Contestación Principe Salm-Salm

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DON M I G U E L LOPEZ,
ANTIGUO CORONEL IMPERIAL MEXICANO

Y AUTOR DE UN FOLLETO TITULADO


" L a toma de Querétaro.—Miguel López á sus
conciudadanos y al mundo."

MEXICO.
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E d g a r d Bo-a.lig-rL3r, I m p r e s o r
COAJOMÜLCO NÚM. 1.

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CONTESTACION ^

DEL

PRINCIPE FELIX DE SALM-SALM


A DON MIGUEL LOPEZ,
Antiguo Coronel imperial mexicano y autor de un folleto
titulado
"La Toma de Queretaro.
—Miguel Lopez a sus conciudadanos y al mundo."

MEXICO
E D G A R D B O U L I G N Y , IMPRESOR, CUAJOMULCO, I
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E n el citado folleto que habéis dirigido á vuestros conciudada-


nos, á la Francia y al mundo, me mencionáis como uno de vues-
tros principales testigos, para probar, que Querétaro no sucumbió
por la traición, é insistís en que vuestro folleto tiene el carácter
de la más completa verdad.
A u n q u e , como sabéis, me hallo prisionero de guerra hace más
de cinco meses, mi sentimiento de justicia no me permite guar-
dar silencio por más tiempo, y contestando á vuestra intimación,
os probaré que vuestro folleto lleva el carácter de la más comple-
ta falsedad.
E n primer lugar, me refiero á la contestación de mis valientes
compañeros de armas en Morelia, titulada: "Refutación del folle-
to publicado por Miguel L ó p e z , con motivo de la ocupacion de la
plaza de Querétaro, en 15 de M a y o de 1867, por los g e f e s del
ejército imperial, prisioneros en Morelia," y declaro que ella está
del todo conforme con la verdad, y concuerda perfectamente con
mis propias creencias.
Sosteneis ante el mundo, que Queréraro fué tomado por la
fuerza de las armas; que el Emperador os comisionó en aquella
noche fatal del 14 al 15 de Mayo, para tratar con el enemigo; que
el ejército estaba completamente desmoralizado; que y a no era
posible romper el sitio; y finalmente, que desafiais ante vuestros
compatriotas y ante el mundo entero, á los hombres que puedan
r C N D O probar, que Querétaro haya sucumbido por la traición, y á los
FERNANDO DIAZ RAMIREZ que se atrevan á contradecir vuestro aserto.
V o os declaro, ante el mundo, que Querétaro solo ha caido por ¿Por qué despues d é l a s dos de la mañana servísteis de guía
traición; más, que vos sois el tfaidor, y por consiguiente, que dentro de nuestras fortificaciones]al mismo general enemigo, quien
vuestras manos están manchadas con la sangre de vuestro finado estaba vestido de paisano y llevaba en la bolsa una pequeña pis-
soberano y bienhechor. tola giratoria, para que se orientase?
E s mentira que el Emperador os haya comisionado para tra- ¿Por qué, un poco ántes de las cuatro de la mañana y acom-
tar con el enemigo. E n la noche indicada, despues que dejasteis pañado del mismo general enemigo, salisteis otra vez de nuestra
al Emperador, cerca de las doce y media, tuve yo la honra de línea, y volvisteis un cuarto de hora despues á la cabeza de dos
hablar con S . M.; el Emperador ni entónces ni nunca tuvo la más batallones enemigos, conduciéndolos personalmente al patio inte-
remota intención de entrar en conferencias con el enemigo, por- rior de la Cruz, donde fuisteis recibido y saludado por vuestro
que el pequeño pero fiel ejército tenia aún bastante entusiasmo cómplice, el teniente coronel Jablonski?
y valor, para romper, en unión de su amado monarca, las líneas ¿Cómo se explica, que vos, López, casualmente hecho prisio-
del enemigo. A más de esto, era del todo opuesto al carácter del nero, pudisteis mandar al mencionado Jablonski, igualmente pri-
finado Emperador, daros una órden para tratar con el enemigo; sionero y á su vez acompañado por su cuñado Legorreta, quien
y de esto vos mismo estáis, perfectamente convencido: así es que á esta hora hubiera debido ocupar su puesto en su propia línea
me permitiréis haceros ante el mundo algunas preguntas. del rio, distante de la Cruz cosa de tres cuartos de legua, para que
¿ P o r q u é , si en aquella noche fatal dél 14 de M a y o tuvisteis la avisaran al Emperador, que el enemigo habia penetrado en la
órden para pasar á las líneas del enemigo,, volvisteis á las dos de Cruz? ¿Cómo se esplica que vos, siendo prisionero, fuisteis des-
la mañana, acompañado de un oficial superior del mismo enemi- pues en persona á dar al Emperador el mismo aviso, y que ense-
go, á quien conocéis muy bien, introduciéndolo en seguida á la guida, sin ser escoltado por el enemigo, entrásteis á mi aposento,
Cruz, cuartel general del Emperador, y á nuestro recinto fortifi- exclamando: "¡Pronto, salvad la vida del Emperador, el enemigo
cado? está ya en la Cruz!"
¿Por qué en contravención d é l a voluntad expresa del Empe-
¿Cómo podéis justificar, que cuando S. M., acompañado de su
rador, y sin conocimiento mió, disteis á la escolta y al escuadrón
leal general Castillo y de mí, salió de la Cruz, y se hallaba ya en-
húngaro la órden de desensillar, cuando yo les habia comunica-
vuelto por el enemigo, vos dijisteis algunas palabras en voz baja
do la del Emperador de tener los caballos ensillados durante toda
á un oficial superior enemigo, cuyo nombre no quiero mencionar
la noche?
aquí, porque se ha portado con más generosidad y gratitud que
¿Por qué, de vuestra propia cuenta y en una situación tan pe-
vos, á consecuencia de las cuales aquel dió á s u s soldados la órden
ligrosa, como era la de entónces, mandááteis retirar la guardia del
de dejarnos pasar "porque éramos paisanos," aunque el Empe-
aposento del Emperador, y la compáñía de infantería, que junta-
rador segurameute fué reconocido por aquel oficial; aunque el ge-
> mente con medio escuadrón del regimiento de la emperatriz, ha-
neral Castillo, asi como yo, estábamos de todo uniforme, y ade-
cían el servicio de seguridad á la entrada de la Cruz?
más, yo llevaba en mis manos las pistolas de S . M.?
¿Por qüé por vüeátras órdenes fueron dejadas sin tropas, con
pocas escepciones, todas las partes de la Cruz hasta el confin de ¿Cómo podéis esplicar, que á la cabeza del batallón enemigo
la huerta? ' ' N u e v o León," desarmásteis los húsares que estaban bajo el man-
¿Por qué fueron volteadas las ocho piezas que estaban en la do del capitan Paulowsky y del teniente Kaehlig, y mandásteis
plaza de la Cruz, y abocadas contraía ciudad? que echaran pié á tierra?
¿Por qué,.cuando"el enemigo avanzaba, la pieza de á 36 que ¿Cómo podéis vos, el prisionero López, justificar, que hicisteis
estaba en la obra situada á la izquierda de la Cruz, quedó sin do- prisioneros á varios oficiales de nuestro ejército, entre otros, al
tación y fué volcada? mayor Mostowicki, al capitan D o n Antonio González de la escol-
ta, y al teniente Gossamann, y que muchos otros oficiales fueron tido y por medio de esta tercera traición, habéis querido vindi-
denunciados por vos el dia siguiente? caros para con el partido liberal, y poneros á salvo, como en
traic ¿Cómo se explica, que despues que caimos prisioneros, varios efecto habéis conseguido salvar vuestra vida y vuestra libertad.
vue gefes liberales os designaron como el traidor?
sobi Vuestra cuarta tentativa de traición fracasó, porque un poco
U n o de ellos en la misma presencia del Emperador y en la despues de hallarse prisionero el Emperador, y que probable-
E
mia, os calificó de tal manera. mente os visteis engañado en vuestras esperanzas, enviasteis a
tar
¿Cómo fué que vos, prisionero López, siempre estuvisteis en S . M. á una persona que ambos conocemos, con la intención de
al I
hab libertad? volver á traicionar al partido liberal.
ren- Finalmente, ¿cómo pudisteis vos, el prisionero López, apodera- E n mi presencia aquella persona se dijo comisionada por vos,
que ros del archivo imperial y de otros objetos pertenecientes á S. M. y quería conseguir del Emperador, que os permitiera acercársele
como por ejemplo, de su j u e g o de tocador de plata, el que sea nuevamente. Vuestra proposicion, por supuesto, fué rechazada
y v
dicho de paso, nunca volvió á aparecer?
del con desprecio.
A todos astos cargos, Sr. Miguel López, no podréis contestar N o es necesario ofrecer como recompensa la casa que el tina-
fina
con sinceridad y franqueza; está probado, y yo sostengo ante el do monarca os regaló, en el caso de que llegáramos á convence-
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mundo entero, que vos sois el traidor del Emperador, y por con- ros de vuestra traición. Que ella quede á vuestro infortunado e
me
siguiente, su asesino y responsable de toda la sangre que se ha inocente hijo, á quien habéis privado de la más cara de todas las
derramado. herencias, del nombre sin mancha de su padre.
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Otra pregunta queda que haceros. Cada hombre es libre de adoptar la política que quiera, cua-
lar
¿Por qué habéis traicionado á vuestro soberano y bienhechor? lesquiera que sean las tendencias que ella encierre; pero es un
go> E s t a pregunta yo mismo la contestaré.
Cri deber quedar fiel á sus principios. N o solo habéis sido infiel á
E n primer lugar, quisisteis ejercer una venganza contra el Em- los vuestros, sino que también habéis cometido el más infame
cad
pera'doa, porque había suspendido la entrega de vuestro despacho de todos los crímenes, el crimen de la traición, y habéis violado
i de general que ya estaba firmado. En el caso de que ignoréis el juramento que habíais hecho de servir á la bandera imperial.
rad los motivos que impulsaron al finado monarca para obrar de este E s verdad que el nombre de Miguel López se ha hecho históri-
huí modo, yo os los explicaré ahora. co é inmortal; pero la historia nacional de México, la historia
do U n hombre valiente, cuya sangre también pesa sobre vuestra universal, siempre mencionarán aquel nombre con el más gran-
la conciencia, y cuyo nombre no quiero indicar por temor de que de horror, con el más alto desprecio.
os vengueis en su familia, enseñó á S. M. un documento espe- Desafiais ante el mundo á quien os acuse de traición
H¿ *cial por el cual aparece, que en el tiempo en que Santa-Anna era Bien; yo os acuso de ella, y ante el mundo entero acepto vues-
api presidente, fuisteis ignominiosamente dado de baja en el ejérci-
- me tro desafio. Estoy dispuesto á daros razón con las armas en la
to, con la condicion de no poder nunca volver á ocupar empleo mano por lo que acabo de deciros; pero al mismo tiempo os de-
cia público alguno, por haber traicionado á vuestra patria. Esto tu- claro, que de manera alguna entraré con vos en una guerra de
vo lugar durante la guerra americana en 1 8 4 7 . — Y entonces, Sr.
po
la
D . Miguel López, el miedo os inspiró. Visteis que dentro de po- pluma ' /O&OÓOZJOO
cos dias iba á suceder algo de decisivo, y probablemente temíais,
Octubre de 1867.
que en el caso de una salida nuestra, en vista de vuestros ante-
plj cedentes, quedara comprometido vuestro porvenir y tal vez vues-
tra vida, porque cuando Puebla estuvo sitiada por los franceses,
es traicionasteis por segunda vez á vuestra patria y á vuestro par-
ta
— 8 —

I » . I X — D e s p u e s de haber sido puesto en libertad, he teni-


do que salir fuera del país; sin embargo, por el término de cinco
meses, quedaré á la disposición del ex-coronel L ó p e z en cualquier
punto que quiera designarme, por conducto del Sr. Will, Cónsul
de Prusia en la Habana, siempre que tal punto se halle á distan-
cia de cincuenta leguas de las fronteras mexicanas.

L a Habana, N o v i e m b r e 19 de 1867.

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Félix, Trincipe de Salm-Salm,
General de Brigada,
y primer A y u d a n t e de Campo de S . finada M .

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