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Juicio Ejecutivo Primera Parte

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DERECHO PROCESAL III

La Ejecución

1.- Generalidades:

a) Concepto: La ejecución es el procedimiento establecido por la ley para


satisfacer pretensiones dirigidas al cumplimiento forzado de una obligación, que
puede ser de dar, hacer o no hacer, y cuya existencia consta de un antecedente
indubitado llamado título ejecutivo.

“La finalidad del juicio ejecutivo es alcanzar, por vía del apremio, el
cumplimiento de una obligación cierta e indudable que consta de un antecedente
auténtico que mueve a compulsión” (C. Suprema, 20 de Mayo de 197, RDJ tomo 68
sección primera página 143).

b) Fundamento y naturaleza jurídica:

b.1. Fundamento: La ejecución tiene fundamento constitucional. En efecto, la


ejecución puede ser, dependiendo del título que se invoque, con previo y sin previo
ejercicio de potestad jurisdiccional. Esto último se pone de manifiesto al
comprobar que el primer título ejecutivo que menciona el nº 1 del art 434 CPC es
la sentencia judicial, en tanto que los otros tienen un origen extra judicial.
Respecto del primero, es decir, en lo que concierne a la sentencia judicial, el
fundamento de la ejecución es constitucional para lo cual basta tener a la vista el
inciso 3ro del artículo 76 CPR que dice: “Para hacer ejecutar sus resoluciones, y
practicar o hacer practicar los actos de instrucción que determine la ley, los
tribunales ordinarios de justicia y los especiales que integran el poder judicial,
podrán impartir órdenes directas a la fuerza pública o ejercer los medios de acción
conducentes de que dispusieran.” Esta facultad debe complementarse con el
concepto mismo de jurisdicción, que bien sabemos tiene fuente constitucional:
“La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas Y DE
HACER EJECUTAR LO JUZGADO, pertenece exclusivamente a los tribunales
establecidos por la ley” (art 76 inc 1º CPR).

En suma, la ejecución que tiene su antecedente en un título que consiste


en una resolución judicial, se apoya en la facultad de IMPERIO reconocida
constitucionalmente (art 76 inc 1º y 3º CPR). Tratándose de la ejecución que se
funda no ya en un título jurisdiccional (sentencia) sino que en un título de origen
privado (copia autorizada de escritura pública, letra de cambio, pagaré o cheque)
el fundamento de la ejecución no tiene ya origen en la constitución (así piensa
Ortells Ramos, Manuel en “Derecho Procesal Civil”, Navarra, 2005,
Thomson/Aransandi pág. 674) pero debe admitirse, forzosamente, que el
fundamento de la ejecución está en la ley que señala taxativamente qué tipo de
instrumentos son los únicos idóneos para fundar una ejecución, entre los cuales se
encuentran los nombrados. No pueden haber más títulos ejecutivos que los que la
ley señala, y por ende fuera de la sentencia judicial, de llegar a existir algún
documento no judicial que tenga eficacia ejecutiva, dicha condición tendrá
exclusivo origen en la ley, y no en la voluntad de las partes.

b.2. Naturaleza jurídica: La cuestión consiste en discernir si el procedimiento


ejecutivo puede contener o no algún componente de cognición (o sea proceso
declarativo), así no más sea incidental. Hay algunos que plantean que el juicio
ejecutivo, para ser tal, no puede incluir una fase de cognición o de declaración
previa, porque esto último es propio de los procedimientos ordinarios. Otros, en
cambio, piensan que la ejecución sin una fase de cognición, así no más sea
incidental o sumarial, es PURA ARBITRARIEDAD. Tal era el parecer de Couture
(“Fundamentos del derecho procesal civil”, Buenos Aires, 1958, pág. 441 y 444).
Del mismo parecer es Ortells Ramos quien dice que el proceso de ejecución debe
ser precedido del ejercicio de la potestad jurisdiccional ya que con ello se consigue
seguridad y certeza acerca de la existencia y subsistencia del derecho; agrega que
dicha seguridad y certeza son siempre relativas ya que es posible que la prestación
que ordena cumplir la sentencia se haya cumplido espontáneamente, cuestión esta
última que podrá invocar el ejecutado. Otro tanto puede ocurrir con las llamadas
“ejecuciones provisionales” que pueden decaer al quedar sin efecto el fallo que
provisionalmente se ejecuta (art 773 CPC). Entre nosotros, Pereira Anabalón,
Hugo, plantea que el juicio ejecutivo contempla una fase de cognición sumarial,
señala que tal vez la única excepción a dicha orientación sea la normativa prevista
en el art 6 de la ley 4287 de 23 de Febrero de 1928 sobre “prenda de valores
mobiliarios” a favor de los bancos comerciales en que se autoriza la enajenación
de tales valores por el propio banco acreedor, previa una simple notificación
judicial al deudor y el transcurso de un breve plazo de días a contar desde la
notificación, de dudosa constitucionalidad frente al art 19 nº 3 inc 5º CPR (la fase
de conocimiento en el juicio ejecutivo, en “Juicio ejecutivo. Panorama actual”
A.A.V.V. Cono Sur, Santiago, 1995 pág. 41).

En suma, “nulla executio sine processo”.

A modo de síntesis remata Pereira diciendo:

1. Hay ejecuciones precedidas de una fase de conocimiento: Como ocurre con


las ejecuciones que se fundan en una sentencia judicial.
2. Hay ejecuciones sin conocimiento previo: Como ocurre con la prenda de
valores mobiliarios a favor de los bancos (ley 4287).

3. Hay ejecuciones con la inserción de una fase sumaria de conocimiento: Como


ocurre con el juicio ejecutivo reglado en el libro III del CPC.

4. Hay ejecuciones con una fase posterior de conocimiento lato o amplio: Como
ocurre con la reserva de acciones o excepciones; art 478, 473 y siguientes CPC
(Pereira, Ob.cit. pág. 43).

c) Clasificación del proceso ejecutivo:

c.1. Especiales de aplicación general y de aplicación especial: Todos los juicios


ejecutivos, en comparación con el procedimiento ordinario, son especiales, en los
términos del art 2 CPC, ya que el procedimiento ejecutivo ha sido concebido por
el legislador para el cumplimiento de obligaciones que constan de un título
ejecutivo y aparecen, en ese sentido, sustraídos del procedimiento ordinario o
común de que trata el libro II del CPC. Ahora bien, sin perder su naturaleza o
condición de procedimiento especial o extraordinario, hay algunos procedimientos
ejecutivos que son de aplicación general, tal es el caso del procedimiento reglado
en el libro III del CPC (art 434 y siguientes), ya que reciben aplicación con
independencia de la naturaleza o fuente de la obligación que consta del título
ejecutivo. Sin embargo, existen otro tipo de procedimientos, de naturaleza
ejecutiva, que son de aplicación especial, ya que tienen en cuenta la naturaleza
de la obligación o la fuente en que el título consta, así ocurre con el procedimiento
ejecutivo reglado en la ley general de bancos (DFL nº 1 de 1997), lo propio
acontece con los procedimientos ejecutivos contemplados para la realización de
las prendas especiales sin desplazamiento, etc, los cuales se apartan en su
regulación de la que contempla el libro III del CPC limitando, severamente, el
contradictorio y subordinando su aplicación a la naturaleza de la obligación que se
intenta ejecutar.

c.2. Según la naturaleza de la obligación, de dar de hacer y de no hacer: La


obligación de dar susceptible de ser sometida a juicio ejecutivo es aquella cuya
ejecución forzada exige al ejecutante la entrega de una cosa, SEA QUE LLEVE
ANEXA O NO LA TRANSFERENCIA DEL DOMINIO O DE OTRO DERECHO REAL. De esta
forma la obligación de dar, procesalmente hablando, es más amplia que desde el
punto de vista civil, pues para el derecho civil la obligación de dar consiste en la
entrega de una cosa acompañada de la transferencia del dominio (Corte de
Temuco, 10 de Septiembre de 1936, RPJ, Tomo 39, sección segunda, pág. 37).

En la obligación de hacer la prestación consiste en la ejecución de un hecho


(art 530 a 543 CPC).
En el procedimiento ejecutivo con la obligación de no hacer: La prestación
consiste en la no ejecución de un hecho, es decir, de una abstención, siempre que
sea posible de destruir lo hecho en contravención de la obligación,
transformándose en una obligación de hacer (art 530 a 543 y 544 CPC).

c.3. Atendida la cuantía:

1. De mayor cuantía: Tiene lugar cuando la obligación que se persigue excede las
500 UTM y se encuentra reglamentado en el art 698 CPC:

2. De menor cuantía: Cuando el valor de la obligación excede de las 10 UTM y no


supera las 500 UTM.

3. De mínima cuantía: Cuando el valor de la obligación es de hasta 10 UTM (art


703 CPC).

2.- Acción Ejecutiva:

2.1. Concepto: La acción ejecutiva es una especie de acción declarativa,


específicamente se trata de una acción declarativa de condena, y en tal sentido
puede definirse como aquella en la que se solicita al órgano jurisdiccional que
impone al demandado, por sentencia judicial, realizar una prestación o una
abstención a favor del ejecutante, SIEMPRE Y CUANDO SU PETICIÓN SE FUNDE EN
UN TÍTULO AL CUAL LA LEY LE RECONOZCA MÉRITO EJECUTIVO (Romero Seguel,
Alejandro, “Curso de Derecho Procesal Civil. La acción y la protección de los
derechos”).

2.2. Clasificación: Antes se dijo que los procedimientos ejecutivos pueden ser de
mayor o menor cuantía o bien para la ejecución de obligaciones de dar, de hacer
o de no hacer. Los procedimientos son distintos entre sí, porque distintas son
también las acciones que le sirven de fundamento. En consecuencia, frente a la
necesidad de clasificar la acción ejecutiva diremos que ella es, según su cuantía:
De mayor, menor y mínima cuantía, y da lugar, consecuentemente, a un
procedimiento de la misma índole. Así mismo, desde el punto de vista de la
naturaleza de la obligación, la acción ejecutiva se clasifica en acción ejecutiva de
dar, de hacer o de no hacer y repercute igualmente en el procedimiento aplicable
que recibe el mismo nombre. Esto es así porque hay tantos procedimientos como
naturalezas de acciones deducidas existen, lo que permanece inalterable es el
PROCESO que es siempre un método legalmente reglado para la solución de un
conflicto de relevancia jurídica confiado a la decisión de un tercero imparcial que
ejerce jurisdicción por medio de la sentencia.
2.3. Reglas aplicables: El procedimiento ejecutivo y la acción ejecutiva se
someten a las siguientes reglas:

1. Si existen reglas especiales: A las reglas especiales que la ley señala (ley
general de bancos, ley de ejecución de las prendas).

2. Si no hay reglas especiales: Se somete a las reglas de aplicación general


contempladas en el libro III CPC, art 434 y siguientes CPC.

3. En defecto de las reglas especiales o generales: Se aplica el procedimiento


ordinario del libro II del CPC, por mandato del art 3 CPC.

4. A las reglas del libro primero del CPC: En todo caso, y en base al epígrafe del
libro I del CPC “Disposiciones comunes a todo procedimiento” se aplicará dicho
libro a todos los procedimientos antes indicados.

2.4. Requisitos de la acción ejecutiva: Son requisitos de la acción ejecutiva los


siguientes:

1. Que la obligación respectiva conste en un antecedente llamado “título


ejecutivo”, según lo exige el art 434 para las obligaciones de dar, o bien el art 530
para las obligaciones de hacer y finalmente el art 544 para las obligaciones de no
hacer. Aquí se aplica en toda su intensidad el brocardo latino “nulla executio sine
título”.

2. Que la obligación respectiva, cuyo cumplimiento se exige por esta vía, sea
actualmente exigible tratándose de las obligaciones de dar, de hacer y de no hacer
(art 437, 530 y 544 CPC).

3. Si la obligación es de dar, esta debe ser líquida, porque así lo manda el art 438
CPC. Tratándose de la obligación de hacer, esta debe ser determinada, porque así
lo ordena el art 530 CPC. Y si la obligación es de no hacer, debe ser posible la
destrucción de lo obrado en contravención a la obligación, según el art 544 CPC.

4. Que la acción ejecutiva no se encuentre prescrita según lo exige el art 442, 531
y 544 CPC.

Recordemos aquí que los requisitos de admisibilidad de la acción son


simplemente estos: Existencia de una pretensión y observancia de solemnidades
legales; no se requiere ser titular de un derecho, porque esto último es cuestión
que queda entregada a la determinación de la sentencia de fondo. Sin embargo,
cuando examinamos los requisitos de admisibilidad de la acción ejecutiva
comprobamos que estos son más complejos de los que se exigen para cualquier
otro tipo de acción deducida, ya que, según vimos, la obligación no debe estar
prescrita y debe ser actualmente exigible, y ambas cosas son objeto de un examen
preliminar ordenado por el art 441 CPC, norma que se encuentra ausente en el
juicio ordinario. Téngase en cuenta entonces esta importante diferencia entre el
juicio ejecutivo y el juicio ordinario. En materia de incidentes generales, también
cabe recordar que para acoplarse a un proceso en curso, el tercerista debe invocar
un interés actual (art.23 inc.2º CPC), el cual existe cuando se afecta un derecho y
no una mera expectativa.

2.5. Análisis de los requisitos en particular:

1. Título ejecutivo: Es el antecedente que deja constancia de una obligación, y


que cumpliendo los requisitos que la ley señala, autoriza para exigir el
cumplimiento forzado de una obligación en él contenida, a través de las normas
del procedimiento ejecutivo aplicable.

2. Requisitos comunes a todo título ejecutivo:

a) Debe estar establecido por ley: Solo la ley puede erigir o concebir títulos
ejecutivos. Las partes no pueden atribuir dicho carácter a un negocio o contrato
que la ley expresamente no confiera mérito ejecutivo.

b) Es solemne: La solemnidad de un título ejecutivo consiste en que debe CONSTAR


POR ESCRITO. Esta cuestión es de suma importancia ya que en nuestro
ordenamiento, y también en el derecho comparado, lo que tiene mérito ejecutivo
no es el negocio o convenio del que surge la obligación de dar, hacer o no hacer,
sino el título que lo contiene, es decir, el documento que lo soporta o patentiza.

Carmeluti decía: “el título ejecutivo no es, como sostienen algunos, un acto
sino un documento al cual la ley le atribuye efecto de prueba integral del crédito
respecto del que se pide ejecución. Lo que el documento representa es un hecho
jurídico, que puede ser un proveimiento del juez o, en general, del oficio judicial
o bien una declaración de las partes o, incluso, de una parte (pagaré)”. De acuerdo
con estas dos hipótesis se distingue el título ejecutivo judicial del título ejecutivo
negocial, y dentro de este último, el título ejecutivo negocial bilateral, o título
ejecutivo contractual, del título ejecutivo negocial unilateral, coincidiendo este
último con el título ejecutivo cambiario (“Sistema de derecho procesal civil”,
Buenos Aires, 1944, pág. 552). Por su lado, Jaime Guasp decía: “Podría pensarse
que, tratándose de la confesión, se está frente a un acto o declaración de voluntad
y no ante un documento; pero en verdad aquí el título lo proporciona más que el
hecho de la confesión en si la documentación de la misma en los autos, que el juez
ha de tener en vista para despachar la ejecución” (Jaime Guasp, “Derecho
procesal civil”, Madrid, 1956, pág. 783).
Entre nosotros, y en la misma línea que se viene comentando, puede darse
un argumento normativo en abono de que el título lo constituye el documento, y
no el negocio o contrato contenido en él, para lo cual basta indicar el número 3
del art 434 CPC que confiere mérito ejecutivo al ACTA DE AVENIMIENTO pasada
ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de
actuación, con lo cual queda en evidencia que el título no lo constituye el negocio
contenido en el acta, sino que el acta misma; y todavía, pasada ante el tribunal
competente, o sea, presentada y resuelta ante y por el tribunal del caso.*

c) La autarquía del título: Esta es una característica que tiene reconocimiento


jurisprudencial y doctrinal y consiste en que el título debe bastarse así mismo, o
sea, debe ser autárquico, o autosuficiente, lo que implica que no puede
complementarse con otro título para que en conjunto adquiera mérito ejecutivo.
Así, por ejemplo, se ha resuelto que: “el título ejecutivo debe bastarse a sí mismo.
Por consiguiente, no es tal, por su vaguedad y porque no contiene
determinadamente una obligación de dar, el acuerdo tomado en un juicio arbitral
que tiene por aprobadas unas cuentas “con las observaciones y aclaraciones que
constan a fojas 59 y demás piezas de autos” (Corte Suprema, 8 de Enero de 1966,
RDJ, tomo 63, sección primera, pág. 32)”.

Pese a lo dicho, sin embargo, existen algunos autores que plantean la


posibilidad que un título pueda constar materialmente de dos o más documentos,
siempre y cuando todos los instrumentos tengan el carácter de títulos ejecutivos
considerados individualmente, así piensa Colombo Campbell en “Juicio ejecutivo.
Panorama actual”, Santiago, 1995, A.A.V.V., pág. 11. A esto último se le conoce
doctrinalmente como yuxtaposición de títulos y consiste en la confluencia de dos
documentos con mérito ejecutivo. A modo ejemplar, puede citarse el ejemplo de
la acción ejecutiva dirigida contra el tercer poseedor de la finca hipotecada,
sujeto contra el cual habrá de invocarse la escritura pública de hipoteca de la que
nacen acciones reales en su contra y el pagaré suscrito por el deudor personal del
que surgen acciones de este último tipo contra el suscriptor del documento.

3.- Clasificación de los títulos ejecutivos: Los títulos se clasifican de esta forma:

3.1 Títulos perfectos, imperfectos o incompletos:

a) Titulo perfecto: Es aquel que tan pronto se otorga, y cumpliendo los demás
requisitos de la acción ejecutiva, permiten o habilitan para iniciar, sin necesidad
de un nuevo tramite, la ejecución.
b) Titulo imperfecto o incompleto: Son aquellos que por sí mismos no tiene fuerza
ejecutiva, pero pueden llegar a tenerla, si se realizan ciertas gestiones
denominadas “preparatorias de la vía ejecutiva”, con intervención de los
tribunales de justicia, y que en algunos casos permitirá completar un titulo y en
otros, incluso, crearlos (confesión judicial).

3.2 Según su fuente el titulo puede ser judicial o puede ser negocial; y este a
su vez puede ser negocial bilateral o contractual, o bien, unilateral:

a) Titulo ejecutivo judicial: Es aquel que está constituido por el previo ejercicio
de una potestad jurisdiccional, lo que redunda en la dictación de una sentencia,
bien sea definitiva o interlocutoria, y ora se encuentre firme, o simplemente cause
ejecutoria.

Tratándose del título ejecutivo que consiste en una sentencia judicial (art
434 nº 1CPC), cabe destacar la especial condición para servir de título ejecutivo,
a saber, debe ser: SENTENCIA DE CONDENA. Esto significa que la sentencia tiene
que imponer al vencido el cumplimiento de una prestación que consistirá en un
dar, hacer o no hacer. Las sentencias meramente declarativas y las declarativo
constitutivas no son susceptibles de ejecución, ya que se conforman con reconocer
la existencia de una relación jurídica, en el caso de la primera, o al instituir una
nueva merced a la sentencia, en el caso de la segunda. Por lo que no necesita de
un trámite ulterior para ejecutarlas o cumplirlas. Lo anterior, empero, no se opone
a que alguna de estas últimas dos tipos de sentencias impliquen cumplir tramites
posteriores que consistan en inscripciones o publicaciones pero dichos tramites no
la transforman en sentencia de condena que supongan ejecución.

b) Título ejecutivo negocial: El titulo ejecutivo negocial es aquel que goza de


dicho carácter por expresa voluntad de la ley, y en su generación concurre de
manera determinante la voluntad de una o más partes, lo que se traduce en una
subclasificación del título negocial en bilateral o unilateral, ejemplos del primero
son la copia autorizada de escritura pública (434 nº 2 CPC), instrumento privado
(4343 nº 4), y el acta de avenimiento (434 nº 3). Ejemplos del segundo es el pagaré
ya que el suscriptor se obliga para con un beneficiario con una declaración
unilateral e incondicionada de voluntad.

4.- Los títulos ejecutivos en particular:

4.1 Explicación preliminar: Antes de abordar la explicación pormenorizada de los


títulos ejecutivos en particular aprovechamos este acápite para señalar cuáles de
ellos tienen la condición de títulos ejecutivos perfectos o completos y cuáles deben
tenerse como incompletos o imperfectos.
Son títulos ejecutivos completos o perfectos: La sentencia definitiva o
interlocutoria firme o que cause ejecutoria (434 nº 1); la copia autorizada de
escritura pública (434 nº 2) el acta de avenimiento pasada ante el tribunal
competente y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación (434
nº 3) (relacionar estos tres con un principio de autenticidad); letra de cambio o
pagaré en que la firma del aceptante de la letra o del suscriptor del pagaré o bien,
del girador del cheque, se encuentran autorizado ante notario u oficial del registro
civil; letra de cambio o pagaré respecto de los cuales el protesto por falta de pago
se haya hecho de modo PERSONAL y no se haya opuesto tacha de falsedad a la
firma al tiempo de protestarse el documento.

Son títulos ejecutivos imperfectos o incompletos: El instrumento privado,


salvo que se trate de la letra de cambio o pagaré respecto de los cuales el protesto
por falta de pago se haya hecho en forma “PERSONAL”, o bien, respecto del
aceptante de una letra de cambio del suscriptor del pagare o girador del cheque
en que la firma de los mismos aparezca autorizada ante un notario; la confesión
judicial y, finalmente, los títulos al portador o nominativos legítimamente emitidos
que representen obligaciones vencidas y los cupones también vencidos de dichos
títulos siempre que unos y otros se confronten entre sí.

4.2 Análisis en particular:

a) Sentencia firme, bien sea definitiva o interlocutoria: Las sentencias se


encuentran firmes o ejecutoriadas en la forma establecida en el art 174 CPC

Las sentencias que causan ejecutoria también tienen merito ejecutivo ya


que permiten su cumplimiento no obstante encontrarse pendiente el recurso
deducido en su contra. Ahora bien, en el evento de haber perdido la sentencia que
se intenta cumplir pendiente el recurso su carácter de ejecutoria, tendrá el
ejecutado como excepción especial la que con ese mismo nombre, “haber perdido
su carácter de ejecutoria” contempla el art 234 CPC.

b) Copia autorizada de escritura pública: La escritura pública es el instrumento


público otorgado por el competente funcionario, con las solemnidades legales, e
incorporado en el respectivo protocolo.

El título ejecutivo está constituido por “copia autorizada de la escritura


pública”; no así la matriz u original que se mantiene incorporado en el protocolo
o registro público para obtener de este último las copias que fueren necesarias.
¿Quién puede otorgar copias autorizadas de las escrituras públicas? Según el
art 421 del COT solo pueden dar copias autorizadas de escrituras públicas o de
documentos protocolizados las siguientes personas:
1.- El notario autorizante (supuesto que el protocolo o registro lo tenga aún en su
poder).
2.- El que subroga o suceda legalmente al notario (supuesto que el protocolo de
registro se encuentre aún en su poder).
3.- El archivero judicial a cuyo cargo se encuentre el protocolo respectivo (lo cual
ocurrirá cuando el protocolo se remita a ese auxiliar para su custodia o
conservación).

¿Qué ocurre si la copia de la escritura pública no la autoriza alguno de los


arriba nombrados? En este caso el título no goza de mérito ejecutivo y quedan
abiertas las puertas para oponer la excepción del nº 7 del art 464, esto es, faltarle
al título alguno de los requisitos o condiciones establecidos por las leyes para que
tenga mérito ejecutivo.

Es muy razonable que una excepción de este tipo prospere, ya que la ley
establece cuáles son las solemnidades que debe contener la autorización de un
documento, específicamente de una escritura pública, la cual indicará: Que la
copia es FIEL DEL ORIGINAL, deberá llevar también fecha, firma y sello de notario.
En consecuencia, sólo aquel ministro de fe que tenga en su poder el protocolo es
el único habilitado para comparar la copia con la matriz u original en función de
lo cual podrá dar fe que es FIEL DE LA MISMA. Nadie que no tenga el original o
matriz como elemento de comparación puede formular una afirmación semejante.

Es frecuente que los notarios utilicen un timbre que reza así: “Este
documento es copia fiel del que tuve a la vista”. Una leyenda de este tipo desde
luego pugna con la exigencia legal y además es completamente inútil porque no
responde a la cuestión del tipo de documento que tuvo a la vista en orden a si es
original u otra copia. Este defecto podría eventualmente subsanarse con arreglo a
lo dispuesto en el art 342 nº 3 CPC.

¿Puede subsanarse un vicio o defecto como el antes indicado? Mencionamos


como un eventual remedio del vicio comentado al art 342 nº 3. De no prosperar
esta alegación lo que ocurrirá será el acogimiento del nº 7 del art 464, pero no
debe pensarse que una ejecución frustrada por este motivo sea irremediable. En
efecto, existe jurisprudencia que sostiene que un vicio como el que comentamos
puede insertarse dentro de aquellos que el art 477 llama de esta forma “falta de
oportunidad en la ejecución”, fórmula que no solo cubre cuestiones temporales
(plazo o condición pendiente) sino que aspectos subsanables del título que se
invoca, cuyo sería el caso de la copia que no viene autorizada por quien la ley
manda.
c) Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizado por un
ministro de fe o por dos testigos de actuación: El avenimiento es una forma de
poner término al juicio pendiente por acuerdo directo de los litigantes sin
intervención del tribunal.

El avenimiento, para tener merito ejecutivo, debe reunir los siguientes


requisitos:
- Debe constar en un ACTA, es decir, debe constar por escrito.
- Debe, además, ser presentado ante el tribunal competente.
- Debe, por último, dicha acta ser autorizada por un ministro de fe (secretario del
tribunal o notario) o por dos testigos de actuación.

El titulo, en este caso, no está constituido por el acuerdo al que


sustantivamente arriban las partes sino que por un documento que lo soporta o
contiene de allí que se invoque al nº 3 del art 434 CPC como fundamento del
carácter documental y no negocial del título ejecutivo.

¿El acta de avenimiento es el mismo título que el acta de conciliación? El


avenimiento y la conciliación tienen en común que son acuerdos entre partes pero
se diferencian en que el primero se acuerda sin asistencia del juez lo que no ocurre
con el segundo respecto del cual es el juez quien propone las bases de acuerdo.
Según el art 267 CPC el acta de conciliación tendrá el carácter de sentencia
ejecutoriada, en consecuencia, si hubiésemos de ubicar al acta de conciliación
dentro de los títulos ejecutivos tendríamos que matricularlo en el nº 1 del 434, o
sea, sentencia definitiva firme.

¿El acta de avenimiento es el mismo título que la transacción? Avenimiento


y transacción comparten, nuevamente, el carácter de acto jurídico bilateral o
convención, sin embargo, la transacción para ser eficaz no necesita, salvo casos
excepcionales, pasar ante un tribunal competente. Según el art 2460 CC la
transacción tiene el carácter de cosa juzgada por tratarse de un equivalente
jurisdiccional, en consecuencia, también habremos de matricularlo en el nº 1 del
art 434.

d) Letra de cambio, pagaré o cheque respecto de los cuales la firma del


aceptante, del subscriptor o del girador del cheque aparecen autorizadas ante
un notario u oficial del registro civil en las comunas donde no tenga asiento el
notario*: La letra de cambio, pagaré y cheque son instrumentos privados y por
ende no gozan de autenticidad original por no haber estado presente en su
otorgamiento un ministro de fe. Pese a lo dicho, la ley reconoce mérito ejecutivo
a la letra de cambio, pagaré o cheque en que la firma de los otorgantes esté
autorizado ante un notario con lo que, en principio, de ellos al menos puede
decirse que fueron extendidos o firmados por quienes figuran otorgándolos en
razón de que su firma fue autorizada por un notario. La presencia del notario no
transforma a los documentos en referencia en públicos, ya que estos siguen siendo
privados pero ganan autenticidad en lo que al otorgamiento del documento se
refiere, no así, empero, en cuanto a su contenido, que no puede respaldar el
ministro de fe.

Esta autenticidad, parcial si se quiere, es bastante, en concepto de la ley,


para otorgarle mérito ejecutivo al título así extendido, razón por la cual no se
necesita de una gestión preparatoria que conduzca a complementarlo o
perfeccionarlo.

e) Letra de cambio o pagaré respecto del aceptante o suscriptor de dichos


documentos que no oponga tacha de falsedad a su firma al tiempo de
protestarse el documento por falta de pago siempre que el protesto haya sido
personal: Para que la letra de cambio o el pagaré adquieran mérito ejecutivo sin
necesidad de gestión preparatoria ulterior se requiere que concurran estas tres
circunstancias:
1.- Que se proteste el documento por falta de pago.
2.- Que dicho protesto se haga de forma PERSONAL por el notario u oficial del
registro civil.
3.- Que no se oponga tacha de falsedad a la firma al momento de protestarse el
documento.

Nótese que en este caso hay un ministro de fe actuando en la diligencia del


protesto por falta de pago, su actuación consiste en notificar personalmente al
aceptante de la letra o al suscriptor del pagaré el protesto por falta de pago. Se
comprende que en esta actuación extrajudicial el ministro de fe interactúa de
primera mano con el aceptante o suscriptor de la letra de cambio o pagaré
debiendo comprobar su identidad, si además de esta actuación, el aceptante o
suscriptor no oponen tacha de falsedad a su firma en el acto mismo del protesto
puede válidamente tenerse como auténtico y legítimo otorgante de los mismos a
los sujetos a quienes se notifico el protesto.

En consecuencia, al interactuar personalmente el ministro de fe con el


aceptante o suscriptor, y al no formular este último tacha de falsedad a su firma
se combinan dos elementos que generan la autenticidad o válida procedencia del
documento.

En razón de todo lo dicho no es necesario añadir una gestión preparatoria


de la vía ejecutiva para que la letra de cambio o pagaré cuyo protesto se notifico
personalmente sin tacha de falsedad a la firma gane mérito ejecutivo.
Terminemos diciendo que existen consecuencias penales derivadas de la
oposición de una tacha de falsedad a la firma que resulta en definitiva ser
auténtica. Los art 110,111, 112 y 114 de la ley 18.092 sobre letras de cambio y
pagarés se refieren a la materia estableciendo que cualquiera persona que en el
acto del protesto o en la gestión preparatoria de la vía ejecutiva tachare de falsa
su firma puesta en una letra de cambio o pagaré y resultare en definitiva que la
firma es auténtica será sancionado con las penas indicadas en el art 467, salvo que
acredite justa causa de error o que el título en el cual se estampó la firma es falso.
Lo propio establece el art 44 de la ley de cuentas comerciales bancarias y cheques
(DL 707 de 1982).

En conclusión, frente a la pregunta acerca de los títulos ejecutivos perfectos


o completos diremos a modo de resumen que estos son los siguientes:
1.- Sentencia firme bien sea definitiva o interlocutoria.
2.- Copia autorizada de escritura publica.
3.- Acta de avenimiento pasada ante el tribunal competente y autorizado por un
ministro de fe o por dos testigos de actuación.
4.- Ciertos instrumentos privados de carácter mercantil extendidos o protestados
de la manera ante dicha.

5.- Títulos ejecutivos imperfectos: Son títulos ejecutivos imperfectos los


siguientes:
5.1. El instrumento privado reconocido judicialmente o mandado a tener por
reconocido.
5.2. La letra de cambio, pagare o cheque, en que el protesto no se haya hecho de
modo personal.
5.3. La confesión judicial
5.4. Los títulos al portador o nominativos legítimamente emitidos que representen
obligaciones vencidas y los cupones también vencidos de dichos títulos, siempre
que los cupones confronten con los títulos y estos, en todo caso, con los libros
talonarios.
5.5 Los demás que, según la ley, requieran de un trámite adicional para tener
fuerza ejecutiva

6.- Gestiones preparatorias de la vía ejecutiva:

6.1 Concepto: Son ciertos procedimientos judiciales que puede iniciar el acreedor
en contra del deudor destinados a perfeccionar, completar o CREAR el título por
el cual se pretende iniciar una ejecución posterior.

6.2 Clasificaciones:
a) Gestiones preparatorias de complemento o perfección:
a.1. El reconocimiento de firma puesta en instrumento privado.
a.2. La notificación judicial del protesto de letra de cambio, pagaré o cheque.
a.3. La confrontación de títulos y cupones.
a.4. La avaluación.
a.5. La validación de sentencias extranjeras.
a.6. La notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor difunto.

b) gestiones preparatorias de creación: Constituye gestión preparatoria de la vía


ejecutiva creadora de títulos LA CONFESION.

6.3 Naturaleza jurídica y comparación con las medidas prejudiciales:

a) Naturaleza jurídica: Las vías preparatorias de la gestión ejecutiva anteceden


al juicio propiamente tal ya que complementan o crean el título ejecutivo que
servirá de fundamento a la ejecución. En tal sentido, esta clase de medidas debe
reputárseles formando parte de la teoría general de las medidas prejudiciales,
aunque no por ello debe confundírselas con aquellas que regulan los art 273 y
siguientes del CPC, según más adelante se explica.

Según los autores, y alguna parte de la jurisprudencia, esta clase de medidas


prejudiciales no tienen carácter contencioso, sino que debe tenérselas como
gestiones voluntarias o no contenciosas ya que en ellas no es posible que se suscite
contienda o controversia acerca del título, cuestión que queda postergada para el
inicio del juicio ejecutivo, supuesto que quede preparado el título. En razón de
esto último, el profesor Tavolari estima que esta clase de medidas preparatorias
de la vía ejecutiva, al no tener carácter contencioso, no tienen la eficacia de
interrumpir civilmente la prescripción. Pese a lo dicho cabe consignar que el art
2503 CC define a la interrupción civil como “todo recurso judicial intentado por el
que se pretende verdadero dueño de la cosa contra el poseedor”, norma esta
última de la que podría desprenderse, atendido su carácter genérico, que podría
atribuirse eficacia interruptiva a las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva.

b) Diferencias del art 273 CPC: En primer lugar, las prejudiciales del 273 y
siguientes del CPC las puede intentar el futuro demandante como el futuro
demandado, mientras que las gestiones preparatorias solo las puede incoar el
futuro ejecutante.

En segundo lugar, las medidas prejudiciales del art 273 tienen una triple
finalidad (preparar, probar, asegurar el resultado) mientras que las gestiones
preparatorias solo apuntan a una sola finalidad: preparar el titulo ejecutivo.
También puede decirse que estas medidas son diversas de las medidas
precautorias del art 290 y siguientes CPC ya que estas últimas, estructuralmente,
siempre son posteriores al emplazamiento del demandado, es decir, al inicio del
juicio mientras que las que analizamos anteceden al juicio.

6.4 Análisis particular de las medidas prejudiciales:

a) El reconocimiento de firma puesta en instrumento privado: El instrumento


privado, carente de un sello inicial de autenticidad, no puede servir por si mismo
de fundamento a una ejecución. Para que adquiera mérito ejecutivo se requiere
de una gestión preparatoria reglada en el art 435 CPC.

La gestión anterior llamada “de reconocimiento de firma puesta en


instrumento privado” (art 435) apunta a imprimirle autenticidad a los instrumentos
privados para que adquieran mérito ejecutivo; hecho el reconocimiento de la
forma que más adelante se expresa, el instrumento gana fuerza ejecutiva; sin
embargo, reiteramos aquí que existe una cierta clase de instrumentos privados de
naturaleza mercantil que tienen fuerza ejecutiva sin necesidad de gestión
preparatoria alguna y cuyo análisis se hizo en otra parte, sobre el que no obstante
volvemos a remarcar con un afán simplemente sistemático. No necesitan de
gestión preparatoria previa: La letra de cambio, el pagaré o cheque en que la firma
del aceptante del suscriptor o del girador del cheque estén autorizadas por un
notario u oficial del registro civil. Tampoco necesitan de gestión preparatoria
previa la letra de cambio el pagaré siempre que el protesto o falta de pago al
aceptante o suscriptor se haya hecho en forma PERSONAL, siempre y cuando el así
notificado no deduzca tacha de falsedad a su firma en el acto de la notificación
del protesto.

La gestión preparatoria de reconocimiento de firma puesto en instrumento


privado toma la siguiente ritualidad:
a.1. El interesado, portador o tenedor del instrumento privado, presenta su
solicitud ante el tribunal competente, recordemos aquí que si reputamos como
voluntaria o no contenciosa esta clase de gestiones la petición se someterá a las
reglas del turno y no a las reglas de distribución.
a.2. Hecha la presentación al tribunal accederá a la misma fijando una audiencia
a la que deberá comparecer el sujeto cuya firma se pide reconocer.
a.3. Por tratarse de la primera actuación del procedimiento la notificación deberá
ser personal.
a.4. Llegado el día de la audiencia el citado podrá adoptar una de estas cuatro
actitudes:
- Comparece y reconoce la firma: En este caso se tiene por preparada la ejecución
y el título por estar constituido por el acta en que se consigne el reconocimiento
de la firma en el instrumento privado y por este último. Quizás sea este una
manifestación de la denominada “yuxtaposición de títulos”.

- Comparece el citado y niega la firma: En este caso no es posible conocer algún


grado de autenticidad en el documento respecto del cual se solicitó efectuar la
diligencia; por ende, el título no se perfecciona, es decir, no se prepara debiendo
el interesado acudir a la vía ordinaria para demostrar en dicha sede la existencia
de la obligación contenida en el documento cuya firma no fue reconocida.
- Comparece el citado y da respuestas evasivas: Conforme al art 435 inc 2º CPC,
dicha actitud vacilante tiene como consecuencia el que debe tenerse por
reconocida la firma, quedando con ello preparado el título.
- No comparece el citado: De acuerdo al art 435 inc 2º CPC, la inasistencia del
citado redunda en un reconocimiento del documento sujeto a la gestión
preparatoria, perfeccionándose de tal modo el título.

b) La notificación judicial del protesto de letra de cambio, pagaré o cheque:

b.1. Concepto: Es aquella gestión preparatoria que tiene lugar respecto de las
letras de cambio, pagarés o cheques respecto de los cuales el protesto no se haya
efectuado de modo personal.

b.2. Tramitación: El interesado formulará una solicitud de gestión preparatoria


acompañando el título que intenta reflexionar, el que deberá llevar de modo anexo
un acta de protesto por “falta de pago”, solicitando al tribunal que el título y el
acta se notifiquen al aceptante de la letra, suscriptor del pagaré o girador del
cheque. El tribunal hará lugar a la solicitud ordenando la notificación judicial del
protesto, que naturalmente deberá ser hecho de modo personal, y una vez
practicada esta diligencia, supuesto que el futuro ejecutado no deduzca tacha de
falsedad a su firma en el mismo acto de la notificación del protesto o DENTRO DE
TERCERO DÍA, quedará preparada la vía ejecutiva.

Nótese que en este caso hay un plazo de 3 días siguientes a la notificación


del protesto dentro del cual puede también deducirse la tacha de falsedad, plazo
que, sin embargo, no se tiene cuando el protesto se hace de modo personal por
conducto del notario u oficial del registro civil, ministros de fe ante quienes la
tacha debe formularse en el mismo acto de la notificación del protesto (art 434 nº
4 CPC).

Recordemos que si se formula tacha de falsedad a la firma no queda


preparado el título ejecutivo ya que no es posible asignarle carácter auténtico, ya
que precisamente su procedencia se discute, no quedándole al interesado otra vía
que no sea la ordinaria para obtener el cobro del documento. En cualquier caso,
recordamos también existen sanciones penales para el que deduce tacha de
falsedad a la firma resultando esta finalmente auténtica.

c) Confrontación de títulos y cupones:

c.1. Fuente legal: Art 434 nº 6 CPC.

c.2. Trámite de confrontación: Debe tratarse de títulos al portador, o


nominativos, legítimamente emitidos, que representen obligaciones vencidas;
dichos títulos deben confrontarse con los libros talonarios a los que pertenecen,
en el caso que su origen provenga de un libro matriz de talonario. Ahora bien, los
títulos recién descritos devengan intereses y materialmente dichos intereses
quedan documentados en unos cupones que deben coincidir con el título al cual
acceden y por ende dichos cupones deben confrontarse con el título para así
determinar su pertenencia o procedencia.

d) Avaluación:

d.1. Fuente legal: Art 438 y 440 CPC.

d.2. Trámite de avaluación: Uno de los requisitos de la acción ejecutiva dice


relación con el carácter líquido, si se trata de dinero, o determinado, si se trata
de un género, de la cosa material sobre la cual recae la ejecución. La avaluación,
en consecuencia, es una gestión preparatoria destinada a perfeccionar el título en
la medida que uno de los requisitos o condiciones de la acción ejecutiva es que la
obligación que se intenta ejecutar tenga carácter determinado, si se trata de la
cantidad de un cierto o determinado género que es necesario avaluar, por ejemplo,
100 quintales de trigo, cuyo valor debe ser apreciado por peritos en la manera o
forma que establece la ley.

d.3. Designación de los peritos: A diferencia de la prueba pericial en que la


designación del perito es consecuencia de un acuerdo entre las partes y en defecto
de lo mismo de una decisión judicial, la designación de peritos para efectuar el
trámite de avaluación recae exclusivamente en la voluntad del juez. En otras
palabras, no opera aquí el art 414 CPC que como sabemos ordena la celebración
de una audiencia en que el juez fijará “primeramente por acuerdo de las partes al
perito” o en su defecto procederá el tribunal a la designación.

d.4. Avaluación del valor de la especie debida: Conforme al art 438 nº 2 CPC, la
avaluación también tiene lugar cuando la ejecución no recae sobre una especie o
cuerpo cierto, si no que sobre el valor de la misma en el evento que la primera se
haya destruido o no exista en poder del deudor. Tal sería el caso de un automóvil
siniestrado, de un animal que se pierde, hipótesis en que la ejecución, no pudiendo
recaer sobre la especie o cuerpo cierto deberá hacerse sobre el valor de la misma
para lo cual será necesario avaluar la respectiva especie o cuerpo cierto.

d.5. Corolario: En consecuencia podemos decir, a modo de resumen, que la


avaluación es una gestión preparatoria de la vía ejecutiva tendiente a perfeccionar
el título en la medida que uno de sus requisitos es el carácter determinado de lo
que se debe, exigencia que solamente puede satisfacerse con un informe pericial
cuando el objeto en que la ejecución recae sea alguna de estas 2 cosas;
- El valor de la especie o cuerpo cierto que se ha perdido o ya no se encuentra en
poder del deudor.
- Una cantidad cierta o determinada de un género determinado.

En ambos casos la avaluación la hará un perito designado unilateralmente


por el tribunal, apartándose del régimen general previsto en el art 414 CPC.

e) Validación de sentencias extranjeras:

e.1. Concepto: Es aquella gestión preparatoria de la vía ejecutiva por medio del
cual se reconoce fuerza o mérito ejecutivo a una sentencia dictada por un tribunal
extranjero, trámite denominado como EXECUATUR, que tiene como tribunal
competente a la Corte Suprema de modo exclusivo, debiendo este último tribunal
verificar las condiciones generales para que la sentencia tenga valor en Chile, y en
especial, que contenta una obligación líquida, determinada o determinable,
actualmente exigible y no prescrita.

f) La notificación del título ejecutivo a los herederos del deudor difunto:

f.1. Normas aplicables: Art 1377 CC y art 5 CPC.

f.2. Explicación: Establece el art 1377 CC que los títulos contra el deudor lo serán
también contra sus herederos, pero los acreedores no podrán iniciar o seguir
adelante con la ejecución si no notifican el título a los respectivos herederos,
quienes tendrán un plazo de 8 días para exponer lo que a su derecho convenga.

Por su lado, el art 5 CPC establece que si durante el juicio fallece alguna de
las partes que obre por Sí MISMA, quedará suspenso por este hecho el
procedimiento y se pondrá su estado en noticia de los herederos para que
comparezcan a hacer uso de su derecho en un plazo igual al de emplazamiento
para contestar demanda, que conceden los art 258 y 259 CPC.

f.3. Aplicación de las reglas anteriores: La aplicación de las reglas anteriores se


traduce en la distinción que pasa a indicarse.
1. Fallece el deudor antes de iniciarse el juicio: En este caso corresponde hacer
aplicación del art 1377 CC, de suerte tal que el título ejecutivo no será bastante o
suficiente sin que se añada al mismo el testimonio de haberse notificado a los
herederos del deudor difunto el respectivo título, tras lo cual, y vencidos los 8 días
siguientes a la notificación de los herederos podrán los acreedores dirigir su acción
ejecutiva contra estos últimos. En suma, esta es, genuinamente, una gestión
preparatoria ya que el título no tiene potencia ejecutiva sin un trámite anterior a
la demanda que consiste en una notificación y la expiración del plazo legal de 8
días para continuar con la ejecución.

2. Fallece el deudor que litiga por medio de apoderado durante el juicio: En


este caso vuelve aplicarse la regla del art 1377 CC porque, conforme a dicho
precepto, los acreedores no podrán “continuar o llevar adelante la ejecución”
contra los herederos del deudor difunto sino en la medida que justifiquen haber
practicado la notificación del título a estos últimos y vencido el plazo de 8 días
siguientes a la notificación.

3. Fallece el deudor que litiga por si: Recordemos que existen 2 maneras de
comparecer en juicio, una de ellas (del todo excepcional en nuestro ordenamiento)
es hacerlo por sí, es decir, actuar sin la representación de un apoderado judicial o
procurador; la otra (que constituye la regla general en nuestro sistema), es
comparecer por medio de un apoderado o mandatario judicial. En el primer caso
el art 5 CPC contempla una exigencia que apunta a no dejar indefenso a la parte
que actúa por si misma en el juicio y cuyo fallecimiento redundará forzosamente
en su rebeldía con todas las consecuencias adversas que esto trae, razón por la
cual se impone como exigencia, que naturalmente habrá de recaer en la
contraparte, que pongan en conocimiento de los herederos del deudor que litigaba
en el juicio POR SI el estado de la causa teniendo plazo igual al de emplazamiento
para contestar demandas para exponer lo que a su derecho convenga.

f.4. Corolario: En conclusión, en lo relativo a la notificación del título ejecutivo a


los herederos del deudor difunto confluyen 2 normas, a saber, el art 1377 CC y el
art 5 CPC. De estas normas fluye una distinción en cuanto al momento en que se
produce el fallecimiento del deudor y el modo como este litiga o comparece en
juicio. Si el deudor litiga por medio de apoderado judicial y fallece antes o durante
el juicio, los acreedores no podrán iniciar la ejecución ni tampoco podrán
continuarla sin que previamente acrediten que notificaron el título a los herederos
y vencido, además, el plazo de 8 días siguientes a la notificación. Tratándose,
ahora bien, del deudor que obre, comparezca o litigue por si en juicio, en los casos
en que excepcionalmente la ley lo permite (art 2 inc 7º Ley 18.120), habrá de
aplicarse el art 5 del CPC debiendo, en este caso, ponerse en conocimiento de los
herederos EL ESTADO DEL JUICIO (o sea, el expediente completo, junto al título),
teniendo los herederos un plazo no de 8 si no que equivalente al de emplazamiento
para contestar demandas, para exponer lo que a su derecho convenga.

6.5. Gestión preparatoria de creación. La Confesión Judicial:

a) Concepto: La confesión judicial es aquella gestión preparatoria de la vía


ejecutiva conforme a la cual el acreedor que carece de un título ejecutivo
documental puede hacerse de este último mediante la confesión de la deuda cuyo
cobro ejecutivo intenta realizar.

b) Fuente legal: Art 435 CPC.

c) Explicación: El título ejecutivo tiene una naturaleza documental, esto se


traduce en que si el acreedor carece de un documento que respalde su crédito no
puede iniciar la ejecución, lo que no impide, en pero, que ante la carencia de
título ejecutivo documental pueda alcanzar, por la vía de la confesión, el título
del que se encuentra desprovisto.

d) Tramitación: El interesado deberá formular una solicitud al tribunal


competente, aplicando en esto las reglas del TURNO atendido el carácter no
contencioso de la gestión de que se trata, solicitando al tribunal que ordene citar
al futuro ejecutado para que reconozca la deuda que tiene para con el acreedor.
El tribunal hará lugar a la solicitud y ordenará la notificación del futuro ejecutado
fijando al efecto una audiencia en que este último podrá adoptar las siguientes 4
actitudes:

d.1. Comparece y confiesa la deuda: El título queda preparado para iniciar la


ejecución posterior sirviendo de antecedente documental el acta que deje
constancia de la comparecencia del citado, de la confesión de la deuda y de la
resolución judicial que tiene por confesada la deuda, esta última resolución habrá
de pedirla el interesado una vez que la deuda se confiese.

d.2. Comparece el citado y niega la deuda: En este caso el título no se prepara,


o mejor, no se crea, debiendo el interesado acudir a la vía ordinaria, logrando en
juicio declarativo el reconocimiento de la deuda que intenta cobrar. En este último
caso, claro esta, el título estará constituido por la sentencia (434 nº 1 CPC).

d.3. No comparece el citado: Se tiene por confesada la deuda quedando con ello
preparada la vía ejecutiva.

d.4. Comparece el citado y da respuestas evasivas: En este caso queda preparada


la vía ejecutiva con la actitud vacilante del citado.
e) ¿Pueden confluir las gestiones de reconocimiento de firma puesta en
instrumento privado y confesión de deuda?: Sí, el citado puede serlo con doble
propósito, a saber, reconocer su firma puesta en un instrumento privado, o bien,
en defecto de dicho reconocimiento, de la deuda a que dicho documento se
refiere. En consecuencia, bien pudiera ocurrir que el citado no reconozca la firma
puesta en el instrumento cuyo reconocimiento se solicita pero puede, pese a ello,
admitir o reconocer la deuda a que dicho documento se refiere.

f) ¿Desde cuando se cuenta la prescripción cuando existe confesión de deuda?:


La confesión de una deuda es siempre posterior a la deuda misma de cuya
confesión se trata. Surge aquí esta cuestión: Si la deuda se hubiere hecho exigible
después de 3 años siguientes a su vencimiento ¿el computo de la prescripción se
hace desde el surgimiento de la deuda o su exigibilidad, o bien, desde la confesión
de la misma? Existe alguna jurisprudencia que entiende que la confesión de deuda
implica una renuncia tácita a la prescripción (art 2493 CC) y en consecuencia
efectúan el cómputo de la prescripción desde el momento en que se realiza la
confesión de la deuda (Corte Suprema, 14 de Diciembre de 1935; Corte de Talca,
21 de Noviembre de 1941; Repertorio de Legislación y Jurisprudencia pág. 70). Por
el contrario, también se ha estimado que la gestión preparatoria de la vía ejecutiva
tiene por finalidad hacer constar de modo documental una deuda preexistente y
por ende lo que se crea u origina es el documento que la patentiza, pero de ningún
modo mejora el título en si mismo y por lo tanto la prescripción debe contarse
desde el negocio causal y no desde el trámite procesal por el cual se reconoce
(Corte de Valparaíso, 17 de Octubre 1945; Repertorio de Legislación y
Jurisprudencia, pág. 70). Nosotros nos inclinamos por este último predicamento ya
que la confesión de una deuda, en el contexto del art 435 lo que crea u origina es
un documento habilitante para ejecutar, no así una deuda surgida ex novo.

g) Suerte de la excepción de prescripción: No pueden confundirse la confesión


con eficacia preparatoria de la vía ejecutiva con la confesión con mérito
probatorio; La primera, permite iniciar una ejecución tras lo cual sobrevendrá el
período contradictorio y de prueba al que deberá someterse el título así
preparado; La segunda, en cambio, consiste en un acto por el que el deudor
ejecutado virtualmente se allana a la existencia de la acción que en su contra se
dirige y su fundamento. De lo anterior fluye que el título preparado por conducto
del art 435 CPC deja intacta la excepción del art 464 nº 17 (prescripción) a manos
del ejecutado.

h) Tribunal competente para conocer de la ejecución: Haciendo excepción a la


regla según la cual los asuntos contenciosos civiles se someten a la regla de la
distribución en las comunas asiento de corte, el COT establece que los juicios
ejecutivos que vengan antecedidos de una gestión preparatoria de la vía ejecutiva
tendrán como tribunal competente al que conoció de esta última y no al que lo
fuere conforme a la regla general de la distribución.

7.- Condiciones de ejercicio de la acción ejecutiva:

7.1. Generalidades: Conforme a nuestros estudios las condiciones de ejercicio de


la acción ordinaria son estas dos: Existencia de una pretensión y observancia de
solemnidades legales.

Estas condiciones de ejercicio se modifican sustancialmente cuando del


ejercicio de acción ejecutiva se trata. En efecto, para ejercer una acción ejecutiva
se necesita:
- Título ejecutivo.
- Contenedor de una obligación.
- Líquida o determinada.
- Actualmente exigible y no prescrita.

Estas condiciones o requisitos pueden legítimamente llamarse de


admisibilidad o de procedencia ya que son sometidas a un examen previo por parte
del tribunal que conoce de la ejecución, por así disponerlo el art 441 CPC,
pudiendo el tribunal no hacer lugar al despacho del mandamiento de ejecución y
embargo si no concurren los elementos que arriba se mencionaron. Se trata de un
examen hecho in limine y de modo oficioso por el tribunal, trámite que no se
aprecia en el juicio ordinario en que los defectos de fondo de la acción deducida
son resueltos en la sentencia definitiva pero de ningún modo se someten a un
control preliminar. Tan elocuente es esta revisión que el art 442 CPC, haciendo
excepción a la regla según la cual la prescripción debe ser ALEGADA no pudiendo
el juez DECLARARLA DE OFICIO, permite al tribunal denegar la ejecución si el título
presentado tiene más de 3 años, contados desde que la obligación se haya hecho
exigible; salvo que compruebe la subsistencia de la acción ejecutiva por alguno de
los medios que sirven para deducir esta acción de conformidad al art 434 CPC.

Seguidamente analizamos las condiciones de ejercicio de la acción ejecutiva


haciendo presente, desde ya, que el título ejecutivo ya fue objeto de nuestros
estudios en los párrafos precedentes y a ellos, en esta parte, nos remitimos por
completo.

7.2. Análisis en particular:

a) Título ejecutivo:

a.1. Concepto: Documento contenedor de una obligación que reúne las cualidades
de ser líquida, actualmente exigible, y no prescrita.
a.2. Clasificación:

- Convencional/Judicial.
- Perfecto/Imperfecto.

a.3. Características:

- Solemne: Lo que se traduce en que debe constar por escrito y además tiene como
única fuente de reconocimiento a la ley.

- Autosuficiente o autárquico: O sea, debe bastarse a si misma, salvo el caso en


que opere el fenómeno de la yuxtaposición de título.

- Consiste en un documento: Prueba de ello, entre nosotros, es el art 434 nº 3


CPC: “ACTA DE AVENIMIENTO...”.

b) Obligación Líquida:

b.1. Generalidades: Supuesto que concurre el primer requisito que consiste en el


título ejecutivo, que ya se dijo consiste en un documento, habrá de ser necesario
examinar en seguida si dicho documento contiene, sustantivamente, una
obligación, es decir, un vínculo entre un sujeto llamado acreedor con otro llamado
deudor, en virtud del cual este último se encuentra en la necesidad de cumplir con
una prestación que consiste en dar, hacer o no hacer. El deber de prestación tiene,
a su vez, un objeto material sobre el que la prestación recae y consiste en una
cosa que debe reunir una cualidad consistente en ser determinada o determinable.
La ley, en esta materia, establece una distinción y señala:
- Si la obligación es de dar (dar en el juicio ejecutivo equivale a entregar una cosa,
lleve o no anexa la transferencia del dominio): La obligación debe ser líquida (art
438 CPC).
- Si la obligación es de hacer: La obligación debe ser determinada (art 530 CPC).
- Si la prestación consiste en no hacer: Debe ser posible la destrucción de lo obrado
en contravención a la obligación (art 544 CPC). Ejemplo de esto último podría ser
la destrucción de una obra material que el deudor se obligó a no edificar ya que
sería posible destruir dicha obra confeccionada contra la prestación de no hacer.
En cambio, si la prestación consistía en no destruir una obra material, pese a lo
cual esta se derrumba por el deudor, ya no es posible revertir lo destruido en
contravención a la obligación.

b.2. ¿Cuándo se entiende líquida una obligación?: Recordemos que la liquidez es


una exigencia que recae en las obligaciones de dar, conforme al art 438 CPC las
obligaciones de dar pueden recaer sobre alguna de estas 3 cosas: a) Una especie o
cuerpo cierto, b) El valor de la especie o cuerpo cierto que no exista en poder del
deudor, y c) Una cantidad determinada de un género determinado.

Para que las cosas materiales sobre las que la obligación de dar se considere
líquidas el art 438 señala lo siguiente:
1. La especie o cuerpo cierto: En este caso, atendida la naturaleza de la cosa,
puede reputarse suficientemente determinado el objeto de la obligación y por lo
tanto se le tiene como líquido.
2. El valor de la especie o cuerpo cierto que no existe en poder del deudor: En
este caso la especie o cuerpo cierto ha desaparecido o se ha destruido lo que no
impide, sin embargo, que la acción ejecutiva se dirija sobre el valor de reemplazo
de dicha cosa, para lo cual se hará necesario practicar una gestión preparatoria de
la vía ejecutiva denominada AVALUACIÓN, quedando esta última a cargo de peritos
nombrados OFICIOSAMENTE por el tribunal (art 438 nº 2 CPC).
3. Sobre cantidad líquida de dinero o de un género determinado: Cuando se
trata de una cantidad determinada de un género determinado es necesario
cuantificar el valor de lo debido, cual sería el caso de 100 quintales de trigo cuyo
valor no necesariamente es de dominio del juez. En este caso, nuevamente, se
hará necesaria la gestión preparatoria de la avaluación.

Ahora bien, tratándose del dinero, puede decirse que este último ya tiene,
por su propia naturaleza una condición líquida porque es mensurable o
determinable. Sin embargo, existen ciertas clases de obligaciones dinerarias
sujetas a un régimen de intereses o de reajustabilidad, lo cual implica efectuar un
cálculo aritmético para llegar a determinar su cuantía. Sobre este punto el inciso
2º del art 438 CPC establece que “se entenderá cantidad líquida, no solo la que
actualmente tenga esa calidad, si no también la que pueda liquidarse mediante
simples operaciones aritméticas con los datos que el mismo título ejecutivo
suministre”. Téngase en cuenta, así mismo, que en aquellas obligaciones dinerarias
expresadas con un régimen de reajustabilidad tales como la UF, IPC, UTM, etc., la
fuente para arribar a la liquidez no se encuentra con datos que el propio título
suministra, ya que dichos índices o factores los determina la autoridad financiera
del caso. Frente a esta situación el DL 1533 de Julio de 1976 resuelve el problema
señalando: “Se entiende que el título cumple con el requisito del art 438 nº 3 inc
2º CPC cuando suministre la fuente de donde extraer el dato relativo al mecanismo
de reajustabilidad”.

b.3. ¿Qué pasa si se yerra en la determinación de la cuantía de la obligación?:


La ley exige que la obligación sea líquida, lo que no significa que la obligación
cuantificada por los datos que el título suministre sea finalmente la correcta. En
este caso, aunque el error hubiese superado el examen previo de la liquidez de la
obligación, no escapa a la posibilidad de que el ejecutado (demandado) deduzca
contra la acción la excepción del art 464 nº 8 CPC y que consiste en esta: “El exceso
de avalúo en los casos del inciso 2º y 3º del art 438”.

c) Obligación actualmente exigible: Las obligaciones, por regla general, se hacen


exigibles desde el momento en que se contraen. Esta regla general puede verse
alterada en la medida que se introduzca una modalidad que modifique los efectos
normales de la obligación y que puede consistir en un plazo, una condición o un
modo. El tribunal, dentro del examen que realiza en el contexto del art 441 CPC
consulta la actual exigibilidad de la obligación.

d) Que la obligación no se encuentre prescrita: La prescripción es un modo de


extinguir las acciones y derechos ajenos por no haberse hecho valer estos últimos
dentro del plazo legal y concurriendo los demás requisitos legales.

La prescripción se cuenta desde que la obligación se hace exigible y,


atendido el plazo de prescripción, se distingue entre prescripciones de largo
tiempo y de corto tiempo; las primeras son aquellas que permiten descomponer el
lapso de prescripción entre uno ejecutivo (3 años) y otro ordinario (2 años), los
segundos, en cambio, no permiten formular dicha distinción, así pasa con la
prescripción de las letras de cambio, pagarés y cheques en que el término extintivo
es de 1 año.

La prescripción, por regla general, debe ser alegada, el juez no puede


declararla de oficio. Pese a lo dicho, el art 442 CPC introduce una importante
modificación a la regla general recién indicada ya que permite al tribunal denegar
la ejecución si el título tiene más de 3 años contados desde que la obligación se
hizo exigible. Sobre esta regla destaquemos 3 cuestiones: Su carácter excepcional,
su ámbito de aplicación y la subsistencia de la acción ordinaria.

d.1. Carácter excepcional. Art 442 CPC: Conforme establece el CC: “El que
quiere aprovecharse de la prescripción debe alegarla, el juez no puede declararla
de oficio”. Lo anterior se traduce en que la excepción de prescripción debe surgir
a iniciativa del demandado interesado en enervar la acción deducida en su contra,
quedándole impedido al juez actuar de modo oficioso, atribución que, de modo
excepcional, reconoce la ley en la declaración de la NULIDAD ABSOLUTA.

Haciendo excepción a la regla general anterior, el art 442 CPC faculta al


juez para denegar la ejecución, esto es, no despachar mandamiento de ejecución
y embargo, si el título presentado tiene más de 3 años contados desde que la
obligación se hizo exigible. Repárese que la excepcionalidad es doble, en efecto:
- Desde luego, modifica el régimen general de pasividad que contempla el CC.
- La actuación oficiosa solo puede operar tratándose de prescripciones de largo
tiempo, esto es, aquellas que admiten una descomposición de una acción ejecutiva
con vigencia por tres años desde que la obligación se hizo exigible y una acción
ordinaria que subsiste como tal dos años después de la expiración de la primera.
En consecuencia, en las prescripciones de corto tiempo, como ocurre con las que
recaen en las letras de cambio, pagarés y cheques, contados desde que la
obligación se hizo exigible, el juez no puede actuar de modo oficioso ya que el
término extintivo es inferior al que la ley hace referencia en el art 442 CPC.

d.2. ¿Puede fundarse una nueva ejecución que tenga como antecedente el
título cuya prescripción declaró el tribunal?: El art 442 CPC termina de esta
manera: “...; salvo que se compruebe la subsistencia de la acción ejecutiva por
alguno de los medios que sirven para deducir esta acción en conformidad al art
434”.

Esta segunda parte del art 442 CPC introduce una excepción a la posibilidad
de no continuar con la acción ejecutiva así declarada, oficiosamente, en razón de
la prescripción. Para que opere esta figura sería necesario que el ejecutante que
vio frustrada su ejecución o acción ejecutiva apoyándose en un título prescrito
acuda ante el tribunal ordinario y obtenga, invocando el mismo título, el
reconocimiento o declaración del derecho de crédito que le asiste, haciéndose por
esta vía de un nuevo título ejecutivo que consistirá en una sentencia judicial (434
nº 1); y esta, a su vez, tendrá como antecedente al título que había perdido su
fuerza ejecutiva. En consecuencia, cuando el juez compruebe la subsistencia de
la acción ejecutiva por algún otro medio que sirve para deducir esta acción de
conformidad con el art 434 podrá reiniciarse esta última. Tal es el alcance de la
segunda parte del art 442 CPC.

d.3. ¿Cuál es procedimiento declarativo al que se sujeta la acción ordinaria en


que hubiese prescrito previamente la acción ejecutiva?: El art 680 nº 7 CPC
permite iniciar un juicio SUMARIO respecto de aquellas acciones ordinarias a que
se hayan convertido las ejecutivas en virtud de la prescripción.

¿Y si la prescripción hubiese recaído en una letra de cambio o pagaré? Si no


hay precepto legal que indique la ritualidad a que debe someterse una acción de
esta índole, habremos de aplicar supletoriamente el art 3 CPC, por todos conocido.

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