Modelo Clasico
Modelo Clasico
Modelo Clasico
PERIODO CLÁSICO
MANAURE – GUAJIRA
2022
Introducción
Comenzamos en esta entrada el período clásico. Lo primero que vamos a dejar claro va a
ser la periodización del mismo. La época clásica no es simplemente el siglo V a.C. como se
suele generalizar y señalar. La época clásica tuvo o pasó por varias fases si a la arqueología
y arte nos referimos. Estas fases de la época clásica con:
Período de Transición del arcaísmo al clasicismo: 500 al 490 a.C. De esta fase ya
hemos visto algunas obras en entradas anteriores. Esta fase está caracterizada
porque el clasicismo no es puro, hay una imposibilidad para situar los hallazgos en
una fase concreta (arcaica o clásica) ya que son híbridos entre las dos épocas.
Período Severo o Alta Época Clásica: abarca desde el 490/80 al 450 a.C. Las obras
son clásicas ya, está en esta época el clasicismo extendido a la gran mayoría de las
polis.
Época clásica por excelencia: del 450 a.C. al 420 a.C. Hay un perfeccionamiento de
las formas clásicas, es la época de las grandes construcciones clásicas, las obras
clásicas más importantes tanto a nivel escultural como arquitectónico...etc.
Época clásica final o Estilo Bello: del 420 a.C. hasta la muerte de Alejandro Magno
en el 323 a.C. Es cuando se llega al mayor nivel de realismo, proporción y calidad
(sobre todo en la escultura).
Decir que la transición de lo arcaico a lo clásico está marcada por las Guerras Médicas (las
guerras contra los medo-persas), ya que en el 490 a.C. fue la primera invasión de Grecia
por los persas con Darío I a la cabeza. La victoria fue griega en la batalla de Maratón.
La segunda invasión persa se produjo cuando reinaba Jerjes, en el año 480 a.C., con casi
un millón de soldados según los escritos antiguos (realmente sería menos cantidad de
hombres). Aunque los persas vencieron en la batalla de las Termópilas (los famosos 300
espartanos caídos) y saquearon Atenas, un mes más tarde los atenienses destrozaron la
flota persa en la batalla de Salamina. y un año más tarde (en el 479 a.C.) en la batalla de
Platea los griegos vencen definitivamente a los persas. Como vemos ambas fechas marcan
el inicio del período clásico, en su fase Severa.
PERIODO CLÁSICO
El inicio del Clásico se marca a partir de las siguientes características, que se manifestaron
desde finales del Preclásico: aumento y concentración de la población, creciente división
del trabajo, producción de bienes dedicados al intercambio regional y desarrollo de redes
comerciales, jerarquización creciente de las aldeas y los centros regionales, profundización
de las diferencias de clase social, aparición de señoríos de linaje, complejidad en los
sistemas de numeración, calendario y escritura. Los lugares en donde se perciben
especialmente estos cambios son: Kaminaljuyú e Izapa en la zona meridional del Sureste;
El Mirador y Uaxactún en el Petén; San José Mogote y Monte Albán en Oaxaca; Tres
Zapotes en el Golfo, y Cuicuilco y Teotihuacán en el centro de México.
El sistema de escritura. Diferentes culturas del periodo Clásico desarrollaron sus propios
sistemas de escritura. En algunos casos, el nivel de complejidad del sistema era menor y
los glifos actuaban como símbolos figurativos que acompañaban las representaciones
artísticas.
Cultura teotihuacana. Esta civilización habitó el noreste del valle de México, alrededor de
la ciudad de Teotihuacán y su esplendor fue entre 200 d. C. y 550 d. C. Es una de las
culturas más misteriosas para los arqueólogos, que aún debaten cuáles fueron sus
orígenes e intentan comprender las causas de su desaparición. Se cree que el Estado no
tenía un solo gobernante sino un cogobierno colectivo administrado por una clase
dirigente que representaba a los distintos grupos étnicos que integraban la sociedad
teotihuacana.
Cultura maya. Esta civilización habitó la Península de Yucatán entre 2000 a. C. y 1527 d. C.
A lo largo de su historia, los mayas organizaron diferentes ciudades-Estado
independientes con gobiernos teocráticos. Durante el Período Clásico, las ciudades de
Palenque, Copán, Tikal y Uxmal lideraron el horizonte maya. Sus templos eran de piedra,
con forma de pirámide escalonada y muros pintados con colores vivos. La cultura maya es
reconocida por su desarrollo en tecnología agrícola y sus conocimientos astronómicos.
Fin del período clásico
El final del Período Clásico se vincula con el declive de las culturas dominantes de cada
región mesoamericana, durante los siglos IX y X d. C. Los historiadores marcan la
diferencia entre este periodo y el siguiente, llamado Posclásico (900-1521 d. C.), a partir
de algunos cambios que caracterizaron a las diferentes culturas mesoamericanas de
ambos periodos:
Para el caso estadounidense el “Servicio Social” empieza a matizarse a finales del siglo XIX
y principios del XX, cuando, según lo planteado por Barreix (1971), la formación en
Servicio Social se ve afectada por una nueva visión impulsada por Mary Richmond quien
consideraba que los “desajustes sociales” eran el producto de anomalías estructurales que
requerían reformas.
Según Barreix, el Trabajo Social empieza a verse influenciado por la escuela psicológica
(psiquiatría y psicoanálisis) y sociológica (desde el estructuralfuncionalismo y la teoría de
sistemas); de éstas va a surgir lo que se denominó “Escuela ecléctica”, la cual afirmaba
que el centro de atención era el “individuo” altamente psicologizado, sin embargo retomó
de la escuela sociológica la idea de que éste no podía separarse de su contexto social,
pese a ello se consideraba que el individuo no tenía ningún efecto decisivo sobre su
bienestar y su contexto, por ende el “estado de bienestar general” sólo surgirá de la suma
de “bienestares individuales”; y como “antítesis” a dicha escuela, surgen los “métodos” de
“grupo” y “comunidad”, los cuales sustentaban la pertenencia de los seres humanos a
grupos en los que interactúan, y éstos a su vez con otros grupos, formando “áreas
funcionales” denominadas comunidades, pero desde estas nuevas propuestas se seguía
apuntando a la adaptación funcional del individuo al sistema.
Con la entrada de EEUU en la Segunda Guerra Mundial, éste busca intervenir en los países
del sur, implementando programas de corte desarrollista; posteriormente en la década
del 60, bajo la denominada “Alianza para el progreso”4 , se amplía la creación de escuelas
de formación en Servicio Social impulsadas por técnicos estadounidenses para formar
personal tecnificado que actuase de manera “neutral” en la implementación de dichos
programas, haciéndose evidente los intereses a que obedecía la necesidad del “Servicio
Social” en América Latina5 , ocasionando una apropiación a-crítica de los referentes
teórico-metodológicos principalmente de la escuela estadounidense, y en algunos casos
de la escuela europea.
1930-1945, caracterizado por el paso de una economía agrícola a una economía industrial,
que ocasionó el desplazamiento del campesinado a las pequeñas ciudades , conformando
los grandes cinturones de miseria (ausencia de servicios públicos domiciliarios, vivienda,
educación y salud); también surgieron organizaciones de base, sindicales y campesinas,
quienes se movilizaron demandando intervención estatal en lo social lo cual requería
personal específico para responder a estas demandas, intervención ejercida hasta ese
momento por la iglesia católica, en ese contexto se crea la primera escuela de Servicio
Social en el año de 1936 anexa al Colegio Mayor del Rosario, con alta influencia del sector
privado.
Por eso cabe señalar los inicios de la profesión como paliativa de la “cuestión social”, sin
embargo más allá de conocer cuáles son las razones que llevaron a concebir el Trabajo
Social, la pregunta es si en la actualidad se apuesta a sostener dicha tarea regulativa, o si
en cambio, asumiendo el lugar contradictorio de la profesión (idea que se irá aclarando a
lo largo del documento), se apunta a aportar a los procesos de transformación estructural
micro y macro sociales; al respecto se pretende brindar algunos elementos para esta
reflexión, continuando con la ubicación histórica de la profesión, y las diferentes miradas
que se han presentado y defendido sobre el lugar del Trabajo Social en la sociedad.