EL CINE NEGRO EN EE. UU. - Carmen Martín Muñiz
EL CINE NEGRO EN EE. UU. - Carmen Martín Muñiz
EL CINE NEGRO EN EE. UU. - Carmen Martín Muñiz
EL CINE
NEGRO EN
ESTADOS
UNIDOS
Carmen Martín Muñiz
El cine negro o film noir ha sido analizado desde diversas perspectivas y enfoques desde
el siglo pasado hasta el día de hoy, puesto que no es posible comprender esta corriente
sin tener en cuenta los aspectos históricos, sociológicos, estéticos e ideológicos
imperantes entre 1930 y 1950 en Norteamérica.
La etimología del término “noir” se remonta a los años 50, pues se denominaban de esta
forma las películas americanas de tono sombrío, tanto westerns como melodramas o
thrillers, hasta que la crítica comenzó a asociar la palabra francesa noir con una
connotación de oscuridad, y se asentó en el vocabulario popular en 19811, como
sustantivo para referirse a las películas de trama detectivesca plagadas de amoralidades
que narran historias sobre personajes de talante cínico cuyos actos se sitúan al margen de
la ley. Según Rick Altman, la forma en que los medios etiquetan las películas influye de
manera muy notoria en el receptor y el espectador, dando lugar así a la clasificación por
géneros. Y es que la información que recibimos por parte de críticos y periodistas moldea
nuestra concepción y nuestros parámetros a la hora de concebir una producción
cinematográfica.
Este tipo de cine tiene sus antecedentes en un momento de profundos cambios sociales y
políticos en los USA como fue la era Roosevelt. Con el país en pleno proceso de
recuperación económica y en los albores de la Segunda Guerra Mundial, estas y otras
realidades de la época, como eran el gansterismo y la incesante lucha del FBI contra el
crimen organizado, fueron expuestas en gran parte de la cinematografía americana del
segundo tercio de siglo. Del mismo modo que el cine negro tiene su origen en este
convulso contexto histórico, las teorías freudianas divulgadas entre los americanos, que
potencian lo que Noriega (2002) denomina “metafísica dual”, remiten a la aparición de
una realidad por debajo del orden social establecido, que se caracteriza por un carácter
conflictivo y por el manifiesto de la corrupción policial, los oscuros abismos del
subconsciente y la pasión sexual/amorosa, temas subyacentes a casi cualquier producción
del género. Quizá emplear el término “metafísica dual” sea demasiado arrogante y
conlleva una trascendencia excesiva en algo tan simple como la muestra de la realidad
más allá de los márgenes de la vida cotidiana superficial americana, de familias felices
que protagonizan comedias insustanciales. Más bien esto debe ser comparado con la
1
Altman, Rick. (2000). “Los géneros cinematográficos” (1a. ed.). Paidós.
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tendencia que tuvo lugar en Italia durante la posguerra, basado en mostrar la realidad que
con anterioridad se había ocultado en la producción cinematográfica.
2
Schatz, Thomas (1981). “Los Géneros de Hollywood” (Hollywood Genres). Temple
University Press: Philadelphia.
3
Coursodon, J. P. (1996). “La evolución de los géneros”. En Della Casa, S., et al.
Historia general del cine: Vol. VIII. Estados Unidos (1932 - 1955). Madrid: Ediciones
Cátedra/Signo e Imagen.
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En El Sueño Eterno (The Big Sleep), realizada en 1946 por Howard Hawks, vuelve a
reunir a la pareja más eminente del género negro: Humphrey Bogart y Lauren Bacall. Es
una adaptación cinematográfica de la novela de Raymond Chandler publicada en 1939, y
que le sirvió como debut en el género policiaco. La Warner Bros, propietaria de los
derechos de autor de la novela, apostó por un filme con una trama que sigue las
características del género hardboiled, pues en ese momento este tipo de historias eran
4
SÁNCHEZ ZAPATERO, Javier & MARCOS RAMOS, María. (2014). la
representación de la sociedad en el cine negro: Enrique Urbizu y la caja 507. Tonos
Digital, 27.
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5
Frago Pérez, Marta. “Del negro al gris: Howard Hawks en la adaptación de The Big
Sleep.” Zer (Bilbao, Spain) 24 (2008): 257–279. Print.
6
Mast, Gerald (1982). “Howard Hawks, Storyteller”. New York: Oxford UP.
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que se otorgase una mala imagen a los estamentos de la ley.7 Sánchez Noriega (2002)
ejemplifica a través de esta obra de Howard Hawks la innecesaria complejidad que en
ocasiones lleva a “burlar la lógica” y arrastra al espectador a un territorio de irrealidad. Y
de hecho, El sueño eterno puede llegar a resultar cuanto menos confuso en el momento
en el que se empiezan a entremezclar tramas y subtramas que cada minuto se retuercen
aún más entre sí.
Quizá en El sueño eterno no es tan evidente la figura de la Femme Fatale como en Double
Idemntity (1944) de Billy Wilder, pues en ella se cristalizan todas las premisas que definen
el género negro, y el papel de Barbara Stanwyck goza de una personalidad puramente fría
y amarga. No tiene reparos en cometer el asesinato de su propio marido y arrastrar consigo
a un hombre, agente de una compañía de seguros, que anteriormente ha seducido para
asegurarse cobrar la cantidad correspondiente por la muerte de su esposo. Es aquí donde
la mujer culmina como personificación del mal, la verdadera femme fatale que usa su
atractivo como arma para alcanzar sus objetivos, y se sitúa a la altura del villano a través
de sus dotes de ambición e inteligencia. Su papel perverso y maligno, en palabras de
Sánchez Noriega 2002) “supone una mayoría de edad para la mujer en el cine”, que
anteriormente había estado relegada a papeles de escasa personalidad y carácter. Phyllis
Dietrichson (Barbara Stanwyck) refleja a la perfección la manipulación del hombre para
el beneficio propio, la mujer solitaria y despiadada que traiciona al hombre tras haber
logrado su objetivo. Como bien afirma Carmona, el film noir “hace de la mujer
sexualmente expresiva -la imagen dominante de mujer- una figura extremadamente
poderosa. No es su inevitable fracaso final lo que permanece en nuestra memoria cuando
el relato termina, sino su sexualidad fuerte y peligrosa y, sobre todo, excitante”.8 A pesar
de haber sido calificado de misógino en la actualidad, el cine negro equipara a la
perfección las figuras de hombre y mujer, pues ninguno de los dos queda malparado o
reducido a un carácter inocente, y ambos ejercen de antihéroe en los filmes. En cualquier
caso, asumen la caída en desgracia a causa de su ambición sin límites y sus actuaciones
al margen de la ley.
7
Sánchez Noriega, José Luis (2002). “Historia del cine : teoría y géneros
cinematográficos, fotografía y televisión” . Madrid: Alianza.
8
Carmona, R. (1991). “Cómo se comenta un texto fílmico”. Madrid: Cátedra, Signo e
Imagen. Pp. 255-256.
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En cualquier caso, tanto en el cine actual como en el producido en la década de los 70, la
impronta noir está presente en muchas de las películas que han llegado a convertirse en
grandes éxitos de la gran pantalla. El hilo narrativo del detective, los ambientes
marginales, así como la figura de la mujer fatal, se integran en filmes de renombre que
siguen causando sensación en el público de las nuevas generaciones. Las formas se
renuevan y reinterpretan, pero los resquicios del cine negro se integran en muchas de las
grandes producciones a pesar de su “caída” en los años 50.
9
González, M. (2020). “La mujer y el cine de David Lynch”. Universidad de
Salamanca: Salamanca. Recuperado en
10
Cuatro autores del policíaco francés [dossier cine policíaco francés], «Dirigido
por...», n. 466, mayo 2016, pp. 52-55
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Bibliografía
CARANDO, Valerio. Cuatro autores del policíaco francés [dossier cine policíaco
francés], «Dirigido por...», n. 466, mayo 2016, pp. 52-55.
MAST, Gerald (1982). “Howard Hawks, Storyteller”. New York: Oxford UP.
SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis (2002). “Historia del cine: teoría y géneros
cinematográficos, fotografía y televisión”. Madrid: Alianza.