Tu Ternura Molotov. - Gustavo Ott

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CELCIT. Dramática Latinoamericana 168

TU TERNURA
MOLOTOV
Gustavo Ott

“El infierno son los otros”

Sartre

“Si Alá lo hubiera querido, te habría creado para vivir con otros y vivir en la
comunidad. Pero Alá te hizo distinto y te hizo como eres…”

Corán

“Es a tu miedo de lo que tengo miedo”

Shakespeare
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Personajes

DANIEL – 40 años

VICTORIA – 30 años

Ubicación

SALA COMEDOR, CON LUJO Y BUEN GUSTO.


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1/ Esa noche

SUENA UNA CANCIÓN INFANTIL -PUEDE SER “TWINKLE, TWINKLE LITTLE STAR”. SE
ILUMINA LENTAMENTE LA ESCENA Y VEMOS LA SALA DE LA CASA. SOFÁ CON
COJINES, UN TELESCOPIO Y UN PEQUEÑO BAR. VICTORIA, CON UNA BOLSA
CALIENTE EN LAS MANOS, TIENE EL TERMOMETRO EN LA BOCA. DANIEL,
CAMINANDO DE UN LADO A OTRO

DANIEL: Eran tres. Uno azul y dos rojos.

VICTORIA: Entonces ¿qué hiciste?

DANIEL: Al principio me detuve para estar seguro, porque ellos también se


detuvieron. La carretera estaba oscura, así que no era difícil verlos. Estaban allí,
dos luces rojas y una azul, detenidas en el aire. De pronto, lanzaron luz hacia el
suelo. (VICTORIA SE SACA EL TERMOMETRO) ¿Ya?

VICTORIA: Todavía no. ¿Una luz de qué color?

DANIEL: Roja. Era como un flash. Hacia la tierra.

VICTORIA: ¿Como tomando fotos?

DANIEL: Eso. Como fotos. ¡Flash! ¡Flash! Lo hicieron unas tres veces, quizás
cuatro. Luego, siguieron volando.

VICTORIA: ¿Y los seguiste? (SE ACOMODA) Recuerda que tienes que quedarte
dentro por un rato.

DANIEL: ¿Por qué?

VICTORIA: Para hacer calor.

DANIEL: Y eso es bueno porque…

VICTORIA: Porque queremos un varón. Te lo expliqué doscientas veces.

DANIEL: Se me olvida.

VICTORIA: Daniel: me estoy tomando la temperatura por eso. Si no te importa, lo


dejamos y que salga lo que salga.

DANIEL: No, varón.


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VICTORIA: Entonces esperamos la temperatura.

DANIEL: ¿Dónde aprendiste todo ese procedimiento?

VICTORIA: Me lo enseñó Mónica, que es un ángel y tiene dos niños preciosos, así
que no discutas.

DANIEL: (VIÉNDOSE) Yo estoy listo (SE SEÑALA EL ENTREPIERNA) como puedes


ver.

VICTORIA: Todavía no está a punto.

DANIEL: ¿Qué hago mientras tanto?

VICTORIA: (SE PONE LA BOLSA DE AGUA CALIENTE) Sigue contándome sobre las
luces en el cielo. (REGRESA EL TERMOMETRO A LA BOCA)

DANIEL: Bueno, los seguí mientras pude. Luego, uno fue volando contra el otro y
el tercero permanecía a un lado. Finalmente los dos rojos, que casi chocan,
volaron perpendicularmente y se separaron. Desaparecieron en el infinito.

VICTORIA: ¿Y el azul?

DANIEL: El azul se quedó un instante. Y luego desapareció también hacia el


cielo.

VICTORIA: ¿Pero cómo es que pudiste ver esas luces rojas en el cielo y no la luz
roja del semáforo?

DANIEL: Y la azul.

VICTORIA: El semáforo no tiene azul.

DANIEL: Tiene que ver con el cielo.

VICTORIA: ¿Manejas aviones?

DANIEL: Es el cielo… Fue una aparición como de…

VICTORIA: La virgen María.

DANIEL: No seas idiota.

VICTORIA: Porque tú no eres creyente. Me lo has dicho tanto que pareces una
película francesa.
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DANIEL: ¿No quieres que te cuente?

VICTORIA: Aunque una virgen es siempre una aparición.

DANIEL: Lo dejamos hasta aquí y me voy a revisar expedientes hasta que…

VICTORIA: ¿Y se lo explicaste al fiscal de tránsito?

DANIEL: No, no todo.

VICTORIA: ¿Qué le dijiste?

DANIEL: Que estaba nervioso.

VICTORIA: ¿Y te creyó?

DANIEL: ¿Qué crees?

VICTORIA: Porque eres abogado. Seguro que se lo dijiste.

DANIEL: El oficial me reconoció.

VICTORIA: ¿Y cómo te reconoció si en esta ciudad sólo viven abogados y


vendedores de naranjas? Que para el caso son casi lo mismo.

DANIEL: Me reconoció, supo quién era. Me había visto en la televisión. Hasta un


autógrafo me pidió.

VICTORIA: Si no me reconocen a mi, que leo las noticias todos los días, ¿te van a
reconocer a ti que sales una vez al año, con traje y corbata gris? Has podido
decirle la verdad.

DANIEL: Si yo mismo no me lo puedo explicar.

VICTORIA Y tú siempre lo explicas todo.

DANIEL: Ya me estás jodiendo.

VICTORIA: ¿El que ve platillos voladores eres tú y la que jodo soy yo?

DANIEL: En serio, de verdad. Si quieres lo dejamos hasta aquí.

VICTORIA: Muy bien. Te detuvo la policía por no ver la luz azul del semáforo.
Continúa.
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DANIEL: Entonces el policía me pregunta: (EN VOZ DE POLICIA) “Abogado: ¿qué le


sucede?”

VICTORIA: ¡Con voz de policía te pones sexi!

DANIEL: Le digo .”Nada”. Me dice: “¿Por qué estaba fuera del limite de
velocidad?

VICTORIA: ¡Uyyyy! ¡Esa voz!

DANIEL: Déjame contar, Victoria, que es en serio.

VICTORIA: Yo también voy en serio, querido.

DANIEL: Le digo: “No me di cuenta”. Y le pregunto: “ ¿A cuánto iba?”. “Ciento


ochenta” me dice.

VICTORIA: ¿Tú a 180?

DANIEL: Yo, Daniel Ramírez, Abogado Cum Laude en Londres, socio especial de
Blitzner and Sons, traje y corbata gris, manejaba a 180 kms/h. ¿Verdad que es
increíble?

VICTORIA: Totalmente. Eres distraído, pero cobarde.

DANIEL: Entonces le digo al oficial: “Yo no puedo ir a 180. No soy persona que
pueda ir a 180. Yo me muero de los nervios cuando voy a 90. No ver una luz roja,
sí. Ir por el sentido contrario, puede ser. Darle a otro, me ha sucedido. Pero
¿correr? No. Así que debe haber un error.” El oficial me muestra entonces una
maquina que dice en números rojos “180”. Entonces…

VICTORIA: Entonces...

DANIEL: Entonces me pregunta: “¿Qué estaba haciendo usted mientras


manejaba?”

VICTORIA: Sí. ¿Qué estabas haciendo?

DANIEL: Y me di cuenta de algo: estaba rezando.

VICTORIA: (VICTORIA SE QUITA EL TERMÓMETRO. LE LANZA LA BOLSA DE AGUA


CALIENTE, DANIEL LA ESQUIVA) ¡¿Cómo?!

DANIEL: Estaba rezando.


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VICTORIA: (MAS SERIA) Daniel: ¡Tú no crees en Dios!

DANIEL: Eso. Eso es lo peor. Que no creo en Dios. Y allí estaba yo, rezando.

VICTORIA: No crees en Dios, Daniel. Me lo has hecho saber 100 millones de


veces. No crees en Dios. Cuando nos casamos hiciste de todo para no hacerlo por
la iglesia. Si no te obligo con un revólver y mi padre que te amenazó con
envolverte en gamuza y lanzarte al río, me dejas plantada. Dijiste que actuarías,
pero que no creías. Y recuerdo que papá te dijo que le bastaba con la actuación.
Fue la primera vez en tu vida que fuiste a una iglesia. ¡Hasta preguntaste si había
intermedio!

DANIEL: Estaba rezando, Victoria.

VICTORIA: Que no, que Jesús no es Dios. Que eso de ser Dios, el hijo y el pajarito
blanco al mismo tiempo es totalmente inverosímil. Que la vírgenes no dan a luz,
que los muertos no resucitan, que si el manto sagrado es más falso que el
Presidente de la República, que si la Biblia está copiada de Homero. Que todo es
una historia cazabobos. Si me lo has explicado tanto que yo misma, que estudié
con monjas, curas, con un padre más creyente que San Pedro y que voy a misa
cada domingo, he terminado por dudar.

DANIEL: Pero de pronto, me puse a rezar.

VICTORIA: Muy bien. Lo que tú digas. Tú eres el abogado. Ahora dime una cosa: a
nuestro hijo ¿lo bautizamos o no?

DANIEL: No te burles, Victoria, que es de verdad.

VICTORIA: Ya veo, porque acabas de poner esa cara de 9 milímetros tuya tan
conocida.

DANIEL: Venía por el camino y de pronto: a rezar.

VICTORIA: Es muy importante para mí, Daniel, porque un bautizo es una cosa
seria. Tendría que comenzar a organizarlo desde ya. Padrino Adán, madrina
Mónica. Eso está clarísimo…

DANIEL: Pero si ni siquiera...

VICTORIA: Se trata del primer sacramento, querido. Y la gente va siempre muy


bien vestida.
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DANIEL: El punto es que no creo. O no me había dado cuenta. Mientras


manejaba, comencé a pensar en que no estamos solos, que debe haber otros
seres en el espacio y de pronto, me puse a rezar.

VICTORIA: ¿Y qué hiciste con el fiscal de tránsito? ¿Lo enviaste a prisión por
preguntón?

DANIEL: Me dio la mano y me dejó ir.


VICTORIA: ¿Te dio la mano? Pues ya van dos manos que te da un fiscal en una
semana. Cuatro en un mes querido. Te van a quitar la licencia de conducir si
sigues dándole la mano alegremente a cuanto fiscal se le ocurre el delito de
pedirte un autógrafo.

DANIEL: Es el cielo… Algo me pasa con el cielo.

VICTORIA: Por ahora, lo mejor es que dejes de seguir tomando los semáforos
como si fueran luces decorativas. (REVISA EL TERMOMETRO) Ya casi. (A DANIEL)
Porque, discúlpame, pero tus excusas parecen sacadas de libros para niños.

DANIEL: Yo no soy el que quiere tener sexo con un termómetro y una bolsa de
agua caliente.

VICTORIA: Pero yo soy creíble. Esto es ciencia. Y hay un objetivo claro: un varón.

DANIEL: Vi objetos en el cielo. De colores. Tú no me crees.

VICTORIA: Yo lo creo todo, papito. Leer noticias te hace creyente. Te lo crees


todo, te lo tienes que creer todo. Aunque yo de lo que oigo y digo no creo nada y
de lo que veo, creo la mitad. Si hasta dicen que los del noticiero somos lo
mejores actores de la televisión. (LA BOLSA DE AGUA) ¡Uf! Esto quema.
(PREPARÁNDOSE) Entonces mejor bautizamos al niño y le ponemos un nombre
extraterrestre. Cristiano pero extraterrestre. Debe haber alguno bonito. Y desde
ahora vienes a la iglesia conmigo todos los domingos. La cara que va a poner tu
madre. Y el cura. Y el monaguillo. Y el coro. Y todos esos barbudos en los vitrales
y murales. (VIENDO EL TERMOMETRO) Esto ya se está poniendo a punto. Un
minuto más. Así que no te me pongas a contar historias de extraterrestres ni Dios
que luego...

DANIEL: Sí, quizás deba empezar a ir a la iglesia. Adán va mucho con su mujer…

VICTORIA: Se me pone la carne de gallina. Y después el termómetro no se


levanta y lo otro tampoco y entonces hay que esperar otro mes.

DANIEL: Yo estoy “levantado”.


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VICTORIA: ¿Con toda esta charla divina y ya estás apuntando al cielo? Para ver…
(ELLA LO REVISA CON LA MANO. SE ASUSTA) ¡Ay, Dios mío! ¿Ves cómo somos de
creyentes en esta casa? (VICTORIA SE QUITA LA ROPA INTERIOR PERO QUEDA CON
LA BATA PUESTA Y EL TERMOMETRO) ¿Podemos comenzar con los comentarios
previos a la misa? (ACARICIA A DANIEL) ¿Me lees el catecismo?

DANIEL: ¿Crees que Dios tenga que ver con los ONVIS?

VICTORIA: Dios es amor galáctico, darling. Sólo trata de que no se enteren en el


bufete, porque te pueden tildar de loco. Y eres el único cuerdo que queda allí.
Por lo menos el único sin Parkinson.

DANIEL: ¿Y con la idea de tener un hijo?

VICTORIA: De eso me encargo yo, que soy terrestre, que soy una santa y que
estoy que quemo.

(RESUELTO, DANIEL COMIENZA A BAJARSE LO QUE LE QUEDA DE PANTALONES Y SE


QUITA LA CAMISA. ELLA LO BESA CON DESEO, CON MUCHA PASION, LLEVANDO LA
INICIATIVA. EN ESE MOMENTO TOCAN LA PUERTA. AMBOS SE MIRAN)

VICTORIA: ¡Qué ojo tiene la gente!

DANIEL: ¿Quién será?

VICTORIA: Vamos a procrear y deja que toquen la puerta.

DANIEL: La música está sonando.

VICTORIA: ¿Y qué?

DANIEL: Saben que estamos aquí.

VICTORIA: ¡Yo quiero un varón!

DANIEL: ¿Y la puerta?

VICTORIA: Que se quede ahí. Después de todo es una puerta y ése es su lugar y
su trabajo. (LO MIRA, DERROTADA) ¿Tiene que ser ahora, Daniel?

DANIEL: ¿Temperatura?

VICTORIA: Caliente caliente.


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(VICTORIA SE LE VUELVE A LANZAR, COMO UNA TIGRA PERO SUENA EL TIMBRE DE


NUEVO, CON MAS INSISTENCIA. DANIEL SE DETIENE, COMO QUERIENDO SEGUIR
HABLANDO DEL TEMA DE LA PUERTA. ELLA GRITA Y LO SUELTA)

VICTORIA:,(FURIOSA) ¡Ve y abre, porque allí se va quedar el inoportuno hasta


que me vuelva vieja y no pueda tener hijos!

(DANIEL VA HACIA LA PUERTA. VICTORIA, MOLESTA, SE PONE EL TERMOMETRO


OTRA VEZ)

DANIEL: ¿Quién es?

VOZ: Federal Exprés.

DANIEL: ¿Correo? ¿Será para ti, del canal?

VICTORIA: A mí nadie me envía nada a esta casa desde que pasaron el noticiero
al mediodía y no lo ven ni los camarógrafos.

(DANIEL ABRE LA PUERTA. HABLA CON EL CARTERO, QUE NO VEMOS)

DANIEL: Es para ti, Victoria.

VICTORIA: ¿De quién?

DANIEL: Es inmenso, Victoria. Una caja grande.

VICTORIA: Será la cigüeña, porque por el camino que vamos.

DANIEL: ¿Cuándo es tu cumpleaños?

VICTORIA: En dos meses, no me lo recuerdes que es peor.

DANIEL: Tienes que firmar.

VICTORIA: Daniel, dile al señor de Federal Exprés que estoy desnuda y caliente,
esperando a un hombre que se saque su termómetro y me tome la temperatura
porque lo quiero varón.

(DANIEL RECIBE EL ENVIO Y ENTRA A LA SALA. SE TRATA DE UNA CAJA


REGULARMENTE PESADA, ATADA POR UNA CORREA)

VICTORIA: ¡Mira! Todavía estoy en 38.5. (SIN VER LA CAJA) Déjalo ahí y lo
revisamos luego. Si sigo esperando me va a dar fiebre. Vente… vente… Pon esa
voz de fiscal de tránsito y ponme una multa.
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DANIEL: Victoria, la caja…

VICTORIA: Yo estoy lista. ¡Vente, vamos a tener un niño!

DANIEL: Lo envía el FBI.

VICTORIA: Efe... ¿qué?

DANIEL: FBI. Dice FBI.

VICTORIA: ¿La policía?

DANIEL: Eso parece. FBI.

VICTORIA: Debe haber un error.

DANIEL: Tiene tu nombre y apellido de soltera.

VICTORIA: Será otra Victoria De Blasis.

DANIEL: Es nuestra dirección. ¿Qué tienes que recibir tú del FBI?

VICTORIA: Pues yo no sé. Nada. Yo qué sé del FBI. Nunca he tenido nada que ver
con ellos. (SE LEVANTA. VA HACIA EL PAQUETE) Esa gente ni me gusta. ¿No será
una de esas ofertas de centro comercial? Ayer me pidieron mi dirección para una
cosa de Internet y yo la di pensando que...

DANIEL: Federal Boureau of Investigation. Edgard Hoover Building, Washington


DC. Y es para ti.

VICTORIA: Ay, no sé… ¿qué hago?

DANIEL: Abrirlo.

VICTORIA: ¿Y si hay un error?

DANIEL: Lo devolvemos y ya. Ábrelo.

VICTORIA: Mejor después. Vamos a lo del niño. Tengo 38.7. No quiero que el FBI
me baje la temperatura. Anda, vente. Vamos a hacerlo y luego vemos qué es lo
que me manda el Edgar Hoover Building de regalo.

(ELLA LLEVA A DANIEL HACIA LA CAMA Y SE BESAN. ELLA, EN PLAN SERIO) Sí,
querido.. vente… dámelo… dámelo. (DE PRONTO, CESAN LOS MOVIMIENTOS.
PAUSA) ¿Qué te pasa?
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DANIEL: Es la caja.

VICTORIA: ¿Qué te hizo?

DANIEL: Nos esta mirando.

VICTORIA: La caja no tiene ojos.

DANIEL: Pero está ahí.

VICTORIA: ¿O sea que hasta que no sepamos qué tiene no funciona nada al sur
del continente?

DANIEL: No me puedo concentrar, Victoria.

VICTORIA: ¡Es una caja!

DANIEL: ¡Del FBI!

VICTORIA: ¡Y qué hago yo recibiendo paquetes del FBI cuando voy a tener sexo
con mi marido!

(VICTORIA, MOLESTA, RAPIDAMENTE VA HACIA LA CAJA, CASI DESNUDA. DANIEL SE


PONE LOS PANTALONES Y LA SIGUE, AMBOS VEN LA CAJA POR UN INSTANTE.
LUEGO, SE VEN Y DANIEL HACE GESTO COMO “ÁBRELA”.

VICTORIA TRATA DE ABRIRLA PERO NO PUEDE,

DANIEL CORRE HACIA UNA MESA Y TOMA UNA DAGA PARA ABRIR CARTAS. SE LO
DA. ELLA TRATA DE ABRIR LA CAJA PERO LO HACE MUY LENTO. EL, YA MAS
DESESPERADO, ABRE LA CAJA A PUÑALADAS)

VICTORIA: Si estaba vivo lo enterramos a medianoche en el jardín.

(LA CAJA QUEDA ABIERTA POR LA PARTE DE ARRIBA. DANIEL LE DA ESPACIO PARA
QUE ELLA LA REVISE. SACA PAPELES PERIODICOS ARRUGADOS. DE PRONTO,
ENCUENTRA ALGO)

VICTORIA: ¿Qué es esto?

(HAY UN BOLSO DE VIAJE ATADO CON CUERDAS. PUEDE SER UN MORRAL DE VIAJE,
DESALIÑANDO. A UN LADO, PEGADO AL BOLSO, UNA CARTA)

DANIEL: ¿Qué es?


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VICTORIA: Un bolso.

DANIEL: ¿Te parece conocido?

VICTORIA: Se parece a todos los bolsos. Hay una carta. (ABRE LA CARTA, SERIA)
Federal Baureau… etc., etc.… Estimada señora De Blasis… Dice…. Miss De Blasis…
la bolsa fue recuperada por el Departamento de Policía de Nueva York… en… de
fecha… ¡HACE DIEZ AÑOS!

DANIEL: ¿Qué?

VICTORIA: ¡Hace diez años!

DANIEL: ¿Hace diez años?

VICTORIA: (LEYENDO)…según el reporte de robo y enviada a nosotros en fecha tal


y cumplimos según regulación 2346-B en enviarle…

DANIEL: (DANIEL REVISA EL BOLSO) ¿Sabes lo que es esto?

VICTORIA: No tengo ni idea.

DANIEL: Tiene una identificación. Es tuya, con una dirección de Nueva York.

VICTORIA: Yo… ¿Nueva York? (RECUERDA) ¡Claro! (RIE) Esto fue hace 10 años. En
Nueva York. Ahora recuerdo. Cuando era joven, vivía en Nueva York. Viajaba en
el metro hacia el aeropuerto, Newark, y estaba perdida. Cuando el metro paró,
salí rápidamente para recoger uno de los mapas de las estaciones y dejé el bolso
en el vagón. Cuando regresé, el tren me cerró las puertas en las narices y se fue.

DANIEL: Y perdiste la bolsa.

VICTORIA: Y perdí la bolsa. Llamé a todo el mundo pero nadie sabía nada.
Buscaron y buscaron. Me quedé dos noches más en Nueva York esperando
encontrar la bolsa. Me dijeron que si se había quedado en el tren ellos me la
enviarían a casa. Yo estaba segura de que alguien se la había robado.

DANIEL: Pues parece que la encontraron.

VICTORIA: ¡DIEZ AÑOS DESPUÉS!

DANIEL: (REVISA UNA IDENTIFICACION EN EL BOLSO) ¡Mírate en esta foto!

VICTORIA: Tenía 18 años.


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DANIEL: Te ves rara.

VICTORIA: ¿Cómo rara?

DANIEL: Hippie.

VICTORIA: No, no han pasado diez sino doce años. Y mira. Igual de bella. (DEJA
LA FOTO) Vente, vamos a lo nuestro. Ya abrimos la caja, ya sabemos lo que
tiene, ya nos vamos a poner en marcha por el niño.

DANIEL: ¿Y qué fuiste a hacer en Nueva York?

VICTORIA: ¿Qué?

DANIEL: Nunca cuentas nada de esa época. ¿Qué fuiste a hacer allá con 18 años?

VICTORIA: ¿Qué voy a recordar yo, Daniel? Hace doce años. No sé, alguna
invitación, amigos. ¡Ya lo recuerdo! Unos amigos tenían una casa cerca de
Columbia University. Cosas de estudiantes. Las fiestas, los conciertos, los amigos,
las amigas.

DANIEL: Los novios.

VICTORIA: Nueva York es muy loca, ya lo sabes.

DANIEL: No, no la conozco.

VICTORIA: En esa época me encantaba viajar. (MIRANDO DE NUEVO LA BOLSA)


Increíble. ¿Estará todo adentro?

DANIEL: ¿Qué tenías?


VICTORIA: ¡Hace doce años! (RIE) Ay, no lo sé. Casetes, seguramente. Siempre
estaba con casetes, música, fotos me encantaba tomar fotos.

DANIEL: Cuando vemos estas cosas viejas parecemos otros, siempre mejores.

VICTORIA: Con la edad pierdes el ojo… A ver… Recuerdo que había comprado una
cámara, eso lo recuerdo muy bien. Carísima, Cannon. Tomaba muy buenas fotos
y quería meterme a fotógrafa… La cámara fue lo que más me dolió porque en esa
época esas cosas eran muy caras. Creo que costó unos 1500 dólares. Con lentes y
todo. Fue el regalo de papá.

DANIEL: ¿Crees que la cámara esté aquí?


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VICTORIA: Seguro la robaron. Tenía unos cuadernos, libros. Regalos para la


familia. ¡ya! Una de esas Estatua de la Libertad que venden en Times Square por
casi nada.

DANIEL: Cuando te conocí tenías un álbum de fotos muy profesional, con fotos
bellísimas… Madrid...

VICTORIA: Madrid, París, Grecia.

DANIEL: Viajabas mucho.

VICTORIA: Como una carta. Tenia fotos increíbles de Grecia, de Turquía,


Marruecos, Londres, Moscú.

DANIEL: ¿Y qué pasó?

VICTORIA: Era distinta… Vente, vamos a embarazarnos.

DANIEL: (SEÑALANDO EL BOLSO) ¿Abrimos?

VICTORIA: ¿Ahora?

DANIEL: Algo tiene dentro.

VICTORIA: Mejor lo dejamos para….

(DANIEL LE MUESTRA DE NUEVO LA DAGA Y ELLA, CON GESTO DE DISGUSTO,


TRATA DE HACERLE ENTENDER QUE NO ES MOMENTO. DANIEL INSISTE Y ELLA
,ENTRE MOLESTA Y ASUSTADA APRUEBA. AMBOS CORTAN LAS CUERDAS QUE LA
ATAN)

VICTORIA: Lo cuentas y no lo crees. Doce años perdida la bolsa y de pronto me la


entrega el FBI en la puerta de mi casa.

DANIEL: Está bien atado.

VICTORIA: Parece que cada año le puso una cuerda.

DANIEL: Para que los recuerdos no se fugaran.

VICTORIA: O se los robaran. Lo robaron todo, ya verás.

DANIEL: (TERMINA DE ABRIR LA CAJA) Listo.

VICTORIA: Deja ver, deja ver.


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DANIEL: Es toda tuya.

(VICTORIA ABRE EL BOLSO. ES OBVIO QUE HUELE MAL. LO PRIMERO QUE SACA ES
ROPA INTERIOR, MUY ARRUGADA Y APARENTEMENTE SUCIA. DANIEL RIE)

DANIEL: ¡Metías la ropa interior sucia en la bolsa de viaje!

VICTORIA: No me preguntes que no me acuerdo.

DANIEL: ¡Qué cosa más cochina, Victoria!

VICTORIA: ¡Fue hace doce años, tonto!

DANIEL: Menos mal y no te conocí entonces… ¿Qué más hay?

(VICTORIA SACA LA TORRE CON LA ESTATUA DE LA LIBERTAD)

DANIEL: Y el gusto que tenías, querida.

VICTORIA: Ni gusto ni dinero, que casi siempre van juntos en la juventud.

(SACA ENTONCES UN BLUE JEAN SUCIO. SALTA DE ALEGRIA)

VICTORIA: (GRITA) ¡Ay! ¡Adoraba este pantalón! Me lo ponía siempre cuando me


metía en los trenes, cuando dormía en las estaciones, cuando me tocaba caminar
llevando a cuesta este morral que me regaló… ¡un ruso!

DANIEL: ¿Un ruso amante?

VICTORIA: Qué amante ni que nada. Yo tenía 18 años. A los 18 una no tiene
amantes, una tiene amigos, gente cariñosa, gente con la que te ríes por
tonterías. (MIRANDO EL BLUE JEANS. ORGULLOSA) Fíjate la talla. No sabes lo que
yo era.

DANIEL: Una raquítica desnutrida anoréxica que usaba ropa de niñas. Es un poco
enfermito todo esto ¿sabes?

VICTORIA: Pues era mía.

DANIEL: Aquí no cabe nadie, querida.

VICTORIA: No sabes cómo se me veía el culo.

DANIEL: Póntelo para esta noche.


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VICTORIA: Póntelo tú.

DANIEL: Seguro que me queda mejor.

VICTORIA: Tienes mejor culo.

DANIEL: El tuyo es refrendado por el FBI.

VICTORIA: Y te lo estás perdiendo.

DANIEL: Ese culo es mío y no me lo pierdo. Lo reservo.

VICTORIA: Como un habano o un buen vino.

DANIEL: A ver ¿qué más hay?

(VICTORIA BUSCA Y PEGA UN GRITO, CONTENTA. SACA UN ANIMAL DE PELUCHE,


MUY DETERIORADO)

VICTORIA: ¡Giorgia!

DANIEL: ¿“Giorgia” qué?

VICTORIA: ¡Mi perrita, “Giorgia”!

DANIEL: Más bien parece una rata recién salida de la cañería.

VICTORIA: Tan linda Georgia. La había perdido…

DANIEL: ¿Un regalo de tu primer amor?

(DURANTE LOS TEXTOS SIGUIENTES, DANIEL SACA COSAS DE LA BOLSA. MAS ROPA
SUCIA. COSAS DE VIAJE, POSTALES, MAQUILLAJE, CASETES)

VICTORIA: (HACE SONAR A “GIORGIA”, QUE TIENE EL TONO DE CANCION


INFANTIL, PUEDE SER “TWINKLE TWINKLE LITTLE STAR”) ¡Todavía canta!

DANIEL: Un perro horroroso y sucio que canta música para retrasados mentales.

VICTORIA: Era mi compañera de cuna, para que sepas. Me la trajo papá cuando
era pequeña, ni recuerdo cuándo fue eso. Pero siempre estuvo conmigo, no me
dormía sin abrazarla. “Giorgia” significaba tanto para mí que, por mucho tiempo
su nombre era sinónimo de dormir. Papa me decía “Victorita, es hora de Giorgia”
y yo me lanzaba directo a la cama, contenta, a oír (CANTA) “Twinkle twinkle
little star…”
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DANIEL: Si todo eso significa que tenemos que dormir con ella, te advierto que
necesita por lo menos un baño.

VICTORIA: ¿Sabes que se convirtió en mi amiga imaginaria?

DANIEL: (GRITA) ¡A los 18 años! Se solicita siquiatra con jaula propia. Servicio a
domicilio. Paciente desesperada. ¿O mejor llamo a la perrera municipal? Tengo
amigos allí.

VICTORIA: Tan linda “Giorgia”. (HABLA COMO SU AMIGA IMAGINARIA) No le hagas


caso, que es abogado y ya sabes cómo hablan. ¡Tango tanto que contarte! Y tú a
mi. Menos mal y te encuentro otra vez. Nunca más te voy a dejar perdida.

DANIEL: Si te responde llamo al FBI pero directamente a la oficina de


Expedientes X. (ENCUENTRA ALGO IMPORTANTE) Victoria: No lo vas a creer.
(DANIEL SACA LA CAMARA FOTOGRAFICA CANNON)

VICTORIA: ¡No puede ser!

DANIEL: Parece intacta.

VICTORIA: ¡Imposible!

DANIEL: Un poco fuera de época, pero es un buen lente. (LA EXAMINA) Esto sigue
costando caro. Aquí tienes todo el equipo. Nada esta roto, todo bien.

VICTORIA: Déjame ver.

DANIEL: Has tomado fotos.

VICTORIA: No entiendo.

DANIEL: La cámara tiene 24 fotos y tomaste 13.

(ELLA LO REVISA. SIN DARSE CUENTA APRETA UN BOTON Y LA MAQUINA COMIENZA


A HACER RUIDO)

VICTORIA: ¿Estará funcionando la pila todavía?

DANIEL: Estas dañando la película

VICTORIA: ¿Eso crees?

DANIEL: No soy estúpido.


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VICTORIA: No lo hice propósito, deja la paranoia.

DANIEL: Sabes tanto de esto como cualquiera, Victoria. Tú no cometes un error


con una cámara fotográfica en las manos. (PERO EL TAMBIEN SABE MANEJARLA.
LA DETIENE. LA ABRE. SACA LA PELICULA DE FOTOS) ¿Qué fotos tendrás aquí?

VICTORIA: Eso está en el pasado.

DANIEL: Mañana lo mando a revelar.

VICTORIA: No hay nada…

DANIEL: Si no hay nada ¿qué te importa?

VICTORIA: ¡Haz lo que quieras!

(DANIEL SACA DE LA CAJA UN PAQUETE, COMO UNA BOTELLA, ENVUELTA EN


REGALO)

DANIEL: ¿Y esto?

VICTORIA: ¿Qué?

DANIEL: Un regalo.

VICTORIA: Debe ser para…

(DANIEL LO LEE. CAMBIA SU TONO Y SU CARA)

DANIEL: Victoria.

VICTORIA: ¿Sí?

DANIEL: (LEE) “Para mi esposa Victoria, en su cumpleaños. Sin rencores. Te


quiero, Ramani Prianka”. (VICTORIA QUEDA PARALIZADA) ¿Qué… qué… qué es
esto?

VICTORIA: Yo…

DANIEL: ¿Mi esposa Victoria? ¿Tú?

VICTORIA: Daniel… eso era… para…

DANIEL: ¿Qué Victoria es ésta? ¿Tú? ¿Quién es Ramani Prianka…?


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VICTORIA: Este… ya… yo… había otra Victoria en…

DANIEL: ¿Estuviste casada?

VICTORIA: …Es una historia antigua.

DANIEL: Hace doce años, ya lo sé. ¿Estuviste casada?

VICTORIA: Fue en…

DANIEL: ¿Estuviste casada?

VICTORIA: Era una chica de…

DANIEL: ¿Explícame?

VICTORIA: Fue hace doce años, Daniel, hace doce años.

DANIEL: ¿Y qué pasó?

VICTORIA: Fue una relación pasajera y no funcionó, claro.

DANIEL: ¿Pero te casaste?

VICTORIA: Más o menos.

DANIEL: (ESTALLA) ¿Cómo que más o menos? ¿Te casaste o no te casaste,


Victoria?

VICTORIA: (ASUSTADA) Sí, me casé.

(DANIEL COMO VIENDO UN FANTASMA)

DANIEL: Nunca me dijiste… Nunca… Nunca…

VICTORIA: Porque fue hace mucho tiempo y apenas duró unos meses, Daniel. Yo
era joven y hacía cosas locas… esas cosas que uno hace joven pero que ya no lo
hacemos y… Yo vivía en Nueva York y Europa y me la pasaba en los trenes
conociendo el mundo, viajando por los rieles, tomando fotos y quería ser
fotógrafa y entonces, un día… Ya casi no lo recuerdo. Pues me casé.

DANIEL: ¡Te casaste!

VICTORIA: Sí pero…
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DANIEL: ¿Por la iglesia? (PAUSA. EL ENTIENDE QUE LA RESPUESTA ES POSITIVA)


¡No lo puedo creer!

VICTORIA: No tiene importancia. Fue una cosa de niños…

DANIEL: ¿Y te volviste a casar por la iglesia conmigo?

VICTORIA: ¡Yo ni siquiera recordaba que me había casado antes!

DANIEL: ¡Vaya pequeño olvido!

VICTORIA: Yo era….

DANIEL: ¡Un detalle, una cosita, nada de importancia!

VICTORIA: Es que…

DANIEL: ¡Sucede que cosas tan pequeñas como, este… que me casé con un tal
Ramani y que lo hice por la iglesia, esas cosas se olvidan, claro está! Es como una
estación de tren en la que no te bajas, ¿verdad? No importa. ¿El nombre? ¿A
quién le importa el nombre?. ¡Vaya olvido! Sinceramente, Victoria. Esto es para
no creerlo. ¡Por la iglesia dos veces!

VICTORIA: Pero tú no creías

DANIEL: ¡Y por eso lo consideraste normal!

VICTORIA: Pensé que como tú no creías no te hacía daño.

DANIEL: O sea, que sí recordaste que estabas casada antes. No fue que se te
olvidó. Lo pensaste y decidiste no contármelo.

VICTORIA: Fueron segundos, lo pensé en segundos y ya todo estaba hecho y


aquello fue hace tanto tiempo atrás y Dios… Dios mío, Dios no tiene nada que
ver contigo… ¿no? Eso me has dicho siempre, que no…

DANIEL: Mentiste a todo el mundo, al cura, a tu familia, a tu padre que si se


entera se vuelve a morir Y… yo soy el más idiota porque… (LA MIRA CON TERROR)
¿y el divorcio?

(PAUSA)

VICTORIA: ¿El qué?


22

DANIEL: ¿Cuándo te divorciaste? (LA MIRA. MAS TERROR) ¿Te divorciaste, verdad,
Victoria? (ELLA BAJA LA CABEZA) ¡No te divorciaste nunca, Victoria!

(VICTORIA, DERROTADA, VA A LLORAR)

DANIEL:¡Por Dios!

(DANIEL VA DIRECTO HACIA EL BAR, SE SIRVE Y BEBE UN VASO COMPLETO DE


WHISKY. INMEDIATAMENTE SE SIRVE OTRO. Y LUEGO OTRO. Y LUEGO OTRO Y
OTRO HASTA QUE SE CANSA FISICAMENTE DE BEBER. LO DEJA Y SE TRANQUILIZA,
PERO MIRA PERDIDO. VICTORIA SE LEVANTA, DECIDIDA, VA A HABLAR PERO EL LA
INTERRUMPE)

DANIEL: Dime la verdad.

VICTORIA: La verdad será.

DANIEL: A lo que pregunte.

VICTORIA: Muy bien.

DANIEL: ¿Qué tiene el regalo?

VICTORIA: ¿Qué?

DANIEL: El regalo. ¿No lo abriste nunca?

VICTORIA: No tuve tiempo. Pero supongo que es vino. Le gustaba regalar vino.
Creía que era un regalo caro. Éramos todos unos muertos de hambre en esa
época.

DANIEL: Dice: “Sin rencores”. ¿Habían peleado?

VICTORIA: Ese día nos separamos.

DANIEL: ¿El día de la bolsa?

VICTORIA: Yo me estaba mudando. Nos separábamos. Puse todas mis cosas en


esa bolsa y salí corriendo. El me detuvo y me dio el regalo. No lo abrí. Salí a
tomar el metro…

DANIEL Donde perdiste la bolsa. ¿Y él? ¿Quién era? ¿Qué tipo de nombre es ése….
Ramir?

VICTORIA: Ramani.
23

DANIEL: ¿Qué clase de nombre es? ¿Ah?

(VICTORIA VA Y BEBE LO QUE QUEDA DEL ULTIMO WHISKY DE DANIEL. DE PRONTO


LE TIEMBLA LA MANO, VISIBLEMENTE. TOMA SU “GIORGIA” Y LA ABRAZA. VA
HACIA LA BOLSA. VE EL REGALO PERO EL GRITO DE DANIEL ROMPE SU
CONCENTRACION)

DANIEL: ¡Cuéntame!

VICTORIA: Está bien. Te cuento todo, por lo menos lo que puedo recordar.
(CAMINA. SE SIENTA A SU LADO) Ramani era un chico que conocí en un bar. El era
de Irán o Siria, no lo sé. Saudita, creo.

DANIEL: ¿Te casaste por el rito musulmán? (ELLA ASIENTE Y EL PONE MALA CARA)

VICTORIA: Salimos varias veces, éramos un grupo de amigos. A los 6 meses, más
o menos, me dijo: “vamos a casarnos” y de tonta lo hice. No me parecía una gran
cosa en ese momento. Seguimos juntos hasta que poco a poco nos separamos.
Ese día, cuando perdí la bolsa de viaje, fue el último día que le vi.

DANIEL: ¿Nunca hablaron del divorcio?

VICTORIA: Aunque no lo creas, nunca. Dejé Nueva York, fui a Europa, viajé por
todo el mundo. Hice mi vida, volví a empezar de nuevo. Me hice narradora de
noticias y luego te conocí. Y entonces volví a empezar mí ultima vida. Mi vida
contigo. Mi hogar, lo que soy.

DANIEL: Has comenzado muchas vidas.

VICTORIA: Todas las que han sido necesarias para conocerte a ti.

DANIEL: Suenas a postal barata. Quizás es lo que eres.

VICTORIA: Daniel, nunca me has hablado así.

DANIEL: Me siento como en un avión que cae en picado. Como un muñeco… ¿Qué
tenemos que hacer? Si no te has divorciado nuestro matrimonio es nulo. Has
cometido un delito y…

VICTORIA: Haremos lo que sea necesario. Haremos lo que tú quieras. Lo que


crees que debamos hacer

DANIEL: ¿Hay algo más en esa bolsa que pueda cambiar mi vida?

VICTORIA: No lo creo.
24

DANIEL: ¿Cómo es que nunca me dijiste nada de esto? ¿Estás loca? ¿Estás loca
Victoria? ¿Estás loca? ¿Estás loca? ¿Estás loca? ¿Estás loca? ¿Estás loca? ¿Estás loca?
Estás loca? ¿Estás loca? ¿Estoy loco yo? ¿Ah? ¿Estoy loco? ¿Soy un loco? ¿Qué soy?
¿Ah? ¿Ah? ¿Estás loca? ¿Te volviste loca? ¿Quién coño eres tú! ¿Quién coño soy yo?
¿Ah? ¿Quién coño soy yo?

(DANIEL VE HACIA LA VENTANA Y MIRA HACIA EL CIELO. VICTORIA TRATA DE


ACERCASE PERO NO SE ATREVE. DANIEL SE TAPA LA CARA CON LAS MANOS PERO
LUEGO DE UNA CORTA PAUSA SE DISPARA HACIA LA BOLSA Y LA PATEA VARIAS
VECES COMO UN DESESPERADO HASTA QUE SE CANSA. REGRESA A SU WHISKY Y
BEBE OTRO POCO. VICTORIA ENTONCES SE LE ACERCA)

VICTORIA: Daniel: es muy importante que ahora me oigas, pero con


tranquilidad. Primero, lo primero: Yo te amo. Me casé contigo. Queremos tener
un hijo. Uno tuyo, contigo. No pierdas esos tres detalles. Quiero decir que… que
de verdad….No pasa nada. No es como… como si tuviera un amante o quiera… o
estamos en la bancarrota o una tragedia o alguien que ha muerto. La verdad es
que no ha pasado nada. Nada. Nada está sucediendo.

DANIEL: Nada…

VICTORIA: Nada. Me casé como una estúpida cuando era una estúpida y como
una estúpida pensé que esas cosas no tenían importancia. Y como una estúpida,
más que estúpida, nunca te lo dije, porque, entre otras cosas, muchas veces lo
olvidaba. Casi siempre. Como una estúpida que soy, eso no lo niego. Estúpida. Y
cuando lo recordaba, pues ya las cosas estaban hechas o casi hechas y no quería
retrasarlas ni meterme en problemas. La verdad es que pensé que eso no tenía
importancia y que nunca, nunca te ibas a enterar, porque fue una cosa tan
pequeña, tan de niños, que era olvidable. Eso. Olvidable. (PAUSA CORTA) Quizás
por tratarse de una boda musulmana, pues no me parecía válida. Quizás porque
firmé con un hombre que apenas conocía y con el que hablaba en otro idioma
que no era el mío, me pareció que no era legal, no era importante, que era como
un juego. (VICTORIA DEJA A GIORGIA A UN LADO. SE PARA FRENTE A DANIEL, CON
VALENTIA) Si me vas a decir que nuestro matrimonio no es válido sólo porque me
casé cuando tenia 18 años, en una ciudad lejísima a la que nunca regresé, por
una iglesia extrañísima que ni iglesia es, con un hombre que apenas recuerdo su
nombre y al que nunca volví a ver, un matrimonio que duró unos meses apenas
pero del que, es verdad, nunca me divorcié, entonces, creo que debes tomar en
cuenta otras cosas que…

DANIEL: Victoria: ¿sabes el daño que esto me puede hacer? En el bufete, con los
clientes, en mi ascenso, con todo lo que me ha costado.

VICTORIA: Nadie se va a enterar. Además, quiero que tomes en cuenta otras


cosas, como… Que estamos casados, muy casados. Que no tengo ninguna
25

intención de dejar que esta noticia de hoy me destruya mi hogar ni que te haga
daño a ti. Si tenemos que casarnos otra vez, lo hacemos. Si no tenemos que
hacerlo, pues a olvidar esto. Si quieres que viaje a Nueva York a divorciarme, lo
hago. Si deseas que viaje a Siria, a Irán a Japón a Marte, lo hago, si es necesario.
Si tengo que matar a ese tipo para quedarme viuda, lo hago. Eso es: quizás soy
viuda. Quizás él ya no existe o la ley nos divorció o él pidió el divorcio o lo que
sea. Quizás todo es legal en este momento y nosotros nos estamos ahogando en
un vaso de agua lleno de pasado sin importancia.

(DANIEL MIRA LA CAMARA Y LA PELICULA. SE DECIDE. TOMA EL FILM Y LA CAMARA,


SACA UNAS LLAVES, SE PONE UN SACO Y SE PREPARA PARA SALIR)

VICTORIA: ¿Para dónde vas? Bebiste mucho y no deberías salir manejando… ¿A


dónde vas?

DANIEL: Voy a la máquina de revelado rápido.

VICTORIA: Daniel, no es necesario…

DANIEL: Hoy lo recordamos todo. Hoy vamos a hablar con la verdad.

VICTORIA: Es mejor dejarlo para mañana.

DANIEL: ¡Qué mañana! Esto se hace en diez minuto. (ANTES DE SALIR MIRA EL
REGALO) Sin rencores

(DANIEL SALE DANDO UN PORTAZO. VICTORIA CAMINA FURIOSA, TOMA A GIORGIA


Y LA LANZA CONTRA LA PARED)

VICTORIA: ¡Te dije que no quería volverte a ver nunca más, maldita perra! (LA
PERRA VUELVE A TOCAR “TWINKLE TWINKLE”) ¡Y yo, que odio esa cancioncita,
así que es mejor que te calles, perra de mierda, o te meto en la licuadora!
(GIORGIA, SIN EXPLICACIÓN, DEJA DE SONAR. VICTORIA SACA UN CIGARRILLO. LE
TIEMBLA LA MANO. SE CONTROLA. RECUERDA ALGO. TOMA DE NUEVO A GIORGIA,
Y BUSCA ALGO EN ELLA. LO ENCUENTRA. LE ABRE UN CIERRE Y SACA UN PAPEL.
LO LEE “4634545678” LUEGO VA HACIA EL TELEFONO. MARCA) ¿Aló? ¿Operadora?
¿Me puede dar el código de Teherán? ¿Cómo que Teherán qué? Teherán en Irán.
¿Que qué es Irán? ¡Un país, imbécil! (ESPERA UNOS SEGUNDOS. ANOTA,
DESCONTROLADA. LUEGO CUELGA EL TELEFONO CON FURIA. SE ENCUENTRA CON
EL TERMOMETRO Y LO VA A ROMPER, PERO SE DETIENE) Cuando regrese se lo voy
a meter por el culo. (DESCUELGA EL TELEFONO DE NUEVO. MARCA VARIOS
NUMEROS) ¿Qué hora tendrán en Teherán? ¿Aló? (EN INGLES O ARABE)
¿Operator…?

(MUSICA ARABE. OSCURO)


26

2/ Quince horas después

(MISMO ESCENARIO, EN SEMIPENUMBRA.

A UN LADO, DANIEL HABLA AL PUBLICO, PERO COMO SI ESTUVIERA DANDO UNA


ENTREVISTA O HABLANDO CON ALGUIEN DE MANERA MUY INTIMA)

DANIEL: Y así fue como pasé las siguientes quince horas en la calle. Mi mejor
amigo, Adán, me llamaba para saber dónde estaba. Si estaba bebiendo, si
necesitaba compañía.

Pero yo no estaba bebiendo. Revelé las fotos y me fui a hacer ejercicios al


gimnasio. Abdominales, bíceps, trote, toda la noche. No hacía ejercicios desde
que tenía 25 años. ¿No sabes lo que yo hacía cuando tenía 25 años? Te lo cuento,
ya verás, es una historia con mensaje.

Cuando tenía 25 años hacía cosas menores, como el Servicio Social de la Alcaldía.
Supervisar niños con problemas, con denuncias de maltratos. Iba todos los días y
me encontraba con esas madres y esos padres, drogadictos, fármaco-
dependientes, adolescentes, blancos sin estudios, negros olvidados, emigrantes
desgastados, todos con su cruz al hombro. Pagaban muy mal. Entonces Adán me
hizo una oferta. Renuncié a la Alcaldía y me fui con él al bufete Blitzner & Sons.
Los que más prestigio dan, los más astutos, los que mejores clientes tenían.
Pagaban trillones y tenían contactos arriba, en la Corte. ¿La alcaldía y los niños?

(HACE GESTO COMO DE “¿QUE PODIA HACER?”)

No, oye esto. Sí tiene mensaje, oye la historia completa primero… (RIE) En serio.
(RECUERDA LA HISTORIA) Sucede que en esa época murió uno de los niños que yo
supervisaba. Al parecer estaba llorando y se hizo pipí. Su madre estaba en crisis,
su padre también… bueno… esa gente vive tan mal, en los barrios, su cultura y
eso, ya sabes. Entonces el niño corrió haciéndose pipí por toda la sala y los
padres le pegaron. Le pegaron tanto que lo mataron. Entre los dos le torcieron la
cabeza a golpes, lo abollaron a cachetadas, le pegaron tan duro, tan fuerte, que
murió de manera inmediata.

Al verlo muerto ni siquiera se asustaron. Lo tomaron, lo envolvieron en una


sábana de WINNIE DE POOH y lo arrojaron a un matorral al lado de la autopista.
Lo encontraron a los dos días, envuelto en su sabana de WINNIE DE POOH.

¿El Mensaje?… (RIE) que… Que ese día yo debía estar allí, revisando al niño y no
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en una reunión con Blitzner and Sons, decidiendo mi futuro. Ahora -y esto es muy
importante que lo entiendas porque ahí está el mensaje- no quiere decir que si
yo hubiera estado allí ese día lo habría salvado. No, ése no es el punto. No hay
dilema ético en nada de esto. Porque –óyeme bien- porque… (DOCTRINARIO) Ese
niño estaba condenado por sus padres, por su cultura, y por las estadísticas. Tal
cual.

Así que busqué el expediente del día anterior a la muerte del niño y… (LEE) “…no
tiene marcas ni moretones, el niño esta limpio, bien bañado y vestido. Sus padres
le muestran mucho amor. (PAUSA CORTA) Le muestran mucho amor y el niño
aparenta estar feliz”

(LO ROMPE. LENTAMENTE PRIMERO Y LUEGO CON RAPDEZ. MIRA AL PUBLICO)

Nos morimos mil veces y resucitamos cinco mil veces y seguimos con nuestras
vidas. Ese es el mensaje. (YENDOSE)

Dicen que a los 40 los hombres entramos en una crisis. Quizás esta sea la mía. Y
eso es todo y nada más.

(LUCES EN TODO EL ESCENARIO. ESTAMOS EN EL MISMO ESCENARIO DE LA


PRIMERA ESCENA. VICTORIA EN LA SALA, VESTIDA, LISTA PARA SALIR, CON EL
TELEFONO EN LA MANO.
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VICTORIA: …está confundido y hasta dice que ve luces en el cielo. Si me dijo que
creía en Dios. Que quiere ir a la Iglesia. Sí, claro que tú también vas a la iglesia
Adán, pero tienes fe… en cambio ¿él…? ¿No le has notado nada, Adán? ¿Ustedes
siguen siendo mejores amigos no? (ENTRA DANIEL, CON PRISA. TRAE UN SOBRE
CON LAS FOTOS Y UN PERIODICO. VICTORIA SE ASUSTA.) Ya llegó. Aquí está,
gracias a Dios. Sí, te llamo después. (CUELGA, A DANIEL) Te he estado buscando…
Hablé con Adán y… ¿Dónde estabas, grandísimo hijo de puta?

DANIEL: Salí a caminar.

VICTORIA: ¿Por quince horas? ¿Dónde estabas?

DANIEL: (LE MUESTRA UN SOBRE CON FOTOS REVELADAS) Aún estaban en buen
estado.

VICTORIA: Claro que sí, qué suerte la mía ¿Ya las viste? (DANIEL ASIENTE. CADA
VEZ QUE ELLA SE LE ACERCA, LE HUYE) Eran mis fotos, después de todo. No
tenías derecho a verlas.

DANIEL: En una tienes un bonito perro y paseas por un lago. ¿Dónde es?

VICTORIA: No sé, no lo recuerdo. Han pasado 12 años y tienes que… ¿Qué más
viste?

DANIEL: ¿Cómo se llamaba el perro?

VICTORIA: ¿Quién?

DANIEL: El perro… ¿cómo se llamaba?

VICTORIA: No lo… ¿Qué coño estás preguntando? ¿Qué voy a saber yo cómo se
llamaba el puto perro?

DANIEL: El de peluche se llama Giorgia y lo recuerdas.

VICTORIA: Vamos, ve al grano. Pregúntamelo de una buena vez. ¿Qué es lo que


viste? ¿Dónde están las verdaderas preguntas por las que me tienes despierta
toda la noche? Estoy dispuesta a contestarlo todo. Anda… dime… dime.

DANIEL: ¿Cómo se llamaba el perro?

VICTORIA: El perro se llamaba “Maldito”. Y yo me llamaba Señorita Imbécil, que


ni siquiera fue un nombre que elegí yo sino que me pusieron todos mis amigos y
todas las circunstancias en las que me vi envuelta, con todas mis decisiones de
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tonta, mi cara bien lavada de cretina. Y ya está. ¿Nunca fuiste así? ¿Ni cuando
tenías 15 años?

DANIEL: Nunca como tú.

VICTORIA: ¿No tuviste lepra? ¿SIDA? ¿Un cáncer terminal cuando eras joven?
¿Nunca te desahuciaron? ¿Jamás te dispararon en la cabeza siete veces? ¿Nunca
te pasó por encima un camión? Pues qué raro, porque a todos los demás, al resto
de los seres humanos, pues sí nos sucede. Nos pasan esas cosas y más. Nos
morimos y resucitamos cinco mil veces y seguimos con nuestras vidas.

DANIEL: Seguimos con nuestras vidas… Ese es el mensaje.

VICTORIA: Ese es el mensaje. Pero no a su majestad abogado litigante del Bufete


Blitzner and Sons. No, claro que no. Si es que nacen con el traje gris, la corbata y
el Parkinson.

DANIEL: Olvida el discurso. Ya no tiene importancia. Relevancia, le diríamos en


corte.

VICTORIA: Oyeme… he buscado en Internet. Por lo legal ya sabes que hay


posibilidades, muchas, de anular ese otro matrimonio. Por ser árabe y eso,
prácticamente no debe ser tomado en cuenta. Con la iglesia no hay problemas
porque había que tener permiso de un cura. Y con los amigos que tengo en la
parroquia, no creo que tenga ningún obstáculo. Después de todo, coño, soy de las
que más colabora. Hasta manejo la “Fundación Para los Niños Abandonados”.
¡Canto en el coro, no joda, así que la iglesia me debe varias! (ALTO) ¡Dios me
debe!

DANIEL: Victoria. Miré las fotos.

VICTORIA: ¿Y qué viste? ¿Estaba desnuda o algo así?

DANIEL: Por cierto hay varias donde estás desnuda, con ese hombre.

VICTORIA: ¡Era mi novio!

DANIEL: Esposo.

VICTORIA: ¡Lo que sea!

(DANIEL LE DA ALGUNAS FOTOS A VICTORIA PERO TIENE SEPARADAS UNAS


CUATRO DE MANERA MUY ESPECIAL)

DANIEL: En estas fotos… hay algo que necesito que me expliques


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(SE LAS MUESTRA A VICTORIA Y ELLA QUEDA PETRIFICADA)

VICTORIA: Yo… no… no sabía…

DANIEL: ¿Qué quiere decir todo eso?

(MIENTRAS PASA LAS FOTOS, LA COSA SE PONE PEOR. VICTORIA TIENE QUE
SENTARSE)

VICTORIA: ¡Dios mío! Dios mío! Dios mío!

DANIEL: Sí, eso, Dios. Nada menos que Dios. ¡Vaya cuatro letras! ¿Ah? Si te
casaste y no me lo habías dicho es razón para el divorcio. Pero ¿esto?

VICTORIA: Esto… yo...

DANIEL: No sé si llamar a un hotel para irme a dormir, un guardaespaldas para


que me proteja en mi propia casa o llamar a la policía para que te vengan a
arrestar.

VICTORIA: (SERIA) ¿Serías capaz?

DANIEL: Tengo opciones y además, está la ley.

VICTORIA: La ley, no seas estúpido. La ley para ti es una opinión.

DANIEL: Suenas a periodista.

VICTORIA: ¡Soy periodista!

DANIEL: Viendo esas fotos ya no sabemos lo que eres.

VICTORIA: ¡Esto fue hace 12 años!

DANIEL: Victoria ¿quién eres tú?

VICTORIA: Soy tu esposa.

DANIEL: ¿Sí?

VICTORIA: Sí, imbécil! Y narro las noticias en el canal 9. Y ahora quiero ser
madre. Eso, eso, eso es todo lo que soy y lo que quiero ser.

DANIEL: ¿Quién eres en conjunto, desde esa foto hasta hoy?


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VICTORIA: Soy la misma.

DANIEL: Acostándote con árabes, que tanto odias ahora.

VICTORIA: Era lo que era.

DANIEL: ¿Ya no lo eres?

VICTORIA: No, ya no.

DANIEL: (CON LA FOTO EN LA MANO) ¿Entonces? ¿Me explicas?

(VICTORIA VA HACIA SU COPA. LA TOMA DE UN SOLO TRAGO)

VICTORIA: Y yo que critico a todas las que beben antes de las 4 de la tarde.
(TOMA SU PERRA GIORGIA Y LA ABRAZA. SUENA DE NUEVO LA CANCIONCITA.
DANIEL SE LA QUITA Y LA APAGA CON ODIO. VICTORIA TOMA LA BOTELLA Y SE
SIRVE DE NUEVO. CAMINA DE UN LADO A OTRO. MIRA LA FOTO) Muy bien. Esto,
claro, no lo sabe nadie. Nadie. Ni mi mejor amiga, que en todos estos años han
sido muchas y ninguna. Ni mi madre, que nunca sabe nada de nada, ni el cura
cuando me confesé la semana pasada. La verdad es que creo que ni siquiera yo lo
sabía, porque lo había borrado de mi mente. (LO MIRA. LUEGO DE UNA PAUSA)
Yo, cuando era joven, estuve ligada con esa gente.

DANIEL: (ALTO) ¿Quiénes?

VICTORIA: Árabes.

DANIEL: Sí, eso se nota. Pero árabes ¿y…?

VICTORIA: Eran radicales de…

DANIEL: Con fundamentalistas.

VICTORIA: Sí.

DANIEL: (ALTO, COLERICO) Y este símbolo ¿ah? ¿Qué grupo era ése?

VICTORIA: Ya lo sabes. Se trata de Hamás.

DANIEL: (GRITA Y SE DESPLOMA) ¡Santo cielo bendito! ¡Santo cielo bendito! ¡Por
Dios santo! ¡Estuviste con Hamás! Pero ¿qué significa todo esto? Tú no eres así.
Tú no crees en eso. Miles de veces te he oído hablando pestes de los palestinos.
Hasta a los judíos odias. ¡Hablas mal de los árabes, de los extranjeros en general,
hasta, hasta los negros te caen mal!
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VICTORIA: ¡No soy racista!

DANIEL: ¡Claro que no, lo tuyo es el terrorismo!

VICTORIA: No tengo prejuicios, no miro mal a nadie.

DANIEL: (VIENDO EL PAQUETE) ¡Coño! ¡El FBI! Por eso ellos tenían tu bolso. ¡Te
estaban siguiendo! Quizás te lo enviaron para ver si te comunicabas con ellos.
Si.. si… si eras una célula activa. Una…

VICTORIA: ¡No soy una célula de nada!

DANIEL: Una terrorista. Increíble. Increíble. (CON TERROR) Dime ¿estás metida
en eso todavía?

VICTORIA: Claro que no, hijo de puta.

DANIEL: ¿Cómo saberlo?

VICTORIA: ¡Tú lo sabes!

DANIEL: Yo ya no sé nada, Victoria.

VICTORIA: Sabes cómo pienso, porque es lo mismo que piensas tú. Odias y amas
tanto a los árabes como yo, a los extranjeros y especialmente los negros.

DANIEL: ¡No soy como tú!

VICTORIA: Por supuesto que eres como yo.

DANIEL: ¡Yo soy un tipo normal!

VICTORIA: ¿Y yo una extraterrestre, imbécil? Yo también soy normal, aquí nadie


es nada que no debería ser. Mejor cuidas tus palabras, que en el canal utilizan
cualquier cosa contra uno.

DANIEL: Fuiste, pareces y puedes ser.

VICTORIA: ¿Cuántas veces has viajado fuera del país?

DANIEL: ¿Qué tiene que ver?

VICTORIA: ¡Odias el extranjero!

DANIEL: No lo odio.
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VICTORIA: Por lo menos no lo quieres.

DANIEL: No tengo que quererlos.

VICTORIA: Bueno, yo tampoco.

DANIEL: ¡Tú no quieres a nadie!

VICTORIA: ¡Somos iguales!

DANIEL: ¡Claro que no!

VICTORIA: ¡Claro que sí!

DANIEL: ¡No lo soy y punto!

VICTORIA: ¡Pues yo sé que sí!

DANIEL: Tú eres…tú eres… Eres una desconocida para mí.

VICTORIA: No, no soy una desconocida. Hace apenas unas horas hablabas
conmigo como tu mujer, como siempre. Te serví el almuerzo, te lavé la ropa, te
oí mear, ¡atendí a tus historias de OVNIS!

DANIEL: ¡No sé quién eres!

VICTORIA: ¡Sabes muy bien quién soy yo y sobre todo, quién eres tú!

DANIEL: No, no lo sé. No lo sé. Victoria. (SUENA EL TELEFONO. AMBOS SE


ASUSTAN. DANIEL CONTESTA Y CUELGA DE INMEDIATO) Tú por casualidad… ¿Has
contactado con alguno de ellos?

VICTORIA: Llamé a…

DANIEL: ¡Llamaste!

VICTORIA: Estaba asustada y decidí saber más.

DANIEL: ¿De él?

VICTORIA: Quizás Ramani está muerto. Estos terroristas mueren pronto. Les
gusta la muerte, les encanta. Se sienten cerca de Dios cuando tienen atados en
la cintura 80 kilos de dinamita.

DANIEL: ¿Y qué te respondieron?


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VICTORIA: Nada. Número equivocado. En doce años todo el mundo ha cambiado


sus números, sus códigos, sus dígitos. El planeta tiene una numeración distinta
por estos días

(SUENA EL TELEFON0 DE NUEVO. DANIEL SE ASUSTA. VUELVE A SONAR)

DANIEL: (TOMANDO DE NUEVO LAS FOTOS) ¿Qué tanto estuviste involucrada?

VICTORIA: (BEBE DE NUEVO) En esa época Hamas estaba dividida en dos.

DANIEL: Mira… mira como hablas…

VICTORIA: ¿Quieres que te cuente o no? (DANIEL SE SIENTA) Eran dos


organizaciones. Una civil que ayudaba a los refugiados, familias palestinas y el
otro era el brazo armado. (LO RECUERDA CON GRACIA) “La brigada Izzidane Al
Qassam”

DANIEL: ¿Y tú estabas con…?

VICTORIA: Los malos. (DANIEL A PUNTO DE GRITAR) Claro que no tonto, ¿cómo
voy a estar con los malos? Estaba con los que ayudaban a los refugiados.

DANIEL: ¡Que luego iban a matar!

VICTORIA: A matar no, eran refugiados.

DANIEL: ¡Eran de Hamas!

VICTORIA: Los de Hamas combatían en la Intifada, en Gaza, Cisjordania, la


ribera Occidental. En Nueva York estaban los perseguidos, los pobres.

DANIEL: ¿Tenían misiones?…

VICTORIA: Querían matar a todos, o eso decían. Quizás para acostarse con las
tontas que como yo se impresionaban con ese poder. Matar a alguien. ¡Guao! Era
impactante y una caía. Se dejaba. Entre deseo y miedo, qué sé yo. No creo que
mataran a nadie, aunque a veces se portaban como asesinos comunes.

DANIEL: Pero tú no eres árabe, ni musulmana ¿qué tenías que ver con ellos?

VICTORIA: Dieciocho años, Daniel. Una, en algún momento, llega a tener 18


años. A veces hasta 19. Algunas se metían en grupos de rock, otros en bandas neo
o anti nazis, otros a Haré Krisna o fanáticos del fútbol. Bueno, yo me metí en
Hamás.
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DANIEL: ¿Cómo… cómo los conociste? Dijiste que en un bar. ¿Qué coño hacían
unos musulmanes fundamentalistas en un bar? ¿Ah? (ALZA LA VOZ) ¡Se supone que
no beben! Dime, ¿qué hacían? Un atentado ¿planeaban un atentado?

VICTORIA: No hacían nada. Estaban allí y nos conocimos todos.

DANIEL: ¿Conocimos? ¿Quiénes?

VICTORIA: Chicas, amigas. Fuimos a bailar, luego a una casa. Bebíamos… nos
acostamos, tuvimos sexo, lo que sea. Allí comenzó la amistad.

DANIEL: Sexo, alcohol… ¡Vaya religiosos!

VICTORIA: Son iguales, querido. Te leían el Corán como si se tratara de los


números de la lotería, pero la verdad es que eran hombres como todos. Gastaban
dinero a montón, nos sacaban de problemas, bebían como locos y luego pedían
perdón. Se arrodillaban, desnuditos, pidiendo como niños, rezando como
pecadores y entonces se levantaban, se tomaban un buen trago y te hacían el
amor por cinco horas. Con sus esposas mugrientas esperándolos en casa. Con sus
hijos horrendos llorando porque se les atragantaron los mocos, con sus hijas
cubiertas de pies a cabeza para que no vieran lo que el padre le hacia a una
occidental flaquísima que se acostaba con él porque era muy, pero muy buen
polvo. Y por eso me metí en Hamás. ¡Por el polvo! Porque era tronco de buen
polvo, querido. Y entonces, por un polvo así, por un tipo que te hace el amor de
esa manera, una se mete en lo que te pidan. Me pidieron terrorismo y terrorismo
me metí. Lo que sea. ¿Hamás se llama? ¿Y qué? Mientras el tipo estaba conmigo,
para mí ha podido llamarse ETA, Disneylandia o FBI. Eso es todo, querido. Lo
querías así de crudo. Bueno, así de crudo te lo digo. Por el polvo. Nada más.

(SUENA EL TELEFONO MOVIL DE DANIEL. LO APAGA. MUY EXCITADO BUSCA ENTRE


LAS FOTOS, OBSESIVO. ENCUENTRA LA QUE BUSCABA. LE MUESTRA).

DANIEL: ¿Quiénes son estos? ¿Qué es?

VICTORIA: (SUSPIRA) Esta foto la tomaron cuando articulábamos el comando


Hadramawt. La foto la tomó él.

DANIEL: Tu novio.

VICTORIA: No le sigas llamando así.

DANIEL: A la historia, sigue con la historia, no te desvíes… La foto. La foto.

VICTORIA: La foto era mía. Creo que nadie sabe que existe.
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DANIEL: ¿Y quiénes son los otros?

VICTORIA: Farah, que era libanés y quería ser sacerdote o como le llamen, pero
muy enamorado de las rubias; Wadih el más religioso pero se metía de todo,
cocaína, heroína, anfetaminas, bazooko, todo lo que vendieran los negros del
movimiento.

DANIEL: ¿Con… con negros?

VICTORIA: Se mezclaban… Ya sabes, el Islam.

DANIEL: ¿Drogas, alcohol, prostitución?

VICTORIA: Es todo muy mezclado, y yo…

DANIEL: ¿Te acostaste con ellos?

VICTORIA: ¿Ah?

DANIEL: …Con los negros… ¿Había algo de…?

VICTORIA: Daniel, tengo quince horas de mentirosa y tú tienes las mismas de


imbécil. O comenzamos a tener una conversación civilizada o no respondo más
preguntas y llamo a un abogado. Tampoco me voy arrastrar. Serás lo que seas,
pero igual te hundes conmigo.

DANIEL: Es que ahora… Ahora eres para mí como… como una bomba, algo que va
a estallar. ¿Sabes hacer bombas?

VICTORIA Atómicas para fiestas y Molotov de diario.

DANIEL No te burles. (MOSTRANDOLE OTRA FOTO) Dime… ¿cuál de ellos es él?

VICTORIA: (A LAS FOTOS) Este bonito, no recuerdo su nombre. Creo que era
Saudita. Y este otro era Ramani. Ramani Prianka. (VICTORIA LE LANZA LA FOTO,
CAE EN EL SUELO. DANIEL LA TOMA, COMO SI SE TRATARA DE ALGO MUY VALIOSO)

DANIEL: ¿Qué es eso de Hadramawt?

VICTORIA: El comando venía de Yemen, tenían dinero del gobierno de allí. Y


nosotras ayudábamos…

DANIEL: ¿Nosotras?

VICTORIA: Mis amigas.


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DANIEL: (COMO QUIEN TIENE GANAS DE PREGUNTAR DESDE HACE RATO) ¿Mataste
a alguien?

VICTORIA: Esa pregunta me parece…

DANIEL: (MAS FIRME) Mataste a alguien.

VICTORIA: Claro que no.

DANIEL: Por lo menos no directamente.

VICTORIA: ¿No directamente cómo?

DANIEL: Quizás ayudaste para que mataran gente.

VICTORIA: Daniel: yo no hice nada.

DANIEL: ¿Estuviste involucrada en atentados?

VICTORIA: No, claro que no.

DANIEL: ¿Qué hacías? Exactamente.

VICTORIA: Cosas. Buscaba donaciones, información sobre gente. Pasábamos


datos con claves y en jeroglíficos inventados. Una vez seguí a alguien. Lo vi salir
de su oficina, entrar a la frutería, detenerse a ver vidrieras, tocarse el culo,
comer. Todo lo anotaba.

DANIEL: Seguías gente. ¿Quiénes? ¿Quiénes? ¿Víctimas?

VICTORIA: Judíos, gentuza, gente ¿qué sé yo? ¿A mí qué me importaba? No sé si


eran víctimas pero nos hacía sentir superiores, como estando en otra galaxia.
Como controlando el mundo. Dictando sentencias

DANIEL: ¡De muerte!

VICTORIA: Como tú.

DANIEL: Yo no dicto sentencias.

VICTORIA: Buscas castigo.

DANIEL: Pero no mato a nadie.


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VICTORIA: Eso es lo que uno cree pero siempre hay alguien que es nuestra
víctima. Alguien paga las consecuencias de lo que hacemos. Eres inteligente y
sabes que es así. Sólo porque no vemos a las víctimas no quiere decir que no
existan. Y que paguen nuestras cuentas.

DANIEL: No nos compares, no somos lo mismo. Nosotros lo hacemos todo con la


ley. Con juicio, con abogados, con jurados. En cambio esos animales amigos
tuyos entrenan a los niños para que sean bombas humanas.

VICTORIA: Con juicio o sin él, la muerte es la muerte.

DANIEL: ¡Han colocado bombas en escuelas, Victoria!

VICTORIA: ¡Pero qué coño te importa si se matan!

DANIEL: ¡Me importa si me quieren matar a mí!

VICTORIA: A ti no te quieren matar, nunca vi tu nombre en las listas de Hamas.

DANIEL: No me trates como imbécil, Victoria, no lo hagas.

VICTORIA: De hecho si supieran que existes, se rendirían.

DANIEL: Córtalo ya.

VICTORIA: Aunque oí de una Intifada llamada “La Daniel Ramírez”-

DANIEL: (AMENAZANTE) ¡Córtalo Victoria!

VICTORIA: ¿O es un comando de Al Quaeda que lleva tu nombre?

DANIEL (A PUNTO DE PEGARLE) ¡Deja eso ya!

(VICTORIA LO MIRA CON TERROR. DANIEL BAJA LA MANO QUE YA IBA A MEDIO
CAMINO DE LA CARA DE SU ESPOSA. DANIEL SE ALEJA)

VICTORIA: Daniel, disculpa. Perdóname. Yo también siento rabia y también


tengo ganas de herir, aunque ya te he herido bastante. Y tú no eres mi enemigo.
No eres el enemigo. Los enemigos son ellos, son los otros. (LUEGO DE UNA CORTA
PAUSA) Dejé a esa gente porque estaba asqueada. Asesinaron personas a
mansalva, eso es verdad. Bombas aquí y allá. Y lo hacían porque también a ellos
los asesinaban. ¿Quién comenzó? No me importa. Yo no lo vi, aunque todos
tendrán su razón, por muy locos que estén. De todos modos me arrepiento de
todo lo que hice. ¿Ves? Arrepentirse. Por eso me gusta creer, porque si te
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arrepientes, estás salvada. Somos cristianos, y es distinto. Somos distintos a


todos ellos.

DANIEL: “Le puse una bomba a los niños. ¡Ah! Disculpe, maté a mil. Pero ahora
me arrepiento y estoy salvada” Sorry.

VICTORIA: (LE INTENTA ABRAZAR) Cariño: Me separé de ellos, me fui. Huí. Salí de
la ciudad y nunca más quise saber de ella. No era mi ciudad, ni mi organización,
ni mi lucha, ni siquiera me interesaba lo que pensaban o lo que decían. No me
conmoví por los desplazados, por los detenidos, por los que desaparecían.
Simplemente me gustaba un tipo, me acosté con él, estuve a su lado varios
meses y entonces, casi embriagados, decidimos casarnos. Un gran error. Nos
separamos. Ese día, cuando ya me iba de la ciudad, preparé esa maleta negra,
que sería mi maleta de mano para las cosas importantes. Me iba. Metí mi cámara
fotográfica, sin pensar que la película todavía estaba allí para asaltarme 12 años
después.

DANIEL: (TOMANDO EL REGALO) ¿Que hacías con una botella de vino?

VICTORIA: Fue a despedirse. Y muy civilizadamente…

DANIEL: ¡Mataba gente!

VICTORIA: …Ese día se despedía de mí y no mataba a nadie. Era un ex amor, en


una ex-zona, una ex conversación de ex con regalos de ex. Todos tenemos un ex.
Todos hemos tenido algo que ahora no es nuestro. Y que ahora es de otro u otros,
no sé. Sentimos que estamos atados. Obligados de alguna forma. Quizás es la
memoria y no nosotros los que están atados. De todos modos, él fue ese día para
despedirse. Nos dimos un abrazo y me dio la botella de vino. Nunca más le vi a él
y nunca más volví a ver la botella de vino hasta hoy.

DANIEL: ¿Sabe de ti?

VICTORIA: No tiene mi dirección ni nada.

DANIEL: ¿Sabes de él?

VICTORIA: Ni por la prensa. No leo internacionales. No se cómo está esa lucha,


qué pasó con los palestinos, los judíos, los que sean. Los carros bomba o los
suicidas. Si están todos muertos o viven felices en su independencia empobrecida
o terminaron todos abrazados como hermanos, sometidos por el más fuerte. No
me importa. (TERMINA FINALMENTE FRENTE A EL) Daniel, ¿podemos dejar de
hablar de esto por un rato y ponernos a pensar en lo realmente importante?
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DANIEL: ¿Lo realmente importante? ¿El hijo? ¿Tú crees que eso es lo realmente
importante?

VICTORIA: ¿Qué vas a hacer? (LE MUESTRA LA FOTO) ¿Qué vamos a hacer con
esto?

(DANIEL TOMA LA FOTO Y LA MIRA FIJAMENTE. LE DA LA ESPALDA. ROMPE LA


FOTO COMO LO HIZO CON EL EXPEDIENTE. EL PUBLICO LO VE PERO VICTORIA NO.
VICTORIA TOMA UN CIGARRILLO. TRATA DE ENCENDERLO MIENTRAS DANIEL NO LA
VE. CUANDO ESTE VOLTEA A VERLA, ELLA LO ESCONDE, PERO DANIEL SE DA
CUENTA. ENTONCES, VICTORIA SE VE INSEGURA, SUPLICANTE, ARREPENTIDA.
DANIEL VA HACIA ELLA)

VICTORIA: Daniel, yo…

(DANIEL LA TOMA, LE QUITA EL CIGARRILLO, LO ENCIENDE. JUEGA A DÁRSELO A


VICTORIA, PERO SIEMPRE SE LO QUITA. ELLA ABRE LA BOCA, SENSUAL. EL BAJA LA
MANO Y EL CIGARRILLO HACIA SU VAGINA . ASPIRA Y BOTA EL HUMO. ELLA SE
EXCITA. LUEGO DE UNOS SEGUNDOS, EL LA TOMA POR DETRAS Y LA VUELVE A
BESAR. SE BESAN MAS APASIONADOS. ELLA INTENTA FUMAR PERO EL LE QUITA EL
CIGARRILLO)

DANIEL: Tu pasado puñal, tus palabras balas, tus miradas atentado, tu sexo
granada, tu opinión genocida, tus besos veneno, tus manos explosivos, tu
arrepentimiento bombardero, tu perdón incendiario, tu ternura molotov.

VICTORIA: No digas esas cosas… no lo digas así….

(DANIEL LE METE LA MANO ENTRE LAS PIERNAS. VICTORIA SE EXCITA PERO DE


PRONTO VEMOS QUE TAMBIEN FINGE UN POCO. QUE LE CONVIENE EL CURSO DE
LOS ACONTECIMIENTOS. MIENTRAS LA ACARICIA, BUSCA EL TERMOMETRO Y GIME,
UN TANTO FALSAMENTE)

VICTORIA: Sigue… sigue…

(ELLA LE BESA. EL LA APRIETA CON DESEO. LE SIGUE BESANDO Y LE BESA LOS


SENOS)

VICTORIA: Va a ser varón. Ya lo verás… Un varón es lo mejor en estos días. Y será


artista, visionario, será un deportista, un genio, un abogado famoso, un alpinista,
un científico, donará sangre, amará al prójimo, pagará sus impuestos, ayudará a
los veteranos, será patriota, será músico, humanista, amado, deseado, será
Presidente, maestro, buen esposo, buen amigo. Ese es él, el futuro, querido.
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DANIEL: El futuro es un recurso literario, mi amor. (CUANDO LA TIENE DESNUDA


COMPLETAMENTE) Entre nosotros, el pasado siempre triunfa.

(EL LA VOLTEA DE MANERA VIOLENTA Y PENETRA A VICTORIA. SUENA EL


TELEFONO PERO NO CONTESTAN. LO HACE LA MAQUINA CONTESTADORA. MUSICA,
OSCURO. EN EL OSCURO, VEMOS EL CIGARRILLO ENCENDIDO, HUMO Y OIMOS UNA
VOZ)

VOZ DE MUJER: Mensaje para Daniel Ramírez del Programa América Libre con
Mónica Tse. Queríamos hacerte una entrevista Daniel y confirmar tu posición
sobre la pena de muerte y que nos digas una frase o una de tus historias sobre lo
que piensa en referencia a la sentencia del control de armas. ¡Ah! Victoria.
Quería decirte que me encantaría verte en la iglesia este domingo para que
organicemos lo de los niños abandonados. Y que me termines la historia del
tabaco. Dos historias con mensaje. ¿Sí? (RIE) Espero que estén bien. ¿Me llaman
luego?

(SUENA UN LARGO BIP. MUSICA)


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3/Dos meses después

(LUZ SOLO EN VICTORIA. HABLA AL PUBLICO, PERO COMO SI ESTUVIERA DANDO


UNA ENTREVISTA O HABLANDO CON ALGUIEN DE MANERA MUY INTIMA. LLEVA UNA
FOTO EN LA MANO)

VICTORIA: Pasaron dos meses y me entró otra vez ganas de fumar. (INTENTA
ENCENDER UN CIGARRILLO) Y es que fumo cuando no puedo caminar. Tú no lo
sabes pero si supieras que necesito muletas no me pedirías que corriera tanto
(FINALMENTE ENCIENDE EL CIGARRILLO. ASPIRA PROFUNDO PERO COMIENZA A
TEMBLARLE LA MANO) …Deja…deja…deja… (SE TOMA LA MANO PARA QUE DEJE DE
TEMBLAR SILENCIO. FUMA DE NUEVO) ¿Quieres una historia con mensaje? Bueno,
te voy a contar una con mensaje anti-tabaco. (FUMA Y GUIÑA EL OJO) Tenía unos
dieciocho años, me monté en el automóvil y no vi nada distinto esa mañana
cuando tenía dieciocho años y encendí mi primer y último cigarrillo. Estaba tan
concentrada en mi propia conversación y en mi guapísimo novio Iraní, ese que
tenía los ojos como si estuvieran envueltos en papel de aluminio, que no presté
atención a las cajas de fruta que introducía en su jeep.

Mi novio era encantador. Ahí lo tienes en la foto, con su barba, con sus gestos,
con sus cosas. Era tan, pero tan fanático, que había desertado del movimiento
desertor de las Fuerzas de Desertores, mención radical desertora, también
desprendida de los Desertores del Frente para la División, a su vez, un grupo
rebelde escindido que desertó de si mismo cientos de veces y nunca se pudo
encontrar de nuevo. (FUMA CONTENTA) No te rías, que tú eres peor.

Por apasionado y joven y por sus ojos envueltos en papel aluminio, recibía
siempre misiones de segunda clase. Ayudar refugiados, buscar dinero para los
exilados, apoyar a los detenidos. Pero cuando llegaba alguna noticia sobre
cualquier incidente menor, ¡qué sé yo!, la renuncia del Ministro de Cultura de
Siria o el encarcelamiento por 24 horas de un primo suyo que encontraron
borracho en las calles de Hebrón, pues mi novio revolucionario se levantaba,
lanzaba un grito guerrero y con la mano en el corazón repetía aquellas cuatro
palabras fatales e inevitables (DRAMATICA) “El momento ha llegado”

Generalmente esas cuatro palabras querían decir que había que tomar alguna
venganza suprema, una acción final, como incendiar el mediterráneo, explotar
todas las refinerías petroleras del Golfo Pérsico o asesinar los presidentes que se
pueda en una misma noche.(RIE) Tan bello. Se ponía colorado. Especialmente eso
de asesinar presidentes le gustaba, le parecía contundente y enternecedor.

Seguidamente a estos arranques, mi adorado Ramani Prianka alzaba la voz,


tomaba aire, lloraba y amenazaba con desertar del movimiento desertor.
Cantaba himnos religiosos, recitaba el Corán, imploraba perdón y me pedía que
se lo sacara, se lo midiera y me lo metiera en la boca. Que se lo chupara hasta el
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final. Y yo, ¿qué querías que hiciera?. Tenía dieciocho años y a él lo teníamos por
muy sensible.

(DE PRONTO RECUERDA, CON RISA) Pero cuando un día le preguntaron si era
capaz de golpear a un policía corrupto violador de niños palestinos que estaban
escondido en Brooklyn, odiado por toda la población, mi héroe revolucionario, mi
“desertormaníaco”, mis ojos envueltos en papel de aluminio lugarteniente de
Hamas, escondía la cara en las manos y lloraba: (HACIENDO DE ARABE LLORON)
“Yo no, no mataría ni una mosca. Ni media mosca, ni un cuarto, ni le pisaría las
patas a la mosca! no ,yo no, no me metan en esas cosas…” (PAUSA, MIRA AL
ESPECTADOR) No te rías, que tú eres peor.

(ELLA FUMA PERO TOSE. TOSE Y LUEGO RIE. LANZA EL CIGARRILLO A UN LADO.
COMO DICIENDO “NO FUMO MAS NUNCA”. PERO LUEGO MIRA A UN LADO, RECOGE
LO QUE QUEDABA Y SIGUE FUMANDO)

La historia con mensaje, a eso iba. La historia. Bueno, te decía que yo fumaba y
entonces apagué el cigarrillo con la caja de frutas que él traía y entonces, se
incendió. No sé cómo lo hice, quizás la caja de fruta era de madera pura, quizás
el cigarrillo se vio la cara con el viento, lo que sea, pero la caja se incendió.
Ramani Prianka, héroe de Hamas, corrió como loco calle abajo y yo sorprendida
por el fuego pero sin asustarme, levanté la caja que ardía y con unas botas
horrendas terminé por apagar el fuego.

(EN PLAN ARABE) “¡¡¡Cien kilos!!! -me gritaba el loco ese, más o menos
cobardemente- ¡¡¡Cien kilos!!!

“No pesa tanto,” le contestaba, “tampoco es para correr. Ya sé que eres


cobarde, pero por lo menos eres miedoso.” Pero luego me gritó: “Son cien kilos
de dinamita, imbécil. Es un coche bomba”

(RIE, PERO DE PRONTO SE PONE SERIA. LANZA EL CIGARILLO, CON TERROR)

Desde ese día cuando tenia dieciocho años y vivía de terrorista con mi novio
Ramani Prianka, ese bonito con sus ojos de papel de aluminio, no fumo. Olvido
los números y las cifras de dos dígitos y mi fe revolucionaria desapareció. Ya no
me importan ni los pobres, ni las injusticias, ni el imperialismo, ni la libertad de
los pueblos. Decidí dejarle, huir de HAMAS y del Medio Oriente y seguir adelante
y casarme y buscar un niño y ser feliz. ¿Los demás? que se jodan.

En fin, ese es el mensaje. Que dejé todo aquello por la misma razón que hago lo
que hago hoy. Quiero decir que lo dejé por la misma razón que también dejé de
fumar. Por terror. ¿No querías un mensaje?

(LE TIEMBLA LA MANO) ¡Deja…deja…deja…!


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(SE TOMA LA MANO PARA QUE DEJE DE TEMBLAR. LUZ GENERAL. MISMO
ESCENARIO, PERO AHORA HAY VASOS Y COPAS. DANIEL DESPIDE ALGUIEN EN LA
PUERTA Y REGRESA CONTENTO)

DANIEL: ¿Viste a Adán? Se fue contento. Fue una fiesta muy divertida (LA VE)
¡Feliz cumpleaños! (OBSERVA EL CIGARRILLO) ¿Cigarrillos? Lo siento, Victoria,
pero no se celebra esta ocasión con un simple cigarrillo. Se celebra con fuegos
artificiales, con una banda militar, con una fiesta de 58 horas. Celebramos tus 30
años. Si quieres fumar, que sea un habano caro y prohibido (SE LO ENTREGA)
¿vamos a lo nuestro?

VICTORIA: ¿Lo hacemos aquí?

DANIEL: ¿Por qué no? ¿Qué te parece si comenzamos con una copita?
VICTORIA: No pienso beber hoy. ¿No deberíamos recoger las cosas primero?

DANIEL: ¿Cuánta gente había? ¿Diez, doce?

VICTORIA: Parecía cincuenta.

DANIEL: Todo tuyo, excepto Adán, querida. Tus amigos de la redacción, tus
amigas liposucción, tus colegas injertos en las arrugas, tus admiradores
desintoxicados y tu jefe maricón.

VICTORIA: Te agradezco que tengas cuidado con mi jefe.

DANIEL: ¿El maricón?

VICTORIA: Precisamente. No quisiera que Adán y tú volvieran a discutir con él.


Ya sabes cómo es la gente, que se cree cada cosa y cada historia que oye. Es
capaz que por un comentario gracioso o una pequeña anécdota, entonces
termina llamándome intolerante, prejuiciosa, fascista o lo que esté de moda.

DANIEL: Además, no discutíamos, querida, les informábamos.

VICTORIA: Bueno no le informen tanto que luego lo paga conmigo.

DANIEL: Informábamos que todos los estudias comprueban que la adopción en


parejas homosexuales no es conveniente para el niño. Es todo, se trata de un
tema académico y no político.

VICTORIA: El lo toma todo político. Ya sabes cómo son y lo pagamos nosotras,


como se sabe.
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DANIEL: El Totalitarismo Gay.

VICTORIA: Además, no tienen que insultarlos a todos.

DANIEL: No les insultamos. Adán y yo simplemente destacamos, de manera


alegre y cómplice, lo que son o lo que tienen o se han hecho. Y se los
celebramos. Además, vinieron todos y puntuales. Hasta Mónica se portó como
una verdadera amiga.

VICTORIA Vinieron porque se sienten obligados, es todo. Se fueron rápido y la


verdad, lo agradezco.

DANIEL: Vinieron porque te quieren.

VICTORIA: Ellos no quieren a nadie.

DANIEL: Pues nosotros en el bufete Blitzner and Sons somos distintos. Nos
tenemos más solidaridad, cariño, apoyo.

VICTORIA: Sí, claro, a los abogados todos los adoran. Son como los bancos. Tan
bellos y tan solidarios.

DANIEL: (LE OFRECE UN TRAGO) ¿Bebes?

VICTORIA: Esta vez no voy a beber el día que concebimos nuestro hijo, Daniel. Ni
fumar, (DEJA EL CIGARRILLO) ni comer mal. Ni moverme después. Me quedo
tranquilita, como hacía mi mamá.

DANIEL: Tu madre bebía vodka con ron cuando te hizo con tu padre o cualquier
otro, querida. Por eso saliste como saliste. (CON EL TERMOMETRO EN LA MANO)
¿Temperatura?

VICTORIA: Vente, que sea lo que sea. Este niño de hoy será perfecto.

DANIEL: Como su padre, espero.

VICTORIA: Con la entereza del padre y la preocupación de la madre.

DANIEL: Yo siempre quedo confundido con esa frase. ¿Soy el mejor o peor?

VICTORIA: El peor.

DANIEL: Menos mal.

(SE BESAN, AUTOMATICOS. VICTORIA SE ABRE LA CAMISA)


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VICTORIA: Mejor sírveme un trago. Un poco de licor no me hará daño. Una


margarita, un Mai Tai, un Cosmopolitan, algo ligero y sólo uno. El ultimo por los
próximos nueve meses.

DANIEL: Y para acompañarte, tampoco beberé nada después de este trago.

VICTORIA: Aunque luego, cuando le dé pecho, tampoco podré beber, quizás


hasta por otros 4 meses o más. Dicen que más. Mejor no bebo nada nunca. ¿O sí?
Una copa. Una copa no hace daño… ¡Vente, cariño, y trae una copa que hoy es la
fecha y hay un óvulo desesperado esperando por ti!

DANIEL: (BUSCANDO EN EL BAR) ¿Qué te parece vino?

VICTORIA: Mejor.

(DANIEL ABRE EL VINO Y REGRESA CON LA BOTELLA Y LAS COPAS, DE PRONTO SE


DETIENE)

DANIEL: No, vino no.

VICTORIA: ¿Qué pasó?

DANIEL: No tenemos más.

VICTORIA: (SENALANDO EL QUE TRAE) ¿Y ése?

DANIEL: Es…

VICTORIA: ¿Qué?

DANIEL: Esa botella… la del…

VICTORIA: ¿La del qué?

DANIEL: Es la botella de tu Ramani Prianka. Vaya nombre melodioso. No lo puedo


olvidar.

VICTORIA: Ah… ése. ¿Qué más da? Un vino es un vino. Y seguro que es bueno,
porque esa gente será muy terrorista pero se portan como burgueses.

DANIEL: Hace apenas dos meses que recibimos este regalito y me pregunto si
debemos tomarlo.

VICTORIA: Dos meses y medio. Vamos, Daniel, ya hemos hablado de todo eso y
quedamos en que… que no hubo nada malo. Apoyé a unos refugiados y exilados y
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ya. No soy una terrorista por eso. Yo soy como todos. Nuestra vida sigue, una
vida que hoy es otra y es mejor y somos otros. Pedimos perdón y estamos
salvados. Lo importante es lo que creemos ahora, no lo que hicimos antes.
Recuerda el sermón del domingo.

DANIEL: Muy bueno.

VICTORIA: Fíjate yo (SE LEVANTA) ¿no me has dicho nada?

DANIEL: ¿De qué?

VICTORIA: Este es el pantalón.

DANIEL: Está un poco feo para celebrar tu trigésimo cumpleaños, si a eso te


refieres.

VICTORIA: Mira cómo me queda.

DANIEL: Te queda bien, pero es un poco informal ¿no crees?

VICTORIA: Es el blue jeans.

DANIEL: (ENTIENDE) ¡Ese Blue Jeans!

VICTORIA: Tal cual. De Nueva York. El que llegó con el vino. Lo estoy usando y
me queda perfecto.

DANIEL: ¿Y te parece apropiado?

VICTORIA: Además, ¿tú crees que la esposa de Adán no se dio cuenta? A mi edad
y con un blue jeans de adolescente. Se le caía la baba de la envidia.

DANIEL: El ego.

VICTORIA: Que es uno y en una mujer con su ropa, son dos casi tres. Me queda
perfecto. Mejor que cuando tenia 18 años. Sírveme el vino.

DANIEL: (ABRE LA BOTELLA. LO HUELE. LE GUSTA) Huele bien. Quizás ayude a


mis espermatozoides.

VICTORIA: Se supone que con el tiempo saben mejor.

DANIEL: ¿Los espermatozoides? Sí, he notado que te los bebes con placer.

VICTORIA: El vino, imbécil. ¿Qué tipo de vino es?


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DANIEL: Español, Rioja 77. Nada mal el fundamentalista éste.

(SE SIRVEN CONTENTOS. BRINDAN. DANIEL BEBE UNA COPA RAPIDO Y SE VUELVE A
SERVIR)

VICTORIA: Delicioso, hay que admitir. ¡Esto es vida!

DANIEL: Creo que voy a ir más seguido a la iglesia.

VICTORIA: Que te viene bien porque yo soy muy católica.

DANIEL: Y Apostólica.

VICTORIA Y de San Cristóbal.

DANIEL: Que es como el doble

VICTORIA: O triple. Entonces ¿qué nombre le ponemos?

DANIEL: Jesús Daniel, por ejemplo.

VICTORIA ¿No es muy hispano?

DANIEL: Somos hispanos.

VICTORIA Pero tampoco hay que exagerar.

DANIEL: Y no lo parecemos, es verdad.

VICTORIA: Yo paso en la calle por… por…

DANIEL: ¿Y si es niña?

VICTORIA: Algo así como María Magdalena. O Marie Magdalene.

DANIEL: ¿Pero esa no era una puta?

VICTORIA: Cállate, que ahora es santa.

DANIEL: ¡Cómo cambian las cosas!

VICTORIA Los grupos de presión y la “Correcté Politiqueé”.

DANIEL: No me gusta.
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VICTORIA: ¿Quizás María Esther?

DANIEL: Judía.

VICTORIA: ¿Qué te parece Shalma?

DANIEL: Muy negro.

VICTORIA Y José.

DANIEL: Suena a minoría.

VICTORIA: Somos una minoría.

DANIEL: No seas estúpida. Minoría es alguien que no tiene dinero.

(SE SIRVE VINO Y LE SIRVE A ELLA. BEBEN)

DANIEL: ¿Sabes que se divorcian Adán y su mujer?

VICTORIA: ¿Se divorcian? Pero si… si…

DANIEL: Adán tiene algo por fuera… un amorío. Eso dicen.

VICTORIA: Pero si hace un rato se veían tan bien. Ella me hablaba de una casa
que van a comprar y…

DANIEL: La casa es para repartir.

VICTORIA: No lo puedo creer. Pero si son la pareja perfecta.

DANIEL: ¿Me lo dices a mí que estuve en su boda?

VICTORIA: En aquella boda tan linda.

DANIEL: Prácticamente los casé. Se veían tan bien, fue además una boda cara .

VICTORIA: ¡Y ya ves! Imagino que el divorcio será más austero.

DANIEL: Nada de eso, los divorcios son siempre más caros que las bodas.

VICTORIA: Además, tienen una hija.

DANIEL: Bonita.
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VICTORIA: Más o menos, Daniel. Tampoco es una belleza de niña. La madre la


lleva todas las semanas a la peluquera.

DANIEL: ¿Para qué?

VICTORIA: Para aclararle el pelo.

DANIEL: ¡Pero si tiene 5 años!

VICTORIA: Le gusta con pelo claro. Como Adán es oscuro.

DANIEL: Adán no es oscuro.

VICTORIA: Ella cree que sí, ya sabes lo racista que es.

DANIEL: Y ha subido un poco de peso, la gorda infame.

VICTORIA: Está pasadísima de peso, parece una marranita.

DANIEL: Dice Adán que tiene muchos complejos.

VICTORIA: La verdad es que es horrenda, la gorda.

DANIEL: El iba de socio principal en el bufete, tenía un expediente estupendo,


pero no soporta ver dos piernas.

VICTORIA: ¿Sería verdad aquello del acoso sexual con su secretaria?

DANIEL: Con su secretaria y con una clienta.

VICTORIA: ¿Una víctima?

DANIEL: Ella se le insinuaba, eso sí es verdad.

VICTORIA: Pero no es razón.

DANIEL: Claro que no, pero dice algo de la víctima. Además, las mujeres saben
cómo conseguir lo que quieren.

VICTORIA: Tú no lo harías.

DANIEL: No soy como Adán.

VICTORIA: Que no puede dejarlo guardado en el pantalón.


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DANIEL: Aunque un hombre es un hombre.

VICTORIA: Y una esposa es una esposa. ¿La viste tan pedante? ¿Viste cómo
comparó su casa con la mía?

DANIEL: Y él tan hablador ¿le oíste hablar del caso que me tocaba a mí en la
corte?

VICTORIA: Y ella tan imbécil.

DANIEL: Y él tan idiota.

VICTORIA: Y se divorcian.

DANIEL: De mutuo acuerdo. Lo único bueno es que le vendrá muy mal en el


bufete.

(SE SIRVE EL VINO DE NUEVO. VE LA BOTELLA CON CURIOSIDAD)

DANIEL: Victoria… creo… aquí hay algo en la botella.

VICTORIA: ¿Qué?

DANIEL: Parece… Es un papel… hay un papel dentro de la botella.

VICTORIA: ¡No puede ser!

(DANIEL HACE UN ESFUERZO Y SACA EL PAPEL)

VICTORIA: ¿Qué es? ¿Una etiqueta?

DANIEL: Tiene escrito algo… está opaco pero se puede leer…

VICTORIA: (SERIA) ¿Qué dice?

DANIEL: (LEE): “Si Alá lo hubiera querido,

te habría creado para vivir con otros,

para vivir con la comunidad.

Pero Alá te hizo distinto

y te hizo como eres”


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Corán.

… Que te vayas de este mundo oliendo a vino y que Alá te guíe” Ramani. (A
VICTORIA) ¿Qué significa?

VICTORIA: No tengo idea… No tengo…

DANIEL: ¿Qué es esto?

VICTORIA: No entiendo…

DANIEL: “Que te fueras” ¿A dónde? “Que te fueras del mundo…” ¿Que Alá te
guíe…?”

VICTORIA: No sé lo qué quiere decir, Daniel.

DANIEL: “¿Te hizo como eres?” ¿Cómo eres? ¿Qué tienes de particular?

VICTORIA: No lo sé. Soy normal…

DANIEL: Una nota al final del vino para que la encontraras luego de beberlo.

VICTORIA: Una… una vez dijo que esa era la forma de decir adiós de Hamas.

DANIEL: Un vino.

VICTORIA: Con… con algo.

DANIEL: ¿De?

VICTORIA: Veneno.

DANIEL: Crees que… que…

(AMBOS SE MIRAN CON TERROR)

VICTORIA: ¡Envenenado como despedida!

DANIEL: ¡Envenenado para que no hablaras!

VICTORIA: ¡Envenenado para salir de mí!

DANIEL: ¡Para salir de ti al estilo Hamas!

VICTORIA: Querían matarme… querían sacarme de la ciudad.


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DANIEL: Que te tomaras el vino…

VICTORIA: Muchas veces me dijo que la organización no daba despedidas.

DANIEL: Y tuvieras un infarto.

VICTORIA: El crimen perfecto.

DANIEL: Sabía que esos árabes nos matarían.

VICTORIA: Me dijo que así saldaban sus cuentas.

DANIEL: Y nos lo hemos bebido todo… ¿Cómo te sientes?

VICTORIA: Un poco mareada…

DANIEL: Dios... Dios… Dios…

VICTORIA: ¿Y tú?

DANIEL: Quizás, quizás el veneno ya no tiene efecto.

VICTORIA: O lo escribió para asustarme.

DANIEL: Quizás no nos morimos.

VICTORIA: ¿Qué hacemos, Daniel? ¿Qué hacemos?

DANIEL: ¡Vamos a llamar una ambulancia!

VICTORIA: Sí, lo que sea, llama, llama… Me siento mal… todo me da vueltas…
Daniel, me está dando algo…

DANIEL: Yo también me siento raro… Mejor llamamos a…

(SUENA EL TELEFONO Y AMBOS SE DAN EL SUSTO DE SU VIDA. ELLA QUIERE


LLORAR PERO NO PUEDE DEL TERROR. AMBOS SE MIRAN Y LO UNICO QUE OIMOS
ES EL TELEFONO SONANDO. LUEGO DEL QUINTO REPIQUE, RESPONDE DANIEL)

DANIEL: ¡Necesito hacer una llamada urgente, puede llamar más tarde!

VICTORIA: (DE UN LADO A OTRO) Tenemos tiempo de lavarnos el estómago. No


traguemos saliva. Cuelga y vamos al hospital. Lo explicaremos luego a la prensa,
alguna historia se nos ocurrirá. No tenemos que decir la verdad. Ninguna de
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ellas. Nunca tenemos que decirlas. Podemos decir otra cosa, una mentira blanca.
Todas ellas. Siempre podemos decir otra cosa. ¿Ah? ¿Ah? ¿Ah?

DANIEL: Es para ti.

VICTORIA: Para… ¿Qué? ¿Y quién es?

DANIEL: Ramani Prianka.

(VICTORIA SE PARALIZA. SUBE SU TERROR)

VICTORIA: Yo… eh… yo…

DANIEL: (HABLANDO CALLADO, PERO EXALTADO) ¿Cómo supo nuestro teléfono?

VICTORIA: No lo sé, no lo sé, no lo sé…

DANIEL: ¿A quién llamaste aquella noche?

VICTORIA: No lo sé, no lo sé, no lo sé…

DANIEL: (ALTO) ¡Victoria: dime!

VICTORIA: Yo… yo… Quise saber algo de ellos… Quería saber cuál era mi
situación… y entonces… y entonces… llamé a Irán.

DANIEL: Sigue.

VICTORIA: Todos eran números equivocados.

DANIEL: ¿Diste tu número?

VICTORIA: A la operadora.

DANIEL: ¿Para qué?

VICTORIA: Porque no pasaban llamada si no lo hacía.

DANIEL: ¡Claro que no, estúpida! Quizás tienen contactos en el gobierno, les
apoya el ejército, los protegen, tienen conexiones, se trata de un jefe de Hamás!
¿Qué crees? ¿Que juegan a las cartas todos los días?

VICTORIA: No lo digas.

DANIEL: ¡Nos pueden hacer volar en pedazos!


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VICTORIA: Por favor…

DANIEL: No debiste llamar. ¡No debiste llamar!

VICTORIA: No, no, no, no, no.

DANIEL: Tenemos que solucionar esto.

VICTORIA: ¿Qué hago?

DANIEL: Habla con él. A ver qué es lo que quiere. Prométele todo nuestro apoyo.
Que estamos de su lado, que siempre hemos odiado a esos malditos judíos. Que
no haremos nada. A ver cuánto sabe de nosotros, quiénes somos, lo que
hacemos. Quizás es extorsión. Déjalo hablar. (LE VA A DAR EL TELEFONO) Pongo
el audífono para oír. ¿Ok?

DANIEL: Okey.

VICTORIA: No te pongas nerviosa.

VICTORIA: No.

(ELLA TOMA EL TELEFONO. TOMA A SU PERRA GIORGIA Y LA ABRAZA COMO UN


ESCUDO. SE PREPARA. SONRIE COMO SI ESTUVIERA FRNTE A LAS CAMARAS DE
TELEVISION)

VICTORIA: ¿Aló?… Es…

(OIMOS LA VOZ DE RAMANI POR EL AURICULAR, ES UNA VOZ MELODIOSA, SUAVE.


SE LE NOTA EL ACENTO)

RAMANI:(En off) ¿Aló? ¿Aló?

VICTORIA: ¿Quién es?

RAMANI: ¿Victoria?

VICTORIA: ¿Sí?

RAMANI: (ALEGRE) ¡Victoria! ¡Tanto tiempo sin oír tu voz. ¡Han pasado como 15
años! ¿Ah?

VICTORIA: Doce.

RAMANI: Doce, claro. ¿Cómo estas? ¿Qué hay de tu vida?


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VICTORIA: Yo estoy bien.

RAMANI: ¿Te casaste?

VICTORIA: (MIRANDO A DANIEL. ESTE ASIENTE, QUE LE DIGA QUE SI) Sí, hace ya 4
años…

RAMANI: Muy bien hecho. Estupendo. Seguro que ya tienes hijos.

(MIRANDO A DANIEL. ESTE LE HACE UNA SEÑA PARA QUE LE DIGA QUE NO)

VICTORIA: Todavía no. Pero pronto.

RAMANI: Qué bueno saber de ti. Yo estoy en Teherán, como sabes, pero viajo
mucho al extranjero, ya sabes, por mis actividades.

VICTORIA: Sí, claro lo supongo.

RAMANI: Dando conferencias.

VICTORIA: Claro, las conferencias-

RAMANI: Soy feliz con lo que escribo.

VICTORIA: Lo llevas en la sangre.

RAMANI: Y me gusta contar historias. ¿Has leído alguno de mis libros?

VICTORIA: De… ¿tus..libros?

RAMANI: Tengo varios traducidos al ingles y al español. Seguro que los has visto.

VICTORIA: No, la verdad.

RAMANI: ¿No has visto uno que se llama “TWINKLE TWINKLE LITTLE STAR”? Está
basado en una canción para niños americana de…

VICTORIA: Sé perfectamente qué canción es.

RAMANI: ¿Has dejado la lectura ah?

VICTORIA: ¿Yo?

RAMANI: No tiene que darte pena. Sucede mucho. Recuerdo que te gustaba
tomar fotos, que querías ser fotógrafa.
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VICTORIA: ¿Publicas libros?

RAMANI: ¿No lo sabes? Soy escritor. De cuentos para niños. Me baso en muchas
cosas folklóricas, claro, pero a occidente les gusta. Creen que las invento.
Bueno, uno inventa un poco, se recrea, pero todo está en la gente, en sus
cuentos, en sus mentiras. Recuerda que me gustaban las mentiras.

VICTORIA: Sí, lo recuerdo.

RAMANI: No sé cuántas te dije, pero ahora vivo de ellas. (RIE MUY DIVERTIDO Y
HASTA INGENUO) Imagino que eran con cariño. (RIE, AHORA MUY DULCE) Ahora
trabajo en una editorial y gano poco pero tengo mucho tiempo para leer y
escribir. Que es lo que me gusta. Tengo dos hijos. Uno de ellos muy activo en…

VICTORIA: (CON TERROR) ¿En qué?

RAMANI: Deporte, le gusta el deporte. El fútbol. Mi esposa es traductora, muy


inteligente y culta. Tu la conociste… Rasha. (RIE) Recuerdas que…

VICTORIA: Que me dejaste por ella.

RAMANI: ¡Sí, ja! ¡Qué jóvenes éramos!

VICTORIA: Me pediste que me fuera porque la querías a ella.

RAMANI Pues finalmente nos casamos y… Huy! Ya se me acaba el tiempo. Te


llamo desde mi casa y mi esposa cuenta los minutos. No le hace mucha gracia
esta llamada, como sabrás. Me tiene muy dominado la siria ésta. No sabes lo que
se creen..

VICTORIA: Sí, sé perfectamente lo que se cree la muy puta.

RAMANI No se oye bien. ¿Qué dijiste?

VICTORIA: Nada.

(RAMANI RIE DE NUEVO, DE MANERA INFANTIL. OIMOS UNA VOZ SUAVE EN ARABE,
DE MUJER, QUE TAMBIEN RIE. A LO LEJOS, NIñOS QUE PELEAN Y LUEGO UNO QUE
LLORA)

RAMANI: Bueno, tengo que colgar… Saludos a tu esposo. Menos mal y no nos
casamos cuando lo pensamos ¿Ah?

VICTORIA: No nos casamos..


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RAMANI: Estarías muerta…

VICTORIA: ¿Estaría muerta?

RAMANI: Muerta de hambre casada con un escritor de Teherán. (RIE OTRA VEZ
DIVERTIDO E INGENUO) Me oye mi esposa y se ríe… Un beso, Victoria. Ya tienes
mi teléfono y puedes llamarme cuando quieras. Cuando quieras venir a Teherán.

VICTORIA: Si, seguro, que voy a ir para verle los dientes a Rasha.

RAMANI: No se oye…

VICTORIA: Que… ¿Cómo encontraste mi número de teléfono?

RAMANI: Casualidad que me lo dio la operadora… Recibo muchas llamadas del


extranjero y ella lee mucho mis cosas… ¡Alguna ventaja tiene ser escritor..! RIE
DE NUEVO, COMO UN NIÑO) Bueno, besos a todos y no dejes de tener niños, que
es lo único que tiene sentido en la vida. Lo demás no sirve para nada. Ya me
darás la razón. Encantado de oírte la voz. Adiós, Victoria… (RAMANI CUELGA EL
TELEFONO. VICTORIA LO TIENE EN SUS MANOS, INCREDULA)

VICTORIA: ¿Qué crees?

DANIEL: Quizás nos miente.

VICTORIA: Sí, nos miente.

DANIEL: Sonaba como tanteándolo todo.

VICTORIA: ¿Casado y con hijos?

DANIEL: No parece.

VICTORIA: Esa Rasha era horrenda y debe estar peor.

DANIEL: ¿Escritor? ¡Más bien terrorista es lo que es!

VICTORIA: Seguro que está gorda y cuajada.

DANIEL Escribe para niños, eso dijo.

VICTORIA: Llena de várices y rumiando cuando camello.

DANIEL: A los niños se los come, el Ramani este.


59

VICTORIA: Si me ve a mí.

DANIEL: Les.. les coloca bombas en la cintura.

VICTORIA: ¡Que todavía entro en mis pantalones de 18 años! ¡Ja!

DANIEL Porque ser escritor no es tan fácil-

VICTORIA: ¡Preguntarme si dejé de leer, si quería ser fotógrafa, con esa


desfachatez!

DANIEL: ¿Quién se ha creído?

VICTORIA: ¿Quién se ha creído?

DANIEL: Si no lo soy yo, que tengo tantos estudios.

VICTORIA Que tengo tanta dedicación.

DANIEL: Que lo intenté tantas veces.

VICTORIA: Que hasta cámara tenía y carísima.

DANIEL: Que publiqué en la universidad algunos versos.

VICTORIA: Que colaboré para una revista.

DANIEL: Que veo platillos voladores en el cielo.

VICTORIA: Que soy tan ingeniosa con las palabras.

DANIEL: Que soy tan sensible.

VICTORIA: Y tan metódica.

DANIEL: Que me arrepentí con dolor.

VICTORIA: Que he pedido perdón.

DANIEL: De todos nuestros pecados.

VICTORIA Que hemos cometido hasta hoy.

DANIEL: Que tenemos el idioma.


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VICTORIA: Y la cultura correcta.

DANIEL: Que vivimos en libertad.

VICTORIA: Que no odiamos a nadie.

DANIEL: ¡Qué va a saber él de hijos!

VICTORIA: Que he rezado y hasta se lo pedí a Dios.

DANIEL: Dios el verdadero.

VICTORIA: El que es.

DANIEL: Y no esa mierda de Alá.

VICTORIA: Un Dios inferior.

DANIEL: ¡A las pruebas me remito!

VICTORIA: Hijo de puta.

DANIEL: Cara de culo.

VICTORIA: Maldito.

DANIEL: Cabrón.

(AL FINAL SE ABRAZAN. BEBEN LO ULTIMO QUE QUEDA DE LA BOTELLA DE VINO.


DANIEL BUSCA MAS LICOR)

DANIEL: Estos compañeros tuyos se llevaron todos el maní. Son unos monos, la
verdad.

VICTORIA: Coyotes.

DANIEL: Muertos de hambre.

VICTORIA: Ojalá se vayan todos del canal.

DANIEL: Les dé un infarto.

VICTORIA: Estalle una bomba en la estación de televisión.

DANIEL: Groseros.
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VICTORIA: Impertinentes.

DANIEL: Y les invitamos.

VICTORIA: Pero se tomaron todo el vino.

DANIEL: No les gustó que defendiera al que mató al médico abortista .

VICTORIA: ¿Qué saben ellos del aborto?

DANIEL: ¡Si ni siquiera tienen hijos!

VICTORIA: Se comieron todo lo que había.

DANIEL: Y cuando todo se acabó.

VICTORIA: Se fueron los muy.

DANIEL: Maricones, lesbianas.

VICTORIA: Negros, judíos.

DANIEL: Árabes y lumpenproletariado.

(TODO QUEDA A OSCURAS, EXCEPTO DOS PUNTOS DE LUZ, VICTORIA Y DANIEL)

VICTORIA: Hemos estado tanto tiempo juntos.

DANIEL: Nos complementamos tan bien.

VICTORIA: Pensamos lo mismo.

DANIEL: Hablamos igual.

VICTORIA: La misma clase social.

DANIEL: Los mismos amigos.

DANIEL/VICTORIA: (LOS TEXTOS SIGUIENTES SON HACIA EL PUBLICO,


ALTERNÁNDOSE ENTRE DANIEL VICTORIA. PUEDEN BUSCAR SU PROPIO RITMO,
RAPIDO, O LENTO, COMO LO DESEEN LOS ACTORES. HAY CIERTA MUSICALIDAD,
COMO SI FUERAN DOS INSTRUMENTOS)…colegios, vecinos, ropa, programas,
canales, cafeterías, bebidas, cumpleaños, piñatas, tortas, juguetes, envidias,
robos, lloriqueos, tarjetas de crédito, telefonía móvil, banco, tarjeta de débito,
cajero automático, cirugía plástica, liposucción, implantes, tabique nasal,
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apéndice, optometrista, dentista, otorrino, ortopedista, taller mecánico,


iglesias, Dios, culpa, belleza, fealdad, prejuicios, odios, malentendidos, mal
interpretaciones, envidias, desilusiones, sombras, monstruos, pesadillas,
mascota, traiciones, elecciones, candidato, mitin, centro comercial, voto,
decepción, asesinatos, papel higiénico, equipo de fútbol, de béisbol, de hockey,
tenistas, caricaturas, grupos de rock, primer beso, segundo beso, primer amor,
primer dolor, primer vaso de agua en la cara, primera bofetada, primer llanto,
primer olvido, primera borrachera, puterio, mariconada, copia, tontería,
crimen, robo, asalto, huida, detención, miedo, arrepentimiento, congoja,
perdón, árabes, judíos, cristianos y palestinos.

DANIEL: Y no termina uno de hablar.

VICTORIA: Cuando ya el otro.

DANIEL: Está terminando su frase.

DANIEL: Como si la hubiera dicho antes.

VICTORIA: Lo recuerdo todo como si fuera ayer.

DANIEL: Es una historia con mensaje.

VICTORIA: De esas que son de verdad.

DANIEL: Nada dura para siempre.

VICTORIA: Pero te lo puedes creer.

DANIEL: Mientras dura.

VICTORIA: Somos así.

DANIEL: Somos los mismos.

VICTORIA: Acaso peores.

DANIEL: Aunque yo era mejor.

VICTORIA: Y yo mejor que tú.

DANIEL: Pero hay que seguir.

VICTORIA: Adelante.
63

DANIEL: No tengo miedo.

VICTORIA: Yo no estoy aterrada.

DANIEL: ¿Tendremos la misma muerte?

VICTORIA: Es lo más probable y es, definitivamente, el colmo.

DANIEL: (LE DA EL TERMOMETRO A VICTORIA) Ven mi amor. Vamos a


reproducirnos

VICTORIA: Vamos a multiplicarnos.

(OIMOS, EN VERSION TRISTE “TWINKLE TWINKLE LITTLE STAR”. DANIEL VA HACIA


ELLA, LA BESA DE NUEVO. COMIENZA A BAJARSE LO QUE LE QUEDA DE
PANTALONES Y SE QUITA LA CAMISA. ELLA LO BESA CON DESEO, CON MUCHA
PASION, LLEVANDO LA INICIATIVA. EN ESE MOMENTO TOCAN LA PUERTA. AMBOS
SE MIRAN)

VICTORIA: ¿Quién podrá ser?

DANIEL: Quizás alguien que olvidó algo. ¿Abro?

VICTORIA: Deja, lo hago yo.

(VICTORIA VA HACIA LA PUERTA)

VICTORIA: ¿Quién es?

VOZ: Federal Exprés.

VICTORIA: ¿Correo? ¿A esta hora?

(ABRE LA PUERTA. HABLA POR UNOS INSTANTES CON EL CARTERO, QUE NO


VEMOS)

VICTORIA: Sí, es aquí. (A DANIEL) Es para ti, Daniel.

DANIEL: ¿De quién?

VICTORIA: (ENTRA VICTORIA CON UNA CAJA. COMIENZA A ABRIRLA) Para Daniel
Ramírez y viene de la Alcaldía. Se ve un poco rara. Tiene fecha de… ¡Hace 15
años!

DANIEL: ¡Hace 15 años! ¡Imposible!


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VICTORIA: Deja ver qué es.

DANIEL: ¡Quizás lo mejor es no abrirla! (PERO VICTORIA LO HACE) ¡Victoria! ¡No


me oyes! ¡Te pedí que no la abrieras! ¡Victoria! (VICTORIA ABRE LA CAJE. MIRA A
DANIEL CON TERROR) ¿Qué? VICTORIA SACA UNA SABANA DE WINNIE DE POOH
BAÑADA EN SANGRE. SE LA MUESTRA. DANIEL SE LLEVA LAS MANOS A LA CARA. DE
PRONTO, UNA LUZ ROJA SE HACE PRESENTE EN LA ESCENA SEGUIDA POR UN
ESTRUENDOSO RUIDO. DANIEL LO NOTA. LA LUZ SE VUELVE ENTONCES AZUL.
AMBOS MIRAN HACIA EL CIELO. SUBE EL TEMA INFANTIL)

OSCURO

Gustavo Ott. Correo electrónico: tsmcmckyott@eldish.net

Todos los derechos reservados

Buenos Aires. Argentina. Octubre 2004

CELCIT. Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral


www.celcit.org.ar

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