Modelo Clasico

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TRABAJO SOCIAL

CORPORACION EDUCATIVA DEL CARIBE CEDELCA

PERIODO CLÁSICO

PRESENTADO POR: NATALY RODRIGUEZ


LUIS FERNANDEZ CALEDON
SHAIRA ALONSO

PRESENTADO A: BEATRIS BORRERO

MANAURE – GUAJIRA

2022
Introducción

Comenzamos en esta entrada el período clásico. Lo primero que vamos a dejar claro va a
ser la periodización del mismo. La época clásica no es simplemente el siglo V a.C. como se
suele generalizar y señalar. La época clásica tuvo o pasó por varias fases si a la arqueología
y arte nos referimos. Estas fases de la época clásica con:

 Período de Transición del arcaísmo al clasicismo: 500 al 490 a.C. De esta fase ya
hemos visto algunas obras en entradas anteriores. Esta fase está caracterizada
porque el clasicismo no es puro, hay una imposibilidad para situar los hallazgos en
una fase concreta (arcaica o clásica) ya que son híbridos entre las dos épocas. 

 Período Severo o Alta Época Clásica: abarca desde el 490/80 al 450 a.C. Las obras
son clásicas ya, está en esta época el clasicismo extendido a la gran mayoría de las
polis. 

 Época clásica por excelencia: del 450 a.C. al 420 a.C. Hay un perfeccionamiento de
las formas clásicas, es la época de las grandes construcciones clásicas, las obras
clásicas más importantes tanto a nivel escultural como arquitectónico...etc. 

 Época clásica final o Estilo Bello: del 420 a.C. hasta la muerte de Alejandro Magno
en el 323 a.C. Es cuando se llega al mayor nivel de realismo, proporción y calidad
(sobre todo en la escultura). 

Decir que la transición de lo arcaico a lo clásico está marcada por las Guerras Médicas (las
guerras contra los medo-persas), ya que en el 490 a.C. fue la primera invasión de Grecia
por los persas con Darío I a la cabeza. La victoria fue griega en la batalla de Maratón. 

La segunda invasión persa se produjo cuando reinaba Jerjes, en el año 480 a.C., con casi
un millón de soldados según los escritos antiguos (realmente sería menos cantidad de
hombres). Aunque los persas vencieron en la batalla de las Termópilas (los famosos 300
espartanos caídos) y saquearon Atenas, un mes más tarde los atenienses destrozaron la
flota persa en la batalla de Salamina. y un año más tarde (en el 479 a.C.) en la batalla de
Platea los griegos vencen definitivamente a los persas. Como vemos ambas fechas marcan
el inicio del período clásico, en su fase Severa.
PERIODO CLÁSICO

El Clásico mesoamericano va del 200 al 650/900 d. de N. E., según el área. El término


"clásico" sirve para designar una etapa en que las artes, y sobre todo el urbanismo y la
arquitectura, gozaron de gran esplendor. Asimismo, la prosperidad del comercio, el poder
y bienestar de las élites y el desarrollo del calendario, así como la escritura y el
conocimiento astronómico son rasgos importantes del Clásico mesoamericano.

El inicio del Clásico se marca a partir de las siguientes características, que se manifestaron
desde finales del Preclásico: aumento y concentración de la población, creciente división
del trabajo, producción de bienes dedicados al intercambio regional y desarrollo de redes
comerciales, jerarquización creciente de las aldeas y los centros regionales, profundización
de las diferencias de clase social, aparición de señoríos de linaje, complejidad en los
sistemas de numeración, calendario y escritura. Los lugares en donde se perciben
especialmente estos cambios son: Kaminaljuyú e Izapa en la zona meridional del Sureste;
El Mirador y Uaxactún en el Petén; San José Mogote y Monte Albán en Oaxaca; Tres
Zapotes en el Golfo, y Cuicuilco y Teotihuacán en el centro de México.

Qué fue el Período clásico


El Período Clásico mesoamericano, conocido también como el cuarto período de
la prehistoria de América, abarcó desde el 200 d. C. hasta el 900 d. C.. De este período se
destaca el auge de los pueblos mayas, teotihuacanos y zapotecas, que conformaron
sociedades estratificadas y estados complejos.

Las sociedades del periodo clásico construyeron grandes centros urbanos que, en algunos


casos, llegaron a tener más de 100.000 habitantes. Además, dominaron mejores técnicas
de cultivo que permitieron el constante aumento de la población y crearon diferentes
formas de control social y estatal.

La invención de diferentes sistemas de escritura les permitió registrar desde las


conquistas militares de sus gobernantes, hasta las leyendas y genealogías de sus dioses.
Cronología mesoamericana
El Periodo Clásico se ubica entre el Periodo Preclásico (2500 a.C.-200 d. C.) y el Periodo
Posclásico (900-1521 d. C.) Además, el Periodo Clásico mesoamericano se divide en las
siguientes etapas:

 Clásico Temprano (200-550 d. C.).

 Clásico Medio (550-700 d. C.).

 Clásico Tardío (700-900 d. C.)

Características del período clásico


El Período Clásico de Mesoamérica se caracterizó por:

La organización estatal. Se desarrollaron dos tipos de organización política y territorial: un


tipo de Estado en el que regía un único gobernante ubicado en la cima de la pirámide
social (como en las ciudades-Estado mayas); y otro, de tipo multiétnico con una
organización corporativa en la que los grupos sociales (y no los individuos) funcionaban
como entidades políticas (como en el caso de Teotihuacán).

El urbanismo organizado. Junto con la complejización de la organización política


aparecieron los grandes centros urbanos. En las ciudades existía una gran diferenciación
social interna, basada no solo en el acceso a bienes y privilegios, sino también en la
ocupación y los oficios.

El sistema de escritura. Diferentes culturas del periodo Clásico desarrollaron sus propios
sistemas de escritura. En algunos casos, el nivel de complejidad del sistema era menor y
los glifos actuaban como símbolos figurativos que acompañaban las representaciones
artísticas.

Los monumentos colosales. En la arquitectura de la época se destacaron los edificios


monumentales: templos y santuarios que, en cada cultura, eran construidos y decorados
con un estilo característico.

El poder sacerdotal. Los sacerdotes tenían gran influencia en la organización social,


cultural, económica y política. En muchos casos, ejercían funciones políticas junto al
gobernante o aconsejaban a través de oráculos sobre las decisiones militares y políticas.
Además, dominaban las técnicas de escritura, lo que les permitía organizar el credo
religioso y registrar la cosmovisión de su pueblo.
La construcción de centros ceremoniales. El desarrollo de centros urbanos alrededor de
grandes templos monumentales evidencia la importancia que tenía la religión. En el
politeísmo característico de estas sociedades, los dioses de la tormenta y la lluvia tuvieron
especial relevancia durante este periodo.

Las técnicas agrícolas sofisticadas. El perfeccionamiento de la actividad agrícola permitió


la transformación de las sociedades, ya que hizo posible el abastecimiento de comida a
grandes poblaciones e impulsó la capacidad comercial con otras poblaciones cercanas.

La producción artesanal especializada. La complejización del entramado social en la vida


urbana dio pie a la aparición de artesanos dedicados a producir bienes de lujo con técnicas
complejas y especializadas. En algunos casos, las élites gobernantes auspiciaron a
orfebres, plumarios y escultores que trabajaban con insumos importados de otras
regiones.

Civilizaciones del período clásico


La ciudad de Teotihuacán llegó a albergar a más de 150.000 habitantes.

Las principales culturas mesoamericanas del Período Clásico fueron:

Cultura teotihuacana. Esta civilización habitó el noreste del valle de México, alrededor de
la ciudad de Teotihuacán y su esplendor fue entre 200 d. C. y 550 d. C. Es una de las
culturas más misteriosas para los arqueólogos, que aún debaten cuáles fueron sus
orígenes e intentan comprender las causas de su desaparición. Se cree que el Estado no
tenía un solo gobernante sino un cogobierno colectivo administrado por una clase
dirigente que representaba a los distintos grupos étnicos que integraban la sociedad
teotihuacana.

Cultura zapoteca. Esta civilización ocupó el valle de Oaxaca y el istmo de Tehuantepec,


entre 500 a. C. y 900 d. C. Desde la ciudad Monte Albán, los zapotecas conquistaron a los
pueblos vecinos y extendieron su estado. Su organización política y social estaba
fuertemente influenciada por el dogma religioso y sus expresiones artísticas tenían rasgos
bélicos y ceremoniales.

Cultura maya. Esta civilización habitó la Península de Yucatán entre 2000 a. C. y 1527 d. C.
A lo largo de su historia, los mayas organizaron diferentes ciudades-Estado
independientes con gobiernos teocráticos. Durante el Período Clásico, las ciudades de
Palenque, Copán, Tikal y Uxmal lideraron el horizonte maya. Sus templos eran de piedra,
con forma de pirámide escalonada y muros pintados con colores vivos. La cultura maya es
reconocida por su desarrollo en tecnología agrícola y sus conocimientos astronómicos.
Fin del período clásico

El final del Período Clásico se vincula con el declive de las culturas dominantes de cada
región mesoamericana, durante los siglos IX y X d. C. Los historiadores marcan la
diferencia entre este periodo y el siguiente, llamado Posclásico (900-1521 d. C.), a partir
de algunos cambios que caracterizaron a las diferentes culturas mesoamericanas de
ambos periodos:

 Actividad militar. En el Período Posclásico, la actividad bélica cobró especial


importancia en la relación entre las diferentes civilizaciones mesoamericanas.
Hubo un impulso en el desarrollo de tecnología armamentística (con la
introducción de la metalurgia) y una mayor cantidad de conflictos bélicos por el
dominio de territorios.

 Hegemonía de las clases guerreras. Durante el Período Clásico, las clases


dirigentes legitimaban su poder a través de las creencias religiosas y estaban
mayormente ligadas a los grupos sacerdotales. En el periodo posterior, el aumento
de la actividad militar llevó a que los grupos dirigentes se vinculen directamente
con el rol bélico.

 Fortalecimiento de los grupos comerciantes. La profundización de las diferencias


de clase dentro de las sociedades mesoamericanas permitió que los grupos de
comerciantes fortalecieran su lugar en la escala social. Al traer bienes de lujo que
las clases dirigentes utilizaban como símbolo de distinción, los comerciantes se
enriquecieron y afianzaron su poder en el entramado político.

 Panteón bélico. En el ámbito religioso, comenzó a predominar el culto a dioses


guerreros como Quetzalcoátl (la Serpiente Emplumada), y los dioses vinculados a
las lluvias y la fertilidad quedaron relegados a un segundo lugar.

El surgimiento de la “asistencia social” como estrategia regulativa del


capitalismo.
Para empezar a hablar del surgimiento del Trabajo Social, es necesario contradecir lo que
muchas veces se enseña en la academia en varios países latinoamericanos sobre el origen
de la profesión, que supone la evolución de las diversas formas de la “acción social”, es
decir, que plantea el Trabajo Social como una evolución de la beneficencia y la filantropía;
el nacimiento de la profesión por tanto se ubica en la maraña de un proyecto de
modernidad que estalla a partir de la configuración del periodo de industrialización, en un
contexto en que la maquina irrumpe con prepotencia en el escenario del acontecer
humano y comienza a inundar al mundo con sus productos, el primer producto de la
maquina es una nueva clase social: la “clase obrera” o “proletariado” y son sus productos
secundarios, entre otros, la formación de los grandes y hacinados conglomerados
humanos en torno a los grandes centros industriales, la miseria, la explotación (…)
(Barreix. 1971: 20).

Dicho periodo favoreció la expansión del capitalismo imperando la lógica de obtener la


mayor ganancia al menor costo; es entonces que se hacen necesarias prácticas de
intervención tecnificadas, que respondieran eficazmente a la “cuestión social”1 , acciones
más planificadas que superaran el pragmatismo y brindasen a las/os asistentes
herramientas científicas2 ; que sin perder de vista los valores morales ofrecidos por la
iglesia católica, enfrentaran las problemáticas que surgían del orden vigente. Por lo tanto,
de acuerdo con Guerra (citada en Aguerrebere, 2001) el Trabajo Social pasa a ser
considerado como una rama de la división social del trabajo, con una preparación técnica
e intelectual especializada; rompiendo con aquellas concepciones que lo consideran como
una consecuencia necesaria de la racionalización y organización de la filantropía y del
asistencialismo.

En Europa la capacitación duraba inicialmente dos (2) años de formación universitaria y se


obtenían títulos de “visitadoras sociales”, “mejoradoras sociales”, “asistentes sociales”,
posteriormente esta capacitación se amplía de 3 a 4 años. Entre los pioneros de la
asistencia social, según algunos autores como Alayón (1971), se encuentra “La
Organización de la Caridad de Londres” la cual agrupó los esfuerzos de ciudadanos de la
élite económica (banqueros, comerciantes) que buscaban ser respetados como
benefactores y dirigentes cívicos, además de disminuir la inquietud política de la
población, que ante sus difíciles condiciones de vida empezaban a organizarse para luchar
por mejorarlas.

Para el caso estadounidense el “Servicio Social” empieza a matizarse a finales del siglo XIX
y principios del XX, cuando, según lo planteado por Barreix (1971), la formación en
Servicio Social se ve afectada por una nueva visión impulsada por Mary Richmond quien
consideraba que los “desajustes sociales” eran el producto de anomalías estructurales que
requerían reformas.

Richmond mostró interés por el análisis detallado de los hechos y la búsqueda de la


causalidad de los problemas, sin embargo, no introdujo una reflexión epistemológica, ni
ético-política, de la profesión, estuvo influenciada por los desarrollos teóricos del
positivismo, y tan sólo logró articular un nivel de rigurosidad que consistió en organizar y
sistematizar información, aportando para una cualificación en lo técnico y metodológico
con el llamado “método de caso”, elaborado sobre la base de presupuestos psicológicos y
psicoanalíticos a la luz de desarrollos teóricos positivistas.

Si bien, este nuevo pensamiento exigió reconocer las estructuras, no implicó el


cuestionamiento del sistema capitalista, ni el reconocimiento del papel protagónico del
sujeto/a como productor-reproductor-transformador de la realidad social.

Según Barreix, el Trabajo Social empieza a verse influenciado por la escuela psicológica
(psiquiatría y psicoanálisis) y sociológica (desde el estructuralfuncionalismo y la teoría de
sistemas); de éstas va a surgir lo que se denominó “Escuela ecléctica”, la cual afirmaba
que el centro de atención era el “individuo” altamente psicologizado, sin embargo retomó
de la escuela sociológica la idea de que éste no podía separarse de su contexto social,
pese a ello se consideraba que el individuo no tenía ningún efecto decisivo sobre su
bienestar y su contexto, por ende el “estado de bienestar general” sólo surgirá de la suma
de “bienestares individuales”; y como “antítesis” a dicha escuela, surgen los “métodos” de
“grupo” y “comunidad”, los cuales sustentaban la pertenencia de los seres humanos a
grupos en los que interactúan, y éstos a su vez con otros grupos, formando “áreas
funcionales” denominadas comunidades, pero desde estas nuevas propuestas se seguía
apuntando a la adaptación funcional del individuo al sistema.

El surgimiento del Trabajo Social en América Latina y Colombia


En América Latina, durante los años 30´s y 50´s, se inicia el proceso de industrialización, el
cual no fue homogéneo ni se dio al mismo tiempo en toda la región continental, dado que
respondió a las particularidades de cada país, sin embargo existen rasgos comunes ligados
a las crecientes urbanizaciones desplanificadas, donde fue necesaria la implementación de
“políticas de bienestar” paliativas, como respuesta a las crecientes expresiones de la
“cuestión social”, denunciadas en diversas manifestaciones de las organizaciones de base
populares; de esta manera se fortalece una alianza entre las élites económicas nacionales,
con los gobiernos de turno y la iglesia católica, para apaciguar y adoctrinar a las masas
desde diferentes frentes.

Con la entrada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, éste busca intervenir en los países
del sur, implementando programas de corte desarrollista; posteriormente en la década
del 60, bajo la denominada “Alianza para el progreso”4 , se amplía la creación de escuelas
de formación en Servicio Social impulsadas por técnicos estadounidenses para formar
personal tecnificado que actuase de manera “neutral” en la implementación de dichos
programas, haciéndose evidente los intereses a que obedecía la necesidad del “Servicio
Social” en América Latina5 , ocasionando una apropiación a-crítica de los referentes
teórico-metodológicos principalmente de la escuela estadounidense, y en algunos casos
de la escuela europea.

En Colombia, la institucionalización de la profesión puede ubicarse en dos periodos:

1930-1945, caracterizado por el paso de una economía agrícola a una economía industrial,
que ocasionó el desplazamiento del campesinado a las pequeñas ciudades , conformando
los grandes cinturones de miseria (ausencia de servicios públicos domiciliarios, vivienda,
educación y salud); también surgieron organizaciones de base, sindicales y campesinas,
quienes se movilizaron demandando intervención estatal en lo social lo cual requería
personal específico para responder a estas demandas, intervención ejercida hasta ese
momento por la iglesia católica, en ese contexto se crea la primera escuela de Servicio
Social en el año de 1936 anexa al Colegio Mayor del Rosario, con alta influencia del sector
privado.

1946-1956, caracterizado por una mayor cualificación y reflexión teórica de la


intervención organizada, se crean nuevas instituciones de bienestar respondiendo a las
políticas sociales del Estado y se promueve la participación de las comunidades en los
planes y proyectos de desarrollo desde una fundamentación teórica y metodológica
norteamericana (metodologismo aséptico).

Síntesis crítica: ¿cuál es el sentido de la profesión?


Ha quedado en evidencia que el surgimiento de la profesión se desarrolla en términos de
la necesidad de las élites económicas de intervenir en las expresiones de la “cuestión
social”, donde los gobiernos obedecían a estos intereses, atendiendo las consecuencias
evidentes de quienes en el modelo de producción capitalista son expropiados, excluidos,
marginados, oprimidos, empobrecidos de tal forma que lograran sobrevivir en dicho
modelo, y que no se ocuparan de pensar y actuar por la transformación estructural que
conllevara a relaciones de producción diferentes, con una distribución social e igualitaria.

Por eso cabe señalar los inicios de la profesión como paliativa de la “cuestión social”, sin
embargo más allá de conocer cuáles son las razones que llevaron a concebir el Trabajo
Social, la pregunta es si en la actualidad se apuesta a sostener dicha tarea regulativa, o si
en cambio, asumiendo el lugar contradictorio de la profesión (idea que se irá aclarando a
lo largo del documento), se apunta a aportar a los procesos de transformación estructural
micro y macro sociales; al respecto se pretende brindar algunos elementos para esta
reflexión, continuando con la ubicación histórica de la profesión, y las diferentes miradas
que se han presentado y defendido sobre el lugar del Trabajo Social en la sociedad.

Para terminar la aproximación a este periodo es pertinente hacer el llamado a realizar


investigaciones que permitan develar y comprender la relación del Trabajo Social, desde
sus inicios, con el contexto regional, nacional e internacional; para desde ese análisis
histórico lograr reconocer las limitaciones y potencialidades de la profesión, como ya se ha
expresado, reconocer lo que se es, para ponerlo en tensión con lo que se quiere ser, y
avanzar en el tránsito de lo primero a lo segundo.

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