La Economía Del Guano y El Salitre

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La economía del guano y el salitre (1845-1878)

Desde 1820-1824 hasta 1845 la economía peruana estuvo al ritmo de la


disputa política interna entre los distintos caudillos hasta que se logró
cierta estabilidad, con la elección de Ramón Castilla. El principal elemento
que se destaca de este período es una fuerte caída en la producción
minera. En este periodo aparecen el guano y el salitre, como nueva
producción orientada a la exportación, los cuales serán sumamente
relevantes para financiar al Estado.
Respecto al contexto internacional, el crecimiento de la exportación de
guano y salitre marcó el ritmo de la economía peruana, lo hizo marcado
por la influencia de la hegemonía global inglesa.
Este cambio tuvo una serie de consecuencias muy importantes sobre la
economía peruana. Por un lado, existía una suerte de reparto de funciones
entre las sierras del interior, que se encargaban de la explotación del
recurso, y las costas que organizaba su comercio. Pero este, a diferencia
de la plata y otros minerales, no necesitaba procesarse ni transportarse
para su comercialización, esto hizo que se vea con mejores ojos a la
exportación de guano y de salitre.
Antes de 1842 la explotación se producía mediante licencias, primero
privadas, y, entre 1842-1847, de sociedad mixta de capitales ingleses y
franceses con el Estado. Hacia 1850 se entregaron grandes concesiones
para la extracción y comercialización de guano a las elites peruanas. De
1851 a 1855, el presidente José Rufino Echenique dispuso el
reconocimiento de las deudas impagas durante el periodo guerra. De este
modo, se buscó fortalecer el orden interno mediante la creación de un
sistema de alianzas con las elites locales. Esta nueva estructura dio lugar
al nacimiento de una elite comercial y financiera alrededor de los
“consignatarios del guano”.
Ahora bien, las fuertes transferencias de recursos por las concesiones de
guano y el sistema de endeudamiento buscaron solucionar la escasez de
capitales, transfiriendo capitales a manos privadas con los que se
sentaron las bases de las primeras relaciones capitalistas Bonilla (1974).
Sin embargo, se cuestionaba que esta elite no estaba verdaderamente
interesada en llevar adelante su propia revolución democrática en la
economía y en el Estado, sino que seguía vinculada social e
ideológicamente con las formas de acumulación dominadas por las clases
terratenientes.
Respecto a la infraestructura, con la llegada de la elite liberal
modernizadora al gobierno, se generó un importante programa de
construcción de ferrocarriles con la visión de que éstos removerían los
obstáculos al crecimiento y prepararían al país para su desarrollo
económico.
Durante todo este período, los ingresos fiscales del Estado peruano
estuvieron casi completamente determinados por la exportación de guano,
y en segundo lugar por los préstamos tomados con el grupo de los
“consignatarios” locales y el exterior.
Sin embargo, hacia 1870 las exportaciones de guano sufren una fuerte
caída con un leve repunte en el año 1874, aunque sin lograr recuperarse.
Al mismo tiempo, las necesidades financieras del Estado no habilitaban
retrasos en la liquidación de los consignatarios. Ante esta situación, el
gobierno liberal de Pardo decidió entregar el monopolio comercial y
financiero a la firma francesa Dreyfus. Lamentablemente, estas medidas
no dieron el resultado esperado, lo que puso fin al ciclo de expansión
guanero.
En cuanto a la explotación de salitre, ésta tuvo un régimen diferente ya
que su incorporación como mercancía se produjo más tarde. Hasta 1868,
la explotación era libre, momento a partir del cual se establece un
impuesto. Hacia 1873, se estableció el monopolio estatal de su
comercialización, y en 1875, se dispuso la expropiación de las salitreras.
La estatización de las salitreras y otros elementos desataron el conflicto
armado conocido como “Guerra del Pacífico” en 1879 entre Perú y Bolivia
con Chile. La guerra culmina en 1883 con la victoria chilena, y con la
anexión a territorio chileno de las provincias salitreras de Tarapacá y
Arica en el desierto de Atacama, y la clausura de la salida al mar del
territorio boliviano.

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