La Literatura y Sus Tradiciones

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Curso: LITERATURA Y SOCIEDAD EN

LITERATURA CONTEXTOS DIVERSOS.


Especialidad: Educ. Inicial V
Y SOCIEDAD. Prof. Carmen L. Samán Reyes.
Fecha: 17/08/2022
TEMA: LITERATURA Y TRADICIÓN.

LEE Y ANALIZA:
¿POR QUÉ LEEMOS? FUNCIÓN SOCIAL DE
LA LITERATURA
En la antigüedad, la literatura tenía estos fines básicos:
 Dar a conocer los mitos religiosos
 Establecer fiestas sociales
 Enseñar, educar y formar
En la actualidad distinguimos estas cuatro funciones. Las dos primeras
afectan a la obra literaria en sí misma; las otras dos aluden a la íntima
relación entre literatura y sociedad.
–La literatura es placer
La función básica de la literatura es el placer estético; la literatura es arte.
El autor siente placer al expresarse y el lector lo siente al leer e interpretar.
–La literatura es evasión, distracción y entretenimiento
Cuando leemos, olvidamos nuestros problemas, huimos a otros mundos
que nos distraen de nuestro presente.
–La literatura es compromiso
Un autor vuelca en su obra sus valores y puede llevar al lector a replantearse ideas religiosas, éticas o
ideológicas. Por ello, la existencia de la censura, es decir la preocupación de políticos, moralistas y religiosos por
controlar determinadas obras literarias que manifiestan ideas contrarias a las establecidas por el poder.
–La literatura es una vía de transmisión de ideas
La literatura informa y enseña todo tipo de conocimientos: lingüísticos, estéticos, filosóficos, ideológicos, sociales,
políticos, históricos… Nos habla del hombre y de su experiencia vital.

LITERATURA Y TRADICIÓN
La literatura popular, tradicional y folclórica representa el saber de un pueblo. Es la primera, la original y es
anónima porque el verdadero autor es el pueblo: una madre que canta una nana, un abuelo que cuenta una
historia o recita un romance a sus nietos, los campesinos que cantan mientras trabajan… todos ellos son los
primeros autores de lo que más tarde será el Romancero o la Lírica tradicional. El pueblo es creador, depositario
o transmisor del rico patrimonio que es la literatura popular: lo repite, lo pasa boca a boca, generación tras
generación, lo adapta y lo conserva como manifestación de su identidad. Después estas obras se escriben para
conservarse y permanecer en el tiempo; las obras no escritas desaparecen.
La literatura culta (la que tiene un autor) nace después de la popular y recibe influencias de ella de tres maneras:
Obras cultas creadas a imitación de formas populares: los romances, las coplas, las seguidillas…
Elementos de la literatura popular que la culta adopta; por ejemplo, los refranes o personajes como la alcahueta
Celestina.

-Temas de la literatura popular que se recrean en una obra culta; por ejemplo, algunas leyendas de Bécquer
que parten de viejas leyendas.

Prof. Carmen Samán Reyes.


1
¿Por qué la literatura para niños?

La literatura para niños constituye un medio poderoso para la transmisión de la cultura, la integración de las áreas
del saber: historia, música, arte, psicología, sociología, etc., el enriquecimiento de los universos conceptuales y
la formación en valores. Además, la literatura cumple un papel fundamental en la escuela y el hogar como
herramienta que favorece un acercamiento a los procesos de lectura y escritura.

La importancia de la literatura se puede reflejar en el valor afectivo que ofrece al niño(a) a través de:

a) Deleite y gozo: La literatura educa al mismo tiempo que entretiene. Al crear espacios en el aula de clase para
la literatura se abren puertas a la creatividad, al poder creador de la palabra y lo imaginario; llevando a los niños
a descubrir el deleite que brindan los libros antes que se les pida que desarrollen destrezas de lectura (i.e.
descifrar). Así, la lectura tendría tanto sentido como montar bicicleta; ellos saben lo divertido que será la
experiencia.

La asociación de la literatura con diversión y juego se aprecia en los planteamientos de Huizinga (1987), quien
ve en la poesía una función lúdica, “La poesía nace del juego y con el juego” (p. 144). De ahí que este autor
sugiere algunas características comunes entre poesía y el juego: a) Son acciones desarrolladas dentro de ciertos
límites de tiempo, espacio y sentido, en un orden visible; b) Operan con reglas libremente aceptadas y fuera de
la esfera de la utilidad o de la necesidad material; c) El estado de ánimo es el arrebato y entusiasmo; y d) La
acción se acompaña de sentimiento de elevación y de tensión y conduce a la alegría y al abandono. Asimismo,
Bethelheim (1978) expresa que para que una historia mantenga la atención del niño debe divertirle; ha de estar
de acuerdo con sus ansiedades y aspiraciones, hacerle reconocer plenamente sus dificultades, al mismo tiempo
que le sugiere soluciones a los problemas que le inquietan. Según
este autor, en la literatura infantil nada enriquece y satisface tanto
al niño como los cuentos populares de hadas, ya que le permiten
aprender mucho sobre los problemas internos de los seres
humanos y sobre sus soluciones.

b) Refuerzo a la narrativa como forma de pensamiento: Contar


cuentos es tan antiguo como la historia de la humanidad y tan
nuevo como el hecho acontecido esta mañana. Preguntémosle a
cualquier amigo cómo pasó el fin de semana o las vacaciones, y
podremos apreciar la construcción organizada de los eventos
vividos. Podríamos decir, entonces, que la narración es hoy la
forma más efectiva y común de ordenar nuestro mundo. En los
niños, la narración es la forma típica de pensamiento que puede
observarse en las diferentes situaciones de sus vidas (e.g. la
molestia que siente por tener que compartir los juguetes o la
emoción de la aventura de ir por primera vez a la playa). La narración en el libro ofrece una reafirmación de la
historia personal que el niño se ha contado a sí mismo y que podemos asociar a lo que Vygotsky (1982) describe
como lenguaje interior.

¿Cómo mantener la magia?

Leemos para aprender y leemos para disfrutar. Con los libros podemos reír y llorar, viajar a lugares nuevos y vivir
aventuras excitantes. ¿Cómo hacer para que nuestros alumnos sientan lo mismo? ¿Cuál estrategia didáctica
seguir para lograrlo? Para responder a estas preguntas, presentamos algunas consideraciones educativas que
hacen de la lectura un proceso activo de simbolización –construcción de significados– que pone de manifiesto el
disfrute y valoración de los libros, y educa la imaginación de los niños. Con frecuencia, los alumnos asumen un
libro como favorito sobre la base del placer y entretenimiento que les proporcionan la trama y las ilustraciones.
Las respuestas de aceptación o rechazo usualmente se centra en las emociones, sensaciones e imágenes que
ellos experimentan al leer la historia. Estas respuestas, según Cullinan (1987), se van desarrollando desde el
hogar a través de estrategias que debe asumir y redimensionar la escuela con el objeto de lograr un
comportamiento positivo hacia la lectura.

Prof. Carmen Samán Reyes.


2
La revisión de los trabajos de Buss y Karnowski (2000), Cullinan (1987), Moss y Fenster (2002) y, Roser y Frith
(1983) entre otros, nos permiten resumir las características de los ambientes escolares que, según estos
investigadores, promueven respuestas favorables de los alumnos hacia la literatura. Algunas respuestas
comunes entre los autores son:

Entusiasmo de los docentes: el entusiasmo es siempre contagioso. Los docentes que hablan acerca de sus
preferencias o libros favoritos a menudo se encuentran con alumnos deseosos de leer los mismos libros. El
entusiasmo manifiesto ayuda a construir un entorno donde los alumnos comprenden que la atención hacia los
libros es legítima y deseable.

Ambiente rico en libros selectos: un aula donde los alumnos


estén involucrados con literatura debe tener una biblioteca con
espacio suficiente para que los niños disfruten de sus libros
preferidos. La procedencia de estos materiales puede ser el
maestro, la biblioteca de la escuela, la caja viajera de la
biblioteca pública, o los hogares; pero siempre debe haber en
los estantes los libros favoritos y otros títulos nuevos e
interesantes. La selección de los materiales debe ser
cuidadosa, acorde a la edad e intereses de los alumnos, y
disponible en varios ejemplares para que pequeños grupos
lean y luego conversen acerca de lo leído. De ahí que deban
existir libros que tengan una atracción inmediata, que amplíen
la imaginación y las habilidades, historias con cierta profundidad que reten a leerlas varias veces y reflexionar,
variedad de géneros, materiales vinculados con los Proyectos de Aula.

Fácil acceso a los libros: los libros que captan la atención inmediata de los alumnos son aquellos de fácil
acceso y con una exhibición atractiva. Los alumnos se inclinan a decir más cosas acerca de lo que leen cuando
pueden sostener el libro en sus manos. Disponer en el aula de clase de materiales de lectura variados (i.e.
periódicos, cuentos, enciclopedias, manuales, revistas, catálogos, poemarios, etc.) favorece que los niños vayan
apropiándose de los usos del lenguaje, de sus funciones y características (Carlino y Santana, 1996).

Tiempo para mirar, escoger y leer: la organización llamativa de los libros tendrá poco valor a menos que los
niños tengan abundantes oportunidades de usarlos. Los alumnos necesitan tiempo para ojear y decidir, y tiempo
para leer su selección; así como tiempo para seleccionar un libro una vez se haya cumplido la tarea. Aprender a
leer puede compararse a aprender a tocar el piano: cuanto más se practica más diestros seremos. En la mayoría
de las aulas que sirven de ejemplo a esta caracterización, se establecen períodos diarios de lectura silenciosa
sostenida durante los cuales los niños disfrutan de libros por ellos seleccionados.

Trabajo valorado, expuesto y compartido: los murales,


carteleras y dioramas producto de los alumnos, reflejan el nivel
de aceptación e importancia que tiene la literatura en el aula;
además de presentar el esfuerzo de los docentes en ayudar a
los alumnos a hacer conexiones y comparaciones al visualizar
los libros en perspectivas más amplias.

Valoración a partir de la experiencia: los alumnos no se


convierten en lectores de la noche a la mañana. En algunos
grupos, el volver sobre un libro en particular a través de
diferentes actividades (e.g. escritura, dramatización, lectura,
discusión) es un patrón que permite la reflexión y ofrece
oportunidad de aprender a querer libros que de otra manera pasarían desapercibidos. El máximo beneficio que
permite la experiencia acumulada proviene con los años, a medida que los niños y jóvenes construyen un marco
de referencia acerca de la literatura y adquieren confianza como lectores.

En relación con la dinámica de la clase, Teberosky (1992) ha estudiado la interacción entre pares cuando trabajan
en pequeños grupos y destaca el valor de las aportaciones efectuadas entre los propios niños. Esta autora
advierte: “Si bien la situación de intercambio se da espontáneamente entre los niños, no suele ser aprovechada
por la escuela, e incluso se la reprime, por temor a que los intercambios de información sean más bien
intercambios de errores que dificultan la enseñanza y alteran la disciplina” (p. 36). Los niños trabajan

Prof. Carmen Samán Reyes.


3
individualmente, en parejas, tríos, cuartetos y grupo general. Cada una de estas modalidades necesita de la
orientación y guía del maestro, por ello es conveniente alterarlas según el propósito de la actividad. De manera
que, las agrupaciones de los niños no se constituyen siempre de manera espontánea, sino que el docente las
organiza de acuerdo con las posibilidades cognoscitivas, para que el intercambio sea fructífero y no queden
algunos niños relegados en una actividad porque saben menos.

Por el contrario, un acercamiento inadecuado a los libros reduce la lectura a la alfabetización mecánica que
genera en los niños “odio hacia la lectura”. Pero hay estudios e investigaciones que demuestran que lo que los
niños dicen odiar no es la lectura en sí misma, ni mucho menos las historias sino la práctica escolar de la misma
que enfatiza la decodificación, fragmentación y mecanización del lenguaje; así como la división lectora/texto y
lectura/comprensión (Lerner, 1994). Aprender a leer en el sentido alfabético es una tarea árida, lenta y difícil que
implica lidiar con todas las arbitrariedades y convenciones del lenguaje escrito. De esta forma, leer puede
convertirse en una actividad carente de sentido.

A continuación, presentamos algunas estrategias que favorecen el aprendizaje de la lectura, enmarcadas en


actividades donde se utilice literatura para niños:

a.- Lectura oral por parte del docente

Varias veces al día, el docente lee en voz alta para el


entretenimiento de los alumnos historias que pudieran no estar
en capacidad de leer solos. Esta actividad de reconocida
importancia provoca gran impacto en los recuerdos de los niños,
por cuanto al leer el docente se convierte en un modelo de
lectura mostrando lo que un lector hace y ofreciendo
oportunidades para desear leer. Esta estrategia permite a los
niños tener temas para conversar, y así ampliar sus habilidades
expresivas.

La actividad de lectura debe generar conocimientos y despertar


experiencias previas sobre el tema, los personajes y los eventos
que suceden en la narración. A partir del tercer grado, esta
lectura debe incorporar información acerca del género literario
que se vaya a compartir. La lectura en voz alta lleva a momentos
claves, a decir: a) Concentrar a los alumnos en un espacio
relajado y a poca distancia del libro a compartir, b) Conversar
acerca del título, autor, carátula, c) Sujetar los libros de manera
que todos los niños puedan apreciar el texto y las ilustraciones, d) Crear voces o sonidos que den vida a los
personajes y eventos, c) Mantener la atención a través de preguntas de predicción e inferencia. Una variante de
esta estrategia es la lectura en pequeños grupos, para lo cual se requiere disponer de 3 - 4 copias de un mismo
título; en este caso, el Programa Caja Viajera de FUNDALECTURA es un excelente apoyo al docente.

b.- Canciones en láminas

Las canciones que presentan versos que se repiten reproducidas en láminas de papel bond o en el pizarrón
ayudan a los niños a hacer conexiones con patrones que luego pueden encontrar en los libros, como el caso de
“Juguemos en el Bosque” (e.g. Juguemos en el bosque mientras el lobo no está. Lobo estás, ¿Qué estás
haciendo?) En un nivel inicial, es el aprender conceptos que aparecen escritos mientras se juega con el lenguaje
oral; más adelante es inventar nuevas versiones cambiando nombres o ambientes (e.g. Juguemos en la playa
mientas María no está…).

c.- Poesía

Así como en las canciones, los poemas están para ser escuchados. Los niños que escuchan poemas, repitiendo
o añadiendo efectos sonoros al mismo, se motivan a querer leer la versión impresa; la razón para tal deseo radica
en la familiaridad que adquieren acerca del lenguaje (i.e. melodía, rima). La lectura de poesía debe ser una
actividad diaria en el aula; para ello es importante: a) seleccionar poemas cortos que además de ser leídos por
el docente, se transcriben en láminas y se colocan en lugares donde los niños puedan leerlos fácilmente, b)
incorporar a los niños en la selección de los poemas; repetir poemas favoritos, c) conjuntamente con los niños
Prof. Carmen Samán Reyes.
4
buscar música que acompañe la lectura de los poemas, d) invitar a los niños a representar (i.e. dramatizaciones,
dibujos, plastilina) los poemas escuchados.

d.- Lectura silenciosa

En el aula, es poca la lectura que se realiza por decisión de los niños ya que se ha hecho norma que ésta debe
ser asignada por el docente; de ahí que, cuando ellos visitan la biblioteca parezcan “perdidos” en sus
preferencias. Eventos diarios de lectura silenciosa es una estrategia importante en el desarrollo del proceso de
lectura, inclusive en los más pequeños ya que les brinda el sentido de independencia e individualidad del lector
diestro.

e.- Anticipación de un texto a partir del título

El maestro (a) leerá a los alumnos el título de un texto seleccionado.


Conociendo sólo el título los niños tratarán de anticipar, individualmente,
el tema que sugiere el título. Luego, cada niño expondrá y razonará su
versión. Esta actividad permitirá desarrollar estrategias para variar,
adecuar y comprobar la hipótesis inicial. Posteriormente, se leerá el texto
completo y se discutirán y analizarán las coincidencias y discrepancias
entre el texto original y las anticipaciones producidas por los niños.
Recuerde que estas conversaciones deben fomentar una reflexión
personal y no olvide que la finalidad de toda auténtica discusión sobre un
libro, es ayudar al lector a conocer y apreciar sus múltiples contenidos y
las diversas maneras de abordarlo y comprenderlo.

f.- Lectura dramatizada de cuentos

Niños y maestros seleccionan distintos cuentos y forman grupos con un número de miembros igual al número de
personajes que poseen los cuentos a representar. Para ello se recomienda libros en los que los diálogos de los
personajes resulten particularmente ágiles y entretenidos, para realizar dramatizaciones en aula. Posteriormente,
a cada niño se le pide que lea el cuento en silencio y se procede a que cada grupo dramatice su propio cuento.
Luego, cuando los niños hayan tenido la ocasión de preparar y ensayar sus actuaciones, invite a los alumnos de
otro salón a asistir a las representaciones de teatro. Elijan un maestro de ceremonias que presente las
dramatizaciones. Para finalizar, se propicia una discusión con respecto a la actividad realizada, los niños
comentarán la actividad considerando la expresividad, y su compresión de lo dramatizado por los compañeros.
Esta estrategia ofrece un espacio para conversar sobre la experiencia, dirigir preguntas de comprensión y trabajar
en equipo.

Además de las estrategias señaladas, los docentes pueden utilizar otras como “Diario de lecturas”, “Grabando
lecturas y narraciones”, “Concurso de cuentos”, “Taller de libros”, “Visitas a la biblioteca”, “Carteleras de cuentos
y poemas” o “Leer un libro en varias sesiones”, para crear un ambiente estimulante en torno a la literatura y la
lectura. El encuentro de los niños con la literatura se facilita con una ambientación textualizada del aula
(Inostroza, 1997), es decir, un aula potencialmente significativa para que los niños puedan aprender
descubriendo, elaborando, construyendo significados en una interacción dinámica y permanente con los textos
existentes en su entorno.

Prof. Carmen Samán Reyes.


5
LITERATURA Y TRADICIÓN.

Comprensión de texto:

PREGUNTAS DE NIVEL LITERAL:

1. ¿Cuáles son las funcionas que relacionan a la sociedad con la literatura?


2. ¿Qué informa la literatura y cuáles son sus fines?
3. ¿Por qué se dice que la literatura es tradición y el autor es el pueblo? Explica.
4. La literatura es un medio poderoso y fundamental en la escuela ¿Por qué?
5. ¿Cómo se refleja el valor afectivo de la literatura en los niños?

PREGUNTAS DE NIVEL INFERENCIAL:

1. ¿De qué trata principalmente el texto?


2. ¿Por qué se habla de magia dentro del texto a qué se refiere?
3. ¿El docente debe de leer en voz alta, es necesario que tenga que leer o no? ¿Por qué?
4. ¿La lectura silenciosa será una estrategia? ¿por qué?
5. ¿Cuándo se explica del valor afectivo en la literatura se menciona la palabra “DELEITE” qué quiere decir
cuál es el concepto en el texto?

PREGUNTAS DE NIVEL CRITICO:

1. ¿A qué tipo de texto pertenece la lectura?


2. ¿Qué quiere decir: “valoración a partir de la experiencia”?
3. ¿Cuál es el propósito del texto leído?
4. ¿Qué te parece lo que propone Huizinga-1987?

Prof. Carmen Samán Reyes.


6

También podría gustarte