La Desnutrición Infantil Antecedentes

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La desnutrición infantil, 

asociada durante mucho tiempo con el hambre y la inanición infantil,


pero en el siglo XXI incluye a los bebés obesos o con sobrepeso.

Por ello, UNICEF se refiere a la malnutrición, las carencias de micronutrientes y el sobrepeso


u obesidad como la “triple carga de la malnutrición”. La desnutrición es causada
por la desnutrición por deficiencia, exceso o desequilibrio, lo que se traduce en un aumento de
la morbimortalidad, un desarrollo demográfico más lento y el riesgo de colapsar la economía
de todos los países. 

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) descubrió que en 2018, uno de


cada tres niños menores de 5 años en todo el mundo estaba desnutrido. Asimismo, 200
millones de infantes en todo el mundo están desnutridos; de estos, 149 millones (21,9%) se
desperdician y unos 50 millones (7,3%) se desperdician; Del mismo modo, 340
millones muestran hambre oculta para 2016, el 20% de los bebés son obesos.

A nivel mundial, Asia Meridional (34,4 %), África Oriental y Meridional (33,6 %) y África


Occidental y Central (33,1 %) tienen la prevalencia más alta de lactantes con desnutrición
crónica; mientras que Asia Oriental (8,4%) y Pacífico y América del Norte (2,6%)
tuvieron los porcentajes más bajos. 

Adicionalmente, América Latina y el Caribe reportó un lento crecimiento demográfico del


9,0%. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2019), la desnutrición
crónica es un indicador de desarrollo nacional caracterizado por la desnutrición crónica en los
lactantes.

El punto de corte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los estándares


internacionales de crecimiento es -2SD (Apéndice 1); este patrón de crecimiento difiere en las
medidas, donde las niñas y los niños menores de 2 años utilizan la posición supina, mientras
que las niñas de 2 a 5 años y los niños se miden de pie. De manera similar, el Marco conceptual
de UNICEF para la desnutrición infantil, desarrollado por Urban Johnson en
1989, establece que la desnutrición crónica es causada por la reducción de la ingesta de
alimentos, la calidad y la capacidad de absorción intestinal, y 2 enfermedades epidémicas
infantiles recurrentes (enfermedad diarreica aguda e insuficiencia respiratoria aguda).

 La Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) reportó que la prevalencia


de desnutrición crónica en menores de 5 años fue de 25,4% en 2000, una disminución de 13%
en los últimos 20 años; sin embargo, la caída no ha sido uniforme. La mayor reducción en la
desnutrición crónica fue evidente en 2005-2016. por año; porque disminuyó de 28% a
13.1%, probablemente por la implementación de programas de presupuesto
por resultados (Programa Enlace Nutricional, Identidad y Programa Madre Recién Nacida),
posicionamiento estratégico de “Crecer” (8,9) y mejoras socioeconómicas en ciertas areas. por
ejemplo, la migración rural-urbana y la mayor probabilidad de educación femenina. 

En 2011, el Plan Bicentenario: Perú estableció un conjunto de metas al 2021 para alcanzar seis


metas nacionales, incluida la Meta 2, que tiene como objetivo garantizar la igualdad de
oportunidades y el acceso universal a los servicios. Para ello, ha fijado metas para 2021
de reducir la desnutrición crónica infantil al 16,7%, aumentar la cobertura de agua potable
al 85% y la cobertura de saneamiento al 79%, según datos de la Organización Mundial de la
Salud. 

Asimismo, el Plan Bicentenario contempla la implementación estratégica del Plan de


Articulación Nutricional (PAN) para lograr las metas establecidas. Para alcanzar las metas
establecidas en el plan 2021-2000, se implementó el Plan Nacional Peruano para
la Reducción y Control de la Anemia Materno Infantil y la Desnutrición Crónica Infantil: 2017-
2021. Salud y desarrollo en el grupo de edad hasta los 3 años con un
enfoque en intervenciones estratégicas usando un programa nutricional formulado
enfocado en los primeros 24 meses de vida.

La ENDES 2019 informó que la prevalencia de desnutrición crónica en menores de


5 años disminuyó a 12,2%, superando la meta del Plan Bicentenario 2021 de
16,7%. Comparando la desnutrición crónica en áreas naturales, el informe
afecta principalmente a la región Sierra (20,3%); por lugar de residencia, los menores de 5 años
fueron los más afectados en el área rural (24,5%), en comparación con los quintiles de riqueza,
el quintil 1 más bajo (26,6%) presentó la mayor prevalencia de desnutrición crónica.
Esto sugiere que el retraso del crecimiento infantil en Sierra Leona y las zonas rurales todavía
está lejos de las proyecciones del Plan Bicentenario. Sin embargo, la desnutrición crónica
en Perú se ha mantenido estable desde 2016, posiblemente por problemas
estructurales: dificultad para acceder a una educación de calidad, falta de ingresos
económicos, mayor informalidad, etc. Por otro lado, la enfermedad diarreica aguda definida
por la ENDES 2019 se diagnostica después de 3 deposiciones sueltas o líquidas en los últimos
14 días. Su desarrollo puede ser causado por la falta de acceso a los servicios de salud, agua y
saneamiento básico, así como por la atención inadecuada de los niños y las mujeres
relacionada con las condiciones sociales, como la educación materna deficiente y las
malas prácticas de lactancia materna. También son factores que contribuyen al retraso
en el crecimiento, ya que la diarrea aguda aumenta la
posibilidad de desarrollar desnutrición crónica. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado la diarrea aguda como la segunda


causa principal de mortalidad infantil después de la neumonía. Cada año, 1.700 millones de
niños en todo el mundo padecen esta enfermedad, y 525.000 de ellos mueren. Estas
cifras pueden referirse a 780 millones de hogares sin agua potable y 2.500 millones de hogares
sin saneamiento básico. Según la ENDES 2019, la prevalencia de enfermedades diarreicas
agudas en menores de 5 años en todo el país alcanzó el 11,5%; por lugar de residencia,
4 personas viven principalmente en zonas rurales (12,5%); en cuanto al territorio natural,
afecta principalmente al entorno de Selva (14,8). %)); por quintiles de riqueza, el quintil más
bajo (13,2%) cuyas madres tienen un nivel educativo "promedio" (12,0%) tiene el mayor
impacto. El saneamiento básico es un factor importante en el desarrollo de enfermedades
diarreicas agudas y desnutrición crónica, ya que significa que los hogares tienen acceso a
servicios de saneamiento a través de redes públicas tanto dentro como fuera del hogar, o al
menos una rejilla o caneca para la disposición higiénica de excretas. . gestión de
aguas residuales, cuyo objetivo es mantener el medio ambiente limpio y libre de los efectos de
patógenos causantes de enfermedades infecciosas. Los hogares sin saneamiento
básico que defecan al aire libre perpetúan un círculo vicioso de enfermedad y pobreza;
por ello, la Organización Mundial de la Salud reporta que los países con bajo acceso a
saneamiento básico tienen mayores índices de desnutrición y pobreza que los
países desarrollados. 

Los datos reportados por ENDES en 2019 mostraron que entre 1992 (46,2%) y 2019 (73%),


el acceso a saneamiento básico a nivel nacional aumentó en 26,8%; Saneamiento (88,2% de los
servicios de saneamiento están conectados a redes públicas dentro y fuera de la casa, 9,6%
tienen acceso a sanitarios). La educación materna es otro factor importante para reducir las
enfermedades diarreicas agudas y la desnutrición crónica; En la medida que aumenta la
productividad de la madre, los conocimientos y mejora las prácticas de salud
de la familia, afecta directamente la nutrición que reciben sus hijos.

Según datos de la ENDES 2019, las madres peruanas sin educación (1,4%),


predominantemente rurales (5,3%), de la región Sierra (3,5%), pertenecen al quintil
inferior (6,2%). Las madres con educación secundaria (27,4%), principalmente de ciudades
(8,8%), del área metropolitana de Lima (30,1%), pertenecen al segundo
quintil (34,4%), mientras que las madres con educación superior (39,2%),
habitan principalmente en ciudades (45,5%), del área metropolitana de Lima (49,5%),
pertenecientes al quintil más alto (71,3%). 5 Además, la lactancia materna exclusiva en los
primeros 6 meses de vida puede fortalecer el sistema inmunológico del niño y reducir la
contaminación por biberones y chupetes artificiales esterilizados de manera
subóptima. Por ello, la lactancia materna previene el desarrollo de epidemias en la infancia
(enfermedades diarreicas agudas e infecciones respiratorias agudas), que afectan
el normal crecimiento y desarrollo del lactante (19). El informe ENDES 2019 en Perú (3)
muestra que el 65,6% de los niños menores de 6 meses son amamantados; por
lugar de residencia viven principalmente en zonas rurales (79,7%), pertenecientes a las
regiones Sierra (76,4%) y Selva (76,4%) 76,4% 74,6%.

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