Lo Que Creemos
Lo Que Creemos
Lo Que Creemos
1. LAS ESCRITURAS
Nosotros creemos en las Escrituras del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento como
verbalmente inspiradas por Dios y sin error y que son la autoridad suprema y final en
fe y práctica (II Timoteo 3:16; II Pedro 1:19-21; I Tesalonicenses 2:13).
2. LA DEIDAD
Nosotros creemos en el Dios trino, eternamente existente, en tres persona s: Padre, Hijo y
Espíritu Santo - co-existentes en un ser, co-iguales en poder y gloria, y teniendo los mismos
atributos y perfecciones (Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; II Corintios 13:14).
3. LA CREACIÓN:
Nosotros creemos en la narración del libro de Génesis de la creación, es decir, que debe ser
aceptada literal y no alegórica ni figurativamente; que el hombre fue creado directamente por
Dios en su propia imagen y semejanza; que la creación del hombre no fue asunto de la evolución
ni de cambios evolucionarios de la especie, ni desarrollos a través de períodos interminables del
tiempo de formas inferiores a formas superiores; que toda la vida, animal y vegetal, fue creada
directamente, y que la ley de Dios fue establecida cada uno produjera según su género. Creemos
que Génesis 1:1 documenta que los cielos y la tierra tuvieron el comienzo de su existencia en el
primer día de la Semana de la Creación; que esta obra y la obra de introducir la luz a la existencia
constituyen, no dos obras de Dios separadas por millones o miles de millones de años, sino las
dos obras de Dios en el Primer Día de la Semana de la Creación; que cada uno de los seis días,
mas el séptimo día de reposo, en la semana de la Creación, fue no un “período”, sino un día así
como el día en el mandato de Dios al hombre de trabajar seis día y reposar un día.
(b) Nosotros creemos que el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados conforme a las
Escrituras, como un sacrificio representativo y sustituto; y que nuestra justificación se hace
segura por su resurrección literal y física de entre los muertos, (I Corintios 15:3 y 4; I Pedro 2:24;
Efesios 1:7; Rom 4:25).
(c) Nosotros creemos que el Señor Jesucristo ascendió al Cielo, donde El está ahora exaltado a
la diestra de Dios, y que ministra como nuestro Sumo Sacerdote e Intercesor (Hechos 1:9-10;
Hebreos 4:14; 7:2 I Juan 2:1).
(d) Nosotros creemos en esa “Esperanza Bienaventurada”, la venida personal, inminente, pre-
tribulacional y pre-milenial del Señor Jesucristo para los redimidos; y en su regreso subsecuente
a la tierra con sus santos para establecer su Reino Milenial (I Tesalonicenses 4:13-18; Zacarías
14:4-11; Apocalipsis 19:11-16; 20:1-6; I Tesalonicenses 1:1-10; 5:9; Apocalipsis 3:10).
7. SATANÁS:
Nosotros creemos en la existencia de Satanás, el Diablo, que fue creado como ser angelical
perfecto; que voluntariamente dirigió a un ejército de otros ángeles en rebelión contra Dios antes
de la creación del mundo; que es el autor del pecado y la maldad; que es el acusador de los
hermanos y el tentador de todos los hombres; que será destruido en el Lago de Fuego con sus
seguidores en el fin del tiempo. Además, creemos que es el engañador y el dios de este presente
mundo; que sus poderes son enormes, pero estrictamente limitados a la voluntad permisiva de
Dios que prevalece sobre todos los inventos malvados para oponerse al bien; que fue derrotado
y juzgado en la cruz, y que por lo tanto, su condenación final es segura; que nosotros podemos
resistirlo y vencerlo solo con la armadura de Dios, por la sangre del Cordero, y por medio del
poder del Espíritu Santo (Isaías 14:12-7; Ezequiel 28:12-19; Apocalipsis 12:10; Mateo 4;1-11;
Apocalipsis 20:10:15; I Juan 3:8; Hebreos 2:14; Efesios 2:2; II Corintios 4:4; Job 1:6-12; 2:1-7;
Lucas 22:31-32.)
8. EL HOMBRE Y SU DEPRAVACIÓN
Nosotros creemos que el hombre fue creado en la imagen de Dios con cuerpo, alma y espíritu,
que pecó, y por lo tanto, incurrió no solo muerte física, sino espiritual, que es separación de Dios;
y que todo ser humano nace con una naturaleza pecaminosa, y que llega a ser pecador en
pensamiento, palabra y hecho (Génesis 1:26-27; 2:7; I Tesalonicenses 5:23; Romanos 3:23;
5:12; Efesios 2:1-3; Salmos 51:5; 58:3).
9. LA SALVACIÓN:
Nosotros creemos que la salvación del hombre pecaminoso es totalmente por la gracia de Dios,
y no por las obras del hombre; que Jesucristo vino al mundo para hacer remisión completa por
los pecados por su sangre derramada, su muerte vicaria en la cruz, su resurrección corporal de
la tumba, y su ascensión al Cielo para interceder por los creyentes; que el hombre debe
personalmente arrepentirse de sus pecados y aceptar a Jesucristo como su Salvador para recibir
la vida eterna y el poder sobre el pecado; que el creyente es regenerado inmediatamente que
reciba a Cristo; que su regeneración, justificación y santificación, son inmediatamente
efectuadas; que el hombre puede ser salvo una sola vez; y que esta es la única forma en que un
hombre puede ser salvo (Efesios 2:8-9; Juan 3:10-21; Hebreos 9:11-24; Hechos 3:19; Juan 1:12;
Romanos 6:1-23; Hebreos 10:10; Juan 10:28-29; Hechos 4:12).
(b) Nosotros creemos que el verdadero creyente es responsable por llevar una vida cristiana
piadosa y consistente; y que una evidencia de una fe salvadora se manifiesta en un verdadero
deseo de vivir en una manera que agrada a Dios (Romanos 8:5-9; Gálatas 5:16-25; Tito 2:13-15;
Efesios 2:10; II Corintios 5:17).
11. LA SANTIFICACIÓN
Nosotros creemos que a todo verdadero creyente se le promete la santificación posicional,
progresiva y últimamente, completa (Hebreos 10:10; 14; Juan 7:17; Efesios 5:25-27; I
Tesalonicenses 4:3-4; I Juan 3:2).
13. LA SEPARACIÓN
Nosotros creemos que todos los salvos deben vivir de tal manera que no sean un reproche para
su Salvador y Señor; y que la separación de los placeres y prácticas mundanos y pecaminosos
se requiere por Dios. Además creemos que las Escrituras enseñan claramente que los creyentes
no debemos casarnos ni tener otras alianzas comprometedoras con los incrédulos (Romanos
12:1-12; 14:13; I Juan 2:15-17; I Corintios 6:14-7:1; II Timoteo 3:1-5).
15. LA IGLESIA
(a) Nosotros creemos que la iglesia mencionada en el Nuevo Testamento es un grupo de
creyentes en Cristo bautizados por inmersión en agua, unidos con el propósito de llevar a cabo
el plan de Dios de llevar el evangelio a todas las personas en el mundo. Creemos que Cristo
estableció su iglesia durante su ministerio terrenal, que le dio la comisión misionera, y que ha
prometido preservarla en sus esfuerzos de llevar a cabo esa comisión. Creemos que la iglesia
es local y visible (Mateo 16:18; Colosenses 1:18; Efesios 1:22-23; 5:21-33; I Corintios 12:4-31;
Mateo 3;11; Hebreos 12:23).
(b) Nosotros creemos que la Cena del Señor es una observación conmemorativa de la muerte
de nuestro Señor en el Calvario; que la provisión del pan y el fruto de la vid son símbolos del
cuerpo inmolado y la sangre derramada de Cristo; que la participación en la Cena del Señor es
solo para creyentes regenerados; y que la auto examinación sincera debe preceder su
observación; y que la participación en esta ordenanza no contribuye a la salvación (Mateo 26:21-
30; I Corintios 11:17-34). NOTA: Con raras excepciones observamos la Cena del Señor al final
del culto nocturna del último domingo del mes.
(b) Nosotros creemos que los espíritus de los salvos a la hora de la muerte pasan directamente
a estar con Cristo en el Cielo, que sus obras serán juzgadas en el Tribunal de Cristo para la
determinación de sus recompensas, que tomará lugar en el tiempo en que Cristo venga por los
suyos, y que un hombre regenerado a través de Cristo tiene la esperanza bienaventurada y el
gozo de vida eterna con Dios en el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra, que serán establecidos en el
fin del tiempo (Eclesiastés 12:7; I Corintios 3:11-15; II Corintios 5:10; Juan 3:16; I Pedro 1;4;
Apocalipsis 21;1-21).
(c) Nosotros creemos que los espíritus de los inconversos a la hora de la muerte descienden
directamente al infierno (Hades) donde son reservados bajo castigo hasta el día del juicio final,
cuando sus cuerpos serán resucitados de las tumbas; que serán juzgados y echados en el gran
Lago de Fuego, el lugar de castigo final y eterno. Nosotros creemos que la persona que rechaza
a Cristo como su Salvador está condenada a este castigo justo y eterno (Hebreos 9:27; Lucas
16:19-31; Apocalipsis 20:10-15; Juan 3:17-21; 35-36).