Planificación de Proyecto Didactica 2

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Planificación de Proyecto

1.- Curso al que se destina: 2do. año

2.- Producto: Antología de Cuentos de Terror, escritos por los alumnos-as

3.- Descripción del producto: el producto final será una Antología de


cuentos de terror, realizada por las/los estudiantes.

4.- Fundamentación de la elección del producto: se eligió la


realización de una Antología de cuentos de terror porque es un género que les
gusta y apasiona a la mayoría de los alumnos, ponen toda su atención en cada
características, (también se puede observar que los alumnos buscan otros títulos y
autores para leer fuera del horario escolar). Debido a este entusiasmo se decidió
realizar una antología para que los alumnos expresen a través de los cuentos
todos los conocimientos adquiridos, y desarrollen su creatividad e imaginación,
para luego ser compartido en un café literario con todos los compañeros-as.

5.- Áreas que se integran: Prácticas del Lenguaje y Educación


Artística

6.- Expectativas de logro: (según el Diseño curricular):

Eje de la literatura:

.Participen, periódicamente, de sesiones de comentario de las obras literarias y


sobre literatura seleccionadas por el docente en las que:

-aporten sus interpretaciones

-hablen sobre sus experiencias de lectura de esas obras y escuchen a sus


compañeros

.Colaboren en el desarrollo de proyectos para compartir la experiencia literaria

-aporten sus creaciones

-estén abiertos a los juicios de los otros y a compartir sus propias valoraciones
.Contemplen las sugerencias del docente y de sus compañeros para revisar sus
escritos

.desempeñen un rol en las distintas actividades tendientes a lograr el producto

EJE DE ESTUDIO

.Selecciones del material consultado, cada vez más autónomamente, la


información relevante para el tema del proyecto

.Recurran a distintas estrategias para registrar información de textos expositivos y


puedan dar cuenta de los conocimientos alcanzados a través de esos registros
(cuadros)

-Extraigan y expresen de manera oral y escrita conclusiones en torno a la


problemática explicada

7.- Prácticas del Lenguaje estableciendo a qué eje pertenecen y


enunciando los Aspectos involucrados correspondientes a cada Práctica.

EJE DE LA LITERATURA

.Formar parte de situaciones sociales de lectura

ASPECTOS: Organizar y participar de cafés literarios

.Relacionar los textos leídos con otros lenguajes artísticos

ASPECTOS: Mirar y comentar películas vinculadas con los textos leídos

-Seguir un género

ASPECTOS: Seleccionar un corpus de textos del mismo género

Leer dicho corpus establecido

Discutir sobre los elementos formales y de contenido de los textos


seleccionados

Explorar a través de la lectura creativa las posibilidades del género

EJE DE ESTUDIO

-Buscar y seleccionar información con criterios acordados con los pares y/o
docente.

ASPECTOS: Buscar seleccionar y organizar los materiales de lectura


-Organizar información procedente de más de un texto en distintos tipos de
cuadros

ASPECTOS: Identificar conceptos relevantes en distintos textos a partir de un


propósito de búsqueda.

-Identificar estructuras gramaticales apropiadas para los cuadros

-Exponer y explicar oralmente ante un auditorio desconocido usando recursos


gráficos

ASPECTOS: -Seleccionar los contenidos a desarrollar en la exposición y controlar


el progreso de la información

8.- Recursos materiales:

-PIZARRÓN

-HOJAS BLANCAS

-FOTOCOPIAS DE LOS CUENTOS

-PAPEL AFICHE

-MARCADORES

-CELULARES

-VIDEOS, INTERNET, PÁGINAS WEB.

9.- Agentes: Profesora de Prácticas del Lenguaje, docente de Educación


Artística y alumnos-as.

10.- Tiempo de duración en número de clases: 8 CLASES

11.- Acciones previstas. Enunciar las actividades del docente y de los


alumnos-as, estableciendo el número de la clase en que se desarrollan.
Acciones previstas

Clase N° 1

La docente iniciará la clase preguntándoles a los alumnos-as qué significa para


ellos la palabra “terror” y qué situaciones les puede producir terror o miedo intenso,
tanto de la vida real como de las películas. Los alumnos expresarán sus opiniones.

Seguidamente, les indicará una URL para ver con sus celulares un corto de terror
en video de Youtube URL: EL CORAZON DELATOR (EDGAR ALLAN POE) por
ALBERTO LAISECA Luego, la profesora les pedirá a algunos alumnos que relaten
en voz alta la historia del corto y que expliquen cuál es la situación que provoca
terror.

Luego, la docente les entregará fotocopiado el cuento corto titulado “Encuentros”-


ANEXO N°1. Realiza la lectura en voz alta, interrumpiéndola para hacer preguntas
de comprensión. Les preguntará a los estudiantes qué pueden predecir a partir del
título, qué les sugiere, qué interpretación hicieron del cuento. Los alumnos-as
responderán.

A continuación, la profesora escribirá en el pizarrón la siguiente consigna:

● Hacer una lista con diez palabras del cuento que generan un ambiente de
misterio y terror, por ejemplo: “aturdido”, “pudrición y mortandad”, etc.

Los alumnos-as leen las palabras que seleccionaron y realizan comentarios.

Clase N° 2

Iniciada la clase la profesora recordará el cuento leído en la clase anterior pidiendo


que justifiquen por qué les parece que es un cuento de terror.
Seguidamente, les entregará un texto explicativo sobre las características del
género de terror, los autores más destacados en el género y los distintos tipos de
terror. ANEXO N° 2.

Varios-as alumnos-as irán leyendo en voz alta el texto, el resto seguirán la lectura
en forma silenciosa. La profesora explicará los aspectos importantes y entre todos
realizarán un cuadro en el pizarrón con los conceptos principales que caracterizan
el género. El cuadro quedarán aproximadamente, de la siguiente forma:

CARACTERÍSTICAS DE LOS CUENTOS DE TERROR

PERSONAJES Reales o convencionales

Siniestros, monstruosos

Misteriosos o fantásticos
NARRADOR Protagonista

Testigo
MOTIVOS Fantasmas, vampiros, monstruos u
otras criaturas sobrenaturales.
Asesinatos, robos, violaciones o
situaciones traumáticas o
angustiantes.

ACCIÓN Suspenso, asombro, miedo, angustia

ELEMENTOS Mágicos , sobrenaturales, demoníacos

religiosos
ARGUMENTOS Venganza, justicia, descubrimientos
TIPOS Alegóricos morales

Metafóricos

Fantásticos

Terror urbano

Clase N° 3
La profesora iniciará la clase entregando a los adolescentes varias antologías, les
pide que las exploren y que definan qué es para ellos una Antología.

Se llegará a la conclusión de que una antología es una recopilación de obras


seleccionadas relacionadas entre sí. La docente les pregunta qué tipos de obras
forman las antologías que entregó, por ejemplo: de cuentos policiales, de cuentos
realistas, de poesías, de ensayos, etc. Orienta la observación hacia los elementos
de la antología: el título, la ilustración de tapa, ilustraciones internas, el índice, el
prólogo, etc. Los estudiantes escribirán un cuadro con todos estos conceptos
sobre la Antología en el pizarrón, el cual quedará del siguiente modo:

Título Un criterio en común (poetas


argentinos, cuentos de terror,
leyendas del noroeste etc)

Ilustraciones Tapa/ internas

Indice Principio o final del texto

Prólogo Autor reconocido o no

Una vez que se haya tratado el concepto de antología, la profesora les preguntará
si les gustaría hacer una Antología de cuentos de terror, escritos por ellos mismos
los que al finalizar presentarán en un café literario dedicado a esa temática. Los
alumnos-as darán sus opiniones y sugerencias. Acordarán las etapas del proyecto,
los tiempos de realización, las características que debe tener la Antología y
establecerán los modos y responsables de la ejecución.

Escribirán en el pizarrón los acuerdos alcanzados. La docente les comunica que la


profesora de Educación Artística los va a asesorar sobre las ilustraciones de la
Antología.

Clase N° 4

La docente empieza la clase preguntándoles a los alumnos-as qué acordaron en la


clase anterior. Les explica que para poder escribir cuentos de terror hay que leer
algunos para saber cómo se redactan. A continuación, entregará fotocopias del
cuento EL CORAZÓN DELATOR Edgar Allan Poe (Traducción Julio Cortázar)
ANEXO N°3.

Varios alumnos-as realizarán la lectura oral y se interrumpirá para reflexionar


sobre algunas circunstancias.

La docente dictará ocho preguntas sobre distintas situaciones del cuento para
promover la interpretación de la historia narrada. El cuestionario será el siguiente

Preguntas:

1-¿Qué les dice el título del cuento?

2-¿Cómo es la personalidad del protagonista?

3-¿Por qué mata al viejo?

4- Describa el lugar donde sucedió lo ocurrido

5- ¿Cuándo cambiarían las cosas? ¿Por qué?


6- ¿Qué ruidos oía el protagonista cuando mata al viejo? ¿Dónde lo enterró?

7- ¿Cómo se siente en presencia de los policías?

8- ¿Por qué confiesa lo que hizo?

Escribirán las respuestas en sus carpetas y una vez terminada la actividad las
leerán en voz alta para intercambiar las opiniones con sus compañeros.

Clase N°5

La docente les dice a los adolescentes que en esta clase van a escribir en parejas
sus cuentos de terror para realizar la Antología. Se organizan en grupos de dos
integrantes.

La profesora escribirá en el pizarrón la consigna de escritura:

- Planificar el cuento que vayan a escribir pensando que tendrá la finalidad de


causar terror en el lector. Para lograrlo, seguir estos pasos:

1ro.- Hacer un listado de seis o más temáticas de terror, por ejemplo:

- muertos vivos.

- pesadillas que se hacen realidad, etc.

2do.- Elegir la que les parezca más terrorífica la cual va a ser el centro del cuento
que escriban.

3ro.- Elegir en qué persona puede estar narrado, en primera o en tercera persona.
4to.- Ponerle al cuento un título intrigante.

5to.- Incluir en el cuento alguna de las siguientes frases:

- El camino era oscuro y tenebroso

- Era una noche lluviosa y fría.

- La niebla no dejaba ver…

- El bosque era espeso, grisáceo…

- Era una casa abandonada..

- La casa era muy oscura, húmeda e intensamente fría

- El camino estaba oculto por la cantidad de árboles…

Los adolescentes se dedican a la tarea de escritura del cuento y la profesora


circula por los grupos para orientarlos y asesorarlos en la tarea, corrigiendo los
aspectos que pueden ir mejorando. Al finalizar la clase entregan los borradores.

Clase N°6

Iniciada la clase la profesora comentará algunos errores más generalizados en las


redacciones de los estudiantes, si es necesario escribirá en el pizarrón algunos
ejemplos y los explicará.

Los alumnos-as pasarán en limpio las escrituras teniendo en cuenta las


observaciones de la docente, quien los asistirá en la actividad de revisión.
Para el cierre de la clase los autores leerán a sus compañeros los cuentos escritos
y recibirán de ellos comentarios evaluativos y sugerencias.

En las clases de Educación Artística ilustrarán los cuentos.

Clase N°7

Se dedicará esta clase al armado de la Antología de Cuentos de Terror. La


profesora propondrá un debate de ideas sobre la forma de realizar la Antología. Se
distribuirán en grupos de cuatro integrantes para hacerse cargo de las siguientes
tareas:

● Selección y ordenamiento de los cuentos que formarán parte de la


Antología.
● Elaboración del Índice.
● Armado de la Antología a modo de libro.
● Configuración de la Tapa: título, ilustración, etc.
● Disposición de la Contratapa.
● Redacción del prólogo (mensaje para quien lea esta Antología).
● Breve referencia biográfica de los alumnos-as, autores de los cuentos.

Clase N° 8

Para la presentación de la Antología se ambientará el salón con figuras propias de


la temática de terror.

Los alumnos-as se distribuirán en forma de U para escuchar la lectura de los


cuentos escritos por sus compañeros.

Al finalizar esta actividad elegirán por votación el cuento más terrorífico.


La profesora les entregará una Encuesta con seis preguntas para evaluar los
resultados del Proyecto Antología de Cuentos de Terror

ENCUESTA:

¿Te sentiste interesado en el proyecto?

¿Qué actividades te resultaron más interesantes?

¿Qué actividad te resultó menos interesante?

¿Cómo te resultó trabajar en grupo?

¿Cambiarías algo?

¿Te gustó el resultado final?

12.- Evaluación del proyecto:

1. a) Encuesta a los alumnos.

1- ¿Te parece bien como quedó terminada la Antología?

2-¿Cambiarías algo?

3- ¿Te parece interesante el género de terror?

4- ¿te hubiese gustado escribir individualmente?

5- ¿Participarias nuevamente en estos proyectos?


6- Del 1 al 5 que puntaje le pondrias al proyecto.

b) Lista de cotejo con criterios de evaluación del proceso, del producto y de los
contenidos curriculares involucrados (completar la lista de cotejo con diez criterios
de evaluación, leer información en el Material de estudio).

Criterios de evaluación Si NO Medianamente Observaciones

Advierte en la lectura X
regularidades de los géneros

Relaciona lo leído con otros X


lenguajes artísticos

Se produjo intercambio entre X


pares

Hubo responsabilidad en el X
grupo en todos los aspectos

Estuvieron motivados X
Los aburrió el proyecto X

Les gusto trabajar en grupo X

Se produjo intercambio entre X


pares

Hubo ausentismo X

Cumplieron con todo lo x


solicitado

13.- Bibliografía consultada:

Es imprescindible que en un Proyecto figuren las fuentes de información que se


utilizó para redactar y llevar a cabo la planificación, se requiere que este enunciado
bibliográfico sigan las normas APA para su enunciación.

Allan Poe, E; “El extraño caso del señor Valdemar” en Cuentos de Terror;
Alfaguara; Mexico; 1997.

Allan Poe, E; “El gato negro”; en Cuentos Clasificados 1; Cántaro editores; Buenos
Aires; 1997.

Allan Poe, E; “Los asesinatos de la calle Morgue” en Narraciones extraordinarias;


Editorial Sol; Barcelona; 2000.
Cortázar, J; “Bruja” en Cuentos Clasificados T; Puerto de Palos S. A.; 1999.

Lovecraft, H; “El horror oculto”; en Cuentos Clasificados T; Puerto de Palos S. A.;


Buenos Aires; 1999.

Guy de Maupassant, “La mano”; en Cuentos de Terror; Terramar; Buenos Aires,


2015

Jacobs, W; “La pata de mono” en Cuentos de Terror; Alfaguara; Mexico; 1997.

Lugones, L; “El escuerzo” en Cuentos de Terror; Editorial Estrada; 2014.

Quiroga, H; El almohadón de plumas” en Cuentos de Terror; Alfaguara; México;


1997.

Quiroga, H; “La miel silvestre”; en Cuentos de Terror; Editorial Estrada; 2014.

Rodríguez, F. “Encuentros” en https://www.losmejorescuentos.com. Recuperado el


20-10-21.

Stoker, B; “La casa del juez” en Cuentos de terror; Kapeluz; Buenos Aires; 2008.

https://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2020/04/SECUNDARIA-
3%C2%BA-4%C2%BA-5%C2%BA-y-6%C2%BA-ACT.-31-LEAMOS.pdf

EL CORAZON DELATOR (EDGAR ALLAN POE) por ALBERTO LAISECA

EL CORAZÓN DELATOR Edgar Allan Poe (Traducción Julio Cortázar). Obras


Clásicas de siempre. Biblioteca Digital
ANEXOS

ANEXO N° 1 Encuentros

Autor Francisco Rodríguez (Colombia)

He despertado un poco aturdido, no recuerdo nada de lo que hice ayer, desperté


tirado entre unos arbustos, miré a mi alrededor y noté en los arboles pudrición y
mortandad, observé una profunda oscuridad en el cielo como si fuese a llover y en
cuestión de segundos noté que esa oscuridad era diferente, el susto de no saber
dónde estaba me hizo levantar, con cierta curiosidad caminé entre la maleza solo
para investigar tan misterioso lugar.

Un frio intenso se apoderó de mí y en cada paso que daba aumentaba más y más;
me sentí ligeramente observado pero no presté atención, supuse que era producto
del miedo, pues la verdadera preocupación estaba en salir de allí.

No había terminado de dar cinco pasos cuando sentí zumbidos


seguidos de un horripilante grito, sin mirar atrás corrí desesperadamente buscando
refugio, lo primero que vi fue un arbusto y sin pensarlo dos veces me metí ahí
implorando que todo fuera una pesadilla, hubo un silencio fúnebre por un momento
y lo que enseguida pasó marco mi vida por siempre, escuché una respiración
jadeante cerca de mi cuello que se hacía cada vez más frecuente, volteé y lo que vi
me dejo paralizado, su silueta no fue muy reconocible, lo único que se resaltaba
era su rostro pálido con varios moretones, tenía ojos desorbitados de color rojo
escarlata, parecía en estado de posesión, intente gritar pero me puso su mano
cadavérica en la boca seguida de una carcajada, cuando terminó de reír me dijo:

-no temas, pues siempre he estado contigo, en tu closet, en tu ducha, en tu cama,


soy esa sensación de miedo que recorre cada parte de tu cuerpo, soy esa presión
que no te deja mover en las noches por más que intentes, soy aquello que
accidentalmente deja caer algunas cosas en tu habitación, eso que no sale de tu
mente cuando cierras los ojos intentando dormir, soy esa percepción de peligro
que revolotea en tu cabeza.
Anexo 2

Cuentos de terror Un cuento de terror o relato de terror es una narración por lo


general breve, perteneciente al ámbito literario o al popular, que busca ocasionar al
lector sensaciones de miedo y de angustia, a través de la recreación por lo general
de situaciones imaginarias, fantásticas o sobrenaturales. El cuento de terror es uno
de los muchos subgéneros en que se puede clasificar la narrativa breve tanto el
que posee aspiraciones artísticas, como el que responde a una tradición local o
popular, a menudo vinculada con los valores religiosos o culturales de la región.
Por eso se ha desarrollado en prácticamente todo el mundo, de diversas maneras,
en algunos casos recogiendo una advertencia o moraleja más o menos explícita,
que permanece como enseñanza, a modo de fábula. Esto último es clave en el
relato de origen popular. Este género no solo se ha mantenido en el tiempo,
sobreviviendo a los cambios de la cultura y la literatura, sino que ha colonizado
también otras formas de representación narrativa como el teatro o sobre todo la
televisión, dando origen a una vasta tradición de filmes de horror. Elementos del
cuento de terror Los cuentos de terror tienen los siguientes elementos: Personajes.
Reales para el relato o imaginarios y fantásticos, los personajes son las entidades
sobre las cuales recae la acción. Si un relato cuenta la aparición de un fantasma,
es probable que éste sea también uno de los personajes del cuento. Narrador.
Como toda narración, el cuento de terror tiene un narrador definido que es la voz
que cuenta la historia. Puede ser el propio protagonista, un testigo, o simplemente
una voz que cuenta. Los narradores de los relatos de terror suelen abundar en
detalles, sobre todo en las descripciones, y suelen callar elementos que serán
revelados luego, para generar tensión o expectativa mediante la elipsis. Acción. La
acción del relato de terror suele estar organizada en torno al suspenso generado
por acciones asombrosas, incomprensibles, siniestras o angustiantes, que ocurren
en una unidad de tiempo determinada y que tienen su final en una revelación,
aparición o desenlace. Características de los personajes Los personajes
misteriosos y fantásticos son característicos de este género. Los personajes de un
cuento de terror pueden ser de distinto tipo, pero a grandes rasgos se pueden
clasificar en: Convencionales. Aquellos que pertenecen al mundo de lo racional, de
lo confiable, ya sean del bando del protagonista o no. Siniestros o misteriosos.
Aquellos que se muestran ambiguos frente a la trama y a la mirada del narrador,
ocultando sus motivaciones, invitando a la atmósfera de expectativa, angustia o
desconfianza. Monstruosos. Aquellos por lo general del orden de lo fantástico, lo
siniestro, lo aterrador o lo perturbador, ya sean literalmente monstruos (criaturas
fantásticas) o personas que llevan a cabo acciones monstruosas y que, por lo
general, juegan el rol de antagonistas. Motivos recurrentes Este tipo de relatos a
menudo tiene presencia de: Fantasmas, vampiros, monstruos u otras criaturas
sobrenaturales. Asesinatos, robos, violaciones o situaciones traumáticas o
angustiantes. Elementos mágicos, sobrenaturales, demoníacos o religiosos.
Argumentos de venganza, justicia, retaliación o descubrimiento de tesoros y
mensajes ocultos. Tipos de cuentos de terror La situación terrorífica puede ser una
alegoría de un contenido psicológico. No hay propiamente una tipología de cuentos
de terror, pero podría hablarse de: Cuentos de terror con alegoría moral. La
situación de miedo, suspenso o angustia conduce a una suerte de moraleja,
enseñanza o conclusión moral de algún tipo, operando como una fábula o un
cuento tradicional.

Cuentos de terror con metáfora psicológica. La situación terrorífica es en realidad


una alegoría de un contenido psicológico o emocional que genera malestar al
protagonista, quien puede o no estar sufriendo de una enfermedad mental.
Cuentos de terror fantástico. Se quiebran las leyes del universo para hacer
aparecer monstruos, criaturas o fenómenos aterradores e inexplicables. Cuentos
de terror urbano. Tienen lugar en las dinámicas de la ciudad: el crimen, las
persecuciones, la vida anónima, etc.

ANEXO 3

EL CORAZÓN DELATOR Edgar Allan Poe (Traducción Julio Cortázar)


¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero
por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis
sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos.
Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el
infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta
cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia. Me es imposible decir cómo
aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me
acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico.
Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su
dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo
semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo
clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me
fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre. Presten
atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En
cambio... ¡Si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad
procedí! ¡Con qué 2 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx cuidado... con que
previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo
que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar
el picaporte de su puerta y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la
abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda,
cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras
ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuán astutamente
pasaba la cabeza! La movía lentamente... muy, muy lentamente, a fin de no
perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente
la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es
que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la
cabeza completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh,
tan cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las
bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el
ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche, a las doce...
pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra,
porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana,
apenas iniciado el día, entraba sin miedo en su habitación y le hablaba
resueltamente, llamándole por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo
había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy
astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a
mirarle mientras dormía. 3 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx Al llegar la octava
noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero
de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes
de aquella noche, había sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad.
Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba ahí, abriendo
poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o
pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque le sentí
moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán
que me eché hacia atrás... pero no. Su cuarto estaba tan negro como la brea, ya
que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a los ladrones; yo
sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando
suavemente, suavemente. Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la
linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el
lecho, gritando: —¿Quién está ahí? Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante
una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera
a tenderse en la cama. Seguía sentado, escuchando... tal como yo lo había hecho,
noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido
anuncia la muerte. 4 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx Oí de pronto un leve
quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena...
¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la
sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce,
cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso
eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo
que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi
corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando
se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero
sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la chimenea... o un grillo
que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones,
pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a
él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aquella
sombra imperceptible era la que le movía a sentir —aunque no podía verla ni oírla
—, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación. Después de haber
esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví
abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna. Así lo hice —no pueden
imaginarse ustedes con que cuidado, con qué inmenso cuidado—, hasta que un
fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno
sobre el ojo de buitre. 5 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx Estaba abierto, abierto
de par en par... y yo empecé a enfurecerme mientras le miraba. Le vi con toda
claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta el
tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como
movido por un instinto, había orientado el haz de luz exactamente hacia el punto
maldito. ¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una
excesiva agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar
apagado y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón.
Aquel sonido también me era familiar. Era el latir del corazón del viejo. Aumentó
aún más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un
soldado. Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba.
Sostenía la linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la
firmeza posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba
en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a
momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más
fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo
soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un
resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin embargo,
me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía
cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba a estallar. Y
una nueva ansiedad se apoderó de mí... ¡Algún 6 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx
vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un
alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una
vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarle al suelo y
echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había
resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un
sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a
través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el
colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la
mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido.
El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme. Si ustedes continúan
tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas
precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, mientras
yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuarticé el
cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas. Levanté luego tres planchas del piso
de la habitación y escondí los restos en el hueco. Volví a colocar los tablones con
tanta habilidad que ningún ojo humano —ni siquiera el suyo— hubiera podido
advertir la menor diferencia. No había nada que lavar... ninguna mancha... ningún
rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba había recogido
todo... ¡ja, ja! 7 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx Cuando hube terminado mi tarea
eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En
momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la
calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora? Hallé a
tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía.
Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se
sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de
policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar.
Sonreí, pues... ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué
que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo
se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los
invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la
habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se
hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la
habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí de su fatiga, mientras
yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi silla en el exacto
punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi víctima. Los oficiales se sentían
satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte, me hallaba
perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes, mientras yo les
8 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx contestaba con animación. Mas, al cabo de un
rato, empecé a notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la
cabeza y creía percibir un zumbido en los oídos; pero los policías continuaban
sentados y charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era
cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero
continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... hasta que, al fin, me
di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos. Sin duda, debí
de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y levantando
mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... ¿y que podía hacer yo? Era un
resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj
envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo,
los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero
el sonido crecía continuamente. Me puse en pie y discutí sobre insignificancias en
voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente.
¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las
observaciones de aquellos hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía
continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé espumarajos de rabia...
maldije... juré... Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella
las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y crecía sin cesar.
¡Más alto... más alto... más alto! Y entretanto los hombres seguían charlando
plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo 9
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que
sospechaban! ¡Sabían... y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así
lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa
sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus
sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez...
escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte! —¡Basta ya de
fingir, malvados! —aullé—. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí...
ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón! FIN

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