ateo»
Las relaciones que se establecen entre ellos son, entonces, de cuatro tipos: son
contrarias A y E; son subcontrarias I y O; I y O son subalternas de A y E
respectivamente; son contradictorias A y O por una lado, y, por otro, E e I. De
hecho, la relación lógica más fuerte que se desprende de este cuadro es la de
72
contradicción, pues de la verdad de una se infiere la falsedad de la contradictoria y
viceversa. Las otras relaciones no mantienen esa fuerza, por lo cual no
constituyen relaciones lógicas.
Un silogismo está constituido por dos premisas y una conclusión; las premisas
relacionan dos términos con un tercero y la conclusión expresa la relación de
aquellos dos términos. Los términos en la proposición son dos: el sujeto y el
predicado. De acuerdo con la posición del término que sirve de enlace, o término
medio, en las premisas, se genera lo que se conoce como figura del silogismo. El
73
tipo de proposiciones que conforman el silogismo generan los modos del
silogismo. Veamos esto con algunos ejemplos.
Este ejemplo, perteneciente a la primera figura del silogismo, está conformado por
tres proposiciones de tipo A, es decir, las tres son universales afirmativas, con lo
cual determinamos el modo del dilogismo al que pertenece, y que, a partir de los
lógicos escolásticos, se conoce como Barbara.
Las proposiciones que conforman este silogismo son del tipo A, E y E, por lo cual
se trata de un silogismo del modo Camestres.
74
Por lo tanto, algunos ateos no son esquizofrénicos.
Las proposiciones de este silogismo son del tipo E, I y O, lo que lo hace ser un
silogismo del modo Ferison.
Estos son sólo algunos ejemplos de silogismos de las tres figuras. A continuación
presentaremos los silogismos formalmente válidos, en la lógica aristotélica,
correspondientes a las tres figuras, acompañados de la simbolización, como leyes
y como reglas, que hace la lógica actual de ellos:
75
Primera Figura:
MODO LEY REGLA
Barbara [(x)(Px → Qx) ∧ (x)(Rx → Px)] → (x)(Rx → Qx) (x)(Px → Qx)
(x)(Rx → Px)
(x)(Rx → Qx)
Segunda Figura:
76
MODO LEY REGLA
Festino [(x)(Px → ¬Qx) ∧ (∃x)(Rx ∧ Qx)] → (∃x)(Rx ∧ ¬Px) (x)(Px → ¬Qx)
(∃x)(Rx ∧ Qx)
(∃x)(Rx ∧ ¬Px)
Tercera figura:
77
MODO LEY REGLA
Ferison [(x)(Px → ¬Qx) ∧ (∃x)(Px ∧ Rx)] → (∃x)(Rx ∧ ¬Qx) (x)(Px → ¬Qx)
(∃x)(Px ∧ Rx)
(∃x)(Rx ∧ ¬Qx)
a) Inducción y deducción
La inducción y la deducción son los principales tipos de argumentación. Hemos
expuesto con cierto detalle la argumentación deductiva y mencionado brevemente
la inductiva. Es necesario ahora hacer una crítica de estos dos métodos para
valorar su importancia en el proceso de investigación científica. Abordaremos en
primer lugar la deducción y posteriormente la inducción.
78
verdaderas para que la conclusión sea también verdadera. Veamos la siguiente
argumentación:
[(p ∨ q) ∧ (p → r) ∧ (q → r)] → r
79
consideramos que son correctas. Sin embargo, aunque la conclusión esté implícita
en las premisas, la deducción nos permite sacarla a flote, pues muchas veces
tenemos sospecha de que alguna afirmación es verdadera o falsa. En este caso,
la lógica deductiva puede ayudarnos a determinar su verdad o falsedad.
Concretamente, en la investigación científica, cuando utilizamos hipótesis, una
manera de contrastarlas es recurriendo a la lógica, pues por medio de ella
podemos saber si son coherentes con el resto de nuestro conocimiento, si
contradice algo que tengamos por verdadero y si podemos incorporarlas a nuestro
sistema de creencias. Desde este punto de vista, la lógica deductiva se torna en
un instrumento excesivamente valioso para la búsqueda de conocimiento.
80
inducción corresponde a la inducción por enumeración simple propuesta por
Aristóteles.
81
Diferencias: Este método consiste en saber cuál es la causa de un
fenómeno X por medio de la observación de las circunstancias en las que
se da o no se da ese fenómeno. Así, tenemos el fenómeno X que se da
cuando aparecen las circunstancias a, b, c; también aparece en las
circunstancias b, c, d; pero deja de observarse cuando aparecen a, c, d.
Por tanto, la causa del fenómeno X es la circunstancia b, pues cuando
ésta no aparece, el fenómeno no se observa.
Variaciones concomitantes: Según este método, se trata de saber cuál es
la causa de un fenómeno X dadas las circunstancias a, b, c, d. Siempre
que se observa el fenómeno es en estas circunstancias, para saber cuál
es su causa verdadera, se introduce alguna modificación en una de sus
causas. Si el fenómenos sufre una variación proporcional a la
modificación introducida, se concluye que la causa del fenómeno es la
circunstancia modificada.
Residuos: Se trata de un método que consiste en analizar cada una de
las circunstancias en las que se observa un fenómeno X y en ir
eliminando las menos posibles para quedarse finalmente con la más
verdadera.
82
y, aunque es posible predecir algo de su comportamiento futuro, no hay ninguna
garantía de que las cosas seguirán ocurriendo como hasta ahora.
Podemos concluir que hay una gran diferencia entre la inducción y la deducción,
pues mientras que la deducción es una forma válida de argumentar, la inducción
adolece de dicha validez. Sin embargo, no creemos que deba rechazarse
totalmente el razonamiento inductivo, pues a pesar de que se trata de un proceso
inválido, no deja de ser una herramienta metodológica que puede ayudar al
descubrimiento científico, aunque posteriormente las hipótesis traten de
contrastarse de acuerdo con los métodos deductivos.
b) Análisis y síntesis
Los procesos de análisis y síntesis corresponden al método deductivo e inductivo
respectivamente. Ya desde la antigüedad se utilizaba el análisis para distinguir las
partes de un todo, mientras que la síntesis era el intento de reunir nuevamente las
partes en ese todo. Dos de los escritos de Aristóteles sobre lógica, los Primeros
Analíticos y los Segundos Analíticos, incluidos ambos en el Órganon, tratan
precisamente de la tarea analítica o deductiva. Este mismo autor pensaba que la
investigación científica tenía un doble proceso, uno de ascenso de lo empírico a lo
teórico y otro de descenso de lo teórico a lo empírico. El primero es el proceso de
síntesis y el segundo de análisis.
83
3.3 Emergencia y justificación de problemas
Esta concepción fue duramente criticada por Karl R. Popper, quien rechaza la
inducción por no ser un proceso lógicamente válido. En su lugar propone el
método deductivo de contrastación, que consiste, básicamente, en la idea de que
no podemos saber nunca si una teoría es verdadera, pues tendríamos que
verificarla en todos los casos a los que se refiere la teoría. En cambio sí podemos
falsarla o refutarla, pues basta un solo caso que contradiga la teoría, es decir, la
observación de un hecho contrario a la teoría, para determinar que la teoría es
falsa. Por eso, en lugar de verificación se habla de falsación. La observación, en
este caso, no se propone como el origen del conocimiento, sino sólo como la base
contra la cual se contrastan o se ponen a prueba las teorías. Lo que hacen los
científicos, según Popper, no es, entonces, buscar datos que verifiquen las
teorías, pues de estos hay muchos; es más arriesgado y más difícil tratar de
encontrar datos que contradigan las teorías, por eso se habla de un método de
contrastación.
84
manera general del método hipotético deductivo, esto es, del método que consiste
en construir hipótesis o conjeturas como solución a los problemas y a someterlas a
prueba de experiencia o a contrastación empírica no para saber si son verdaderas,
sino más bien para saber si no son falsas. A diferencia del método inductivo,
Popper propone el método deductivo de contrastación, el cual está basado en el
modus tollens, principio lógico que vimos en el apartado de lógica. En efecto, sea
p un enunciado teórico cualquiera, por ejemplo una ley científica y q un enunciado
empírico que sea consecuencia lógica de p. Ahora bien, si observamos que q es
falso, es decir, que ¬q es verdadero, por tanto, el enunciado teórico p no puede
ser verdadero, sino que tendrá que ser falso. El esquema de inferencia que tendría
este argumento sería el siguiente:
[(p → q) ∧ ¬q] → ¬p
85
3.4 Conceptos de ley, teoría y modelo
Finalmente algo sobre los conceptos de ley, teoría y modelo científico. Estas
nociones son muy importantes en la metodología de la investigación científica,
pues lo que se pretende con esta actividad es lograr establecer conocimientos
corroborados, es decir, que han resistido las contrastaciones a las que han sido
sometidos, sobre la realidad, sea social o natural.
Las leyes científicas son enunciados generales que muestran una correlación
entre fenómenos, es decir, que cuando ocurre una cosa ha de ocurrir siempre otra,
la misma. Por ejemplo, la proposición “Todos los hombres son mortales” tiene el
status de una ley universal, pues todo aquello que pueda ser nombrado como
“hombre” podrá ser nombrado asimismo como “mortal”, o sea, cuando ocurre lo
primero ocurre lo segundo. Además, las leyes son las premisas de los argumentos
por medio de los cuales explicamos fenómenos específicos. Por ejemplo, cuando
digo que George Bush es mortal, lo explico a partir de la ley “Todo hombre es
mortal” y de la condición inicial “George Bush es hombre”. Luego, George Bush es
mortal.
86
realidad. En ellas se configura todo el conocimiento que tenemos sobre algún
aspecto específico de la realidad, pues sus enunciados están articulados de tal
manera que las cosas encajan perfectamente en la teoría.
Resumen
La metodología de la investigación científica es uno de los temas más importantes
de la teoría de la ciencia, debido a que se considera una guía útil para la
elaboración, implementación y evaluación de proyectos de investigación científica.
Tradicionalmente se consideraba que la investigación científica se realizaba de
acuerdo al método inductivo, Pero esta idea se transformó gracias a la discusión
en torno a la inducción realizada por Popper en la primera mitad del siglo XX. La
principal crítica de Popper al método inductivo consiste en señalar el carácter no
lógico de la inducción, pues no se puede inferir la verdad de proposiciones
generales a partir de proposiciones particulares. De esta manera, señala que el
método que rige la investigación científica es el deductivo, en especial el método
deductivo de contrastación que consiste no en verificar las hipótesis, sino en tratar
de falsarlas siguiendo el esquema deductivo del modus tollens.
87
La crítica de la inducción es el marco para replantear el problema de la relación
entre teoría y experiencia en la investigación científica: si las hipótesis no son
verificables por medio de la experiencia, entonces de qué manera se pueden
justificar. La respuesta de Popper es la falsabilidad, es decir, no podemos saber si
una hipótesis es verdadera, pero sí podemos saber si es falsa. Sin embargo,
tampoco los enunciados sobre experiencias son verificables, pues también deben
ser sometidos a contrastación, pero al no ser verificables su aceptación debe estar
fundada en las convenciones de los científicos.
88
UNIDAD IV
Introducción
Ciertamente, algunos de los temas que aborda la filosofía de la ciencia es el de las
ciencias sociales por una parte y el de la investigación científica como una
actividad social. Una primera cuestión a considerar en esta unidad es la de la
cientificidad de las ciencias sociales. El modelo de cientificidad vigente es el de las
ciencias de la naturaleza. Las ciencias sociales, de esta manera, para poder ser
ciencias, han intentado acercarse lo más posible al modelo ofrecido por esas
ciencias. Sin embargo, están lejos de tener los éxitos de aquéllas. Por esa razón,
es necesario replantear las particularidades de las ciencias sociales y humanas a
partir de una filosofía de las ciencias sociales, que haga posible no sólo la
conceptualización de estas ciencias, sino de orientar incluso su práctica de la
investigación científica.
Objetivos
1. Que los alumnos conozcan y comprendan las diversas concepciones
epistemológicas y sociológicas sobre las ciencias sociales o humanas.
89
2. Que establezcan las relaciones y diferencias entre las ciencias de la naturaleza
y las ciencias sociales.
3. Que reconozcan en su práctica profesional los elementos epistemológicos para
interpretar la realidad social.
Temario
4.1 El vínculo entre la práctica profesional de la investigación social y los modelos
de explicación científica.
4.2 Epistemología e interpretación social
90
de la lógica y la matemática, su mayor influjo ha sido precisamente en el campo de
las ciencias naturales.
Sin embargo, cada vez es más frecuente la necesidad de hablar de una filosofía
de las ciencias sociales, entendiendo por “ciencia social” disciplinas como la
sociología, psicología, antropología, lingüística, economía, etc. que buscan
establecer un status científico muchas veces similar al de las ciencias naturales, o
bien, considerando modelos alternativos de cientificidad contrapuestos a la
concepción científica del positivismo lógico. El modelo dominante alternativo suele
ser la hermenéutica.
28
Von, Wright, G. H. La explicación y comprensión, Madrid, Alianza Universidad, 1979
29
Ibíd., p. 18
30
Ibíd., p. 19
91
alcanzaron un alto grado de desarrollo en el siglo XIX, llevó a la discusión sobre la
relación entre las ciencias naturales y las sociales.
Frente a estas posiciones hubo una reacción antipositivista a fines del siglo XIX,
pero a partir de 1921 resurge el positivismo con mayor fuerza que nunca, ahora
con el nombre de positivismo lógico, corriente de pensamiento que incorpora en su
tarea de filosofar sobre la ciencia, el amplio desarrollo de la lógica formal. Esta
corriente de pensamiento incorpora asimismo, de manera integral, los principios
del positivismo clásico. Aunque en un principio se centraron en problemas
relativos a la fundamentación de las matemáticas y a la metodología de las
ciencias naturales, sin embargo, poco a poco se ha ido interesando en la
metodología de la historia y de las ciencias sociales, con lo cual se han agregado
a la discusión de la relación entre ciencias naturales y sociales, especialmente en
lo que respecta al tercer principio del positivismo, el de la explicación científica por
subsunción de los casos particulares a leyes generales.
92
del siglo XIX, rechaza tajantemente los principios establecidos por el positivismo:
el monismo metodológico, la tendencia a tomar las ciencias naturales como
modelo único de conocimiento de la realidad y la noción de explicación por
subsunción de lo individual a leyes generales. Asimismo resaltan la diferencia
entre ciencias nomotéticas e idiográficas: las primeras tratan de encontrar leyes
generales, mientras que las segundas son un estudio descriptivo de lo individual.
31
Ibíd., p. 23
93
sentido de que tienen el mismo objetivo que éstas, que es la comprensión; en
tercer lugar, una distinción entre ciencias naturales y ciencias sociales con puntos
comunes pero con sus propias peculiaridades.
Método. Por una parte propone una unidad de método en las ciencias naturales y
en las ciencias sociales. Dicho método es el método crítico, que consiste en
proponer problemas, los cuales surgen de la tensión entre nuestro conocimiento y
nuestra ignorancia, en ensayar soluciones, someterlas a crítica y eliminar los
errores.
32
Ibíd., p.25
33
Karl, R. Popper., La Lógica de las Ciencias Sociales, ED. Grijalvo, México 1978, p. 18
94
Lógica. La lógica deductiva constituye el instrumento de la crítica. Estudia el
razonamiento formalmente válido en el cual de la verdad de las premisas se sigue
la verdad de la conclusión, y de la falsedad de la conclusión se sigue la falsedad
de al menos una premisa. De aquí se desprenden las nociones de verdad y
explicación. La verdad, entendida como coincidencia entre los enunciados y los
hechos, es esencial a la tradición crítica, pues tiene una función regulativa que
consiste en acercarse a ella eliminando los errores. La explicación, por su parte, la
concibe como una solución a un problema teórico, y tiene la forma de un
argumento deductivo, cuyas premisas son una teoría y ciertas condiciones
iniciales. Los problemas que plantean las ciencias sociales son teóricos o se
pueden plantear como tales, por tanto, la explicación es posible en ellas, lo cual no
ocurre con problemas históricos o problemas de aplicación. Es necesario resaltar
en este punto que, de acuerdo con Popper, la unidad entre ciencias sociales y
naturales se mantiene, pero establece una diferencia entre la historia y esas otras
ciencias.
34
Ibíd., p.25
95
sabemos algo y las instituciones sociales que determinan el carácter social real de
nuestro entorno social.
No está de más decir que en la lógica situacional el elemento que nos permite
eliminar el psicologismo, es decir, la evocación, la repetición simpatética de la
experiencia original es precisamente el tercer mundo. En este sentido, la lógica
situacional de Popper, según él mismo, supera el método de la evocación
subjetiva de Collingwod, a quien dirige sus críticas. Una de las ventajas del tercer
mundo es que nos permite pasar de una concepción meramente subjetiva del
conocimiento a una objetiva, pues, como ya señalamos, la objetividad de la ciencia
consiste básicamente en la tradición en que se inserta la ciencia, y la tradición es
un objeto que pertenece al tercer mundo.
96
filosofía de la ciencia” como contraposición a la filosofía de la ciencia clásica, que
es la que desarrollaron tanto el positivismo lógico del Círculo de Viena como el
racionalismo crítico de Popper. Según Kuhn, la ciencia se distingue de otros tipos
de pensamiento no por criterios lógicos como la inducción o la falsación, sino por
ser la actividad que desarrollan los científicos. En otras palabras, una teoría es
científica no porque sea empíricamente contrastable, sino por constituir el
elemento que identifica a un grupo de científicos. La ciencia se entiende, de esta
manera, como “ciencia normal”, es decir, como “investigación basada firmemente
en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna
comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento
para su práctica posterior”. 35 Desde esta perspectiva, la ciencia pierde, por decir
así, la unidad y la hegemonía semántica y epistémica que mantenía aún
considerando la rivalidad entre teorías alternativas, pues en medio de ellas, había
una idea común de ciencia. La ciencia, ahora, en tanto ciencia normal, está
supeditada a las comunidades científicas, y se transmite por medio de los libros de
texto, con lo cual se tiene una guía para la práctica científica. La noción misma de
“método” de investigación científica, aunque se sostiene dentro de la noción de
ciencia, ahora está supeditada a la ciencia normal, pues es el fundamento para la
práctica de la investigación científica, esto es, no hay un método general de
investigación.
35
Thomas, Kuhn., La estructura de las revoluciones científicas, ED. Fondo de cultura económica, México,
2000, p.33
97
redelimitado grupo de científicos.” 36 Así pues, la noción de paradigma se refiere a
una realización científica que aglutina un grupo consistente de científicos por una
parte y, por otra, que encierra un conjunto de problemas que deben ser resueltos
por esos científicos. Ana Rosa Pérez Ransanz señala justamente que hay al
menos dos sentidos del término paradigma: “1) paradigma como ejemplo de
solución exitosa (y sorprendente) de cierto tipo de problemas, que es reconocido
por toda la comunidad pertinente, y 2) paradigma como conjunto de compromisos
compartidos por una comunidad de especialistas.” 37
La importancia de estas ideas de Kuhn para las ciencias sociales es que se trata
de disciplinas que no han encontrado su momento paradigmático, es decir no han
llegado a la madurez debido a que no ha habido un paradigma dominante que
haga posible un periodo de ciencia normal. Por eso, las ciencias sociales se
encuentran en un estado preparadigmático en donde las disputas entre las
diversas escuelas están vigentes.
36
Ibíd.
37
A. R. Pérez Ransanz, Kuhn y el cambio científico, p. 35. Ver también p. 30.
98
hay varios. Ahora bien, para decidir cuál es el correcto haría falta un criterio que
nos dijera las características que debería tener una teoría para ser mejor que
otras. Como no existe ese criterio, al menos hasta ahora, entonces no se puede
decidir y las distintas escuelas siguen compitiendo. Por eso, en la investigación en
ciencias sociales es necesario establecer un marco teórico que nos diga desde
qué punto de vista serán considerados los conceptos, qué experimentos son
válidos, qué método es el que se seguirá, etc.
Un acercamiento a la hermenéutica.
El racionalismo crítico de Popper y la nueva filosofía de la ciencia de Kuhn se
ubican de manera muy general dentro de la tradición positivista, esto es, la
tradición galileana según vimos con Von Wright, y lo hacen ya sea apoyándose en
ella, como en el caso de Popper en algunos aspectos, o sometiéndola a una crítica
severa, como en el caso de Kuhn. Ambos autores tienen, como hemos señalado
explícitamente en Popper e implícitamente en Kuhn, un acercamiento con otra
gran tradición epistemológica, la hermenéutica, es decir, la tradición aristotélica
señalada un poco antes. Al analizar tanto a Popper como a Kuhn nos damos
cuenta de que su acercamiento a la hermenéutica representa un intento por
solucionar algunos de los problemas generados en el desarrollo de su filosofía de
la ciencia: desarrollar un método específico para las ciencias sociales,
99
específicamente la lógica situacional de Popper, o poder acudir a la comprensión
como criterio para la comparación entre teorías rivales, superando la
inconmensurabilidad entre ellas. Veamos brevemente en qué consiste esta
tradición.
100
tienen una intención, la intención del autor o los autores manifiesta en sus hechos,
y la intención de los lectores o intérpretes cuando se enfrentan con esos hechos.
El acto hermenéutico en este sentido tiene un doble movimiento, uno subjetivo,
que es cuando el intérprete considera sus propios intereses en la intepretación, y
otro objetivo, que es cuando trata de interpretar desde el punto de vista del autor.
101
Desde esta perspectiva, consideramos que es necesario replantear el problema de
la cientificidad de las ciencias sociales, ya sea en relación con las ciencias de la
naturaleza o de manera independiente a ellas. En cualquier caso será necesario
un cambio en el concepto de racionalidad científica comúnmente reconocido, el
cual está asociado con la lógica deductiva y con el empirismo. Algunos elementos
que podrían ser interesantes en este cambio ya se están incorporando en las
discusiones sobre la racionalidad de la ciencia. Nos referimos a la retórica en tanto
argumentación basada en la persuasión más que en la demostración, y a que
Aristóteles designaba como saber práctico, por contraposición al saber teórico,
que corresponde, aunque no totalmente, con las nociones de sensus communis de
Vico, o de buen sentido de Pierre Duhem, y que consisten en ese “saber” que le
permite al científico aceptar o rechazar una teoría, o decidir cuál es la mejor teoría
en un momento determinado.
102
Concretando estas ideas con la investigación en ciencias sociales, en especial con
aquella relacionada con el trabajo social, requiere una reflexión posterior.
Podemos adelantar, por ahora, que el objetivo de este tipo de investigación no
consiste sólo en conocer un estado de cosas, sino conocer para interactuar y
transformar ese estado de cosas, aunque no necesariamente en ese orden, pues
más bien son acciones simultáneas: el conocimiento es ya una transformación de
un estado de cosas. Nada de esto tendría sentido si se deja únicamente en el nivel
de discusión teórica, hay que llevarlo a la práctica mejorando cada vez más los
proyectos de trabajo social.
Resumen
La filosofía de las ciencias sociales se ha planteado primero a partir del modelo de
cientificidad ofrecido por las ciencias de la naturaleza. Sin embargo, esta
tendencia ha ido decreciendo para dar lugar a una noción de cientificidad propia
de las ciencias sociales o humanas, lo cual se ha hecho a partir de la tradición
hermenéutica. Desde esta perspectiva, la hermenéutica propone que las ciencias
sociales en lugar de tratar de ofrecer explicaciones de los fenómenos sociales lo
que trata es más bien de comprender esos fenómenos, pues a diferencia de las
ciencias de la naturaleza cada uno de los hechos es único e irrepetible, por lo cual
no se pueden hacer generalizaciones, sino que lo único que podemos hacer es
interpretar y comprender esos hechos. Popper nos ofrece un acercamiento a la
comprensión hermenéutica a través de lo que él llama la lógica situacional, lo cual
lo acerca a los grandes hermeneutas como Gadamer.
103
De cualquier modo, es la hermenéutica la corriente de pensamiento que ofrece un
mejor acercamiento al problema de la comprensión y explicación en las ciencias
sociales, así como un cambio en la concepción de la racionalidad, no sólo
epistémico, sino también práctica, en la cual los medios no necesariamente se
subordinan a los fines, sino que es posible establecer otros tipos de racionalidad
en los que la crítica de los fines que se persiguen sean los que guíen nuestras
decisiones tanto teóricas como prácticas.
104
GLOSARIO
105
característica de nuestros pensamientos o acciones que son apoyados por
razones suficientes para su aceptación o rechazo.
- Tautología: Se dice de un enunciado formalmente verdadero, es decir, de un
enunciado compuesto cuyos valores de verdad siempre resultan verdaderos.
Ejemplo: “hoy lloverá o no lloverá”.
- Teoría del conocimiento: Apartado de la epistemología que trata sobre la
naturaleza y justificación del conocimiento en general.
- Validez formal: Característica del razonamiento que consiste en que de
premisas verdaderas sólo se siguen conclusiones verdaderas.
- Verdad: Característica de los enunciados o proposiciones que consiste, según
la noción más común, en la correspondencia con los hechos.
- Verificación: Proceso por medio del cual es posible determinar la verdad de
una aseveración apoyándose en enunciados sobre experiencias que se
consideran verdaderos y que apoyan a los primeros.
106
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía Básica
Unidad 1
1. Sanabria, José Rubén., Introducción a la filosofía, Editorial Porrúa, México,
1996
2. Dancy, Jonathan., Introducción a la epistemología contemporánea, Tr. José
Luis Paredes Celma, Editorial Tecnos, Madrid. (El capítulo 1 para el resumen)
Unidad 2
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3. Bunge, Mario., La ciencia su método y su filosofía, Editorial, Siglo XXI, Nueva
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México, 1994
Unidad 3
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2. Deaño, Alfredo., Introducción a la lógica Formal, Editorial Alianza, Madrid,
1996 económica, México, 1999
3. Suppes, P. y Hill, R., Introducción a la lógica matemática, Editorial Reverté,
México,199
4. Olivé, León., El bien , el mal y la razón, Editorial Paidós, México, 2000
5. Yurén Camarena, Ma. Teresa., Leyes, Teorías,y modelos, Editorial Trillas,
México 1998
Unidad 4
1. Kuhn, Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de
Cultura (El capítulo 1 para resumen)
2. Buchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica, Itaca – UNAM, México,
2000.
107
3. Popper, Karl R., Conjeturas y refutaciones. El desarrollo del conocimiento
científico, Tr. Néstor Míguez, Ediciones Paidós, Barcelona – Buenos Aires,
1983.
4. Popper, Karl R., La lógica de la investigación científica, Tr. Víctor Sánchez de
Zavala, Ed. Tecnos, Madrid, 1962
5. Popper, Karl R., La lógica de las ciencias sociales, Editorial Grijalvo, México,
1978. (Los capítulo 8,9 10, para el resumen)
6. Von, Wright, G. H., Explicación y comprensión, Editorial Alianza Universidad,
1979.
Bibliografía complementaria
1. Villoro, Luis., Creer, Saber, Conocer, Editorial siglo XXI, México, 1982
2. Mardones, J.M., Ursua, N., Filosofía de las ciencias Humanas y sociales
Materiales para una fundamentación científica, Editorial Fontamara, México
1993
3. Platón., Los diálogos de Platón, Editorial Conceptos, México, 1978
4. Kant, Emanuel., Crítica a la razón pura, Editorial Porrúa México, 1998
5. Lakatos, Imre y Alan Musgrave (eds.) (1975), La crítica y el desarrollo del
conocimiento, Tr. Francisco Herrán, Ediciones Grijalbo, Barcelona – Buenos
Aires – México.
6. Olivé, León y Ana Rosa Pérez Ransanz., Filosofía de la ciencia: Teoría y
Observación, Editorial Siglo XXI, México, 1989
Nota: La bibliografía para la materia es muy extensa, razón por la cual en la guía solo se
hace mención de los textos más relevantes, pero quedará como una tarea del alumno
localizar más textos en relación a cada unidad de aprendizaje.
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Universidad Nacional Autónoma de México
Dr. José Narro Robles
Rector
Lógica y Epistemología
Julio, 2009
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